Resumen de la Ponencia:
El Pueblo de San Juan Tlihuaca en la Ciudad de México cuenta con una población ancestral de la cual aún varias familias fundadoras continuan viviendo en el barrio. Estas familias fueron dividiendo los ejidos principales del pueblo en pequeños fragmentos en los que sus familiares directos y compadres han edificado sus viviendas. Se trataba principalmente de habitantes que se conocen entre ellos. No obstante, a finales de la década de los 80’s comenzó la llegada de nuevos vecinos con la construcción desmedida de conjuntos habitacionales. Esta nueva oleada de habitantes trajo consigo que la memoria del barrio se modificara y de cierta forma se diluyera.En esta investigación destacamos que a pesar de la desesperanza social y continua crisis en la que se encuentra el barrio es posible generar un álbum de recuerdos colectivo donde el arte, el trabajo conjunto y las memorias de los locales dan cuenta de la cara no violenta del barrio y de las vivencias de una transformación la cual sus actuales habitantes han vivido de primera mano. Como lo expresa Kuri (2016) los estudios sobre memorias sociales e identidades de barrios urbanos populares son todavía incipientes y realizados con metodologías tradicionales, por ello proponemos un nuevo acercamiento a la recuperación de la memoria a través de talleres socioemocionales, entrevistas colectivas con los habitantes del barrio y la continua presencia del equipo de investigadores en el barrio durante un año de trabajo. De esta manera se logró tener una serie de narrativas que muestran el potencial cultural de la zona y permiten abrir el pasado histórico a través de narrativas vecinales que revalorizan el contexto inmediato para proponer cambios a través de las emociones, el recuerdo y las tradiciones tan arraigadas del barrio. Destacamos el proceso de comprender las formas de transmisión de memorias sociales del barrio y la manera en que la memoria transforma identidades a través del trabajo sociológico y etnográfico, con los cuales pudimos comprender la importancia de conservar y preservar tradiciones ancestrales, como los animeros, las cuales se vuelven en tradiciones identitarias rectoras que mantienen vivo el sentido de comunidad de los habitantes del barrio. Durante el proceso de investigación se destaca que los testimonios y memorias de los otros son impulsados a reconstruir los recuerdos personales. Además, en las memorias de los habitantes del barrio están muy arraigados los lugares emblemáticos del barrio, como el mercado local, el kiosko, la iglesia, el molino y el panteón. El resultado relevante de esta investigación fue la cohesión vecinal que se logró gracias a las interacciones constantes en los talleres en donde aprendimos que la memoria individual, colectiva e histórica dan forma a nuestro presente y nos permiten pensar en el futuro.Resumen de la Ponencia:
La ponencia parte del marco analítico producido en el campo de estudio sobre el bandolerismo social, los imaginarios y la memoria y explota los documentos del Archivo Germán Guzmán-AGG-. Dicho archivo es el acervo documental más importante construido en Colombia sobre el conflicto entre los partidos políticos Liberal y Conservador conocido como La Violencia, que se desarrolló entre los años 1946 y 1958 y que dejó aproximadamente 183.000 muertes. Construido gracias a la labor del padre Germán Guzmán durante cerca de treinta años, su origen se remonta a la conformación de la primera comisión de los orígenes de La Violencia en Colombia también conocida como la Comisión de Paz o como la Investigadora que la Junta Militar de Gobierno, surgida en el año 1958, después de la renuncia del general Rojas Pinilla, creó mediante el Decreto 165 del 21 de mayo de 1958 , con miras a llevar a cabo un "estudio directo" de "aquellos departamentos o regiones del país más afectados por el desorden y la delincuencia", para que identificara "el conjunto de móviles determinantes de estos fenómenos y su perduración"(Artículo 1). Contiene más de diez mil documentos[1]. La ponencia establece un estado del arte sobre los estudios latinoamericancos más recientes sobre el campo del bandolerismo y la memoria. A continuación, se establece el geografía del bandolerismo Colombia en los años 1960 a partir del número de cuadrillas, sus integrantes, filiación política y armamento. Luego presenta una aproximación sociológica a la fotografía del bandolerismo explotando los miles de fotografías que sobre el fenómeno descansan en el AGG.El bandolerismo en Colombia produjo un número grande de tristemente célebres bandoleros. A partir de los documentos del AGG, la ponencia reconstruye trazos de vida del bandido apodado Sangre Negra, uno de los más “emblemáticos” del bandolerismo colombiano. Finalmente, a partir de la conceptualización sobre la memoria, se establece una aproximación analítica entre las continuidades y discontinuidades históricas del bandolerismo colombiano de La Violencia tardía y el proceso actual de post-conflicto, producido a raíz de la dejación de armas de la guerrilla de las Farc gracias al pacto de paz firmado entre este grupo armado y el gobierno de Juan Manuel Santos el 24 de noviembre de 2016. El incumplimiento de los pactos de paz por parte de los diferentes gobiernos, que produce el rearme de los actores armados y las llamadas actuales disidencias de las Farc, el problema agrario, que sigue vigente en Colombia, la débil institucionalidad o presencial diferencial del Estado en las zonas apartadas y selváticas del país y el papel del narcotráfico se integran al análisis. [1] El archivo se puede consultar en el siguiente vínculo: https://bibliotecadigital.univalle.edu.co/handle/10893/14783.Resumen de la Ponencia:
O samba é uma expressão cultural originária da herança africana no território brasileiro e presente desde o período da colonização européia. Se materializou nos territórios de forma identitária e avança como resistência e luta social, representativas da população negra. Inseridas no cotidiano do Distrito Federal brasileiro, em particular nas suas Regiões Administrativas, as rodas de samba aqui analisadas se tornam objeto de estudo como lugares de memória. Por meio de uma pesquisa do tipo qualitativa, de nível exploratório, busca-se analisar as rodas de samba do Distrito Federal brasileiro como lugares de memória e representação da identidade dos sujeitos sambistas, que se encontram, historicamente, em situação vulnerável. Como percurso metodológico, toma-se um delineamento pautado nos dados coletados a partir do empírico - pesquisa de campo - e um diálogo com as abordagens teóricas já construídas - pesquisa bibliográfica - sobre o movimento histórico do samba no Brasil e no Distrito Federal. O conceito de lugar é entendido como um espaço banal e um acontecer solidário. A memória é interpretada como um ato coletivo, que se inscreve em um contexto social, espacial e temporal demarcado, num movimento contínuo de transformações entre a lembrança, o pertencimento e o esquecimento. Os lugares de memória, assim, surgem como consequência da relação entre as teorizações sobre memória e lugar, tendo como base os estudos de Pierre Nora. A origem do conceito, lugar de memória, é antiga, mas seus significados se transformaram com o movimento histórico da sociedade. É entendido pela busca de uma criação identitária, a partir das relações do artefato/objeto histórico e seu passado, presente e futuro, para assegurar representações sociais de um determinado grupo. Assim, a hipótese teórica aqui levantada é de que as rodas de samba do Distrito Federal brasileiro se constituem como lugares de memória por contribuírem para a afirmação das identidades da população das Regiões Administrativas do Distrito Federal brasileiro. Lugares estes onde a memória coletiva se perpetua numa dimensão simbólica, as experiências vividas se expressam no cotidiano da vida, além de manter, preservar e transmitir as memórias coletivas do samba, num movimento de resistência da população. Tais identidades trazem consigo as marcas do hibridismo cultural, pois se fazem notórias, nesse tipo de expressão popular do samba, a riqueza rítmica da cultura africana e a presença de influências socioculturais dos demais estados brasileiros, pertencentes aos operários que estiveram na construção da capital federal e que permaneceram no território. Portanto, a relevância da pesquisa se faz pela necessidade de avançar com os estudos que revelem as singularidades das rodas de samba como manifestação cultural e como lugares de memória, em diálogo com outras possibilidades de compreensão crítica do mundo.Resumen de la Ponencia:
Os países em desenvolvimento, ou o planejamento da construção de barragens, contam com a lógica do Estado, desconsiderando as populações que venham a ser afetadas, afetadas ou vítimas do desenvolvimento. O presente trabalho analisa o movimento antibarragista presente quando da instalação da hidrelétrica Sardar Sarovar, localizada no rio Narmada, na Índia, e tem como protagonista o movimento Salve o Rio Narmada (Narmada Bachao Andolan) e o apoio de diversos grupos indígenas e movimentos internacionais. A questão central que norteou a investigação consistiu em: Quais são os argumentos e estratégias dos ativistas contra o planejamento do Estado na construção das hidrelétricas do rio Narmada (Sarda Sarovar)? O objetivo geral do trabalho consiste em analisar os argumentos e estratégias dos ativistas contra o planejamento do Estado na construção da hidrelétrica no rio Narmada (Sardar Sarovar). Para atingir o objetivo geral, traçamos os seguintes objetivos operacionais: levantar os argumentos e a lógica do Estado para a construção da hidrelétrica do rio Narmada, bem como os contrapontos lançados pelos ativistas socioambientais para rejeitá-los e acompanhar a organização de dois grupos de ativismo socioambiental, sua formação de redes e visibilidade política. Uma pesquisa qualitativa, de natureza bibliográfica, passando por textos teóricos, literatura escrita sobre a hidroeletricidade em questão.
Introducción:
O autor Kopytoff (2008), responsável pela elaboração de etnografias de diferentes experiências africanas, considerou interessante realizar uma análise da biografia cultural das “coisas”. Nessa perspectiva, a ideia do presente trabalho consiste em abordar a hidrelétrica Sardar Sarovar como uma coisa, analisando sua constituição, planejamento inicial, para entender sua situação e, segundo Bourdieu (2012), o sentimento de mal-estar no mundo, portanto, considerá-lo como uma coisa não significa que não possua significado ou valores simbólicos.
Propôs-se traçar uma biografia da hidrelétrica de Sardar Sarovar, no rio Narmada, enfocando-a como mercadoria, sob uma perspectiva cultural, na proposta dos estudos de Appadurai (2008), em sua obra A vida social das coisas. Isso não isenta a imersão no longo período percorrido em tramitações legais, burocráticas e de disputas até o momento do início efetivo da construção. Um esforço enorme, de disputas entre os estados ribeirinhos consumiu tempo, esforços, desavenças e mudanças no projeto.
Ao considerarmos Sardar Sarovar como mercadoria, o que está em jogo é “a candidatura de coisas ao estado de mercadoria mais conceitual do que temporal, e concerne aos padrões e critérios (simbólicos, classificatórios e morais) que determina a trocabilidade de coisas em qualquer contexto social e histórico em particular” (Appadurai, p. 28).
A proposta consiste em abordar referida hidrelétrica como coisa, analisando sua constituição, planejamentos iniciais, para entender sua situação e, de acordo com Bourdieu (2012), o sentimento de mal-estar no mundo.
Ademais, a opção por trazer ao quadro analítico a vida das pessoas e os lugares por elas construídos pauta-se em vários autores das ciências sociais, como Lefebvre (2000), Certeau (1988), Massey (2005), Hannerz (2010), etc., os quais sinalizam a importância dos tecidos humanos às análises, não se resumindo às ideias formalistas econômicas clássicas (Knowles, 2014).
A metodologia utilizada, pesquisa qualitativa, de cunho bibliográfico, recorrendo a textos teóricos, literatura escrita acerca das hidrelétricas em questão, documentos, como atos governamentais, sentenças judiciais, artigos científicos, livros etc.
Desarrollo:
Na Índia, o incentivo para a construção de hidrelétricas foi dado a Nehru, seu primeiro-ministro pós-independência, considerado a “catedral da Índia moderna”. O seu plano não contemplava projetos de desenvolvimento, visando a geração de energia, irrigação e desedentação/alimentação da Índia. Nehru foi o grande arquiteto da Independência e da Índia pós-colonial, obra que foi continuada por sua filha Indira Gandhi (1917–1984), que não teve medo de usar o ferro para promover seu poder dinástico. Não se constitui em uma exclusividade indiana (Prates; Cintra, 2009).
A barragem de Sardar Sarovar, que nasceu com o nome de Navagan, contemporânea das citadas acima, está localizada no rio Narmada. Este é o quinto maior rio da Índia, com 1.312 km, corre no sentido leste-oeste, recebe quarenta e um afluentes, desaguando no Golfo de Cambaia, no Mar da Arábia. Corta os estados de Gujarat, Maharastrha e Madhya Pradesh. Na cosmologia hindu, o rio simboliza o corpo de Shiva, que nasceu da água; para você adivasi (população original afetada), controle ou personagem do Rio-Mãe, aquele provedor de todos os recursos. Apesar da Índia assumir uma nação moderna após a independência e ter abolido formalmente uma sociedade de castas milenar, no contexto do estudo, uma clivagem social ainda está presente. Seus adivasi, pessoas originais,
Quanto à altura da barragem originalmente proposta no ano de 1959, houve a sugestão para que fosse aumentada. A proposta foi bem acolhida pelo estado de Gujarat, que continuaria a se beneficiar da barragem, mas foi rechaçada pelos governos dos estados de Maharashtra e Madhya Pradesh, que desejavam a altura da barragem menor a fim de reduzir a área de submersão, salvaguardando potenciais locais para a construção das suas próprias barragens ao longo do rio (Rajagopal 2012).
Em novembro de 1963, adveio o Acordo de Bohpal, no qual os estados ribeirinhos concordaram em redimensionar a altura da barragem para 129,5 metros. O Parlamento Indiano já havia se adiantado e apresentado um aditivo à constituição, o Interstate River Water Dispute Act, com intento de dirimir eventuais conflitos hídricos entre os estados.
No ano seguinte, o Ministério de Irrigação da Índia constituiu o Comitê de Desenvolvimento dos Recursos Hídricos de Narmada (NWRDC), cujo objetivo era elaborar, em consulta com os três estados ribeirinhos, um plano diretor para o desenvolvimento ótimo dos recursos hídricos de Narmada. O Comitê foi especialmente convidado a examinar a localização e a altura da barragem de Navagam em relação aos projetos alternativos no Narmada (Relatório NWDT, 1978; Wood, 2007).
Ante o impasse, o Governo Central constituiu o Tribunal de Disputas de Água de Narmada (NWDT), em outubro de 1969, invocando uma Lei Interestatal de Disputas de Água Fluvial, de 1956. O tribunal foi constituído por três membros da Suprema Corte de Nova Delhi, dois membros de outros tribunais, auxiliados por 50 técnicos e servidores civis (PETERSON, 2010). O Tribunal de Disputas de Água de Narmada deu sua sentença final em dezembro de 1979, cujo relatório, em cinco volumes, concluiu que o rio Narmada tem capacidade para construção de 30 hidrelétricas de grande porte, 125 hidrelétricas de médio porte e 3000 hidrelétricas de pequeno porte. Nesse momento, o projeto da hidrelétrica, até então nominado por Navagan, passou a ser nominado de Sardar Sarovar.
O Tribunal de Águas (NWDT) atribuiu os custos para cada estado e criou o “maquinário para supervisionar a implementação da sua decisão” (Wood, 2007: 118). Na Índia, constitucionalmente, os assuntos hídricos são matéria estadual, mas a União, com o intuito de assegurar a unidade federativa, é livre para realizar as intervenções necessárias.
Foi então definida a construção do canal de Sarovar, o canal mais longo do mundo, revestido de cimento, o qual se estenderia por 532 km a noroeste, através do centro e norte de Gujarat, chegando ao estado de Rajasthan. Segundo as promessas, esperava-se que 1,8 milhões de hectares de terra de Gujarat e 75.000 hectares do Rajasthan receberiam água do reservatório de Sardar Sarovar, aumentando o valor líquido da sua produção agrícola em mais de seis vezes.
No entanto, dentre as decisões dramáticas constava a que tocava a altura da barragem, da qual dependia a população a ser deslocada. Foi fixada em 138,7 metros, no lugar dos anteriores 167 metros (Peterson, 2010) e, no vale do Narmada, foi prevista a construção de outras mega represas, a montante de Sardar Sarovar: o Projeto Narmada Sagar, constituídos de três barragens: Indira Sagar (1.000 MW), Omkareshwar (520 MW), e Maheshwar (320 MW). Indira Sagar e Omkareshwar também irrigariam, em conjunto, 352.000 hectares de terra no estado de Madhya Pradesh.
Entre os afetados pelo projeto Sardar Sarovar, aproximadamente dois terços dos atingidos são adivasi e há de se considerar que a maior parte desse povo não é proprietário legal das terras em que vive. Em geral, a sentença do Tribunal NWDT não os tratou de forma diferente dos não adivasi. Verificou-se algumas tentativas de os reinstalar como aldeias inteiras. No entanto, a maioria acabou por se deslocar em pequenos aglomerados de parentes relacionados.
A obra recebeu financiamento do Banco Mundial e do governo japonês. Face às manifestações antibarragistas de acusação de ilicitude nos investimentos na barragem, em 1991, o Banco Mundial anuncia a instalação de uma Comissão Independente relativa ao projeto Sardar Sarovar, a fim de averiguar eventuais irregularidades no projeto e licenciamento do empreendimento.
Reitera-se que, depois da disputa das cotas de água entre os estados lindeiros, passou-se a discutir a altura da barragem, ponto de divergência que oscilou aos saberes e sabores do Narmada Water Dispute Tribunal (NWDT) e decisões do Supremo Tribunal Indiano. A meta inicial da obra era de 163 metros, o que formaria um lago de 250 km². O rebaixamento foi considerado uma vitória parcial, uma batalha ganha judicialmente que assegurou a altura de 80 metros, sob a justificativa de evitar maiores danos ambientais.
Em 1994, em Manibeli, por ser a primeira comunidade a ser alagada, ocorreu um manifesto que levou seu nome, arregimentando milhares de pessoas, ONGs nacionais e internacionais. A iniciativa da organização foi creditada à Rede Internacional de Rios, agregando 326 instituições e ativistas de mais de 40 países. O foco era a posição antibarragista e a posição contrária ao Banco Mundial, um dos financiadores da obra, sob a alegação da alta de transparência.
Em 1995, autorizado o aumento do represamento para 138,68 metros, houve comoção por parte dos aldeões realizando a satyagraha (busca da verdade), com a ocupação das aldeias por ocasião do fechamento do lago. Fato é que o aumento na altura da barragem destruiu os cultivos, arrasou as moradas, houve a intervenção da força policial, especialmente entrando nas habitações para o resgate, o que foi registrado em documentários.
Após longo conflito, disputado pela sociedade civil e intragovernamental, em 2006, a Suprema Corte Indiana autorizou a altura da barragem para 163 metros, aumentando consideravelmente os danos à população dos estados de Madhya Pradesh e Maharashtra.
O governo do Japão, preocupado com sua visibilidade internacional, retira-se, em 1990, deixando de financiar a obra.
Em 1994, verifica-se uma mobilização endógena realizada pelo movimento Narmada Bachao Andolan (NBA), que se trata de uma coligação de movimentos populares em áreas programadas para serem submersas, que ingressou com requerimento no Supremo Tribunal da Índia, questionando a base da barragem de Sardar Sarovar e solicitando medidas de suspensão da obra.
No ano seguinte (1995), a Suprema Corte suspendeu as obras sob o fundamento de que não havia clareza acerca da alocação dos atingidos pela barragem. No ano subsequente (1996), a Corte determinou que sua altura da barragem atingisse 90 metros e que qualquer metragem superior, a cada cinco metros, dependeria de aprovação do Narmada Control Authority (NCA).
Disputas nos reconhecimentos e a improbabilidade da população adivasi possuir documentos que comprovassem que tinham cultivado a terra antes das datas estipuladas marcaram a construção e o aumento gradual do lago de Sardar Sarovar (estipulada em 1978, para o estado de Maharashtra, e em 1987, para o estado Madhya Pradesh) (WOOD, 2007).
Em 18 de outubro de 2000, o Supremo Tribunal da Índia decidiu que a construção da barragem de Sardar Sarovar, que tinha ficado retida sob uma ordem de permanência desde 1995, poderia, com várias condições, ir em frente.
Neste cenário, em setembro de 2019, a barragem atingiu a altura de 138,68 metros de sua capacidade.
Em Sardar Sarovar, as reações sociais contra o Plano de Barragens e Hidrelétricas previsto para o Rio Narmada verificaram-se desde o período colonial indiano. Ainda que sua projeção tenha se iniciado no período colonial, a construção da barragem teve início apenas no ano de 1961, com o lançamento da pedra fundamental por Nehru. As barragens no rio Narmada tiveram início, assim, em um período em que o apoio nacional destinava-se a políticas socialistas, as quais prestigiavam e visavam beneficiar o desenvolvimento industrial em grande escala.
Os planos para Sardar Sarovar passaram a envolver o fornecimento de água não só para o estado de Gujarat, onde a barragem está localizada, mas também para os estados vizinhos de Madya Pradesh, Maharashtra e Rajasthan, este incluído posteriormente e não lindeiro. Como já havia prefaciado o Primeiro Ministro Indiano Nehru, as barragens não só seriam os “Templos da Índia Moderna”, como consistiam os meios de manutenção e sustentação do discurso de “ecologização do deserto”.
As reações e atividades sociais voltadas à proteção dos direitos humanos e das questões socioambientais passaram a ser verificadas, inicialmente, em pequenos grupos. Na cidade de Delhi, foi fundada a Lokayan (cujo significado literal é transformação, mover-se de uma esfera para outra), uma organização integrada especialmente por cientistas sociais no Centro de Estudos das Sociedades em Desenvolvimento (CSDS) e cujos objetivos estava desenvolver um diálogo entre pesquisadores, ativistas, as pessoas e instituições com poder decisório e os afetados pelos projetos de desenvolvimento.
A população atingida de Sardar Sarovar caracterizou-se especialmente por atingir uma parcela significativa dos adivasi, considerados os nativos indianos, que pouco ou nenhum esclarecimento sobre seus direitos possuíam.
Conclusiones:
As barragens encontram-se inseridas no plano estratégico de geração de energia e, como resultado de projetos governamentais, se apresentam como empreendimentos de desenvolvimento e que trariam benefícios ao país, porém, como dito, envolvem o relocamento de inúmeras famílias.
Com o represamento de água decorrente de Sardar Sarovar, o fornecimento de água para vários locais e comunidades ficou comprometido.
A partir, especialmente, da abstração do significado que os rios (Uruguai, no Brasil, e Narmada, na Índia) desempenharam/desempenham para as comunidades atingidas pela usina hidrelétrica estudada, inferiu-se a necessidade de se abordar de forma mais cuidadosa a questão envolvendo o conceito de lugar, fugindo-se da acepção epistemológica da palavra, buscando uma relação com as pessoas, com os modos de vida e, de certa forma, o lugar que elas entendem como seus no mundo.
São os lugares que a pessoa habita que se relacionam com o seu dia-a-dia, sua rotina e seu modo de vida, ou seja, estas são as formas que as pessoas se apropriam e assim elas vão angariando significado.
Neste contexto, é justamente essa identidade, esse sentimento de pertencimento e esse acúmulo de tempos, conversas e histórias singulares que constituem o lugar. O lugar guarda em si todo o seu significado, além de conter as dimensões do movimento da história, guardado na memória, por meio dos sentidos. Desse modo, existem inúmeras relações e individualidades que importam na produção espacial global.
Inferiu-se no desenvolver do presente trabalho a construção e a atuação de diversas ONGs em Sardar Sarovar. Todavia, após algum tempo, elas foram se unindo ao Movimento Salve o Rio Narmada (Andolan), que desenvolveu o protagonismo acerca das questões envolvendo referida barragem.
Dentro do Andolan, sua líder Patkar foi uma pessoa de renome, que buscou articulações internacionais a fim de sensibilizar o mundo acerca das violações que estavam sendo verificadas em Sardar Sarovar.
Com isso, a luta do Andolan recebeu cada vez mais atenção nacional, bem como começava a aparecer no cenário internacional. Membros proeminentes da elite urbana passaram a aderir ao movimento, dentre eles, pessoas de destaque no ramo cinematográfico, o que conferiu aquela ainda mais atenção.
A retirada do Banco Mundial teve um significado simbólico ao ativismo socioambiental, materializando a efetividade das conexões realizadas pelos diversos organismos e instituições locais e internacionais, proporcionando às comunidades acesso a centros de poder que antes elas consideravam inacessíveis. Outro ponto de destaque consistiu na crítica levada a efeito pelo Andolan à dependência mútua entre os projetos desenvolvimentistas liderados pelo estado indiano e seu financiamento por parte de agências internacionais.
Bibliografía:
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Rajagopal, B. Limits of Law in counter – hegemonic globalization. The Indian Supreme Court and the Narmada Valley Struggle. Center for the study of Law and governance Jawaharlal Nehru University, New Dehli, 2004.
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Palabras clave:
Usinas Hidrelétricas, Biografia Social, Sardar Sarovar
Resumen de la Ponencia:
Resumo: A cultura material é importante para analisarmos as lógicas espaciais de grupos humanos que habitaram no passado determinado território. A relação entre o território e as práticas culturais resulta na concretização da paisagem cultural. Assim, temos a contribuição da cartografia das paisagens pretéritas, que possibilita a espacialização de sítios arqueológicos e sua ocupação no relevo. Partindo do contexto supramencionado, busca-se entender a cultura material dos sítios arqueológicos evidenciados durante o salvamento arqueológico da Usina Cocal, localizados na região do Baixo Rio Paranapanema do Estado de São Paulo, Brasil (FACCIO et. al, 2021). A abordagem interdisciplinar entre a Geografia e a Arqueologia, sobretudo em sua relação com a paisagem, é investigada, neste trabalho, a partir do viés teórico da Cartografia e Arqueologia da Paisagem. Para o embasamento teórico da paisagem nos reportamos a autores como: Besse (2006); Bertrand (2009) e Ab’ Saber (1969; 1977). Para a discussão do método da “Arqueologia da Paisagem” e análise do ambiente dos sítios arqueológicos recorremos a Ashomre e Knapp (1999); Morais (1999, 200 e 2001), Araújo (2001); Faccio (1998, 2011, 2017, 2019). Para a compreensão do arcabouço conceitual sobre Cartografia e virada imagética temos: Harley (1995); Levy e Lussalt (2003); Fonseca (2009); Crampton e Krygier (2008); Shepard (2008). O Pontal do Paranapanema foi ocupado por grupos de migrantes de Minas Gerais e da Região Nordeste do país, no final do século XIX e início do século XX, quando o cultivo do café e a cultura agrícola expandiu-se para essa área. Em outras regiões do Estado de São Paulo o plantio do café e de outras culturas agrícolas já estava consolidado, o que resultou na extraordinária procura de “terra” no Pontal do Paranapanema por parte dos fazendeiros (ABREU, 1972). Desse processo de ocupação, conforme Abreu (1972), Monbeig (1984) e Leite (1999), decorreu um intenso processo de degradação ambiental (desmatamento e degradação do solo), seguido do extermínio das populações tradicionais indígenas e caboclas. Nesta temática temos a abordagem da virada cartográfica; relatos da etno-história sobre as primeiras ocupações humanas na região do Pontal do Paranapanema.
Introducción:
O Pontal do Paranapanema foi ocupado por grupos de migrantes de Minas Gerais e da Região Nordeste do país, entre o final do Século XIX e início do Século XX, quando o cultivo do café e a cultura agrícola, consolidada em outras regiões do Estado de São Paulo, expandiu-se, o que resultou na extraordinária procura de “terra” por parte dos fazendeiros (ABREU, 1972). Desse processo de ocupação, conforme Abreu (1972), Monbeig (1984) e Leite (1999), decorreu um intenso processo de degradação ambiental (desmatamento e degradação do solo), seguido do extermínio das populações tradicionais indígenas e caboclas.
A delimitação para a região conhecida como Pontal do Paranapanema é denominada Unidade de Gerenciamento de Recursos Hídricos (UGRHI-22) e considerada a 10° Região Administrativa do Estado de São Paulo, segundo a delimitação administrativa governamental. Segundo Faccio (2011) na área do Projeto Paranapanema (ProjPar) os sítios arqueológicos Kaingang foram evidenciados na área do médio vale; contudo, na área do Baixo Paranapanema Paulista, apesar de relatos da etno-história apontarem para a presença dos índios Kaingang e de Sítios Guarani terem apresentado cerâmica com brunidura (ténica de enegrecimento da cerâmica, reconhecida como kaingang).
Os sítios arqueológicos evidenciados no Salvamento Arqueológico da Usina Cocal II, compõem o Sistema Regional de Ocupação Guarani e Kaingang no Pontal do Paranapanema, classificados como sítios ceramistas e sítios líticos de pequeno porte, tal denominação remete aos sítios arqueológicos de menor extensão, com baixa densidade de artefatos e distante de rios navegáveis, localizados próximos às nascentes, córregos e/ou ribeirões (FACCIO, 1998).
A inserção do homem no ambiente possibilita o desenvolvimento de sua cultura e, além disso, afeta o comportamento cultural de determinado grupo social. Nesse contexto, tem-se como preocupação entender a abordagem histórica da paisagem dos Sítios Arqueológicos: Água de Prata, Ribeirão da Laranjeira, Santa Cruz do Anhumas I, Santa Cruz do Anhumas II, Santa Cruz do Anhumas III, Santa Cruz do Anhumas IV, Santa Cruz do Anhumas V, São Saprino, Córrego do Palmital, Santa Helena, Tatu Galinha, Boa Vista I, Boa Vista II, Estância Santa Rita, Santa Rita, Nantes I, Nantes II, Quati I, Quati II, para melhor compreender seus dados arqueológicos.
Nessa perspectiva, de paisagens e suas transformações, ressaltamos a perspectiva de Ab’Saber (1977) “A paisagem é sempre uma herança” — no sentido de processos fisiográficos e biológicos, bem como o patrimônio coletivo dos povos que historicamente as herdaram como território de atuação de suas comunidades. Tratamos nesse caso, o contexto da ocupação no relevo dos grupos indígenas pelos tipos de padrão de assentamento, bem como a modificação da paisagem (contexto atual) e suas transformações.
Assim, temos a contribuição da cartografia das paisagens pretéritas, que possibilita a espacialização de sítios arqueológicos e sua ocupação no relevo. Partindo do contexto supramencionado, busca-se entender a cultura material dos sítios arqueológicos evidenciados durante o salvamento arqueológico da Usina Cocal, localizados na região do Baixo Rio Paranapanema do Estado de São Paulo, Brasil (FACCIO et. al, 2021).
Desarrollo:
Aporte teórico-metodológico
A análise espacial trata da transformação de paisagens. A cultura material é importante para analisarmos as lógicas espaciais de grupos humanos que habitaram no passado determinado território. A relação entre o território e as práticas culturais resulta na concretização da paisagem cultural. É possível observar que para a Geografia a Cartografia está relacionada à representação do espaço geográfico. Além disso, a Geografia, em suas premissas epistemológicas e análise do processo científico ligado a uma história, deve ser entendida, de um lado, em suas relações ideológicas junto à ciência e, de outro, como prática ou como poder, pelo interesse da sociedade, principalmente, ao uso da Cartografia.
A cultura se constituía, em um contexto, isto é, reflexo, meio e condição das diferenças socioculturais, não sendo nem determinante nem determinada. Além disso, a cultura não se enquadrava na perspectiva historicista de evolução, nem em um modelo evolucionista no qual todos os grupos passariam pelas mesmas etapas. Mas tinha como concepção voltada aos “Significados e contexto” principalmente sobre a experiência que se pode ter da paisagem, possibilitando a criação de significados (COSGROVE, 1979).
Harley (1995), precursor da discussão dos mapas como documentos históricos que poderiam ser utilizados em pesquisa com base em uma abordagem metodológica específica, que levasse em conta os diversos contextos de sua produção a perplexidade sobre a prática dominante desses pesquisadores ao usar o mapa como documento. Brian Harley considera que fazer aos mapas do passado somente questões sobre a localização, sobre as condições topográficas (e também os contornos, as extensões e as medidas), era uma abordagem metodológica ainda insuficiente. Continua dizendo que raramente os mapas eram utilizados para esclarecer a história cultural ou os valores sociais de algum período ou lugar específico. Além disso, a mobilização dos mapas do passado em pesquisas históricas normalmente não questiona sobre a historicidade das medidas utilizadas que definiam concepções sobre lógicas espaciais do passado com base em medidas que seriam anacrônicas (FONSECA; OLIVA, 2012).
A paisagem discute, também, as dimensões sociais e simbólicas, pois é compreendida pelo seu pertencimento e pelo contexto histórico dos agentes que modificam o espaço, deixando assim retratada, no local de vivência, a sua cultura: “a paisagem é o produto das interações, das combinações entre um conjunto de condições e de construções e um conjunto de realidades humanas, econômicas, sociais e culturais [...] A paisagem é o efeito e a expressão evolutiva de um sistema de causas também evolutivas” (BESSE, 2006, p. 66).
Partindo do contexto supramencionado, busca-se entender a cultura material dos sítios arqueológicos estudados em tela, para assim, representar sua relação no espaço e como se dá a relação do padrão de assentamento Guarani e Kaingang no Baixo Paranapanema, lado paulista. Diante disso, apresentamos os resultados preliminares da pesquisa, com análise de relatos da etno-história sobre as primeiras ocupações humanas na região do Pontal do Paranapanema; levantamento de dados e informações (primários e secundários) referentes à base cartográfica junto ao IBGE sobre localização dos sítios arqueológicos e análise de cartas topográficas (cotas de curvas de nível, ; TopoData- Banco de Dados Geomorfométricos do Brasil para produção de mapas com Modelo Digital de Elevação (MDE), bem com estudos da morfologia da vertente, declividade do terreno e dinâmica da paisagem, IGC (Instituto Geográfico e Cartográfico) – 1973; 2022; Acervos dos Relatórios da Comissão Geográfica e Geológica (1886; 1910); Mapa etno-histórico do Brasil e regiões adjacentes, adaptado do Mapa de Curt Nimuendaju (1944) disponível no IBGE (Figura 1).
Figura 1: Mapa de hipsometria de sítios arqueológicos Guarani e Kaingang curso do Baixo Rio Paranapanema. Escala temporal 1973 e 2021.
Fonte: IBGE (2022). Organização: A autora (2022).
O Mapa etno-histórico do etnólogo Curt Nimuendajú (1943), representa a Cartografia do mapa etno-histórico, não apenas como um mapa histórico, mas sim uma releitura da cartografia atual, pela análise das famílias linguísticas e da cartografia indígena, bem como a linguagem cartográfica no uso das cores e traços das famílias linguísticas; a discrepância da drenagem atual com a base de drenagem utilizada pelos cartógrafos nos anos 40.
O Pontal do Paranapanema é parte integrante da chamada região da Alta Sorocabana que, por sua vez, integra o Planalto Paulista. Relevo regular, em ondas de colinas suaves, compondo espigões areníticos mesozoicos. A marcante característica física do Pontal é dada pelo aparecimento do arenito-caiuá cujas formas de relevo se assemelham as oriundas do arenito-bauru, em que a monotonia é quebrada pelo aparecimento dos testemunhos denominados “Morro do Diabo (415 m de altitude) e do morro de Santa Ida (360 m), ambos no município de Teodoro Sampaio (FERRARI LEITE, 1998, p. 19).
A frente de expansão mineira no decorrer da colonização do oeste do Estado de São Paulo, intensificou a procura de pastagens naturais pelos mineiros para dar continuidade à atividade tradicional, nesse caso a pecuária.
“oeste de São Paulo fora, desde o século XVI e principalmente no decorrer do XVIII, vasculhado pelas bandeiras”. Ribeiro (1970) complementa a formação, dizendo que as matas do vale do Tietê ao vale do Rio Paranapanema e daí ao Paraná foram atravessadas por bandeirantes que se dirigiam para Mato Grosso e Goiás, na preá de escravos ou em busca de minas, ou que serviam à comunicação entre o Paraguai e São Paulo. Neste vales viviam índios conhecidos como Coroados que, segundo parece, não despertaram o interesse dos bandeirantes como mão-de-obra escrava,; talvez por serem mais aguerridos e pouco numerosos em relação ao grande número de indivíduos pacíficos que existiam mais a oeste ou talvez porque tratando-se de falantes de línguas não incluídas no tronco Tupi e que só conheciam uma agricultura muita primitiva, não dessem escravos adequados ao tipo de trabalho que lhes seria imposto (MELATTI, 1976, p. 9).
Nesse momento, a frente do café se expandia na região do Oeste Paulista, principalmente nas pequenas cidades que ali surgiram durante a construção das estradas de ferro e cultivo cafeeiro. Na década de 1889 na vila de Botucatu, os trilhos começaram a avançar; atingindo Manduri, em 1906; Salto Grande em 1910; Presidente Prudente em 1917 e Presidente Epitácio em 1922. A construção da ferrovia entre a cidade de Botucatu e a margem do rio Paraná, durou 33 anos para sua efetivação, logo em seguida iniciou a ligação até o porto Epitácio, por meio da ativação do movimento de barcaças, balsas e pequenos vapores (FERRARI LEITE, 1998).
A emancipação das cidades, foi advinda pela estrada de ferro, pela motivação povoamento do sudoeste do estado de São Paulo, ao norte a estrada de Ferro Noroeste do Brasil na região de Araçatuba desde 1908 (FERRARI LEITE, 1998). A “Estrada boiadeira” fez parte do processo histórico, sendo considerada uma forma de frente de expansão em áreas até então desconhecidas. De acordo com Abreu (1972), outra forma de frente de expansão é caracterizada por agricultura diversificada. Neste caso, as cidades fundadas na década de 1910, como Presidente Prudente, denominada anteriormente como Conceição de Monte Alegra, Regente Feijó (antiga - Memória) ano de 1922, Nantes (denominada como Coroados, ano de 1925), Iepê (1917, Sertão dos Patos), Taciba (ano de 1922), Narandiba (Corruta, ano de 1905). Após a crise de 1929/30 apresentou um papel relevante no plantio de café, criação de gado, o cultivo de algodão predominando na região do Planalto Ocidental Paulista.
A questão fundiária, recorrida no século XIX, pelos grileiros e posseiros de terra, um dos motivos era “a ignorância sobre o traçado dos rios motivou, no entanto o surgimento da maior parte das questões de terras levadas aos fóruns da região” (FERRARI LEITE, 1998, p. 34), um dos Relatos de Teodoro Sampaio [1] sobre o Rio do Peixe:
Em um mapa do estado de São Paulo, de 1902, o rio do Peixe aparece como mero e pequeno afluente do rio Aguapeí e não como formador da bacia independente, desaguando o rio Paraná. Da mesma forma, era comum aparecer nos mapas de então, no Pontal, a denominação “Serra do Diabo” que, pela extensão das hachuras deveria ter mais de 80km, tendo início na altura da atual cidade de Teodoro Sampaio e findando no encontro Paranapanema-Paraná. (FERRARI LEITE, 1998, p. 34)
Pinheiros (1999) discorre que o mapa “Oeste Indígena”, o “Oeste Paulista” e o espaço designado “terrenos desconhecidos”, a planta da Aldeia Vanuíre e a localização da cidade de Promissão, onde era “Vila Kaingang.”
No Mapa “Oeste Indígena”, aquele território era habitado pelos indígenas Kaingang, Oti e Guarani. Foi cortado pela Estrada de Ferro e reduzido pelo avanço da conquista. Apareceram muitos conflitos com colonos. A região próxima a Bauru já havia sido há duas décadas “liberada” dos Kaingang pelos bugreiros. Portanto, a zona de conflito não seguia os 300km mencionados. Conflitos ou evidências da presença de Kaingang eram comuns na região da Serra dos Agudos, Lençóis Paulista, Bauru, Promissão e Lins, “repleta de índios”. Entretanto, nos trechos percorridos pela Estrada de Ferro onde foram encontrados Kaingang, ou sinais deles, o que era bem mais comum, era entre as estações de Albuquerque Lins, Km 151, e muitos quilômetros antes de Araçatuba, Km 270. A estação Araçatuba era no Km 437. Portanto, na época da pacificação, estavam sujeitos à presença Kaingang, cortando o território onde eles haviam se refugiados, 119 km da Estrada de Ferro (PINHEIRO, 1999, p. 132).
Os indígenas tentavam afugentar os que queriam invadir seus domínios, no entanto o revide do colonizador branco era terrível. Eram contratados bandos de jagunços armado, cujo objetivo era limpar o território e exterminar o “bugre ateu”. Houve expedições, na época chamadas “dadas’, unicamente para liquidar os índios (FERRARI LEITE, 1998, p.41).
[1] Exploração dos Rios Itapetininga e Paranapanema. Comissão Geográfica e Geológica do Estado de São Paulo, 1889. Sampaio, Theodoro. 1890. Considerações geographicas e economicas sobre o Valle do Rio Paranapanema. Boletim da Comissão Geographica e Geologica do Estado de S. Paulo, 4. São Paulo.
Cultura material e análise da paisagem: sítios Kaingang e Guarani
Os sítios arqueológicos, localizados próximos às margens do Ribeirão Anhumas, possibilitam caracterizar o padrão de assentamento indígena de grupos Guarani e Kaingang distante das margens do Rio Paranapanema. Na área do Baixo Paranapanema, os sítios Guarani de grande porte são caracterizados pela ocupação em relevos colinares e aldeias próximos a grandes terraços marginais do Rio Paranapanema (MORAIS; FACCIO; PIEDADE, 2003).
Figura 2: A cultura material “análise da concentração dos vestígios arqueológicos dos sítios de pequeno porte: Baixo Paranapanema-SP”. Recorte espacial- Área de estudo da pesquisa.
Fonte: IBGE (2022). Organização: A autora (2022).
Analisando o curso d’água do Rio Paranapanema, tendo como parâmetro o contexto atual (2021), percebe-se um novo delineado, deixando evidente a modificação presente na drenagem com a submersão dos terraços e planícies nas áreas de baixa concavidade, além da transformação da paisagem no decorrer dos anos, de 1973 até 2001, com o desaparecimento dos locais de geoindicadores arqueológicos, devido à formação do lago Ada Usina Capivara, no Município de Iepê, SP (Figura 3).
Figura 3: Lógicas espaciais de Sítios Kaingang e Guarani (Cenários da Paisagem 1886 e 2022).
Fonte: IBGE (2022). Organização: A autora (2022).
Os sítios Kaingang e Guarani situados nos afluentes do Rio Paranapanema - Ribeirão Anhumas, Córrego Boa Vista, Ribeirão das Laranjeira, Córrego do Palmital, mostra que sítios ceramistas estão situados em relevo suave ondulado e/ou ondulado em áreas de colinas amplas, enquanto sítios líticos, classificados como grupo caçador-coletor (Sítio Arqueológico Santa Cruz do Anhumas II, Sítio Arqueológico Santa Cruz do Anhumas IV, Sítio Arqueológico Santa Rita, Sítio Arqueológico Estância Santa Rita, Sítio Arqueológico Boa Vista II, Sítio Arqueológico Quati II), ocupam o relevo plano, próximo à áreas de terraços fluvial, locais de possíveis afloramentos rochosos com presença de seixos de arenito silicificado e silexito, em áreas de deposição de areia com diques marginais apresenta locais para possíveis fontes de argila, tempos pretéritos, pelo fato do canal fluvial ser do tipo meandrante. A litologia corresponde à depósitos quaternários com rochas do tipo basalto, arenito e arenito silicificado, característico de rochas de formação do Grupo Bauru. O relevo da área é do tipo ondulado e suavemente ondulado nota-se que os sítios arqueológicos estão situados em cotas de 280m até 420m de altitude.
No Sítio arqueológico Córrego da Boa Vista I, foram encontrados os Argissolos Vermelho Amarelo (PVA) e os Neossolos Quartzarênico (RQ). Já nos Sítios Santa Cruz de Anhumas III, ocorrem os seguintes solos: na baixa vertente os Argissolos Vermelho Amarelo (PVA) e na planície fluvial do Ribeirão Anhumas os Solos hidromórficos (GX). No Sítio Santa Cruz de Anhumas I, ocorre na média vertente os Argissolos Vermelhos Amarelos (PVA) e na baixa vertente, no contato com os terraços, os Neossolos Quartzarênicos (RQ) (FACCIO, et. Al, 2021). No caso dos Sítios Santa Cruz do Anhumas I, III e IV, apresentam argissolo vermelho amarelo e coberturas cenozoicas pelo contexto de planícies de inundação. A concentração de sítios cerâmicos, localizado no Ribeirão Anhumas, situados em área de média/baixa vertente com altitude que variam entre 340 a 430 metros. Os sítios arqueológicos Kaingang mostra a forma de ocupação no relevo, sua preferência por áreas de topo de colina, embora apresente a existência de sítios localizados em baixa vertente, próximos a fundos de vale, enquanto os sítios Guarani apresentam localização em áreas de média/baixa vertente próxima de rios navegais de grande porte (ARAÚJO, 2001; FACCIO, 201).
A cultura material dos sítios arqueológicos classificados como sítios Kaingang apresentam decoração do tipo liso com brunidura no tratamento de superfície, antiplástico mineral e caco moído, enquanto que os líticos lascados apresentaram dispersos em área de média/ baixa vertente, correspondem à lascas, núcleos e fragmentos de seixos confeccionados sobre rochas de silexito e arenito silicificado (Sítio Arqueológico Tatu Galinha, Sítio Arqueológico Nantes I, Sítio Arqueológico Nantes II, Sítio Arqueológico Quati I).
Os sítios Guarani apresentaram decoração pintada com engobo branco e/ou vermelho, de espessura entre 1,8cm e 2,5cm, antiplástico mineral e caco moído. A cerâmica com decoração plástica do tipo como ungulado e corrugado, apresentou espessura de parede entre 2,6 a 3,2cm (Sítio Arqueológico Água de Prata, Sítio Arqueológico Santa Helena, Sítio Arqueológico Córrego do Palmital, Sítio Arqueológico São Saprino, Sítio Arqueológico Santa Cruz do Anhumas III). Os sítios arqueológicos Santa Cruz do Anhumas I e Santa Cruz do Anhumas V, correspondem sítios com duas ocupações distintas, presença de vestígios arqueológicos de tradição Tupiguarani e Itararé.
A vegetação é caracterizada pela Floresta Estacional Semidecidual, o contexto da paisagem atual corresponde ao segundo estágio de regeneração. O tipo de formação vegetal é caracterizado como Bioma Mata Atlântica com espécies de gramíneas, nota-se que o estado de regeneração de vegetação secundária (Estágio médio) principalmente em áreas de preservação permanente, em locais de baixa concavidade do relevo (baixa vertente), bem como áreas de cabeceiras de drenagem.
Conclusiones:
Os sítios de pequeno porte, localizados próximos às margens do Ribeirão Anhumas, Córrego Boa Vista, Ribeirão das Laranjeiras, Córrego do Palmital, Córrego do Coroado, afluentes do Rio Paranapanema possibilitam caracterizar o padrão de assentamento indígena de grupos Guarani e Kaingang distante das margens do Rio Paranapanema, situados em relevo suave ondulado e/ou ondulado em áreas de colinas amplas, enquanto que os sítios líticos ocupam o relevo plano próximo a baixa vertente, em terraço fluvial da planície de inundação do Rio Paranapanema. Na área do Baixo Paranapanema, os sítios Guarani de grande porte são caracterizados pela ocupação em relevos colinares e aldeias próximos a grandes terraços marginais do Rio Paranapanema (MORAIS; FACCIO; PIEDADE, 2003).
A partir da representação cartográfica e análise da cultura material foi possível indicar as dinâmicas desses grupos indígenas, que viveram no período de 370 a 570 AP (FACCIO et al 2021), podendo ser identificadas na paisagem do presente e na lógica da localização dos resquícios e materiais coletados do passado.
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Palabras clave:
Resumen: La cultura material es importante para que analicemos la lógica espacial de los grupos humanos que habitaron un determinado territorio en el pasado. La relación entre el territorio y las prácticas culturales da como resultado la realización del paisaje cultural. Así, contamos con el aporte de la cartografía de los paisajes del pasado, que posibilita la espacialización de los yacimientos arqueológicos y su ocupación en relieve. Con base en el contexto mencionado, buscamos comprender la cultura material de los sitios arqueológicos evidenciados durante el rescate arqueológico de la planta de Cocal, ubicada en la región del Bajo Río Paranapanema del Estado de São Paulo, Brasil (FACCIO et. al, 2021) . El abordaje interdisciplinar entre Geografía y Arqueología, especialmente en su relación con el paisaje, se investiga, en este trabajo, desde el punto de vista teórico de la Cartografía y la Arqueología del Paisaje. Para la base teórica del paisaje nos remitimos a autores como: Besse (2006); Bertrand (2009) y Ab’ Saber (1969; 1977). Para la discusión del método de “Arqueología del Paisaje” y el análisis del entorno de los sitios arqueológicos, recurrimos a Ashomre y Knapp (1999); Morais (1999, 200 y 2001), Araújo (2001); Faccio (1998, 2011, 2017, 2019). Para entender el marco conceptual sobre la Cartografía y el giro del imaginario tenemos: Harley (1995); Levy y Lussalt (2003); Fonseca (2009); Crampton y Krygier (2008); Shepard (2008).El Pontal do Paranapanema fue ocupado por grupos de migrantes de Minas Gerais y de la Región Nordeste del país, a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, cuando el cultivo del café y la cultura agrícola se expandieron para este lugar. área.área. En otras regiones del Estado de São Paulo, la siembra de café y otros cultivos agrícolas ya estaba consolidada, lo que resultó en la extraordinaria demanda de “tierra” en Pontal do Paranapanema por parte de los agricultores (ABREU, 1972). Según Abreu (1972), Monbeig (1984) y Leite (1999), este proceso de ocupación condujo a un intenso proceso de degradación ambiental (deforestación y degradación del suelo), seguido del exterminio de las poblaciones tradicionales indígenas y caboclos. En este tema tenemos el enfoque del giro cartográfico; la etnohistoria relata las primeras ocupaciones humanas en la región del Pontal do Paranapanema.
Palabras clave: Cartografía, Arqueología del Paisaje, Paisaje cultural.
Palavras-chaves: Cartografia, Arqueologia da Paisagem, Paisagem cultural.
Resumen de la Ponencia:
Los sismos ocurridos en 1985 y 2017 en la Ciudad de México son un tema que se encuentra instaurado en la memoria de los habitantes de esta metrópoli. Los recuerdos que dejaron estos movimientos terrestres a su paso marcaron un antes y un después en la vida cotidiana de los capitalinos. Tragedias ocasionadas por desastres naturales, como los sismos en esta ciudad, han marcado significativamente la memoria, debido a la zona geográfica donde se encuentra ubicada la ciudad, este tipo de movimientos sísmicos son más frecuentes que en otras partes de México. Recordar ambos sismos involucra necesariamente evocar el recuerdo que se encuentra instaurado en la narrativa de los diferentes grupos o colectivos, desde el marco de lo social. Abordar el tema de los sismos desde la perspectiva de la Memoria colectiva permite reconstruir el recuerdo de estos sucesos de una manera diferente, la historia que emerge de la narrativa de los actores es sin duda una forma de dar sentido a la memoria de los habitantes de esta urbe.Maurice Halbwachs (1950) había descrito que la Memoria está constituida por productos sociales y culturales en una esfera social, donde los recuerdos se pueden comunicar; esta memoria se ubica en un tiempo y espacio. Así, el lenguaje permite edificar la memoria de las sociedades. La Memoria colectiva no sólo puede ser utilizada para explicar este tipo de fenómenos, los alcances que tiene esta perspectiva teórica permiten ampliar la mirada de la historia, buscar más allá de las narrativas dominantes o de aquéllas que se centran en las locales, así como incluir la enseñanza de otras historias de poblaciones que son menos conocidas o bien han sido olvidadas. En este sentido el presente trabajo, analiza a través de la narrativa la construcción que caracterizan a la memoria colectiva. La propuesta metodológica diseñada para esta investigación consistió en entrevistas a profundidad, donde se privilegió la narrativa de los participantes. Cada una de las entrevistas fue sistematizada a través del programa MaxQda, lo que permitió la construcción de la memoria colectiva del sismo de 1985 que permitieron reconstruir el espacio urbano de la línea del transporte colectivo metro que comienza con la estación Taxqueña y concluye en la estación del Zócalo. Con ello se muestra con varios ejemplos las características que permiten dar cuenta de una serie de acciones emergentes que caracterizan la participación de las personas desde un enfoque que permite la construcción de la memoria colectiva de los sismos ocurridos en septiembre. La coincidencia del sismo ocurrido hace 32 años, despertó la memoria. Hoy la memoria de los sismos ocurridos el 19 de septiembre son parte de la memoria colectiva de los habitantes de la Ciudad de México.