Resumen de la Ponencia:
La literatura feminista ha relevado las implicancias de la dependencia económica de las mujeres, no sólo en términos de las relaciones de poder dentro del hogar, sino también en el reforzamiento de su posición de subordinación en la sociedad (Balabanova, 2007). En lo que respecta a la vida familiar, la dependencia económica de las mujeres afecta su poder dentro del hogar en distintas formas. Por un lado, limita su capacidad de influencia en las decisiones familiares (Gershuny, Bittman, & Brice, 2005; Hobson, 1990). Por otro lado, limita sus posibilidades de poner fin a relaciones problemáticas o insatisfactorias (Gershuny et al., 2005; Hobson, 1990; Kaplan & Stier, 2017; Schoen, Astone, Kim, Rothert, & Standish, 2002) y aumenta su riesgo de caer en la pobreza en caso de separación (Ward, Joshi, & Dale, 1993). A pesar de su relevancia, el estudio de la dependencia económica de las mujeres al interior del hogar no ha tenido un lugar de importancia en la investigación sobre desigualdades de género en América Latina. Esta investigación busca contribuir al estudio de las desigualdades de género al interior del hogar en América Latina a través del análisis de los cambios en el nivel de dependencia económica de las mujeres casadas y convivientes respecto de sus maridos o parejas en Chile durante el periodo 1990–2017. En específico, se busca analizar en qué medida el aumento en la participación laboral femenina en Chile –y las características que ha tenido esta participación– han reducido su nivel de dependencia económica respecto a sus esposos o parejas. Para el logro de este objetivo, se utilizará una estrategia metodológica de tipo cuantitativo, basada en información de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN) para el periodo 1990–2017. La muestra estará compuesta por mujeres ocupadas de 15 años y más, casadas y/o convivientes (con pareja coresidente). Los resultados de este estudio muestran que el aumento de la tasa de participación laboral de las mujeres en Chile durante el periodo 1990–2017, con la consiguiente diversificación del grupo de mujeres ocupadas, ha contribuido a disminuir los niveles de dependencia económica que éstas registran al interior del hogar a nivel agregado. No obstante, después de controlar por las características socioeconómicas, demográficas y laborales de las mujeres de la muestra, la probabilidad de depender económicamente de sus maridos o convivientes no ha disminuido a lo largo del periodo, incluso ha aumentado levemente. Estos hallazgos sugieren que la promesa de autonomía económica detrás del acceso de las mujeres al trabajo remunerado no se ha traducido necesariamente en una mayor igualdad económica al interior de la pareja.