O objetivo deste trabalho é pensar a relação entre esta crescente onda de ataques aos direitos das mulheres, os estudos de gênero e sexualidades voltadas para políticas no campo educacional e a nossa democracia. Ou seja, como a retirada de direitos para alguns segmentos sociais, o discurso moralista e conservador, estão atrelados a serviço de uma desdemocracia. Ou seja, uma conjuntura em que atores políticos, especialmente oriundos do campo religioso, mobilizam agendas conservadoras e antidemocráticas. Tal processo no Brasil tem se configurado de maneira explicita através das políticas apresentadas para a educação. Nesse sentido, propomos um levantamento bibliográfico e análise de documentos oficiais, mas também discursos disponíveis na internet onde investigamos os argumentos apresentados pelos principais agentes que organizam este agenda. Buscamos com este trabalho aventar a hipótese de que a reação ao gênero no contexto escolar através de narrativas como a do Kit Gay, da Ideologia de Gênero e da mamadeira fálica representam, dentre outros fatores, a busca de apoio popular, acionada pelo medo, para medidas antidemocráticas gerais na sociedade. Há, portanto, uma conexão entre a dimensão moral e econômica que se manifesta no Brasil através de disputas educacionais. Por fim, a proposta do trabalho é defender a educação laica, que contempla os estudos de gênero e sexualidades, como única forma para de se construir uma educação democrática para todos e todas.
#02457 |
Experiencias de menstruar de mujeres habitantes de calle en Bogotá : La importancia del enfoque de género en la construcción de políticas públicas.
“si tengo para la pieza no tengo para comer, y si tengo para comer no tengo para la pieza”. A veces compro una toalla que vale quinientos pesos y me dura un día, a veces me llega el período y me dura diez días y yo sin toallas y sin nada” Martha Cecilia Durá Cuy T-398/19El objetivo de la presente ponencia con enfoque de género pretende visibilizar históricamente y contextualmente las condiciones de la habitabilidad en calle en Bogotá, mencionado cómo desde los distintos periodos administrativos se ha avanzado en función de la creación de políticas, programas, proyectos y planes en torno a la gestión y la educación menstrual. De acuerdo a lo anterioir es necesario hacer un reconocimiento a la Sentencia T-398 del 2019, hecha por Martha Cecilia Durán Cuy, mujer habitante de calle, que a traves de su experiencia de menstruar en calle, visibiliza la violación a la vida digna y a sus derechos humanos, sexuales y reproductivos, por la desatención en materia de salud, educación y gestión menstrual. Además de lo expuesto anteriormente la ponencia será creada de la mano con las mujeres habitantes de calle, identificadas como participantes activas y creadoras de conocimiento en torno a su experiencia de menstruar en calle y la construcción de imaginarios alrededor de la menstruación y de menstruar en si mismo. Desde este punto de partida, se realizarán recomendaciones frente a la política pública, planes programas y proyectos que tienen como eje ofrecer productos en materia de la gestión y educación menstrual teniendo en cuenta ejemplos de países como México. El objeto de la investigación es el reconocimiento de dimensiones culturales, sociales, económicas como fundamentales para leer las experiencias de menstruar, visibilizando la falta de la implementación del enfoque de género en la creación de políticas que invisibilizan las experiencias y vivencias y necesidades diferenciadas de las mujeres habitantes de calle.La metodología de la presente ponencia será cualitativa, las herramientas metodológicas usadas para la investigación serán entrevistas estructuradas y semiestructuradas a la población para conocer su experiencia y testimonios de menstruar en condición de habitabilidad en calle; recolección de datos en el DANE como entidad que ha avanzado en indagar sobre la situación de mujeres menstruantes y la participación de entidades como la Secretaría de Integración Social, Secretaría de la Mujer y la Secretaría de Salud como entidades responsables de una gestión de la menstruación digna y tranquila.
#02715 |
Mulheres e previdência social no brasil: uma análise feminista sobre o acesso à política pública de previdência social.
O artigo se propõe a análise crítica a respeito de como a contrarreforma da previdência social, bem como alguns componentes estruturais e conjunturais da sociedade brasileira impactam sobre o acesso de mulheres à Previdência Social, destacando o recorte de raça, classe e gênero. O artigo traz uma discussão sobre a divisão sexual e racial do trabalho, bem como, a relação das mulheres com o trabalho pago e não pago. A perspectiva teórica está ancorada no pensamento marxista com o fim de analisar a crise contemporânea em relação com o capital e a sociedade burguesa, sob sua perspectiva de capitalismo e trabalho. Fundamenta-se também no negro feminino, com o objetivo de abarca a particularidade da mulher negra trabalhadora na sobreposição de opressões de raça, gênero e classe. O estudo identifica que uma conjuntura social brasileira, patriarcado capilar potencializado, ou racismo e as políticas sociais de um Estado submetido ao capital financeiro, afeta duramente a qualidade de vida de mulheres, especialmente como negra e empobrecida.
#03229 |
La afirmación de la presencia de mujeres en espacios masculinizados en Perú
Dentro de la estructura patriarcal, los hombres han dominado el conocimiento y los espacios profesionales públicos. Para acceder a ello en igualdad de condiciones, las mujeres han necesitado romper paradigmas educativos que limitaban sus posibilidades en dos épocas: lograr estudiar en la universidad desde el siglo XIX y reconocer sus capacidades para estudiar carreras STEM[1] a inicios del siglo XXI. Muestra de este proceso es que, en el Perú, hasta fines del siglo XIX, 8 mujeres lograron seguir una carrera universitaria con permisos especiales, además de las que pudieron acceder a Obstetricia. Asimismo, desde fines de la década de 1990 y durante las dos primeras décadas del siglo XXI, la sociedad peruana ha recibido estímulos y ha conformado asociaciones para motivar que más mujeres se interesen en estudiar y se mantengan laborando en carreras STEM. A pesar de que en ambas épocas las cifras de beneficiadas por el proceso colectivo fueron bajas, estas reflejan haber traspasado barreras en su época. Para entender cómo las peruanas realizaron estos procesos en ambos periodos históricos, se ha realizado una investigación aplicando un método de revisión de textos historiográficos que recopilan los procesos del siglo XIX, complementado con observación participante entre el 2017 y 2019 en Lima, y revisión de información generada por las asociaciones investigadas. El resultado del presente estudio es la identificación de diversas herramientas sociales a las que han recurrido en ambas épocas, como la influencia extranjera que promueve la educación universitaria femenina local, las políticas públicas estatales para que las mujeres estudien algunas profesiones específicas, y la capacidad asociativa ciudadana de mujeres intelectuales y profesionales. Esto ha permitido que las mujeres puedan demostrar su presencia y capacidad para desenvolverse en espacios educativos masculinizados.
[1] Acrónimo en inglés de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas
Introducción:
La división sexual del trabajo dentro de la estructura patriarcal ha hecho que las mujeres sean relegadas a realizar actividades de cuidado, mayormente no remuneradas ni profesionalizadas. Para cambiar esta situación desde la educación y como ejercicio de una necesidad propia, las mujeres han logrado entrar a las universidades en forma relativamente masiva desde el siglo XIX, principalmente en las últimas décadas. Si bien esto ha sido un primer paso, su presencia posterior ha reproducido la misma división sexual. Las mujeres han estado ubicadas, en muchos casos, en profesiones consideradas menores, de segundo nivel o que son una extensión de las labores de cuidado que ya hacían históricamente en el ámbito doméstico. Por tanto, si en el siglo XIX la presencia de las mujeres en la universidad implicaba que entraran en espacios masculinizados, su nueva ubicación significó que mucho del conocimiento implicara, nuevamente, una segmentación del mismo en carreras feminizadas y carreras masculinizadas. Tal es el caso de trabajo social frente a sociología, psicología frente a ingenierías, obstetricia frente a medicina, o esta última frente a ciencias exactas. Es decir, la presencia de las mujeres en espacios universitarios ha estado caracterizada por una relación opuesta a la actividad masculina, en una posición de desventaja.
Esta situación y la lucha por lograr que las mujeres puedan acceder a espacios de conocimiento igual que los hombres ha implicado un nuevo movimiento mundial desde los últimos años del siglo XX y las primeras décadas del siglo XXI. Por tanto, la presente investigación se ha hecho sobre lo sucedido en dos épocas. La primera es el siglo XIX, cuando las mujeres recién lograron el acceso a los estudios universitarios. La segunda es el siglo XXI, cuando se ha buscado que las mujeres puedan acceder a carreras STEM que presentaran un número bajo de presencia femenina. Específicamente, la comparación se ha hecho sobre mujeres peruanas. Para ambos procesos, tanto las mujeres como las sociedades han utilizado herramientas sociales y políticas accesibles en su momento. Dependiendo de la época histórica, la forma de buscar y permitir su presencia ha variado, pero se encuentran similitudes. A continuación, se detallará la metodología aplicada y la información analizada para el tema.
Desarrollo:
Encuadre teórico-metodológico
En lo que se refiere al análisis de los procesos de las mujeres peruanas universitarias del siglo XIX, se ha procedido con la revisión de estudios hechos por historiadoras/es, especialistas en Estudios de Género de Sudamérica, investigadoras/es que han escrito sobre mujeres universitarias, y textos del siglo XIX e inicios del siglo XX elaborados por la Universidad de San Marcos de Lima. Esto permitió una base teórica para recopilar y cotejar información sobre cómo fue la educación universitaria en dicha época, las reformas educativas como parte del efecto de la Ilustración española y la Revolución Industrial, los estereotipos bajo los que las mujeres se desenvolvían en el país, las dificultades que atravesaron para estudiar desde nivel primario hasta el universitario, y la cantidad de mujeres que lograron estudiar y bajo qué procesos legales, especialmente referente a las obstetrices. Asimismo, como parte del contexto, se ha utilizado el texto del científico social Carlos Forment, como explicación de la forma en que se desarrolló la asociatividad ciudadana en el Perú.
En el caso del siglo XXI, se ha utilizado una metodología mixta, desde tres tipos de fuentes de información. En primer lugar, los textos revisados corresponden a documentos elaborados por instituciones internacionales que promueven el cumplimiento del derecho a la educación, especialmente la UNESCO. En este caso, el material fue tanto de libros como páginas web institucionales. En segundo lugar, se ha monitoreado las redes sociales de organizaciones, comunidades y grupos de mujeres STEM en el Perú. Por su vinculación con organizaciones internacionales, esto implicó la revisión de páginas web tanto de las organizaciones locales como de las instituciones “matrices”. En tercer lugar, se desarrolló la técnica de observación participante entre los años 2017 y 2022. Este trabajo de campo se aplicó usando la observación directa; la participación en eventos presenciales y virtuales organizados por las asociaciones de mujeres STEM, principalmente peruanas y, esporádicamente, internacionales; y las entrevistas a profundidad con líderes de las organizaciones peruanas.
Teniendo en cuenta los dos procesos históricos, se ha procedido a hacer una comparación histórica que encuentre las similitudes y diferencias de los procesos de las mujeres en ambos siglos.
Análisis de la información
Contexto educativo y profesional de los siglos XIX y XXI
Durante los inicios del siglo XIX, los Estados sudamericanos recién independizados prosiguieron con la posición científica y de desarrollo industrial que había prosperado en Europa central (Quiroz-Pérez, 2012). Asimismo, el sistema universitario estuvo dividido en carreras menores y superiores (Valladares-Chamorro, 2012). Esto dependía del nivel de requisitos educativos, como haber aprobado primaria y/o secundaria, y de los exámenes que se debían aprobar para iniciar los estudios (Sol Serrano, 1994). Según estuvo establecido, las carreras menores corresponderían a niveles técnicos actuales, pues se estudiaban entre uno a tres años, en comparación con los denominados estudios superiores.
Por otro lado, en los últimos años del siglo XX, en el Foro Regional UNESCO denominado “Mujeres, Ciencia y Tecnología en América Latina” en Argentina (Cátedra Regional UNESCO Mujer, 2016), se identificó que una de las desigualdades existentes en el mundo es la subrepresentación de las mujeres en las ciencias exactas. Esto se respaldaba con las cifras recopiladas en el 2003 por el Instituto de Estadística de la UNESCO, en el que se evidencia que solo un 28% de la población científica investigadora mundial estaba conformada por mujeres (UIS, 2006). Paralelamente, debido a los cambios mundiales, la ONU estableció los Objetivos de Desarrollo del Milenio con plazo para el 2015 (ODM) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible para el 2030 (ODS).
En función del material recopilado, se identificó tres principales factores políticos y sociales que han permitido la presencia de mujeres en espacios educativos masculinizados en Perú.
1. Influencia extranjera promotora de la educación universitaria femenina local
Para el siglo XIX, a pesar de que la élite y grupos de intelectuales peruanos estaban relacionados con la cultura europea, no se generó un cambio en la forma de pensar de que las mujeres puedan estudiar carreras universitarias, mucho menos en nivel superior. Sin embargo, para el caso de la primera bachiller en Ciencias Naturales, Margarita Práxedes Muñoz, es resaltante el apoyo recibido por la Junta de Beneficencia de la Gran Logia del Perú, vinculada a la Gran Logia Provincial de Escocia y a colonos de habla inglesa que vivían en Lima (Chocano, 2010). Esta visión de incluir a las mujeres en el conocimiento científico está relacionada con el conocimiento de que existía la masonería femenina en otras partes del mundo, teniendo en cuenta que esta institución promovía la difusión de la ciencia.
Para el caso del siglo XXI, lo que se ha identificado es la presencia de organizaciones internacionales del ámbito STEM en Perú, ya sea para establecer grupos de mujeres dentro de sus organizaciones locales, organizaciones locales de mujeres profesionales, o espacios de trabajo que promuevan la participación de mujeres. Incluso, es frecuente que estas organizaciones internacionales busquen representantes en diversas ciudades y centros estudiantiles o laborales.
Cuadro 1. Organizaciones que promueven la presencia de mujeres en carreras STEM con presencia en Perú, por área de estudio, al 2022
Fuentes: Páginas web de las organizaciones. Elaboración propia.
Lo que une a estas organizaciones internacionales es el objetivo de promover la adopción de políticas de estímulo y acciones positivas en el país, de modo que más mujeres puedan acceder a un desarrollo profesional en las ciencias y la tecnología.
2. Políticas públicas estatales para que las mujeres estudien algunas profesiones específicas
Habiendo heredado de la Colonia española la desvalorización del conocimiento ancestral originario de estas tierras, el Estado peruano estableció en la primera mitad del siglo XIX la política pública de educar a mujeres para que sean obstetrices, con el único requisito de haber seguido educación primaria o saber leer y escribir. Esto permitió que hubiera un grupo de mujeres con educación formal para atender partos de las mujeres de alto nivel socioeconómico, mientras que las parteras tradicionales siguieron atendiendo los partos dentro de los otros grupos sociales. Si bien los estudios se hicieron en el Colegio de Partos ubicado en la Casa de la Maternidad de Lima (Garfías-Dávila, 2009) desde 1830 bajo dirección de la obstetra francesa Madame Benoîte Pauline Cadeau-Fessel, hay registro que, desde 1860, los títulos de las graduadas fueron a nombre de la Facultad de Medicina San Fernando[1] (Álvarez-Carrasco, 2017). Ejemplo de estas graduadas es lo indicado por Álvarez-Carrasco, que ha ubicado 80 obstetrices tituladas por la universidad entre 1860 y 1876. Esta cifra se compara con las 10 mujeres que estudiaron y/o se graduaron en las universidades San Marcos de Lima y San Antonio Abad de Cusco, que siguieron carreras superiores sin promoción del Estado, sino solo por medio de permisos especiales (Denegri, 2004; Mannarelli, 2018).
En el caso de las mujeres en el siglo XXI, la pertenencia del actual Estado peruano a la ONU implica que se rija por el sistema de los derechos humanos. Esto significa que deba cumplir compromisos internacionales para alcanzar el máximo bienestar posible en todos los aspectos de la vida humana. Para ello, debe cumplir con los DESC (Derechos Económicos, Sociales y Culturales) y con los objetivos de desarrollo mundial. Dentro de los DESC, se encuentra el derecho a la educación, el cual está guiado por la UNESCO como institución componente de la ONU. En cuanto a los objetivos mundiales, el ODM[1] 3 señala “promover la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer” (CEPAL). Dentro de las metas para alcanzar este objetivo, la meta 3.A precisa “eliminar las desigualdades entre los sexos en la enseñanza primaria y secundaria, preferiblemente para 2005, y en todos los niveles de la enseñanza para el año 2015”. Es decir, lo discutido y encontrado por la UNESCO entre 1998 y 2003 genera un marco de compromiso para los Estados miembros. Específicamente, el Perú, a través de su institución CONCYTEC (Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica), viene ejecutando políticas públicas para fomentar la participación de las mujeres peruanas en la ciencia y la tecnología, así como motivar para que permanezcan en las profesiones STEM y no se vean afectada por la denominada leaky pipeline o tubería que gotea. Un ejemplo de estas sinergias es el aporte que el British Council en el Perú hace para implementar programas que disminuyan las desigualdades en el acceso a mujeres y niñas en STEM, en coordinación con el Comité ProMujer en Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI) del CONCYTEC.
3. Capacidad asociativa ciudadana de mujeres intelectuales y profesionales
La capacidad asociativa de la ciudadanía permite movilizar a grupos de personas, organizarse y aprovechar las oportunidades generadas por la organización colectiva. Hace 2 siglos, la asociatividad con o de mujeres se ejercía de forma limitada, porque se las relegaba al ámbito doméstico. A esto, se unía su escaso acceso a la educación básica, pues esta solo estaba al alcance de mujeres con alta posición socioeconómica o con contactos en ambientes intelectuales. A pesar de ello, se logró actividades entre mujeres dentro de ciudades como Lima, quienes se comunicaron con mujeres intelectuales de otras ciudades, y viajaron a vivir a otros países con políticas educativas y laborales más inclusivas. Tal es el caso de María Trinidad Enríquez, quien, en Cusco, pudo formar una escuela secundaria para brindar educación a mujeres por haber recibido el estímulo familiar de estudiar diversos temas (Ramos-Núñez & Baigorria, 2017). Ramos-Núñez y Baigorria señalan cómo el ingreso y aprobación de exámenes por parte de Trinidad Enríquez fue felicitado desde Lima por mujeres intelectuales.
Por otro lado, en la actualidad, la capacidad asociativa dentro del ambiente científico se manifiesta en la formación de una ciudadanía científica femenina. Diversas organizaciones buscan mejorar la calidad de vida de las mujeres STEM, sea como agrupaciones locales de instituciones “matrices” internacionales, tal como se mencionó en el primer factor, o por propias iniciativas locales. Dentro de este último tipo de asociatividad, en el Perú, se encuentran agrupaciones como el Grupo de Trabajo de Mujeres Físicas, Grupo de Mujeres Peruanas en Ciencias Matemáticas y Women In Technology - Perú (WIT Perú). Las dos primeras han sido formadas por docentes de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos durante la segunda década del siglo XXI, y WIT Perú se inició el 2012. Según lo conversado con las integrantes de estas organizaciones, las profesionales peruanas en STEM agrupadas buscan generar cambios para una mejor convivencia en sus espacios estudiantiles y laborales, mantener la presencia de las profesionales en las carreras por medio de la valoración de sus aportes y de reuniones para compartir situaciones que afectan por ser mujeres, y capacitarse en espacios seguros para mujeres. Esto es evidenciado en el material compartido en sus redes sociales, en el uso de plataformas digitales para convocar y organizar eventos presenciales y virtuales, en la asistencia a eventos y en la permanencia de estos colectivos por años.
[1] Objetivos de Desarrollo del Milenio al 2015
[1] La Facultad de Medicina de San Fernando perteneció a la Universidad de San Marcos de Lima desde 1856.
Conclusiones:
Ambas épocas muestran la lucha por incluir a las mujeres en espacios educativos y laborales con presencia predominante de hombres. El trasfondo similar, con acuerdos internacionales formales o no, es que se logre la igualdad de derechos en educación y en el trato como seres humanos.
Las mujeres organizadas han mostrado un proceso de autorreconocimiento, por medio del cual han podido identificar que las discriminaciones y limitaciones que viven son reales, colectivas y pueden cambiarse.
La asociatividad permite el reconocimiento de la capacidad cognitiva diversa de las mujeres para poder estudiar y ejercer profesiones formales. Es decir, las organizaciones se convierten en modelos de rol colectivos. Luego de iniciar el proceso de asociatividad, la formación de nuevas agrupaciones se vuelve un proceso naturalizado en cada nueva área de conocimiento. Esto es más evidente en las áreas de conocimiento digital, tal como se evidencia en los distintos lenguajes de programación.
La protección del Estado que se ejecuta a través de acciones positivas plasmadas en políticas públicas educativas permite que más mujeres puedan acceder a la educación de tercer nivel a nivel nacional.
En lo referente a los asuntos pendientes, estaría faltando analizar qué conocimientos traídos desde la construcción social de las mujeres se dejan de lado o son discriminados, como sucedió con las parteras tradicionales en el siglo XIX, y que no sea tomado como aporte desde las mujeres para la educación general.
Bibliografía:
Álvarez-Carrasco, R. (2017). Camilo Segura y la refundación de la Maternidad de Lima. Revista Sociedad Peruana de Medicina Interna, 30 (1), 35-42. http:// medicinainterna.net.pe/images/REVISTAS/2017/numero_1/nota_historica.pdf
British Council y CONCYTEC (s.f.). Introducción a la mentoría en Educación Superior Perú. https://vinculate.concytec.gob.pe/wp-content/files/Manual_de_mentoria.pdf
Cátedra Regional UNESCO Mujer (2016). Documento final Foro Bariloche.https://issuu.com/catunescomujer.org/docs/documfinalforo.docx
CEPAL (s.f.). Objetivos de Desarrollo del Milenio. https://www.cepal.org/es/temas/objetivos-de-desarrollo-del-milenio-odm/objetivos-desarrollo-milenio
Chocano, M. (2010). Lima masónica: las logias simbólicas y su progreso en el medio urbano a fines del siglo XIX. Revista de Indias, 2010, LXX (249), 409-444. https://revistadeindias.revistas.csic.es/index.php/revistadeindias/article/view/717/787
Denegri, F. (2004). El abanico y la cigarrera: la primera generación de mujeres ilustradas en el Perú. Lima: IEP y Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán.
Garfías-Dávila, M. (2009). La formación de la universidad moderna en el Perú. San Marcos, 1850-1919. (Tesis de licenciatura, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Facultad de Ciencias Sociales). http://cybertesis.unmsm.edu.pe/ bitstream/handle/cybertesis/2136/Garfias_dm.pdf
Mannarelli, M. (2018). Las mujeres en la universidad (1874-1908): Permisos y sexos confundidos. En: S. Carrillo y R. Cuenca (Ed.), Vidas desiguales: Mujeres, relaciones de género y educación en el Perú. Lima: IEP.
Quiroz-Pérez, L. (2012). De la comadrona a la obstetriz. Nacimiento y apogeo de la profesión de partera titulada en el Perú del siglo XIX. En Dynamis 32 (2), 415-437. http://dx.doi.org/10.4321/S0211-95362012000200007
Ramos-Nuñez, C. & Baigorria, M. (2017). Trinidad María Enríquez, Una abogada en Los Andes. Lima: Legisprudencia.pe.
Serrano, S. (1994). Universidad y Nación. Chile en el siglo XIX. Santiago de Chile: Editorial Universitaria y CONICYT. http://www.memoriachilena.gob.cl/ archivos2/pdfs/MC0008005.pdf
UNESCO Institute for Statistics (UIS). (2006). Women in Science: Under-represented and under-measured. Bulletin on Science and Technology Statistics (3). https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000217113
Valladares-Chamorro, O. (2012). La incursión de las mujeres a los estudios universitarios en el Perú: 1875-1908. Cuadernos del Instituto Antonio de Nebrija (CIAN), 15 (1), 105-123. Madrid, España: Universidad Carlos III de Madrid. https://e-revistas.uc3m.es/index.php/CIAN/article/download/1544/758
Palabras clave:
Asociatividad, Perú, Mujeres en STEM
#04403 |
Aproximaciones a una crítica cisexual y heterosexual del noción de cuidados en las políticas públicas
El tema que me propongo abordar en la ponencia es la crítica de la noción de los cuidados desde una perspectiva no cis-heterosexual. Al respecto, Dahl (2005) reflexiona y visibiliza que actualmente trabajamos con ideas sobre el cuidado acotadas, donde se transforma al cuidado en un discurso predecible, controlable y transparente que pueden cercenar las posibilidades de bienestar de parte de la ciudadanía. Hoy trabajamos con perspectivas que se piensan desde una matriz binaria y cis-heterosexual para analizar el cuidado, con una relevancia fundamental e indiscutible en el sujeto mujer, la familia como unidad de análisis y las personas que se establecen como dependientes a través los marcos teóricos desarrollados que se expresan en las políticas públicas. Sin embargo, esa relevancia opaca la posibilidad de realizar análisis en donde prime una perspectiva interdependiente y pueda ser posible pensar otras subjetividades y experiencias de vida. En este sentido, el saber académico legitimado genera un marco teórico que se trasluce en los fundamentos de las políticas públicas produciendo una política hegemónica en torno a lo que es y debe ser el cuidado, sus sujetos y las posibilidades de intervención que se derivan de ello. En este breve escrito me propongo analizar la matriz de inteligibilidad heterosexual y el pensamiento cisexual,que predomina en la visión actual de las conceptualizaciones teóricas y estatales sobre el cuidado, qué efectos se desprenden y qué desafíos presenta este estado del arte para pensar análisis y políticas públicas más cercanas a las experiencias de vida de las personas LGBT+
#04840 |
“MUJER MAPUCHE: EL ROL DE LOS PROGRAMAS GUBERNAMENTALES DE CHILE EN LA CONSTRUCCIÓN DE IDENTIDAD DE GÉNERO. EL CASO DEL PROGRAMA MUJER TRABAJADORA JEFA DE HOGAR (MTJH) DE LA COMUNA DE PERQUENCO, ARAUCANÍA”.
MARIA BEATRIZ ROMERO GONZALEZ1
1 - Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México.
En un contexto de desigualdad, las sociedades construyen discursos y crean formas de ver e internalizar la realidad social, haciendo que esto tenga una relación directa con la cotidianeidad, e instauren una forma de construir el entramado social, reflejado en representaciones sociales donde hombres y mujeres se conciben como diferentes en un mismo contexto. La instauración de órdenes sociales y políticos eminentemente masculinos y patriarcales, han configurado un escenario que se mantiene hasta hoy, en donde la mujer tiene desventaja de oportunidades con relación a los hombres, expresado en nuevas formas modernizantes como el desarrollo económico, acceso a mercados, desarrollo profesional, entre otros, que develan la situación de inequidad de las mujeres.Frente a este escenario, la política pública con perspectiva de género, comienza a construirse como una forma de aglutinar las respuestas a demandas y necesidades sobre cómo ejercer sus derechos por parte de un sector de la población. Sin embargo, a pesar del trabajo realizado por el gobierno chileno, desde comienzo de la década de 1990 aproximadamente hasta la actualidad, no representa un cambio considerable en los esquemas mentales de la sociedad, sino más bien, propone una lógica subsidiaria, donde no se apunta a problemas de raíz que el mismo sistema produce y reproduce.Si bien la institucionalización de la perspectiva de género supone un paso importante en el proceso para que los Estados trabajen y destinen recursos para lograr mejorar la condición de las mujeres, existen múltiples falencias de tipo políticas y sobre todo culturales respecto a un trabajo efectivo que muestre el efecto de las políticas públicas. En este contexto es que surge como objetivo conocer cómo construyen las mujeres mapuche su identidad de género en el contexto del programa Mujer Trabajadora y Jefa de Hogar (MTJH) de la Región de La Araucanía, a través del enfoque feminista del movimiento autónomo marxista para determinar el rol que la política pública juega en este proceso. El tema de la identidad de género que construye una mujer mapuche, y si esta es diferente a la propuesta gubernamental, establecida en los programas con perspectiva de género, en base a lo analizado, la respuesta es sí, ya que, si bien existen representaciones sobre las mujeres madre, la mujer que trabaja, la esposa, entre otras, que mujeres mapuche como no mapuche internalizan, existen elementos que las hacen diferentes, como es el caso de la discriminación, la falta de oportunidades o el componente cultural que poseen las mujeres mapuche.
#04843 |
Mujeres que habitan las prisiones. El abismo del género y la reinserción social.
Vivimos en democracia, las instituciones que apuntalan el orden social funcionan, o deberían hacerlo, bajo el amparo del llamado Estado de derecho. En ese sentido, en tiempos de democracia, el Estado, la sociedad y el mercado debieran tirar sus tendones de poder en la edificación de un orden social libertario y justo, sin embargo, dadas las desigualdades estructurales implícitas en el capitalismo, las sociedades de la periferia económica como la nuestra, han creado un orden social que produce desigualdad, precariedad y segregación. Sociedades que, aunque se ostentan como democráticas, han sido incapaces de garantizar no sólo la libertad de las personas, sino el acceso a la justicia y, en general, el acceso a una existencia digna en términos económicos, sociales y políticos.Con esta ponencia pretendo incitar la reflexión en torno a: ¿Qué significa la justicia? ¿Cuáles son los marcos normativos y simbólicos que nos hacen pensar que vivimos o no en un Estado que apele a la justicia? ¿En México se puede afirmar que impera un marco de Estado de derecho? ¿A través de qué medios o bajo qué circunstancias podría observarse? La deliberación que propongo se teje alrededor de las mujeres privadas de la libertad y el campo carcelario mexicano pues considero son un claro ejemplo de cómo se ejercen los mecanismos de acceso a la justicia, y, en ese sentido, quiénes son los sujetos que acceden a él, bajo qué circunstancias y prerrogativas, así como quiénes quedan excluidos y por qué razones. En consecuencia, es también un instrumento para dictaminar la ocurrencia del Estado de derecho, o bien, su ausencia que propongo, puede llegar a considerarse como violencia en contra de las mujeres pues trae consigo opresión, discriminación y segregación por razones de género que merman el pleno ejercicio de su ciudadanía bajo el esquema de las democracias modernas.La reflexión que propone esta ponencia se adscribe a los siguientes órdenes de reflexión:Situar a las mujeres como sujetos políticos, en torno a las dinámicas de opresión que experimentan y les ha significado, entre varios tipos de violencia, la violencia de género desde el Estado que se expresa en un doble juicio: el penal y el simbólico y se materializa en todas las fases del vínculo de las mujeres con la autoridad a partir de que son privadas de la libertad y su la prisión. Considerar que las representaciones sociales de género que operan desde el Estado y se alojan en el imaginario colectivo, no solo niegan la existencia de condiciones de opresión estructural hacia las mujeres, sino que producen y reproducen esquemas de violencia ya sea con acciones u omisiones de las estructuras de gobierno que forman parte de la política pública de reinserción social.
11:00 - 13:00
GT_11- Género, Feminismos y sus aportes a las Ciencias Sociales
2.6 Las desigualdades de género y el papel del Estado en relación a los cuidados, prácticas, mandatos y políticas públicas
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Brechas de géenro en América Latina y el Caribe: el caso cubano desde el trabajo de cuidados
Rosa Campoalgre Septien1
1 - Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas.
Los estudios de género, se han abierto paso asentados en una lucha histórica que fue consolidando el movimiento feminista. Sin embargo, siguen en pie las brechas de género, acrecentadas por la Pandemia-COVID- 19, que debe entenderse en plural, racializada y feminizada.[i] En tanto son las mujeres y las niñas, especialmente las afrodescendientes e indígenas, las principales víctimas de los impactos sociales que acarrea. Al respecto, ONU Mujeres (2021) estima que los derechos de las mujeres han retrocedido y afectado sensiblemente su autonomía, en las tres dimensiones económica, física y para la toma de decisiones. Desde mi lugar de enunciación como mujer negra, defiendo la tesis de que no solo somos víctimas, pues al unísono marcamos las rutas de resistencia como alternativa contrahegemónica ante la crisis. En tales circunstancias, se renueva la actualidad de este tema. La situación imperante reafirma la importancia de estudiar en materia de género. El Informe regional sobre el examen y la evaluación de la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing y el documento final del vigesimotercer período extraordinario de sesiones de la Asamblea General (2000) en los países de América Latina y el Caribe, (CEPAL, 2015) señala: “A 20 años de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, el balance arroja resultados heterogéneos, aunque en general insuficientes”(p.9). Pero, por qué y cómo esta situación prevale, a pesar de nuestras luchas. En función de ese desafío, se presenta esta ponencia titulada: “Brechas de género en América Latina y el Caribe: el caso cubano desde el trabajo de cuidados.” El objetivo asumido es valorar las brechas de género en Cuba en el ámbito del trabajo de cuidados, debido a que este conocimiento tributa a las transformaciones sobre la base de equidad de género en materia de políticas públicas. Se escoge el ámbito del trabajo de cuidados, a partir de considerarse una zona donde se concentran mitos, esteriotipos y prácticas patriarcales que obstaculizan la igualdad de género. en segundo lugar porque se dispone de información regional y nacional acumulada por la Academia y los organimos internacionales en este tema. En tercer lugar, destaca la actualidad y pertinencia de la temática para Cuba , que desarrolla el proceso de consulta popular sobre el anteproyecto del Código de las Familias en Cuba, caracterizado por enconados debates, en los que subyace las visiones de género en general y acerca de los cuidados en particular. El presente trabajo se estructura en dos partes. La primera reflexiona sobre los anclajes teóricos más generales del tema; la segunda, analiza el caso cubano y dialoga con experiencias regionales de cara a las políticas públicas aplicadas. [i] Concepto acuñado por la autora. Véase la serie Pandemia racializada (2000) con el sello editorial CLACSO.
#01737 |
El orden de género para el Estado neoliberal chileno: un análisis de la gubernamentalidad del Programa Familias en clave feminista
Cecilia Moreno Arredondo1
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Inti Fuica Rebolledo
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1 - Universitat de Barcelona.2 - Universidad de Concepción.
El Estado es una institución cuya capacidad de determinar lo legítimo y lo ilegítimo lo sitúa como un productor privilegiado de identidades sociales (Bourdieu, 2014). En la presente, realizamos una lectura crítica de las concepciones de familia y el orden de género presentes en el programa Familias, la principal política pública del subsistema Seguridades y Oportunidades. Las claves teóricas provienen de los feminismos que atienden a la división sexual del trabajo como clave en el orden de género heteropatriarcal (Dallacosta, 1975; Federici, 2004; Federici, 2013), la producción teórica en torno al trabajo reproductivo (Martín Palomo, 2008; Carrasco, 2011) y la perspectiva de gubernamentalidad (Foucault, 2008, 2009). Entendiendo que las políticas públicas actúan como vectores de la gubernamentalidad estatal (Arenas, 2019; Fuica y Carrasco, 2021), en su formulación y puesta en práctica se devela la concepción de familia, el orden de género y la organización de los cuidados, posicionando su análisis crítico como una herramienta para develar las concepciones hegemónicas al respecto. Identificada la presencia de una gubernamentalidad neoliberal en el funcionamiento estatal chileno (Dallorso, 2013; Fuica, 2017), sostenemos que esta racionalidad política funciona para el mantenimiento de un orden patriarcal en la sociedad a través de la "institucionalización de la familia bajo patrones de género con bases en la división sexual del trabajo" (Valdés, 2007: 170) y la mantención de la organización y cobertura de los cuidados en la familia. En el programa Familias se hace un uso productivo del comportamiento de las madres remitiéndose principalmente a ellas para el cumplimiento de los objetivos del programa. Este proceso ha sido llamado por Donzelot como responsabilización a través del empoderamiento femenino, apelando al sentido de responsabilidad de las mujeres para con sus familias a pesar de que la carga de trabajo se intensifique (Schild, 2016: 73). A través del análisis de las directrices oficiales de la política pública, su (re)presentación pública al reformularla en el año 2012, entrevistas semiestructuradas a funcionarios y funcionarias que trabajan en ella y el análisis documental de textos y documentos oficiales, realizamos un análisis categorial organizando resultados a partir de su puesta en acción. Los hallazgos confirman la primacía de una visión heteropatriarcal en la conformación de la familia (padre, madre, hijos/as); el mantenimiento de una visión tradicional de las mujeres, como cuidadoras principales y responsables del bienestar familiar (Ahumada, Monreal y Tenorio, 2016; Tabbush, 2011)y la función normalizadora de las transferencias monetarias (Vargas y Socías, 2016). Estos hallazgos apuntan a que no sólo la pobreza está feminizada, sino que también la responsabilización para su superación. Con esto, se refuerza la división sexual y se sobrecarga a la jefa de hogar como responsable del éxito de la política pública.
#01926 |
“Los hijos que evites los parirás en el infierno”: experiencias sobre el acceso a anticonceptivos durante las décadas de los 60 y 70 en Costa Rica
La investigación plantea un análisis sociológico de las experiencias de un grupo de mujeres adultas mayores sobre las restricciones materiales e inmateriales respecto al uso de métodos anticonceptivos, durante las décadas de los años sesenta y setenta en Costa Rica. En ese sentido se incluyen los aspectos de carácter moral y religioso, las posibilidades materiales, el acceso y la apropiación de la información, así como las situaciones de violencia y las relaciones de poder dentro de la pareja. Además, se explora el papel del Estado respecto a la promoción de políticas de planificación familiar durante este periodo. El estudio corresponde a una investigación cualitativa de carácter exploratorio cuyo trabajo de campo integra entrevistas a profundidad realizadas a mujeres adultas mayores, análisis documental y consulta a informantes institucionales clave. El procesamiento de la información incluyó la triangulación de datos para la realización de un análisis sociológico que integra diversas contribuciones de la gerontología crítica feminista con elementos de otros aportes teóricos del feminismo. Dentro de los principales resultados destacan la violencia verbal, la intimidación discursiva y el abuso espiritual por parte de representantes religiosos católicos que presionaron a las informantes sobre la toma de decisiones reproductivas. Además, se evidenciaron diferentes prácticas de resistencia ejercidas por las participantes del estudio para acceder a dichos métodos en medio de un clima social y moral ampliamente hostil, con escasos apoyos en sus redes cercanas, poco acceso a la información, y en el caso de la mayoría, frente a la clara oposición de sus parejas hombres. En ese sentido, se constatan diversas experiencias de rupturas socioculturales ejercidas por estas primeras generaciones de mujeres que utilizaron anticonceptivos durante la mayor parte de su edad reproductiva; quienes, además, aseguran sentirse ampliamente satisfechas con esa decisión, pues esto les permitió planificar de una mejor manera su propio proyecto de vida. Se subraya también, el papel del Ministerio de Salud y la Caja Costarricense de Seguro Social como instancias promotoras de políticas contraceptivas durante dicha época. Finalmente, se recalca la importancia de fortalecer los diálogos entre el análisis sociológico y los estudios feministas para documentar, en este caso, el impacto social generado por el acceso a métodos anticonceptivos desde la segunda mitad del Siglo XX, esto con el fin de comprender que el descuido del Estado respecto a las políticas anticonceptivas, puede generar importantes retrocesos en el acceso a derechos sexuales y reproductivos, como los que ya se documentan producto de la coyuntura generada por la pandemia de Covid-19.
#03687 |
Maternidad subrogada: ¿potencia o límite para la socialización de los trabajos de cuidados?
La presente ponencia pretende identificar y críticamente analizar los principales nudos que se presentan en el debate sobre maternidad subrogada, a la luz de las teorías de la reproducción social. A partir de una lectura histórica de los argumentos que los movimientos feministas han provisto para considerar a la práctica de la maternidad subrogada como indeseable o bien como deseable, este ensayo pretende argüir si la maternidad subrogada es un límite o más bien una potencia para la estrategia primaria de los feminismos de la reproducción social, a saber: la socialización radical de los trabajos de reproducción y cuidados (Ferguson, 2020). La metodología a utilizar será una revisión bibliográfica acotada pero inclusiva de las principales razones expuestas por los movimientos feministas para estar en contra o bien a favor de la práctica de la maternidad subrogada. La lectura histórica, permitirá la identificación de los nudos o tensiones críticas en el debate, y así, permitir una lectura crítica y realista de una práctica que, a priori, puede parecer indeseable por ser inusual o bien, por no responder a las concepciones “naturales” de la maternidad. Lo cierto es que reproducción y tecnología coexisten cada vez más, y que los contornos de lo natural se movilizan a medida que la tecnología es incorporada al quehacer cotidiano de la humanidad (Haraway, 1985). En más, los nudos críticos que -a priori- se trabajarán son los siguientes: (a) reproducción y tecnología: ¿qué es lo que determina la maternidad? ¿la propiedad sobre el material genético que permite el desarrollo del feto o la gestación de este? ¿qué valor se le asocia a la cadena de cuidados y reproducciones que hacen posible la existencia de otro ser humano? (b) reproducción y trabajo: ¿por qué la maternidad subrogada ha sido considerada como un trabajo ilegítimo? ¿qué es lo que determina la aparente legitimidad del trabajo? y (c) reproducción y socialización: ¿a qué criterios políticos ha respondido la socialización de sólo algunos trabajos de cuidados?.Al abordar estas interrogantes, la ponencia pretenderá ofrecer una conclusión tentativa respecto a la ubicación de la maternidad subrogada en los feminismos de la reproducción social. Ello será realizado mediante el marco teórico de los feminismos de la reproducción social, teniendo como principales autoras de lectura a Susan Ferguson, Cinzia Arruzza, Tithi Bhattacharya y Sophie Lewis.
#03810 |
Género, pobreza y Estado(s): nuevas politicidades, articulaciones y agendas. Un análisis desde la perspectiva de los cuidados y la economía popular en Argentina.
Este trabajo presenta resultados y hallazgos de una investigación sobre estrategias de cuidados desplegadas desde la economía popular y su relación con las modalidades de organización colectiva, los modos de producción y las diversas formas de intervención estatal. Se trata de una investigación para la obtención del grado de Maestría que actualmente forma parte de un proyecto más amplio con apoyo de una beca interna doctoral del CONICET, y la dirección de Dra. Carla Zibecchi.El trabajo se inscribe en el creciente protagonismo que la cuestión de los cuidados, por un lado, y de la economía popular, por el otro, han adquirido tanto en el campo académico como también de las políticas públicas, buscando contribuir al análisis integrado de dichos fenómenos. También se sitúa en los estudios sobre la economía del cuidado y la organización social de los cuidados, que han asumido un papel fundamental en los últimos años, al calor de las demandas del movimiento feminista y de la perspectiva de género como enfoque relevante para el abordaje de las desigualdades sociales. Esta perspectiva resulta central, toda vez que son principalmente las mujeres de sectores populares quienes asumen las responsabilidades de cuidados de los hogares y despliegan estrategias -individuales, familiares, comunitarias- logrando (o no) insertarse en el mercado laboral. Esto explica en mayor medida por qué la implementación de un conjunto de programas sociales para esta población han incidido en la creación de nuevos espacios dedicados al cuidado (Zibecchi, 2018).Se propone como objetivo analizar el modo en que se actualiza la relación entre el(los) Estado(s) y la Economía Popular desde la perspectiva de los cuidados, atendiendo a la relación con las formas de trabajo (precario) en estos sectores. A la vez, indagando en los procesos de construcción de agendas de demandas específicas que permiten referir a nuevas politicidades relativas a la cuestión del género, los cuidados y las políticas públicas.Se recuperan conceptualizaciones de economía popular que no se reducen a la esfera económica y de la producción, incluyendo una diversidad de prácticas y formas colectivas de sostenimiento de la vida (Señorans, 2020). A partir de un enfoque de tipo relacional se conciben los cuidados en un sentido amplio, que supera las dicotomías que marcan ciertas esferas -público/privado, remunerado/no remunerado, productivo/reproductivo- (Pérez Orozco, 2015; Carrasco, 2013; Carrasquer, 2013). Resulta importante asimismo el descentramiento de la mirada tradicional del Estado, por un lado, y la sociedad civil, por el otro, para dar cuenta de sus fronteras borrosas (Gupta, 2015) y de los márgenes como espacios de creatividad (Das y Poole, 2008).La metodología es fundamentalmente cualitativa y consiste en una triangulación de entrevistas en profundidad, observaciones, fuentes documentales y declaraciones públicas de los actores.
#04016 |
“EU SOU TOTALMENTE A FAVOR PORQUE MUITAS VEZES A MÃE É IRRESPONSÁVEL MESMO”: DISCURSOS JURÍDICOS SOBRE A GUARDA PATERNA
Este artigo trata da concessão da guarda de filhos para o pai. A pesquisa que deu origem a este trabalho está pautada numa perspectiva de gênero (CARVALHO, 2008; DEVREUX, 2006; SAFFIOTI , 2004; RIDENTI, 1998; BADINTER, 1993; SCOTT, 1990) e teve como objetivo contribuir para reflexões sobre a reprodução de estereótipos que ratificam uma ordem social patriarcal. Tratou-se de uma pesquisa qualitativa cujos dados foram construídos a partir de entrevistas realizadas com juízes, defensores públicos e promotores de justiça das Varas de Famílias e Sucessões em Teresina-Piauí, Brasil, na qual se verificou a produção de sentidos das práticas discursivas (SPINK, MEDRADO, 2000) a respeito da guarda paterna com o propósito de averiguar como esses/as profissionais encaravam a ideia hipotética de um homem (pai) assumir um papel (cuidador principal) que comumente é destinado à mulher (mãe). Ressalta-se que pedidos de guarda perpetrados por pais não ocorrem com frequência; que “ter a guarda”, antes de representar um “poder” a ser exercido, constitui-se muito mais num “dever” a ser cumprido; e que, amiúde, a guarda é atribuída à mãe sem maiores questionamentos. Os resultados encontrados assinalam que, apesar da recorrência com que os/as entrevistados/as destacavam a importância da maior participação do pai na criação da prole e/ou se queixavam da ausência deste, a atribuição da guarda paterna foi, entretanto, frequentemente associada a características negativas da mãe não-guardiã.
#04138 |
Corresponsabilidad social de los cuidados en el espacio universitario: La política para estudiantes madres y padres desde la percepción de las trabajadoras de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile
Catalina Guerra Maldonado1
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Javiera Ortiz Tapia
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La presente investigación fue realizada en el año 2021 como proyecto de tesis para optar al título de Socióloga de la Universidad de Chile (UCH), y fue patrocinado por la Oficina de Género de la Facultad de Ciencias Sociales (Facso) de dicha institución. Con el fin de aportar en la implementación de la “Política de corresponsabilidad social en los cuidados” en Facso-UCH, este trabajo tiene por objetivo describir la percepción de los y las trabajadores de la facultad respecto a esta iniciativa.La revisión de antecedentes aborda componentes socioculturales sobre el género y familia en Chile, así como de la maternidad y paternidad universitaria. Más bien relegada tanto en la investigación científica como en las políticas públicas, se constata la desprotección del derecho a la educación hacia personas que cuidan en el país, lo que se expresa en que solamente el 1% de la matrícula de la UCH corresponden a estudiantes madres y padres, de acuerdo a catastros internos de la institución. Asimismo, se abordan medidas generadas por universidades en el mundo, contextualizando el caso particular de la UCH. También se abordan aspectos de la división sexual del trabajo y la distinción moderna entre espacios públicos y privados, donde se genera la crisis de los cuidados que afecta especialmente a mujeres. Por último, se aborda cómo la construcción de una institución más inclusiva en términos de corresponsabilidad social del cuidado discute con el ideal meritocrático de la Educación Superior y el desajuste que la maternidad y paternidad resultan para el estudiante y joven “tradicional” desde una mirada adultocéntrica, lo que pone urgencia a la necesidad de acciones institucionales y comunitarias para transformar las relaciones de género en torno al trabajo de cuidados.Para el trabajo de campo fue aplicado un cuestionario (encuesta online con 35 preguntas; 32 cerradas y 3 abiertas) el cual permitió obtener el mayor volumen posible de respuestas, mediante el correo institucional de la Oficina de Género. El muestreo fue de tipo no probabilístico.Los resultados (aprox. un 20% del universo, en su mayoría trabajadoras y académicas) se obtuvieron mediante una metodología mixta, conjugando análisis estadístico multivariado con análisis de contenido cualitativo. En general, se reconoce como un avance necesario la institucionalización de medidas de corresponsabilidad social de los cuidados. No obstante, se constatan diferencias en el manejo de información según género y labores, así como experiencias que señalan en la falta de difusión y recursos (tanto económicos como infraestructura) como el principal obstaculizador en la implementación de la política. Finalmente, se incluyen recomendaciones que permiten guiar el trabajo institucional y comunitario, mejorar el instrumento para ser replicado, y seguir nutriendo el conocimiento en torno a la corresponsabilidad social del cuidado y la maternidad/paternidad universitaria.
13:00 - 15:00
GT_11- Género, Feminismos y sus aportes a las Ciencias Sociales
2.6 Las desigualdades de género y el papel del Estado en relación a los cuidados, prácticas, mandatos y políticas públicas
#00524 |
LA PROMESA DE LA IGUALDAD: CAMBIOS EN EL NIVEL DE DEPENDENCIA ECONÓMICA AL INTERIOR DEL HOGAR ENTRE LAS MUJERES OCUPADAS EN CHILE
La literatura feminista ha relevado las implicancias de la dependencia económica de las mujeres, no sólo en términos de las relaciones de poder dentro del hogar, sino también en el reforzamiento de su posición de subordinación en la sociedad (Balabanova, 2007). En lo que respecta a la vida familiar, la dependencia económica de las mujeres afecta su poder dentro del hogar en distintas formas. Por un lado, limita su capacidad de influencia en las decisiones familiares (Gershuny, Bittman, & Brice, 2005; Hobson, 1990). Por otro lado, limita sus posibilidades de poner fin a relaciones problemáticas o insatisfactorias (Gershuny et al., 2005; Hobson, 1990; Kaplan & Stier, 2017; Schoen, Astone, Kim, Rothert, & Standish, 2002) y aumenta su riesgo de caer en la pobreza en caso de separación (Ward, Joshi, & Dale, 1993). A pesar de su relevancia, el estudio de la dependencia económica de las mujeres al interior del hogar no ha tenido un lugar de importancia en la investigación sobre desigualdades de género en América Latina. Esta investigación busca contribuir al estudio de las desigualdades de género al interior del hogar en América Latina a través del análisis de los cambios en el nivel de dependencia económica de las mujeres casadas y convivientes respecto de sus maridos o parejas en Chile durante el periodo 1990–2017. En específico, se busca analizar en qué medida el aumento en la participación laboral femenina en Chile –y las características que ha tenido esta participación– han reducido su nivel de dependencia económica respecto a sus esposos o parejas. Para el logro de este objetivo, se utilizará una estrategia metodológica de tipo cuantitativo, basada en información de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN) para el periodo 1990–2017. La muestra estará compuesta por mujeres ocupadas de 15 años y más, casadas y/o convivientes (con pareja coresidente). Los resultados de este estudio muestran que el aumento de la tasa de participación laboral de las mujeres en Chile durante el periodo 1990–2017, con la consiguiente diversificación del grupo de mujeres ocupadas, ha contribuido a disminuir los niveles de dependencia económica que éstas registran al interior del hogar a nivel agregado. No obstante, después de controlar por las características socioeconómicas, demográficas y laborales de las mujeres de la muestra, la probabilidad de depender económicamente de sus maridos o convivientes no ha disminuido a lo largo del periodo, incluso ha aumentado levemente. Estos hallazgos sugieren que la promesa de autonomía económica detrás del acceso de las mujeres al trabajo remunerado no se ha traducido necesariamente en una mayor igualdad económica al interior de la pareja.
#00779 |
El avance de Sistemas de Cuidado en ALyC: ¿hacia una transformación de lo social en la pospandemia?
Los debates en torno al cuidado tomaron un vigor decisivo en el contexto de la pandemia de Covid19, que puso a los cuidados en el centro de la escena y también visibilizó la necesidad de transformar la forma como hoy socialmente se resuelven.La agenda de los cuidados no es nueva. Se viene impulsando en América Latina y el Caribe desde mediados de la década pasada, desde las Conferencias Regionales sobre la Mujer, el activismo feminista, la producción académica y el trabajo desde las áreas de género de las agencias de Naciones Unidas. Esta agenda es crucial para una región con los niveles de desigual estructural y persistente que presenta ALyC, y en el reconocimiento de que la forma actual de la organización social del cuidado (OSC) es injusta y un nudo básico de reproducción de desigualdades. Esta ponencia presenta una indagación exploratoria de los avances recientes de la agenda de los cuidados en la región, tomando como referencia cuatro casos específicos: México, Costa Rica, Colombia (con énfasis en Bogotá) y Argentina. Se toman esos casos porque justamente muestran avances, desiguales entre sí, con respecto a la forma en que se han resuelto típicamente los cuidados, a la vez que permiten pensar cómo la agenda de la política pública puede articularse y fortalecerse con una agenda feminista de los cuidados.La ponencia presenta de manera breve la situación de la OSC en cada país, incluyendo las dimensiones del tiempo del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, los marcos normativos de los esquemas de licencias laborales vinculadas con responsabilidades de cuidado, la oferta de provisión pública de servicios de cuidado y el lento avance de la protección de los y las trabajadores del cuidado. Luego hacemos un breve panorama de las respuestas de política pública en torno a los cuidados durante la pandemia.A partir de este panorama, nos preguntamos: ¿cuáles son las orientaciones que están adoptando los avances en materia de sistemas de cuidado en la región?, ¿qué diferencia implica un abordaje feminista de los mismos?, ¿cuáles son las condiciones de posibilidad para que esta perspetiva prevalezca?, ¿qué rol juegan otros elementos con potencial transformador de la actual OSC? En particular, ¿cuál es y cuál debiera ser el rol de los sindicatos? ¿qué papel juegan los servicios públicos de cuidados?
#02238 |
Imaginarios de cuidados, usos del tiempo y demandas de políticas de cuidados para personas mayores en situación de dependencia. Reflexiones en base al caso montevideano
La presente ponencia busca problematizar las demandas de cuidados de personas mayores de 70 años y más en situación de dependencia en la población Montevideana y analizar su vínculo con las estrategias (aspectos materiales y simbólicos) de cuidados. Los datos son de la Encuesta de Estrategias de Cuidados en Montevideo y Área Metropolitana (2019) realizada por el Grupo de Investigación de Sociología de Género (DS-FCS-UDELAR). Los datos muestran una disonancia entre ideales más institucionalistas, más neutros en términos de género y menos familistas que las prácticas concretas de cuidados de personas mayores, en donde quienes aportan la mayor parte del tiempo cuidando son mujeres de las familias de maneras no remuneradas. Se destaca una coherencia con los antecedentes en cuanto a la fuerte segmentación de imaginarios y usos del tiempo según niveles socioeconómicos de la población y sexo de las personas. No obstante, la tendencia muestra menores niveles de familismo a nivel discursivo que en estudios antecedentes, lo cual inicia una pregunta respecto a los cambios en los imaginarios en torno a los cuidados. Esto último se vincula con la estructura de las demandas de políticas públicas al Estado, que pueden ser divididas según su carácter doméstico o institucional, remunerado o no, vinculado con el mercado laboral o de gestión directa del Estado. Las mismas parecen asociarse más con las necesidades prácticas que con los ideales de cuidados. Es decir que mientas que los imaginarios de los cuidados se mantienen predominantemente familistas, las demandas de desarrollo de políticas muestran claramente que la población espera que el Estado gestione, solucione y se encargue de la provisión directa de cuidados, como parte del desarrollo de políticas de protección social, universales y de calidad. Estas demandas son particulares en el caso uruguayo. Las principales demandas son políticas de cuidado remunerado en domicilio (particularmente mencionado por mujeres de 70 años y más informantes), seguidas del desarrollo de centros de cuidados de corta o larga duración (más preferidos por los varones viejos). En menor medida se mencionan políticas de flexibilización laboral o remuneración directa o indirecta para el cuidado familiar. Se concluye que son múltiples los desafíos para el desarrollo de este tipo de políticas en el regresivo escenario actual de gobierno en donde del SNIC en Uruguay.
#02272 |
Cuidados y ruralidad: reflexiones a partir del caso uruguayo
En las últimas décadas ha surgido una literatura creciente sobre cuidados desde una perspectiva de género, pero aún son muy escasos los trabajos que se centran específicamente en los espacios rurales y sus particularidades. En esta ponencia se presentan los resultados de una investigación que tiene como objetivo general el conocimiento y la comprensión de la organización social del cuidado en el medio rural uruguayo. Para ello se utiliza como base el material empírico recabado en el marco del proyecto, que consiste en entrevistas a referentes de espacios de cuidados en pueblos rurales, asalariadas agropecuarias, productoras familiares y cuidadoras. Se concluye que existen severas limitaciones para la universalización de los cuidados en el medio rural, las que se explican en parte por el entrecruzamiento de trabas estructurales y culturales. Las limitantes estructurales están vinculadas a las propias características del contexto (aislamiento, estructura poblacional, lejanía), a la falta de servicios disponibles y a la dificultad de adaptación de instrumentos para la ruralidad. Pero las mayores restricciones se encuentran asociadas a factores culturales que refieren a las prácticas y las representaciones tradicionales del cuidado. En el medio rural persisten mandatos de género y de cuidado que asocian el “buen cuidado” con aquel brindado por la familia y, en particular, por las mujeres. La naturalización de los cuidados familiares y femeninos se manifiesta en el menor uso y demanda de servicios de cuidado. La combinación de estos factores estructurales y culturales provoca que el cuidado recaiga fundamentalmente en las mujeres, limitando sus posibilidades de construir con mayor autonomía sus proyectos de vida.
#03265 |
Políticas de cuidado y la primera encuesta nacional de uso del tiempo en Argentina y su aporte para cerrar las brechas de género
Las políticas de cuidado en Argentina son insuficientes y como consecuencia son las familias y dentro de ellas son las mujeres quienes se ocupan en mayor medida de este tipo de trabajo, creando una relación de género injusta dado que conlleva una gran inversión de tiempo y esfuerzo en actividades sin remuneración y les quita tiempo para su realización personal en términos de ingresos, educación y ocio y en muchas ocasiones también las excluye de las posibilidades de salir de la pobreza. El Instituto Nacional de Estadística y censos ha llevado a cabo la primera encuesta a nivel nacional de uso del tiempo – ENUT- , la cual tuvo lugar en octubre de 2021 y cuyos resultados preliminares (tasas de participación) se publicaron recientemente (abril de 2022), en la cual se recolectó información sobre las distintas actividades que realizan las personas a lo largo de un día.Considerando el tiempo del trabajo total, tanto remunerado como no remunerado de varones y mujeres se espera encontrar un sesgo en la participación de ambos que está vinculado a estereotipos de género que aún distan de ser salvados. De acuerdo al Clasificador de Actividades de Uso del tiempo, CAUTAL, 2016, se dividen en 1) Trabajo en la ocupación y producción de bienes para el autoconsumo, 2) Trabajo no remunerado que comprende el trabajo doméstico para el propio hogar, el trabajo de cuidado para miembros del hogar, y el trabajo de cuidado para otros hogares, para la comunidad y voluntarios. El presente estudio tiene como objetivo relacionar los resultados difundidos de la encuesta de uso del tiempo y las políticas actuales de cuidado, considerando que el estado debería asistir a las familias en el apoyo de las personas demandantes. Se visibilizará la diferente participación de género en actividades remuneradas y no remuneradas, desagregadas por edad y según hogares con y sin demandantes de cuidado. La demanda de cuidado difiere según la composición de los hogares de acuerdo a la edad de sus miembros y a la discapacidad excepcional o permanente que alguno de ellos pudiera tener. Los hogares con niños a partir de los 5 años tienen apoyo de cuidado en la medida que asistan a la escuela, pero tanto niños muy pequeños como adultos mayores con necesidades de asistencia diaria tienen que comprar el cuidado en mercado dada la escasez de oferta de parte del Estado. Se observará este tipo de políticas a la luz de la ENUT.
#03409 |
Las trabajadoras conductoras de UBER: los desafíos frente a los procesos de segregación de género y la compleja conciliación entre trabajo remunerado y tareas del cuidado
A partir de la irrupción de las plataformas digitales y sus impactos en el mundo del trabajo ha comenzado a considerarse que estos nuevos escenarios configuran un contexto laboral más permeable para el ingreso y permanencia de las mujeres y por ello los procesos históricos de la división sexual de trabajo se vuelven menos rígidos. El caso de las conductoras que prestan el servicio de transporte de pasajeros para la empresa Uber en el Área Metropolitana de Buenos Aires representa una motivación interesante para analizar el debilitamiento de una frontera que distingue trabajos para hombres y trabajos para mujeres dado que, como lo expresan algunos datos, el desarrollo de la actividad está señalando que las mujeres se están incorporando de forma gradual y en una curva ascendente a la actividad. En el marco de un estudio de carácter cualitativo, en la ponencia se presentarán, en primer lugar, los modos en los que se producen y desafían los mecanismos de segregación laboral basados en el género a partir de la exploración de las trayectorias laborales de mujeres conductoras. Luego se analizarán los procesos de conciliación entre la actividad laboral que desarrollan y la distribución de tareas de cuidado o responsabilidades hogareñas, atendiendo también a la situación resultante de la pandemia por Covid-19 y los impactos en el trabajo y la vida cotidiana de las mujeres.
Se propone analizar los aportes que Nancy Fraser (2013), presenta sobre el feminismo, la crítica que presenta sobre el auge del neoliberalismo que creó una imagen en la que se aparentaba retomar la crítica feminista del poder que daba al hombre el ¨salario familiar¨ (sostenido sobre la división social del trabajo y la dicotomía masculino/público – femenino/privado), con la incorporación masiva de mujeres al trabajo asalariado y la creación de una nueva esfera privada divorciada de la familia: “el capitalismo desorganizado convierte una oreja de cerdo en una bolsa de seda, elaborando un nuevo romance de avance femenino y justicia de género”, a pesar de que la realidad subyacente es una de “depresión de salarios, menor seguridad laboral, estándares de vida en declive, aumento drástico de la cantidad de horas trabajadas a cambio de salario por hogar [y] exacerbación de la doble jornada” (p. 220). La misma autora sugiere que el feminismo en la era post-crisis financiera puede retomar la crítica del androcentrismo para “militar por una forma de vida que de-centralice el trabajo asalariado y valorice las actividades desmercantalizadas incluyendo, pero no sólo, a los trabajos de cuidados” (p. 226).Esta última idea, que ha ido cobrando relevancia en los movimientos feministas de base en los últimos años, muestra una vez más que el derecho de las mujeres a pensar, retomando la ética del cuidado históricamente construida como femenina, replantea aspectos esenciales de la estructura social para pensar futuros solidarios y emancipadores.Para ello, el papel de los cuidados, no solo en la vida familiar, sino en la social representa un punto necesario para la redistribución económica, pero también de reconocimiento estructural. Lo anterior obliga a pensar en cambios de paradigma sobre la producción y el capacitiamo expresado en la distribución de la vida social.
#04944 |
Políticas alimentarias y mujeres en el campo. Resonancias en las prácticas alimentarias reproductivas y el sistema de cuidados
Veronica Rodriguez Cabrera1
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Roberto Diego Quintana
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En México se han impulsado diversas políticas públicas vinculadas al sistema alimentario que han impactado en las formas de reproducción de la vida en el campo mexicano, especialmente en la cotidianidad de las mujeres rurales, así como en las lógicas y prácticas que se relacionan al trabajo en los grupos y unidades domésticas.Desde una perspectiva feminista se busca visualizar la relación de las actividades de cuidado, el trabajo y las políticas públicas vinculados a las políticas alimentarías en México.Por ejemplo, es importante resaltar cómo los cuidados no se reducen solo a la provisión de cuidar, sino también a la preocupación, atención, tiempo, procuración de recursos y responsabilidad frente al otro. Así como tampoco a un sujeto en particular, aunque la mujer ha aparecido como el sujeto cuidante a partir de justificaciones naturalistas de la “identidad y naturaleza femenina” o se les suele vincular con actividades, lugares, espacialidades específicas cuando estas actividades rebasan en mucho los límites preestablecidos por determinismos vinculados a dicotomías y/o lógicas coloniales opresivas.
15:00 - 17:00
GT_11- Género, Feminismos y sus aportes a las Ciencias Sociales
2.14 Imaginarios de género y control de los cuerpos, derechos sexuales y derechos reproductivos y justicia reproductiva y sexual, vivencias en salud, conocimientos y prácticas ancestrales de la salud
#05169 |
GÉNERO Y ROLES DEL ADULTO MAYOR EN UN MODELO DE SOCIEDAD PATRIARCAL EN HUÁNUCO
RESUMENLos adultos mayores es un segmento poblacional que es considerado vulnerable por lascondiciones sociales en la que se encuentran, a esto se suma las características de roles yrelaciones de género bajo un modelo patriarcal, por lo que es importante estudiar,específicamente a mujeres que pertenecen al Centro integral del adulto mayor(CIAM/HCO) en la ciudad de Huánuco – Perú, que concentra mujeres de la tercera edadde zonas urbano marginales donde se acentúa este tipo de relaciones.Envejecer alude a desigualdad, potenciada por el género, clase, etnia, entre otros. Elestudio describe las desigualdades de género en mujeres adultas mayores en cuanto a losroles reproductivo, productivo y de pertenencia comunitaria.Se demuestra que son desplazadas en la vida social, económica y política y presentandiferencias y desigualdad social, las mismas que se reproducen inter generacionalmente,por lo que se hace necesario establecer programas de intervención, a fin de promover unavejez activa y digna. En conclusión, las mujeres siguen estando en condición de inequidaden comparación al varón, más aún en condiciones sociales que no le permiten construir una vida social de bienestar. La metodología utilizada fue cualitativa-cuantitativa (mixta),de tipo aplicada y de nivel descriptiva-analítica. Se tomó como muestra a 22 mujeres deedad para realizar la referida investigación.
#02955 |
Educación Sexual Integral: una reconstrucción de los desafíos y resistencias de docentes que pugnan por su implementación
Carolina Cravero1
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Cecilia Dionisio
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1 - CIT Rafaela (UNRaf - CONICET).2 - Universidad Nacional de Rafaela UNRaf.
En el año 2006 se sancionó en Argentina la Ley Nacional Nº 26.150 de Educación Sexual Integral, que reconoce el derecho de todos/as los/as estudiantes a recibir dicha formación tanto en escuelas de gestión pública como privada. Esta ley, que integra las normas con perspectiva de género del sistema jurídico argentino, es resultado de conquistas de los movimientos feministas, de mujeres y LGTTTBIQ+. Sin embargo, a 16 años de su sanción, sigue habiendo dificultades de implementación.Con la ley se creó el Programa Nacional de Educación Sexual Integral (ESI de ahora en adelante) que debe ser impartido en toda institución, tanto pública como privada, y niveles del sistema educativo - desde inicial hasta formación docente superior - (LEY Nº 26.150, 2006, art. 4). Sin embargo, la ESI continúa siendo un tema de permanente debate, foco de conflicto y tensiones con sectores políticos conservadores y religiosos. Las obstaculizaciones a esta política pública varían de acuerdo a las especificidades territoriales, ya que Argentina es un país de organización federal, donde cada Provincia aplica las leyes nacionales a través de legislaciones provinciales o programas específicos. Esta presentación se desprende de una investigación empírica cualitativa realizada previo a la pandemia (2018 – 2020) que se propuso indagar entre docentes de nivel medio de la ciudad de Rafaela, a través de la técnica de entrevista, cuáles eran los problemas locales que encontraban para implementar la Educación Sexual Integral. Se exploran las particularidades de la localidad de Rafaela, una ciudad declarada “pro-vida y pro-familia” por su principal órgano legislativo: el Concejo Deliberante. Se trata de un territorio marcado por altos niveles de religiosidad en su población, principalmente católica y con importante ascenso en los últimos años de evangélicos/as. La elite local se constituye con fuerte arraigo en lo religioso y adversa a lo que identifican como “ideología de género”.A través de la técnica llamada “bola de nieve”, propia de los estudios cualitativos, fue posible congregar docentes locales que presentan una actitud favorable hacia la ESI y que aplican o, al menos, intentan implementar la ley abordando sus contenidos en el aula. Esto permitió re-construir a partir del punto de vista de los/as agentes territoriales los desafíos que representa abordar la sexualidad en las escuelas de una ciudad declarada “pro-vida y pro-familia” con altos niveles de religiosidad, así como los espacios de resistencia. La investigación da cuenta de los desafíos de implementación de la ESI, pero también de las articulaciones entre organizaciones feministas y LGTTTBIQ+ con docentes para concretar su implementación y garantizar derechos en una ciudad “conservadora”.
#02982 |
Las feministas radicales y la fijación política por acorralar a las mujeres trans.
Lúcia Soares da Silva1
1 - Núcleo de Sociabilidade Libertária do Programa de Estudos Pós-Graduados em Ciências Sociais da Pontifícia Universidade Católica de São Paulo (NU-SOL/PUC-SP).
Este trabalho pretende analisar as tensões entre as feministas radicais e as transfeministas. O movimento feminista e de mulheres nunca foi uniforme, há décadas modulam-se e se transformam. Paradoxos e concepções díspares ocorrem no interior do movimento feminista, com suas correntes de pensamento, vertentes e práticas. Atualmente, os feminismos estão atravessados por questões étnico-raciais, geracionais, religiosas, de gênero e orientação sexual, entre outras. No entanto, em meio a disputas identitárias há o acossamento das chamadas feministas radicais – radfems, em relação às mulheres transexuais e travestis, que são as transfeministas. Em nome das reivindicações de direitos e representatividade, as radfems estão no encalço político das mulheres trans. No Brasil, recentemente o Supremo Tribunal de Justiça (STJ) determinou a aplicação da Lei Maria da Penha aos casos de violências domésticas ou familiar praticados sobre as mulheres transexuais e transgênero. O STJ compreendeu que esta lei versa em violências fundamentadas em gênero, e não no sexo biológico. Este fato enfureceu as radfems, pois há muito tempo sustentam que a socialização das mulheres está vinculada ao contexto biológico, ao aparelho reprodutor feminino, assim como aos padrões socioculturais impostos às mulheres. Neste sentido, com argumentos moralistas e autoritários se atrelaram a determinados setores da sociedade, e, a políticos conservadores no intuito de derrubar a medida. Por que as transexuais e travestis incomodam tanto as feministas radicais a ponto serem acossadas e estigmatizadas? Por que as radfem se consideram verdadeiras mulheres? Como ser mulher sem a genitália feminina? O que e quem determina quem é e quem não é mulher? Estas inquietações e questionamentos serão problematizados neste trabalho.
#03141 |
Imbricación de las relaciones sociales de sexo, raza y clase versus interseccionalidad : perspectivas decoloniales de Abya Yala y materialistas francófonas
Esta ponencia sintetiza parte de mi último libro Imbricación. Mujeres, raza y clase en los movimientos sociales (2022). Haré dialogar autoras de Abya Yala y Turtle Island, con otras de la Europa francófona, para proponer una alternativa a la muy conocida propuesta de la interseccionalidad —no con el afán de negar los considerables aportes de Crenshaw, pero si, de ofrecer herramientas mas pertinentes para analizar no solo las situaciones, vidas y luchas de diferentes mujeres en lo personal, sino que las dinámicas históricas y estructurales que resultan de mas de 500 años de desarrollo del sistema-mundo capitalista moderno-colonial (Quijano, Lugones). Primero, presentaré el trabajo pionero del Combahee River Colective, grupo de feministas Negras de Estados Unidos que fue el primero en describir la existencia de 4 sistemas de opresión imbricados (CRC, 1979). Veremos enseguida como en Abya Yala, desde los 80, las feministas Negras brasileiras, encabezadas por Lélia Gonzales (1983), hicieron otras contribuciones bastante importantes sobre los efectos simultáneos de la raza, del sexo y de la clase, seguidas por las Dominicanas del grupo Casa por la Identidad de las mujeres Negras, fundado en 1989, y Ochy Curiel (1999).En un segundo momento, apoyándome en las sociólogas francesas Danièle Kergoat (sobre la relaciones sociales estructurales, 2012) y Colette Guillaumin (sobre las relaciones de apropriación o sexaje, 2005 [1978]), explicaré que mas allá de constatar la existencia de las diversasidentidades de las mujeres, podemos pensar la complejidad de las posiciones sociales de todos los actores sociales, sean dominantes y/o dominados, y sobre todo, las lógicas históricas y materiales que han creado paulatinamente el actual conjunto de relaciones de poder. Para esto, defenderé entonces el concepto de imbricación de las relaciones sociales estructurales de sexo, raza y clase.Finalmente, presentaré dos perspectivas de cómo funciona esta imbricación. Primero, a través de mi concepto de los “vasos comunicantes”, basado en la reflexión de Guillaumin sobre las contradicciones dinámicas entre relaciones de apropiación y de explotación. Se trata de entender como los mismos “trabajos” pueden ser realizados tanto a través de lógicas “gratuitas” de apropiación de grupos feminizados o racializados (esposas, siervxs, esclavxs), como en lógicas asalariadas, por grupos proletarizados —y lo que esto implica en términos de competencia entre estos grupos. Segundo, a través de mi propuesta de combinatoria straight (2017), donde confluyen inquietudes del feminismo materialista francófono y del feminismo decolonial de Abya Yala, y que designa en cada lugar y en cada momento histórico, « el conjunto de estas instituciones y reglas que organizan solidariamente la alianza matrimonial y la filiación y posesión de lxs hijxs, en función de lógicas simultáneas de sexo,« raza » y clase ».(la bibliografía no cupo pero esta a su disposicion si fuera necesario)
#03214 |
Desafiando el tabú y estigma menstrual en Chile: una lectura feminista de los discursos que desde la sociedad civil buscan resignificar la menstruación
En esta ponencia se presentará la problematización y metodología de una investigación, cualitativa y exploratoria, sobre las miradas feministas que atraviesan los discursos que desde la sociedad civil chilena están posicionando a la menstruación como un problema social y político, inscribiéndose en un activismo menstrual latinoamericano transfronterizo que ha cobrado fuerza en la última década.
Desde el concepto de discurso social que propone Angenot (2010) y con la noción de lo agonístico de Mouffe (2014) se analizarán los discursos que desde la sociedad civil chilena están desafiando el tabú y estigma menstrual, dando cuenta de las diferentes propuestas para resignificar la menstruación y las miradas feministas que atraviesen estos discursos, identificando convergencias y divergencias entre los feminismos que sustentan a la menstruación como problema social y político.
Se considerará el posicionamiento del cuerpo menstruante no solo como un cuerpo individual, sino que como cuerpo social y político (Scheper-Hughes y Lock, 1987).
Si bien el ciclo menstrual es un proceso fisiológico que experimentan mujeres y personas menstruantes por alrededor de 40 años, existe el tabú menstrual (Bobel, 2010) y el estigma menstrual (Johnston-Robledo y Chrisler, 2013), documentándose diversos efectos negativos que estos tienen en la vida de quienes menstrúan (Chandra-Mouli y Vipul, 2017, Hennegan et. al., 2021).
La menstruación ha estado invisibilizada como problema social y político y es considerada como una “cosa de mujeres” (Tarzibachi, 2017) y quienes menstrúan deben ocultar su estado menstrual (Wood, 2020) cumpliendo una serie de regulaciones y costeando de manera privada los productos de gestión menstrual que suelen pagar un “impuesto sexista”. Así, menstruar se constituye como un elemento más en la desigualdad estructural hacia mujeres y personas menstruantes, lo que ha sido denunciado desde la sociedad civil, inicialmente a través del activismo menstrual y posteriormente se han sumado otras iniciativas.
En Estados Unidos se ha asociado el activismo menstrual al feminismo espiritual y radical (Bobel 2010), donde el primero tiende a esencializar el binomio sexo/género, reforzando la menstruación como algo “femenino” mientras que el segundo cuestiona este binomio. Esto también se ha apreciado en México (Ramírez, 2020) y Argentina (Felliti, 2016). Calafell (2020) ha descrito al auge de la ginecología natural en Latinoamérica como un movimiento sociocultural que aborda la menstruación como fenómeno histórico-social atravesado por la colonialidad, emergiendo discursos desde el activismo menstrual que apelan a una “menstruación decolonial”.
En Chile la menstruación ha comenzado a ser discutida públicamente a raíz de la crisis sociosanitaria y económica producto de la pandemia del coronavirus. La pobreza menstrual, el impuesto sexista y otros temas afines han comenzado a estar en la agenda pública, existiendo hoy un proyecto de ley por los derechos menstruales.
Introducción:
El ciclo menstrual es un proceso fisiológico que experimentarán durante décadas niñas, adolescentes y mujeres en edad reproductiva, así como otras personas menstruantes (intersexuales, personas de género no binario, hombres trans, etc.) marcando la fertilidad de dichos cuerpos.
Según UNICEF el 26% de la población femenina está en edad reproductiva, experimentando un ciclo menstrual. Cada día 800 millones de personas menstrúan y a lo largo de una vida humana se estima que se vivirán 2400 días o 7 años seguidos menstruando (Mosciatti, 2021). Sin embargo, en prácticamente todas las culturas del mundo existen restricciones y/o prescripciones asociados a la menstruación (Gottlieb, 2020), lo que ha llevado a que diversas autoras hablen de un tabú y/o estigma asociado a la menstruación (Bobel, 2010, Johnston-Robledo y Chrisler, 2013). Estos incluyen el silencio alrededor de la menstruación, el distanciamiento físico hacia quién menstrua, la prohibición de mantener relaciones sexuales, restricciones respecto de las tareas del hogar y de la higiene corporal y el ocultamiento del estado menstrual (Wood, 2020). Si bien muchas de estas prácticas y restricciones se asocian a creencias religiosas que varían según la cultura y la geografía, el ocultamiento del estado menstrual es un mandato que predomina en las sociedades occidentales y occidentalizadas contemporáneas.
Este imperativo de ocultamiento menstrual ha sido apoyado durante el siglo XX por la industria de productos menstruales desechables (conocido como Femcare) y se ha estudiado como este es coherente con una configuración social patriarcal que desprecia a las mujeres y considera sus procesos reproductivos como abyectos y vergonzosos (Ussher, 2006, Wood, 2020). Así, la menstruación suele estar vinculada a sentimientos de vergüenza, asco y rechazo (Roberts, 2004).
Sin embargo, durante las últimas décadas mujeres, disidencias sexuales y otros actores sociales están cuestionando estas nociones respecto de la menstruación, lo que se ha considerado como un movimiento global por la visibilidad del ciclo menstrual, desde el cual se exigen cambios económicos, culturales, sociales y políticos para transformar la situación de desventaja que enfrentan aquellas personas que menstrúan.
Dado que la menstruación es parte de un ciclo menstrual que influye en la salud física y mental, la reproducción humana, y ha sido considerada como marcador del género femenino, es que cuestionar el tabú y estigma menstrual implica cuestionar nociones asociadas a la salud, el cuerpo, el género, la femineidad y el consumo, entre otros aspectos que están siendo relevadas principalmente por actores de la sociedad civil. Así, activistas menstruales, personas asociadas a proyectos de manejo e higiene menstrual y el mercado de productos de gestión menstrual reutilizables están disputando nuevos significados asociados al ciclo menstrual, sacándolo del espacio privado y buscando una resignificación de la menstruación que tiene implicancias médicas, culturales, sociales, económicas y políticas.
Las críticas al tabú y estigma menstrual, las estrategias para su visibilización, las demandas y propuestas han comenzado a ser estudiadas desde las ciencias sociales desde la década del 2000, aumentando considerablemente estas investigaciones desde la década del 2010, a pesar de que la menstruación se ha considerado un objeto académico no lo suficientemente “serio” (Bobel y Fahs, 2018) y de difícil inclusión en la academia y en la discusión pública (Gaybor y Harcourt, 2021).
La reciente publicación del libro “The Palgrave Handbook of Critical Menstruation Studies” (2020) está relevando el emergente campo de los estudios críticos de la menstruación, campo que se sustenta en la menstruación como una categoría de análisis que permite dar cuenta de cómo los sistemas de poder y conocimientos están construidos y quiénes se benefician de dichas construcciones sociales. Este es un campo multidimensional, coherente y transdisciplinario que incluye la investigación y la incidencia, permitiendo una novedosa claridad epistemológica que contiene un potencial significativo para la producción de conocimiento y la transformación social (Bobel, 2020, p.4).
Esta investigación, de carácter cualitativo y exploratorio, tiene por objetivo identificar y analizar las lecturas feministas que atraviesan los discursos de visibilizadoras, colectivos y organizaciones de la sociedad civil chilena que desafían el tabú y estigma menstrual y buscan resignificar la menstruación como problema social y político. Debido a que la investigación no está terminada, es que se presentará la problematización y el enfoque teórico y metodológico, pero no será posible presentar los resultados pues aún se están analizando los datos.
Desarrollo:
En esta investigación se considerará la propuesta analítica de Scheper-Hughes y Lock (1987) respecto del estudio del cuerpo reproductivo a partir de tres enfoques teóricos y epistemológicos distintos, pero que se articulan entre sí: el cuerpo individual (que refiere al cuerpo encarnado, el vivido y construido desde una perspectiva fenomenológica), el cuerpo social (referente a los discursos sobre cómo se construyen los cuerpos, las representaciones y los símbolos) y el cuerpo político (que implica una visión analítica del poder, la regulación de los cuerpos individuales y colectivos, la vigilancia y control así como las posibles transgresiones y resistencias) (Scheper-Hughes y Lock (1987). Las últimas dos categorías serán centrales, debido a que interesa estudiar cómo se construyen los discursos en torno al cuerpo, el género, el poder, las regulaciones así como las resistencias y transgresiones que permiten comprender el tabú y estigma menstrual así como su alteración y resignificación.
Se entenderá por discurso social todo aquello que "se dice y se escribe en un estado de sociedad, todo lo que se imprime, todo lo que se habla públicamente o se representa hoy en los medios electrónicos. Todo lo que se narra y argumenta" (Angenot, 2010, p.21). Además, se comprenderá que existe una circulación de discursos que luchan de manera agonística entre sí, favoreciendo una pluralización de hegemonías (Mouffe, 2014) que, eventualmente, permitirán cambiar las miradas hegemónicas que existen sobre el ciclo menstrual.
En esta sección se orientará el trabajo en base a lo que se presenta en la Figura 1.
Figura 1: Escenario global sobre la visibilización del ciclo menstrual
Fuente: Elaboración propia
Tabú y estigma menstrual y sus consecuencias
La palabra tabú proviene del polinésico tapu y se refiere a un estado de ser demasiado poderoso como para ser discutido o alterado (Gottlieb, 2020), por lo que tiene una connotación neutral moralmente. Sin embargo, en occidente la palabra tabú se ha asociado a una connotación moralmente ambigua, por lo que discutir sobre un tabú es discutir sobre lo que está prohibido, es prohibitivo o es desalentado en los discursos, representaciones y en las prácticas explícitas debido a que los valores socioculturales lo consideran inaceptable socialmente (Bobel, 2010, p. 199).
La menstruación ha sido considerada un tabú en las sociedades occidentales u occidentalizadas, debido a que ha permeado el silencio alrededor de ella (Gottlieb, 2020). Sin embargo, es importante mencionar que no todas las sociedades experimentaron o experimentan la menstruación como tabú en un sentido negativo. Sin embargo, debido a que durante las últimas décadas las fronteras entre el Norte y Sur Global se están diluyendo, esto ha favorecido la expansión de las nociones occidentales del tabú menstrual en un sentido prohibitivo. Así, los estereotipos y el tabú menstrual se reproducen constantemente reflejándose por ejemplo, en la enorme cantidad de eufemismos que existen para la palabra menstruación. Para Gottlieb (2020) el tabú menstrual está imbricando con la vergüenza y la censura y su origen se remite a la ideología patriarcal que es inherente a las tradición judeocristiana y que fue posteriormente adoptada por el islam.
Según Johnston-Robledo y Chrisler (2013) la sangre menstrual constituye un estigma social que mezcla las tres categorías de Goffman, a saber: a) se considera una abominación corporal, b) se le asocia “problemas psicológicos” –sobre todo en la etapa premenstrual y menstrual- y c) es vivida, principalmente, por mujeres, grupo históricamente marginalizado en una cultura patriarcal (Johnston-Robledo y Chrisler, 2013).
El tabú y estigma menstrual tiene consecuencias negativas en la salud, educación, desempeño laboral y contribuye a sentimientos de rechazo tanto de quienes menstrúan hacia su propio cuerpo como desde otras personas hacia quienes menstrúan (Bakoto, 2020, Benshaul-Tolonen et al., 2020, Tinoco, 2020, Hennegan y Montgomery, 2016). Además, la mayoría de las niñas viven su menarquia sin la suficiente información, sintiendo miedo y poca preparación para este evento (Hennegan y Montgomery, 2016) y se ha documentado que en los países de ingreso bajo y medio la mayoría recibe la menarquía con poca información y no preparadas, muchas no tienen los medios para el autocuidado durante su menstruación y no reciben el apoyo ante problemas, lo que obstaculiza su capacidad de realizar activadas diarias y contribuye a su desempoderamiento (Chandra-Mouli y Vipul, 2017).
Se ha planteado que el rechazo que suele generar la menstruación -tanto para quienes la viven como para quienes no- se debe a la noción del cuerpo reproductivo de las mujeres como un cuerpo “monstruoso” (Ussher, 2006) y a la relación que se establece entre la menstruación y el género, donde menstruar “te convierte en señorita” y ser una “señorita” viene aparejado de una serie de disciplinamientos que implican, paradójicamente, desmentir y ocultar el proceso de menstruar (Tarzibachi, 2017).
La menstruación como marcador del género
La discusión en torno al género también emerge con la visibilización del ciclo menstrual debido a que este puede reforzar estereotipos de género y, al mismo, tiempo tensiona las nociones de sexo/género pues existen mujeres que no menstrúan – por ejemplo, las mujeres trans, mujeres con problemas de salud menstrual u otros donde el ciclo menstrual se suprime, embarazadas, puérperas y menopáusicas- y personas que menstrúan y no son mujeres -como hombres trans, de género fluido, no binarias o intersexuales- (Felliti, 2016, Bobel, 2010). Además se dan tensiones entre la teoría de género y algunas corrientes feministas en las que resaltan las diferencia sexual (biológica) en la construcción social del género, mientras que la teoría de género postula la construcción social en la misma aproximación a lo sexual (biológico) (Bobel, 2010).
En muchas culturas la menarquia es un evento que socialmente se significa como el tránsito del ser niña a ser señorita y/o mujer, por lo que pueden contraer matrimonio infantil (McCarthy y Lahiri-Dutt, 2020, Sawo, 2020). Así, al comenzar a menstruar las niñas reciben una serie de consejos por parte de su familia y la sociedad en general respecto de cómo deben comportarse para responder a los mandatos y estereotipos asociados al género femenino.
Tarzibachi (2017) investigó cómo en América Latina la introducción de los productos de gestión menstrual descartables - Femcare o “cuidado femenino”- transformaron las formas de gestión menstrual y signaron la menstruación como un evento que refuerza nociones esencialista y heteronormadas del género, asumiendo, la construcción del cuerpo menstrual como pura biología así el cuerpo menstruante es el de mujer y enlaza biología/naturaleza con género/cultura (Tarzibachi, 2017).
Separar menstruación y género
La propuesta de separar el ciclo menstrual del género femenino ha ido relevado por el activismo menstrual (Bobel, 2010) utilizando la categoría de “persona menstruante” -en inglés “menstruator”-, término que ha sido criticado por algunos sectores feministas, existiendo cierta resistencia al uso de la palabra ya que se ha asociado a un “borramiento de las mujeres” en la medida en que se usa el concepto “género” para referirse a las mujeres o al sexo femenino, debido a que “…la eliminación del “sexo” como categoría jurídica borra a las mujeres” y plantean que “El sexo es la base de la discriminación y la violencia que sufrimos las mujeres” (La Alianza Contra el Borrado de las Mujeres, s.f) poniendo en riesgo los derechos de las mujeres.
Por lo tanto, aun cuando la menstruación es vivida por personas de diversas identidades de género este es un territorio en disputa.
Teorías y conceptos asociados al ocultamiento menstrual
Jill Wood (2020) plantea la teoría del imperativo del ocultamiento menstrual que da cuenta de la internalización de la cultura de ocultamiento como una forma de control social y proyecto corporal que mantiene a las mujeres desconectadas de su propio cuerpo y las oprime. Esta teoría propone una internalización de percepciones de la menstruación como una enfermedad, tabú y estigma que facilita la desconexión corporal y la auto-objetivación, introyectando una auto-vigilencia que es facilitada por la medicalización del cuerpo de las mujeres y la aproximación neoliberal hacia la salud de las mujeres, generando una política corporal generizada que fomenta la noción de los cuerpos de las mujeres como “otros”. El biopoder que este imperativo de ocultamiento menstrual hace que los cuerpos de las mujeres sean lugares de disciplinamiento que producen cuerpos dóciles.
Iris Marion Young (2005) acuñó el concepto de “clóset menstrual” respecto de cómo el espacio público no considera las especificidades de las mujeres y personas menstruantes. Es decir, la búsqueda de la igualdad política para las mujeres y su inclusión en el espacio público fue a costo de la adecuación a la “norma” masculina, por lo que el cuerpo menstruante de las mujeres es considerado como queer, siendo despreciada por su sexualidad y el proceso de menstruar debe ser recluido en el “clóset menstrual”. Esto implica al menos dos paradojas: 1) se dice que la menstruación es normal pero se experimenta como experiencia abyecta y desordenada y desagradable y 2) se genera un desajuste entre la necesidad de quienes menstrúan y las instituciones públicas que buscan el reconocimiento y acceso a beneficios sociales pero se estructuran desde un ideal corporal masculino (incluidos la escuela y los lugares de trabajo).
Menstruación en América Latina: significados asociados previos a la colonización
Para diversos pueblos indígenas del mundo y América Latina, la sangre menstrual significa tanto la fertilidad femenina individual como la de la propia comunidad (Calfio, 2012) al asegurar la fuerza vital para la reproducción del grupo social (Vásquez y Carrasco, 2016). Sin embargo, estos significados cósmicos y mágicos atributos a la menstruación (Carrasco y Gavilán 2009) se han ido trasladando a lo largo de los años, principalmente al expandirse nociones de su impureza asociados a una visión judeocristiana derivada del proceso de colonización (Meigs 1984; Strathern y Steward, 1997).
Además, durante la colonización hubo una inferiorización de la sangre menstrual de las mujeres indígenas que se enlaza con la diferencia colonial de la nueva episteme del siglo XVIII “la diferencia menstrual se convierte en una herramienta que jerarquiza a las mujeres, situando a aquellas de los “países ardientes” como paradigma de lo patológico y representándolas como cuerpos peligrosos” (Eraso, 2015, p.123).
Discursos que desafían el tabú y estigma menstrual
Ante los efectos negativos que se derivan del tabú y estigma menstrual se vuelve urgente “sacar del clóset” el ciclo menstrual y llevarlo a la discusión pública, promoviendo una construcción social colectiva a favor de una menstruación digna, que permita a las niñas, mujeres y personas menstruantes menstruar seguramente, informadas con lo que está sucediendo en sus cuerpos y ampliando los discursos asociados a la menstruación -más allá de la incomodidad, el dolor, y el rechazo-.
Esto es relevante porque, tal como plantea Chris Bobel, si las mujeres y personas menstruantes ignoran sus procesos corporales o los reconocen únicamente como problemáticos, otros/as cooptarán sus vivencias y se internalizarán discursos que tienden a reproducir formas de opresión respecto del propio cuerpo, favoreciendo que las mujeres reconozcan sus procesos corporales como problemáticos y que se relacionen con estos procesos principalmente a través del consumo. El silencio alrededor de la menstruación facilita la internalización de discursos que provienen de médicos, profesionales de la salud, corporaciones, compañías farmacéuticas y empresas publicitarias que pautan y/o cooptan las formas de relacionarse con el cuerpo, alerta que las feministas deben considerar (Bobel, 2010, p. 27).
Por su parte, Naciones Unidas reconoció que el estigma y vergüenza por los estereotipos asociados a la menstruación tienen serios impactos en todos los derechos humanos de niñas y mujeres, incluyendo el derecho humano de la igualdad, salud, vivienda, agua, saneamiento, educación, libertad religiosa o de creencia, condiciones salubres y aseguras para el trabajo y de poder participar en la vida cultural y publica sin discriminación (Organización de las Naciones Unidas, 2019).
En el escenario actual, se identifican tres actores clave en la visibilización y resignificación de la menstruación: las activistas menstruales, el movimiento de Manejo e Higiene menstrual (MHM) y el mercado de productos de gestión menstrual reutilizables. Estos tres movimientos se sustentan en discursos asociados al feminismo, la equidad de género, los derechos humanos y la ecología que están influyendo en el desarrollo de una “política corporal global”, es, decir, a los esfuerzos y luchas políticas transnacionales de las personas en su reclamo para tener el control sobre sus experiencias corporales vividas y sentidas a nivel biológico, social y cultural (Harcourt, 2009).
Activismo menstrual
El activismo menstrual es un movimiento que se inició en los países de ingresos medios-altos y altos desde la década de 1960 y que en las últimas décadas ha cobrado relevancia en países de ingresos medios y bajos. Según Bobel (2010) el activismo menstrual trabaja para que el embodiment pase de ser un objeto a un tema de investigación, es decir, ver el cuerpo no como algo trivial o poco importante, sino que como algo fundacional, urgente y políticamente relevante.
En la investigación sobre el feminismo de la tercera ola en Estados Unidos y las activistas menstruales, Bobel (2010) identificó dos ramas del activismo menstrual: las feministas espirituales y las feministas radicales. Ambas le daban un rol relevante a la menstruación, su gestión y visibilización, pero las formas y el contenido de dicha visibilización variaba considerablemente.
Las feministas espirituales tendían a considerar la menstruación como un proceso sagrado y esencial del ser mujer, brindando connotaciones esencialistas al proceso de menstruar, enfocándose en el desarrollo personal de la mujer y no cuestionando elementos estructurales que afectan en la vida de las mujeres y la vivencia de su sangrado (Bobel, 2010). Este grupo estaba conformado principalmente por mujeres blancas de clase media y alta.
Por su parte, las feministas radicales eran mujeres y personas disidentes del binarismo de género que se basaban en una ideología punk cuestionando la esencialización de la menstruación como algo propio de mujeres, buscando crear alternativas ecológicas para la gestión del sangrado y rebelándose contra el capitalismo corporativo (Bobel, 2010). Este grupo estaba conformado principalmente por mujeres lesbianas, personas de género fluido o que no se identifican con el binarismo de género, la mayoría eran blancas, aunque también habían mujeres afrodescendientes o de otras ascendencias, y pertenecían a clase social baja, media y alta (Bobel, 2010).
En América Latina estudiar el activismo menstrual tiene sus propios desafíos, pues existen pocas investigaciones académicas en este ámbito, aun cuando en los últimos cuatro años han aumentado los encuentros y publicaciones no académicas que abordan la educación y activismo menstrual. Carbajal (2020) plantea que el activismo menstrual en la región tiene sus antecedentes en el arte experimental desde la década de 1980.
Si bien Ramírez (2020) en México y Felliti (2016) en Argentina han identificado aspectos del feminismo radical y espiritual en los activismos menstruales locales, en la región circulan también otras corrientes, como la descolonización de la menstruación. Por ejemplo, Calafell (2018) plantea una "menstruación decolonial" a partir de la circulación de manuales de ginecología natural, estando atravesadas esas propuesta por las tecnologías de género que reproducen binarismos en materia subjetiva a la vez que permiten imaginar tantas otras realidades en la experiencia corporal de la menstruación.
Tarzibachi (2017) plantea que el activismos menstrual es un catalizador de las “políticas sobre los cuerpos menstruales” y que, junto a la abogacía menstrual internacional, tiene cinco ejes: 1) exponer la vitalidad del estigma de la menstruación y el valor de la sangre como marcador del cuerpo sexuado dentro del dualismo femenino-masculino, 2) dar cuenta de la heteronorma en la menstruación, 3) saldar la deuda sobre la seguridad de las usuarias de productos de gestión menstrual, 4) reclamar para que las políticas públicas dediquen fondos a garantizar el acceso equitativo a la gestión menstrual y 5) licencias por menstruación.
Manejo e higiene menstrual (MHM)
MHM surge desde el sector de cooperación internacional centrada en los proyectos de agua, saneamiento e higiene (WASH por sus siglas en inglés), y se define como:
Mujeres, niñas y adolescentes usan un material limpio para manejar su higiene durante la menstruación, pueden cambiarlo en privacidad, con la frecuencia necesaria, acceden y usan agua y jabón para el lavado del cuerpo cuando sea necesario, y tienen acceso a instalaciones seguras y convenientes para deshacerse de la basura de manera discreta y digna. (Tinoco, 2020, p.11)
Este concepto ha variado a lo largo de los años, incluyendo a veces a la noción de “salud e higiene menstrual” que amplía el manejo de la higiene menstrual al incorporar otros factores como “la salud, el bienestar, la igualdad de género, la educación, el empoderamiento de niñas y mujeres adolescentes y sus derechos” (Tinoco, 2020, p.7). Este campo incluye el trabajo de actores de organizaciones internacionales, organizaciones de la sociedad civil, universidades y empresas trasnacionales. A pesar de los esfuerzos de MHM de trabajar contra la denominada “pobreza menstrual” este sector ha sido ampliamente criticado por feministas, académicas y organizaciones de la sociedad civil (McCarthy y Lahiri-Dutt, 2020), principalmente por su mirada colonialista, aunque también se ha destacado la capacidad estratégica de estos proyectos para posicionar la menstruación al nivel de una política corporal global, incentivando el trabajo global en esta área (Gaybor y Harcourt, 2021).
Mercado de productos de gestión menstrual reutilizables
Finamente, el mercado de productos de gestión menstrual reutilizables ha fomentado nuevas narrativas positivas del menstruar, ya que promueven el cuidado del medio ambiente, de sí misma, e incluso han favorecido reflexiones afectivas entre las usuarias y el producto reutilizable (por ejemplo, el “amor a la copa menstrual”) (Tarzibachi, 2017).
Sin embargo, algunas de estos productos presentan discursos esencialistas del menstruar y ser mujer en su “naturaleza femenina” y “persona cíclica” donde las distintas fases pueden brindarles poderes a las mujeres si realizan procesos de autoconocimiento, vinculando el ciclo menstrual a otros ciclos de la naturaleza y/o del universo (como la luna o la madre tierra) que estarían “dentro de la mujer” (Tarzibachi, 2017).
Visibilización del ciclo menstrual en Chile
En Chile, país donde se estima que 4 millones de niñas y mujeres están en edad fértil, se comenzó a abordar públicamente la menstruación en pandemia, debido a que la crisis socio sanitaria dio cuenta de la dificultad que muchas mujeres tenían para contar con productos de higiene y gestión menstrual, sobre todo aquellas que viven en la calles, las más empobrecidas y las que están privadas de libertad. En este periodo el acceso a productos de gestión menstrual se volvió crítico por el aumento de la pobreza y la falta de ayuda estatal. Las primeras canastas de emergencia entregadas en cuarentena por el gobierno no incluían productos menstruales, por lo que agrupaciones feministas y de mujeres hicieron una campaña en redes sociales con el hashtag “en cuarentena seguimos menstruando” (Mosciatti, 2021). Además, el 2020 fue el primer año en que se conmemoró el día de la higiene menstrual –el 28 de mayo-.
Este posicionamiento público contribuyó tanto a que se publicara la primera investigación estatal, el “Informe de Gestión menstrual” elaborado por Servicio nacional del consumidor (en agosto 2021), y que el mismo año se enviara un proyecto de ley para la “Promoción, resguardo y garantía de los derechos menstruales”, el cual hace referencia a los derechos menstruales como derechos humanos, da cuenta de que el costo económico de menstruar contribuye negativamente a la equidad de género y buscan brindar una mirada integral, es decir, elaborar políticas públicas con enfoque de género que consideran el menstruar desde el ámbito económico, social, cultural y sanitario.
Respecto del activismo menstrual y su relación con el feminismo, se ha descrito lo poco que el feminismo en Chile ha tematizado la menstruación (Molina, 2017) existiendo muy poca investigación en este tema. Una excepción es el estudio de Castillo y Mora (2021), quienes analizaron un colectivo feminista conformado por mujeres mapuches y no mapuches que reflexionaban en torno a su menstruación e identificaron tres feminismos distintos, posibilitando un diálogo intercultural feminista y menstrual.
Enfoque metodológico
Este es un estudio que se enmarca en la tesis de magíster en ciencias sociales, mención estudios de la sociedad civil, realizado en la Universidad de Santiago de Chile. Esta es una investigación exploratoria, que sigue una metodología cualitativa (Flick, 2004), debido a que existen muy pocas investigaciones sobre la menstruación desde la perspectiva de las ciencias sociales en Chile, además de que el enfoque cualitativo es el más pertinente para lograr el objetivo de la investigación .
Además, se tuvo un enfoque feminista en la investigación, lo que implica dar cuenta de la posición situada de la investigadora y trabajar en torno a la reflexividad (Harding, 1998).
Previo a la producción de datos cualitativos hubo una etapa de familiarización donde se realizaron observaciones participantes (Flick, 2004) en distintas instancias de visibilización menstrual a nivel local y global (charlas, talleres, etc.). Como herramienta de producción de datos se realizaron entrevistas individuales y grupales semiestructuradas (Kvale y Brinkmann, 2009), de manera presencial y virtual, utilizándose guiones temáticos (Flick, 2004), generando una conversación guiada por preguntas que permitió profundizar en los temas centrales de la investigación.
Para la selección de participantes se realizó un muestreo intencionado de variedad máxima (Patton, 1991), definiéndose tres grupos de interés: visibilizadoras, colectivos y organizaciones de la sociedad civil. Se entendió por visibilizadoras a aquellas mujeres y/o personas menstruantes que visibilizan la menstruación a través de redes sociales y elaboración de material educativo; los colectivos refieren a grupos de mujeres y/o personas menstruantes que se reúnen para realizar acciones de visibilización del ciclo menstrual y que no cuentan con una formalización institucional mientras que las organizaciones de la sociedad civil realizan la misma labor pero sí se han formalizado institucionalmente.
En la globalidad del proceso de investigación se buscará lograr la saturación teórica (Strauss y Corbin, 2002). Para el análisis de datos se realizará un análisis de contenido (Delgado y Gutiérrez, 2007) siguiendo los procedimientos de la Teoría Fundamentada (Strauss y Corbin, 2002). Una vez analizados los datos se invitará a las participantes a discutir los hallazgos a través de un grupo de discusión, lo que permitirá generar debate, relevando los significados de las participantes y generando diversidad y diferencia (Flick, 2004).
La investigación ha implicado la realización de 13 entrevistas – tres a visibilizadoras, cuatro a colectivos y seis a organizaciones de la sociedad civil- con un total de 17 mujeres participantes. En este texto no se presentan los hallazgos de la investigación pues se está en la etapa de análisis de datos.
Esta investigación fue aprobada por el Comité de Ética de la universidad y cada persona firmó un consentimiento informado.
Conclusiones:
Al momento de enviar esta ponencia es posible afirmar, de manera preliminar, que el tabú y estigma menstrual es cuestionado tanto por visibilizadoras, colectivos así como por organizaciones de la sociedad civil que están brindando nuevos significados al proceso menstrual, sosteniendo sus discursos desde posicionamientos feministas diversos que a veces son explícitos al público y otras veces no, ya sea por motivos estratégicos o por decisiones institucionales.
Si bien todas las mujeres entrevistadas se consideran feministas, es posible asociar sus posicionamientos a feminismos de diversos “tipos”, incluyendo los feminismos populares, descoloniales, ecofeminismos, liberales y de la diferencia. Así, es posible encontrar tanto convergencias como divergencias en sus discursos.
En una futura publicación se compartirán los resultados y conclusiones de esta investigación.
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Palabras clave:
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Género y ciudadanía: propuesta para repensar la calidad de la atención en salud
El estudio de la calidad de la atención en los servicios de salud se ha abordado, principalmente, desde visiones administrativas y gerenciales que tienden a opacar la complejidad y multidimensionalidad de este concepto.eEl objetivo de este artículo es presentar un recorrido general por aspectos ligados a la calidad de la atención en salud sexual y reproductiva que permitan desentrañar la necesidad de pensar esta cuestión desde una mirada diferente que hace emerger una lógica de funcionamiento presente en los servicios de salud que tiende a ocultar y anular a la/el ciudadana/o como sujeta/o de derechos, impidiendo que se ejerza la posibilidad de reclamar protección. El propósito es sumar un aporte para que la calidad facilite el ejercicio de los derechos y refuerce la condición de ciudadanía de las mujeres, es decir para que la supuesta neutralidad y “transparencia” del enfoque administrativo de la calidad de la atención logre “politizarse”, convertirse en demanda por parte de los sujetos implicados.Mi propuesta es situar esta necesidad en el marco de una transición paradigmática que redefina la calidad de la atención en salud. No se trata de proponer una nueva definición, nuevos indicadores, sino de sustituir una mirada. Esta mirada, necesariamente, fusiona evidencia empírica con lecturas políticas y diálogos teóricos; y pretende integrar elementos de diferentes niveles: lo individual, lo colectivo, lo institucional, lo tangible, lo intangible, lo consciente, lo inconsciente, lo visible, lo invisible, lo biográfico, lo político, la atención, la gestión.
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Cuidados cotidianos en la familia y la comunidad de las mujeres defensoras-sanadoras de la sierra de Santa Marta del sur de Veracruz
La presente ponencia plantea los avances de la investigación “Experiencias y resistencias de las mujeres defensoras sanadoras comunitarias de la sierra de Santa Marta en la resignificación de las prácticas” que plantea construir un análisis sobre las resistencias e impactos de las prácticas de cuidados de las mujeres de la Red de mujeres defensoras-sanadoras comunitarias de la sierra de Santa Marta, Veracruz. Las defensoras-sanadoras se reconocen como una red, con el propósito de poyarse entre sí ante las situaciones de violencia, enfermedad o cualquier otra situación que dañe la vida propia, de otras mujeres, por lo que cuidar implica realizar acciones de bien propio y común en distintos ámbitos de la vida. La resistencia de las mujeres se da a nivel individual y colectivo en la vida cotidiana, se trata de una respuesta de las mujeres desde sus actividades, formas de actuar, de enfrentar y sentir ante los problemas, daños y amenazas a la vida propia, familiar y comunitaria. Es decir, se resisten ante las violencias y otros efectos de dominación, a causa de agentes externos que dependen de un sistema social, cultural, político, económico, ambiental e industrial inmerso en sus territorios. A pesar de que el trabajo de los cuidados es sustancial para la vida, y realizado en mayor medida por las mujeres, hay una limitada participación de estas en los asuntos de carácter político que buscan incidir en los problemas de sus comunidades. De manera que, está investigación también busca reflexionar y cuestionar el poder asimétrico y las desigualdades en los cuidados, lo cual aporta a la transformación de la concepción, formas y condiciones en las que se dan los cuidados La investigación parte de la identificación, el registro y la reflexión de las experiencias, saberes y prácticas de cuidados de las defensoras – sanadoras para analizar el impacto de las relaciones de poder, las opresiones y las desigualdades en las prácticas de cuidados, así como las formas de resistencia que han surgido en las prácticas de cuidados a partir de la integración y organización de estas mujeres en los procesos impulsados desde dicha red y su participación en la comunidad. La metodología empleada es de enfoque cualitativo con técnicas del método etnográfico y del método de Investigación Acción Participativa, el empleo de las técnicas participativas nutre el proceso reflexivo y el diálogo entre el conocimiento empírico y teórico. Al ser una investigación que refiere a los cuidados y el sustento de la vida en el ámbito familiar y comunitario, en el análisis de los resultados se retoman contribuciones teóricas desde una perspectiva de género que permite poner en diálogo los aportes de la ecología feminista, el asociacionismo de las mujeres y la interseccionalidad.
El ciclo menstrual y la menstruación en las sociedades “modernas” sigue siendo un tema tabú, comúnmente abordado desde el rechazo y la desinformación. Suele asociarse solo a sus características biológicas, pero resulta importante abordarlo desde una perspectiva social, ya que no solo es un proceso fisiológico, sino que es un proceso biopsicosocial que genera comunicación y es utilizado como un mecanismo de opresión y rechazo, como una barrera simbólica y estructural que impide el acceso a ciertos servicios y espacios. Por eso resulta importante cuestionarnos cómo a partir de esta característica biológica y proceso biopsicosocial las mujeres y personas menstruantes habitan y usan los espacios, y cómo a partir de una idea sesgada la construcción y dominación del espacio deja fuera la otredad y ejerce una violencia constante sobre cuerpxs distintxs al dominante, que se viven y habitan de formas diferentes. Se abordará desde el espacio público y privado y la escala de la corporeidadEsto teniendo en cuenta que el espacio también es creado y utilizado como un medio de control social y político, como un instrumento de dominación mediante el cual, se discrimina desde una perspectiva blanca, occidental y heterosexual a todo lo que se salga de dicha categoría, a todo lo que desde ahí se define como “la otredad”. Ni el espacio, ni el género existen de forma absoluta, sino que son construidos socialmente y reproducidos por las prácticas sociales. Son una manifestación del orden social y a la vez creadores de éste.El objetivo de la ponencia es mostrar cómo, a pesar de que el uso del espacio público por parte de las mujeres ya no se encuentra explícitamente normado, siguen existiendo mecanismos implícitos, mediante los cuales su conducta sigue siendo regulada y se les relega al espacio privado. Se les restringe el uso de ciertos lugares y espacialidades después de cierta hora, con cierto tipo de vestimenta, al cumplir ciertas características (lesbiana, gorda, menstruante, etc). Todo esto derivado de que el espacio público como el privado siguen sin ser algo que les pertenezca del todo a las mujeres, ya que siguen sin ser productoras de estos, siguen sin ser plenamente libres de usarlos, habitarlos, recrearlos y repensarlos de la forma que ellas quieran. La mayoría de las veces su conducta se encuentra normada mediante la creación de nuevos conceptos y nuevas formas de represión.
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EL SESGO DE GÉNERO EN LOS DIAGNÓSTICOS MÉDICOS
La presente ponencia busca poner en evidencia la existencia del sesgo de género en los diagnósticos médicos a través de una revisión bibliográfica de diversas fuentes con énfasis en el área de la ciencias sociales y médicas, que serán complementados con testimonios de 5 mujeres pertenecientes a la familia tomasina de segundo semestre de sociología de la Universidad Santo Tomás del periodo académico 2021-2. Por lo que el objetivo de esta investigación es concientizar a las mujeres familiares de estudiantes tomasinos de segundo semestre de sociología sobre la importancia de su salud, sobre el valor que tienen como mujeres y lo importante que es para sus vidas, no permitir que los sesgos de género pongan su salud en riesgo, evitando así consecuencias fatales a largo plazo. De esta forma y gracias a esta investigación, logramos evidenciar que las mujeres han sufrido a lo largo de los años diagnósticos errados o ampliamente influenciados por sesgos de género; lo que se convierte en una problemática de salud a largo plazo, que trae como consecuencias padecimientos graves e incluso mortales que no fueron tratados a tiempo debido a que los dolores que sufren las mujeres han sido normalizados incluso por profesionales de la salud. Por lo que es evidente la necesidad de generar pedagogía (como talleres, fotografías, diapositivas y demás elementos audiovisuales y escritos) que promueva y concientice a las mujeres sobre la importancia de su salud y la no normalización de los dolores.