Resumen de la Ponencia:
Las y los profesionales de Trabajo Social ha fungido como el principal vínculo en la triada institucional paciente-familia-médico. Son quienes restablecen o mantienen el vínculo durante el periodo de internación con familiares u otras redes sociales de apoyo; y en caso de fallecimiento, son quienes brindan el acompañamiento durante el reconocimiento y entrega del cuerpo. Durante los años más álgidos de la pandemia por COVID-19, este gremio no gozó del reconocimiento de su labor profesional, aunado a que les fue negado, en un primer momento, el equipo de protección necesario para atender a pacientes con posible diagnóstico de COVID-19 y a sus familiares. Todo ello, en condiciones de escasez de recursos institucionales.Bajo este contexto, se desarrolló un trabajo de investigación desde el paradigma interpretativo con la finalidad de responder las siguientes interrogantes: ¿Qué actividades desarrolló Trabajo Social en hospitales COVID? ¿Bajo qué circunstancias laborales desarrolló sus procesos de intervención a pacientes con COVID-19 y sus familiares? ¿Qué efectos psicosociales presentaron los y las trabajadores sociales como resultado de su proceso de intervención con pacientes con diagnóstico de COVID-19 y sus familiares? Para ello, se realizaron 40 entrevistas por plataforma zoom a trabajadoras y trabajadores sociales de distintos hospitales que brindaron atención a pacientes COVID-19 en México. Cada una de ellas se transcribió, y fueron analizadas en conjunto desde la Teoría Fundamentada con apoyo de Atlas. Ti. Entre los resultados más significativos que se identificaron, destacan:Si intervenir significa emprender un proceso con otro sujeto, individual o colectivo, para transitar hacia un estado distinto, este proceso implica articular saberes epistemológicos, teóricos y metodológicos, sin olvidar las situaciones complejas vinculadas al dolor y a los desafíos institucionales. Es decir, la intervención no puede obviar los
malestares que experimentan quienes emprenden las intervenciones. Contuvieron la molestia, enojo, desesperación, miedo y angustia de familiares de pacientes COVID-19; en momentos críticos afrontaron amenazas, gritos e insultos.El uso prolongado de cubrebocas, googles, caretas, así como lavar continuamente las manos con jabón, alcohol, gel o aerosoles antibacteriales; ha causado diversas afecciones cutáneas entre los profesionales del Trabajo Social. Algunos otros efectos en su cuerpo fueron la pérdida de cabello, incremento de peso corporal, malestares como dolor de cabeza, dolor de estómago, ardor de garganta, mareos, hipertensión arterial, entre otros.Las emociones durante la pandemia han sido un vaivén, al enterarse que estaría atendiendo a pacientes COVID y sus familiares, en su mayoría fue tomado como un reto, aunque experimentaron miedo y culpa. Avanzada la pandemia, presentaron tristeza, frustración y agotamiento, llegándose a sentirse rebasadas emocionalmente ante el número de casos a atender por día. No obstante, también se observó orgullo y responsabilidad ética por formar parte del equipo de primera línea en el sector salud.