Resumen de la Ponencia:
La pandemia del COVID-19, ha puesto en tensión nuestra forma de interactuar en la cotidianidad, abriendo derroteros hacia nuevas formas de relacionarnos, trastocando la regularidad del mundo que conocemos. El distanciamiento social impuesto como parte de la prevención de la enfermedad, promovió un desplazamiento al mundo online como una manera de dar continuidad al trabajo y a los estudios. En Chile durante la pandemia, se observó un crecimiento del tráfico de internet, iguales al 49%, impulsados principalmente por el teletrabajo, la educación en línea, streaming de video y la comunicación con seres queridos mediante videollamadas. (subtel, 2020).Aún cuando la Internet ha sido una herramienta que ha aportado beneficios a la sociedad, la actividad en línea también puede presentar prácticas que pueden ser riesgosos para sí mismo/a o para otras/os, dado que otras formas de violencia presentes en la sociedad se ajustan al contexto online (Korenis & Billick: 2014; Toro:2021). Una de estas formas se denomina ciberacoso, que afecta a niños, niñas y adolescentes. En la actualidad, el ciberacoso constituye un importante problema asociado a graves consecuencias físicas, mentales y sociales en niños, niñas y adolescentes y que afecta directamente su rendimiento académico (Cross et al., 2016; Campbell & Baumann, 2018). En Chile en 2019, 14 de cada 100 denuncias de maltrato entre estudiantes corresponden a ciberacoso, en 2020 este número aumentó a 26 de cada 100. (supereduc, 2020). Ante tal panorama, los sistemas educativos han tenido que buscar estrategias para intervenir esta situación, acortando brechas digitales y capacitándose. A partir de ello, se elabora un curso de formación introductorio y diseño de intervención sobre violencia de género online que promueve el uso seguro, responsable y preventivo en VGO al interior del espacio educativo intrageneracional para duplas psicosociales, equipos de convivencia escolar y profesionales PIE de la comuna de Limache y Valparaíso. Respecto a la metodología, el curso se desarrolló durante tres semanas, en un total de 12 horas cronológicas, en dos bloques; el primero de formación y el segundo de diseño. El principal hallazgo, fue la creación de una intervención pensada en tres fases: La primera sobre generar espacios de reflexión y experiencias de VGO, la segunda sobre capacitación y formación a docentes y finalmente utilizar herramientas digitales para campañas de prevención al interior de la comunidad.