Resumen de la Ponencia:
En los momentos actuales se hace necesaria la difusión de conocimientos y los espacios de debates respecto a los estudios del cuerpo y las emociones desde los aportes de la ciencia sociológica y otras ciencias sociales afines. Se reconoce el reto de construir y promover un pensamiento crítico, que cuestione la producción y reproducción de prácticas corpóreas y emocionales de individuos, comunidades y sociedades. La Sociología del cuerpo y las emociones en América Latina ha emergido como un campo significativo de investigación, que aporta una nueva perspectiva sobre la construcción de la cotidianidad y la violencia, cuestiones ancestrales que presentan particularidades en el actual escenario socio-histórico. La dinámica, complejidad y heterogeneidad de los procesos sociales que tienen lugar en los países de la región, hoy se agudizan por el impacto de la pandemia de la Covid-19 y generan grandes desafíos. Ello motiva a la autora de esta ponencia a connotar la dimensión emocional y sus nexos intrínsecos con el cuerpo, en una investigación que integra desde una mirada interdisciplinar a la Pedagogía y a la Sociología. El estudio, que forma parte de una tesis doctoral en desarrollo, aporta entre sus principales resultados: la identificación de problemáticas asociadas a la producción y reproducción de las emociones de los estudiantes de Sociología de la modalidad semipresencial de la Universidad de Camagüey; y algunas pautas teórico-metodológicas para la formación de la competencia resolución de conflictos en estudiantes de Sociología en Cuba. Se utilizaron métodos del nivel teórico como el análisis-síntesis e inducción-deducción para el acercamiento al tema de las emociones y las competencias socioemocionales. Del nivel empírico se utilizó el análisis documental sobre la base lagal que legítima la formación del estudiante de Sociología en Cuba; se aplicó una encuesta y entrevistas grupales a estudiantes y docentes. Se empleó el método estadístico para el procesamiento de los datos obtenidos de la encuesta. Se utilizó la triangulación para garantizar mayor objetividad en el análisis de los resultados del diagnóstico y la identificación de potencialidades y dificultades a considerar en la investigación. Esta ponencia tiene como propósito esencial: identificar algunas pautas teórico-metodológicas para la formación de la competencia resolución de conflictos en estudiantes de Sociología en Cuba, con énfasis en la dimensión emocional.Palabras clave: pautas teórico-metodológicas, competencia resolución de conflictos, dimensión emocional.
Introducción:
los momentos actuales se hace necesaria la difusión de conocimientos y los espacios de debates respecto a los estudios del cuerpo y las emociones desde los aportes de la ciencia sociológica y otras ciencias sociales afines. Se reconoce el reto de construir y promover un pensamiento crítico, que cuestione la producción y reproducción de prácticas corpóreas y emocionales de individuos, comunidades y sociedades. En este propósito deviene un elemento clave la Sociología de los cuerpos y las emociones. Es criterio de varios autores que la Sociología de los cuerpos y las emociones en América Latina ha emergido en los últimos tiempos como un campo significativo de investigación (Ariza, 2020; Sabido, 2011), que centra su interés en la dimensión emocional y afectiva de la vida social. Sin embargo, se reconocen algunas limitaciones en sus inicios, asociadas a determinado nivel de disensión e inestabilidad interna: se exhibe un notable avance en las investigaciones del cuerpo, en detrimento de los estudios acerca de las emociones. Ello se considera un reflejo de las concepciones de los precursores de este campo en Latinoamérica. También se identifica como otra falencia en los estudios iniciales sobre las emociones que con frecuencia se subsumen como parte de las indagaciones del cuerpo y/o la afectividad. Aunque es posible reconocer en los estudios sociológicos del cuerpo los aportes del marxismo, el posestructuralismo, la fenomenología y la filosofía; ello contrasta con la ausencia de una postura teórica mayoritaria acerca de las emociones: “El aún más incipiente abordaje sociológico per se de las emociones en nuestra región, diverso, ecléctico y poco sistemático, no exhibe una filiación analítica predominante” (Ariza, 2020, p.9). Es posible sustentar la pertinencia de considerar la dimensión emocional en la investigación social: a partir de los vínculos entre los procesos de estructuración social y las emociones; las bases afectivas de la cohesión; el rol importante en el orden y el conflicto. El potencial que implica la dimensión afectiva para la comprensión de la realidad social (Ariza, 2020). (…) resulta inconcebible un actor social cuyo universo simbólico esté exclusivamente compuesto de ideas o cogniciones. En este universo podemos encontrar también valores. Y en este universo también encontramos, sin duda, emociones. Emociones que son reflejo, condición y substrato último de toda reflexividad humana y social. Tanto la descripción como la explicación y comprensión sociológica de la realidad será incompleta, por tanto falsa, si no se incorpora al actor sentiente en los juegos humanos de interactividad e intercomunicación (Bericat, 2000, p. 145). Con el transcurso de los años tiene lugar la institucionalización de la Sociología del cuerpo y las emociones en la región, la cual aporta una nueva perspectiva sobre problemáticas, tales como: la construcción de la cotidianidad, violencias sociales, género, migración, trabajo, afectividad y emociones. De una u otra manera, la dinámica, complejidad y heterogeneidad de los procesos sociales que tienen lugar en los países de Latinoamérica han impactado en estos temas que tradicionalmente han sido objeto de interés de la Sociología. Particularmente, la crisis ocasionada por la pandemia de la Covid-19 ha ejercido una significativa influencia en la aparición de nuevos desafíos y conflictos. Anticiparse, prevenir en lo posible y resolver los conflictos sociales son algunos de los principales retos que enfrentan los sociólogos cubanos para cumplir con su encargo social; sin embargo, el manejo de las emociones que subyacen en cada uno de los momentos y contextos diversos en los que interviene el sociólogo queda solapado, por lo cual debe ser preparado desde su proceso de formación. Las emociones cumplen una relevante función, en tanto su adecuado control puede favorecer las relaciones sociales; particularmente ante conflictos de todo tipo. Los sociólogos tienen la función de analizar e interpretar la realidad social desde sus múltiples dimensiones: política, social, económica y emocional. Ante esa realidad social dinámica y cambiante se presentan situaciones y conflictos de manera frecuente y naturaleza diversa; razón por la se connota la necesidad de un sociólogo que no sólo comprenda las teorías que sustentan tales interpretaciones, sino que también sea capaz de identificar la dimensión emocional de los conflictos, su origen y posibles alternativas de solución. Lo anterior motiva a las autoras de este trabajo a connotar la dimensión emocional y sus nexos intrínsecos con el cuerpo, en una investigación que integra desde una mirada interdisciplinar a la Sociología y a la Pedagogía. Esta ponencia tiene como propósito esencial: identificar algunas pautas teórico-metodológicas para la formación de la competencia resolución de conflictos en estudiantes de Sociología en Cuba, con énfasis en la dimensión emocional.
Desarrollo:
Métodos
La revisión de obras de diferentes autores latinoamericanos acerca de la dimensión emocional desde la mirada de la Sociología de los cuerpos y las emociones, permitió a las autoras la valoración de categorías esenciales, como: emociones, problema, conflicto y sus tipologías, resolución de conflictos, entre otras. Los métodos teóricos empleados hicieron viables las consideraciones y generalizaciones para identificar algunas pautas teórico-metodológicas que sustentan la formación de la competencia resolución de conflictos en estudiantes de Sociología, con énfasis en la dimensión emocional. Del nivel empírico se utilizó el análisis documental sobre la base legal que legitima la formación de los estudiantes de la carrera Sociología en Cuba. Se examinaron documentos como el Modelo del Profesional y los planes de estudio D y E, programas de disciplinas y asignaturas, con la finalidad de establecer los postulados que respaldan el proceso formativo de dichos alumnos. También se aplicó una encuesta y se desarrollaron entrevistas grupales con docentes y estudiantes, las que proporcionaron información acerca de las vías para la formación de la competencia resolución de conflictos. Para la ejecución de ambas técnicas se determinó una muestra de 10 docentes y 18 estudiantes. Estos últimos corresponden a los grupos de tercero a sexto años de la carrera Sociología de la Universidad "Ignacio Agramonte y Loynaz", de Camagüey. Se empleó el método estadístico para el procesamiento de los datos obtenidos de la encuesta. Se utilizó la triangulación para garantizar mayor objetividad en el análisis de los resultados del diagnóstico y la identificación de potencialidades y dificultades a considerar en la investigación.ResultadosRespecto a las principales insuficiencias relacionadas con la producción y reproducción de las emociones de los estudiantes de Sociología en la Universidad de Camagüey, a través de la triangulación de los diferentes métodos y técnicas empleados se obtuvo que: - Existen carencias vinculadas con el conocimiento de conceptos claves tales como: emociones, conflictos, resolución de conflictos, relación entre emociones y conflictos, consenso y estrategias de afrontamiento. La generalidad de los estudiantes valoran que es “medio” (38,9%), “bajo” (22,2%) o “muy bajo” (22,2%) el conocimiento que poseen acerca de las emociones; los conflictos sociales e interpersonales y su resolución. - En entrevistas grupales desarrolladas con estudiantes y docentes de la carrera de Sociología se reconoció la necesidad de la formación de conocimientos, habilidades, actitudes y valores que, de forma integrada contribuyan a la resolución de los diversos conflictos, en particular los asociados al desempeño de los sociólogos en tiempos de pandemia y pos-pandemia. Los estudiantes y docentes resaltaron la carestía de precisiones teóricas y metodológicas que corresponden al qué y cómo de la formación de estos componentes de la competencia resolución de conflictos. - Los planes de estudio, programas de disciplinas y asignaturas examinados se dirigen la mirada hacia elementos teóricos, epistemológicos y metodológicos como los primordiales para la formación científica del profesional de la Sociología, la integración de saberes acerca de la realidad social, y la experiencia investigativa como reto principal y punto de partida del aprendizaje. - La Sociología del cuerpo y las emociones no está incluida explícitamente en el currículum de la carrera. Aunque en el sistema de conocimientos de algunas asignaturas como Psicología Social y Sociología de la Prevención Social (en los planes de estudio D y E), se aborda el análisis e interpretación de fenómenos socio-psicológicos, el estudio de las actitudes en su función orientadora y reguladora de la estructura de la personalidad, y el tratamiento a conceptos asociados a la prevención social desde una perspectiva multidisciplinar; todo ello se desarrolla en función de que el estudiante perciba su vínculo con la solución de problemas prácticos del desarrollo social, y no de la formación como individuo en sí para la vida; pues no se precisa cómo lograrlo y no se hace referencia a las emociones como respuestas complejas de las que es preciso tomar conciencia para regular su comportamiento a favor del bienestar social. Tampoco se connota en la investigación sociológica la importancia de la dimensión emocional y sus relaciones intrínsecas con el cuerpo. - Los docentes entrevistados le otorgan mayor preeminencia al dominio de aspectos de carácter teórico-metodológico como elementos esenciales en la formación del sociólogo. En sentido general, los entrevistados manifiestan que el adecuado conocimiento de los aspectos teórico-metodológicos asegura el dominio de lo emocional. - El 100% de los docentes encuestados confieren importancia a la formación de la competencia resolución de conflictos en el estudiante de Sociología; no obstante, desconocen acerca de la existencia de estudios, tanto en el ámbito nacional como internacional, que centren la atención en la formación de competencias socioemocionales en dichos estudiantes. - El 70% de los docentes consultados mediante la encuesta evalúan de “medio” y “muy bajo” el nivel de preparación de los profesores de la carrera respecto a las competencias socioemocionales.- En las entrevistas grupales a estudiantes se evidenció la diversidad que caracteriza a las actitudes y reproducción de las emociones de los estudiantes de Sociología; entre ellas aquellas que denotan ciertos niveles de ansiedad e incertidumbre. Se aludió por los docentes a la responsabilidad de los educandos, la motivación por los temas que investigan y la disposición para el trabajo grupal y colaborativo; no obstante, se reconoció que presentan baja tolerancia a las críticas y señalamientos; a veces no logran controlar la impulsividad, al agredir verbal o extraverbalmente a otros estudiantes; y denotan pasividad ante situaciones de conflictos. - El análisis realizado a la base legal que legitima la formación de los estudiantes de Sociología en Cuba, específicamente el Modelo del profesional y los planes de estudios D (Ministerio de Educación Superior, 2008) y E (Ministerio de Educación Superior, 2018) permitió constatar que el currículo no está diseñado por competencias; y que se enfatiza en el desarrollo de habilidades en la concepción del modelo y de la formación académica de este profesional. - La competencia resolución de conflictos no se registra en los documentos rectores de la carrera Sociología como competencia a formar. Se encuentran expresiones afines en el objeto de trabajo, esferas, campo y modos de actuación; sin que ello signifique un vínculo directo a la estructura de esta competencia. Como resultado del análisis de la literatura acreditada sobre el tema, los documentos que norman el proceso formativo de la carrera, y las entrevistas grupales a docentes y estudiantes de Sociología de la Universidad "Ignacio Agramonte Loynaz", se identifican las siguientes pautas teórico-metodológicas orientadas a la formación de la competencia resolución de conflictos en estudiantes de Sociología (Sotomayor y Aguila, 2022): • La formación de la competencia constituye un proceso que abarca desde la detección del conflicto hasta la propuesta de alternativas posibles de solución e incluye etapas como: prevención, identificación, afrontamiento positivo y negociación. • Es la actuación integral que abarca conocimientos, habilidades, actitudes y valores que se manifiestan de manera diversa en cada individuo, asociados al afrontamiento de los conflictos a través de la adecuada selección de estrategias para el manejo de las emociones propias y ajenas. • Debe ser contextualizada al desempeño profesional del sociólogo con énfasis en la dimensión emocional y desde una perspectiva activa-interventora. • La formación de la competencia debe ser guiada y planificada desde las disciplinas y asignaturas que componen el currículo. Debe tenerse en cuenta desde la dimensión emocional el aporte de la Sociología del cuerpo y las emociones para alcanzar una actuación integral de los estudiantes, orientada al desempeño idóneo y el mejoramiento continuo para la resolución de los conflictos. • Se connota la gestión asertiva y creativa de los conflictos desde la autorregulación de las emociones negativas, la comunicación, el crecimiento personal y la utilización de estrategias coherentes a las situaciones emocionales y conflictos agudizados por la pandemia. • Exige una descripción de la estructura conceptual de la competencia resolución de conflictos, contextualizada al actuar profesional del sociólogo en formación, que tenga en cuenta entre sus componentes: - Conocimientos (emociones, relación entre las emociones, el cuerpo y los conflictos; distinción entre los términos: problema y conflicto, definición de conflictos, tipos de conflictos y los que pueden resultar distintivos en el ejercicio profesional del sociólogo, consenso de grupo, estrategias de afrontamiento, mediación, vías de solución de conflictos, etcétera). - Habilidades (debe enfatizarse en las que faciliten la percepción de estados emocionales inadecuados, y a prevenir, gestionar y resolver los conflictos. Entre ellas se connotan las habilidades comunicativas como la escucha y el asertividad, la toma de decisiones, y otras más específicas del sociólogo como: pronosticar la evolución de los hechos y conflictos sociales; y proponer alternativas de solución creativas basadas en el consenso de los actores, el aprendizaje, el crecimiento personal y grupal, etcétera). - Actitudes (relacionadas con la prevención, manejo y resolución de los diversos conflictos. Debe connotarse aquellas que propicien la actitud proactiva, la aceptación a la diversidad, la tolerancia, la asimilación de críticas, la autorregulación y el manejo de las emociones, entre otras). - Valores (asociados fundamentalmente al sentido de identidad y compromiso profesional, político, social y ético, la objetividad científica, la honestidad, la sensibilidad ante las problemáticas sociales, la responsabilidad, el respeto por el espacio profesional e institucional, pensamiento crítico, creatividad, liderazgo y colaboración). DiscusiónEn los actuales tiempos de pandemias y pos-pandemias, la Sociología enfrenta el desafío de re-construir lo social desde una mirada crítica e interdisciplinar con las demás ciencias sociales. En esta trascendental encomienda desempeña un papel protagónico la Asociación Latinoamericana de Sociología (ALAS) que define las problemáticas esenciales objeto de interés, los retos y las metas estratégicas, a partir de las peculiaridades y prácticas de la región. La misión de la Sociología latinoamericana y caribeña actual radica en analizar e interpretar científicamente, desde las dimensiones política, social y económica, la realidad de la sociedad. Este contexto dinámico genera frecuentemente conflictos de diversa naturaleza, y connotan la necesidad de un sociólogo que no solo comprenda las teorías que respaldan esas explicaciones, sino que también reconozca, cuestione y realice aportes desde la dimensión emocional para la comprensión de los conflictos sociales, su origen y las posibles alternativas para resolverlos. Estudios recientes demuestran el desarrollo alcanzado por la Sociología de los cuerpos y las emociones y enfatizan en la importancia de la inserción de la dimensión emocional en la investigación social. Son variadas las investigaciones que exploran las relaciones entre las emociones y la violencia, el género, la migración, el trabajo, la interacción en las redes sociales, entre otras; que confluyen en connotar la naturaleza afectiva de toda interacción social; y también en la significación de las emociones para preservar el orden o generar conflictos (Ariza, 2020). Actualmente los planes de estudio que norman el proceso de formación de la carrera de Sociología en Cuba (Ministerio de Educación Superior, 2008, 2018) proporcionan al estudiante herramientas teórico-metodológicas que propician la identificación y explicación de los procesos sociales más significativos. Sin embargo, la dimensión emocional para la comprensión y resolución de los conflictos sociales continúa siendo un tema pendiente. Las autoras de esta ponencia proponen integrar desde una mirada interdisciplinar la Sociología de los cuerpos y las emociones y la Pedagogía. Desde la Sociología de los cuerpos y las emociones resulta un aporte vital la perspectiva sociológica de las emociones y de su papel primordial en la acción y la vida social. Se coincide con Ariza (2020) en la pertinencia de incluir la dimensión emocional en la investigación social, basada en los nexos entre las emociones y la estructuración social, los fundamentos afectivos de la cohesión social, la connotación del rol de las emociones en el orden y el conflicto; así como en el potencial que implica la dimensión emocional para el conocimiento científico de la realidad social. Desde el campo de la Pedagogía, la investigación científica persigue el propósito de brindar contribuciones teórico-metodológicas para perfeccionar la práctica educativa y concebir conocimientos que tributen a las ciencias de la educación. En función de conformar los resultados científicos son imbricadas en un complejo proceso tanto las necesidades histórico-concretas como las del mismo investigador (Colunga, 2022). En el proceso de investigación doctoral que ocupa a las autoras de este trabajo, deviene objeto de atención la educación socioemocional, como proceso que contribuye al desarrollo integral del estudiante, desde los aspectos cognitivos y de crecimiento personal; y su finalidad orientada hacia la formación de competencias socioemocionales. Estas últimas brindan al estudiante conocimientos, habilidades, actitudes y valores para tomar conciencia, comprender, expresar y regular de forma adecuada los fenómenos afectivos (Bisquerra, 2016). Las autoras de esta ponencia connotan a la resolución de conflictos como una de las competencias socioemocionales que favorece en el estudiante de Sociología una apropiada intervención, a través de la articulación de diferentes saberes contextualizados y el manejo adecuado de las emociones propias y ajenas. En investigaciones desarrolladas por Sotomayor y Aguila (2021) se abordan aspectos esenciales acerca de la necesidad y la significación que posee la formación de la competencia resolución de conflictos en los estudiantes de Sociología. Esta competencia puede favorecer: una mejor gestión de los conflictos sociales e interpersonales, fomentar la capacidad para detectar problemas en los diversos contextos de actuación que demandan una solución o una decisión preventiva, a regular las emocionales ante conflictos que tienen lugar a diferentes escalas y esferas de la sociedad, entre otras. Todo ello requiere ser trabajado desde el entorno formativo, de manera dirigida y planificada, con énfasis en la dimensión emocional. El diseño del currículo de la carrera de Sociología en Cuba se basa en el desarrollo de habilidades; no obstante, de forma implícita en el Plan de Estudios E se hace alusión a la resolución de los problemas de la profesión mediante la investigación social, a tono con las condiciones generadas por la pandemia en los actuales momentos, las necesidades de la sociedad cubana y el desarrollo tecnológico (Ministerio de Educación Superior, 2018). Constituye uno de los encargos fundamentales de los sociólogos cubanos hoy ofrecer una mirada crítica sobre las dinámicas estructurales y funcionales de la sociedad cubana, en un contexto globalizado y de hegemonía del capital. También adquiere relevancia la función de promover estrategias y políticas de desarrollo social desde las instituciones gubernamentales y los diferentes actores sociales a nivel comunitario, empresarial, y organizacional (Ministerio de Educación Superior, 2018). Los desafíos que en tiempos de pandemia y post-pandemia encaran los sociólogos en la sociedad cubana, se complejizan de modo significativo ante el imperativo de anticiparse, prevenir en lo posible y resolver los conflictos sociales. Ello tiene lugar cuando desde el ámbito formativo se subsume la dimensión emocional y el manejo de las emociones como elementos claves para la resolución de los conflictos. El objetivo de identificar pautas teórico-metodológicas para formar la competencia resolución de conflictos en los estudiantes de Sociología llevó a las autoras a un análisis de la bibliografía especializada acerca de la formación de competencias. En cuanto al concepto de competencias desde el enfoque socioformativo, que se fundamenta en las contribuciones del pensamiento complejo y la formación de sujetos de pensamiento crítico, creatividad, liderazgo, colaboración, responsabilidad, respeto y emprendimiento social y empresarial (Tobón, 2013). Diversos son los estudios que en los últimos tiempos centran su atención en la educación socioemocional, las competencias socioemocionales y la competencia resolución de conflictos. Destacan las obras de: UNESCO (2020a, 2020b, 2022); Bisquerra (2009, 2016); Sotomayor y Aguila (2019, 2021, 2022); Padilla y López (2021); Mórtigo y Rincón (2018); Colunga y García (2016), Peribáñez (2016); entre otros. La educación socioemocional es un proceso formativo de carácter permanente, que persigue el desarrollo de competencias emocionales para preparar al estudiante para la vida e incrementar el bienestar social y personal. Hoy se enfatiza en la importancia de la educación socioemocional antes, durante y después del coronavirus y en la necesidad de ofrecer herramientas emocionales a la totalidad de la comunidad educativa; y sin embargo, la misma continúa ausente en el currículum de los diferentes niveles educativos (UNESCO, 2020b). Por su parte, las competencias socioemocionales, como objetivo de la educación socioemocional, son definidas por Bisquerra (2009) como aquellas que promueven las buenas relaciones con otras personas y el manejo de las emociones en contextos sociales y la prevención y solución de conflictos, entre otras. Esta última constituye piedra angular de la presente investigación y se especifica por este investigador como: (…) capacidad para identificar, anticiparse o afrontar resolutivamente conflictos sociales y problemas interpersonales. Implica identificar situaciones que requieren una solución o decisión preventiva y evaluar riesgos, barreras y recursos. Afrontar los conflictos de forma positiva, aportando soluciones informadas y constructivas. Implica capacidad de negociación considerando la perspectiva y los sentimientos de los demás (Bisquerra, 2009, p. 5). Se coincide con este autor respecto a que la resolución de conflictos es una competencia socioemocional y básica para la vida; no obstante, se valora que el término "capacidad" resulta limitado cuando se trata de una competencia desde la perspectiva socioformativa. Esta incluye los conocimientos, habilidades, actitudes y valores como saberes integrados, en este caso en las actuaciones integrales de los estudiantes de Sociología. Desde la perspectiva de Vinyamata (2015) "la ausencia de paz y de armonía son constantes en la vida de las personas y de las sociedades" (p.10), de lo cual se deduce que los conflictos surgen con frecuencia. Tales condiciones se agudizaron en tiempos de pandemia ante el distanciamiento físico, la pérdida del empleo, la muerte de familiares y amigos, la clausura de instituciones educativas, entre otras, y han generado un alto nivel de estrés y ansiedad social.Son muy diversas las conceptualizaciones acerca del conflicto. Se concuerda con Monzonís (2015), quien plantea que el conflicto es inherente a las relaciones humanas y la convivencia, y deviene en el motor de la existencia. El conflicto se asocia a una incompatibilidad en la actuación de las personas o antagonismo de intereses, cogniciones u objetivos entre individuos, grupos, naciones y/o consigo mismo. También se identifica como una oportunidad para el crecimiento y el aprendizaje personal y profesional (Padilla y López, 2021). El conflicto puede resultar positivo o negativo según los métodos que se empleen en la gestión de las tensiones y de la convivencia, relacionados con la manera de comprender la vida y el mundo (Vinyamata, 2015). Desde la mirada de las autoras de esta ponencia, se puede influir en el desarrollo de la sociedad, siempre que el individuo mantenga una actitud pacífica, una comunicación asertiva, y regule las emociones y los sentimientos. Todo ello puede favorecer su crecimiento personal. Sin embargo, la resolución adecuada de los conflictos implica conocimientos y habilidades que no se precisan con claridad para el estudiante de Sociología en la bibliografía que aborda el tema. De Souza (2012) clasifica los conflictos en sociales e interpersonales, atendiendo al criterio de diferentes autores. Desde su punto de vista, el conflicto social tiene lugar por la oposición entre grupos o entre los miembros de un grupo por motivos de competencia, poder o status social. Se concuerda con que el conflicto puede facilitar la cohesión y el fortalecimiento del grupo y que puede funcionar como un motor impulsor de la transformación de la realidad social. Los conflictos interpersonales surgen en cualquier esfera de la realidad social, donde tienen lugar las relaciones sociales y de ahí su gran diversidad (de géneros, laborales, familiares, de vecinos, educativos, amorosos, entre amigos). De acuerdo con esta propia autora, existe una relación estrecha entre los conflictos y el bienestar emocional, pues el modo en que se solucionen los primeros influye en el segundo y viceversa. Las autoras de este trabajo connotan el estudio de la dimensión emocional para la adecuada resolución de los conflictos desde el proceso formativo de los estudiantes de Sociología. Se enfatiza en la necesidad de profundizar en las vías y herramientas emocionales para afrontar los conflictos. Las actitudes, reacciones emocionales y sentimientos ante una similar situación conflictiva pueden variar de un individuo a otro. En la bibliografía revisada se aluden como respuestas más frecuentes ante un conflicto: la agresividad, la pasividad, la negociación y la cooperación. Prevenir, manejar y resolver el conflicto se connotan como actitudes clave que median en las decisiones del sujeto desde los momentos iniciales del conflicto. La decisión consciente de resolverlo influye en el cambio de actitud. La resolución de conflictos, de acuerdo con el criterio de diversos autores, se relaciona con la toma de decisiones, la comunicación asertiva, la escucha activa, el manejo de las emociones, el trabajo en equipo, entre otras. Los involucrados deciden si pueden o desean resolver el conflicto entre ellos o si precisan de la intervención de un tercero. Monzonís (2015) plantea entre las técnicas más empleadas para resolver los conflictos de forma positiva: la negociación, la mediación y el consenso de grupo. En la resolución de conflictos intervienen procesos complejos a nivel social e interpersonal. Desde la perspectiva de las competencias socioemocionales se enfatiza en la necesidad de que el estudiante de Sociología se apropie de un importante sistema de saberes para tomar conciencia, comprender, expresar y regular adecuadamente los fenómenos afectivos, que de manera integrada favorezcan la resolución de conflictos. El proceso de formación del estudiante de Sociología en Cuba, como tendencia, ha connotado la adquisición de conocimientos y habilidades fundamentales para dar solución a los problemas profesionales. Los modelos formativos diseñados en función de los contenidos, han alcanzado una secuencia y diferenciación apropiadas de ciclos básicos y profesionales, orientados a asegurar la asimilación de los modos de actuación profesional. Sin embargo, la formación de la competencia resolución de conflictos, con énfasis en la dimensión emocional o afectiva para la compresión integral y crítica de la realidad social no ha sido valorada hasta el momento como objetivo indispensable del proceso formativo del sociólogo. Como resultado principal de esta ponencia, se evidencian limitaciones en el orden teórico y metodológico para la formación de la competencia resolución de conflictos en estudiantes de Sociología en Cuba y se exponen pautas que conduzcan el accionar de docentes y estudiantes para alcanzar este propósito.
Conclusiones:
Se evidencian insuficiencias en la producción y reproducción de las prácticas corpóreas y emocionales de los estudiantes de Sociología ante los conflictos. No se explicitan en los planes de estudio de la carrera de Sociología en Cuba las competencias socioemocionales a desarrollar ni se reconoce particularmente a la competencia resolución de conflictos. A partir de la triangulación de métodos y técnicas se evidencian falencias teórico- metodológicas que limitan la formación de la competencia resolución de conflictos en los estudiantes de Sociología para la compresión integral y crítica de la realidad social. Se carece de una descripción de la estructura conceptual de dicha competencia contextualizada al actuar del estudiante de Sociología, que integre las particularidades que deben connotarse desde la dimensión emocional. Para alcanzar el propósito de formar a un estudiante de Sociología capaz de resolver los conflictos en los diferentes contextos con autonomía, independencia cognoscitiva, actitud ética y transformadora, es preciso intencionarlo desde la dimensión emocional en su proceso de formación en la universidad, en consonancia con la integración de conocimientos, habilidades, actitudes, y valores que le posibiliten desplegar su trabajo con pensamiento crítico e idoneidad. Resulta innegable la necesidad de formar la resolución de conflictos como competencia socioemocional en los estudiantes de Sociología, en correspondencia con las demandas de sus modos de actuación profesional en tiempos de pandemia y post-pandemia y desde la perspectiva de la Sociología de los cuerpos y las emociones.
Bibliografía:
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Palabras clave:
Competencia resolución de conflictos, estudiantes de Sociología, dimensión emocional.Competência de resolução de conflitos, estudantes de sociología, dimensão emocional.Conflict resolution competence, sociology students, emotional dimention.