Recientemente, en Argentina, se identifica un conjunto de acciones desarrolladas desde distintos niveles del Estado e instituciones en torno a la promoción de modelos más sustentables e inclusivos basados en la inclusión de la agricultura familiar, elaboraciones a pequeña escala, producciones con bases agroecológicas y mercados de cercanía.En el ambito del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca se crea la Dirección Nacional de Agroecología, en el ámbito de SENASA se realizan adecuaciones de las normas sanitarias y de inocuidad para la agricultura familiar, en el Código Alimentario Argentino se incorporan reglamentaciones que incluyen las particularidades de la elaboración a pequeña escala (PUPA), acciones coordinadas desde INTA, INAES y MDS para la formalización de experiencias vía la simplificación de la puesta en marcha de cooperativas y desde el Ministerio de Desarrollo Social se fomentan y fortalecen diferentes estrategias de comercialización de la economía popular, social y solidaria, impulsadas por entidades gubernamentales y organizaciones sociales de todo el país. En el ambito provincial, desde el Ministerio de Desarrollo Agrario, el Programa Alimentos Bonaerenses incluye entre sus líneas de trabajo la promoción de la Agroecología (vía la creación de un registro de productores agroecológicos, una red de facilitadores y líneas de financiamiento particular), el fortalecimiento de Mercados Bonaerenses, la incubadora de cooperativas y el banco de insumos para brindar facilidad de acceso a insumos para la producción. A nivel de Municipios, se desarrollan procesos de sanción de ordenanzas que promueven la agroecología, se regulan la aplicación de agroquímicos y se constituyen Sistemas Participativos de Garantías, entre otros aspectos. El objetivo del trabajo es realizar una revisión de programas, marcos normativos y esquemas de promoción y reglamentarios vigentes, a nivel nacional y subnacional, referidos a producciones y comercialización de alimentos a pequeña escala.Los resultados dan cuenta de la fragmentación de las políticas publicas, diversidad de ventanillas de Agricultura Familiar en diferentes estamentos del Estado y la necesidad de contar con una nueva gobernanza interdisciplinaria y asociativa a escala local que incluye a organizaciones sociales e instituciones del Estado y gobiernos locales, que ante la falta de espacios únicos para el desarrollo de las experiencias, actuen como sistematizadores y canalizadores de programas, proyectos y demás instrumentos para el desarrollo de sistemas alimentarios locales inclusivos.
#02802 |
Intervención en el Programa Sembrando Vida
GT 30 alimentación y cocinas en las AméricasLínea temática 2. Soberanía, biodiversidad y sistemas alimentarios.Intervención en el Programa Sembrando VidaEl presente trabajo es sobre la intervención dentro del programa sembrando vida, dónde abordaré el tema de soberanía alimentaria.Desde enero de 2020, trabajamos por binomio un técnico productivo y un social (en este caso yo), con la Metodología de Educación Popular, en ocho localidades de la planicie del municipio de Tancanhuitz, en las CACs (Comunidades de Aprendizaje Campesino) donde participan de 19 a 32, los sembradores y sembradoras (así les llamamos a los productores y productoras), nos reunimos periódicamente para capacitar en temas productivos y sociales.Realizamos un diagnóstico, que nos arrojó, la existencia de “mala alimentación” principalmente en los grupos de edad menores de 25 años, quienes prefieren los alimentos procesados, también detectamos que al iniciar el programa era muy baja la producción de alimentos.Encontramos parcelas abandonadas en las cuales es poco complicada la siembra debido a los siguientes factores: La aplicación de herbicidas durante largos periodos (aunque no se hayan utilizado, por los escurrimientos se contamino la tierra), y terrenos utilizados para la ganadería, lo cual provocó la pérdida de suelo, aunado al cambio climático y la escasez de agua. Encontramos también la existencia de enfermedades, las más comunes cáncer, diabetes, hipertensión, osteoporosis; los niños también son afectados por esas enfermedades y alergias.Por lo anterior, el tema de la soberanía alimentaria es importante, así como la recuperación de saberes en torno a la alimentación y el cuidado de la salud.Por normativa del programa se debe producir maíz, si producen de temporal, en los meses de mayo-junio, aunque en ocasiones no se da y utilizan para alimentar a los animales, se promueve la producción agroecológica, hay resistencia en la utilización de los productos que ellos mismos elaboran, porque no se ven los cambios de inmediato, se han hecho experimentos en algunas parcelas, sin mucho éxito, no hemos logrado que entiendan que la regeneración de suelo es un proceso.Se implementa el sistema MIAF (Milpa intercalada con árboles frutales), sistema en el que no confían. Por lo anterior considero que es importante, que las técnicas y técnicos del programa, nos sensibilicemos en el tema de la Soberanía Alimentaria, sus alcances e implicaciones para que podamos a su vez, sensibilizar a los aproximadamente doscientos sembradores (en nuestro caso), en territorio San Luis Potosí, aproximadamente veinte mil.Que se observen los beneficios de la producción y consumo de alimentos desde lo local, en lo económico, la salud, mejora del medio ambiente, conservación de suelo, agua y la biodiversidad, con la siembra de especies nativas.
#03582 |
Sistema agroalimentario y asistencia alimentaria estatal: una medición específica en el distrito de Lanús.
En la asistencia alimentaria estatal se despliega un ejercicio de poder que involucra un entramado amplio de actores comunitarios. El objetivo de este trabajo es dimensionar la asistencia alimentaria estatal en un distrito de Lanús, Provincia de Buenos Aires, Argentina para dar cuenta de algunas características de este tipo de poder. La medición surge de un trabajo de relevamiento de tipo “bottom up”, generado por una iniciativa comunitaria enmarcada en una campaña para enfrentar el hambre en el distrito, por lo que resulta de una co-producción académica-comunitaria. La sistemática dispersión y multiplicidad de fuentes de aprovisionamiento de alimentos hacen virtualmente imposible contar con un dato macro certero. No existen antecedentes conocidos de trabajos de esta característica, por lo que el resultado final del relevamiento brinda un panorama único, desconocido tanto por los actores involucrados en la lucha cotidiana contra el hambre, como por los policy-makers. El informe está compuesto por tres grandes dimensiones de asistencias alimentarias: 1. aquellas brindadas a través del sistema escolar; 2. las brindadas por ANSES; 3. Las brindadas por comedores y merenderos pertenecientes a la comunidad (sindicatos, ONGs y fundaciones, movimientos y organizaciones sociales, instituciones eclesiásticas). Los hallazgos corresponden al primer semestre del 2019.
#04218 |
Políticas Públicas e Alimentação – a Política Estadual da Gastronomia e Cultura Alimentar do Ceará
Partindo da noção de que são atribuídos distintos significados à gastronomia, o presente artigo buscou refletir sobre a construção da Política Estadual da Gastronomia e Cultura Alimentar do governo do estado do Ceará (PEGCA), estado localizado no nordeste do Brasil. Fundamentado nas discussões em torno das políticas públicas alimentares e na noção de governança crítica, em que os conflitos de interesses são levados em consideração o artigo se delineia. Dessa maneira, a pesquisa examinou a lei n°17.608, a qual instituiu a PEGCA e publicações midiáticas. A lei prevê o vínculo entre Poder Público e iniciativa privada em que são considerados: a intersetorialidade, a participação social, a soberania alimentar, o direito humano à alimentação adequada, a segurança alimentar e nutricional, a sazonalidade da produção, o patrimônio gastronômico do Estado do Ceará, os saberes e modos de fazer, a cultura material e imaterial, a relação entre cultura local e global, a etc. A estratégia metodológica utilizada consistiu em revisão documental. Como conclusão a pesquisa aponta que há disputas em relação à implementação da lei n°17.608 e que apesar da proposta de intersetorialidade, nesse momento inicial, a PEGCA vincula-se predominantemente a Secretaria da Cultura do Estado do Ceará.
#04449 |
El programa de abasto rural en México, límites y alcances para recuperar la autosuficiencia alimentaria
El programa de abasto rural en México, límites y alcances para recuperar la autosuficiencia alimentariaBlanca Olivia Acuña Rodarte Resumen Las tiendas rurales, mejor conocidas como tiendas Diconsa, han sido por más de 40 años, el programa de abasto de alimentos subsidiados más importante en México. A pesar de las múltiples dificultades para funcionar y el proceso de reestructuración que vivieron tras la ola neoliberal, para muchas comunidades campesinas, las tiendas de abasto rural continúan representando una de las principales opciones para adquirir maíz y otros alimentos básicos a precios bajos. El gobierno actual ha promovido la autosuficiencia alimentaria a través de la entidad Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), en la que el papel del organismo Diconsa, que opera el programa de abasto rural, resulta sustantivo, ya que se propone fortalecer la distribución subsidiada de alimentos e incrementar los productos de la canasta básica alimentaria entre otras tareas, sin embargo, problemas en la operación del programa, la pandemia y la corrupción del organismo, han acotado en mucho la función de las tiendas. La presente ponencia, busca aproximarse al problema de escasez, desabasto y encarecimiento de maíz en las tiendas Diconsa durante el gobierno de AMLO; los problemas derivados de la distribución del organismo que actualmente opera el programa de abasto, los enfrentados durante la pandemia, así como aquellos vinculados al alza del precio del grano a nivel internacional, todo ello, con el objetivo de dar cuenta de los alcances y límites de la estrategia de autosuficiencia alimentaria impulsada por el gobierno federal. El punto de partida será reconocer la trayectoria de esta entidad, sus transformaciones y sus dificultades para garantizar el abasto en un entorno económicamente adverso. La ponencia está sustentada con información periodísticas, cápsulas de radios comunitarias, informes oficiales que han dado cuenta del problema y trabajo de campo.
#05102 |
Transformaciones alimentarias en comunidades indigenas kichwas de la amazonia norte ecuatoriana
Se investiga los condicionamientos que aparecen en las unidades de producción domésticas frente a las prácticas de soberanía alimentaria. En el caso de las prácticas alimentarias de las comunidades indígenas amazónicas de Ecuador entran en juego los cambios en la estructura social de la esfera doméstica así como los ecológicos. Se busca en este sentido comprender la proliferación de estrategias alimentarias que surgen desde los sectores subalternos, muchas veces dados como respuesta para hacer frente a los retos de la globalización, donde los pobladores deben enfrentar o acoplarse a políticas sociales y agrarias que deterioran la base de su reproducción social (por ejemplo: mecanización, sustitución de variedades de cultivos nativos por semillas híbridas de altos rendimientos, o los avances de la frontera agrícola, entre otros). Bajo este panorama en las comunidades amazónicas ecuatorianas, las relaciones sociales se comprenden desde las particularidades de su organización socioeconómica frente a las estructuras y procesos del poder dominante; así como desde su condición de habitantes de un ecosistema de floresta tropical. Entendiendo las transformaciones alimentarias sufridas en las últimas décadas bajo modelos de desarrollo modernizadores que han afectado la percepción de espacio, naturaleza y tiempo de las comunidades indígenas de la amazonia ecuatoriana se propone las siguientes preguntas de reflexion: ¿Cuáles son las posibilidades de los pobladores indígenas kichwas de la amazonia para mantener un control sobre la producción y consumo de alimentos? ¿Qué importancia y significados tiene para los pobladores el esfuerzo invertido en el cultivo de las chacras, en la caza, recolección y pesca frente a otros esfuerzos económicos invertidos en productos alimenticios destinados hacia el mercado?
11:00 - 13:00
GT_30- Alimentación y Cocinas en las Américas
#00964 |
Política Alimentaria: La trayectoria de la Ley de Etiquetado Frontal en Argentina
Esta ponencia tiene como objetivo principal exponer los resultados de un trabajo de investigación en el cual se analiza la trayectoria socio-técnica de la Ley de Etiquetado Frontal (LEF) en Argentina; entendida como una tecnología de organización. El proyecto de ley fue presentado el 26 de junio del 2020 por organizaciones de la sociedad civil y diputados nacionales. En 2021, fue sancionada y promulgada por el Poder Ejecutivo Nacional. Sin embargo, durante su tratamiento obtuvo la atención de diversos actores –consumidores finales, organizaciones civiles y empresas productoras de alimentos– lo cual derivó en retrasos y discusiones por intereses contrapuestos. Se espera mostrar a grandes rasgos, los procesos de construcción de tecnologías organizacionales; y de comprender los actores que intervienen y construyen en diversos momentos de la trayectoria. También, el caso analizado puede servir como disparador para entender el rol y la influencia de los actores legislativos en la toma de decisiones vinculadas al desarrollo de tecnologías.
#02011 |
La alimentación saludable en la encrucijada: políticas públicas y las acciones colectivas emergentes para la asistencia alimentaria en Uruguay durante 2020 y 2021
Pablo Piquinela1
1 - Instituto de Investigaciones Gino Germani (FSOC-UBA)/Facultad de Psicología (UdelaR, Uruguay).
La siguiente presentación está enmarcada en el proyecto de tesis doctoral: “La política de los alimentos y la alimentación en Uruguay. Análisis de tecnologías de gobierno y modos de subjetivación a partir de políticas públicas y acciones colectivas emergentes entre 2005 y 2020”. Asimismo, tiene por objetivo analizar críticamente, a partir del análisis de las políticas de la alimentación en Uruguay durante el período transcurrido entre marzo 2020 y octubre 2021, el modo en que la alimentación saludable se constituye, en nuestra contemporaneidad, como un modo de subjetivación en su carácter ético y político. Se presentarán las acciones políticas en torno a los alimentos y la alimentación en el marco de la crisis derivada por el Covid-19 en Uruguay a partir de la convergencia de dos líneas: una primera, compuesta por las políticas públicas desarrolladas durante este período por parte del Instituto Nacional de la Alimentación (INDA), y una segunda, que presenta las acciones colectivas emergentes de asistencia alimentaria llevadas adelante por organizaciones sociales, empresas, vecinos, sindicatos, entre otras. Durante 2020 se instalaron en el país más de 700 ollas populares como modo de paliar las dificultades familiares para sustentar la compra de alimentos. Desde las políticas públicas, se destaca la transferencia monetaria -sobre todo en especie- hacia las ollas populares y la publicación de un recetario para las ollas con sugerencias nutricionales. Asimismo, durante el período, se modificó la reglamentación, haciendo más laxos los criterios del etiquetado frontal de alimentos.Uno de los atravesamientos centrales que podemos pensar de estas políticas es la producción de la idea de lo saludable. La idea foucaultiana de dispositivo nos aporta para pensar que la construcción de la idea de alimentación saludable atraviesa a las prácticas alimentarias como un elemento que se constituye como saberes y prácticas compuestas por materiales y discursos sumamente heterogéneos. Quienes sostuvieron la asistencia alimentaria desde las acciones colectivas señalaban la preocupación por la composición de las preparaciones, a la vez que sostuvieron su inquietud por la saciedad y el sazón de los alimentos. En paralelo, el INDA publicó un recetario para ollas populares que no contenía carne vacuna en sus preparaciones, uno de los elementos centrales en la alimentación desde la conformación de Uruguay como un estado-nación y que se encuentra directamente asociada a la idea de saciedad y muy incorporada en el gusto (Laborde, 2017). Estos elementos nos dan cuenta del modo en que la idea de lo saludable se inscribe como un modo de gobierno (Foucault, 2000) de las poblaciones, que asimismo se encuentran en tensión por acciones colectivas que reconocen el valor cultural de la alimentación y la construcción social del gusto.
#02564 |
Alimento/comida: oposición entre conocimientos científicos y locales en la aplicación de políticas públicas en comunidades mazahuas.
Esta ponencia tiene el objetivo de mostrar los contrastes existentes entre la visión científica del alimento que detentan las políticas públicas en México y la valoración mazahua de la buena comida. La información que sostiene la exposición es resultado de la revisión bibliográfica, del análisis de documentos oficiales y del registro etnográfico realizado en diferentes localidades de San Felipe del Progreso, Estado de México. En la presentación abordaré el enfoque estatal del alimento y la perspectiva de niños, mujeres y hombres mazahuas sobre la comida. Los resultados más relevantes de este acercamiento muestran que en las políticas alimentarias mexicanas se prioriza el impacto de los alimentos en el funcionamiento biológico de los seres humanos y se omiten las implicaciones sociales. En contraposición, las comunidades mazahuas valoran su comida en relación a diferentes cualidades como el sabor, la calidad de los ingredientes y las técnicas y procedimientos de preparación; aspectos interrelacionados con el entorno que habitan, sus quehaceres y su organización social.
Introducción:
Durante 2018 y 2019 me di a la tarea de estudiar el impacto de las políticas públicas alimentarias en San Felipe del Progreso, municipio mazahua del Estado de México (Vázquez, 2019). En ese momento mi exploración etnográfica se centró en la práctica social de dos programas federales, el Programa de Comedores Comunitarios (PCC) y el servicio de alimentación de una Escuela de Tiempo Completo (ETC), y en las prácticas alimentarias realizadas al interior de las cocinas de los hogares. Los principales resultados de esta indagación fueron el reconocimiento de las relaciones sociales propiciadas al interior de los comedores estatales, las cocinas familiares y sus diferencias constitutivas. Elementos que dejaron entrever un contraste cognitivo sobre las nociones estatales y locales acerca del sustento humano.
Es decir, las políticas alimentarias se enfocaban en el alimento, definido como “cualquier substancia o producto, sólido o semisólido, natural o transformado, que proporcione al organismo elementos para su nutrición” (NOM-043-SSA2-2012),[1] mientras la población mazahua valoraba diferentes cualidades de la comida, como su sabor, el origen de los ingredientes y su preparación; elementos en los que las variables socioculturales se enfatizaron centrales. En ese margen de ideas el objetivo de esta presentación es mostrar los contrastes existentes entre la visión científica del alimento que detentan las políticas públicas en México y de la comida desde la visión de las mujeres y los hombres mazahuas del noroccidente del Estado de México. [2]
Escenario del estudio
La indagación se realizó al noroccidente del Estado de México, en seis comunidades ubicadas en las delimitaciones económico administrativas de San Felipe del Progreso y San José del Rincón, dos de las 13 municipalidades de la región mazahua.[3] Del primer municipio se visitaron las comunidades: Calvario del Carmen, San Jerónimo Boncheté, San Nicolás Guadalupe, San Juan Rioyos y San Juan Jalpa; del segundo San Antonio Pueblo Nuevo. La elección de estos lugares considero tres elementos: la identificación de ambos como Zonas de Atención Prioritarias (ZAP) en los manuales de procedimiento de las políticas públicas alimentarias;[4] la creación del municipio San José del Rincón a partir de la subdivisión de San Felipe del Progreso en 2002;[5] y las prácticas continuadas de sus habitantes mazahuas entre ambas municipalidades, de las que destacan sus celebraciones religiosas realizadas con base en el sistema de cargos y su actividad agrícola, elementos de su herencia de tradición mesoamericana. [6]
Enfoque teórico-metodológico
El desarrollo de esta investigación se adscribe a los ámbitos cualitativos de la investigación social y a través de la etnografía reflexiva (Guber 2004) busca registrar el quehacer cotidiano del pueblo mazahua, comprender sus características culturales y explicitar las motivaciones, significados y valores que construyen en torno a su comida. Asimismo, a partir de una etnografía institucional de la intervención alimentaria estatal, las instituciones que implementan el desarrollo se convierten en unidades de observación. En el presente documento se incluye información resultante la revisión bibliográfica, el análisis de documentos oficiales y del registro etnográfico realizado en las localidades arriba referidas.
Política pública
Con afán de no reproducir una visión monolítica del estado he elegido partir del análisis de las políticas públicas, el cual propicia comprender a los actores, sus actividades y las influencias que dan forma a las decisiones políticas (Wedel, Shore, Feldman y Lathrop, 2005). Las políticas públicas (PP en adelante) son componentes de los entramados institucionales de una sociedad nacional, expresiones ideológicas de la misma y directrices de ideal de sociedad a la cual se aspira (Enríquez, 2010). Para Alejandro Agudo (2015) estas contienen proyectos de gobierno y constituyen un sistema autosustentable de representación de la realidad, de manera que pueden analizarse como: formas y representaciones de conocimiento; como lenguaje de poder; como forma de tecnología política; y como producto de la intermediación, todas ellas relacionadas. Por los objetivos del escrito en esta ocasión me centraré en su forma y representación del conocimiento, es decir, en “la cosificación de nociones abstractas… tratadas como obstáculos o facilitadores para el desarrollo” (2015:24).
Prácticas alimentarias
Por otra parte, desde los apuntes de la antropología de la alimentación se busca dar cuenta del sentido político de la alimentación humana y el acto alimentario -en tanto práctica cotidiana- como comportamiento, valor, hecho de conciencia y de poder (Carrasco:2007). Al respecto el acto alimentario se entiende como una práctica, es decir, como una acción que se realiza entre diferentes materialidades, habilidades y sentidos (Del Río, 2022). En ese sentido, el discernir qué comer frente al contexto socioeconómico en general, puede ser entendido como un poder de agencia de los seres humanos. Al respecto recurro al término prácticas alimentarias para referirme a la dimensión cultural de los alimentos; mi investigación toma distancia del enfoque de análisis de la antropología nutricional que se interesa por la ingesta de alimentos en relación con las necesidades dietéticas del organismo, para enfocarse en cómo la comida es construida social y culturalmente.
[1]En México las políticas alimentarias son “aquellas que tienen como principal objetivo garantizar que la población pueda tener acceso a los alimentos que les permitan satisfacer sus necesidades y cumplir con los requerimientos nutritivos para llevar una vida saludable” (INSP, 2007:91). Bajo el enfoque de estas políticas alimentarias es que se realizan diferentes políticas públicas.
[2] El presente escrito forma parte de la investigación: “La construcción socio-cultural del sabor en seis comunidades mazahuas del noroccidente del Estado de México: relaciones de poder, elecciones alimentarias y políticas públicas del estado mexicano. 1950-2020”, que actualmente realizo como parte de mi formación doctoral en Antropología Social en el Colegio de Michoacán.
[3] La delimitación de la región mazahua abarca trece municipios del Estado de México: Almoloya, Atlacomulco, Donato Guerra, El Oro, Ixtapan del Oro, Ixtlahuaca, Jocotitlán, San Felipe del Progreso, San José del Rincón, Temascalcingo, Valle de Bravo, Villa de Allende y Villa Victoria; y cuatro del estado de Michoacán: Angangueo, Ocampo, Susupato, y Zitácuaro. Algunos estudios consideran únicamente a los municipios del Estado de México para hablar de la “etnorregión mazahua” (Sandoval, 1977 y Hoyos, 2000) o “región mazahua mexiquense” (Serrano et al 2011).
[4] De acuerdo al CONEVAL se denominan Zonas de Atención Prioritarias (ZAP) “a las áreas o regiones predominantemente rural o urbano, cuya población registra índices de pobreza, marginación indicativos de la existencia de marcadas insuficiencias y rezagos en el ejercicio de los derechos para el desarrollo social” https://www.coneval.org.mx/Medicion/Paginas/Criterios-ZAP.aspx.
[5] En enero del 2002 se decretó la creación del municipio San José del Rincón a partir de la subdivisión de San Felipe del Progreso. Esto como resultado de la solicitud del entonces gobernador del Estado de México, Arturo Montiel, quien buscó “afrontar los rezagos y retos en materia de desarrollo social, económico y regional” (Inostroza, 2007:423).
[6] En San Felipe del Progreso 33,646 (de 112,669 habitantes) hablan lengua indígena y en San José del Rincón 11,147 (de 91,345) (INEGI, 2010).
Desarrollo:
La alimentación desde el enfoque estatal
De acuerdo con Scott (1998) la mirada del estado se fundamenta en formas específicas de conocimiento que involucran intereses de control. En su opinión esta mirada supone ventajas al enfocar aspectos limitados de una realidad mucho más compleja y a la vez difícil de manejar. De manera que la simplificación de un fenómeno posibilita una mayor legibilidad del mismo y consecuentemente lo hace susceptible a mediciones y cálculos; lo cual resulta en un conocimiento esquemático de control y manipulación característico de burocracias estatales y empresas comerciales. Esta mirada se opone a una variedad de conocimientos locales y de prácticas situacionales, temporales y geográficamente distinguibles que son ilegibles para el estado, tanto en su administración, como en sus rutinas. De manera que la simplificación y estandarización otorga al estado una mirada abstracta y universal en ciernes de un estándar objetivo, ya sea una ciudadanía racional o una fórmula burocrática legible. No obstante, es evidente que las simplificaciones del estado son mucho más estáticas y esquemáticas que los fenómenos sociales que tipifica. Esto se debe a que estas se rigen por un objetivo práctico y concreto ignorando todo lo que se encuentra fuera de su campo de visión.
Las políticas públicas, en tanto acciones gubernamentales, incluyen en su diseño un lenguaje prescriptivo enfocado en la problemática que se busca resolver y al igual que las teorías clásicas del desarrollo, tienen como rasgo característico la construcción de conocimientos científicos como medio para la transformación socioeconómica (Agudo 2015). Cabe señalar que dicha problematización no solo incluye los imperativos nacionales puesto que las políticas públicas desempeñan un papel social al articular las estrategias que se suscitan a escala planetaria[1], y de las condiciones del mercado, es decir, de la transformación del capitalismo mundial y nacional.
Para el caso de México, encuentro que las políticas públicas enfocadas en la alimentación, primero enfocadas en la autosuficiencia alimentaria nacional y posteriormente en el intercambio internacional (Vázquez, 2019), se han robustecido a partir de dos grandes discusiones internacionales: el enfoque en los Derechos Humanos en el que la alimentación es vista como un elemento constituyente de la salud y el bienestar[2], es decir, como una condición de posibilidad para otros derechos como la seguridad social; y en las ideas de Progreso-Desarrollo[3] en que la alimentación surge como temática de atención prioritaria y se considera un derecho inalienable, justificando así la intervención de los países desarrollados en lo relativo al adelanto tecnológico de los alimentos en los países en desarrollo.
Como resultado de estas influencias y del carácter del estado mexicano, en las políticas públicas de este país la alimentación se ha problematizado de tres maneras: desde el aprovechamiento biológico, las necesidades individuales y la educación para la salud (Suárez, 2016). [4] Con el objetivo de mejorar la alimentación de las poblaciones indígenas y campesinas a través de la vigilancia nutricional, de 1930 a 1980 se realizó una vigilancia nutricional a través de evaluaciones dietéticas. Esto llevó a plantear una dieta modelo que debía incluir las siguientes características: cantidad (requerimiento y balance energético); calidad (requerimiento alto de proteínas de origen animal); armonía entre los nutrientes; y adecuación de los anteriores. Posteriormente, con la intención de satisfacer al individuo de nutrimentos orgánicos, durante la década de 1980 se continuó con la dieta correcta, sin embargo, las proteínas de origen animal perdieron relevancia y en su lugar se resaltó el papel de las vitaminas y los minerales. Es importante destacar que durante este enfoque el vínculo existente entre el estado y la sociedad se supedita al capital y se da una focalización a las poblaciones a través de mediciones de pobreza y grados de vulnerabilidad, entre ellas, la social. Finalmente, la tercera se refiere a la promoción de la educación para la salud. Desde el 2010 se han realizado políticas participativas, donde se invita a la sociedad a participar aun cuando sus críticas no son tomadas en cuenta. En estas nuevas políticas se observa una descentralización de los programas sociales y se apuesta por la promoción de la educación para la salud en materia alimentaria. Esta dieta correcta, como unidad de alimentación, incluye el conjunto de alimentos y platillos que deben consumirse diariamente y debe ser: completa (incluir todos los nutrientes); equilibrada (proporciones adecuadas); inocua (que su consumo no implique riesgos para la salud); suficiente (que cubra las necesidades); variada (diferentes alimentos); y adecuada (a gustos y cultura además de los recursos).
A pesar de las diferencias en cada una de estas problematizaciones se encuentra un rasgo en común: la homogeneidad con que se plantea la alimentación correcta y la exclusión del aspecto social y cultural de la alimentación, el cual forma parte del discurso, pero no de la práctica. Este deber ser, por lo tanto, obscurece otras maneras de considerar lo que es bueno para comerse, la razón: la imposibilidad de los otros conocimientos de entrar en la discusión pública y de proponer acciones en torno a las decisiones públicas.
Perspectiva jñatjo sobre la comida[5]
Las cosas de las despensas ni están sabrosas, por eso la gente ni se las come, mejor se las dan a los animalitos o las tiran. (Doña Antonia, comunicación personal, septiembre 2003)
Es un hecho ampliamente reconocido que las políticas públicas no suelen tener en la práctica los efectos esperados, situación que responde en gran medida a que las implicaciones prácticas de los conocimientos científicos quedan fuera del análisis de los especialistas, de manera que al aplicarse estas entran en conflicto con las realidades propias de las localidades. En el área de estudio no ha sido la excepción, los programas sociales resultantes de las políticas públicas alimentarias han intervenido cada vez más en la experiencia alimentaria de mujeres y hombres mazahuas, pero sobre todo en la de sus hijos al inculcárseles nuevas formas de sensibilidad, modos de ser y de estar con otros al controlar qué, cómo, cuánto, con quién y dónde comen (Vázquez, 2019).
Esta intervención ha resultado en el replanteamiento de las prácticas alimentarías de las familias mazahuas, pero también ha motivado el reforzamiento de los valores sociales a tribuidos a su comida, los cuales se vinculan a sus propios procesos cognitivos y posiciones de poder. Por lo tanto, al hablar de la comida mazahua encuentro necesario articular nociones de buena comida en términos de las relaciones sociales del grupo, su cosmovisión y entorno natural, además de los factores económicos y políticos que influyen en las modificaciones alimentarias.
La comida que mis interlocutores consideran sabrosa, na quijmi en lengua jñatjo, se relaciona con rasgos, estímulos, apreciaciones y hábitos relacionados con la experiencia corporal y con una consciencia cargada de memorias y aprecios sobre lo que se come. En cuanto a la percepción individual de lo sabroso se encuentra el término mekinh’ro, este incluye una dimensión de disfrute personal, de esta manera involucra la dimensión emotiva y valorativa del sujeto al consumir un alimento con cualidades organolépticas (texturas, olores y sabores, temperaturas) valoradas positivamente desde su perspectiva. Sin embargo, esta percepción se encuentra enmarcada en el discernimiento colectivo de la cultura mazahuasobre lacomida sabrosa, quijmi, designación referida para guisos de buen gusto que se obtienen al utilizar técnicas, formas de cocción, tratamientos (fermentado) e ingredientes considerados buenos para comer, en su preparación.
Al respecto destaca la percepción sensorial de mis interlocutores y su relación con el profundo conocimiento del entorno, los ingredientes, las técnicas y procesos, además de las relaciones sociales en que se consumen. En ese sentido los conocimientos locales de la comida mazahua abarcan todo el proceso alimentario (obtención, distribución, preparación, consumo y desecho) e involucran el reconocimiento de los efectos de los alimentos sobre el cuerpo y las estrategias para manipular dichos efectos a través de la utilización de técnicas y tratamientos precisos. Además, en la dimensión social, la comida mazahua se encuentra vinculada con la construcción de la persona y la organización social de sus miembros, de la cual la ayuda mutua es el aglutinante.
La preparación de comida es una actividad femenina, por lo tanto, las mujeres mazahuas son las especialistas y mediante técnicas elaboradas preparan comida que es valorada colectivamente. Un ejemplo de todo lo anterior se encuentra en las tortillas, una de las preparaciones más significativas de la comida de las comunidades mazahuas ya que aunque la tortilla es realizada por mujeres sus cualidades son también reconocidas por hombres.
Todos están de acuerdo en que una buena tortilla sabrosa, naquijmi, se identifica por el tipo de maíz utilizado, el proceso de nixtamalización, molienda y cocción. En cuanto al tipo de maíz registre la preferencia por tortillas de maíz prieto, enseguida le siguen el blanco y el rosado, luego el amarillo y finalmente el cacahuacintle, este es el menos utilizado para esta preparación por su sabor. Cada uno requiere un tipo distinto de nixtamalización, hay algunos que necesitan más cal y más tiempo de exposición al calor, otros no tanto. Al no realizar este paso correctamente la tortilla saldrá blanquizca y quebradiza. Este paso también tiene efecto en la molienda, ya que si la masa de maíz no sale tersa (independientemente del uso de molino y/o metate) la tortilla saldrá pachichi y será poco probable que se infle logrando cocerse parejo. Finalmente, una tortilla no es sabrosa cuando esta fría o ha sido recalentada, razón por la que se preparan a la hora de comer. Además, esta debe tener una cantidad considerable de manchas, es decir, se prefieren ligeramente cafés y se desprecian las que tienen manchas muy obscuras; esto se debe a que delata las destrezas de las mujeres para regular el calor del fogón y de la atención y calma que ellas tengan para voltear las tortillas.
En este ejemplo se observa que a través de la percepción sensorial se pueden identificar cualidades o desaciertos de la preparación de un alimento, lo cual se relaciona con los conocimientos que las personas tienen sobre los ingredientes y las técnicas de procesamiento, además, destaca que la preparación de este alimento condense elementos que califiquen a las mujeres que los preparan.
En voz de las mujeres mazahuas, principales depositarias y transmisoras de los conocimientos de la comida, los guisados a los que su pueblo tiene mayor aprecio son a aquellos preparados con ingredientes obtenidos de la agricultura de riego o temporal, la recolección en llanos y montes, de la pesca en presas y lagunas, y en algunas ocasiones a los que les son entregados a través de programas sociales y/o transacciones económicas. A excepción de los últimos dos, se tiene un amplio conocimiento, del cual destaco tres elementos centrales: el reconocimiento y entendimiento del entorno ecológico; la pericia en utilización de técnicas, herramientas y utensilios para la preparación de alimentos y su efecto en el cuerpo; y la comprensión de los significados sociales asociados a su comida.
[1] De acuerdo con Isaac Hernández (2021) las recomendaciones de organismos internacionales se alimentan de la influencia epistémica de las universidades globales. Estas últimas refieren a la formación de comunidades académicas que son capaces de involucrar teorías en el ámbito público-político a través de la consultoría.
[2] Véase: Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948; Declaración sobre la protección de la mujer y el niño en Estados de Emergencia o conflicto armado de 1959; Convención sobre los Derechos de los Niños de 1989; modificaciones de los artículos 4 y 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en 2011.
[3] Véase: artículo 10 de la Declaración sobre el Progreso y el Desarrollo en lo social de 1969; Declaración Universal sobre la erradicación del Hambre y la Mala Nutrición de 1974; y en el artículo 8 de la Declaración sobre el Derecho al Desarrollo de 1986
[4] Hago referencia a las políticas públicas que buscan generar un cambio en la alimentación de la población. Sin embargo, es posible distinguir otras maneras de problematizar la alimentación, por ejemplo, las políticas públicas de salvaguardia del patrimonio inmaterial se relacionan con un discurso estatal que resalta la existencia de cocinas regionales entendidas en el marco de la cocina tradicional mexicana. No obstante, en la práctica se observan prácticas extractivas que ponderan la promoción turística.
[5] Gentilicio de identidad étnica que designa a los que son conocidos como mazahuas. Se trata de una palabra compuesta constituida principalmente por el verbo ñaa “hablar”. Al prefijarse la fricativa glotal sorda /h/ se sustantiva en jña, “palabra” y al sufijarse el elemento tjo que significa “nada más”, da origen a la palabra jñatjo cuyo significado es “los que hablan la palabra nada más” (Celote, 2006:23).
Conclusiones:
Históricamente las políticas públicas estatales mexicanas han atendido el tema de la alimentación de la población respondiendo a diferentes paradigmas asociados a la situación económica, política y social –nacional e internacional- en las que se constituyeron. Desde el inicio de la reforma agraria hasta los años setenta, las políticas públicas y los programas estatales relacionados con la alimentación, abordaron la nutrición y el acceso a los alimentos con una visión integral considerando la producción, el abasto y la comercialización, enfatizando en el aprovechamiento biológico de la población. Luego, para la década de 1980, con el ascenso del régimen neoliberal, se da un giro en la política alimentaria nacional ya que se apuesta al intercambio comercial como mecanismo para garantizar la disponibilidad de alimentos. Durante esta época el problema de desabasto y acceso de los alimentos se adjudicó a la ineficiencia de los pequeños productores, y con la venta de tierras ejidales se cristalizó la privatización de la agricultura. Como resultado la desigualdad social intrínseca al capitalismo acrecentó la exclusión de amplias capas de la población y en consecuencia las políticas públicas se orientaron a administrar la pobreza desde el clientelismo (Rubio y Pasquier 2019).
En consecuencia, la problematización estatal de la alimentación y las soluciones otorgadas han invalidado históricamente los mecanismos de construcción y validación de otros conocimientos, otras formas de entender la buena comida, la cual además de la dimensión biológica, se relaciona con condiciones materiales y culturales que articulan las relaciones sociales en diferentes sociedades (Fischler, 1995, Micarelli s.f. y Gracia, 2007). En ese sentido reitero la importancia de incluir en las políticas públicas los aspectos sociales y culturales de la alimentación. Del mismo modo, analizar estos procesos en cada una de las regiones de México permitirá identificar los criterios de validez del conocimiento local, mostrar su legitimidad y superar la subestimación a la que se han enfrentado, especialmente en el marco de la aplicación de políticas públicas basadas en conocimientos científicos que no reconocen su robustez epistémica.
El acercamiento antropológico a estos conocimientos requiere también puntualizaciones metodológicas, entre ellas, tomar en cuenta una inmensidad de rasgos, estímulos, apreciaciones y hábitos relacionados con la experiencia corporal y con una consciencia cargada de memorias y aprecios que intervienen en la obtención de los alimentos, el registro de su preparación y consumo. Asimismo, reafirmo la importancia de analizar la transmisión de los conocimientos alimentarios y la apropiación individual y colectiva que hacen nuestros interlocutores, ya que estos procesos son paralelos y su estudio favorecerá la comprensión de las prácticas alimentarias.
Bibliografía:
Agudo S. (2015) Una etnografía de la administración de la pobreza. La producción social de los programas de desarrollo. México: Universidad Iberoamericana Ciudad de México.
Carrasco, N. (2007) Desarrollos de la antropología de la alimentación en América Latina: hacia el estudio de los problemas alimentarios contemporáneos. Estudios sociales, 15(30), (Hermosillo, Son.) 80-101. Recuperado en http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-45572007000200003&lng=es&tlng=es.
Celote, A. (2006) La lengua mazahua. Historia y situación actual. Universidad Intercultural del Estado de México.
Del Río, F. (2021) Prácticas alimentarias, un fenómeno multinivel. Revista chilena de nutrición, 49(2), 263-267. https://dx.doi.org/10.4067/S0717-75182022000200263
Enríquez, I. (2010), La construcción social de las teorías del desarrollo: un estudio histórico/crítico para incidir en el diseño de las políticas públicas, México, Editorial Miguel Ángel Porrúa, Serie Conocer para Decidir de la H. Cámara de Diputados y Serie de Políticas Públicas de la H. Cámara de Senadores, Primera Edición, 180 pp.
Fischler, C. (1995). El (h) omnívoro. El gusto, la cocina y el cuerpo. Barcelona: Anagrama, 421.
Gracia-Arnaiz, M. (2007). Comer bien, comer mal: la medicalización del comportamiento alimentario. Salud Pública de México, vol. 49, no. 3, pp. 236-242.
Guber, R. (2004) El salvaje metropolitano. Reconstrucción del conocimiento social en el trabajo de campo. Buenos Aires, Argentina. Paidós. Estudios de comunicación/1ra. Edición.
Hoyos C. G. (2000) Reseña de “Cartografía automatizada para la investigación de regiones indígenas” de Andrés Sandoval Forero y Juan Carlos Patiño. Convergencia. Vol. 7, No. 021 Toluca, 323-326. Recuperado en http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed. jsp? iCve=10502111
Inostroza, C., Franco M., Sergio, C., Héctor, (2007) Territorialidad y política. El caso de la división del municipio de San Felipe del Progreso, Edomex. Gestión y Política Pública, XVI
Micarelli, G. (s.f.) Soberanía alimentaria y otras soberanías: el valor de los bienes comunes.
Rubio, B. y Ayari P. (compiladoras) (2019). “Inseguridad alimentaria y políticas de alivio a la pobreza: Una visión multidisciplinaria”. Universidad Nacional Autónoma de México- IIS: México.
Sandoval, E. (1977) Población y cultura en la etnorregión mazahua (jañtjo). Universidad Autónoma del Estado de México.
Scott, J. (1990) Domination and the Arts of Resistance: ¡lid-den Tmnscripts. New llaven: Yale University Press. Trad. al español: 2000. Los dominados y el arte de la resistencia. Discursos ocultos. México: Era.
Serrano et al (2011) Región Mazahua Mexiquense: Una visión desde sistemas complejos para la evaluación multicriterio – multiobjetivo. Gest. tur, N° 16, Julio-diciembre. 2011, pp 95 - 125. Recuperado en http://ri.uaemex.mx/bitstream/handle/20.500.11799/58214/art05.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Suarez, M. (2016) Significado externo de “alimentación correcta” en México. Salud colectiva. Universidad Nacional de Lanus
Vázquez, A. K. (2016) “Transmisión de conocimientos de la cultura culinaria entre las mujeres mazahuas en San Jerónimo Boncheté” Tesis de licenciatura. Directora Dra. Catharine Good Eshelman. Escuela Nacional de Antropología e Historia
…………………………… (2019) “Apropiaciones locales de la política alimentaria mexicana en el municipio mazahua San Felipe del Progreso, Estado de México, 2013-2019” Trabajo de grado maestría. Director Dr. Marco Calderón Mólgora. El Colegio de Michoacán, A.C.
Wedel, J. R., Shore, C., Feldman, G., y Lathrop, S. 2005. Toward an Anthropology of Public Policy. The ANNALS of the American Academy of Political and Social Science, 600(1), 30–51. https://doi.org/10.1177/0002716205276734
Palabras clave:
comida, políticas públicas, mazahuas.
#04046 |
Políticas alimentarias en Argentina: Necesidades insatisfechas y mujeres organizadas
6. Políticas alimentarias entre las soluciones y los desaciertosPolíticas alimentarias en Argentina: Necesidades insatisfechas y mujeres organizadasDesde el regreso a la vida democrática en la Argentina (1983) los programas alimentarios se han desarrollado de manera continua. El porcentaje de inversión en planes y programas de asistencia a la problemática ha variado de acuerdo a los momentos de crisis coyuntural y fundamentalmente a la organización de los movimientos sociales visibilizando la situación.La propuesta que desarrollaremos, es una de las líneas de análisis que surgieron en el marco del trabajo del equipo de investigación de la Universidad Nacional de Lanús, que se constituyó con docentes de grado y posgrado, de diferentes disciplinas (trabajo social, nutrición y antropología), pertenecientes al Departamento de Salud Comunitaria de la Universidad Nacional de Lanús. El proyecto inicial nos convocó a indagar en el Plan Nacional de Seguridad Alimentaria (2003 Ley 25724), su implementación, fundamentalmente la relación con el territorio y el abordaje integral comunitario.Los comedores comunitarios en el conurbano bonaerense, como parte de las organizaciones de la sociedad civil, han sido extensamente estudiados por diferentes autores (Arias, Clemente, Bráncoli) que expresan el surgimiento o al regreso de sus acciones directamente ligado al rol ocupado por el Estado para dar respuesta a las necesidades sociales insatisfechas. Ante el retroceso del Estado garantizando derechos vulnerados, por ejemplo el derecho a la alimentación, la comunidad organizada, dio respuestas. En ese sentido las organizaciones de base territorial se fueron transformando generando propuestas para avanzar en garantizar otros derechos también vulnerados.En nuestro trabajo recuperamos la experiencia de un comedor comunitario que surgió en el año 2016, se comprometió con la tarea de garantizar la alimentación del barrio durante la pandemia (2020-2021) y amplía su horizonte fortaleciéndose como organización social (conformada por mujeres) en esta nueva etapa.BibliografíaArias A, (2019) De aditivos a amortiguadores. Cambios en el modelo de intervención asistencial. Conciencia Social. Revista digital de Trabajo Social. Vol. 2 Nº 4. Universidad Nacional de Córdoba. Fecha de consulta 16/05/2022 Disponible en: https://revistas.unc.edu.ar/index.php/ConCienciaSocial/article/view/23940Brancoli J, (2010) Donde hay una necesidad nace una organización. Seguimiento y transformaciones de las asociaciones populares urbanas. CICCUS Editorial.Castronovo R, García A, (2013) Reconstrucción de una experiencia. UNLa EditorialClemente A, (coord) (2014) Territorios urbanos y pobreza persistente. Espacio editorial.Pereyra Cousiño B, García A, (comp) (2021) El abordaje nutricional-comunitario en los territorios. Análisis del Plan Nacional de Seguridad Alimentaria. UNLa EditorialSantarsiero L, Estado, organizaciones de la sociedad civil y alimentación en el contexto de la pos convertibilidad. Comedores Comunitarios en un barrio del partido de La Plata. Tesis de posgrado Argentina, 2017. Disponible en: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/tesis/te.1365/te.1365.pdf
#05095 |
Alternativas sociotécnicas del COPAC en la integración de prácticas agroecológicas para un consumo saludable de maíz
José Francisco Avila Castañeda
1
;
Yolanda Castañeda Zavala2
1 - Universidad Autonoma Chapingo.2 - Universidad Autónoma Metropolitana.
Durante décadas, los procesos sociotécnicos en la agricultura mexicana y a nivel internacional se desarrollan a partir del modelo hegemónico capitalista que pondera el incremento productivo y la máxima ganancia. Las consecuencias de esta trayectoria han sido asimétricas, prevaleciendo el beneficio de un puñado de empresas transnacionales, quienes controlan el paquete tecnológico resultado de la Revolución Verde y en la actualidad la tecnología de la ingeniería genética que permite crear semillas con características como tolerancia a herbicida y resistente a insectos, integrando el uso de uno de los herbicidas más controversiales a nivel mundial como es el glifosato por sus efectos nocivos en el medio ambiente y la salud humana, debido a la ingesta de residuos del agroquímico en el agua y alimentos. Ambas técnicas, expresan los intereses de los grandes empresarios agrícolas y las industrias, para quienes la tecnología es solamente una forma de impulsar el monocultivo, sin considerar el bien común y la salud de la mayoría de los productores, pobladores de las zonas rurales y de los consumidores. En los últimos años existe una controversia sobre el uso de estas tecnologías, respecto a cuáles deberían ser las soluciones a esta problemática, no solamente a través de la denuncia por la sociedad civil organizada, sino también proponiendo alternativas sociotécnicas sustentables e incluyentes que permitan una alimentación sana y contribuya a la soberanía alimentaria. En la ponencia reflexionamos sobre los impactos ambientales, económicos y sociales del uso del paquete tecnológico de ambas modernizaciones del campo, en especial por el empleo del glifosato; revisamos la propuesta del gobierno mexicano para disminuir las importaciones del herbicida e instrumentar programas que habiliten a los productores en el empleo de técnicas sustentables para producir plantas libres de agroquímicos; asimismo, analizamos desde el constructivismo social de la tecnología el trabajo de campo que realizamos desde 2015 a la fecha sobre la trayectoria sociotécnica de la organización Consejo Poblano de Agricultura de Conservación (COPAC), pequeños y medianos productores de maíz quienes han implementado técnicas agroecológicas junto con la agricultura de conservación, así como los diversos usos del maíz nativo en su cocina familiar, reconociendo y revalorar la importancia de incluir en la alimentación las plantas nativas que han sido protegidas y mejoradas por los campesinos y las campesinas para su consumo local y regional.