Resumen de la Ponencia:
Este trabajo aborda la construcción y las transformaciones que los zapatistas realizan alrededor del territorio. Este estudio se realizó en un Municipio Autónomo Rebelde Zapatista (MAREZ). El objetivo es analizar cómo son las disputas territoriales que enfrentan los integrantes de este MAREZ en la ejecución de la autonomía. Se retoma la propuesta de movimientos socioterritoriales y el enfoque de ecología política. Se utiliza una metodología cualitativa. Los resultados muestran que, la autonomía zapatista tiene como uno de sus principales cimientos la resistencia. Esta resistencia inició después de que el gobierno mexicano desconoció los Acuerdos de San Andrés, entonces los zapatistas desconocieron al Estado mexicano, sus instituciones y los programas derivados de la política pública. La autonomía zapatista conlleva la ejecución de otras forma de hacer política que se basan en un esquema de democracia participativa y de la autoresolución de las necesidades básicas como la educación, la salud, la vivienda, el trabajo, la justicia, la alimentación, entre otras. En consecuencia, los zapatistas enfrentan disputas por el territorio, al mismo tiempo lo transforman como resultado de la organización. De igual forma, los zapatistas han construido nuevas instituciones que, cumplen las funciones de un gobierno de facto. Un ejemplo son los concejos municipales y las Juntas de Buen Gobierno, los cuales son cargos rotativos, que en algún momento irán participando todos los integrantes de las comunidades zapatistas. También, como parte de estas instituciones han creado la escuela autónoma, los proyectos de salud, de agroecología, de producción, así como otras formas de impartir justicia y una reforma agraria de facto. Por lo tanto, la autonomía zapatista ha generado transformaciones en diferentes dimensiones del territorio como es la política, la económica, la cultural, la social y la ambiental. En la dimensión política, con la construcción de formas alternas a la administración territorial realizada por el Estado, en lo económico, impulsando proyectos productivos basados en relaciones de solidaridad entre las personas y con la naturaleza, en lo social y cultural, retomando una dimensión simbólica del territorio que se basa en su identidad como zapatistas y en lo ambiental disminuyendo el impacto que las comunidades tienen sobre la selva, al mismo tiempo que llevan a cabo una defensa de la naturaleza frente a los megaproyectos. En conclusión, el zapatismo a través de su proceso de autonomía y la resistencia cotidiana, disputa, construye y transforma el territorio.