Resumen de la Ponencia:
En abril de 2020, Colombia experimentó una masiva movilización social generada por el rechazo a la reforma tributaria del actual presidente Iván Duque Márquez, lo que paralizó el país. Aunque se realizaron acciones colectivas en diferentes ciudades, una de las ciudades epicentro del paro cívico fue la ciudad de Cali, que en contraposición con movilizaciones anteriores en las que la protesta social se concentraba en el centro administrativo, en esta oportunidad, se caracterizó por nuevas estrategias como la ubicación de los bloqueos en puntos neurálgicos, correspondientes a zonas habitadas por sectores sociales en condiciones de pobreza y marginalidad. También por el despliegue de una respuesta violenta por parte de las Fuerzas Armadas del Estado, que fue respondida con acciones violentas por parte de la población. Esta misma ciudad, 45 años antes, protagonizó una situación similar por cuenta de procesos de acción colectiva en rechazo a las políticas económicas del gobierno de Alfonso López Michelsen, donde también se evidenciaron niveles exacerbados de violencia, que dejaron un saldo importante de muertes. Ambos momentos podrían considerarse como las experiencias de resistencia violenta más fuertes después del Bogotazo, que dio origen al período reconocido por los expertos como La Violencia en Colombia. La presenta ponencia busca hacer un análisis justamente de esos dos momentos, en el caso particular de la ciudad de Cali, dado que es allí donde tienen mayor duración y donde alcanzaron mayores niveles de violencia, pero poniendo especial atención a la reconfiguración social que emerge a partir de dichas formas de resistencia, a las formas de negociación y a las ganancias sociales que dejan estas experiencias en las que la población pasa a la acción de manera contundente. Para ello, se realizó una investigación cualitativa, enfocada en la revisión documental de prensa de circulación local y nacional, buscando que se tuviera una mirada desde diferentes ángulos, teniendo en cuenta el carácter oficialista de algunos periódicos. A su vez, se realizaron entrevistas a especialistas en el estudio de la movilización de 1976, como también a actores sociales protagonistas de la movilización en 2020 (miembros de la primera línea, líderes políticos, líderes sociales, población residente en los puntos de bloqueo). Del análisis de estas dos movilizaciones resultó la generación de estrategias novedosas de acción colectiva que garantizaron el éxito de la experiencia; el involucramiento de una población que desinteresada de los asuntos políticos; y el reconocimiento oficial de sectores ciudadanos antes invisibilizados, para quienes además se abrieron espacios de participación.