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Resumen de la Ponencia:
El trabajo de plataforma se ha incrementado en los últimos años en el mundo, así como en América Latina, en especial, tras la crisis sanitaria Covid-19, que puso de relieve la situación de los trabajadores de aplicaciones (reparto y taxi). Sin embargo, existe una serie de trabajadores de plataformas de trabajo remoto, que, por su labor, se encuentran en las sombras de la sociedad. Se trata de los microtrabajadores, que sirven al funcionamiento de la Inteligencia Artificial. Este artículo aborda la realidad estos trabajadores en América Latina, en un esfuerzo de comprender la situación del microtrabajo en países hispanoparlantes.
Introducción:
En los últimos años, Latinoamérica ha experimentado un aumento del trabajo a través de plataformas digitales, especialmente, aquellas de taxi y reparto. La crisis sanitaria asociada a la pandemia Covid-19, puso de relieve la realidad de estos trabajadores, quienes pasaron a ser considerados, junto al personal sanitario y otros, como primera línea. Particular es el caso de los repartidores, quienes, durante los tiempos más oscuros de la pandemia, eran las únicas personas que deambulaban por las calles vacías a causa de los confinamientos estrictos impuestos por los gobiernos de la región.
Numerosas son las preocupaciones frente a estos trabadores y su situación. En efecto, por un lado, las plataformas digitales brindan oportunidades para obtener ingresos a muchas personas que perdieron sus empleos durante la pandemia. Pero, por otro lado, este modelo somete a los trabajadores a una gestión algorítmica privándoles de derechos laborales y protección social. Desde la esfera pública, los parlamentos de la región han desarrollado discusiones en torno a cómo legislar esta esfera de trabajo. También distintos actores como ONGs o sindicatos han manifestado su preocupación e implementado líneas de acción para enfrentar la situación de los trabajadores de plataformas.
A pesar de que este esfuerzo es necesario, considerando los altos niveles de precarización de taxistas y repartidores de aplicación, existe un mundo de trabajadores de plataforma que se encuentran en las sombras de la sociedad que también requieren atención. Se trata de los microtrabajadores, o trabajadores del clic (Casilli, 2021), quienes prestan servicios en plataformas de trabajo remoto. Dada la modalidad de este trabajo, para la mirada pública resulta mucho más complejo detectar a estos trabajadores, ya que se encuentran aislados, trabajando detrás de un computador o un teléfono inteligente, en lugares de difícil acceso para los actores públicos, es decir, se encuentran en sus hogares, oficinas, cafés públicos, etc., -invisibles a los ojos de la sociedad.
El presente escrito se centra en el esfuerzo de saber quiénes son los microtrabajadores de América Latina, conocer su situación y cómo habitan esta modalidad de trabajo. Nuestra investigación toma como punto de partida una constatación. Hasta la actualidad, distintos sectores académicos han desplegado esfuerzos para conocer la realidad de los microtrabajadores de plataformas de habla inglesa. Particular atención ha recibido la plataforma Amazon Mechanical Turk. Estas iniciativas son de vital importancia. No obstante, también resaltan las diferencias entre el denominado Norte y Sur Global, ya que, en efecto, existe una serie de microtrabajadores en otras regiones del mundo y fuera de la esfera de habla inglesa. Por esta razón, quisimos explorar el caso de los microtrabajadores en América Latina. Para ello nos preguntamos ¿existen microtrabajadores en la región? ¿cuál es su situación? ¿quiénes son? ¿cuáles son sus condiciones? ¿cómo operan los lazos sociales en esta esfera de trabajo?
Para abordar estas preguntas, el presente artículo aborda las siguientes temáticas. En primera instancia, da cuenta del significado del microtrabajo, cómo opera, y a qué sirve. Luego, explica el rol de las plataformas y las implicancias para los microtrabajadores. El artículo continúa con las referencias metodológicas que utilizadas en este estudio. La sección termina con el análisis específico, desde una mirada exploratoria, de la realidad de los microtrabajadores en América Latina, con particular énfasis en el caso venezolano. Finalmente, en una sección de cierre, el escrito termina con las conclusiones y desafíos a abordar para esta esfera de trabajo.
Desarrollo:
Entendiendo el microtrabajo
Para abordar el microtrabajo es necesario comenzar distinguiendo entre dos tipos de plataformas. De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo, OIT, las plataformas digitales de trabajo pueden ser divididas en dos grandes categorías (OIT, 2021). Por un lado, se encuentran las plataformas de trabajo localizado, donde los servicios más reconocidos popularmente son el reparto a domicilio y transporte en vehículo con conductor. En este caso, tanto cliente como trabajador comparten un mismo espacio geográfico, aunque la intermediación se realiza por medios telemáticos (una aplicación). Esta modalidad ha llamado la atención de numerosos estudios tanto en América Latina como a nivel mundial.
Por otra parte, la OIT distingue las plataformas de trabajo en línea, que permiten realizar tareas o encargos a distancia. Una parte de ellas proporcionan tareas complejas, como la traducción o la programación informática; otras, menos conocidas, funcionan al servicio del desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA). Actualmente, el funcionamiento de la IA se basa principalmente en el “aprendizaje automático” (machine learning), que en lugar de dar instrucciones paso a paso a la máquina, deja que infiera patrones a partir de grandes masas de datos. Para este propósito, la IA necesita millares de datos para ser “entrenada”. Aquí es donde aparece la fuerza de trabajo humana, que tiene como rol esencial producir, mejorar preparar y verificar, al final del proceso, todos estos datos. En efecto, la gigantesca cantidad de datos que necesita una máquina para simular la inteligencia humana es fragmentada en millares de pequeñas tareas de corta duración, las cuales son realizadas por los microtrabajadores (Casilli, 2021).
Para entender un ejemplo concreto tomemos el caso de un motor de búsqueda. Si una persona busca imágenes de perros en la herramienta de internet, el buscador arrojará una serie imágenes de perros, de distintas razas, colores, tamaños. Dentro del resultado, la persona no encontrará otros animales. Para llegar a este producto, el algoritmo de búsqueda necesitó de un entrenamiento previo, el cual fue realizado por microtrabajadores, quienes prepararon estos datos, a través del reconocimiento y etiquetamiento de miles y miles de imágenes donde aparecían perros. En este contexto, la fuerza de trabajo humano no solo es necesaria para entrenar a las máquinas, sino también para verificar los resultados de los algoritmos (Tubaro et al., 2020). Una vez que un motor de búsqueda ha sido entrenado, siempre tiene que comprobarse que produce los resultados deseados - imágenes de perros y no de gatos, por ejemplo. Así, los microtrabajadores participan en las distintas etapas de construcción de un algoritmo, por lo tanto, del proceso de aprendizaje de una máquina inteligente.
En este contexto, las plataformas funcionan como intermediarias entre los microtrabajadores y los clientes que buscan la creación de un sistema inteligente. A través de la plataforma, los clientes postean un requerimiento y acceden a una masa de trabajadores desplegados a través de todo el mundo, dispuestos a realizar una microtarea por unos cuantos céntimos de dólar (Casilli, 2021). El tipo de tareas incluyen, entre otras, reconocimiento de imágenes (los perros), transcripción de textos (para las tecnologías de tratamiento del lenguaje natural), u otras. De este modo, es posible observar que la IA necesita del trabajo humano, lo que permite descartar un reemplazo del trabajo vivo por la IA y las máquinas “inteligentes”. Un aspecto interesante del proceso denominado machine learning es que da cuenta que la IA no puede realizar sus funciones sin todo el trabajo humano que existe detrás. Esto se debe principalmente a que la IA no cuenta con una capacidad propia de la inteligencia humana, a saber, el discernimiento (Casilli, 2021). Pese a lo anterior, el trabajo de los seres humanos detrás de la IA es precario y empobrecido.
El rol de las plataformas de trabajo en línea y sus implicancias para los microtrabajadores
Tal como señalamos anteriormente, las plataformas de trabajo en línea funcionan como intermediarias entre clientes que buscan desarrollar un sistema inteligente y microtrabajadores que se encuentran en distintas partes del mundo. Las plataformas de trabajo en línea establecen las condiciones a través de las cuales el trabajo se desarrolla.
Al igual que en el trabajo de taxi y reparto, las plataformas de trabajo en línea establecen en sus condiciones de uso que el trabajador es una persona que desempeña laborales de manera independiente, es decir, no establecen un vínculo laboral (Berg et al., 2019). Por lo tanto, el trabajador se encuentra desprovisto de cualquier derecho laboral, acceso a la seguridad y protección social y el material necesario para desarrollar su trabajo está completamente a su cargo (el computador, teléfono inteligente, el espacio físico que generalmente es su hogar). Asimismo, las plataformas establecen condiciones unilaterales, a través de las cuales el trabajador no tiene derecho a presentar un recurso de protección. Un ejemplo preciso ocurre con el rechazo de las tareas realizadas. En muchas situaciones, un cliente refuta una tarea ya realizada sin dar razones del porqué. Los términos de uso de las plataformas, en general, establecen que el cliente no debe dar explicaciones de su rechazo, a la vez que tampoco establece mecanismos de contestación (Berg et al., 2019). Las consecuencias de lo anterior para el trabajador son perder dinero por un trabajo ya realizado, disminución de puntaje en el sistema de evaluación o simplemente la cancelación de sus cuentas. Además, como demuestra nuestro estudio TRIA, los trabajadores muchas veces prefieren perder el trabajo realizado antes que intentar hacer un requerimiento, ya que este proceso les tomaría más tiempo que el utilizado en la elaboración de la misma tarea.
Además de la falta de acceso a derechos laborales y protección, otro aspecto característico del microtrabajo es el aislamiento. En efecto, el cliente y el trabajador no comparten un espacio geográfico común, lo cual tiene dos consecuencias. Por un lado, el trabajador no puede recurrir a un tribunal laboral local para interponer una demanda a la plataforma o al cliente, ya que no se encuentran en la misma jurisdicción (Berg et al., 2019). Por otro lado, los trabajadores se encuentran físicamente separados unos de otros, lo que dificulta los espacios de socialización y, eventualmente, de actividades de resistencia. A diferencia de las plataformas de trabajo localizado, donde los trabajadores se encuentran en las calles, los microtrabajadores no saben quiénes son sus colegas ni dónde están.
Otro aspecto para destacar de las plataformas de trabajo en línea es que la oferta de trabajo suele ser superior a la demanda. Esto se explica porque el trabajo puede hacerse a distancia, en el marco de un mercado de tareas para la IA que se desarrolla a escala mundial. A su vez, los clientes se encuentran principalmente en el norte del mundo, pero con una fuerte participación de trabajadores de todos los países, especialmente del sur del globo, donde los salarios suelen ser más bajos. En este contexto de exceso de oferta, los trabajadores, como indica nuestro estudio TRIA, tienen una serie de tiempos de trabajo muerto, en los cuales esperan por tareas que aparezcan. Esto se debe en parte a la diferencia de horarios entre los clientes que postean tareas y los microtrabajadores, pero también a que la cantidad de requerimientos no siempre satisface la necesidad de trabajo. Como consecuencia, los trabajadores pasan una cantidad de horas excesivas frente a sus computadores, esperando a que las tareas salgan, lo que significa que sus jornadas laborales pueden ser de más de 15 horas al día, durante 7 días de la semana. Además, es importante señalar que el exceso de oferta diminuye el nivel de las remuneraciones.
A modo de resumen, podemos señalar los dos tipos de plataformas señaladas en este artículo tienen en común la falta de protección laboral y social del trabajador, así como un contexto de flexibilidad que genera condiciones laborales precarias. No obstante, el trabajo a través de plataformas en línea resulta más problemático, dado que es invisible a los ojos de la sociedad. Además, la competencia es elevada, ya que se extiende por todo el planeta entre personas que no tienen acceso a conocerse entre sí.
Aspectos metodológicos
El análisis que mostramos en este artículo se basa en los resultados de un estudio denominado El Trabajo de la Inteligencia Artificial: ética y gobernanza de la automatización (TRIA), del grupo DiPLab (Digital Platform Labor) basado en Francia. Nuestra metodología tiene un enfoque mixto, que combina técnicas de recolección de información cuantitativas y cualitativas. Por un lado, el estudio TRIA implementó dos cuestionarios en línea en la plataforma alemana Clickworker y la estadounidense Microworkers, que alcanzó 2118 respuestas, donde 443 corresponden a residentes en España y 1675 a trabajadores en América Latina. Asimismo, nuestro estudio aplicó 58 entrevistas semi estructuradas a trabajadores de la plataforma Microworkers, donde 5 entrevistas corresponden a residentes en España y 53 en América Latina. El periodo de estudio fue entre los años 2021 y 2022.
El cuestionario tenía un carácter extenso, con más de 100 preguntas sobre situación sociodemográfica y familiar, educación, experiencia profesional, ingresos, relaciones sociales, uso de Internet y prácticas de microtareas en plataformas. Las entrevistas se dirigieron a los trabajadores que ya habían rellenado el cuestionario, y trataron de comprender en profundidad los significados que daban a sus respuestas, junto con su experiencia.
En el caso de las entrevistas, esta investigación se desarrolló en las siguientes fases: grabación (con previo consentimiento de los entrevistados), transcripción y codificación realizada con el programa de análisis cualitativo Atlas.ti. Asimismo, las entrevistas fueron desarrolladas garantizando el anonimato, razón por la cual, los nombres utilizados en el análisis son ficticios Las dimensiones y subdimensiones de análisis surgieron del material de las propias entrevistas, un enfoque inspirado en la teoría fundamentada. Este método plantea una inversión del análisis deductivo más tradicional, en el que el investigador estudia teorías y las aplica o comprueba durante la investigación. "En el enfoque de la TG, el investigador comienza con la recogida de datos de campo e inmediatamente los analiza de forma teorizante" (Guillemette, 2006, p. 35).
El microtrabajo en América Latina.
Según nuestros datos, el microtrabajo de plataformas es una actividad presente en todos los países de América Latina. Aunque los criterios de representatividad estadística son difíciles de aplicar a las plataformas, porque se desconocen las características y el número preciso de usuarios, los datos demográficos coinciden, a grandes rasgos, con los de la población general. La mayoría de nuestros encuestados viven en los países más grandes de la región, como Colombia, México y Argentina; también están muy presentes en Venezuela, Perú, y en menor medida, Ecuador y la República Dominicana. Destaca la alta participación de inmigrantes en España (un cuarto de los encuestados, de los cuales la mitad proceden de América Latina), y de emigrantes venezolanos (un tercio de los nacidos en este país viven hoy en Colombia, Argentina, Perú, Ecuador o España).
El caso particular de Venezuela
A medida que la implementación de cuestionarios fue avanzando, así como de las entrevistas, un hecho importante se fue manifestando, a saber, la alta tasa de participación de venezolanos en el trabajo de plataforma. Aunque no se dispone de estadísticas oficiales, varios usuarios de las plataformas e investigadores han constatado un aumento del número de trabajadores procedentes de este país desde 2018 aproximadamente (Johnston, 2022; Posada, 2022; Tubaro, 2022).
Uno de los factores cruciales, sin lugar a duda, es la crisis que ha enfrentado Venezuela en los últimos años. Aspectos como la hiperinflación, la dolarización del país, las altas tasas de pobreza, el aumento de la informalidad, marcan el escenario a partir del cual los venezolanos comienzan a buscar nuevas fuentes de ingresos. En este caso, el microtrabajo a través de las plataformas de trabajo en línea. En efecto, en nuestro cuestionario, frente a la pregunta “¿Por qué realiza tareas remuneradas en estas páginas?”, dos tercios de los encuestados de este país respondieron la opción “Necesito dinero” y más de un cuarto “La situación política/económica de mi país no me permite encontrar trabajo”. En cambio, la opción “Puedo elegir mis horarios” fue escasamente escogida por los venezolanos, mientras que en los otros países de la región uno de cada diez participantes seleccionó esta alternativa. También es importante destacar que para cuatro de cada cinco encuestados venezolanos las tareas remuneradas en las plataformas constituyen su principal fuente de ingresos, mientras que para el resto de los participantes es sólo un tercio. En efecto, la mayoría de los encuestados venezolanos utiliza las ganancias de las microtareas para gastos necesarios como el alquiler, la comida, o la ropa. Respondiendo a esta pregunta, un encuestado venezolano comentó “En Venezuela la prioridad es la comida, en serio”.
Pese a lo anterior, el año 2022 dejó algunas luces de esperanza respecto a la crisis socioeconómica del país. De acuerdo con el Observatorio Venezolano de Finanzas la inflación anual[1] medida al mes de diciembre se redujo de 660% en el 2021 a 305,7% en el 2022. Asimismo, la encuesta Encovi[2] indica que la pobreza se redujo de 90,9% en 2021 a 81,5% en 2022. Aun cuando estás cifras tienen un lado positivo, los años de crisis en Venezuela aún se dejan sentir. Por ejemplo, la ONG Provea indica que el salario mínimo en Venezuela al año 2022 se sitúa en 8,34 dólares estadounidenses, mientras que la canasta alimentaria básica está en torno a los 459 dólares. En términos concretos, si consideramos las cifras de pobreza, esto significa que 8 de cada 10 venezolanos no tiene acceso a esta canasta básica (Encovi, 2022). Otro aspecto de la crisis es la dramática reducción de la población venezolana que ha emigrado a otros países. En base a la encuesta Encovi es posible observar que desde el año 2015 hasta la fecha el país ha perdido al menos 5 millones de personas. A esto se suma, un estancamiento del crecimiento poblacional, debido al aumento de las tasas de defunciones y la disminución de los nacimientos (Encovi, 2022).
Al momento de aplicar nuestros cuestionarios, sin lugar a duda el factor de la crisis pandémica Covid-19 influyó en la masiva participación de los venezolanos en la plataforma. De acuerdo con muchos entrevistados, el trabajo de plataforma les permitió quedarse en casa, evitando contagiarse ellos mismos y a sus seres queridos. Así cuenta Cristina, que, para ella, la pandemia constituyó una de sus motivaciones para entrar al trabajo de plataforma.
‘Mi mamá es una persona mayor ya, y entonces ella y el bebé son los más delicados. Y entonces [el trabajo de plataforma] me ha ayudado muchísimo, porque acá, estoy en la casa, puedo hacer mis cosas y puedo estar pendiente del [bebé], generar ingresos para nosotros y bueno, buenísimo. Yo creo que fue lo mejor que puedo hacer’
Cristina, Cúa, 24-35 años.
Otro elemento que explica, según los entrevistados, su interés de trabajar en plataformas de trabajo remoto es la posibilidad de ganar en dólares. Considerando que para el año 2021, cuando las entrevistas fueron realizadas, el salario mínimo (sumando los bonos) superaba a penas los 3 dólares, el poder ganar en dólares a través de una plataforma resultaba un atractivo para muchos venezolanos, tal como relata Macarena.
‘Bueno, hasta ahora, de verdad, sí que me he dado cuenta de que, por lo menos acá, en Venezuela el trabajo por estas plataformas ha sido una ayuda para muchos, porque en todos los grupos ha sido un alivio. Tener el ingreso pues, porque claro, por menos 10 dólares, 20 dólares a la semana. Hay países en los que eso no es nada, pero aquí sí ayudan’
Macarena, Puerto de la Cruz, 25-34 años.
Un aspecto interesante del caso venezolano, en comparación a otros países, es la relevancia de los lazos sociales en la llegada a las plataformas. En efecto, tal como demuestran las estadísticas de nuestro estudio TRIA el porcentaje de venezolanos que llegaron al trabajo de plataforma a través de su red personal asciende a 41%, mientras que en el resto de América Latina (excluyendo Venezuela), llega tan solo a 18%. Las entrevistas comprueban lo anterior, tal como relata María, una microtrabajadora de Caracas.
‘Bueno, mira el año antes pasado yo trabajé en una tienda de ropas y ahí yo conocí a un amigo. Él me me dijo: “yo trabajo por Internet, yo he trabajado en varias plataformas" (...) Y él me recomendó Microworkers.’
Maria, Caracas, 18- 24 años
En este sentido, un fenómeno interesante del caso venezolano es la creación de grupos a través de medios de comunicación social en línea. Pese a que las microtareas se realizan solitariamente, los venezolanos se ayudan mucho entre sí, estableciendo redes de información, consejo y colaboración. Al contrario de lo que ocurre en la mayoría de los países, esta actividad está muy extendida en Venezuela, y los microtrabajadores hablan de ella con familiares, amigos y vecinos. También nuestro estudio muestra que los venezolanos utilizan mucho el internet. En este contexto es interesante destacar que en el año 2019, los microtrabajadores venezolanos de la plataforma Microworkers.com crearon un grupo a través de Facebook, que reúne a 3700 personas. A partir de esta tribuna, los participantes más activos organizaron dos grupos más pequeños a través de la aplicación de mensajería instantánea, Telegram.
La motivación para crear estos grupos nace, según uno de sus fundadores, por la necesidad de ayudar a otros. En efecto, los grupos sirven como redes de apoyo para realizar las tareas que algunos trabajadores no saben cómo hacer. En el grupo se encuentran tutoriales y guías explicativas del funcionamiento de la plataforma, a la vez que sirven de espacio para responder preguntas a trabajadores que debutan en el microtrabajo. De este modo, la solidaridad es el motor que permite a los grupos funcionar. Pero además del elemento solidario, estos espacios sirven también como modo de socialización. Por ejemplo, en los tiempos de trabajo muerto, donde los participantes esperan a que las tareas aparezcan, utilizan las redes de mensajería instantánea para hablar de distintos temas de esparcimiento. Los grupos también sirven para protegerse unos a otros, para avisar de los malos clientes, que no pagan las tareas o que las rechazan sin motivos, así como también de otras plataformas de trabajo que pueden ser una estafa. Finalmente, estos grupos cumplen un rol esencial para el funcionamiento de la plataforma, a saber, el de productividad y entrenamiento. Gracias a los grupos los trabajadores aprenden a hacer las tareas de manera eficiente y más rápida. Este aspecto termina siendo funcional a la plataforma, dado que ésta consigue de manera gratuita trabajadores altamente competentes, ya que ella no provee de las herramientas necesarias para el aprendizaje a los microtrabajadores.
[1] Es importante señalar que al momento de la aplicación de nuestro cuestionario y entrevistas del estudio TRIA durante el año 2021, las consecuencias de años de situación inflacionaria eran bastante más alarmantes. En efecto, el Observatorio Venezolano de Finanzas cifró la inflación en 1698488,2% (2018), 7374% (2019) y 3713% (2020).
[2] Encovi es una encuesta de medición de condiciones de vida. Nace como un esfuerzo de distintos académicos, que, ante la falta de estadísticas públicas, desarrollaron esta medición a partir del año 2014. La encuesta Encovi es desarrollada por la Universidad Católica Andrés Bello, Caracas.
Conclusiones:
La realidad del microtrabajo en América Latina es diversa. Si bien es posible encontrar trabajadores de plataforma en línea en toda la región, la situación varía de país en país- tal como muestra el caso de Venezuela. Sin embargo, esta investigación da cuenta de un aspecto esencial. El microtrabajo está altamente implicado en la lógica del capitalismo contemporáneo, ya que se caracteriza por ser desigual. La realidad del microtrabajo difiere entre el llamado Norte y Sur Global. Mientras en el primero encontramos clientes y plataformas, en el segundo encontramos los microtrabajadores dispuestos a trabajar por algunos céntimos de dólar, tal como muestra el caso latinoamericano. Asimismo, se trata de un trabajo altamente competitivo, que pone en concurrencia a los mismos trabajadores, negándoles espacios de socialización y resistencia, ya que se trata de un trabajo que se realiza solitariamente.
El microtrabajo, como demuestra nuestra investigación, también forma parte de una forma de precarización invisibilizada. Tal como adelantábamos en la introducción, el fenómeno del trabajo de plataforma en línea es menos conocido que el caso de los trabajadores de aplicaciones, el que ha recibido mayor atención en los últimos años. Por un lado, los censos o encuestas de trabajo no cuentan esta forma de trabajo en sus mediciones. Por otro lado, esto se explica, en parte, por la opacidad de las plataformas, que no revelan sus estadísticas y, por lo tanto, no se puede conocer cuántos microtrabajadores existen ni dónde están. A lo anterior se suma que el mundo académico se ha concentrado mayormente en trabajadores de plataformas de habla inglesa, dejando un terreno vacío en todos los otros casos.
Respecto a la legislación, en América Latina se discuten una serie de leyes para regular el trabajo de plataforma- por ejemplo, Chile aprobó recientemente una. Sin embargo, en estos debates no se incluye el trabajo de plataforma de trabajo a distancia, y sus relaciones con la tecnología. Las consecuencias de la pandemia de Covid-19 están poniendo de manifiesto la falta de protección social a la que se ven expuestos los trabajadores de plataformas digitales, quienes necesitan de una acción política urgente.
Bibliografía:
Berg, J., Rani, U., Furrer, M., Harmon, E., Silberman, M.S. (2019). Las plataformas digitales y el futuro del trabajo. Cómo fomentar el trabajo decente en el mundo digital. Ginebra: OIT.
Casilli, A.A. (2021). Esperando a los robots. Investigación sobre el trabajo del clic. Editorial Punto de Vista.
Guillemette, F. (2006). L’approche de la Grounded Theory; pour innover? Recherches Qualitatives. https://doi.org/10.7202/1085397ar
Johnston H. 2022. In search of stability at a time of upheaval: Digital freelancing in Venezuela. In Digital Work in the Planetary Market, M. Graham & F. Ferrari (eds.), Cambridge (MA): MIT Press, pp. 157-173, DOI: 10.7551/mitpress/13835.003.0013
OIT (Oficina International del Trabajo). (2021). El papel de las plataformas digitales en la transformación del mundo del trabajo. Ginebra: OIT.
Posada, J. (2022). Embedded reproduction in platform data work. Information, Communication & Society, 25:6, 816-834, DOI: 10.1080/1369118X.2022.2049849
Tubaro, P., Casilli, A.A., Coville, M. (2020). The trainer, the verifier, the imitator: Three ways in which human platform workers support artificial intelligence. Big Data & Society, 7(1), DOI: 10.1177/2053951720919.
Tubaro P. 2022. Learners in the loop: hidden human skills in machine intelligence. Sociologia del Lavoro, 163, 110-129, DOI: 10.3280/SL2022-163006
Sitios Web
Encuesta Encovi 2022
https://www.proyectoencovi.com/encovi-2022. Revisado 15.01.2023
Observatorio Venezolano de Finanzas
https://observatoriodefinanzas.com/. Revisado 14.01.2023
ONG Provea
https://provea.org/. Revisado 14.01.2013
Palabras clave:
Trabajo de plataforma, microtrabajo, inteligencia artificial