Resumen de la Ponencia:
Las ciudades latinoamericanas son espacios diversos, complejos y conflictivos, en ellas se pueden estudiar gran cantidad de relaciones sociales (Rizo, 2005) y entender en buena medida la forma en que funcionan. El derecho a la ciudad, originado en la filosofía (Lefebvre, 1975 y Harvey, 2008) y adaptado y promovido por los movimientos sociales (Borja, 2013, De Mattos, 2006 y Delgadillo, 2016), plantea una forma de entender los conglomerados urbanos; y en su dimensión operativa se ha vuelto bandera de lucha por espacios más inclusivos, donde la reivindicación es que todas las personas puedan satisfacer sus necesidades, alcanzado una condición de bienestar.El enojo es una emoción considerada principalmente negativa, que puede ser comprendida como un sentimiento que surge ante un suceso que se valore como ofensivo y que acostumbra a despertar estrategias de defensa en quien lo experimenta (Leal, 2017). Esta emoción genera respuestas fisiológicas que pueden inclusive llegar a ser violentas, por lo que se debe tener especial cuidado ante las reacciones que podría generar y sus consecuencias. El enojo se relaciona con el rompimiento de expectativas, con una percepción de injusticia, o en general con un evento no placentero (Sánchez y Sánchez, 2009). Al entender las emociones como un proceso cognitivo (Araya, 2021) y aceptar la posibilidad de la educación emocional (Modzelewski, 2017),las reacciones provocadas pueden redirigirse y utilizarse, no reaccionando de manera automática, irreflexiva o violenta, sino como el motor para obtener las cosas que se necesitan, la indignación, sin duda, ha sido y es motor de grandes cambios sociales.Esta ponencia surge de la tesis de licenciatura del autor titulada: Experiencia emocional de habitar la ciudad de personas que residen en el distrito primero del cantón de Curridabat; y busca reflexionar sobre las posibilidades que brinda el enojo como herramienta de reivindicación de derechos contemplados en la Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad, del Foro Mundial Urbano y en la Agenda del Derecho a la Ciudad para la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y la Nueva Agenda Urbana. Metodológicamente cuenta con un enfoque cualitativo, como técnicas de recolección de datos se realizaron cuatro entrevistas a profundidad con personas habitantes, mayores de 50 años, con al menos 30 años de residir en un municipio, Curridabat, en el área metropolitana de San José de Costa Rica. La información fue procesada en el software NVIVO y se utilizaron herramientas del análisis del discurso. Los resultados preliminares apuntan que la organización comunitaria, muchas veces motivada por la indignación ante el accionar de la administración, se ha convertido en una posibilidad para obtener mejores servicios urbanos y producir un entorno más apropiado según las necesidades de sus habitantes. La investigación se encuentra en curso.Resumen de la Ponencia:
El presente trabajo, producto de una investigación doctoral finalizada, propone examinar qué relaciones pueden establecerse entre las prácticas de movilidad cotidiana urbana en la ciudad de Rosario –Argentina- a partir de las políticas públicas implementadas en el marco del "Plan Integral de Movilidad" (PIM) por parte del ente municipal responsable del área -Ente de Movilidad Rosario (EMR)- y el desarrollo de la autonomía individual de los usuarios, para el período (2010-2019). Con el objeto de analizar estas relaciones, se indagó, entre otros aspectos, qué entendimiento tienen tanto los expertos que diseñaron las políticas públicas como sus destinatarios de la “movilidad autónoma” y cómo se vincula tal entendimiento con el diseño de las políticas públicas como con las prácticas de movilidad cotidiana urbana. La investigación asumió, principalmente, una estrategia metodológica cualitativa, priorizando un nivel microsociológico, siguiendo el criterio de doble hermenéutico de las ciencias sociales, en el abordaje de la noción de entendimiento, de A. Giddens (1984). Se encuadró en el campo de los estudios urbanos, relativo al desplazamiento cotidiano desde la perspectiva de la accesibilidad, bajo una problematización sociológica, a partir de los lineamientos centrales de la teoría de la estructuración de Giddens (1984), captando -en parte- las instancias de generación/obstaculización de autonomía que las políticas enmarcadas en el PIM habilitan en los destinatarios, en tanto experiencias corporales de moverse en la ciudad. En este caso, pretendemos traer a discusión algunos hallazgos en torno a las prácticas autónomas de movilidad de los destinatarios de la ciudad de Rosario, en tanto viajantes, en diferentes corporalidades –género e identidad, discapacidades, rango etario, entre otros-, con relación a distintos registros del entendimiento -dimensiones emotiva, sensoriales y de la motivación- de la experiencia de “moverse” cotidianamente. En tanto hallazgos, la corporalidad se la identificó como experiencia predeterminante en el entendimiento de la movilidad autónoma del viajante; condición que se la puedo identificar en distintas instancias de la práctica de desplazarse, donde aspectos de las dimensiones inconsciente o reflexiva de la experiencia de moverse en la ciudad, tales como, el “saber mutuo”, “saber práctico”, motivaciones, deseos, entre otros, fueron priorizados para planificar un viaje, adoptar posturas durante el mismo o estructurar las rutinas. A fin de poder captar la complejidad de la vida cotidiana, y específicamente, las práctica de desplazarse en la ciudad; sumado a que, el giro de la movilidad ha generado todo un campo teórico-metodológico reciente en las ciencias sociales, nos decidimos a explorar en un instrumento metodológico como el Diario de Viaje, que le otorga centralidad a las “voces” de los viajantes - como modo de captar su entendimiento- sobre la experiencia corporal de desplazarse en la ciudad (Perret y Silva 2022), y que nos condujo a los hallazgos a presentar.Resumen de la Ponencia:
En la presente ponencia proponemos reflexionar acerca de unas jornadas de investigación y extensión sobre “gestión social de residuos”, celebradas recientemente en la Universidad Nacional de Cuyo (Argentina). A partir de un análisis del programa, de las sesiones de grupos de trabajo y de los paneles de debate, retomamos parte de lo discutido en dicho espacio, destacando las principales recurrencias, controversias y ausencias. En términos teóricos, partimos desde una sociología de los cuerpos y las emociones que reconoce a las prácticas de desechar como anverso de las “maneras de consumir”. Ambas cuestiones, además, resultan fundamentales en sociedades normalizadas en el disfrute inmediato a través del consumo (Scribano, 2015). En ese sentido, el estudio de las políticas para la recuperación de residuos sólidos urbanos ofrece una vía estratégica para caracterizar los procesos depredatorios contemporáneos. De hecho, muchas de las nuevas conceptualizaciones en este campo de estudios suponen una serie de beneficios ambientales, económicos y sociales que vendrían a dar mayor “sostenibilidad” al capitalismo neocolonial. Tal sería el caso de las políticas de “economía circular”, de la “gestión integral de residuos con inclusión social” y de los programas de “adaptación y mitigación” ante el cambio climático. En términos metodológicos, realizamos un análisis cuanti/cualitativo valiéndonos de fuentes secundarias y primarias producidas en el marco de las jornadas. Así, ofrecemos una caracterización sobre el estado de situación de la temática, no como muestra representativa de la “agenda académica”, sino como modo de aproximación a las sensibilidades sociales (re-)producidas desde allí.Resumen de la Ponencia:
Contemplar las corporalidades feminizadas alrededor de la esfera productiva y en la construcción de procesos de paz, implica reconocer las desigualdades históricas que han dejado los instrumentos simbólico-políticos para invisibilizar y estigmatizar las labores del cuidado en contextos de violencia. Desde este aspecto, el presente abordaje investigativo parte de la identificación de las afectaciones micropolíticas que dejó el Conflicto Armado sobre las corporalidades de líderes y lideresas comunitarias, asentadas en el noroccidente colombiano que después de la firma de los Acuerdos de Paz se han visto enfrentadas a diversas violencias sociopolíticas y ausencias de garantías por parte del gobierno actual, dejando a su paso reconfiguraciones íntimo-territoriales que ponen al cuidado en el centro para la reivindicación y consolidación de resistencias corpoafectivas. Bajo esta lógica, la presente ponencia se teje a la luz del paradigma socio-crítico y las epistemologías feministas que permitieron hacer un acercamiento teórico-metodológico a partir de lo biográfico-narrativo, la cartografía corpoterritorial y la observación participante en la Nueva Área de Reincorporación de San José de León en el municipio de Mutatá Antioquia. Por consiguiente, se profundizaron en las concepciones teoricas del cuidado retomando las disputas del campo pruductivo/reproductivo de la vida (Federici, 2018; Lugones, 2008; Quiroga, 2014), la democratización del cuidado Toronto (2013), las concepciones del cuerpo-territorio Cabnal (2010), cuerpo y politica Butler (2012), emociones politicas Nussbaum (2014) y los aportes crítico-feministas desde el psicoanálisis Kristeva (1979) para abordar identidades feminizadas. A grandes rasgos, se pudo evidenciar cómo la categoría del cuidado se ha visto transformada por una noción del cuerpo-territorio en el que las experiencias de vida por la defensa de derechos humanos colectivos, los proceso autogestivos y la feminización de lo comunitario han consolidado vínculos y resistencias que rompen con las nociones tradicionales de la feminidad frente a las cargas físicas y simbólicas que deja la imposición de las prácticas de cuidado a los cuerpos feminizados, racializados y estigmatizados por la guerra. Palabras clave: Cuidado, conflicto armado, cuerpo-territorio, emociones politicas y construcciones identitarias.Resumen de la Ponencia:
En los últimos años los estudios acerca del Derecho a la Ciudad entorno a las Mujeres han tomado un gran interés y sobre todo importancia en el ámbito de las ciencias sociales, y sobre todo a los estudios de la mujer y del propio feminismo. Principalmente por el derecho de las mujeres a la ciudad que se busca demandar el descuido de las mujeres en la planificación de las ciudades y el territorio desde la seguridad, movilidad, el derecho a piso, ambientes seguros como el reconocimiento de las mujeres y hombres desde su condición de interseccionalidad. Se debe de pensar que las ciudades se han diseñado en la razón y condición de las necesidades de los hombres, como de la planeación de los intereses del poder, olvidando que dentro de estas viven mujeres, infantes y personas mayores. Sin embargo no existe un reconocimiento, cuidado y seguridad de las diversidades sociales que existen dentro de ella, principalmente de las mujeres que habitan. La problemática transcurre entorno a los tejidos territoriales donde los imaginarios colectivos de las mujeres están presentes en el espacio urbano, dentro de estos espacios existen desigualdades sociales muy diferentes como es el derecho a la vida, la seguridad, la movilidad y a la vida, se debe tomar en cuenta que esté es un territorio de gran desigualdad y que marca al cuerpo como territorio. Porque los tránsitos urbanos llenan al cuerpo de emociones y memorias presentes en el cotidiano de la ciudad de Chilpancingo, estos son producto de funciones y roles construidos por la sociedad a la que se pertenece, en ella está inmersa la violencia, inseguridad, discriminaciones y desigualdades, las cuales van construyendo la sociedad y los imaginarios sociales colectivos, que han ido petrificando el espacio urbano como el mismo cuerpo. Lo cual nos conlleva a preguntarnos ¿Cuáles son los factores que conllevan a la percepción de inseguridad en las mujeres?.El texto que se desarrolla tiene como objetivo principal de esta investigación se analizar los tejidos territoriales y corporales de las mujeres entorno al tránsito por la ciudad de Chilpancingo. En el cual caemos en el supuesto en que el habitar la ciudad de las mujeres chilpancingueñas reconfigura la expresión territorial del cuerpo femenino a partir de transitar el espacio urbano, mediante la articulación de las redes de cuidado y la cotidianidad de su desplazamiento por ella.
Introducción:
En los últimos años los estudios acerca del Derecho a la Ciudad entorno a las Mujeres han tomado un gran interés y sobre todo importancia en el ámbito de las ciencias sociales, y sobre todo a los estudios de la mujer y del propio feminismo. Principalmente por el derecho de las mujeres a la ciudad que se busca demandar el descuido de las mujeres en la planificación de las ciudades y el territorio desde la seguridad, movilidad, el derecho a piso, ambientes seguros como el reconocimiento de las mujeres y hombres desde su condición de interseccionalidad; está planificación de las ciudades se deben a un modelo androcéntrico que ha subordinado a las mujeres.
La problemática se discute entorno a los tejidos territoriales donde los imaginarios colectivos de las mujeres que viven el espacio urbano y la ciudad, dentro de estos espacios existen desigualdades sociales muy diferentes como es el derecho a la vida, la seguridad. En el transitar cotidiano de la ciudad de Chilpancingo, de las cuales son producto de funciones y roles construidos por la sociedad a la que se pertenece, en la que está inmersa por violencia, inseguridad, discriminaciones y desigualdades, las cuales construyen la sociedad y los imaginarios sociales colectivos, que han ido petrificando el espacio urbano. Lo cual nos conlleva a preguntarnos ¿Cuáles son los factores que conllevan a la percepción de inseguridad en las mujeres? ¿Las mujeres en verdad tienen movilidad?.
Las ciudades se han diseñado en la razón y condición de las necesidades de los hombres, como de la planeación de los intereses del poder, olvidando que dentro de estas viven mujeres, infantes y personas mayores. Sin embargo no existe el reconocimiento, cuidado y seguridad de las diversidades sociales que existen dentro de ella, principalmente de las mujeres que habitan dentro de ella. Por lo tanto a ciudad no es un territorio neutral, en ella confluyen problemáticas sociales que han dejado huellas en cada habitante del territorio, principalmente en las mujeres Chilpancingueñas.
En la Ciudad de Chilpancingo entro a la iniciática de Spotlight la cual esta iniciativa busca eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas en el mundo. La cual presenta la atención de prevenir y erradicar las tasas de feminicidio así como las violencias de género, como las formas de discriminación en el espacio público como privado; lo cual concierne el ámbito urbano. Por lo tanto la Iniciativa Spotlight en México va en línea con la política exterior multilateral que el Gobierno de México lleva a cabo, sometiendo sus políticas públicas a estándares internacionales para garantizar el avance hacia la igualdad de género, la seguridad y la paz para las mexicanas y los mexicanos. Este tipo de iniciativas en coadyuvan en conjunto con las instituciones federales, estatales y municipales buscan hacer efectivo el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia. Pero deja de cierto modo a un lado las experiencias y vivencias de las mujeres que habitan la ciudad de Chilpancingo olvidándose de la cultura machista muy arraigada y la subordinación marcada en la población femenil.
Como lo posiciona Pilar Alberti (1994) que existen dos discursos oficiales para hablar de las mujeres en las políticas públicas, pero principalmente de las mujeres indígenas, el primero avoca al discurso de la unidad global, donde ellas deben reconquistar su propio espacio apoyadas por hombres y mujeres partiendo de los intereses globales; el segundo retoma al discurso de la conciencia de género, donde se retoma a mujeres indígenas líderes como Andrea Flores en la que dice que es necesario romper con cada parte de la comunidad para reestructurarla en su integridad.
El texto que se desarrolla tiene como objetivo principal de esta investigación se analizar los tejidos territoriales de las mujeres entorno al tránsito por la ciudad de Chilpancingo. Lo cual caemos en el supuesto en que el habitar la ciudad de las mujeres chilpancingueñas reconfigura la expresión territorial del cuerpo femenino a partir de transitar el espacio urbano, mediante la articulación de las redes de cuidado y la cotidianidad de su desplazamiento por ella.
Desarrollo:
Crenado tejidos urbanos en las mujeres Chilpancingueñas
Ante la emergencia del contexto social, local, estatal, nacional y mundial la pandemia de SARS-CoV-2 mostro un panorama social de desigualdad y precarización de los espacios urbanos conforme al cuidado y la visibilización de las violencias de género en el ámbito público y privado, y un aumento de las violencias de género.
A Sumimos como un eje principal el territorio es de importancia esta escala socio espacial e indispensable para los estudios sociales como comunitarios; por lo tanto el territorio es aquel espacio de superficie terrestre, que fluctúan interacciones sociales, económicas, políticas, culturales, donde los actores sociales se posicionan sobre una determinada área, es decir son las interacciones del espacio geográfico dadas en un territorio específico, las cuales son trasladadas a lo que se conoce como territorialidad, que es, la conducta adoptada por un individuo o grupo para tomar posesión de una área ejerciendo relaciones de control, manipulación y de poder, este debe ser mirado desde su interior, para poder definirlo, estableciéndose por lo tanto un adentro y un afuera, independientemente del tamaño del grupo social que ejerza ese control. Por lo tanto, para Giménez (2005) dice que se entiende por territorio el espacio apropiado por un grupo social para asegurar su reproducción y la satisfacción de sus necesidades vitales, que pueden ser materiales o simbólicos… el territorio es producido, regulado y protegido en interés de los grupos de poder.
Si bien ese poder es la comprensión de todo aquello que nos constituye, nos dota a su vez, de un poder de lucha teórica y política contra las formas en las que se da el sometimiento, bien lo diría Butler, que es un poder es productivo que forma parte del sujeto en tanto es derivado de este. La norma nos sujeta volviéndose parte de nuestra subjetividad. Por lo tanto el regula el género es la forma de poder más amplia que con el resto de aparatos normalizadores. Es importante considerar y destacar la importancia de la dimensión psíquica del poder social en la formación del sujeto, al delimitar de los espacios, interno y externo, propuesta que puede ser considerada como fundamento teórico para entender el funcionamiento del poder, en la producción de las identidades (2015-16), ya que esté nos da la pauta para dar conciencia a los espacios de inseguridad en los que transitan las mujeres en la ciudad y desde sus identidades esté está entre tejido.
Ante el posicionamiento de Butler entorno al poder podemos distinguir que las mujeres en la ciudad están construidas por mecanismos de poder que subordinan los procesos de libertad, decisión de las mujeres, de cierto modo las mujeres se generan redes comunitarias y de ayuda las cuales notan la voz de ellas en forma organizativa. Por lo tanto se empiezan a gestar actos reformativos donde los actos de las mujeres hablen, en un formato de dar la voz de ellas posicionándolas con elementos de codificación que es el propio lenguaje. Al mismo tiempo la autora traspone que el poder performativo de los discursos de genero reside, entre otras cosas, en que ellos producen mujeres y hombres como personas definidas por la diferencia, aunque los comportamientos, las cualidades, los atributos y las imágenes de sí misma. Sin embargo en esto se enlaza las violencias contra las mujeres como aquella que está vinculada a las relaciones de poder basadas en el género. De acuerdo con Ana Falú, la violencia contra las mujeres se basa en el orden de género imperante y se sustenta en pautas culturales profundamente arraigadas, construidas socialmente: es el ejercicio de poder de un sexo sobre el otro.
A partir de esto tomamos en cuenta que la ciudad para Lefevbre es aquella obra que unifica lenguajes, códigos y tejidos sociales comunes, donde se convierte en un producto; la comunidad se desvanece, el vecindario se desmorona (1972; 85). Entonces se puede decir que la ciudad y su derecho se ve convertido en un derecho colectivo de todas las personas que habitan, acceden y usan la ciudad e implica, además del derecho al uso de aquello que ya existe, los derechos a definir y crear los que tendría que existir en los entornos urbanos para dar satisfacción a las necesidades requeridas para llevar una vida digna y plena en dichos espacios bien lo comento David Harvey (2012).
Si bien en la ciudad de Chilpancingo las mujeres, mestizas, indígenas y comunitarias han vivido la desigualdad de la ciudad, ya que cuarta los derechos de ella a vivir una ciudad segura y libre está lejos de ser garantizado en su experiencia cotidiana. Aun con los esfuerzos a favor de la protección contra todas las formas de violencia de género que se han instaurado dentro de las estructuras institucionales, la ciudad ha permanecido formas de discriminación, inseguridad y violencia por motivos de sexo, edad y origen étnico. Si bien aquí se enraíza lo que Alda Facio y Lorena Fries(2005), que sustenta esté apartado donde el patriarcado se mantiene y reproduce en sus distintas manifestaciones históricas, a través de múltiples y variadas instituciones. Ellas lo posicionan como intuición patriarcal aquella práctica, relación u organización que a la par de otras instituciones operan como pilares estrechamente ligados entre sí en la transmisión de la desigualdad entre los sexos y en la convalidación de la discriminación entre las mujeres, pero que contribuye al mantenimiento del sistema de género y la reproducción de los mecanismos de dominación masculina que oprime a todas las mujeres.
Sin embargo la ciudad deviene el espacio urbano donde el autor Lefevbre (2013) lo define como aquella simultaneidad, encuentros, convergencias de comunicaciones e informaciones, conocimientos y reconocimiento así como confrontación de diferencias (también ideológicas y políticas). En estas ciudad debe existir la relevancia y el poder que se le da a la noción del cuidado que es una necesidad vital y parte del fundamento del sistema económico, y que se sitúa en el centro de las producciones sociales de las mujeres, pero principalmente como esté sostén de la vida y el entramado social y económico; de la vida misma. Porque ante la violencia que existe las mujeres cuidan la ciudad, cuidan sus redes de apoyo y a las otro, formando así lazos comunitarios y de protección, que luchan constantemente por una vida libre de violencia, por ciudades cuidadoras.
Metodología
Para el estudio de los tejidos territoriales de los imaginarios colectivos de las mujeres Chilpancingueñas se parte de la realidad observada (la observación a partir del contacto e interacción con los sujetos), considerando aquellos supuestos tanto empíricos (la experiencia que he tenido) como subjetivos, que van de la mano con las propuestas teóricas como metodológicas, para así vincular y describir los procesos que tienen ellas.
En esta investigación se planteó la necesidad de dividirlo en dos momentos: el primero se realizó revisión crítica de los principales aportes relacionados con el cuerpo, las representaciones sociales y la movilidad territorial en jóvenes chilpancingueñas; las cuales son citadinas, comunitarias e indígenas. Con la finalidad de enfatizar los cambios en los escenarios sociales y corporales de las jóvenes indígenas para identificar la reconfiguración corpórea. Se hizo énfasis en el cuerpo como territorio principal de las representaciones sociales geográficas.
La segunda etapa de la investigación que se lleva a cabo es de corte cualitativo; se desarrolló con el método etnográfico, puesto que éste permitió describir y analizar las ideas, creencias, significados, conocimientos y prácticas de grupos, culturas y comunidades. Incluso es demasiado amplio como para abarcar la historia, la geografía y los subsistemas socioeconómico, educativo, político y cultural de un sistema social (rituales, símbolos, funciones sociales, parentesco, migraciones, redes, entre otros).
Dentro de las metodologías a que se utiliza en esté trabajo de investigación son las auto etnografías y la contra cartografías, en el primer caso nos ayudan a entender las disrupciones en las formas tradicionales de hacer investigación, está reivindica los saberes y subjetividades, pone un posicionamiento político y de investigación situada, enfatiza el peso político del dolor, la confusión, la incertidumbre y demás emociones, está metodología rompe los silencios. Está permite que el texto se enriquezca a partir de la interacción entre el sujeto que estudia y el objeto de estudio; la autoetnografía nace justamente allí donde se difuminan los límites entre ambas entidades. Cuando esto se consigue, la autoetnografía se convierte en una extraordinaria herramienta de diálogo entre el universo etic y el emic. (Fernandez Gutierrez, & Elisa Alegre-Agís, 2019)
Dado el carácter de la problemática que se analiza, se usa ciertas técnicas de recolección de datos que son idóneas para indagar las percepciones y representaciones que se tienen del cuerpo conforme a sus experiencias territoriales.
También se realizaron una serie de entrevistas semiestructuradas que sirvieron para identificar las percepciones que tienen de ellas mismas y sus aspiraciones. Ésta ayudó a identificar la nueva identidad construida, la manera en que se arreglan ahora y cómo se han ido modificando para poder representar, mediante el cuerpo, su nueva expresión territorial. La entrevista fue pertinente porque se aplicó en un ambiente con mayor intimidad que el que se podría obtener en un grupo de discusión, además se obtiene información más detallada de lo que pasa conforme a la reconfiguración del cuerpo. Taylor y Bogan (1992) entienden la entrevista como un conjunto de reiterados encuentros cara a cara entre el entrevistador y sus informantes, dirigidos hacia la comprensión de las perspectivas que los informantes tienen respecto a sus vidas, experiencias o situaciones.
La estrategia de cartografía corporal ayuda a que “los participantes expresen y narren a partir de las marcas, las estéticas y las partes de su propio cuerpo, las historias, vivencias, experiencias y sentidos que ellas tienen” (Arizaga & Guerrero, 2013, p. 33).
Para Alfonso Lans la técnica de Cartografía del cuerpo se trata de trazar el contorno del cuerpo del paciente en un papelógrafo y que este pueda en él realizar un mapa singular en función de las múltiples resonancias que le provoque tal imagen. El paciente puede allí dividir el cuerpo a su antojo, escribir, pintar.... en fin, trazar un mapa de intensidades que se mueven en su proceso de subjetividad. (Malaga, 2017)
Esta técnica ayudó a comprender cómo conciben su cuerpo y la ciudad como expresión territorial mediante la representación del dibujo. Las jóvenes hacen un croquis de su vida cotidiana conforme a su rutina citadina diaria, con el fin de saber cuáles son los puntos que más frecuentan y los recorridos como trabajo-escuela, trabajo-casa-escuela que nos permiten dilucidar el tiempo que dedican al transitar, la movilidad por la ciudad y el uso del tiempo en la vida cotidiana de las mujeres Chilpancingueñas como identificar los puntos de seguridad e inseguridad en ella, para así visibilizar la vida cotidiana de las mujeres se ven afectadas por las desigualdades de género que se inscriben en el espacio público.
Para fraseando a lo que comentaba la Vizcarra Bordi (2019) entorno a las metodologías que apelan a la subjetividad, que estos métodos existen relaciones entre el sujeto y objeto, las cuales son intimas, pero al mismo tiempo colectivas porque se contienden en procesos históricos-geopolíticos y en ambientes o ámbitos culturales y socialmente construidos. Y que desde la antropología Feminista, la subjetividad aparece en el mismo espacio etnográfico como un acto total que implica cuerpo, mente, razón, sentimientos, afectaciones y emociones de manera insoluble como una práctica del reconocimiento de la configuración de las relaciones de poder, que no implica que exista una fragmentación del sujeto ni de su muerte en el mundo de las relaciones de poder.
El universo de la muestra está constituido por mujeres entre 18 y 40 que radican en Chilpancingo; Mestizas, Me´phaa, Na Savi, Ñomndaa y Nahua.
LOS TEJIDOS URBANOS.
Hablar de las mujeres que habitan la ciudad de Chilpancingo es nombrar los espacios compartidos que se labran y entretejen a partir de las reflexiones, vivencias y sobre todo de la diversidad de experiencias de las mujeres Mestizas, Me´phaa, Na Savi, Ñomndaa y Nahua. Es centrar a la mujer en los aspectos de la vida y la agenda pública, darles esa voz que se les ha negado para plasmar sus vivencias y decir que son mujeres que han sido subordinadas y violentadas por los procesos de colonización. Tejer los espacios urbanos es auto anunciar a ellas, en representación de las y los subalternos, es construir posibilidades que avoquen a sus experiencias desde su reconocimiento de sus derechos e identidad. Relacionando a esto va con la crítica que hace la autora Chandra Tlapade, en su texto Bajo los ojos de occidente. Academia feminista y discurso colonial, donde menciona; que las mujeres deben ser abordadas desde su contexto y las diferencias que hay en ellas, porque hablas de las mujeres es pensar que tienen igualdad en todos los ámbitos, pero es al mismo tiempo olvidarnos de sus particularidades como mujeres mestizas, indígenas o comunitarias, sino de reconocerlas y posicionarlas como sujeto y sobre todo caracterizándola a ellas como un grupo singular en base a la opresión que tienen en común de la que son sujeto y que son víctimas de la violencia masculina, víctimas del proceso colonial, desarrollo económico que las conlleva a tener una posición como de objetos.
Para A, es importante nombrar a la mujer, ponerla en el centro de las problemáticas, como identificar y visibilizar la vulnerabilidad que tienen las mujeres mestizas, comunitarias e indígenas en la ciudad.
A―Mh, por supuesto que sí, porque todas las mujeres tienen voz y voto en participar y exigir lo que les conviene. (C, 17 años, estudiante de bachillerato, Mestiza, 2021)
El ideal de A nos muestra que dentro de su imaginario social de las mujeres que habitan la ciudad levanta la voz y exigen sus derechos como ciudadanas, sobre todo seguridad y habitar en calidad. Pero la realidad es otra, donde se les ha negado. Por lo tanto se va a entender al ideal como un sistema de exigencia, que apunta a los condicionamientos sociales y creencias que todas las personas, mujeres y hombres valen en seres humanos igualmente diferentes e igualmente semejantes, tanto dentro de cada uno de estos dos grandes colectivos humanos, como entre el colectivo de hombres y el de mujeres. (Facio & Fries, 2005)
Nos da un sentido al entender que las ciudades no son espacios neutros que garanticen igualdad para todas las mujeres; por lo que refleja y reproduce las desigualdades; de género, de clase, origen étnico, edad, nacionalidad, orientación sexual, y su interseccionalidad. La desigualdad de género en la ciudad es una forma de violencia que tiene poca visibilidad en la esfera pública, y es poco reconocida. Es por esto que nos parece necesario mantener un espacio de debate para generar la reflexión y sensibilizar, nos permita avanzar en la igualdad de las mujeres en las ciudades y lograr una vida libre de violencias.
Sin embargo podemos mencionar que para A, es importante tomar en cuenta que el cuidado dentro de la ciudad no existe, si planteamos el hecho que en ella no existe una norma, institución que garantice un cuidado, seguridad y libertad en la movilidad ciudadana de las mujeres, sino que existen normas patriarcales, subversivas que están muy interiorizadas en lis imaginarios de la población que deviene desde la colonización y que vulneran a las mujeres, mestizas, comunitarias e indígenas. Como bien lo comenta Garcia Santos y Jimenez Castañeda, que las mujeres indígenas, comunitarias, mestizas, indígenas buscan resignificar su contexto, experiencias, producciones, culturales, los cuales las unen la lucha por la descolonización y la despatriarcalización para lograr la superación del capitalismo y al sistema colonial que se instauro en la época de la conquista, lo cual aún norma la sociedad, para construir una nueva relación con la naturaleza…si bien la responsabilidad del Estado de encargarse de los trabajos de cuidado, así como el reconocimiento y retribución de todas las formas de trabajo y todas las prácticas económicas colectivas e intercambios que las mujeres y los pueblos han generado.
A―No, es muy buena, porque la seguridad no me da confianza porque las policías no me cuidan y me da sensación de desconfianza. (C, 17 años, estudiante de bachillerato, Mestiza, 2021)
Ante esto se vincula lo que la Cristina Carrasco y Carmen Díaz que nos manifiesta que estas prácticas se ven encaminadas al sistema dominante globalizado que ejerce su poder a través de la violencia y la legitimación; por lo cual se ponga por construir sistemas que ponga la sostenibilidad de la vida en el centro y que se requiera tiempo de cuidado. También nos pone en manifiesto que las mujeres generan vínculos de autonomía, respeto y cuidado, lo cual deviene el velar por las otras, como bien lo nombraría García de los Santos. Nos da a entender que al no tener nociones de cuidado dentro del espacio urbano, las ciudades han sido construidas y gestionadas desde una perspectiva masculina, en la que no se consideran las necesidades específicas de las mujeres.
A―Mis padres me cuidan yéndome a dejar y traer s donde voy. (C, 17 años, estudiante de bachillerato, Mestiza, 2021)
Podemos entender que la dimensión horizontal del parentesco retomamos lo que dice González (2011) en ella se tejen, establecen redes entre los miembros de distintos hogares o grupos domésticos, por un lado es importante entender que el cuidado en la ciudad está muy ligada por los lazos de parentesco y amistad, ya que son tejidos fundamentales entre las mujeres, pero también entre los padres, que de cierto modo se ve un reforzamiento del parentesco mediante la circulación de ayuda no solo en lo referente al ámbito doméstico, sino también en cuestionen que van más allá del mismo, que es el público, la movilidad y la ciudad.
Conclusiones:
En conclusión se necesita posicionar a la mujer en el centro de los diálogos teóricos reflexivos entorno a las experiencias vividas en el espacio urbano y el pensar la ciudad desde un pensamiento crítico de colonial, donde se centre el “Yo” y los “otros”, desde un reconocimiento situado. Porque los procesos de violencia e inseguridad afecta a las mujeres por los procesos patriarcales y misóginos que han existido desde la colonización. Como bien lo dice Sepulveda, Los españoles no eran los únicos europeos que maltrataban a los indígenas. Los franceses e ingleses que promulgaban la Leyenda Negra también participaban de una conquista violenta de las Américas que tomó lugar no solamente en el campo de batalla, sino también en el cuerpo de la mujer, por lo que la violencia contra la mujer indígena sirvió como un recurso retórico para detener la Conquista, paralelo a los argumentos que el fraile dominico utilizó en el famoso debate de Valladolid analizado anteriormente. Por lo que debemos poner a la mujer es importante poner visible a la mujer.
Ante esto pone a reflexionar que as ciudades no son espacios neutros que garanticen igualdad para todas y todos, si no que se reflejan y reproducen las desigualdades: de género, de clase, origen étnico, edad, nacionalidad, orientación sexual, y su interseccionalidad. La desigualdad de género en la ciudad es una forma de violencia que tiene poca visibilidad en la esfera pública, y es poco reconocida. Es necesario generar reflexión y un intercambio que permita avanzar en la igualdad delas mujeres en las ciudades y lograr una vida libre de violencias, dejando a un lado victimizar a la mujer comunitaria, indígena y mestiza, para ponerla como sujeto de derechos y sujeto que acciona en la vida comunitaria organizativa de su contexto regional, comunitario, citadino o local.
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Palabras clave:
Tejidos territoriales, Cuerpo, Derecho a la Ciudad
Resumen de la Ponencia:
O âmbito digital, pulsante e dinâmico, adquire importância e funcionalidade na contemporaneidade, principalmente com a pandemia da Covid-19, sendo utilizado para a interação, divulgação e mobilização, como é identificado na análise da Comunidade do Timbó. Uma comunidade periférica localizada na zona sul da cidade de João Pessoa – Paraíba – Brasil, situada em uma área de potencial valorização imobiliária que fomenta reconfigurações urbanas e morais-emotivas nos modos dos moradores experienciarem o local comum de vivência, que se configura como lugar de pertencimento. Este trabalho se debruça sobre o Timbó através das interconexões entre práticas, narrativas, códigos morais e vivências emotivas no âmbito presencial e digital, com o objetivo de compreender como a comunidade é produzida enquanto lugar, um mundo comum de compartilhamento a partir de onde o morador reconhece a si e ao outro e experiencia a cidade. A reflexão é desenvolvida com base no mapeamento dos perfis nas redes sociais, o Instagram, vinculadas ao universo de pesquisa, analisando a forma como a Comunidade do Timbó é construída e apreendida pela e na cidade.
Introducción:
A reflexão proposta baseia-se nos resultados preliminares do projeto de pesquisa Lugares no Lugar: Pertença, códigos de moralidade e disputas na Comunidade do Timbó, em desenvolvimento no curso de Doutorado do Programa de Pós-Graduação em Antropologia da Universidade Federal da Paraíba. A proposta é trabalhar a Comunidade do Timbó, universo de pesquisa, a partir dos diversos e polivalentes lugares que a constituem, que às vezes se aproximam enquanto comuns ou se distanciam e disputam territórios, sendo configurados pela pertença, por fronteiras e por projetos individuais e coletivos. É uma discussão teórico-metodológica apoiada na Antropologia das Emoções, com o objetivo de compreender, durante o contexto de pandemia (2020-2022), a relação entre o digital, a cidade e as construções morais-emotivas.
O diálogo entre as emoções, o urbano e o digital fomenta a reflexão, partindo da compreensão de um espaço urbano, a Comunidade do Timbó, e sua fabricação enquanto lugar através do digital. Este, por sua vez, é abordado como um âmbito contínuo das trocas intersubjetivas no presencial, sendo uma instância que possibilita imersões emotivas e mores, podendo ser tanto campo de mediação quanto de criação de vínculos e relações. É a partir do digital, com recorte aqui para a rede social Instagram, que se propõe discutir o Timbó, uma comunidade periférica localizada no bairro dos Bancários, zona sul da cidade de João Pessoa-PB-BR.
É proposta, assim, uma forma de pensar uma comunidade em relação com a cidade que integra e a partir de onde a vivencia sem deter-se ao trabalho de campo presencial, baseado em relações face a face. A investigação se debruça em incursões no digital para pensar o espaço urbano construído e experienciado pelos atores que criam e compartilham sentidos não somente presencialmente, visto a inserção e a importância cada vez maior do digital no cotidiano das pessoas, promovendo diversos modos de elaborar e se relacionar na e com a cidade. A continuidade e interconexão entre o presencial e o digital é uma das nuances que perpassam a contemporaneidade, em que o uso da tecnologia possibilita novas oportunidades para entender as formas de urbanidade, a cidade, os atores urbanos e as suas imersões emotivas no mundo.
A reflexão da Comunidade do Timbó, deste modo, está relacionada ao contexto urbano no qual se insere, de modo que trabalhá-la a partir da noção de lugar (Koury, 2003; Tamaso, 2012; Tuan, 1983), de sua construção por meio da relação entre agentes sociais com o local, reque atentar às temporalidades que configuram o universo de pesquisa, uma vez que se apoia na lógica da construção processual do lugar - empenhado por moradores, frequentadores, prefeitura municipal e mídia local. Este trabalho se restringe a pensar a comunidade durante o período de pandemia, principalmente de junho de 2020 a setembro de 2022, acompanhando jovens moradores que agenciam no Instagram para produzir e divulgar práticas e narrativas próprias, de sujeitos de dentro (Magnani, 2002), que pertencem ao Timbó.
Desarrollo:
Situando o universo de pesquisa
Trabalhar com a Comunidade do Timbó a partir da noção de lugar, de sua construção através da relação entre agentes sociais com o local, requer atentar às temporalidades que configuram o universo de pesquisa. Esta atenção possibilita compreender o Timbó, histórico e socialmente, na paisagem urbana da cidade, debruçando-se sobre as suas singularidades. Bem como ponderar a expansão e urbanização da capital paraibana sob a ótica da comunidade, que teve sua constituição e desenvolvimento ligada ao período de intenso crescimento da cidade.
A ocupação do Vale do Rio Timbó, que posteriormente se constituirá na Comunidade do Timbó, remota ao final dos anos de 1970, década em que a cidade passa por uma expansão do núcleo urbano, planejada em dois eixos: o leste e o sul, sendo a zona sul onde situa-se o Timbó. É uma zona criada através do planejamento urbano, com o objetivo de contemplar a população mais pobre na demanda por habitação (Lavieri & Lavieri, 1992), que se tornava cada vez mais presente com a chegada de levas de migrantes (Koury, 2018). A expansão do desenho urbano foi impulsionada por um ideal de modernização que se desenvolveu no âmbito local e nacional, realizado mediante a construção de conjuntos habitacionais que integrou a política de habitação e ordenamento da estrutura da cidade.
A consolidação dos conjuntos na zona sul configura um novo tipo de ocupação, é uma área projetada como periférica por está geograficamente longe do centro, resultando em grandes deslocamentos. Os espaços ermos, neste contexto, a margem do planejamento urbano são apreendidos pela pobreza sem casa, fomentando o surgimento dos aglomerados subnormais como alternativa para se estabelecer na cidade e/ou conseguir uma casa própria. O surgimento da ocupação do Vale do Rio Timbó ocorre nessas circunstâncias, assentando em um espaço vazio, deixado de lado pelo planejamento urbano da cidade. Espaço ermo que possuiu um papel importante para a construção dos conjuntos habitacionais da zona sul, servindo como local para a retirada de matéria prima na construção civil, como o saibro. A ocupação, no entanto, logrou de diferentes encargos e compreensões da função do espaço do Vale do Rio Timbó, sendo primeiro visto pela administração pública da cidade como ocupação irregular e somente no início da década de 1980 se consolidando como comunidade, o que promoveu tensões, conflitos e estratégias de permanência em torno do local.
A produção da Comunidade do Timbó se dá a partir da luta pela moradia e permanência no lugar, onde as estratégias de resistência se baseiam em ações comunitárias que fortaleceram a luta e colaboraram para a constituição da comunidade que, em seu primeiro momento de implantação, se estabeleceu como um lugar precário e de risco ambiental. Durante seu desenvolvimento passa por diversas transformações urbanas até chegar a sua configuração atual, se constituindo em uma área que a princípio foi planejada como parte da periferização da cidade, ao apreender a população pobre e menos abastada, mas que passa por um processo de valorização imobiliária que se inicia no final dos anos de 1990 e se intensifica durante as duas primeiras décadas dos anos 2000 (Pontes, 2020).
Um elemento importante a ser pontuado no processo de consolidação e desenvolvimento da comunidade são as relações de solidariedade, baseadas em vínculos afetivos estreitos, significativo na forma da sociabilidade produzida e exercida. A Comunidade do Timbó se constitui enquanto lugar de moradia e de pertencimento (KOURY, 2017), onde residem pessoas de origem interiorana que chegaram ao local por meio de redes homofílicas (Marques & Bichir, 2011), e com uma bagagem de experiências afetivas baseadas em vínculos relacionais estreitos, de forte solidariedade e conflito. A pessoalidade emerge como um elemento fundamental para a configuração da sociabilidade produzida e praticada no Timbó, sendo identificada a partir de suas instâncias: o sistema de nominação, a circulação de crianças, a fofoca e o fiado.
Neste lugar de moradia e vivência são desenvolvidas formas de sociabilidade, uma cultura emotiva (Koury, 2018) e códigos morais, nos quais os moradores pensam a si mesmos como seres relacionais e buscam adentrar na cidade (Pontes, 2021). Do e no Timbó produzem modos de viver a capital paraibana, tecidos a partir das margens, da luta pela permanência e consolidação da comunidade e sua integração à cidade oficial, planejada. É devido ao agenciamento dos moradores em torno da reivindicação pela urbanização da comunidade e resolução dos problemas sanitários e ambientais que a comunidade alcança a configuração urbana que possui atualmente. Os moradores se organizam para a melhoria do lugar de pertencimento, buscando o direito de moradia digna e acesso a serviços urbanos através da participação nos Orçamentos Participativos do Município para pressionar o setor público.
A organização e reivindicação dos moradores contribui para compreender a construção do Timbó enquanto lugar de moradia e pertencimento, com a resistência para permanecer e o agenciamento para urbanizar. Esse processo se desenvolve no contexto de crescente valorização imobiliária da zona sul, com ênfase para o bairro dos Bancários e os espaços circunvizinhos, nas primeiras décadas deste século. O que torna possível pressupor que a urbanização integra os interesses do planejamento da cidade, contribuindo para a valorização do conjunto de bairros próximo. Mas o cenário de precariedade na comunidade, anterior às obras de urbanização, propiciou a criação de um imaginário negativo sobre o local, comumente apontado como sujo, vulnerável e potencialmente violento (Soares, 2009; Pita, 2012), com a associação entre pobreza e perigoso.
A segregação espacial e socioeconômica da Comunidade do Timbó, conformada no bairro dos Bancários (Soares, 2009), com a fabricação de estigmas sobre o local e os moradores, não desaparece ou enfraquece com a integração da comunidade ao planejamento urbano de uma cidade ordenada. Mas essa nova configuração fomenta a produção de estratégias corriqueiras dos moradores para a preservação da face (Goffman, 2012), apreendendo o Timbó como um lugar tranquilo, de vínculos estreitos e duradouros, de pessoas de bem e trabalhadoras. A diferenciação entre o passado e o presente emerge como um elemento significativo na narrativa dos moradores nas elaborações de si, do outro e do lugar.
Lugar que é produzido na dimensão relacional, nas trocas intersubjetivas no e com o local, neste caso situado geograficamente a partir de onde os sujeitos constroem relações de reciprocidade na luta pela permanência, de amizade e constituição da vizinhança, de pertencimento através do qual afeiçoa modos de ser e estar no mundo. É na formação de um sentimento de pertença que o lugar é constituído, pois é mediante o pertencimento que são concebidas formas de enraizamento, de fazer parte e, consequentemente, de composição de fronteiras simbólicas, da tensão que envolve a ambivalência do gostar e desgostar do grupo e do lugar que integra, exercita e fabrica cotidianamente.
O sentimento de pertencimento é basilar para a construção e o entendimento do Timbó como lugar, é fomentado pelos moradores na transformação do espaço em um ambiente inteiramente familiar, onde experiencia um tipo de envolvimento que serve como uma dimensão para o sujeito apreender a si e ao outro. Assim, a Comunidade do Timbó enquanto lugar possui um significado individual e coletivo que configura o viver cotidiano, expressando os conflitos, as solidariedades e as tensões presentes no viver e na criação da identidade. A pertença contribui para a composição de uma cultura emotiva que caracteriza o lugar, pois refere-se às formas de continuidade, a criação de práticas comuns e ao exercício de trocas emocionais. A cultura emotiva permite que indivíduos vivenciem e partilhem um lugar comum, se apresenta como recheada de elementos de predisposição ao outro relacional e seu conteúdo possui sentidos morais que são experienciados pelos sujeitos como especificidade do pertencer (Koury, 2017, p. 11).
O lugar é produzido pelos atores sociais, não somente aqueles que são moradores, como também por frequentadores, pelos de fora - não pertencentes -, pela mídia local e pela administração pública da cidade, por exemplo. Visões de mundo, ideologias (BOUDON, 1989) e projetos (VELHO, 2003) estão em negociação e disputa na construção de lugares, o que pode apontar para diversas formas de produção mergulhadas em moralidades específicas. A reflexão é tecida na relação dos lugares criados por cada grupo, que por vezes se aproximam ou distanciam em formas de acordos ou disputas quanto à composição de um lugar Timbó, que é resultado desses diversos projetos de lugares em relação.
Lugares que são inicialmente identificados e acompanhados pelas plataformas digitais, apontam para o agenciamento de atores e coletividades contextualizadas que configuram maneiras de apreender e elaborar um mundo de conhecimento comum, acessando múltiplos sentidos sobre a realidade e o viver no Timbó. Estamos refletindo sobre um lugar que é construído processualmente, na relação entre diversos grupos, situado social, histórica e geograficamente.
O lugar Timbó a partir do digital
Na contemporaneidade, em que estamos cada vez mais interconectados, novas formas de experienciar são construídas a partir do uso das redes sociais para criar ou desenvolver relações e vinculações com indivíduos, grupos e lugares. As novas tecnologias comunicacionais em rede estão presentes nos vários âmbitos das relações sociais e sites, potencializando novas experiências, mentalidades e práticas (SANTOS, 2018). O digital, assim, é pensado como uma dimensão onde a ação se processa, não como mero cenário, mas como parte constitutiva do recorte analítico, sendo através dele que se debruçar a busca por compreender como a Comunidade do Timbó é construída como lugar a partir de diversos grupos que usam as redes sociais e os sites para fabricar uma representação sobre o Timbó.
O lugar Timbó apreende lugares diversos que são representados, praticados e divulgados no âmbito digital, sendo lugares de ação, de encontros, de afinidades e de projetos, aceitos ou não pelo conjunto de moradores da comunidade, que disputam a produção de um lugar comum, um Timbó baseado em uma dimensão moral-emotiva própria de cada grupo que negocia e disputa em torno da representação de um lugar Timbó. A noção de lugar Timbó vem sendo trabalhada enquanto uma identificação ampla dos grupos em relação ao mundo comum configurado por uma dada cultura emotiva que caracteriza as relações na e da Comunidade do Timbó, de modo que esta noção indica os modos como a comunidade é construída e representada por moradores e não moradores nas redes sociais, com ênfase aqui para o Instagram.
Os perfis no Instagram, utilizadas pelos grupos em acompanhamento, expressam os lugares produzidos e em manutenção, informam gramáticas e códigos morais-emotivos em relação na conformação de um nós comunitário, um lugar. O conjunto de publicações online apresentam ajustamento de lugares, isto é, de práticas, narrativas e projetos permeados por moralidades específicas nas expressões de um lugar Timbó, que é trabalhado a partir do digital enquanto uma continuidade do presencial, com os dois âmbitos sendo compreendidos como constituidores das vivências contemporâneas. A consideração da interconexão entre o digital e o presencial é imprescindível na compreensão do lugar Timbó como um mundo comum de compartilhamento que elucida modos de viver.
O Instagram é apreendido como ferramenta analítica por permitir o acompanhamento de ações e discursos no Timbó, produzido pelos sujeitos, moradores ou não. São produções corriqueiras que apresentam formas de viver a/na comunidade, com uma produção que é processual ao indicar o elemento temporal das postagens e interações neste campo fluido. O material é produzido pelos administradores, o que atenta para um procedimento de escolha das imagens, elaboração textual e definição de hashtags e marcações que são disponibilizadas ao público através do perfil, que conta com a interação via comentários nestas postagens. São fabricações próprias dos grupos envolvidos com a administração dos perfis, divulgando um material vinculado à Comunidade do Timbó que contribui para formar imaginários específicos da comunidade mediante os modos de representá-la.
Os grupos que compõem este estudo são de moradores, atores específicos que, em sua maioria, são jovens que ocupam as redes sociais acompanhadas, principalmente em relação ao Instagram. São juventudes (Pais, 2003) que agenciam a frente dos perfis, como administradores, logo, como os atores que planejam, criam e publicam as postagens que servem de apoio à nossa análise. Fornecem uma maneira de construir o lugar com base em moralidades próprias das visões de mundo, de modos de viver e sentir a comunidade e a cidade. Esta verificação não exclui a agência de outras experiências além das juvenis, com presença entre os seguidores, interagindo nas publicações seja para parabenizar ou se queixar das práticas e discursos.
As juventudes como mais atuantes no digital, até o momento da análise, podem está ligado à questão do acesso aos aparelhos tecnológicos, ao conhecimento naturalizado sobre o uso de smartphones, computadores ou tablet pelo crescimento acompanhado das inovações tecnológicas, mesmo sem necessariamente uma aproximação imediata a esses instrumentos. O que pode ser intuído é o elemento do acesso aos aparelhos tecnológicos e a internet como condições para ingressar nas plataformas digitais, de modo que os atores presentes nesse âmbito possuem os meios materiais e o maior ou menor uso pode relacionar-se ao tempo disposto no dia para estar interagindo no digital. Aqueles que não detém recursos materiais estão fora desse âmbito, o que aponta para uma instância potencialmente exclusiva que apesar de disponibilizar plataformas e aplicativos gratuitos, o uso está condicionado a determinados bens. Com essa perspectiva em consideração, tem-se ciência que os grupos aqui acompanhados lançam mão dos elementos requeridos para ingressar e estar no digital.
Os perfis no Instagram mapeados e acompanhados são administrados por jovens moradores e possuem acesso público ao conteúdo produzido. São perfis classificados como contas públicas, em que qualquer usuário pode visualizar as postagens mesmo sem seguir o perfil. As contas acompanhadas para o desenvolvimento desta reflexão são classificadas como principais por produzir e divulgar conteúdo que se debruça exclusivamente sobre ações, situações e narrativas em torno da comunidade, o que possibilita o acompanhamento das práticas corriqueiras e a identificação das gramáticas morais e emotivas. São elas: o Meu Timbó, que busca representar o Timbó de maneira geral, o AJA Comunidade, que retrata os membros da Associação Juventude em Ação, o Jovens Solidários, que apreende um grupo de jovens que realizam iniciativas solidárias, o Batalha do Timbó, que aborda um evento de Hip Hop com artistas locais e da cena, o Futebol Amador do Timbó, que apresenta os jogos e campeonatos da comunidade, e o Passinho do Timbó, que divulga o evento de dança.
São perfis que produzem e divulgam eventos, ações e situações na comunidade, indicando o agenciamento dos grupos em torno de parcerias ou de distanciamentos na fabricação do lugar Timbó a partir dos projetos de cada grupo. Os perfis, deste modo, apresentam lugares em expressão, onde acontecimentos na comunidade ganham destaque para além dela. É o que podemos considerar como construção de dentro, desempenhada por grupos que possuem um vínculo afetivo com o Timbó e buscam (re)produzir o lugar com base nos projetos e códigos morais emotivos do seu grupo. Realizando um balanço de como a comunidade vem sendo representada por esses grupos no conjunto de perfis é possível identificar quatro categorias que sistematizam as práticas e as narrativas: a solidariedade, o lazer, a arte e a cidadania.
A solidariedade é discernida nas ações de distribuição de cestas básicas e kits de proteção conta a Covid-19 (Jovens Solidários, Meu Timbó e AJA Comunidade), na partilha de alimentos da agricultura familiar (apoio da AJA Comunidade), na ação de doação de cestas básicas por sujeitos de fora que vão ao Timbó realizar a ação (divulgado pelo Meu Timbó), na campanha de ajuda aos moradores em situação de crise de saúde ou econômica (Meu Timbó), e na ação de corte de cabelo gratuito (Batalha do Timbó). São práticas que se pautam em iniciativas solidárias dos jovens moradores, que se organizam e divulgam as campanhas e os pedidos nos perfis ou apoiam a ações de outros.
Desempenhadas de modo individual ou coletivo, com parceria entre os grupos que administram os perfis acompanhados, as iniciativas solidárias despontam como elemento principal de divulgação, sendo significativo como forma de representar as práticas em torno do Timbó. As negociações em busca de parcerias, comum de ser identificado nos perfis analisados, contribui para a produção de uma representação homogênea, uma vez que apresenta os assentamentos em torno do lugar. A proximidade e parceria entre os grupos de jovens moradores para o planejamento e a realização de práticas solidárias acaba concebendo um conjunto de publicações semelhantes, assentadas em projetos comuns para o Timbó.
O lazer é reconhecido na promoção de gincanas (AJA Comunidade), a organização de festas (Meu Timbó), os jogos de futebol (Futebol Amados do Timbó) e os encontros para prática de dança (Passinho do Timbó). A organização e realização desses eventos são divulgados nos perfis para convidar principalmente os moradores, mas também não moradores, a participarem e, assim, apoiar e fomentar as ações desses grupos em busca de modos de entretenimento na e para a comunidade. São eventos que comumente ocorrem na quadra esportiva, o espaço aberto utilizado pela população para ocasiões em que muitas pessoas podem se reunir, exceto no caso dos jogos de futebol, que ocorrem no campo situado nas redondezas do Timbó.
A quadra, por sinal, é o maior espaço aberto com teto para proteger de raios solares ou da chuva, podendo ser utilizado em qualquer horário e por isso é amplamente procurado, sendo necessário marcar horário com antecedência junta à Associação Comunitária dos Moradores do Vale do Timbó. A busca pela quadra é um elemento a parte que configura tensões relacionais e, por vezes, desentendimentos entre os grupos quanto a horários e usos do local. Cabe indicar aqui o seu amplo uso entre diversos grupos da comunidade, comportando o exercício de uma polivalência de lugares na quadra.
Ações sistematizadas como lazer podem também se enquadrar como artísticas, integrando a categoria arte, como os eventos de dança do passinho brega funk, de modo que certas práticas não se apresentam como fixas em uma categoria sistemática, mas como mais próxima de uma classificação. A arte, por exemplo, enquadra as oficinas de grafite (AJA Comunidade e Meu Timbó), o quadro talentos do Timbó (Meu Timbó), o jornalzinho do Timbó (Meu Timbó), a batalha de rap (Batalha do Timbó) e as gravações de videoclipes na comunidade. São ações e eventos que buscam trabalhar as potencialidades artísticas dos moradores, construída como um agenciamento político dos grupos de jovens na produção de um lugar Timbó.
A arte é apreendida como fomentador da transformação social, como instrumento para mobilização e lazer no cotidiano. As qualidades artísticas evidenciadas e divulgadas nos perfis fortalecem uma imagem do lugar Timbó em negociação, onde a arte é apreendida como um elemento que se faz presente no cotidiano dos moradores, contrastando com um imaginário de que comunidades são locais de perigo, de violência, de pobreza, entre outros estereótipos que perpassam as populações historicamente em condição de desigualdade (Naiff & Naiff, 2005). Busca-se difundir os artísticas locais, que dança, rimam, escrevem poema ou poesia, fotografam e desenham, bem como enquadrar as ruas e espaços da comunidade nas produções audiovisuais dos grupos de Rap do Timbó e da cidade.
A relação entre arte e política surge como um modo de desnaturalizar maneiras de pensar o contexto em que os atores estão inseridos, fornecendo apoio e possibilidades, principalmente, aos jovens moradores, público alvo que se envolve com os eventos e as ações de fomento da arte no cotidiano. Nessa direção também se aproxima as ações de exercício da cidadania, que compõe a última categoria classificatória do balanço reflexivo do material publicado nos perfis acompanhados no Instagram. Entre elas estão a distribuição de kits escolares para as crianças e os adolescentes (AJA Comunidade), as denúncias pela falta de coleta de lixo (Meu Timbó), a busca por programas jornalísticos televisivos para melhorar a infraestrutura de locais da comunidade (Meu Timbó) e as reivindicações por melhorias na Unidade Básica de Saúde do Timbó II (Meu Timbó).
Os grupos se organizam em prol de melhorias e serviços urbanos básicos, que são escassos ou não chegam de maneira efetiva na comunidade, proporcionando aos moradores uma vivência às margens, tendo que agenciar corriqueiramente na luta por condições dignas de viver na cidade. Os perfis no Instagram proporcionam mais uma forma de pressionar as autoridades locais para a resolução dos problemas de equipamentos e serviços urbanos, marcando a conta da prefeitura municipal, dos programas jornalísticos, das emissoras de televisão e dos apresentadores de jornais mais conhecidos, conciliando as publicações de denúncia com a divulgação das ações nos arredores da comunidade, como o bloqueio de ruas e avenidas que conectam as zonas leste e sul via Timbó.
Os perfis, assim, surgem como um instrumento complementar utilizados pelos jovens para a construção de um lugar de pertencimento e de busca por melhorias, acionando elementos para representar o lugar de moradia, que configura modos de fazer, sentir e viver a e na Comunidade do Timbó. O material apresenta construções de dentro, isto é, daqueles que constituem a comunidade e se sente parte do lugar, agenciando para a produção de um Timbó próprio, embasado em códigos morais e emotivas dos quais compartilha. A construção de um lugar Timbó, ao que pode ser acompanhado, é elabora com negociações, mas também tensões, com os grupos de jovens moradores tecendo parcerias, mas também fabricações próprias na organização, divulgação e realização de ações e eventos na comunidade, criando um modo de representação que por vezes, na rede social, está apoiada em aspectos homogêneos por enfatizar os assentamentos em torno do lugar.
Conclusiones:
Com importância e funcionalidade cada vez maior na contemporaneidade, o digital é utilizado com diferentes e diversas intenções, seja para a interação, lazer, divulgação, mobilização e reivindicação, consumo, notícia falsas, propagação de discursos de ódio, difamações e outros, sendo um âmbito pulsante e contraditório. É uma instância de comunicação com o outro relacional, de trocas simbólicas e materiais, de alcance local, regional, nacional e internacional, mas que nos usos em relação a Comunidade do Timbó, parecem ter sentidos eminentemente locais, seja na configuração da forma de sociabilidade no e do lugar ou nos modos como a cidade apreende e expressa este lugar.
O conteúdo produzido pelos grupos que agenciam no jogo relacional de construção de um lugar Timbó e divulgado nas plataformas digitais em análise, apresentam códigos de moralidades que perpassam maneiras de fabricar e representar a comunidade. Além dos agentes que historicamente elaboram registros sobre as comunidades, como a mídia e a gestão municipal, e contribuem para imaginários sociais, muitas vezes negativos associados à pobreza, vulnerabilidade, criminalidade e violência, as narrativas e práticas autorais dos moradores ganham espaço no digital. As experiências de auto representação colaboram para complexificar os sentidos produzidos sobre o Timbó, fomentando negociações na relação entre os lugares polivalentes que buscam espaço na produção de um lugar Timbó.
O agenciamento dos jovens em torno dos perfis em análise, portanto, busca ressignificar o estigma socioespacial em que o lugar onde moram, concebido como perigoso, violento e sujo. Os jovens moradores se mobilizam na utilização e divulgação de códigos próprios, cotidianos, que são configurados pelos modos de viver na comunidade. Assim, o lugar Timbó é apreendido, construído e apresentado como um lugar de pertencimento, relacionado com práticas, entre outras, solidárias, lúdicas, artísticas e cidadãs.
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Palabras clave:
Lugar; Comunidade do Timbó; Digital
Resumen de la Ponencia:
A questão do distanciamento social já é tratada nas populações em situação de rua desde as primeiras movimentações por seus direitos. A campanha “fique em casa” da OMS atingiu inversamente as pessoas que habitam à rua, que, em meio à pandemia sofreram um elevado aumento no seu contingente. Inúmeros corpos vulneráveis que mudaram o complexo conceito da “população” em situação de rua, expostos à pandemia e à extrema pobreza, com ausência das colaborações nos estabelecimentos locais e circulação de pessoas nos grandes centros urbanos nos quais eram sua fonte de não passar fome. Em contrapartida, as políticas públicas emergências de assistência social minimizaram as consequências da fome, todavia, foram políticas implementadas de forma temporal, no qual não resolveram a problemática principal: o aumento gradativo das pessoas vivendo nas ruas. A pandemia encontra-se como a algoz nessa população, porém a política capitalista de desigualdade nas cidades brasileiras proporcionou a maior das comorbidades nos corpos dos indivíduos, que os tem por si mesmo como seu próprio lar e meio de locomoção. Desse modo, apresentarei um recorte da dissertação do mestrado na qual se direciona aos estudos da cidade, saúde e pessoas marginalizadas, tendo a pesquisa de campo ocorrido em meio à pandemia, nos atendimentos realizados pelo Consultório na Rua (Unidade de Saúde Móvel do Sistema Único de Saúde) que possui o atendimento especializado nas pessoas que vivem em situação de rua, localizadas em João Pessoa, Paraíba, Brasil.Resumen de la Ponencia:
Tras las emociones de la reincorporación. Comunidades Emocionales en el Espacio Territorial ‘Amaury Rodríguez’ en Pondores, Fonseca, La Guajira, Colombia. Este trabajo de investigación doctoral indaga las emociones en el tránsito a la vida civil de los antiguos/as combatientes de las FARC-EP, quienes luego de más de medio siglo de confrontación armada, firmaron en noviembre del 2016, en Bogotá, Colombia junto al Gobierno Nacional el Acuerdo Final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera. En el que entre los diversos compromisos, suscribió el punto tres denominado ‘Fin de conflicto’ que señala aspectos como la ruta del proceso de reincorporación de los y las exguerrilleras, punto que luego de más de cinco años de la firma del acuerdo ha presentado ausencias de garantías para la vida de los firmantes de la paz. Situación que enmarca la exploración de este trabajo, anclado en el territorio de la Guajira en el Espacio Territorial ‘Amaury Rodríguez’ – uno de los 24 ETCR dónde se concentró a la antigua guerrilla para su desarme y posterior proceso de inserción a la vida civil.– territorio rural, en el que más de 250 exguerrillerxs han mantenido su palabra y compromiso por la construcción de paz a través de ‘comunidades emocionales’ que se gestan mediante las narrativas rituales, escénicas y políticas con la tierra, el territorio y la comunidad civil en la que se asentaron y en la que mantienen su palabra y convicción política para una vida digna pese al incumplimiento en lo acordado y la persecución política y de vida en la que se insertan por su pasado en la guerra. Investigación que desde la experiencia situada –Donna Haraway– he realizado durante el proceso de acompañamiento a los y las exguerrilleras firmantes del Acuerdo de Paz (2016, hasta la fecha) en la Escuela de Comunicaciones de la antigua FARC-EP (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo) como facilitadora en las áreas de Expresión Corporal y Oral y en Comunicación y Periodismo en el que a través del Interaccionismo Simbólico hemos podido reflexionar y hacer consciencia del cómo construir y tejer los lazos sociales para la paz con justicia social.