Resumen de la Ponencia:
La playa de Boa Viagem, en Recife - noreste brasileño -, como espacio de ociosidad, turismo y negocios, estimula un comercio variado, que contribuye, mediante la articulación del informal con lo formal, a la acumulación de capital. Allí, se encuentra el trabajo de quienes comercializa comidas y bebidas en la arena de la playa, por medio del ofrecimiento de sillas y sombreros, como una alternativa ante el desempleo y los bajos salarios en los puestos formales. Las personas en situación de calle, en extrema pobreza y sin lugar fijo para vivir, se involucran a este trabajo en actividades como: transporte de los materiales en carro de hierro que es empujado con las manos (así como los/as cartoneros/as), organización del material en la arena, invitación a clientes para el consumo, atendimiento a los/as clientes, reorganización de material, arreglo de materiales rotos y recogida de latas de aluminio reciclables de los/as clientes. Todo este complejo ha sido analizado como una construcción social de la ocupación, bajo la mirada teórico-metodológica que articula la perspectiva del trabajo no clásico con el configuracionismo. Por medio de observaciones, entrevistas y fotografías, el objetivo de esta investigación de postdoctorado ha sido analizar la percepción que estos/as comerciantes tienen de las personas en situación de calle en esta playa, y de su trabajo, específicamente aquellas con quienes establecen una relación laboral. Han sido entrevistados/as 34 comerciantes, 19 personas en situación de calle y cuatro trabajadores/as que no están en esta situación. Se ha identificado que los/as comerciantes suelen solicitar el trabajo de las personas en situación de calle cuando no tienen otra opción y/o pretenden pagarles un monto menor. Esta precariedad del trabajo, ligada al deambular por la calle, realidad agravada por la COVID-19 y mezclada con el uso de drogas como manera de mitigar el sufrimiento derivado de la pobreza, condiciona a los/as comerciantes a presentar un discurso discriminatorio de que estas personas no son trabajadoras, aún más en la carencia de políticas públicas para inserción laboral y salida de las calles. Se trata, pues, de una ausencia de reconocimiento de la contribución de estos trabajos para la acumulación capitalista, incluso mediante el turismo. Hay, también, intentos para ofuscar estos trabajos, considerándolos solamente como una “ayuda”, por los cuales, en algunas situaciones, se cambia no dinero, sino comida y bebida. El daño en el reconocimiento también se verifica en la demora para efectuar el pago previamente acordado, basado en la concepción de que no serían trabajadores/as. Así, se ha constatado que la situación de calle, fenómeno mundial, agrega diferentes trabajadores/as en situación de pobreza y desempleo, los/as cuales hacen diferentes trabajos en las calles, insertos/as en la cadena de acumulación, aunque moralmente puedan no ser considerados/as trabajadores/as.
Introducción:
Introducción[1]
Comprender la dinámica del trabajo, en toda su complejidad de acciones y actores/actrices de una manera que no se restringe al proceso de compra y venta de la fuerza de trabajo, es fundamental para el análisis de un determinado espacio social, considerando que este es formado por relaciones objetivas y subjetivas multidimensionales. En el capitalismo, esta dinámica se caracteriza por la explotación, en la que, mediante el ejercicio del poder, sólo una minoría se beneficia con la producción de riqueza, mientras que la mayoría de la población se ve relegada a trabajar arduamente para recibir una cantidad insuficiente e irrisoria que garantice solo su supervivencia para seguir siendo explorada.
Además de la explotación expresada en las largas jornadas laborales, bajos ingresos y diversas condiciones precarias, la población aún padece altas tasas de desempleo, las cuales, a través del aumento de la “reserva de força de trabalho” (Cardoso, 2017, p. 39), llevan a las personas que están empleadas a no exigir mejores condiciones de trabajo. Esta circunstancia genera un alto grado de informalidad que se ejemplifica en el espacio social de la playa de Boa Viagem, específicamente en la actividad de hombres y mujeres que trabajan en la playa ofreciendo bebidas y comidas. Entre los actores/actrices que comparten esta realidad laboral con estos individuos se encuentran personas en situación de calle, quienes, aún en situaciones de extrema pobreza y vulnerabilidad social, contribuyen a este proceso de trabajo, y, en definitiva, a la acumulación de capital.
Ante este hallazgo, se engendra esta propuesta investigativa a partir del problema de investigación de cómo comprender las motivaciones de los comerciantes para exigir trabajo a las personas que viven en la calle, es decir, comprender los significados por medio de los cuales estos trabajadores/as - comerciantes - invitan otros/as trabajadores/as - personas en situación de calle - para contribuir a su proceso de trabajo. Por lo tanto, este estudio pretende contribuir a la comprensión de la participación de las personas en situación de calle en este proceso laboral, más precisamente en la forma en que estas personas y sus actividades son concebidas en la percepción de los/as comerciantes, así como las acciones de estos/as últimos/as basadas en esta percepción.
[1] Este trabajo proviene de mi investigación de post-doctorado en el posgrado de Sociología de la Universidade Federal de Pernambuco, “Interacciones de trabajo en la playa: como las personas en situación de calle son requeridas al trabajo por comerciantes na playa de Boa Viagem”, bajo la supervisión del Prof. Dr. Cristiano Ramalho, con apoyo de la FACEPE.
Desarrollo:
Referencial teórico
En el mundo del trabajo se han observado múltiples formas de precariedad, sobre todo si se considera que, según Alves (2007), el trabajo en el capitalismo ya es precario per se, empeorando con el tiempo en términos de vínculos, horas de trabajo, ingresos, actividades y las interacciones sociales en general. Esta dinámica, ya institucionalizada, ejerce una fuerte presión sobre los/as trabajadores/as, en un contexto en el que esta es vista como natural y, por tanto, difícil de cambiar. Una de las formas de expresión de esta precariedad es la informalidad, fenómeno que, al abarcar diferentes experiencias, se ha incrementado en el país. Desde un principio, el concepto de informalidad estuvo asociado a la realidad de la pobreza, en la que, en un contexto de desigualdades sociales, gran parte de la población no encontraba la oportunidad de participar en el desarrollo social en términos de mejorar las capacidades cognitivas y compartir la riqueza producida.
A través de avances empíricos y teóricos, el concepto de informalidad se ha complejizado y ha considerado otros aspectos, como la ilegalidad, en la que lo informal se relaciona con el incumplimiento de los requisitos estatales para la regularización del trabajo (Filgueiras, Druck & Amaral, 2004). Dentro de la perspectiva de la “nueva informalidad”, se entiende el caso de las empresas formales que adoptan prácticas informales, como las relaciones laborales no registradas y/o no regulares (Pérez-Sáinz, 1998). Por lo tanto, es un “processo de informalidade”, ya que implica múltiples formas de ajuste en el mundo del trabajo (Cacciamali, 2000).
Muchas prácticas informales se derivan del hecho de que, sin el apoyo estatal, los individuos no pueden permanecer desempleados y, por lo tanto, se ven obligados a desarrollar estrategias para su supervivencia (Tokman, 2004). Si bien la dinámica de reestructuración productiva y el consecuente proceso de flexibilización han incrementado la informalidad, las actividades informales ya son inherentes al proceso de acumulación capitalista en América Latina y, según Araújo et al (2007), principalmente entre los más pobres. El comercio identificado en la playa de Boa Viagem es una de las expresiones de la informalidad en el país.
La continuidad y complejidad analítica del mundo del trabajo ha mostrado que la informalidad se integra dialécticamente con la formalidad y también es parte integral del sistema capitalista (Oliveira, 2013; Cardoso, 2017). El mundo del trabajo es como una galaxia, involucrando todo, formal, informal y todas las dinámicas financieras del capital (Cardoso, 2017). El trabajo de los/as comerciantes, aunque definido como una actividad informal, está directa e indirectamente ligado a la cadena turística de la ciudad, que también involucra dinámicas formales.
El turismo es una práctica que consiste en moverse en el espacio y permanecer en un lugar diferente al habitual por un período breve, en un momento diferente a la rutina laboral y la búsqueda de la contemplación, con la expectativa de regresar (Urry, 2007). Es a través de las prácticas turísticas que se venden sensaciones y experiencias en diferentes partes del mundo, a partir de la necesidad de ocio, es decir, momentos de descanso, diversión y desarrollo de nuevas capacidades cognitivas.
La institucionalización del turismo se fortalece como resultado de diversos bienes y servicios ofrecidos al/ a la turista, para que la experiencia sea lo más placentera posible. De ahí que, al llegar a Boa Viagem, una de las zonas más turísticas del país, el/la turista se encuentra de frente con la playa y el comercio promovido por los/as comerciantes en la playa, cuyo inicio data de la década de 1960, pues antes los productos eran vendidos solo de forma ambulante (Silva, 2019).
En esta actividad se involucran personas en situación de calle, definida como un grupo heterogéneo de la población que tiene diferentes motivos para entrar y permanecer en esa condición, así como diferentes dificultades para salir de ella. Aunque en esta variedad comparten la pobreza extrema, la ausencia de vivienda regular y convencional y viven en lugares públicos como vías, marquesinas, parques, plazas, solares baldíos, etc. (Silva, 2009). Debido a esta múltiple posibilidad, las personas pueden estar en la vía circunstancialmente, recientemente o en una situación permanente y casi definitiva. Una de las dos principales razones de esta situación es el desempleo, el cual lleva personas a las calles y también dificulta que ellas salgan de ellas (Silva, 2015; Brasil, 2008). Ante este contexto, es necesario considerar la agencia de los sujetos, pues no actúan como si fueran títeres del sistema, al contrario, ejercen autonomía para elegir, entre las oportunidades que se les ofrecen, la más conveniente.
El análisis de esta realidad, cuyo trazo involucra a los/as comerciantes e las personas en situación de calle, no se basa únicamente en perspectivas conceptuales de informalidad, ya que el proceso de trabajo de estos sujetos se entiende a través del concepto de “trabajo no clásico”, que comprende la dinámica de la informalidad del trabajo de manera ampliada, más allá de la relación entre formal e informal y no circunscrita al marco teórico fabril (De la Garza, 2009, 2017).
En la concepción no clásica, se considera que el control es ejercido por diferentes vectores no siempre predecibles, no limitados al proveniente del/ de la jefe, incluyendo actores/actrices que no participan directamente en el proceso de compra y venta de fuerza de trabajo, como en el caso del trabajo realizado en las calles. Así, los policías de tráfico, transeúntes y otras personas también interactúan con los/as trabajadores/as y, de esta forma, influyen en el control de su trabajo (De la Garza, 2009).
Desde esta perspectiva, además de los aspectos objetivos, se consideran los simbólicos, que pueden involucrar la cognición, la emoción, la estética, la moralidad y otras dimensiones (De la Garza, 2009, 2017). Un error en dos estudios sobre el trabajo es la defensa de que existen dos dinámicas separadas que no se comunican (o se comunican poco): una del trabajo, referida a la dimensión técnica, la transformación de la naturaleza para satisfacer necesidades, y otra relacionada con otros aspectos de la vida individual (De la Garza, 2009).
La perspectiva de trabajo no clásico, por el contrario, considera que en el mundo del trabajo no existe sólo el aspecto técnico, no sólo la dimensión cognitiva, sino también la expresión amplia y compleja de la subjetividad, a través de los aspectos ya mencionados. Incluso, en esta mirada conceptual, es posible ver que las identidades individuales y colectivas aún se forman por influencias del trabajo, sin, sin embargo, desconocer que la constitución de la identidad depende de todo el contexto de inmersión del sujeto (De la Garza, 2009). Por tanto, el objetivo de este trabajo es analizar la percepción que los/as comerciantes tienen de las personas en situación de calle de Boa Viagem, y de sus puestos de trabajo, en concreto de aquellos con los que establecen relaciones laborales no clásicas.
Metodología
La investigación de campo estuvo mediada por la observación, la entrevista y la fotografía, entre septiembre de 2020 y agosto de 2023. A través de la primera técnica, se realizaron visitas exploratorias para adquirir subsidios para la elaboración de guiones de observación y entrevista. Posteriormente, la investigación se centró en el área entre la Pracinha de Boa Viagem y el Edificio Holiday, un tramo de aproximadamente 1,1 km, donde, en un día muy concurrido, el domingo, tomando como ejemplo el 21 de febrero de 2021, reúne a 49 vendedores/as ambulantes. La elección de este tramo se justifica porque tanto el Edificio Holiday y Pracinha son lugares que concentran una mayor cantidad de personas en situación de calle en Boa Viagem que trabajan para los/as comerciantes.
Han sido entrevistados/as 34 comerciantes y 19 personas en situación de calle. Otros/as trabajadores/as que no están en esta situación también han sido entrevistados/as, pero, para fines de esta ponencia, no se va a discutir los datos de las entrevistas con ellos/as. El análisis de los datos se basó en la perspectiva metodológica del Configuracionismo, según la cual la realidad se forma a partir de aspectos objetivos y subjetivos, integrados y actuando al mismo tiempo para producir cambios y continuidades (De la Garza, 2012).
La mayoría de los/as entrevistados/as son negros/as, con pocos años de educación formal, de Pernambuco. Los/as comerciantes tenían entre 18 y 61 años, la mayoría entre 51 y 60 años. Las personas en situación de calle tenían entre 18 y 52 años, siendo la mayoría de entre 31 y 40 años. El tiempo de permanencia en la calle osciló entre los 8 meses y los 40 años.
Dinámica del comercio en la playa alrededor de los/as comerciantes
La motivación para empezar a trabajar como comerciante es consecuencia de la articulación entre el desempleo y el interés por el comercio de forma no sumisa. Existe una similitud en el proceso de trabajo de estos sujetos, que consiste en vender alimentos y bebidas en la playa, ofrecer sillas y sombrillas. Entre los productos que comúnmente se venden están las cervezas, el pescado, las papas fritas, los cocos, el agua mineral. Dependiendo de la carpa, puedes encontrar caldos, caipirinhas, palomitas, snacks, cigarrillos y duchas. El alquiler de sillas y sombrillas también aparece en algunos menús.
Los alimentos que necesitan cocción se preparan en comedores comunitarios en las afueras de la playa, que están en constante conexión con los/as comerciantes para entregar los pedidos de los/as clientes. De las personas entrevistadas, un comerciante contaba con su propia cocina industrial, que incluso atendía a otros/as comerciantes, y otra tenía apoyo familiar para la elaboración casera de los alimentos de su menú.
Todos/as los/as comerciantes entrevistados/as tenían la costumbre de guardar sus materiales cerca de la playa. Solo una solía almacenarlos en su casa, transportándolos a la playa en un tráiler.
Fotografía nº1: dinámica del comercio en la playa
Fuente: Fotografía de la autora, 30/01/2021.
Principales trabajos realizados por las personas en situación de calle en la playa
Todas las personas en situación de calle entrevistadas afirmaron que colaboran con el trabajo de los/as comerciantes. “Sin las carretas en la playa, ¿cómo vamos a ganar dinero?” (Abelardo[1]). La asistemática de su trabajo se observa en la posibilidad de realizar distintas tareas, en función de la necesidad del/de la comerciante, que, en una escala de prioridades, tiende a dejar en
último lugar a la persona en situación de calle. “Transporto los materiales, abro un bar, cambio dinero, lo que sea” (Lineu). "Lo que él necesite". (Nicolás). De igual forma, están a disposición de los/as diferentes comerciantes. “Cualquiera llama, yo lo haré” (Pedro). Esta articulación entre la incertidumbre sobre qué tarea realizar y para quién se realizará, ligada a la característica errante de la persona sin hogar, aumenta aún más el grado de incertidumbre y asistemática en este tipo de trabajo.
El deambular se puede caracterizar por el acto de constante movilidad por diferentes lugares, como barrios, ciudades, estados y países. Entre las motivaciones para esta práctica, se identifica el vínculo familiar y/o comunitario frágil, o incluso roto, considerando que ese vínculo ejerce presión sobre el individuo para permanecer en su lugar de origen. Cuando se trata de lazos familiares, el vínculo tiende a ser más fuerte, bajo el supuesto moral de que cada miembro de la familia es responsable de la supervivencia de esta como un todo.
La situación de la calle también genera un deambular propio, íntimamente ligado a las incertidumbres cotidia
nas inherentes a este modo de vivir. Incertidumbres, por tanto, sobre saber si y dónde podrán dormir, comer, trabajar, realizar algún tratamiento de salud, etc. Se trata, por tanto, de un deambular ligado a la relación que establecen con el espacio, que, según Lefebvre (1991), es social, no restringida a su dimensión física. Vinculado a la percepción subjetiva del espacio, este deambular también se manifiesta en la aprehensión del tiempo por parte de estas personas, ya que su experiencia se ajusta a un flujo propio, a saber, la dinámica de la calle.
El curso de la vida, inmerso en el deambular, no sigue la temporalidad estandarizada por la sociedad en la que se inserta. Tiempos, subtiempos y otros tiempos también incluidos dentro de la categoría temporal más amplia, se crean, se modifican y se recrean en una dinámica no lineal, sino en una configuración que mezcla constantemente objetividade
s y subjetividades. Aunque en la incertidumbre de las calles, estas personas se enfrentan a marcadores de tiempo que les presionan y les invitan a un mínimo de comportamiento regular para garantizar su supervivencia.
Uno de ellos es la oferta de trabajo que se les brinda. En el caso del trabajo en la playa de Boa Viagem, para garantizar el inicio de la actividad comercial en el momento de llegada de los/as potenciales clientes, es necesario transportar los materiales temprano. En promedio, las actividades de los/as comerciantes van desde las 6:30 am hasta las 5:00 pm.
Además de transportar los materiales, las personas en situación de calle entrevistadas también realizan los siguientes trabajos: invitar a los/as clientes para el consumo; atención al cliente, “como un mesero de playa” (Oscar); organización del material en la playa y reacomodo en la carreta para transportarla de vuelta al almacén; reparaciones a los materiales de los/as comerciantes, tales como reparaciones a un pozo utilizado como fuente de duchas; mandados generales como comprar hielo, cambiar dinero, cortar cocos, et
c. En este último caso, uno de los entrevistados, Jaime, dijo que él era el “cortador de cocos más rápido”, por lo que “muchos se referían a él”. Las personas en situación de calle también trabajan para los/as clientes, comprando productos que no ofrecen los/as comerciantes. Las siguientes fotografías ejemplifican estos trabajos.
Fotografía nº2: Trabajo de personas en situación de calle - Transporte de carretas
Fuente: Fotografía de la autora, 05/09/2020
Fotografía nº3: Trabajo de personas en situación de calle – Organización del material
Fuente: Fotografía de la autora, 15/03/2021.
En cuanto a la versión de los/as comerciantes, inicialmente buscaron desvincularse de las personas en situación de calle, siendo pocos/as los/as que afirmaron, al inicio de la entrevista, que acudían al trabajo de esas personas, de “un chico que vive en u
na calle” (Raíssa). En otros momentos, generalmente al final, mencionaron que “a veces”.
En cuanto a los mandados, por ser esta una actividad aún menos sistemática, es común tener u
na inclinación a invisibilizarla, incluso atribuyéndole la nomenclatura de “favor”. Esta postura subyace la práctica habitual de los/as comerciantes por no mencionar tales actividades en la lista de tareas laborales que componen la
labor comercial en la playa.
Si bien todos/as los/as comerciantes entrevistados/as manifestaron que los diversos mandados son
considerados un trabajo, solo cuatro (Raíssa, Laura, Sara y Aldo) mencionaron que solían recurrir a las personas en situación de calle para realizar estas labores, confesando este último de manera tardía. Además, parece que algunos/nas admitieron haber recurrido a esta práctica en momentos previos a la entrevista.
Percepción de los/as comerciantes sobre las personas en situación de calle
Para la mayoría de los/as comerciantes entrevistados/as, la percepción de quiénes son las personas en situación de calle está ligada a lo que creen que son los motivos que les condicionan a esta circunstancia. Ante la observación de que este grupo poblacional está involucrado con el consumo de alcohol y/u otras drogas, se tiende a considerar que es por eso que sale a la calle. “Muy drogados, la mayoría” (Caetano). "Que bebe. Drogodependencia” (Rubens). Por el contrario, las investigaciones han demostrado (Varanda, 2009; Silva, 2015, 2019) que las drogas actúan más como un atenuante del sufrimiento en situación de calle que como un asp
ecto motivador de este. Esta percepción contrasta con la razón que darán las propias personas en situa
ción de calle para estar en esta situación, en la que mencionarán que se trata de conflictos familiares involucrados con azotes en la infancia y rechazo a la orientación sexual e identificación de género. Estos conflictos también han sido asociados con el desempleo en tres casos. “No quise saber más de trabajo, de compromiso. Vi que era posible vivir así. No quise más dar mi tiempo para alg
uien. Desacuerdo con la familia también” (Lineu). Además, ha sido identificada la asociación con el uso de drogas. La droga como causa, de modo aislado, ha sido identificada solo en un caso.
En el proceso analítico, se advierte que, junto a los conflictos familiares, existe una situación de pobreza compartida por estas biografías. Esta dimensión, ejemplificada por la falta d
e vivienda, fue identificada por los/as comerciantes. “Quien tenga una renta sostenible no se someterá a esto” (Pâmela). “Falta de oportunidad” (Raíssa). También se mencionó el frágil vínculo familiar. Sin embargo, estos aspectos fueron oscurecidos por el uso de alcohol y/u otras drogas, lo que, ligado a la idea de que son personas peligrosas y propensas a cometer actos ilícitos, lleva a muchos/as c
omerciantes a evitar relaciones más cercanas con estas personas.
La percepción que los/as comerciantes tienen de las personas en situación de calle afecta la forma en que evalúan la relación establecida con ellas, que generalmente se considera “buena”, “amistosa”, “tranquila”, “normal”, incluso en comparación con las interacciones cotidianas ordinarias. “Como mi relación con cualquiera, como
tú y yo aquí hablando. Como con los/as comerciantes” (Raíssa). Fusionado con este discurso, se identificó la idea de que, para que el vínculo se mantuviera así, sería deseable para los/as comerciantes que esta población se mantenga distante de ellos/as, considerando que la evaluación de s
u comportamiento es moralmente reprobable según el estándar de normalidad de ellos/as y de la población en genera
l. “Ellos en lo suyo, yo en lo mío” (Genaro). La falta de confianza en estas personas fue identificada como la razón fundamental de esta actitud.
Esta distancia discursiva también está anclada en la insignia moral que defiende la inserción en el trabajo como un acto obligatorio que sella al individuo como merecedor de respeto y reconocimiento. “Si pedir trabajar, no quieren. Se niegan” (Pamela). “Respeto a todos. Yo no discrimino a nadie. Pero yo creo que son vagos” (Manuela). Desde otra perspectiva, además de que estas persona
s se consideraban ellas propias como trabajadoras - en línea con investigaciones previas (Silva, 2019) -, e
numerando las diversas actividades laborales que realizaban con los/as comerciantes, es necesario señalar que estos/as rutinariamente niegan oportunidades de trabajo a estas personas.
Este hecho ha sido reforzado por una de las entrevistadas, Catarina, quien hizo un esfuerzo discursivo por demarcar una distancia significativa de las personas en situación de calle. "Tengo contacto con ninguna (...) no es una buena persona". Destacó que el único contacto establecido fue “solo no gritar para calmarse, en razón de los/a clientes”, pues el local donde trabaja estaba cercano a donde había una alta concentración de personas en situación de calle. Por otro lado, esta investigación identificó que, de las personas ent
revistadas en situación de calle, seis trabajaban para esta comerciante. Es probable que esta postura enérgica contra estos sujetos se debió a que su participación en la investigación fue en el mismo momento en que estaba presente una de sus clientes
habituales, quien aprovechó el tema tratado en la entrevista para expresar su prejuicio contra las personas en situación de calle.
Bajo el discurso de que los/as comerciantes no necesitan del t
rabajo de las personas en situación de calle, ha sido encontrado que este generalmente era requerido cuando no había otra opción y/o para pagarles una cantidad menor. Esta circunstancia incluso movilizó la organización de algunos/as para que no recibieran menos de lo que consideraban justo
, pacto que solía ser roto por los/as que habían recién llegado en la localidad y/o por otros que se sometían a trabajar por una pequeña cantidad. La propia característica del trabajo que hacían generaba duda sobre la percepción de que las personas en situación de calle son trabajadoras. Algunos/as comerciantes, incluso, inicialmente no reconocieron que estas personas eran trabajadoras, ya que estaban “solo en este transporte de carretas, con reciclaje, estas cosas. Eso es lo que hacen, organizar material” (Raíssa).
[1] Todos los nombres son ficticios.
Conclusiones:
Conclusiones
La situación de desventaja en la que vive las personas en situación de calle ha contribuido a que los/as comerciantes demanden sus trabajos, ya que, debido a su vida errante y la falta de oportunidades laborales, están disponibles para realizar diversos trabajos a bajo precio. De hecho, muchas de estas personas viven en las cercanías de la playa porque, al ser una localidad con un alto flujo de entretenimiento y turismo, hay, en consecuencia, mejores oportunidades laborales, independientemente de su precariedad.
Sin embargo, mientras requieren sus trabajos, muchos/as otros/as comerciantes no les dan la oportunidad porque no confían en la relación que se establece con estas personas, en base al estigma que ya cargan como sujetos peligrosos y que, en cualquier momento, pueden cometer un delito.
Esta percepción negativa es el resultado, entre otros factores, de la ausencia de políticas públicas eficientes que contribuyan a la disolución de los prejuicios sobre las personas en situación de calle, en línea con el art. 7 del Decreto 7053 de 2009, en el cual menciona explícitamente que uno de los objetivos de la Política Nacional para la Población en Situación de Calle es promover investigaciones y publicaciones que aborden la heterogeneidad de estas personas. Por lo tanto, instruir a la sociedad sobre quiénes son ellas es un derecho, no un favor.
Debido a este malentendido, las personas en situación de calle, aunque colaboren para el proceso de trabajo de dos/as comerciantes en la playa de Boa Viagem, pierden oportunidades más generales para actividades como estas, porque muchos/as de estos/as comerciantes se niegan a tener relación con este grupo. La actuación laboral de estas personas en este espacio podría ser más regular y abarcar un mayor número de comerciantes, ya que estos/as necesitan personas que contribuyan a su trabajo.
En cuanto al involucramiento de estas personas con el alcohol y/u otras drogas, principalmente como alternativa para mitigar su sufrimiento cotidiano, esta investigación también muestra que el Estado no ha garantizado políticas públicas efectivas para el tratamiento de los/as usuarios/as de estas sustancias. Políticas, a su vez, basadas en la propuesta de reducción de daños, frente a prácticas enfocadas en el aislamiento individual bajo estímulo religioso.
Es necesario que las instancias de gobierno se acerquen a las personas en situación de calle de esta zona de manera amplia, en primer lugar a partir del reconocimiento práctico, no solo discursivo, de que este grupo poblacional necesita una intervención integral que le permita acceder a otras oportunidades de vida que no sean solo la calle. Para facilitar este proceso, se identificó la necesidad de instalar un Centro de Referência Especializado para População em Situação de Rua (Centro POP), un albergue nocturno, un restaurante popular y baños públicos en el lugar.
Estas iniciativas, por tanto, contribuirían al proceso de inserción laboral de estas personas y, concomitantemente, a una calidad de vida más digna, ya que contarían con espacios para el descanso diurno, el sueño nocturno, la alimentación, el aseo personal y vestuario, políticas de capacitación y, por tanto, una garantía de derechos en forma ampliada. Al garantizar derechos que son negados a un grupo de población y permitirles salir de la situación de calle, estas medidas contribuyen a la dinámica amplia de la ciudad. En resumen, la aplicabilidad de dos resultados de esta investigación contribuye directamente para la reducción de la pobreza y las desigualdades sociales.
Bibliografía:
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Palabras clave:
Situación de calle. Playa. Trabajo no clásico.
Resumen de la Ponencia:
Si bien el fenómeno de la precariedad laboral se ha extendido en las ultimas décadas a nivel mundial, la pandemia por coronavirus ha tenido distintas implicaciones en todos los ámbitos de la esfera productiva, así como en la configuración del mercado de trabajo actual. Bajo este marco, el objetivo fue identificar el efecto de distintos niveles de precariedad laboral en la población asalariada de México para diferentes grupos de edad y niveles de escolaridad en relación con el sexo, para dos momentos: al inicio y a dos años de la pandemia; se estimó un índice de precariedad laboral a partir de la construcción de cinco indicadores: salario, jornada de trabajo, prestaciones sociales, seguridad social y contrato, que consideran la dimensión económica, normativa y de seguridad laboral, con datos tomados de la encuesta nacional de ocupación y empleo del cuarto trimestre de 2019 y 2021 respectivamente, y se realizó un análisis de regresión logística multinomial con el programa estadístico Stata. Los resultados muestran que aunque siguen siendo más afectados los jóvenes de entre 20 a 29 años y los de menor escolaridad, se observa un aumento en los niveles de precariedad que abarca todos los grupos de edad y escolaridad y a diferencia del pasado, se han visto más afectados los hombres. El aporte de este trabajo resulta útil pues proporciona un panorama actual sobre el mercado de trabajo en México así como de sus posibles implicaciones en otras dimensiones como desigualdad, pobreza, exclusión, entre otras.Resumen de la Ponencia:
El discurso del desarrollo sostenible ha traído aparejado a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), y el número 8 está ligado al crecimiento económico y al «trabajo decente» de las economías. En este documento se cavilará sobre el trabajo decente, desde un punto de vista conceptual global, y sociológico-económico en Colombia, para ello el texto se divide en cuatro (4) partes: 1) Se revisan perspectivas sobre el trabajo y su variante “decente” en dos sociólogos de renombre: el español Imanol Zubero y el mexicano, fallecido recientemente, Enrique de la Garza Toledo. Acto seguido se complementan sus análisis con categorías y enfoques de dos autores de talla internacional, los economistas Amartya Sen y Robert Boyer, quienes desde distintas orillas cumplen el mismo propósito de ir más allá del enfoque neoinstitucionalista y neoliberal tan popular en nuestros días. Se aprovecha en este pasaje del texto para hacer, a modo de contraste, una breve revisión de la perspectiva neoinstitucional que, sobre el trabajo decente, ofrece el peruano Virgilio Levaggi como representante de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT, ILO por sus siglas en inglés); 2) Desde el año 1963, la Organización de Estados Americanos (OEA, OAS por sus siglas en inglés) aproximadamente cada tres años -desde el siglo XXI se convirtió en bianual- convoca y desarrolla un evento denominado Conferencia Interamericana de Ministros de Trabajo (CIMT). Haciendo una revisión rápida se encuentra que las actas y documentos importantes elaborados en el marco de ese evento se encuentra disponible solo desde la XVIII CIMT que se desarrolló en Medellín (Colombia), hasta la XXI CIMT que se desarrolló por vez primera de manera enteramente virtual. En resumen, se realizará una suerte de análisis discursivo sobre el trabajo decente y su conexión con el desarrollo sostenible en los compromisos adquiridos en los CIMT XVIII-XIX-XX-XXI (2013-2021) -se excluyen los CIMT XVI-XVII, aunque ellos tienen las palabras claves que nos convocan, porque no hay disponibilidad libre de documentación-, lo cual brindará un panorama de los planteamientos «idealistas» que se proponen en este tipo de eventos y cómo se pueden contrastar con los resultados «realistas» que arroja la tercera sesión; 3) Desde otra orilla, pero volviendo a la OIT, se presenta una breve contextualización sobre el trabajo decente en América Latina con aproximaciones de la doctora en Derecho Tzehainesh Teklè y la doctora en ciencias políticas Graciela Bensusán. Por otra parte, se aterriza por primera vez en Colombia y el desarrollo jurídico y organizacional del trabajo decente en el país. Finalmente, se complementa con información del SISLAB de la Escuela Nacional Sindical (ENS) y el DANE para poder poner algunos números y elementos cualitativos al trabajo decente en Colombia de los últimos años; 4) Conclusiones y recomendaciones finales.
Introducción:
El discurso del desarrollo sostenible ha traído aparejado a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), y el número 8 está ligado al crecimiento económico y al «trabajo decente» de las economías. Pero la noción misma de trabajo decente que ha sido tenido en cuenta tanto por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) como por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) (Ostau de Lafont De León & Niño Chavarro, 2018, p. 145) es muy compleja y de ella han surgido diversos índices e indicadores que tratan de dar cuenta del fenómeno. En rigor, este concepto se caracteriza por perseguir 4 objetivos estratégicos: a) Derechos fundamentales en el trabajo; b) oportunidades de empleo; c) Protección social y d) diálogo social (RedLat, 2019, p. 9).
El trabajo decente, más que una definición, “es un conjunto de componentes, de derechos que debe tener un trabajador a la hora de vender su mano de obra” (Jaramillo Montoya, 2018, p. 16). Los teóricos del desarrollo sostenible tienen una fórmula clara en sus discursos: un número mayor de personas con empleo decente se traduce en un crecimiento económico más fuerte e inclusivo; y mayor crecimiento, se deriva en más recursos disponibles para crear empleos decentes (Jaramillo Montoya, 2018, p. 16), se trata de una suerte de círculo virtuoso que no siempre se presenta en la realidad. Durante las últimas décadas, los países latinoamericanos han visto debilitar sus Estados Nación y los mercados internacionales comandan a sus economías, esto ha hecho que se transite del proteccionismo a una mayor y marcada informalidad laboral (Ostau de Lafont De León & Niño Chavarro, 2018, p. 144).
Dada su complejidad, se abordará el trabajo decente desde distintos frentes: 1) Sociológico: con los renombrados autores Enrique De la Garza Toledo e Imanol Zubero; 2) Económico: con Robert Boyer y Virgilio Levaggi; 3) Discursivo: con las actas de las Conferencias Interamericana de Ministros de Trabajo (CIMT), particularmente sus ediciones XVIII-XXI (2013-2021); 4) Contextual y legal: sobre el trabajo decente en América Latina y Colombia y 5) Indicadores del trabajo decente: una lectura al trabajo de Silvio López-Mera.
Desarrollo:
Componente sociológico: Enrique de la Garza Toledo e Imanol Zubero
Para poder entender mejor las aproximaciones desde lo legal y lo económico, se considera pertinente traer a colación primero a dos grandes sociólogos, a saber, el mexicano Enrique de la Garza Toledo (1947-2021) quien falleciera recientemente y, por otro lado, (1961) el español Imanol Zubero, docente de la Universidad del País Vasco.
Lo primero que hay que entender para hacer una aproximación al estado actual del trabajo (decente o no) es que los países, desde ya hace varias décadas atrás, han dejado un poco atrás a la industria para darle paso al sector servicios, pero esto ha traído consigo una precarización mayor del trabajo (De la Garza Toledo, 2009, p. 114). Y esta precarización laboral presiona a abandonar los clásicos enfoques marxistas que se centran en el «asalariado» y el «patrón» y empezar a incluir una tercera parte: el consumidor, actor sumamente relevante en nuestra sociedad de consumo actual (De la Garza Toledo, 2009, p. 119).
Sin dejar de pensar en esta tríada, De la Garza Toledo señala que el sector servicios y, más específicamente la tendencia actual al teletrabajo hace que “se transite del cara a cara hacia la pantalla-pantalla” (2009, p. 122) y esto se ha profundizado o, al menos, se ha hecho más notorio con la crisis mundial surgida por la pandemia del Covid-19.
Con tan solo algunas características señaladas por el sociólogo mexicano, él insiste “en pensar en un concepto ampliado de trabajo, pero también en sujetos laborales ampliados frente a la dinámica contemporánea” (De la Garza Toledo, 2009, p. 123).
La sociología del trabajo, al menos en la versión de De la Garza Toledo, señala no sólo la inclusión de algunas categorías de análisis, sino que exhorta por mayor complejidad en las ciencias sociales. Es así como solicita que “el concepto de control (tomado de la sociología del trabajo clásica) debe complejizarse con otros como: Poder, Dominación, Hegemonía, vulnerabilidad, estructuración, exclusión, precariedad, identidad y acción” (2009, p. 131). Resulta obvio que al incorporar estas categorías los análisis se tornarán más complejos y más cercanos a la realidad que intentan abordar.
Enrique De la Garza Toledo invita a pensar en la noción de trabajo ampliado, que es:
Todo aquél que involucra el trabajo asalariado, pero también todo el que genera productos para el mercado. Toda actividad humana encaminada a producir bienes y servicios para satisfacer necesidades y que transforma un objeto utilizando medios de producción a partir de la interacción de los seres humanos (trabajadores). (De la Garza Toledo, 2011, p. 5)
“Para entender el concepto ampliado de relación laboral no son suficientes las variables clásicas (empleo y salario) pues estas no colocan el acento en el trabajo como actividad y en el trabajador como actor” (De la Garza Toledo, 2011, p. 18). Y si esto puede ser entendido desde un punto de vista académico, también es necesario comprender que “el trabajo no clásico vincula también la producción e intercambio de símbolos cognitivos, emocionales, morales y estéticos” (De la Garza Toledo, 2013, p. 319). Los trabajos no clásicos, dice el sociólogo mexicano, son tan importantes hoy en día que presionan a “revisar conceptos como: clase social, conflicto de clases, sujetos trabajadores…” (De la Garza Toledo, 2013, p. 327).
Desde la otra orilla de la sociología europea contamos con Imanol Zubero quien resalta que “Los problemas del trabajo decente no se dan sólo en las regiones más pobres o menos desarrolladas del planeta” (Zubero, 2007, p. 10). Muy lejos de ello, el sociólogo español apunta que, en la aparente modernidad se esconde una “refeudalización de las relaciones laborales en el turbocapitalismo o capitalismo rápido” (Zubero, 2007, pp. 7-8). Dicho en otras palabras, “la nueva normalidad laboral no es otra cosa que la de la precarización y vulnerabilización” (Zubero, 2007, p. 21). Aspecto en el que coincide claramente con Enrique De la Garza Toledo.
En una relectura al marxismo, la posición del sociólogo español lo lleva a indicar que la velocidad de la movilidad del capital no tiene nada que ver con las restricciones a la movilidad del factor trabajo (léase trabajadores) (Zubero, 2007, pp. 17-18). En la práctica, los discursos en torno al trabajo decente se reducen a la revisión de la economía formal, es decir al empleo y no al trabajo per se.
Es más, para Zubero, la ausencia de paro en una economía no es indicador suficiente para probar la existencia de trabajo decente (Zubero, 2007, p. 32). El sociólogo español considera que pensar en la categoría de «trabajo decente» puede resultar un tanto demagógica y coadyuvar a perpetuar el statu quo, y por ello considera preferible revisar mejor la «seguridad socioeconómica», que engloba a la seguridad del mercado de trabajo, profesional y otras (Ver Tabla 1):
Componente económico: Robert Boyer y Virgilio Levaggi
En esta sección tomaremos a préstamo algunos señalamientos elaborados por el intelectual francés Robert Boyer (1943) y el economista peruano Virgilio Levaggi respecto al trabajo decente. Por ejemplo, desde el regulacionismo francés, Boyer invita a pensar en “Las recurrentes crisis económicas de los últimos años han multiplicado los análisis sobre las transformaciones del movimiento obrero, las estrategias sindicales y las relaciones profesionales del trabajo” (Boyer, 1984, p. 207).
Boyer señala:
La noción de regulación define la forma que adopta la dinámica económica, resultado de estrategias individuales que se expresan en el marco de formas bien precisas de la relación salarial, aunque también de la competencia, del Estado y de la integración internacional de la nación considerada. (Boyer, 1984, p. 210)
Aterrizándolo en el caso de Francia, de 1968-1982 -que es el que aborda el intelectual francés en este artículo- las crisis que se afrontaron entonces precipitaron también la crisis de las formas organizativas y sindicales y, por ende, a los trabajadores (Boyer, 1984, p. 236). Desde una perspectiva macroeconómica y con ciertas reminiscencias del marxismo Boyer señala que los regímenes (o métodos) de regulación en una sociedad llegan a un punto en el que se agotan frente al régimen de acumulación imperante. Fue así como la Gran Depresión de 1929 se entiende como la consecuencia de la incompatibilidad entre un proceso de trabajo fordista y un modo de vida tradicional (Boyer, 1984, p. 209).
Si lo aplicamos al análisis de Zubero y De la Garza, se puede sentenciar que estamos asistiendo a un agotamiento del proceso de trabajo «toyotista», y no puede entenderse sin la guía de categorías como «trabajo no clásico (ampliado)». Ante esta situación, el teletrabajo y la pandemia aportan nuevos desafíos para comprender estas dinámicas.
La globalización es un proceso de redefinición de las relaciones entre el centro y la periferia (Boyer, 2000, p. 25). Y los jugadores que salen victoriosos son los del sector de la especulación financiera, quienes redefinen las normatividades y legislaciones internacionales y presionan a un fenómeno de precarización y flexibilización del trabajo. Se debe hacer aquí una gran salvedad: “La globalización no es la homogeneización del espacio mundial, sino por el contrario, la diferenciación de las especializaciones” (Boyer, 2000, p. 26).
Desde una perspectiva neoinstitucionalista, el libro del peruano Virgilio Levaggi se convierte en una referencia indispensable pues se alinea con las posturas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En él se rescata la lucha por mejorar el mercado laboral porque permite combatir la pobreza, fortalece la democracia y la realización personal; quien tiene empleo mejora su autoestima, obtiene ingresos y facilita la inserción social (Levaggi, 2006, pp. 14-33).
El famoso trabajo de Juan Somavía de 1999 es recuperado en el libro de Levaggi y nos muestra la versión compacta e internacional del trabajo decente: “es aquella ocupación productiva que es justamente remunerada y que se ejerce en condiciones de libertad, equidad, seguridad y respeto a la dignidad humana” (Levaggi, 2006, p. 28).
En los cánones de la economía mainstream se divulga a viva voz que si una economía genera un crecimiento económico prudente este se va a traducir en un incremento del empleo (ocupación) y el trabajo decente. Pero el economista peruano es enfático en que el crecimiento económico de una nación es condición indispensable para la creación de empleo, pero la historia reciente enseña que no ha bastado para generar más y mejores trabajos (Levaggi, 2006, p. 35).
Pero al hablar de trabajo decente en países latinoamericanos no solo se trata de un objetivo meramente económico sino también y, fundamentalmente, político, pues “deben perseguirse simultáneamente la democracia, el crecimiento económico y la justicia social” (Levaggi, 2006, p. 73), todo ello en aras de disminuir la pobreza y la pobreza extrema.
Componente discursivo: Conferencia Interamericana de Ministros de Trabajo (CIMT). Versiones XVIII-XXI (2013-2021)
Desde el año 1963, la Organización de Estados Americanos (OEA, OAS por sus siglas en inglés) aproximadamente cada tres años -desde el siglo XXI se convirtió en bianual- desarrolla un evento denominado Conferencia Interamericana de Ministros de Trabajo (CIMT). Haciendo una revisión rápida se encuentra que las actas y documentos importantes elaborados en el marco de ese evento se encuentra disponible solo desde la XVIII CIMT que se desarrolló en Medellín (Colombia), hasta la XXI CIMT que se desarrolló por vez primera de manera enteramente virtual.
En las actas de las últimas cuatro (4) sesiones del CIMT (OEA-CIDI, 2013; 2015; 2017; 2021) se repite hasta el cansancio una aparente preocupación por aspectos del impulso al trabajo decente como: a) Formación profesional y capacitación para el trabajo; b) Sistemas de información del mercado de trabajo; c) Servicios públicos de empleo; d) Movilidad laboral y homologación de competencias laborales entre países y e) Políticas y programas de empleo juvenil y la transición escuela-trabajo.
Sin embargo, y lejos de querer hacer un exhaustivo análisis de discurso que escapa a la intención de este apartado, notamos que, en términos generales, las actas de la CIMT se jactan de hacer informes y libros, pero estos esfuerzos se desdibujan de gruesa manera al generar una seria agenda con estrategias específicas para abogar por el trabajo decente.
Lo que sí puede afirmarse es que el mayor logro de estas conversaciones en las CIMT fue la articulación de la Red Interamericana para la Administración Laboral (RIAL, ver http://www.rialnet.org/?q=es). Esta ausencia de voluntad política se corrobora con los datos de la XX CIMT donde se menciona que 135 millones de personas trabajando en la informalidad, un promedio regional de 47% del total de la fuerza de trabajo (OEA-CIDI, 2017, p. 2). Siguen siendo números enormes que se sitúan muy lejos de los objetivos de la Agenda 2030.
Respecto a la última reunión (XXI CIMT) (OEA-CIDI, 2021) el único aspecto llamativo es que se plasma la preocupación por el impacto de la pandemia del Covid-19, aunque esta preocupación se instale más en lo político-económico que en lo conceptual. Sería mucho más impresionante si las políticas públicas laborales propendiesen por el equilibrio entre el crecimiento, la creación de empleo y la protección del trabajador (Ostau de Lafont De León & Niño Chavarro, 2018, p. 159).
El empleo informal o informalidad laboral, como comúnmente se le conoce, es considerado como uno de los principales problemas de los mercados de trabajo de la región (RedLat, 2019, p. 20) pero muy poco se ha hecho al respecto para bajar los indicadores de este fenómeno.
Por otra parte, el acceso a la protección y seguridad social resultan renglones claves para el desarrollo de las sociedades. Las políticas de protección social permiten que los ingresos de los hogares mejoren, impulsan la productividad y el desarrollo humano, y promueven el trabajo decente (RedLat, 2019, p. 25). Uno de los aspectos a revisar en el trabajo decente es la protección social y la libertad de expresión y de agremiación, pero en estos rubros Colombia no sale bien librada: en el índice global de los derechos, Colombia aparece como uno de los peores lugares del mundo para los trabajadores y el debate gira en torno a la precariedad o la informalidad, que supera un 47% de la población activa y un 68% de la población -más de veintidós millones de trabajadores- no tiene seguridad social (Ostau de Lafont De León & Niño Chavarro, 2018, p. 145), estas cifras resultan bochornosas para un país que en distintas reuniones CIMT se ha mostrado partícipe de incentivar el trabajo decente.
Componente contextual y legal: Trabajo decente en América Latina y Colombia
Hace ya ocho años atrás apareció un texto relevante sobre derecho laboral llamado Derecho del trabajo y protección de los trabajadores en países en desarrollo, en él participaron, entre otros, la Doctora en Derecho Tzehainesh Teklè y la doctora mexicana en ciencias políticas Graciela Bensusán. Algunos de sus apuntes sobre la economía y el derecho laboral a nivel de América Latina son resaltados en este apartado y se complementan con un componente legal sobre el trabajo decente en Colombia.
Teklè señala que la pobreza reinante en Latinoamérica presiona u obliga a los trabajadores a aceptar empleos sin tener en cuenta las condiciones laborales (Teklè, 2014). Y es la misma dinámica de la globalización la que ha posibilitado la “proliferación de relaciones laborales que se escapan a la cobertura de la legislación laboral” (Teklè, 2014, p. 47), es una suerte de daño colateral derivada del fenómeno globalizante.
Por otra parte, la investigadora mexicana apunta que “la brecha entre el derecho y la realidad se ha hecho cada vez más grande con la llegada de la globalización y las políticas orientadas a los mercados” (Bensusán, 2014, p. 159).
Con estas opiniones de investigadoras de renombre sobre derecho laboral, se puede concluir que América Latina debe mejorar la protección de los trabajadores de forma que englobe las formas típicas y atípicas (no clásicas o ampliadas) de empleo (Bensusán, 2014, p. 202).
La importancia de analizar la evolución del trabajo decente en la región está relacionada con la necesidad de “evaluar la orientación, alcance e impacto de las políticas públicas laborales implementadas a nivel de cada país, sus efectos concretos sobre el ejercicio de derechos laborales fundamentales y derechos sociales asociados con la condición de trabajadores” (RedLat, 2019, p. 8).
Las políticas públicas sobre trabajo decente tienen muy pocos efectos en la generación de trabajo formal; por ello, “en Colombia el mundo del trabajo está caracterizado por más informalidad, más tercerización, más pobreza, más trabajo precarizado, más violencia sindical y menos negociación colectiva; (… y) seis de cada diez microempresas están en la informalidad” (Ostau de Lafont De León & Niño Chavarro, 2018, p. 159).
Sin embargo, no todo es negativo en el panorama de la legislación laboral colombiana. Por ejemplo, la Ley 1429 de 2010 define lo que es la informalidad en Colombia en materia normativa (Bogotá Roa & Rojas Bohórquez, 2019, p. 42). A través de ella se proporcionan algunos incentivos para los empresarios que generen empleos nuevos y promueve la formalización (Bogotá Roa & Rojas Bohórquez, 2019, p. 43).
En adición a ello, el Decreto 567 de 2014 constituye la Red Nacional de Formalización Laboral cuyo objetivo es “desarrollar alternativas y estrategias que permitan consolidar el trabajo decente y una universalidad en la cobertura del sistema de Seguridad Social”. (Bogotá Roa & Rojas Bohórquez, 2019, p. 63)
Para finalizar este apartado resulta conveniente mencionar la creación de la Ley 1780 del 2016 en Colombia en donde “se promueve el empleo y el emprendimiento juvenil, se generan medidas para superar barreras de acceso al mercado de trabajo” que buscaba complementar a la ley 1492 de 2010 (Bogotá Roa & Rojas Bohórquez, 2019, p. 44).
Trabajo decente en Colombia: Algunos datos para una sencilla aproximación
De acuerdo con Bogotá Roa y Rojas Bohórquez Colombia se comenzó a interesar en el estudio del sector informal en el año 1984, cuando el DANE implementó preguntas adicionales con el fin de evaluar el nivel de informalidad en la encuesta de fuerza de trabajo, desde entonces se han implementado diversas disposiciones normativas para complementar el Código Sustantivo del Trabajo en cuanto a la cobertura universal a los trabajadores frente a sus prestaciones sociales, remuneración económica y sobre todo: sus derechos fundamentales, ya que en un entorno laboral no se puede desconocer la dignidad inherente al ser humano (2019, p. 9).
Respecto a las leyes y su concatenación con la Agenda 2030 de desarrollo sostenible, en Colombia surgió la Ley 1753 de 2015 y a través de ella se expidió el Plan nacional de desarrollo 2014-2018 bajo la administración del presidente Juan Manuel Santos, que consagra la política en materia de trabajo decente (Ostau de Lafont De León & Niño Chavarro, 2018, p. 151). Asimismo, el Decreto 2362 de 2015 concretó la fecha del 7 de octubre para celebrar el día del trabajo decente, con el fin de adelantar programas y actividades de promoción, divulgación, capacitación y prestación de servicios en relación con el trabajo decente (Ostau de Lafont De León & Niño Chavarro, 2018, p. 153).
Por otro lado, el Observatorio del mercado de trabajo y la seguridad social de la Universidad Externado de Colombia considera que, en los últimos años, los indicadores sobre trabajo decente planteados por la OIT han mostrado mejoría en el país, pues se incrementó la población ocupada, descendió el desempleo y se redujeron la pobreza y la informalidad, lo que exhibe un avance generalizado hacia el trabajo decente (Ostau de Lafont De León & Niño Chavarro, 2018, p. 155).
Pero no todos opinan que se hayan hecho grandes avances en materia de trabajo decente, por ejemplo, para el año 2016 -año inmediatamente posterior a la aparición de la Agenda 2030- Colombia revela una
Población ocupada donde solo 22.156.000 de personas tienen condiciones de trabajo decente y 15.066.800 se encuentran en el margen de trabajo informal (…). Un 51,33% de la población ocupada de las áreas metropolitanas se dedica a la economía informal y en todo el territorio nacional representa un 60%. (…) hablar de trabajo decente como política pública en Colombia es un discurso precario en cuanto a la población y a la informalidad de la economía; (…además está) la intolerancia al ejercicio del derecho de asociación sindical y negociación colectiva (Ostau de Lafont De León & Niño Chavarro, 2018, p. 161).
Por su parte, la Red Latinoamericana de Investigaciones sobre Compañías Multinacionales (RedLat) señala abiertamente que las administraciones más recientes de países como Brasil, Chile, Perú y Colombia:
han impulsado una serie de reformas que representan, por un lado, serios retrocesos para los sectores laborales, en tanto profundizan la flexibilización laboral que deviene en precariedad en el trabajo y un deterioro de la calidad de la vida en general. Por otro lado, se trata de reformas que perpetúan y profundizan el modelo de mercantilización de la vida y la acumulación (desproporcionada) de riquezas a partir de la privatización de derechos sociales (RedLat, 2019, p. 11).
Otros datos de la RedLat que son relevantes para tener un mejor panorama respecto al trabajo decente son: a) Tan solo el 35% de los trabajadores colombianos ocupados cotizan al sistema de pensiones; b) Colombia posee un seguro de desempleo -muy poco conocido por cierto- con una bajísima cobertura (2019, pp. 26-27).
¿De qué otra manera se aprecia la vulnerabilidad del trabajador colombiano? La tasa de sindicalización es tan solo del 4.6%, equivalente a un poco más de 1 millón de trabajadores, adscritos a 5,523 organizaciones sindicales (RedLat, 2019, pp. 29-30). Asimismo, y no menos importante, Colombia es uno de los países más riesgosos para ejercer el derecho a la libertad sindical. De acuerdo al Sistema de Información de Derechos Humanos (SINDERH), coordinado por la Escuela Nacional Sindical (ENS)…
Durante el 2018 se registraron alrededor de 221 violaciones a la vida, la libertad y la integridad física cometidas contra sindicalistas: 163 amenazas, 33 homicidios, 10 atentados contra la vida, ocho hostigamientos, tres desapariciones forzadas, dos desplazamientos forzados, un allanamiento ilegal y un caso de tortura (RedLat, 2019, p. 32).
Como se presentan versiones contrarias frente al avance del trabajo decente en Colombia (¿América Latina?) en los últimos años, se trae a colación un par de trabajos sin parangón del docente de la Universidad de Antioquia (UdeA), Silvio Fernando López Mera: 1) Referente al seguimiento del trabajo decente a nivel nacional (2010-2019) (Ver López-Mera, 2021) y 2) Una Caracterización del trabajo decente en Medellín y otras ciudades principales (2010-2018) (Ver López Mera, 2020).
El presente documento solo permite hacer una exploración contextualizada sobre la importancia de revisar los avances del trabajo decente y su evolución contenida en el Objetivo de Desarrollo sostenible número 8 (ODS-8) en el ámbito nacional. Para una investigación futura -léase trabajo de grado de la maestría en la Universidad Industrial de Santander, UIS- se espera ampliar el período de estudio del trabajo decente a nivel nacional al período 2000-2020, conocido como el período de «consolidación neoliberal», o al menos así lo rotula el investigador Carlos Alberto Duque García.
A continuación, se presentan algunos indicadores pertinentes extraídos del trabajo de López-Mera (2021) con breves comentarios sobre las mismas:
En la Figura 1 se presenta la tasa de ocupados pobres a nivel nacional y total de 13 áreas de interés. Claramente se percibe la tendencia decreciente en el período 2010-2019, pasando de un 33,2% en 2010 a un 21,3% en el año 2019. Y esto parece indicar que se puede estar generando más trabajo decente.
Por su parte, la Figura 2 presenta la tasa de asalariados con bajos ingresos con una clara tendencia decreciente en el período 2010-2017 con ligeros repuntes en 2018-2019. Del total nacional se pasó de 20,4 en el año 2010 a 16,6 en 2019. También se nota que las mujeres llevan la peor parte pues solo rebajaron 4,1 puntos a lo largo de la década.
En la Figura 3 se presenta la tasa de tiempo de trabajo excesivo, en este rubro los hombres parecen condenados a tasas elevadísimas de trabajo excesivo.
Por otra parte, la Figura 4 presenta la tasa de trabajo precario. En este rubro los hombres y mujeres presentan tasas y tendencias similares. Así, los hombres a nivel nacional pasaron de 84,4 en el año 2010 a 79,7 en el 2019. A su vez, las mujeres a nivel nacional pasaron de 83,1 a 79,4 en el mismo período. Presenta una tendencia decreciente en el período 2010-2019 para todos los casos de interés.
En otros indicadores (Ver Tabla 2) se presenta una tasa de accidentalidad y cantidad total de accidentes llegó a sus máximos históricos en 2019, lo cual contrasta con la menor cantidad de muertes (492). También se observa que el número de empresas ha venido creciendo considerablemente, pasando de 438.083 en el año 2010 a 839.016 en el año 2019.
Si agrupamos todas las figuras y tablas de la investigación del docente López-Mera podríamos decir que Colombia marcha viento en popa en materia del trabajo decente. Pero debemos analizar una última tabla (Ver Tabla 3) antes de cantar victoria. En ella se muestra que hay 3 dimensiones del trabajo decente (en el ODS-8) que no podrán alcanzarse en la Agenda 2030 y estos son: a) Promover la disminución sostenida del desempleo a nivel nacional; b) Promover la formalidad laboral; c) Reducir la proporción de jóvenes que no están empleados y no cursan estudios ni reciben capacitación (los famosos «ninis»).
Pero no todo es negativo, pues los índices sobre el trabajo infantil y aquel que propende por aumentar la población afiliada a las administradoras de riesgo laborales (ARL) sí son alcanzables frente a la meta de la Agenda 2030. En conclusión, hay avances importantes en los indicadores de trabajo decente en Colombia, pero el ritmo al que avanza dista mucho de ser óptimo. En distintos tópicos la lentitud con que progresa le da cabida a mayor pobreza y pobreza extrema.
Conclusiones:
Respecto a los aportes de De la Garza Toledo e Imanol Zubero se rescata la importancia de visionar un mercado ampliado de trabajo, un trabajo no clásico repleto de complejidad. Y el universo académico del entorno laboral debe ser revisado, actualizado. El problema del trabajo decente no solo aplica a las regiones pobres del planeta, es un fenómeno global ligado a los márgenes de informalidad laboral y precarización del trabajo. De hecho, Zubero solicita no hacer énfasis en el trabajo decente sino, en cambio, la seguridad socioeconómica.
Asistimos al declive del proceso de trabajo toyotista, por ello el trabajo no clásico debe erigirse como una clave para abordar los fenómenos laborales. Y, siguiendo a Graciela Bensusán “la brecha entre el derecho y la realidad se ha hecho cada vez más grande con la llegada de la globalización y las políticas orientadas a los mercados” (2014, p. 159) y no es el único investigador que apunta a lo mismo. De acuerdo con RedLat las administraciones más recientes de países como Chile, Brasil, Perú y Colombia han profundizado la flexibilización y precarización laboral, yendo en detrimento de los objetivos de desarrollo sostenible de cara a la Agenda 2030. Y nuestro país es el peor en números sobre libertad de asociación.
En conclusión, hay avances importantes en los indicadores de trabajo decente en Colombia, pero el ritmo al que avanza dista mucho de ser óptimo. En distintos tópicos la lentitud con que progresa le da cabida a mayor pobreza y pobreza extrema.
Bibliografía:
Bensusán, G. (2014). “Legislación laboral en América Latina. La brecha entre el diseño y realidad”. En: TEKLÈ, T. (2014). Derecho del trabajo y protección de los trabajadores en países en desarrollo. Madrid: Plaza y Valdés editores.
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Palabras clave:
Trabajo decente, Colombia, Condición laboral.
Resumen de la Ponencia:
Este trabalho propõe-se a analisar, de forma exploratória, o perfil dos Microempreendedores individuais brasileiros a partir dos dados oficiais. Tem-se então, como objetivo, investigar como são deslindados os perfis desses empreendedores e os discursos mobilizados nesses documentos para caracterizá-los. Ainda neste aspecto, destacamos como objetivos específicos: a) identificar a natureza do discurso acerca do empreendedorismo presente nessas publicações; b) deslindar o perfil socioeconômicos desses MEIs; e c) analisar se a pandemia de Covid-19 influenciou no crescimento do número de novos microempreendedores. Esta analise justifica-se, primeiro, pelo fato de como o empreendedorismo vem sendo tratado enquanto uma “política de ativação do mercado de trabalho” amplamente promovida e incentivada nas sociedades modernas, com destaque para a brasileira, tendo como um de seus principais artífices o próprio Estado; segundo, porque a promoção e o surgimento destas “novas” formas de empreendedorismo, como o MEI, se apresentam e são incentivadas em um contexto de crescente precarização do trabalho. Para tanto, utilizou-se das publicações “Perfil do MEI”, do Serviço Brasileiro de Apoio às Micro e Pequenas Empresas – SEBRAE, e do boletim “Mapa das Empresas”, publicado pelo Ministério da Economia do Governo brasileiro, no período de 2015 a 2022. Foram selecionadas todas as publicações deste período. A análise do material coletado se fez à luz da análise de conteúdo combinada à análise crítica do discurso e da análise exploratória a partir da estatística descritiva. No decorrer deste trabalho, podemos observar que a) o discurso pró-empreendedorismo se fortalece paulatinamente nesses documentos, a despeito de nem sempre em concordância com as estatísticas divulgadas; e b) o perfil desses empreendedores não se diferencia em demasia do perfil médio dos assalariados em geral, o que parece apontar um não cumprimento da “promessa autorrealizável” de sucesso e ganhos financeiros que as instituições promotoras do empreendedorismo advogam. Como resultado, observou-se que as transformações no mercado de trabalho levaram a um processo de perda do espaço do trabalho assalariado regulado em prol do empreendedorismo tipo MEI, o que resultou em uma fragilização da relação salarial historicamente construída, de um lado, e um processo de precarização permanente para as trajetórias profissionais desses agentes sociais, do outro. Por fim, reflete-se sobre a relação entre empreendedorismo e precariedade a partir dos MEIs, visando entender se temos um processo em curso de constituição de um “novo” tipo de trabalhador.Resumen de la Ponencia:
En América Latina, la perspectiva de exclusión social alcanzó mayor notoriedad en el decenio de los años noventa, con el posicionamiento de un nuevo debate social que invita a reexaminar las dimensiones vinculadas a la extrema pobreza y desigualdad, y buscar sus causas en la reestructuración y liberalización económica, acontecidas desde los años ochenta en la región latinoamericana (Saravi, 2007). La exclusión social plantea que la separación de grupos sociales, entre los que tienen plena participación y los que no, se genera por las características de la estructura productiva nacional, el tipo de dinámicas de empleo que genera, y la capacidad del Estado de garantizar el acceso a servicios de salud, educación, seguridad, entre otros (Gordon, 1997; Pérez Sainz y Mora Salas, 2004, 2007). El objetivo de esta investigación se centra en una dimensión de la exclusión social, la laboral, por lo que se busca analizar las dinámicas de exclusión del mercado laboral en El Salvador, tanto en el ámbito formal como en la autogeneración del empleo, en el período 2010-2020 e identificar sus principales determinantes en la oferta como en la demanda laboral. Se realiza especial énfasis en el análisis comparativo de la exclusión laboral en el período pre y post pandemia en el caso de El Salvador. El primer aporte de la investigación consiste en la construcción del índice de exclusión laboral, siguiendo la metodología de Pérez Sáinz y Mora Salas (2007, 2012) y Pérez Sáinz (2018). El índice de exclusión laboral está compuesto por tres categorías: el índice de precarización laboral, los niveles de autoempleo y en último lugar, por los trabajadores no remunerados y desempleados. Asimismo, el segundo aporte consiste en realizar la estimación de los factores determinantes de la exclusión laboral para El Salvador, mediante modelos probabilísticos logit multinomiales para los años 2010, 2018 y 2020. El tercer aporte consiste en identificar los efectos de la crisis económica y sanitaria derivada de la pandemia por Covid-19 en los niveles y grados de la exclusión laboral para el caso salvadoreño. En el contexto de la pandemia por Covid-19 se ha evidenciado la fragilidad de la condición socioeconómica y la latente posibilidad del aumento de la precarización laboral, el alza del número de personas en autogeneración de empleo y del desempleo, y por ende la vulneración de la integración social. Ante la crisis económica y sanitaria, se torna de suma relevancia que los países de la región centroamericana, como El Salvador, ante su alta vulnerabilidad externa, cuenten con análisis holísticos sobre el agravamiento de la exclusión laboral y la urgencia de repensar las políticas laborales y la intervención del Estado en la problemática.Resumen de la Ponencia:
El mercado del empleo en Perú llega, según OIT, al 81%. En esta investigación nos preguntamos: ¿De que forma se ha dado el debate publico sobre los problemas del empleo y la informalidad en el Perú? Analizaremos tres momentos clave de las protestas laborales peruanos, que son sobre el Régimen Laboral Juvenil de 2014 ("Ley Pulpín"), el incendio en la zona comercial de "Las Malvinas" de 2017, y la muerte de dos trabajadores en un local de McDonald's en 2019. Analizamos casi 50,000 comentarios de cerca de 200 publicaciones de noticias en Facebook sobre dichos eventos. Esos tres eventos configuran los momentos de participación y debate laboral mas importantes de los últimos 10 años. Utilizando métodos de procesamiento de lenguaje natural en Python y basados en la teoría del actor-red, identificaremos los actores estatales y no estatales que son mencionados, como son mencionados, y las narrativas construidas sobre los problemas del empleo y el empleo informal mostrados. La ponencia presenta patrones de opiniones y sus respectivas polarizaciones que permiten de alguna forma explicar la dificultad que tiene el país para construir consensos sobre políticas laborales.Resumen de la Ponencia:
Este paper analisa a questão da precariedade laboral, no contexto da reforma trabalhista no México (2012), procurando identificar seus efeitos sobre o trabalho, sua qualidade e relações de trabalho, com base nas opiniões de empregadores e trabalhadores em uma fábrica multinacional. O argumento central reside na idéia de que a reforma trabalhista introduz mudanças profundas nas questões espaço-temporais (ontológicas), que, por sua vez, impõem novas restrições às ações sociais, individuais ou coletivas, gerando assim novos padrões de relações sociais institucionalizadas em um novo contexto seletivamente benéfico para os agentes mais poderosos deste espaço social. A partir de uma perspectiva realista crítica, é feita uma revisão teórica das teorias trabalhistas, em particular focalizando sua recente discussão internacional sobre a "precarização do trabalho". Empiricamente, a pesquisa qualitativa, que fundamenta este estudo, apresenta os resultados de um estudo de caso em uma empresa multinacional em Culiacán, Sinaloa, levando em conta as opiniões do sindicato dos engarrafadores pertencentes à CTM, dos trabalhadores da empresa multinacional Coca-Cola e dos trabalhadores subcontratados da mesma empresa. Com base nas categorias de análise - a situação de emprego dos trabalhadores, os tipos de contratos, a qualidade do trabalho, mudanças no processo de trabalho dos trabalhadores (trabalhadores sindicalizados, não sindicalizados, temporários, "confiáveis" e subcontratados) – realizou-se a análise do discurso (de vertente francesa) a fim de identificar os efeitos da reforma nas relações de trabalho no contexto analisado. Os resultados mostram que o mecanismo institucional da reforma gera uma nova configuração contextual de possibilidades de ação para todos os atores envolvidos. Em particular, as disposições legais que autorizam outras formas de contratação, como a subcontratação e a contratação "confiável" (direta), criam novas possibilidades para as relações de trabalho (por exemplo, através da introdução da figura do "trabalhador confiável"), que fortalecem o poder das empresas e, por outro lado, diminuem o poder dos trabalhadores nos processos de negociação coletiva ou individual, levando, em última instância, a um agravamento das condições de trabalho e à intensificação das formas precárias de trabalho.Resumen de la Ponencia:
Una tendencia que ha cobrado significativa relevancia a nivel global es la precariedad del trabajo y la vida. Mientras la competencia capitalista se vuelve cada vez más extrema, las bases de la vida van siendo amenazadas de diversas formas. El capitalismo, en su inagotable búsqueda de ventajas comparativas ha puesto en peligro la propia existencia humana. Este proceso ha sido multidimensional y gradual, cobrando expresiones en diversas esferas de la vida en sociedad con un alcance global.En esta presentación reflexionamos sobre la relación existente entre la precariedad (del trabajo, la vida y social), y las diversas, densas y múltiples expresiones que cobra el poder, la violencia y el agencia social. Para ello, analizaremos la propuesta del enfoque interseccional y su relevancia, coherencia y sentido en la práctica investigativa en contextos como el latinoamericano.Para ello, presentaremos dos experiencias de investigación que han articulado un enfoque interseccional: 1) el caso de las condiciones y situaciones de trabajo de mujeres mapuches en la región de la Araucanía (Wallmapu); y 2) el caso de mujeres trabajadoras de políticas Pro-empleo en la ciudad de Bulnes, región de Biobío (Chile). Ambos casos son abordados desde un enfoque de investigación acción participativa y des del llamado Extended Case Method utilizado por Micheal Burawoy.Esperamos contribuir a una reflexión sobre las potencialidades, desafíos y críticas en los procesos de generación y diálogo de conocimientos y saberes situados, especialmente considerando las particularidades históricas y espaciales de la realidad del trabajo en América Latina y el Sur Global.Resumen de la Ponencia:
El comercio de la calle es una ocupación de los jóvenes migrantes y locales en Santiago de Chile, y en El Alto (Bolivia), países que se diferencian por su nivel de desarrollo, Chile tiene 252 mil de millones USD de Producto Interno Bruto, y un PIB per cápita de 13.231 USD; por debajo de esos indicadores está Bolivia con un Producto Interno Bruto PIB de 36.69 Millones USD y el PIB per cápita de 3.143 USD. En estos dos países el comercio de la calle es una realidad social por diferentes factores. Lo cual ha motivado a realizar el estudio: Trayectoria social de jóvenes comerciantes informales de la ciudad de Santiago de Chile y El Alto Bolivia. Los componentes son: jóvenes que comprenden edades entre 18 a 30 años, y los lugares del trabajo de campo fueron: comunas de Estación Central y Santiago (Chile) y el casco urbano de la Ceja de El Alto (Bolivia) durante seis meses en el primero, y en el segundo hasta ocho meses. Por otro, se plantea la categoría de: trayectoria social para comprender las estrategias de ascenso/descenso social, y clase que experimenta la sociedad contemporánea, donde, las relaciones laborales de dependencia se precarizan y por consecuencia surge el empleo por cuenta propia, pero sin ninguna protección social, que, en Chile se visualiza como consecuencia de la desigualdad social que afecta a la población más pobre, que no puede pagar una universidad y no tienen acceso a un empleo formal, por ende trabajan vendiendo en la calle. Mientras en Bolivia, a partir de la nacionalización de las empresas estratégica habido crecimiento de la economía, pero esos indicadores tienen poco efecto en políticas laborales. Ante ese panorama, los jóvenes se vuelcan a las calles a vender mercancías de bajo costo e inversión, y construyen sus trayectorias laborales con base al comercio. Por tanto, la trayectoria social ayuda a comprender las estrategias de ascenso, descenso social de los jóvenes comerciantes en los contextos de estudio. Finalmente, los jóvenes comerciantes definen sus trayectorias por acumular capital cultural incorporado e institucional; pero este último no es una generalidad, sino una excepción. En cambio, se destaca la experiencia laboral desde la infancia que les ha enseñado a valorar el dinero que se obtiene con esfuerzo. En los jóvenes chilenos, a pesar del estigma, el comercio es una ocupación complementaria, temporal, paralela y de última alternativa. Para los jóvenes bolivianos el comercio les permite construir una vida social familiar y de proyección en otros campos. Finalmente, el trabajo de investigación se ha realizado con base a instrumentos cualitativos de investigación, como entrevistas abiertas e historias de vida a jóvenes de ambos sexos en los lugares del trabajo de campo.
Introducción:
El comercio de la calle es recurrente en los países de América Latina, donde la desigualdad social se expresa en estas actividades que emplea a la población que no tiene condiciones de acceder a empleos de calidad. En ese escenario los jóvenes construyen sus trayectorias sociales con base a una sumatoria de condiciones objetivas que les permite ascender de posición en el campo del comercio informal. Desde la teoría social cabe comprender al agente, “joven comerciante” que en el tiempo configura su trayectoria social asumiendo decisiones por cuenta propia y de acuerdo a sus expectativas que van creando. Se asume el concepto de trayectoria como una categoría que nos permite comprender las experiencias vividas con relación al trabajo a partir de un origen social de procedencia y en el tiempo los jóvenes modifican el curso de la trayectoria escalando posiciones de clase de mayor reconocimiento.
A nivel empírico, las investigaciones sobre la economía popular, informal tiene como ámbito de estudio a sujetos que comercian en la calle, en ello se resaltan las redes de comercio local y transnacional. Asimismo, existe un enfoque institucional que definen a este tipo de actividades como informales puros. Frente a esa lectura el presente estudio fundamenta que la diferencia formal – informal es normativa e institucional. Más bien, un comerciante al vender en la calle ejerce un derecho fundamental al preocuparse por proveer el sustento de su familia; ensimismo vender en la calle no es el problema, sino la regulación estatal que pesa sobre estos micronegocios y los grupos de comerciantes que ejercer poder sobre los pequeños comerciantes, tal como ocurre en la ciudad de El Alto. Mientras en Santiago de Chile, el comercio ambulante está restringido por la municipalidad que regula el uso del espacio público, pero eso no impide que la población de bajos ingresos pueda salir a vender obviando los controles rutinarios.
Desarrollo:
Desarrollo
Jóvenes y el comercio de la calle
Para comprender la relación joven – comercio informal, partimos de un diagnóstico de conceptos que articulan la investigación: Trayectoria, jóvenes, comercio informal. Es inherente mencionar estudios que focalizan el tema desde la década del setenta, que definen a los trabajadores autónomos, independientes como el sector informal urbano y se atribuye el concepto a un informe del Programa Mundial de Empleo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) (Hart, 1972; Tokman, 2004). A partir de ahí se desarrollan tres enfoques; el primero de la OIT que plantea la dicotomía formal – informal (PREALC, 1988) (Alarcón, 2008). El segundo, surge investigaciones cualitativas que resalta las redes de comercio local, nacional, donde, la relación formal – informal es difuso y ambiguo (Palacios, 2011; Alarcón, 2013; Alba, et., al., 2015; Lins Riveiro, 2015). Un tercer enfoque es la economía popular que resalta la creatividad de los agentes que emprenden una actividad productiva, comercial y luego construyen emporios económicos. Además, la teoría de la “globalización desde abajo” se refiere al acceso de la población pobre y migrantes de escaza formación escolar al mercado mundial, a través de las redes de comercio transnacional. Sin embargo, el comercio de la calle no está exento del enfoque institucional porque se los considera actividades económicas que se incrementan sin ningún tipo de regulación estatal. En ese sentido, la norma diferencia si una actividad es legal o ilegal. Por ello se identifica como problema la ausencia de los derechos sociales[1], laborales y la evasión de impuestos al Estado.
El comercio de la calle en Santiago de Chile, según (Garcés, 2012) es un trabajo de inmigrantes peruanos que venden su gastronomía en el centro histórico de esa capital. Esto representa una manera de territorializar la identidad, donde reproducen formas de asociación económica, social en un país distinto. Asimismo, el comercio de la calle se investiga desde el género, donde, las mujeres otavaleñas de Ecuador, trabajan en condiciones precarias por la inseguridad y el acoso de los agentes del Estado (Pérez, 2017) por otro (Palacios, 2011) se refiere a los comerciantes ambulantes, artesanos que reciben un trato despectivo de los carabineros (Policías) además no precisamente se ajusta a una categoría informal que según Palacios es difuso. Además, los comerciantes generan excedentes que les permite comprar un inmueble y construyen una identidad territorializada (Palacios, 2016). En Santiago el comercio de la calle es una preocupación para el Estado que intenta regular los asentamientos sin autorización, con ello justifica acciones represivas contra la inseguridad. Entonces los comerciantes inmigrantes extranjeros y de las mismas comunas sobrelleva el estigma de “clandestinos, no autorizados para vender” que proviene de los agentes del Estado (Matus y Montes, 2019)
En Bolivia se resalta la capacidad de los sectores populares que construyen redes de comercio local, nacional que operan en zonas fronterizas, donde los comerciantes minoristas rebasan los controles aduaneros. También se describe a los mayoristas que invierten más para importar mercadería de países asiáticos a Bolivia (Tassi, 2020; Muller, 2017) desde el punto de vista laboral existe explotación de propietarios de negocios de ropa usada a jóvenes (mujeres) que se encargan de vender en tiendas (Aparicio, 2014). Acerca de los comerciantes bolivianos hay distintas miradas que intenta romper con el estigma que pesa a esta población. Según María López, los comerciantes bolivianos aymaras son parte de una economía global, lo cual intenta superar la lectura formal-informal que predominaba desde un enfoque desarrollista del Estado (López, 2019). En ese contexto un sector que trabaja en el comercio urbano son los jóvenes que, según el CEDLA perciben los peores salarios, y realizan oficios más precarios (Escobar y Rojas, 2015). Estos son factores que los lleva al comercio de la calle.
La noción de trayectoria social
El concepto de joven o jóvenes se define por factores sociales que configura una identidad joven a diferencia de los adultos. En ese sentido, los jóvenes son agentes sociales que transitan de la niñez a la vida adulta, pero, su identidad no depende de la franja de edad, sino de la trayectoria laboral que comienza en la infancia y en otros después del bachillerato en los cuales construyen una noción de joven a partir de lo que cotidianamente realizan. En otros estudios, lo joven se construye participando de espacios sociales de fuera del núcleo familiar, donde, la creatividad, iniciativa de participar en movimientos políticos los caracteriza como dinámicos. Por ello lo joven o juventud no es una categoría estática, sino se construye a partir de las condiciones objetivas de existencia. Al respecto, Bourdieu afirma que la juventud se construye socialmente (Bourdieu, 1990)
Cuando se afirma “agentes sociales dotados de un habitus”[2], significa que los jóvenes poseen un habitus comerciante, que les predispone a trabajar en cualquier oficio manual, a partir de esa internalización en el cuerpo entablan relaciones de fuerza, disputa en el campo del comercio informal. En ese sentido, los jóvenes transitan por diferentes posiciones de clase que significa un tipo de trayectoria, que se diferencian en el espacio social por el volumen global de capital y por la estructura de un tipo de capital económico, social, cultural, y simbólico (Bourdieu, 1998).
El presente trabajo aborda la trayectoria social de los jóvenes comerciantes informales de migrantes y chilenos en Santiago y de bolivianos en la ciudad de El Alto. Por trayectoria se define como una sucesión de acontecimientos que experimenta el agente en el transcurso de su vida. Acá se identifican dos enfoques, por una parte, el origen social determina la trayectoria de un agente en el tiempo; pero, esa posición se desacredita a partir de una sociología que fusiona el concepto de clase - estrato, que después Bourdieu plantea la práctica. En esa línea, Lorenzo Cachón plantea la categoría de trayectoria de clase (Cachón, 1986), bajo ese enfoque los agentes son capaces de modificar el curso de su vida por el habitus; donde, los conocimientos incorporados son un capital y manifestación de posición de clase, por ello los agentes pueden modificar el curso de su trayectoria.
La metodología de investigación es de enfoque cualitativo y se ha utilizado las técnicas de recopilación de información como entrevistas en profundidad, realizados en dos tiempos: primero, durante seis meses (agosto, 2019 hasta enero, 2020) en las comunas de Estación Central, Barrio Enrique Meiggs, centro histórico, Avenida de Los Libertadores Bernardo O’Higgins, Paseo Puente, en la ciudad Metropolitana de Santiago, y durante ocho meses (febrero, a noviembre 2020) en las zonas comerciales de la Ceja de El Alto. Se ha entrevistado a jóvenes que comprenden edades que va entre 17 a 30 años. Finalmente se comparan los dos casos de estudio como opuestos, pero en ambos, se gesta el comercio de la calle.
Jóvenes comerciantes en Santiago de Chile
Para el análisis del dato se rescatan algunas entrevistas en profundidad que fueron realizadas a jóvenes comerciantes en los dos lugares: Santiago y El Alto. En el primero se identifican a dos grupos predominantes, los inmigrantes que llegan a ese país en busca de oportunidades laborales y se vinculan al comercio como un trabajo independiente que permite ganar dinero mayor a un empleo formal - informal. Esa realidad se evidencia en los migrantes venezolanos, peruanos, colombianos, bolivianos, haitianos, cubanos, principalmente, en los cuales por tradición la migración hacia Chile ha sido del Perú, en ese segmento de población se identifican a los jóvenes que comercian en la calle Paseo Puente del Centro Histórico de Santiago o en Estación Central, donde se concentran haitianos, peruanos, cubanos, colombianos en la Avenida Libertador Bernardo O’Higgins, y también los connacionales venden en puestos autorizados por la municipalidad; por ejemplo varios jóvenes ambulantes que ofrecen mercancías de bajo costo en un paño en la acera de Mall Plaza Alameda. Lugares donde se entremezclan chilenos con extranjeros que ofrecen ropa, accesorios electrónicos, ensaladas de fruta, jugos de naranja, zapatillas, etc.
La trayectoria social para el caso de estudio se identifican algunas características comunes entre extranjeros y chilenos. Primero, los extranjeros provienen de condiciones socioeconómicas precarias de países de la región; lo cual les impulsa trabajar desde la niñez focalizando al comercio una oportunidad que les asegura dinero permanente, en esa travesía emigrar es un paso importante que les enseña a pensar en sus vidas de manera responsable y pensando en el bienestar de sus familias. Es decir, el trabajo es parte de esa prioridad vital desde la infancia y adolescencia que sin duda les exige sacrificios como el caso de Miguel Rivas procedente de Perú, donde el apoyo de los amigos le ha ayudado a trabajar de manera eventual, al respecto dice.
… a los once [años] yo comenzaba a ganarme la vida así con un señor, que me daba la mano dándome un puestito. A los once años trabajaba para un señor que vendía CD. De ahí, ya pues, como quería progresar, también quieres tener más platita, ya pues me hice amigo de otro compañero de la calle. Eso era como cerca para cumplir los doce años (…) Diez soles, diez soles diarios, sí. (Rivas, 2019).
A parte de la venta de CDs, limpiaba vidrios en carros que se paraban en semáforos en la carretera de Lima a Huacho (Perú). A esa edad conoce amigos de su generación que hacían comercio. Ahora recuerda con nostalgia.
Primera vez que me llevó un amigo a trabajar en un cerro, fue la primera vez que me metí a profundidad como un túnel del cerro. Yo creo que es, estamos en tierra, porque no lo sentíamos que estábamos en un cerro. Entonces, primera vez en mi vida tuve ahí una experiencia trabajando (…) Ahí me pagaban 500 soles (Rivas, 2019)
El apoyo de los amigos, familiares es importante en las primeras experiencias laborales donde el oficio de vender es parte de esa labor inicial que les enseña a trabajar y en condiciones precarias; vender en la calle todos los días significa una labor cotidiana, corriente por las condiciones físicas que posee un joven y por esa condición no consideran que un trabajo esté cubierto de derechos laborales.
Paola Ramírez, procedente de Perú se dedica todos los días a la venta de ropa en las afueras del persa Bio Bio[3] un Centro Comercial de comerciantes chilenos que venden conforme a la normativa estatal. Mientras afuera venden los que no tienen autorización, eso puede ser una ventaja para ahorrar o vender a precio rebajado para que salga la mercadería. Paola aparte de hacer negocio también se dedica a la música como un trabajo independiente, tiene vocación para cantar, esa cualidad lo fue adquiriendo en Perú. Por la misma situación económica precaria de su mamá, se ha visto obligada trabajar en lo que podía, en esa circunstancia el gusto por la música[4] significa una oportunidad de trabajo independiente. Al respecto dice,
Cuando yo empecé a cantar, empecé a tener muchas amistades, bastante gente interesante la verdad buenas personas, con buena educación, aparte que siempre trabajaba mucho la verdad, trabajar en el día como vendiendo en la calle, y empezar a trabajar de la diez de la noche, hasta las cuatro y cinco de la mañana, era duro ¡no! Pero igual me servía, porque como era niña, igual me gustaba comprarme mis cosas, tener mis cosas (Ramírez, 2019).
Paola, en el día con su puesto de venta acumula más ingresos a parte de lo que percibe de la música. Esto demuestra la capacidad de los jóvenes de estratos populares de dedicarse a trabajar de manera exclusiva. Ejercer dos oficios al mismo tiempo es parte del esfuerzo de superación para garantizar un ingreso económico, por otro representa las habilidades que desarrollan estos jóvenes y están predispuestos a trabajar.
Otros comerciantes venden accesorios electrónicos, cables, enchufes, corrientes, audífonos, etc. Es el caso de Jonathan Rojas (boliviano) que ofrece una variedad de mercancías a bajo costo en la puerta del Mall Plaza Alameda[5], que vende sin ningún permiso que exige la comuna y no paga impuestos. En esa situación son vulnerables ante los controles que realizan los carabineros a los comerciantes ambulantes. El origen social de Jonathan se remonta a Bolivia donde ha vivido hasta el bachillerato y no ha tenido el apoyo de sus padres, solo de su abuelo con quien vivía y desde muy joven tuvo que trabajar para subsistir. Por su cuenta estudia, presta el servicio militar y emigra a Chile con su esposa e hijo el 2015 y su cuñada[6] le motiva venirse a trabajar a Santiago. Aunque sus primeros trabajos se originan en Sacaba Bolivia donde vendía, lustraba calzados al respecto dice, “Desde los 12 años, he trabajado de lustrabotas de zapato en Sacaba, limpiaba, de mecánico, albañilería, trabajaba en cosecha de plátano” (Rojas, 2019). Al trabajar en los oficios a aprendido a ganarse su propio dinero y no depender de ningún familiar. Por eso señalaba,
... Yo iba a pasear, trabajaba en construcción. Un tiempo en Bolivia trabajaba de tabiquero, hacia suelo falso, gamba, al día me pagaba 100 bs., en Quincena dice que sacaba 1400 bs. En la ciudad era como media hora de donde yo vivo”. “En Bolivia yo sacaba plata así de 3000 a 4000 bs., 20 lucas al día …Yo trabajaba en Bolivia de albañil, plata había… (Rojas, 2019).
Con relación a los antecedentes del comercio, afirma que sus abuelos se avocaban a esa actividad, al respecto dice, “Mis abuelos trabajaban de comerciante, mi abuelo y mi abuela son quechuas, cuando eran niños” (Rojas, 2019). Es evidente que los jóvenes de las clases populares que no han tenido el apoyo, cuidado de sus padres legítimos, son los hijos quienes con base a la experiencia que viven a diario encaminan su trayectoria social, que en ella intervienen varios agentes que influyen en la vida de los jóvenes comerciantes, pero, una característica común al igual que otros jóvenes migrantes es la decisión de trabajar, para ello se valen de varias estrategias, una es la de aprender varios oficios manuales para tener oportunidades de empleo; es decir, acumulan capital cultural incorporado. El comercio de la calle es de fácil acceso para los jóvenes migrantes en Chile por la poca mercadería que manejan y la venta al detalle que permite ofrecer mercancías a bajo costo y a precios accesibles al público. Por ejemplo, la venta de ropa es común para los comerciantes que incluso confeccionan ellos mismos las poleras, mallas, etc., siendo parte de un emprendimiento familiar que emplea a padres, hijos, etc., este es el caso de Felipe procedente de Perú, pero lleva más de diez años trabajando en Santiago, en los cuales trabaja su esposa, hijos y sus hermanos que son comerciantes de ropa en la calle Bascuñan del barrio Meiggs. En su trayectoria laboral desde que ha salido bachiller se ha dedicado al comercio, internaba ropa de Perú a Chile, pero, ahora los compra las gorras y las poleras por docena de un importador Chino y los revende por unidad añadiendo marcas como Adidas, Nike, lo cual es una estrategia de mercadeó o marketing para que el producto se vea atractivo al cliente; por ejemplo, compra una docena de gorras a 7 mil pesos chilenos, de un distribuidor chino que tiene su local en el mismo barrio, pero él los vende por unidad a mil pesos o más, lo propio hace con la compra de poleras, una docena compra a 15 mil pesos chilenos y los vende por unidad a 3 mil pesos. Con los años de comerciante pudo ahorrar e invertir en la construcción de su casa en Lima. Actualmente posee un puesto de venta informal, al igual que los demás comerciantes que ofrecen ropa en la calle Bascuñán y no cuentan con un permiso de la comuna, en este caso se posiciona en la acera de la calle.
En Felipe se advierte que su trayectoria en el comercio tiene que ver con los vínculos familiares que fortalecen el éxito de un emprendimiento. A diferencia de otros jóvenes, que llevan una trayectoria más individualizada, mientras Felipe construye su trayectoria con el entorno familiar.
El gusto por la venta es una condición para conseguir el éxito en el comercio, pero en algunos jóvenes esta opinión puede ser más argumento o fundamento cuando provienen de una carrera relacionada con el negocio, la venta como es el caso de mercadotécnia. En esa línea se sitúa la trayectoria de Joel, comerciante con 27 años de edad, proviene de Medellín Colombia. Se avoca a vender poleras en la Avenida Libertador Bernardo O’Higgins. Sus padres se han divorciado y desde 14, 15 años ha trabajado en la construcción, haciendo labores de ayudantía, ya que no tenía apoyo de sus padres y menos para sus estudios. En esas condiciones buscaba trabajos eventuales en la construcción, y tuvo que estudiar y trabajar al mismo tiempo como una característica en los jóvenes que provienen de familias incompletas, donde se siente de la ausencia de algún progenitor, padre o madre. Acerca de las primeras experiencias laborales dice,
Yo trabajo desde los 14 y 15 años, haciendo trabajos de construcción, que tenía amigos que trabajaban en la construcción, y me llevaban, empecé a trabajar con ellos, y empecé a trabajar allí… Labor de ayudante, pasar herramientas, mesclar, adobar, revocar, si, uno aprende todo eso (Joel, 2019)
El conocimiento de oficios técnicos es importante para los jóvenes que provienen de los sectores populares del área urbana.
Jóvenes comerciantes en El Alto, Bolivia
Esta actividad es recurrente en ciudades como El Alto. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) para el 2021 sobrepasa el millón de habitantes, siendo la población menor a los 30 años el 60 por ciento del total de los habitantes. La población en su mayoría trabaja en la economía informal y el comercio se incrementa a partir de los cambios estructurales de la economía nacional que se promueve con la migración del campo a la ciudad y de otros distritos urbanos. Por otro la escaza oportunidad de encontrar empleo, determina que la población busque, genere sus propios emprendimientos resolviendo de esa manera el desempleo. Estas economías son consecuencias de los impactos de las políticas económicas a partir de 1985 que da pie al neoliberalismo como modelo de desarrollo. En ese contexto los trabajadores del sector público dejan de depender del Estado y migran a la economía informal en las ciudades El Alto La Paz, Cochabamba y Santa Cruz de la Sierra. En ese contexto histórico se enmarca la familia de Kevin, sus abuelos migrantes del área rural de Oruro a La Paz, y eran comerciantes en los ochenta y noventa. A partir del 2000 su padre sigue la misma tradición de mantener el negocio como un patrimonio familiar. Es así, que Fermín, padre de Kevin mantienen a sus hijos con su negocio en la avenida Tiahuanaco, donde Kevin les ayuda desde que estudiaba en la primaria.
Kevin ha crecido desde niño viendo el negocio de su padre, recuerda a amigos de infancia quienes vendían ayudando igual que él. Esa experiencia lo lleva a mantenerse en el rubro valorando el sacrificio de contar con un puesto de venta. En estos sectores influye las relaciones familiares que inducen los padres a los mantener el comercio como un trabajo independiente. Por eso los jóvenes están en el comercio por el influjo de amigos, parientes o hermanos. Al respecto dice lo siguiente: “Sí, sí es verdad, en realidad viene por comentarios, ahh vende eso, te vas a ganar bien; por ejemplo, tengo amigas que sí se han metido al comercio, son ambulantes, otros por terceros amigos, están en multi nivel” (Kevin, 2020).
El comercio al ser un patrimonio familiar, los hijos comienzan desde niño ayudando a sus padres. En esa etapa adquieren la habilidad para vender mercancías como mochilas, gorras etc. El uso del léxico verbal para convencer al cliente es parte del habitus comerciante, siendo una práctica del capital cultural incorporado que heredan de sus padres y valoren el negocio como un patrimonio. En eso se sitúa la trayectoria de Kevin que tiene una posición social elevada respecto a otros de bajos ingresos que venden sin contar con un apoyo familiar, sino llevan una trayectoria comercial por cuenta propia. Mientras Kevin tiene el apoyo de sus padres para la universidad. Esto es un indicador de que su familia posee un elevado capital económico que lo invierten en capital cultural institucional e incorporado. Esto representa una estrategia de conversión de capital donde los agentes ascienden de posición de clase a través de un título, profesión, empleo en el campo social (Bourdieu, 1998).
Es decir, los jóvenes comerciantes bolivianos y alteños pertenecen a los sectores populares del área urbana y las relacione labores comienza en la familia, donde, los padres inducen a trabajar como ayudantes en el comercio, o en la construcción, lustrando calzados, en esa travesía, los jóvenes comerciantes han trabajado como ayudantes en el negocio de sus padres, en otros casos de ayudantes en la construcción o de vendedor para los mayoristas.
Iniciar un negocio para los jóvenes resulta accesible si se trata de mercancías de bajo peso y volumen, por ejemplo, la venta de protectores de pantalla para celulares Android. Significa que pueden manejar con facilidad no requieren de un espacio, tan solo un pequeño carro móvil con lo que pueden transitar por la vía pública.
[1] Ante ese panorama en Chile, son los mismos comerciantes que acuden a un seguro privado, o garantizan una jubilación con su trabajo.
[2] Pierre Bourdieu define el habitus como el conjunto de disposiciones sociales, y también son estructuras estructurantes y estructuras estructuradas.
[3] Es un Centro Comercial donde existen anaqueles de comerciantes chilenos que tienen negocios formales, esta área pertenece a la comuna de Estación Central.
[4] La música popular peruana tiene recepción en inmigrantes de la región andina, que consume, escucha el huayño como parte de su identidad cultural. Además, Paola tiene la habilidad de interpretar canciones de otros artistas, aunque en 2019 – 2020 dice estar avocada más al comercio.
[5] El Mall Plaza Alameda se encuentra cerca de la Estación Central en la Avenida Libertador Bernardo O’Higgins.
[6] Vive en Santiago de Chile desde antes de que emigre Jonathan Rojas.
Conclusiones:
Primero. El comercio de la calle en Santiago de Chile es una labor que realizan los migrantes de países de la región, así también los connacionales chilenos. Los jóvenes son un sector predominante que se dedica el comercio no regulado, que proviene de una variedad de trayectorias que en común es la precariedad económica y familiar que les ha obligado a buscar medios de subsistencia de manera independiente, desligándose de cualquier apoyo familiar. En Chile el comercio ambulante es una actividad que está prohibido si es que no se cuenta con una autorización, mientras los jóvenes venden en esas condiciones por la situación migratoria que les impide tramitar un permiso ante la comuna para comerciar. Es la misma situación para los jóvenes chilenos que provienen de comunas de bajos índices de desarrollo, vender en la calle es una alternativa de trabajo temporal.
Segundo. Lo que se identifica, la mayoría de los comerciantes jóvenes desde temprana edad desarrollan varias habilidades, oficios técnicos que les permite tener acceso a oportunidades de trabajo. En estas trayectorias lo que priorizan son los conocimientos técnicos para incursionar en el ámbito laboral, no les motiva mucho seguir una formación universitaria de larga duración, sino aquello que les ayude a consolidar una independencia económica.
Tercero. Con relación a los jóvenes comerciantes bolivianos, la expansión de estos micronegocios obedece al impacto que han creado las políticas públicas en los últimos 40 años en Bolivia. En una primera etapa han girado hacia la economía de libre mercado, que provoca la migración laboral del sector estatal o privado a la economía informal. Por otro lado, las políticas de nacionalización a partir del 2006 al presente tuvieron poca incidencia en las políticas de empleo, más bien, la redistribución del excedente desde el Estado incentiva un crecimiento del consumo de mercancía asiática. Para los jóvenes el comercio se expande como una oportunidad laboral que venden accesorios electrónicos importados, vestuario que el público demanda por los bajos costos.
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Palabras clave:
Jóvenes, comerciantes, informalidad
Resumen de la Ponencia:
A atual conjuntura brasileira encontra-se permeada por instabilidades, sobretudo com o advento da pandemia global que assolou o país vitimando mais de 600 mil pessoas. No universo do trabalho, a informalidade tem encontrado bases cada vez mais sólidas frente ao aprofundamento do cenário de crise e desemprego estrutural enfrentado pelo país. As diaristas se inserem neste campo, enquanto trabalhadoras que exercem suas atividades sem vínculo formal, na medida em que a atividade se constitui enquanto metamorfose do emprego doméstico frente às alterações no mundo do trabalho. O objetivo desta pesquisa é investigar e refletir sobre os sentidos e representações produzidos por estas mulheres sobre seu cotidiano laboral. Para isto, nos utilizamos de uma abordagem qualitativa onde realizamos entrevistas semiestruturadas com 20 mulheres, analisadas a partir de categorias de análise que emergem de suas narrativas. Nesse sentido evidencia-se a precariedade e subalternidade da atividade frente a um cenário de desgaste na medida em que as entrevistadas afirmam realizar mais de uma faxina por dia. Apesar disso, o fato de ser diarista aparece como elemento positivo ao criar condições para que sejam melhor remuneradas do que empregadas com vínculo formal.Resumen de la Ponencia:
Si bien la pandemia por la COVID-19 aún no termina, seguimos padeciendo los estragos de esta, y claro que el trabajo, sobre todo en los jóvenes, se vio, se ve y se verá afectado al paso del tiempo.En México, entre los años 2004 y 2008, se elimina el Régimen de Jubilaciones y Pensiones, lo que genera que toda persona que se incorpore al sistema laboral en fechas subsecuentes, al paso de los años de servicio, no tendrá ninguna prestación por el tiempo laborado. Es decir, que pensar en el retiro es un sueño muy lejano. Pero de peor manera, condenó a la explotación laboral a los jóvenes en este país sin ningún tipo de esperanza de que esto mejore, ya que incluso los servicios de salud básicos se ven coartados de manera significativa. Todo esto, hablando de aquellos que deciden ingresar a las filas de lo que podemos denominar trabajo formal.En el Estado de México en particular, el panorama no es favorecedor. Incluso, cuando se sabe, que gran parte de la fuerza de trabajo de este país, se genera en esta entidad. Los jóvenes que se han incorporado a la administración pública estatal, se han enfrentado a la explotación de su fuerza de trabajo, a horarios fuera de sí en un contexto de inseguridad que sobrepasa los límites, en especial para las mujeres y con un sistema de transporte que no corresponde a las necesidades de la clase trabajadora. Esto sin mencionar la precariedad de los salarios y el denominado Home Office que se extralimitó con los horarios e incluso, con los insumos que el trabajador tenía que aportar, como lo son computadora, internet y luz 24 horas.Es importante recalcar que, en próximas fechas, el estado se perfila para la elección de su próximo Gobernador, lo que desplegará a toda su población joven para la recaudación de votos, con la denominada regionalización.Lo que se pretende en este trabajo, es acercarnos de manera teórica y empírica, a las condiciones laborales en el servicio público que persisten en el Estado de México, sobre todo, para aquellos que no rebasan los 30 años. Así mismo, recordemos que la entidad cuenta con doble Alerta de Violencia de Género por feminicidio y Desaparición, por lo que las jóvenes deben sortear todo tipo de peligros, lo que genera el debate de salir a la calle a trabajar o quedarse en casa con los recursos extremamente limitados.Resumen de la Ponencia:
Existem, existiram e provavelmente irão existir formas de geração de renda ou de sobrevivência que perpassam os limites da exploração capitalista formal – assalariamento e vínculos empregatícios capitalistas – que são sinônimos de subemprego e ocupação precária. É o caso dos ambulantes, vendedores de feiras livres, as novas formas de trabalho denominadas de uberizadas e pejotizadas, dentre outras, marcadas pela precarização e pelo império da formalização da informalidade sem direitos. O nosso trabalho teve como escopo testar, a luz dos motoristas de aplicativos a pertinência do conceito de informalidade e precariado para circunscrever essas relações de trabalho, a mensuração das configurações sociais e discursivas que caracterizam o ingresso nessas modalidades de trabalho e as implicações dessas atividades na experiência social destes indivíduos. Para coletar os dados fundamentais à nossa análise, utilizamos as seguintes técnicas de pesquisa: a pesquisa documental, a observação direta e a entrevista, com viés da história de vida. A partir dessas técnicas pudemos traçar um perfil destes atores quanto a renda, escolaridade, atuação, gênero, sobretudo, identificar a percepção sobre suas atividades, os motivos de sua escolha, as dificuldades encontradas, as diferenças dessa atividade e as que exerciam no mercado de trabalho formal, as expectativas e a mobilização da categoria para a melhoria das condições de trabalho. A coleta de dados apontou que um dos principais motivos para a inserção nesse campo de trabalho é o desemprego. A busca pelo primeiro emprego ou pelo aumento da renda, levou também alguns entrevistados a se cadastrarem nas plataformas eletrônicas. Entretanto, em virtude da baixa remuneração, é comum esses trabalhadores desenvolverem mais de uma atividade informal para complementarem a renda. O paradoxo dessa atividade pode ser visto quando eles indicam a liberdade de fazerem o próprio horário como uma das principais vantagens, mas ao mesmo tempo ressaltam a alta carga horária e a pressão que sofrem para prestarem um bom serviço para não serem descredenciados. Apontam, ainda, a falta de segurança, o descaso do Estado em regulamentar a atividade e a falta de engajamento dos trabalhadores como os principais problemas a serem enfrentados. Com efeito, o que observamos são trabalhadores insatisfeitos, com extensas jornadas de trabalho, em troca de uma remuneração cada vez menor, sem qualquer amparo do Estado e das plataformas, prestando um trabalho essencial e assumindo sozinhos os riscos físicos e econômicos dessa ideologia do Capital de serem empresários de si mesmos.
Introducción:
O trabalho por aplicativo consiste numa plataforma digital em que o trabalhador realiza um cadastro e passa a desempenhar um trabalho informal que exige pouca qualificação e/ou nenhuma experiência na área. As regras para o cadastro e a remuneração são definidas pela empresa sem qualquer controle e fiscalização por parte do Estado. Nos sites das empresas, elas se intitulam como ferramentas colaborativas que servem como pontes entre usuários e prestadores de serviços. Entretanto, a empresa é a única que define regras e valores, que se apropria do mais valor gerado por esses trabalhadores, fazendo com que essa característica “colaborativa” perca seu sentido. Mesmo que as empresas se definam como plataformas ou aplicativos, buscando fugir da imagem de que são empresas e das obrigações trabalhistas, elas mantem com os seus “colaboradores”, uma relação de assalariamento e um controle cada vez maior sobre o trabalho desses trabalhadores.
A recusa da condição de empregador serve como um mecanismo para transferir para o próprio empregado os riscos e sujeitá-lo a níveis de exploração, subordinação e precarização ascendente das condições de trabalho sob o discurso de que eles são clientes, livres e dispõem de maior autonomia do que aqueles que estão no mercado de trabalho formal. Trata-se, como bem diz Antunes (2020), de um processo de uberização no qual as relações de trabalho são crescentemente individualizadas e invisibilizadas, assumindo, a “aparência de “prestação de serviços” e obliterando as relações de assalariamento e de exploração do trabalho (p.11). Com esse processo de uberização, as empresas divulgam a imagem de que promovem uma “democratização do mercado”, haja vista que basta ter um celular, ter ou alugar um carro para produzir renda por conta própria. Assim, esses trabalhadores são clientes que utilizam essas plataformas para oferecerem algum serviço a outro cliente. Seriam empresas de tecnologias que não apenas facilitam a vida de produtores e consumidores, mas tem o atrativo de não ter a rigidez dos empregos tradicionais, logo, para essas empresas, as pessoas que utilizam seus serviços seriam apenas clientes.
A UBER, por exemplo, considera os motoristas como clientes livres que contratam os seus serviços e não o contrário. São vistos como autônomos cujo sucesso depende exclusivamente dele, de modo que a empresa não assegura qualquer garantia de jornada e de remuneração. Se de um lado, os trabalhadores arcam com os custos de despesas de combustível, seguridade, manutenção dos veículos e segurança, do outro lado, a empresa digital se apropria do mais-valor gerado pelo dia de trabalho, negligenciando as leis trabalhistas existentes.
Com esse processo de precarização do trabalho, em que os direitos e garantias trabalhistas são negados, e os riscos atribuídos ao trabalhador, acaba dificultando a própria organização e resistência deles ao capital, inclusive, é comum nas paralizações feitas pela categoria, alguns motoristas não aderiram alegando que com a diminuição de motoristas da Uber, aumenta o número de corridas daqueles que não aderiram e com isso ganham mais nesse dia.
De um modo fetichizado de que tudo está sob o comando do algoritmo, essas empresas impõe um ritmo de trabalho, produtividade e um sofisticado controle da força de trabalho como o registro em tempo real da realização de cada corrida, a velocidade, o local e as avaliações. Mas, pregam que a Uber não exerce nenhum controle sobre os motoristas, que são profissionais independentes que contratam a tecnologia de intermediação e a usa quando e como querem. Essa ideia de liberdade e flexibilidade defendida pela empresa, trata-se de uma estratégia de transferir a responsabilidade dos riscos para os trabalhadores e manter um controle a partir de uma série de medidas que são aplicadas a esse trabalhador considerado “parceiro” pela plataforma.
Para trabalharem na UBER, os motoristas precisam fazer um cadastro e passam por uma avaliação, sendo admitidos se atenderem os interesses da empresa. A plataforma define não apenas os trajetos das viagens, o tipo de carro e as condições do mesmo, mas a forma como o motorista deve se comportar durante as viagens, inclusive, oferece ao consumidor carros em que os motoristas não conversam durante as viagens. Os motoristas são pressionados a não recusarem corridas, sob pena de que poderão ser descredenciados. De forma arbitrária, bloqueiam ou suspende algumas contas que acabam impossibilitando os profissionais de trabalhar. Ademais, quando eles não atingem a avaliação mínima da cidade em que trabalham, podem perder o acesso total à plataforma. O medo de serem desconectados e deixarem de ter acesso a fonte de renda que permite a sobrevivência, é algo constante no desenvolvimento desse trabalho. Com isso, a empresa exerce um controle e disciplinamento da força de trabalho, mantendo os trabalhadores numa condição de instabilidade e vulnerabilidade. A precarização do trabalho se torna mais acentuada por ser um trabalho em que há um controle e uma subordinação conjugados com a transferência dos riscos e das despesas para o trabalhador. Tal condição se potencializa em virtude das novas tecnologias obterem uma quantidade enorme de dados que podem ser usados contra a própria categoria.
Portanto, o controle e a sujeição são aperfeiçoados e intensificados com essa “neutra” tecnologia, constituindo assim, uma situação contraditória porque o trabalho nunca foi tão controlado ao mesmo tempo em que é propagado o discurso de que você é o seu próprio chefe, “trabalhe livre”, seja um empreendedor. Como diz Antunes (2020), estamos presenciando o surgimento de um novo proletariado de serviços na era digital, que se imagina um pré-burguês, quando na verdade, se tornou um proletário de si mesmo.
Entretanto, o que mais pesa para o motorista é o modo unilateral que é definido o pagamento das viagens. A baixa remuneração transforma-se em um valioso mecanismo para que o motorista se obrigue a longas jornadas, considerando que para se manterem precisam arcar com uma série de custos como a manutenção dos carros, aluguéis dos veículos (caso não tenha), combustível, além das despesas ordinárias. Então, acabam contraindo dividas que precisam ser pagas e quanto menor a tarifa, maior é o tempo de trabalho. Observa-se que, ao mesmo tempo em que, há um maior controle por parte das plataformas quanto ao trabalho desenvolvido pelos motoristas, é divulgado o discurso de que eles fazem um trabalho autônomo, com mais liberdade, sendo o seu “próprio chefe”.
A nossa pesquisa foi feita em Aracaju, Sergipe, em que foram aplicadas dez entrevistas com motoristas da UBER, trinta e seis questionários que foram trabalhados com o SPSS, buscando saber o perfil, as dificuldades, as expectativas e quais motivos os levaram para o mercado uberizado.
Desarrollo:
A partir dos dados coletados, pudemos traçar um perfil dos entrevistados. No que se refere a moradia, obsevamos que a maioria dos entrevistados moram em Aracaju (66%) e os demais na cidade vizinha em São Cristóvão. Eles trabalham também na cidade onde residem, assim, concentram-se a atuação em Aracaju e na chamada grande Aracaju que abrange Nossa Senhora do Socorro, São Cristóvão e Barra dos Coqueiros. O fato de poderem trabalhar na cidade em que residem, pode ser um atrativo para essa ocupação, uma vez que eles não tem necessidade de grandes deslocamentos, os gastos são menores, além de não precisarem se afastar dos familiares, logo, esse trabalho acaba não alterando a rotina familiar. Isso é interessante, porque não requer grandes investimentos por parte dos trabalhadores, assim, poderão exercer uma atividade remunerada sem muita burocracia, tendo uma certa autonomia para resolver questões urgentes de trabalho e renda.
Os motoristas respondentes da pesquisa revelaram indivíduos de idade bastante variada, entre 24 a 61 anos de idade. A faixa que concentrou o maior número de respondentes foi dos 21 aos 35 anos de idade (80%). São adultos em idade de trabalhar aptos para estarem no mercado formal, já que por serem mais jovens poderiam se submeter a trabalhos com remunerações mais baixas, vínculos menos duradouros e que exigem pouca experiência. Contudo, face a dificuldade de ingressarem no mercado formal, acabam sendo condicionados ao mercado informal.
Quanto a escolaridade, a maior parte dos entrevistados (50%) detém um nível de escolaridade formal até o ensino fundamental completo. Os demais possuem ensino médio detêm o nível de ensino médio completo (16.7%), ensino médio incompleto (16.7%) e ensino superior completo (16.7%). Observando esses dados, constatamos mais uma vez, que o desemprego e o processo de uberização atinge diferentes níveis de escolaridade, porque temos desde pessoas que tem o ensino fundamental completo até profissionais com formação superior que poderiam ocupar alguma vaga no mercado formal. Sobre essa questão da formação do capital humano como um eficiente mecanismo para conquistar um emprego com altos rendimentos, Standing (2014, p. 92), faz uma interessante análise:
No final, as armadilhas do precariado refletem uma discordância entre as aspirações dos jovens e o sistema de formação do “capital humano”, que vende qualificações credencialistas num prospecto falso. A maioria dos empregos oferecidos não exige todos aqueles anos de escolaridade, e apresentar a escolaridade como algo que forma pessoas para empregos e criar tensões e frustrações que abrirão caminho para a desilusão.
Ao que tudo indica, as ilusões para o trabalhador não se restringem somente a ideia de que a formação facilita a obtenção de um bom emprego, mas a precarização dos postos de trabalho se espraia para o mercado informal, sobretudo, para estes motoristas que ingressam nesse trabalho sob a ilusão de que são os próprios chefes e poderão de forma livre ter um alto rendimento.
Com relação aos motivos para exercerem a atividade, todos os entrevistados alegaram que precisavam de alguma renda seja por estarem desempregados ou porque era o primeiro emprego. Somente um entrevistado, apontou a flexibilidade como um dos motivos. Nesse sentido, levando em conta a característica imediatista da atividade ofertada pela plataforma que oferece uma atividade e uma renda sem exigências de experiências, conhecimentos de rotas e burocratização, esses trabalhadores acabam tendo a sua necessidade urgente atendida ainda que seja trabalhando de forma exaustiva e sem qualquer garantia trabalhista.
Importante salientar que, os motoristas são conscientes do grau de exploração que passam na empresa, de modo que são bastantes críticos quando perguntados sobre a empresa, vejamos:
Uma porcaria para o motorista. Sabem do problema e das dificuldades e só fazem sacanagem com o motorista. A 99 aumentou os ganhos e cortou multiplicador alto. A UBER aumentou uma mixaria temporariamente e deixou as corridas mais desvantajosas do que são, pagando um valor fixo, caso o motorista escolha uma rota melhor pode acabar no prejuízo. Não dão nenhum suporte para o motorista. (A. 35 anos)
A UBER, é uma empresa que visa mais os lucros e o lado dos passageiros. A 99 é uma empresa que desconta menos dos motoristas. Eu rodo porque não tenho outra alternativa. (P. 42 anos)
Em média eles trabalham de dez a doze horas por dia e seis dias por semanas. Não se respeitam os limites legais de jornada e descanso existentes na CLT, que determina que a duração do trabalho normal não pode ser superior a oito horas diárias. Um dos entrevistados formado em direito, com 25 anos de idade, informou-nos que:
Trabalho dez horas por dia para fazer R$200,00 e só consigo pagar as contas no fim do mês, porque o carro é meu, porque se fosse alugado, tava pagando para trabalhar. As plataformas precisam reajustar as tarifas, já tem seis anos que não houve um ajuste, nosso trabalho é pesado demais, para conseguir alguma coisa, precisa ter uma jornada longa e mesmo assim mal dá para pagar as contas. (I.25 anos)
Perguntados quantas horas os motoristas trabalham por dia, tivemos as seguintes respostas: 33,3% trabalham por 8 horas; 33,3% 12 horas por dia; 16,7% 9 horas e 16.7% 7 horas. Trabalham de segunda a domingo (100%), nos períodos de tarde e noite (80%) e somente 20% trabalham na madrugada. Com isso, a maior parte considera a carga horária exaustiva.
Sa baixa remuneração tende a forçar o motorista a longas jornadas, caindo por terra a promessa da emancipação empreendedora, para a empresa esse esquema rende muito. A UBER registrou faturamento de R$ 30,6 bilhões nos últimos três meses de 2021, mesmo tendo um faturamento menor do que antes da pandemia.
O baixo rendimento acaba levando muitos motoristas cancelarem a viagem, como podemos observar na fala do representante dos motoristas em Aracaju, senhor Josemar Pontes, “os cancelamentos são uma orientação para a categoria, diante dos altos custos das taxas cobradas pelas empresas, bem como o preço elevado dos combustíveis”. Para ele, a distância de deslocamento até o embarque do passageiro é grande e o motorista acaba sem lucros e, por isso, é orientado que cancele aquela solicitação.
Estamos fazendo uma campanha de conscientização para que os motoristas só aceitem corridas que não gerem prejuízos. Porque os deslocamentos do ponto A ao ponto B para pegar o passageiro chega a ser de 10km, e a empresa paga apenas R$ 2 por esse deslocamento. O litro do combustível é R$ 6,20. Matematicamente, o motorista está dando carona em muitas corridas. E é por isso que hoje em dia o passageiro espera tanto por um carro.[1]
Interessante observar, que eles têm consciência das perdas que a categoria vem sofrendo nos últimos anos: Na fala dele:
Quando os aplicativos surgiram, os brasileiros estavam desempregados e viram ali uma oportunidade de levar o pão para casa. As plataformas, naquele momento, há cerca de seis anos, ofereceram aos motoristas diversas vantagens de ganhos. Mas há dois anos tivemos a surpresa de uma redução de quase 40% nos valores da corrida, sem sermos informados, do dia para a noite. Junto vieram diversos aumentos do combustível, levando então ao caos dos valores das tarifas.
Dessa forma, a apropriação do mais valor se intensifica, na medida em que a empresa para diminuir a queda de lucros devido a diminuição da demanda, acaba diminuindo o valor que era repassado para os motoristas. Acrescenta a isso, o fato de o que o valor do combustível tem aumentado. Com isso, o motorista acaba arcando com todos os prejuízos não só referente aos custos para trabalhar, mas até com a perda de rentabilidade da empresa. Assim, se antes numa corrida, ele ganhava em torno de R$ 20,00, com essa queda, passa a receber pela mesma corrida R$ 12,00.
Hoje, o motorista não pode sair para buscar o passageiro se a distância for superior a 1km, já que se a distância for superior a isso, ele estará dando carona. Uma das empresas, só em Aracaju, fatura R$ 15 milhões sem deixar um centavo no estado. Hoje, somos quase 20 mil motoristas cadastrados e cerca de 9 mil rodando dia e noite, mas não conseguimos estabelecer diálogo com as empresas. Por isso, muitos estão deixando os aplicativos, não têm condições, hoje quem está rodando é o motorista que ainda tem o carro próprio e precisa fazer uma jornada de 18h atrás de um volante para fazer 250 reais brutos”, relata Josemar Pontes.
Outro entrevistado afirma que uma das maiores dificuldades na profissão é a remuneração. De acordo com ele, “o aumento dos combustíveis, manutenção, e a crescente diminuição dos preços das corridas, faz com que cada dia fique mais barato. Com isso o app tira a porcentagem dele e o motorista cada fica com a parcela menor para cobrir o seu custo operacional”. Acrescenta ainda que precisa trabalhar bastante para conseguir algum lucro: “Eu trabalho em média 8 horas por dia. Só trabalho pelo dia normalmente das 6 às 16 h. Faço uma média de 40 horas semanais. E durante o dia faço de 15 a 20 corridas”, declarou Helenilson. A necessidade de trabalhar de forma exaustiva também é relatado por outros entrevistados “faço em média de R$ 100,00 livre em 10 a 12 horas em dias bons, mas normalmente ganho é R$ 80,00 por dia”. Segundo Alisson “Saio de casa todos os dias às 5h30m da manhã e termino às 19hs. Ou seja, estou trabalhando mais de 12 horas por dia. Trabalho em todos os aplicativos UBER, 99 e Indriver e no final do dia, fico com o valor livre de R$ 130,00”. A renda mensal dos entrevistados é de 1 salário mínimo a 3 salários, ou seja, ganham em torno de R$ 1.200 a R$ 3.000,00. Embora os motoristas apontam a baixa remuneração com uma das principais dificuldades da profissão, citam que é uma saída para o desemprego.
A baixa remuneração é uma condição para que os motoristas usem mais de um aplicativo. Em virtude do aumento dos motoristas, a demora para serem chamados, ocorrem menos corridas e as empresas pagam menores taxas por trajeto. Com isso, para aumentarem a renda, os motoristas e não ficarem muito tempo ociosos sem rentabilidade, já que recebem apenas pelas corridas realizadas e não pelo tempo em que estão disponíveis, eles acabam aderindo a mais de um aplicativo. Assim, todos entrevistados trabalham com dois aplicativos, a UBER e a 99.
Por outro lado, a empresa alega que os motoristas tem liberdade para cancelarem as corridas, contudo, a tecnologia controla as viagens e os cancelamentos, de modo que aqueles que são considerados excessivos e reiterados são configurados como violação ao Código da Comunidade e as contas podem ser banidas da plataforma. Portanto, essa vigilância e controle favorecem a sujeição do trabalhador e o aumento do capital das empresas em detrimento da liberdade dos motoristas.
É comum grande parte dos motoristas de aplicativos chegarem às plataformas por estarem desempregados, sendo que veem esse trabalho como algo transitório. Segundo os entrevistados, 75% desejam ter a carteira assinada e 25% apontam que pretendem continuar nessa atividade ou colocar alguma empresa, demonstrando que a ideia de ser empreendedor ainda exercer um forte efeito para os trabalhadores informais. Então, nós temos de um lado, trabalhadores que apontam a flexibilidade da jornada de trabalho, mas desejam voltar para o emprego formal até porque alegam que a carga horária aumentou bastante, de outro lado, trabalhadores que desejam continuar no mercado informal sendo um empreendedor do seu próprio negócio. Mas, até conseguirem o que desejam, ambos se submetem a carga horária exaustiva, não possuem qualquer direito trabalhista., assumindo todos os riscos da profissão, uma vez que as plataformas não se consideram responsáveis pela segurança e saúde desses trabalhadores.
Observa-se que se a novas tecnologias acabou ampliando ainda a precarização do trabalho, sobretudo, do trabalho informal, promovendo uma escravidão digital ao demolir a separação entre o tempo de vida e o tempo de trabalho, sendo cada vez mais excluídos da legislação social protetora do trabalho, realizando jornadas de trabalho geralmente superiores a oito, dez horas ou mais por dia, quase sempre sem folga semanal, vivendo bloqueio ou suspensões sem qualquer aviso prévio, arcando com todos dos custos da manutenção de veículos, sem qualquer tipo de segurança, entre tanto outros elementos que nos remete ao início do capitalismo, sob a justificativa de que há um contingente enorme de pessoas desempregadas.
Cumpre destacar algumas contradições nesse processo de uberização, vejamos: cada trabalhador desempenha sozinho o seu trabalho, sendo que fica mais fácil saber quanto cada um produz e qual o percentual desse valor é apropriado pela empresa, já que está tudo quantificado e registrado na plataforma, contudo, e empresa nega qualquer relação de trabalho. Uma outra contradição é o fato de que existe uma flexibilidade e liberdade, mas há um controle maior por parte das plataformas que controlam todo o processo: quem pode ser um motorista; qual carro deve usar, como deve se comportar, quanto deve receber e quem deve ser bloqueado ou dispensado. Nessa esteira, quando perguntados se eles se consideram empregados ou parceiros, a maioria respondeu que se considera empregado.
O problema da precarização se intensifica na medida em que os chamados parceiros conseguem raramente fazer alguma negociação com a empresa e quando acham que foram injustiçados não consegue fazer nada. O método de torna-los parceiros é corrosivo a conscientização de que é uma relação de assalariamento e, portanto, poderiam buscar medidas judiciais quando fossem prejudicados nessa relação. Mas, vale destacar que a maioria sabe da importância das associações e sindicatos, afirmando que querem participar. Em Aracaju, existe sindicatos que fazem um trabalho constante nas mídias, o que nos levou a indagar porque atingir todos os motoristas.
No que se refere as principais dificuldades, eles apontaram a remuneração, a falta de educação dos passageiros, sobretudo, a falta de segurança. Todos os entrevistados alegaram que não se sentem seguros, porque não sabem “nada dos passageiros, a quantidade de corridas, a foto, não temos informações deles como eles tem dos motoristas” (fala de um entrevistado). Em Sergipe, após várias reclamações dos motoristas quanto a falta de segurança, vários assaltos, sequestros e até homicídios, a empresa passou a fornecer o valor total em reais e o endereço de destino antes de aceitar a viagem, assim, poderá aceitar ou não a viagem. Mas, tais medidas não resolvem o problema, até porque muitos acabam arriscando e pegando viagens para locais considerados perigosos porque precisam ganhar o mínimo necessário. Inclusive mesmo depois dessas medidas, os motoristas entrevistados apontam que a violência é uma das principais dificuldades que eles enfrentam na profissão.
O problema da precarização se intensifica na medida em que os chamados parceiros conseguem raramente fazer alguma negociação com a empresa e quando acham que foram injustiçados não consegue fazer nada. O método de torna-los parceiros é corrosivo a conscientização de que é uma relação de assalariamento e, portanto, poderiam buscar medidas judiciais quando fossem prejudicados nessa relação. Mas, vale destacar que a maioria sabe da importância das associações e sindicatos, afirmando que querem participar. Em Aracaju, existe sindicatos que fazem um trabalho constante nas mídias, o que nos levou a indagar porque atingir todos os motoristas.
No que se refere as principais dificuldades, eles apontaram a remuneração, a falta de educação dos passageiros, sobretudo, a falta de segurança. Todos os entrevistados alegaram que não se sentem seguros, porque não sabem “nada dos passageiros, a quantidade de corridas, a foto, não temos informações deles como eles tem dos motoristas” (fala de um entrevistado). Em Sergipe, após várias reclamações dos motoristas quanto a falta de segurança, vários assaltos, sequestros e até homicídios, a empresa passou a fornecer o valor total em reais e o endereço de destino antes de aceitar a viagem, assim, poderá aceitar ou não a viagem. Mas, tais medidas não resolvem o problema, até porque muitos acabam arriscando e pegando viagens para locais considerados perigosos porque precisam ganhar o mínimo necessário. Inclusive mesmo depois dessas medidas, os motoristas entrevistados apontam que a violência é uma das principais dificuldades que eles enfrentam na profissão.
Conclusiones:
O trabalho realizado a partir das plataformas tem crescido de forma significativa. Considerando que o tipo de trabalho que é ofertado exige pouca experiência, sem vínculo empregatício, sem proteção social, cujos riscos e segurança ficam sob a responsabilidade dos trabalhadores, os quais são jovens, com formação educacional distinta que ingressam nessa atividade por estarem desempregados, em busca do primeiro emprego ou para aumentarem a renda e se submetem a horas exaustivas e a um controle quase sempre imperceptível, mas que gera um impacto na sua rotina e no seu tempo de lazer, torna-se imperioso estudá-lo em buscar de identificar quais os efeitos desse novo formato no mundo do trabalho.
A ideia disseminada de flexibilidade e de trabalho imediato que garanta uma renda com liberdade para o motorista, no lugar em que mora sem gerar grandes transtornos familiares ou algum tipo de investimento alto, não deixa de ser atraente para os trabalhadores que tem necessidades prementes de trabalho e buscam algum sustento para si e para sua família.
O avanço desse tipo de trabalho no Brasil ocorre também por ser um país que historicamente sofre com altos índices de desemprego. Instabilidade e falta de segurança, são sentimentos que fazem parte da realidade do brasileiro, entretanto, tem aumentado na medida em que pessoas qualificadas não conseguem ser inseridas no mercado formal e temo como saída o mercado informal. Com isso, a narrativa de flexibilidade, oportunidade imediata de renda a baixo custo e sem burocracia possui uma afinidade eletiva com a instabilidade histórica do trabalho no Brasil. Assim, as empresas se fortalecem em detrimento do trabalhador que é incentivado a acreditar que poderá sozinho resolver suas necessidades, sem perceber os riscos das atividades e o quanto essa lógica desmonta toda uma rede de proteção e de direito trabalhista, sujeitando-os a controle rígidos dos algoritmos elaborados por empresas que tem explorado cada vez mais esses trabalhadores, contribuindo para uma precarização do trabalho, inclusive, podendo servir de modelo para que alguns elementos sejam inseridos no mercado formal, posto que, mesmo os motoristas se sentindo explorados, ainda se mantem neste trabalho.
Bibliografía:
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Palabras clave:
Trabalho, Precarização e Uberização.
Resumen de la Ponencia:
En la presente ponencia se propone abordar las experiencias de las trabajadoras del servicio doméstico de la provincia de Salta, al interior de un mercado de trabajo con altos niveles de informalidad laboral y avanzar en el análisis de las políticas estatales implementadas en contexto de crisis socio-sanitaria en Argentina. Partimos por considerar que históricamente tanto en Argentina como en Latinoamérica, el sector del servicio doméstico se caracteriza por su alto grado de informalidad y precariedad laboral, se encuentra mayoritariamente integrado por mujeres que provienen de clases sociales desfavorecidas, son migrantes y pertenecen a grupos étnicos. La provincia de Salta, lugar donde perviven situaciones de desigualdad y pobreza de larga data no constituye la excepción pues el mercado laboral de esta provincia muestra altos niveles de informalidad en el empleo, convirtiéndose, en los últimos tiempos, en el aglomerado con mayor nivel de asalariados informales, y a la vez con el menor ingreso laboral promedio. En una provincia con estas características el servicio doméstico se presenta como una de las principales ocupaciones que contrata, en la informalidad, fuerza de trabajo de estas mujeres. Por otra parte, el contexto mundial de pandemia ocasionada por el COVID-19, profundizo la crisis en la que ya se encontraban varios países, empeorando las condiciones de trabajo y de vida de los sectores más vulnerables de la población. En Argentina a pesar de la existencia de regulaciones legales en el sector del servicio doméstico, sumado las restricciones sanitarias que implemento el gobierno, las trabajadoras domésticas debieron enfrentarse al avasallamiento de sus patronas/es, quienes a pesar de la situación de pandemia exigían a las trabajadoras presentarse en el domicilio para prestar los servicios requeridos. A la luz de las ideas mencionadas, se aborda la temática de acuerdo a una estrategia metodológica de tipo cualitativa, utilizando entrevistas en profundidad realizadas a las trabajadoras de este sector durante el periodo 2021-2022 en el marco de una beca interna doctoral otorgada por CONICET.Resumen de la Ponencia:
El artículo discute los sentidos detrás de las nociones de “crisis de la educación” y “crisis del trabajo docente”, desde un enfoque cultural del trabajo. A partir del análisis de discursos de los documentos de ATD de Educación Secundaria en el período 2015-2019, se busca conocer las perspectivas docentes sobre el significado de su trabajo como profesores. Nos valemos de la noción de “configuración” del trabajo, para comprender los contextos políticos, económicos, institucionales, y simbólicos que estructuran históricamente el trabajo y le dan sentido. Estas configuraciones se vinculan con proyectos sociopolíticos que le dan sentido, construidos como tipos ideales. Así, se identifican, cuatro proyectos que configuran el trabajo en el periodo reseñado desde la perspectiva docente. En primer lugar, el proyecto progresista-asistencialista, en el cual se problematiza la devaluación del saber docente. En segundo lugar, el proyecto progresista, del cual se denuncia la reducción del saber docente al cumplimiento de indicadores de gestión. En tercer lugar, el proyecto neoliberal-managerial, en el cual se expresa la transformación del docente como un agente de mercado. Por último, el proyecto crítico emancipador, en donde se demanda el reconocimiento docente como profesional de la educación. Se concluye que la identificación de estos proyectos y sentidos sobre el trabajo habilitan a una mejor comprensión de las discusiones sobre educación, docencia y sociedad. Asimismo, se sugieren líneas de profundización del conocimiento con foco en la problematización del reconocimiento profesional docente.Resumen de la Ponencia:
Vivenciamos um aumento brutal do desemprego acompanhado da expansão de diversas formas de subutilização da força de trabalho em todo o mundo, formando um verdadeiro exército global de reserva para o capital. Associado a isso, presenciamos a disseminação de novas modalidades de contratação laboral extremamente precárias, (quase sempre respaldadas pelos aparatos jurídicos dos Estados nacionais). Esses e outros acontecimentos indicados no transcorrer desta tese concorrem para reconfigurar, elevando a patamares mais elevados, o nível de precarização do trabalho, produzindo os piores efeitos para a classe trabalhadora. Esse panorama está circunscrito a uma nova fase de desenvolvimento do modo de produção capitalista, fortemente marcada pela financeirização, pela mundialização e pela recorrência constante às múltiplas formas e recursos tecnológicos disponíveis para condicionar os processos de trabalho. Isso faz parte do próprio estágio de regulação do modo de produção capitalista, no qual a perda dos direitos trabalhistas se alia à expropriação dos demais direitos sociais, como forma de atenuar os efeitos da crise capitalista e o seu avanço por todas as regiões do globo, dificultando e/ou comprometendo a obtenção das taxas de lucro – o que se traduz, para a classe trabalhadora, na exponenciação da subsunção real do trabalho ao capital, e, igualmente, na construção de determinadas formas de luta e resistência. Partindo dessa premissa, o presente estudo tem por objetivo refletir teoricamente acerca das atuais formas de subordinação do trabalho ao capital, destacando especialmente o espaço ocupado pelo precariado nesse processo. Do ponto de vista metodológico, estabelecemos revisão de literatura, a partir do diálogo com autores importantes ao tema, à exemplo de Antunes (2020), Abilio (2021), Filgueiras (2020), dentre outros.A partir da pesquisa desenvolvida, delimitamos a conclusão segundo a qual o entendimento do precariado está atrelado a um novo patamar de precarização e de subsunção real do trabalho ao capital. Destarte, acreditamos ser o precariado uma fração da classe trabalhadora. Um grupo heterogêneo, constituído nuclearmente pelos jovens e adultos, em geral com algum nível de certificação. Do ponto de vista laboral, esses sujeitos se inserem em relações de trabalho cada vez mais precarizadas, marcadas pela alta rotatividade, ou ainda, não conseguem adentrar no mundo do trabalho, passando, por isso mesmo, a engrossar e modificar o chamado exército industrial de reserva, mais expressivamente em sua camada flutuante. Nesse sentido, o precariado está associado a um novo nível de subsunção real do trabalho ao capital, fortemente apoiado na configuração contemporânea do capitalismo, em que o avanço da “indústria 4.0” – com tudo o que ela representa – tornam os sujeitos verdadeiros apêndices da tecnologia.Resumen de la Ponencia:
A proposta dessa comunicação é analisar criticamente as metodologias ágeis, presentes na produção de software. Com este objetivo, nos questionamos em que medida tal produção e formas de organização do trabalho reproduzem antigas formas de organização do trabalho, sobretudo, as taylor-fordistas e as toyotistas. Contrariamente as teses que apresentam a emergência do trabalho imaterial como um momento paradigmático de ruptura com a produção industrial, temos por objetivo debater em que medida o “novo”, presente nessas formas de organização do trabalho no século XXI, se configurariam como adaptações do taylor-fordismo e do toyotismo a uma nova fronteira produtiva pouco ou nada explorada pelo capital nos séculos XIX e XX.Resumen de la Ponencia:
O presente trabalho tem por objetivo refletir acerca da precariedade do trabalho no campo organizacional da cultura e seus efeitos sobre os modos e condições de vida dos profissionais que nele atuam e a relação entre esse contexto e o processo de reestruturação produtiva. Em pesquisas desenvolvidas em países da Europa, América do Norte e do Sul, observamos que, comumente, o trabalho artístico se apresenta como forma de emprego precarizado, trabalho temporário – incluindo-se projetos ou contratos de trabalho com vários clientes ao mesmo tempo –, e com presença de poucos benefícios trabalhistas (MENGER, 2005). Em experiências brasileiras, vimos a atividade artística como caracterizada como uma forma de trabalho com: um forte engajamento subjetivo; ausência de vínculos formais de trabalho; pouca ou nenhuma presença de benefícios trabalhistas assegurados pela Consolidação das Leis Trabalhistas (CLT); realização de atividades e/ou projetos com mais de um cliente ao mesmo tempo; variabilidade de renda; ritmo de trabalho intenso; vivência de uma fronteira porosa entre vida pessoal e trabalho; inseguranças financeiras e existência de vínculos empregatícios (formais/informais) remotos com organizações (NASCIMENTO; DELLAGNELO, 2018).Aliada a tais condições temos políticas públicas de cultura no Brasil historicamente marcadas por seu caráter centralizado e efêmero. Existem, no contexto de tais políticas, três tradições: ausência, autoritarismo e instabilidade (RUBIM, 2015). Neste sentido, observamos que as raízes históricas da precariedade no campo da cultura, sobretudo no Brasil, remetem à importância de pensarmos para além do processo de reestruturação produtiva das últimas décadas. Neste sentido, uma devida compreensão dos efeitos do estágio neoliberal do capitalismo no campo da cultura implica considerar a dinâmica de reestruturação de um campo que, na melhor das hipóteses, foi apenas parcial e insuficientemente estruturado.Sendo assim, cabe questionar se as artes - que há dois séculos cultivam uma posição radical ao poderoso mercado - aparecem como pioneiras na experimentação da flexibilidade e da hiperflexibilidade (MENGER, 2005). Ademais, a análise da precariedade do campo nos leva a novas reflexões sobre continuidades e descontinuidades da relação entre a precarização do trabalho e o processo de reestruturação produtiva. Se um dos principais eixos que estabelecem a relação entre a precarização do trabalho e a reestruturação produtiva é representado pelo esfacelamento das formas de articulação política tradicionais, recentes acontecimentos do campo da cultura no Brasil podem proporcionar ensinamentos e novos olhares para o problema.Acerca disto, a despeito de uma precariedade de longa data, encontra-se na experiência de luta em torno construção e aprovação da Lei de Emergência Cultural Aldir Blanc, e do fenômeno organizacional que a permeou, elementos que apontam para a possibilidade de um novo organizar que se constituí a partir de processos de articulação de atores sociais distintos e heterogêneos em um campo organizacional de precária e insuficiente institucionalização.Resumen de la Ponencia:
O trabalho agora apresentado visa refletir sobre o ensino remoto emergencial, não o Brasil, não o contexto da pandemia desencadeada pela covid-19.Metodologicamente utilizamos pesquisa documental e bibliográfica.
Introducción:
A crise pandêmica desencadeada pelo vírus Sars-CoV-2, causador da doença covid-19, impõe a população mundial a um contexto emergencial, com repercussões que perpassam todas as esferas da vida social e vão se dá a partir das particularidades de cada país/região. O primeiro caso da doença foi identificado pela primeira vez em dezembro de 2019 em Wuhan na China, sendo que em março de 2020[1] a Organização Mundial da Saúde (OMS) passa a reconhecer a doença como pandemia. Em decorrência da elevada transmissividade da doença, associado a ausência de vacinas, entre as medidas recomendadas pela OMS o isolamento social, foi uma das alternativas para conter a propagação da doença.
No Brasil, o primeiro caso da covid-19 foi confirmado pelo Ministério da Saúde (MS) em fevereiro de 2020, no entanto em setembro de 2021, o Brasil já ocupava o segundo lugar no ranking dos países com mais números de casos da Covid-19[2]no mundo, totalizando 21.006, 424 casos confirmados, 587.066 óbitos e com apenas 34% da população imunizada. A crise de saúde pública exigiu um conjunto de medidas governamentais com o objetivo de garantir a proteção social da população de acordo com o estado de vulnerabilidade social causado pelos efeitos da pandemia. Dessa forma, mesmo assumindo um discurso negacionista, o Governo Federal passa a considerar a necessidade de medidas de distanciamento social. Sem pacote de medidas, destaque para a Lei n. 13.979, de 6 de fevereiro de 2020 ou Decreto n. 10.282, de 20 de março de 2020, definindo as atividades e serviços públicos essenciais, que devem assegurar a prestação de serviços à população. Essas medidas incentivam diferentes setores da economia e instituições públicas a adotar o trabalho remoto,
Entre os setores mais afetados, com medidas de isolamento social, estão as instituições de ensino, pois como são espaços propícios para aglomeração e contaminação, tiveram a suspenção das suas atividades decretada pela portaria do Ministério da Educação de nº 342 de 17 de março de 2020, atualizada pelas portarias nº 345 e consecutivamente a em vigência de nº 544/2020, que regulamenta e autoriza o Ensino Remoto Emergencial (ERE) propondo a substituição, em caráter excepcional, das aulas presenciais, por aulas “em meios digitais”, enquanto perdurar a pandemia do Covid-19.
Sendo estabelecido, portanto diretrizes para o funcionamento do ensino, ordenando uma nova dinâmica no processo de ensino e aprendizagem, que impôs aos sujeitos envolvidos um processo de adaptação da rotina e tempo de trabalho, domínio de softwares e plataformas digitais, adaptação dos conteúdos ministrados, espaços adequados para desenvolvimentos das atividades, equipamentos, acesso à internet, entre outros.
Diante, dessas questões levantadas, esse artigo, busca refletir sobre os impactos do ERE para o trabalho docente nas universidades públicas. Para subsidiar essa analise realizamos uma revisão bibliográfica e documental sobre o tema, como também utilizamos como fonte de dados as pesquisas realizadas com docentes, pôr sessões sindicais do Sindicato Nacional dos Docentes das Instituições de Ensino Superior (ANDES)[3] em conjunto com a Associação de Docentes da Universidade Federal do Pará (Adufpa) e a pesquisa realizada na Universidade Federal de Lavras (UFLA).
Partimos do pressuposto de que a crise vivenciada pelo modo de produção capitalista desde a década de 1970 tem desencadeado um reordenamento do capital sob a égide da economia financeira, fazendo com que aquele busque novas formas de valorização e acumulação de riquezas. Essa busca incessante pela valorização tem impactos de natureza tanto econômica quanto política, cuja alternativa para garantir acumulação e concentração de riquezas tem se dado a partir da precarização da vida da classe trabalhadora, seja pela retirada dos direitos historicamente conquistados, como desregulamentação das relações trabalhistas, seja pelos ajustes fiscais e privatização disfarçada dos bens e serviços sociais.
Este artigo, é composto, além da introdução, de duas seções: Teletrabalho: nota introdutória e Implicações do ERE para o trabalho docente em instituições federais, seguido das considerações finais.
[1] Dados obtidos no site https://www.paho.org/pt/covid19/historico-da-pandemia-covid-19
[2] Fonte: ECDC (Our World in Data) Descarregar estes dados Criado com Datawrapper. Disponível em: https://especiais.gazetadopovo.com.br/coronavirus/numeros/
[3] Dados disponibilizados no site: https://www.andes.org.br/
Desarrollo:
Teletrabalho: nota introdutória
O debate em torno no teletrabalho não é algo recente, conforme Rosenfield e Alves (2011) emerge na década de 1950, mas só passa a ser amplamente utilizado em 1970. O debate inicial, no contexto da crise do petróleo, era que os “trabalhadores eletrônicos em domicílio”, contribuiria para diminuição do deslocamento ao trabalho reduzindo custos e tempo, posteriormente é associado a flexibilidade e ao trabalho em rede. Na década de 1990, com o crescente desenvolvimento das tecnologias de informação e comunicação (TICs), o teletrabalho se torna uma tendência nas relações de trabalho. De acordo com a Organização Mundial do Trabalho (OIT), o teletrabalho é a forma de trabalho que é realizada distante da sede das empresas por meio da utilização das TICs. No entanto, não é apenas o distanciamento e a utilização das TICs que categoriza essa modalidade de trabalho, é necessário que seja considerado algumas variáveis, entre estas: local de trabalho, tempo de trabalho, forma de contrato e competências exigidas. Desse modo, o teletrabalho abarca uma série de modalidades de trabalho que são desenvolvidas predominantemente à distância e com o uso de TICs, no entanto nesse estudo abordaremos a modalidade home- office, por compreender que o ERE, passou a exigir que os/as docentes desenvolvessem suas atividades em espaços distintos do seu local de trabalho, por meio de equipamentos eletrônicos, softwares e plataformas digitais.
Conforme, a nota técnica da OIT para orientações acerca do trabalho remoto, no contexto da Covid 19, apresenta os seguintes conceitos: o trabalho remoto é descrito como situações em que o trabalho pode ser totalmente ou parcialmente realizado em um local alternativo que seja distinto do espaço padrão do trabalho. Possibilita, portanto que o trabalho seja executado nos mais variados locais, levando em consideração a profissão e a situação no emprego. Já o teletrabalho é compreendido como uma subcategoria do conceito mais amplo de trabalho remoto, que pode ser realizado em diferentes espaços distintos do espaço padrão de trabalho, no entanto o que diferencia essa modalidade de trabalho é que é realizado remotamente com o uso das TICs.
No Brasil, o teletrabalho é previsto no Conjunto de Leis Trabalhistas -(CLT), sendo revisto em pela Lei nº 13.467/2017, no Capítulo II A, artigos 75 A ao 75-E. O teletrabalho passa a ser considerado como “a prestação de serviços preponderantemente fora das dependências do empregador, com a utilização de tecnologias de informação e de comunicação que, por sua natureza, não se constituam como trabalho externo” (BRASIL 2017). A lei ainda dispensa controle da jornada de trabalho, no entanto desobriga o pagamento de horas extras. Em relação a saúde e a segurança do trabalho a empresa deve se responsabilizar por instruir o empregado para evitar acidentes e o empregado deve assinar um termo de responsabilidade e de compromisso com o cumprimento das recomendações. Em relação aos equipamentos de trabalho, infraestrutura e manutenção destes é de responsabilidade da empresa, cabendo também o reembolso ao empregado das despesas.
A condição de trabalho a que estão submetidos os (as) teletrabalhadores é diversa, pois depende do setor a qual estão inseridos (público ou privado) e o regime contratual. Especificamente, destaca-se o caso específico dos servidores públicos federais, pois a Instrução Normativa nº 65 de 30 de junho de 2020, estabelece orientações, critérios e procedimentos gerais a serem seguidos pelas instituições e órgãos federais referente à implementação de Programa de Gestão para a regulamentação e implementação do teletrabalho, que passa a ser compreendido, como:
O teletrabalho: modalidade de trabalho em que o cumprimento da jornada regular pelo participante pode ser realizado fora das dependências físicas do órgão, em regime de execução parcial ou integral, de forma remota e com a utilização de recursos tecnológicos, para a execução de atividades que sejam passíveis de controle e que possuam metas, prazos e entregas previamente definidos e, ainda, que não configurem trabalho externo, dispensado do controle de frequência, nos termos desta Instrução Normativa; (Brasil, 2020, Art. 3º, VII)
Os trabalhadores (as), que estão submetidos a essa modalidade de trabalho, isto é , ao trabalho remoto, o desenvolvimento de suas atividades sob essa lógica representa a maior intensificação do trabalho, aumento das formas de controle e produtividade. Como coloca Venco (2016), as mudanças ocorridas na gestão pública, transpõe técnicas e concepções gerencialistas do setor privado para o setor público alterando as relações de trabalho historicamente flexíveis e precárias.
Um outro ponto relevante da Instrução Normativa nº 65 é que diferentemente Lei nº 13.467/2017 estabelece que os trabalhadores (as) serão responsáveis por toda estrutura física e tecnológica para o desenvolvimento de suas atribuições, inclusive arcando com todos os custos referente a internet, energia e todas as despesas que forem necessárias.
Implicações do ERE para o trabalho docente em instituições federais
O ERE, no Brasil, emerge em decorrência do cenário da pandemia COVID-19, que impõe a necessidade do isolamento social e suspensão das atividades educacionais presenciais em todos os níveis de ensino. Desse modo, o ERE passa a ser regulamentado, no ensino superior, pela atual Portaria do MEC nº 544/2020, que autoriza a substituição das aulas presenciais por “meios digitais”. Em setembro de 2021, o quadro das universidades federais em relação à forma da oferta de ensino[1] está distribuído da seguinte forma: 24 encontram-se em ensino remoto, 8 em ensino hibrido e 2 em condição a definir.
É necessário destacar que o ERE, como vem sendo adotado, remete a condução de aulas de forma síncrona e assíncrona realizadas por meio de plataformas digitais, não deve ser visto como ensino à distância (EAD). Behar (2020) problematiza essa distinção e ressalta que o termo “remoto” deve ser visto não como à distância/espaço, mas como distanciamento geográfico, em decorrência de estudantes e professores não poderem está no mesmo espaço em decorrência dos riscos de contaminação, enquanto que o ”emergencial” remete a algo pensado rapidamente sem nenhum planejamento. Essa distinção é importante para auxiliar nas nossas compreensões nos diversos entraves vivenciados pelos docentes, remetendo desde a adaptação das matrizes curriculares elaboradas para modalidades de ensino presencial, como a elaboração/ condução aulas e atividades e esse contexto exigiu, ainda, o “reinventar” do labor docente, dominar software, gravar, editar, além de adaptar suas casas e adquirir equipamentos. Em relação ao ensino EAD, a autora, destaca que é executado em a partir de uma “arquitetura pedagógica”, englobando aspectos organizacionais, pedagógicos e tecnologias especificas. Destarte, a partir das questões aqui levantadas, observa-se que o ensino remoto, pelo próprio contexto em que surge, remete a uma alternativa de continuidade das aulas, que vem a reforçar a precarização como condição posta ao trabalho dos professores no Brasil.
Feira, Evangelista e Flores (2020) analisam que o ensino remoto, no Brasil, é um “presente grego”, pois conforme enfatizam as autoras os diálogos realizados entre o Movimento Todos pela Educação (MTE ), o Conselho Nacional de Educação (CNE) , Banco Mundial (BM), Organização das Nações Unidas para Educação, Ciência e Cultura (UNESCO), Organização para a Cooperação e Desenvolvimento Econômico (OCDE), entre outros órgão consultivos, cuja perspectiva era construir diretrizes para o ensino remoto durante a pandemia, no entanto, o discurso adotado pelos representantes da UNESCO , BM e OCDE é claro e parte do seguinte questionamento: “há como transformar o fechamento das escolas em oportunidades para o mercado?”. Essa “janela” de oportunidades para o mercado foi clara, pois as principais empresas transnacionais de tecnologia digital já demonstram interesse e disputa em ofertar serviços relacionados ao mercado educacional. Nessa mesma perspectiva, Lemann, em entrevista ao jornal O globo afirma: “o que eu gosto mais é que toda crise é cheia de oportunidades”. O empresário soube aproveitar bem as “oportunidades”, pois durante a pandemia resolver estender seus negócios para o âmbito da educação privada, voltada para a classe média, adquirindo 51 escolas de ensino infantil, fundamental e médio em todo o país. Nesse sentido, concorda-se com Silva (2011) quando afirma que o capital financeiro cria uma determinada “oligarquia financeira”, isto é, uma classe de rentiers que vive apenas dos rendimentos do capital financeiro, dos juros do capital monetário e da especulação, no qual o investimento monetário sobressai o investimento produtivo, criador de riquezas. “Em tempos atuais, de mundialização do capital, esses rentistas darão direção política e ideológica ao Estado e requisitarão a atuação do fundo público diretamente a favor de seus interesses [...]” (SILVA, 2011, p. 11)
Tomando como referência os dados levantados pelas pesquisas realizadas pela sessão sindical do ANDES- SN em conjunto com a Adufpa e a pesquisa realizada na UFLA, buscamos compreender os impactos do ERE para o trabalho docente nas universidades públicas. É importante destacar que as duas pesquisas foram realizadas no ano de 2021 e mesmo que o levantamento empírico tenha sido feito em instituições distintas e em regiões diferentes do país, no entanto os dados apresentam similaridade. Na UFLA, foi aplicado um questionário com 246 docentes, que corresponde 30% do corpo docente, enquanto que a UFPA contou com uma amostra de 232 questionários que foram distribuídos nos 12 campi que constituem a instituição. Os levantamentos apresentam basicamente três eixos: 1. caracterização do perfil docente; 2. condições gerais do trabalho e 3. percepção sobre o ERE. Nesse estudos nos deteremos aos itens 1 e 2.
É importante destacar, conforme Farage(2020), que a adesão ao ERE nas Instituições Federais de Ensino Superior (IFES) ocorreu na maioria das universidades a partir de um debate mínimo no qual foi forjado um debate democrático, que buscou-se apenas apresentar à comunidade acadêmica as resoluções que regulamentavam o ERE impostas pelo Ministério da Educação (MEC). Não houve, portanto, um debate efetivo, pois esse foi atravessado pela urgência do retorno das atividades a partir do ERE. A ausência desse debate é sinalizada pelos docentes que participaram do levantamento empírico tanto na UFPA, como na UFLA, inclusive apontando que essa essência tornou o processo arbitrário e sem transparência. É destacado, ainda a falta de um diagnóstico efetivo no intuito de compreender a realidade material, objetiva e subjetiva de docentes e discentes, bem como a subordinação as plataformas coorporativas de mediação tecnológica.
No eixo que tratou da caracterização do perfil docente observamos em relação ao sexo dos (as) entrevistados que a UFPA apresenta 53% de mulheres e 49,0% de homens em idades entre 25 e mais de 65 anos, enquanto que na UFLA 60,6% são homens e 37% são mulheres, em relação a idade a maioria tem entre 30 e 49 anos . A ampla maioria de professores do sexo masculino na UFLA pode estar associada ao fato de que boa parte dos cursos ofertados pela instituição são da área das engenharias. Nas duas instituições o corpo docente é composto majoritariamente por docentes efetivos com regime de trabalho de 40hs, com dedicação exclusiva e titulação de doutores, que encontram-se desenvolvendo suas atividades tanto na graduação, na pós-graduação, em cargos de gestão administrativa, pesquisa e extensão. Em relação ao estado civil a maioria dos (as) participantes da pesquisa relatam ser casados (as), com filhos (as) e que passaram a tem responsabilidades domésticas intensificadas durante a pandemia. A esse respeito os (as) docentes da UFPA relatam que o ERE teve um impacto na vida doméstica, destes 31, 9 % atribui como impactos fortes e 41,1% como moderado.
Os dados relacionados a condição de trabalho as duas pesquisas abordam: 1. Se houve um aumento das horas de trabalho. Obtendo os seguintes dados: Na UFLA 36% docentes afirmam que aumentou entre 25% a 50% em relação as horas trabalhadas antes da pandemia, 24% afirmam ter aumentado de 50% a 100% e 13,8% mais de 100% e 20,7% acredita que não houve acréscimo. Logo os (as) entrevistados (as) reconhecem que há sobrecarga de trabalho 39,8% e 31,3% reconhece que a carga horária no ERE é inadequada. Enquanto que na UFPA 79% dos (as) entrevistados (as) afirmam haver intensificação da jornada de trabalho e 73,1% identificam que há uma ampliação da jornada de trabalho.
Esses dados nos permitem mensurar que uma parcela significativa dos (as) docentes vivenciam o processo de intensificação do trabalho, que diante dos desafios impostos pelo ERE se viram compelidos a desenvolver um ritmo mais intenso e acelerado de trabalho que remete não só a preparação das aulas e execução destas, mas ao domínio de equipamentos, plataformas, software, a edição e elaboração de material, reuniões e treinamentos. Associado as horas de trabalhos excessivas tem –se a dificuldade entre dissociar o tempo do trabalho e o da vida, onde a esfera doméstica/ privada dos docentes se vê prejudicada pela nova dinâmica de trabalho.
A respeito do uso de tecnologias no trabalho docente Fidalgo e Fidalgo (2008 p.16) afirmam que:
O uso das tecnologias no trabalho docente, apesar de aparentemente surgir, como forma poupadora e dinamizadora do esforço humano, também traz uma forte intensificação dos processos de trabalho. Esse fato nem sempre é percebido pelos docentes, pois se apresenta transfigurado na possibilidade de maior agilidade e dinamismo na execução das atividades, visto que as tecnologias permitem superar a lógica tradicional de tempo e de espaço.
A compreensão sobre o processo de precarização que envolve o trabalho docente deve ser remetida a análise do processo mais amplo das transformações do mundo do trabalho, que no contexto da era informacional, com o avanço da TICs, tem originado no mundo do trabalho inúmeras transformações de ordem econômica, social e cultural. Representa, portanto o avanço da reestruturação produtiva, com ênfase no aumento da lucratividade e da intensificação exploração da força. Nesse contexto, o advento da TICs, proporciona consecutivamente o desenvolvimento do teletrabalho, assim como todas as formas de trabalho mediadas pelo uso das tecnologias digitais, seja através de plataformas digitais e aplicativos. Previtali e Fagiani (2020), destacam que a inovação tecnológica, dentre outros aspectos, visa garantir mais controle do trabalho pelo capital representando uma perda da autonomia dos (as) trabalhadores (as) sob os meios e fins de suas atividades laborais, que conduz para uma forma mais ampla de degradação da vida.
Dentro desse contexto, Sennett (2010, p.68) afirma que “os mais flexíveis dos flexitempos” são os trabalhadores que desenvolvem suas atividades em casa, no entanto adverte que esse trabalhador (as) tem controle sobre o local de trabalho, mas não há como controlar o processo de trabalho em si. Desse modo, o autor compreende que há a substituição da supervisão direta pela supervisão eletrônica.
O contexto pandêmico, “novas/velhas” questões são recolocadas, marcando profundamente as relações precárias de trabalho, que já vinham sendo desenvolvidas, nas universidades públicas brasileiras. Chauí (1999) ao analisar a “universidade operacional” chama a nossa atenção para as Reforma do Estado, que no contexto da gestão do então presidente Fenando Henrique Cardoso – FHC, ao transformar a educação, que até então era concebida como direito, em serviço e conceber a universidade como prestadora de serviços educacionais, passa portanto a ser atribuída outra concepção à ideia de autonomia universitária, assim como introduz as concepções gerenciais como “qualidade universitária”, “avaliação universitária” e “flexibilização da universidade”. A partir dessa reflexão, entendemos que a política educacional, no Brasil, tem primado pela lógica da acumulação flexível, com ênfase na redução dos gastos públicos, na centralidade, na flexibilização do trabalho, da produtividade e da competitividade.
Sennett (2010, p.53) ao abordar o termo “flexível” remete que originalmente o seu sentido está atrelado a capacidade de “flexibilidade” das árvores que mesmo se dobrando os ventos fortes tem a capacidade de voltar à posição inicial. Desse modo, o comportamento humano flexível deve ser, como as árvores, adaptáveis as condições impostas.
Previtali e Fagiani (2020) sublinham que, outro elemento a ser destacado é a introdução de modelos de gestão do trabalho com base no desempenho individual do (a) docente associado a metas e resultados, que muitas vezes estão inclusive associados a gratificações diferenciadas, contribuindo, portanto, não só para individualização do trabalho, como também para o esvaziamento do sentimento de solidariedade de classe, obstaculizando o desenvolvimento de ações coletivas.
Os debates e algumas pesquisas realizadas sobre o ERE e a pandemia do coronavírus são unanimes ao identificar que a intensificação do trabalho docente e as suas implicações aqui tratadas tem contribuído para o adoecimento dos (as) docentes. Segundo Schlisting (2021) o trabalho home office imposto sem qualquer planejamento e carente de suporte adequado, trouxe impactos nefastos aos trabalhadores, dentre estes o aumento da jornada de trabalho, pois conforme os dados apresentados mais de 70% dos (as) docentes afirmam ter tido acréscimos na jornada de trabalho que variam entre 25 a 100%, inclusive a autora afirma que pesquisas[2] comprovam que os (as) teletrabalhadores (as) em home office, no Brasil, trabalham mais de 40hs por mês do que a média mundial. O contexto social de incertezas, perdas, intensificação do trabalho remunerado, do trabalho de consumo e do trabalho doméstico (não remunerado), entre outros fatores, estão entre os principais fatores para o agravamento dos problemas de ordem psicossocial. Concorda-se com Vizzaccaro (2019) ao afirmar que “O trabalho na era digital vem se caracterizando pela "desterritorialização" e "destemporalização" do trabalho, invadindo o espaço e o tempo de vida das pessoas que dependem do trabalho”.
Os dados empíricos levantados pela Adufpa sobre as principais doenças que acometem os (as) docentes durante a pandemia, corroboram com os estudos e a análise que vem sendo realizada ao constatar o impacto do trabalho home office na saúde do (a) trabalhador (a) tem contribuindo para o adoecimento mental, uma vez que 36,7% dos (as) entrevistados (as) afirmaram que apresentam um quadro clinico de depressão e nervosismo e 36,7% de alteração do sono.
No entanto, a autora supracitada, a os (as) teletrabalhadores (as), também, estão expostos aos riscos ergômetros e organizacionais, nesse sentido observa-se o aumento das queixas de tendinites, lombalgias, entre outras. Os dados sobre as condições objetivas de trabalho expressam a falta de apoio institucional na concessão de uma estrutura adequada para o desenvolvimento das atividades em home office, pois mesmo que os (as) docentes da UFLA afirmem possuir uma infraestrutura e equipamentos adequados para o desenvolvimento das atividades docentes. Destes, 8,1% afirmam ser excelentes, 31,3% boa, 38,6% regular, 17,1 % ruim e 0,4% péssima. Os (as) participantes do levantamento empírico da UFPA, também analisaram que dispõem infraestrutura e equipamentos adequados para o desenvolvimento de suas atividades, sendo que: 8,8% julgam ter excelentes condições, 39% boa, 46,5% razoável , 5,7% precárias. No entanto, 32% relatam que tiveram um custo alto na adaptação dos espaços, compra de equipamentos para escritório, melhoria no pacote de internet, compra de softwares, entre outros; 54,8% dos (as) participantes da pesquisa afirmam ter feito um investimento razoável e 12,6% afirmam não ter feito nenhum investimento. Percebe-se, portanto que na busca de solucionar problemas ergonômicos, tecnológicos e de infraestrutura os (as) professores (as) tiveram que arcar com as despesas, para adaptar-se da melhor forma possível o ambiente domésticos ao trabalho. Conforme, levantamento realizado pela Adufpa 81,7% dos (as) docentes entrevistados são os principais provedores da renda familiar, desse modo, em um contexto de retirada de direitos e congelamento de salários, pelo quais os funcionários públicos estão submetidos, arcar com os custos do seu trabalho representa comprometer parte do orçamento familiar. Portanto, os teletrabalhadores se vêm compelidos a ao arcar com os custos de melhores condições de trabalho (cadeiras apropriadas, mesas, iluminação e etc), ou “trabalhar com o que tem” e correr os riscos de desenvolver doenças ocupacionais.
Outro ponto a ser considerado é que os impactos do trabalho remoto sobre a mulheres é mais acentuado, uma vez que na sociedade capitalista a relação entre os sexos é perpassada pela divisão social e sexual do trabalho[3], que deve ser compreendida como a base material das relações entre os sexos e que é caracterizada por atribuir as mulheres prioritariamente à esfera reprodutiva e aos homens a produtiva. Desse modo, é estabelecido a divisão entre “trabalho dos homens” e “trabalho das mulheres” essa separação define não só apenas o lugar simbólico que cada um ocupa, mas também econômico e social, pois o trabalho do homem passa a ser mais reconhecido e melhor remunerado do que das mulheres (KERGOAT, 2000). O trabalho remoto por está restrito a esfera domestica acentua essa desigualdades, uma vez que as mulheres são responsáveis pelo trabalho reprodutivo e do cuidado, com o isolamento social passaram acumular simultaneamente, no espaço doméstico, o trabalho produtivo, o cuidado e o trabalho não pago (doméstico) fazendo com que as mulheres se sobrecarreguem ao acumular múltiplas funções, já que as tarefas referente ao cuidado e as atividades domésticas são distribuídas de forma desigual entre os sexos. Inclusive, de acordo com o estudo realizado[4] pelo Instituto de Psiquiatria (IPq) do Hospital das Clínicas (HC) da Faculdade de Medicina da USP (FMUSP), entre maio e junho de 2020, para analisar o impacto da pandemia na saúde mental e aspectos comportamentais dos brasileiros, foi constatado que as mais afetadas emocionalmente foram as mulheres, respondendo por 40,5% de sintomas de depressão, 34,9% de ansiedade e 37,3% de estresse, embora o estudo não tenha se detido as causa, outras pesquisas comprovam que as mulheres sofrem mais impactos devido as condições sociais a que estão submetidas.
O relatório final do levantamento empírico realizado pela sessão sindical do ANDES- SN em conjunto com a Adufpa e a pesquisa realizada na UFLA permite também refletirmos que o ERE se coloca como uma estratégia do projeto de mercantilização da educação pública e refuncionailização da função social das universidades públicas. Corroboramos com Antunes (2020) ao afirmar que, no contexto educacional, as práticas desenvolvidas durante a pandemia por meio das TICs e no EAD tem se tornado um “laboratório de experimental”. Inclusive, diante da ampla aceitação do ERE, associado aos cortes drásticos nos orçamentos das IFES, o governo federal aproveita a oportunidade para, em março de 2021 divulga a proposta preliminar do Programa de Apoio aos Planos de Reestruturação e Expansão das Universidades Federais- Reuni digital, visando a criação de uma Universidade Federal Digital, com o objetivo de ampliar exponencialmente o número de matrículas na modalidade de ensino EAD. Estima-se, que a taxa bruta de matrícula na educação superior aumente para 50% (cinquenta por cento) e a taxa líquida para 33% (trinta e três por cento) da população de 18 (dezoito) a 24 (vinte e quatro) anos, assegurada a qualidade da oferta e expansão para, pelo menos, 40% (quarenta por cento) das novas matrículas, no segmento público. BRASIL (2021). A proposta também, visa a dissociação do ensino, da pesquisa e da extensão, assim como amplia a carga-horária EAD nos cursos presenciais para 40% instituindo o ensino hibrido.
[1] Dados disponíveis na pagina de monitoramento COVID- 19 do MEC, no seguinte endereço eletrônico: https://www.gov.br/mec/pt-br/coronavirus/rede-federal. Acesso em: 16/09/21
[2] Dados disponíveis em: SCHLISTING, Bruna. Especial Trabalho Híbrido – Adoecimento e home office: O preço da produtividade. In: Declatra, jul 6, 2020. Disponível em: https://www.declatra.adv.br/adoecimento-home-office/. Acesso em: 10 de maio de 2021.
[3] Conforme Kergoat (2009, p. 67), ―[...] A divisão sexual do trabalho é a forma de divisão do trabalho social decorrente das relações sociais de sexo; essa forma é historicamente adaptada a cada sociedade. Tem por características a destinação prioritária dos homens à esfera produtiva e das mulheres à esfera reprodutiva e, simultaneamente, a ocupação pelos homens das funções de forte valor social agregado (políticas, religiosas, militares etc.). Essa forma de divisão social do trabalho tem dois princípios organizadores: o da separação (existem trabalhos de homens e outros de mulheres) e o da hierarquização (um trabalho de homem “vale” mais do que um de mulher)
[4] Segundo os dados de que disponho: FERREIRA, Ivanir. As mulheres são mais afetadas emocionalmente pela pandemia. Jornal da USP. 02/09/2021. https://jornal.usp.br/ciencias/mulheres-foram-mais-afetadas-emocionalmente-pela-pandemia/ .
Conclusiones:
A pesquisa realizada nos permitiu identificar que algumas questões que são colocadas remetem especificamente ao contexto do ERE, no entanto a intensificação do trabalho, aumento das cobranças , o produtivíssimo antecedem o contexto pandêmico, mas também foram agravadas com a sua implementação.
Compreendemos, que o debate sobre os impactos do ERE para o trabalho docente na universidade pública deve ser pautado a partir da compreensão de que ele se coloca como um dos elementos do processo de contrarreforma da educação em curso no Brasil. Desse modo, o ERE ao introduzir uma nova dinâmica de trabalho, como também de aprendizagem, que tem a precarização como regra, tem contribuído para a implementação de propostas já em curso, entretanto encontravam resistência por parte da comunidade acadêmica. São reformas que visam a perca da autonomia universitária, da liberdade de cátedra, a introdução do ensino hibrido como regra e o Reuni digital.
Paralelo ao cenário de desestruturação da educação superior, é necessário considerar que os (as) trabalhadores (as) da educação vêm paulatinamente tendo seus direitos mitigados pelo conjunto de reformas implantadas, entre estas destaca-se a Lei 103/2019, que reformula a Previdência Social, a Lei nº 13.467/2007 que altera as Leis trabalhistas, como também a PEC 95 que regulamenta o teto dos gastos públicos. E nessa mesma linha da desestruturação dos direitos é necessário considerar a PEC nº 32/2020, proposta de reforma administrativa que prevê a desestruturação do sistema público de garantia de direitos e que o Estado, a partir de um aparato jurídico, tem criado mecanismos legais que regulamentam novas formas de desmonte dos direitos sociais em consequência da supervalorização do capital.
Diante das reflexões, acredita-se que expansão das TICs, na educação superior, permanecerá mesmo pós- pandemia e com está uma serie de desvantagens para os (as) trabalhadoras que não deve ser visto apenas do prisma da intensificação e precarização do trabalho, porém o poder da individualização do trabalho, do isolamento, da dificuldade de construção de relações solidarias, coletivas e afetivas nos espaços de trabalho se coloca como um dos grandes desafios para a organização política desses (as) trabalhadores (as), em um contexto de contrarreformas, de perseguição dos (as) professoras, de ataque ao pensamento crítico, a ciência e que a organização política e a resistência são necessárias.
Bibliografía:
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Palabras clave:
Palavras-chave: Ensino Remoto; Trabalho Docente, Covid-19
Resumen de la Ponencia:
Las universidades públicas, en periodo post pandemia, se enfrentan a cambios significativos en la organización del trabajo; entre los que se destacan las condiciones en las que labora el personal académico. El objetivo de la investigación fue analizar la relación de las condiciones laborales con el trabajo que desempeñan las profesoras y los profesores de la Universidad Autónoma de Querétaro. El estudio fue de corte cualitativo con un enfoque interpretativo. Se realizó un acercamiento fenomenológico con el propósito de comprender la realidad, cuya naturaleza y estructura deriva de las personas que la viven y experimentan. La muestra fue cualitativa, de tipo estratificada; se contó con la participación de 17 profesores adscritos al área de odontología, medicina y optometría de pre-grado y posgrado. Se empleó una revisión documental para obtener información sobre la institución, también se aplicaron cuestionarios para identificar el perfil profesional laboral de los participantes, entrevistas a profundidad; observación no participante, y registro de las bitácoras de campo. Para el análisis de los datos se desarrolló una etapa descriptiva y una etapa estructural propia del método para presentar los hallazgos. Los resultados preliminares muestran una distinción significativa en relación con el discurso y las condiciones de trabajo entre el personal contratado por tiempo completo, tiempo libre y honorario; inicialmente se identifica que la ambigüedad en los mecanismos de contratación influye en las condiciones de trabajo para articular la práctica profesional vinculada a la labor docente, particularmente durante el proceso de nuevo ingreso.Resumen de la Ponencia:
En la investigación de la Economía Política de la Comunicación, es donde habita gran parte del pensamiento crítico. Para Bolaño (2013) la importancia de la EPC para el conjunto del campo, representa un paradigma teórico completo, que se origina de la Crítica de la Economía Política, transversal a los campos de las Cs Sociales. Lo que distingue el campo de la Comunicación y de la Cultura, de acuerdo con la EPC, son las especificidades del trabajo cultural, que convierten su subsunción en el capital limitada. Según Miege (2006) los fenómenos concernientes a la información y a la comunicación se nos presentan hoy en día como fuertemente dependientes de decisiones, de estrategias o de influencias relacionadas con la esfera económica. Una de las características que definen a las industrias culturales y de información son las originalidades persistentes; gran diversidad de modalidades donde la cultura y la información son el espacio de una producción-distribución industrial; las particularidades de las modalidades de remuneración de la mayoría de los que participan en la concepción de los productos. La gran mayoría escapa el sistema común de salarios. Hay trabajadores asalariados, pero el empleo de personal fuera del reglamento, transitorio e intermitente duplica las horas de trabajo. Esta es una marca estructural definida e instalada que permite administrar con flexibilidad una fuerza de trabajo artística e intelectual que debe adaptarse, en a nuevas y múltiples exigencias. En nuestra investigación, nos propusimos verificar si se cumplen los supuestos teóricos planteados por Miege (2006) respecto a una de las características que definen a las industrias de la comunicación y la información. Estas características son las particularidades de las modalidades de remuneración de la mayoría de los que participan en la concepción de los productos, y es que la gran mayoría escapa el sistema común de salarios. Hay trabajadores asalariados, pero el empleo de personal fuera del reglamento, transitorio e intermitente duplica las horas de trabajo. Esta es una marca estructural definida e instalada que permite administrar con flexibilidad una fuerza de trabajo artística e intelectual que debe adaptarse, en a nuevas y múltiples exigencias. Los resultados nos permitieron comprobar la existencia de una gran flexibilidad laboral. Para ello describimos y analizamos las características que presentan las remuneraciones de los trabajadores que participan en los espectáculos musicales en los diferentes roles, tareas y responsabilidades. El corpus de análisis elegido fue la empresa “En Vivo Producciones” (Plaza de la Música y Cosquín Rock). No conocemos que exista en Argentina un estudio similar. Para llegar al objetivo propuesto utilizamos el instrumento de encuestas a los trabajadores y entrevista a los productores actuales y anteriores.Resumen de la Ponencia:
En el escenario empresarial la innovación se ha vuelto una tarea fundamental, que suscita amplio interés. Lo anterior porque en ella se posan las expectativas de crecimiento y sobrevivencia de las organizaciones, en entornos empresariales de amplia competencia y constante transformación. Ese escenario de interés invita a problematizar cuáles son los aspectos sociales (relacionales y organizativos) que inciden sobre el desarrollo de innovaciones en las empresas. Esto no solamente permite valorar el estado de situación en cada una, sino también proponer estrategias de fomento, que permitan potenciar las capacidades de las empresas. Esto último es aún más relevante para empresas micro, pequeñas y medianas del sector agroalimentario costarricense que, en muchos casos, no cuentan con una estrategia propicia para el fomento de la innovación. Esta ponencia reflexiona sobre los aspectos sociales que inciden en el desarrollo de innovaciones en tres empresas del sector agroalimentario costarricense. Estas organizaciones destacan por haber logrado desarrollar innovaciones, característica que genera las condiciones propicias para identificar aquellas particularidades organizativas y relacionales que contribuyeron al desarrollo de innovaciones, lo que permitirá la construcción de recomendaciones para otras Mipymes del sector. La recolección de la información se realizará por medio de una entrevista estructurada, que contará con una serie de ítems orientados a identificar dos tipos de variables. El primer tipo se orienta a identificar las condiciones relacionales y organizativas. Entre estas se contemplarán las formas de organización, tipo de liderazgo, estilos de comunicación (recepción y circulación de ideas) y diversidad en la organización. El segundo tipo se orienta a identificar capacidades de innovación. El interés yace en conocer el vínculo que esos aspectos sociales tienen con las capacidades de innovación. El supuesto central de este trabajo es que la innovación en las empresas está vinculada de manera directa a los aspectos sociales (relacionales y organizativas). Según esa idea, se espera evidenciar una correspondencia directa entre la forma en que se da la comunicación, el tipo de liderazgo y la diversidad, con la posibilidad de desarrollar innovaciones. Palabras Clave: Innovación, Sector Agroalimentario, Costa Rica, Cultura organizativa, Relaciones.Resumen de la Ponencia:
En el marco de mi Trabajo Final de la Maestría en Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Nacional de Quilmes, Argentina; esta ponencia se propone describir y analizar las características del trabajo de informática que realizan las mujeres en el sector de Software y Servicios Informáticos (SSI) en la ciudad de Villa María, Córdoba, Argentina, 2021-22. A modo de red conceptual se menciona la importancia del cuerpo en el análisis de lo social, la noción de trabajo, clase-que-vive-del-trabajo, trabajo no-clásico, digital y de informática y; por último, el concepto de género. La perspectiva metodológica parte de un enfoque comprensivo, diseño no experimental y perfil descriptivo e interpretativo. Se aplica un muestreo no probabilístico, intencional y de bola de nieve hasta lograr un punto de saturación del conocimiento que nunca es absoluto o total. Con respecto a las técnicas de construcción de datos se utiliza la entrevista individual cuasi o semi estructurada virtual vía Google Meet o Zoom, sincrónicas con interacción simultánea. Como técnica de análisis de datos se sigue una estrategia de codificación o matriz cualitativa de datos a partir de la realización de una codificación temática. Se pudo constatar que el trabajo que realizan las mujeres en el sector lo hacen mayormente desde su casa o desde otro lugar mediante el uso de notebook o PC de escritorio y celulares. Las trabajadoras son jóvenes solteras sin grandes tensiones entre el trabajo productivo/reproductivo. Existen contradicciones entre considerar como positivo que los tiempos de trabajo sean flexibles, pero necesitar una jornada delimitada. Hay segregación horizontal porque es un sector masculinizado y la segregación vertical es parcial porque a mayor edad, quienes no se van del sector, pasan a ocupar puestos jerárquicos y de dirección no técnicos. La rotación de trabajo es percibida como una decisión individual, para crecer, ganar experiencia e “invertir en una misma”. El trabajo no se basa solo en programar, sino que tiene un elemento imprevisible para el que se debe estar entrenada y capacitada para no estancarse: ganar experiencia constantemente, además de estar siempre disponible y “conectada” o “con conexión” para “poner a trabajar el cuerpo”. Esta disponibilidad queda de manifiesto frente a la existencia de vínculos no-laborales en el trabajo: mentorías, coucheo, un llamado “buena onda” del jefe. Los problemas en el trabajo no se resuelven colectivamente, sino que se habla con el jefe y el origen de las órdenes u objetivos diarios se multiplica en este tipo de trabajo: pueden venir del jefe, compañero, cliente, socio, consumidor, etc. Por otro lado, el “control” se basa en la confianza en las disposiciones a trabajar todo el tiempo o en la permeabilidad para adquirirlas trabajando.Resumen de la Ponencia:
El objetivo general de este trabajo consiste en analizar las relaciones entre empresas del sector innovador de Argentina y sus características (según ramas, tamaños) con las regiones geográficas con las cuales mantienen vínculos comerciales. Nos centraremos específicamente en identificar las diferencias y similitudes, según rama de actividad y tamaño de la empresa, de la composición de intercambios regionales entre clientes y proveedores para dos períodos de tiempo comprendidos entre los años 2010-2012 y 2016-2018.Para tal fin hemos gestionado y utilizado los datos de la Encuesta Nacional de Dinámica de Empleo e Innovación (ENDEI I y ENDEI II, las cuales contienen información de empresas, convenientemente anonimizadas con el fin de preservar la confidencialidad), a partir de la cual se realizaran descripciones respecto de la participación del capital internacional y local en cuanto a la integración de grupos de empresas, ubicación territorial de clientes y proveedores, y otras características. A partir de estos datos, se construyeron matrices relacionales de uno y dos modos entre nodos (empresas), proveedores y clientes (regiones), segmentados por tamaño de empresa y ramas de actividad. Aunque se trata originalmente de una base atributiva tradicional hemos construido a partir de ellas redes de 2 modos vinculando a la empresa con la región en la que tiene clientes y proveedores, resultando de ello la obtención de redes bimodales multiplexadas. En segundo lugar se seleccionaron ramas específicas y se construyeron redes de un solo modo, obteniendo matrices cuadradas simétricas mediante la técnica de afiliación y co-ocurrencia Los métodos y técnicas del Análisis de Redes Sociales permiten la modelización, visualización y descripción de redes de intercambio económico entre empresas, sus clientes y proveedores. El uso de estos métodos permiten avanzar en los campos disciplinares y modalidades de investigación interdisciplinaria que pueden ser replicadas en casos similares. Al mismo tiempo, se busca una integración fructífera con los métodos atributivos.Si bien los resultados son preliminares, los cálculos de cohesión y centralidad arrojan una mayor densidad para las redes de clientes que para las de proveedores en sectores como alimentos, aunque esta relación se invierte en ramas que incorporan mayor conocimiento e innovación como la farmacéutica, y es equitativa en ramas intermedias como las de autopartes. En cuanto a la centralidad, se observó un mayor grado nodal de exportaciones para la región del Mercosur y el resto de América Latina y en menor medida para las regiones del hemisferio norte (Europa, EEUU y Canadá) y Asia, África y Oceanía.
Introducción:
El análisis de redes sociales (ARS) ha sido utilizado como herramienta metodológica para abordar múltiples aspectos de la realidad social (Oliva et al., 2018; Oliva & Chuchco, 2020). Entre estos aspectos, se encuentran las relaciones que se construyen en torno al mundo empresarial, fundamentalmente vinculado a redes de competitividad, desarrollo local, internacionalización de pequeñas y medianas empresas (PyMES) y comercio internacional, por solo nombrar algunos casos de incumbencia (Corres et al., 2009; Lin et al., 2012; Merinero Rodríguez, 2010; Olave & Amato Neto, 2001; Smith et al., 2019; Zárate, 2013; Zhou et al., 2016). La innovación en la actividad agrícola, estudiada a partir del ARS, ha sido un eje temático de estudio abordado tanto en la literatura internacional (Hermans et al., 2017; Matuschke, 2008; Monge Pérez & Hartwich, 2008), como también local a partir de clústeres exportadores de fruta fina (Masello & Chuchco, 2018), redes de asociación de cooperativas vinculadas a actividades hortícolas y de engorde porcino (Chuchco et al., 2016), o bien la innovación y transferencia de conocimiento a partir de casos múltiples (de Arteche et al., 2013).
En el caso argentino, también se han realizado valiosas contribuciones acerca de los vínculos de un sector altamente innovador como la industria del software (Pereira et al., 2015), encontrándose que la pertenencia y posición de las firmas en las redes de conocimiento impactan, junto al nivel de cohesión, en la creación de capacidades. En esta dirección se inserta al trabajo de Pasciaroni y Barbero (2020), en el cual se invoca a la innovación como un proceso donde se interactúa a la vez que se genera y aplica conocimiento. Ello tiene lugar a partir del estudio del impacto de los vínculos, en función del desempeño innovador de las firmas industriales del país. Siguiendo dentro del plano local, Brixnet y Katashi (2020) analizaron los datos de la Encuesta Nacional de Dinámica del Empleo e Innovación de Argentina (ENDEI – MINCyT y MTEySS), centrando su foco en la vinculación de las empresas innovadoras con las universidades. Por su parte, Adriana Chazzarreta (2022) se sirvió de las mediciones de la ENDEI para, mediante un análisis de regresión logística, identificar determinantes en la conformación de los perfiles innovadores de determinadas ramas. A partir de estos estudios, y buscando el componente relacional con el que aborde estas dinámicas, es que nos preguntamos si era posible obtener información sobre vínculos a partir de la ENDEI, a fin de responder interrogantes vinculados a: la existencia o no de diferencias apreciables, por rama de actividad, en cuanto a la distribución geográfica territorial de las relaciones de intercambio de las empresas con clientes y proveedores.
El objetivo general del trabajo consiste en analizar las relaciones entre empresas del sector innovador de Argentina y sus características (según ramas, tamaños) con las regiones geográficas con las cuales mantienen vínculos comerciales. Específicamente nos centramos en identificar las diferencias y similitudes, según rama de actividad y tamaño de la empresa, de la composición de intercambios regionales entre clientes y proveedores de las empresas para dos períodos de tiempo (2010-2012 y 2014-2016). Además nos proponemos evaluar si hubo cambios sustanciales en las redes de relaciones a partir de la comparación de las mismas a través de medidas de cohesión y centralidad.
Se utilizó el enfoque del ARS aplicado a, como ya se ha mencionado, la ENDEI – MINCyT y MTEySS en sus dos mediciones (hasta el momento de escribir este artículo). Para tal fin, se solcitaron a través del Centro Interdisicplinario de Estudios Avanzados (CIEA) de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTreF) permisos de acceso a los microdatos anonimizados de la encuesta al Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTEySS) y al Ministerio de Ciencia tecnología e Innovación Productiva (MINCyT) de Argentina, los cuales fueron concedidos. Estas bases de datos permitieron generar estimaciones confiables para cada los estratos de la muestra, ya que los usuarios cuentan con un factor de expansión asociado a cada empresa relevada. En este caso, y como explicaremos, trabajamos sin aplicar ponderaciones, al tratarse de matrices de 2-modos de ramas específicamente seleccionadas. A diferencia de la estadística atributiva, en la cual se parte de la premisa que establece que cada unidad de análisis ha sido relevada de manera aleatoria e independiente una de otra, lo que indicaría la pertinencia del uso del factor de expansión, en el enfoque del ARS esto carece de sentido al considerarse al vinculo como unidad de análisis.
*Este trabajo se inscribe dentro de un proyecto acreditado con asiento en el CIEA/UNTreF denominado “La perspectiva reticular y atributiva en el análisis de estrategias productivas de las empresas argentinas entre 2010 – 2019” (código 32/19 80120190100107TF), dirigido por el Dr. Miguel Oliva en el cual me desempeño como co-director.
**Luego de la presentación de la ponencia y como consecuencia de los debates surgidos en el panel se publicó la misma en forma de articulo con algunas variaciones, al respecto véase Chuchco (2022).
***Los datos provenientes de la ENDEI I y II y los generados durante el desarrollo de este estudio a partir de ellos no pueden ser de libre acceso debido a razones de confidencialidad pero pueden ser solicitados los micro datos aquí https://www.argentina.gob.ar/ciencia/indicadorescti/solicitar-info
Desarrollo:
A grandes rasgos, una red, o un grafo, se define como un conjunto no vacío de elementos denominados nodos y aristas. Para nuestro caso de estudio hemos construido redes con dos tipos de nodos, las empresas y las regiones con las cuales mantienen vínculos con clientes y proveedores.[1] En cuanto a las características de los datos, puede decirse que la ENDEI contiene variables numéricas anonimizadas (empleo, ingresos totales, ingresos corrientes, egresos totales y gastos en innovación, entre otros), así como datos desagregados para distintos sectores económicos[2]. En este estudio seleccionamos tres ramas de actividad: alimentos, autopartes; y farmacéuticas. Esta selección se debe principalmente a la necesidad disminuir la complejidad de la totalidad de las ramas relevadas en la encuesta, y a que las tres ramas son las que a nuestro criterio capturan buena parte de la dinámica compleja que acompaña a los procesos de innovación en Argentina y representan a tres industrias con diversos perfiles.
Si bien la ENDEI se trata de un base atributiva, hemos construido a partir de ellas redes de 2-modos vinculando a la empresa con la región en la que tiene clientes y proveedores, resultando de ello la obtención de redes bimodales. Estas redes son conocidas también como redes de afiliación o bipartitas; aunque no todas las redes bipartitas son redes de 2-modos (Vernet & Salter, 2014)[3]. Los datos fueron procesados con el programa Ucinet.
Al ordenar los datos de la encuesta de acuerdo a la región con la que las empresas de estas tres ramas tienen lazos clientelares o de proveeduría, obtuvimos 12 matrices en total, seis para cada medición de la ENDEI. De forma ilustrativa mostramos a continuación sólo dos de los 12 grafos obtenidos, correspondiente a las regiones (escaladas en tamaño según el valor de su grado nodal) donde las empresas de Autopartes tienen sus clientes (Figura 1) y proveedores (Figura 2) para la medición del 2010-2012. Lamentablemente se excluyó del análisis a las redes de un solo modo proyectadas de las empresas, en principio por la multiplicidad exponencial de vínculos producto de la proyección misma, lo que dificulta enormemente su procesamiento. En segunda instancia por que se privilegió la perspectiva regional en lugar de la empresarial a fin de simplificar el análisis.
Los cálculos de cohesión y centralidad para redes bimodales con lazos orientados y binarios, analizados de acuerdo a las rutinas propuestas por Borgatti y Everett (1997), arrojan una mayor densidad para las redes de clientes que para las de proveedores en los sectores de alimentos, aunque esta relación se invierte en la rama farmacéutica, y es equitativa en las de autopartes.
Como se muestra en la tabla 1, la cual contiene las medidas de grado calculada para las regiones en la red bipartita, en lo referido a la rama de alimentos, que representa prácticamente entre el 15% y 16% de la muestra, puede verse una merma en cuanto el grado nodal bastante pronunciada, tanto de clientes como de proveedores y en todas las regiones abordadas. Lo mismo sucede indefectiblemente con las medidas de densidad, las cuales reflejan una baja notable en la segunda medición si se la compara con la primera. De hecho para la segunda medición el valor de grado para la región de África y Oceanía es directamente nula.
Por el contrario la Tabla 2, la cual muestra los valores para la rama de autopartes, evidencia un baja comparativa no tan pronunciada como la observada previamente para alimentos. Esta rama representa, sin expandir, aproximadamente al 3% de la muestra. Al respecto, cabe destacar que comparativamente hay una región que tuvo mayor grado nodal en la segunda medición en relación a los clientes (Europa, la cual sube de 0.148 a 0.169). En cuanto a las redes de proveedores, se observan también dos regiones que aumentan su grado nodal (Mercosur y USA y Canadá) en la segunda medición, mientras que el nivel de cohesión se mantiene igual en ambas encuestas.
La Tabla 3, donde se vuelcan los valores correspondientes al grado nodal y cohesión de las regiones en las cuales las empresas de la rama Farmaceútica indicaron tener clientes y proveedores, muestra un comportamiento dispar. Cabe destacar que esta rama representa aproximadamente menos del 2% de la muestra. Mientras que el grado nodal para algunas regiones donde estas empresas tienen clientes, como USA y Canadá, Europa, y África y Oceanía, bajan levemente en la segunda medición, hay otras regiones que suben. Entre ellas se cuentan las regiones del Mercosur (de 0.515 a 0.551), Latinoamérica sin Mercosur ( de 0.485 a 0.490) y Asia (de 0.221 a 0.265), mientras que la coehsión se mantiene estable. Cabe destacar que la subida entre las mediciones de estas regiones es mas bien moderada.
En cuanto a las redes bimodales entre regiones y proveedores, puede afirmarse que contrariamente a la anterior, todos los valores de las regiones descienden de forma marcada, en especial las regiones de Mercosur (de 0.316 a 0.163) Europa (de 0.485 a 0.367). La merma en la cantidad de vínculos con proveedores para la ENDEI II puede explicarse con el estrangulameinto de la balanza comercial, y tambien la dificultad para importar insumos de este calibre por la carencia de divisas, auqneu este cuestión deberá profundizarce.
Tabla 1. Grado nodal y cohesión clientes y proveedores (Alimentos) ENDEI I y II por regiones (Fuente: elaboración de los autores mediante Ucinet a partir de los datos de ENDEI – MINCyT y MTEySS).
Tabla 2. Grado nodal y cohesión clientes y proveedores (Autopartes) ENDEI I y II por regiones (Fuente: elaboración de los autores mediante Ucinet a partir de los datos de ENDEI – MINCyT y MTEySS).
Tabla 3. Grado nodal y cohesión clientes y proveedores (Farmacéutica) ENDEI I y II por regiones (Fuente: elaboración de los autores mediante Ucinet a partir de los datos de ENDEI – MINCyT y MTEySS).
[1] En efecto las redes son representaciones de sistemas en los que los elementos, denominados nodos, están conectados por vínculos (Wasserman & Faust, 1994). La mayoría de las redes se definen como redes de un solo modo con un conjunto de nodos que se encuentran en un mismo nivel. Pese a ello, existen conceptualizaciones dentro de la teoría que admiten redes de más de un tipo de nodo, siendo estas redes de n-modos, donde la forma bimodal (o de 2-modos) es la que se presenta más habitualmente.
[2] Alimentos, Productos textiles; Confecciones; Cuero; Madera; Papel; Edición; Productos químicos; Productos de caucho y plástico; Otros minerales no metálicos; Metales comunes; Otros productos de metal; Maquinaria y equipo; Instrumentos médicos; Otros equipo de transporte; Muebles; Máquina herramienta en general; Frigoríficos; Productos lácteos; Vinos y otras bebidas fermentadas; Farmacéuticas; Maquinaria Agropecuaria y Forestal; Aparatos de uso doméstico; Material eléctrico, radio, televisión; Carrocerías, remolques y semirremolques y Autopartes.
[3] Borgatti y Halgin (2010) indican que no todas las redes de 2-modos pueden ser consideradas redes de afiliación, aunque todo grafo de afiliación puede ser representado como una red de 2-modos.
Conclusiones:
Si bien los resultados son preliminares, los cálculos de cohesión y centralidad para las redes de 2-modos, con lazos orientados, mostraron una cohesión mayor para las redes de clientes que para las de proveedores, sobre todo en sectores como alimentos, relación que se invierte en ramas que incorporan mayor conocimiento e innovación como la farmacéutica, resultando bastante más equitativa en ramas intermedias como las de autopartes. En cuanto a la centralidad, se observó un mayor grado nodal de exportaciones para la región del Mercosur y el resto de América Latina y en menor medida para las regiones del hemisferio norte (Europa, EEUU y Canadá) y Asia, África y Oceanía. Se observa una caída en términos generales, en cuanto al grado nodal y densidad de la red bipartita, al comparar las dos encuestas, a excepción de los clientes en la industria farmacéutica (mejora Mercosur, Latinoamérica sin Mercosur y Asia).
Metodológicamente, se presentaron problemas intrínsecos a las redes de 2-modos tales como una exponencial mayor cantidad de vínculos y una mayor densidad en las proyecciones producto de la asimetría forzada. Esto dificultó el procesamiento de las redes de un solo modo debido a la necesidad de más memoria para ejecutar las rutinas.
Se concluye que el grado de cohesión resultó ser un indicador relevante en la explicación del nivel de exportación y dinamismo de las empresas (Giuliani & Bell, 2005; Pereira et al., 2015), sobre todo si las ramas a las que pertenecen incorporan innovación tecnológica. Sin embargo, se torna necesario profundizar la reflexión en cuanto a las implicancias teóricas y metodológicas que el enfoque de 2-modos acarrea, así como comparar distintas técnicas de procesamiento y análisis de redes multimodales, a partir de tratamientos metodológicos específicos (Latapy et al., 2008; Lazega & Snijders, 2016).
Las principales ventajas radican en haber obtenido información relacional a partir de datos secundarios atributivos, aunque las limitaciones consisten en la dificultad hallada para procesar grandes volúmenes de datos en redes de 2-modos y en que la información no fue obtenida originalmente en perspectiva reticular, lo que limita las conclusiones de este trabajo. Pese a ello, la comparación entre las dos encuestas fue posible a nivel de grado y cohesión de las redes bipartitas, sugiriendo incluir en futuros análisis variables sobre facturación e innovación.
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Palabras clave:
REDES de 2 MODOS; EMPLEO, INNOVACION
Resumen de la Ponencia:
La pandemia por COVID-19 al paralizar al mundo en general, evidenció las condiciones de vulnerabilidad de la humanidad en general de maneras inimaginables en todos los ámbitos de la sociedad y casi sin discriminación; en el caso del mundo laboral, el golpe fue con mayor impacto debido a la precariedad de las condiciones laborales de las y los trabajadores en muchas de las ramas productivas. La paralización obligada dejó en estado de sopor al trabajo y su formalidad frente al mercado, obligando a las familias a buscar alternativas de ingresos por otros medios para la sobrevivencia, mismos que en muchos casos desafiaron a las rígidas medidas restrictivas que los diferentes Estados determinaron con la finalidad de contener niveles de propagación del virus. En el caso de Bolivia, donde cerca de dos tercios de la población activa, pertenece al ámbito del trabajo informal, dependiendo principalmente de actividades de comercio, que, al enfrentar el cierre de fronteras, paralización momentánea de centros productivos manufactureros, la paralización de servicios de transporte y otros, la población de las principales ciudades del país, enfrentaron condiciones de desempleo; lo que determinó situaciones de convulsión social demandando tres derechos fundamentales: Derecho al Trabajo, Derecho a la Salud y Derecho a la Educación, capitalizados por la Central Obrera Boliviana que determinó luego la caída de un gobierno de transición ilegitimo. En el intersticio de estas luchas, muchas familias optaron por acrecentar el comercio informal debido al desempleo, con la venta de equipos, insumos y artículos de bioseguridad en las urbes. A medida que se flexibilizaban las medidas de restricción, se autorizó el funcionamiento unidades productivas de expendio de alimentos, restaurantes y otros, que de cierta manera dinamizó algunos rubros de la economía; al mismo tiempo abrió un espacio laboral para actividades poco usuales como los servicios de entrega rápida, o Delivery’s; incorporando a muchas personas desocupadas que buscaban algún medio de sobrevivencia y movilidad laboral; empresas como YAIGO o Pedidos Ya!; UBER y Drive de transporte, por la demanda, incorporaron o subcontrataron personal; empero la necesidad y demanda hicieron insuficientes a estas, por lo que el mercado se expandió a pequeños emprendimientos que contrataron personal, en condiciones laborales de precariedad e informalidad; sin contratos, con costos de operación por cuenta de los trabajadores, vehículos propios y salarios tipo destajo por ejemplo. Estas condiciones, como medio de sobrevivencia, también institucionalizaron la precariedad laboral a pesar de existir cierta normalidad, condiciones que en esta ponencia pretendemos describir y plantear puntos de análisis en la problemática laboral no solo como actividades temporales, sino ya como nuevo espacio de relaciones laborales generando ingresos para unos, pero acrecentado las ganancias por parte de las empresas ya existentes y las nuevas.Resumen de la Ponencia:
Entre os protagonistas das ações emergenciais diante do trágico cenário da pandemia da COVID-19, destacaram-se os profissionais de enfermagem, objeto deste estudo. Enquanto milhões de pessoas ficaram em casa para minimizar a transmissão do novo coronavírus, os profissionais de saúde se prepararam para fazer exatamente o oposto. Experiências anteriores de surtos ou epidemias mostraram que esses trabalhadores sempre estiveram na linha de frente dos atendimentos, expondo-se a riscos de adoecimento e morte em prol da população atendida. Por conseguinte, o objetivo do presente estudo foi identificar as condições de trabalho e seus reflexos na saúde de profissionais de enfermagem brasileiros durante a pandemia da COVID-19, a partir das percepções dos próprios trabalhadores. Foi desenvolvida uma pesquisa qualitativa com 15 profissionais de enfermagem, entrevistados por meio de três grupos focais online. O conteúdo foi analisado a partir da perspectiva da hermenêutica-dialética. Os profissionais de enfermagem revelaram que a pandemia intensificou um contexto de trabalho cronicamente marcado pela sobrecarga laboral, escassez de recursos humanos e materiais, ausência de espaços para descanso e alimentação, falta de capacitação, transferências repentinas de setor, adiamento de férias, pressão por produtividade e, sobretudo, desumanização no trabalho, ao se sentiram como meras “máquinas” ou “números” em seu cotidiano laboral. Os participantes também destacaram o agravamento do sofrimento mental, permeado pelo medo de adoecer e morrer, de contaminar familiares e de lidar com perdas e incertezas diante de uma nova doença. Sintomas de ansiedade, depressão e estresse, piora de quadros prévios de adoecimento mental, uso de medicamentos psicotrópicos e necessidade de atendimento psicológico e psiquiátrico também foram mencionados. A baixa remuneração e a desvalorização da categoria foram relatadas como características marcantes da precarização do trabalho da enfermagem no Brasil. Reitera-se que tais problemas são antigos na profissão e, mesmo diante da pandemia, não foram solucionados. Esses profissionais permanecem vistos como cuidadores a qualquer custo, comprometendo suas condições de saúde em favor da assistência à população. Segundo dados do Conselho Federal de Enfermagem no Brasil, até o dia 16 de maio de 2022 foram notificados 63.409 casos e 872 óbitos de profissionais de enfermagem pela COVID-19. Esses números indicam que, a nível mundial, o Brasil é o país no qual mais morreram profissionais de enfermagem, apesar de seus esforços em prol do combate à pandemia. Logo, medidas efetivas para a promoção da saúde e segurança dos profissionais de enfermagem são urgentes, incluindo a garantia de recursos adequados para proteção e assistência, piso salarial digno, aumento da contratação de profissionais, redução da jornada laboral, maiores investimentos no setor da Saúde e valorização do trabalho pelo Estado e pela sociedade.Resumen de la Ponencia:
La economía colaborativa se presenta como una forma de renovar las relaciones productivas mediante las plataformas digitales, que pretende promover valores asociados a la libertad y a la cooperación, alejándose de las jerarquías y restricciones impuestas por el régimen de acumulación industrial. Pero en la práctica lo que vemos son nuevas formas de precarización laboral asociadas a una alta flexibilidad que roza la informalidad y por tanto la desprotección social en el amplio sentido del concepto. Vemos como estas grandes empresas crecen gracias a los recortes sociales de repartidores y conductores y a la extracción de datos de clientes y trabajadores. La pandemia por COVID-19 aceleró de forma gigantesca el uso de este tipo de plataformas, puesto que el confinamiento posibilitó su masificación incentivando a que, por ejemplo, las personas que nunca habían usado plataformas de reparto se vieran necesitadas de utilizarlas por las políticas de encierro. Sin embargo, desde un tiempo a esta parte ha habido progresos en materia de legislación laboral, los cuales han buscado responder a las demandas de miles de trabajadores alrededor del globo que sufren la pauperización laboral producto del trabajo desregulado. De esta forma, la ponencia busca en primer lugar debatir en torno a las aplicaciones digitales como parte de un proyecto mucho mayor que se ha denominado capitalismo de plataformas y que responde al Consenso de Silicon Valley en reemplazo del Consenso de Washington. En segundo lugar, pretende analizar los últimos avances en regulación laboral del trabajo en el marco de plataformas digitales de ejecución local, es decir servicios de viajes compartidos o servicios de entregas a domicilio, específicamente se expondrán los casos del Estado de California, de Reino Unido, de Chile, de México, de España y de la Directiva presentada por la Comisión Europea para sus países miembros. En cada uno de estos casos, se observa como temática principal la clasificación laboral de las y los trabajadores de aplicaciones digitales y el subsecuente acceso a los derechos laborales y a los sistemas de protección social de cada Estado. Además, se da cuenta de la visión de la Organización Internacional del Trabajo en torno a discusión sobre los derechos fundamentales de las y los trabajadores en virtud de lo que el organismo llama “trabajo decente”. Sobre esto último, y en tercer lugar, se entablará un debate sobre el modelo binario de protección social que contrariamente a las ideas de universalidad sólo ofrece seguridad social a aquellas personas que se desenvuelven en trabajos dependientes, formales y tradicionales, que con el avance de la precarización parecen ser cada vez menos. Todo lo anterior se presenta como work in progress de mi tesis doctoral en sociología de la Universidad de Barcelona.Resumen de la Ponencia:
La ponencia trata sobre el estudio de los call centers o centros de llamadas, actividad en la que se articulan cambios que se han dado recientemente con el uso de las plataformas digitales y el vertiginoso crecimiento de las actividades de servicios, anclada en el proceso de tercerización de la producción del siglo XXI. Lo que me interesa es estudiar cómo los calls centers, a pesar de usar las plataformas digitales como medio para llevar a cabo el trabajo, actividades que se les asocia con formas tayloristas en la organización del trabajo, vendría a ser uno de los trabajos “mejor pagados” en los que se emplea a personas calificadas, sin necesariamente ser profesionales, pero que contarían con condiciones de trabajo y empleo mejores que otras actividades que se realizan en las plataformas digitales. Siendo esta una de las actividades laborales mejor remunerada y determinada por estándares que deben cumplir las empresas relacionadas con el trabajo formal, nos preguntamos a cerca de la construcción de la identidad colectiva y el valor que tiene el trabajo para quienes laboran en estos centros de servicio: ¿tiene el trabajo en los call centers un carácter liberador o forman parte de nuevas formas de control? ¿Cómo son custodiados los cuerpos de las personas en este tipo de actividad? ¿Se sienten priviligiados/as e identificados con su trabajo? Incluso, retomando a Osnaide Izquierdo (2021), podríamos preguntarnos si existen condiciones para hablar de la presencia de un sujeto trabajador, porque, aunque no esté relacionado con los medios de producción material, obedecen a nuevas formas de trabajo que son claves para el mismo desarrollo del capitalismo global. En fin, con esta temática lo que se desea es estudiar el caso de trabajadores y trabajadoras de los call centers en Costa Rica que, estando en mejores condiciones laborales que quienes trabajan en plataformas digitales, no se puede afirmar que sus cuerpos no se vean afectados por la labor que realizan, tanto durante como posteriormente a su jornada laboral. En ambos casos, tanto en la actividad de servicios por medio de llamadas telefónicas, como en las microtareas que usan las plataformas digitales, los cuerpos son sometidos a estrictas reglas y las formas de control varían.Resumen de la Ponencia:
Vivimos en un mundo interconectado y desigual en el que la espacie humana ha determinado en base a sus modelos de producción económica las estructuras de sus relaciones recíprocas. Estos modelos de re-producción, se transformaron y transforman constantemente para adaptarse a los contextos cambiantes, principalmente a partir de la incorporación de nuevas tecnologías. Estas trasformaciones lejos de ser lineales, evolutivas y generalizadas, son heterogéneas y discontinuas y activan distintos mecanismos de adaptación y resistencia tanto legales como sociales. Uno de los sectores más sensibles a estas transformaciones es el mercado de trabajo. Cada modelo de producción (y sus modelos comerciales) implican una demanda específica de talento y una estrategia determinada para conseguirlo en el mercado. La crisis que trajo la pandemia del COVID-19, tuvo como consecuencia la extensión y aceleración del modelo de trabajo remoto. Si bien las capacidades para hacerlo ya existían, lo novedoso que aprendieron las empresas es que un mismo equipo de trabajo pudiera funcionar fuera de las instalaciones de la empresa. Antes, la práctica más generalizada de tercerizacion era la contratación de un servicio secundario (no core-business) en otro país o en el mismo país a través de una consultora o empresa especializada . El ejemplo más emblemático de ese modelo eran los centros de call center deslocalizados en países de mano de obra más barata. Ahora, no hace falta tercerizar un servicio completo o una parte de la cadena de valor. Las empresas aprendieron a desintegrar un mismo equipo o servicio en distintas latitudes y seguir funcionando eficazmente. Así, por ejemplo, un equipo de soporte técnico de una empresa de energía en Estados Unidos puede conformarse con dos personas de su empresa en la casa central, un técnico en Argentina, dos en India, uno en Canadá, etc. Todos ellos pueden colaborar para desarrollar la misma tarea en la cadena de producción.Esta tendencia se evidencia en la aparición de empresas de asesoría de contratación trasnacional de empleados y contratistas en contraste con los procesos que anteriormente se manejaban desde el área de compras a través de contratos con empresas de servicios que ya contaban con el personal. Otras empresas están utilizando plataformas como LinkedIn para huntear profesionales alrededor del mundo y ofrecen pagos de honorarios a través de billeteras virtuales o pagos con plataformas online. No hay un horizonte claro de los límites de estas transformaciones, pero resulta interesante explorar cómo este aprendizaje de las empresas puede habilitar la expansión de la contratación de trabajo independiente en desmedro de la contratación de empleados en relación de dependencia.
Introducción:
Cuando la pandemia del COVID-19 y las medidas de confinamiento se aplicaron a lo largo del planeta, la respuesta más extendida de las organizaciones fue acercar las herramientas de trabajo a las casas de los trabajadores para que pudieran continuar con sus tareas desde allí (cuando el tipo de tareas lo permitían). Este fenómeno, aunque ya existía, era una práctica residual de producción.
Durante la pandemia, esta práctica empresarial se extiende masivamente como una solución temporal para asegurar la continuidad de las operaciones de las empresas frente a las medidas de confinamiento decretadas. Sin embargo, pasado ya el punto más álgido de la crisis, esta herramienta de flexibilidad laboral se mantiene y se incorpora al proceso productivo[1]. Esta expansión no es homogénea ya que difiere por el tipo de tarea a realizarse, la estructura productiva del país (sector primario, secundario y terciario), el nivel de informalidad de la economía y la infraestructura y habilidades tecnológicas de la población. No obstante estas limitaciones, estudios muestran que a nivel global la potencialidad de teletrabajo es creciente (OIT, 2020). Asimismo, el desarrollo de tecnologías colaborativas como el metaverso, la automatización industrial y la telemedicina están generando mayores condiciones de posibilidad de crecimiento del fenómeno.
En este estudio utilizamos la palabra teletrabajo para referirnos indistintamente a las diferentes modalidades con que las empresas usan tecnología de la información y comunicación (TIC) para asegurar que sus empleados puedan prestar servicios fuera de las instalaciones de la organización (OIT, 2020). En este sentido, englobamos dentro del término teletrabajo otras denominaciones usadas frecuentemente en artículos de management y académicos como trabajo desde casa o home office, trabajo desde cualquier lugar, trabajo remoto, trabajo virtual y asignaciones virtuales (MERCER, 2021), trabajo a distancia (OIT, 2020), trabajo móvil (Eurofound y OIT, 2019). No haremos referencia, por otro lado, al teletrabajo de economía de plataformas digitales y prestadores de servicios en domicilio.
En este trabajo nos proponemos contextualizar la incorporación del teletrabajo en la organización de la producción y describir los cambios que esta metodología genera en las tendencias de contratación trasnacional.
Al respecto, analizaremos el caso de tres empresas que se dedican a facilitar la contratación trasnacional aprovechando la incorporación del teletrabajo como metodología de producción: Globalization Partners, Seeds y Workana.
[1] Véase OIT 2020 “El teletrabajo durante la pandemia del covid-19 y después de ella”; Albrieu, R 2020: “Evaluando las oportunidades y los límites del teletrabajo en Argentina en tiempos del covid-19”.
Desarrollo:
LA EVOLUCIÓN DEL TELETRABAJO EN CONTEXTO
Como mencionamos anteriormente, el teletrabajo está asociado a tipos específicos de tareas que por su naturaleza pueden realizarse fuera de las instalaciones de las empresas mediante el uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC). Estas tareas pertenecen mayoritariamente al sector terciario (servicios) y a las actividades subsidiarias de actividades primarias y secundarias (también conocidas como actividades de soporte/administrativas), aunque se espera que algunas de estas actividades puedan ser desempeñadas a distancia también con el avance de la realidad aumentada[1].
El sector terciario, junto al creciente número de actividades subsidiarias del sector primario y secundario, han experimentado un crecimiento exponencial en la etapa de hiperglobalización del comercio mundial (1980-2008) (RODRIK, 2011) estos procesos se los conoce como terciarización de la economía y servicificación de la manufactura (CEPAL, 2019) respectivamente. Según la OMC (2021) los servicios representan hoy un 50% del comercio mundial en términos de valor agregado mientras que en 1970 se registraba una participación del 9% solamente. Si bien las formas de organización del trabajo son heterogéneas y conviven distintas modalidades híbridas o completamente presenciales, el teletrabajo asociado a los servicios parece ser un fenómeno específico dentro de una heterogeneidad que tiene una potencialidad alta de masificarse en el mercado laboral[2] y –al hacerlo- profundizar la fragmentación de la producción y la globalización del mercado de trabajo.
La fragmentación de la producción es una estrategia de producción que implica separar el proceso productivo total (desde la producción de insumos hasta la entrega al consumidor) en distintas fases de producción para maximizar la productividad y la ganancia mediante la especialización. Históricamente la producción se fragmentó tanto espacial como funcionalmente y este desarrollo fue el motor del comercio internacional cuyo correlato es el trabajo trasnacional. La OIT (2021), identifica 3 etapas de globalización de la producción asociada a la fragmentación de la misma. En la etapa 1870-1914 se profundizó la separación de la producción de materias primas del lugar de producción y consumo de los bienes dando lugar a la gran expansión europea y el protagonismo del comercio externo en la economía de los países. Esta etapa se caracterizó por la racionalización del trabajo y el surgimiento de las masas obreras urbanas en los países desarrollados y la esclavitud o extrema precarización laboral en el resto de los países.
Luego de las guerras mundiales donde el comercio internacional y la economía de los países estuvo determinada por las respectivas crisis, el comercio internacional comenzó una nueva etapa de expansión con mayor intercambio, mayor escala y mayor unificación de los mercados acompañado y promovido por la automatización de la producción y revolución tecnologica aplicada a la misma. Esta etapa se caracterizó por la aglomeración de empresas con negocios conexos en distintas ciudades que brindan la infraestructura necesaria para los negocios y conexiones mundiales, la producción se fragmenta funcionalmente y las empresas multinacionales abren sedes en las principales ciudades globales. Acompañada por los estados de bienestar y la amenaza comunista se promueven la seguridad social del trabajador y el pleno empleo creado la relación laboral tradicional.
Finalmente, en los 80 comienza la etapa de hiperglobalización (RODRIK, 2011). Tras la crisis del petróleo y del patrón oro, y la creciente conflictividad sindical, la producción de las grandes fábricas se fragmenta tercerizando en otras empresas parte de sus cadenas de producción. Con el objetivo de especializarse para ser más rentable la inversión, las empresas se focalizan en sus capacidades centrales (core competences) y buscan tercerizar estratégicamente el resto de las operaciones en lugares donde esta etapa de producción sea más barata en lo que se conoce como descentralización y externalización productiva (BASUALDO, 2014). Este es un proceso que se extendió con el neoliberalismo y la financiarización de la economía a partir de la crisis económica de 1973 pero que se profundiza con el final de la URSS y la extensión del neoliberalismo en los países en desarrollo. En esta etapa se generaliza la contratación de mano de obra a partir de terceros generalmente bajo condiciones laborales más precarias.
Algunos autores como Khanna y Palepu (1997) objetan que este modelo es propio de las economías desarrolladas mientras que empresas exitosas de los mercados emergentes tienden a funcionar más eficazmente mediante la integración vertical de sus operaciones dado el contexto económico, social y de infraestructura imperfecta. Sin embargo, las Cadenas Mundiales de Suministros (CMS) siguen estando regidas por las necesidades de las empresas multinacionales de producción que establecen tendencias de especialización a nivel mundial haciendo de la fragmentación de la producción una realidad global.
La distribución de las distintas etapas de una misma cadena de producción y comercialización a lo largo del globo ha creado Cadenas Mundiales de Suministros (CMS) que requieren mayores servicios de soporte para su coordinación y más cantidad de posiciones de administración estratégica para su competencia. Ahora bien, el tipo de tareas que son susceptibles de fragmentación funcional y espacial más fácilmente son las de soporte o servicios que son al mismo los de mayor potencialidad de teletrabajo.
CMS, CONTRATACIÓN TRASNACIONAL y TELETRABAJO
Asimismo, vemos que la fragmentación de la producción va de la mano de la extensión del comercio internacional y este con el crecimiento de las actividades terciarias y la tercerización de la manufactura. Sin embargo, la mano de obra es un factor de producción que se mantenía regido por la localidad.
Cada modelo de producción (y sus modelos comerciales) implicaron una demanda específica de mano de obra y una estrategia determinada para conseguirlo en el mercado. Así la primera etapa estuvo signada por la mano de obra esclava, condiciones de trabajo deficientes y/o de explotación, la etapa de posguerra por el pleno empleo y la seguridad social y el neoliberalismo por la tercerización (muchas veces offshore) de las actividades secundarias de producción. Estamos hablando de características emergentes de cada modelo productivo, pero cabe destacar que no fueron las únicas, aunque si las que los personificaron.
Si bien las CMS unificaron los mercados y crearon cadenas de relaciones internacionales, las empresas siguen necesitando o bien tener subsidiarias en otros países o bien contratar a través de terceros un servicio específico de su producción. La práctica más generalizada de contratación trasnacional en la década del 90 era la tercerización de un servicio secundario (no core-business) en otro país través de una consultora o empresa especializada. El ejemplo más emblemático de ese modelo son los centros de call center deslocalizados en países de mano de obra más barata como India.
Ahora no hace falta tercerizar un servicio completo o una parte de la cadena de valor. Las empresas aprendieron a desintegrar un mismo equipo en distintas latitudes y seguir funcionando eficazmente. Así, por ejemplo, un equipo de soporte técnico de una empresa de energía en Estados Unidos puede conformarse con dos personas de su empresa en la casa central, un técnico en Argentina, dos en India y uno en Canadá, etc. Todos ellos pueden colaborar para desarrollar la misma tarea en la cadena de producción. Un avance más en el proceso de fragmentación de la producción: la fisión de los equipos de trabajo.
Esta tendencia se evidencia en la aparición de empresas de asesoría de contratación trasnacional de empleados y contratistas en contraste con los procesos que anteriormente se manejaban desde el área de compras a través de contratos con empresas de servicios que ya contaban con el personal. Otras empresas están utilizando plataformas como LinkedIn para buscar profesionales alrededor del mundo y ofrecen pagos de honorarios a través de billeteras virtuales o pagos con plataformas online.
La crisis que trajo la pandemia del COVID-19, tuvo como consecuencia la extensión y aceleración del modelo de trabajo remoto. Si bien las capacidades para hacerlo ya existían, lo novedoso que aprendieron las empresas es que un mismo equipo de trabajo pudiera funcionar de manera remota. Este aprendizaje, aunque aún en evolución, habilitó un nuevo nivel de fragmentación de la producción la fisión de los equipos de trabajo relacionado a las actividades terciarias y subsidiarias.
NUEVOS MODELOS DE NEGOCIOS
Lo que pudimos identificar es que a partir de la incorporación del aprendizaje por parte de las empresas y de profesionales a trabajar con equipos de trabajo fragmentados, se está expandiendo la contratación internacional de profesionales independientes.
Esto es un avance que no pudo darse hasta que el COVID-19 obligara a las empresas a implementar el trabajo remoto, lo que habilito el aprendizaje de una nueva metodología de trabajo tanto para ellas como para los profesionales.
En el campo esto se observa en tres tendencias de contratación trasnacional. Primero la puesta en escena de los servicios globales de Empleadores Legales Locales (EOR por sus siglas en inglés) de la cual describiremos el caso Globalization Partners, la aparición de consultoras de profesionales independientes como Seeds y un crecimiento del uso de plataformas de empleo para contratar profesionales a distancia Workana.
Servicios de EOR: Globalization Partners
La contratación trasnacional creció en más de un 200% en 2022 según un relevamiento de la consultora NelsonHall[3]. Las empresas que ofrecen servicios de EOR para la contratación trasnacional surgen después del 2010, las más competitivas surgen como startups después del comienzan a tener un crecimiento significativo para el final del 2020. En Globalization Partners (GP) esperan un crecimiento de la competencia con nuevas empresas de servicios de EOR compitiendo en el mercado de 2022 a 2028.
Los servicios de GP figuran como líder en el segmento de EOR a nivel global junto con las compañías Atlas, Papaya Global y Velocity Global. Sus ingresos recurrentes anuales crecieron un 50% interanual de 2020 a 2021 y sus ingresos totales crecieron en un 90% en el mismo periodo. En 2022 informaron una valuación de la empresa en 4.2 billones de dólares. Su casa matriz está localizada en Boston, Estados Unidos, pero actúan como empleador legal en 187 países a través de sus 100 subsidiarias legales y más de 400 socios locales a través de los cuales también provee servicios como empleador legal. El 90% de sus ingresos proviene de la región América del Norte/Latinoamérica.
La empresa ofrece distintos servicios asociados a la contratación trasnacional. Los principales son los servicios para contratar trabajadores independientes y otros empleados en relación de dependencia a través de ellos. La propuesta de GP es la posibilidad de hacerlo sin la necesidad de tener subsidiarias o representación legal en el país del trabajador ni lidiar con el pago de impuestos y cumplimiento normativo. El primer beneficio que menciona la empresa es la posibilidad de recortar gastos de contratación y encontrar talento al mejor precio. También promete mitigar los riesgos de incumplimiento de normativas locales.
Al contratar los servicios de EOR, la empresa se hace cargo legalmente de todas las funciones de recursos humanos desde pago de sueldos y cumplimiento normativo.
En Latinoamérica, la empresa ofrece estos servicios en Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Chile, Antigua y Barbuda, Barbados, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guayana, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú y Trinidad y Tobago.
Plataformas y consultoría freelance: Los casos Workana y Seeds
Estas dos metodologías de contratación trasnacional las agrupamos dentro de la misma categoría porque son dos versiones de un mismo sistema. La propuesta de estas empresas es ofrecer una plataforma digital donde contratistas (freelancers) crean un perfil y empresas que están en búsqueda de determinadas capacidades pueden contratarlos como trabajadores independientes a través de esta. La empresa se lleva una comisión de la operación.
Como mencionábamos, Workana, es una plataforma digital de trabajadores freelance que se fundó en el 2012. Es la plataforma con más usuarios de Latinoamérica en el segmento. Además del servicio de plataforma, la empresa hace de intermediaria en el pago entre la empresa y el contratista. Sin embargo, en los términos del servicio explicita que actúa solo como facilitadora del intercambio, pero no se responsabiliza por el producto o cumplimiento de las leyes y obliga a las empresas a informarse sobre leyes locales e internacionales para asegurar el cumplimiento de regulaciones vigentes. La aceptación del uso de la plataforma también implica la aceptación de estar en una relación laboral como contratista independiente y no como empleado en relación de dependencia u asociación. Actualmente cuenta con 3 millones de contratistas independientes registrados y los medios de pago habilitados, si bien varían dependiendo del país, son transferencias por servicios virtuales como PayPal (solo 3 de 9 países tienen la opción de transferencia bancaria). En comparación con la metodología de EOR, Workana tiene una responsabilidad mucho mas limitada y no requiere tener ella misma representación legal en los países que usan sus servicios de plataforma.
La empresa Seeds, por su parte ofrece también el servicio de plataforma digital para contratar a un trabajador independiente. La particularidad de este servicio es que Seeds tiene un proceso de selección, testeo, capacitación y acompañamiento de los trabajadores independientes que se suman a su plataforma. También, ofrece el servicio de selección de freelancers a las empresas dado que tienen un conocimiento y cercanía con todos ellos y pueden asesorar a las empresas en quien es el mejor perfil para el proyecto que necesitan desarrollar. En este sentido, Seeds se asemeja a una consultora que contrata trabajadores de distintas especialidades, los acompaña en su desarrollo profesional, los capacita y los asigna a distintos proyectos solo que no estan dentro de su nómina de empleados, sino que se lleva una comisión del pago que hacen los clientes a los freelancers. Seeds es una empresa que se funda en 2019 pero identifican en su historia la consolidación de la misma en el 2020 a partir de la crisis que represento el COVID-19 en el mundo del trabajo. En números, pasaron de un equipo interno de 8 en 2019 a 50 en 2022 y de 400 mil a 1.2 millones de dólares en facturación en el periodo 2020 a 2021.
Características que encontramos en estas distintas modalidades es que las contrataciones son de profesionales individuales y las empresas no contratan un servicio o un equipo a la empresa intermediaria. Por otro lado, la localización del trabajador pierde relevancia, sobre todo con los casos de contratistas. Hay poca información sobre las monedas de pago y detalles de liquidaciones de sueldo. Hay poca información sobre el registro impositivo de las empresas y en ningún caso se explica bien cómo funcionan las desvinculaciones.
[1] Al respecto se estan haciendo avances en la telemedicina y el manejo de máquinas a distancia.
[2] Según un estudio de la OIT “Working from Home: Estimating the worldwide potential” las principales actividades en las que creció el teletrabajo son las posiciones de Managers, profesionales y posiciones clericales.
[3] La consultora NelsonHall se dedica a proveer información de mercado para el negocio de servicios de TI. Es una de las pocas consultoras que tienen informes de mercado disponibles en línea, aunque los informes completos son pagos. Las empresas de EOR hacen referencia a sus informes para ver su posicionamiento en el mercado.
Conclusiones:
Este escenario abre la puerta a distintos cuestionamientos principalmente cómo se asegura en este contexto el trabajo decente y la distribución de los riesgos asociados a los ciclos económicos.
Por otro lado, queda abierta la propuesta de profundizar sobre la elección de estas modalidades de trabajo. ¿Cuántos trabajadores elijen estas metodologías de trabajo por su flexibilidad y cuántos trabajadores encuentran con estas modalidades la única opción de empleabilidad o ingresos adicionales para solventarse?
Si bien algunas encuestas muestran que esta modalidad hay sido bienvenida por muchos trabajadores, lo preocupante de este fenómeno es que la velocidad de su expansión no parece estar acompañada por cambios en las regulaciones del trabajo que aseguren el bienestar a largo plazo de los trabajadores y la sociedad mediante la creación de derechos en el trabajo, creación de empleo, potenciación de la empleabilidad, el dialogo social y seguridad social.
No hay un horizonte claro de los límites de estas transformaciones, pero resulta interesante explorar cómo este aprendizaje de las empresas puede habilitar la expansión de la contratación de trabajo independiente en desmedro de contratación de empleados en relación de dependencia.
Bibliografía:
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Palabras clave:
Teletrabajo - segregacion laboral - cadenas mundiales de suministros - precarizacion -