Resumen de la Ponencia:
La internacionalización de las actividades productivas estructura económicamente al sistema urbano global, organizándolo institucionalmente con base en los criterios de la política neoliberal. Esto facilita la implementación de instrumentos de origen económico, legitimando desde la estructura del Estado, las estrategias de apropiación del territorio y sus recursos, que privilegian la libertad de empresa y el individualismo, y al mismo tiempo, agudizan los problemas sociales. Dichos criterios se insertan en el contexto urbano a través de las diferentes escalas de política pública e instrumentos de planeación territorial, orientando los diferentes usos de suelo, con base en la privatización de la propiedad, así como de los servicios públicos. La privatización de los bienes de la ciudad modifican el espacio urbano y los patrones de socialización de la población, resignificando la esencia de lo público como condicionante principal de la estructura urbana y por tanto, del desarrollo social o de lo colectivo. La internacionalización de actividades productivas encuentra un mercado en la región central de México, donde se instrumentan criterios de desarrollo pragmáticos económicamente, pero con graves efectos para la vida cotidiana de su población. Estos criterios del tipo neoliberal instalan un proceso de privatización de los bienes de la ciudad que modifica el espacio urbano y los patrones de socialización de la población. En Cuautla, Morelos se reproduce dicha dinámica regional, la cual consiste en una zonificación territorial que favorece la expansión urbana; la determinación de usos de suelo impulsando dinámicas productivas; la consolidando de proyectos inmobiliarios, industriales, turísticos, y servicios en general; la ampliación de infraestructura necesaria para la circulación bienes y mercancías, incluyen vialidades y redes de servicio urbano, la reducción progresiva de espacio social de integración. Derivado de esta dinámica, el área urbana de la ciudad se ha incrementado 400% durante las últimas 4 décadas, alcanzando uno de los tres estados con mayor densidad de población por área urbana. De este modo, la distribución económica de usos de suelo desplaza la vida pragmática de sus habitantes de la planeación urbana convencional, dejando fuera características territoriales distintivas de la vida cotidiana de su población y por tanto, sus necesidades básicas. Los criterios de ocupación del suelo en la ciudad de Cuautla resuelven convencionalmente la necesidad de desarrollo económico, pero complejiza la posibilidad de evaluar o contrastar la perspectiva participativa dentro de la planeación institucional, dificultando las posibilidades de incorporar aspectos sociales, culturales o económicos específicos que incentiven el desarrollo de la población, así como su integración social. Se pretende valorar la instrumentación de criterios neoliberales en Política Urbana Estatal y Municipal que definen los usos de suelo en el territorio de Cuautla Morelos, contrastando el método de política comparativa, con el acopio y clasificación de información documental.Resumen de la Ponencia:
Guadalajara, desde su fundación, forja una segregación socioespacial bajo fronteras materiales y simbólicas, mostrando procesos de desigualdad, marginación y estigmatización. Esta segregación urbana en Guadalajara, se manifestó a raíz desde que los españoles se establecieron al poniente del río San Juan Dios, mientras que los indígenas que trabajaban para ellos fueron ubicados al otro lado. Es así como desde los primeros asentamientos de los habitantes de la ciudad comenzaron a diferenciarse social y espacialmente para no mezclarse.
La expansión de la ciudad siguió respetando esta división física y simbólica, dando cabida a que la estructura urbana se fuera creando con base en una distribución clasista, lo que significa que las principales avenidas, los parques, jardines, áreas verdes y algunos servicios sociales se fueron distribuyendo de una manera que la zona poniente de la ciudad fuera más beneficiada que el resto de la ciudad, y cuando se construía de manera similar dicho equipamiento, la diferencia podría ser la calidad del servicio o los materiales.
Es así como el interés de este trabajo, es demostrar cómo la estructura urbana identificada como el equipamiento e infraestructura de la ciudad, así como los servicios básicos y sociales que ofrece el gobierno, están generando segregación, cuando la intención de la planeación y la organización de la ciudad indican que los gobiernos locales deben generar esta estructura urbana para ser aprovechados por toda la población por igual, sin distinción y sin segregar o marginar a ningún habitante de la ciudad.
La ciudad de Guadalajara es la tercera ciudad más grande del país, rebasando los cinco millones de habitantes, solo superada por la capital del país y la ciudad norteña de Monterrey, la cual para este censo del 2020 sobrepasó en habitantes a Guadalajara ocupando la segunda ciudad del país que por varias décadas Guadalajara había ocupado ese lugar.
En términos de marginación y pobreza Guadalajara como ciudad presenta niveles bajos en estos indicadores; sin embargo, al revisar el comportamiento de algunas variables al interior de la ciudad, se identifica que la periferia de la ciudad es donde existe el problema, pero si se analizar algún equipamiento e infraestructura urbana, se observan diferencias en cuanto a su mantenimiento, obsolescencia y calidad, ya que para los gobiernos locales este mantenimiento y mejoramiento en cuanto a la calidad, se hace en algunas zonas y no en toda la ciudad.
Uno de los elementos de la estructura urbana más polémica, en cuanto a la generación de segregación entre los ciudadanos son las ciclovías y ciclopuertos, así como las áreas verdes y la infraestructura de transporte público, lo que muestra que la inversión de los gobiernos locales es selectiva para beneficiar a un solo sector de la ciudad, provocando desigualdad socioespacial.
Introducción:
Guadalajara ha forjado una segregación socioespacial desde su fundación bajo fronteras materiales y simbólicas. Esto ha llevado a procesos de desigualdad, marginación y estigmatización, lo que explica de alguna manera que lo que vive actualmente no es algo reciente sino que viene desde la raíz.
La expansión de la ciudad mantuvo esta división física y simbólica, dando cabida a que la estructura urbana se fuera creando con base en una distribución clasista, lo que significa que las principales avenidas, los parques, jardines, áreas verdes y algunos servicios sociales se fueran distribuyendo de una manera que la zona poniente de la ciudad fuera más beneficiada que la del resto, y cuando se construía de manera similar dicho equipamiento, la diferencia podría ser la calidad del servicio o los materiales.
Es así como el interés de este trabajo es demostrar cómo la estructura urbana identificada como el equipamiento y la infraestructura de la ciudad, así como los servicios básicos y sociales que ofrece el gobierno, están generando segregación, cuando la intención de la planeación y organización de la ciudad indican que los gobiernos locales deben generar esta estructura urbana para ser aprovechados por toda la población por igual, sin distinción y sin segregar o marginar a ningún habitante de la ciudad.
En términos de marginación y pobreza Guadalajara como ciudad presenta niveles bajos en estos indicadores; sin embargo, si se revisa el comportamiento de algunas variables al interior de la ciudad, se puede identificar que la periferia de la ciudad es donde existe el problema; pero si se analizar algún equipamiento e infraestructura urbana de la ciudad, se detectan diferencias en cuanto a su mantenimiento, obsolescencia y calidad, ya que para los gobiernos locales este manteniendo y mejoramiento en cuanto a la calidad se hace en algunas zonas y no en toda la ciudad.
Uno de los elementos de la estructura urbana más polémica, en cuanto a la generación de segregación entre los ciudadanos son las ciclovías y ciclopuertos, así como las áreas verdes y la infraestructura de transporte público, lo que muestra que la inversión de los gobiernos locales es selectiva para beneficiar a determinados grupos sociales de la ciudad, impulsando la desigualdad socioespacial.
El documento se divide en cuatro partes, siendo el primero en donde se revisa la forma en cómo se construye la segregación, la cual se puede manifestar de forma material, como de significados y hasta por sentimientos, que son impulsados por la sociedad. Debe quedar claro que la segregación en las ciudades no tiene que ver solo con la ubicación, sino que aparte debe considerar los procesos sociales y la construcción de lugares.
En un siguiente apartado se revisa la estructura urbana de las ciudades, la cual tiene que ver con la distribución espacial de las actividades humanas. Estas configuran un paisaje urbano donde se plasman edificaciones, lugares públicos, vialidades, infraestructura y equipamiento requerido por estas mismas actividades y por la población.
En un tercer apartado se revisa la configuración de la ciudad de Guadalajara, donde se da muestra de cómo los diferentes elementos segregadores se distribuyen en la ciudad, demostrando cómo algunas zonas de la ciudad se ven beneficiados por la presencia de estas estos, mientras que otros lugares se ven aislados de los beneficios que podrían generar dichos elementos.
Finalmente se elabora un apartado de conclusiones donde el espacio físico (vialidades principales y lugares simbólicos) de Guadalajara, muestra una distribución desigual, aportando a la segregación. De igual forma las prácticas socioespaciales muestran que el oriente de la ciudad está en condiciones más desfavorables, lo que muestra el desinterés de los gobiernos locales por reducir las diferencias entre el oriente y el ponente de la ciudad.
Desarrollo:
Construcción de la segregación
El tema de la segregación socioespacial en las ciudades surge principalmente por aspectos de carácter material, como de las percepciones, significados y sentimientos impulsados por la sociedad, vinculados a un espacio determinado. Dicho proceso se manifiesta por el aislamiento de los grupos sociales y la homogeneidad en las diferentes zonas de la ciudad, las cuales son dos dimensiones que provienen tanto de las fuerzas estructurales como de los procesos históricos y culturales, que se incorporarán en las acciones de cada individuo.
Es así como se puede definir que las diferencias sociales tienen una expresión territorial, lo que lleva a una división social del espacio urbano donde se configuran restricciones y oportunidades para individuos, hogares y grupos de personas. Por lo que la ubicación de diferentes grupos en distintas áreas de la ciudad resulta una distribución desigual de oportunidades como de las preferencias de asociación diferencial.
La segregación en las ciudades no es solo una cuestión de ubicación, sino que también tiene que ver con procesos sociales y construcción de los lugares. Por lo que estos se pueden entender como un espacio donde se asocia a una experiencia, caracterizado por el sentido de pertenencia, apego emocional y sentimientos de seguridad y estabilidad.
Los niveles de desigualdad surgen desde épocas atrás, pero lo que se vive ahora ha profundizado los problemas de exclusión social, personas que no acceden a protección social y acceso a empleo precario con bajos salarios, provocando una pobreza generalizada que limita el acceso a múltiples bienes y servicios.
Las disparidades socioeconómicas que se muestran en diversos estudios, se reflejan en la morfología de las ciudades y se materializan en las relaciones sociales. Es por ello que para Bayon y Saravi (2013) existen cuatro procesos de urbanización y segregación:
1.- Construcción de los fraccionamientos cerrados y exclusivos, que fueron una estrategia de urbanización de las clases alta y media para auto-segregarse del resto de la ciudad y aprovechar cierta privacidad y servicios que generaban al interior; por lo que este fue uno de los principales procesos que generaron la segregación
2.- Expansión de la periferia, provocando que se alejara un sector de la población del centro y de algunos servicios sociales y urbanos necesarios para satisfacer sus necesidades. Es así como aparecieron áreas urbanas informales, de autoconstrucción y algunos fraccionamientos de vivienda social. Estos lugares estaban limitados en infraestructura y equipamiento urbano, además de no estar accesibles a ciertas zonas de la ciudad, como lugares de trabajo, abastecimiento de víveres u otros servicios.
3.- Debilitamiento del espacio público, el cual tenía la función de la convivencia social y de actividades de recreación y ocio. Estos espacios fueron abandonados o privatizados para ciertos grupos sociales, haciendo que la población más vulnerable no tuviera acceso a lugares de esta índole.
4.- El acercamiento entre la clase acomodada y la población pobre. Las áreas urbanas que eran creadas para los más pudientes se ubicaron en la periferia de la ciudad; ello generó un acercamiento a zonas precarias, que su límite eran las bardas u obstáculos naturales que imposibilitaba la mezcla. Sin embargo, en las actividades económicas y en las necesidades de servicios para las viviendas, se encuentran y conviven en un mismo espacio, ya sea en los fraccionamientos cerrados o exclusivos y en los lugares de trabajo; sin embargo, las diferencias económicas, sociales y culturales están presentes.
Estructura urbana
La manera de entender la forma urbana, según González y Larralde (2019) es la distribución espacial de las actividades humanas, las cuales se ven reflejadas en el espacio urbano. Estas actividades tienen que ver con las acciones, proyectos y aspiraciones de sus habitantes, configurando un paisaje urbano, donde se plasman edificaciones, lugares públicos, vialidades, infraestructura y equipamiento requerido por la ciudadanía.
Además, la ciudad no es solo un contenedor de actividades, debido a que las relaciones existen en un espacio físico dado; ello impregna una influencia relevante para definir la estructura y las redes que se construyen entre individuos, sus familias y grupos sociales.
Para Ascher (2012), la ciudad ha cambiado de forma profunda, dichas transformaciones las describe en tres periodos:
La ciudad moderna que se caracterizó por ser una ciudad compacta donde se diferenciaba plenamente el espacio urbano y rural. La ciudad industrial que experimentó una expansión urbana, generando una migración rural urbana. Finalmente surge la ciudad global, emblemática por los lugares y los flujos. El crecimiento se expresa con una extensión de la periferia inmediata y por una incorporación de espacios rurales que están alejados de las zonas de funcionamiento cotidiano.Es así como se pueden identificar a las ciudades de ahora, con un crecimiento de la periferia diferenciado, mientras se observan algunas localidades que funcionaban como espacios de campo incorporadas a la mancha urbana, a la vez se agregan espacios rurales a la mancha urbana generando espacio urbanos para las diferentes clases sociales.
Este crecimiento de la periferia permite identificar discontinuidades urbanas, encontrando extensos terrenos que pueden ser suelo especulativo y que esperan el mejor momento para incorporarlo al proceso urbano, que en algunas ocasiones forman parte de una nueva función en la periferia de la ciudad.
De igual forma se encuentra una policentralidad, debido a que la gran extensión de la ciudad permite que ciertas inversiones vean como viable la construcción de centros económicos para la generación de empleos y el abastecimiento de bienes y servicios demandados por los habitantes que se asientan en la periferia.
Esta expansión y policentralidad, provoca la movilidad de personas, bienes e información, estableciendo una red de flujo de objetos, personas y elementos intangibles, propiciando que la funcionalidad se expanda a toda la ciudad y más allá de su entorno regional.
Este crecimiento extensivo que experimentan las ciudades, provoca costos económicos para el gobierno y las familias, agravando algunos problemas sociales como la segregación y la accesibilidad de la población a los beneficios que ofrece la ciudad, así como una dificultad de encontrar los bienes y servicios necesarios .
Este proceso de expansión urbana implica localizar ciertos equipamientos e infraestructura en determinados lugares que permitan el proceso de globalización en las ciudades, tales como centros financieros y corporativos, enclaves residenciales, vialidades que permitan la accesibilidad a ciertas zonas de la ciudad.
Es así como diversos autores proponen como analizar la estructura urbana, tal es el caso de Tsai (2005) que plantea revisar tres categorías: densidad, diversidad, estructura espacial. Salat propone analizar la estructura urbana mediante el uso del suelo, la movilidad, la biodiversidad, la energía, la equidad y la económica, para ello considera revisar esos elementos en el sentido de como se muestran en la ciudad bajó su intensidad, su distribución, su proximidad, su conectividad, diversidad y forma geométrica (Gonzalez y Larralde, 2019).
Es así que para analizar la estructura urbana de la ciudad es necesario describir los atributos más significativos de la ciudad, evaluar los efectos de estos atributos sobre sus funciones, dinámicas de segregación y movilidad. Es por ello necesario revisar a la ciudad de Guadalajara bajo dos elementos: el espacio físico (forma, dimensión, vialidades, ubicación de lugares simbólicos), las prácticas socioespaciales (distribución de la población, localización de actividades económicas, ubicación de la población por nivel socioeconómico, amenidades de la ciudad)
Como se configura la ciudad de Guadalajara
Guadalajara históricamente está dividida, el poniente de la ciudad es donde existen los mejores hospitales, escuelas, vialidades e infraestructura urbana, así como áreas verdes, unidades deportivas y plazas comerciales. En cambio al oriente está etiquetada como una zona conflictiva, limitada en servicios públicos y sociales, pavimentación deficiente, falta de alumbrado público y alejado de lugares de esparcimiento, entretenimiento y ocio.
Además, existe una periferia que presenta ciertas limitaciones como el oriente de la ciudad, pero además está en condiciones inaccesible para casi todos los servicios; así también tienen calles llenas de polvo. Es lo que Bayón (2012) plantea, que ahí vive la gente que de acuerdo a sus condiciones económicas puede, no donde quiere.
Esta periferia que es donde se ubica la gente más segregada, no solo experimenta la distancia y las horas largas de viaje, también carece de servicios básicos, hay ausencia de áreas verdes, parques públicos, así como plazas y áreas recreativas y de esparcimiento.
Aunque en algunas zonas de la ciudad se da una interacción social entre la clase alta, media y baja; existe un control debido a la estigmatización, desconfianza y el miedo que existe por la gente pobre. Sin embargo, la clase alta todavía depende de varios servicios que ofrece este sector social que la población acomodada no hace. En ese sentido existe una interdependencia, aunque esta relación es controlada por la clase privilegiada.
Para analizar cómo la estructura urbana en la ciudad de Guadalajara tiene influencia en el proceso de segregación se revisan dos elementos:
El espacio físico (forma, dimensión, vialidades, ubicación de lugares simbólicos),Las prácticas socioespaciales (distribución de la población, localización de actividades económicas, ubicación de la población por nivel socioeconómico, amenidades de la ciudad)Dentro del espacio físico se identifica la forma urbana de la ciudad, la cual en sus primero años mostró un crecimiento compacto; sin embargo para los siguientes años, las carreteras que comunican al centro y norte del país, fueron las zonas que experimentaron un crecimiento de forma radial, ya que estas carreteras, las cuales posteriormente se confirmaron como las principales arterias de la ciudad, tuvieron una accesibilidad a las principales de la zonas de la ciudad, particularmente al centro histórico y económico de la urbe.
De igual manera algunas localidades rurales y cabeceras municipales de los municipios vecinos, se incorporaron a la mancha urbana y fueron zonas de expansión de la ciudad, que en algunos lugares se identificaron terrenos rurales entre la cabecera municipal y la ciudad, como espacios propicios para el desarrollo urbano.
Crecimiento urbano de la ciudad de Guadalajara 1970-2009
Fuente: elaboración propia con datos del INEGI
Según el INEGI (2020) la ciudad de Guadalajara cuenta con más de dos mil kilómetros cuadrados, siendo el municipio de Guadalajara con mayor superficie; sin embargo, el municipio de Zapopan es el que tiene mayor densidad de población con cerca de diez mil habitantes por kilómetro cuadrado. Este municipio es de lo que muestran más contraste en cuanto a las condicione de vida de la población, ya que ahí se pueden encontrar los mejores fraccionamientos, con las condiciones sobresalientes de infraestructura y equipamiento urbano; pero así también, se encuentran las colonias donde vive la población más segregada de la ciudad.
Fuente: INEGI (2020) Censo de población y vivienda. https://www.inegi.org.mx/app/scitel/Default?ev=10. Consultado: 18 de enero 2022
Para el caso de las vialidades principales en la ciudad de Guadalajara se concentran en la parte poniente de la ciudad. Para algunos expertos y ciudadanos que usan las vialidades, manifiestan que eso se debe a la cantidad de vehículos que circulan en esa parte de la ciudad; sin embargo, es una muestra de la segregación que vive la metrópoli, sobre todo porque existe movilidad vehicular, ya sea por transporte público o vehículo particular en todas las zonas de la ciudad y no es justificable que solo se hagan avenidas principales en la parte poniente de la ciudad, donde se ubican el municipio de Zapopan y la una parte del municipio de Guadalajara.
Fuente: elaboración propia con base en Google. https://www.google.com.mx/maps/@20.6475143,-103.3196392,12z
Los lugares simbólicos que se revisaron en este análisis, son todos aquellos que permiten el desarrollo de actividades de tipo recreativo , de ocio y esparcimiento; además de espacios comerciales, los cuales se usan también para adquirir bienes y servicios, siendo lugares multifacéticos.
La ubicación de estos lugares simbólicos en Guadalajara se concentran en la parte más antigua de la zona oriente de la ciudad, así también en el mismo centro histórico y económico, mientras que en la parte poniente de la ciudad se distribuyen en las diferentes zonas. Ello permite un fácil acceso a estos lugares simbólicos por parte de la población que vive en esa zona de la ciudad.
Lo anterior muestra la accesibilidad que pueden tener estos lugares en el poniente de la ciudad, mientras que en el oriente de Guadalajara el acceder a estos lugares para algunas familias pueden ser poco accesibles, incluyendo aquellos que viven en la periferia, por lo que eso es una forma de segregación por parte de quienes ofrecen esos servicios.
Fuente elaboración propia con base en DENUE, 2020. https://www.inegi.org.mx/app/descarga/?ti=6. Consultado el 18 de enero 2022
Una primera conclusión que se observa sobre el espacio físico de la ciudad de Guadalajara, es que las vialidades y los lugares simbólicos están ubicados en ciertas zonas de la ciudad, lo que provoca una segregación en un territorio particular. Lo anterior implica que un sector de la población no puede acceder a esa infraestructura urbana de la ciudad, limitando la posibilidad de lograr una fácil movilidad dentro de la ciudad, así como tener dificultad para acceder a lugares que permiten el ocio, el esparcimiento y el acceso a ciertos bienes necesarios para satisfacer necesidades.
El otro elemento para analizar el proceso de segregación, son las prácticas socioespaciales que se viven en la ciudad, lo cual consiste en revisar cómo se distribuye la población, las actividades económicas y las amenidades como plazas y centros comerciales, las áreas verdes y los ciclopuertos instalados para el programa público de bicicletas creado por el gobierno local. Finalmente se revisan las zonas de rezago social y las áreas marginadas de la ciudad para identificar el las zonas por nivel socioeconómico
En el caso de la distribución de la población se calculó la densidad de población, la cual muestra una tendencia a la concentración en la parte oriente de la ciudad, lo que se manifiesta una correlación negativa entre el espacio físico y la localización de los habitantes en Guadalajara.
Fuente: INEGI (2020) Censo de población y vivienda. https://www.inegi.org.mx/app/scitel/Default?ev=10. Consultado: 18 de enero 2022
En cuanto a la densidad de los negocios y de manera particular los comercios y los servicios, muestran una concentración en el centro de la ciudad y se van expandiendo tanto a la zona oriente como al ponente, experimentando una densidad baja en la periferia de la ciudad. Lo anterior muestra que las unidades económicas buscan ubicarse tanto cerca de consumidores y en algunos casos aprovechando el espacio físico que ofrece la ciudad (vialidades y lugares simbólicos).
Fuente: Elaboración propia con base en el DENUE (2020) https://www.inegi.org.mx/app/descarga/?ti=6. Consultado el 18 de enero 2022
Para el caso del sector manufacturero se observa una tendencia hacia el oriente de la ciudad, identificando varias áreas con alta densidad. Lo anterior muestra que algunas industrias se ubican en zonas con alta densidad de población, pero además en la zona que presenta poca accesibilidad al espacio físico analizado anteriormente. Esta situación es preocupante ya que esta zona de la ciudad puede tener un grado de vulnerabilidad y riesgo a accidentes, aunque estas industrias por lo general son micro y pequeñas empresas.
Fuente: Elaboración propia con base en datos de DENUE (2020) https://www.inegi.org.mx/app/descarga/?ti=6. Consultado el 18 de enero 2022
En cuanto a la distribución de la población por nivel socioeconómico, se revisan dos aspectos, las zonas con mayor rezago social las cuales se ubican en las zonas periféricas de la ciudad. Estas se caracterizan por tener dificultad en acceder a servicios básicos como agua potable y drenaje, así como algunos servicios sociales como escuelas y hospitales.
Fuente: Elaboración propia con base en datos del Censo de población y vivienda, 2020 https://www.inegi.org.mx/app/scitel/Default?ev=10. Consultado: 18 de enero 2022
El otro elemento a analizar sobre las situación socioeconómica es el grado de marginación lo cual se muestra que las zonas con muy alto grado de marginación se da en la periferia de la ciudad, incluso se puede encontrar que la zona oriente de la ciudad se encuentran áreas con marginación alta y media, lo que implica que es el área con sector de la población con bajos ingresos y además con pocas posibilidades de acercarse a determinados bienes y servicios que se requieren para mejorar sus condiciones de vida.
Fuente: Elaboración propia con base en datos del Censo de población y vivienda, 2020 https://www.inegi.org.mx/app/scitel/Default?ev=10. Consultado: 18 de enero 2022
Finalmente, la localización de ciertas amenidades, permiten revisar el proceso de segregación que vive la ciudad de Guadalajara. La primera amenidad son las plazas y centro comerciales; estos puntos son muy socorridos por un sector de la población tanto para acceder a bienes y servicios como para encontrar espacios de ocio y recreación.
Estos puntos se distribuyen en diferentes lugares de la ciudad, pero tienden a concentrarse en la zona poniente de la ciudad. Ello se debe a que estos espacios comerciales buscan acercarse a consumidores con alto poder adquisitivo o incluso estas mismas crean su propio mercado desarrollando fraccionamientos para ese tipo de habitantes.
Fuente: elaboración propia con base en DENUE (2020) https://www.inegi.org.mx/app/descarga/?ti=6. Consultado el 18 de enero 2022
Otra de las amenidades son los ciclopuertos y las líneas de servicio de transporte metro de la ciudad, las cuales se concentran en el centro de la ciudad pero se distribuyen hacia el oriente (dos lineas) al sur, norte y norponiente de la ciudad (una línea cada una) permitiendo la comunicación a ciertas zonas populares de la ciudad, siendo la única amenidad que podrían acceder este sector de la población, aunque existen zonas excluidas de ese servicio como lo es la periferia de la ciudad, e incluso unos de los municipios centrales de la zona metropolitana de Guadalajara ha sido relegado a este tipo de servicios de transporte.
Fuente: Elaboración propia con base en los datos del Gobierno del estado. https://iieg.gob.mx/ns/?page_id=25284. Consultado el 18 de enero del 2022
Por último se analizan las áreas verdes de la ciudad, las cuales muestran una alta concentración al poniente de la ciudad, aunque existen dos grandes parques (uno al oriente y otro al poniente), se tienen algunos espacios verdes en varias colonias y fraccionamiento que están ubicados al poniente de la ciudad, mientras que las colonias del oriente por lo general se planearon sin considerar áreas verdes, aunque en algunos casos se tiene espacios públicos como mercados con su plazoleta y templos e iglesias con sus atrios.
Fuente: Elaboración propia con base en los datos del Gobierno del estado. https://iieg.gob.mx/callesverdes/mapa/. Consultado el 18 de enero 2022
Una reflexión preliminar sobre estas prácticas socioespaciales, se puede mencionar que la zona oriente de la ciudad cuenta con condiciones de rezago social y marginación; además ciertas actividades económicas, aquellas que pueden ser un riesgo a la población como las industrias que conviven con zonas habitacionales de colonias populares, así también las amenidades parece que están desligadas espacialmente de esta zona de la ciudad, lo que muestra que tanto la localización de las actividades económicas, como la generaciòn de infraestructura y equipamiento que hacen lo gobiernos locales determinan el proceso de segregación.
Conclusiones:
Los niveles de desigualdad que se vive entre los habitantes surgen desde épocas atrás, pero lo que se vive ahora ha profundizado los problemas de exclusión social, personas que no acceden a protección social y acceso a empleo precario con bajos salarios, provocando una pobreza generalizada que limita el acceso a múltiples bienes y servicios.
Estas desigualdades se agudizan cuando se revisa dentro de las ciudades las condiciones de estructura urbana, lo que muestra que las autoridades locales no les preocupa lo desigual que está viviendo sus habitantes; y al contrario, al parecer le interesa más generar diferencias enriqueciendo la desigualdad que se vive en las ciudades.
En este trabajo se revisó la estructura urbana que vive la ciudad de Guadalajara bajo dos elementos: el espacio físico y las prácticas socioespaciales, en el primero se revisaron varios aspectos pero lo que muestra las diferencias que tienen los diferentes habitantes de la ciudad son las vialidades y los lugares simbólicos. En el caso de las prácticas socioespaciales, se pudo encontrar que las condiciones socioeconómicas de los habitantes tienen una relación con el espacio físico . Esto implica que las vialidades y los lugares simbólicos se encuentran principalmente donde se ubica la población mejor acomodada, mientras que los habitantes con bajos recursos tienen poco accesos a estos elementos.
De igual manera dentro de las prácticas socioespaciales se revisó la localización de las actividades y las amenidades de la ciudad. En este caso, se puede mencionar que la zona oriente de la ciudad cuenta con condiciones de rezago social y marginación y ello muestra que ciertas actividades, aquellas que pueden provocar un riesgo a la población como las industrias conviven con zonas habitacionales de colonias populares, así también las amenidades parece que están desligadas espacialmente de esta zona de la ciudad, lo que muestra que tanto la localización de las actividades económicas, como la generaciòn de infraestructura y equipamiento que hacen lo gobiernos locales determinan el proceso de segregación.
Es necesario resaltar que es indispensable abordar esta problemática revisando otros aspectos que se manifiestan en la ciudad, tal es el caso de la movilidad cotidiana, ya que esta puede evidenciar las desigualdades que existen en diferentes grupos de la ciudad para invertir en traslado y de la misma forma evidencia cómo se reducen las opciones de acceder a mejores empleos y más ingresos.
Otro tema que puede revisarse para entender con mayor profundidad las desigualdades y segregación urbana es el acceso a energía y la equidad para acceder a los diferentes servicios que ofrecen los gobiernos locales. Sobre esto último hay que generar indicadores de accesibilidad, proximidad, conectividad y diversidad de estos servicios, los cuales deben ser accesibles para todos los habitantes de la ciudad.
Bibliografía:
Ascher, F. (2012). Los nuevos principios del urbanismo: el fin de las ciudades no está a la orden del día. Madrid: Alianza.
Bayón, M. C. (2012). El lugar de los pobres: Espacio, representaciones sociales y estigmas en la Ciudad de México. Revista Mexicana de Sociología, 74(1), 133-166.
Bayón, M. C., & Saraví, G. (2013). The cultural dimensions of urban fragmentation: Segregation, sociability, and inequality in Mexico City. Latin American Perspectives, 40(2), 35-52.
González, Salomón y Adriana Larralde (2019). La forma urbana actual de las zonas metropolitanas en México: indicadores y dimensiones morfológicas. Estudios Demográficos y Urbanos, vol. 34, núm. 1 (100), pp. 11-42 doi: http://dx.doi.org/10.24201/edu.v34i1.1799
INEGI (2020) Censo de población y vivienda. https://www.inegi.org.mx/app/scitel/Default?ev=10. Consultado: 18 de enero de 2022.
INEGI (2020) Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas. https://www.inegi.org.mx/app/descarga/?ti=6. Consultado el 18 de enero 2022
Tsai, Y.-H. (2005). Quantifying urban form: Compactness versus “sprawl”. Urban Studies, 42(1), 141-161.
Palabras clave:
PALABRAS CLAVES:
Segregación, estructura urbana, Guadalajara
KEY WORDS
Segregation, urban structure, Guadalajara
PALAVRAS-CHAVE:
Segregação, estrutura urbana, Guadalajara
Resumen de la Ponencia:
A pesquisa foi desenvolvida com a temática do direito à cidade com ênfase nos loteamentos Jardim Los Angeles e Jardim Manacás/Três Rios no município de Ponta Grossa, estado do Paraná no Brasil. Teve como objetivo analisar indicadores de mobilidade urbana, infraestrutura, equipamentos públicos e participação social incluídas no direito à cidade perante a população destes loteamentos. A natureza da pesquisa foi quanti-qualitativa e exploratória, sendo utilizadas para o desenvolvimento a pesquisa bibliográfica, documental e questionário aplicado a 12 sujeitos, sendo 6 residentes do Jardim Los Angeles e 6 do Jardim Manacás/Três Rios, ressalta-se que os loteamentos Jardim Manacás e Três Rios são tratados juntos devido a sua proximidade geográfica. Para a aplicação dos questionários, utilizou-se do método bola de neve, assim, cada indivíduo participante indicaria outro. Entende-se o direito à cidade enquanto um direito coletivo que engloba os direitos sociais, civis, políticos e humanos e que está diretamente ligado aos aspectos de mobilidade e infraestrutura urbana, bem como participação social. Em relação aos resultados, no que tange a mobilidade urbana, constatou-se a complexidade em ambos os loteamentos. No Jardim Los Angeles há uma linha de ônibus que o percorre de ponta a ponta, porém apenas em uma rua principal. Percebeu-se ainda que o loteamento está excluído do restante da cidade, já que encontra-se cercado em todos os lados por fazendas e indústrias, sendo a única saída por meio de uma rodovia. O Jardim Manacás/Três Rios, também possui linha de ônibus que percorre uma rua principal, porém não chega ao final do loteamento. Além disso, também encontra-se em área limítrofe à uma fazenda, fator que dificulta o deslocamento para acessar o restante da cidade. Analisando a infraestrutura dos loteamentos, percebeu-se que a principal dificuldade encontrada refere-se à acessibilidade, já que 58% dos moradores não possuem calçadas. Quanto à coleta de esgoto e lixo, abastecimento de energia elétrica e água e iluminação pública, considera-se que vem ocorrendo satisfatoriamente. Quanto a equipamentos públicos, o Jardim Los Angeles possui uma Unidade Básica de Saúde e dois equipamentos de educação, porém o Jardim Manacás/Três Rios não conta com qualquer equipamento em seu território, tornando necessário que os moradores desloquem-se aproximadamente 2,5 quilômetros do ponto mais longínquo para que possam acessá-los. A participação social apresenta um grande déficit, uma vez que 100% dos entrevistados não participam da associação de moradores e apenas 16,7% afirmaram ter participado dos processo de tomada de decisão junto ao governo local. Assim, conclui-se que o direito à cidade nos loteamentos Jardim Manacás/Três Rios e Jardim Los Angeles encontra-se cerceado nos quesitos de mobilidade urbana, infraestrutura, equipamentos públicos e participação social em sua amplitude necessária para o bem estar urbano dos moradores.
Introducción:
O direito à cidade é conceituado como um direito coletivo, que visa transformar a cidade conforme os processos de transformação de seus próprios habitantes, de acordo com suas necessidades e desejos. Deve ser analisado sob a ótica dos direitos humanos, sendo incluídos os sociais, políticos, civis, econômicos, e culturais, além de ser garantido a todo indivíduo (Amanajás e Klug, 2018). Ainda pode ser considerado como superior aos demais direitos, uma vez que pressupõe o direito à liberdade, à individualização dentro da própria socialização, ao habitat, à habitação, à obra e à apropriação (Lefebvre, 2011).
O direito à cidade ultrapassa os limites da política urbana estatal, de todo modo ainda está vinculada à ela influenciando e refletindo em suas deliberações (Instituto Pólis, 2020). Outro elemento importante para sua constituição, é a administração democrática (Harvey, 2008) visto que envolve a participação dos envolvidos na produção do espaço.
No Brasil, vem sendo determinado pelo Estatuto da Cidade (Lei nº 10.257/2001) que dispõe sobre as funções sociais da cidade e da propriedade urbana, a participação da comunidade, a gestão democrática, o plano diretor e a sustentabilidade.
A mobilidade urbana e equipamentos públicos possuem relevância para a garantia da efetivação do direito à cidade. Estes três pontos estão interligados pois, para que se possa acessar aos equipamentos públicos comunitários, é necessário que a população tenha garantida a mobilidade urbana eficiente, tanto no que tange a disponibilidade destes equipamentos em local acessível, quanto no seu deslocamento até eles. Portanto, para que se efetive de fato o direito à cidade, os indivíduos devem ter a possibilidade de usufruir da cidade em sua totalidade, de forma a ser parte dela.
A organização dos equipamentos públicos e da mobilidade urbana dentro das cidades perpassam pela produção do espaço, que se constitui por meio do cotidiano das pessoas. Se caracteriza como um produto social e histórico, ao mesmo tempo em que é a realidade presente e imediata (Carlos, 2001), sendo outro elemento importante para efetivação do direito à cidade.
O município de Ponta Grossa apresenta características diversas e contrastantes. Ao mesmo tempo em que possui um dos maiores Índices de Desenvolvimento Humano, também possui localidades em situação de desproteção socioeconômica. Há que se destacar que entre as características marcantes do município, está a grande incidência de atividades agrícolas dentro da área urbana, fazendo com que a população esteja limítrofe à estas.
Os loteamentos Jardim Manacás/Três Rios foram selecionados por encontrar-se limítrofe às atividades agrícolas, inseridas na área urbana do município. Para além observou-se a dificuldade da população para acessar os equipamentos públicos, já que encontram-se ao lado de uma fazenda e de um arroio, fator que dificulta a mobilidade da população que ali reside.
O Jardim Los Angeles foi escolhido pois, além de encontrar-se em área limítrofe à mesma plantação dos demais loteamentos citados, apresenta outras características, que serão aprofundadas mais a frente, e que podem gerar impactos no que tange o direito à cidade.
Perante o exposto acima, este trabalho se justifica pela necessidade de compreender de que modo o direito à cidade se expressa para os moradores por meio dos aspectos de infraestrutura e equipamentos públicos, mobilidade urbana e participação social nos loteamentos Jardim Los Angeles e Jardim Manacás/Três Rios, visto que estes apresentam uma diversidade de características no perímetro urbano de Ponta Grossa.
O objetivo geral da pesquisa foi analisar indicadores de mobilidade urbana, infraestrutura, equipamentos públicos e participação social inclusas no direito à cidade perante a população dos loteamentos Jardim Manacás, Três Rios e Jardim Los Angeles no município de Ponta Grossa. Como objetivos específicos, foram delimitados os seguintes: analisar de que forma ocorre a mobilidade urbana nos loteamentos; analisar o acesso dos moradores à infraestrutura e equipamentos públicos nas regiões de abrangência dos loteamentos definidos; e investigar a participação social dos moradores dos loteamentos na gestão do município.
A natureza desta pesquisa caracteriza-se como quanti-qualitativa e exploratória. Como metodologia foram adotadas a pesquisa bibliográfica e documental, assim, utilizou-se de autores como: David Harvey, Henri Lefebvre, Carola C. Arregui, entre outros. Os documentos empregados consistem em: Plano Diretor de Ponta Grossa; Carta Mundial pelo Direito à Cidade, entre demais considerados relevantes.
Para coleta de dados foi aplicado um questionário nas localidades. A amostragem foi definida a partir do método bola de neve, que consiste em um formato de amostra não probabilística, que se utiliza de cadeias de referência. Para iniciar sua realização, é necessário ter os informantes-chave ou sementes. Estes são responsáveis por auxiliar o pesquisador a começar os contatos e tatear o grupo que será pesquisado. A partir deste momento, solicita-se que os indivíduos indicados pelas sementes indiquem novos contatos e assim sucessivamente (Vinuto, 2014). O questionário foi aplicado para doze sujeitos e distribuído de modo que três pesquisados residissem em área limítrofe à plantação e três próximos ao arroio, sendo seis para o Jardim Los Angeles e seis para o Jardim Manacás/Três Rios.
A aplicação do questionário com perguntas fechadas ocorreu em 30 de novembro de 2021, pela pesquisadora nas casas dos mesmos. Para além das questões já definidas foram anotadas percepções dos entrevistados a respeito dos assuntos em um diário de campo da pesquisa.
Desarrollo:
Para iniciar a discussão, cabe discorrer brevemente acerca do conceito de cidade que, apesar de não ser consenso entre os autores, neste trabalho será definida enquanto o mundo criado pelo sujeito e o mundo ao qual está condenado a viver, sendo a tentativa de refazer o mundo em que se vive. Ao criá-la os indivíduos também recriam-se (Harvey, 2014).
Falar sobre o direito à cidade perpassa pelos inúmeros elementos que estão presentes na sua universalidade e na prática dos que vivem e convivem nesses espaços. É um direito que não se limita ao individual, mas se refere a elementos coletivos, portanto que impactam sobre interesses comuns a várias pessoas.
Conforme Lefebvre (2011) é no espaço urbano que a luta de classes se expressa. Esta relação é responsável pela manutenção da produção de diferenças na sociedade pois se mantém voltada para melhorias apenas em questões superficiais da classe trabalhadora. Espaços de lazer e habitação, por exemplo, permanecem segregados dos demais, não há integração entre a cidade em que a burguesia habita e a cidade habitada pelos trabalhadores. Desta forma, aponta-se a necessidade de uma revolução cultural urbana para que então esta divisão seja suprimida (Brandt, 2018).
De acordo com Lefebvre:
Se é verdade que a palavra e conceito: cidade, urbano, espaço correspondem a uma realidade global e não designam um aspecto menor da realidade social , o direito à cidade se refere à totalidade ainda visada. Não é um direito natural nem contratual.(...) ele significa o direito dos cidadãos/citadinos e de grupos que eles constituem (sobre a base de relações sociais) a figurar sobre todas as redes e circuitos de comunicação de informação, de trocas. O que não depende nem de uma ideologia urbanística, nem de uma intervenção arquitetônica, mas de uma qualidade ou propriedade essencial do espaço urbano: a centralidade.(Lefebvre, 2008. p.162).
Para o autor, o direito à cidade é uma forma superior aos demais direitos, é o:
direito à liberdade, à individualização na socialização, ao habitat e à habitação. O direito à obra (atividade participante) e o direito à apropriação (bem distinto da propriedade) que se imbricam dentro do direito à cidade, revelando plenamente o uso (Lefebvre, 2011. p.140).
David Harvey, outro importante teórico para a definição do direito à cidade, afirma que o debate acerca do direito à cidade na atualidade não se deve apenas às contribuições feitas por Lefebvre, mas sim pelos movimentos e lutas sociais sobre a vida urbana. Para Harvey (2008), a ideia do direito à cidade surge nas ruas, por pessoas oprimidas que necessitam de amparo. Ainda define como o direito de transformação das cidades em algo diferente, na qual a população participa de suas mudanças e as constrói conforme seus interesses e necessidades. É também um direito coletivo antes de ser individual, uma vez que este processo de transformação radical só pode ocorrer de maneira coletiva.
Harvey (2008, p.74) defende que “a liberdade de construir e reconstruir a cidade e a nós mesmos é, como procuro argumentar, um dos mais preciosos e negligenciados direitos humanos”. A administração democrática do excedente do capital é outro fator que constitui o direito à cidade, porém destaca-se que:
O direito à cidade, como ele está constituído agora, está extremamente confinado, restrito na maioria dos casos à pequena elite política e econômica, que está em posição de moldar as cidades cada vez mais ao seu gosto (Harvey, 2008. p.87).
De acordo com a Carta Mundial pelo Direito à Cidade (2009), o direito à cidade é caracterizado como a liberdade de todas as pessoas usufruírem da cidade, sem distinção de gênero, raça, etnia, religião, idade, orientação sexual, nacionalidade, renda, entre outros. Este deve abarcar critérios de sustentabilidade, democracia, equidade e justiça, voltado, especialmente, a grupos considerados mais vulneráveis, objetivando o alcance de condições de vida adequadas. Além disso:
supõe a inclusão do direito ao trabalho em condições eqüitativas e satisfatórias; de fundar e afiliar-se a sindicatos; de acesso à seguridade social e à saúde pública; de alimentação, vestuário e moradia adequados; de acesso à água potável, à energia elétrica, o transporte e outros serviços sociais; a uma educação pública de qualidade; o direito à cultura e à informação; à participação política e ao acesso à justiça; o reconhecimento do direito de organização, reunião e manifestação; à segurança pública e à convivência pacífica. Inclui também o respeito às minorias e à pluralidade étnica, racial, sexual e cultural, e o respeito aos migrantes (Carta Mundial pelo Direito à Cidade, 2009, p.3).
No Brasil, o principal instrumento legal referente ao direito à cidade é o Estatuto da Cidade, apresentado como Projeto de Lei no ano de 1989 e implementado apenas em 2001. O documento combina a gestão participativa com os ideais de sustentabilidade ecológica e econômica, buscando também melhorar a ordenação do espaço urbano e solucionar problemas sociais como o saneamento e moradia. Possui caráter municipalista, centrado no Plano Diretor e de gestão participativa nas decisões de interesse público (Boeira, Santos e Santos, 2009).
Tendo sido elucidado o conceito do direito à cidade, parte-se para seus indicadores. Utilizando-se daqueles construídos por Arregui (2018) observa-se que estes dividem-se em dois grupos: o primeiro aponta para inserção urbana, nos quais estão contempladas as dimensões de infraestrutura urbana, serviços essenciais, mobilidade e condições habitacionais; já o segundo é voltado para a sociabilidade e participação social que apresenta como dimensões a sociabilidade, espaços de informação, participação social e organização coletiva.
Para além dos indicadores descritos acima, há o Índice de Bem-Estar Urbano (IBEU), que procura avaliar o usufruto dos cidadãos em relação ao bem-estar urbano levando em conta o consumo de mercado e os serviços prestados pelo Estado, sendo composto pelas dimensões de: Mobilidade Urbana, Condições Ambientais Urbanas, Condições Habitacionais Urbanas, Atendimento de Serviços Coletivos Urbanos e Infraestrutura Urbana (Ribeiro e Ribeiro, 2016).
Cabe ressaltar que para a construção dos indicadores utilizados neste trabalho, teve-se com referência estes apresentados acima, assim alguns destes indicadores foram selecionados para serem analisados pelas autoras, conforme será abordado posteriormente.
Partindo para o lócus da pesquisa, o município de Ponta Grossa, situa-se na região dos Campos Gerais, no segundo planalto paranaense, e está a 118 quilômetros da capital do estado, Curitiba. Tem uma dimensão territorial de 2.054.732 km e uma população estimada de 358.838 (IBGE, 2021).
Atualmente, o município de Ponta Grossa tem característica de centro urbano de médio porte. Para os aspectos socioeconômicos, Ponta Grossa é uma das cidades do Paraná com o maior Índice de Desenvolvimento Humano Municipal (IDH-M), com 0,763 (IBGE, 2021), no entanto possui um Índice Gini de 0,5437, o que demonstra uma alta concentração de renda no município (Ministério da Saúde, 2010).
Analisando alguns componentes do IDH-M, observa-se que a taxa de alfabetização é alta, chegando a 94%. Na área da saúde, a mortalidade infantil corresponde a 13,01 óbitos por mil nascidos vivos de acordo com dados do IBGE (2021). A renda per-capita do município é inferior à um salário mínimo, alcançando o valor de R$318,22, assim a taxa de pobreza chega a 18,6% (Ponta Grossa, 2018).
Quanto aos aspectos de infraestrutura e serviços públicos do município, iniciar-se-á pela mobilidade urbana. Neste quesito de acordo com o Plano Diretor, algumas problemáticas são encontradas, como: falta de pavimentação em diversas vias, más condições de acessibilidade para pedestres, principalmente para pessoas com deficiência, insuficiência de ligações viárias, e no transporte público são encontradas questões como alto custo de passagem (Ponta Grossa, 2018), que atinge o valor de R$5,50 no período de construção desta pesquisa (Ponta Grossa, 2021), e sobrecarga do transporte (Ponta Grossa, 2018).
Referente ao saneamento, Ponta Grossa tem um sistema de abastecimento de água bastante eficiente atendendo 99,15% da população, quanto à coleta de esgoto, são atendidos 91,22% da população de acordo com o Plano Municipal de Saneamento Básico (Ponta Grossa, 2019).
No que tange os equipamentos públicos, na área da saúde são totalizados 41 estabelecimentos, entre os quais estão 1 Pronto Socorro, 6 hospitais, 2 Centros Municipais, um de Especialidades e outro da Mulher, entre outros. Na educação são 71 escolas municipais, 44 escolas estaduais e 2 instituições de ensino superior públicas. Para cultura e lazer, o município possui 12 estabelecimentos culturais, 5 estádio de futebol, 21 ginásios esportivos, 9 piscinas locais, 10 mini-ginásios esportivos, 62 campos de futebol, 9 campos de grama sintética, 3 pistas de skate e 18 praças públicas (Ponta Grossa, 2018). Na assistência social Ponta Grossa conta com 10 Centros de Referência de Assistência Social (CRAS), 2 Centros de Referência Especializado de Assistência Social (CREAS), 1 Centro POP (Ponta Grossa, s/ano).
Oliveira e Sahr (2012), afirmam que a expansão urbana, o uso e ocupação do solo do município de Ponta Grossa não ocorreu da forma como preconizado pelo direito à cidade, uma vez que:
Enquanto expressiva parcela da população habita áreas longínquas ou ambientalmente frágeis em fundos de vale, que não interessam ao mercado, os gestores municipais atendem aos interesses privados e de determinados segmentos do mercado. Isso reproduz, cada vez mais, a exclusão social vivenciada pela maioria das cidades, dando luz à ineficácia social da legislação urbana (Oliveira e Sahr, 2012, p.122).
O processo de favelização no município se deu por um conjunto de fatores, fosse pela industrialização massiva que vinha ocorrendo na cidade e por consequência a grande expansão populacional que culminou na especulação imobiliária, esta por sua vez acarreta em escassez gerada pelo próprio mercado, criando um déficit quanto ao acesso à habitação (Nascimento e Matias, 2006).
Assim, compreende-se que a escassez de terras à venda, o aumento populacional, a inércia do governo municipal para tomar medidas de contenção da especulação imobiliária, somadas ao empobrecimento da população fez com que a saída mais viável para a classe trabalhadora fosse habitar as favelas (Nascimento e Matias, 2006).
De modo predominante, as favelas localizam-se nas piores terras do espaço urbano para as condições de habitação. No município, estão localizadas, majoritariamente, em vales, porém são encontradas também em terrenos íngremes, próximo à ferrovia, redes de alta tensão, terrenos abandonados e em terrenos desregulamentados (Nascimento e Matias, 2006).
O loteamento Jardim Los Angeles, localizado no bairro Boa Vista possui 24.968 habitantes (IBGE, 2021), encontra-se às margens da rodovia PR-151, sendo esta a única forma de chegar ou sair do loteamento, além disso encontra-se isolado do restante da cidade e cercado por fazendas, apesar de estar inserido na zona urbana de Ponta Grossa. Algumas atividades extrapolam suas respectivas áreas, como plantação de soja destinada à exportação e indústrias como a Fundição Hübner que ocupa espaço fora da zona industrial (Agustinho e Scheffer, 2020).
O loteamento ainda possui ocupações irregulares em áreas com características geológicas de voçoroca e regiões com fios de alta tensão de energia elétrica (Agustinho e Scheffer, 2020).
Os loteamentos Jardim Manacás e Três Rios, localizam-se no bairro Chapada. Foram criados no ano de 2016 sendo que o Jardim Manacás conta com 243 habitações e o Jardim Três Rios possui 119 residências, de acordo com dados da PROLAR (2017) .
O Jardim Três Rios possui três riachos ao longo de sua extensão, seu nome advém deste fato, porém estes encontram-se totalmente poluídos, ainda assim é comum que crianças brinquem na água (Schimanski et al. 2011). Ambos os loteamentos estão em área limítrofe à atividade agrícola, fato que gera agravos à saúde da população residente (Leite e Scheffer, 2021).
Para além destas questões, a região é considerada como uma das mais pobres do município de Ponta Grossa. Possui problemas com altos níveis de desemprego, baixa escolaridade, saúde precária e índices altos de violência (Schimanski et al. 2011).
Caracterizado o lócus da pesquisa, parte-se para a análise dos indicadores do direito à cidade em tais localidades.
Para que se compreenda as condições estruturais dos loteamentos, foram elencados os indicadores de infraestrutura que compreendem as condições de pavimentação e calçadas, rede oficial de esgoto, abastecimento de água, coleta de lixo, energia elétrica por rede oficial e iluminação pública.
Inferiu-se que no Jardim Los Angeles 66,6% dos entrevistados não possuem calçadas e 33,3% não residem em rua asfaltada, fator que pode dificultar a locomoção de pessoas idosas, pessoas com deficiência, pessoas com carrinho de bebê, entre outros.
Referente à coleta de esgoto e lixo, abastecimento de água, distribuição de energia elétrica e iluminação pública no Jardim Los Angeles, considera-se que estes serviços são prestados de forma significativa, uma vez que 100% dos sujeitos possuem acesso à estes.
Para que os equipamentos públicos fossem analisados, os entrevistados foram questionados quanto ao acesso a praças, parques, campos de futebol, à espaços e eventos culturais como shows e peças de teatro, por exemplo, além do acesso à escola, Unidades Básicas de Saúde (UBS), Centros de Referência de Assistência Social (CRAS) e Centro de Referência Especializado de Assistência Social (CREAS).
Assim, foi possível inferir que 33,3% dos residentes do Jardim Los Angeles não possuem acesso à espaços recreativos, 100% não possui acesso à eventos culturais, 16,7% afirmou não possuir acesso à escola numa distância de até 500 metros de sua residência, 66,7% não possui acesso à CRAS e CREAS e 100% dos sujeitos acessam a UBS próximo a sua residência.
Quanto à qualidade de atendimento dos serviços no Jardim Los Angeles, existem divergências entre os entrevistados sobre um mesmo equipamento. Foi relatado por um dos sujeitos que o atendimento da Unidade Básica de Saúde é precário, pois não recebe atendimento adequado e encontra dificuldades para agendamento de consultas, por exemplo. Porém outra entrevistada afirmou que sempre quando necessário conseguiu suprir suas necessidades.
Deste modo entende-se que os sujeitos têm percepções diferentes sobre as situações. Cada indivíduo pode interpretar de forma diversa o mundo à sua volta de acordo com suas vivências e experiências.
No Jardim Manacás/Três Rios, observou-se que 50% dos entrevistados não possuem acesso à calçada, rua com pavimentação em frente à sua residência, bem como rede de esgoto. 100% dos sujeitos dispõem de abastecimento de água, coleta de lixo e iluminação na residência, no entanto 16,7% afirmaram não possuir iluminação pública.
Quanto aos equipamentos públicos, 66,7% não têm acesso a espaços recreativos, assim como 83,3% não acessam eventos culturais. 100% acessam a escola próximo à sua residência, 83,3% acessam a UBS e 83,3% não possuem acesso à CRAS e CREAS.
O problema percebido em ambos loteamento quanto à infraestrutura refere-se à acessibilidade, pois a maioria das ruas não possuem calçadas, fator que dificulta e traz riscos à locomoção dos pedestres, principalmente se tratando de pessoas idosas, com deficiência, entre outros.
Quanto aos equipamentos públicos, percebe-se que este tem um grande déficit, principalmente no Jardim Manacás/Três Rios, que não conta com qualquer equipamento público em seu território, fazendo com que os moradores precisem se deslocar cerca de 2,5 quilômetros, do ponto mais longínquo, até bairros nas proximidades para poderem acessar escolas, Unidades Básicas de Saúde, CRAS e CREAS.
O acesso à cultura nos loteamentos pode ser considerado inexistente, já que dos doze entrevistados, onze não possuem acesso a shows, peças de teatro, entre outras atividades. Este fato se confirma pois no município de Ponta Grossa, as atividades culturais são realizadas majoritariamente no centro da cidade e as condições de mobilidade urbana não facilitam o acesso desta população aos eventos.
Quanto à mobilidade, no jardim Los Angeles, o principal meio de transporte utilizado pelos moradores é o carro (66,7%). Questionados sobre o acesso a ciclovias, 100% dos entrevistados afirmou não possuir, no entanto todos possuem acesso à pontos de ônibus próximo à sua residência, ainda que esta percorra apenas uma via principal do loteamento.
No Jardim Los Angeles, um dos principais indicadores defasados tange à mobilidade urbana, justamente por encontrar-se isolado do restante da cidade, tanto pela periferização quanto por haver apenas uma única entrada para o loteamento que consiste em um acesso pela rodovia, o que dificulta o acesso ao restante da cidade.
No Jardim Manacás/Três Rios, 50% dos entrevistados utilizam o transporte coletivo como principal meio de deslocamento, sendo este o mais expressivo. 100% dos sujeitos não possuem acesso à ciclovia e 100% acessam ponto de ônibus próximo à sua residência, no entanto é válido ressaltar que a linha de ônibus disponibilizada para o Jardim Manacás não o percorre em toda sua dimensão.
Analisando a participação social no Jardim Los Angeles, inferiu-se que 100% dos entrevistados nunca participaram da construção e avaliação de políticas e orçamentos públicos, assim como 100% nunca participou de associação de moradores.
Referente ao Jardim Manacás/Três Rios, 33,3% dos entrevistados afirmaram ter participado em algum momento do processo de construção e avaliação de políticas e orçamentos públicos, porém 100% não participa ou participou da associação de moradores.
A partir dos dados analisados compreende-se que os sujeitos, residentes de ambos os loteamentos, estão excluídos do processo de construção de políticas e da própria cidade, assim como, consequentemente, não exercem o controle social. Percebe-se também o distanciamento entre a gestão municipal e a população.
Portanto ressalta-se que um dos principais fatores para que a cidade seja construída e transformada pelos indivíduos que a compõem, não vem sendo fomentado de forma eficiente nos loteamentos, afastando os moradores da garantia do direito à cidade.
Face a todo o exposto ao longo deste trabalho, observa-se que não houveram diferenças significativas entre entre os loteamentos analisados. Alguns indicadores são mais efetivos que outros, ainda assim compreende-se que não há a garantia do direito à cidade na sua totalidade, uma vez que os indicadores de equipamentos públicos, mobilidade urbana e participação social tiveram resultados negativos.
Em síntese, segundo os moradores dos loteamentos e dados coletados infere-se que nos locais pesquisados tem-se acesso a infraestrutura, porém nos indicadores equipamentos públicos e mobilidade urbana estes ficam aquém do necessário encontrando-se territorialmente excluídos. Quanto à participação em associações de moradores esta foi nula e nas políticas públicas urbanas foi escassa, o que define que o direito à cidade que representa um direito coletivo não foi efetivado na sua totalidade. Portanto, não se verifica a construção de uma cidade socialmente justa, livre de desigualdades de classe e nem garante a todos a possibilidade de transformar o meio em que vive por meio de processos democráticos.
Conclusiones:
Por meio deste trabalho, averiguou-se que nos loteamentos Jardim Los Angeles, Jardim Manacás/Três Rios, alguns indicadores fundamentais para a efetivação do direito à cidade estão defasados.
No que tange a mobilidade urbana, constatou-se que esta é complexa em ambos os loteamentos. No Jardim Los Angeles há uma linha de ônibus que o percorre de ponta a ponta, porém apenas em uma rua principal. Percebeu-se ainda que o loteamento está excluído do restante da cidade, uma vez que encontra-se cercado em todos os lados por fazendas e indústrias, a única saída é por meio de uma rodovia.
O Jardim Manacás/Três Rios, também possui linha de ônibus que percorre uma rua principal, porém esta não chega ao final do loteamento. Assim como o Jardim Los Angeles, o Manacás/Três Rios também encontra-se em área limítrofe à uma fazenda, fator que dificulta o deslocamento para acessar o restante da cidade.
Analisando a infraestrutura dos loteamentos, percebeu-se que a principal dificuldade encontrada refere-se à acessibilidade, já que 58% dos moradores não possuem calçadas. Quanto às questões de coleta de esgoto e de lixo, abastecimento de energia elétrica e água e iluminação pública, considera-se que esta vem ocorrendo de modo satisfatório.
O acesso a equipamentos públicos é outro fator que carece de atenção. O Jardim Los Angeles conta com uma Unidade Básica de Saúde, e dois equipamentos de educação, porém o Jardim Manacás/Três Rios não conta com qualquer equipamento em seu território, tornando necessário que os moradores se desloquem aproximadamente 2,5 quilômetros do ponto mais longínquo para que possam acessá-los.
Quanto à participação social, entendeu-se que esta possui um grande déficit uma vez que 100% dos entrevistados não participam da associação de moradores e apenas 16,7% afirmaram ter participado dos processo de tomada de decisão junto ao governo local. Assim, compreende-se que estes indivíduos estão excluídos de processos importantes referentes à participação social. Vale ressaltar que quando a sociedade civil se aproxima da gestão do município, a tendência é que as desigualdades sociais nos territórios sejam minimizadas.
Por meio dos resultados obtidos na pesquisa realizada entende-se que o trabalho confirma a hipótese de que o direito à cidade nos loteamentos Jardim Manacás, Três Rios e Jardim Los Angeles encontra-se cerceado nos quesitos de mobilidade urbana, infraestrutura, equipamentos públicos e participação social na sua amplitude necessária para o bem estar urbano dos moradores.
Viver na cidade implica em ter suas necessidades atendidas de forma equânime entre as diversas localidades, porém este trabalho demonstra que se faz necessário uma contínua luta para sanar e acessar os direitos. Nas vivências é possível ver as contradições onde ao mesmo tempo que se reproduz relações de não acesso a direitos também cria-se a possibilidade de superação ao buscar algo novo por meio do estímulo à participação e a reivindicação.
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Vinuto, J. (2014). A amostragem em bola de neve na pesquisa qualitativa: um debate em aberto. (pp. 203–220). Revista Tematicas.
Palabras clave:
Direito à Cidade; Urbanização; Cidades.
Resumen de la Ponencia:
En el marco de la relación entre ciudades puerto, nos encontramos con relaciones de conflicto y alianza entre actores. Este es un caso de análisis de redes sociales en el borde costero de Valparaíso, territorio que se encuentra en disputa. Lxs actores se enfrentan por definir el carácter de la producción social del territorio: como espacio público, para infraestructura productiva portuaria, uso inmobiliario-comercial, inmobiliario-residencial, para la defensa. De este modo, nos preguntamos sobre las relaciones entre estxs actores, en la producción social del borde costero de Valparaíso y cuál es su impacto en la ciudad. El Objeto de Estudio está delimitado al análisis de la producción social del Borde Costero de Valparaíso, a partir de la trama de relaciones de conflicto y alianza entre actores de escala local, nacional y global entre el 2009 y el 2018. La teoría central para analizar el problema es la Producción del Espacio, de Henri Lefebvre, aplicando en particular la trialéctica del espacio: prácticas espaciales, representaciones del espacio y espacios de representación. Ello, en el marco de los procesos de metamorfosis urbana y financiarización (Brenner, De Mattos, Soja).Se anticipan resultados de la investigación, a partir de la información levantada en trabajo de campo (entrevistas en profundidad y observación) y se utilizó análisis de contenido. También se recurrió al análisis de redes sociales (utilizando UCINET y Gephi) para estudiar las relaciones entre los/as actores.En las prácticas espaciales se analiza la infraestructura, las relaciones de producción/reproducción y el uso del espacio por las personas, deteniéndonos en las marcas que han dejado los conflictos entre actores en el espacio. En las representaciones del espacio se estudiaron los principales proyectos y planes para el borde costero, los que fueron la principal fuente de conflicto entre actores en el período, particularmente el Proyecto Puerto Barón y el Terminal 2. En los espacios de representación se analiza la vida cotidiana y la relación identitaria que tienen lxs actores con el borde costero como ciudad y puerto. Finalmente, en el análisis de relaciones entre lxs actores estudiadxs se identificaron relaciones de alianza, conflicto y neutras, entre actores de las distintas escalas y sectores. La producción social del Borde Costero impacta significativamente sobre la ciudad, en la medida que éste cumple un rol estratégico para su desarrollo, por tanto, lo anterior ha afectado negativamente a Valparaíso.Esta investigación corresponde a mi Tesis doctoral, la que se encuentra terminando la etapa de análisis. De este modo, los resultados que se anticipan en esta presentación son aún preliminares.Resumen de la Ponencia:
O conceito de fragmentação, adjetivado como “socioespacial” e abordado nesta pesquisa como “processo” de caráter “multidimensional” e “multiescalar” (SPÓSITO E SPÓSITO, 2020), apresenta-se como força analítica capaz de capturar, em suas múltiplas formas de combinação, os novos patamares do processo de diferenciação socioespacial nas cidades brasileiras através da compreensão das estratégias espaciais de localização seletivas, operadas tanto pelas instituições políticas como por agentes econômicos que, por meio de um conjunto de estratégias de produção, apropriação e controle sobre os usos do solo, homogeneízam e segmentam o espaço urbano progressivamente. Ao tratar da fragmentação enquanto “processo”, recorremos a autores como Janoschka (2002), Gómez (2012) e Duhal e Giglia (2016) que sinalizam para o estreito vínculo entre a estruturação de um tecido socioespacial fragmentado e a emergência de uma nova “ordem urbana” nas cidades latino-americanas, o que vem contribuindo para a efetivação de novos padrões de diferenciação e de desigualdades espaciais que passam a se realizar articulados ao surgimento de novos conteúdos sociais, físico-materiais e culturais. Para Gómez (2012) os estudos sobre as políticas de habitação apresentam-se como objeto privilegiado para compreensão desta “nova ordem”, tendo em vista que sua análise pode revelar as dinâmicas, o conteúdo e as formas de ajustes e reestruturações operadas pelos Estados, bem como as diferentes feições assumidas por essa ordem geral frente as raízes estruturais de cada lugar. No caso do Brasil, compreender a emergência dessa nova ordem e sua relação com as lógicas de inversão do capital no financiamento, na produção e nos mercados de solo e de moradia implica ainda um desafio analítico suplementar, tendo em vista o conjunto diverso de formas históricas de produção do espaço que compõem a complexa rede urbana brasileira. Nesse escopo, o trabalho apresenta um estudo comparativo sobre a produção e o consumo da terra urbana e da habitação em quatro cidades brasileiras - Ribeirão Preto (SP), Maringá (PR), Chapecó (SC) e Ituiutaba (MG) – cidades estas que ocupam diferentes posições na rede urbana nacional, com foco analítico voltado para as políticas públicas habitacionais dos últimos anos e sua relação com a reestruturação fundiária urbana, os agentes produtores do espaço e “os modos” de produção e apropriação da moradia e do espaço resultantes do encontro entre dinâmicas imobiliárias locais e os novos arranjos produtivos e financeiros que se organizam nas escalas nacional e internacional. Dentre os elementos analisados, destacam-se: i) a análise da superfície ocupada pelas habitações produzidas via políticas públicas; ii) os padrões de localização destas habitações;e iii) a difusão de tipologias habitacionais defensivas.Resumen de la Ponencia:
O artigo apresenta algumas reflexões decorrentes da pesquisa de mestrado intitulada “Dos espaços de consumo a consumo do espaço: Um estudo sobre a distinção social através do consumo em duas centralidades na cidade de Novo Hamburgo/RS”. Esta pesquisa versou sobre a influência do consumo de objetos, serviços e lugares na produção da distinção social entre indivíduos de diferentes estilos de vida, através da sua manifestação espacial e da análise comparativa entre duas centralidades: a área consensualmente conhecida como o centro tradicional da cidade de Novo Hamburgo e área concentrada pela a Avenida Doutor Mauricio Cardoso, reconhecida por sua arquitetura e comércio voltados para um público de alta renda. A cidade de Novo Hamburgo, lócus dessa análise, se destaca por ter se convertido, em meados do século XX, o maior pólo do setor coureiro-calçadista do país, atraindo um significativo contingente populacional originado de outras regiões do Estado e do Brasil que vivenciaram no mesmo período as conseqüências da chamada Revolução Verde. Porém, uma série de conjunturas de diferentes escalas geográficas, como o surgimento da indústria calçadista chinesa, o deslocamento de diversas plantas industriais para os Estados do Nordeste e a implementação do Plano Real, causaram uma diminuição significativa da participação desse setor industrial na organização socioespacial da cidade, que está caracterizando-se como um centro gravitacional do comércio e da prestação de serviços para o vetor norte da Região metropolitana de Porto Alegre. Destarte, o objetivo geral da pesquisa se localiza na análise dos grupos sociais relacionados aos lugares e ocasiões que através dos usos sociais resultam na distinção socioespacial na região central do município, analisando assim os contextos da produção destas territorialidades. Ademais, procurou-se identificar os estilos de vida preponderantes em cada uma das centralidades investigadas, assim como identificar os lugares (espaços públicos e espaços privados de uso coletivo) e ocasiões (dias da semana, horários, eventos, comemorações etc.) em que o compartilhamento espacial e/ou distinção entre os grupos sociais da cidade. Para tanto, se fez uso dos seguintes procedimentos metodológicos: reconhecimento e delimitação das áreas de estudo a partir de observações e diálogos com transeuntes ocorridos em saída de campo; mapeamentos de áreas estudadas; pesquisa de campo com a intenção de estimar a quantidade; entrevistas semi-estruturadas com os comerciantes das centralidades com a intenção de compreender as suas percepções sobre o perfil do consumidor e como estas se manifestam nas ações e escolhas dos produtos e exclusividades de uso. Desse modo, o resultado encontrado a partir das análises revela um complexo campo de relações entre estilos de vida homólogos e distintos e seus vínculos com os espaços de representação e distinção.Palavras-chave: Centralidade; Consumo; Distinção social; Estilos de vida