Resumen de la Ponencia:
La investigación hace una lectura como puntapié desde el hito pionero de protesta social impulsada por la ciudadanía autoconvocada en el movimiento social de “Aysén tú problema es mi problema” (2012), considerando las perspectivas y elementos subjetivos que constituyeron la particularidad del movimiento social en razón de la identidad (patagona), los ejercicios de solidaridad y de acción colectiva (en práctica de la “política por soberanía” [Salazar, 2014]). Esto, en relación conexa en el marco de análisis sobre la percepción de condiciones materiales (de servicios básicos: salud, educación; trabajo u otros), y revisión de indicadores sociales y económicos de la región de Aysén. En el contexto, de una percepción de aislamiento y abandono histórico estructural producto del centralismo político chileno (Osorio, 2009; Pérez, 2014; Fauré y Karmy, 2014); noción(es) de desigualdad e injusticia respecto al valor de los bienes y costos de vida de la región: inflación inducida desigual-nacional (Pérez, 2014; Fauré y Karmy, 2014); de las experiencias de protesta popular impulsadas por las organizaciones gremiales de pescadores (desde el 2000) y el movimiento social “Patagonia Sin Represas” (2005-2014) (Pérez, 2014; Fauré y Karmy, 2014). La metodología es mixta sobre la base de datos secundarios, para el análisis estadístico descriptivo se utilizó la Encuesta CASEN (2011, 2017: ultima base de datos de acceso público), datos de Fundación Sol: Duran y Kremerman (2018), y del PNUD (2018); en el análisis cualitativo semántico se trabajó con los discursos recopilados por Osorio (2009), Fauré y Karmy (2014), y FSP (2013). Se evidencia una "pobreza por ingresos totales" (considera subsidios estatales) de 9,8% (2011) a 4,6% (2017); sin embargo, considerando sólo los “ingresos autónomos” (ingresos del trabajo y pensiones contributivas), este aumenta a 22,3% (Duran y Kremerman, 2018), mientras que los indicadores de desigualdad Gini alcanzaron un alto de 0,53 (2011) a un medio-alto de 0,48 (2018). Se evidencian discursos de una identidad territorial-regional cohesionada a pesar de su tradicional heterogeneidad constitutiva (chilota-argentina), lo cual dio sentido a experiencias de acciones colectivas (2000, 2005-2014, 2012), mientras que, también se evidencian una serie de percepciones de malestar social en torno a la (mala) calidad de servicios básicos tales como salud, educación o posibilidades y condiciones de empleo. Se concluye que, producto de las condiciones materiales históricas adversas (ya mencionadas), sumado a una sociedad civil cohesionada producto de la identidad, y de las condiciones estructurales de una pobreza solapada endémica debido a la limitada cobertura y voluntad política en medir la pobreza en zonas extremas; en consecuencia, se consolidan, se expresan y se hacen carne expresiones de malestar y protesta social, que, a pesar de que hayan sido eventos pasados, existen condiciones sociales y políticas aún vigentes sin superar que inciden en la cotidianidad de sus habitantes.