Descripción de la Publicación académica:
El artículo fue publicado en la revista arbitrada Contemporánea. El dossier busca dar a conocer distintos enfoques y miradas en torno a las experiencias políticas que devienen del arte y de la cultura en América Latina, busca posicionar al arte como una herramienta de resistencia, entender los accionares y prácticas que la configuran y abrir las puertas a ese campo de estudio donde los modos de existencia se encuentran profundamente vinculados. El artículo es producto de un trabajo de reflexión teórica que surge del proceso de investigación hacia mi tesis de la Maestría en Arte y Cultura Visual que se origina en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de la República. En Uruguay existen colectivos que buscan desde el activismo, el arte y la performance generar un impacto no solo político sino emocional acerca de temas que tienen que ver con los derechos humanos, que competen a toda la sociedad y que no se ha profundizado demasiado desde lo académico en el país. Con una perspectiva sociológica y con un enfoque en estudios sobre arte y performance es que se plantearan diversas interrogantes para llevar a la reflexión temáticas poco exploradas desde estas disciplinas.Estas propuestas a estudiar son Mujeres de Negro Uruaguay, La caída de las campanas y Diez de cada diez. Los casos seleccionados tendrán como objetivo encontrar la relación entre la temática y la metodología de manifestación que encuentran para expresarse y alzar la voz con respecto al dolor que los lleva a movilizarse en la calle. Para analizar el surgimiento del duelo público para estos colectivos, se hará un recorrido por la Marcha del Silencio como antecedente, aunque por momentos paralelo, acción que implica un impacto emocional en la temática, y la cual se encuentra muy presente y latente en nuestra sociedad.
Introducción:
En Uruguay existen colectivos que buscan desde el activismo, el arte y la performance generar un impacto no solo político, sino emocional acerca de temas que tienen que ver con los derechos humanos, que competen a toda la sociedad y que no se ha profundizado demasiado desde lo académico. Con una perspectiva sociológica y con un enfoque en estudios sobre arte y performance es que se plantearan diversas interrogantes para llevar a la reflexión temáticas poco exploradas desde estas disciplinas. Como alternativa metodológica de comunicación diversas propuestas artísticas y activistas a través de la performance hacen llegar distintas formas de sentir, de ver e interpretar la vida en sociedad. Es pertinente agregar y aclarar, que este trabajo de reflexión teórica surge del proceso de investigación hacia mi tesis de Maestría en Arte y Cultura Visual que se origina en la Facultad de Artes de la Universidad de la República. Esta aclaración también parte del hecho de que la investigación se encuentra en este preciso momento previo al campo, por este motivo es que los aportes que aquí se reflejan tienen que ver con planteos teóricos que hallan al momento, elementos que tienen que ver con características en común que se encuentran en los casos seleccionados para la comprensión del duelo público en relación con los derechos humanos a través de prácticas performáticas que serán ampliadas próximamente. Se hará foco en propuestas de performance del presente en Uruguay, que intervienen en temas que tienen que ver con las desapariciones forzadas ocurridas durante la última dictadura militar, y a su vez, se estudiarán performances que denuncian la desigualdad de género y los femicidios. Tanto los asesinatos de los detenidos desaparecidos en dictadura, como los asesinatos de niñas, mujeres y disidencias responden a la misma lógica de violencia. Las muertes forzadas que se mencionan tienen en común la ausencia de un Estado que vele por estas problemáticas y procure protección y bienestar a toda la población. En concordancia con Álvaro de Giorgi (2019), es necesario pensar este tipo de prácticas simbólicas integradas en el campo político. Que, a su vez, al analizarse desde el bagaje analítico de los estudios del performance, puede contribuir al impulso de un área del conocimiento académico a nivel nacional dada su escasa existencia de antecedentes al respecto (p. 63). Las performances seleccionadas como caso a conocer son, por un lado, La caída de las campanas y Diez de cada diez, y por el otro, como antecedente y desde la acción performática se tomará la Marcha del Silencio y a Mujeres de Negro.2 Tendrán como objetivo encontrar la relación entre la temática y la metodología de manifestación que encuentran para expresarse y alzar la voz con respecto al dolor que los lleva a movilizarse en la calle. Para comprender cómo y por qué surge el duelo público para quienes llevan a cabo estas prácticas, se explorará las propuestas performáticas mencionadas las cuales buscan generar un impacto emocional desde la acción. La Marcha del Silencio será seleccionada como antecedente ya que ha salido a la calle desde el año 1995, con pautas performáticas definidas, que, si bien no se plantean como artísticas propiamente dichas, contienen características que muestran ciertos elementos en común siendo pertinentes de analizar y describir, tanto por la temática que los reúne como por las estrategias que han desarrollado en todos estos años para hacer público y colectivo el dolor compartido. A su vez, se tomará también como antecedente Mujeres de Negro indagando en las tácticas performáticas que han construido en torno al duelo, ya que este colectivo posee características estéticas definidas. Asimismo, se indagará en las performances La caída de las campanas y Diez de cada diez como propuestas artísticas contemporáneas. La primera expresa explícitamente el duelo público como objetivo central, y la segunda si bien no propone el duelo público como tema principal, exponen diversos temas en torno a la violencia de género además de los femicidios. Como plantea Elisa Pérez Buchelli (2019), … en Uruguay muchas de estas experimentaciones artísticas fueron enunciadas desde los propios cuerpos y dialogaron con el contexto de radicalización política de variadas maneras, desde prácticas de militancia artística hasta expresiones micropolíticas próximas a búsquedas de emancipación desde lo privado y hacia lo público (p. 26). Si bien la autora se refiere a prácticas ubicadas en los sesenta y setenta, puede observarse elementos en común con las prácticas de hoy. El camino de esta reflexión hace que sea necesario hacerse las siguientes preguntas, ¿cuál es la relación entre arte y política? ¿Por qué la performance como táctica? ¿Cómo expresan y transitan el duelo público? ¿Cuáles son sus denuncias? ¿Qué implica que sigan llevando a cabo sus acciones hasta el día de hoy? ¿Por qué se selecciona los casos mencionados y no otros? Estas y más preguntas deben ser formuladas, interiorizadas y reflexionadas con el objetivo de crear una conciencia sensible, emocionalmente comprometida con las causas que originan estás prácticas, así será posible también interceptar el arte con la política en relación con estos temas. A partir de estas preguntas surge como objetivo general explorar la aparición del duelo público y la denuncia colectiva a través de las prácticas performáticas la Marcha del Silencio, Mujeres de Negro, y las performances La caída de las campanas y Diez de cada diez a partir de sus propuestas tanto políticas como artísticas que componen en sus acciones. En este sentido, se establecen como objetivos específicos; en primer lugar, analizar el sentido político de los y las activistas y artivistas a través de sus acciones políticas; en segundo lugar, comprender la aparición de duelo público y la relación que tiene con los objetivos planteados en sus prácticas performáticas, por último, reflexionar acerca de la implicancia emocional en relación con los temas tratados en estas acciones. En este sentido, se buscará responder las preguntas que han surgido en torno a este trabajo. Si bien se plantean estos objetivos, se formulan en un sentido de estructura y no tanto buscando responderlos en su totalidad, dado el tiempo y espacio. Esta estructura permitirá hallar las características en común que tienen estos casos seleccionados, necesarias para formular lineamientos hacia la problemática que se busca comprender aquí. Estas características en común encontradas en estas prácticas tienen que ver con las acciones llevadas a cabo en la calle, con las temáticas que se encuentran en sus motivaciones, la perspectiva de género y las luchas sociales en torno a los derechos humanos, entre otras. El análisis de la presente investigación tendrá un abordaje de tipo cualitativo, con la intención de un acercamiento a los objetivos planteados buscando comprender cómo surgen las acciones y las motivaciones de los actores en relación con sus prácticas. Se plantea la construcción de un estudio de casos interpretativos conducidos por criterios teóricos establecidos que se guie según las categorías conceptuales planteadas en una red de observación centrada en un eje comprensivo, no explicativo. En este trabajo será central la importancia de los casos seleccionados como unidades de análisis, relevante para la comprensión de la problemática que se plantea.3 En este sentido, a partir de dicha selección, las categorías que corresponden a la dimensión de duelo público se buscarán en la visibilidad que toma la performance en el espacio público a través de un lenguaje propio que lo hace posible. A su vez, en relación con el concepto de performance que aquí se integra, se buscará analizar categorías que se relacionan con el lenguaje corporal, la creación o convocatoria hacia lo colectivo, las pautas pre establecidas en la acción y aparición de elementos relacionados con formas alternativas de comunicación. Por último, con respecto al activismo y al artivismo en términos de dimensión, se buscará encontrar algunas semejanzas y diferencias, cómo se han influido, qué relación tiene con las definiciones políticas que expresan y cuáles son sus tácticas de acción.
Desarrollo:
Más allá del activismo: el artivismo como mecanismo de acción política Los casos seleccionados como antecedentes activistas desde la práctica performática son la Marcha del Silencio y Mujeres de Negro y como performance se observará a La caída de las campanas y Diez de cada diez que al ser propuestas originadas desde lo artístico pueden ubicarse más claramente en el artivismo, considerando que los cuatro casos tienen en común el duelo y la protesta contra la violación de los derechos humanos. Por lo tanto, se analizarán cuatro casos como acciones performáticas, las dos primeras mencionadas desde un plano activista, y las dos últimas como performances artísticas que pueden ser analizadas como artivismo; asimismo, los cuatro casos tienen en común la expresión de un duelo (luto). Se busca aportar elementos para comprender acciones políticas o artísticas que se llevan a cabo a través la performance en nuestro país que surgen y se originan a partir de hechos que atentan contra la vida. Como ya se ha mencionado los colectivos seleccionados aquí plantean el duelo público y la protesta contra la desigualdad estructural que atenta contra la integridad física y psíquica. Con el foco en las muertes forzadas, tanto de la última dictadura militar como en los femicidios en la actualidad, la preocupación y la lucha se centra en que unas vidas valen más que otras. Quiénes valen menos, o no valen, se encuentran en un lugar de precarización, vulnerabilidad y desigualdad en el recorrido y desarrollo de sus vidas. En protesta a esta lógica de desigualdad y en consideración de que la situación pone en riesgo constante las vidas de las personas, y que podría ser evitable, surge como una táctica de protesta, el artivismo. De este modo, el artivismo con objetivos políticos puede manifestarse a través de intervenciones artísticas, performances y otras en diversos espacios compartidos. Es necesario un acercamiento a la noción de artivismo como mecanismo de acción tanto de los colectivos que emergen desde el arte como de aquellos que surgen del activismo, pero que poseen tácticas performáticas, y que pueden haber influido a otras prácticas que hoy se encuentran en el ámbito del artivismo. En este sentido, como ya se ha mencionado será pertinente aclarar, por un lado, que dentro de artivismo se podría ubicar a las performances La caída de las campanas y Diez de cada diez, y por otro lado se ubican en el activismo con sus prácticas performáticas la Marcha del Silencio y Mujeres de Negro. En referencia a estas dos últimas, siendo acciones que surgen desde y para el activismo, se podría considerar estas prácticas como de tipo performance para su comprensión, tal como lo plantea Taylor (2015),4 y que, si bien no posee características voluntariamente artísticas, si reúnen pautas y tácticas planteadas previo a la acción, con un uso estético de los colores, elección de un modo de transitar la acción, y distintos momentos que conforman una secuencia dentro de la misma acción. A saber, la Marcha del Silencio sale todos los años a la misma hora desde el mismo lugar y la formación tiene un orden donde los familiares y amigos directos se ubican al principio para salir. En el recorrido se llevan carteles con las fotos de las víctimas y se recorre en silencio la calle. Llegado a un punto de la calle 18 de julio (Intendencia de Montevideo), comienzan a transmitir por altavoces los nombres y apellidos de las victimas que hoy faltan y, cuando se llega al final del recorrido, suena el himno nacional. Por otro lado, Mujeres de Negro es considerada por características similares a la Marcha del Silencio, aunque sus objetivos se centran específicamente en la lucha contra la violencia de género (femicidios), se hallan pautas prestablecidas como el uso de color negro, carteles con los nombres de las víctimas llevadas por mujeres en el recorrido de las calles, la convocatoria exclusiva solo a mujeres, entre otras características (ya que no todos los años se acciona exactamente de la misma forma ni en la misma fecha). Todas estas características mencionadas, tienen como fin ubicar tanto a la acción de la Marcha del Silencio, como a las acciones que llevan a cabo las convocatorias de Mujeres de Negro en el ámbito de la performance como metodología de transmisión de conocimiento (en sintonía teórica con Taylor). La performance como forma alternativa de comunicación, a su vez, permite transitar y apropiarse de las emociones ya que habilita la posibilidad de habitar lo que acontece allí. En estas prácticas la emocionalidad y el dolor se habita en la práctica misma, expresando en esa acción contenida y concentrada el dolor diario que se vive. Esto se observa en sus objetivos políticos que tienen directa relación con las muertes (asesinatos), es decir, duelan las perdidas evitables. Todas estas características descritas conforman una práctica performática y se podría decir que el artivismo se vale de estas experiencias previas como inspiración articuladora de prácticas de performance e intervenciones urbanas integradas desde el arte. Desde el artivismo pueden surgir performances, intervenciones urbanas u otras que pueden tener características similares a acciones originadas a partir de movimientos sociales sin pertenecer a estas y su vez pueden tomar tácticas que se han adoptado desde prácticas activistas. Por otro lado, en línea con Pérez Buchelli (2019), Mujeres de Negro, La caída de las campanas y Diez de cada diez se pueden observar cómo enunciaciones desde sus propios cuerpos que dialogan con el contexto de radicalización política. En este sentido, sería interesante poder comprender cómo desde prácticas militantes artísticas (artivismo) y expresiones micropolíticas buscan la emancipación desde lo privado hacia lo público. Es también, a partir de esto que se plantea un duelo privado que se vuelve un duelo social, siendo así fundamental la comprensión de cómo surge este duelo público y porqué aún sigue expresándose en nuestra sociedad. Asimismo, es a partir del artivismo que permitirá conocer cómo se conjuga las definiciones políticas con estas prácticas performáticas a partir del trabajo corporal que caracteriza el lenguaje creativo de los actores buscando comprender de qué manera esos usos del cuerpo se vinculan de forma política a través del duelo que se encuentra en diputa. Lola Proaño, en su trabajo sobre el colectivo facc5 en Argentina, afirma que las acciones se caracterizan por la forma no-narrativa, en la cual encuentra una lejanía con la política en el estilo explicito que se halla en la discusión enmarcado en lo partidista e institucional, sin quitar así su politización. En las acciones «aparece la mirada de los que se sienten marginados del sistema, la voz opuesta a la voz del poder político y económico, los cuerpos en peligro de desaparecer» (Proaño, 2017, p. 53). Las acciones ubicadas en el campo político juegan un papel fundamental a través del descubrimiento de los cuerpos reales, los que sufren literalmente la violencia política expresada en una existencia que no se deja ver más allá que en las estadísticas. La autora afirma que «el pasado se vuelve entonces dinámico y la historia abierta a nuevas lecturas que abren las fisuras para encarnarlas en los cuerpos artivistas». Estos «cuerpos artivistas, […], muestran teatralmente el impacto del pasado que deja de ser “lo ya sido”, para enfatizar su continuidad en el presente y provocar la emergencia de una historia viva, activa, inacabada» (Proaño, 2017, p. 53). La autora plantea que «el uso teatral del silencio enfatiza la gestualidad corporal» (Proaño, 2017, p. 58), asociando el mismo con el duelo en relación con el dolor a causa de los asesinatos y desapariciones en la dictadura. Proaño formula que los cuerpos político-artísticos o artivistas son «el despertar de la memoria colectiva que percibe sensorial y emocionalmente, mediante el impacto del cuerpo presente» (Proaño, 2017, p. 60). La lucha contra la violencia se halla de diversas formas con diferentes tácticas, al observar que, desde la performance, las intervenciones y diversas propuestas artísticas ponen el cuerpo en la acción y trascienden cualquier discurso narrativo que trate de describir la muerte al desafiar la sensibilidad desde la afectación. Así como plantea Judith Butler (2019): En la calle, los cuerpos reorganizan el espacio de aparición con el fin de impugnar y anular las formas existentes de la legitimidad política; y así como a veces ocupan o llenan el espacio público, la historia material de estas estructuras actúa igualmente sobre ellos, convirtiéndose en parte de la propia acción y reformulando la historia en el preciso momento en que ellos despliegan sus mejores estratagemas. Son actores subyugados y empoderados que tratan de arrebatar la legitimidad a un aparato estatal existente, sobre el cual descansa la regulación del espacio público de aparición, para constituir ellos mismos su propio teatro legítimo. Al arrebatar ese poder se crea un espacio nuevo, un nuevo intersticio entre los cuerpos, por así decirlo, que reclama el espacio existente justamente en los mismos actos que permiten recuperarlos y darles un nuevo sentido (p. 89). Desde la década del sesenta los y las artistas «han usado el cuerpo para enfrentarse a los regímenes de poder y a las normas sociales, y también para insertar al cuerpo frontalmente en el quehacer artístico» (Taylor, 2015, p. 9). Una de las formas es la performance, reconociendo que «no es solo el acto vanguardista efímero, sino un acto de transferencia, que permite que la identidad y la memoria colectiva se transmitan a través de ceremonias compartidas» (Taylor, 2011, p. 19). En línea con los aportes de la autora, es de observar que las performances transmiten saber social, memoria y sentido de la identidad a través de actos vitales de transferencia que se dan a partir de acciones reiteradas (Taylor, 2015, p. 22). De esta forma no solo podemos estudiar las performances, sino que es posible estudiar eventos como si lo fueran, lo que permite constituir un lente metodológico. Erika Fischer-Lichte se introduce en el tema estableciendo que «el término deriva del verbo “to perform”, ‘realizar’: «se “realizan” acciones» (Austin, 1998, p. 47 citado en FischerLichte, 2004, p. 47). Según la autora los términos performativos «son autorreferenciales porque significan lo que hacen, y son constitutivos de realidad porque crean la realidad social que expresan» (Fischer-Lichte, 2004, p. 48). Las condiciones a cumplir para que un enunciado sea performativo no son, por lo tanto, solo lingüísticas, sino sobre todo institucionales y sociales (Fischer-Lichte, 2004, p. 49). La autora introduce a Austin y construye sus aportes integrando teoría de Butler.6 Este agregado de los aportes teóricos de Butler, tiene que ver con que la autora identifica la comprensión de lo performativo más allá del lenguaje, sino que lo incorpora al cuerpo, a las acciones corporales. En este sentido, según Erika FistcherLichte, Butler afirma que de esta forma la performatividad de los cuerpos no es previa a una identidad preconcebida, sino que, más importante, genera identidad. Así, pues, la identidad -como realidad corporal y social- se constituye siempre a través de actos performativos. En este sentido, performativo significa, sin duda, como en Austin: constitutivo de realidad y autorreferencial (Fischer-Lichte, 2004, p. 55). Se introduce estos planteos que trae la autora, para diferenciar lo performativo de lo performático y cómo se introduce en el marco del arte y de la performance. De ambos autores citados, Fischer-Lichte considera «la realización de los actos performativos como una realización escénica ritualizada y pública. Para ambos existe sin duda una estrecha y evidente relación entre performatividad y realización escénica (performance)» (Fischer-Lichte, 2004, p.58), y en este sentido para la autora habría que añadir una teoría estética de la performance. Se continuará de este modo, distinguiendo entre el concepto performativo explicitado antes, y performático, el cual se utilizará de forma central. Sobre la base de los planteos de Fischer-Lichte (2004) se tomará la palabra del uso contemporáneo de performance en español, performático, para denotar la forma adjetivada del aspecto no discursivo de performance. En este sentido, para hacer referencia a características teatrales o escénicas de una intervención artística (o performance) diríamos que se trató de algo performático y no performativo. El performance constituye un proceso de práctica, episteme, evento, intervención, acto y modo de transmisión conformando así una especie de esponja absorbente de ideas y mezcla de diversas disciplinas que crean su propia metodología para acercarse a nuevas y distintas formas de entender y conceptualizar el mundo. Tanto Fischer-Lichte como Taylor coinciden en el término, uso de la palabra y concepto de performático. En este sentido, se busca comprender las rupturas ideológicas, principalmente porque transmiten otras ideas fuera de la institución, otras formas de sentir y de ser distinta a lo que normalmente se espera que suceda en el espacio público, creando así una ceremonia compartida que fortalece la inclusión del cuerpo como metodología de confrontación en el arte. En estas acciones se encuentra el arte del performance, el teatro, la danza, actos sociopolíticos culturales, como puede ser las protestas políticas, los desfiles militares y funerales, entre otros. Siguiendo a Diana Taylor (2015) «estas prácticas suelen tener su propia estructura, sus convenciones y su estética, y están claramente delimitadas y separadas de otras prácticas sociales de la vida cotidiana» (p. 17). Según la autora el performance tiene un potente poder persuasivo, performático y simbólico para apoyar o resistir sistemas hegemónicos. Taylor (2015) afirma que «si la norma del performance es romper las normas, la norma de los estudios de performance es romper con las barreras disciplinarias» (p. 65). En resumen, el performance actúa tanto como canal de diversificación del conocimiento, como de modos de transmitir ideas. Por otro lado, según Ileana Diéguez (2009) desde el concepto de liminalidad en torno a las reflexiones de las situaciones escénicas y políticas en América Latina, «lo político no se configura por las problemáticas y los temas, sino especialmente por la manera en que se construyen las relaciones con la vida, con el entorno, con los otros, con la memoria, con la cultura e incluso con lo artísticamente establecido» (p. 1). La autora plantea analizar tanto las representaciones realizadas por artistas en acciones políticas, como las prácticas políticas de ciudadanos no identificados como artistas en la escenificación de imaginarios y deseos en los espacios públicos llevado adelante por los colectivos. El concepto de liminalidad, tiene como fin expresar las «complejas acciones artísticas, políticas y éticas que se realizan como actos por la vida» (Diéguez, 2009, p. 16), que al fin y al cabo se configuran como prácticas socio-estéticas. En el artivismo se encuentran las performances y las intervenciones artísticas que cumplen con ciertas características que, en general, se hallan en ámbitos compartidos, entendidos como públicos ampliados a los espacios que se habitan de forma comunitaria y también virtualmente. Esto tiene que ver y se relaciona con la articulación de las performances y demás intervenciones artísticas como formas de expresión típicos del artivismo.8 En referencia a las propuestas performáticas mencionadas, las redes sociales han generado más allá de la acción en sí un impacto de difusión de los sucesos con objetivos de expansión en cuanto a las causas que los interpela, sobre todo en temáticas que tiene que ver con violencia de género y racismo. La especialidad del artivismo radica en un buscado despliegue de sensibilidades tanto emocionales como ideológicas con intencionalidad de provocar un movimiento no solo de la conciencia, sino de los cuerpos poniéndolos en dialogo con la acción política. El artivismo es llevar desde el arte a las últimas consecuencias la lógica de la performance, entendida como lo que atribuye la capacidad de producir desterritorialización, dislocamiento, descentralizaciones, intensidades, intersubjetividades, como plantea Delgado (2013). En este sentido, performance y espacio (público, privado, presencial, virtual, etc.) interactúan y se retroalimentan mutuamente. El artivismo funciona como alterador del orden público como vehículo para arribar de forma individual, desde el arte con sus propias metodologías, interpelando la subjetividad desde una modalidad que opera desde la sensibilidad al generar diversas posibilidades de acción política.
Conclusiones:
Explorar tanto la Marcha del Silencio y Mujeres de Negro como propuestas artísticas antecedentes, para analizar las performances La caída de las campanas y Diez de cada diez, nos permite navegar en el terreno del arte y de lo visual en dialogo con lo político en Uruguay como otra alternativa de expresión. Estos casos seleccionados, como acciones performáticas y como performances propiamente dichas, tienen que ver con que todos crean una vivencia, es decir, se interpela desde lo emocional buscando conmover desde la experiencia sentimientos que atraviesan el cuerpo y se mantienen en el tiempo. Se observa en tiempo real una mirada en la cual a través de sus propuestas buscan investigar y dar visibilidad a hechos que requieren de memoria, humanidad, con perspectiva de género, en un espacio de representación construido de forma subjetiva a partir de posturas que buscan políticamente hablar del sistema de violencia en el que vivimos. Como antecedentes activistas se observa, por un lado, la Marcha del Silencio como práctica performática que denuncia los crímenes de la dictadura. Por otro lado, al igual que la anterior cómo práctica performática, se observa las acciones de Mujeres de negro enfocadas en denunciar la violencia de género. Asimismo, desde tácticas artivistas se plantean La caída de las campanas y Diez de cada Diez como performances que denuncian de manera específica la violencia hacia las mujeres, niñas y disidencias, problematizando la muerte (asesinatos). En este sentido, los cuatro casos seleccionados visualizan un duelo público y la denuncia contra la violencia a través de prácticas situadas en la calle, que tienen características performáticas desde el activismo en el caso de la Marcha del Silencio y de Mujeres de Negro, y de tipo artivista como táctica de acción política a través de las performances en el caso de La caída de las campanas y Diez de cada diez. Los dos primeros casos si bien su origen no se encuentra en el terreno del arte, la acción consiste en empoderarse de la calle de forma creativa con la intención de conmover y trascender las formas de protestas típicas. Se diferencian claramente de convocatorias que tienen que ver con concentraciones en la vía pública o traslados de un punto a otro con una consigna específica en un año particular, es decir que suceden todos los años. Estas tácticas que los convierte en activistas y artivistas se llevan a cabo con el objetivo de trascender la problemática desde lo sensorial esperando conmover y emocionar más allá de lo narrado al intervenir en los espacios públicos, poder que se encuentra en la performance como lenguaje. La caída de las campanas y Diez de cada diez se originan desde el ámbito artístico e incorporan intereses activistas buscando explorar el lenguaje de la performance, ubicándose así en el terreno del artivismo. Indagar en el arte hace necesario la exploración de otros lenguajes posibles y crear diversas posibilidades para transmitir conocimiento. El artivismo pone el cuerpo en acción, y la performance es una herramienta para hacerlo posible transformando las formas de materializarlo y comunicarlo. Un duelo interno e individual que se vuelve público y social se hace posible a través de la performance como mecanismo de sensibilización y visualización de forma directa, sea por la acción en sí o por las repercusiones de la acción. Con el objetivo de poner en discusión temáticas de profunda sensibilidad, que requieren poner en juego la emocionalidad, el arte es un camino para hacerlo posible. Transformar la palabra en silencio, reaparecer los cuerpos desaparecidos en sus cuerpos artivistas poseídos por el dolor, cambiar la narración por la vivencia y sentirlo en carne propia, es posible habilitando la potencialidad del arte y la performance convirtiéndose en acción política, como el caso de La caída de las campanas y Diez de cada diez. En resumen, acercarnos a estos casos desde los estudios de performance, como desde el artivismo y el activismo en Uruguay, es también una vía para problematizar y reflexionar acerca de los temas que se interpelan en sus acciones. Desde una perspectiva sociológica que aborda el arte desde su acción e integra conocimientos de otras disciplinas se halla el modo de dejar planteada la relevancia de indagar más sobre estos temas. Cuando se trata del duelo interior, «“expresar sus tormentos” supone recurrir a figuras del lenguaje (símbolos, metáforas, alegorías) suficientemente conmovidos y conmovibles para que entren en relación solidaria con el pasado victimado» (Richard, 2007, p. 136).
Bibliografía:
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Palabras clave:
Palabras clave: duelo público, performance, artivismo, derechos humanos, Uruguay