Resumen de la Ponencia:
Históricamente, el cristianismo protestante se ha desarrollado de la mano de un fenómeno musical que lo ha caracterizado y que, a lo largo de los siglos, ha conformado una liturgia y un momento de carácter sacro muy particular de dicha religión. Es en la Reforma Protestante donde esta música adquiere su forma más conocida hasta hoy: la del himno, obra musical consagrada en el cristianismo protestante durante la modernidad, caracterizada por una fuerte carga doctrinal y por una dinámica musical discreta, pero mayor y disruptiva frente a sus antecesoras.Durante los últimos 50 años, y a la par del advenimiento de nuevas formas que ha adquirido el capitalismo voraz, este género musical ha vivido su época de mayores cambios. Nuevos ritmos, y letras, nuevas formas de producción, distribución y consumo han plagado a la música cristiana y construido un nuevo modo de hacer alabanza en el protestantismo contemporáneo. Estas formas, caracterizadas a grandes rasgos por romper con la forma tradicional del himno moderno y adaptarse a las tendencias musicales, políticas y estéticas del mercado y del momento, es lo que se denomina en esta ponencia como el Worship. El desarrollo del Worship en América Latina es un problema para investigar porque implica un proceso de mercantilización (en el marco de una sociedad global), en el cual el Worship disfraza de un estilo musical, y de una identificación religiosa-espiritual, a un modo de vida acorde a las métricas del capitalismo. Este tipo de música, entonces, se convierte en un instrumento reproductor de ideas, comportamientos, y posturas políticas, económicas y culturales favorables a una hegemonía cultural, política y económica que, incluso, contradice los principios del mismo cristianismo protestante. Ergo, bajo la legítima bandera de una fe, las personas pueden reproducir irreflexivamente todos esos valores mediante sus consumos y construir así su identidad cristiana con una serie de principios distorsionados o no necesariamente fieles a lo que dicen profesar. Por ello, es necesario reflexionar en torno a este proceso de mercantilización que reflejan las contemporáneas expresiones de la música cristiana, la cual hoy habita en el terreno de los productos de consumo y las industrias culturales. Se debe valorar, a partir de categorías como el
habitus de Pierre Bourdieu (2010) o el
aura de Walter Benjamin (2018), cómo este fenómeno incide en la forma en que las personas cristianas consumidoras de esta música construyen su identidad (religiosa, sobre todo) ajustando sus percepciones religiosas a la dinámica consumista del Worship, cuya naturaleza es más económica que espiritual. Esto significaría, además, un nuevo triunfo del capitalismo sobre un área de la vida considerada particularmente íntima y distanciada históricamente del lucro.