El presente estudio, se realizó en una comunidad p’urhépecha con características de marginación y más desfavorecida del estado de Michoacán. Las autoridades de salud pública en México decidieron implementar un programa para todos los habitantes “quédate en casa”, para evitar contagios, como una forma de cuidado sin tomar en cuenta a la diversidad de culturas y habitantes que viven en el país. Excluyendo la participación de otros actores que pudieran contribuir al cuidado de la salud. De esta forma, los niños y las niñas al parecer también fueron excluidos de las decisiones y formas de cuidado. El objeto del estudio busca comprender las interacciones, los conflictos, las dinámicas, y las tensiones que se generan entre los adultos y la niñez, desde las voces infantiles. La cultura infantil, representa uno de los grupos etarios más desfavorecidos y discriminados en la cultura indígena; los niños no son tomados en cuenta para la organización, los cuidados de salud y acuerdos en la comunidad. Durante la pandemia, se agudizó la subordinación, la violencia y las relaciones asimétricas entre la cultura adulta y la cultura infantil, con el cierre de escuelas, plazas comunitarias, canchas deportivas, escuelas, entre otros espacios públicos; obligó a la población infantil a quedarse encerrados en sus hogares; con estos encierros, aumentó la violencia infantil, y se agravó la hegemonía de los adultos. Las actividades de “ayudantía”, como los quehaceres domésticos, actividades del campo y pastoreo de ganado representaron los vínculos para violentar a los niños y las niñas. Además se prohibieron los juegos libres para evitar las interacciones y los contagios entre ellos, priorizando los juegos normados y reglamentados, incluyendo los juegos virtuales.Para este estudio, la investigación etnográfica permitió recuperar las voces infantiles, mediante charlas informales y entrevistas semiestructuradas. Los actores participantes fueron 20 niños, que oscilan entre 6 y 13 años entre niños y niñas. No obstante, durante la pandemia, los niños se apropiaron de algunos escenarios sociocomunitarios para jugar, interactuar y convivir con sus iguales. Con estas prácticas, los niños y las niñas demuestran que prefieren quedarse en comunidad infantil, jugando y aprendiendo entre ellos, en escenarios como el cerro, las barrancas de la comunidad, los caminos rurales, y los solares de sus casas. Es por ello, que surge la necesidad de visibilizar estas prácticas cotidianas desde la actoría de la niñez en estos espacios comunitarios, como agentes sociales y desdibujar la niñez, como un grupo pasivo, sin voz, y como una etapa de transición hacia la edad adulta.
#00272 |
De la fobia a la filia: prácticas y representaciones de los espacios urbanos de uso público durante la pandemia en el Área Metropolitana de Buenos Aires
La pandemia de COVID 19 produjo fuertes reacomodamientos materiales, regulatorios y simbólicos en ciudades de todo el mundo. El Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) no escapó a esta tendencia global y sufrió los impactos de la pandemia y de las políticas públicas extraordinarias que tomaron el gobierno nacional y los gobiernos locales para enfrentarla. Particularmente, los espacios urbanos de uso público fueron objeto de distintas y hasta opuestas medidas que primero prohibieron y vaciaron su uso y luego propusieron su reapertura y su intensa ocupación para evitar los encuentros en espacios cerrados. De este modo, en esta ponencia abordaremos los modos de percibir y practicar los espacios urbanos de uso público durante las diferentes etapas de la pandemia en el AMBA por parte de los habitantes de la ciudad formal. Así, nos preguntamos: ¿Cómo se transformaron los usos y representaciones de los habitantes de los espacios urbanos de uso público de la ciudad formal a partir de las primeras medidas tomadas por la pandemia? ¿De qué modo se modificaron estos usos y representaciones durante las distintas etapas de la pandemia? Como hipótesis de trabajo, sostenemos la distinción entre dos grandes etapas. Una inicial relacionada con el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) -un confinamiento estricto- en que las percepciones acerca de los espacios urbanos estuvieron hegemonizadas por la fobia debido a su asociación con emociones negativas, como el miedo al contagio. Se trató de una profundización de tendencias claustrofílicas preexistentes, en tanto se produjo una intensificación de la cueva aterciopelada y como contrapartida un comportamiento agorafóbico hacia el espacio urbano. La segunda etapa, algo más tardía y relacionada con el Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio (DISPO) -una apertura progresiva del confinamiento original-, la podemos caracterizar a partir de un giro en las percepciones y usos de estos espacios que se tornaron lugares imaginados como seguros y, por lo tanto, adecuados para diversas formas de socialización y esparcimiento. En este caso, observamos un retorno a la función higienista de los espacios verdes en tanto se profundizó su función de lugar para airearse y asolearse, e incluso para realizar actividades sociales que los habitantes de la ciudad formal típicamente solían realizar en el espacio privado. Se trataría de un momento agorafílico que pone en tensión la claustrofilia y agorafobia intensificada en la primera etapa de la pandemia. Para responder a estos interrogantes y objetivos proponemos realizar una triangulación metodológica, en tanto analizaremos los resultados de dos encuestas, dos tandas de entrevistas y observaciones que formaron parte del trabajo de campo de una investigación sobre la vida cotidiana durante la pandemia realizada por el Grupo de Estudios Culturales y Urbanos (GECU) al cual pertenecemos.
#00373 |
El problema de la digitalización de la movilidad urbana: el caso de los repartidores de aplicación.
Con la pandemia provocada por el virus SARS-COV2 y los llamados a la cuarentena y el distanciamiento, las plataformas digitales ejercieron un considerable impacto en la dinámica económica de las ciudades latinoamericanas y del mundo, así como en las formas de experimentarlas. Al respecto cabe insistir en contemplar las maneras en que tales actores económicos están modificando actividades cotidianas en todos sus aspectos, pero particularmente aquí se insiste en el rasgo de la mediación digital de la experiencia y la resignificación de los espacios de los habitantes. Esto debido al sutil monitoreo, gestión y control que dichas plataformas ejercen, vía aplicaciones digitales, sobre diversas prácticas sociales. Un caso ejemplar de ello es la actividad laboral del reparto de aplicación toda vez que anuda en sí las prácticas de movilidad urbana con una experimentación prescrita digitalmente debido a las necesidades mismas del trabajo en plataformas. Para el problema de la digitalización de la movilidad urbana, pensado desde el caso de los repartidores de aplicación, resulta relevante generar una aproximación a una ruta conceptual que ponga en juego varias de sus aristas: las arquitecturas digitales que establecen y organizan interacciones entre usuarios en sectores particulares como el del transporte (van Dijck, Poell y de Waal, 2018), los procesos derivados de lo anterior como la producción de espacialidades y movilidades en virtud, a su vez, del uso de tecnologías digitales (Ash, Kitchin y Leszczynski, 2016) y del impacto que las mismas plataformas tienen sobre la vida urbana y sus estructuras físicas y sociales (Barn, 2020). El caso idóneo para el ejercicio conceptual que ponga en juego los efectos de las plataformas digitales en la experiencia de la ciudad es el del reparto por aplicación. El trabajo de repartir para las aplicaciones digitales anuda y entrelaza una vivencia en movimiento y una circulación por el espacio urbano con las prescripciones digitales que las aplicaciones en cuestión despliegan mediante representaciones del espacio y el tiempo. Asimismo, los repartidores son relevantes para el problema conceptual en cuestión porque antes que obedecer ciegamente a los mandatos y a las directrices de las plataformas, usan las aplicaciones a su favor (De Certeau, 1990) para sortear tanto ciertos dilemas laborales como urbanos. Es decir, desde la agencia de estos trabajadores se puede pensar en caminos políticos para contrarrestar las disposiciones de control de las plataformas en tanto actores económicos con injerencias sobre la vida urbana.
#00507 |
Movilidades urbanas de mujeres trabajadoras del hogar en fraccionamientos de Huixquilucan, México
María Teresa Ramírez Figueroa1
1 - Instituto de Investigaciones José María Luis Mora.
La presente investigación gira en torno a reconocer un proceso inscrito en el espacio como la movilidad urbana, para develar implicancias de género y complejidades en el habitar, a partir de las formas en la que se estructuran los fraccionamientos de altos ingresos en Huixquilucan y Santa Fe Cuajimalpa, las rutas de transporte y los espacios de transición.Se considera que la imposición de costos económicos y de tiempo, así como obstáculos físicos y simbólicos derivados de la configuración espacial de estos fraccionamientos complejizan las movilidades de las mujeres trabajadoras del hogar. Por ello el cuestionamiento principal surge de analizar las dinámicas, problemáticas, significados y efectos que tienen las condiciones de movilidad urbana de las mujeres trabajadoras del hogar al trasladarse a fraccionamientos de altos ingresos en Huixquilucan y Santa Fe.Además de especificar qué se entiende por movilidad urbana desde una perspectiva de género, y qué categorías analíticas intervienen en su análisis. A partir de identificar la percepción que las trabajadoras del hogar tienen de las configuraciones espaciales de los fraccionamientos del poniente de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) en sus trayectorias cotidianas
#00590 |
Líderes locales y segregación en asentamientos periurbanos en el inicio de la pandemia por la COVID-19
La pandemia por la COVID-19 resaltó las múltiples carencias en las que viven muchos habitantes, en específico en las zonas urbanizadas de manera popular. A nivel mundial, se ha reportado que las principales preocupaciones en esos escenarios han sido la escasez de alimentos, desempleo, acceso a servicios básicos, violencia, entre otras que se convierten en dificultades para que los habitantes enfrenten la pandemia y el confinamiento. Estos temas han sido poco discutidos en los asentamientos periurbanos de las ciudades intermedias mexicanas. Espacios que se han urbanizado de manera segregada, tanto física y socialmente, respecto a otros territorios. En estos contextos los gobiernos locales no han tenido la capacidad para asegurar que los habitantes accedan a las necesidades básicas. Los líderes locales de los asentamientos en el periurbano han sido actores importantes para contrarrestar los efectos de la pandemia y la segregación vivida. Ellos son actores claves en la configuración de los asentamientos periurbanos. Ante las problemáticas vividas durante la pandemia, interesa conocer: cuál es el papel de los líderes locales en la atención a las necesidades básicas de la población durante la pandemia y cómo su actuar ha modificado la segregación vivida en esos asentamientos. El artículo explora el papel de los líderes locales y sus estrategias durante las etapas iniciales de la pandemia, reconociendo los cambios en el proceso de segregación de dos asentamientos periurbanos de una ciudad intermedia mexicana (Morelia, Michoacán). A partir de entrevistas con líderes locales de territorios periurbanos, se analizó su papel en el inicio, durante el confinamiento y en la nueva normalidad generados por la pandemia. Se encontró que los líderes fueron actores claves para gestionar alimentos y artículos sanitizantes, particularmente en los primeros meses de la Jornada Nacional de Sana Distancia. Además, se evidenció que los vínculos que esos actores habían generado con los funcionarios gubernamentales y los habitantes permitieron aminorar la segregación previa durante la pandemia, al fomentar la cooperación al interior de los asentamientos. Al mismo tiempo, las valorizaciones de los líderes hacia los nuevos residentes han incrementado la segregación social en los asentamientos, reproduciendo procesos de exclusión por el origen y el lugar dónde vive la población. Esto muestra que la pandemia tuvo implicaciones contradictorias en el actuar de los líderes y en la segregación en los asentamientos del periurbano, lo que dificultó a los habitantes satisfacer sus necesidades básicas.
#00691 |
Pandemia, “serviços infraestruturais” e espaço imobiliário
No Brasil, a pandemia pela covid-19 evidenciou a maior incidência de internações, mortes e perda de trabalho e renda entre trabalhadores de categorias profissionais associadas aos serviços das "condições gerais de produção", ou seja, “infraestruturais”: saúde, limpeza urbana, limpeza e manutenção, serviço doméstico, alimentação. Buscamos restituir alguns símbolos que marcam a gravidade social do espraiamento da doença, enfatizando como ela se manifesta nas relações de serviços vinculados à manutenção do espaço imobiliário, havendo como fundo a acumulação urbana e dependente do Brasil sob o neoliberalismo. A partir das constatações da realidade desigual da pandemia, iluminamos tendências contemporâneas contraditórias entre serviços da reprodução social e produção da cidade. A intenção é evidenciar como as transformações nas metrópoles são atravessadas pelo processo de subordinação (industrialização e capitalização) do trabalho “infraestrutural” aos novos desenhos de produção, circulação e consumo no espaço urbano.
#00824 |
EL INQUILINATO: VULNERABILIDADES DURANTE LA PANDEMIA Y POST PANDEMIA EN MENDOZA, ARGENTINA
María Florencia Ginestar1
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Virginia Miranda Gassull
1
1 - INSTITUTO DE AMBIENTE, HÁBITAT Y ENERGÍA (INAHE) - CENTRO CIENTIFICO TECNOLOGICO MENDOZA - CONICET.
El inquilinato es una forma de acceso residencial con relevancia en nuestro país, el 16,8% del total de la población argentina alquila una vivienda/pieza. Se entiende que las diversas formas de acceso al hábitat comprenden prácticas materiales y simbólicas que configuran el proceso de construcción social del espacio, a partir de las cuales emergen fronteras de diversas características y extensiones. El alquiler como opción para habitar se constituye desde condiciones precarizadas, con un alto grado de vulnerabilidad habitacional. Esta situación se agrava tanto por la dificultad para implementar la regulación existente (Ley de Alquileres), como por la falta de políticas y programas para mejorar las condiciones de vida del sector inquilino. El objetivo es reconocer los dispositivos jurídicos desarrollados en pandemia que buscaron regular/proteger al sector inquilino, como también la respuesta estatal municipal a la crisis habitacional. En este sentido, se propone comprender cuáles han sido las fronteras sociohabitacionales que se construyen en y desde los procesos de regulación para evitar desalojos de la población inquilina de los municipios de Capital, Godoy Cruz y Guaymallén del Área Metropolitana de Mendoza en contexto de aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) por COVID-19. Aquí se entiende el término de fronteras como un emergente propio de las prácticas materiales y simbólicas que se configuran en las ciudades en un determinado tiempo y espacio. Los sectores empobrecidos son los más afectados por las acciones del Estado en materia de regulación de alquileres y desalojos, acentuando los existentes procesos de segregación socioespacial del territorio provincial. Para ello, se toma el concepto de frontera como un elemento heurístico para abordar los procesos de fragmentación y segregación socio-urbana que se promueven con los dispositivos jurídicos que regulan el hábitat (en torno a inquilinato y desalojos) de los sectores más vulnerables de nuestra sociedad. Se analiza el Decreto de Necesidad y Urgencia 320/20 y sus modificaciones, Decretos 766/20 y 66/21 y la reciente Ley de Alquileres N°27551/20. Por otro lado, se toma para el caso de Mendoza la norma sancionada denominada “Ley Difonso” Nº 9271 (diciembre 2020) modificada por la Ley N° 9304 (marzo 2021), que criminaliza a los hogares en situación de usurpación. Como resultado, se considera que los tres dispositivos jurídicos analizados han promovido fragmentaciones sociales, vulnerando a los sectores que no tienen protección o garantías para habitar dignamente. A su vez, se concluye con un revisión de la realidad actual entorno a la situación de alquileres en los 3 municipios de análisis y el comienzo de la discusión de la Ley De Alquileres en abril 2022 en la que se revisará desde la Cámara de Diputados (comisión interbloque y actoral que tendrá 31 miembros para su revisión).
11:00 - 13:00
GT_02- Ciudades Latinoamericanas y Caribeñas en el siglo XXI
#00266 |
Antipoética de montañas y ladrillos. Lo socioterritorial en la obra de Nicanor Parra.
Luciano Fica Villalobos1
1 - Universidad de Chile. Departamento de Sociología, Laboratorio de Sociología Territorial.
"Creemos ser país y somos apenas paisaje" "La tierra se recupera en un millón de años, somos nosotros los que desaparecemos" "Esta ciudad está condenada a desaparecer". En estos versos de tres antipoemas se permite leer una preocupación fundamental de Nicanor Parra (1914 - 2018): la destrucción de la naturaleza por el humano contemporáneo a una velocidad espeluznante. Esta ponencia tiene por objetivo abrir una reflexión territorial inédita en torno la obra de Nicanor. Exploramos no solamente la aproximación biográfica del antipoeta con los territorios que habitó y la manera en la que estas experiencias de habitar se inscriben en lo amplio de su obra, sino que también delinearemos la presencia de un tópico territorial hasta el momento inexplorado en la obra de Parra. A través de una investigación cualitativa documental y de contenido a tres poemas publicados entre 1982 y 1985, acompañado de un repertorio visual que ilustra las reflexiones de lo investigado, se genera una demostración que decanta en la categoría de "Antipoética territorial". En este espacio teórico convergen las certezas de una era geológica propia -lo llamado Antropoceno- con la desaparición del entorno construido y cotidiano. Una tensión entre la presencia humana inmediata y un territorio que inevitablemente desaparecerá, quizás incluso por acción e indiferencia de lo humano para con lo ambiental. Esta categoría no solamente nos permite leer las interfaces entre la obra de Parra y lo territorial, sino que pretende ser una categoría que extienda sus fronteras a la obra de diversos poetas y poetisas que han comprometido parte de su obra a tópicos y causas socio-territoriales.
#00592 |
Aportes para el análisis de procesos de criminalización de toma de tierras
Este trabajo presenta una parte de una investigación más amplia en la que analizamos la criminalización de luchas territoriales en la norpatagonia argentina entre 2009-2015 (Giaretto, 2022). Entre esas luchas territoriales se encuentran tomas de tierras, formas de defensa de derechos territoriales indígenas y conflictos socio-ambientales. Una de las experiencias analizadas es la del Barrio Obrero, en Cipolletti, Río Negro, en la que se desplegaron diversas estrategias y técnicas de criminalización, con el propósito de desarticular la toma de tierras. Sin embargo, luego de 13 años de lucha el barrio se encuentra en proceso de regularización.El proceso de investigación social implicó reconstruir la experiencia de organización colectiva y analizar los modos de intervención estatal. A través de diversas técnicas documentales y técnicas vivenciales (Calello y Neuhaus, 2000), tales como análisis de expedientes y sentencias judiciales entre las primeras, y observación participante y entrevistas en profundidad a referentxs y funcionarixs, entre las segundas, reconstruimos las coordenadas contextuales a escala latinoamericana y argentina, focalizando en los procesos de criminalización de las luchas sociales en general, y de luchas territoriales en particular (Alvarado Alcázar, 2019). También, analizamos las políticas de vivienda que enmarcan estos procesos de tomas de tierras a escala nacional, subnacional y local. Finalmente, nos concentramos en el análisis de la experiencia particular del Barrio Obrero, identificando qué estrategias y técnicas de criminalización operaron, y también, visibilizando los procesos de subjetivación política que permitieron contrarrestar esa criminalización avanzando hacia la regularización del barrio.En esta experiencia de lucha territorial, se abrieron diversas causas penales y una causa civil que fue la que posibilitó emitir en varias oportunidades órdenes de desalojo, aunque no pudieron llevarse adelante por el bloqueo territorial de lxs vecinxs y por la disputa mediática, política y jurídica que llevaron adelante quienes han sido lxs referentxs de barrio. De este modo, vemos cómo el propósito intimidatorio del castigo (Marx, 2013), ciertas ficciones jurídicas (Marí, 1984) y la opacidad del derecho (Cárcova, 2006) operan como condiciones de posibilidad de los procesos de criminalización. Al mismo tiempo, también comprendemos, que los procesos de subjetivación política colectiva posibilitan la construcción de entramados comunitarios (Gutiérrez Aguilar, 2013) capaces de activar diversas formas de resistencia antagonista (Modonesi, 2006) que logran contrarrestar la embestida estatal.A partir de esta investigación, es posible plantear nuevos interrogantes acerca de los alcances y límites de los procesos de criminalización de las luchas sociales, entendiendo que la criminalización es una modalidad de la política represiva del Estado capitalista y que las luchas por los espacios vitales adoptan diversa intensidad en distintos contextos históricos. En este sentido, las relaciones posibles entre procesos de criminalización y luchas territoriales se definen y redefinen en las experiencias mismas.
#00626 |
La organización comunitaria como sujeto político de defensa ante la pérdida de los recursos hídricos por urbanización: caso de Monterrey, México
IVONNE ÁLVAREZ RUIZ1
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José Pablo Oropeza Burgos
1
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Nancy Lizbeth García Ramírez
1
1 - Universidad Nacional Autónoma de México-Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.
La presente investigación tiene como objetivo estudiar los nuevos procesos de conformación de resistencias comunitarias que han surgido en el entorno urbano a partir de la precarización de los recursos esenciales para la vida, en este caso particular del agua potable. A partir de un caso de estudio en particular, donde el día cero ha llegado hace un par de meses, se busca estudiar, por un lado, la relación que existe entre la desposesión de los recursos hídricos y, por otro, el desarrollo de la urbanización como una forma convencional de destrucción creativa del espacio y lo que le constituye con la finalidad de generar nuevas formas de dominación. Como un segundo punto se busca entender el proceso de conformación de las nuevas resistencias que ponen como punto central de lucha el derecho a la ciudad con sustentabilidad socioambiental, y la configuración de una agenda política que tiene como horizonte la vida digna y de calidad, con sanidad y agua potable. Es por ello que nuestra investigación se sitúa en el caso de Nuevo Leo como el primer espacio urbano que ha agotado el día cero en materia de recursos hídricos, siendo un foco de alerta para las demás ciudades, no solo de México sino de toda América Latina, región que cuenta con características particulares que la vuelven un punto de inflexión para ser el epicentro de dicho proceso de pauperización. Estas transformaciones han llevado a la ciudad no solo a un punto de quiebre sino también a un proceso de reorganización y de reconocimiento de agencia política, poniendo en el centro de la discusión al sujeto colectivo politizado y movilizado como aquel que tiene la capacidad de contraponerse al saqueo, generando una resignificación del espacio urbano y tomando al espacio público como aquel donde se reconoce el conflicto y desigualdad luchando por que cada persona tenga derecho a la ciudad acompañada de los recursos vitales para la vida.
#00849 |
Conocimiento y estadísticas en la formación de problemas urbanos: el déficit habitacional en Chile
La ponencia se enmarcará en la preocupación por el modo en que se configuran los problemas urbanos y habitacionales como objeto de atención de las políticas sociales, poniendo el foco en las prácticas de conocimiento que los nominan, definen y explican constituyéndose como mecanismos centrales para la legitimidad de la acción gubernamental. En específico se abordará el rol que adquieren las estadísticas en este contexto, utilizando como ejemplo el caso del déficit habitacional en Chile, el cuál, a lo largo del siglo XX, logra articular el campo gubernamental de la vivienda estatal. Para ello, el trabajo se apoya en el análisis de documentos relacionados con la política habitacional chilena del siglo XX, las recomendaciones internacionales en la materia, los instrumentos de medición y el discurso experto en vivienda, estableciendo relaciones entre las transformaciones en el modo de acumulación capitalista, la relevancia de la industria de la construcción en ese proceso, y el rol de la vivienda en la generación de un orden social y territorial. Se plantea que el déficit habitacional tiene un rol clave en los procesos de burocratización del habitar gracias a su configuración como “número público”, es decir, su capacidad de cerrar la discusión en la arena tecnocrática, a mismo tiempo que la logra transcender, haciéndose parte del sentido común y de la discusión cotidiana de las personas. En este marco, se releva el reposicionamiento del déficit habitacional en el discurso público y gubernamental a propósito de la pandemia mundial a causa del COVID-19 y una de las principales medidas para abordarla: “el quedarse en casa”.
#00865 |
Los principios de una hambruna anunciada en el oriente de la Zona Metropolitana del Valle de México. Otra lectura del avance de la COVID19
Jorge Mercado Mondragón1
1 - Universidad Autónoma Metropolitana, Azcapotzalco.
En el presente trabajo se analizan indicadores de tipo socioeconómico y cultural en la franja oriente de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) con el fin de examinar el avance de la Covid19, ello sin apegarse de forma estricta al razonamiento demográfico de las autoridades sanitarias. Se analizan también el cierre del espacio público –como parte de las medidas sanitarias- y las consecuencias que tiene para las familias que dependen de las actividades informales como principal estrategia de sobrevivencia, cuya consecuencia ha sido la aparición de episodios de hambruna. Para analizar las zonas de alto contagio en el Valle de México (en particular la zona oriente), hay que entender los principios y fundamentos epidemiológicos y las particulares dinámicas demográficas, además de considerar otro tipo de lógicas que puede ayudar a explicar desde otras perspectivas (fundamentalmente sociológicas, culturales e identitarias) el crecimiento que de forma importante ha tenido la pandemia en esos territorios. Si bien, la cantidad de población influye en las cadenas de contagio, no explica - algunas determinantes - que favorecen el avance de la pandemia, como pueden ser la pobreza, marginación, analfabetismo y, sobre todo, los niveles de hacinamiento, así como algunas actitudes y comportamientos de tipo culturales. Es importante señalar que se escogió únicamente el lado oriente de la ZMVM, pues al principio de la pandemia dicho espacio fue uno de los que presentó un alto índice de contagio de manera acelerada. Las autoridades sanitaras atribuyeron dicha situación a que es el espacio más densamente poblado del que compone dicha zona. Como se señaló previamente, nuestra hipótesis es que no solamente es la alta densidad de población la que condiciona los altos picos de contagio, sino que a ese hecho hay que agregar otros factores sociales, culturales, tradicionales y económicos, como lo mostramos en el presente trabajo.
#00956 |
De articulaciones estado céntricas a entramados comunitarios vecinales: análisis de casos en Talca, Chile
Francisco Letelier1
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Victor Fernandez
2
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Juan Pablo Paredes
1
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Benjamín Adasme
1
Entre los años 2014 y 2018 acompañamos y estudiamos procesos de articulación comunitaria en dos zonas de una ciudad intermedia chilena, Talca. De ellas aprendimos que cuando las organizaciones vecinales escalan sus relaciones, se asocian y definen una agenda común, logran amplificar su capacidad de incidir en las políticas locales. Esto constituye un avance importante en el contexto de una acción vecinal caracterizada por la fragmentación y la desarticulación (Letelier, Tapia, Irazabal y Boyco, 2019). Sin embargo, haciendo una valoración crítica observamos que estos procesos vecinales tendieron a centrarse en el diálogo con el estado (descuidando los propios procesos comunitarios), y a estructurarse en torno a acuerdos entre dirigentes/as (echando pocas raíces en el territorio). A partir de estas observaciones hacemos un contrapunto con otro caso de articulación comunitaria territorial ocurrido en Talca, después, y a propósito del estallido social de octubre de 2019: la Coordinación vecinal en el sector Sur Poniente. (Vale decir que para nosotros el estallido constituye un momento de politización de lo social, tanto de las subjetividades sociales y de sus relaciones, que contribuye a dislocar la concepción estado céntrica de lo comunitario).Este segundo caso lo observamos desde la conceptualización que de lo comunitario hace Raquel Gutiérrez. Según su definición, lo comunitario es un tipo de relación o vínculo cuyas especificidades lo diferencian de las relaciones organizadas en torno a al estado y al capital. Lo comunitario, y sus entramados, constituyen una esfera con autonomía relativa, capaz de producir su propia riqueza (valores de uso) y politicidad (gestión de esos valores de uso).Los resultados muestran que el estallido gatilló una resignificación de las relaciones vecinales y sus entramados a partir de lo cual se generó un proceso de articulación ascendente. Este proceso es más reticular y basal que las experiencias que nos sirven de referencia, más socio céntrico y asume que el territorio debe ser considerado como espacio donde se ensayan proyectos de sociedad. Este proceso, reticular, socio céntrico, y performático, abre nuevas posibilidades para pensar lo vecinal. Si bien las experiencias que habíamos estudiado muestran un incremento del poder de las organizaciones para intermediar, este poder sigue estando sujeto a la órbita de las formas estatales de gestionar lo social. En cambio, aquí aparece lo comunitario como esfera autónoma. Que no existe para dirigirse al estado, sino para reproducirse a sí misma.
#02635 |
PRODUÇÃO DO ESPAÇO URBANO E SEGREGAÇÃO SOCIOESPACIAL EM SÃO JOSÉ DE RIBAMAR-MA: o caso do Residencial Nova Terra
Wanderson Ferreira dos Anjos1
1 - Universidade Estadual Paulista (UNESP), Campus de Presidente Prudente.
A produção capitalista do espaço faz emergir embates e lutas, denotando o caráter socioespacial que permeia os estudos urbanos. Destaca o processo de segregação socioespacial com base na diferenciação de áreas, a partir do conteúdo social e econômico. Evidencia a importância da industrialização e da urbanização para remodelagem da vida cotidiana, através de novas práticas. Sintetiza a análise espacial com base na escala inter-urbana pautando-se no Residencial Nova Terra, em São José de Ribamar-MA. Aproxima as reflexões sobre a produção do espaço com base em interesses pré-definidos por atores que engendram a organização da cidade e sua dinâmica. Pontua o setor imobiliário e o Estado como elementos fundantes da segregação, à medida que impulsionam disparidades entre as classes sociais.Palavras-chave: Espaço urbano. Segregação Socioespacial. Residencial Nova Terra.
Introducción:
As pesquisas sobre o processo de segregação socioespacial têm permitido aprofundar as análises sobre dois elementos basilares: o setor imobiliário e o papel do Estado, que de forma articulada reorganizam a dinâmica urbana, a partir de objetivos e interesses imbrincados. Nesse contexto, priorizam-se determinadas classes em detrimento de outras, abastecendo certos pontos/áreas da cidade com serviços e equipamentos e segregando outras camadas noutros pontos. Assim, as contradições e a luta de classes são fundamentais para o entendimento da reestruturação urbana que passa a ser modelada a partir do modelo capitalista de produção. Cabe salientar que essa dita produção tem múltiplos sentidos e que há múltiplas relações por trás dos processos de produção e consumo.
Denotam-se assim lógicas por interesses das atividades de produção e comercialização, mas também e cada vez mais por interesses fundiários e mobiliários. A segregação explicada, portanto, através das estratégias dos atores, operadores, ao estabelecer as condições entre proximidades e distâncias entre classes sociais (é com base nesse apontamento que esse estudo se desenvolve, não tomando o processo de segregação como um mecanismo natural, como apontava os ecologistas da Escola de Chicago).
Para tanto, há que se enfatizar os processos de industrialização e urbanização como motores para a fixação de novas pessoas e maiores contingentes populacionais nos grandes centros urbanos, o que demandava uma organização para sua fixação em espaços adequados, porém isso não aconteceu. O que houve foi a proliferação de áreas improvisadas, lugares inóspitos sem nenhuma condição de saneamento, em que as casas eram improvisadas, já denotando a separação de classes sociai, de certa forma.
De caráter qualitativo, essa investigação científica busca tecer alguns apontamentos sobre o a segregação socioespacial de modo a pontar se esse processo se evidencial no Residencial Nova Terra, empreendimento do Projeto Minha Casa Minha Vida implantado no município de São José de Ribamar-MA. Como instrumento de coleta de dados, utilizou-se um questionário semiestruturado com 18 perguntas (envolvendo 15 moradores), abordando sobre serviços, equipamentos, localização entre outros elementos que permitem interpretações que podem colaborar no estudo da temática. Além disso, fez-se uma pesquisa de campo com registro fotográfico para apreensão de pontos atinentes a pesquisa.
Desarrollo:
2 SEGREGAÇÃO SOCIOESPACIAL
As discussões em torno do conceito de segregação urbana deram-se a partir das décadas de 1930 e 1940 com estudiosos da Escola de Chicago, os quais buscavam explicar a escolha preferencial por localizações residenciais de determinados grupos e famílias, de diferentes classes de renda, no interior das cidades estadunidenses, entendendo esse movimento como algo natural e comum do processo de urbanização. Porém, em 1960 pensadores de influência marxista dão nova luz ao conceito, entendendo-o como rico instrumento para compreensão da urbanização capitalista e mais precisamente dos processos desiguais e contraditórios a ela relacionados. Tais pensadores, entre eles Lefebvre, [...] promoveram uma espécie de ‘desnaturalização’ da análise da produção do espaço urbano.” (Souza, 2002, pp. 25-26).
A organização e estruturação do espaço urbano refletem a luta de classes nesse sistema capitalista, sendo a segregação resultado desse movimento, indo apara além de uma análise da “mera constatação da localização das diferentes classes sociais no espaço urbano.” (Vieira & Melazzo, 2003). Assim, a organização do espaço urbano na sociedade capitalista está atrelada a própria organização e produção social no qual esse espaço é entendido como uma mercadoria e, portanto, tem seu acesso diferenciado pelas classes sociais (diferentes), levando a uma apropriação espacial subjetiva e ideológica.
Deve-se buscar compreender o espaço a partir de sua gênese, mas enfatizando sua produção pela sociedade atual. A organização do espaço com fins específicos, apropriado pelo novo modelo de produção, ou seja, a conjuntura capitalista reconfigura e reorganiza o espaço de acordo com seus interesses próprios, engendrando um conjunto de modificações nele e sobre ele. “A organização do espaço centralizado e concentrado serve ao mesmo tempo ao poder político e à produção material, otimizando os benefícios. Na hierarquia dos espaços ocupados as classes sociais se investem e se travestem.” (Lefebvre, 2006, p. 14).
Seguindo essa linha de raciocínio, Carlos (2011, p. 68) expõe que:
A sociedade produz o espaço e, ao fazê-lo revela uma profunda contradição, entre um processo de produção, que é socializado, e a apropriação do espaço, que é privada. Portanto, o espaço se produz, produzindo conflitos latentes de uma sociedade fundada na desigualdade (uma sociedade hierarquizada em classes).
Nesse prisma, o espaço é seletivo, refletindo de forma nítida a sociedade de classes, marca da produção capitalista que gera desigualdades. A terra passa a ter um preço estipulado pelas regras de valorização do capital, regulado pelo mercado imobiliário, sendo adquirida por meio da compra; logo, não é acessível a todos os citadinos. Tal formulação leva-nos a inferir que boa parte da população que convive no espaço urbano possui acesso limitado a terra, buscando aquelas mais baratas e localizadas distante dos centros.
A presença de equipamentos de consumo coletivos e de boa infraestrutura urbana faz com que determinadas áreas possuam preços mais elevados e sejam mais disputados. Sendo assim, a localização assume papel preponderante e o mercado imobiliário tem destaque, na medida em que influencia o Estado na distribuição dos serviços urbanos, como apregoa Singer (1978, p. 36),
[...] quem promove esta distribuição perversa dos serviços urbanos não é o Estado, mas o mercado imobiliário. Sendo o montante de serviços urbanos escasso em relação às necessidades da população, o mercado os leiloa mediante a valorização diferencial do uso do solo, de modo que mesmo serviços fornecidos gratuitamente pelo estado aos moradores – como ruas asfaltadas, galerias pluviais, iluminação pública, coleta de lixo, etc. – acabam sendo usufruídos apenas por aqueles que podem pagar o seu “preço” incluído na renda do solo que dá acesso a eles.
No caso brasileiro, essa realidade acentua-se com o processo de urbanização que, desacompanhado de uma organização e planejamento, atrai um contingente populacional elevado aos grandes centros urbanos, em busca de melhores condições de vida e trabalho que lhes garanta meios de sobreviver, a exemplo de São Paulo. Esse mecanismo possibilita a ocupação em áreas irregulares, sem infraestrutura mínima e com habitações precárias, expressando nitidamente a segregação no seio da cidade. O espaço geográfico, vai, pois, revelando os moldes da expansão capitalista, configurando-se um canal onde esse modo de produção se reproduz, recriando novas geografias e novas desigualdades, como foi apontado por Harvey (2005) e Smith (1988).
Com o intuito de “atenuar” essa problemática, o governo brasileiro lança mão de políticas habitacionais, de modo a favorecer o acesso a moradia e a serviços básicos a essa grande parcela da população. Ainda assim, percebe-se a lógica da reprodução do capital na implantação dos novos conjuntos habitacionais, onde a busca por terrenos baratos é perseguida pelas construtoras, implementando as habitações em áreas distantes da malha urbana e carentes de infraestrutura, com acesso mais difícil ao centro e mais distantes do local de trabalho, segregando ainda mais os citadinos.
Estado, tradicional promotor de segregação residencial (junto com o capital imobiliário, ou tendo este por trás) ao investir diferentemente nas áreas residenciais da cidade e estabelecer estímulos, zoneamento e outras normas de ocupação do espaço que consolidou a segregação, atua, também como agente repressor. Via de regra, na tentativa de colocar os pobres ‘no seu devido lugar’: antes uma guarda das elites que uma polícia cidadã, igualmente respeitadora de homens, negros, de moradores privilegiados e pobres. (Souza, 2005, p. 90).
O aumento considerável de pessoas morando em situações precárias impulsionou ainda mais o debate sobre políticas de habitação no Brasil que favoreceu, em meados de 1960 a implantação de um projeto produtivista, por meio do Banco Nacional de Habitação (BNH) onde priorizava-se a quantidade de imóveis entregues, sem focar na qualidade destes. Tal modelo resiste até os dias atuais com o Programa Minha Casa Minha Vida, pois a oportunidade de acesso a moradia, educação, saúde, cultura, esporte, emprego, lazer não se dá de forma plena, carecendo de investimentos públicos nessas regiões distantes dos centros urbanos. O acesso da população de baixa renda à cidade é prejudicado, em primeiro lugar pela localização[1] em áreas periféricas e também pela infraestrutura ineficiente.
3 A PRODUÇÃO DO ESPAÇO URBANO RIBAMARENSE
Situado no extremo leste da Ilha do Maranhão, o município de São José de Ribamar pertence a macrorregião do Norte maranhense e microrregião da Aglomeração Urbana de São Luís, apresentando uma área de 388,371 Km2 e 163.045 mil habitantes (Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística [IBGE], 2010). É rodeado pelo mar da Baía de São José e limitado ao norte pelo município de Paço do Lumiar e pelo Oceano Atlântico; ao Sul, pelos de Rosário e Axixá; a Leste, pelo de Icatu; a Oeste, pelo de São Luís. A sede do município possui uma altitude de 20 metros acima do nível do mar e sua posição geográfica é determinada pelo paralelo de 20.33’ de latitude Sul em sua interseção com o meridiano de 440.44’ longitude Oeste.
Historicamente, no ano de 1615 chegou ao Maranhão um grupo de missionários Franciscanos a bordo da esquadra de Jerônimo de Albuquerque. Em 1624, o então governador Francisco Coelho de Carvalho determinou a colonização das terras de São José de Ribamar através da carta régia do rei da Espanha D. Felipe IV. Assim, no dia 27 de dezembro de 1627 nascia o Arraial de São José. Conquistada a elevação do Arraial para categoria de Vila, a vida política da mesma começou a se desenvolver no início de julho de 1757 quando, por meio de alvará, o governador Gonçalo Pereira Lobato Souza, depois de devolver a liberdade dos índios (até então sendo estes “conduzidos” pelos missionários, muitos deles em cativeiro). As determinações do governador expressavam que se “[...] demarcassem terras o suficiente, não só para a subsistência dos atuais índios, com também para cem casais que pretendia introduzir no lugar. Eles fizeram mais do que lhes foi ordenado, marcaram terras para a subsistência de duzentos casais durante um século.” (IBGE, 1955, p. 299).
A vila passa a categoria de Distrito através do Decreto-Lei Estadual nº 159 de 6 de dezembro de 1938. A partir de várias idas e voltas, largando-se e reanexando-se a cidade de São Luís, o município passa a se chamar Ribamar, através da lei estadual no. 758, de 24 de setembro de 1952, assinada pelo governador Eugênio de Barros. Porém, a restauração definitiva do nome da Cidade foi feita pela lei estadual no 2.980, de 16 de setembro de 1969 que, a partir de então, passou a incluir o São José a Ribamar, ou seja, São José de Ribamar, em homenagem ao santo católico. (Reis, 2001). Observa-se na época um movimento de criação de municípios para distritos inadequados sem área urbana definida e sem economia própria, caracterizando-se uma estratégia política-eleitoreira, um jogo de interesses. “Esses projetos, compartimentam o espaço físico, metamorfoseiam o espaço rural produtivo em área urbana, num malabarismo eleitoreiro, à caça garantida e segura de votos, na ânsia da perpetuação fácil e demagógica do poder [...]” (Trovão, 1994, p. 78).
De acordo com Trovão (1994), é possível distinguir dois momentos no processo de ocupação do espaço rural da Ilha do Maranhão: ocupação antiga e ocupação recente, estando São José de Ribamar juntamente com Paço do Lumiar nesse primeiro grupo, onde os terrenos, em sua maioria, eram próprios. Doadas pelos primeiros proprietários aos seus afilhados, parentes ou ex-escravos, esses grandes terrenos comportavam muitas famílias, ocupando pequenas fatias da área. Assim, o aglomerado rural e o urbano da Ilha vai ganhando novas proporções.
Em 1950 somente a sede do município de São José de Ribamar correspondia ao espaço urbano da cidade, correspondendo a uma área de 15%. Dez anos mais tarde o percentual urbano e rural alcançava 50% da área total, fato que perdurou até 1965. Em 1970 a área urbana correspondia a 59,45% e em 1991 chegou a 58% da área total do município. (Trovão, 1994). A rodovia MA-201 facilitou o fluxo de pessoas para a capital, polo comercial, que começou a atrair um contingente populacional expressivo tanto de São José de Ribamar como do interior do estado, a partir da instalação de indústrias têxtis e dos grandes “projetos especiais” - Fábrica da Alumar, Porto do Itaqui e Corredor Carajás (Burnett, 2008) com perspectivas de um trabalho e aspiração por uma vida melhor.
O contexto atual apresenta forte presença da especulação imobiliária sobre pontos da cidade, aumentando o número de conjuntos habitacionais, loteamos. Há também um crescimento de estabelecimentos comerciais ao longo da rodovia MA-201, sobretudo nas proximidades do bairro Maiobão. O Residencial Nova Terra localiza-se próximo a esse subcentro, configurando-se numa localização estratégica ainda que numa área periférica do município ribamarense.
4 SEGREGAÇÃO SOCIOESPAÇIAL EM SÃO JOSÉ DE RIBAMAR: um enfoque no Residencial Nova Terra
Essa análise centra-se na escala intra-urbana, destacando o Residencial Nova Terra, localizado na área rural do município maranhense de São José de Ribamar, na parte central do município (centro geográfico). O empreendimento faz parte do programa do governo federal, Programa Minha Casa Minha Vida, lançado em 2009, através da Lei 11.977 que visa “[...] a criação de mecanismos de incentivo à produção e aquisição de novas unidades habitacionais ou a requalificação de imóveis urbanos e a produção ou reforma de habitações rurais, para famílias com renda mensal de até R$ 4.650,00 (quatro mil, seiscentos e cinquenta reais) [...]” (Souza, 2011, p. 32).
Está localizado na Zona de Transição da Área de Proteção Ambiental do Jeniparana (ZT JE), possuindo 678.200,27m² de área com um total de 4051 unidades habitacionais, tendo ainda 63.066,80m² destinados para áreas verdes e 19.788,00m² destinados a uso institucional. O residencial apresenta certa dinâmica interna marcada por fluxos de moradores em busca de outros lugares, para além desse espaço com o intuito de acessar serviços, comércio, lazer e equipamentos diversificados, estimulando um processo compulsório pendular (com deslocamento em massa) diariamente.
Nesse ponto, a acessibilidade e a mobilidade são enfatizadas e o transporte é evidenciado como fator preponderante e sua oferta é evidenciada como um dos principais entraves pelos moradores, pois todos (100%) foram unânimes em apontar a quantidade de ônibus como um grande agravante. Ainda assim, apontaram a diversidade de meios/tipos de transporte como algo positivo, pois além dos ônibus há moto táxi, van e carrinhos lotação. Em relação a avaliação dos sobre o transporte público, 50% dos moradores considera regular, 35,8% acha péssimo e 14,2% destaca como bom. Foi possível ressaltar ainda que ao fazer o percurso de casa até seu local de trabalho, 28,6% utilizam ônibus, 28,6% fazem o trajeto a pé[2] e 14,2% utilizam o transporte alternativo (van ou carrinho lotação) como meio de locomoção. O percentual de pessoas que não responderam é de 28,6% configurando-se como população desempregada.
Os deslocamentos constituem-se uma importante ferramenta para a verificação do processo de segregação socioespacial, pois a acessibilidade aos espaços de consumo, aos bens de consumo coletivo e aos serviços em geral é uma das principais características definidoras deste processo socioespacial. (Almeida & Whitacker, 2007, p. 1).
Sobre o grau de escolaridade e a renda mensal dos sujeitos, obteve-se a seguinte configuração: 50% concluíram o Ensino Médio, 21,5% possuem Nível Superior, 14,2% concluíram o Ensino Fundamental, 7,1% não concluiu o Ensino Médio e 7,1% não cursou nenhuma série. Em se tratando da renda, 50% dos moradores sobrevivem com menos de 1 salário mínimo, 42,8% possuem de 1 a 2 salários mínimos e 7,1% recebe mais de 1 salário mínimo por mês.
Indagou-se se o residencial possui posto de saúde e 100% apregoou que sim, porém enfatizaram a precariedade do atendimento no que diz respeito ao número de profissionais especializados para atendimento de enfermidades específicas, o que os leva a procurar a Unidade de Pronto Atendimento (UPA) mais próxima, situada no bairro Cidade Operária, distante 30 min utilizando van. Outros destacaram a Unidade Mista de Saúde do Maiobão e a Unidade Mista de Saúde de São José de Ribamar como opções no quesito acesso a serviços de saúde, a primeira distante 20 min. (percorrida de carrinho lotação) e a segunda 45 min (percorrida de van).
[...] a ocupação das periferias urbanas aumenta, consideravelmente, a necessidade de transporte e a oferta de serviços públicos, os quais, frequentemente, não suprem a demanda adequadamente. Como resultado tem-se os mais pobres segregados espacialmente e limitados em suas condições de mobilidade. (Souza, 2005, p. 23).
No quesito equipamentos de educação, o espaço possui apenas 1 creche municipal e 3 particulares. Os alunos que cursam o Ensino Fundamental e Médio precisam se deslocar para fora do empreendimento em busca de escolas. Uma opção utilizada por muitos pais é o pagamento a um motorista de carrinho lotação para levar e buscar seus filhos nas escolas (a unidade de ensino mais próxima dista 20 min. caminhando). Cabe salientar que há uma obra de construção de uma escola municipal de Ensino Fundamental com prazo de entrega para junho de 2022.
Em se tratando das áreas de lazer, o residencial conta com uma praça pouco arborizada, com alguns equipamentos infantis, um conjunto de 7 bancos (do lado direito da Unidade Básica de Saúde - UBS), alguns equipamentos para atividade física, um parquinho infantil, 9 bancos, 2 mesas e dois campos de futebol bem degradados (do lado esquerdo da UBS). Um morador apontou a precariedade desse espaço como motivo para não frequentação, tendo recorrido a área do Shopping Pátio Norte (distante 30 min. de carrinho lotação e 40 min de ônibus) para suas atividades de lazer. Vale ressaltar a construção de uma nova praça em outra área do conjunto residencial, já quase em fase de conclusão. “O estado age, sobretudo por cima, e a empresa por baixo (assegurando a habitação e a função de habitar nas cidades operárias e os conjuntos que dependem de uma ‘sociedade’, assegurando também os lazeres, e mesmo a cultura e a ‘promoção social’)”. (Lefebvre,1969, p. 90).
Sobre o gosto pela localização do empreendimento, 71,5% consideram boa, enquanto que 14,2% acham regular, o quantitativo daqueles que veem a localização como ótima equivale a 7,1% e os que acham ruim também totaliza 7,1%. Nesse quesito, todos os respondentes destacaram a proximidade com os subcentros Maiobão e Cidade Operária como um ponto positivo, o qual dependem de menos tempo para chegar até eles, se comparado com o centro de São José de Ribamar (que, em alguns casos não apresenta a variedade de serviços que esses dois polos têm, a exemplo do setor de vestuário e armarinho).
De forma geral, percebe-se no Residencial Nova Terra o Estado atuando como agente promotor da segregação à medida em que ao disponibilizar as moradias não a equipou de todos os serviços e infraestrutura necessárias, fazendo com que grande parte dos seus moradores se dirijam cotidianamente para outros lugares com o intuito de suprir suas necessidades.
Ainda que esteja equipado com iluminação própria, sistema de esgoto, coleta de lixo e pavimentação, pode-se destacar a precariedade de certos pontos do residencial que precisa de reformas constantes em muitas ruas bem danificadas, fator que se agrava no período chuvoso, dificultando o trajeto de casa para o trabalho, etc.
O acesso aos centros de bens e serviços também é um ponto crítico, pois ainda que haja mais de um meio de transporte (ônibus, van, carrinho lotação, moto taxi), a espera por eles leva muito tempo, sobretudo vans e ônibus que possuem horário determinado. Cabe destacar ainda que os gastos com passagem nesses outros meios não coletivos acabam pesando nas finanças mensais. Aliado a essa dificuldade do transporte ainda há a questão das vias de acesso ao residencial que, em boa parte do ano se apresenta danificada, com muitos buracos, dificultando o acesso e delongando ainda mais o tempo de chegada ao destino, expressando assim uma acessibilidade restrita a outras áreas dentro e fora da cidade. Assim, a degradação da vida cotidiana vai se expressando através desse processo de segregação no espaço urbano.
[1] A localização é abordada por muitos pesquisadores em seus estudos, visto que a disputa por melhores localizações na cidade é um dos fatores que geram a segregação socioespacial.
[2] Dos agentes entrevistados, aqueles que fazem o percurso a pé trabalham na feira do próprio residencial e os que utilizam ônibus tem como destino diferentes bairros da capital São Luís.
Conclusiones:
A organização do espaço urbano denota a dinâmica capitalista ao fazer da terra uma mercadoria, com preços e valores pré-definidos, a depender dos benefícios que a área pode trazer/conter. Nessa lógica, há um embate entre as classes sociais, reservando os melhores lugares (aqui entendidos com facilidade de acesso a bens de consumo coletivo, equipamentos e comércio), com boa infraestrutura. Em contrapartida, há segmentos separados, distanciados desses espaços e que padecem de inúmeros serviços, os quais passam a ser negligenciados pelo próprio Estado.
Por não possuir tais instrumentos em sua ambiência interna, os moradores passam a fazer grandes deslocamentos (para o trabalho, para a escola, para o lazer), enfrentando muitos problemas, a precariedade e ausência de transporte, por exemplo. Essa realidade denota certa estratificação no espaço urbano e gera uma segregação não apenas no nível social, mas também na configuração espacial, portanto, socioespacial.
Com base nesses apontamentos, verifica-se esse processo segregador no Residencial Nova Terra, uma vez que os moradores, apesar muito da localização do empreendimento testemunham a precariedade do sistema municipal em atender suas necessidades, como por exemplo, na questão dos transportes. Aliado a isso percebe-se a dinâmica da produção capitalista do espaço que aprofunda as disparidades e eleva as desigualdades entre os citadinos.
Bibliografía:
Almeida, A. R. Jr. & Whitacker, A. M. (2007). Segregação socioespacial em cidades médias: diferenças ou semelhanças? Um estudo sobre o Jardim Cinquentenário e o Jardim Morada do Sol em Presidente Prudente-SP. Geografia em Atos, 2(7).
Burnett, C. F. L. (2008). Urbanização e desenvolvimento sustentável: a sustentabilidade dos tipos de urbanização em São Luís do Maranhão. São Luís: Editora UEMA.
Carlos, A. F. A. (2011). A condição espacial. São Paulo: Contexto.
Instituo Brasileiro de Geografia e Estatística. (2010). Censo 2010. Recuperado de http:/www.censo2010.ibge.gov.br/resultados_do_censo_2010.php.
Lefebvre, H. (1969). O direito à cidade. São Paulo: Urupês.
Lefebvre, H. (2006). A produção do espaço. Trad. Doralice Barros Pereira e Sérgio Martins.
Reis, J. R. S. dos. (2001). São José de Ribamar:a cidade, o santo e sua gente. São Luís: [s.n.].
Singer, P. (1978) O uso do solo urbano na economia capitalista. In E. Maricato (Org.), A produção capitalista da casa (e da cidade) no Brasil industrial. São Paulo: Alfa-Ômega.
Souza, C. R. P. (2011).Políticas públicas de habitação e transporte: O Programa Minha Casa Minha Vida em São José de Ribamar, Maranhão (Monografia de Graduação). Universidade Estadual do Maranhão, São Luís, Brasil.
Souza, M. L. (2005). ABC do desenvolvimento urbano. Rio de Janeiro: Bertrand Brasil.
Souza, M. L. (2002). Mudar a cidade: uma introdução crítica ao planejamento e à gestão urbanos. Rio de Janeiro: Bertrand Brasil.
Trovão, J. R. (1994). Transformações sociais e econômicas no espaço rural da Ilha do Maranhão (Tese de Doutorado). Universidade Estadual Paulista, Rio Claro, Brasil.
Vieira, A. B. & Melazzo, E. S. (2003). Introdução ao conceito de segregação socioespacial. Formação (Online), 1(10). Recuperado de https://revista.fct.unesp.br/index.php/formacao/ article/view/1118
Palabras clave:
Palavras-chave: Espaço urbano. Segregação Socioespacial. Residencial Nova Terra.
#05105 |
A CIDADE, O BAIRRO E A PERIFERIA: ALGUMAS REFLEXÕES SOCIOLÓGICAS
O presente artigo tem por objetivo fazer uma reflexão sobre a cidade, o bairro e a periferia, tomando-essas como categorias sociológicas. Trata-se de uma revisão bibliográfica, na qual procuremos apresentar as diferentes concepções de “cidade” como ponto de partida, para pensar o bairro e a periferia e problematizá-las, tendo como fonte teórica e de análise, a sociologia urbana. Do ponto de vista metodológico, optamos pela pesquisa bibliográfica (BECKER, 1994), visto que a produção deste trabalho será realizada por meio de leituras, interpretações, reflexão e análise. Como questão central, elegemos a seguinte indagação: como pensar a cidade, o bairro e a periferia na contemporaneidade, tendo lente de análise, a perspectiva sociológica? A ideia é pensar a “cidade”, a partir de Simmel (2005), um dos primeiros teóricos clássicos a refletir sobre ela, passando pela Escola de Chicago, sendo Robert Park o primeiro a estudar o espaço urbano do ponto de vista sociológico, Howard Becker; o antropólogo Marc Augé, também discute a cidade enquanto espaço socioantropológico, e por fim, os teóricos brasileiros, tais como Otávio Velho, Frúgoli Jr., Licia Valadares, Mario Eufrásio, Vera Telles, Bianca Freire-Medeiros entre outros. Sobre bairro, nos apropriaremos do estudo de Cordeiro e Costa. Além da discussão de periferia de Marc Augé, dialogaremos, também, com Feltran, Alexandre Magalhães e Victor Lage que estudam a periferia urbana. Da apropriação dos mais diferentes conceitos do espaço urbano, incluindo o bairro e a periferia, com base na discussão desses teóricos, esperamos apresentar, de forma problematizada, um debate que relacione a cidade, o bairro e a periferia.
13:00 - 15:00
GT_02- Ciudades Latinoamericanas y Caribeñas en el siglo XXI
#00118 |
La economía del status en el Conjunto Habitacional Rubi y la distinción social incorporada en sus narrativas meritocráticas
VITOR SARTORI CORDOVA1
1 - Faculdade de Ciências Aplicadas da Universidade Estadual de Campinas - FCA/Unicamp.
La complejidad de los problemas urbanos brasileños alcanzó los períodos coloniales (1808), y se agravó en los períodos Imperial (1822-1889) y Republicano (1889-presente). Pragmáticamente, esas adversidades se darían con el tema de la vivienda popular, o mejor, con políticas públicas que las comprendían a través de los paradigmas higienistas y económicos en que, la interpretación de sus problemas, provenían exclusivamente de la existencia de la población necesitada. Así siendo, haverían actitudes extremadamente violentas en relación a la contención de enfermedades con la estigmatización de la “población diseminadora” de tales males y, por otro lado, políticas de vivienda popular que se desvincularán de una lectura más holística de los coyunturales problemas urbanos. Esto se refleja en los resultados empíricos de los programas de vivienda popular de los “Institutos de Aposentadorias e Pensões” (IAP) en la década de 1930, la “Fundação Casa Popular” (FCP) en la década de 1940, el “Banco Nacional de Habitação” (BNH) en las décadas de 1960 y 1980 y de el “Programa Minha Casa, Minha Vida” de 2009 (PMCMV).Sin embargo, este artículo no intenta una lectura histórica de los programas de viviendas populares brasileños, sino que tiene como objetivo analizar la cuestión de sus intenciones cuando fomentán un discurso meritocrático acerca daquellos que podrían disfrutar de la oportunidad de tenerlas. Por lo tanto, se considera necesario buscar esta intencionalidad en la forma en que fue incorporada por los beneficiarios de estos programas. Esto es, la manera en que estas personas representan su condición objetiva - y que explican su nueva posición social -, afirman un grado de legitimidad que unen tanto una actuación estrictamente autónoma, como la corroboración de la creencia de que ese mismo campo de oportunidad es suficientemente neutral para elegir siempre al "más apto".Así, este análisis partirá de tres entrevistas hechas en el Conjunto Habitacional “Rubi” construido en 2017, como resultado del Programa “Minha Casa, Minha Vida” y ubicado en la ciudad brasileña de Limeira (Estado de São Paulo). Primero, los entrevistados fueron seleccionados en los dos grupos sociales contenidos por este programa en el lugar mencionado: Grupo 2 (renta hasta R$ 3.275,00) y Grupo 1 (renta hasta R$ 1.600,00). Al mismo tiempo, se analiza cómo se entiende este discurso en una trama normativa para las diferentes clases de personas presentes en el lugar, teniendo como parámetros: el color, la etnia y el nivel educativo. Estos preceptos fueron fundamentales para detectar el grado de cognición de este discurso meritocrático en las narraciones de estos residentes ya que, dispersas o concisas, revelaron un alto grado de selectividad al explicar no solo cómo obtuvieron un apartamento, sino cómo reconocen la alteridad (vecinos) por criterios individuales (profesión, inteligencia) o espirituales (sacrificio, resiliencia).
#00422 |
Monitoreo del derecho a una vivienda adecuada en la Argentina desde un enfoque basado en derechos humanos
El derecho a una vivienda adecuada, reconocido como parte del derecho a nivel de vida adecuado, constituye un derecho social fundamental dentro en el sistema jurídico internacional. Si bien en la Argentina el derecho a la vivienda tiene jerarquía constitucional, la cuestión del acceso a una vivienda adecuada representa una deuda pendiente con los derechos humanos de una porción significativa de los hogares de la Argentina. Asimismo, este derecho se encuentra marcado por fuertes desigualdades en su cumplimiento, siendo la condición económico-ocupacional del hogar un factor determinante.La Argentina, al igual que gran parte de los otros Estados, ha reconocido que estas condiciones son insostenibles y ha asumido diversos compromisos en busca del cumplimiento efectivo de este derecho; sin embargo, convertir estos compromisos en medidas prácticas representa todo un desafío y requiere la elaboración y aplicación de estrategias de vivienda basadas en derechos humanos. Pese a su relevancia, hoy se desconoce con precisión cuántas personas no acceden a una vivienda adecuada, siendo tres los obstáculos que enfrenta la Argentina para el monitoreo y el diseño de políticas públicas basadas en evidencia, a saber: falta de información actualizada, alcance de la información que se releva y metodológico-normativo.En este sentido, este trabajo buscar ser un aporte conceptual y metodológico para el monitoreo del derecho a una vivienda adecuada, así como también ofrecer un diagnóstico del nivel de cumplimiento de ese derecho en la Argentina, en clave de derechos humanos. A estos fines, este trabajo se articula en tres partes: primero, se formulará un sistema de indicadores sobre el derecho a una vivienda adecuada que integre los siete criterios propuestos en la Observación General Nro. 4 por el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la Organización de las Naciones Unidas. Este sistema se basa en una revisión sistemática de los indicadores reconocidos como relevantes entre los antecedentes consultados. Segundo, a partir de esta revisión sistemática se propone un índice de vivienda adecuada que permita determinar el nivel de cumplimiento de este derecho en la Argentina, no solo a nivel global, sino también para cada uno de los criterios mínimos establecidos por el Comité DESC. Tercero, se construye un tablero de control de monitoreo y seguimiento del cumplimiento de este derecho, a partir de los procesamientos de la Encuesta Permanente de Hogares entre los años 2003 y 2021. Estos resultados se presentan teniendo en cuenta no solo la cobertura de la satisfacción del derecho a una vivienda adecuada respecto al universo de personas titulares del derecho sino también las brechas de desigualdad que se observan en cuanto a la satisfacción del derecho, al cruzar la información con variables de población y territorio.
#00565 |
POLITICAS HABITACIONAIS NEOLIBERAIS NO BRASIL E CHILE
ELIANE BARBOSA SANTOS PAGANI1
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SANDRA MARIA ALMEIDA CORDEIRO
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Resumo: Partindo de estudos que apontam que a política habitacional brasileira é inspirada na política habitacional chilena, ambas tendo como resultados um processo de segregação e fragmentação socioespacial em suas cidades, este artigo problematiza que para além da expansiva urbanização, característica dos dois países, o determinante é o processo de acumulação do capital que se apropria também do espaço construído. Temos como pressupostos que Brasil e Chile possuem suas economias fortemente influenciadas pelos determinantes dos organismos internacionais. As diretrizes multilaterais para a formulação de políticas habitacionais historicamente refletem a segregação e a fragmentação socioespacial por meio da concentração e a localização periférica dos conjuntos habitacionais para os mais pobres, expansão territorial descontrolada das cidades, adensamento, históricos processos de gentrificação, além de permanecer um crescente déficit habitacional, fazendo com que a estratégia de ocupação irregular em áreas de risco se mantenha como característica da urbanização. Condição agravada com o advento da pandemia de COVID-19. O artigo analisa o déficit habitacional no Brasil e Chile. Por se tratar de uma pesquisa de abordagem qualitativa, as técnicas utilizadas englobaram levantamentos secundários junto as produções bibliográficas e documental em institutos de pesquisas de ambos países.
Introducción:
Desigualdade socioespacial
Lefebvre (2006) demonstra que o espaço urbano é um produto social, resultado da produção da sociedade pela ação cotidiana do homem, portanto, um produto que expressa um conjunto de relações sociais, permeado por diferentes intencionalidades e disputado por diferentes agentes sociais. Para o autor o conceito de produção e a relação tempo e espaço são primordiais para compreensão da realidade social, para a leitura da cidade. Podemos compreender a cidade como espaço resultante da divisão social do trabalho, da reprodução da força de trabalho e de expressão da luta de classes, pois é no espaço do cotidiano onde as contradições sociais, decorrentes do modo de produção e reprodução das relações sociais se expressam. No qual o mercado atua como um dos principais agentes causadores de seus problemas, reproduzindo as contradições intrínsecas ao sistema econômico, que se materializam no processo de fragmentação socioespacial.
Importante destacar que Lefebvre (2006) apresenta uma tríade para a interpretação dialética do espaço: o percebido, o concebido e o vivido. Para o autor o espaço é condição, produto e meio. A produção do espaço é simultaneamente reflexo social, meio no qual a sociedade existe e condição pela qual a sociedade se reproduz, com relações sociais, pessoas, mercadorias, informação e capital, dispostos espacialmente e com formas e significados, que materializam uma dimensão temporal de curta ou longa duração. Assim, a cidade reúne a somatória de todos os tempos vividos por aquele espaço e suas transformações, constituindo uma dialética urbana, com continuidades e descontinuidades, que são acrescidas das diversas temporalidades envolvendo permanências, formas residuais e formas emergentes.
Nesta perspectiva, Santos (1997) e Corrêa (2011), corroboram ao apontar que a construção do espaço é multidimensional, podendo conter a dimensão econômica que influencia processos e formas vinculados à produção, circulação e consumo de bens e serviços. Em outros termos, a produção e circulação do valor, mais-valia, salários, margens comerciais, juros, tributos e rendas. Todavia, pode-se abarcar outras dimensões, não menos importantes, como a dimensão cultural e a dimensão política. Considerando a mesma perspectiva de análise da totalidade, a multidimensionalidade da organização do espaço é regida por processos e mecanismos específicos, mas integrados.
Portanto, o espaço urbano é permeado por contradições sociais. A cidade quanto mais se desenvolve e se expande traz consigo as condições favoráveis para a ampliação das desigualdades entre seus habitantes, decorrentes da intensificação da divisão social e territorial do trabalho, que elimina cada vez mais as fronteiras entre campo e cidade. E na contemporaneidade a espacialização do capital está a se transformar cada vez mais nas contradições entre países, entre cidades e entre os territórios urbanos, ou seja, no conjunto das contradições fruto da hierarquização social do espaço intraurbano.
Deste modo, a questão urbana – dentre elas a questão da habitação, é inerente ao modo de produção capitalista, a partir da divisão territorial do trabalho e da instituição da propriedade privada da terra, que na fase monopólica e mundializada do capital transmutam o direito à moradia e à cidade em mercadoria. E requer a intervenção do Estado articulando, no interesse da reprodução social do capital, mecanismos voltados ao atendimento das necessidades da classe trabalhadora.
Desarrollo:
Urbanização e habitação social na América Latina: Brasil e Chile
A urbanização na América Latina é um importante fator a ser considerado para o planejamento de políticas públicas devido a sua rápida alteração demográfica. A população urbana mundial, tanto em termos absolutos, quanto em termos relativos está em ascensão desde meados do século XX. A população urbana era de 750 milhões de habitantes em 1950, representando 29,6% da população total. Em 2008, a população urbana global alcançou 3,4 bilhões de habitantes, representando 50% da população global. Em 2020, a população urbana chegou a 4,4 bilhões de pessoas, representando 56,2% da população total. Em 2050, a estimativa é de alcançar 6,7 bilhões de habitantes urbanos, representando 68,4% do total populacional, conforme dados da Divisão de População da ONU. (2021)
Na América Latina o processo foi particularmente dinâmico e adquiriu especificidades acompanhado de situações de pobreza e segregação socioespacial, acentuando as desigualdades nas cidades latino-americanas, “[...] no período de 1970-2000, a população urbana cresceu 240%” (DÍAZ, 2005), esta afirmação coloca a região como uma das mais urbanizadas do mundo em desenvolvimento e também mais desigual do planeta. (DÍAZ, 2005; LISSARDY, 2020)
De acordo com Díaz (2005) os países latino-americanos podem ser agrupados em quatro grandes grupos conforme os níveis de urbanização que apresentam, sendo: urbanização avançada, intensa, moderada e incipiente. Brasil e Chile ficariam assim apresentados:
Países de urbanização avançada, com níveis superiores a 80% e que até 2020 superarão 90%: Argentina, Bahamas, Chile, Uruguai e Venezuela;Países de urbanização intensa, com níveis entre 70 e 80% e que até 2020 superarão este último percentual: Brasil, Colômbia, Cuba, México, Peru, Trinidad e Tobago;
O Brasil chega em 2021 com estimativa populacional urbana de 84,72% e o Chile com 88%. Para Díaz (2005) mesmo com ritmos, tempos e formas de urbanização diferentes experimentado pelos países latino-americanos, é possível distinguir traços comuns na região, por exemplo, transformações econômicas-territoriais e as novas espacialidades, decorrentes da globalização econômica, que seguem e atendem as determinações do capitalismo mundial, tornando as cidades territórios centrais onde se concentram as principais atividades econômicas, sociais, políticas e culturais.
O Relatório Mundial das Cidades 2020, lançado pelo Programa das Nações Unidas para Assentamentos Humanos (ONU-Habitat, 2021), apresenta dados e informações reunidas pelos órgão oficiais dos países até 2018 para analisar o processo de urbanização global, aborda dentre vários temas as tendências da urbanização; importância dos governos locais e finanças urbanas.
De acordo com o relatório (ONU-Habitat, 2021), atualmente mais de 1 milhão de pessoas no mundo vivem em assentamentos precários. O estudo mostra que o número de pessoas vivendo em áreas precárias aumentou em 30 milhões considerando o período de 2016-2018. Na América Latina e Caribe, atualmente são 109 milhões de pessoas nessa condição.
No Brasil, conforme a Fundação João Pinheiro (FJP), em 2019 o déficit habitacional[1] era 5,877 milhões, no Chile, de acordo com a Fundacíon Vivienda, em 2017 o déficit habitacional era 5.508 milhões de moradias. Conforme a Fundación Vivienda, até 2011 o Chile apresentava uma redução do déficit habitacional por 20 anos consecutivos.
O Ministério da Habitação chileno identificou, em 2018, 822 favelas no país, um aumento de 78% em relação a 2011. Estas áreas, em sua maioria, possuem como características: localização em áreas remotas, geralmente próximos de aterros sanitários, linhas ferroviárias, rodovias ou desfiladeiros, carentes de acesso a serviços básicos, como água, saneamento e energia elétrica. São também chamadas de acampamentos, conhecidos em outros países como villas miséria, cidades perdidas, favelas, ocupações irregulares. Nestas áreas somam um total de 46.423 casas, das quais só 10% tem acesso a água potável. (DE LA JARA, 2022; REPÚBLICA INMOBILIÁRIA, 2022)
Um dos fatores apontado pelo governo chileno para o crescimento de demanda por moradia no país é a imigração que aumentou mais de seis vezes em cerca de 25 anos – de 114.500 no censo de 1992 para 746.465 em 2017, o crescimento populacional de imigrantes vindos de países da região, como Haiti, Venezuela, Colômbia, Peru e Bolívia, sobrecarrega os serviços sociais e contribui para o aumento das favelas, elevando o custo das moradias no terço norte do país, ponto de entrada de muitos imigrantes. A região abriga muitas das maiores minas de cobre do mundo, e a demanda por habitações nos postos avançados relativamente prósperos provocou aumento nos preços de moradias e alta dos preços de aluguel e uma escassez de moradias de baixa renda.
Percebe-se a urbanização como o principal vetor da transformação socioeconômica e demográfica e do processo de modernização, permanecendo a tendência de expansão para as próximas décadas. Se por um lado, o processo de urbanização e o crescimento das cidades lideraram o desenvolvimento econômico, as inovações tecnológicas, científicas e culturais, que reconfiguraram a organização social e as relações de trabalho, possibilitando avanços sem precedentes. Por outro lado, o fenômeno urbano exprime as contradições sociais decorrentes do próprio processo de desenvolvimento social.
Desta forma, a organização social resulta em condições diferenciadas e, em algumas situações, na informalidade na forma de ocupar, morar e usufruir os benefícios da vida urbana. Como resultado observa-se que o processo de reprodução da vida social tem transformado as cidades no lugar da especulação financeira e imobiliária, com os bens comuns sujeito às regras do mercado, cujas consequências perversas estão na precariedade das condições de moradia, no adensamento das periferias, na apropriação desigual do espaço, no desemprego estrutural, nas precárias relações de trabalho, na pobreza, na violência urbana que alimenta o medo e a insegurança.
No tocante a segregação socioespacial, estudos recentes (ROYER, 2009; SHIMBO, 2010; FIX, 2011; ROLNIK, 2015) demonstram como as políticas habitacionais, no Brasil e outros países da América Latina, chegam ao fim da primeira década do século XXI com alterações substanciais na produção de habitação marcada por uma intensificação do volume da produção habitacional e pela valorização imobiliária, tendo como resultados um processo de segregação e fragmentação socioespacial em suas cidades.
Outro aspecto que as pesquisas apontam é que a política habitacional brasileira é inspirada na política habitacional chilena, ambas de cunho neoliberal (ROLNIK, 2012, 2015; DOERR, 2017). No Brasil, por exemplo, o Programa Minha Casa, Minha Vida (PMCMV) foi fortemente inspirado nas experiências chilenas, que já vinham sendo consideradas pelo empresariado da construção civil como o modelo mais adequado para dinamizar a produção habitacional (CARDOSO, 2017).
Rolnik (2012) ao comparar as políticas habitacionais do Brasil e Chile afirma que ambas são marcadas por sérios problemas sociais, no Chile vários conjuntos habitacionais já foram demolidos e muitos se encontram em estudo para demolição, e questiona o futuro dos empreendimentos habitacionais no Brasil, indicando a segregação dos pobres.
As centenas de milhares de casas e apartamentos da supostamente exitosa política produziram um território marcado por uma segregação profunda, onde o "lugar dos pobres" é uma periferia homogênea, de péssima qualidade urbanística e muitas vezes, também, de péssima qualidade de construção, marcada ainda por sérios problemas sociais, como tráfico de drogas, violência doméstica, entre outros. Para se ter uma ideia, vários conjuntos habitacionais já foram demolidos e muitos outros se encontram em estudo para demolição. (ROLNIK, 2012).
Para Rolnik (2015) o principal determinante da ampla produção de moradias é a era de hegemonia das finanças, do capital fictício e do domínio crescente da extração de renda sobre o capital produtivo que resulta na desconstrução da habitação como um bem social e de sua transmutação em mercadoria e ativo financeiro (ROLNIK, 2015, p. 26). A lógica da moradia como mercadoria, com facilidade de crédito e financiamento visa, acima de tudo, os interesses econômicos de setores ligados a construção civil em detrimento da dignidade humana e dos direitos sociais, mantendo a visão empresarial da política habitacional.
Esta modalidade de formulação e gestão da política habitacional é fomentada pelos organismos internacionais. O Banco Mundial passou a propor sucessivas agendas para as cidades dos países em desenvolvimento com padrões inferiores aos dos países centrais. O banco apresenta a questão nos seguintes termos:
Deve ser feita a escolha entre realizar serviços em padrões convencionais para uma porção limitada da população ou para uma larga porção, em níveis mais baixos e com menores custos unitários". [...] Sem superar evidentemente essa contradição, mas procurando responder a ela, a nova matriz urbanística formulada pelo Banco Mundial adota um ponto de partida novo, e mais pragmático: as necessidades mínimas não ditam mais o modelo de urbanização, e sim as possibilidades financeiras dos pobres urbanos. Assim, no caso da habitação, o parâmetro mais importante passa a ser a renda familiar e não mais o estudo dos espaços necessários para abrigar adequadamente uma família. (ARANTES, 2006, p. 64).
A crise que afetou o Brasil e toda a América Latina, no final dos anos 1980, provocada pela estagnação econômica, em meio de incontrolável processo inflacionário, pela crescente fuga de capitais estrangeiros e nacionais, acrescida pelo aumento da dívida externa, passou a afetar os interesses dos Estados Unidos, economistas do International Institute for Economy, reunidos em 1989, estabeleceram consensualmente um conjunto de medidas para a América Latina - Consenso de Washington[2], com a participação de oito países latino-americanos (Argentina, Brasil, Chile, México, Venezuela, Colômbia, Peru e Bolívia) cujo receituário de políticas foi utilizado pelos organismos internacionais: Fundo Monetário Internacional (FMI), Banco Mundial, Banco Interamericano de Desenvolvimento (BID) e a Organização Mundial do Comércio como condicionamento de renegociação da dívida externa, reversão do quadro de estagnação, inflação, e para novas liberações de recursos das agências internacionais, como o BID e o BIRD, cujos investimentos prioritariamente voltaram para a reforma urbana e políticas compensatórias e focalizadas no alívio da pobreza, ampliando sua capacidade de instalar uma reforma de Estado.
É um modelo de acumulação que tem por base a financeirização da economia e a flexibilização das relações de trabalho, e, consequentemente o agravamento das desigualdades, a subordinação às políticas macroeconômicas, as quais atuam em perfeita sintonia com a lógica do grande capital. Nesta lógica, as políticas habitacionais na América Latina, cada vez mais integrada ao capital financeiro e ao mercado imobiliário, são destinadas ao enfrentamento do déficit habitacional.
Fuentes (2017) assevera que "el caso de Chile es ejemplar en el contexto latinoamericano por la rapidez en que se implantó el modelo debido al régimen dictatorial represivo imperante". O Chile foi um dos primeiros países, durante a ditadura de Pinochet, no final dos anos 1970, a adotar as medidas neoliberais promovendo a participação do mercado e focalizando subsídios públicos aos grupos de extrema pobreza e introduzindo reforma da política urbana e habitacional, cuja essência é semelhante a lógica do PMCMV que com subsídios públicos e disponibilidade de crédito as famílias de baixa renda podem comprar no mercado produtos ofertados pelas construtoras privadas, transformando-se em grande referência de política habitacional, louvada por organismos internacionais. Fórmula apoiada posteriormente pelos governos democráticos.
En cuanto al desarrolo urbano, sucedió algo similar al proceso de reestruturación productiva. Según Daher (1995), en Chile el modelo liberal ortodoxo de fines de los setenta se tradujo en la formulación en 1979, de una nueva Política Nacional de Desarrolo Urbano. Esta política, en una de sus más características aseveraciones, expresó: "el suelo urbano no es un recurso escaso", "Se deinirán procedimientos y se eliminarán restricciones de modo de permitir el crecimiento natural de las áreas urbanas, seguiendo las tendencias del mercado" (MINVU, 1981, p 10-13 en DAHER, 1995) Respecto de la vivienda, la política indicaba que "el Estado fomentará y apoyará la creación de un mercado abierto de vivienda. La responsabilidad de produción corresponde al sector privado. (MINVU, 1981, p 14 en DAHER, 1995)
Neste sentido Sabatini apud Fuentes afirma que:
la temprana y radical liberalización de los mercados urbanos chilenos tuvo consecuencias inesperadas en los precios del suelo y en la segregación residencial en Santiago (...) Se trata de dos fenómenos de relevancia para el desarrollo urbano, en general, y que tienen un impacto directo en el grave problema de la pobreza urbana, en particular: los precios del suelo condicionan el acceso de los pobres al suelo; y el patrón de segregación residencial, sus perspectivas de integracón social. (FUENTES, 2017, p. 163-164)
Nos últimos trinta anos a política habitacional chilena atingiu um alto número de produção de moradias, e mais recentemente houve a aprovação de novos instrumentos urbanísticos. Fuentes aponta dados de construção habitacional relacionado com o mercado de trabalho local "En estas ciudades, el crecimiento de las viviendas ha sido muy importante. [...] al caso de Puerto Montt concentra práticamente el 70% de la edificación residencial en los últimos veinte años [...] Las ciudades del norte de Chile también presentan cifras muy altas superando el 50%. (FUENTES, 2017, p. 164).
O mesmo ocorre no Brasil mesmo com a ampla produção do PMCMV a partir do seu lançamento em 2009. Os dados da FJP apontam um decréscimo no déficit habitacional, passando de 6.102.414 de domicílios em 2007 para 5.792.508 em 2012. O que contribuiu para a redução dos índices foi a diminuição do número de domicílios precários, que passou de 1.264.414 em 2007 para 883.777 em 2012, e da coabitação familiar que diminuiu de 2.481.128 para 1.865.457 no período. Contudo, o número de adensamento excessivo em imóveis alugados apresentou pequena redução, de 390.891 em 2007 passou para 382.926 em 2012. Ao contrário o número de famílias de baixa renda com gasto excessivo com aluguel aumentou. Enquanto em 2007 era de 1.965.981, em 2012 esse número passou para 2.660.348 domicílios, aumentando de 32% em 2007 para 46% do déficit habitacional em 2012. Em contrapartida o IBGE (2010) aponta a existência de mais de 6 milhões de domicílios vagos no país, sendo que 77% estão localizados na área urbana. (ANTUNES, 2014).
Fuentes (2017) corrobora com a afirmação de que a alta dos preços da terra urbana possui relação direta com o custo da moradia e da configuração das cidades fragmentadas e segmentadas.
Específicamente, la erradicación forzada de pobladores a zonas periféricas de la ciudad, así como la posterior implementación de la política de subsidio habitacional dependiente de los precios en el mercado de suelo, fueron configurando ciudades fragmentadas y segmentadas, tanto en la estructura social como en el territorio" (FUENTES, 2017, p. 164).
Em contrapartida o ministro da Habitação e Urbanismo, Felipe Ward, declarou à imprensa local que está sendo realizado um trabalho de criação de um banco de terras, “todo el suelo público que no está siendo utilizado y que tiene aptitud para vivenda” (República Inmobiliaria, 2022).
No Chile o Censo (2017) demonstra a existência de 10,7% de domicílios vagos, indicador que apresenta crescimento nos últimos recenseamentos. Estes indicadores, número de domicílios vagos e o aumento do déficit habitacional, demonstram a contradição das relações sociais e as desigualdades no acesso à moradia (Tabela1).
Tabela 1 – Habitação particular no Chile – Urbano e Rural
O que se constata é que uma maciça produção habitacional, que exige um significativo aporte financeiro, não foi capaz de diminuir substancialmente o déficit habitacional, não correspondeu a uma melhora na qualidade de vida dos assentamentos precários e no ambiente construído. Na prática o fortalecimento rápido e intenso do capital imobiliário por meio das políticas de ampliação de crédito como para financiamento de imóveis aqueceu o mercado imobiliário, pois, considera-se existir um aumento no poder de compra do consumidor. Isto promove uma valorização da terra que eleva também os preços dos imóveis e de seus aluguéis, com consequência direta no déficit habitacional, no que se refere ao gasto excessivo das famílias com aluguel, pois o aumento dos salários não acompanha o aumento do mercado imobiliário.
Pandemia de Covid-19 e o agravamento do déficit habitacional
Brasil e Chile, sob a égide do ideário neoliberal, têm a crise habitacional agravada com o advento da pandemia de COVID-19 em 2020 que atingiu a economia e o mercado de trabalho. Segundo dados do Banco Mundial, 2,3 milhões de pessoas saíram da classe média para a condição de pobreza. No final de 2020, o Chile era o terceiro país com maior perda de empregos do mundo, atrás apenas do Peru e da Costa Rica. De acordo com o Instituto Nacional de Estatística (INE), no primeiro semestre de 2021 a taxa de desemprego no Chile ficou em 10,3%. (República Inmobiliaria, 2022).
Conforme dados do Cadastro Nacional de março de 2021 o número cresceu de 47.050 famílias em 2019 para 81.643 famílias em 2021. O aumento representa 74%, número que contrasta com o aumento, também de 74%, da riqueza das oito maiores fortunas do Chile, que acumulam mais de US$ 40,3 bilhões.
No Chile os acampamentos aumentaram 20,8% e o número de famílias que moram neles cresceu, são mais de 57 mil crianças menores de 14 anos entre seus membros. As pesquisas demonstram em comum que “tres de cada cuatro familias que llegan a vivir em uma “favela” antes vivían outro tipo de exclusión habitacional, ya sea como allegados, hacinados o com arriendo informal, entre otras formas”. (REPÚBLICA INMOBILIARIA, 2022)
Para o diretor executivo da Fundación Vivienda e da Fundación Techo, Sebastián Bowen, a dificuldade de acesso a moradia e o crescente déficit habitacional no Chile “son la punta de ese gran iceberg que se refleja em el déficit habitacional que hoy afecta aproximadamente a 600 mil familias”. Isto representa 10% dos domicílios da população chilena. Acrescenta que
el 30% de las familias declara que su razón para llegar allí es un aumento em el precio del arriendo, que no podían pagar” situación “muy relacionada com el aumento en el precio del suelo en Chile que se há duplicado em 15 años (REPÚBLICA INMOBILIARIA, 2022).
No Brasil os indicadores são preocupantes, pós pandemia o país enfrenta uma crise econômica com inflação, o desemprego atinge 11,9 milhões e 4,6 milhões de desalentados no primeiro trimestre de 2022 (IBGE, 2022), 17,5 milhões de famílias vivem com renda per capita mensal de até R$ 105,00, aumentando em 11,8% o número de famílias em extrema pobreza. No tocante a moradia o maior programa, PMCMV, foi substituído pelo Programa Casa Verde e Amarela que prevê renegociação de dívidas do imóvel, reformas e regularização fundiária, redução das taxas de juros para famílias com renda até R$ 2.600,00. Em ano eleitoral o programa tem foco na região norte e nordeste do país, regiões com eleitorado majoritariamente da oposição do atual governo, demonstrando claramente uma perspectiva de política eleitoreira.
Em um contexto que o desemprego, a pobreza e a fome cresce a cada dia o número de famílias ameaçadas de despejos no Brasil aumentou 655% desde o início da pandemia em março de 2020 até maio de 2022, são 142.385 famílias e aumentou 393% no número de famílias despejadas no mesmo período de acordo com dados da Campanha Despejo Zero (2022).
Diante o exposto, acrescenta-se que a projeção de crescimento para a América Latina em 2022 é de 1,7, para o Brasil 0,4 e para o Chile 1,5 (CEPAL, 2022). Os indicadores apresentados demonstram a necessidade de integração e formulação de políticas efetivas para seu enfrentamento. Porém, demonstram também, que as cidades se constituem a partir das relações de poder e dominação entre classes com interesses distintos e inconciliáveis, pois o avanço do modelo econômico e político neoliberal indica a tendência à continuidade da instalação de milhares de pessoas em espaços urbanos precários, informais, sem regularidade urbanística necessárias as condições de habitabilidade e sem acesso à propriedade da terra urbana reforçando a mercantilização do território, de privatização do fundo público e da segregação socioespacial.
O desenho das políticas habitacionais, em ambos países, demonstra a disputa entre aqueles que vêem na cidade seu valor de uso, e de outro, os que veem seu valor de troca.
Consideremos, por ejemplo, el valor de uso y el valor de cambio de una vivienda. Como valor de uso, ésta ofrece cobijo; es un lugar donde la gente puede construirse un hogar y una vida afectiva; es un nicho de reproducción cotidiana y biológica (donde cocinamos, hacemos el amor, tenemos discusiones y educamos a los niños); ofrece privacidad y seguridad en un mundo inestable. Puede también funcionar como símbolo de estatus o de pertenencia social a algún subgrupo, como signo de riqueza y poder, como señal mnemónica de memoria histórica (tanto personal como social) [...] ¿Pero qué se puede decir de su valor de cambio? En gran parte del mundo contemporáneo tenemos que comprar la vivienda o alquilarla a fin de disponer del privilegio de usarla, para lo que tenemos que emplear dinero. La cuestión es cuánto valor de cambio se requiere para procurarnos sus usos y cómo afecta ese «cuánto» a nuestra capacidad para disponer de los usos particulares que deseamos y necesitamos. Suena como una pregunta simple, pero de hecho su respuesta es bastante complicada. (HARVEY, 2014, p. 30)
O valor de uso da moradia, sua dimensão simbólica e subjetiva também é apropriada pelo capital no discurso ideológico da casa própria, que remete a noção de propriedade privada, legitimada socialmente, concepção que cria uma sociedade dirigida ao consumo e reforça a lógica da ampla produção de moradias e a manutenção da ampla produção habitacional.
Harvey (2014) explica como a urbanização é utilizada como estratégia de superação do limite espacial para a acumulação do capital, tornando a produção do espaço urbano um processo de mercantilização das cidades, onde se acentuam as contradições do modo de produção capitalista. Deste modo, os efeitos da crise capitalista, sobretudo a iniciada em 2008, cujo setor imobiliário foi seu catalisador
La especulación sobre el valor de la vivenda no es una actividad productiva, pero enormes cantidades de capital ficticio afluyeron al mercado de la vivienda hasta 2007-2008 porque el rendimiento de las inversiones en él era muy alto. El crédito fácil significaba un alza continua del precio de la vivienda y la elevada rotación significaba una plétora de oportunidades para ganar comisiones y honorarios exorbitantes en las transacciones realizadas en ese mercado. Con el empaquetamiento de las hipotecas (una forma de capital ficticio) en collateralized debt obligations [obligaciones de deuda garantizadas], se creó un instrumento de deuda (una forma de capital aún más ficticio) que se podía comercializar en el mundo entero. Esos instrumentos de capital ficticio, muchos de los cuales resultaron no tener valor alguno, y aun así las agencias de calificación certificaban que eran «tan seguros como las casas», fueron vendidos a inversores ingenuos en todo el mundo en un frenesí desbocado cuyos excesos seguimos pagando todavía hoy. (HARVEY, 2014, p. 47)
Observa-se que na América Latina as políticas habitacionais seguem a tendência de financeirização das políticas públicas, são promotoras de transformações urbanas, capitalização de empresas ligadas ao mercado imobiliário que permite a estruturação de uma rede de agentes financeiros privados. O modelo desenvolvimentista, cujas bandeiras são o equilíbrio entre crescimento econômico e desenvolvimento social, ao mesmo tempo que anuncia a função precípua de atender as demandas imediatas por moradia, também, contemplam os interesses das construtoras, incorporadoras e especuladores imobiliários, ou seja, as necessidades da própria acumulação capitalista, contribuindo para o aquecimento econômico sem enfrentar a questão da propriedade da terra, estrutural no modo de produção capitalista e imprescindível para a política habitacional.
[1] Componentes do déficit habitacional no Chile: Déficit de ampliación: Hogares principales que presentan hacinamiento medio, alto o crítico y que no tienen allegamiento interno (núcleos allegados hacinados) (excluidas viviendas irrecuperables); Déficit de servicios básicos: Hogares principales que presentan saneamiento deficitario (excluidas viviendas irrecuperables); Déficit de mejoramiento material y conservación: Hogares principales que presentan materialidad recuperable y/o estado de conservación malo (excluidas viviendas irrecuperables); Déficit Cualitativo Total Número de hogares con 1, 2 y 3 requerimientos considerando los componentes indicados anteriormente, no excluyentes entre sí. (Fundacíon Vivienda, 2018)
Componentes do déficit habitacional no Brasil: habitações precárias, coabitação familiar, ônus excessivo com aluguel. (FJP, 2021).
[2] São destacadas dez propostas do receituário do Consenso de Washington: 1) disciplina fiscal, ou seja, redução dos gastos públicos, na tentativa de manter um superávit orçamentário; 2) prioridades de gastos públicos - reduzir o papel do Estado na economia, redirecionando o gasto para as áreas desinteressantes para o investimento privado - geralmente, bens públicos (priorização do gasto público em áreas de alto retorno econômico); 3) reforma tributária, tornando a tributação menos progressiva; 4) liberalização financeira, cujo objetivo máximo é deixar que a alta taxa de juros seja determinada pelo mercado; 5) manutenção da estabilidade da taxa de câmbio (liberação do câmbio); 6) liberalização comercial (abertura ao capital internacional); 7) abolição das barreiras à entrada de investimentos externos diretos no país (políticas comerciais liberais (não protecionistas)); 8) privatização das empresas estatais; 9) abolição das regras que impedem a entrada de novas firmas do setor (desregulação da economia, em especial das relações trabalhistas); 10) o sistema legal deve assegurar direitos de propriedade (UGÁ , 2004).
Conclusiones:
Considerações finais
Brasil e Chile possuem economias influenciadas pelos determinantes dos organismos internacionais. As políticas habitacionais são formuladas e gestadas, cada vez mais integrada ao capital financeiro e ao mercado imobiliário. Destinadas ao enfrentamento do déficit habitacional, resultando em um processo de segregação e fragmentação socioespacial das novas áreas constituídas por meio da concentração e a localização periférica, sem infraestrutura, equipamentos e serviços urbanos, expansão territorial descontrolada das cidades, adensamento, processos de gentrificação, além de permanecer um crescente déficit habitacional, fazendo com que a estratégia de ocupação irregular em áreas de risco se mantenha como característica da urbanização. Condição que se agravou com o advento da pandemia de COVID-19 em 2020.
Deste modo, o protagonismo do mercado imobiliário e capital financeiro no setor produtivo de habitação social determina as localizações da/na cidade, intensificando a fragmentação do espaço urbano, em diferentes escalas tornando a própria cidade objeto de acumulação capitalista.
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Palabras clave:
Palavras-chave: políticas neoliberais, desigualdade socioespacial, déficit habitacional, pandemia de COVID-19.
#00591 |
Analizar lo cotidiano de lo urbano: aportes metodológicos del diario de viaje para los estudios de movilidad
M. Gimena Perret Marino
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Gustavo Silva2
1 - Universidad Nacional de General Sarmiento.2 - Universidad Nacional de Rosario.
La ponencia recupera nuestra experiencia en el uso de los diarios de viaje, enmarcada en investigaciones sobre la temática de la movilidad cotidiana urbana en la ciudad de Rosario (Santa Fe, Argentina) y en las periferias del Conurbano Bonaerense (partido de José C. Paz, provincia de Buenos Aires, Argentina) en el período 2010 - 2019, con un enfoque de los desplazamientos concebidos como experiencias que segregan tanto como conectan y en las que se ponen en juego prácticas de interacción entre habitantes de diferentes partes de la ciudad, modos de habitar, viajar e imaginar lo que en ella sucede. Esta herramienta cualitativa, habilitó abordar los viajes urbanos en tanto experiencia subjetiva, centralmente corporal, que pone en tensión no sólo el uso que se ha hecho del “trip diary” en los estudios del transporte, sino también las miradas ingenieriles propias de la planificación del transporte público y de las políticas públicas de movilidad sustentables, diseñadas y aplicadas en las ciudades latinoamericanas -al menos-, durante los primeros años del siglo XXI. Distintos trabajos han abordado las vacancias con relación a la recolección de información en el campo de los estudios de la movilidad, en la medida que se proyectan desde perspectivas predominantemente cuantitativas o cualitativas, y no en su complementariedad, generando, lo que Hernandez y Wittner (2011) definen, una brecha metodológica. Presentar, en clave crítica, las potencialidades y límites del diario de viaje como herramienta metodológica para el estudio de la movilidad urbana, centrándonos en lo que se podría pensar como a un tiempo su fortaleza y su límite: puerta de entrada para conocer experiencias cotidianas del andar y moverse por la ciudad por parte de sus habitantes, es el objetivo de este trabajo.
#00801 |
Vivienda, Segregación residencial y Desafíos en la ciudad latinoamericana. El caso del Área Metropolitana de Valparaíso, Chile
Andrea Muñoz1
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Cristina López
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Montserrat Simó
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Ante escenarios complejos como la crisis sanitaria actual, se visualizan significativamente las problemáticas urbanas de los territorios latinoamericanos, así como también agendas públicas postergadas en la región en materia de integración y equidad social y territorial. Una de estas problemáticas es la segregación residencial, proceso que en América Latina se ha estructurado principalmente de acuerdo al nivel socioeconómico de la población y se ha materializado en ciudades polarizadas y fragmentadas, con barrios de pobreza homogénea, viviendas y entornos precarios.
La liberalización económica de los estados latinoamericanos es uno de los procesos que está detrás de la diferenciación sociorresidencial y sus transformaciones. El mercado inmobiliario privado, en contextos de economías desreguladas, va marcando las pautas de la distribución territorial de la población. En tanto el Estado en su rol subsidiario en materia de planificación urbana, va generando las condiciones para las dinámicas del mercado privado. El resultado ha sido una ciudad latinoamericana residencialmente segregada y una deuda pública pendiente en el ámbito de la inclusión y equidad socioespacial.
En este contexto, el objetivo del estudio es analizar la calidad de las viviendas en los barrios pobres segregados del Área Metropolitana de Valparaíso, una de las grandes ciudades de Chile. La finalidad es plantear desafíos actuales y futuros de las sociedades latinoamericanas en materia de vivienda y de segregación residencial. Este análisis se desarrolla a partir de datos censales del año 2017.
El contexto actual ha revelado con fuerza las significativas desigualdades territoriales de la ciudad latinoamericana y la compleja realidad de los barrios segregados de los sectores más desfavorecidos de la población, dada la precariedad que frecuentemente caracteriza su situación habitacional. Una complejidad que se acentúa en escenarios como la pandemia y las nuevas condiciones de habitar que trajo consigo. Esta realidad de la segregación conduce a producir conocimiento que sea útil para la formulación de políticas públicas orientadas a avanzar hacia ciudades latinoamericanas menos segregadas y más integradas y equitativas social y territorialmente.
Introducción:
La segregación residencial corresponde a una problemática vigente en las ciudades latinoamericanas, que se complejiza ante escenarios como la reciente pandemia. Esta segregación se estructura principalmente de acuerdo al nivel socioeconómico de la población, y se ha caracterizado por una importante concentración de los grupos de altos ingresos y los grupos medios ascendentes en áreas donde la diversidad social es significativa, así como por extensas zonas de pobreza localizadas principalmente en la periferia (Rasse, 2016; Sabatini, 2006; Soldano et al., 2018). Respecto a esta última característica, se observa que las grandes metrópolis latinoamericanas como Bogotá, Buenos Aires y Santiago de Chile, concentran a gran escala(1) barrios donde predomina significativamente la población de bajos ingresos (Duhau, 2013).
(1) La gran escala hace referencia a “las formas que adopta la distribución de los barrios y localidades intraurbanas e implica, en mayor o menor medida, la conformación de zonas o incluso distritos o municipalidades completos en los que predominan barrios o localidades correspondientes a una determinada posición o estrato en la jerarquía socioespacial” (Duhau, 2013, p. 87).
En América Latina, la segregación residencial socioeconómica se vincula con diversos asuntos de la agenda pública, como la reproducción de la pobreza y la desigualdad social (Comisión Económica para América Latina y el Caribe [CEPAL], 2014):
La distribución de la población en el espacio urbano no es aleatoria y por diferentes razones suele favorecer a los grupos más acomodados... El emplazamiento ventajoso de estos grupos tiende a reforzar su bienestar y de esta manera, a reproducir la riqueza. Como contrapartida, el emplazamiento desventajoso de los grupos de nivel socioeconómico inferior tiende al deterioro de sus condiciones de vida ya desmedradas, lo que favorece la reproducción de la pobreza. (p. 213)
Así también, en el contexto de un estudio sobre los efectos de los cambios que experimenta el patrón de segregación residencial tradicional de las ciudades chilenas desde la década del 80 (Sabatini et al., 2001), se observa una relación entre la segregación de los pobres y los problemas urbanos y sociales: “cuanto mayor es el tamaño de las áreas homogéneas en pobreza, los problemas urbanos y sociales para sus residentes se agravan” (p. 29), es decir, una segregación a gran escala implica mayor tiempo de viaje dentro de la ciudad, una mayor proporción de desempleados, de jóvenes sin empleo y de inacción juvenil.
En este estudio se observa, además, que la transformación del patrón de segregación tradicional de las ciudades chilenas se relaciona con un aumento de su “malignidad”, es decir, se agudizan las consecuencias perjudiciales de la segregación residencial de los grupos de bajo nivel socioeconómico, tales como el retraso escolar, el embarazo adolescente y la inacción juvenil. Los cambios del patrón de segregación de las ciudades chilenas, según indican los autores, parecen afectar a la mayoría de las ciudades latinoamericanas.
La compleja realidad de la segregación de los sectores más desfavorecidos de la población de la ciudad latinoamericana, donde son frecuentes viviendas y entornos precarios, se acentúa en escenarios como la pandemia y las nuevas condiciones de habitar que trajo consigo. En este contexto, el estudio que se presenta se plantea como objetivo analizar la calidad de las viviendas en los barrios pobres segregados del Área Metropolitana de Valparaíso, una de las grandes ciudades de Chile. Para dar respuesta a este objetivo general, se establecen dos objetivos específicos: el primero es identificar los barrios pobres segregados del área metropolitana, y el segundo se orienta a analizar el tipo de vivienda y el nivel de hacinamiento en estos barrios. El análisis se desarrolla a partir de datos censales del año 2017 sobre educación, ya que permiten aproximarse a las características socioeconómicas de la población, y sobre tipo de vivienda y hacinamiento, que informan sobre la calidad de la vivienda. La finalidad del estudio es plantear desafíos de las sociedades latinoamericanas en materia de vivienda y de segregación residencial y contribuir con la producción de conocimiento para la formulación de políticas públicas orientadas a avanzar hacia ciudades latinoamericanas menos segregadas y más integradas y equitativas social y territorialmente.
En el presente estudio, la segregación residencial se entiende como un proceso de diversas dimensiones, considerando perspectivas como la de Massey & Denton (1988), de acuerdo a la cual la segregación incorpora cinco dimensiones de variación espacial, conceptualmente distintas, si bien en la práctica tienden a superponerse: la uniformidad, la exposición, la concentración, la centralización y la agrupación. La uniformidad es el grado en el cual los grupos de la población están distribuidos proporcionalmente en las subdivisiones de la ciudad; la exposición es el grado en que miembros de diferentes grupos residen en un mismo sector, y se refiere a la posibilidad de interacción entre miembros del grupo minoritario y miembros del grupo mayoritario; la concentración es el grado de aglomeración territorial de un grupo de la población, y se refiere a la cantidad relativa de espacio que ocupa un grupo minoritario en la ciudad; la centralización es el grado en el cual un grupo de la población reside en torno al centro de la ciudad; la agrupación, por último, es el grado de proximidad entre las áreas residenciales del grupo minoritario (Massey & Denton, 1988).
Por otra parte, desde una perspectiva latinoamericana (Sabatini, 2006; Sabatini et al., 2001) se distinguen las dimensiones objetivas y la dimensión subjetiva de la segregación residencial, donde las primeras corresponden a la concentración espacial de los grupos sociales y la homogeneidad social de las áreas de la ciudad, mientras la dimensión subjetiva de la segregación se relaciona con percepciones y estigmas territoriales. Esta última dimensión se define como “el prestigio (o desprestigio) social de las distintas áreas o barrios de cada ciudad” (Sabatini, 2006, p. 7). Las dimensiones objetivas de la segregación residencial caracterizan el patrón de segregación tradicional de la ciudad latinoamericana, y se aproximan a las dimensiones desde la perspectiva de Massey & Denton (1988): la concentración espacial de los grupos sociales a la uniformidad, y la homogeneidad social del espacio a la agrupación.
El estudio que se expone se enmarca en una investigación doctoral en curso titulada “Segregación Residencial en el Área Metropolitana de Valparaíso, Chile. Vivienda, Mercado inmobiliario y Política habitacional”.
Desarrollo:
METODOLOGÍA
Caso de Estudio
El caso de estudio corresponde al Área Metropolitana de Valparaíso, la cual se localiza en la Región de Valparaíso, en la zona central de Chile. Limita al oeste con el océano Pacífico y al este con la Región Metropolitana de Santiago. Cinco comunas componen el área de estudio: Valparaíso, Viña del Mar, Concón, Quilpué y Villa Alemana (Gobierno Regional de Valparaíso [GORE], 2021), las tres primeras situadas en el litoral, y las comunas de Quilpué y de Villa Alemana se localizan en el interior (Mapa 1).
Mapa 1. Área Metropolitana de Valparaíso: Comunas
Fuente: Elaboración propia a partir de Instituto Nacional de Estadísticas (INE, 2018b).
El Área Metropolitana de Valparaíso cuenta con una superficie que bordea los 1.000 Km2, y con 951.311 habitantes en el año 2017, representando el 5,4% de la población nacional (Tabla 1). La población de esta área metropolitana se concentra en el litoral, principalmente en las comunas de Valparaíso y de Viña del Mar.
Datos y Métodos
Para dar respuesta a los objetivos específicos del estudio se utilizan datos de las variables que se exponen en la Tabla 2. La fuente de información corresponde al Censo de Población y Vivienda 2017. Las categorías de la variable Nivel del curso más alto aprobado se agrupan en los correspondientes niveles y modalidades educativas que organizan la educación formal o regular en Chile (Decreto 2 de 2009).
Como se observa (Tabla 2), para identificar los barrios pobres segregados del área de estudio (objetivo específico 1) se utilizan datos sobre educación, ya que son los datos disponibles en el Censo 2017 que permiten aproximarse al nivel socioeconómico de la población. Este censo no recoge datos del ingreso ni del tipo de trabajo. La educación ha sido utilizada como variable de segmentación de la población en diferentes estudios de segregación residencial de ciudades latinoamericanas (CEPAL, 2014; Garreton et al., 2020; Rodríguez y Arriagada, 2004; Valdebenito et al., 2020).
En el análisis del objetivo específico 1 se aplican el Índice de Segregación y el Cociente de Localización (Tabla 3), medidas que informan sobre la dimensión de uniformidad de la segregación residencial, y se representan en mapas los valores de la última medida.
El Índice de Segregación (IS) mide la diferencia en la distribución territorial entre un grupo y el resto de la población (Duncan & Duncan, 1955). Varía entre cero y uno, donde cero indica una distribución exactamente igualitaria y uno indica una distribución de máxima segregación, obteniéndose el primer valor sólo cuando la proporción entre el grupo minoritario y el resto de la población es igual en todas las unidades espaciales (Martori y Hoberg, 2004). El valor del Índice de Segregación se puede interpretar como “la proporción del grupo minoritario que tendría que cambiar de residencia para obtener una distribución igualitaria” (Jakubs, 1981 y Massey & Denton, 1988b, como se citó en Martori y Hoberg, 2004, párr. 17).
El Cociente de Localización (CL) indica la representación de un grupo de la población en una zona en relación con su proporción en la ciudad: varía entre 0 y 1 cuando el grupo está subrepresentado, y su valor es mayor que 1 cuando el grupo está sobrerrepresentado (Rodríguez, 2016).
Para analizar el tipo de vivienda y el nivel de hacinamiento en los barrios pobres segregados del Área Metropolitana de Valparaíso (objetivo específico 2), se utilizan datos de estas variables, ya que informan sobre la calidad de la vivienda (Tabla 2). La variable Hacinamiento se refiere a las viviendas con 2,5 o más personas por dormitorio, y comprende dos indicadores: Hacinamiento medio y Hacinamiento crítico. El Hacinamiento medio corresponde a las viviendas con 2,5 a 4,9 personas por dormitorio y el Hacinamiento crítico corresponde a las viviendas con 5 o más personas por dormitorio (INE, s.f.-b).
En el análisis del objetivo específico 2 se calculan porcentajes de los tipos de vivienda particular precarios: categorías 4. Pieza en casa antigua o en conventillo y 5. Mediagua, mejora, rancho o choza, de la variable Tipo de vivienda (Tabla 2), y se elaboran mapas de representación de estos porcentajes y de los correspondientes a viviendas con hacinamiento medio y viviendas con hacinamiento crítico.
La Pieza en casa antigua o en conventillo“es una pieza o conjunto de piezas que constituyen una vivienda independiente, están ubicadas a lo largo de un pasillo de uso común y tiene servicios higiénicos compartidos” (INE, 2018c, p. 22). La Mediagua, mejora, rancho o choza “es una construcción de material ligero. En el caso de la mediagua y mejora su construcción tiende a ser, casi siempre de madera, de carácter semi-permanente. Normalmente está compuesta por una o dos piezas, generalmente con piso de tierra o madera. El techo puede tener más de una caída de agua y los servicios higiénicos (WC) en general están ubicados al exterior de la vivienda. En el caso del rancho y la choza, son construcciones separadas e independientes típicamente rurales construidas con materiales ligeros como barro empajado, totora, quincha, pirca, entre otros” (INE, 2018c, p. 22).
El nivel de desagregación territorial es la zona censal, que corresponde a “la división del distrito censal urbano y área urbana de los distritos censales mixtos, formada por un conglomerado de manzanas, cuya finalidad es facilitar la organización, control y levantamiento del censo” (INE, 2018d, p. 7). Este nivel es el que más se aproxima a un barrio entre las desagregaciones territoriales de la base de datos del Censo 2017 y, por tanto, el más idóneo en el contexto del presente estudio cuyo objetivo es analizar la calidad de las viviendas en los barrios pobres segregados del Área Metropolitana de Valparaíso.
ANÁLISIS Y RESULTADOS
Para identificar los barrios pobres segregados del Área Metropolitana de Valparaíso (objetivo específico 1) se delimita a la población de bajo nivel socioeconómico de esta área metropolitana, considerando la categoría Nunca asistió de la variable Asiste actualmente a la educación formal y los grupos de categorías Preescolar y Básica o Primaria de la variable Nivel del curso más alto aprobado (Tabla 2). Estos dos grupos corresponden a los niveles educativos iniciales de la educación formal o regular en Chile (Decreto 2 de 2009).
Se consideran también las variables Edad y Sexo (Tabla 2) para delimitar a la población de bajo nivel socioeconómico: hombres y mujeres de 25 y más años. Esta edad permite excluir a la población aún integrada al sistema educativo, ya que el nivel educativo obligatorio más alto correspondiente a la educación media tiene una edad máxima de ingreso de 18 años y una duración de 4 años (Ministerio de Educación [MINEDUC], s.f.-a, s.f.-b).
De acuerdo a los criterios mencionados, la población de bajo nivel socioeconómico del Área Metropolitana de Valparaíso corresponde a hombres y mujeres de 25 y más años que Nunca asistieron a la educación formal o cuyo Nivel del curso más alto aprobado corresponde a Preescolar o Básica (Tabla 4).
Al aplicar el Índice de Segregación a la población de bajo nivel socioeconómico del Área Metropolitana de Valparaíso, se obtienen bajos niveles de segregación residencial (Tabla 5). Las comunas litorales (Viña del Mar, Valparaíso y Concón) exhiben los valores más altos, en tanto las comunas localizadas en el interior del área metropolitana (Quilpué y Villa Alemana), registran los valores más bajos.
Al aplicar el Cociente de Localización a la población de bajo nivel socioeconómico, sin embargo, se obtienen valores que varían entre 0,00 y 2,48, identificándose, de esta forma, los barrios pobres segregados de esta área metropolitana, es decir, zonas con sobrerrepresentación de población pobre (Mapa 2). Considerando la disposición de los cocientes, se crean las siguientes categorías: Subrepresentación de población de bajo nivel socioeconómico, cuando los valores varían entre 0,00 y 1,00; Sobrerrepresentación, cuando los valores varían entre 1,01 y 2,00; y Sobrerrepresentación Alta, cuando los valores se sitúan desde 2,01.
Mapa 2. Zonas censales del Área Metropolitana de Valparaíso:
Cocientes de Localización (CL) de la Población de bajo nivel socioeconómico. Año 2017
Fuente: Elaboración propia a partir de INE (2018a, 2018b).
Es significativa la cantidad de zonas con sobrerrepresentación de población de bajo nivel socioeconómico, observándose también las que registran sobrerrepresentación alta (Mapa 2). Los barrios pobres segregados se localizan, en general, en el área interior hasta alcanzar la periferia urbana del Área Metropolitana de Valparaíso. Considerando en lo específico las zonas con sobrerrepresentación alta de población pobre, la tendencia de localización es en los bordes. Así también se observa que la disposición de los barrios pobres segregados es, en general, adyacente, lo cual da cuenta de una segregación residencial a gran escala, es decir, zonas donde predominan barrios de un grupo de la población.
El análisis del tipo de vivienda y del nivel de hacinamiento en los barrios pobres segregados del Área Metropolitana de Valparaíso (objetivo específico 2), contempla la representación de los tipos de vivienda particular precarios: categorías 4. Pieza en casa antigua o en conventillo y 5. Mediagua, mejora, rancho o choza de la variable Tipo de vivienda (Tabla 2). Las viviendas precarias en las zonas censales del área metropolitana varían entre 0% y 25,2%. Se crean para esta variable 5 categorías de porcentajes: 0,0 de viviendas precarias; De 0,1 a 5,0; De 5,1 a 10,0; De 10,1 a 20,0; y Desde 20,1 (Mapa 3).
Mapa 3. Zonas censales del Área Metropolitana de Valparaíso:
Viviendas precarias (%). Año 2017
Fuente: Elaboración propia a partir de INE (2018a, 2018b).
El Área Metropolitana de Valparaíso se ve afectado por la vivienda precaria, ya que casi la totalidad de las zonas censales registra porcentajes de este tipo de vivienda (Mapa 3), así como también la mayoría de los barrios pobres segregados (Mapas 2 y 3, a continuación). Es reducida la cantidad de estos últimos, sin embargo, que sobrepasa el 5%. Inclusive hay barrios pobres segregados sin viviendas precarias.
Lo que indican estos resultados es una presencia generalizada pero no significativa de viviendas precarias en los barrios pobres segregados, observándose también que la vivienda precaria existente en el Área Metropolitana de Valparaíso se concentra en estos barrios.
El análisis del objetivo específico 2 también contempla la representación de la variable Hacinamiento, cuyas categorías son Hacinamiento medio y Hacinamiento crítico (Tabla 2). Los porcentajes de viviendas con hacinamiento medio en las zonas censales del Área Metropolitana de Valparaíso varían entre 0 y 15. Al respecto, se crean 5 categorías: 0%; De 1% a 3%; De 4% a 6%; De 7% a 9%; y Desde 10% de viviendas con hacinamiento medio (Mapa 4). Para el hacinamiento crítico, cuyos porcentajes varían entre los valores 0 y 5, se crean 5 categorías: 0% de viviendas con hacinamiento crítico; 1%; 2%; 3%; y Desde 4% (Mapa 5).
Mapa 4. Zonas censales del Área Metropolitana de Valparaíso:
Viviendas con Hacinamiento medio (%). Año 2017
Fuente: Elaboración propia a partir de INE (s.f.-a, 2018b).
Mapa 5. Zonas censales del Área Metropolitana de Valparaíso:
Viviendas con Hacinamiento crítico (%). Año 2017
Fuente: Elaboración propia a partir de INE (s.f.-a, 2018b).
Respecto al hacinamiento medio, se reproduce la tendencia observada para la vivienda precaria: afecta tanto al Área Metropolitana de Valparaíso como a la mayoría de los barrios pobres segregados (Mapas 2 y 4, a continuación). Sin embargo, la afectación en estos barrios es ahora más alta: la mayoría concentra entre 4% y 9% de viviendas con hacinamiento medio, siendo también importante la cantidad que registra desde el 10%. Además, la mayoría de las zonas con sobrerrepresentación alta de población de bajo nivel socioeconómico exhiben altos porcentajes de viviendas con este nivel de hacinamiento (desde 7%). Así entonces, el hacinamiento medio afecta en general al Área Metropolitana de Valparaíso, y más significativamente a los barrios pobres segregados.
El hacinamiento crítico, por otra parte, no afecta significativamente el Área Metropolitana de Valparaíso, ni a los barrios pobres segregados (Mapas 2 y 5, a continuación), siendo estos últimos, sin embargo, los que tienden a concentrar las viviendas del área metropolitana con este nivel de hacinamiento. Los barrios pobres segregados registran los porcentajes más altos de viviendas con hacinamiento crítico del Área Metropolitana de Valparaíso (desde 3%).
Conclusiones:
Los resultados del estudio conducen a concluir que la población de bajo nivel socioeconómico del Área Metropolitana de Valparaíso se encuentra segregada en la dimensión de uniformidad, dada su sobrerrepresentación en una significativa cantidad de zonas.
Los barrios pobres segregados se localizan, en general, de forma adyacente en el zona interior y en la periferia urbana del Área Metropolitana de Valparaíso. La disposición adyacente de estos barrios da cuenta de segregación residencial en la dimensión de agrupación (Massey & Denton, 1988) / homogeneidad social del espacio (Sabatini, 2006; Sabatini et al., 2001), así como también de segregación a gran escala. La segregación periférica de la población de bajo nivel socioeconómico, así como la gran escala de la segregación, corresponden a tendencias del proceso en la ciudad latinoamericana (Duhau, 2013; Rasse, 2016; Sabatini, 2006; Soldano et al., 2018).
Las comunas litorales exhiben los niveles de segregación más altos, destacando Viña del Mar. En esta comuna, la expansión urbana liderada por el mercado inmobiliario ha contribuido a la fragmentación y al aislamiento residencial, la cual se materializa en una cantidad significativa de proyectos inmobiliarios en el inicio de la década del 90, principalmente orientados a primera y segunda residencia de los estratos socioeconómicos medio-alto y alto, y una cantidad de proyectos durante el período 1992-2009 que sobrepasa al observado en el resto de las comunas del Área Metropolitana de Valparaíso (Panez, 2015).
La calidad de la vivienda es baja en los barrios pobres segregados, una tendencia que también se observa en la región latinoamericana (Soldano et al., 2018). Los indicadores de la calidad de la vivienda analizados afectan estos barrios del Área Metropolitana de Valparaíso, especialmente el hacinamiento medio que tiene una representación significativa. Así también se observa que la vivienda precaria, el hacinamiento medio y el hacinamiento crítico del área metropolitana de estudio se concentran en los barrios pobres segregados.
A partir del caso del Área Metropolitana de Valparaíso, donde se observan tendencias de la segregación residencial en Latinoamérica, se plantean los siguientes desafíos para las ciudades de la región en materia de vivienda y de segregación: ¿Cómo mejorar la calidad de las viviendas en los barrios de población de bajo nivel socioeconómico? Algunas medidas que podrían contribuir a esta mejora corresponden a proyectos habitacionales con estándares de calidad en términos de materialidad, espacio y servicios de la vivienda, programas de mejoramiento de viviendas y subsidios a la vivienda focalizados (por ejemplo, orientados a familias numerosas); y ¿Cómo reducir la segregación residencial de la población de bajo nivel socioeconómico? Algunas medidas corresponden a regulación del precio de la vivienda y dispersión de la vivienda pública considerando porcentajes mínimos en las subdivisiones de la ciudad.
La segregación residencial es un proceso de diversas dimensiones, y de significativa complejidad en las ciudades latinoamericanas. La calidad de la vivienda, por otra parte, también comprende diferentes dimensiones, además del tipo de vivienda y del hacinamiento. En este sentido, a partir del desarrollo del presente estudio, se pueden desprender una serie de análisis para profundizar en el conocimiento sobre la calidad de la vivienda en los barrios pobres segregados. Algunos de ellos son los siguientes: Medir diferentes dimensiones de la segregación residencial; Analizar indicadores de la calidad de la vivienda como materialidad y acceso a agua potable; Análisis comparativos entre ciudades latinoamericanas; Incorporar variables demográficas como género y tipo de hogar en el análisis de los barrios de pobreza. Estos análisis permitirían, además, afinar las medidas planteadas orientadas a mejorar la calidad de la vivienda y reducir la segregación residencial de la población más desfavorecida de la ciudad latinoamericana.
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Palabras clave:
Vivienda, Segregación Residencial, Ciudad Latinoamericana
#00924 |
La política habitacional argentina cuestionada: algunos balances y desafíos.
La producción masiva de vivienda estatal estuvo en el foco de los debates políticos, teóricos y académicos de los últimos años por la poca capacidad de mejorar las condiciones de reproducción de la vida cotidiana de las familias trabajadoras y por profundizar la segregación socio-residencial de sus residentes como consecuencia de su localización y sus tipologías constructivas de gran escala (Ballent, 2005; Aboy, 2003; Dunowicz y Boselli, 2009). Sin embargo, la crisis social, política y económica que vivió la Argentina a principio de siglo, abrió un nuevo ciclo de la política habitacional en donde surgieron alternativas a la política tradicional (Aramburu y Zapata, 2020). Esta ponencia tiene por objetivo poner en cuestión el aspecto económico y el social de la nueva política habitacional de construcción de vivienda estatal ejecutada en la Ciudad de Buenos Aires (CABA) –Argentina-, desde la pos-crisis 2001 hasta la actualidad, a partir de una selección de políticas de hábitat que priorizaron dos modelos productivos: la continuidad, con nuevos formatos y escalas, del modelo productivo tradicional, masivo, estandarizado, mercantilizado/mercantilizante, ejecutado por grandes empresas constructoras, comúnmente conocido “llave en mano”, y un modelo productivo alternativo, de producción autogestionaria, ejecutado por cooperativas de vivienda.Desde una perspectiva metodológica cualitativa que recupera una diversidad de fuentes de información recolectadas longitudinalmente a lo largo del período de análisis, en esta ponencia se verifica que en post de estimular el aspecto económico de la política de vivienda –en términos de estrategia macro anticíclica- por sobre el social, la nueva política habitacional mantiene el tradicional patrón de producción promovido por la acción directa del Estado mediante esquemas “llave en mano” de producción masiva de vivienda por sobre otras tipologías alternativas, como el autogestionario, que mostró ser más exitosos en términos de integralidad social y urbana, e incluso reactivador de micro-esferas económicas intra-locales y activador de alternativos actores económicos en el sistema de la construcción.Referencias:ABOY, R. (2003). La vivienda social en Buenos Aires en la segunda posguerra (1946-1955). Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. Vol VII, 146(031), 741-798.BALLENT, A. (2005). Las huellas de la política: vivienda, ciudad, peronismo en Buenos Aires, 1943-1955. Bernal: Universidad Nacional de Quilmes.DUNOWICZ, R., Y BOSELLI, T. (2009). Habitar en la vivienda social de Buenos Aires, 1905-2002. JM Borthagaray (Comp.), Habitar Buenos Aires: Las manzanas, las casas y los lotes. Buenos Aires: FADU-UBA.ZAPATA M.C. y ARAMBURU F. (2020). La política habitacional de “intersticios”: un campo de disputa frente a la producción masiva de vivienda estatal. Los casos de Ciudad de Buenos Aires y Avellaneda. En Revista Hábitat Inclusivo. 16, 1-6.
15:00 - 17:00
GT_02- Ciudades Latinoamericanas y Caribeñas en el siglo XXI
#00390 |
Paisajes móviles. La expansión dispersa del Área Metropolitana de Mendoza y los desafíos de la investigación urbana.
El Área Metropolitana de Mendoza (AMM) es el principal aglomerado urbano del oeste argentino y cuarto en importancia de ese país. A tono con la fase de urbanización frenética que viene caracterizando al mundo desde finales de siglo XX, en los últimos años Mendoza se encuentra entre las ciudades argentinas que más han crecido en relación a su incremento poblacional. En efecto, entre 2006 y 2016 la mancha urbana del AMM tuvo una expansión del 29%, mientras que su población apenas creció un 14%. Distintas investigaciones dedicadas al área de estudio coinciden en señalar que en las tres últimas décadas el AMM presenta un patrón de crecimiento urbano extensivo y disperso que está produciendo un marcado proceso de fragmentación espacial (D'Inca & Berón, 2013; Manzini, 2017; Oliver-Pujol & Bisbal-Grandal, 2019). En este sentido, los estudios reconocen que, pese a los cambios en la lógica de gestión del Estado propiciados a partir de 2003, el proceso de expansión fractal de la ciudad continuó profundizándose.A través de un repaso por la literatura académica especializada y la información estadística disponible, en este trabajo proponemos detectar las nuevas modalidades de expansión del AMM durante el periodo 1990-2020, reconociendo sus pesos específicos, lógicas de asentamiento y actores intervinientes, e intentando reflexionar sobre los procesos sociales que las explican y los desafíos que estos cambios imponen a la hora de estudiar las nuevas formas de habitar el espacio urbano. Para ello, comenzamos con una revisión de los supuestos teóricos que guían el trabajo, luego analizamos las mutaciones en el paisaje periurbano del Gran Mendoza y en el ambiente construido de su área central, y en tercer lugar repasamos algunos factores políticos y sociales que han resultado relevantes para el dinamismo actual de la ciudad. Finalmente, cerramos la ponencia discutiendo los interrogantes y dilemas metodológicos que se abren para la investigación urbana en lo que respecta al abordaje de las distintas experiencias y mundos de vida que se despliegan en, con y por la ciudad.
#00632 |
Entorno urbano y stock de salud: el caso de Bahía Blanca
Mauro David Reyes1
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Karina Temporelli
1
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Silvia London
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La función de producción de salud define al stock de salud como el máximo output medido en términos de salud que puede obtenerse a partir de diferentes combinaciones de inputs relacionados, clasificados en 4 grupos: características biológicas, estilos de vida, medio ambiente y atención sanitaria (Grossman, 1972, Auster et al., 1972).En la Tabla N º 1 se presenta la influencia de cada factor sobre el stock de salud, a partir de un estudio de Lalonde (1974).Tabla 1: Determinantes de la saludFuente: Elaboración propia en base a Lalonde, 1974. Como se observa, el entorno es el tercer factor en importancia en cuanto a la influencia en la salud de las personas, superando a los sistemas de salud. El mismo releva aspectos del medioambiente físico como el clima, geografía, niveles de polución y acceso a servicios e infraestructura básica. En espacios urbanos, los determinantes medioambientales influyen también sobre otros determinantes, como los hábitos de vida y el acceso al sistema de salud (Goldman y Coussens, 2004). Además, acapara cuestiones socioeconómicas como parte del entorno de las personas y su stock de salud, donde se asocia el riesgo de contraer enfermedades con la pobreza y condiciones de vulnerabilidad social (nivel educativo bajo, condiciones de hogar deficientes, entre otras) (Ashiabi y O´Neal, 2007; London et al., 2009; Temporelli y Viego, 2011). La ciudad de Bahía Blanca se ubica en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires (Argentina) y cuenta con una población de 300.000 hab. según el censo 2010. El desarrollo económico de la ciudad se basa en la actividad portuaria y petroquímica, además de contar con un centro civil y comercial destacado. Aun que las evaluaciones de pobreza por ingresos y otros indicadores sigue la tónica nacional, la ciudad se caracteriza por una conformación espacial desigual, concentrando a los individuos más empobrecidos en determinados sectores. Las causas de esta conformación inequitativa son variadas, históricas y recientes, como crisis económicas que impactan en las poblaciones vulnerables, condiciones del mercado inmobiliario, inmigraciones, entre otras (Pérez, 2007; Prieto, 2016). A través de la clasificación de barrios de la ciudad de Bahía Blanca según su nivel vulnerabilidad ambiental urbana y socioeconómica, se propone desarrollar un análisis estadístico y geográfico descriptivo para evaluar la correspondencia entre entornos de peores condiciones ambientales y sociales y stock de salud. Se concluye que los hogares ubicados en contextos ambientales y sociales vulnerables tienen un menor stock de salud.
#00698 |
Capacidades estatales e innovación en servicios públicos. Estudio de casos en el transporte y en la movilidad urbana en la Zona Metropolitana del Valle de México
En la presente expsosición se abordan categorías analíticas para abordar las innovaciones en el servicio público de transporte, que implican diversos aspectos, desde nuevas tecnologías, infraestructura, sustentabilidad, electromovilidad, producción nacional, redes y cooperación internacional, importación de tecnologías, modificación de los espacios públicos y compromiso con los usuarios involucrados. Analíticamente, se hace necesario aportar un contenido empírico preciso al concepto de innovación en el servicio público de transporte relacionando la influencia de las capacidades estatales. En México ha cambiado la forma tradicional del transporte por alternativas sustentables concesionadas. Plantea retos de adaptación, seguridad y de transferencia tecnológica. Incluso tras el desarrollo reciente de la Conferencia sobre Cambio Climático (Glasgow, 2021) se llegaron a acuerdos para la promoción de la electromovilidad, configurando nuevos escenarios para las próximas décadas en el transporte público y oportunidades de encadenamientos productivos en la industria automotriz mexicana. Se intentan proponer aspectos metodológicos para abordar el objeto de investigación involucrando análisis de políticas y estudios sociales de la ciencia en contextos periféricos.
#00787 |
Brasília e a descaracterição urbana de Planaltina
Marco Porto1
1 - Faculdade de Arquitetura e Urbanismo do Planalto Central.
Brasília, capital brasileira, nasceu histórica, segundo Lúcio Costa, seu criador. Planaltina, por sua vez, tem sua arquitetura histórica descaracterizada com a construção de Brasília. Planaltina, antigo município de Goiás, estado com suas cidades coloniais, passou a pertencer ao Distrito Federal com a inauguração de Brasília. Cidade centenária, com muitos casarões pós-coloniais em ruínas, perde um pouco a sua importância e seu carácter histórico com a chegada de Brasilia. Com o tempo, os grandes quintais das casas antigas, com suas árvores frutíferas, e pequenas plantações que sustentavam o morador, quintais estes destinados à produção de comida e artefatos para as festas locais, deu lugar a novas residências para receber quem viria construir a capital. Muitos bairros novos foram construídos descaracterizando o charmoso bairro do Setor Tradicional. Com o tempo centenas de casas históricas foram demolidas, e as tradições imateriais perderam o prestígio. Todavia, há uma luta dos moradores para fortalecer estas festas populares que faz com que Planaltina tenha valor cultural, histórico e turístico para a região do Distrito Federal.Poucos são os investimentos do Estado para restaurar e manter vivo o casario tradicional. É comum, com o passar dos anos, uma casa ou outra, histórica, ser demolida pela especulação imobiliária ou ser destruída por mal uso. Planaltina, que além de ter suas festas tombadas como bens imateriaiais pelo governo local, poderia ter seu conjunto arquitetônico valorização equivalente. Planaltina, emancipada em 1859, com cerca de 200,000 habitantes, representa um contraponto com Brasília, capital moderna, nova, construída em 1960. Brasília não soube valorizar a história presente na arquitetura antiga de Planaltina, que recebeu inclusive a Missão Cruls. Equipe de profissionais enviados a região pelo governo federal para demarcar o quadrilátero da Nova Capital, na década de 30. Planaltina recebeu a Pedra Fundamental da construção de Brasília, que completa em agosto deste ano 100 anos. As edificições que foram revitalizadas pelo governo local, são o Museu, doado pela família Guimarães (família tradicional na cidade) e a igrejinha São Sebastião inaugurada em 1888. Mas as poucas edificações quw compõem o Centro Histórico estão precisando de atenção. A cidade antiga, que antes abrigava as grandes festas populares, hoje representa o modo como os governantes pós Brasília trataram a cidade. Por mais que os habitantes de Planaltina se unissem em prol do centro histórico, não recebem resposta positiva.Planaltina, diferente das demais cidades do Goiás, de mesma característica urbana, sofreu decadência por acabar se isolando dentro do Distrito Federal. E hoje lida com a pobrezab e a violência. É uma cidade descaracterizada urbanisticamente. Deste modo, é tratada como uma cidade de periferia, se não fosse a luta do povo local para manter suas tradições populares, festas que representam as maiores comemorações de cunho cultural e religioso da região.
#00913 |
Construir lo común sobre lo indecible: la recuperación de la ex comisaria Barón en Valparaíso (Chile)
Clement Colin1
1 - Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
La ponencia discute resultados de un trabajo de terreno desarrollado en 2021 con habitantes movilizados para recuperar y proteger la excomisaria ubicada en el cerro Barón (Valparaíso, Chile), abandonada desde 2010. Reunidos en la Corporación Comunidad Memoria e Integración (COMI) desde 2019, promueven la transformación del lugar como espacio comunitario, soporte de la revalorización y de la reconstrucción de una vida barrial hoy desaparecida. Anhelan la construcción de este lugar como un bien común para los habitantes del barrio y de la cuidad. Para eso, organizan actividades culturales en el edificio, buscan mantener y reparar el sitio en el objetivo de solicitar su comodato al Estado y proponer su declaración como sitio de memoria. Para fundamentar y legitimar sus acciones y su proyecto, las y los participantes movilizan en sus discursos y a través de sus prácticas, las memorias y las historias asociadas con el lugar, valorando su rol en la construcción histórica nacional, urbana y barrial. Sin embargo, este lugar es particular dado su historia reciente: ha sido centro de tortura entre 1973 y 1984 durante la dictadura (sitio identificado en el informe de la Comisión nacional sobre prisión política y tortura de 2005). Partiendo de esta constatación, el proyecto COMI se basa en gran parte en las memorias de este periodo para evidenciar la necesidad de declarar el edificio como sitio de memoria, testigo de las prácticas represivas de este tiempo. Una estrategia que se pone en tensión con la idea de construcción comunitaria debido a las conflictividades latentes que se encarnan en tales memorias. En este contexto, ¿cómo legitimar la movilización y la visibilización de estas memorias en la construcción del sitio como bien común? ¿Cómo estas memorias a su vez afectan las y los participantes y participan de la construcción de su relación con el lugar? La ponencia busca aportar elementos de respuesta a partir de entrevistas realizadas con miembros de la organización COMI y de observaciones participantes en las actividades y en los eventos organizados en el sitio. A partir de este caso, aborda la construcción de lo común hoy, en el contexto latinoamericano contemporáneo, frente a sus pasados y sus memorias recientes. Para eso, analiza la construcción narrativa desarrollada por la organización acerca del sitio y de su historia reciente para legitimar sus acciones y ambiciones.
#01121 |
PANDEMIA, FRAGMENTACIÓN Y SEGREGACIÓN URBANA.Las mega-regiones metropolitanas y su insostenibilidad en el ordenamiento territorial
Las distintas aristas de la fragmentación socio-territorial han sido abordadas en numerosas investigaciones resaltando sus aspectos negativos. Los esudios muestran la tendencia a la concentración de población y actividades en las áreas urbanas de mayor tamaño; y particularmente, en América latina está en discusión el paradigma de las mega-regiones metropolitanas (Lencioni, 2017). México, San Pablo, Buenos Aires y Bogotá son algunos ejemplos de cómo mutan las ciudades metropolitanas y de la forma acelerada en que la expansión de territorios sin confines, evidencia el fracaso de la falta de planificación urbana.Sin embargo, fue necesario atravesar la pandemia de la Covid-19, para visibilizar la irracionalidad de la fragmentación urbana y la desigualdad e inequidad latentes en los fenómenos de segregación y autoexclusión residencial, producto de la mercantilización urbana.En este trabajo nos detendremos en la mega-región de Buenos Aires que en la pandemia fue redescubierta por los mass media; y aceptado a nivel oficial su carácter de unidad funcional indisoluble. De tal forma que cuando las medidas de aislamiento estricto cerraron fronteras entre municipios y entre la Ciudad de Buenos Aires y los 41 distritos de su área de influencia, estallaron los conflictos socio-territoriales más agudo y la movilidad urbana quedó en el centro de la escena. En efecto, los millones de viajes pendulares diarios totalmente naturalizados hasta ese momento evidenciaron la disociación entre una adecuada planificación de usos del suelo y la planificación de los sistemas de movilidad. La falta de articulación presenta una serie de cuestiones insoslayables:a) la fragmentación en cientos de urbanizaciones privadas en la periferia metropolitana que dependen del uso intensivo del automóvil (Blanco, 2012);b) la localización de las viviendas sociales planificadas segregadas del tejido urbano consolidado y escasamente cubiertas por la infraestructura de servicios;c) la inversión en obras viales que extienden los límites de la mega-región a lo largo de corredores metropolitannos; a la par de la falta de inversión en el viario urbano de los municipios;d) la emergencia de nuevas áreas de centralidad (Vecslir, 2012) en las periferias semi-urbanas destinadas a satisfacer las demandas de determinados estratos de población y cuya accesibilidad está limitada al uso de transportes privados;e) los conglomerados de urbanizaciones cerradas a lo largo de autopistas metropolitanas conformando fronteras urbanas y acentuando la fragmentación de los territorios periurbanos (Vidal-Koppmann, 2019).Lo expuesto podría extenderse a la mayoría de las metrópolis latinoamericanas y abre el debate sobre los desafíos a encarar en el ordenamiento territorial y el desarrollo urbano pos pandemia, considerando que este fenómeno de mega-urbanización es la antítesis de la ciudad sustentable propuesta en las actuales agendas de planificación (Cepal, 2017).