México -
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Resumen de la Ponencia:
Eje 13-Impacto de la pandemia en la condición de las mujeres y las relaciones de géneroLa COVID-19 puso en evidencia las desigualdades en México, por ello es pertinente revisar las actividades para el hogar propio que recae en las mujeres. El objetivo es destacar las labores que demandan más atención de las féminas durante la crisis sanitaria y los efectos generados en este sector de la población. Se entiende como trabajo no remunerado para el hogar propio a un conjunto de actividades que producen bienes y servicios para los integrantes de una familia por el que no se recibe una remuneración y generalmente lo realizan las mujeres. Lograr el objetivo y la utilidad teórica, implica revisar los datos del Uso del Tiempo del INEGI (2019) para resaltar las actividades para el hogar propio; además rescatar conversaciones de mujeres rurales y urbanas respecto a los cambios en sus labores por la pandemia. Se encontró que tanto en lo urbano como en lo rural, las mujeres realizan sus actividades para el hogar sin remuneración con cercanía y contacto, de acuerdo a la edad tuvieron que aprender a interactuar con algunas TICs para la enseñanza escolar, padecen estrés, tristeza, ansiedad; y enfrentan una sobre carga laboral.
Challenges of working for own home in the health crisis by covid-19
Summary
The COVID-19 highlighted the inequalities in Mexico; therefore, it is pertinent to review the household activities that women are responsible for. The objective is to highlight the tasks that demand more attention from women during the health crisis and the effects generated in this sector of the population. Unpaid work for one's own household is understood as a set of activities that produce goods and services for the members of a family for which no remuneration is received and which are generally performed by women. Achieving the objective and theoretical usefulness, involves reviewing INEGI (2019) Time Use data to highlight activities for one's own household; in addition to rescuing conversations from rural and urban women regarding changes in their work due to the pandemic. It was found that both in urban and rural areas, women perform their unpaid household activities with proximity and contact, according to their age they had to learn to interact with some ICTs for school teaching, suffer stress, sadness, anxiety; and face an excessive workload.
Key words: Unpaid work for own home, COVID-19, Mexico.
Introducción:
Diversas disciplinas de las Ciencias Sociales como la economía, la Sociología, la Antropología, la Historia, la Geografía, entre otros se han ocupado de mostrar las desigualdades económicas y sociales persistentes en la sociedad mexicana, pero ha sido la pandemia por COVID-19 la que ha desnudado la sobrecarga ya existente otorgada a las mujeres por las actividades no remuneradas para el hogar propio, en esta etapa de crisis sanitaria.
En la pandemia, las medidas de prevención para amortiguar los contagios tienen que ver con el distanciamiento social entre las personas, con la suspensión de las actividades educativas y laborales, convirtiendo el hogar en el espacio más seguro para el resguardo de la salud y la vida, pero, una zona de elevado riesgo para las mujeres encargadas de las actividades domésticas y del cuidado.
De todas las labores, las no remuneradas del hogar se efectúan en cercanía y contacto permanente, lo que coloca a las mujeres, generalmente madres, en situación de riesgo en la salud al infectarse o contagiarse de COVID-19.
De las múltiples tareas del hogar propio están aquellas que demandan más tiempo por parte de las mujeres, convirtiéndose en relevantes durante la pandemia las de limpieza y las de enseñanza aprendizaje, particularmente en la educación básica y media superior.
A excepción de las otras actividades, las educativas en tanto formación formal, habían recaído en un tercero, el Estado, pero ante la compleja situación, el gobierno transfiere la función a los padres y a las madres de familia durante el confinamiento por al menos dos años (2020 y 2021) considerando la responsabilidad compartida establecida en la Ley General de Educación (DOF, 16/03/2020), toda vez que los espacios de las escuelas concentran más de 30 millones de pupilos en todos los niveles educativos y se convierten en territorios propicios para propagar la epidemia.
Este documento se ocupa de los retos del trabajo para el hogar propio que asume el rasgo de no remunerado, particularmente durante la pandemia, destacando aquellas actividades que demandan más atención en tiempo y calidad.
Las actividades del hogar son una categoría del concepto trabajo, porque su función es producir bienes y servicios, pero a diferencia del mercado, este es no retribuido y va dirigido al bienestar y desarrollo de los integrantes de una familia, y generalmente lo realizan las mujeres. Se revisan los datos de la Encuesta Nacional del Uso del Tiempo del INEGI (2019) para resaltar las actividades para el hogar propio; además se rescatan conversaciones de mujeres rurales y urbanas respecto a las modificaciones en sus labores por la pandemia.
Tanto en lo urbano como en lo rural, las mujeres realizan sus actividades para el hogar sin remuneración con cercanía y contacto, de acuerdo a la edad tuvieron que aprender a interactuar con algunas TICs para la enseñanza escolar, padecen estrés, tristeza, ansiedad; y enfrentan una sobre carga laboral.
El estudio es una valoración a grandes rasgos.
Desarrollo:
Marco teórico-metodológico: el trabajo no remunerado para el hogar propio
En general, el trabajo es entendido como un proceso de producción de bienes y servicios por la mano del ser humano (los hombres y las mujeres), el cual se desagrega, primero, en trabajo asalariado por el que se recibe una remuneración ya sea en lo formal o informal, siempre que y solo si existe una relación asalariada y subordinada entre dos o más personas. El segundo desagregado es el trabajo no asalariado en el que resalta el autoempleo informal, la producción para el autoconsumo (en varios casos se contempla la mano vuelta), el tekio y el trabajo para el hogar propio.
El trabajo para el hogar propio no remunerado se desglosa en trabajo doméstico que involucra la preparación y servicios de alimentos, limpieza de la vivienda, limpieza-cuidado de ropa y calzado, compras para el hogar, pagos y trámites para el hogar (de Luna, 2017).
También está el trabajo de cuidados segmentado por grupos poblacionales, esto es, la primera infancia de 0 a 5 años, la segunda infancia de hasta los 14 años, la población en edad productiva de 15 a 59 años y los adultos mayores de 60 y más años (INEGI, 2019).
Dentro de las actividades del cuidado, la subcategoría ayuda a las tareas escolares, se observa que se efectúa de forma directa e indirecta, una vez que los integrantes más jóvenes de la familia han regresado a los hogares, tras las horas en la escuela; o bien de forma indirecta, que consiste en apoyar a los escolapios en casa mientras se realizan otras actividades (INEGI, 2019).
Revisión de los datos
El trabajo no remunerado para el hogar propio respecto del Producto Interno Bruto (PIB) ha mantenido un crecimiento superior al 7% del 2003 al 2020, al pasar de 20.2% a 27.6% en términos generales. Son las mujeres quienes realizan las mayores contribuciones al crecimiento con más del 4%, (de 16.1 a 20.2% del 2003 al 2020 respectivamente), mientras que los aportes de los varones crecieron 3% en el periodo (INEGI, 2022) (ver Tabla 1).
Es decir, las mujeres han asumido el trabajo para el hogar propio con más del 70% de las contribuciones, mientras los varones apenas si aportan el 27%.

En la pandemia, las actividades del hogar se volvieron sustanciales, integrado por las actividades domésticas, vinculadas a la preparación y la provisión de alimentos, realizar las compras esenciales para la familia y los pagos diversos (electricidad, agua, telefonía), limpieza de la vivienda, limpieza y mantenimiento de la ropa y el calzado. En lo rural, las actividades domésticas llegan a requerir actividades previas como el desgranado de maíz producido en la parcela propia, cocerlo, moler el nixtamal, y hacer las tortillas; y antes de todo ello, buscar la leña/carbón para encender el fogón; en el caso de granos básicos como el frijol, también se requiere la producción previa, selección y limpieza para cocerlo y prepararlo. Entran también las actividades de cría de animales de corral, sacrificarlos, limpiarlos y cocinarlos (de Luna, 2017).En lo doméstico, la actividad de mayor modificación en lo rural y lo urbano es la limpieza del hogar y los espacios públicos.
“De todos los quehaceres, con el que se debe tener cuidado y estar atentos es con la limpieza. Aquí en la comunidad, en el municipio, no hay gel, así que hacemos una mezcla de agua con jabón para la tarde, al regreso de los que van a trabajar fuera, tenemos que ser conscientes, cambiarnos y dejar afuera esa ropa. También tenemos limpias las calles” (Actualizada habitante de zona rural, 2020).
Los quehaceres domésticos en general también incrementaron en la zona urbana. Esto es, los integrantes de la familia que tomaron espacios de la casa para trabajar desde casa o simplemente permanecieron en confinamiento, demandaron más preparación y servicios de alimentos. El confinamiento, no se tradujo en la incorporación de otros miembros de la familia a las diversas labores, más bien representó una sobre carga para las mujeres que ya de por sí han asumido esta responsabilidad dada por la sociedad y su naturaleza biológica.
La carencia de sanitizadores también afectó a la zona urbana en el principio de la pandemia, por lo que la mezcla de agua y detergente, limpiadores y otros de igual manera se convirtieron en una opción de limpieza para aquellos integrantes de la familia que por la naturaleza del trabajo de contacto y/o de cercanía, demandaba salir del hogar y que suman 81% de la población (INEGI, 2020).
En suma, las actividades del trabajo doméstico oscilan entre el distanciamiento social y la cercanía, principalmente de las mujeres respecto al resto de los integrantes de la familia, en el espacio de la parcela, el traspatio y la cocina, en la calle, el mercado/tianguis/supermercado.
Recientes hallazgos de estudios de caso, reportan un incremento traduciéndose en más preparaciones de alimentos por la concentración de los integrantes de las familias en los hogares. La demanda de preparación y servicios de alimentos, representa al menos 2 horas diarias más de las habituales. Se destina más tiempo al mantenimiento de los espacios en los que se demanda mayor actividad: solo el 20% de los hogares ya tenía un espacio y se incrementa en lugares como la cocina con el 33.33% (de Luna, 2022).
La limpieza de la vivienda, el mantenimiento y limpieza de ropa y calzado también adquieren relevancia por las indicaciones del lavado constante de manos y cambio de ropa, sobre todo por el trabajo realizado fuera del hogar y establecer contacto o cercanía con posibles casos positivos de COVID-19. Se trata de una actividad de riesgo elevado para la población porque si bien se realiza en aislamiento, se entra en contacto directo con las ropas con posible virus de COVID-19, en la que se reporta hasta 35% de incremento del quehacer.
Las actividades de limpieza quedaron sujetas a las indicaciones de las autoridades sanitarias, es decir, cambio de ropa al regresar del trabajo, lavado de manos frecuente y sanitización local (agua con jabón o algún limpiador mezclado con agua).
En lo doméstico se reorganiza la compra de las materias primas para el consumo familiar, pasando la responsabilidad en uno de los integrantes de la familia, en específico en los varones en los días de la semana para el caso de las zonas rurales. En lo urbano, además de las compras cara a cara, se recurrió a las aplicaciones o compras por internet, siempre que y sólo si se dispone de una tarjeta (débito o crédito) (AMVO, 2022).
Se mantienen estables los pagos y trámites para el hogar por la temporalidad (servicio de agua y telefonía mensual en la zona urbana) y electricidad bimestral.
En la pandemia se presentó un cambio sustancial en la “ayuda en tareas escolares” porque se tradujo en “enseñanza-aprendizaje” de las madres a los hijos de educación básica y media superior. Este ajuste es dado por el Estado, al transferir las funciones a los padres y las madres de familia, de tal manera que se garantice la formación de los millones de estudiantes del nivel básico y media superior.
Esta actividad en particular demanda hasta cinco horas al día y recae en las mujeres. De cada 10 familias, solo en uno, interviene el varón con la revisión de las actividades escolares.
La característica en el periodo de la pandemia, es que estas actividades requieren de una atención directa, es decir, las responsables deben permanecer en cercanía y contacto para garantizar la realización de las tareas, lo que generó estrés, ansiedad y depresión en las mujeres e infantes por la sobre carga laboral y el aislamiento de más de un año.
Con la pandemia, las zonas rurales establecieron lazos de solidaridad para adquirir internet y replicar el acceso en las viviendas, de tal manera que se garantice la comunicación de las madres de familia con los profesores mediante las redes sociales (de Luna, 2021). Ello les permitió sumarse a los grupos de WhatsApp para atender las problemáticas presentadas en el día a día de las actividades escolares, ya sea entre madres de familia o de las madres a los profesores.
En la pandemia, el cuidado a los integrantes del hogar de primera y segunda infancia, es la que refleja el mayor cambio, pero sigue feminizada la actividad (60% de los hogares tiene de 2 a 4 hijos).
En específico, en lo rural la enseñanza-aprendizaje se convierte en responsabilidad y obligación de las madres de los hijos a través de Cuadernillos acompañados del perifoneo y en menor proporción con el Programa “Aprende en Casa” de 2 a 5 horas, predominantemente de atención directa y en menor proporción de manera indirecta.
“Para los niños no es lo mismo estar en la casa que en la escuela. Extrañan a sus compañeros y a sus maestros. Además, no tienen recreo, es empezar desde las ocho de la mañana a contestar sus cuadernillos, nos detenemos a las 3 de la tarde para comer, entonces ya para la una de la tarde es estar preparando la comida con un ojo puesto en los niños, vigilar que sigan contestando las hojas, para que los maestros puedan recogerlo completo y respondidos. Si veo que los niños se cansan, se estresan, se ponen tristes porque es estar aquí en casa, sin poder salir a jugar con los amiguitos y tampoco pueden recibir visitas. Aunque pueden salir al patio, ya no es suficiente….Aquí no usamos la televisión, porque no coincide lo que pasan en la televisión con los cuadernillos y las mamás o los papás no saben programar la televisión, tampoco se dejan ayudar, les ofrecimos apoyo y no quisieron. Los papás que no saben leer y escribir, mejor se llevan a los niños a la milpa, son poquitos pero si hay y esos niños van a batallar cuando regresen a las aulas” (Actualizada, esposa del presidente de la Sociedad de Padres de Familia de comunidad rural del Estado Veracruz, 2020).
En la zona urbana, se implementaron clases mediante las plataformas digitales como Google Meet, ClassRoom, también se recurrió a la aplicación del WhatsApp para la conformación de grupos de Madres de Familia, a fin de agilizar la comunicación sobre las tareas y actividades diversas que los escolapios debían realizar.
“Como el resto de los niños y niñas, mis hijos extrañan a sus compañeritos y a sus maestros. Saben que no pueden recibir ni pueden ir de visita, lo entienden pero si les afecta el encierro. Los noto ansiosos, tristes. Llegó un momento en que dejé de exigirle a la niña, porque afortunadamente es obediente pero, si es una exageración la cantidad de actividades que debemos atender con los hijos y no estamos capacitados. Aquí es enseñarles como podamos las madres para no perder el ciclo escolar y les quede algo” (Madre de familia con estudios universitarios de la zona urbana de Zacatecas, 2020)
Los resultados en la reorganización de esta actividad no son satisfactorias. “La persona que asume el cargo de dirigir la enseñanza, presenta un bajo nivel educativo y utiliza su intuición, las prenociones y entendimiento para apoyar a los infantes. El resultado es deficiente y queda en los niños una apreciación del ‘No aprendo porque mamá no sabe enseñar’, reportó el 53.33% de los infantes en un estudio de caso para una localidad rural de Zacatecas (de Luna, 2022) y el proceso no es ajeno a la zona urbana.
En esta fase del trabajo no remunerado para el hogar propio, las mujeres y los infantes tuvieron que enfrentar la intermitencia en la conectividad de la red de internet, por saturación, ubicación del domicilio o el clima.
En la pandemia se conservó el comercio local, y se restringió la distribución a cargo de los grandes comerciantes. Además, el 36% de los trabajadores se encuentran ocupados en el campo, como trabajadores por cuenta propia; el 10% no recibe remuneración; el 7% son empleadores y el 47% son suboordinados remunerados (Carbajal, 2021).
Todas las actividades para el hogar propio son importantes porque tienen la función de garantizar el desarrollo de los seres humanos, de reproducir la mano de obra, pero esto sustancial también es de alto riesgo, porque demanda contacto y cercanía dentro y fuera del hogar, pese a que la única manera de lograr el distanciamiento social ha sido con el confinamiento en las viviendas.
Conclusiones:
En la pandemia por COVID-19, el trabajo ha sido uno de los componentes de la sociedad que mayor afectación ha padecido, dejando en evidencia la vulnerabilidad del trabajo asalariado y del no asalariado.
Del trabajo no remunerado, destaca el realizado para el hogar propio, que asume un carácter no asalariado y recae en las mujeres. El total de actividades realizadas en una semana varía en la zona rural respecto de la urbana. Mientras en la zona rural aún persiste la cría de animales, la recolección y la producción de la parcela, el uso de agua del manantial, el arroyo o pozo, en lo urbano deben ser adquiridos en el mercado o en su caso esperar la provisión por parte de un tercero, por el quede efectuarse un pago.
Uno de los aspectos destacables en general, es el incremento de actividades y del tiempo destinado para su concreción en el trabajo doméstico, específicamente con la preparación y la provisión de los alimentos. La participación del resto de los integrantes de la familia en estas actividades además de mostrar una sobrecarga en las mujeres, representa un reto para fomentar la participación de la familia (por parte de los padres y madres) en estas prácticas, como principales beneficiarios, sobre todo, por garantizar el desarrollo del ser humano.
Las actividades de limpieza también requirieron más tiempo, en específico el lavado de ropa, la limpieza del hogar (los espacios públicos en el caso de lo rural, como el pozo, el manantial, el arroyo y/o río), y las calles para las mujeres; en el caso de los hombres el mantenimiento de las carreteras, caminos, veredas y la realización de guardias en los principales accesos a la comunidad, en la cual también participan las mujeres.
Este desafío se suma a la revalorización del papel de las mujeres en la educación. En general, el nivel educativo alcanzado por las mujeres responsables de la educación en la pandemia es de Secundaria, aunque en el 2020, fueron quienes más se dieron de baja con 3%, mientras en varones solo fue el 1% (UNAM, 2020); esto pese a que en el 2020, las mujeres en la educación superior rebasó al de los hombres, reportando un incremento del 60% en los últimos 20 años (IMCO, 17 de agosto del 2022).
Las mujeres enfrentaron varios retos en la enseñanza-aprendizaje, los cuales están vinculados al manejo de la televisión, disponer de un móvil, acceder a internet y utilizarlo. Generalmente, las contribuciones respecto al uso de las TIC´s están asociados a trabajadores remotos, que realizan las actividades deslocalizados del centro laboral, con capacidad de autodisciplina para trabajar en aislamiento y en cualquier punto como un hotel, el aeropuerto, el parque siempre que y solo sí se cuenta con red de internet. Se trata desde luego de trabajadores asalariados, con elevado conocimiento de las TICs (OIT, 2019).
Con la pandemia, el hogar considerado como centro de convivencia familiar, de descanso, de fortalecimiento de lazos, se convirtió en un espacio de trabajo y ha dejado en evidencia que es un territorio de actividades no remuneradas, en concreto, la enseñanza-aprendizaje a cargo de las mujeres; se trata de una precariedad invisibilidad institucionalizada por el Estado mexicano, que toma como base la Ley de Educación General de Educación.
La intermitencia de la conexión a la red de internet, mostró la solidaridad entre las mujeres para replicar la señal o apoyarse mediante el WhatsApp para resolver dudas, que permitieran atender de forma correcta los cuadernillos o las tareas diversas correspondientes en lo rural y lo urbano. También, que pese a ser un derecho humano que ha sido plasmado en el artículo 6 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Estos retos específicos están vinculados a los usos y costumbres de la sociedad mexicana, que transfiere las actividades no remuneradas para el hogar propio a las mujeres, por su naturaleza biológica y porque socialmente ha sido así históricamente, por su condición de mujer.
Es decir, la pandemia tiene el papel de desnudar y cuestionar el avance de las acciones gubernamentales de equidad de género, empoderamiento, igualdad de oportunidades. Valores como la solidaridad, el respeto, la tolerancia, la reciprocidad otros, dirigidas a las familias.
Bibliografía:
DOF (16/03/2020), Acuerdo número 02/03/20 por el que se suspenden las clases en las escuelas de educación preescolar, primaria, secundaria, normal y demás para la formación de maestros de educación básica del Sistema Educativo Nacional, así como aquellas de los tipos medio superior y superior dependientes de la Secretaría de Educación Pública, SEGOB, disponible en www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5589479&fecha=16/03/2020
INEGI, (2020). Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), Primer Trimestre.
INEGI-Inmujeres, (2019). Mujeres y hombres en México 2019. INEGI, México.
INEGI, (2019). Encuesta Nacional sobre el Uso del Tiempo (ENUT), Presentación de Resultados, segunda edición, disponible en https://www.inegi.org.mx/contenidos/programas/enut/2019/doc/enut_2019_presentacion_resultados.pdf
INEGI, (2021), INEGI presentar resultados de la encuesta para la medición del impacto COVID-19 en la educación (ECOVID-ED) 2020, Datos nacionales, Comunicado de Prensa Núm. 185/21, 23 de marzo de 2021, disponible en www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2021/OtrTemEcon/ECOVID-ED_2021_03.pdf
INEGI, (2022). Trabajo no remunerado de los hogares. Disponible en www.inegi.org.mx/temas/tnrh/
IMCO, (17 de agosto del 2022). El premio que reciben las mujeres por estudiar, Centro de Investigación en Política Pública (IMCO), disponible en https://imco.org.mx/el-premio-que-reciben-las-mujeres-por-estudiar/
OIT, (2019). Trabajar en cualquier momento y en cualquier lugar: consecuencias en el ámbito laboral. Informe Conjunto. Organización Internacional del Trabajo-Eurofound, Ginebra, 77p.
de Luna, H. (2017). De la lumbre al fogón. La campesina de Zacatecas en el neoliberalismo, Editorial Fontamara, México.
De Luna, H. (2020). Del fogón a la televisión. Las actividades reproductivas de las mujeres rurales en pandemia. Ponencia presentada en la Escuela de Verano UAZ, 2020 del 25 de junio al 7 de julio.
De Luna, H. (2022). Desigualdades de género en la enseñanza. Aprendizaje rural en México, Reflexiones de la actual crisis sanitaria, en XI Congreso en Desarrollo Económico y Calidad de Vida, Bogotá-Colombia, 9 y 10 de noviembre.
AMVO (2022), Estudio de venta online. El consumidor digital mexicano 2022. Versión pública.
UNAM, (2020). Seis de cada 10 personas sin educación escolar son mujeres: INEGI. Radio UNAM, Disponible en https://wradio.com.mx/radio/2022/03/31/nacional/1648750244_384448.html
Conversaciones rescatadas
Madre de familia y esposa del Presidente de la Sociedad de Padres de Familia de educación básica de la localidad de Sayoltepec, del Municipio de Chicontepec, Veracruz.
Vocal de la Sociedad de Madres de Familia del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia del Ejido Chamola, Chicontepec, Veracruz.
Presidente de la Sociedad de Padres de Familia de la localidad de Agua Gorda, Zacatecas.
Madre de familia de 41 años, de la zona urbana de Zacatecas con estudios universitarios con hijos en educación básica.
Madre de familia de 40 años, de la zona urbana de Zacatecas con estudios universitarios de la zona urbana de Zacatecas con hijos en educación básica.
Madre de familia de 33 años con estudios universitarios de la zona rural.
Palabras clave:
Trabajo no remunerado para el hogar propio, COVID-19, México