Resumen de la Ponencia:
Se reflexiona sobre los más recientes hallazgos de la investigación en el campo de la sociología histórica de la sociología francesa, específicamente la desarrollada en los últimos veinte años en torno a la sociología de Pierre Bourdieu y el Centro de Sociología Europea (CSE). Estas investigaciones, basadas en un minucioso estudio colectivo e internacional de archivos y trabajo de campo (entrevistas), además de las revisión de una ingente base bibliográfica, y que presenta un carácter no sólo acumulativo si no también progresivo, representa una visión totalmente novedosa que aporta respuestas inéditas a los problemas que tradicionalmente se han planteado desde diversas formas de filosofía de las ciencias sociales con pretensiones epistemológicas y desde las cuales se ha intentado explicar, tanto la originalidad como los alcances, de la sociología de Pierre Bourdieu y el CSE. Se concluye que, si bien pueden diferenciarse, con fines analíticos, las dimensiones epistemológica y metodológica de la investigación sociológica, en realidad éstas están indisolublemente entrelazadas, incluso confundidas, en la práctica (praxis) misma de investigación y se desarrollan siempre de manera colectiva, por lo que la perspectiva de la reflexividad resulta no sólo pertinente, sino ineludible.
Introducción:
En la presente comunicación se reflexiona sobre los más recientes hallazgos de la investigación en el campo de la sociología histórica de la sociología francesa, específicamente la desarrollada en los últimos veinte años en torno a la sociología de Pierre Bourdieu y el Centro de Sociología Europea (CSE). Estas investigaciones, basadas en un minucioso estudio colectivo e internacional de archivos y trabajo de campo (entrevistas), además de las revisión de una ingente base bibliográfica, y que presenta un carácter no sólo acumulativo si no también progresivo, representa una visión totalmente novedosa que aporta respuestas inéditas a los problemas que tradicionalmente se han planteado desde diversas formas de filosofía de las ciencias sociales con pretensiones epistemológicas y desde las cuales se ha intentado explicar, tanto la originalidad como los alcances, de la sociología de Pierre Bourdieu y el CSE. Así, este abordaje permite superar muchas de las interpretaciones habituales, que se revelan erróneas, principalmente acerca de su verdadera posición respecto de la filosofía y otras disciplinas, sobre el verdadero sentido de sus esfuerzos por superar las oposiciones entre subjetivismo y objetivismo, entre autores y entre métodos de investigación y disciplinas, así como la verdadera génesis y trascendencia de su principales conceptos teóricos. Otra discusión que este abordaje permite zanjar, poco conocida en América Latina, es la relativa a paternidad de las ideas fundamentales que dieron lugar a las obras clásicas de Pierre Bourdieu (por ejemplo, su célebre “La distinción”, publicada en 1979), reconociendo y dándole su justo valor a las contribuciones de sus colaboradoras y colaboradores. Sin embargo, la relevancia que la revisión de estos nuevos abordajes pueden tener para las ciencias sociales en América Latina, estriba en tres aspectos. Primeramente, estas investigaciones ayudan a llevar a cabo una revisión de la forma como la obra de Pierre Bourdieu ha sido recibida en nuestras naciones, abriendo la posibilidad de una nueva recepción, depurada de tintes políticos y filosóficos, de instrumentalizaciones (por ejemplo, por los “estudios culturales” o “de comunicación”) y de lecturas deformadas a partir de tradiciones arraigadas (por ejemplo, ciertas apropiaciones del marxismo) y sobrevivientes de un estado, ya superado, de la forma de hacer sociología ( el “ensayismo”) o de rechazos irreflexivos por propuestas que aún deben ser sometidas a una verdadera crítica (por ejemplo, el discurso sobre el “imperio cognitivo”). En segundo lugar, ejemplifican los estudios que podrían realizarse para dotar de un grado superior de reflexividad a las ciencias sociales latinoamericanas, dotándolas de mayor autonomía y de mayor capacidad para informar la transformación social. Finalmente, arrojan nueva luz sobre la evolución de las ciencias sociales, en Europa como en América Latina. El ponente, además, representa al Grupo de Investigación sobre la Sociología Reflexiva de Pierre Bourdieu (GISoR).
Desarrollo:
I.
Pierre Bourdieu y el arte de la invención científica, es resultado de investigaciones basadas en un minucioso estudio colectivo e internacional de archivos y trabajo de campo (entrevistas), además de las revisión de una ingente base bibliográfica, realizada desde una visión novedosa que aporta respuestas inéditas a los problemas que tradicionalmente se han planteado desde diversas formas de filosofía de las ciencias sociales con pretensiones epistemológicas, y desde las cuales se ha intentado explicar (sin mucho éxito), tanto la originalidad como los alcances de la sociología de Pierre Bourdieu y del CSE:
"Nuestro libro - precisan los autores - busca ir más allá, simultáneamente, tanto de una problemática puramente historicista, como de una historia por la historia o de una historia disciplinaria" prolongando "la aportación y el involucramiento de Bourdieu en este dominio" el de "la historia de las ciencias sociales como dominio de investigación propio" dentro de "una perspectiva que va más allá de las modalidades dominantes del historicismo" (pp. 22-23).
Se trata de una forma de historiar que usa las adquisiciones de las ciencias sociales para elaborar un conocimiento de las propias ciencias sociales, afirmando su autonomía por medio de un verdadero ejercicio de reflexividad, pues "la historia social de las ciencias sociales [es] un instrumento de reflexividad" (p. 27):
"[l]a historia social y la sociología de la sociología, entendidas como la indagación de lo científico inconsciente de los sociólogos, permiten, a través de la formulación del problema de la génesis de las categorías de pensamiento y de los instrumentos de investigación por ellos utilizados, constituir la condición absoluta de la práctica científica". Es así que "[l]a sociología de las determinaciones sociales de la práctica sociológica [...] constituye, sobre todo y primeramente, el único fundamento posible para una libertad factible frente a esas determinaciones" (Bourdieu, 2020: 277-278).
Este abordaje permite superar muchas de las interpretaciones habituales acerca de Pierre Bourdieu, que se revelan erróneas, principalmente acerca de su verdadera posición respecto de la filosofía y otras disciplinas, sobre el verdadero sentido de sus esfuerzos por superar las oposiciones entre subjetivismo y objetivismo, entre autores y entre métodos de investigación, así como la verdadera génesis y trascendencia de sus principales conceptos teóricos.
El libro o, mejor dicho, la enorme y compleja investigación de la que es resultado muestra un joven Bourdieu, aún "desconocido", que "no tenía aún su teoría" que "está en proceso de construirla progresivamente en sus encuestas” y aporta “una nueva luz sobre los libros que creíamos conocer” al estudiar “la génesis de [esas] encuestas” (p. 404).
Los autores abordan “la cuestión de la evolución de una obra” la cual “es con frecuencia planteada en el nivel textual y encerrada [...] en la alternativa de la continuidad o de la ruptura entre los textos de juventud y los de madurez”, “problemática un poco escolar” que “no es en realidad reducible a una comparación textual, ni a una cuestión de lectura” (pp. 404-405), reducción de la que abundan ejemplos en América Latina (incluso de autores de amplia reputación) y en la que (hay que reconocerlo) es fácil incurrir.
Trabajando sobre “el periodo de los comienzos”, los autores rechazan “los presupuestos de una filosofía de la historia abstracta” y “la mitología del creador increado y de [...] la creación como proceso de iluminación de un individuo singular” y, por esta vía, “una lógica finalista”. En cambio, insisten “en un trabajo progresivo inscrito en una temporalidad más larga que la de un momento o un proyecto” de “acumulación y enriquecimiento” (pp. 405-406). Asimismo, advierten que “solamente la contextualización histórica permite captar las verdaderas originalidades de Bourdieu y de su empresa” (p. 407).
En contra de la representación, muy extendida, de Bourdieu como “un gran teórico”, la investigación permite entender cómo, si bien es “el autor de una de las teorías sociológicas mayores de la segunda mitad del siglo XX, no lo es sino porque estuvo considerablemente comprometido en una empresa colectiva y empírica” (p. 406). Una disputa que este abordaje permite zanjar, poco conocida en América Latina, es la relativa a la paternidad de las ideas fundamentales que dieron lugar a sus obras clásicas (por ejemplo, su célebre La distinción, publicada en 1979), reconociendo y dándole su justo valor a las contribuciones de sus colaboradoras y colaboradores.
El conocimiento sobre la génesis y evolución del grupo de investigación que llegó a conformarse en el Centro de Sociología Europea y que Bourdieu animaba permite, entre otras cosas, ver con claridad que la idea de la “autonomía” como condición para el desarrollo de la ciencia social, “lejos de ser una idea abstracta [...] es en el CSE el objeto de estrategias e inversiones muy concretas” (p. 410). Si Bourdieu afirmaba que la “autonomía relativa” era la condición fundamental de todo campo social, incluido el científico, no era solo por cumplir un requisito de formalidad lógica para su teoría de los campos, sino también algo que experimenté en carne propia.
En resumen, afirman los autores, “lo que [ellos han] querido mostrar [...] es que esos trabajos ameritan no sólo ser mejor conocidos, sino también que una mejor comprensión de su modo de producción puede ser en sí una importante aportación al progreso de la ciencia social” en general (p. 423).
II.
Sin embargo, el interés y relevancia que la revisión de estos nuevos abordajes puede tener para las ciencias sociales en América Latina, estriba en dos aspectos. Primeramente, estas investigaciones ayudan a llevar a cabo una revisión de la forma como la obra de Pierre Bourdieu ha sido recibida en nuestras naciones, abriendo la posibilidad de una nueva recepción, depurada de tintes políticos y filosóficos, de instrumentalizaciones (por ejemplo, por los “estudios culturales” o “de comunicación”) y de lecturas deformadas a partir de tradiciones arraigadas, o de ciertas apropiaciones del marxismo o de la fenomenología, así como de discursos sobrevivientes de un estado, ya superado, de hacer [“sociología caracterizada por el “ensayismo”. Y, particularmente, reconsiderar los rechazos irreflexivos a partir de propuestas que aún deben ser sometidas a una verdadera crítica; como por ejemplo el discurso sobre el “imperio cognitivo” o las “epistemologías del sur” de Santos que, lamentablemente, reduce la obra de Bourdieu a una simple “auto-reflexión”. Un ejemplo del tipo de estudios que hacen falta en América Latina sobre este tema es: Afresne, Laurent (2021).
En segundo lugar, ejemplifican el tipo de estudios que podrían realizarse para dotar de un grado superior de reflexividad a las ciencias sociales latinoamericanas, enriqueciéndolas y dotándolas de mayor autonomía y, mediatamente, de una mayor capacidad de informar los esfuerzos de transformación social en nuestras naciones.
Es decir, si nos preguntamos, ¿Cuál es el rasgo esencial del trabajo sociológico de Bourdieu que lo ha vuelto tan prolífico y exitoso? ¿Cuál es (como solía decirse en los manuales de management de los años 1990) “la clave del éxito” de esa sociología? Bien, el libro Pierre Bourdieu y el arte de la invención científica muestra claramente que la clave es que se trata de eso, de un verdadero trabajo sociológico o, si se quiere, de una praxis sociológica, y no de un ejercicio abstracto de teorización. Con todo, los autores afirman, al final, que “el éxito de la empresa no debe ser exagerada. No ha habido un reagrupamiento o una conversión general a lo que pueda percibirse como un ‘paradigma’ [...]. Las practicas de investigación en el centro de este libro no constituyen ‘la norma’, incluso en la escala de la sociología francesa” (p. 417). Lo cual, en realidad, no contradice la tesis de que la sociología de Bourdieu viene a completar (históricamente hablando) la constitución del “paradigma sociológico” en tanto “matriz disciplinaria” (incluso “interdisciplinaria”), pues Duval, Heilbron e Issenhutt están pensando sólo en el sentido restringido de la noción de “paradigma” como forma “ejemplar” (Joly, 2022).
Al respecto, el capítulo de la autoría de Johan Heilbron, “En el Centro de Sociología Europea” [Au Centre de sociologie européenne] (pp. 121-173), es revelador. Heilbron advierte por ejemplo que, a diferencia del grupo de los durkheimianos, “el grupo de Bourdieu se distingue de aquel en este punto: se constituye mas temprano [que una sistematización teórica] y en torno de un proyecto de encuestas exigentes antes que sobre una propuesta teórica específica” (p. 157, nota 97). Antes, Heilbron también advierte que “[I]a arquitectura del programa [de investigación] no es proporcionada por una teoría particular, weberiana, durkheimiana o funcionalista. No se trata de entrada de una filosofía general de la ciencia (social), (Iógico-)positivista u otra, ni de una ‘metodología’ en el sentido de Lazarsfeld o de Boudon” sino por un “pluralismo coherente” guiado “por cuestionamientos específicos según el terreno particular de las encuestas” e inspirado en la epistemología de Bachelard pero “repensada y elaborada con [...] una pluralidad de otros autores” (pp. 155-156). De hecho, la “reflexividad, [...] noción que reemplazará ulteriormente a la de vigilancia epistemológica, representa una dimensión particular del programa y de las prácticas de investigación” (pp. 156-157). Resume Heilbron: “esta orientación epistemológica muy abierta va emparejada con una oposición intransigente con el empirismo estrecho, con las abstracciones del teoricismo y con la grandilocuencia del ensayismo al que le falta precisión empírica y rigor analítico” (p. 156).
La relación entre metodología y epistemología, en sociología, es una relación indisoluble por cuanto es de naturaleza práctica, si bien se trata de una práctica reflexiva.
Conclusiones:
Así pues, podemos extraer las siguientes enseñanzas útiles para el desarrollo de la sociología y de las ciencias sociales en general en América Latina:
Si bien se pueden diferenciar, con fines analíticos, las dimensiones epistemológica y metodológica de la investigación sociológica, en realidad éstas están indisolublemente entrelazadas, incluso confundidas, en la práctica (praxis) misma de investigación. No hay que confundir las explicitaciones y sistematizaciones ex post de la práctica investigativa comúnmente presentadas como “epistemología” y como “metodología, con los discursos que encubren, bajo esas etiquetas, esfuerzos (incluso bien intencionados) de rehabilitación de la antigua “filosofía de la ciencia” que pretende “leerle la cartilla” a la sociología. La “epistemología” y la “metodología” se implican y se refuerzan mutuamente en la misma práctica de la investigación sociológica. Son prácticas o, si se quiere, “teorías prácticas” (Durkheim).
Las dimensiones epistemológica y metodológica de la investigación sociológica en realidad nunca se desarrollan manera individual: si aplicamos a la propia sociología los conocimientos que ella misma ha logrado establecer, veremos que el verdadero “sujeto” de conocimiento no es tanto el individuo, sino el campo científico mismo. Dicho en otras palabras: el trabajo sociológico siempre es un trabajo colectivo, aunque la división social del trabajo sociológico (la estructura del campo) haga destacar más a unos individuos que a otros.
En cuanto al aspecto “teórico” de la investigación sociológica, conviene intentar siempre partir, no de una supuesta “neutralidad teórica” (que nos hace correr el riesgo de dejar implícitas nuestras verdaderas posturas teóricas, sesgando nuestros estudios), sino de un “pluralismo coherente” validado sistemática y rigurosamente por el trabajo empírico.
Finalmente, debemos usar los recursos teóricos y metodológicos que la propia sociología ha logrado desarrollar para controlar y desarrollar nuestro mismo trabajo o práctica sociológica, dotándonos como colectivo, y dotando a nuestro campo, de la autonomía necesaria. Dicho con otras palabras: debemos practicar permanentemente la reflexividad, la cual tiene dos principales recursos: la vigilancia y crítica colectiva, por un lado, y el conocimiento de la génesis de los conceptos e instrumentos de la ciencia social, por otro.
Dicho esto, deseo añadir que tratar de manera separada las dimensiones “epistemológica” y “metodológica” en la obra de Pierre Bourdieu, obviando además el estudio genético de su desarrollo y limitándose al estudio de los textos, es la forma mas eficaz de expulsar y desconocer la centralidad de la reflexividad en esa obra y, por consiguiente, de desconocer su contribución a un paradigma sociológico en sentido amplio (como “matriz disciplinaria”).
Bibliografía:
Afresne, Laurent (2021). “’Épistémologies du Sud’ au Nord: La réception et les usages de l’ceuvre de Boaventura de Sousa Santos en France”, Zilsel, No. 9, pp. 143-186.
Bourdieu, P. (2020) [1997]. “Reflexividad narcisista y reflexividad científica”, presentación y traducción del alemán por Sergio L. Sandoval A-Aragón, Sociológica (México), 35(99), 269-280.
Duval, Julien, Heilbron, Johan e Issenhuth, Pernelle (2022). Pierre Bourdieu et l’art de l’invention scientifique. Enquêter au Centre de sociologie européenne (1959-1969). París: Clasiques Garnier.
Joly, Marc (2022). La sociologie réflexive de Pierre Bourdieu, París: CNRS, Colección Biblis.
Palabras clave:
Epistemología, Metodología, Práctica investigativa, Pierre Bourdieu.