Resumen de la Ponencia:
En México la lucha por el territorio históricamente ha estado vinculado a las clases subalternas, entre ellas los campesinos y los pueblos indígenas, lo cual fue emblema de la Revolución Mexicana a inicios del siglo XX. En las últimas décadas del siglo XX podemos identificar dos aspectos contradictorios en cuanto a la concepción del territorio, por un lado, con los cambios políticos y económicos a nivel global, y México fortaleciendo la etapa neoliberal, con la apertura comercial en 1994 mediante el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, se establecía la concepción del territorio como fuente riqueza. Por otro lado emergía el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) como un colectivo cuya visión del territorio es más amplia, el territorio como espacio de vida, fuente y repositorio de los bienes comunes, de las culturas, y de la historia de los pueblos que en él habitan.Es en este contexto que las luchas de los pueblos originarios toman una característica particular: aportan, desde una mirada histórica, compleja y comunitaria, una lectura multidimensional de la problemática, al tiempo que comparten experiencias de resistencia y prácticas concretas para imaginar alternativas, lo cual se impulsará a través de dos colectivos de los pueblos indígenas: el CNI y el CIG.El presente trabajo tiene como objetivo analizar la defensa del territorio como parte del proyecto político del Congreso Nacional Indígena (CNI) surgido en 1996 y reiterado veinte años después con la conformación del Consejo Indígena de Gobierno (CIG).Un aspecto importante del proyecto del CNI y del CIG está en la construcción de las autonomías de los pueblos, donde cada pueblo originario gestione su territorio y ejerza su cultura, tradiciones usos y costumbres, por otro lado esa postura frente al despojo da cuenta de una concepción del territorio como espacio de vida y esperanza, lo que representa la lucha por la vida como ellos mismos lo indican, al reconocerse como los pueblos, naciones, tribus y barrios originarios que “hacemos, con organización, al CNI- CIG; hablamos con la lucha colectiva de quienes en nuestras geografías no han dejado de soñar en extensos territorios, en colectivos de decenas, cientos o de miles de familias que hacemos eso que nosotros llamamos comunidad. Nos hablamos con nuestras luchas por defender la vida y en ese lenguaje nos entendemos, porque es el que nos abre la puerta para vernos y entendernos.”Con ello los grupos indígenas reivindicaron el derecho a la autonomía en sus territorios, a tener sus propias formas de seguridad y justicia, de agricultura y defensa de cultivos tradicionales, de formas propias de educación y comunicación.