Resumen de la Ponencia:
Bajo la consigna
“Educación pública, gratuita y de calidad”, estudiantes universitarios transformaron la agenda política el 2011. Sus demandas se resumían en educación gratuita, fin al lucro, democratización, fin al endeudamiento y al autofinanciamiento. Tras treinta años de la reforma a la educación efectuada por la Dictadura cívico-militar, un movimiento social, alteraba el
statu quo de un sistema neoliberal que ya se había estabilizado y que mantenía hasta ese momento una sociedad atomizada y despolitizada. Mediante marchas multitudinarias, tomas de universidades, asambleas triestamentales, intervenciones urbanas y presencia en redes sociales y medios, los universitarios con una alta adhesión social lograron transformar la agenda política, llegando incluso a conquistar el congreso con la llamada “bancada estudiantil”. Posteriormente, el 2019, estudiantes universitarios demandan al gobierno de turno y a las universidades, hacerse cargo de las problemáticas de salud mental que aquejan al estudiantado, especialmente vinculadas a la carga académica. Demanda que se repite con más fuerza durante la pandemia y se agudiza a dos años de la crisis sanitaria.Nuestra propuesta examina las transformaciones que han tenido los movimientos estudiantiles universitarios chilenos, en los últimos 15 años y elabora algunas hipótesis sobre sus repercusiones en el ámbito de la subjetividad: Qué cambios entrañan sus demandas y petitorios internos, cuáles son las tácticas que despliegan como formas de lucha, qué efectos trajo consigo la pandemia en torno a las demandas estudiantiles que se venían gestando previo a la crisis sanitaria, son preguntas que permiten ahondar en el perfil subjetivo estudiantil.Mediante en estudio de caso de dos universidades, se analizan petitorios y medidas documentadas, que derivan de las demandas estudiantiles. Teóricamente se acude a las nociones del
empresario de sí,[1] al soporte
psi del “sí mismo”[2] y a la impotencia reflexiva propia del “realismo capitalista”[3]. Provisoriamente, concluimos que las demandas ya no se orientan hacia la obtención de un derecho social y colectivo, sino más bien se centran en el bienestar individual inmediato. Específicamente, el trasfondo de las demandas por salud mental se orienta a maximizar el autocontrol para gestionar las propias metas y la obtención de herramientas para aprender a “lidiar” con los desafíos que obstaculizan el alcance de sus proyectos de realización individual. Así, resulta comprensible, el viraje de las demandas por una mayor atención médico-psiquiátrica además de la sobrevaloración de lo terapéutico como técnica de incremento de las capacidades y de responsabilización por la propia vida en términos de control y autonomía. [1] FOUCAULT, Michel.
Nacimiento de la biopolítica: curso del Collège de France (1978-1979). Ediciones Akal, 2009.[2] ROSE, Nikolas.
Inventing our selves: Psychology, power, and personhood. Cambridge University Press, 1998.[3] FISHER, Mark. Realismo Capitalista. ¿No hay alternativa? Caja Negra, Buenos Aires, 2016