Resumen de la Ponencia:
A partir de un estudio de caso en la Amazonia brasileña, más específicamente en la región del bajo río Tapajós (Pará, Brasil), la investigación aborda cómo algunas relaciones de interdependencia con este río se articulan con la creación de politicidades disidentes y disfuncionales al avance del extractivismo en la región. Buscamos así construir una perspectiva que permita relacionar los cambios y disputas recientes en la región del Tapajós más allá de un contorno nacional, contribuyendo al diálogo con los debates latinoamericanos relacionados con la actual ofensiva extractivista en el continente. Las prácticas de autoorganización colectivas y comunitarias son fundamentales para el espacio de lucha latinoamericano y para la construcción de alternativas al modelo extractivo. Las distintas formas de vincularse con el río conforman politicidades relativas a esos vínculos, articulando una polifonía de lenguajes disfuncionales a las mediaciones patriarcales y coloniales del capital extractivo. En otras palabras, desde un enfoque volteado para el tipo de vínculo con lo no-humano en la construcción del cotidiano con el río, interesa cómo las prácticas cotidianas se convierten en prácticas políticas de constante creación del río como "territorio encarnado" (Cruz Hernández, 2020).
Introducción:
Este texto es fruto de una investigación que está desarrollándose en la maestría de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se trata de una experiencia que apenas se estructura y que todavía está en proceso, seguramente tiene por delante un largo camino de metamorfosis. La propuesta es, a partir de un estudio de caso en la región del bajo Tapajós (Pará, Brasil), con el acompañamiento de movimientos que actúan en defensa del territorio y del río frente a la ofensiva extractivista y los impactos del cambio climático en la región, investigar cómo las relaciones de interdependencia con el río contribuyen a la creación de politicidades disfuncionales a la lógica capitalista. Concibiendo, así, la diversidad de vínculos con el río como un eje importante para pensar la producción de lo común en un contexto de constante tensión territorial en la Amazonía brasileña. Dicho esto, este texto desarrollará principalmente sobre el marco teórico elegido, buscando destacar dimensiones importantes para el trabajo, como el debate en torno a la producción de lo común, e intentando reflexionar sobre qué implica la construcción colectiva del río como lugar de política.
La investigación académica, al contrario de lo que se nos hace pensar, no surge del conocimiento trascendental y de lugares neutros o vacíos de trayectoria. En este sentido, este trabajo se mueve a partir de un encuentro que tiene lugar en el espacio-tiempo entre México y Brasil. La experiencia de hacer el posgrado en México la desplaza un poco de lo que sería hacerla en Brasil, impone ciertos ritmos, vectores y límites propios de este encuentro con otro país, sus tradiciones de lucha y pensamiento crítico. Si "experiencia" significa "lo que nos pasa", o "lo que nos acontece", este trabajo está totalmente atravesado por ese acontecimiento de ir a estudiar en México, y existe en ese medio camino curioso, que también es lingüístico: se escribe entre idiomas y lenguajes que se parecen y a la vez se distancian constantemente. Hay, por tanto, una constante labor de traducción (más allá del idioma) que condiciona la investigación: ese deseo de establecer puentes y diálogos entre la experiencia que vivo en México y la de mi país de origen, Brasil. Escribo con y para este encuentro.
El río Tapajós se encuentra en los estados de Pará, Mato Grosso y Amazonas, en la región norte de Brasil, y configura actualmente uno de los principales territorios en disputa de la Amazonía brasileña. Por ser un lugar estratégico para el metabolismo del agronegocio (que, además de impulsar la ocupación de nuevos territorios, busca salidas para expandir la exportación por el norte del país), el Tapajós vive bajo tensión ante la ofensiva de megaproyectos y actividades como hidrobias, presas, madereras, minería legal y ilegal, etc. Llama la atención cómo la región maneja una enorme superposición de amenazas extractivas, siendo la mayoría de ellas estratégicas para la expansión de sectores poderosos en la correlación de fuerzas políticas y económicas del país. Así que es importante tener en cuenta que las frentes extractivas en la región actúan de forma articulada, por lo que sus planes y agendas muchas veces se retroalimentan (Fearnside, 2016).
Aún frente a proyectos estratégicos para sectores con lobbies muy fuertes, la movilización de los movimientos sociales en el Tapajós ha logrado, al menos hasta el momento de escribir este texto, detener megaproyectos importantes para el ciclo del capital extractivo en la región. Santarém es una ciudad amazónica en el suroeste del estado de Pará, norte de Brasil, localizada a orillas del río Tapajós, profundamente dividida entre la fuerte presencia del agronegocio brasileño y sus actores (madereros, mineros de oro, políticos, empresarios de la soja, etc.) y la presencia igualmente fuerte de los movimientos sociales y de los pueblos de la floresta, indígenas, quilombolas, ribereños, y poblaciones tradicionales organizadas en una amplia gama de asociaciones, colectivos, sindicatos, cooperativas, partidos políticos, etc. Una ciudad que se encuentra frente a la confluencia de dos ríos que son casi mares, el río Tapajós y el río Amazonas. El primer río es de aguas más claras y verdes y el segundo es de aguas más turbias, del color de la tierra. Sus aguas no se mezclan. Es una ciudad-encuentro.
El trabajo de campo para esta investigación apenas se realizó, durante un periodo de cuarenta y cinco días estuve en la ciudad de Santarém y sus alrededores, en el suroeste del estado de Pará, Brasil. Dejé la ciudad unos días antes de la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 2022, que tuvo lugar a principios de octubre de este año. El campo consistió en el seguimiento de las actividades y eventos realizados por organizaciones del movimiento social de la región, donde estuve como investigadora, voluntaria y, con frecuencia, también como fotógrafa. Fue decisiva la acogida de la ONG "Saúde e Alegria", que primero me recibió como voluntaria y me ayudó a reunirme con otras organizaciones de la región. Pude seguir algunas de las actividades del núcleo del proyecto Educación, Cultura y Comunicación (EDUCOM) coordinado por Fábio Pena, así como compartir con su equipo un poco del trabajo diario en la sede de la ONG en Santarém. También fue decisivo el acogimiento de la profesora Lucineide Pinheiro (UFOPA) y su equipo, Samara Borari y Cibele Pixinine, del Instituto Mureru Eco Amazônia (IMEA), con quienes pude compartir algunas actividades del proyecto "Territorio Transformador del Tapajós". Igualmente valioso fue poder seguir y contribuir a la cobertura fotográfica de algunas de las actividades realizadas por el Conselho Indígena Tupinambá do Baixo Tapajós (CITUPI), especialmente la "I Assembleia da Juventude do Território Tupinambá", en la Aldea Santo Amaro, Resex Tapajós-Arapiuns; la "Audiência Pública Popular do Território Tupinambá sobre contaminação mercurial do rio Tapajós" organizada por el CITUPI y el Movimiento Tapajós Vivo; y el "Grito Ancestral dos povos do Baixo Tapajós" en la Playa de la Aldea Surucuá.
Es importante decir que este trabajo no se refiere a la experiencia de un grupo, comunidad o movimiento específico, sino a la forma en que los diversos actores sociales del bajo Tapajós se articulan en defensa de sus territorios. Así, el interés radica en la intersección entre las distintas formas de hacer política movilizadas por la diversidad del movimiento social en el bajo Tapajós. También es importante recordar que el objetivo de la investigación no es, ni podría ser, dar cuenta de la totalidad de esta diversidad, sino partir de la particularidad y parcialidad de la experiencia del campo para, allí mismo, perturbar las reflexiones sobre dinámicas que influyen en escalas más amplias.
Teniendo en cuenta que este texto no trae una investigación acabada, sino el inicio del cuerpo de una reflexión, el objetivo no es ni podría ser concluir asuntos, más presentar cuestiones abiertas por el desarrollo de la investigación. Si recordamos que escribir e investigar son labores creativas, comprendemos que la investigación científica también sigue los tortuosos caminos propios de la creación, y es en este sentido que propongo este texto, como un proceso compartido de esa elaboración tortuosa que es la investigación social.
Desarrollo:
La pesquisa es interdisciplinar y parte del cruce entre los aportes de diversos campos de conocimiento a los debates vinculados a la experiencia comunitaria latinoamericana. De esta manera, surgen afinidades electivas con las discusiones de la Ecología Política Feminista (EPF) y del Feminismo Comunitario sobre las formas de vínculo con los territorios desde una perspectiva de género; de la Geografía Política con los aportes a la conceptualización del territorio y las territorialidades; de la Antropología a partir de las discusiones sobre la relación con lo no-humano en otras ontologías y cosmologías, incluyendo el perspectivismo amerindio como un importante horizonte analítico; y desde la Ecología Política y los aportes de Jason W. Moore sobre la ecología-mundo capitalista.
Así que la investigación también busca dialogar con el marco de las discusiones latinoamericanas en torno a lo común y la interdependencia, principalmente desde las aportaciones de las autoras Mina Lorena Navarro, Raquel Gutiérrez y Lucía Linsalata en el Seminario de Investigación Permanente “Entramados Comunitarios y Formas de lo Político” del ICSyH de la BUAP. Buscando enfocar la producción de lo común como una práctica política que exige la ocupación, la transformación y la politización de lo colectivo en clave antagonista al capital frente a situaciones y demandas contextuales en escalas y ritmos específicos. Es dialogando con las aportaciones práctico-conceptuales de estas categorías que propongo enfocar las relaciones de interdependencia con los cuerpos de agua en la región del bajo Tapajós.
Es importante no perder de vista que las tramas de interdependencia también son construidas desde vínculos cotidianos útiles a la reproducción del capital, es decir, no son monopolio de los tejidos disidentes: el capitalismo también se reproduce bajo dinámicas interdependientes, lo que resulta en un cotidiano habitado por relaciones mezcladas y complejas. Así que disputar, retomar, y defender las relaciones de interdependencia disfuncionales al capital presupone comprender también cómo funciona la "reorganización capitalista de la condición de interdependencia" (Linsalata, 2020) y el divorcio de lo natural y lo social como entidades rotas desde una cosmovisión que ilusiona la posibilidad de su aislamiento.
Así que la propuesta de concebir la interdependencia como condición es importante, pues no nos deja perder de vista que "comprender la interdependencia ecológica significa comprender relaciones" (Linsalata, 2020), intercambios metabólicos que se configuran de acuerdo con el entrelazamiento constitutivo de pelo menos tres dimensiones: simbólicas, políticas y afectivas (Linsalata, 2020). Por lo tanto, me parece que pensar los vínculos de interdependencia que organizan la trama de la vida en un territorio es pensar en clave relacional, y por tanto conflictiva y desigual, lo que está lejos de una concepción romántica de la interdependencia.
Buscamos así construir una perspectiva que permita relacionar los cambios y disputas recientes en la región del Tapajós más allá de un contorno nacional, contribuyendo al diálogo con los debates latinoamericanos relacionados con la actual ofensiva extractivista en el continente. Las prácticas de autoorganización colectivas y comunitarias son fundamentales para el espacio de lucha latinoamericano y para la construcción de alternativas al modelo extractivo. Las distintas formas de vincularse con el río conforman politicidades relativas a esos vínculos, articulando una polifonía de lenguajes disfuncionales a las mediaciones patriarcales y coloniales del capital extractivo. En otras palabras, desde un enfoque volteado para el tipo de vínculo con lo no-humano en la construcción del cotidiano con el río, interesa cómo las prácticas cotidianas se convierten en prácticas políticas de constante creación del río como "territorio encarnado" (Cruz Hernández, 2020). Es desde este horizonte que nos preguntamos cómo el vínculo con lo no humano, en ese caso con el río, participa en la producción de tejidos asociativos de otras interdependencias, disfuncionales al capital. ¿Qué tipos de vínculos se construyen diariamente con el río que lo constituyen como un cuerpo de lo común? ¿Cómo actúan estos vínculos en la producción de una capacidad colectiva para resolver problemas y demandas cotidianas de una forma disfuncional a la capitalista?
Según Moore el extractivismo es un eje fundamental para la ecología-mundo capitalista (Moore, 2020). Concebido como un modelo socio-político-territorial de tramas articuladas entre sí, basadas en un "modo particular de acumulación" (Svampa, 2019) configurado por una forma de apropiación y transformación de los ecosistemas en "naturaleza barata" (Moore, 2020) con fines de reproducción del valor capitalista, afectando a los territorios desde escalas, ritmos y dimensiones específicas y distintas en cada contexto. Por lo tanto, podríamos decir que la ofensiva extractivista organiza la reproducción de formas de vida y procesos de valorización del valor capitalista que varían según los ciclos constitutivos de la ecología-mundo capitalista. Si es así, ¿qué configura el ciclo actual de esta marcha? ¿Cómo desafía, siente y se integra la Amazonia brasileña y la región del bajo Tapajós en este ciclo?
Si el modelo extractivo es una operación colonial que se sustenta en la separación entre naturaleza-humanidad, lo que Arturo Escobar llama de ontología dualista (Escobar, 2015), en otras cosmologías a menudo las relaciones humanas y no humanas existen en una relación de prolongación, continuidad, y vínculo entre el territorio y las formas de vida donde "se entiende a los territorios no solo como espacios biofísicos y geográficos, sino también como espacios de vida sociales y corporales" (Cruz Hernández, 2020). Por lo tanto, es evidente cómo que estas otras formas relacionales de interdependencia están conectadas con las reivindicaciones territoriales, pues no se reclama un trozo de tierra-agua cualquiera para poder sobrevivir; al contrario, se reclama el territorio como un territorio encarnado, como un lugar dotado de vida social, desde una ontología relacional (Cruz Hernández, 2020).
La diversidad de vínculos entre las formas humanas y no humanas, naturales e invisibles, abre la posibilidad para dimensiones que conceptualizan la relación de interdependencia entre la noción de cuerpo (humano y no-humano) y la noción de territorio. Es el caso de la noción de territorio encarnado desarrollada por Delmy Tania Cruz Hernández, que defiende que "no basta con comprender el cuerpo y el territorio como escalas separadas, sino que es necesario analizar la relación de interdependencia que existe entre el cuerpo-territorio-tierra" (Cruz Hernández, 2020), donde la noción de cuerpo-territorio propone el cuerpo como primer territorio para el acto político emancipatorio, conectado con memorias cósmicas y afectos ancestrales (Cabnal, 2010). En ese sentido habitar un territorio consiste en vivir múltiples relaciones con el lugar, estar dispuesto a sus múltiples resonancias que no necesariamente están presentes de forma material: lugares imaginados, lugares soñados, lugares del pasado, del futuro, lugares simultáneos y lejanos. Es decir, también desencadena territorialidades y tiempos que no son sólo los experimentados física-materialmente.
En este contexto de cultivo de nuevas capacidades políticas, se evidencia una articulación cada vez más inseparable entre los feminismos y la ecología política, construyendo prácticas de autoorganización colectiva donde se crea un lenguaje común entre las diversas luchas por la defensa de los territorios y las territorialidades en América Latina, lo que Maristella Svampa llama “giro ecoterritorial de las luchas” (Svampa, 2019). Reconociendo que en los procesos de autoorganización colectiva de América Latina las mujeres desempeñan un papel importante en la defensa y sostenimiento de formas de vida disfuncionales a la ofensiva extractivista, se torna evidente el hecho de que la violencia extractiva contiene en sí misma la violencia patriarcal.
Esta constante participación y protagonismo femenino en las luchas socioambientales llama la atención sobre "la emergencia de una politicidad protagonizada por las mujeres, ligada al cuidado y reproducción de la vida en la resistencia a los despojos y violencias extractivistas" (Navarro Trujillo, 2019). Podríamos decir, entonces, que en esos procesos hay un desplazamiento epistémico de lo político, donde las formas como se construyen los vínculos con lo no-humano son ejes centrales. Es de esta manera que, al preguntarse sobre cómo se convierten las prácticas cotidianas en prácticas políticas, se propone pensar el río Tapajós como un lugar de política, donde la política es "productora y reproductora de sus propios espacios" (Tapia Mealla, 2008), para más allá de los espacios tradicionales de la política institucional y estatal.
Conclusiones:
La apuesta es que si enfocamos en cómo se vínculan las tramas de interdependencia disfuncionales al capital con lo no humano, en este caso con el río, y cómo esos vínculos organizan otras politicidades, podemos comprender mejor como se (re)producen prácticas políticas que exigen la ocupación y transformación del colectivo desde la subversión de las formas organizativas del valor capitalista. El reto de esta investigación es analizar si y cómo eso sucede en la región del Tapajós, y cuál es el lugar del río en esas tramas de interdependencia.
Así, teniendo en cuenta el carácter polifónico de las formas de decidir colectivamente sobre el territorio, el objetivo no es elaborar una tipología de estas lenguajes políticas y sus relaciones con los cuerpos de agua, sino intentar reflexionar sobre cómo se producen estas relaciones y vínculos en el día a día de la lucha contra la expansión de las fronteras extractivas. Entonces, se comprende que es a partir de esfuerzos colectivos para la resolución de problemas concretos en la región que esta heterogeneidad se materializa en diferentes mecanismos y lenguajes de lucha. En ese sentido, señalo el papel estratégico que desempeña la educación popular, la comunicación popular y comunitaria, y las asambleas populares autoorganizadas en la región del bajo Tapajós, esenciales para la construcción de esas prácticas políticas de (re)producción del río como un cuerpo vivo y no como recurso o mercancía.
En conclusión, aunque la investigación aún se encuentre en fase de desarrollo, es posible, a partir de la experiencia reciente del trabajo de campo y de la revisión bibliográfica realizada hasta el momento sobre el tema, afirmar que las diferentes formas de hacer política en la zona del bajo Tapajós están pegadas con las diferentes formas de vincularse con el territorio y, en este caso, con los ríos. Está claro que la forma en que las multinacionales, las empresas del agronegocio y otras fuerzas funcionales al avance de las fronteras capitalistas se relacionan y significan los cuerpos de agua de la región es a través de los cálculos del valor capitalista. Así, configuran relaciones profundamente diferentes de las que los movimientos, pueblos y comunidades defensores de la selva establecen con esos mismos cuerpos de agua. Esta diferencia conflictiva, a menudo ontológica, se presenta de formas distintas en los lenguajes, decisiones y estrategias políticas de los muchos colectivos, sindicatos, ONGs y consejos indígenas de la región, resultando en una polifonía de vínculos políticos con el río como cuerpo producido a partir de una diversidad de lenguajes en su significación y defensa frente a los intereses del capital extractivo.
Bibliografía:
Cabnal, L. (2010). Acercamiento a la construcción de la propuesta de pensamiento epistémico de las mujeres indígenas feministas comunitarias de Abya Yala. Artesana, La casa de las Mujeres.
Cruz Hernández, D. T. (2020). En un rincón de la frontera se teje insurgencia. Territorios encarnados ante la (re)patriarcalización. Ecología Política, 60, 16–23.
Escobar, A. (2015). Territorios de diferencia: La ontología política de los “derechos al territorio”. Cuadernos de Antropología Social, 41,(Universidad de Buenos Aires), 25–38.
Fearnside, P. M. (2016). Os planos para usinas hidrelétricas e hidrovias na bacia do Tapajós: Uma combinação que implica a concretização dos piores impactos. En Ocekadi: Hidrelétricas, Conflitos Socioambientais e Resistência na Bacia do Tapajós (pp. 79–97). International Rivers.
Linsalata, L. (2020). ¡NUESTRA LUCHA ES POR LA VIDA! APUNTES CRÍTICOS SOBRE LA REORGANIZACIÓN CAPITALISTA DE LA CONDICIÓN DE INTERDEPENDENCIA. Revista Trabalho Necessário, 18(36), 44–68. https://doi.org/10.22409/tn.v18i36.42784
Moore, J. W. (2020). El capitalismo en la trama de la vida. Ecología y acumulación de capital. Traficantes de Sueños.
Navarro Trujillo, M. L. (2019). Mujeres en defensa de la vida contra la violencia extractivista en México. Política y Cultura, 51, 11–29.
Svampa, M. (2019). Las fronteras del neoextractivismo en América Latina: Conflictos socioambientales, giro ecoterritorial y nuevas dependencias (Primera edición). Bielefeld University Press.
Tapia Mealla, L. (2008). Política Salvaje. Muela del Diablo.
Palabras clave:
interdependencia; producción de lo común; ecología política feminista; ecología-mundo; Tapajós; América Latina;