Resumen de la Ponencia:
En la actualidad, el consumo se ha legitimado como medio de interacción social, cambiando al ciudadano por el consumidor. En este sentido, a través del consumo, las personas acceden a un mundo simbólico que les permite la construcción de un yo ideal que responda a los patrones culturales.El consumo afecta especialmente a los y las jóvenes, ya que se encuentran en un período complejo marcado por hitos importantes vinculados a la construcción de la identidad y en la búsqueda de aceptación por el grupo de pares. A raíz de e, el objetivo de investigación se centró en identificar las actitudes de consumo en jóvenes de la región de La Araucanía, Chile, durante la pandemia por COVID-19. Se realizó una investigación basada en un diseño no experimental transversal con enfoque cuantitativo y un alcance descriptivo-correlacional. Como muestra, se consideró una base muestral de 215795 jóvenes de las distintas comunas de La Araucanía entre 15 a 29 años. Bajo esto, se obtuvieron 402 participantes, donde el 73.8% eran mujeres, el 25.4% hombres y el 0.7% no se identificó con ninguna categoría.Los resultados evidencian que los y las jóvenes manejan conductas ambivalentes de compra, ya que presentan una posición más austera frente al uso del crédito, pero con un alto puntaje en las actitudes hacia las compras impulsivas, lo que puede significar que a pesar de una conciencia del ahorro y la administración del dinero, estos se ven influenciados por prácticas impulsivas gatilladas por los constantes estímulos.Un elemento interesante que da cuenta los resultados, es que lo anterior no podemos generalizarlo dentro de todo el grupo de jóvenes, sino, al parecer el nivel de ingresos podría estar moderando la interacción con la satisfacción con la vida, ya que las personas con un ingreso sobre los $500.000 evidencian una mayor satisfacción con la vida al momento de compararlos que aquellos que obtienen ingresos entre un rango de $200.000 a $500.000. Por otro lado, aquellos que ganan entre $0 a $100.000 poseen una mayor satisfacción con la vida que aquellos que ganan entre $200.000 a $500.000. Lo anterior, puede estar vinculado a los niveles de responsabilidad económica, ya que este último grupo, trabaja con la finalidad de pagar gastos vinculados al cotidiano, en cambio, aquellos que ganan menos, el dinero que obtienen lo gastan en objetos personales, donde los padres son la principal fuente de apoyo. Bajo esto, es necesario seguir indagando, a través de modelos más complejos, las relaciones de causalidad entre las distintas variables. Del mismo modo, esta investigación fomenta la importancia de una educación financiera que permita un actuar racional, pero no solo desde el manejo teórico, sino también, desde el control emocional que pueda generar los distintos contextos.