Resumen de la Ponencia:
Cuando se decretó en México el inicio del confinamiento y la suspensión de las clases presenciales motivado por la pandemia de COVID-19 se pensó que dicho confinamiento sería muy corto. Sin embargo, han transcurrido casi 2 años, tiempo que millones de jóvenes han tenido que permanecer en casa desarrollando las actividades que normalmente se desarrollaban en sus centros escolares. Mientras otros sectores productivos fueron poco a poco regresando a la “normalidad”, el sector estudiantil tuvo que permanecer en casa. Por lo tanto, millones de estudiantes tuvieron que ajustar sus rutinas escolares, afectivas, laborales y familiares con distintos efectos en sus propios desempeños escolares, en su salud emocional y también en sus quehaceres domésticos y en sus relaciones familiares. La ponencia se construye con las narrativas que un grupo de 28 estudiantes escribieron en un ejercicio de autobiografía mientras llevaban más de un año sin asistir a sus clases presenciales. En sus testimonios se recupera la tensión, el miedo, la incertidumbre derivado por la pandemia y también los conflictos familiares derivados por una convivencia que se experimentó por largos días, semanas y meses de encierro.
Introducción:
A los pocos meses de haber iniciado la suspensión de las clases presenciales en el estado de San Luis Potosí y en particular entre los estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), me di a la tarea instrumentar varias acciones que me permitieran documentar las estrategias, acciones, problemas que se habían presentado entre un grupo de estudiantes a lo largo de un año de confinamiento. Una de esas estrategias fue la de solicitar a jóvenes que se dieran a la tarea de escribir un texto en donde se recuperaran aquellos eventos que, desde su punto de vista habían, marcado su experiencia con la pandemia y todo lo que se había derivado a partir del confinamiento. Al respecto me interesó que los jóvenes escribieran su experiencia de estar confinados en casa y que suspendieran una buena parte de sus actividades presenciales. En particular, la pregunta que sirvió de guía para la investigación fue la siguiente: ¿cómo un grupo de jóvenes universitarios vivieron la experiencia del confinamiento y todo lo que ello representó y significó en sus vidas personales, familiares y escolares?
Los 29[1] textos que se lograron recuperar entre un grupo de jóvenes retratan diferentes problemáticas a las que se han tenido que enfrentar a lo largo de este periodo, estos problemas no solamente están relacionados con el hecho de tomar clases a la distancia y lo complejo que ha sido esta nueva experiencia para la mayoría de ellos, también se hace presente los conflictos que se han generado entre los miembros de la familia por una convivencia en condiciones anormales.
Lo importante fue darles voz a los jóvenes, lo que implicó una libertad plena, para que desde una perspectiva propia, individual e irrepetible expresaran sus experiencias: así, sin filtro, sin afectaciones (que son propias en los actores de teatro), sin censura; acaso a veces totalmente racional y estructurada; otras veces mediante el fluir de la conciencia; en ciertos casos, sin una moralidad por mostrar desnuda el alma, por verter miedos, anhelos y frustraciones; en la mayoría de los casos, porque lo que escriben sea una especie de catarsis, un grito de hartazgo ante las imposiciones familiares, escolares o sociales. Los testimonios pueden tener nombre y apellidos, un género (masculino o femenino), un horario en el que fueron concebidos y realizados; son también evidencia del entorno familiar en el que fueron escritos; el medio para hacer justos reclamos, platicar algo que les corroe las entrañas o simplemente mostrar que existen, a pesar de todo, aun cuando hayan experimentado la muerte con alguien cercano. En todo caso son expresiones e impresiones auténticas, en las que destaca cuando hacen referencia a su nueva posición como alumnos frente a una pantalla, a la relación con sus profesores, a la imposibilidad de conocer y reconocerse frente a sus pares, a la falta de empatía por parte de los adultos -progenitores y docentes- y también a todo lo que van descubriendo de sí, como una gran revelación.
[1] Del total de 29 testimonios que se lograron generar 23 (79.4%) de ellos correspondieron a mujeres y los 6 (20.6%) restantes, son testimonios de hombres. Lo anterior está en sintonía con lo que sucede en las aulas universitarias, ya que al menos en la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, en los años recientes han sido mayoritariamente alumnas quienes son las que se ha inscrito en las carreras que se ofertan en la facultad. Por lo tanto, tenemos en su mayoría experiencias de compañeras estudiantes.
Desarrollo:
La pandemia escrita por los jóvenes y la construcción de nuevas agendas entre los investigadores de las juventudes
Es importante destacar el interés que hay entre diferentes instituciones académicas e investigadores de las juventudes por generar información sobre lo que sucedió entre este y otros sectores de la población en el contexto de la pandemia. Al respecto destacó tres proyectos en este sentido. Uno fue la convocatoria que emitió la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) en su sede México, para el primer concurso de ensayo: Reflexiones desde el encierro. Las juventudes frente a la pandemia. Como resultado de este ejercicio, se generó una publicación[1] con el mismo titulo del evento y que presenta los seis ensayos ganadores, tres de ellos fueron los que recibieron primero, segundo y tercer lugar y los tres ensayos restantes recibieron mención honorífica. Los seis ensayos, nos presentan las distintas realidades vividas desde la perspectiva juvenil y que representan testimonios invaluables sobre los efectos del primer año de la crisis sanitaria desencadenada por el COVID-19.
El segundo fue una convocatoria emitida por el Consejo Mexicano de Ciencias Sociales (COMECSO) y un grupo de instituciones de educación superior. Esta convocatoria tuvo por título: En dicha convocatoria se podía leer lo siguiente: Para dar cuenta de estos fenómenos hemos tomado la iniciativa de crear un Blog de testimonios-acción con el título La comunidad y la pandemia al que se invita a publicar textos cortos sobre sus efectos en los rubros abajo listados de manera indicativa, no limitativa. Se podrán incluir testimonios, vivencias, relatos, instantáneas, material audiovisual propio, otras expresiones culturales y humanísticas, memorias, reseñas de textos alusivos que muestren lo que hemos vivido en este periodo y que nos permita imaginar colectivamente formas de mitigar los daños y de recuperarnos.
https://www.comecso.com/convocatorias/comunidad-y-la-pandemia.
El tercer caso es la propuesta titulada: Adolescentes y pandemia en México. Experiencias, sentimientos y voces adolescentes. Los responsables del proyecto señalan lo siguiente: En el proyecto participaron 59 estudiantes de educación media superior, Municipio de Nezahualcóyotl, y consistió en desarrollar una investigación sobre la experiencia de la pandemia por los adolescentes. Para ello y a través de reuniones virtuales recibieron el acompañamiento de los coordinadores y una breve formación en los pasos y actividades a seguir para realizar una investigación en ciencias sociales. A partir de ello, se definieron 3 actividades: a) construir las preguntas de investigación de interés y las técnicas de investigación que se utilizarían para obtener información; b) aplicar esas técnicas (entrevistas, encuestas, fotografías, etc.) y recopilar la información obtenida; c) diseñar y elaborar un producto en el cual expresaran los resultados obtenidos en su investigación. Los productos generados fueron videos, series fotográficas, podcast, música (rap), dibujos y diarios (https://www.clacso.org/actividad/adolescentes-y-pandemia-en-mexico-experiencias-sentimientos-y-voces-adolescentes-2/).
El punto en común entre estos tres proyectos y el que se desarrolló desde San Luis Potosí, del que más adelante se presentan algunos resultados, es que colocan en el centro a los jóvenes y no sólo se les perciben como cifrás o parte de las estadísticas de una pandemia como la que la humanidad ha enfrentado, sino que son percibidos como actores que construyen ellos mismos sus respuestas y sus proyectos con sus recursos y con sus limitaciones. Lo anterior se podrá corroborar con los casos que se presentaran más adelante en este mismo texto y que nos presentan los escenarios en los que ha trasnscurrido el día a día de un grupo de jóvenes universitarios. Los alcances y resultados de estas investigaciones demuestran la importancia que tienen las agendas de los jóvenes en los intereses de las instituciones educativas y de investigación, para seguir generando conocimientos que puedan, en su conjunto, construir proyectos de políticas públicas para avanzar y brindar soluciones a los viejos y nuevos problemas de las juventudes en México y en otras países de América Latina, mismos que se han incrementado con el arribo de la pandemia y sus distintos efectos colaterales.
Narrativas de 29 jóvenes universitarios potosinos durante el confinamiento
Como ya se señaló en otra parte del texto, el ejercicio de escritura de las múltiples experiencias cotidianas de los jóvenes durante largos meses de encierro se tradujo en muchas respuestas y muchas reacciones entre los jóvenes y sus núcleos de amigos, compañeros de escuela, y familiares. Los textos[2] que fueron generados por los jóvenes nos permitió conocer otros mundos que también resultaron ser de gran importancia para ellos y que de otra forma no hubiese sido posible reconocer. Algunos de los temas que se lograron identificar en los testimonios fueron los siguientes:
Estados de ánimo de los jóvenes durante el confinamiento:
“Con cada día que pasaba, me comencé a aburrir de vivir lo mismo todos los días: escuchando música mientras miraba otras cosas, estando en mi cuarto como ermitaña. Lo único que se me ocurrió fue descargar este juego de PC llamado League of Legends, pues había visto gameplays y cinemáticas, por lo que me llamó la atención”.
“No he desarrollado depresión, afortunadamente, pero aquellos pensamientos de desprecio hacia mí misma aumentaron, y hacía años que no me sentía de esta manera. Solía tener muchas crisis similares, pero las olvidaba al estar en la escuela o cosas así; aunque si me pongo a pensarlo, nunca se fueron. Ansío tener clases presenciales, para conocer a mis compañeros y para que me dé el sol que me hace algo de falta.”
“Estaba muy fastidiada del encierro”
“Cansancio, tristeza, agobio, incertidumbre, reflexión, autoconocimiento, gratitud, felicidad, conciencia, crecimiento. Tengo días buenos, tengo días malos. A veces me levanto y siento la motivación de continuar e intentar que no me afecte todas las cosas que no puedo controlar; otras veces sólo me gustaría estar acostada en mi cama, esperando renacer en una roca para mi próxima vida”.
“Diciembre del 2020. En este mes acabaría mi primer semestre en línea y mi primer semestre en la universidad, celebraría mi primera navidad encerrada lo cual fue algo raro porque no hubo abrazos ni reunión con la familia sólo estaba en casa mi papá y mi hermana, lo cual me regalaron de navidad la colección de Harry Potter y una camiseta, también fue lo mismo con el año nuevo ocurrió lo mismo todos en casa y aburridos”.
“Recibí la noticia de que había reprobado una materia. En mi situación de irregularidad me estresé más e ingería con mayor frecuencia detergente en polvo. Dejé de realizar actividades físicas como caminata y me recluí en mi habitación, aumenté de peso y me dediqué totalmente a aprender sobre Corea; abandoné la comunicación con mis amigxs, abandoné la lectura y dejé de lado el estudio para mi examen de regularización programado para el 19 de julio.
“Y esto me lleva a otra cosa: he llorado un chingo el último año. Viví durante 20 años en una casa donde se aplicaba la de The Cure y los niños no lloraban porque mi papá se enojaba; sólo exceptuando las veces que se murieron mi abuela, cuando tenía 17, y mis perros, a los 6 y a los 19. Pero ahora puedo hacerlo y puedo cantar a las dos de la mañana y hablar por teléfono y decir que me está llevando la cola, otra vez, y eso me ha llevado a conocerme a mí mismo y a darme cuenta que ya no soy el mismo que era cuando esto empezó”.
“Siento un cansancio total que me hacen acostarme en cualquier lugar de la casa para conciliar mi pesado sueño. En las mañanas las clases y en la tarde el trabajo, hacían que me sintiera sin ganas de algo.”
“Estuve muy triste por mucho tiempo durante vacaciones y sobre todo sin ver a mis amigos ni mis profesores que tanto quería, no sentí que ya me había graduado de la preparatoria, sin sentido, ni gloria”.
“Puedo decir que este año de cuarentena no fue del todo malo, si hubo muchas cosas malas que, si me deprimieron un poco, como haber perdido mis prácticas profesionales o no haber tenido mi graduación. Pero la verdad hice algunas cosas buenas como tener nuevas amistades a la distancia, que a mi parecer creo que fue lo mejor de mi cuarentena y eso sumándole también la adopción de mi perrita”.
“Vi a algunos de mis compañeros hasta mediados de junio porque nos citaron en un lugar para las fotografías del certificado, pudimos conversar un rato ya que no nos permitían estar mucho tiempo ahí, algunos se sentían muy tristes por el hecho de que no tendríamos graduación y porque ya habían comprado sus trajes o vestidos; las pocas veces que salí de casa, fueron para asistir a cursos de la iglesia en donde impartían diferentes materias para el examen de admisión”.
“Y con esto se empieza otra, la preparación para la entrada a la universidad, mucha incertidumbre que me causo inseguridad por la forma en que se va soltando y modificando la dinámica, en lo personal me costo muchísimo estudiar, lo deje un poco para último momento, me ocasiono mucho estrés pero al final llego el día de ir a presentar el examen a la facultad, el primer momento en el que me enfrento a ver tantas personas, claramente con el protocolo de seguridad pero aún así es sorprendente encontrarme con tantas personas y siendo San Luis la ciudad pequeña que es, no reconocer a nadie”,
“Regresé al gimnasio, cosa que es un pilar en mi vida, me ayuda mucho con mi ansiedad, mi estabilidad emocional y mental, y esta salida aunque es corta cambio para mejor la situación en la que me encontraba, ahora que hago mención de este tema sensible que es la ansiedad, se volvió algo muy fuerte en mi vida, especialmente direccionado a mis clases, las participaciones, exposiciones me empezaron a causar mucho conflicto, y es un poco molesto el cómo antes me parecía tan normal convivir, justo ahora el pensamiento de hablar en clase no me pone en la mejor situación, pido una disculpa por no ser la versión más participativa de mi, pero estoy trabajando en ello”.
“Cuando terminó el semestre me sentí aliviada, no estaba tan cansada de la escuela, pero ya me había empezado a fastidiar”.
“Empieza el segundo semestre completamente en línea y me harte en los primeros días. En realidad, ya estaba cansada del semestre pasado, pero en este nuevo semestre, mi cuerpo y mi salud mental dijeron “basta” y me desconecte de mis responsabilidades por un buen tiempo. Me gustaban los temas que veíamos, pero ya no tenia ganas de entrar a clase, estaba bastante cansada todo el tiempo, me sentía desmotivada y sin ganas de hacer nada”.
“Puedo decir que estoy harta del semestre en línea”.
“No poder salir, ni convivir como estaba acostumbrada, ha sido un martirio. Llevo sin bailar en clases desde el año pasado, llevo sin salir a fiestas desde el año pasado, en realidad, llevo sin relacionarme con un mundo físico desde el año pasado. Esto no sólo ha mermado mi salud física y mental, sino que también me ha afectado mucho en las habilidades sociales que tenía”.
“Pase de emanar una vibra zen a llorar de la nada, podía estar comiendo y sin motivo o razón derramaba lágrimas al igual que el convivir con mi papá se volvía cada vez más difícil, pero sobre todo extrañaba a mi “tita”.
“Hay veces que me miro al espejo y no puedo reconocerme. Estoy pálida y delgada, cada vez resalta más el color de las ojeras, consecuencia del insomnio. Estoy consciente de que mi mente se deteriora y mi cuerpo poco a poco también se marchita. Anhelo mucho dormir por las noches, he intentado ejercitarme mucho para así poder estar cansada, y lo estoy. Mi mente y mi cuerpo ya están agotados, pero no puedo dormir. Paso las horas de la noche dando vueltas en la cama, rodeada de oscuridad y la tristeza que me asfixia. Me cubro con las mantas, grito y lloro desesperadamente porque no sé cómo detener esto. A veces lloro hasta por fin conciliar el sueño y otras veces, mientras pienso en qué debo cambiar, en qué tés relajantes buscar y cuántas veces debo meditar para descansar, suena la alarma y todo se repite de nuevo. Estoy tan agotada durante el día que a veces no me puedo levantar, mi cuerpo se siente pesado, oprimido, como si una fuerza invisible me abrazara hacia abajo. Esto también ocurre cuando es hora de comer. Mis brazos se sienten como el plomo y lloro de desesperación al no poder levantar el tenedor. Si esto no sucede, entonces las náuseas no me dejan probar bocado”.
“Las horas se funden con el pesado calor de mi habitación, veo como sucede mientras estoy tirada en el piso, rodeada de las mismas cuatro asfixiantes paredes, muchas veces se siente como si estuviera muerta. Estoy cansada”.
Impactos del encierro en el estado de animo entre los jóvenes:
Las experiencias de los jóvenes nos muestran que situación de las juventudes potosinas no ha resultado estar alejada de lo que se ha sido experimentado por las juventudes en otros países; por ejemplo, los resultados de la “Encuesta de Percepción y Actitudes de la Población. Impacto de la pandemia COVID-19 y las medidas adoptadas por el gobierno sobre la vida cotidiana”, aplicada por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF /Argentina), en este ejercicio se destacó que un 50.5% de los jóvenes del país afirmó estar deprimido, angustiado o asustado por la pandemia de coronavirus covid-19. Además, el 44% piensa que ellos o sus familias se van a contagiar.[3]
Los trastornos en la salud mental y también la salud física han sido también escenarios en los que los jóvenes han lidiado con la pandemia, tal vez no viéndose en situaciones de gravedad por contagios de COVID-19, pero si en aspectos derivados por lo incomodo que podía ser pasar largas horas del día frente a una pantalla de un dispositivo electrónico y lo anterior se agravaba aún más cuando el lugar de estudio eran espacios reducidos de las propias casa-habitación; ya que hay que recordar que los jóvenes tuvieron que compartir espacios físicos de la casa y dispositivos electrónicos con otros miembros de la familia. Cancelar de un día para otro la convivencia social de los jóvenes en sus espacios cotidianos (escuelas, parques, cines, teatros, antros), y con sus pares (compañeros de escuelas, compañeros de trabajo, novios, amigos), resultó ser un detonador de innegables crisis emocionales para cada uno de los jóvenes. También estas narrativas son bastante parecidas a las que otros investigadores y otras instituciones han logrado documentar[4]. Ciertamente los jóvenes contagiados y fallecidos por COVID-19 no resultaron ser tan numerosos como si lo fueron otros grupos de edad, pero los daños a la salud emocional que ha dejado meses de encierro sin poder asistir a la escuela y compartir muchas otras actividades con sus pares, eso si ha dejado innegables secuelas, lo que hace necesaria una acción estrategia de acompañamiento y/o tratamiento no sólo académico; sino también un acompañamiento emocional y afectivo. Los jóvenes han enfrentado muchos duelos, y éstos no sólo se refiere a la muerte de algún pariente, o conocido. Los duelos han sido experimentados por haber tenido que romper con sus planes y sus proyectos por culpa de un encierro que llegó de un día para otro y que obligó a cancelar muchos proyectos y actividades que se habían planeado con anticipación (fiestas de fin de cursos, viajes de movilidad estudiantil, prácticas de campo y otras actividades importantes para los jóvenes).
La rutina en el cuarto:
“Mi cuarto siempre ha sido mi refugio, donde puedo ser y hacer con la tranquilidad de que nadie me va a juzgar porque los únicos ojos que me ven son los míos en el reflejo de los espejos. Los espejos de mi cuarto han sido testigo de los cambios emocionales y físicos que tuve que vivir a lo largo del encierro; noches de llanto y crisis de ansiedad por no poder lidiar con las situaciones familiares, no saber hacer una tarea con un profesor que no responde los mensajes, o bien, por el pánico momentáneo causado después de cortarme el pelo en un intento de sentirme mejor conmigo misma”.
“Cada mañana tengo que tender mi cama para tener mi refugio listo para cuando salga de mi horario escolar, me quito la playera vieja y raída que uso para dormir y me intento vestir con algo que me cubra lo suficiente como para poder prender mi cámara y no sentirme avergonzada ante mis compañeros. Si no hago estas dos cosas, siento que la frontera entre mi salón de clases y mi refugio se borra por completo, cosa que jamás pasaría de estar en mis queridas aulas frías y poco ventiladas de la universidad”.
“En mi vida escolar el examen se había visto pospuesto y cuando por fin fue posible entrar a la licenciatura lo hice, pero dejé de percibirla como una universidad, no había compañeros, las paredes de mi cuarto se convirtieron en mi aula y todo lo que me entusiasmaba de por fin poder entrar a mi carrera soñada no existía más. Sinceramente todo el camino ha sido duro, antes de la pandemia siempre me había percibido como un mujer quitada de pena, a la cual se le facilitaba socializar en cualquier ámbito, pero estando detrás de una pantalla el solo hecho de prender el micrófono para emitir una opinión sobre las lecturas me ha causado una guerra interna, como el levantarme a las 7 para sentarme en el escritorio que se encuentra justo aun lado de mi cama me ha parecido un castigo”.
“Mi primera dificultad fue con la de no contar con un espacio adecuado ya que no tengo escritorio y el comedor ya estaba siendo utilizado por mi padre. Me adapté colocando mi laptop en mi cajonera sobre unos libros y poniéndola de frente a mi cama, donde me siento. Tengo una tabla de madera que me sirve para apoyar mis libretas y tomar apuntes, pero creo que este hábito me está generando una mala postura y dolores de espalda. Por ello a veces decido apagar la cámara y acostarme, pero muchas veces eso hace que termine dormida”.
“Por supuesto que hay ventajas de tomar las clases a distancia, como no tener que levantarse temprano, solo arreglarse de la cintura para arriba y ahorrar dinero en gasolina y transporte, así como poder conversar con los compañeros por medio de whatsapp u otras aplicaciones en plena clase. Sin embargo, creo que estas ventajas nos han traído también malos hábitos. Muchos nos levantamos de la cama 5 minutos antes de que comience una clase y creo que por ello no es extraño ver a nuestros compañeros peinándose o preparándose el desayuno. También hay otros que deciden tomar un baño o ponerse a hacer el aseo. Esto último yo lo he hecho mucho. Pongo mi celular en el bolsillo de mis pantalones y escucho la clase con audífonos, como si se tratara de un podcast”.
Cuando la casa se volvió aula, centro de trabajo y otras muchas cosas más:
La vida escolar, pero también la vida social y el entretenimiento se llevó a la casa, pero para muchos de los casos que aquí se presentan la recamara se transformó en el lugar en donde se intentaba tomar clases y hacer muchas otras actividades. Sin duda, ello generó ajustes en la manera en la que se experimentaba la vida y por supuesto generó cambios en sus estados de ánimo. Acostumbrados a convivir personalmente con sus amigos, con sus compañeros de clase, sus docentes y sus parejas, todo esto se tuvo que modificar. La socialización se da por largos meses por medio de un teléfono celular o un equipo de computo. Desde los cuartos de recamara o desde otros espacios del hogar, se intenta llevar una nueva experiencia de vida. No hay duda de que para los jóvenes la interacción presencial y ocupar espacios públicos para realizar esa interacción es algo crucial en la construcción de su identidad y en la reafirmación de lo roles al interior del grupo en el que se desenvuelven. Por lo tanto; es clave que instituciones de salud pública y las propias instituciones educativas puedan tener conocimiento de la existencia de este tipo de experiencias, contadas por los propios jóvenes, para que de manera colaborativa se construyan proyectos de atención y de acompañamiento de la población juvenil, pero también de aquella población adulta con la que cotidianamente conviven; ya que ambos grupos de población han pasado mucho tiempo junto; pero al parecer esta convivencia no siempre resultó en las mejores interacciones que nos podamos imaginar. Al respecto en otro trabajo de mi autoría, (Rivera, 2022), he podido documentar que una buena parte de los conflictos que los jóvenes padecieron durante el largo periodo de encierro, se tuvieron con sus hermanos, con sus papás y mamás, con otros parientes que llegaron a la casa. La larga convivencia en un mismo espacio generó roces, malos entendidos y muchos conflictos.
[1] La publicación es la siguiente: Tavera, Fellonosa, Ligia -coordinadora- (2022). Reflexiones desde el encierro: las juventudes frente a la pandemia. México: FLACSO México.
[2] Los fragmentos que se utilizan en esta parte del trabajo fueron recuperados de los textos que fueron redactados por los jóvenes.
[3] Ver: https://www.unicef.org/argentina/media/8056/file/Covid19-EncuestaRapida-InformeEducacion.pdf
[4] Ver los testimonios incluidos en el texto: Tavera, Fellonosa, Ligia -coordinadora- (2022). Reflexiones desde el encierro: las juventudes frente a la pandemia. México: FLACSO México.
Conclusiones:
Lo que nos muestran las experiencias que aquí se han presentado, es la necesidad por parte de las instituciones educativas, de poner en el centro de la reflexión no sólo el desempeño académico de sus estudiantes durante este largo periodo de confinamiento, si no que también será clave el seguimiento y el apoyo que les brinde a los mismos estudiantes sobre su salud mental y emocional. Se vuelve urgente la construcción de diagnósticos participativos entre autoridades, docentes, padres de familia y las juventudes, para tener resultados y miradas integrales sobre lo acontecido durante el periodo del confinamiento y con ello tener proyectos de atención a la salud, a lo emocional, a lo que no se aprendió en las aulas y también en documentar las experiencias de resiliencia y de éxito para los jóvenes, ya que no
todo han sido experiencias negativas para los jóvenes. Pienso en el aprendizaje que han hecho los propios jóvenes de las bondades de la virtualidad para poder desarrollar muchas otras actividades y no sólo limitar la virtualidad a los escenarios de la diversión y el ocio; sino también ampliarlo ahora para la construcción de escenarios para hacer investigación, de conectarse con otros jóvenes y compartir información de su interés; contactar a investigadores y activistas en cualquier parte del mundo. Además, sus experiencias serán parte de esos testimonios que queden como un resultado de cómo un acontecimiento como la pandemia vino a transformar la vida y el rumbo de la humanidad; pero también vino a darle nuevos rumbos a la vida de estos 29 jóvenes, pero también la de millones en otros países y en otras regiones. Se vuelve necesario generar datos locales y luego siguiendo la tradición de los estudios antropológicos, desarrollar estudios comparativos; para ver si lo que sucedió en la vida de los jóvenes potosinos encuentra similitudes o diferencias con lo que vivieron otros jóvenes en otros estados del país; en otros países y en otros continentes. Esa es la meta en el mediano plazo. Finalmente, ante la falta de una política educativa que atienda la salud mental de los alumnos, los testimonios que aquí se han presentado resultan ser un material invaluable como objeto de estudio para diferentes especialistas vinculados con la docencia: psicólogos, pedagogos, sociólogos, entre otros. La importancia no radicará entonces en los aprendizajes o en recuperar el tiempo perdido, sino en ver la salud integral de los alumnos: como individuo mente-cuerpo, como ente social, para después pensar en el individuo como alumno.
Bibliografía:
Rivera, González José Guadalupe (2022). “Quédate en casa”: un análisis de la experiencia del confinamiento en casa entre estudiantes del nivel superior en San Luis Potosí, México. Rutas de campo (6), 89-107.
Tavera, Fellonosa, Ligia -coordinadora- (2022). Reflexiones desde el encierro: las juventudes frente a la pandemia. México: FLACSO México.
Fuentes de internet:
https://www.clacso.org/actividad/adolescentes-y-pandemia-en-mexico-experiencias-sentimientos-y-voces-adolescentes-2/
https://www.comecso.com/convocatorias/comunidad-y-la-pandemia.
https://www.unicef.org/argentina/media/8056/file/Covid19-EncuestaRapida-InformeEducacion.pdf
Palabras clave:
Juventudes, confinamiento, pandemia
Resumen de la Ponencia:
En 2020 experimentamos un distanciamiento sociocorporal, enmarcado en una política mundial de cuarentena preventiva, que ha trastocado las instituciones sociales, los estilos de vida y las sensibilidades subjetivas de todas las personas. En esta ponencia nos proponemos presentar resultados de una encuesta realizada durante el año pasado a 499 estudiantes secundarios de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, Mendoza Misiones y Salta. El objetivo de dicho instrumento fue conocer la experiencia escolar de las y los jóvenes atravesada por el proceso de “continuidad pedagógica” en el contexto de pandemia por coronavirus COVID-19. Aquí, nos focalizaremos en indagar la reconfiguración de las temporalidades, espacios y vínculos escolares y juveniles en dicho contexto de emergencia sanitaria. La pandemia supuso afrontar una serie de dificultades referidas, además del temor a contagiarse, al cabal deterioro de la sociabilidad humana y de la pérdida de un cúmulo de soportes subjetivos que generó la cuarentena. Estar encerrado, no poder encontrarse con otras personas allegadas y estar imposibilitados de asistir a determinados lugares, como la escuela, o realizar actividades propias de la vida cotidiana de cada uno de nosotros se constituyó en una prueba estructural que debimos enfrentar social y personalmente. Por eso, les preguntamos a los y las jóvenes estudiantes a qué les costó más acostumbrarse. Se trata de una respuesta abierta que recategorizamos analíticamente.El encierro producto de la cuarentena y la consecuente imposibilidad de encontrarse con vínculos afectivos externos al hogar son dos de las cuestiones que más afectó a quienes encuestamos. Casi el 25% se refirió a “no poder juntarse con amistades y/o familiares”. Poco más del 24% mencionó que les costó no poder salir de sus casas (sintiéndose encerrados) o acostumbrarse a estar todo el día dentro del hogar cuando, generalmente, pasaban mucho tiempo afuera haciendo diversas actividades. Por ejemplo, hacer “deporte y/o actividad física” fue mencionado por casi el 8% de jóvenes. El encierro de varias y varios integrantes de la familia también impactó en “la convivencia en el hogar”, cuestión a la que hicieron referencia un poco más del 5%. En línea con el planteo de Martuccelli (2021), sostenemos que la sociabilidad fue una de las dimensiones constitutivas de los individuos que más deterioró la pandemia.Resumen de la Ponencia:
El presente trabajo da cuenta de la experiencia educativa que los jóvenes estudiantes de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) construyeron en el marco de las clases en línea; el punto de partida teórico considerar a experiencia como un proceso subjetivo (Dubet, 2010) que da cuenta de la trayectoria particular de los individuos y de la diferencia en cuanto a la estructuración de la misma a partir de diversos elementos contextuales. La importancia de esta perspectiva radica en trascender la noción de experiencia como un estado emocional y perceptivo surgido de sus condiciones vitales para situarse como una construcción a partir de tres lógicas articuladas entre sí, la lógica de la integración, la lógica estratégica y la lógica de la subjetivación. Esta noción de experiencia permite dar cuenta de las diferencias en cuanto a la estructuración de los parámetros culturales y sociales que organizan las conductas de los individuos; así la posición de las personas en el estrato social, sus roles, y sus matrices culturales no definen su acción sino que son elementos que se ponen en juego para construir la experiencia propia. Derivado de lo anterior se plantea una “distancia subjetiva” (Guzmán y Saucedo, 2015) en cuanto a la formación de experiencias escolares.Si bien la investigación no se planteó en un inicio como un estudio transversal, la extensión de la cuarentena permitió realizar un comparativo entre las visiones y expectativas que se tenían al inicio de la suspensión de clases (marzo de 2020) y casi un año después de llevar a cabo sus estudios bajo esta modalidad (febrero 2021), así las entrevistas aplicadas se realizaron en dos fases, la primera de ellas entre abril y mayo de 2020 y la segunda en febrero de 2021. Algunos elementos identificados en los discursos de los jóvenes estudiantes indican que, si bien comparten características similares en cuanto al contexto, y el marco general de la UACM apunta características similares, la realidad es que la su experiencia en torno a la pandemia, la cuarentena y las clases en línea se han construido de manera diferenciada. Estas diferenciación se construyó a partir de tres elementos: el avance en términos de la licenciatura que llevaban al momento de las restricciones sanitarias; el capital informático, y el género. Por otra parte, también es posible identificar elementos que constituyen una experiencia “equiparable” en las narraciones de los estudiantes entrevistados, dentro de estas coincidencias se pueden señalar: la falta de capacidad individual e institucional para la implementación de clases en línea, la confusión e incertidumbre, las expectativas truncadas, y el anhelo del regreso a la institución universitaria como un espacio clave en la constitución de su condición juvenil.Resumen de la Ponencia:
A poco más de 2 años de iniciada la pandemia por COVID-19, en México aún desconocemos cuáles serán las dimensiones de sus consecuencias en nuestras vidas. Más allá de los estragos en la salud y sus implicaciones sobre el crecimiento económico, la dimensión social será una de las más afectadas. En la presente investigación se realiza un acercamiento exploratorio a las condiciones de vida que han enfrentado las mujeres jóvenes, que viven en condiciones de vulnerabilidad, durante la pandemia por COVID-19. Se entrevistaron a 11 mujeres en un rango de edad de 16 a 23 años, en diversas situaciones familiares, escolares, laborales y reproductivas; todas ellas habitantes de la zona oriente de la ciudad de México y Zona Metropolitana. El enfoque teórico analítico permite ubicar a estas mujeres en una triple condición de desventaja social, atravesadas por la interseccionalidad de las siguientes tres categorías sociales: la pertenencia a una clase social baja, es decir, ser pobre; la pertenecía a una categoría de género subordinada, ser mujer y la pertenecía a una condición etaria desaventajada, ser joven. A partir de esta condición social se exploran las experiencias que estas mujeres han tenido durante la pandemia. Se presentan algunos datos sobre la forma en que los efectos de la pandemia han afectado a las mujeres jóvenes, en esta triple condición de desventaja social. Los hallazgos son organizados en los rubros de vida familiar, condiciones económicas, dinámicas familiares y salud. Las estrategias de estas mujeres para enfrentar la pandemia fueron diversas, como el apoyo en las actividades de trabajo reproductivo dentro del hogar, actividades de venta en línea y el cuidado de menores y otros familiares vulnerables.Resumen de la Ponencia:
El confinamiento durante el covid-19 a nivel mundial, provoco efectos en la salud mental de los adolescentes, generó síntomas asociados a la ansiedad y depresión. El encierro con la familia afecto las relaciones entre los integrantes y la población en general; sin embargo, al realizar el ingreso, se hace visible en el escenario escolar, con los estudiantes de educación media del Colegio Fernando Soto Aparicio de Bogotá, Colombia, lugar donde se desarrolla la investigación y que este artículo presenta con resultados. El objetivo era identificar el papel que juegan los entornos familiares post-confinamiento para evitar intentos de suicidio en adolescentes, analizar los niveles de violencia intrafamiliar durante el confinamiento que se asocia a limitación en procesos comunicativos y débiles relaciones interpersonales en el encuentro con los pares; agravando la salud mental, expresada en intento de suicidio. Desde un enfoque metodológico cualitativo, con un estudio hermenéutico, se analizan historias de vida de 80 jóvenes entre los 16 y 18 años, en dichas narraciones, consignadas en el cuaderno de ética entregado a manera de diario y con videos que explora emociones y sentimientos como mediación tecnológica; en ellos, los estudiantes expresan el sentido de vida que tenían los entornos familiares, las concepciones de amor y protección vividas en confinamiento, reconocen niveles de violencia acaecidos durante éste tiempo y se divisa intentos de suicidio; situación que permite adecuar ruta de atención para evitar suicidios, escucha y comprensión por parte del docente de ética, que asume un rol de alerta permanente, involucra a estudiantes en la lectura del libro, El hombre en busca de sentido de Víktor Frankl. De igual manera se hace una indagación sobre procedencia de los padres de los estudiantes y se encontró que muchas familias proceden de proceso de migración, desplazamiento, violencia rural, falta de oportunidades en los contextos donde habitaban; a partir de los resultados, se concluye situaciones propias de la pobreza estructural como la presencia de condiciones vulnerables en el hogar, alta tasa de analfabetismo, precarias condiciones de salud, enfermedades y muertes recurrentes, desamparo para estos jóvenes; falta de empleo estable, familias no nucleares, madres y padres cabeza de hogar, padres muy jóvenes y sin experiencia en la crianza, embarazos en menores de edad, prácticas de violencia intrafamiliar, ausencia de encuentros comunicativos, intimidación y menosprecio a la existencia de estos jóvenes, silencio y desatención para ellos; desmotivación para el estudio, débil deseo de vivir e intento de suicidio. El desarrollo de texto, aborda conceptos transversales como experiencias postconfinamiento, representación de las emociones, entornos familiares, violencia intrafamiliar y vulneración afectiva y pedagógica, el rol de la escuela y del docente ante intentos de suicidio.Resumen de la Ponencia:
O estudo que ora apresentamos faz parte de uma investigação mais abrangente sobre crianças amazônicas, não sendo um relato de crianças urbanas localizadas na segunda cidade mais populosa do Norte do Brasil. Seu objetivo é compreender a espetacularidade do puxão-educação no carnaval de uma escola de samba. O percurso teórico-metodológico está centrado em uma abordagem qualitativa com base na Etnocenologia, que é um método que busca compreender as Práticas e Comportamentos Humanos Organizados Espetaculares (PCHEO), fortemente presentes na Amazônia, ou que nos remetem a uma Etnocenologia Amazônica, a que respeitam os modos de vida dos dois amazônicos, suas histórias, seus saberes e suas culturas são valorizados. A etnocenologia traça a noção de espetacularidade entendida como um modo de ser, de se comportar, de se movimentar, de se deslocar no espaço, se emocione, converse, cante e decore. A compreensão das noções de infância urbana e infância saltitante, que não chega perto da discussão sobre carnaval e infância, foi importante para inserir a educação e educação urbana em outro patamar – ou de atores sociais. A pesquisa também se fundamenta nos estudos da Sociologia da Paternidade, numa perspectiva amazônica. Os colaboradores da pesquisa serão constituídos por 12 (doze) crianças na faixa etária de 5 a 12 anos, participantes ativos das agremiações da Associação Carnavalesca Bole-Bole, e 8 (oito) adultos, na faixa etária de 23 a 60 anos, que viverão a infância e terão experiências com crianças nas atividades desenvolvidas na Associação. Em conclusão, o estudo revelou que a espectacularidade, vivida pelas crianças, é consciente, cabelo ou cabelo observado pelos outros, Ou seja, cabelos que lembram uma cantiga carnavalesca, é uma alteridade. Nessa grande festa popular, observamos que as crianças tornam-se professoras de sala, porta-bandeiras, tocadores de tambor, tocadores de chuva, passistas, percussionistas, entre outros, na medida em que o jogo simbólico, por meio de dois países parceiros, não inclui o canto ; eles dão ou melhor de si mesmos; O corpo saltitante que desfila no carnaval é espetacular.
Introducción:
Um canto ecoa a beleza da cultura popular[1] - Introdução
Carnaval e infância se constituem em um estudo que buscou compreender como as crianças se estabelecem no contexto das culturas populares, sobretudo do carnaval, no bairro mais populoso, o Guamá, da cidade de Belém, capital do estado do Pará (Instituto Brasileiro de Geografia e Estátistica, 2019). Esse estudo abrange a espetacularidade, enquanto categoria de análise que buscou a compreensão das Práticas e Comportamentos Humanos Espetaculares Organizados (PCHEO) das crianças-brincantes do carnaval; deste modo, o que nos interessou foi entender como elas vivenciam essa grande festa popular que congrega a coletividade e que adentra a vida cotidiana corroborando para o que Bião (2009) chamou de respiração social. Assim, procuramos mostrar como a cultura popular se entrelaça com as culturas infantis construídas na cotidianidade, possibilitando a edificação de corpos etnocenológicos que vão se estabelecendo ao longo de toda a preparação para o desfile oficial das escolas de samba “numa diversidade de estilo de interpretação que compõem as [alas], as cenas e os personagens” (Santa Brígida, 2014, p. 49 – grifo nosso).
O estudo aborda duas noções que estão no cerne da discussão sobre as infâncias amazônicas e que dizem respeito a uma infância e a um grupo de crianças que não estão na floresta, nos rios e não vivem em comunidades tradicionais, mas estão no centro urbano de Belém-PA, na Amazônia paraense. As noções às quais nos referimos trata da infância urbana e da criança-brincante. Assim, trazemos, neste estudo, a singularidade da infância urbana e as crianças-brincantes do carnaval, presentes na cena cultural de uma escola de samba, situada em um bairro da capital paraense, que tem particularidades que as difere das demais infâncias e crianças de outros estudos já realizados por nós.
A noção de infância urbana, aqui tratada, se caracteriza pela concentração de crianças nas grandes cidades ou centros urbanos, que vivenciam um ambiente de mudanças sociais, culturais e econômicas extensas, com pouca ou sem nenhuma autonomia para tomar certas decisões a respeito de políticas públicas para o seu desenvolvimento, sendo delegada ao adulto a responsabilidade de fazer a assimilação de questões políticas pelas crianças, principalmente nas áreas como ambiente, segurança, políticas urbanistas e lazer, o que mostra o quanto as crianças são renegadas em seus posicionamentos políticos, no entanto, são imprescindíveis como atores sociais que têm todas as condições de conduzir ações mais ativas para a democratização social (Fernandes, 2018) e garantia de seus direitos básicos estabelecidos na Constituição Federal de 1988 e no Estatuto da Criança e do Adolescente (ECA), Lei nº 8.069/1990, principalmente.
Criança-brincante foi um conceito que emergiu durante a pesquisa de campo ao observarmos como as crianças brincavam e demonstravam na cultura popular do carnaval, os saberes das culturas infantis ligadas ao seu tempo, por conseguinte conectadas às vivências do local onde residem, o Guamá. As culturas infantis propiciam “saberes que no momento do carnaval lhes são úteis pois as permitem se localizar em seu espaço e tempo social e facilita para elas a busca do brincar com os elementos de sua cultura e seu transitar em meio a diversos saberes comunitários” (Aires Neto, 2016, p. 96). Portanto, crianças-brincantes, consideradas nesse estudo, são aquelas que participam ativamente das ações da escola de samba, e que, mesmo levadas pelos responsáveis, vivenciam com alegria, dedicação e entusiasmo os ensaios, as festas, os arrastões, experimentam as fantasias, aprendem e cantam o samba enredo, “compartilham seus afetos, emoções, frustrações, desejos, saberes” (Idem, p. 20) e se divertem brincando, dançando, imitando e interagindo com seus pares e a comunidade em geral.
[1] Todos os subtítulos contidos no texto são fragmentos dos sambas enredos da Associação Carnavalesca Bole-Bole dos anos 2019 (GuamÁfrica) e 2020 (Guamá: o rio que chove poesia), ambos de autoria de Herivelto Martins e Silva (Vetinho), que foram ajustados especificamente para esse texto.
Desarrollo:
GUAMÁFRICA, no Bole-Bole vou cantar tua raiz – Percurso Teórico- Metodológico
O estudo se deu por meio de uma abordagem qualitativa, por considerarmos ser esta a que melhor nos dá base para nos aproximar da compreensão do fenômeno aqui estudado – a espetacularidade da criança-brincante na cena carnavalesca.
A pesquisa qualitativa “trabalha com o universo dos significados, dos motivos, das aspirações, das crenças, dos valores e das atitudes” (Minayo, 2012, p. 21) que se constituem elementos da realidade social, portanto, o ser humano que vivencia esses turbilhões de experiências age, pensa e interpreta seus modos de vida e vai além do factual ao partilhar com o seu semelhante as ações dentro e a partir da realidade vivida. Tais aspectos são o que o distingue dos demais seres do universo visível.
O estudo centrado na abordagem qualitativa desenvolveu-se mediante fundamentos da Etnocenologia[1] “vertente das etnociências[2] de caráter essencialmente transdisciplinar, que privilegia a inteligência do discurso indissociado da fonte que o gerou, abrindo um novo caminho para a análise dos fenômenos espetaculares” (Santa Brígida, 2007, p. 199).
O pilar epistemológico, principal eixo norteador das pesquisas realizadas nas Artes Cênicas, concebido desde os primórdios da criação da disciplina Etnocenologia em 1995, com a publicação do “Manifesto da Etnocenologia”, denomina-se de Práticas e Comportamentos Humanos Espetaculares Organizados (PCHEO), que tem como um de seus princípios basilares avalizar a heterogeneidade de fenômenos sociais; é nesse contexto que se encontra o carnaval, e nele as crianças-brincantes e suas espetacularidades. Deste modo, o corpo etnocenológico (Santa Brígida, 2014) é o que edifica a Etnocenologia enquanto base epistemológica e metodológica deste estudo.
Nessas dimensões, o corpo é o fenômeno de interesse da Etnocenologia, uma palavra que se estrutura em três bases da língua e da cultura grega, quais sejam: etno, ceno e logia, que foram estabelecidas no Manifesto da Etnocenologia[3] publicado em 1995, no qual os termos são assim definidos:
Etno, significando o que é pertinente a um grupo social, um povo, uma nação; ceno, cobrindo um grande conjunto de significados, simultaneamente os sentidos de abrigo provisório, templo, cena teatral, local coberto onde os atores punham suas máscaras, banquete sob uma tenda, corpo humano, mímicos, malabaristas e acrobatas apresentando-se em barracas provisórias em momentos de festa – todos esses sentidos remetem à ideia de ceno na palavra etnocenologia; e logia, naturalmente, designa a proposição de estudos sistemáticos (Bião, 2009, 133).
Nesse sentido, a Etnocenologia tem propiciado discussões e debates acerca do seu objeto, que reside especialmente nos “espetáculos, rituais, cerimônias e interações sociais em geral” (Bião, 1998, p. 17); seguindo este raciocínio, o carnaval se faz presente como um ritual nacional que se fundamenta na condição “de dramatizar valores globais, críticos e abrangentes da nossa sociedade” (Damatta, 1997, p. 45). Tem contribuído também para o alargamento das visões teóricas da pesquisa científica e artística, de maneira integral, e, de maneira mais particular, para o trabalho dos pesquisadores que se debruçam às artes do espetáculo (Bião, 2009).
A Etnocenologia enquanto disciplina e método científico se consolida no espaço amazônico com especificidades próprias e culturas singulares que emergem de todos os locais da região “marcada por grandes linhas de forças como a natureza, as [comunidades] indígenas e sua cultura, as manifestações de arte popular, a arte plumária, a cerâmica, as embarcações, as casas, os rios, as ruas” (Loureiro, 2002, p. 133 – grifo nosso), dando origem a uma Etnocenologia Amazônica (Santa Brígida, 2015; Carvalho, 2014).
A investigação foi realizada no bairro do Guamá, espaço geográfico exaltado nos enredos da Associação Carnavalesca Bole-Bole, lócus de vários estudos científicos[4], local de resistência sociopolítica e também de explosão da cultura popular, sobretudo na passagem Pedreirinha, onde se concentram vários ambientes que desenvolvem ações culturais de cunho religioso, artístico, recreativo e lúdico, também é nesta via que se localiza a sede da escola de samba[5].
No Guamá, embora seja considerado de grande vulnerabilidade social, as manifestações culturais afloram na cotidianidade da comunidade; neste sentido, Modesto (2017) ressalta o esforço e luta dos guamaenses para manter de pé
[...] seus bois-bumbás, cordões de pássaro e pássaros junino, escolas de samba, cantigas de ladainha, festividades culturais, afrorreligiosas e religiosas, quadrilhas juninas, instituições religiosas e afrorreligiosas, que se constituem em espaços de agregação de cultura antiviolência para os que vivem no bairro (Modesto, 2017, p. 73).
Nessa cotidianidade, Talles Miléo[6] enfatiza a importância que a cultura tem no bairro como mecanismo de enfrentamento dos problemas sociais existentes. É por meio dela que as crianças e jovens têm a possibilidade de mudar o curso de suas vidas, tão penalizadas pela pobreza, violência de toda ordem, especialmente pelos homicídios de pessoas jovens na faixa etária de 16 e 17 anos, preconceito racial (Modesto, 2017), entre outros. Na entrevista conversada Talles dispara que a arte e a cultura são ecos que reverberam a voz da liberdade; segundo ele,
E a arte num contexto geral, ela te oportuniza criar, ela te dá voz. Então através da cultura, através do carnaval, eu percebo que as pessoas podem gritar e dizer: não! Eu não sou isso. Eu não quero ser isso. O meu mundo não se restringe a números de violência, a casos de agressão, a uma história que já aconteceu. Ah! O bairro do Guamá tem muita violência. Tem muita violência, mas também é um bairro hoje, que se você for parar pra pesquisar, é um dos que mais têm grupos folclóricos e parafolclóricos no estado do Pará e talvez no Brasil. E então você percebe que isso são os gritos de: não, eu não quero isso pra mim. Eu não quero ser estigmatizado, eu não quero sofrer com algo que alguém me disse. Eu quero ter a minha própria voz (Talles Miléo, Entrevista 20/01/2020).
Nessa ótica percebe-se que o Guamá se coloca como espaço de sociabilidade, aquele “espaço humilde onde se exprimem tantas alegrias e desapontamentos, aí, nesse espaço onde se joga tanto afeto e onde têm lugar tantas conversas, constitui-se pouco a pouco a sólida trama social” (Maffesoli, 2001, p. 92), que tem a aparência, a expressão, o cheiro e o jeito dos elementos e sujeitos que compõem este lugar.
O estudo teve a participação de 12 (doze) crianças, na faixa-etária de 5 a 12 anos, atuantes nas atividades da Associação Carnavalesca Bole-Bole (ensaio coletivo, arrastão cultural, ensaio de ala, escolha de figurino, estudo e apresentação do samba-enredo, entre outros), dos quais 83,3% moram no bairro do Guamá e as demais em bairros limítrofes, na sua maioria estudantes de escolas públicas, cerca 91,6%. Quando nos referimos à atuação direta, estamos falando das crianças-brincantes que estiveram presentes desde o início da investigação participando ativamente das ações propostas e estavam na Bole-Bole em grande parte dos eventos realizados
A pesquisa também contou com a participação de 8 (oito) adultos, na faixa etária de 23 a 60 anos, pessoas que viveram suas infâncias na Bole-Bole e ou que desenvolveram alguma experiência com as crianças no carnaval na escola, como ex-integrantes de projetos sociais, dirigentes e ex-dirigentes, pais, brincantes e envolvidos com algumas alas da escola. Com este grupo realizamos conversa informal e entrevista conversada que serviu para complementar nossa compreensão daquilo que vivenciamos durante dois anos de pesquisa sobre carnaval e infância na Associação.
Fantasias verdadeiras da Menina Guajarina: a espetacularidade da criança-brincante na cena carnavalesca
Durante o carnaval, nos arrastões culturais e nos desfiles oficiais a presença do grupo “Meninos do Pandeiro do Guamá”, composto por adultos e crianças, se destacou realizando movimentos acrobáticos, exibindo suas espetacularidades. O corpo dos tocadores de pandeiros é um corpo lúdico que atrai gritos, palmas e muitos olhares. Os artistas “levam para a rua seus conhecimentos [...] apresentados como brincadeiras, que para eles significam uma prática cultural comunitária” (Gomes, 2007, p. 61).
O grupo organiza ações corporais criadoras, desconstrói os arquétipos e práticas comuns, apostando num novo ou em outras formas que saiam da rotina cotidiana e se estabeleçam em outro patamar, o da extracotidianidade, como bem observado na imagem a seguir, destacando a figura de Francisco de Xavier de Lima Neto, 12 anos, componente do grupo:
Imagem 1 – Grupo Meninos do Pandeiro do Guamá, o destaque são as crianças realizando tocando e acrobacias.
Fonte: Simei Andrade, 2019 e Josué Jastézio Rúbio, 2020.
O entusiasmo dos Meninos do Pandeiro do Guamá aumenta à medida que percebem que estão sendo ovacionados; quando isso ocorre, as apresentações acontecem num tempo menor, aumentando assim as variações dos movimentos que refletem “a alegria, o protesto político, o deboche, a crítica social” (Gomes, 2007, p. 62).
Nas ações da escola, como ensaios e arrastões culturais, as crianças eram presença certa, com seus corpos em fase de crescimento; o esforço para segurar um instrumento como o surdo, de dimensões avantajadas, provocava desequilíbrio e alguma dificuldade para movimentar-se, porém, nada disso tirava delas, das crianças-brincantes, a vontade de estar no meio da folia com os adultos. No período em que estivemos acompanhando a escola observamos que na bateria a “criança e o adolescente vêm pra dentro da escola pra ele aprender não só a música, mas [...] pra ele aprender a respeitar o próximo e ter compaixão com o próximo. Isso aí já é uma coisa que contribui demais no seu desenvolvimento” (Entrevista conversada, 30/01/2020), ressalta Mestre Mini[7].
Na batera Audaciosa, como alguns denominam a bateria da escola, a espetacularidade dos ritmistas crianças se mostram nos “efeitos e gestos [...] envolvidos pelo padrão cultural (ethos) que suscita as formas de sua sensibilidade, a gestualidade, as atividades perceptivas, e desenha assim o estilo de sua relação com o mundo” (Le Breton, 2012, p. 8), corroborando para a compreensão da espetacularidade como única de cada criança-brincante, ou melhor, a relação que os sujeitos estabelecem com o mundo é exclusiva, o que implica na maneira como a espetacularidade emerge em cada corpo, como podemos comprovar nas imagem que se seguem.
Imagens 2 – Crianças e adolescentes, ritmistas da Bateria Audaciosa da Bole-Bole.
Fonte: Simei Andrade, 2019/2020.
O ritmo pulsante que a bateria de uma escola de samba produz e leva para a rua estimula as crianças a participarem ativamente do carnaval. Handrei Serrão Barbosa, 11 anos, ritmista da escola, afirma que toda a movimentação que o carnaval provoca no bairro dá “um ânimo pra sair na avenida” (Conversa informal, 6/02/2020). Corroborando com a afirmação de Handrei Serrão, Vetinho Martins[1] assevera que “aqui tem aquela coisa das crianças ficarem maravilhadas com o ritmo, com o grupo. Eles ficam, será que eu posso? Aí de repente o instrutor, o Fabrício, diz: pode! Aí pega esse chocalho aqui e bora vê, a gente vai ensinando” (Entrevista conversada, 20/03/20202). Esse conjunto de ideias, das pessoas que fazem a Bole-Bole, reafirma o que Maffesoli (1996) anuncia que o espetáculo, no nosso caso o carnaval, assegura uma função de comunhão, todos compartilham seus saberes e unem forças para mudança social do bairro do Guamá.
Durante a pesquisa de campo observamos que crianças menores de 5 anos, nas imagens que se segue temos Lívia Sophia Lima Alencar, 4 anos e Aylla dos Santos Silva, 4 anos, que não faziam parte da bateria da Bole-Bole, se encantavam com os instrumentos e com o som provocado pelas batidas, principalmente do surdo. Bastava os instrumentos serem colocados à vista de seus olhos para que corressem para perto deles. Seus corpos tão pequenos se tornavam ainda menores diante do tamanho dos instrumentos, o sorriso estampado era o primeiro sinal indicativo de estarem participando do carnaval, as mãos iniciavam a descoberta do objeto, em pouco tempo deles se apropriavam e o corpo, na sua totalidade, exibia um percussionista com muitas habilidades; “este participar alimenta a sensação de pertencimento e também instrumentaliza a criança para que em outro momento possa utilizar estes saberes em outras ocasiões” (Aires Neto, 2016, p. 111). As imagens a seguir alicerçam nossos argumentos.
Imagens 2 – O encantamento das crianças, Lívia Sophia Alencar e Aylla dos Santos pelos instrumentos de percussão.
Fonte: Simei Andrade, 2019.
A bateria, como uma das alas mais concorridas pelas crianças, tem suas singularidades e particularidades que arrebatam as crianças-brincantes, mesmo aquelas que não estão oficialmente na bateria. Segundo normas de proteção à criança, não é permitida a presença de menores de 12 anos no desfile na avenida do samba, o que gera certa frustração nessas crianças, como explica Guida Gordo[1]: “a gente tem, por exemplo, um problema sério, todo ano com a bateria, que é pegar autorização pra menor, tudo isso é empecilho, por que a autorização é a partir de 12 anos, a gente já deixou crianças frustradas aqui, chorando por que não ia desfilar na Bole-Bole.” (Entrevista conversada 30/01/2020).
Mesmo que não possam participar oficialmente, encontraram outra forma de “fazerem parte” da bateria da Bole-Bole. Acompanhavam a escola, nos arrastões e ensaios na sede com seus instrumentos, os tamborins, se colocando sempre ao lado do grupo, fora da ala. Elas seguiam os comandos do mestre de bateria, aprenderam os compassos e executavam o samba enredo com maestria.
Um dos eventos da Bole-Bole que acompanhamos foi o desfile oficial em 2019, na Aldeia Amazônica, noite que foi marcada por um acontecimento de suma importância para este estudo, que trata da espetacularidade da criança na cena carnavalesca, sendo necessário o registro neste ensaio.
As crianças-brincantes estão sempre ávidas a conhecer e interagir com pessoas e objetos, desde que lhes chame a atenção, não importando em que lugar, em que momento ou a quem pertença, elas vão buscar conhecer, sentir, ver, ouvir. Na imagem a seguir, várias crianças, entre 4 e 7 anos, em plena avenida do samba, no momento da concentração, em que alguns integrantes da bateria da Bole-Bole iniciam a afinação dos instrumentos, crianças se deslocam de vários pontos e observam concentradas os acordes da bateria.
Após esse breve ensaio, os instrumentos são deixados na via até que de fato o desfile comece; nesse momento as crianças vão se aproximando dos instrumentos de maneira tímida, talvez receosas de serem repreendidas; aos poucos vão se chegando e se concentram em um instrumento musical, o surdo, aquele que foi deixado no chão e não há ninguém cuidando dele. As pequenas mãos começam a sentir, a acariciar o instrumento, à medida que percebem que nenhum adulto os repreendeu por estarem ali, as cinco crianças se sentem à vontade para manusear aquele objeto. Elas dão batidas leves e fortes, com cada uma tendo sua vez de bater no instrumento; conseguem conversar entre si, depois todas juntas produzem um som só, como se estivessem criando outra música, que só elas podiam ouvir e compreender. “O corpo se organiza para o espetáculo por meio de um sistema de signos que define as possibilidades expressivas do corpo nas manifestações culturais” (Gomes, 2007, p. 175).
Os corpos das crianças se movimentam em todos os sentidos, as mãos freneticamente sobem e descem, os pés marcam a batida no chão, é “a junção de corpo e instrumento” (Aires Neto, 2016, p. 114). Considera ainda o autor que o corpo da criança-brincante é um “instrumento de aprendizagem e comunicação” (Idem, p. 130).
Observa-se que as crianças, com exceção de uma que se veste de super-herói, não estão caracterizadas com roupas que lembrem carnaval, embora estejam num ambiente, dentro do espaço da bateria, em que todos vestem uma fantasia, mas nem por isso se sentem envergonhadas ou tímidas, pelo contrário, a imagem mostra a interação do grupo. Neste sentido, Del Priore (2000, p. 73) destaca que “a infância é expectadora dos festejos, mas neles entra também como protagonista”.
Imagem 4 – Crianças na avenida do samba, junção de corpo e instrumento.
Fonte: Simei Andrade 2019.
As crianças criam outras lógicas para viverem as infâncias, são capazes de (re)criarem outros mundos, da fantasia, da imaginação, do brincar... que dão sentido à vida.
Na Bole-Bole, as crianças-brincantes estão presentes em todos os espaços, incluindo aquele à frente da bateria da escola de samba, como rainha. É neste lugar que encontramos Tharcylla Caroline Matos Monteiro, uma menina de 6 anos, participante dos eventos e ações da Bole-Bole, filha e neta de pessoas envolvidas nos trabalhos da sede e do barracão; é uma brincante simpática, risonha, falante, e ao som dos primeiros acordes dos tambores seu corpo se mexe num frenesi só. Observamos que Tharcylla Caroline imprime em seus movimentos gestos que imitam os da rainha da bateria. Nos arrastões culturais, momento dos ensaios, em que a bateria da escola puxa uma multidão de pessoas, ela sempre ficava próximo à rainha, que a convidava, algumas vezes, a dançarem conjuntamente na frente da bateria.
Na representação fotográfica, Tharcylla Caroline se mostra com a espetacularidade de uma rainha coroada, como demonstra sua postura corporal: tronco levemente para frente, braços abertos, pés em posição de quem está pronta para o samba e com um leve sorriso que demonstra que aquele lugar lhe faz bem. O mais interessante é que esta criança-brincante está no meio da bateria, no meio dos instrumentos, portanto, no espaço da animação, de levar alegremente o samba, não deixando o compasso cair; neste sentido “o corpo é aqui o veículo, a estrutura para a experimentação da criança” (Aires Neto, 2016, p. 111). A ludicidade está aí presente, nos modos de brincar e experimentar o carnaval, nos saberes que as crianças vão incorporando e ressignificando, como podemos observar a seguir:
Imagem 5 – Rainha de Bateria, Tharcylla Caroline, um mundo aos seus pés.
Fonte: Simei Andrade, 2020.
As crianças-brincantes produzem formas de comportamentos espetaculares que “expressam a maneira de ser, de se comportar, de se apresentar de forma distinta do cotidiano’ (Gomes, 2007, p. 61), o que se constitui numa espetacularidade associada ao mundo lúdico das crianças nas tradições culturais.
[1] Margarida do Espírito Santo Cunha Gordo, 48 anos, Profª da EAUFPA, faz parte da direção da Bole-Bole. Está na escola desde 1993.
[1] Herivelto Martins e Silva, conhecido por Vetinho, é compositor e diretor da Bole-Bole.
[1] Considerado um campo de estudo epistemológico e metodológico (Bião, 1998), a “Etnocenologia surgiu no século XX, em Paris no ano de 1995 a partir da Universidade Paris 8 Saint-Denis, UNESCO, Maison des Cultures du Monde presidida pelo sociólogo Jean Duvignaud, instituições articuladas para a realização do Colóquio de Fundação do Centro Internacional de Etnocenologia, tendo como principal propositor Jean-Marie Pradier, autor do Manifesto da Etnocenologia” (Santa Brígida, 2016, P. 136).
[2] A Etnociência se constitui num campo multidisciplinar de pesquisa científica que admite e respeita a diversidade cultural humana (Bião, 2009). “Posiciona-se como caminho alternativo à rigidez científica, sem menosprezar nenhuma das metodologias construídas pela ciência ocidental, mas utilizando-se delas como ferramentas para releituras que propiciem compreensão mais adequada e respeitosa da relação entre humanidade e natureza. [...]. A Etnociência[s] em sua significação literal é a ciência do outro” (Wieczorkowki; Pesovento; Téchio, 2018, p. 154 - grifo nosso), nesse campo estão incluídas a Etnopsicologia, a Etnomusicologia, a Etnolinguística, a Etnobotânica, a Etnohistória, a Etnopsiquiatria, a Etnoculinária, a Etnomátemática e a Etonocenologia, entre outras. A afirmação da Etnociência como campo de pesquisa em diversas áreas de conhecimento “revela a consolidação de um paradigma científico baseado no conceito de alteridade e na afirmação do multiculturalismo” (Bião, 2009, p. 96); o autor ainda destaca que o prefixo etno incorporados “a essas disciplinas serviu para explicitar uma perspectiva epistemológica e metodológica (Idem, p.97).
[3] O Manifesto da Etnocenologia é um documento que foi “redigido pelo Centro Nacional de Etnocenologia em 17 de fevereiro de 1995, na França. Tal manifesto é resultado de uma parceria entre a Maison de Cultures du Monde presidida na época por Jean Duvignaud –, a Unesco – então coordenada por Chérik Khaznadar – e o Laboratório Interdisciplinar de Práticas Espetaculares da Paris 8-Saint Denis – então coordenado pelo professor Jean-Marie Pradier” (Barreto, 2014, p. 43). Parte deste documento foi traduzida para a língua portuguesa, disponível no livro: Teixeira, João Gabriel L. C. (Org.). Performáticos, performance e sociedade. Brasília: Editora Universidade de Brasília, 1996.
[4] Podemos destacar os estudos de Ramos (2002), Dias Júnior (2009), Ferreira (2012), Palheta (2012), Gordo (2015) e Modesto (2017).
[5] A sede da Associação Carnavalesca Bole-Bole está localizada na Avenida José Bonifácio, passagem Pedreirinha, 143, Guamá.
[6] Tem 23 anos, é advogado, diretor de bateria da Associação Cultural Recreativa e Carnavalesca Império de Samba Quem São Eles. Viveu sua infância nas dependências da Bole-Bole, participando das ações desenvolvidas para crianças e jovens do bairro do Guamá, em Belém/PA (em entrevista concedida no dia 11/01/2020).
[7] José Fabrício Oliveira Meireles, conhecido popularmente como Mestre Mini, 41 anos, nasceu e vive até hoje no Guamá, na passagem Pedreirinha. É Mestre de Bateria da Bole-Bole, participou das primeiras oficinas na escola, posteriormente se tornou monitor na escola de samba e em outras instituições educativas do bairro. Aos 12 anos de idade se tornou o primeiro chefe de bateria mirim de Belém.
Conclusiones:
No Bole-Bole em fantasia eu vou renascer: conclusões do estudo
O estudo teve por objetivo compreender a espetacularidade da criança-brincante na cena carnavalesca em Belém do Pará. Neste sentido, as conclusões a que esta investigação chegou foram para além da espetacularidade das crianças-brincantes na cena carnavalesca, pois buscou trazer para este contexto científico as relações que elas estabelecem com o meio ambiente, com seus pares, com os adultos, com a família e com seus brincares, dando outro sentido à cultura popular e às culturas infantis.
Os resultados mostram que a Etnocenologia se constitui num método de pesquisa que respondeu com maior efeito às nossas expectativas no sentido de compreender a maneira como as crianças expressam suas vivências corporais e trazê-las a outro patamar – o de atores sociais que (re)constroem suas histórias, inseridos numa dada cultura que influenciam e pela qual são influenciadas. Na pesquisa com crianças, a Etnocenologia se mostrou um método que se abre para analogias, aproximação de ideias e noções, o que possibilitou a percepção de que no carnaval existem os saberes que as crianças trazem do convívio social e outros são apreendidos nos encontros dos quais elas participavam na Bole-Bole, saberes sobre ritmo, sobre dança, sobre o corpo, sobre amizade, sobre respeito, sobre ética, sobre política, sobre a vida que se traduz nas espetacularidades que as crianças-brincantes mostram no carnaval e que são incorporados na sua existência de sujeito amazônida, que vivencia uma infância urbana no bairro mais populoso da capital paraense.
Outro ponto importante que o estudo mostrou está relacionado ao espaço que as crianças-brincantes ocupam na cultura popular do bairro do Guamá. Apresentam-se não apenas como brincantes, mas fazem parte, de alguma forma, da organização desses eventos, embora seu trabalho seja quase imperceptível aos olhos dos adultos. Elas opinam de forma tímida, dão ideias sobre os assuntos que chamam a atenção, como o figurino, uma batida diferente para dar ao som do samba, uma pegada mais intimista; disponibilizam tempo para ensinar o que já aprenderam àqueles que ainda estão no estágio inicial da aprendizagem dos instrumentos musicais, mostrando a batida do som e como isso reverbera no corpo, na espetacularidade.
Apesar de exercerem funções estratégicas nessa estrutura gigantesca que é o carnaval, os adultos limitam suas participações ativas e na maioria das vezes, não levam em conta suas opiniões, escolhas, desejos e seus modos brincantes e espetaculares; ainda assim as crianças-brincantes conseguem subverter a ordem de que nada sabem. Por meio de suas culturais infantis associadas às culturas populares elas mostram que têm muito a nos ensinar, principalmente como ser protagonista da sua própria história que se agrega às culturas por elas vivenciadas em determinados espaços geográficos; mesmo sendo criança em um universo adulto que pouco valoriza e respeita as culturas infantis elas subvertem a lógica adultocêntrica e de maneira sábia colocam em prática seus modos de SER e ESTAR no mundo, ressignificando seus modos de vida e dando outros sentidos à cultura popular e (re)criando as culturas infantis.
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Palabras clave:
Etnocenologia. espetacular. Aumento ou polimento.
Resumen de la Ponencia:
La ponencia ofrece un horizonte epistemológico para el análisis de las condiciones sociopolíticas, económicas y culturales en la distribución y la agencia de los espacios urbanos para la niñez. Propone lineamientos teóricos-conceptuales y metodológicos para una mirada al proceso de interseccionalidad entre las infancias y el Derecho a la Ciudad. Con base en documentación sobre el estado del arte en tres áreas de estudio, esboza: 1) el Marco Jurídico por la defensa de las infancias, en el Perú, 2) la conceptualización del Derecho a la Ciudad, y 3) el sujeto de Derecho, objetivo central insertado en un nodo de tensión entre políticas de libertad, de seguridad y de confinamiento social. Concluye que en el contexto mundial de incertidumbre para la realización humana, que tiene su origen en las crisis económica y de salud, profundizadas por la pandemia, se requiere de métodos democráticos de investigación, que permitan plantear propuestas que maticen y relajen las políticas de exclusión y de confinamiento que hoy se endurecen, contraviniendo el reconocimiento de la plena ciudadanía de las infancias desde su nacimiento, incluyendo el derecho de la niñez a participar en la vida en comunidad y decidir sobre los temas que les afectan.
Introducción:
Según Huerta (2019), en el Perú se han elaborado cuatro Planes Nacionales de Acción para la infancia y la adolescencia PNAIA, durante los periodos: a) 1992 a 1995, b) 1996 a 2000, c) 2002 a 2010 (Ley Nº 28487), ley que otorga rango de Ley al Decreto Supremo 003-2002- PROMUDEH, que aprobó el Plan Nacional de Acción por la infancia y la adolescencia, 2002-2010, y d) 2012 a 2021 (Ley Nº 30362) ley que eleva a rango de Ley el Decreto Supremo Nº 001-2012- MIMP y declara de interés nacional y preferente atención la asignación de recursos públicos para garantizar el cumplimiento del PNAIA 2012-2021. Éste último, asume los objetivos dirigidos al desarrollo sostenible de las infancias peruanas, y establece los lineamientos para la acción de cada uno de los sectores del Estado (Mujeres y Poblaciones Vulnerables-MIMP 2012).
Muy a pesar de los avances en el Marco Jurídico y las Políticas Públicas para la protección de la niñez, el Estado Mundial de la Infancia (2012): Niños y niñas en un mundo urbano, publicado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia UNICEF,señaló que:
“En el Perú la pobreza infantil no solo se encuentra en las áreas rurales sino también en las áreas urbanas, 7 millones de niños, niñas y adolescentes (de 0 a 17 años) habitan zonas urbanas, de ellos, el 33 por ciento (cerca de 2 millones 300 mil) viven en situación de pobreza. […] En Lima Metropolitana viven 340 mil niñas, niños y adolescentes en condiciones de pobreza. […] Se delimitaron 17 zonas de mayor concentración, llamados bolsones de pobreza infantil en asentamientos humanos, distribuidos en los distritos de Carabayllo, Comas, San Juan de Lurigancho, El Agustino, Cercado, Ate, Pachacamac, San Juan de Miraflores, Villa María del Triunfo, Chorrillos y Villa el Salvador, en los cuales los niños no tienen acceso a servicios básicos como salud, agua potable, electricidad, salubridad, y están expuestos a contraer enfermedades” (El 33 por ciento de los niños que viven en las ciudades del Perú son pobres 2012).
En la actualidad, el Perú cuenta con una población total proyectada de 32 625 948 habitantes, y 5 787 933 son niñas, niños y adolescentes de 7 a 17 años de edad, niñas 2 885 155 y niños 2 902 778 (INEI 2019). “Como consecuencia directa de la pandemia se estima que la pobreza monetaria se incrementará de 20.2 por ciento en el 2019 a 30.3 por ciento en el 2020, lo que significa que en el Perú 3 300 329 personas caerán en la pobreza” (UNICEF 2020: 17). Sobre la pobreza extrema en niñas, niños y adolescentes, se proyecta que:
“[…] se incrementará de 4.2 por ciento en el 2019 a 9.5 por ciento en el 2020. Esto significa que el número se acrecentará, de 451 873 en el 2019 a 973 809 en el 2020, esto es, 521 936 niñas, niños y adolescentes caerán en la pobreza extrema, más del doble de los que se encontraban en esta situación en el 2019” (UNICEF 2020: 30).
En la capital, Lima Metropolitana es el área predominantemente urbana y alberga la mayor población, más de 9 674 755 habitantes (INEI 2020). En el 2019, representó en términos absolutos la zona geográfica con el segundo lugar de niñas, niños y adolescentes en situación de pobreza, 634 922, es decir 22.2 por ciento del total, Mientras que la sierra rural fue la zona con el mayor número de pobres, 881 495 de la niñez y la adolescencia viviendo en pobreza, 30.8 por ciento del total (UNICEF 2020).
En cuanto a la violencia contra la infancia, fenómeno que en la actualidad afecta a grandes sectores de la población, ésta se encuentra aún naturalizada, tanto en la familia como en los colegios. La Encuesta Nacional sobre Relaciones Sociales ENARES (2019), sostiene que:
“[…] el 68,9 por ciento de niñas y niños de 9 a 11 años de edad sufrió violencia familiar (psicológica y/o física) en el hogar, alguna vez en su vida, […] 66,2 por ciento de la población de 9 a 11 años de edad sufrió violencia psicológica y/o física en el entorno escolar, alguna vez en su vida” (ENARES, INEI 2019).
Y en el contexto de Covid 19, la inequidad y la desigualdad social en los sectores de la infancia se visibilizan como producto de las interrelaciones sociales durante el confinamiento, con el fenómeno del embarazo en niñas y adolescentes. El estudio publicado por la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes) del INEI sostiene que: “[…] se registra 40 245 certificados de nacidos vivos, hijos de madres menores de edad hasta los 19 años. […] El 12.6 por ciento de mujeres entre 15 y 19 años está embarazada o ya es madre, tendencia que sería ascendente para los próximos años” (García, Urgen políticas de atención para prevenir embarazos adolescentes 2020).
De lo anterior, observamos que en el Perú, la incidencia de la pobreza en las infancias es alta, y es considerada un factor significativo en la determinación de la trayectoria de vida de niñas, niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad, con un alto nivel de probabilidad de perpetuar la transmisión intergeneracional de la pobreza[1], y unida a condiciones de violencia escolar, intrafamiliar y de género, es un fenómeno que simboliza el espiral de la violencia que aprisiona a las infancias y las juventudes peruanas, conteniendo su desarrollo social y económico.
Los estudios sobre las infancias y su vínculo con el Derecho a la Ciudad aún escasos, sostienen que la niñez y los adolescentes son colectivos considerados débiles, a los que la ciudad dificulta su acceso a las oportunidades que ofrece (Segovia 2017), y quienes al habitar zonas en situación de pobreza, están más expuestos a la violencia citadina, incluyendo la violencia intrafamiliar que conlleva a la separación de sus familias, entre otros problemas. En El hábitat urbano informal y los derechos de la infancia en Bogotá, Ceballos analiza la relación entre el hábitat y el disfrute de los derechos de la Infancia, enfocándose en el barrio Potosí en Bogotá, estudio de caso, urbano y del espacio social que concluye: “existe una correspondencia entre las condiciones del hábitat y la vulneración de los derechos fundamentales de niñas, niños y adolescentes, cuando dichas condiciones son deficitarias tanto en la escala urbana como en la arquitectura” (Ceballos 2018: 38-52).
Como cientistas sociales, esta realidad nos exhorta a la tarea de explorar las relaciones imbricadas entre infancia y ciudad, indagar y cuestionar el horizonte para la observación del fenómeno y el proceso de construcción del conocimiento, con la finalidad de transformar el vínculo en una interacción dialógica/democrática que procure el disfrute del Derecho a la Ciudad, de la población en general; acción ética y política que comprende optimizar los diseños y la gestión pública, fortaleciendo el desarrollo de las infancias desde los Derechos Humanos.
En este sentido, el objetivo de este artículo es proponer una perspectiva en los estudios de las condiciones de vida de las infancias en la ciudad y su conflicto con el mundo adulto, para lograrlo se inicia exponiendo cómo, con qué criterios y qué tipo de información se ha seleccionado y revisado el tema; luego, esboza el estado del Marco Jurídico para la protección de la niñez peruana; y con base en literatura actualizada, aborda una breve discusión teórico-conceptual sobre las categorías en juego; por último, expone la propuesta base para la comprensión del fenómeno, bajo una mirada transformadora del vínculo entre la ciudad y las infancias en sectores de pobreza urbana, en un marco estructural normativo de protección que en la actualidad se vigoriza con la pandemia por el COVID-19. Condición ésta última que complejiza la tensión entre las políticas de libertades, de seguridad y de confinamiento social.
[1] Corriente de estudio económico y social que analiza el riesgo y la probabilidad que tienen las personas que crecieron en hogares pobres a padecer problemas económicos durante su vida adulta.
Desarrollo:
2. El proceso de documentación sobre la interrelación entre las infancias y la ciudad
El presente artículo, para su elaboración recurrió a diversos tipos de información, en general fuentes primarias seleccionadas bajo los siguientes criterios: 1) el Marco Jurídico pro defensa de las infancias, 2) la conceptualización del Derecho a la Ciudad, y 3) el sujeto de Derecho, objetivo central de las políticas de libertad, seguridad y confinamiento social.
Las fuentes primarias comprenden informes y reportes institucionales, nacionales e internacionales, acerca de datos estadísticos, georeferenciales y situacionales; el Diario Oficial de la Nación para las normas legales y en el avance del Marco Jurídico pro defensa de los Derechos Humanos de la niñez; y la Carta Mundial por los Derechos de la Ciudad. Otras fuentes primarias relevantes en Ciencias Sociales son libros, artículos, e investigaciones sobre las infancias y las juventudes contemporáneas, los Derechos Humanos de la Niñez, la ciudad y las infancias en sectores de pobreza. Por último, una fuente primaria, que nos dota de teoría y experiencia metodológica es el Diagnóstico de Violencia Escolar (Bullying) y Prevención Social de la Violencia en Planteles Escolares (Vargas 2013). En cuanto a fuentes secundarias, están los reportes de Organismos y Coaliciones Internacionales, que proveen información para la búsqueda de las fuentes primarias.
3. Hacia una epistemología en los estudios de las infancias y la ciudad
En el actual contexto neoliberal del capitalismo contemporáneo, las ciudades de América Latina son herederas de procesos generadores de desigualdades y disparidades sociales, que condicionan y dificultan su desarrollo, creando espacios urbanos convulsos, violentos y hostiles para las infancias. Estos fenómenos inciden en medidas restrictivas que los tomadores de decisiones adoptan, reproduciendo una acrecentada tensión entre políticas de libertad y de seguridad que afectan a la niñez en situación de pobreza urbana, tanto en el goce de sus Derechos fundamentales como para el disfrute de la Ciudad.
Sí bien encontramos que en el Perú durante las dos últimas décadas, los estudios de las infancias han ocupado el interés de las instituciones públicas en vínculo con Organismos Internacionales, también observamos que sobre el tema del Derecho a la Ciudad, éste ha sido escasamente abordado por el sector público y académico, y aún menos son los estudios que abordan la interrelación entre las infancias y el Derecho a la Ciudad.
En la actualidad, en un contexto de total incertidumbre para la realización humana, ocasionada por el rumbo que ha ido tomando el modelo económico mundial, profundizado por el fenómeno del Covid-19, son necesarias las investigaciones sobre las ciudades contemporáneas desde la perspectiva de las infancias, apegadas a procesos democráticos de comunicación y de construcción de los discursos desde la niñez, sobre los espacios urbanos por los que transitan y comparten con los adultos: hombres y mujeres, padres de familia, maestras y maestros, autoridades y gobiernos; basadas en metodologías cualitativas que los contemplen como primera fuente de información, y que recojan sus experiencias y saberes en la vida cotidiana. Estudiar y analizar la interrelación y el proceso de interseccionalidad, es decir del sistema interconectado de subordinaciones y opresiones entre actores sociales y su vínculo en la configuración del espacio social-simbólico, cristalizado por el Derecho a la Ciudad, requiere de una nueva mirada. Es ingresar a un nuevo paradigma para la resolución de los retos que hoy nos impone el estado de alarma por coronavirus.
3.1 El proceso de fortalecimiento del Marco Jurídico pro defensa de las libertades y la protección de la niñez peruana
Desde finales del siglo XX a la actualidad, con un marco jurídico internacional y nacional, y con políticas públicas fortalecidas, el Perú asume como imperativo atender la condición social y el desarrollo de las infancias en el país. En 1990 ratifica la Convención sobre los Derechos del Niño, adaptando la legislación a fin de reconocer y proteger los derechos de niñas, niños, y adolescentes. De este grupo de adscripción, sus condiciones y relaciones sociales se han cuestionado parcialmente en el debate sobre la adecuación legislativa tras la promulgación aprobada por las Naciones Unidas en 1989, texto de importancia central por su vocación universal. A partir de este hecho se consagra la prevalencia de la doctrina de la protección integral de manera diferente a la doctrina de la situación irregular:
“Se legitima la intervención del Estado en los sujetos más vulnerables de la sociedad que precisamente por serlo son definidos en situación irregular. [Así] los niños, niñas y adolescentes pobres, víctimas de abusos o maltratos y supuestos infractores de la ley penal, se constituyen en clientes potenciales de esta definición” (Barrera 2014: 18-19).
Se pasa de considerarlos objeto de protección del Estado, de la sociedad y de la familia, a su reconocimiento como sujetos de derecho (Campos 2009) (Citado por Ceballos 2018).
En el Perú, a finales del 2015 se promulga el reglamento de la Ley N° 30403, “que prohíbe el uso del castigo físico y humillante contra los niños, niñas y adolescentes, el cual se publica en el 2018 bajo el Decreto Supremo Nº 003-2018-MIMP” (Diario Oficial El Peruano Junio 2018: 31). Asimismo, el Estado peruano promulga la Ley N° 30364, que previene y sanciona la violencia contra los integrantes de la familia, y en el 2018 se da la “modificación de la Ley que fortalece diversas normas para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar” (Diario Oficial El Peruano Octubre 2018: 4). Ambas normas resguardan las libertades de los niños, son herramientas de la legislación para la erradicación de la violencia, fenómeno que como hemos visto anteriormente, afecta a cerca del 70 por ciento de la niñez peruana entre 9 a 11 años de edad, quienes han vivido la violencia familiar y escolar.
Sobre el gasto público destinado a niñas, niños y adolescentes, el VII Informe Anual de avances de las metas del Plan Nacional de Acción por la Infancia y la Adolescencia 2012-2021(PANIA 2021), señala:
“En el año 2018 el Estado ejecutó un total de 133 mil 416 millones de soles para toda la población, de ese presupuesto ejecutado se destinó 33 mil 689 millones de soles para las niñas, niños y adolescentes, lo que representó el 25% del presupuesto total. El gasto público que el Estado año a año ha programado [Presupuesto Institucional Modificado] (PIM) para la infancia y adolescencia ha ido en aumento, pasando de 27 mil 042 millones de soles en el año 2013 a 38 mil 639 millones de soles en el año 2018, obteniéndose una variación del 43%. Sin embargo, la variación del PIM, con respecto al año 2017, ha sido solo del 4%. (PNAIA 2021 Año 2018: 191-192).
Por otro lado, la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza (MCLCP) en el Reporte de Seguimiento Concertado entre Estado y Sociedad Civil, intitulado: Prevención del Embarazo en Adolescentes. Situación y Perspectivas al 2021(2017), menciona que:
“A través de acciones de incidencia, la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza-MCLCP contribuyó a la aprobación en la Ley de Presupuesto Público 2017, la transferencias financieras de los sectores para la implementación del Plan Multisectorial de Prevención del Embarazo en Adolescentes (PEA) 2013-2021” (MCLCP 2017: 14).
En la actualidad, durante la Primera Cumbre Internacional, Ciudades Amigas de la Infancia realizada en octubre del 2019 en la ciudad de Colonia en Alemania[1], al firmar la Declaración los líderes de las ciudades peruanas se comprometieron a ofrecer resultados concretos, sostenibles y medibles para la niñez y adolescencia, a promover la participación infantil en la vida social y política, y a tener en cuenta las opiniones de niñas, niños y adolescentes en los procesos políticos. Asimismo, poner en práctica la iniciativa de garantizar que la niñez pueda desarrollar su pleno potencial de manera equitativa; incorporar en las políticas, presupuestos y estrategias para su participación, con mayor énfasis, en la prevención y atención de la violencia; e involucrar a la sociedad civil y el sector privado en las acciones que se promueven desde los gobiernos locales con y para la niñez y la adolescencia (Unicef 2019).
3.2 Derecho a la Ciudad de Niñas, Niños y Adolescentes
El Derecho a la Ciudad es definido por Henri Lefebvre en 1967, es el derecho de los habitantes urbanos a construir, decidir y crear la ciudad, y hacer de ésta un espacio privilegiado de lucha anticapitalista. Lefebvre asume el derecho a la ciudad como un marco de comprensión para el estudio de los problemas socioespaciales urbanos. En la discusión de la Ciudad como espacio social y simbólico, Harvey propone en Ciudades Rebeldes una representación esquemática de la realidad con el fin de llamar la atención hacia un problema concreto: los vínculos del sistema capitalista con los procesos urbanos. En esta perspectiva, sostiene que “el derecho a la ciudad es mucho más que el derecho a acceder a los recursos que la ciudad ofrece: es el derecho a cambiar y reinventar la ciudad de acuerdo a nuestros anhelos más profundos”. El derecho a la ciudad es un “significante vacío” que depende de quién lo esté dotando de sentido (Harvey 2012). Por lo anterior, el estudio en torno el vínculo entre las infancias y el Derechos a la Ciudad, tendría que contemplar la conceptualización de ciudad que sostiene Segovia (2017):
“La ciudad es reflejo de la civilización que la construye y habita. La ciudad nos representa, nos evidencia el modo en que entendemos el mundo y cómo funcionamos como sociedad, por lo que la relación que establecemos con nuestro hábitat es bidireccional: lo hacemos a él y él nos hace. A medida que construimos la ciudad, depositamos significados en nuestro entorno de vida, éste, a su vez, es un potente transmisor de sentidos que moldean el modo en que entendemos el mundo” (Segovia 2017: 154).
El Derecho a la Ciudad de niñas, niños y adolescentes, tema que nos ocupa, ha centrado su énfasis en la función de su acceso a las oportunidades que ofrece la ciudad: el uso del espacio, la movilidad, la participación social, la vida cultural, los servicios públicos, la educación, la salud, etc. Acciones y prácticas para las cuales la infancia es observada como uno de los colectivos frágiles ante la hostilidad de los procesos urbanos. En este sentido para el análisis identificamos dos dimensiones polarizadas, a) concebir espacios urbanos infantiles que valoren la liberación de la que gozan las infancias en espacios construidos para su propio disfrute; y b) evitar la reclusión en espacios urbanos específicos y promover que niñas, niños y adolescentes mantengan contacto directo con la vida de la ciudad. En ambas dimensiones, se producen y reproducen las políticas para la convivencia: de libertad y de seguridad.
En América Latina, desde el modelo económico neoliberal, por décadas la precarización en las condiciones para el desarrollo ha sido heredada y la pandemia la pone en evidencia a la vez que la agrava. Contexto en el cual las medidas de seguridad de las infancias -población considerada de alta vulnerabilidad- se engranan con las medidas de confinamiento que comprenden los protocolos de salud por Covid-19. De ahí que el estudio de esta problemática nos introduce “de facto” al debate acerca del nodo tensional entre las políticas de libertad, de seguridad y de confinamiento, discusión que para algunos autores se desvirtúa y estanca por completo, cuando en tal coyuntura se tiende a la reclusión irrestricta de las infancias[2]. Es decir, a su exclusión de las calles y a la creciente ordenación de sus hábitos, al uso del espacio privado y virtual, medidas que estarían connotando una tendencia a la violación de sus Derechos Humanos fundamentales, y su Derecho a la Ciudad.
3.3 Las infancias: ¿sujetos de Derechos u objetos para la convivencia en las ciudades?
Definir las infancias resulta complejo, puesto que según periodos históricos y espacios determinados el concepto ha ido mutando, significando y resignificando. Su definición ha ido respondiendo a las condiciones de producción del conocimiento y a la realidad de cada espacio social y territorial. En la presente propuesta consideramos que las infancias son un fenómeno sociocultural más que biológico y -derivado de los cambios legislativos que durante finales de los 90´s y hasta nuestros días se han presentado en cuanto la defensa de los Derechos Humanos de la Niñez-, asumimos la propuesta de Postman (Citado por Gómez y Alzate 2014), la infancia va de 7 a 17 años, comprende a niñas, niños y adolescentes en edad de dominio de la palabra a lo escrito, y globalmente es la edad de la escolaridad. Por su parte, James y Prout (Citados por Pavez 2012), sostienen que las relaciones sociales en las infancias han sido políticamente acordadas a través de la historia. La infancia es una condición social, determinada por una construcción histórica sociocultural, diferenciada y caracterizada por relaciones de poder. En tal condición, niñas, niños y adolescentes son sujetos sociales que se desenvuelven y participan de diversas maneras, inciden en los procesos sociales de forma diferente a las personas adultas. Según Pavez (2012), su acción social difícilmente ha sido cuestionada desde las categorías sociológicas y políticas de exclusión, por lo que no es visible para toda la sociedad.
En América Latina, en la última década del siglo XX, inician los movimientos por los estudios de las infancias, en un cambio de paradigma que considera a la niñez como actores sociales que intervienen en el medio en que viven. En esta perspectiva las infancias son vistas como socialmente construidas, es una categoría de análisis sociocultural, de la misma manera que clase, género y etnia. Sostiene que la niñez debe ser estudiada desde sus propios derechos, y vista como sujetos activos, que al influir en los procesos sociales éstos a su vez los constituyen. Estudiar la niñez como agentes sociales, comprenderlos como participantes activos de la sociedad, y como grupo de influencia sobre los procesos sociales, insta a considerar métodos de la sociología, la antropología, aportes etnográficos (Sirota 2010), además de la observación participante, grupos focales, dinámicas sociales, entre otras técnicas metodológicas que posibiliten la realización de la investigación desde las infancias.
[1] Representó al Perú una comitiva formada por Marcos Espinoza, Alcalde de la Municipalidad Distrital de Carabayllo y Janet Reátegui, Consejera Delegada del Gobierno Regional de Loreto y Ex Alcaldesa de la Municipalidad Distrital de Indiana, Ana María Quijano, asesora del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS) y Carla Valla, Oficial de Políticas Sociales de Unicef Perú (Unicef 2019).
[2] Hasta 1985, la palabra “libertad” aparecía más veces en los textos sobre la infancia que la palabra “seguridad”; a partir de aquel año, la relación se invirtió y la palabra “seguridad” fue ganando más y más presencia. Existe una relación dialéctica entre la seguridad y la libertad, el aumento de una suele exigir cierta renuncia de la otra (Simon Kuper 2016) (Citado por Segovia 2017).
Conclusiones:
En este encuadre de la discusión, y desde un nuevo paradigma, se reflexiona sobre las infancias como la formación de un conjunto diverso pero interrelacionado de niñas, niños y adolescentes, que aspiran a posicionarse como grupo de espacios clave para repensar la ciudad y sus horizontes. Para su estudio proponemos cuatro escenarios base: primer escenario, el estudio de las relaciones sociales en términos de la interseccionalidad, entre la niñez y el mundo adulto, en campos sociales de la educación, la cultura y el esparcimiento, y la salud[1]; segundo escenario, identificar y estudiar los campos de representación social de las infancias en las zonas de pobreza de Lima Metropolitana, lenguajes, prácticas sociales y simbólicas; tercer escenario, recuperar las expectativas de las y los sujetos/objetos hablantes, particularmente en torno al disfrute y las ventajas que les ofrece la ciudad; y cuarto escenario, aplicar como método la investigación-acción, con base en metodología mixta, y los estudios transversales a través del análisis del discurso, cuyo propósito es exhortar el pensamiento, sobre la descripción y la discusión en torno de lo establecido para las infancias y el disfrute de sus Derechos a la Ciudad. Propuesta en la que prevalece estudiar el fenómeno como proceso, priorizando el conocimiento a profundidad del problema.
[1] Desde los conceptos de Habitus y Campos Sociales de Pierre Bourdieu.
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Palabras clave:
Infancias, Derecho a la Ciudad, Políticas de libertad y seguridad
Resumen de la Ponencia:
El presente trabajo de investigación pretende indagar al interior de las voces de niños y niñas mediante una cartografía social de estas, las cuales, al estar dentro del campesinado, hacen parte de un sector de la población históricamente segregado por parte del Estado Colombiano, desde hace varias décadas, aun a pesar de contar con diversos procesos educativos, sociales, económicos o culturales gestados desde las políticas públicas gubernamentales de manera modesta, no logran tener un impacto significativo capaz de mejorar las condiciones de vida en términos sustanciales para estas infancias que habitan el oriente antioqueño. Las cuales, como herederas de las dinámicas territoriales de sus comunidades, ejercen un importante rol en la preservación de sus saberes y costumbres, capaces de mantener esa delicada simbiosis entre: el campesinado y la naturaleza, por medio de la defensa de la vida y el territorio; en contravía de las lógicas de mercado tan características del neoliberalismo económico, que hoy, más que nunca se instalan en esta región y gran parte de América Latina. De acuerdo, a lo anterior se trata de dar respuesta a la siguiente pregunta problema: ¿Cómo la cartografía social de las infancias campesinas posibilita retratar sus voces ante problemáticas medioambientales del territorio?, tomando como referentes teóricos los aportes de: Habegger, S y Mancila, I (2005); Lopes, J (2013) con su “Geografia da Infância” y su metodología de recolección de información: los mapas vivenciales; Ortiz, Anna (2007), Andrade, H. y Santamaría, G. (1997) Barragán, D (2016); Vélez, I.; Rátiva, S. & Valera, V. (2012); Vincent, & Kemp (2004); Fanon (1963); Boff, L (2006); Boaventura de Souza Santos (2009 ), Fals Borda (2009), entre algunos otros, los cuales darán grandes luces en el camino por hacer frente en la comprensión por parte de la niñez y su ejercicio de territorialidad de las problemáticas medioambientales que persisten en el territorio. Se trata esta manera de abrir una ruta metodológica y campo teórico, desde una cartografía social de las infancias campesinas, capaz de visibilizar la relación de estás con su entorno medioambiental inmediato, acudiendo sobre la geografía crítica y la cartografía social, desde un enfoque cualitativo, a la espera de arrojar nuevas categorías emergentes construidas mediante un diálogo permanente de saberes en coautoría con los niños y las niñas que cohabitan la rivera del rio Aures, ubicada en la cordillera central del departamento de Antioquia, a fin de contribuir desde la investigación social decolonial en la búsqueda incesante hacia la emancipación del colectivo humano. Palabras claves: Geografía crítica, infancias, cartografía social de las infancias, infancias campesinas, territorialidad, identidad, emancipación.Resumen de la Ponencia:
La presente ponencia se propone analizar los cambios experimentados por hogares con niños/as y adolescentes en aspectos esenciales como la alimentación pero también en relación a aspectos más integrales de la salud, en barrios vulnerables del Partido de la Matanza, Provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en tiempos de Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, debido a la pandemia por COVID-19. Más específicamente, se propone caracterizar los hábitos de alimentación y comensalidad, así como también los cambios en las rutinas de actividad física, comportamiento sedentario en las rutinas cotidianas, la salud física y las experiencias psico-emocionales.Para ello se llevó adelante una metodología de tipo cualitativa, con un enfoque exploratorio y descriptivo, priorizando la perspectiva de los actores. Se realizaron entrevistas en profundidad a madres de niños/as y adolescentes, y a los hijos/as adolescentes de los mismos hogares, en cinco barrios vulnerables del partido de La Matanza y en tres barrios de la Ciudad de Buenos Aires. Un total de 80 entrevistas. Entre los principales hallazgos, se destaca la situación de mayor privación alimentaria en cantidad, calidad, la recurrencia a ayudas alimentarias directas como los comedores barriales, el bolsón de alimentos escolar, y estrategias colectivas de solidaridad entre familias del barrio. Mutaciones en las preparaciones de comidas, disminución notable de proteínas, y la omisión de alguna comida diaria por falta de recursos, fueron otras estrategias abordadas por estas familias durante tiempos de aislamiento. Las mismas fueron asumidas de modo prioritario por las mujeres de los hogares, profundizando las desigualdades de género. La Tarjeta Alimentar -programa de transferencia de ingresos orientado a la compra exclusiva de alimentos- es valorada entre las ayudas percibidas, no pareciendo haber sido, empero, suficiente para prescindir de las antes mencionadas en un contexto de profundo deterioro socioeconómico y laboral. Por otro lado, los resultados evidencian que la interrupción de las actividades “normales” de los jóvenes tuvieron como consecuencia el desencadenamiento de sentimientos negativos, malestar psicológico asociado al encierro, autopercepción de cambios en el peso corporal, merma de la actividad física e incremento del comportamiento sedentario frente a pantallas, pérdida de la centralidad del grupo de pares en los procesos de socialización, y en algunos de estos indicadores diferencias de género regresivas para las mujeres.Resumen de la Ponencia:
Desde la aparición de los movimientos feministas, fundamentalmente se ha cuestionado la naturalización de roles atribuidos al género, una dicotomía categórica que resalta el binarismo y configura el modo de acción en la organización de la relación social entre hombres y mujeres, donde confluye el plano político, relaciones de desigualdad, poder y explotación. Tanto en países anglosajones como en América Latina, la categoría analítica del cuidado adquiere sentido a partir de experiencias en la vida cotidiana de las mujeres, la sucesión de actividades enmarcadas en el trabajo de reproducción, una acción que se vive y se concibe de manera diferenciada dependiente al género, la clase y la raza.Durante el siglo XX, con la expansión y profesionalización de los cuidados, el trabajo de cuidado se transformó en muchas formas institucionales fuera del hogar que anteriormente se cumplían dentro. las escuelas, hospitales, hogares de día, centros de atención a personas discapacitadas implicó una reorganización en el tema de cuidado.En este sentido, en la Organización Social del Cuidado para el contexto mexicano, prevalece la asignación de responsabilidad de cuidados hacia las mujeres, la inequidad de género en las prácticas, estrategias, distribución y uso del tiempo, lo que provoca una triple jornada de trabajo y pobreza de tiempo.Resumen de la Ponencia:
O objetivo deste estudo foi analisar a produção acadêmica no Brasil, em nível de teses e dissertações, que apresentam como objeto a participação política de crianças pequenas campesinas e trazem como horizonte o olhar decolonizador para estas infâncias. No estudo da Educação Infantil no Brasil e de seus processos históricos, destacamos o fato de que a mesma começa a ocupar agenda nas políticas de Estado no final dos anos 1980, sendo influenciada por várias correntes teóricas, dentre as quais a Sociologia da Infância. Este fato sugere uma mudança paradigmática que se configura desde o modo de entender as infâncias até a forma como se articulam as práticas pedagógicas e docentes nas creches e pré-escolas. Afiliando-nos a este novo paradigma, neste estudo as infâncias são tratadas como fenômeno histórico e sociocultural, não definindo-se como uma fase da vida em que o ser humano ainda não existe plenamente. Cabe destacar que a participação política das crianças pequenas é compreendida, aqui, como zona fronteiriça e insere-se na perspectiva da decolonialidade do saber e do poder na Educação Infantil campesina. A abordagem da pesquisa é qualitativa e de caráter bibliográfico. Em sintonia com a lente teórico metodológica que orientou a pesquisa, buscamos na base de dados da Coordenação de Aperfeiçoamento de Pessoal de Nível Superior (BDTD/CAPES) as pesquisas desenvolvidas em nível de dissertações e teses que tratavam da participação política de crianças campesinas com idades entre quatro e cinco anos, entre os anos de 2017 a 2022. Este recorte temporal justifica-se pelo fato de que 2017 é o ano de implementação da Base Nacional Comum Curricular (BNCC), que aprovada em um governo neoconservador, incorpora a Educação Infantil no seu texto e retroage ao invisibilizar a diversidade e a diferença das infâncias no país, entre estas, as campesinas, demonstrando, desse modo, a prevalência de um olhar urbanocêntrico e colonizador para a sua educação, enquanto que 2022 foi o ano de realização do estudo. Utilizamos a técnica de pesquisa com booleanos para realizar o levantamento no portal da CAPES. Utilizamos os descritores Educação Infantil and Campo; Educação Infantil and Decolonialidade; Educação Infantil campesina and participação política; Educação Infantil and Sociologia da Infância e agrupamos os resultados por região do país. Após este processo, submetemos os trabalhos que tratavam do tema desta pesquisa à Análise de Conteúdo, através da Análise Temática. Os resultados da pesquisa apontaram para a invisibilização da discussão sobre o tema da “participação política das crianças pequenas campesinas nas decisões que as afetam” e para a produção ainda incipiente de trabalhos que triangulam os EPC, educação decolonial e a Nova Sociologia das Infâncias nas produções acadêmicas da área de educação infantil no Brasil. Palavras-chave: Crianças do campo; Educação Infantil; Decolonialidade; Sociologia da InfânciaResumen de la Ponencia:
Generalmente, el deber y e ser de niñas y niños se ha construido desde una percepción occidental. Esta concepción tiende a generalizar y dejar de lado la existencia de otras infancias que, con cierta frecuencia, dista mucho de estas formas occidentales. Por tal motivo, el objetivo de esta presentación es mostrar cómo se construye la infancia en la comunidad mazahua de Crescencio Morales. Por ello, se desarrollarán tres momentos fundamentales, el primero en términos antropológicos, se proyectará una imagen cultural de la infancia, es decir, nos acercaremos a la filosofía de vida jñatjo, en el que se expondrá un rastreo etimológico del sufijo TSI es el diminutivo que la lengua mazahua utiliza y cómo este compone la palabra niño y niña a fin de entender, desde la palabra misma, cómo es que se entiende y se construye a la niña y al niño jñatjo. También se ubicarán mitos y ritos (como ordenadores de vida) que nos den pistas de cómo se entiende y se percibe la infancia en el pensamiento mazahua. En la segunda parte, se abordará cómo se es y qué es “ser” niña/o mazahua. Aquí se problematizarán las prácticas y los espacios- tiempos en los que se desenvuelve el niño/a. En este apartado se desarrollará una aproximación etnográfica de lo que significa “ser” niña/o jñatjo. Aquí se expondrán diferentes prácticas sociales. Se evidenciará que -en telón de fondo- existen relaciones jerárquicas que se decantan en la diferencia de los sexos, y que funcionan cómo ordenadoras de la vida en la comunidad que comienzan a practicarse a edades muy tempranas en la cotidianidad de los niños/as. Del mismo modo se evidenciará cómo algunas de estas relaciones se están modificando, las cuales responde a la construcción de la propia experiencia de vida de las niñas/os. En la tercera parte, se abrirá el espacio para mostrar cómo el niño/a vive su experiencia de ser niño/a hoy en la comunidad jñatjo porque considero que solo a partir de las experiencias es como se puede hablar de una infancia no occidental. Aquí conoceremos cómo los niños/as viven sus tiempos-espacios, es decir, sus experiencias en los espacios que los niños propiamente han construido, entre los que resaltan el espacio virtual.Resumen de la Ponencia:
La pandemia originada por la Covid- 19 y en particular, las medidas de confinamiento o resguardo permitieron evidenciar, a partir de la reducción en las cifras de victimización “oficial”, el impacto de las violencias no íntimas en el espacio público en contra las mujeres jóvenes de países con altos niveles de criminalidad, como Colombia y México. Esta ponencia tiene como objetivo contrastar el comportamiento de las violencias no íntimas en el espacio público contra este segmento poblacional, en México y Colombia, en el periodo de confinamiento, con la tenencia de este tipo de violencias en los años anteriores y posteriores. Esto con el fin de determinar la magnitud del fenómeno y la relevancia de su atención a partir de las políticas públicas. Para ello, se realizará un análisis de los datos arrojados por las Encuestas de Victimización de ambos países, las cuales darán claves para ubicar los principales determinantes de este fenómeno para el contexto seleccionado.Resumen de la Ponencia:
La vida cotidiana de las últimas décadas ha estado envuelta dentro de una revolución digital, un mundo electrónico y la generación de interacción por medio de canales de comunicación diseñados por medio del internet. Este trabajo describe y analiza qué tipo de procesos están ocurriendo dentro de los espacios digitales llamados InCel que están abiertas a usuarios mexicanos jóvenes en tres redes sociales (Twitter, Facebook e Instagram).Dicho trabajo se engloba desde una ruta reflexiva en torno a los estudios de masculinidades, violencia de género y formas tecnológicas de vida. Las cuales buscan, desde una perspectiva fenomenológica, conocer qué sucede en los espacios digitales dedicados a descargar una serie de violencias en contra de las mujeres. Un fenómeno que llegó a México prácticamente desde la expansión masiva del internet en el país pero que hoy en día se consolida dentro de los grupos consolidados en donde observamos una participación juvenil importante.Ahora bien, adentrarse a un espacio nacido y reproducido para la expresión de ataques en razón de género nos puede mostrar gran parte de las formas actuales de violencia machista, consecuencias del patriarcado y expresiones de la masculinidad hegemónica. El fenómeno de violencia contra las mujeres en espacios digitales por razones de una frustración sexual o un empoderamiento femenino que no entra en la lógica de la construcción de masculinidad, se observa en comentarios de Facebook, en retwitts de insultos explícitos, en ofrecimiento de ayuda para descalificar o atacar a una mujer de manera abierta en un foro, entre muchas otras expresiones. Lo descrito anteriormente entra en la expresión genuina de lo que Connell (1997) llama masculinidad hegemónica. Con ello, colocamos un estudio del InCel dentro de los planteamiento de Connell, pues entender desde dónde nace la frustración, la desidia por entender el mundo de hoy, las expresiones de violencia explícita sin miedo a una censura. Junto con ello, es comprender desde donde los jóvenes mexicanos que interactúan bajo sus esquemas de sociabilidad digital están inmersos en lógicas de violencia de género. Es entender hacia qué mujeres son los ataques de un varón joven que ha expandido su mundo por medio de la pantalla y reconstruye discursos de odio en el mundo digital. Por último, debemos de estudiar cómo y hacía dónde se maneja la censura de estos espacios, cómo intervenir directamente en parar esos espacios. Cómo reducir la propagación de nuevos usuarios, nuevos foros y, por supuestos, escenarios catastróficos como se han vivido en otros países al punto de cometer asesinatos en nombre de estos espacios.Resumen de la Ponencia:
El fenómeno de las pandillas transnacionales tiene como principal detonante los flujos migratorios y las políticas de los países receptores diseñadas para controlar a la población que se ha asentado de manera irregular en su territorio, especialmente Estados Unidos, con la estrategia de deportación. Las pandillas en Estados Unidos tienen una fuerte relación con la población migrante, sobre todo en la participación de jóvenes expuestos a ambientes hostiles, tanto por los choques culturales como por la discriminación social de la que son víctimas. La evolución del fenómeno pandillero tiene hoy como forma más compleja la transnacionalización de identidades grupales, como el Barrio 18 y la Mara Salvatrucha 13, surgidas en Los Ángeles, California y desperdigadas, principalmente, en el triángulo norte de Centroamérica. Con estos antecedentes, la ponencia presentará el momento actual que viven estos grupos respecto a los flujos migratorios que transitan por el territorio mexicano, reconstruyendo, con base en trabajo de campo multisituado, el círculo iniciado en la década de los ochenta con la migración centroamericana hacia EU, motivada por violencia política, las deportaciones masivas de los noventa de EU hacia Centroamérica y la migración de pandilleros desde Centroamérica hacia EU, promovida, principalmente, por violencia económica. En especial se analizará cómo la violencia desatada por la guerra entre pandillas se ha convertido en un factor que obliga a los jóvenes centroamericanos a migrar, huyendo, sobre todo, de la supuesta actividad de reclutamiento. Los testimonios fueron ofrecidos por jóvenes migrantes, pandilleros deportados, asentados y en movimiento en San Salvador, Tijuana y Los Ángeles.Resumen de la Ponencia:
La presente ponencia es un análisis sobre las diversas formas de exclusión juvenil en el proceso de apropiación de plazas y parques públicos del municipio de Mexicali, Baja California, deriva del proyecto de investigación en curso "jóvenes, espacio público y exclusión social", el cual tiene por objetivo caracterizar las acciones que se gestan en torno al espacio público, así como las repercusiones de la innovación urbana, es decir la sociabilidad y habitabilidad de los mismos. Es relevante mencionar que el municipio de Mexicali es la capital del Estado de Baja California, se ubica en la Frontera Norte de México colinda con el Estado de California, Estados Unidos de Norteamérica; dicha ciudad se fundó el 14 de marzo de 1903, es decir, está por cumplir 120 años, en un principio como un valle agrícola, posteriormente como ciudad comercial y más recientemente como ciudad industrial, por lo cual es una ciudad capital joven y estos cambios constantes se han visto reflejados en sus espacios públicos tradicionales.
Aspectos metodológicos, se realizó un análisis de datos cualitativos producto de la utilización de técnicas de investigación tales como: la observación y entrevista a los usuarios de las plazas y parques públicos de la zona centro de la ciudad de Mexicali, mediante la aplicación de un instrumento cuestionario-guía para efectuar las entrevistas, durante los meses de diciembre de 2021 de manera virtual debido a la pandemia, así como en abril de 2022 post pandemia y en enero del presente año de manera presencial. Con lo anterior se pretende contribuir desde la sociología de la juventud a la generación de estudios sobre espacio público, su proceso de apropiación y exclusión juvenil. De manera preliminar los hallazgos muestran una clara relación entre las actividades delictivas tales como venta de droga y robos lo que impide la inclusión juvenil en estos espacios.
Introducción:
El espacio público es visto de distinta manera a partir de la reciente pandemia, este se vuelve una oportunidad para reconstruir las interacciones más allá de los entornos virtuales y compartir diversas actividades, los parques acogían gran cantidad de público en búsqueda de recreación, equilibrio físico y mental, pero también para generar ingresos recurriendo a múltiples formas con el objetivo de ganarse la vida (Merino, 2022, p.149), es decir, se vuelve además escenario como motor económico. Es por tanto necesario estudiar al espacio público desde la perspectiva sociológica para registrar estas nuevas manifestaciones sociales pospandémicas.
El presente texto es producto de un estudio de sus espacios públicos derivado del seguimiento del proyecto de rehabilitación del Centro Histórico de esta ciudad fronteriza iniciado en el año 2013, hace ya una década. Y que actualmente se denomina Regeneración del Centro Histórico “Yo por mi centro”, cabe mencionar que el municipio cuenta con una población de 1 millón 049 mil 792 habitantes (INEGI, 2021), los cuales demandan oportunidades para su desarrollo social, cultural y de ocio, entre otras. “Actualmente el centro histórico se encuentra delimitado geográficamente al norte por la línea internacional (México-Estados Unidos de Norteamérica), al sur y al suroeste por el borde del río Nuevo (ya entubado y sobre el cual surge una vialidad), al oriente por la calle Pedro F. Pérez y Ramírez al sur y al sureste la calle J.W. Stone, con una superficie territorial de 977, 657,178 mts2. Conteniendo 54 manzanas, 10 avenidas, 10 calles, 12 callejones, 1 privada sin nombre y dos callejones de servicio cerrados (Dirección de Administración Urbana, 2010, p. 7 ).
El centro histórico: su historia
Se crea en 1903 al igual que el municipio de Mexicali, entre los edificios que lo caracterizan se encuentran: la Casa de la Cultura que era una antigua escuela (Escuela Cuauhtémoc 1912) y es sede de presentaciones y exhibiciones de arte, el Instituto de Bellas Artes que se mantiene en funciones, y que originalmente fue el Banco Agrícola Peninsular en 1927, la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe “fue fundada en 1917, es cabecera de la Diócesis de Mexicali y sede de la Iglesia Católica local” (Diócesis de Mexicali, 2023, s. p.), entre otros importantes edificios algunos de estos hoy en renovación.
El centro histórico tiene un valor histórico y social, ya que el 4 de julio de 2003 se publicó en el periódico oficial el cambio de nombre de “colonia 1ra. Sección” a “Centro Histórico y Comercial de la ciudad de Mexicali”, estableciéndose como núcleo fundamental, cuyas características se hacía necesario proteger. Sin embargo, es hasta el 25 de septiembre del mismo año que se concreta la declaratoria de destino de conservación del Centro Histórico de Mexicali, siendo publicado en el periódico oficial del estado, el documento técnico que lo avala (Dirección de Administración Urbana, 2010, p. 7). Y el 8 de diciembre del año 2021 se propone y aprueba en sesión extraordinaria del XXIV Ayuntamiento de Mexicali por unanimidad la creación de la Delegación Centro Histórico (Gobierno de Mexicali, 2021).
La exclusión social juvenil
Actualmente las significaciones de juventud sirven tanto para designar un estado de ánimo, tanto como para calificar lo novedoso y lo actual, incluso se le ha llegado a considerar como un valor en sí mismo; por cual ¡ debe ser tratado desde la diversidad de sus sectores (Dávila, 2004, p. 91-92); anteriormente se acotaba solo a un grupo etario por ejemplo “como aquellas personas de entre 15 y 24 años” (Organización de las Naciones Unidas [ONU], s.f., p. 1). Es un producto social, si establecemos una ruptura de aquellas concepciones que marcan una relación de causa-efecto entre los cambios fisiológicos de la pubertad y un comportamiento social juvenil. Se encuentra delimitada por dos procesos: uno biológico y otro social (Brito, 1998, pp. 5-6). Esto los vuelve actores obligados de estudio en este caso en el proceso de apropiación del espacio público urbano.
Por otro lado, “la idea de espacio público, entendida de forma general, se refiere a los espacios abiertos y comunes a los que todos los ciudadanos pueden acceder libremente para compartir experiencias sociales” (Merino, 2022, p. 150). Es un espacio público, un lugar en el que convergen distintos factores culturales, intercambios sociales y económicos, de información y al que pueden acceder cualquier persona, sin importar su edad, sexo, preferencia sexual, condición física o nivel socioeconómico, son parte de la vida pública cotidiana (Magaña, 2020, p. 1); “corresponde a aquel territorio de la ciudad donde cualquier persona tiene derecho a estar y circular libremente (como un derecho); ya sean espacios abiertos como plazas, calles, parques, etc.; o cerrados como bibliotecas públicas, centros comunitarios, etc.” (Garcia, 2016, p. 2). Es imperante por tanto su estudio desde el análisis sociológico como parte esencial de las ciudades actuales. Ya se mencionan sus aportaciones tanto a los derechos sociales de los habitantes como a la salud pública y social de los mismos, ya que “los espacios públicos deben ser incluyentes, conectados, seguros y accesibles” (Organización de las Naciones Unidas [ONU], 2018, p. 1); “son importantes para la calidad de vida de sus habitantes y son percibidos como bienes sociales” (Guadarrama y Pichardo, 2021, p. 57).
El centro histórico: sus espacios públicos
Los centros históricos de México no son los mismos en todas partes, por el pasado colonial de México, encontramos centros más antiguos construidos por los españoles mismo y centros más jóvenes en zona que no estaban en el alcance de la conquista española, eso separa los centros en aspecto social y cultural. “Los centros históricos son las áreas donde se manifiestan los signos más reconocibles de las ciudades y se caracterizan por contener la mayor densidad de bienes vinculados con su historia” (Campos, Valeria, Alicia, 2016). Los centros con mayor patrimonio cultural ligado al pasado colonial se encuentran en el centro del país, se destacan por su tipo de construcción, sus monumentos y su historia. En Mexicali, ciudad de la frontera norte de México, capital del estado de Baja California cuenta con un centro histórico como todos los de más ciudades, pero con algunas diferencias. Tal como describe el relato recogido a continuación “Al llegar a la ciudad de Mexicali, el primer lugar con el que tuve contacto fue el Centro Antiguo. Su joven edad y fisonomía fueron las cosas que inmediatamente llamaron mi atención” (Hipólito, 2010, p. 1). Si bien el centro histórico de Mexicali no tiene un pasado colonial ni tampoco un valor cultural muy elevado al nivel nacional, lo tiene al nivel local, ya que fue el lugar en que nace la ciudad; al igual que los demás centros históricos, cuenta con varios espacios públicos (parques, plazas, etc), y cada uno de estos espacios estas apropiados por grupos de jóvenes con una dinámica diferente entre estos.
Se escogieron a los parques ya que son una forma particular del espacio público son áreas comunes, de acceso general y multifuncionales que propician la convivencia ciudadana. Pero, sus usos no son ajenos a las formas que caracterizan a nuestra cultura política y ciudadana y funcionan como un microcosmos de la vida social y cotidiana (Merino, 2022, p. 149); son “espacios públicos que se definen cómo lugares de relación, de encuentro social y de intercambio, donde convergen grupos e individuos con intereses diversos” (Díaz y Ortiz, citado por Petzold, 2017, p. 31).
Entre los espacios públicos con los que cuenta el centro histórico de Mexicali se encuentran: el parque “Héroes de Chapultepec” creado en el año 1915 también conocido como “Niños Héroes”, en 1961 se crea el “Parque Constitución” también conocido como “Plaza del Mariachi-Santa Cecilia”, 2013 se crea Plaza Sol frente a la catedral de nuestra señora de Guadalupe, en año 2020 “La Pagoda China” que fue removida de la entrada de la garita internacional número uno, y colocada en la también conocida como “Pequeño Cantón: Plaza Corazón”, también durante la pandemia en el año 2021 se crea el “Museo de la comida china” posteriormente en el mismo año se creó el “Callejón Chinesca” al término del cual se ubica el mencionado museo.
El centro histórico: sus actores sociales
Se han ubicado a lo largo de los años que se tienen estudiando esta zona de la ciudad a los siguientes actores sociales: La presidente municipal (gobierno), El Delegado de zona centro, La Asociación China de Mexicali, El Obispo de Mexicali (iglesia católica), los comerciantes, los migrantes, las Asociaciones civiles: religiosas, altruistas, políticas, deportivas, culturales, etc.; las personas en situación de calle, los turistas, los Mexicalenses, los cuales cumplen diversas funciones en el proceso de apropiación del centro histórico.
Sin embargo, los actores a estudiar son los jóvenes, las juventudes que en etapa de transición a la vida adulta marcada por la vulnerabilidad, ya no es el marco de la triple elección vitalicia: la formación, el trabajo, y la emancipación, para la integración a la identidad adulta sino que es el marco de un conjunto de decisiones provisionales y constantemente revocables durante la vida (Brunet y Pizzi, 2013, p. 21). Ya que “lo juvenil nos remite al proceso psicosocial de construcción de la identidad y lo cotidiano al contexto de relaciones y prácticas sociales en las cuales dicho proceso se realiza, con anclaje en factores ecológicos, culturales y socioeconómicos” (Dávila, 2004, p. 92). Es por tanto interesante explorar sus miradas sobre el espacio público así como sus formas de inclusión y exclusión social del mismo, y cabe señalar que derivado de las recientes modificaciones y transformaciones de esta zona, y de sus actividades tales como los “domingos culturales” y los “viernes de baile”, aunado a la apertura de bares, han propiciado que aumenté el número de personas jóvenes para visitarlos.
Ante las nuevas manifestaciones y movimientos sociales que pugnan por los derechos, es un referente la inclusión social ya que “asegura que todas las personas sin distinción puedan ejercer sus derechos y garantías, aprovechar sus habilidades y beneficiarse de las oportunidades que se encuentran en su entorno” (Cisternas, 2018, p. 1); “debe considerar un concepto que reivindique el bienestar y capacidad de tener un rol activo y protagónico para ello de los individuos dentro de los sistemas sociales donde participan como sujetos y actores, por ello pensamos en su realización” (Chuaqui, Mally y Parraguez, 2016, p. 181). “Es el proceso de mejorar la habilidad, la oportunidad y la dignidad de las personas que se encuentran en desventaja debido a su identidad, para que puedan participar en la sociedad; sin embargo, no es lo mismo que igualdad” (Molina, 2021, p. 4).
En contraparte “la exclusión social juvenil como un proceso social de ruptura de un individuo o grupo en relación a sus posibilidades laborales, económicas, políticas y culturales, es decir, una ruptura del lazo con la sociedad” (Castro, García y López, 2020, p. 1).“Analíticamente es difícil comprender la relación entre los jóvenes y la exclusión dado que por definición la juventud es una etapa de dependencia, estableciendo múltiples relaciones contradictorias entre los jóvenes pobres y sus generaciones precedentes” (Sandoval, 2005, p. 7), es una manifestación de la privación de estos derechos.
Transformaciones sociales en el proceso de apropiación del espacio público
La ciudad está en constante transformación, muchas veces dirigida a los intereses particulares de los gobernantes y puede ser utilizada la modificación del espacio físico como una forma de dominación de una clase a la otra…” (Lerma, 2017, p. 62). “La apropiación es la característica que define el carácter histórico, construido y relacional del espacio” (Merino, 2022, p. 152).
El proceso de gentrificación de esta zona se inicia en el año 2013 Recuperación del Centro Histórico de Mexicali (Proyecto Centro) año en que se crea la «Plaza Sol» sobre calles peatonales hoy en día calles semipeatonales y particularmente con el inicio en el año 2019 Plan maestro de Rescate del Centro Histórico de Mexicali (Yo por mi Centro), en el 2020 Se crea el Corredor Mexicali Rose (Plaza Sol), Fideicomiso Centro Histórico, y las Oficinas municipales (octubre de 2020), Pequeño Cantón (Plaza Corazón) noviembre de 2020 y Museo de la comida china marzo 2021 todo esto durante la pandemia obteniendo diversas opiniones tanto a favor como en contra, por no detener dichas obras.
Desarrollo:
Entre las problemáticas mencionadas por los entrevistados se encuentra la inseguridad pública, “robos, secuestros y extorsiones, es una problemática que indica el grado de riesgo de un país” (García, 2011, p. 37). “La inseguridad genera conductas protectoras, algunas de las cuales producen resultados adversos en la inseguridad y la criminalidad, aíslan a los individuos y las colectividades y disminuyen sus opciones de mejorar sus espacios públicos” ( Alvarado, 2010, p.945). Otro problema señalado fue el narcomenudeo mismo que “se considera un fenómeno multicausal, que se manifiesta en los entornos próximos a los puntos de venta de sustancias estupefacientes, ligado a manifestaciones de conflictividad social, de violencia y de criminalidad” (Cortés y Parra, 2011, p. 37). Es un fenómeno asociado al mercado del narcotráfico, estructurado con el propósito de favorecer y maximizar las ganancias de un actor ilegal, lo que se acompaña de mecanismos para constreñir el comportamiento colectivo de las personas (Cortés y Parra, 2011, p. 37). Se vuelven un obstáculo para el uso y apropiación del espacio público o un tipo de apropiación delictiva que impide otro tipo de apropiaciones, tales como: las culturales, deportivas, recreativas, entre otras.
También la problemática aunada es la “delincuencia que es una forma de inadaptación social y al producirse esa anomalía se da un desafío a la misma sociedad y a su normativa de convivencia” (Jiménez, 2005, p. 237). Estos problemas también se observaron al aplicar diversas estrategias y técnicas de corte cualitativa tales como la bitácora de observación en la “Pagoda china-plaza corazón a continuación se presentan algunos resultados:
Diversos actores tales como:familias, adulto mayor, jóvenes varones, grupo de jóvenes mujeres y hombre, en cuanto a la infraestructura el mobiliario se encuentra en buen estado (bancas, bote para basura, luminarias, trampa para abejas en un árbol, en cuanto a las actividades culturales se encontró publicidad evento cultural en una palma del año pasado, en relación a los problemas se observó basura cerca de la parada de camión ubicada en la esquina de la plaza (blvd. López mateos), acceso para discapacitados sin paso de cebra y grafiti (no artístico) en uno de sus árboles.
en el “Parque constitución-plaza del mariachi-Santa Cecilia” se observaron:
Diversos actores tales como:adultos, adultos mayores, mariachi (dos), entre los problemas basura. perro callejero, baños exclusivos para los integrantes de los mariachis que laboran en la plaza del parque, piso en mal estado rodeando el kiosco, botella de bebida alcohólica en el césped vacía.
En relación con las entrevistas semiestructurada a informantes clave y usuarios jóvenes A continuación se muestran algunos datos generales de estos jóvenes en la siguiente tabla:
Tabla No. 1
Datos entrevistados
Fuente: elaboración propia
Ambos espacios han sufrido cambios, en el caso de la plaza corazón el cambio ha sido positivo, tal como lo menciona el entrevistado no. 1 "Cambios que le han hecho, remodelación".
En cuanto al parque Constitución plaza santa Cecilia, la entrevistada no. 3 señala que "Mucho eeh mal, sin seguridad casi, mucho borracho, muy destruido, se robaron bancas, no, está muy destruido la verdad".
“El entrevistado No. 1 declara visitar el parque, los domingos” aunque se le entrevistó en la plaza en ese momento, no lo hace de manera habitual.
“Mientras que la entrevistada no. 3, a pesar de trabajar en el parque como comerciante, no lo visita debido a la inseguridad . “No, no lo visito pero… no, no lo visito” “ Porque siempre va ver delincuencias y crimen en todos lados, nunca va estar seguro en ninguna parte, más porque aquí en México hay mucha violencia organizada y tráfico de drogas todo eso y más porque últimamente ha habido muchos secuestros ¿quien se sintiera seguro?”
en contraparte el entrevistado no 4
afirma que el parque Constitución es seguro“Si, porque hay policías cuidando el parque mariachi está seguro porque hay una caseta de policías que hace que te sientas seguro dentro lo que cabe”.
Conclusiones:
Existe un conflicto de intereses en la producción del espacio público desde lo local
Las transformaciones sociales varían desde el punto de vista de los actores, ejemplo de ello la comunidad China-Mexicalense
El proceso de apropiación social es constante y contribuye en la reconformación de imagen urbana
La inserción de lo nuevo en lo viejo “espacios públicos reconstruidos”, ha desplazado a una población adulta mayor sustituida en gran medida por la población joven
Asuntos pendientes en el centro histórico de Mexicali:
El espacio como propio es decir la apropiación aún débil, nuevas y mejores opciones para esparcimiento familiar, consolidación como escaparate cultural nacional e internacional, asi como motor económico, y la percepción de un espacio seguro.
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Palabras clave:
delincuencia; inseguridad pública; narcomenudeo; espacio público; exclusión juvenil; inclusión juvenil
Resumen de la Ponencia:
El 18 de octubre del año 2019 se vivió en Chile lo que muchos llamaron inicialmente un estallido, posteriormente una revuelta o una “huelga general revolucionaria” (Sorel, 1973) o una “revolución molecular” si seguimos a Guattari (1989) o “un hecho social total” (Mauss/Levi-Strauss,1991), entre otras conceptualizaciones. Independiente del nombre, se trata del movimiento societal más grande que se recuerde desde la llegada de la democracia a nuestro país. Evidentemente a partir del siglo XXI, Chile comenzó a vivir un nuevo ciclo de movilizaciones, encabezadas por jóvenes estudiantes que confluyeron en una crítica al entramado político institucional, al tipo de sociedad y a la democracia que se estaba construyendo, pródiga en inequidades y desigualdades que están a la base de la revuelta del 18-O. En este marco, dos actores se destacaron, entre otros, en estas movilizaciones. El primero, son los/las jóvenes estudiantes secundarios/as que nuevamente dieron el puntapié inicial a las movilizaciones. Desde inicios de octubre los/as jóvenes estudiantes secundarios comenzaron una seguidilla de acciones de desobediencia civil. Una de ellas, fue la llamada evasión del metro a través de saltar los torniquetes que permitían el acceso al metro. Con el correr de los días y el uso masivo de las redes sociales, el llamado a la evasión comenzó a crecer. Si bien los focos de atención inicialmente estaban centrados en las acciones de estudiantes del Instituto Nacional y otros espacios educacionales emblemáticos, el llamado a la evasión, comenzó a tener un efecto multiplicador. El segundo es lo que se denominó “la primera línea” la cual funcionaba como un dispositivo icónico en el cual se plasmaban de manera controversial para algunos, lo que fueron las movilizaciones del 18-O. Se enfrentaban a las fuerzas policiales con sus escudos/artefactos fabricados de una diversidad de materiales, reminiscencia de los escudos utilizados en la Grecia antigua, particularmente espartanos y troyanos, los cuales vestían de un collage de frases, símbolos e imágenes combinando los mundos del comic con la vida cotidiana. Fueron tildados por el gobierno, la clase política y la ultraderecha de: “delincuentes”, “vándalos”, “lumpen”, “antisociales”, “violentistas”, “Anarcos”, “marginales” (Andonie, 24.02.2020), sujetos que se pueden ubicar en una categoría asociada al “anarquismo”: “Sin Dios ni Ley”. La investigación que origina la ponencia es producto de observación etnográfica, revisión periodística y entrevistas a jóvenes participantes, para intentar comprender el fenómeno de la primera línea y reflexionar sobre el uso de la violencia entendiendo la violencia ejercida por la “primera línea” y otros como contraviolencia o violencia reactiva a la violencia policial. Se intenta reconstruir el origen la la 1era línea; indagar si existió una línea o varias; quiénes participaban; la relación con las violencias; el cuidado del cuerpo (el aguante) y el yo y lo común.Resumen de la Ponencia:
Ser jovem no mundo globalizado exige um constante adaptar-se a um modo de produção capitalista que expropriou as identidades, gerou exploração e opressão, reforçou os valores burgueses e criou ilusões de que todos e todas nele estão inseridas. Fez com que o valor mobilizasse as pessoas a agirem, escolherem e decidirem segundo convicções de ordens postas, criando ideologias dominantes em todos os setores da sociedade capitalista (VIANA, 2005). Desconsiderou-se os saberes populares e assumiu-se o “culto a autoridade”, especializando-se em função do valor, técnicos em quase tudo. Nesse processo ser jovem é a contraposição a dimensão do valor, é a possibilidade de representar o seu meio cultural, social e econômico considerando a sua vivência nesse espaço-tempo. Ser jovem representa a percepção da identidade coletiva, a desnaturalização do cotidiano. Nessa identidade coletiva é preciso compreender que sua formação é realizada através da experiência, observação e reflexão, e que é possível construir uma nova sociedade onde os jovens sejam percursores/ atores dessa construção (Mellucci, 2007). A desnaturalização significa colocar-se contra o jogo daqueles que acreditam que tudo é normal, que não haverá mudanças,). Pensamos os jovens na sua dimensão histórica e social (GROPPO, 2000), em sua identidade própria e não aquela controlada pelo adulto e pelas instituições (família, escola, etc). Assumimos que o valor é uma construção do capital que expropria as identidades, e reforça a constituição social de nichos de mercados, especialmente, para os jovens, gerando consumismos exacerbados, ditando regras para vendagem de produtos. Esse dilema de ser jovem no mundo globalizado, de buscar reforçar suas identidades, de perceber o cotidiano como o meio de manifestação cultural e social, e, principalmente de estar constantemente influenciados pela dimensão do valor, não são dilemas que podem ser resolvidos por eles. A luta de classes é primordial para ressignificar as posições e as mudanças do ser jovem na contemporaneidade. Este trabalho pretende analisar os jovens no seu cotidiano e como a dimensão do valor chega até ele, reorganizando para o capital, a sua identidade e o seu modo de ver o mundo. Ancora-se, portanto, numa visão dialética, para pensar o valor como mercadoria e assim, entender os processos e as possibilidades que por ele são atravessadas. Adota como metodologia a revisão bibliográfica da “teoria do valor” de Karl Marx e a importância da “luta de classes” como pressupostos para entendimento dos jovens, especialmente, em seu cotidiano.Resumen de la Ponencia:
El trabajo analiza las percepciones que existen hacia los jóvenes que están situados en la periferia de Tuxtla Gutiérrez, una ciudad localizada al sur de México. Más allá de los espacios que habitan y transitan de precariedad, la periferia como coto territorial genera imaginarios diversos por quienes lo habitan y quienes son ajenos a él.Aunado a lo anterior, la percepción de periferia trasciende los linderos territoriales y se manifiesta en representaciones gráficas por las redes sociales digitales y diferentes corporalidades juveniles dentro de los espacios públicos, que genera ideas comúnmente negativas, provocando la estigmatización y diversas tipos de violencia hacia las juventudes.