Resumen de la Ponencia:
Esta ponencia presenta las características de vulnerabilidad y la carga de “acumulación de desventajas” (Merton, 1968) de la comunidad indígena de Hueyapan (Morelos, México), que quedaron manifiestas luego de que el sismo de 19 de septiembre de 2017 afectara el 90% de sus viviendas. La investigación permitió, a partir de la antropología, revisar el concepto de desigualdad desde el "enfoque multidimensional" propuesto por Luis Reygadas (2008) y su aplicación con fines de análisis en el sitio elegido para la investigación. A partir de la identificación de factores geográficos, étnicos, sociales, políticos y económicos, que hacen de Hueyapan una comunidad en situación vulnerable, el propósito fue contrastarlos con la propuesta de Reygadas como elementos de la trama de desigualdad en el nivel individual, institucional y estructural para comprender el sistema de reproducción de asimetrías que persisten en la localidad. El estudio, utiliza una metodología etnográfica que implicó trabajo de campo en el lugar de estudio, a finales de 2019 y de 2021. Durante la estancia, además de la observación participante, se utilizó un diario de campo y se realizaron entrevistas tanto de informantes internos, que vivieron los procesos de sismo y reconstrucción, como de informantes externos que ingresaron a Hueyapan luego del sismo con intención de apoyar. Por las condiciones de confinamiento impuestas por la pandemia que impidieron otra temporada de trabajo de campo, se dio un seguimiento remoto a la comunidad, a través de herramientas digitales —lo que permitió mantener el contacto con los informantes— y revisiones hemerográficas, a fin de conocer la evolución y estado, del proceso de reconstrucción. El presente trabajo muestra a diversos actores que han experimentado las condiciones de vulnerabilidad en Hueyapan, desde su papel de “beneficiarios”, “beneficiados” u “olvidados”, como están catalogados para efectos de la investigación. Los “beneficiarios” generalmente son actores externos que a través de organizaciones civiles, religiosas y gubernamentales ingresaron a la comunidad para implementar proyectos de reconstrucción de vivienda —y que para mediados de 2019 habían salido de la misma por falta de financiamiento para continuar con los proyectos—. Los “beneficiados” son los habitantes que recibieron apoyo de parte las organizaciones mencionadas para la reconstrucción de sus viviendas. Finalmente, el documento se refiere a los “olvidados”, aquellas personas que no han recibido beneficio alguno de organizaciones civiles, religiosas o gubernamentales en el proceso de reconstrucción, mostrando que siguen vigentes las brechas de desigualdad, las condiciones de pobreza y la carencia de vivienda digna. Las conclusiones evidencian que, aun cuando es innegable el trabajo que desarrollaron las diversas organizaciones en Hueyapan después del sismo, estas expresiones fueron un ejercicio subsidiario, vertical, de tipo asistencialista que dificulta apreciar una posible disminución en las brechas de desigualdad en la comunidad estudiada.
Introducción:
El objetivo de la presente investigación es evidenciar las características de desigualdad presentes en la comunidad de Hueyapan (Morelos, México), que quedaron expuestas luego de que el sismo de 19 de septiembre de 2017 afectara el 90% de sus viviendas. El evento sísmico hizo visible el grado de vulnerabilidad de la comunidad de Hueyapan que, siguiendo el concepto de Merton (1988) tiene una suerte de “acumulación de desventajas”, por sus altos niveles de pobreza, las brechas de desigualdad, su condición de comunidad indígena, además de que, por estar localizada en las faldas del volcán Popocatépetl, tiene alto nivel de riesgo volcánico y/o sísmico. A ese contexto económico, étnico y geográfico, se agrega un complejo contexto histórico que muestra los problemas políticos y el conflicto por los recursos naturales entre esta comunidad y el municipio vecino de Tetela del Volcán, con quien al momento del sismo tenía una disputa por la segregación de Hueyapan.
Tomando como referencia el “enfoque multidimensional” propuesto por Reygadas (2008), se analizaron los elementos que hacen de la comunidad estudiada un espacio vulnerable. Además del análisis teórico, se documentó el proceso de reconstrucción que estuvo a cargo de organizaciones civiles, religiosas y gubernamentales externas a la comunidad. La investigación intenta dar cuenta de la incidencia que estas organizaciones tuvieron para ayudar a cerrar brechas de desigualdad.
Desarrollo:
El 19 de septiembre de 2017 un sismo de magnitud considerable (7.1 grados en escala de Richter), sacudió el territorio mexicano. Cientos de miles de viviendas se vieron afectadas en los estados de Chiapas, Oaxaca, Morelos, Puebla y Ciudad de México. La comunidad indígena de Hueyapan en el estado de Morelos tuvo afectaciones de “daño total” en el 30% de sus viviendas y otro 60% de “daño estructural” o irreparable de acuerdo con Jesús Cortés Montaño, entonces comandante de la Guardia Civil Comunitaria, según lo consignado por Velasco (2017).
De acuerdo con el Censo de población y vivienda del INEGI (2010) el municipio de Tetela del Volcán (al que entonces pertenecía Hueyapan antes de segregarse) contaba con una población de 19,931 habitantes, 52% mujeres y 48% hombres. El censo consigna que el 74.8% de las personas que habitaban el municipio se encontraban en situación de pobreza y pobreza extrema, lo cual hacía que el lugar estuviera incluido en el programa de Zonas de atención prioritaria, que según el artículo 29 de la Ley General de Desarrollo Social, considera de esta manera a “las áreas o regiones, sean de carácter predominantemente rural o urbano, cuya población registra índices de pobreza, marginación indicativos de la existencia de marcadas influencias y rezagos en el ejercicio de los derechos para el desarrollo social” .
Tuirán Gutiérrez (2005) en el documento La desigualdad en la distribución del ingreso monetario en México ubicaba a Tetela del Volcán en el año 2000 con una elevada desigualdad, en un índice de Gini de 0.657, tomando en cuenta que este coeficiente mide la total igualdad como 0 y la total desigualdad como 1.
De acuerdo con el Censo de población y vivienda del INEGI (2020) el nuevo municipio de Hueyapan cuenta con una población de 7,855 habitantes de los cuales 4,131 son mujeres (52.62%) y 3,724 son hombres (47.32%). El censo registra además una población indígena de 5,519 personas (70.26%) y una población en situación de pobreza de 7,087 habitantes (90.2%). Estos datos sitúan a Hueyapan como una Zona de atención prioritaria, según se definió anteriormente, con un grado de rezago social medio y un importante grado de marginación.
Con el contexto de vulnerabilidad descrito y desde el carácter multidimensional que ofrece Reygadas (2008) para intentar una comprensión de tipo holístico sobre la desigualdad, podemos decir que la problemática descansa en una serie de razones en las que es necesario detenernos para ampliar el campo de análisis.
La desigualdad no se refiere únicamente a cuestiones económicas, sino que atañe a todos los aspectos de la vida. Si bien es cierto que el criterio más primario para medir tanto la desigualdad como la pobreza es el ingreso, reducir la mirada a la desigualdad por ingresos, nos privaría de ver la afectación al “conjunto de la experiencia social”. Es necesario tomarla, como punto de partida sin hacer de esta el análisis único.
La desigualdad es multidimensional porque las diferencias económicas entre las personas se encuentran estrechamente vinculadas con la clase social, el género, la etnia y otras formas de clasificación social. En el caso de la comunidad de Hueyapan, no bastó con revisar los elementos cuantitativos referentes al ingreso individual o familiar, sino la manera en que este ingreso está afectado por las relaciones de género entre hombres y mujeres o por el hecho de que la comunidad, una etnia indígena nahua, mantiene su lengua y sus tradiciones no solo en los aspectos sociales y religiosos, sino también en lo político y su forma de gobierno, ahora como municipio autónomo indígena.
La desigualdad es, en última instancia, una cuestión de poder. En Hueyapan, las relaciones de poder no tienen solo motivaciones políticas o económicas. El complejo análisis de las asimetrías comunitarias, que en el ideal y en el discurso se presenta como una cohesión identificada con su lengua y sus tradiciones, pasa por la pugna que se tienen por los recursos naturales como el agua y el bosque, elementos que son compartidos con las comunidades vecinas y que han desencadenado enfrentamientos e incluso muertes. Aunado a esta problemática, la comunidad enfrentó desde 2017 la decisión de separarse políticamente del municipio de Tetela del Volcán, al que pertenecía desde 1937, para convertirse en un municipio autónomo indígena. Esto desencadenó una serie de conflictos, lo mismo con el presidente municipal de Tetela, que no dio su firma para autorizar la separación, que al interior de la comunidad. Durante 2021 Hueyapan se debatía entre una forma de gobierno de municipio autónomo indígena o una de municipio libre —figura jurídica que generalmente rige en el país—, predominando la primera.
Este complejo entramado de asimetrías en la comunidad, debido a la diversa cantidad de factores geográficos, políticos, económicos, sociales, étnicos y culturales que estaban en juego, quedó expuesta con el sismo de 2017. Luego del evento sísmico y debido a las condiciones comunitarias descritas, ingresaron a la comunidad diferentes organizaciones civiles religiosas y gubernamentales para apoyar en el proceso de reconstrucción. El enfoque de la investigación se puso en “Corazones por México”, organización civil creada a raíz del sismo, que en conjunto con la organización católica internacional “Famvin Homeless Alliance” (FHA), implementaron el proyecto “13 casas”, que buscaba “dignificar” a los beneficiarios “haciéndolos partícipes de su propio desarrollo”. El proyecto tenía una meta inicial que pretendía construir 100 casas, pero debido a la falta de recursos cerró su meta en 35 de ellas. La investigación recogió además el trabajo de la organización católica internacional “Caritas”, la propuesta del gobierno estatal “Unidos por Morelos”, la respuesta del gobierno federal a través del Fideicomiso del Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden), o incluso proyectos, aunque menores, como los del Banco Mundial o la fundación de la empresa de alimentos “La Costeña”.
Descripción del Método
Las dificultades de la investigación
Durante el desarrollo de la investigación se utilizó el método etnográfico. A decir de Restrepo (2016) “se ha considerado que la etnografía es una técnica de investigación que estaría definida por la observación participante”. Dicha observación implicó una estancia de trabajo de campo en la comunidad durante diciembre de 2019. Luego, la pandemia que afectó las condiciones globales impidió otra estancia presencial, por lo que se dio seguimiento a la comunidad de manera remota, a través del contacto telefónico con algunos habitantes y la revisión hemerográfica de lo que iba aconteciendo en la localidad. Finalmente se pudo lograr una segunda estancia de trabajo de campo en diciembre de 2021.
Para desarrollar el trabajo de campo, San Román (2009) propone dos etapas:
1) La observación e información cotidiana sobre las personas y situaciones que se estudian, que permiten trazar las regularidades, los procesos y dinámicas, las variaciones y la consistencia en las pautas de comportamiento;
2) la recogida de información a través ‒sobre todo, en este primer momento, aunque no sólo‒ de técnicas cualitativas adecuadas que permitan profundizar en ciertos aspectos y plantear las contradicciones y variaciones que se dan entre los miembros del grupo estudiado.
Partiendo de tales recomendaciones, durante las etapas de campo de la investigación se desarrollaron las siguientes técnicas en el trabajo de campo:
Observación participante. Para la que obtuvo el permiso de ingreso a Hueyapan, tanto de las autoridades comunitarias como de las organizaciones que implementaron el proyecto “13 casas”. Gracias a estos permisos se autorizó durante la estancia de campo, no solo la observación si no la convivencia con los actores de la comunidad y de las organizaciones, que participaban en el proceso de reconstrucción.
Diario de campo. A decir de Restrepo (2016), esta es una de las técnicas etnográficas de investigación más importantes, pues en una investigación etnográfica el éxito del trabajo de campo depende en gran parte de realizar un adecuado diario de campo. Dirá Restrepo que sin diario de campo los “datos” se pasean frente a las narices del investigador sin que éste tenga cómo atraparlos, organizarlos y otorgarles sentido para su investigación.
Uso de informantes. Que siguiendo a Restrepo (2016) quedan definidos “como aquella persona del lugar donde realizamos el trabajo de campo, fundamental para el proceso de la investigación, con quien establecemos de una forma respetuosa una relación sistemática de aprendizaje.” Entendido de tal forma, la investigación se apoyó tanto de informantes que residen en la comunidad estudiada (internos) y que fueron objeto de la implementación de los proyectos, como de informantes que formaban parte de las organizaciones a cargo de los proyectos de reconstrucción (externos) y que eran responsables tanto de la planeación como de la supervisión de estos.
Conclusiones:
Este trabajo investigativo muestra los diferentes factores que hacen de Hueyapan una comunidad vulnerable y asimétrica. La exposición de las desigualdades que quedó al descubierto con el sismo de 2017 intentó ser paliada por organizaciones externas a la comunidad que ingresaron a ella para apoyar el proceso de reconstrucción. El trabajo de campo recogió algunas voces de lo que pudiéramos llamar “los beneficiarios, los beneficiados y los olvidados”. Los “beneficiarios” a través de los testimonios de miembros de “Corazones por México” y la “Famvin Homeless Alliance”, relatan el papel que desarrollaron estas organizaciones en la comunidad después del sismo, las expectativas iniciales propuestas y sus resultados. Los “beneficiados”, a través de testimonios de personas que recibieron el apoyo de parte de dichas organizaciones, relatan como vivieron la implementación del proyecto de vivienda y finalmente, los “olvidados” se refiere a un par de testimonios de personas que hasta finales de 2021 no habían recibido beneficio alguno ni de organización civil, religiosa o gubernamental. Esto refleja lo complicado de la cobertura del proceso de reconstrucción a cuatro años del sismo en Hueyapan. Aún más evidencian que las brechas de desigualdad, las condiciones de pobreza y la carencia de una vivienda digna, sigue vigente.
Conclusiones
Apoyado en el soporte teórico de Reygadas (2008), en los reportes de INEGI (2010, 2020) y en el trabajo de campo desarrollado en la comunidad en diciembre de 2019 y diciembre de 2021, se logró una caracterización que permitía entender no solo la desigualdad y pobreza existente en la comunidad, sino que además permitía asomarse a los conflictos internos, debido a problemáticas políticas y el conflicto por el agua. Estos elementos, expuestos por el sismo, permitieron entonces un análisis que explicaba la reproducción comunitaria de las asimetrías, que se expresaban también al exterior de Hueyapan.
Del trabajo de “Corazones por México” y “Famvin Homeless Alliance” en el apoyo post sísmico, la investigación encontró que si bien, durante la estancia de estas en la comunidad, se apoyó con víveres, medicamentos, casas de campaña, laminas entre otros, en un primer momento y luego con el proceso de reconstrucción de 35 viviendas en un segundo momento, al final, las organizaciones salieron de la comunidad sin dar seguimiento a los procesos que motivaron su ingreso.
Aun cuando, las organizaciones eligieron una comunidad pobre, con condiciones de vulnerabilidad geográfica, de alta marginación y desigualdad, con la finalidad de “dignificar” a 35 familias otorgándoles una vivienda, no se pudo cumplir el objetivo de “hacerlos participes de su propio desarrollo”, como indicaba el ideal de su programa inicial y termino siendo un proyecto subsidiario, que sin dejar de ser muy importante, no permite apreciar efectos a largo plazo que hablen de una erradicación de la pobreza o una disminución de la desigualdad en la comunidad beneficiada.
Recomendaciones
Probablemente, el ideal de “hacer partícipe de su propio desarrollo” a una comunidad, en condiciones como las descritas en Hueyapan, pudiera sonar ambiciosa, no solo para las organizaciones revisadas, sino para cualquier proyecto de desarrollo. Tal vez este ideal no ha logrado cristalizarse debido a la misma problemática que mantienen las organizaciones gubernamentales, religiosas o civiles que administran recursos o apoyos para comunidades vulnerables: la dificultad de convertir un ejercicio vertical, normado por el poder económico, religioso, político y transformado en caridad o apoyo a los pobres, en un ejercicio horizontal en el que la comunidad sea la responsable de la gestión y manejo de sus proyectos y recursos en un ejercicio de solidaridad, que permita a los individuos reconocer y valorar los beneficios que pueden favorecerles a largo plazo, para cerrar las brechas de la desigualdad y erradicar en la medida de lo posible sus condiciones de pobreza.
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Palabras clave:
Sismo, reconstrucción, desigualdad, desventajas, “enfoque multidimensional”