Resumen de la Ponencia:
El articulo expone los resultados preliminares del proyecto de investigación “Voces que existen: experiencias adolescentes frente a la violencia de género durante la pandemia por covid-19". Ponencia presentada en el grupo de trabajo 20: Sociología de la Niñez, Juventud y Envejecimiento del XXXIII Congreso Latinoamericano de Sociología (ALAS), llevado a cabo en México 2022. Son las voces de 19 organizaciones y colectivos del programa Puntos de Cultura 6 de los territorios de Lima Norte y Lima Sur en Lima, capital del Perú y de 8 adolescentes con quienes se dialoga sobre sus sentires y vivencias en temas de violencia de género, derechos sexuales y reproductivos, derechos de las y los adolescentes y los roles de cuidado en los años que la pandemia nos confinó.
Introducción:
El proyecto fue ganador del concurso: Proyectos de Investigación Aplicada en Ciencias Sociales 2021, Programa Nacional Pro Ciencia. Es ejecutado por un equipo interdisciplinario de mujeres, integrado por docentes y tesistas de pos y pre grado de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Analiza experiencias adolescentes para afrontar la violencia de género en los “nuevos espacios de socialización” en contexto de emergencia sanitaria por el Covid- 19. Lo hace focalizando tres asuntos. El primero, identifica las situaciones de violencia de género experimentadas por adolescentes y las estrategias usadas para afrontarla. El segundo visibiliza relaciones de género desde un abordaje de economía del cuidado que experimentan las adolescentes en su rol de hermanas y hermanos mayores durante la pandemia. Y el tercero, indaga cómo perciben las adolescentes la atención en servicios locales (postas) de salud sexual y reproductiva en sus territorios próximos, a partir de la aplicación de la Norma Técnica de Salud para la Atención Integral de Salud de Adolescentes, N° 157-MINSA/2019/DGIESP, en contexto por el Covid-19.
Privilegiamos el enfoque metodológico cualitativo con un complemento de sondeo cuantitativo abierto para aproximarnos a la realidad, iniciamos con un “Mapeo puntos de cultura”, con la finalidad de conocer el grado de involucramiento de las organizaciones respecto a las temáticas de género, derechos de las adolescentes y violencia de género, además de su estado de actividad. Se continuó con la aplicación de un formulario: “Encuesta para adolescentes de 13 a 17 años de edad, que profundizó en las situaciones y oportunidades que reconocen las adolescentes sobre género, violencia género, participación organizada, cuidados y salud sexual y reproductiva a las y los integrantes de las organizaciones y colectivo referidos en el mapeo.
Por el contexto era pertinente primero contar un directorio de contactos actualizado de Puntos de Cultura de Lima sur y Lima norte activos durante la pandemia y así, entrar en relación directa con cada organización. De forma paralela, el análisis documental de fuentes secundarias de información permitió construir un marco referencial sobre el estado de los servicios diferenciados dirigidos a adolescentes en materia de salud sexual y reproductiva y los índices de violencia de género en el periodo de marzo 2020 a la actualidad.
Con estas acciones previas, el trabajo de campo se llevó a cabo entre octubre de 2021 y marzo de 2022. Tuvimos cuidado en los aspectos éticos, desde el consentimiento informado de los y las adolescentes durante el proceso de investigación, el respeto a sus voces desde sus propios discursos y resignificaciones de las experiencias contadas, de los mecanismos de respuesta individuales o colectivas referidas ante las violencias vividas, etc.
Desarrollo:
I. Principales hallazgos del estudio.
1.1. Las organizaciones y/o colectivos de cultura y las acciones contra las violencias en tiempos de pandemia
El mapeo y directorio de las organizaciones y/o colectivos de Puntos de Cultura activos en Lima norte y Lima sur se estableció a partir de una ruta de acercamiento a través de medios virtuales para efectuar la presentación del proyecto y el uso de cuestionarios para obtener un directorio actualizado de organizaciones e identificar a los Puntos de Cultura activos que trabajen con adolescentes.
En el Perú existen un total de 531 organizaciones culturales/artísticas que son parte del programa Puntos de Cultura, según el directorio de registro oficial del Ministerio de Cultura[1]. De este grupo, solo en la región de Lima, se ubican un total de 230 asociaciones y/o colectivos, siendo 213 pertenecientes a Lima Metropolitana. De este grupo 94 forman parte de Lima Sur[3] y Lima Norte[4]. Para la investigación se estableció contacto con 39 organizaciones que cumplian con las características de la población de estudio, de las cuales 20 resolvieron una encuesta virtual a través de la plataforma virtual Google Forms. En relación a la población adolescente, se logró establecer contacto con 13 adolescentes de estas organizaciones, los cuales completaron una encuesta abierta sobre los ejes relevantes del proyecto. Todo este proceso se realizó desde octubre del 2021 hasta marzo del 2022.
Durante el primer contacto vía telefónica a las 39 organizaciones, se percibió por parte de algunos colectivos cierto desinterés y/o desconocimiento del enfoque de género y de los derechos del niño, niña y adolescente.
Se recogieron opiniones adversas sobre la orientación y objetivos del proyecto, una muestra de eso se presentó en una llamada a una organización ubicada en Lima sur, el responsable de brindar información manifestó: “ellos trabajan desde la familia con los adolescentes y no ven temas de género porque sólo existe el hombre y la mujer”. Otro tipo de respuesta recurrente señalaba que el concepto de género hace alusión únicamente a la población LGTBIQ+, respuestas que demuestran la tergiversación y desinformación sobre el concepto del enfoque de género, la cual desde la visión de estas asociaciones, no se considera una herramienta que visibiliza las situaciones de desigualdad y violencia contra la mujer, que además brinda una panorama amplio de trabajo con las y los adolescentes y una apertura al debate fortaleciendo el pensamiento crítico entre pares. Otros comentarios que se recibieron evidenciaron la percepción de las organizaciones de no contar con recursos y/o profesionales especializados para abordar la violencia de género, o no se dan abasto para enfrentar los casos de violencia de género que se presentan con los adolescentes.
Sobre el abordaje de temas o acciones de género y/o violencia de género, 11 de Lima sur (55%) y 9 de Lima norte (45%). 14 organizaciones (70%) respondieron que sí han tratado estos temas dentro de sus actividades, 10 de ellas mediante talleres y charlas; 6 a través de intervenciones (batucadas, muralizaciones, plantones, etc.); 4 participaron en marchas, campañas y vocerías; 1 como parte de obras de teatro, malabaristas, zanqueros, etc; y 1 en programas radiales y podcast. Por otro lado, 6 organizaciones (30%) mencionaron que no han realizado ninguna acción y/o actividad referente al tema.
Mención aparte amerita el Punto de Cultura “Nº 5”, que manifestó no haber abordado temas de género y/o violencia de género, sin embargo, refiere que “impulsan a la mujer su participación en la danza de tijeras, que no es costumbre en Ayacucho”. Si bien la organización mencionada muestra una apertura para impulsar y fomentar la participación de las mujeres dentro de espacios tradicionalmente dominados por varones, no la relaciona dentro de los postulados de igualdad de género, sino sólo relacionado a la igualdad entre hombres y mujeres, esto presume la llegada masiva de las campañas de desinformación sobre el uso del término “género”. La poca información sobre el enfoque de género o en algunos casos su tergiversación, tiene como consecuencia el nulo debate de estos temas dentro de las organizaciones o su discusión desde un enfoque biologicista y/o conservador, lo que es perjudicial tratándose de organizaciones y/o colectivos que trabajan con adolescentes.
1.2. La violencia de género y las repercusiones en los cuerpos de las adolescentes que participan en organizaciones y colectivos en el contexto del covid-19
En el Perú las medidas de confinamiento impactaron negativamente la salud física y psicológica de las personas, especialmente a niñas, niños, adolescentes y mujeres. Los datos estadísticos del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables confirman este hecho, una real agudización de la violencia en el entorno familiar, donde mujeres, niñas, niños y adolescentes se encontraban aisladas y conviviendo con sus agresores. En el 2020 los Centros de Emergencia Mujer (CEM) atendieron 23 800 casos de violencia hacia niñas y adolescentes mujeres entre 0 a 17 años. Respecto a los casos de adolescentes (12 a 17 años), se atendieron 16 178 casos, siendo el 37% por violencia sexual, el 35% por violencia psicológica y el 28% por violencia física. En el 2021, esta cifra aumentó registrando la atención 35 949 casos de violencia, según los datos de los CEMs, el mayor porcentaje, según tipo de violencia, fue de naturaleza sexual con un 42%, siguiendo de la violencia psicológica con un 31% y la violencia física con un 28%.
A causa de la pandemia por covid-19 se tomó como medida obligatoria el aislamiento social, esto implicó que las labores de cuidado sean intensificadas puesto que terminó siendo un foco fundamental ocuparse de la salud para evitar el contagio, además los espacios que garantizaban horas libres dedicadas al cuidado de integrantes del grupo familiar como: guarderías, colegios, universidades, trabajos, hospitales limitaron totalmente su acceso o como en el caso de hospitales, estos se enfocaron solo al cuidado de pacientes con coronavirus. Desplazándose las labores de cuidado, que ya eran desarrolladas en su mayoría por las mujeres, al espacio físico de los hogares. En el Perú no se tienen cifras específicas que expliquen cómo se ve afectada la carga laboral de las mujeres y adolescentes a causa de la pandemia.
Según el Ministerio de Educación, durante la pandemia 2 658 991 de adolescente matriculados[7] en escuelas secundarias al 2020 se vieron forzadas dejar los estudios en un inicio y a mediano plazo adaptarse a clases virtual desde sus casas , de está cifra no tenemos información sobre cuántos de estos adolescentes aumentaron o asumieron por primera vez labores de cuidado como estrategia para enfrentar la pandemia en particular en unidades familiares con mayores limitaciones económicas.
El impacto de las medidas de restricción ante la pandemia por el Covid-19 en las actividades de los Puntos de Cultura, todas manifestaron que paralizaron sus actividades durante el primer trimestre de la cuarentena, alejándose del ámbito público. Ello los impulsó a emplear nuevas estrategias de participación y acercamiento a los y las adolescentes mediante herramientas y espacios virtuales, esto también los enfrentó a nuevos desafíos como la brecha digital y económica además de la dificultad de replantear las formas y los horarios de participación.
Los cambios que se suscitaron en sus rutinas diarias a consecuencia de la pandemia por el covid-19, todas las respuestas coincidieron en el efecto cambiante que tuvo este nuevo contexto en su socialización, expresaron que dejaron de realizar actividades en áreas libres y comunes, dejaron de asistir a clases presenciales y realizar juegos lúdicos con sus amigos. Las nuevas medidas educativas que trasladaban las clases presenciales a los espacios virtuales, los obligó a permanecer en sus hogares.
El miedo al contagio y las consecuencias de la enfermedad ocasionó que los y las adolescentes vivieran en un estado de estrés y ansiedad, agudizado por las medidas de aislamiento social, como manifiesta la adolescente N° 2: "de pronto simplemente el abrir la puerta era signo de riesgo, entonces me afectó bastante de manera continúa. (Hasta el día de hoy)”.
En consideración a las relaciones virtuales (pedagógicas, económicas y sociales), de las 13 respuestas recabadas, 7 (53.85%) adolescentes lo caracterizan como una terrible experiencia por los problemas de conectividad, el estrés causado por el miedo al contagio, el aprender las nuevas herramientas virtuales educativas, el no poder ver a sus compañeros de forma presencial, etc.; 3 (23.08%) refirieron una buena experiencia porque al ser tímidos el espacio virtual les favorecía a relacionarse; 2 (15.38%) indicaron que no se relacionaron virtualmente con sus compañeros y 1 (7.69%) no contestó la pregunta. Es importante destacar, las y los adolescentes que manifestaron haber tenido dificultades se refieren a los retos pedagógicos y económicos.
“La mayoría de compañeros en clase no asistía, porque se les parece a la conexión, porque no se despertaban a tiempo o por qué no estaban enterados de cómo se llevaban las clases. Fué difícil, el estrés qué causaba a estar en 8 grupos de diferentes, tener que escuchar la programación por la radio por qué no se podía transmitir de otra forma, las tareas acumulado hace un día al otro” (Adolescente Nº 2).
Otro punto álgido, es la referencia a problemas al entablar relaciones sociales con sus compañeros de clase, como lo indica la adolescente Nº13: “Fue complicado ya que no me comunicaba mucho con mis compañeros de clase ya que cuando iba iniciar clase cuando solo me faltaba 1 o 2 días para iniciar clase vino la cuarentena pero de igual manera no pude conocerlos y me daba nervios hablar con ellos ya que me incomodaba un poco pero con algunos si puede hablar eso es bueno a y con mis profesores si me comunicaba para ver mis notas de mis tareas todo eso del colegio y familiares si me hablábamos cómodamente con toda normalidad”.
Queremos resaltar la voz de los adolescentes y las afectaciones reconocidas a flor de piel. 6 (46.15%) reconocen afectaciones a su salud mental como sentimientos de soledad y hacen situaciones de depresión y ansiedad[8], 7 (53.85%) señalaron limitaciones y el deterioramiento en la socialización con amistades y familiares , y 1 (7.69%) no supo qué contestar a la pregunta.
“Realmente a cambiado mucho ya que la pandemia provocó a estar a distancia con las personas que nos rodean que son nuestros amistades, familiares o con las personas que nos veíamos más seguido, y a actividades que diariamente realizaban, al quitar todo lo que hacíamos diariamente, pero los adolescentes también tuvieron problemas sentimentales, de personalidad, mental, eje: estrés, ansiedad, depresión, soledad, furia…” (Adolescente N°13)
1.3. Acceso a la información y articulación para la incidencia en tema de violencia
Sobre el acceso a capacitaciones e información a las que accedieron por medio de su organización, del universo de 13 adolescentes que respondieron el formulario (11 mujeres (84.62%) y 2 (15.38%) hombres): 5 refieren haber recibido y/o participado en capacitaciones en temas de violencia de género, educación sexual e igualdad de género; 1 en medio ambiente y 1 en salud mental; 4 en temas propios de la asociación (danza); 1 en formulación de entrevistas y 3 adolescentes se abstuvieron de responder la pregunta.
Con respecto a su participación en actividades por los derechos de las mujeres, niños, niñas o adolescentes, 8 (61.5%) describieron una participación en acciones de incidencia social por medio de marchas, proyectos de concientización, intervenciones artísticas y 5 (38.5%) mencionan que no ha participado en actividades de promoción de los derechos.
Sobre la articulación con instituciones, redes u otras organizaciones estatales o civiles y la incidencia frente a temas de violencias, encontramos que todos los 20 Puntos de Cultura, mantienen una relación de colaboración realizando diversas actividades en conjunto, siendo las principales el Ministerio de Cultura y las Municipalidades Distritales de su territorio. Referente a servicios de atención y prevención a la violencia de género, 5 organizaciones mencionaron que realizan actividades con los Centro de Emergencia Mujer[9] del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) y 2 con Centros de Salud de su comunidad. Estas respuestas nos establecen un panorama de coordinación de las organizaciones con las instituciones públicas del Estado, demostrando que sus actividades giran en torno al trabajo comunitario y la población local.
Acerca de la intervención del universo de las 20 organizaciones y/o colectivos en redes de articulación con ejes en temas de violencia de género, derechos de la mujer, empoderamiento de las mujeres, entre otras sólo 8 (40%) indicaron que sí han participado o han formado parte de redes, colectivos o mesas de concertación referentes a promoción de los derechos de la mujer y a la no violencia. Lo que demuestra el interés de estos Puntos de Cultura por integrar y fortalecer sus canales de cooperación y formar redes de intercambio, aprendizaje, incidencia en temas de género, además de posicionarse como referentes activos.
Si bien encontramos que un 40% de las organizaciones con las que se trabaja desarrollan actividades de incidencia social y realizan un trabajo con redes, su experiencia no es visibilizada masivamente, articulada o fortalecida desde el Ministerio de Cultura (MINCUL). Las formas de involucramiento en las acciones y actividades de los Puntos de Cultura son en su mayoría participar en talleres y/o asistencia en actividades propias de la organización/colectivo.
Queda en el camino profundizar sobre el tipo de participación y/o de incidencia, sobre todo ahondando en el nivel de involucramiento que alcanzan las y los adolescentes dentro de las organizaciones y las posibilidades de toma de decisiones con respecto a la salud, violencia y cuidados.
El aspecto de salud sexual y reproductiva adolescente en contexto de pandemia es otra problemática que se agravó. Sobre todo los embarazos no planeados en niñas y adolescentes menores de 15 años. Según el Sistema de Registro de Certificado de Nacido Vivo del Ministerio de Salud - MINSA[10], en el 2020, se registraron 48 575 nacimientos a nivel nacional, siendo 1303 embarazos de niñas y adolescentes entre 0 a 14 años. El aumento de esta cifra corrobora las violencias ejercidas hacia este grupo etario recrudecido por el contexto de aislamiento social y el acceso a servicios de atención y protección a víctimas.
1.4. Los roles de cuidado. ¿Nuevos espacios de socialización en tiempos de pandemia?
Podemos señalar que los que existen se han renovado en términos de las diferencias de espacio y tiempo en cuanto a responsabilidades vinculadas a la escuela, tareas domésticas y de cuidado. Esto se puede entender debido a que el traslado de las clases escolares al hogar ha llevado a compartir el tiempo entre ellas. Algunos adolescentes nos señalaban cómo cocinar y cuidar de sus hermanos, teniendo turnos escolares específicos que coinciden con su desarrollo. Encontramos también, que los adolescentes no reconocen como cuidado muchas de las tareas que lo implican, mientras que las adolescentes si lo hacen, pero que ambos cumplen con aquellas labores.
Sobre las diversas responsabilidades de cuidado, 10 (91%) reconocen realizar las siguientes labores: cuidado y apoyo en tareas escolares de los hermanos menores y/o sobrinos, cuidado de ellas mismas y objetos personales, cuidado y alimentación de animales, aseo de los platos, enseres, ropa y del hogar; sólo 1 (9%) afirmó no tener a cargo responsabilidades vinculadas a los cuidados del hogar ni de algún otro integrante del grupo familiar, cabe resaltar que dicha adolescente es hermana mayor.
“Estudiar, limpiar, hacerme cargo de mis cosas, cuidar a los perros y mi hermana menor, también ir a dar de comer a los cuyes cuando mi mamá no puede.” (Adolescente N° 1)
Un aspecto interesante dentro de las respuestas son las consecuencias positivas que visualizan los y las adolescentes: 2 (15.28%) indicaron una mayor valoración de los cuidados personales (físicos y mentales) y 2 (15.38%) reconocieron como alternativa para la sociabilización la adecuación a medios virtuales.
“Después de estar 3 años en cuarentena, hacer cosas tan simples como salir a comprar pan, es algo complicado. Hemos aprendido a relacionarnos con otras personas a través de una pantalla. También hemos aprendido a reconocer la importancia del descanso, y a tomar la salud mental como algo importante.” (Adolescente N°2).
La atención integral de servicios de salud dirigidos a adolescentes en el 2021 fue limitada, ya que según el Informe sobre la Supervisión de intervenciones efectivas para la prevención del embarazo no planeado en adolescentes de la Defensoría del Pueblo (2021), aplicada a 57 establecimientos de salud pública, el 81 % (46 centros de salud) cumplen con brindar atención integral de salud a los y las adolescentes; mientras que el 19% (11) no cumplen con esta obligación. Es decir, la capacidad del Estado de atender y solucionar este grave problema de salud pública es aún reducida.
Respecto las consultas y dudas de las y los adolescentes en temas de acoso sexual, violencia, salud sexual y/o reproductiva, 9 (69.2%) adolescentes indicaron que de tener preguntas, acudirían a personas de confianza (familiares, amigos y/o personas de sus colectivos) para despejar dudas y buscar información sobre el tema. Mientras que solo uno (7.7%) adolescentes refirieron consultar a un especialista (legal y de salud), 6 (46.1%) indicaron que la búsqueda sería a través de internet.
“La mayoría de mis amigos piden ayuda a su familia, pues le tienen confianza, en lo personal le pedí ayuda a una amiga y ella me ayudó a buscar información y a tener un apoyo que no tenía”. (Adolescente N°5)
“Con la encargada de mi organización.” (Adolescente N°1)
“Hablaría con una referente del tema, una abogada y psicóloga, en caso de abuso sexual. Y una ginecóloga si es sobre educación sexual integral”. (Adolescente N°2)
“...de igual manera se podría buscar información en páginas confiables de Internet". (Adolescente N°6).
1.5. Percepciones sobre los servicios de salud en materia de educacion sexual integral
Las instituciones del estado no son considerados como referentes por la mayoría de adolescentes consultados (92.3%), ya que sólo 1 (7.7%) refirió acudir a la policía como medio de apoyo en casos de violencia pero no como primera posibilidad, además de equiparar su accionar al que puede obtener de otro adulto.
“Primero iría con mi madre o mis hermanas en ellas confío más además tienen mucho carácter ellas harían todo el trabajo pero si no estaría con ellas iría a la policía o buscar a alguien mayor para que me ayude pero en ese caso solo sería violencia y acoso sexual". (Adolescente N° 13)
Además, es posible anotar que las estrategias que las y los adolescentes utilizan frente a la violencia de género y la desinformación a la que se enfrentan son: Intercambio de experiencias y conocimientos con sus pares, acudir a un referente de confianza dentro de la familia ante situaciones de duda, riesgo o falta de información, y la generación de criterios de confiabilidad para el filtro de la información a la que acceder por medio del internet. En las respuestas de los y las adolescentes, sólo una de ellas ha identificado como servicios confiables de apoyo a las instituciones públicas (Comisarías), sin embargo, mencionan como opción la búsqueda de una profesional acorde a las dudas o consultas que puedan suscitarse.
Sobre el conocimiento del personal de salud de las normas relativas a derechos de las y los adolescentes al recibir atención en salud sexual y reproductiva[11], el 88% respondió que sí sabe sobre la normativa que respalda este servicio de orientación, mientras que el 12% desconoce el marco normativo. Asimismo, otro resultado resaltante fue si las normas vigentes establecen el derecho de las adolescentes a recibir el kit de emergencia en casos de violencia sexual (incluye la anticoncepción oral de emergencia), obteniendo como respuestas que el 86% sabe de esta obligatoriedad de servicio, el 9% desconoce sobre ello y el 5% contesto de forma negativa. Esta parte de la investigación nos brinda un panorama general del conocimiento del personal de salud sobre la normativa que ampara el acceso a orientación en temas de salud sexual y reproductiva, el cual al contrarrestarlo con el ejercicio pleno de los y las adolescentes de recibir dicha consejería se indica que el 21 % de estos establecimientos si solicita el requerimiento de consentimiento de los padres para recibir el servicio demostrando que los y las adolescentes no accedieron a métodos anticonceptivos modernos a pesar de requerirlos.
[1] Información recabada a partir del Directorio de Puntos de Cultura en marzo del 2022.
[3] El área Chorrillos, Lurín, Pachacamac, Pucusana, Punta Hermosa, Punta Negra, San Bartolo, San Juan de Miraflores,Santa María del Mar, Villa el Salvador y Villa María del Triunfo.
[4] Ancón, Carabayllo, Comas, Independencia, Los Olivos, Puente Piedra, San Martín de Porres y Santa Rosa)
[7] Según ESCALE: Magnitudes de Educación en el Perú. http://escale.minedu.gob.pe/magnitudes-portlet/reporte/cuadro?anio=29&cuadro=543&forma=C&dpto=&dre=&tipo_ambito=ambito-ubigeo
[8] Las y los adolescentes considerados como ansiedad y depresión se basan en cuanto a sus percepciones pero sin especificar si hacen referencia a un diagnóstico específico sobre estas afecciones de salud mental
[9] Para el Observatorio Nacional de Violencia Contra las Mujeres y los Integrantes del Grupo Familiar del MIMP, los Centros de Emergencia Mujer (CEM) son servicios públicos multidisciplinarios y especializados en atender, asistir y prevenir casos de violencia basada en género de carácter gratuito y a nivel nacional.
[10] Fuente: https://webapp.minsa.gob.pe/dwcnv/dwmadrenew.aspx
Conclusiones:
La pandemia por la covid-19, impacto la forma en cómo nos relacionamos e interactuamos. Los y las adolescentes durante este período se han visto afectados por las restricciones sociales y mandatos de aislamiento social, repercutiendo en su rutinas diarias, educación formal, juegos, relaciones familiares y amicales. Prácticamente en cómo ellos se relacionan con el mundo, lo que incluye, el efecto de las distintas violencias, entre ellas la violencia de género. Según los datos de los Centro de Emergencia Mujer en el 2020 se atendieron 23 800 casos de violencia hacia niñas y adolescentes mujeres entre 0 a 17 años, y en el 2021 esta cifra aumentó registrando la atención 35 949 casos, en ambos años el mayor porcentaje de víctimas fueron por violencia sexual. Estas cifras demuestran que durante la pandemia el grado de vulnerabilidad y riesgo de este grupo etario se acrecentó, agudizado por las restricciones de atención a los servicios especializados en casos de violencia de género.
A partir de estas disposiciones las y los adolescentes se vieron en la necesidad de establecer y/o reforzar estrategias de afrontamiento ante situaciones de violencia, como se demuestra en los resultados preliminares de la presente investigación, que nos brindan un panorama general de cómo las adolescencias se han visto afectadas bajo este nuevo contexto. En la encuesta dirigida a adolescentes, se han identificado las distintas estrategias que emplean frente a situaciones de violencia de género y la desinformación que se enfrentan; siendo la primera, acudir a una persona de confianza en el ámbito familiar. Recurrir a un referente de confianza dentro de la familia ante situaciones de duda, riesgo o falta de información es una respuesta común por parte de las y los adolescentes, por representar una figura de autoridad y carácter que puede enfrentar situaciones de inseguridad, según la percepción de los encuestados.
La segunda estrategia es el intercambio de experiencias y conocimientos con sus pares, una acción común que emplean los adolescentes. Y la tercera, es la generación de criterios de confiabilidad para el filtro de la información a la que acceder por medio del internet.
En las respuestas, sólo una adolescente identificó como servicios confiables de información referentes a las instituciones públicas, específicamente en lo concerniente a la seguridad y protección.
A pesar del panorama crítico en relación a la violencia sexual y al incremento nacional durante el 2020 de casos de embarazo no planeado en niñas y adolescentes (0-14 años) entre otras vulneraciones, la respuesta institucional del estado peruano fue limitada debido a varios aspectos como son: el bajo acceso a servicios diferenciados de salud adolescente, la resistencia a proveer servicios tanto de consejería como de acceso a métodos anticonceptivos en contraste con el conocimiento de los prestadores de salud a la normativa. En este contexto la investigación muestra que se desarrollaron simultáneamente estrategias de afrontamiento de los Puntos de Cultura en Lima norte y sur, por el lado de las organizaciones y/o colectivos, estos se involucran superficialmente con organizaciones estatales (Centros de Salud, MIMP) como con colectivos que abordan la salud sexual y reproductiva (28S, Movimiento “Ni Una Menos”, 25N, etc.), y a su vez desarrollan algunas actividades culturales y de capacitación enmarcadas en la temática, en contraste con lo anterior simultáneamente existe una resistencia a la aplicación del enfoque de género y derechos de los niños, niñas y adolescentes. En el caso de las estrategias desarrolladas por las y los propios adolescentes integrantes, estas fueron: acudir mayoritariamente a sus familiares, pares y/o integrantes del colectivo al que pertenecen para realizar consultas en violencia sexual y reproductiva, y solamente en 1 caso hace referencia a especialitas y otro a acudir a una institución de denuncia. Lo que significa la continuidad de esta grave amenaza que atenta contra los derechos sexuales y reproductivos de las y los adolescentes.
La lógica de cuidado y distribución del trabajo en adolescentes tiene similitudes con la reproducida por adultos basada en desigualdades de género predominantes en el contexto peruano, sin embargo su explicación y entendimiento necesita profundizar también en las relaciones de poder que se dan en los vínculos intergeneracionales y la predominancia del adultocentrismo para tener un total entendimiento puesto que los usos del tiempo empleados por los y las adolescente tienen una distribución diferenciada de los adultos, hemos encontrado también que la realización de estas labores en ambos sexos, diferenciándose únicamente en la labor del cuidado de niños o niñas , actividad reconocida solo por adolescentes mujeres. Existe entonces una deuda pendiente desde el estado e instituciones por visibilizar los cuidados que realizan las y los adolescentes como aporte al grupo familiar con todas las particularidades que ellos implica, así como contar con estudios que especifiquen estas situaciones diferenciando no solo el sexo sino también los grupos etareos.
Además pone en evidencia cómo se entrecruzan las labores escolares, labores de cuidado, actividades de socialización , recreación y otras experiencias individuales en un mismo tiempo y espacio,por lo tanto es importante para la investigación conocer si estas han existido previamente, se han generado en el proceso de aislamiento social obligatorio o solo se han visto reformuladas, en correspondencia a lo mencionado anteriormente, es necesario identificar, en caso se requiera, cómo se vieron reformuladas trasladándose únicamente al espacio físico del hogar.
A través de la interacción entre el equipo de investigación y las organizaciones y/o colectivos del Programa Puntos de Cultura, se encontraron coincidencias con la necesidad de ampliar los alcances de la investigación e interacción desde las Ciencias Sociales frente a los actores sociales. Considerando la devolución y retroalimentación de las experiencias y conclusiones a partir de lazos y redes de cooperación establecidos, y el reconocimiento institucional mutuo por medio de un trato horizontal.
Bibliografía:
Defensoría del Pueblo (2021) Informe sobre la Supervisión de intervenciones efectivas para la prevención del embarazo no planeado en adolescentes. Serie de Informes especiales N°007-2021-DP.
Mannarelli, M., Pérez, E., Alarcón, K, Tello, C y Espinoza, K. Proyecto “Voces que existen: experiencias adolescentes frente a la violencia de género durante la pandemia por covid-19" existen. CONCYTEC, 2021.
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Movimiento Manuela Ramos (2010) El Uso del Tiempo de las Mujeres Análisis Metodológico de la valoración económica del Trabajo gratuito de las personas y datos de la Dos estudios y dos reflexiones I Encuesta Nacional de Uso del Tiempo.
Necochea López, Raúl. “La planificación familiar en el Perú del siglo XX. Lima, IEP; UNFPA, 2016. (Salud y Sociedad, 4)
Observatorio Nacional de Violencia Contra las Mujeres y los Integrantes del Grupo Familiar.Red de Servicios del MIMP.
Palabras clave:
Salud sexual y reproductiva, Adolescencias, Violencia de género, Covid-19.