Se analizan las prácticas de intervención comunitaria de equipos de salud mental en el marco de la implementación del modelo comunitario de salud mental en Chile. Se indaga si estos abordajes revierten o no los procesos exclusión social y estigma que se reproducían en el modelo de atención cerrada. La metodología utilizada fue cualitativa y con diseño fenomenológico. La muestra alcanzó a 30 personas. Para la recogida de datos se utilizó entrevista en profundidad y entrevista grupal. Se procesaron los datos con análisis de contenido. Los resultados muestran que los equipos de salud participantes de este estudio, comprenden la intervención comunitaria como un enfoque que requiere el tratamiento médico-farmacológico como algo central. Lo comunitario se entiende como actividades específicas de vinculación con el entorno, ya sea en el barrio donde viven las personas y/o con actividades lúdicas de recreación que apenas se consensuan con usuarios o familiares. La noción de red la visualizan como coordinación de acciones institucionales en redes de salud y sobre enfoque de derechos, es percibido como derecho a recibir atención médica, donde las personas con diagnóstico psiquiátrico son apreciadas como depositarias de información, con necesidad de cuidados, orientación y apoyo social.
#00659 |
Utilización de servicios de salud ambulatorios del primer nivel en población adolescente en México: factores asociados y motivos de consulta
Antecedentes. En México, 17% de la población total es adolescente (10-19 años). Aunque esta población se asume saludable, hay evidencia de que en ellos coexisten las enfermedades infecciosas, las lesiones y los problemas mentales. Para que esta población alcance su potencial en salud se necesita garantizarles su acceso a servicios de salud, ya que este grupo es el que menos servicios de salud utiliza, así como por el efecto que los servicios de salud tienen para promover hábitos saludables.Las actuales reformas del sistema de salud mexicano privilegian el modelo de Atención Primaria de la Salud, por ello la importancia de conocer los motivos por los que los adolescentes utilizan servicios de salud del primer nivel, su prevalencia y determinantes de uso, aspectos poco estudiados en esta población.Objetivos. Estimar la prevalencia de uso de servicios de salud ambulatorios en adolescentes de 10 a 19 años, identificando los factores que influyen en su utilización y describir sus principales motivos de consultaMétodos: Estudio transversal basado en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2018-19. Se identificó a adolescentes (10-19 años) con necesidades de salud, y de éstos, a quienes recibieron atención por personal de salud en centros de salud y unidades del primer nivel (utilizadores). Analizamos los motivos de consulta por sexo y nivel socioeconómico (SES). Dos modelos logísticos evalúan los factores asociados con el uso de servicios de salud y elección de proveedor (público o privado).Resultados: Encontramos que 6% (n=1,732) de los adolescentes reportó necesidades de salud, 64% de los cuales utilizó servicios ambulatorios en primer nivel. Las infecciones respiratorias y gastrointestinales son los principales motivos de consulta; existe una distribución heterogénea entre sexos y SES; la atención del embarazo es un motivo frecuente de consulta en hogares pobres, mientras las lesiones por tránsito lo son en hogares ricos. El vivir en pareja y tener seguro médico son los principales predictores del uso de servicios de primer nivel. La escolaridad del jefe del hogar y el SES se asocian con el uso de servicios privados, mientras que ser beneficiario de transferencias monetarias con el uso de servicios públicos. Conclusiones: En México persisten factores estructurales en los adolescentes que limitan su utilización de servicios de salud, principalmente en los de mayor desventaja social. Será necesario que las políticas y programas de salud dirigidos a esta población, consideren estas disparidades para lograr mejores resultados en salud con equidad.
#00925 |
Salud mental en adolescentes de áreas rurales de Chiapas: deuda histórica en la atención en salud
LUZ MARIA GONZALEZ ROBLEDO1
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MARIA CECILIA GONZALEZ ROBLEDO
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DUBRAVKA MINDEK
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1 - Universidad Autonoma del Estado de Morelos.2 - Instituto Nacional de Salud Pública.
En niños y adolescentes la depresión y ansiedad son problemas en ascenso. En México, cerca del 25% de los adolescentes presenta uno o más trastornos mentales, entre los más comunes estos dos. En países de ingresos medios y bajos existe una enorme brecha entre las necesidades de atención en salud mental (SM) y la disponibilidad de servicios para su atención por falta de recursos financieros, infraestructura y capital humano, siendo más accesibles en entornos urbanos. En países de alta desigualdad social como México, los problemas de salud, incluidos los de SM, tienen expresiones dramáticas en poblaciones rurales y pobres dado su alto nivel de vulnerabilidad social y la baja probabilidad de acceder a servicios sanitarios. Además, el eje de atención de la SM sigue estando en los hospitales psiquiátricos, con poca disponibilidad en el primer nivel de atención. También, los atributos culturales y religiosos de la enfermedad y los sistemas de creencias influyen en el comportamiento de búsqueda de ayuda complicando más el acceso a estos servicios. Objetivo: analizar los condicionantes de la búsqueda de servicios de SM en adolescentes de la región de La Frailesca, con vistas a comprender cómo abordar los desafíos y aprovechar las oportunidades en contextos rurales y culturales específicos. Metodología: estudio observacional, descriptivo, transversal con componentes cualitativo y cuantitativo. Se realizó encuesta a hogares con una muestra de 2,082 adolescentes y grupos focales con 73 participantes en cuatro municipios durante 2019. Se recolectó información sobre sintomatología de depresión y ansiedad, determinantes sociales de la SM y acceso y uso de servicios de SM en población de 14-20 años. Se utilizó estadística descriptiva y análisis interpretativo, además de estrategias de triangulación y complementariedad. Resultados: De los adolescentes encuestados, 20.6% tuvo tamizaje positivo de depresión y 31% de ansiedad y de todos aquellos detectados con alguno de estos trastornos 15.7% presentaron ambas condiciones. La depresión la asocian a sentir vacíos y tristeza, mientras que la ansiedad a los nervios y la preocupación. Las manifestaciones de estas condiciones presentaron diferencias por género. Entre los condicionantes de la búsqueda de atención se encontraron: escaso reconocimiento de estos trastornos por los adolescentes; escaso lenguaje para conceptualizarlos; hablar de problemas personales o del hogar con otras personas es culturalmente inapropiado; desvalorización del cuidado general de la salud: sólo buscan atención cuando consideran grave la enfermedad. La mayoría manifestó que no se requiere atención sanitaria para los problemas emocionales y una gran proporción no sabe dónde o con quién acudir. Conclusión: es imperativo desarrollar campañas de comunicación social y talleres sobre temas de SM con adolescentes de zonas rurales e implementar estrategias culturalmente apropiadas y con enfoque de género para acercar a esta población a los servicios de salud de las localidades.
#02338 |
Despatologização da Loucura: desafios para a Reforma Psiquiátrica Brasileira
Alecsonia Pereira Araujo1
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Rafael Nicolau Carvalho
1
Este trabalho é um recorte do projeto intitulado “Os (des)sentidos da loucura: experiência de sofrimento de pessoas com problemas de saúde mental em João Pessoa, Paraíba, Brasil”. O objetivo geral é compreender a experiência de sofrimento de pessoas com problemas de saúde mental que utilizam os Centros de Atenção Psicossocial (CAPS). Para atender a esse objetivo, foram utilizadas diferentes metodologias de pesquisa, tais como: pesquisa bibliográfica, pesquisa documental e entrevistas com base na história oral. No entanto, este trabalho é uma síntese teórica produzida por meio de uma revisão narrativa da literatura. O objetivo da revisão foi colocar em suspensão a narrativa que captura a vivência da loucura como patologia. Assim, procedeu-se à análise de algumas categorias que surgiram ao longo do processo de investigação, a saber: as diferentes compreensões para o sofrimento, sobretudo, a complexidade em torno do sofrimento psíquico; o debate sobre a subjetividade e a constituição da psiquiatria como saber dominante sobre a saúde mental. Buscou-se aporte teórico para a compreensão dessas categorias nos clássicos da sociologia como Durkheim, Marx e Weber e nos contemporâneos representados, especialmente por Michel Foucault. Autores considerados expoentes da crítica ao modelo da psiquiatria e desenvolvimento do processo de reformas psiquiátricas, como Franco Basaglia e Frantz Fanon foram incorporados às leituras. No Brasil buscou-se aporte nos escritos de Paulo Amarante, por ser a grande referência brasileira, e defensor do processo de despatologização. Com base nas indicações teórico-metodológicas dos autores e dentre as diversas publicações consultadas que tratam direta e indiretamente do tema sofrimento, criamos esquemas de análise que orientaram o processo de sistematização e permitiram levantar as primeiras respostas aos problemas de pesquisa. Sugere-se que a construção sócio-histórica da experiência da loucura é complexa e atravessada por múltiplas concepções e intervenções, pois é construída a partir de um envolvimento de exclusão e patologia. As leituras também permitiram perceber que a experiência da loucura é uma construção social, ou melhor, ela só existe na sociedade e é fortemente determinada pela cultura. À medida que os dois movimentos de reforma avançavam, iniciaram-se processos de desconstrução e mudança, buscando romper com a noção patológica de loucura e manifestações de sofrimento. No Brasil, a reforma psiquiátrica em curso vem incorporando diferentes elementos na construção das ações e dos sentidos atribuídos ao cuidado na rede de saúde mental. Contudo, o saber psiquiátrico ainda é a narrativa dominante que coloca a noção de doença nas manifestações do sofrimento. Para avançar, a reforma psiquiátrica precisa despatologizar a loucura e o sofrimento humano, compreendendo-os como vivências singulares dos indivíduos determinadas pelo contexto social.
Introducción:
Este trabalho é um recorte do projeto de tese intitulado “Os (des)sentidos da loucura: experiência do sofrimento das pessoas com problemas de saúde mental em João Pessoa, Paraíba, Brasil”. O objetivo geral da tese é compreender a experiência do sofrimento das pessoas com problemas de saúde mental que utilizam os Centros de Atenção Psicossocial (CAPS). Na perspectiva de atender este objetivo, utilizaram-se metodologias de pesquisa, quais sejam: pesquisa bibliográfica, pesquisa documental e pesquisa de campo, com base na história oral. No entanto, este trabalho trata-se de uma síntese teórica produzida por meio de uma revisão narrativa da literatura. A revisão teve por objetivo colocar em suspensão a narrativa que captura a experiência da loucura como patologia. E evidencia a loucura enquanto experiência singular do sofrimento humano, cujos sentidos e significados associados a esta são construções socioculturais, o que nos permite apostar em uma nova imagem social da loucura. Com esse entendimento, pode-se romper com a visão da loucura enquanto doença mental e todo seu processo biologizante, reducionista, excludente, incapacitante e estigmatizante.
É fato que o campo da saúde mental foi marcado historicamente pela hegemonia do modelo biomédico e pelo surgimento de práticas e aparatos institucionais de controle e exclusão, cuja construção está expressa na forma como a loucura foi transformada, enquanto expressão da experiência humana, em patologia, devendo ser tratada em ambientes fechados. Nesses ambientes, oportunamente, a psiquiatria assume um lugar que lhe garantirá a apropriação da loucura como seu objeto de conhecimento. Ou seja, desde que a loucura foi apropriada conceitualmente pelo discurso da psiquiatria, que a reduziu e a categorizou como doença, as práticas em saúde mental, mesmo sob a justificativa de função terapêutica, já apresentavam um caráter desumano e excludente, desenvolvidas nos hospitais psiquiátricos.
No entanto, essa realidade começa a mudar mais precisamente após a Segunda Guerra Mundial, quando a sociedade questiona a situação de privação de liberdade e de uma infinidade de desrespeito aos direitos humanos a que eram submetidas as pessoas internadas em instituições psiquiátricas, desencadeando uma erosão do saber psiquiátrico. Assim, começaram a surgir as propostas de reformas psiquiátricas que questionam as formas tradicionais de assistência, evocando uma atenção psicossocial e o processo de desinstitucionalização. Esta não deve ficar restrito a mudanças institucionais, administrativas e/ou técnicas dos serviços de saúde mental, mas, em especial, como processo que contribui para construção da imagem e da autonomia das pessoas com problemas de saúde mental como sujeito político e social. Para Amarante (2009), a saúde mental não se restringe apenas à psicopatologia ou à semiologia e não pode ser reduzida ao estudo e tratamento das doenças mentais. Com a reforma psiquiátrica, a saúde mental é entendida como campo social, político e do conhecimento, sendo a psiquiatria mais uma área que faz parte da complexa rede de saberes que envolve a temática da saúde mental.
Na particularidade brasileira, o campo da saúde mental vivencia um contexto de mudanças com o processo de reforma psiquiátrica em curso; no entanto, não significa uma ruptura com os valores da biomedicina, mas, por outro lado, aponta para a necessidade de uma valorização da experiência narrada por indivíduos que experienciam o sofrimento, entendendo que tais experiências não se resumem à patologia definida, como é compreendido pelo paradigma biomédico.
Corroborando com os preceitos da reforma psiquiátrica, defendemos a superação do diagnóstico de doença mental, associado ao sofrimento vivenciado pelas pessoas, tendo em vista a perspectiva de lidar com o sujeito e não com uma doença, a qual é a raiz do modelo psiquiátrico, institucionalizado e disciplinador, sustentada pela relação de poder-saber que a psiquiatria formou em torno da loucura. Com isso, não queremos secundarizar a complexidade em torno do fenômeno da loucura e de seu processo saúde-doença, mas entender o sofrimento como doença aponta para a busca de um tratamento e de uma cura, mecanismos amplamente questionáveis quando se trata de saúde mental. “Novas tecnologias científicas, que se destinem à cura da doença mental, continuam apenas apresentando um problema que não pode ser resolvido” (Torre & Amarante, 2001, p. 80). Ainda para os autores,
. . . o dispositivo da clínica é o mecanismo que permite lançar visibilidade sobre o processo de saúde-doença, e que traz consigo táticas fundamentais como a internação, justificada pela crise e pela periculosidade do indivíduo em relação a si e aos outros, como o ato terapêutico que busca a cura, como sua objetivação na forma de corpo doente. Formas que precisam ser desmontadas (Torre & Amarante, 2001, p. 80).
Nesse sentido, enfatizamos a necessidade de duas questões fundamentais no campo da saúde mental: uma relacionada à busca de efetivo desmonte das bases do modelo psiquiátrico, que coloca o indivíduo na condição de sujeito-objeto. E a outra da transformação para sujeito-ator-político, que compreende, luta e conquista sua autonomia e, consequentemente, sua cidadania e de seu “grupo”, protagonizando sua própria história.
De acordo com Rotelli (1990 como citado em Torre e Amarante, 2001), “. . . no lugar do objeto doença mental, o objeto existência-sofrimento do sujeito em sua relação com o corpo social” (p. 79). Assim, temos uma contraposição de duas noções em torno do entendimento do sofrimento psíquico, uma defendida pela psiquiatria como doença e a outra entendida enquanto dimensão do sujeito-ator-político que sofre.
Dito isso, apresentamos o estudo da seguinte forma: a metodologia com as indicações da revisão de literatura, os resultados com as nossas análises e as conclusões, seguidas das bibliografias utilizadas.
Desarrollo:
A revisão de literatura nos apresentou conceitos essenciais a partir da pesquisa bibliográfica, cuja abordagem possibilitou o aprofundamento conceitual e teórico sobre a temática, uma vez que busca “. . . realizar um movimento incansável de apreensão dos objetivos, de observância das etapas, de leitura, de questionamentos e de interlocução crítica com o material bibliográfico. . .” (Lima & Mioto, 2007, p. 37).
Para Lima e Mioto (2007), a principal técnica de apreensão da pesquisa bibliográfica é a leitura, que deve estar atenta para identificar as informações consistentes para o objeto de estudo. Daí a necessidade de realizar “. . . leituras sucessivas do material para obter as informações e/ou dados necessários em cada momento da pesquisa . . .” (Salvador, 1986 como citado em Mioto & Lima, 2007, p. 41).
Assim, a partir das indicações metodológicas apontadas por esses autores, em torno do processo de leitura, e dentre as inúmeras publicações que tratam direta e indiretamente da temática, selecionamos obras e autores, os quais foram as lentes que guiaram o processo de sistematização e abordagem analítica para delinear as categorias teóricas do nosso estudo.
Desta feita, procedeu-se com análise de algumas categorias que surgiram durante o processo da pesquisa bibliográfica, a saber: as diferentes compreensões para o sofrimento, sobretudo, a complexidade em torno do sofrimento psíquico; o debate sobre a subjetividade e a constituição da psiquiatria como saber dominante sobre a saúde mental. Buscou-se aporte teórico para a compreensão dessas categorias nos clássicos da sociologia como Durkheim, Marx e Weber e nos contemporâneos representados, especialmente por Michel Foucault. Autores considerados expoentes da crítica ao modelo da psiquiatria e desenvolvimento do processo de reformas psiquiátricas, como Franco Basaglia e Frantz Fanon foram incorporados às leituras. No Brasil buscou-se aporte nos escritos de Paulo Amarante, por ser a grande referência brasileira, e defensor do processo de despatologização.
Nesse sentido, acreditamos que as contribuições dos clássicos e contemporâneos abrem o caminho para fundamentar, de forma geral, a temática sofrimento e, de modo mais específico, o sofrimento social e psíquico.
. . . genericamente, sofrimento é um estado de aflição severa, associado a acontecimentos que ameaçam a integridade (manter-se intacto) de uma pessoa. Sofrimento exige consciência de si, envolve as emoções, tem efeitos nas relações pessoais da pessoa, e tem um impacto no corpo. Essa situação existencial de aflição grave verifica-se naquilo que a pessoa identifica com seu interior, usualmente associado a emoções, como ansiedade, e a sentimentos, como tristeza, frustração, impotência etc. O fato de tratar-se de vivência interior torna possível que não seja sempre detectável por um observador (Cassell, 2004, como citado em Oliveira, 2016, p. 228).
Para tanto, de modo geral, podemos dizer que o sofrimento pode ser caracterizado como sendo um estado da pessoa que sofre, cujo processo de sentir e vivenciar situações de isolamento, estresse, luto, tristeza, insônia, culpa, humilhação, ansiedade etc. é incorporado e se expressa de forma distinta. Esse sofrimento, na maioria das vezes, pode estar relacionado a acontecimentos externos ao indivíduo, vivenciados na esfera social, podendo se apresentar de forma transitória ou permanente e ser superado ou não. Entende-se, ainda, que a intensidade do sofrimento pode ser determinada pela percepção de risco à integridade do indivíduo, considerando as dimensões de sua vida.
Sendo assim, não podemos compreender o sofrimento psíquico como forma de doença ou adoecimento mental, com diagnóstico e, em sua maioria, é classificado enquanto doença crônica, mas,
. . . compreendemos sobremaneira que o sofrimento psíquico não é reservado àqueles que receberam algum diagnóstico específico, mas sim algo presente na vida de todos, que adquirirá manifestações particulares a cada um, e nenhum cuidado será possível se não procurarmos entender como se dão as causas do sofrimento em cada situação e para cada pessoa, singularmente. Além disso, compreendemos as doenças mentais – nos casos em que possam receber tal denominação – muitas vezes caracterizam-se como doenças crônicas, ou seja, como algo com que o sujeito precisará conviver ao longo da vida, como é o caso de diabetes ou doenças degenerativas (Brasil, 2013, p. 15).
A partir disso, concordamos com Cassell (2004 como citado em Brasil, 2013, p. 14), quando afirma que: “Corpos não sofrem, pessoas sofrem”.
Não há dúvidas que, na contemporaneidade, crescem assombrosamente diagnósticos pautados em um agrupamento de sintomatologias e o uso de antidepressivos e outros medicamentos psicoativos. Criam-se concepções padronizadas de linguagem comum e de critérios para classificar o sofrimento, a exemplo do Manual Diagnóstico e Estatístico de Transtornos Mentais (DSM-5), representando uma das maiores fontes de controle psicossocial e de manutenção de patologias na atualidade (Ceccarelli, 2010 como citado em Portela, 2019). O referido manual é uma das constatações de que:
. . . as pessoas estão sendo convencidas de que qualquer problema, qualquer contrariedade é insuportável, o que transformou o sofrimento psíquico em uma doença mental, para a qual existe um medicamento apropriado para a emoção que o sujeito não deveria sentir (Ceccarelli, 2010 como citado em Portela, 2019, p. 11).
Nessa perspectiva, revela-se a ideia de enquadramento do sofrimento psíquico às doenças mentais a serem conduzidas por meio do modelo biomédico, excluindo a vivência da pessoa.
Compreender a vivência da pessoa nos remetem a entender, delimitar e ampliar nossa compreensão que a vida e suas nuances existem e influenciam o sofrimento psíquico, e que este não necessariamente deve ser identificado como um “adoecimento mental” que, muitas vezes, é identificado como doença crônica, com indicação de tratamento e a rotulação permanente de incapacidade para vida.
Desta feita, concordamos com o pensamento de Sampaio (1993 como citado em Souza; Pontes & Jorge, 2018, p. 37), quando conceitua sofrimento psíquico como:
O conjunto de mal-estares e dificuldades de conviver com a multiplicidade contraditória de significados, oriundo do antagonismo subjetividade/objetividade. Caracteriza-se por dificuldade de operar planos e por definir o sentido da vida, aliado ao sentimento de impotência e de vazio, o eu experimentado como coisa alheia (Sampaio, 1993, como citado em Souza; Pontes & Jorge, 2018, p. 37).
Esse conjunto de mal-estares, de dificuldades e de desafios constantes sinalizam para a complexidade em torno de um cuidado e de uma atenção que dê conta de compreender o indivíduo que sofre de forma integral.
Para Perrusi (2015), o sofrimento psíquico é um fato social por estar imbricado na sociedade por meio da cultura e, assim, tornou-se universal, pois além de ser corriqueiro, lhe é dada a mesma importância de uma dor somática, ocupando todas as esferas sociais, mobilizando um conjunto de atores sociais na perspectiva de amenizá-lo.
O sofrimento psíquico é uma construção social, embora sua expressão seja individualizada. É individualizado, porque é socializado dessa forma. Por isso, é de ninguém e de todos – empiricamente infinito e sociologicamente limitado (Otero, 2005 como citado em Perrusi, 2015, p. 9).
Ainda nessa esteira, tem-se o pensamento de Brant e Minayo-Gomez (2003 como citado em Souza; Pontes & Jorge, 2018), sinalizando que, de modo geral, podemos dizer que a vivência do sofrimento psíquico é subjetiva, no entanto, acrescentam revelando “. . . que as manifestações e reações se agravam conforme o ambiente desfavorável, no qual o indivíduo encontra-se inserido. . .” (p. 38), ou seja, assume uma significação individual, mas que mantém uma inter-relação com a esfera social. Sendo assim, para a obtenção de mais elementos que caracterizem o sofrimento psíquico, podemos dizer que este se constitui como um fenômeno com múltiplas expressões, que pode estar presente em qualquer fase da vida humana, momentaneamente ou não, tendo como eixo principal o entendimento do intrincado processo de subjetividade e de objetividade.
No esforço de entender esse intrincado processo, compreende-se que o sofrimento psíquico é composto por um duplo e indissociável complexo de relações que participam do processo social em sua totalidade. Trata-se de um processo unitário, no qual se desdobram dois movimentos ontologicamente reais e interligados, um que está no plano interno do indivíduo em si e o outro no plano externo-social. Para tanto, não pode existir sofrimento humano singular fora de uma totalidade social.
Estas indicações nos permitem o entendimento de que o sofrimento psíquico apresenta duas dimensões fundamentais. A primeira como uma vivência subjetiva ou pessoal, compreendida a partir de uma subjetividade individual, que também é coletiva, considerando que a subjetividade produz e é produto social. E a segunda como um fato social e uma construção social decorrente da inter-relação produzida pelos indivíduos, que podemos denominar de inter-relação societária, pois ocorre a partir de uma mediação inevitável, em que a objetividade (sociedade) opera sobre a subjetividade (indivíduos) e vice-versa. Desse processo resulta a multiplicidade e heterogeneidade dos modos de expressões do sofrimento psíquico que, ao longo da história da humanidade, é objeto de estudos e de enfrentamentos.
No tocante à compreensão de que o sofrimento psíquico se apresenta enquanto uma vivência que é subjetiva, esta é justificada pelo fato daquele que experiencia o sofrer ser um sujeito individual (o sofrer é uma experiência pessoal) e, assim, não se tem uma manifestação padronizada para todos os indivíduos; isto é, um determinado fato pode causar sofrimento intenso para um e pode não ser para outro, mesmo estando inseridos no mesmo contexto social. Desse modo, “. . . É importante reconhecer que o sofrimento não tem uma manifestação única para todos os indivíduos de uma mesma família, cultura ou período histórico . . .” (Brant & Minayo-Gomez, 2004, p. 214).
No entanto, não podemos subtrair do indivíduo sua essência social, haja vista ser o indivíduo um produto histórico. Ou seja: “O ser humano só se individualiza pelo processo histórico” (Marx, 2011, p. 407). Aos modos de Marx, podemos inferir que a subjetividade não deve ser pensada como instância autônoma, própria, independente e abstrata, bem como não pode ser posta naturalmente, dada imediatamente ao indivíduo.
Seguindo as reflexões de Marx, pode-se dizer que a subjetividade é produzida socialmente em um determinado contexto e tempo histórico, não significando que a subjetividade está reduzida aos reflexos do processo histórico da vida econômica, mas ela é um componente indissociável, inerente, sendo uma produção que se dá em conjunto e, assim, imprescindível nos processos de formação da vida humana.
Entendendo que a subjetividade é essencialmente produto do processo social, sendo também expressão do processo singular da condição humana, traduz-se que a experiência do sofrimento psíquico é individual, podendo também ser coletiva, haja vista que o sentido do sofrimento individual pode ser partilhado. Assim, estamos diante de paradigmas que representam a complexidade em compreender como se dá a produção da subjetividade e a experiência do sofrimento psíquico no campo da saúde mental.
Lembrando que no campo da saúde mental, a subjetividade coletiva da pessoa em sofrimento psíquico sempre esteve atrelada aquele tido como alienado, incapaz, irracional etc., imagem que começa seu processo de erosão a partir da reforma psiquiátrica, invocando a participação desse sujeito enquanto protagonista, construtor de projetos, de cidadania, de subjetividade (Torre & Amarante, 2001).
A partir das indicações teórico-metodológicas acima descritas e entre as inúmeras publicações consultadas que tratam direta e indiretamente da temática loucura e sofrimento, foi possível identificar a possibilidade de um processo, em curso, de despatologização da loucura, cujas indicações a seguir fundamentaram nossas análises, vejamos: >> Aponta-se que a construção sócio-histórica da experiência da loucura é complexa e atravessada por múltiplas concepções e intervenções as quais se inscrevem a partir de um invólucro de desrazão, exclusão e da patologia; >> As leituras possibilitaram perceber também que a experiência da loucura, apesar de ser uma experiência subjetiva, é uma construção social, ou seja, só existe em sociedade e é fortemente determinada por uma determinada cultura, e assim, com os avanços dos movimentos reformadores são iniciados processos de desconstrução e mudança que buscam romper com a noção patológica sobre a loucura e sobre as manifestações do sofrimento.
Lembrando que no Brasil, a reforma psiquiátrica em desenvolvimento vem incorporando diferentes elementos na construção de ações e dos sentidos atribuídos ao cuidado na rede de saúde mental, e assim segue defendendo a criação de novos saberes e práticas pautadas no respeito à diversidade dos diferentes modos de existir, no tratamento digno e ao abandono de práticas coercitivas. Contudo, o saber psiquiátrico ainda é a narrativa dominante que coloca a noção de doença às manifestações do sofrimento.
Conclusiones:
A reforma psiquiátrica para avançar precisa despatologizar a loucura e o sofrimento humano, compreendendo-os como vivências singulares dos indivíduos determinadas pelo contexto social.
Pensar sob este prisma, nos indica que toda a humanidade estar suscetível ao sofrimento, em algum momento da vida, e que este sofrimento pode tornar-se mais intenso. De acordo com Freitas (2021), apesar de esse entendimento configurar-se enquanto uma dimensão universal, o sofrimento, inclusive o mais intenso, pode ser entendido como comportamento inerente à condição humana, que deve ser compreendido mediante as experiências difíceis de nossas vidas, não necessariamente significa alguma doença.
Ademais, quando se trata de saúde mental, percebe-se que a psiquiatria transforma sofrimentos, como ansiedade, medo, pânico, em uma dor, mesmo que esta seja denominada de psíquica, comparada e sendo uma variação de qualquer outra dor física, que necessita de medicamentos para saná-la. Conquanto, apesar da predominância dos preceitos da psiquiatria, deve-se atentar que a dor psíquica tem uma especificidade, ela remete mais à subjetividade do indivíduo do que ao corpo biológico propriamente dito (Perrusi, 2015). Esse autor apresenta uma distinção analítica importante, afirmando que a dor é, no máximo, própria do corpo físico; enquanto o sofrimento pode ser considerado uma manifestação da subjetividade que envolve os aspectos culturais, as representações, a rede de sentidos e significados compartilhada pelo grupo social do indivíduo. A esse propósito, necessita-se de um olhar diferenciado, um olhar que não separa o sofrimento das dimensões físicas, psicológicas, mentais e espirituais, nem dos impactos do conjunto de forças sociais, econômicas, políticas, culturais, enfim, do reconhecimento da indissociabilidade das esferas da vida de cada indivíduo.
Assim, a grande questão é: compreender a loucura como experiência do sofrimento singular humano, e não mais como uma experiência patológica.
Bibliografía:
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Brasil, Ministério da Saúde, Secretaria de Atenção à Saúde. (2013). In: Cadernos de Atenção Básica: Saúde Mental, nº. 34. Brasília/DF, 2013, p. 176. ISBN: 978-85-334-2019-9.
Freitas, F. (2021). Reforma psiquiátrica Brasileira: alternativas ao diagnóstico psiquiátrico (1) | Mad In Brasil: Ciência, psiquiatria e justiça social, 3 jun. 2021. https://madinbrasil.org/2021/06/reforma-psiquiatrica-brasileira-a-problematica-do-diagnostico-1/ Acesso em: 05 out. 2021.
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Perrusi, A. (2015). Sofrimento psíquico, individualismo e uso de psicotrópicos: um ensaio sobre a individualidade contemporânea. Tempo Social, v. 27, n.1, jun.
Portela, P. N. (2019). Patologização da vida: quando comportamentos comuns se transformam em transtornos mentais. v. 2/25, p. 25. https://blog.cenatcursos.com.br/patologizacao-da-vida/.
Torre, E. H. G.; Amarante, P. (2001). Protagonismo e subjetividade: a construção coletiva no campo da saúde mental. Ciência e Saúde Coletiva. [s. l.], v. 6 , n.1, p. 73-85. https://www.scielo.br/j/csc/a/pSWQzXMxtHGb7HLm6hwPMwp/?format=pdf&lang
Souza, A. R. de; Pontes, J. R. S.; & bJorge, M. S. B. (2018). Experiências em situação de crise de sujeitos em sofrimento psíquico: análise de narrativas. Fortaleza: EdUECE. ISBN: 978-85-7826-717-9 (E-book).
La calidad de vida de los niños, las niñas y los adolescentes con enfermedad grave o crónica compleja está condicionada por la atención que reciben del entorno que les rodea. Esta hipótesis es el punto de partida del proyecto de investigación Cuidados paliativos y calidad de vida en la infancia y adolescencia. Respuestas educativas personalizadas, contextualizadas e interdisciplinares (PID2020-114712RB-I00), financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación del Gobierno de España. De acuerdo con la hipótesis planteada, se propone como objetivo general: Mejorar la calidad de vida en niños, niñas y adolescentes que reciben tratamientos paliativos mediante la elaboración de respuestas educativas personalizadas y contextualizadas, a la vez que se construyen redes interdisciplinares de apoyo a los cuidados paliativos y se desarrollan estrategias inclusivas dirigidas a la sensibilización y la formación de la comunidad educativa. Este objetivo se subdivide en 6 objetivos específicos que se trabajan a partir de una metodología de investigación basada en un diseño mixto explicativo-secuencial, que combina técnicas de recogida de información cuantitativas y cualitativas. Se desarrolla en las Islas Baleares (España). La investigación se divide en tres fases: la primera consiste en identificar y analizar las necesidades que presentan los/las niños/as y adolescentes que están recibiendo tratamientos paliativos, sus contextos familiares, los profesionales socio-sanitarios que los atienden, los contextos escolares de procedencia y otros recursos comunitarios de carácter asociativo. La segunda fase radica en el diseño y seguimiento de un plan piloto en diversos centros para generar y poner en práctica planes personalizados que mejoren la calidad de vida del alumnado con enfermedad grave o crónica compleja, así como materiales y actividades que permitan al grupo-clase acompañarle y comprender su situación y, si fuera el caso, afrontar el posible duelo o situación de muerte, de manera que se ofrezca una respuesta educativa normalizada y fundamentada a todo el alumnado. En la tercera fase, se procede a evaluar todas las actuaciones realizadas en cada uno de los centros estudiados en el marco del plan piloto y se identificarán las condiciones de transferencia a otros centros educativos y contextos socio-sanitarios. También se ponen en marcha estrategias de Aprendizaje-Servicio, de manera que se contribuya a transferir los resultados obtenidos a lo largo del proceso de investigación a la formación inicial de futuros profesionales de la educación y del mundo sanitario. Se persigue obtener unos resultados que tendrán un impacto de carácter social y también encontrar soluciones educativas que permitan mejorar la calidad de vida de los niños/niñas y adolescentes que están recibiendo tratamientos paliativos, incrementando sus oportunidades para seguir aprendiendo, comunicarse y mantener una vida digna, cubriéndose así algunas de las necesidades, emocionales, psicosociales y físicas.
#03166 |
Significados de la experiencia de mujeres con eventos de Morbilidad Materna Extrema asociados a las demoras 1 y 2 en la búsqueda de atención en salud: Expresión de la línea abismal entre el saber biomédico hegemónico y el saber y experiencia de las mujere
Este trabajo propone recuperar los conocimientos y las experiencias de mujeres que han vivido procesos de enfermedad relacionados con el embarazo, el parto y el puerperio, y que son reconocidas como causales de mortalidad materna, y situarlos en relación con la búsqueda de la atención en salud biomédica, para desde una mirada de las epistemologías del sur poder visibilizar los desencuentros que se generan entre los sistemas de salud eurocéntricos, los sistemas de salud alternativos y las interpretaciones que realizan los profesionales de la medicina y las mujeres sobre signos, síntomas y elementos contextuales que se relacionan con los cuadros nosológicos que las mujeres padecen. Este trabajo busca comprender los significados construidos en la experiencia de las mujeres que sufrieron eventos de MME y su relación con las demoras 1 y 2 en la atención en salud, tomando como base los relatos de vida de mujeres que sufrieron experiencias de morbilidad materna extrema en cuatro ciudades colombianas. Se utilizó un enfoque cualitativo, realizando análisis interpretativo en el marco de las epistemologías del sur. Los resultados muestran como la interpretación dada por lxs profesionales de la el modelo médico hegemónico, difieren de las interpretaciones que hacen las mujeres de sus propias experiencias las cuales están influenciadas por aspectos sociales y culturales de su propia experiencia subjetiva o de la experiencia de sus familias y comunidad, que a la vez están insertas en marcos de violencia estructural y en saberes y prácticas ancestrales. En este sentido, lxs profesionales de la salud, sustentados en el conocimiento biomédico hegemónico, reproducen la línea abismal, invisibilizando a las mujeres como personas sujetos de derechos, ciudadanas, situadas en contextos específicos. Esta invisibilización de las mujeres se evidencia, primero cuando se espera que ellas interpreten los síntomas y signos de alarma de manera homogénea, de la misma manera que lo hace el conocimiento del sistema biomédico. Los relatos presentados por las mujeres construyen significados diversos sobre esos signos y síntomas de acuerdo con sus contextos situados, sus vulnerabilidades sociales y económicas, a la presencia de violencia estructural y a sus contextos culturales. Por otro lado, otro elemento que suma a la invisibilidad y mantenimiento de la línea abismal es el no reconocimiento de otros subsistemas de salud, diferentes al profesional biomédico hegemónico, que se combinan con este en los itinerarios terapéuticos que utilizan las mujeres y las familias para resolver problemas de salud, incluyendo la atención en el proceso de embarazo.
#03472 |
La demanda de cuidados de largo plazo por los adultos mayores: un problema público sin aplazamiento en México
El cambio en la estructura por edad en México, lleva a plantear el envejecimiento como un problema ya estructural y no solo coyuntural. De acuerdo con el Censo 2020, México se estima que el 12.01% de la población total, es adulto mayor. Con la tendencia histórica, se ha proyectado para el 2050 que una cuarta de la población nacional esté envejecida; lo cual implicará una transformación en los cuidados de largo plazo por la población de este grupo etario, al demandar por un periodo extendido cuidados, apoyo y atención especializada. Con base en los datos del Censo 2020, se comparan la demanda en las tres zonas urbanas más importantes de México: Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara. Tan heterogéneas las características demográficas y sociales, destaca la primera por tener 16.2% de la población envejecida y 18.5% con alguna discapacidad; demandante de cuidados de largo plazo. La readaptación y provisión de cuidados y servicios de salud, es un tema que implica movilizar recursos materiales, humanos, de infraestructura y financieros, para brindar los cuidados a largo plazo necesarios y emergentes en la vida pública y privada, en donde las nuevas reconfiguraciones residenciales y familiares toman un papel relevante.
#04514 |
Pensar las políticas públicas comunitarias desde el enfoque de derechos y las trayectorias de vida de las personas con discapacidad
En esta ponencia buscamos reflexionar sobre la importancia de las políticas públicas con anclaje en el modelo social de discapacidad desde el enfoque de derecho (Pautassi, 2010) y de las trayectorias de vida de las personas con discapacidad. Asumimos que proponer políticas públicas desde el modelo social nos invita a pensar los diversos abordajes y construcciones desde las barreras que hay en la sociedad y que imposibilitan desarrollar un proyecto de vida autónomo e independiente. La posición que los Estados en todos sus niveles toman en cuanto a garantizar una vida en comunidad plena de todas las personas y en específico de las personas con discapacidad da cuenta de los modelos que legitiman y proponen para sus territorios. Es por ello que ubicamos la necesidad de que los Estados trabajen con abordajes que tengan como punto de partida pensar a la trayectoria de la persona con discapacidad de forma situacional, contextualizada y sumando a todos los actores e indicadores socios comunitarios. Ahondado en los lineamientos sobre materia de legislación en Argentina, es necesario hacer referencia a la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y Protocolo Facultativo ley 26.378, donde su Artículo 4° Inciso C hace mención a las obligaciones por parte del Estado en cuanto a la producción y especificación de su tarea ejecutiva. Es imperante nuestra necesidad de retomar dicha legislación, ya que marca un inicio para pensar los abordajes y la planificación de políticas públicas que se desarrollen desde el Estado y precisamente, de las instituciones que dependen de este.Por último, cerramos nuestro trabajo con algunas preguntas sobre los lazos básicos de sociabilidad e interacción de las personas con discapacidad, en el cual la familia, la educación, la salud, la recreación y el empleo adquieren un rol clave. Es por ello que el diálogo de las personas, de los equipos intervinientes y funcionaros del Estado en los diversos ámbitos de la vida de la persona, debe encaminarse hacia una estructura participativa y de compromiso, de modo que se tenga conciencia de la identidad individual, colectiva y societal como parte de la vida de las personas con discapacidad.
11:00 - 13:00
GT_18- Salud, Seguridad Social y Personas con Discapacidad
Interseccionalidad y feminismos en el campo de la salud colectiva
#00580 |
Disparidades asociadas a la edad en el continuo de atención a la salud materna en México, 1994-2018: un análisis de descomposición
1 - Instituto Nacional de Salud Pública.2 - Federal University of Pelotas, Pelotas, Brazil.3 - Universidad Nacional Autónoma de México.4 - Institute for Health Metrics and Evaluation, University of Washington.
Introducción: El acceso al continuo de atención materna (CoC) es fundamental para la salud de la madre y el recién nacido, a través del cuidado integral durante el embarazo y la detección y tratamiento eficaz y oportuno de las complicaciones obstétricas. La Comisión Guttmacher-Lancet ha instado a los gobiernos a ampliar progresivamente el acceso equitativo a un paquete esencial e integrado de intervenciones efectivas de Salud Sexual y Reproductiva (SSR), e insta también a monitorear y evaluar rutinariamente los programas y servicios de SSR, mediante indicadores comprehensivos y sensibles de las brechas en salud y del desempeño de los sistemas de salud. Objetivo: Estimar la magnitud y tendencia de la brecha de cobertura en el CoC entre mujeres adultas y adolescentes mexicanas, en los últimos 25 años, descomponiendo la brecha de cobertura del CoC materna en su fracción explicada por características observables en ambos grupos, y en aquella atribuible a la discriminación asociada con la edad de la gestante. Métodos: Se realizó un análisis transversal y retrospectivo combinado de datos de la Encuesta Nacional de Dinámica Demográfica (ENADID) de base poblacional de México en los años 1997, 2009, 2014 y 2018. Se estimaron porcentajes de cobertura crudos y ajustados (con intervalo de confianza del 95%, IC) de ocho indicadores independientes de cobertura del CoC y del cumplimiento total de las intervenciones a lo largo del continuo prenatal-postnatal. Se utilizó un modelo logístico múltiple de efectos fijos agrupados. Se informan los odds-ratios ajustados (aOR) y el IC del 95 %. Finalmente, para analizar las disparidades de edad en la cobertura de CoC atribuibles a la discriminación, utilizamos la metodología de descomposición de Blinder-Oaxaca. Resultados: 54.7% de las madres adultas (95% CI: 53.9%—55.5%) tuvo una atención completa en el CoC materna, mientras que esto sólo se observó en el 43.0% de las adolescentes (95% CI: 41.2%—44.8%). Las madres primíparas adolescentes tienen menos probabilidad de recibir el CoC, en comparación con las madres primíparas adultas (aOR=0.69; 95% CI: 0.65—0.72). La contribución de las características observadas a la brecha fue de 10.11%, mientras que la contribución que puede ser atribuible a la discriminación por edad fue de 89.89%. Conclusiones: Este estudio es pionero en proponer un indicador que permite cuantificar y descomponer la brecha de cobertura en el CoC entre madres adultas y adolescentes de México y sugiere la presencia de disparidades asociadas a discriminación por edad. Demuestra la necesidad de estrategias integrales dirigidas a mejorar los indicadores de atención materna continua en las madres adolescentes mexicanas, principalmente cuando enfrentan el primer embarazo, en términos de apoyo social, para reducir la estigmatización y discriminación estructural que enfrentan.
#00837 |
Salud e Higiene Menstrual, una Cuestión de Derechos: la experiencia de mujeres chilenas con discapacidad
La menstruación es tanto cotidiana como tabú aún en el año 2023, sobre todo si es en mujeres con discapacidad (MCD). En esta investigación caracterizamos las experiencias sobre salud e higiene menstrual (SHM) de MCD chilenas, desde un enfoque cualitativo y exploratorio. Específicamente, identificamos medidas legales que garantizan los Derechos de las mujeres con discapacidad y caracterizamos narrativamente sus concepciones y experiencias en la temática.
Realizamos una revisión de corpus legales nacionales e internacionales asociados a mujeres y discapacidad, e hicimos dos grupos focales de MCD.
Ni corpus legales nacionales ni internacionales abordan la SHM de manera explícita, lo que repercute directamente en las experiencias de las MCD. Ellas destacan la falta de educación integral e inclusiva, a nivel general y de discapacidad, por parte del sistema de salud; al cual identifican como estructuralmente poco inclusivo. Por esto, evitan enfrentarse a discriminaciones e incomodidades, muchas no acuden a los controles y/o atenciones relativas a su SHM.
Introducción:
La salud e higiene menstrual (SHM) es tanto cotidiana como tabú aún en el año 2023, es un tema del que poco se habla en el cotidiano. No es un tema de conversación que muchas personas pongan en la palestra de una conversación casual. De hecho, es probable que si se menciona el término “SHM”, la mayoría de personas no sepa del todo a qué se refiere, ya que no es algo que aprendamos en los centros educativos. Y es que no se suele hablar de la menstruación tan específicamente.
Cuando nos referimos a que la menstruación es un tema tabú, es que hay una “consigna de mantener el sangrado menstrual en el ámbito de lo privado y de la secrecía; de manera que con el uso de tecnologías para la menstruación se pudiera esconder el sangrado hacia alguien más que no fuera la propia mujer.” (...) [Además] la información difundida acerca de ésta, (...) casi siempre [es] transmitida por parte de las madres o las pares y (...) se [relaciona] con la suciedad, el temor o, en algunos casos, se [trata] de un hecho desconocido y del cual no [debe] hablarse abiertamente.” (Morales, 2016 p. 146-147). Por su parte, cuando decimos que no se habla en el cotidiano, hacemos alusión al “no poder hablar abiertamente de ella, mostrarla, tocarla o considerarla como algo natural, sino como si acarreara consigo un mal.” (Mota, 2019 p.26)
Debemos considerar además, que “dependiendo del entorno sociocultural, se desarrollan y transmiten diversas creencias [sobre el] ciclo menstrual, así como a las tan variadas molestias y complicaciones que este puede mostrar. (...) es de esperar que la experiencia menstrual varíe de acuerdo con el contexto, creencias populares y culturales y la información que se reciba.” (Gómez-Sánchez, Mora, Aguirre, Robayo, & Lugo, 2012, p.3).
Internacionalmente, “Naciones Unidas (ONU) considera que la higiene menstrual es un tema de derechos humanos, que tiene que ver con la igualdad de género, derecho al agua y saneamiento, a la salud, a la educación y a la participación.” (Amnistía Internacional, 2022), y escogió el 28 de mayo como el Día Internacional de la Higiene Menstrual para aportar en concientización.
Pero, ¿qué pasa si a la SHM le incorporamos la variante de discapacidad? ¿Qué se sabe sobre SHM más discapacidad?... Nos aventuramos a decir que no has oído o leído sobre el tema. Es un tema del que no se habla, es el cruce de dos temáticas tabú: la menstruación y la discapacidad.
Nos proponemos explorar la experiencia de las Mujeres Con Discapacidad (MCD) con su SHM en el día a día y desde un enfoque de derechos, es decir, identificando las medidas tomadas por el Estado de Chile en cuanto al acceso a la información sobre derechos vinculados a la SHM de MCD. Y relevar lo que las mismas mujeres tienen que decir respecto a sus derechos vinculados a la SHM. Así, pretendemos hacer una caracterización sobre la temática de la SHM en Chile, a través del contraste entre lo que dicen los corpus legales — nacionales e internacionales — y la realidad de mujeres chilenas con discapacidad.
La importancia de relevar la realidad de la SHM en Chile, dice relación con la necesidad de hablar de la SHM desde una perspectiva de género, empoderamiento, discapacidad y no como si la menstruación y/o la discapacidad fuesen una enfermedad. Según la ONU las oportunidades de mujeres y niñas se ven limitadas, ya que carecen de información sobre SHM, además de que la información a disposición suele ser negativa o incorrecta, por lo que se crean ideas erróneas y estigmas que afectan directamente la vida de éstas (Amnistía Internacional, 2022). Y, aportar a una real inclusión social de las MCD, por lo poco tratado del tema en Chile, así como a la necesidad de hablarlo desde la primera persona. Sumado a esto, y desde una arista más personal como investigadoras, la necesidad de hablar sobre una realidad que nos interpela directamente como MCD, ya que la falta de educación sexual y acceso a la información relacionada con la discapacidad nos ha afectado directamente, entonces nos parece necesario aportar desde nuestra posición como investigadoras a romper con el tabú que hay sobre la SHM y la discapacidad.
Ahora señalaremos lo que se tratará en los apartados siguientes. (1) definiremos conceptos claves, los referentes teóricos en los que se enmarca la investigación, y mencionaremos los métodos utilizados y las características de la muestra. (2) recorreremos los corpus legislativos, tanto nacionales como internacionales que regulan o dicen algo sobre la SHM, con el fin de entender qué es lo que estos textos entienden por SHM y los mecanismos que tienen para controlar y/o manejar la temática. (3) recorreremos las experiencias en primera persona de las MCD participantes en la investigación, con el objetivo de vislumbrar qué es realmente lo que ocurre con la SHM en el cotidiano. (4) haremos comentarios finales en los que intentaremos contrastar la realidad de las MCD con lo que prometen los textos legales y el real alcance de éstos en la realidad de las MCD.
Desarrollo:
Encuadre teórico
La menstruación es el sangrado vaginal normal que ocurre como parte del ciclo menstrual. Mensualmente, el cuerpo se prepara para un posible embarazo. De no ocurrir, el endometrio se desprende. El sangrado menstrual sale del cuerpo a través de la vagina y éste es parte sangre y parte endometrio. Se trata entonces de un fenómeno fisiológico normal. (MedlinePlus).
La SHM como concepto contempla el manejo de la higiene menstrual y factores como salud, bienestar, igualdad de género, educación, el empoderamiento de niñas y mujeres adolescentes y sus derechos (UNICEF).
Según Didier Fassin, “La salud es una producción social, pues la sociedad define lo que posee salud o, más bien, da una expresión sanitaria a ciertas realidades en lugar de a otras” (2004, p.295). Siguiendo esto, las políticas públicas son uno de los mecanismos por los cuales producir la realidad salubre de las cosas. En la SHM, la expresión de salubridad está en el hecho de menstruar, sin embargo, lo que se ataca no es a la menstruación misma, sino que al manejo de esta. Entonces, se trata de una mediación política, en la medida en que se reconocen ciertos derechos y sujetos, y técnica, en la medida en que requiere tecnología, artefactos que puedan producir esta realidad salubre. Reconocer la existencia de MCD menstruantes sería el aspecto político de esta mediación, mientras que, el aspecto técnico sería el esfuerzo técnico por proveer las condiciones necesarias para crear la salubridad de la menstruación. Cuando se da esta mediación, aparece la dimensión de la salud como una producción social.
Con esto, es que podemos decir que se trata de una “relación [que] no puede ser aprehendida más que como históricamente constituida y políticamente significante” (Fassin, 2004, p. 296). Entonces, el caso de la SHM es un ejemplo más de que “la salud no está dada sino que se produce socialmente” (Fassin, 2004, p.297)
La menstruación, como hecho fisiológico, ingresa a la esfera de lo público, “convirtiéndose en objeto de una legislación”, y, por tanto, “se convierte en una realidad de salud, realizando una doble operación de identificación y cualificación” (Fassin, 2004, p.297). Es decir, se politiza y se medicaliza. En ese sentido, se transforma en un problema de salud pública, por lo que, se aplican programas, se establecen leyes, convenciones y en tanto, hace sentido que estemos aquí hablando de la SHM como una cuestión de Derechos. Y además, se puedan hacer observaciones, seguimientos, evaluaciones de los deberes que se establecen en leyes, convenciones y programas estatales.
Concretamente, en la medida que las cosas operan en una lógica de Salud Pública, hay tecnologías que soportan el hecho de que esto aparezca como público. Que en la farmacia, supermercado, o sitios no necesariamente establecidos, se puedan comprar toallas higiénicas, tampones, analgésicos, copas menstruales, test de embarazo, etc. construye a la menstruación como situación de salud pública, es decir, condiciones generadas desde la sociedad, no por un Gobierno, evidencian el hecho de que el fenómeno de la menstruación sea algo de Salud Pública.
Metodología
Esta investigación es de orden exploratorio y cualitativo, porque no pretende generar representaciones estadísticas de la realidad. Sobre las técnicas de producción de datos, se trabajaron dos frentes: (1) trabajo documental referente a la construcción de un corpus de documentos legales: leyes, decretos, convenciones, etc., relativos al cruce entre discapacidad y mujer; (2) la realización de grupos focales a MCD. El corpus de documentos constó de 12 documentos que fueron categorizados en dos ámbitos: nacionales e internacionales. Durante julio del año 2021, realizamos dos grupos focales (Canales, 2006) en modalidad online vía plataforma Zoom con MCD chilenas mayores de edad (18 años en adelante). Un grupo con MCD de 18 a 35 años y otro con MCD de 36 a 50 años. Ambos grupos contaron con 5 participantes cada uno. Se dividieron etariamente a las mujeres por una cuestión estratégica de no mezclar tantas generaciones en un solo grupo y poder evidenciar si la edad era un factor determinante en la experiencia de las mujeres. El proceso de muestreo fue a través del contacto de usuarias, ex usuarias y trabajadoras de la Fundación Chilena para la Discapacidad, a quienes se invitó a participar de los grupos focales en modalidad online en una fecha a dispuesta por nosotras. La elección de un formato digital fue por las restricciones de aforo en espacios cerrados por la pandemia de COVID-19; para abarcar a mujeres de diversas localidades de Chile; ya que las participantes fueron MCD física-motriz y/o visual, un espacio físico de reunión supondría dificultades de acceso, entonces lo más accesible fue el formato online.
Las consideraciones éticas de la investigación: para ambos grupos se utilizó un consentimiento informado vía formulario de Google, en el cual explicamos a las participantes en qué consistía la investigación, las medidas de resguardo de sus datos, su anonimato, que la instancia sería grabada en audio y video — Zoom —, que su participación no suponía riesgos, el derecho a abandonar la participación del grupo focal en cualquier momento y corroborar que fuesen mayores de edad. Con lo anterior claro, las participantes debían aceptar o no ser parte del grupo focal correspondiente.
Queremos aclarar que, si bien muchas veces se trata a la población con discapacidad como vulnerable ante casos de participación directa en investigaciones, consideramos que en este caso todas las participantes fueron plenamente conscientes de las implicancias de la investigación y además creemos que es importante romper con el estigma de que las personas con discapacidad (PCD) no tienen derecho a decidir por sí mismas; es parte del reconocimiento de la autonomía e independencia, y del reconocimiento a la participación e inclusión plenas y efectivas en la sociedad — contemplado en el Art. 3 de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD) — el querer y poder participar de instancias de investigación en primera persona, sin que un tercero medie.En cuanto a las técnicas de análisis de los datos, la presente investigación llevó a cabo dos vías de análisis: (1) para corpus de leyes y tratados internacionales se efectuó un análisis del contenido de los mismos (Krippendorf, 2004), buscando dilucidar cuáles eran las significaciones o sentidos que adquiere la SHM en y para esos documentos, es decir, qué se está entendiendo por ello; (2) para la data empírica derivada de los grupos focales, el análisis fue llevado a cabo a través de la Teoría Fundamentada (Glaser, Strauss, 1967 & Strauss, Corbin, 1998). Respecto de esta última, las transcripciones de los grupos focales se sometieron una codificación abierta por medio del método de comparación constante a través del software ATLAS.ti.
Corpus legal
Figura 1: Corpus legal Internacional (creación propia).
Figura 2: Corpus legal Nacional (creación propia).
1979. Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW), establece que los Estados deben prevenir y erradicar formas de discriminación hacia las mujeres, adoptando medidas administrativas, legislativas, las que permitirían lograr el pleno goce de derechos y participación de las mujeres en todos los ámbitos de la vida (INDH, 2015). Usa conceptos como “invalidez” e “incapacidad” para referirse a la discapacidad y sólo en el contexto de la seguridad social de las mujeres. Habla de eliminar la discriminación contra la mujer en el ámbito de la “atención médica”, entendiéndola desde la “planificación familiar”, es decir, pensando en el embarazo. Habla de “protección de la salud”, relacionado con la salvaguarda de la reproducción de las mujeres. Ratificada por Chile en 1989: decreto N°789.
2007. CDPD. Documento enunciativo y propositivo, donde no se presentan acciones concretas a seguir. Reconoce que las MCD están sujetas a múltiples formas de discriminación, se tomarán medidas para evitar estas discriminaciones; sin especificar mucho. Libertad para recabar, recibir y facilitar información, y que dicha información sea accesible y dirigida a un público general sin que suponga costos adicionales para las PCD por el uso de tecnologías adecuadas; habla del uso de formatos alternativos de comunicación y lenguas de señas, que en el caso de Chile sería la Lengua de Señas Chilena (LSCh); llama a incentivar las medidas de accesibilidad en los medios de comunicación y entidades privadas; reconoce y promueve la Lengua de Señas. Derecho a la protección legal ante injerencias o agresiones; protección de la privacidad personal, relativo a la salud. Derecho a gozar del más alto nivel de salud posible y sin que haya discriminación por motivos de discapacidad; se debe asegurar el acceso de las PCD a servicios de salud que tengan en cuenta cuestiones de género; propone hacer programas y atenciones gratuitas o asequibles para asegurar el acceso de las PCD en su salud reproductiva y sexual; necesidad de profesionales capacitados para prestar atención de la misma calidad, consentimientos informados claros, sensibilizar sobre Derechos Humanos, dignidad, autonomía y necesidades de las PCD. La CDPD fue ratificada por Chile el 2008, a través del decreto 201.
2010. Ley N°20.418 sobre la regulación de la fertilidad. Habla del derecho a recibir educación, información y orientación de forma clara, comprensible, completa y confidencial, por cualquier medio y sin sesgo; sin especificar sobre discapacidad. La ley refiere a la salud en dos ámbitos: la educación en centros de salud y en Enseñanza Media (secundaria), es decir, salud sexual general a adolescentes.
Febrero 2010. Ley N°20.422 relativa al establecimiento de normas sobre igualdad de oportunidades e inclusión social de PCD, que, busca eliminar cualquier forma de discriminación fundada en la discapacidad. Habla del pleno goce y ejercicio de derechos de las MCD, relacionado con la familia, sexualidad y salud reproductiva; menciona que los niños con discapacidad tienen derecho a mantener su fertilidad; llama a evitar situaciones de violencia, abuso y discriminación, pero a nivel general, no se habla de violencia obstétrica asociada a la discapacidad. Además, habla sobre accesibilidad, autonomía, acceso a la información y respeto a la privacidad, pero sólo en términos generales.
2012. Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (Comité CEDAW) publica observaciones, relativas al progreso de Chile en cuanto al cumplimiento de lo comprometido al ratificar la CEDAW. No habla sobre MCD, sólo se celebra la ratificación por parte de Chile de la CDPD. Habla de sexualidad y reproducción en el contexto adolescente. Trata la planificación familiar en términos generales, y menciona los métodos anticonceptivos.
2017. Ley N°21.030 sobre la regulación de la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo en tres causales. Habla de derechos sexuales y reproductivos de las MCD en caso de querer y/o necesitar abortar. Se dispondrá de medios alternativos de comunicación para prestar consentimiento, para interrumpir el embarazo en tres causales, “En el caso de personas con discapacidad sensorial, sea visual o auditiva, [y PCD] mental psíquica o intelectual, [no] interdictas y que no puedan darse a entender por escrito” (Ley 21.030). Este es el único documento, hasta la fecha de revisión, en que sin tratarse directamente sobre mujeres o discapacidad, es decir, documentos nacidos directamente de la ratificación de la CDPD o CEDAW, en la que se incorpora la variante de discapacidad al hablar de los derechos sexuales y reproductivos de las MCD y su derecho a la información en el medio de comunicación que requieran.
2018. Se presentan 4 informes de distintas entidades. (1) Chile presenta Séptimo Informe Periódico del Estado de Chile ante el Comité CEDAW, el cual menciona: a las MCD específicamente en el contexto laboral; sobre consentimiento informado en caso de esterilización, ya que hay reportes de esterilizaciones forzadas; el informe apenas contiene información sobre la situación de las MCD; asistencia jurídica, donde se reporta el Programa “Acceso a la Justicia para PeSD” de SENADIS (Servicio Nacional de la Discapacidad), sólo disponible en las principales ciudades del país; se reporta un convenio entre el SERNAMEG (Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género) y SENADIS que trata sobre violencia en términos generales; habla de la esterilización de PCD psíquica en el contexto de la Ley N° 20.584, la cual tiene por objeto regular los derechos y deberes en relación a la atención de salud, en dónde se busca reforzar la presunción de capacidad y excepcionalidad de incapacidad; se crea el “Área de Buen Vivir de la sexualidad”, un convenio entre SERNAMEG y la CEDAW, que busca la realización de seminarios, revisión de material, elaboración de material de difusión, talleres de promoción, capacitación de funcionarios públicos, vinculado a los derechos sexuales y reproductivos de las PCD. (2) se presentó ante el Comité CEDAW el Informe sombra del INDH (Instituto Nacional de Derechos Humanos), que habla de acceso a la salud bajo tablas de riesgo en cuanto a ser mujer, la edad reproductiva y enfermedades o condiciones preexistentes; también habla de violencia gineco-obstétrica, pero no se considera el factor discapacidad. (3) Presentación ante el Comité CEDAW el Informe sombra de diversas y varias Organizaciones de la Sociedad Civil chilenas, el que habla de servicios de salud y planificación familiar de las mujeres a nivel general; recomienda, a nivel general, reconocer y garantizar en la legislación los derechos sexuales y reproductivos; sólo habla de las MCD mental e intelectual en el contexto de esterilización forzada; habla de garantizar la protección social de las MCD en edad fértil como sujetas de derechos sexuales y reproductivos, reducido a una maternidad asistida. (4) Se presentaron las Observaciones finales sobre el 7mo informe de Chile por parte del Comité CEDAW, que habla de acelerar la aprobación del proyecto de ley relativo al derecho de las mujeres a una vida libre de violencia y se vele por la interseccionalidad de la violencia y la discriminación de las mujeres, aquí sí se considera la discapacidad como factor; habla de las dificultades para acceder a la asistencia sanitaria de emergencia, incluyendo servicios ginecológicos a, entre otras, MCD; menciona que hay denuncias de esterilización forzada a MCD mental; habla de la garantización en el acceso a servicios de asistencia sanitaria, especialmente ginecológicos accesibles para, entre otras, MCD.
2020. El Comité CRPD (Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad), presentó un informe que habla de la necesidad de Chile de: fortalecer el establecimiento de organizaciones de MCD; incorporar a las niñas y MCD en políticas de género y discapacidad; coordinar con la institucionalidad estatal el hacer frente a la violencia contra las MCD, donde se incluye a niñas e indígenas; importancia de considerar la naturaleza interseccional de la violencia y discriminación; reconocer e institucionalizar la LSCh en espacios públicos; habla de capacitar al personal sanitario sobre los derechos de las PCD, para cumplir y velar por la accesibilidad de la información y las comunicaciones, de instalaciones y equipos adaptados en el ámbito de la salud sexual y reproductiva de las PCD.
2021. Decreto N°46 que ratifica el Protocolo Facultativo de la CEDAW, donde sólo se aceptan las competencias del Comité CEDAW para que supervise la aplicación de la CEDAW.
Según lo revisado: gran parte de la documentación hace referencia al acceso a la información, asociada al consentimiento que las MCD pueden dar, principalmente en cuanto a procedimientos de esterilización o aborto. Sólo se considera la accesibilidad de la información a través de lectura Braille, LSCh o lectura fácil, en caso de tener que dar consentimiento para alguno de los procedimientos mencionados. Se considera al personal de salud como responsable de entregar la información necesaria para poder dar un consentimiento informado.
Si bien, evidenciamos un reconocimiento de la SHM como un estatuto de derechos, este sólo se reduce al ámbito de lo reproductivo. Ya que el énfasis se pone en los mecanismos de gestión y/o planificación familiar de las personas en edad reproductiva, es decir, se refiere a la anticoncepción, esterilización forzada de MCD psíquico-mental, intelectual, cognitiva y/o interdictas y el aborto. Entonces, podemos decir que la legislación hace una sobre simplificación de la SHM al sólo referirse a los aspectos sexuales y reproductivos de esta. Y en el caso concreto de la esterilización forzada a una supresión de lo reproductivo. Así, podemos afirmar que no se abarca la SHM en su sentido amplio, en donde la menstruación no es sólo sangrar o el hecho de no estar embarazada. Cuando hablan de violencia gineco-obstétrica, esta, no se encuentra definida por variables atingentes con las MCD, ya que el énfasis sólo se pone en el parto. Punto que nos hace cuestionar si es que la institucionalidad reconoce la posibilidad de violencia gineco-obstétrica en MCD. Lo anterior, debido a que éstas, en razón de las medidas de control de la natalidad, no llegarían, a juicio de la legislación — chilena e internacional — a instancias de parto.
Evidenciamos que en la legislación no hay un tratamiento explícito de la SHM como asunto de Salud Pública, porque sólo se abarcan algunas temáticas que son parte de ella y de manera separada: la esterilización forzada, y el aborto, asociados al acceso inclusivo de la información.
Mujeres con Discapacidad
Sobre los grupos focales, creemos importante relevar que éstos muestran lo que no está en los documentos, es decir, se refleja la invisibilización de la SHM en la legislación, se evidencia todo aquello que debería abordar, pero no lo hace. Y, dan ejemplos de aquello que sí está en la legislación, pero no se cumple.
Los grupos evidenciaron una continuidad del trato no digno que reciben las PCD sólo por serlo y de las experiencias en SHM. Es decir, es una intersección entre dos ámbitos de la vida que reciben tratos no dignos. Las MCD reconocen que en sus experiencias clínicas reciben tratos de caridad, infantilización, desexualización sólo por ser MCD. Por ello, su discapacidad y/o condición aparecen como factores relevantes en sus experiencias en SHM.
“el tema de la menstruación en MCD, (...) nos ven como pobrecitos, y (...) nos infantilizan mucho, (...) Entonces (...) por eso la gente, quizás, siente el derecho, o tienen este morbo de saber si menstruamos o no, porque quizás nos ven como tan niñas, es como ¡cómo van a menstruar si son tan niñas!, señor y señora le informo que soy una mujer igual que usted.” (D, 2021)
Además, hay una vulneración de los derechos de las MCD menstruantes en otros aspectos: falta de infraestructura accesible según sus necesidades. Lo que lleva a que haya vulneraciones de privacidad para con las MCD.
“la estructura de los baños, y uno, a veces, no tiene el espacio (...) para entrar con la silla y cerrar la puerta. (...) sobre todo cuando andai’ con tu periodo y si (...) te manchaste y te tienes que cambiar ropa o toalla higiénica, perdiste toda la privacidad, porque uno no puede cerrar la puerta del baño, y eso encuentro yo que es un poco invasivo, y no piensan en nosotras, o sea, sobre todo mujeres.” (F, 2021)
Hay mucha falta de información respecto a la SHM, en general, y más si es para MCD, ya que, quienes son los encargados de dar esta información, y debieran conocer y manejar esta temática, no lo hacen, evidenciando una falta de información por parte del personal de salud y en consecuencia de las MCD.
“Se cruza la delgada línea entre los cuidados personales y los cuidados íntimos, y, cómo hay una falta de formación y educación, a veces, de los profesionales y, también del entorno familiar de cómo manejar este tema (...) prefieren utilizar pastillas, fármacos, o lisa y llanamente la histerectomía, para disminuir el sangrado, o eliminarlo, y eso también trae una serie de otros problemas.” (MJ, 2021)
En las experiencias clínicas de las MCD se evidencia que el enfoque que tiene el personal de salud al momento de atender a una MCD no tiene miras en la diferencia, entonces, independiente de si tienen la información para entregarles sobre su SHM, no lo hacen porque no reconocen en la paciente una PCD. Esto genera que varias de las MCD decidieran no asistir al ginecólogo, ya que no hay acceso, en cuanto a información o de infraestructura acorde a sus necesidades.
“ir al ginecólogo es una tortura. Porque te tení’ que subir a esa camilla, que me tienen que siempre ayudar, si el doctor es más o menos abuelito no haya como ayudarme, y de verdad no hay como subirse (...) a esa camilla enorme, y te dejan abierta de piernas, y cuesta mucho acomodarse, porque tienes que hacerte para abajo, y uno no tiene la fuerza para hacerse para abajo y el médico te tiene que ayudar. Entonces, yo (...) prefiero no ir al ginecólogo (...) debería haber más inclusividad en eso (...) podrían tener una camilla que se baje.” (C, 2021)
Continuando con lo evidenciado en la revisión documental, las MCD, dan cuenta de una reducción de la SHM en aspectos del control de la natalidad, ya que, en sus experiencias, es el único tipo de información a la que tienen acceso desde la institucionalidad, políticas públicas.
Las MCD reconocen que el acceso que tienen a conocimientos y/o técnicas sobre su SHM es por fuera de la institucionalidad de Salud Pública, es a través de autoformación, redes de contacto/cuidado entre cercanas. Lo que, en comparación a otras menstruantes, reduce mucho más las posibilidades de compartir experiencias, considerando el factor discapacidad. Reconocen un aislamiento en ciertos aspectos, cuando estos escapan de “común” de la menstruación.
“Debo confesar que esta es primera vez que yo estoy hablando temas de menstruación con más mujeres (...) obviamente lo he hablado con mi mamá, porque es ella la que me enseño la primera vez que me llegó. (...) siento que no hay instancias donde se eduque del tema, donde se enseñe a las mujeres en situación de discapacidad puntualmente. (...) En ese sentido, estamos más abandonadas, como es un proceso natural, y arréglatelas sola, que alguien te explique y tú ves como te lo arreglas.” (D, 2021)
Sin premeditarlo, la instancia misma de conversación, resultó en un espacio de autoformación entre las participantes y la generación de redes de contacto y cuidado. Ya que una de las MCD contó su experiencia con la copa menstrual, instando a las demás a probarla, contando cómo se usa y respondiendo preguntas de las otras MCD.
Conclusiones:
Basándonos en las experiencias de las MCD, evidenciamos que, en el cotidiano, la SHM no constituye una realidad de Salud Pública como lo muestra la documentación. Hay una incongruencia entre lo que debería ser (legal) y lo que realmente es (experiencias de MCD). Las necesidades reales de las MCD no se condicen del todo con lo que se legisla, no es que las leyes no se cumplan en lo que proponen, sino que lo que proponen es insuficiente para lo que las MCD realmente necesitan.
Identificamos una gran falencia en torno a la SHM en Chile. Porque desde lo legal, hay un incumplimiento en la garantización de los derechos de no discriminación y no violencia a las MCD, puesto que no se las reconoce como tal y no reciben las atenciones necesarias para gestionar óptimamente su SHM. Además, hay aspectos socioculturales: mitos, creencias y normas culturales sobre la menstruación, sobre la discapacidad y la intersección entre ambas situaciones, llevando a que no haya correlación entre lo que plantea la documentación asociada a la CDPD y la CEDAW, porque hasta ahora se tratan como temáticas separadas. El único punto de intersección mujer y discapacidad es el acceso a infraestructura accesible en el contexto clínico, sin embargo, en el cotidiano esto no se refleja universalmente. Además, la infraestructura no es el único aspecto para hacer una atención clínica accesible.
Consideramos importante que la SHM se deje de observar sólo desde el género, porque el colectivo de mujeres es tan amplio como el de discapacidad y resulta importante que exista una intersección de temáticas, que permitan a las nacientes políticas públicas comprometidas por Chile hace años, tener una real incidencia en la población objetivo, las MCD y también para la sociedad en general, porque, las barreras no van sólo desde lo legal, sino desde el aparato biomédico - clínico, como de la cotidianeidad misma del ser MCD menstruantes, enfrentadas a una sociedad en que este tema sigue siendo un tabú y, por lo tanto, una barrera que no permite el avance sociocultural del país, ni apostar por un acceso universal en torno a la SHM en MCD.
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Notas
Agradecemos a Eduardo Rojas-Arce (Mg. (C) en Antropologías Latinoamericanas de la Universidad Alberto Hurtado, Chile) por su constante apoyo y asesoría en la investigación.
Esta investigación se hizo bajo el amparo de la Fundación Chilena para la Discapacidad, en el contexto de la labor profesional en el Área de Investigaciones (Paula) y el Área de Equidad de Género y Empoderamiento de la Mujer (Sharon).
Una versión de esta investigación fue presentada en formato de “comunicación” y resumen en las XI Jornadas Científicas Internacionales de investigación sobre personas con discapacidad “Calidad de Vida y Apoyos: El Poder de la Evidencia” Salamanca, España el 17 de marzo de 2022. Resumen: https://doi.org/10.14201/scero.28622 página 232.
Palabras clave:
Mujeres, Discapacidad, Menstruación
#01226 |
COMPETENCIAS CIUDADANAS EN EL EJERCICIO DE LOS DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS DE JÓVENES UNIVERSITARIOS.
Elisabet Sara Santos López1
;
Giovanna Bethzabé Enriquez
1
El ejercicio de la ciudadanía en América Latina, se ha ido construyendo en base a luchas y reivindicaciones; sin embargo, respecto a la ciudadanía social que tiene que ver con el bienestar en general y con la sexualidad en específico, es todavía un derecho relegado; las familias, las instituciones educativas y la sociedad civil hacen poco para cultivarla. A nivel de la Educación superior, la ciudadanía en el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos es todavía un tema pendiente pues es tratado desde el enfoque de la salud y la prevención y no como la posibilidad de construir una ciudadanía sexual, (Rosales, A. (p.70/2009). Desde un enfoque de género, tampoco se hace mucho en las instituciones universitarias, Padilla, lo resume de la siguiente manera: “…aún se asume poco a los hombres [entiéndase varones] como personas también con derecho a decidir sobre su procreación y sobre el ejercicio de su sexualidad y a recibir servicios que satisfagan sus necesidades en esos campos” (Padilla, M. p.210/2006).Respecto a los Derechos Humanos, estos están reconocidos desde hace más de un siglo; los Derechos Sexuales y Reproductivos, que también son derechos humanos, por pertenecer al ámbito más privado, son todavía temas pendientes, aunque sean de interés público (Ramce, 2001); sobre todo los Derechos Sexuales que tienen un descompás con los Derechos Reproductivos, de acuerdo al estudio de Mattar, L. (2004). Desde el ámbito de América Latina, las instituciones educativas hacen muy poco para promoverlas y se enfocan más en la etapa de la adolescencia, dando énfasis a la salud reproductiva para evitar embarazos y mirando muy poco a la salud sexual. En instituciones de Educación superior el tema es más ignorado, excepto en las carreras de salud, pero dentro del contenido curricular y de asignaturas de especialidad. Sin embargo, muchas investigaciones demuestran que los universitarios, cuya vida sexual es activa, no son merecedores de recibir una educación sexual como parte de sus derechos humanos en su educación integral. Visto así, esta investigación es importante porque el tema de la sexualidad todavía no es entendido como un derecho y por muchos jóvenes universitarios es aún desconocido como tal; por tanto, existe la necesidad de tener guías educativas para tratar el tema en las instituciones de educación superior, espacios en donde se vive la sexualidad con intensidad pero que no se habla del tema con facilidad.
#01877 |
O VALOR SOCIAL DA VIDA E SUAS IMPLICAÇÕES NO CAMPO DA SAÚDE COLETIVA: UMA ABORDAGEM ACERCA DA (DES)CRIMINALIZAÇÃO DO ABORTO NO BRASIL FRENTE AOS DEMAIS PAÍSES DA AMÉRICA LATINA
Maria Yallane Barbosa1
;
Marco Aurélio da Silva Freire
1
1 - Centro Universitário Tabosa de Almeida (ASCES UNITA).
Tida como uma forma de interrupção voluntária da gravidez, a figura do aborto representa, sem dúvidas, um dos temas mais polêmicos e controversos da humanidade, quer seja do ponto de vista moral/religioso, quer seja sob a ótica jurídica. Isto porque, historicamente, recai sobre este uma intensa discussão acerca das situações capazes de ensejar a punibilidade da referida conduta. Assim, a presente pesquisa tem por objetivo geral discutir a figura do aborto a partir do valor social que tem sido atribuído à vida intrauterina em detrimento da vida da gestante e das demais implicações àquele correlatas no campo da saúde coletiva. Nesse diapasão, objetiva ainda, especificamente, realizar uma abordagem comparativa acerca da (des)criminalização do aborto no Brasil frente aos demais países da América Latina. Para tanto, foi utilizada pesquisa bibliográfica baseada na análise de artigos científicos nacionais cujo objeto de estudo amparava-se na discussão acerca da (des)criminalização do aborto no país e sua relação com o índice de mortalidade materna oriundo de interrupções realizadas sem a devida observância do procedimento médico necessário, o que justifica também o cunho exploratório da pesquisa. Por fim, mostra-se ainda como documental, haja vista que se propõe a analisar qual o tratamento dado pelo ordenamento jurídico (nacional e latino-americano) à referida temática. Por todo o exposto, esse estudo, além de demonstrar o quão simbólica é a legislação penal brasileira em termos de criminalização do aborto, evidencia também como sua aplicação apenas colabora para o aumento da clandestinidade e, por consequência, da subnotificação dos casos de óbitos por aborto inseguro no país. Desse modo, observa-se como resultado a necessidade de repensar essa interrupção como uma questão de saúde pública, assim como fizeram o Uruguai, a Argentina, e, mais recentemente, a Colômbia, a fim de ultrapassar as barreiras moralistas socialmente instauradas. Infere-se, portanto, que, diante dos fatores acima elencados e da disparidade socioeconômica, ou até mesmo, por vezes, educacional, existente entre aquelas que optam por interromper a gravidez, insistir na criminalização do aborto atualmente significa insistir na violação dos direitos sexuais e reprodutivos femininos, em detrimento à proteção de sua saúde e dignidade.
#04415 |
El Sistema Integrado Previsional Argentino y las políticas sociales sobre el genero y el reconocimiento de las tareas de cuidado. Argentina 2022.
Ernesto Lespada1
;
Stella Maris Moreira
2
1 - Universidad de Buenos Ares.2 - Universidad de Buenos Aires.
El Estado, a través de la política social, es quien define prioridades para el mejoramiento de la calidad de vida de su población. En este sentido, el sistema de seguridad social ocupa un lugar clave a la hora de abordar y resolver la protección de las personas ante ciertas circunstancias o eventos que, en muchas oportunidades, no pueden afrontar por sus propios medios. Desde su consolidación, a lo largo del siglo XX, los sistemas de protección social buscaron acompañar a los sujetos a lo largo de todo su ciclo de vida: nacimiento, la escolaridad, la etapa activa en el mercado de trabajo, el desempleo, la vejez e, inclusive, hasta la propia muerte; funcionando como un abanico de protecciones destinadas a prevenir o compensar el riesgo de pérdida de ingresos o falta de recursos ante contingencias sociales o biológicas. Por otro lado, podemos afirmar que, en la mayoría de los países latinoamericanos la consolidación y alcance de la seguridad social estuvo limitado al empleo asalariado formal, “debido a la influencia del principio bismarckiano de asociar seguridad social con empleo formal” (Ocampo, 2008:38).En resumidas cuentas, el derecho a la cobertura de seguridad social quedó vinculado a las trayectorias laborales y contributivas de las personas. Esta dinámica de derecho (y de ciudadanía) quedo restringida, generado divisiones de roles al interior del mundo del trabajo. En tal sentido, y a pesar de la progresiva incorporación de las mujeres al mercado de trabajo desde la década del 80´s, estas aún enfrentan mayores obstáculos para insertarse en el mercado de trabajo y, por tanto, mayores dificultades/desprotecciones en el ámbito de la seguridad social. que sus pares varones. Por ende, pensar en seguridad social nos remite a preguntarnos acerca de la forma en la que nos concebimos como comunidad: ¿Cuáles son las medidas apropiadas, que permitan contemplar, en un contexto mundial de crisis del trabajo, un fortalecimiento de la ciudadanía y los derechos sociales, como la seguridad social? y/o ¿Cuáles son los derechos a ser protegidos y qué sujetos deben ser alcanzados?, ¿Cuáles son las medidas que contemplen el genero y la seguridad social?Por tal motivo nos proponemos analizar los avances en materia de seguridad social, respecto al reconocimiento a las tareas reproductivas (y no solo productivas) en particular el Programa Integral de Reconocimientos de las Tareas del Cuidado en Argentina 2022.
Introducción:
En el presente trabajo realizamos un abordaje sobre el Programa de Reconocimiento de Aportes por Tareas del Cuidado (PRATC) y su vinculación con los conceptos de trabajo, género, ciudadanía y seguridad social.
El PRATC, es una política pública del ámbito de la Seguridad Social que surge a partir del Decreto 475/2021, en Argentina en el año 2021; la misma, tuvo entre sus objetivo elevar la tasas de cobertura social, facilitando el acceso al haber jubilatorio a miles de mujeres que, contando con la edad jubilatoria, no reunían los 30 años de aportes requeridos por la ley 24.241. En tal sentido, la política en cuestión busca reconocer como años de aportes al sistema previsional, el tiempo que dichas mujeres destinaron a la crianza y el cuidado de cada hija/o situación que resulta novedosa dentro del sistema previsional argentino.
En Argentina, hasta el momento y al igual que en la mayoría de los países latinoamericanos, el afianzamiento y alcance de los sistemas de seguridad social estuvo condicionado al empleo asalariado formal, “debido a la influencia del principio bismarckiano de asociar seguridad social con empleo formal” (Ocampo, 2008:38), el cual retomaremos más adelante.
Esta situación produjo una dualidad en el sistema de protección social: por un lado se configuró un esquema de seguridad social destinado a trabajadoras/es registradas/os y por el otro lado una “cobertura asistencialista” para trabajadoras/es no registradas/os y/o desocupadas/os, acentuando desigualdades en términos de institucionalización de derechos.
Los cambios introducidos en el sistema de producción capitalista a mediados de los años 70`s, de la mano del proyecto neoliberal, acrecentaron esta desigualdad o brecha de acceso a la seguridad social, que continuó durante las siguientes décadas.
En nuestro país, post-crisis del modelo neoliberal a comienzos de siglo, emergió un modo de estatalidad social que fue consolidándose a la par que el Estado adquirió nuevas formas y contenidos. Dentro de los contenidos podemos mencionar un conjunto de intervenciones sociales que significaron una readecuación del esquema previsional contributivo de la seguridad social a nuevas formas de intervención.
En palabras de Estela Grassi (2003), podemos afirmar que las políticas sociales se expresan en “la medida en que una sociedad se acerca o se aleja del reconocimiento de las necesidades de todos sus miembros” y la capacidad de protegerlos (Grassi, 2003:19). Por tanto entendemos que a la hora de pensar en materia de seguridad social, y de sistema previsional en particular, nos surgen interrogantes acerca de la forma en que nos concebimos como comunidad, dicho en otras palabras ¿cuáles son los derechos de protección y cuáles son las personas alcanzadas/excluidas por ellos?
La trascendencia de esta problemática genera la necesidad de ponerla en discusión, y el objetivo del presente trabajo es describir y analizar la vinculación entre el trabajo, ciudadanía y género, en el sistema previsional argentino.
Por último, es importante mencionar que el presente trabajo son algunos avances del desarrollo de una tesis de maestría de Políticas Sociales de la Facultad de Ciencias Sociales- Universidad de Buenos Aires.
Desarrollo:
ACERCA DE LA PRODUCCIÓN Y REPRODUCCIÓN
Es sabido que a lo largo del siglo XX, la participación de las mujeres en el mercado de trabajo se incrementó notablemente. Dicha situación llevó aparejada una transformación que se manifestó en cambios en las estructuras familiares; siendo, a lo largo de los últimos cuarenta años, el aumento de hogares monoparentales (mayormente de mujeres con hijos/as que crían solas) expresando un indicador de esta transformación, entre otras cuestiones.
Sin embargo, y a pesar del aumento de la participación laboral femenina antes mencionado, son las mujeres quienes enfrentan mayores obstáculos que sus pares varones para insertarse en el mercado de trabajo y en el caso de insertarse lo hacen en condiciones más desfavorables.
En tal sentido, la desigual inserción al mercado laboral, a nuestro entender, se encuentra íntima y fuertemente vinculada a la organización cultural de la sociedad patriarcal; la cual ha designado a mujeres y varones, tareas bien diferenciadas. Desde esta concepción, podemos decir que los varones han asumido un rol predominante en el trabajo productivo, ubicándose como proveedores y principales garantes de los recursos económicos del grupo familiar. Mientras que las mujeres han sido ubicadas socialmente, en un rol de trabajo reproductivo, realizado al interior de los hogares, de manera no remunerada y asociado a las tareas necesarias para garantizar los cuidados, bienestar y supervivencia de las personas que componen la unidad familiar, y entre ellas se encuentran las nombradas “amas de casa”.
Estos vectores de delimitación del trabajo y su sujeto hicieron discernible una frontera elemental que separó la población apta y disponible para la producción de aquella otra calificada como pasiva o inactiva, definida por los atributos de inutilidad económica y/o de exterioridad respecto del mercado. Esta frontera redefinió el espacio ideal del no trabajo: de allí se sustrajo a la población desempleada, al estabilizarse su definición como población apta y disponible para el mercado laboral, transitoriamente sin ocupación; atributos que la separaban de otros sujetos sociales, también desprovistos de empleo remunerado, pero considerados incapaces o no disponibles para el mercado (estudiantes, personas inválidas y retiradas, y amas de casa) (Lijterman, 2020:239).
Ahora bien, cuando nos adentramos en la concepción acerca de las tareas del cuidado y coincidiendo con la idea expresada por Rodriguez (2012), podemos afirmar que la división sexual del trabajo de cuidado está en la raíz de las desigualdades de género. Y si bien las responsabilidades de cuidado se distribuyen entre Estado, mercado y hogares, en todas ellas las mujeres son quienes mayoritariamente lo ejercen.
Por otra parte, podemos remarcar que al menos en Argentina, esto ha traspasado la esfera doméstica y se ha naturalizado también en las actividades de cuidado remuneradas ya que en determinados rubros o actividades predomina la participación de las mujeres, como ejemplo de ello podemos mencionar: el sector salud, educación y servicio doméstico, presentándose como un “asunto de mujeres”, advirtiendo una feminización del cuidado. Produciendo una segmentación del mercado de trabajo y estableciendo determinadas actividades como específicamente de “mujeres”.
Esta situación expresada nos remite a la instancia de lo comúnmente denominado como “piso pegajoso”, posicionando la idea de que las cargas familiares y domésticas absorbidas por las mujeres dentro del hogar les impide desarrollarse profesional y personalmente y, a su vez el fenómeno de “paredes de cristal” (o segmentación horizontal dentro del mercado de trabajo) en donde las mujeres se insertan mayoritariamente en sectores de menor remuneración y menor dinamismo.
En clave al analisis podemos observar, en el gráfico contiguo, la existencia de una relación entre la variables remuneraciones medias y sexo, en donde las mujeres se encuentran en peores condiciones que los varones y esta relación se intensifica a medida que se incrementan la cantidad de hijos. Es así que podemos notar cómo las tareas del cuidado de las/os hijas/os recaen mayoritariamente en las mujeres.
Gráfico 1: Remuneración media y brecha salarial (PSM) por sexo, según cantidad de hijos/as a cargo (a edades elegidas de 20 a 40 años).
Fuente: Observatorio de la Seguridad Social de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES), 2021.
En tal sentido, podemos inferir que existe socialmente una “naturalización de la capacidad de las mujeres para cuidar”, es decir, una construcción social a partir de una diferencia biológica exclusiva de las mujeres (parir y amamantar) que las dota de capacidades superiores para otros aspectos del cuidado. Pero lejos de esto, “se trata de una construcción social sustentada por las relaciones patriarcales de género, que se sostiene en valoraciones culturales reproducidas por diversos mecanismos como la educación, la publicidad, las prácticas domésticas, las instituciones, las tradiciones y las religiones”. (Rodríguez, 2015:4).
Asimismo, se estima que la distribución del trabajo al interior de los hogares está determinada por la cultura y por el modelo económico imperante, pues el trabajo de cuidado provee y garantiza las condiciones necesarias para la reproducción social de la fuerza de trabajo, convirtiéndose en un elemento imprescindible para la supervivencia del sistema capitalista.
Es evidente que el trabajo productivo y reproductivo representa un conjunto de acciones igualmente necesarias para el desarrollo de la vida cotidiana y el sostenimiento de las sociedades, sin embargo, no gozan del mismo reconocimiento, de esta manera, las tareas domésticas y de cuidado no remuneradas son un trabajo que queda invisibilizado, a pesar de su rol crucial para el funcionamiento de las sociedades en su conjunto. La organización social del cuidado resulta en sí misma un vector de reproducción y profundización de la desigualdad (Rodríguez, 2015).
Es por ello que consideramos necesario reconocer que las posibilidades de legitimar las desigualdades de género como problema público están, entonces, condicionadas, cultural, económica, política, legal e institucionalmente.
Lo analizado hasta aquí nos permite ponderar la persistencia de enormes disparidades en el acceso, permanencia y trayectorias laborales por género. Y cómo ello, impacta al momento de ejercer el derecho a la seguridad social y/o a la percepción (o no) de un haber jubilatorio al momento del retiro laboral.
SOBRE LA SEGURIDAD SOCIAL
Son numerosos los principios en los cuales se fundaron los Estados modernos o Estados Capitalistas, sin embargo aquí nos vamos a referir a los principios contradictorios de igualdad formal ante la ley (o Ciudadanía) y la inevitable desigualdad en el mercado, vinculados al proceso de acumulación capitalista. Esta tensión estructural y fundante del Estado moderno se constituye a mediados del siglo XIX en la cuestión social. Dicho intento de resolución de esta temática ha sido mediado por el Estado a través de la política social.
La política social moderna surgió a fines del siglo XIX en el marco de las luchas políticas y sociales de las clases populares y ante todo del movimiento obrero. Desde el inicio, por lo tanto, estuvo estrechamente referenciada al mercado de trabajo y al mismo tiempo por la necesidad de los diferentes gobiernos de mantener la estabilidad política e institucional. Por lo tanto, las demandas de inclusión y progreso social fueron desde abajo, y la necesidad de gobernabilidad desde arriba, la conjugación de ambas dio paso a los tres grandes instrumentos de la política social: la escuela pública, el hospital público y la seguridad social (Vilas, 2013).
Por ello decimos que una de las herramientas centrales de la política social moderna es la seguridad social. Esta es definida por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) como “la protección que la sociedad proporciona a sus miembros, mediante una serie de medidas públicas, contra las privaciones económicas y sociales que de otra manera derivarían de la desaparición o de una fuerte reducción de sus ingresos como consecuencia de enfermedad, maternidad, accidente del trabajo o enfermedad profesional, desempleo, invalidez, vejez y muerte; y también la protección en forma de asistencia médica y de ayuda a las familias con hijos (OIT, 1984, pág. 3).
En pocas palabras, podemos decir que la seguridad social es un mecanismo clave para resolver la protección de las personas ante ciertas circunstancias o eventos que, en muchas oportunidades, no pueden afrontar por sus propios medios. Los modos y formas en que el Estado desarrolló estas intervenciones en la sociedad, se encuentran relacionadas con los alcances de la solidaridad nacional y las definiciones de ciudadanía que lleva implícita. (Rosanvallon & Castel,1995,1997, citado en Carballeda,2010).
DOS PARADIGMAS CENTRALES: BISMARCK Y BEVERIDGE
Desde fines del siglo XIX, el desarrollo de la Seguridad Social ha sido una de las prácticas institucionalizadas que los Estados modernos encontraron para resolver la contradicción fundante; esquemas institucionales que han ido configurándose en dos paradigmas a saber: el contributivo y el no contributivo.
Brevemente podemos mencionar que, por un lado, el modelo contributivo; fue impulsado en Alemania durante el gobierno de Otto Von Bismark, quien puso en marcha un programa de seguros sociales de carácter contributivo que otorgarían cobertura a los riesgos propios del mercado laboral: enfermedad, accidentes de trabajo y vejez. Por otro lado, el modelo no contributivo, fue inspirado en una serie de informes presentados por William Beveridge al parlamento inglés a mediados del siglo XX, quien planteó la necesidad de asegurar un piso de protección social mínimo para todos los ciudadanos, independientemente de la contribución realizada.
Ambos paradigmas resumen la principal divergencia que han tenido la mayoría de los sistemas de protección social a lo largo del siglo XX: En el cual las personas acceden al mismo por lo que hacen o por lo que son.
A fin de cuentas, en la mayoría de los países latinoamericanos, “el alcance de la seguridad social estuvo siempre limitado al empleo asalariado formal, debido a la influencia del principio bismarckiano de asociar seguridad social con empleo formal” (Ocampo, 2008:38). Nuestro país no fue la excepción, por ende, el sistema de seguridad social que se configuró también fue definido a través del modelo de seguro bismarckiano o modelo contributivo.
LA SEGURIDAD SOCIAL EN ARGENTINA
La seguridad social como política social, abarca una parte integral del individuo de manera transversal, sin embargo, el concepto en sí de la política social es todavía más amplio.
En otros términos, coincidiendo con Moreira, SM y Lespada, E , consideramos que la seguridad social, se despliega como un abanico de protecciones destinadas a prevenir o compensar el riesgo de pérdida de ingresos o falta de recursos ante contingencias sociales o biológicas (2022:65). Destacando que -como lo describimos en párrafos anteriores- la seguridad social, junto a otras dos instituciones centrales como el hospital público y la escuela pública componen los pilares centrales de la política social.
En definitiva, el derecho a la cobertura de seguridad social quedó vinculado a las trayectorias laborales y contributivas de las personas. Esto a su vez estimulo una dinámica de derecho restringido, la cual generó una división de roles al interior del mundo del trabajo; en otras palabras, se delimitaron los criterios para definir quiénes son las personas con mayores o menores posibilidades a merecer este tipo de protección, y también estos criterios se definieron -entre otros- según el sexo biológico de pertenencia.
Viéndolo desde otra perspectiva podemos observar que se trató de una brecha de bienestar entre quienes están asignados al régimen contributivo y al no contributivo, desarrollándose beneficios diferenciales y segmentados sin avanzar hacia la borradura de la frontera entre ambos. (Gamallo, 2015).
Por lo antes enunciado afirmamos que la cobertura previsional es uno de los principales indicadores de efectividad de la política pública en relación a la seguridad social. Por lo cual, las definiciones y medidas de cobertura que se adopten, dependen en parte, del diseño de los sistemas. Es decir, un sistema que se basa únicamente en un componente contributivo suele tener una menor cobertura que aquellos que apuntan a una cobertura universal.
BRECHAS DE GÉNERO EN EL ACCESO AL SISTEMA PREVISIONAL
Toda política pública, no importa cuál sea, impacta siempre en una variedad de grupos de población y escenarios que es recomendable tener en cuenta, hasta donde sea posible, por quienes la formulan y la ejecutan. Siguiendo a Vilas, coincidimos que las políticas públicas:
“(...) consisten en el conjunto de acciones de gobierno ejecutadas para alcanzar los fines hacia los que se orienta el ejercicio del poder político (...) De acuerdo a esto lo público de las políticas públicas estaría señalando la apertura del debate sobre los cursos gubernamentales de acción a una variedad de actores sociales con intereses legítimos en los asuntos que serán objeto de determinadas acciones públicas.” (Vilas, 2011:74, 75)
Por ende, las políticas públicas determinan la estrategia del gobierno, cuáles son los asuntos que alcanzan el rango de interés público para ser incluidos en la agenda de gobierno, y configuran el tipo de relación entre la esfera de lo público y lo privado. “En su vínculo con la sociedad civil, las políticas públicas suponen un poderoso instrumento de comunicación. Y, en su relación con el ejercicio de gobierno, constituyen el dispositivo crucial a través del cual los gobernantes logran definir el rumbo del Estado y la sociedad que gobiernan” (Medellín Torres, 2006).
En tal sentido, desde comienzos de siglo las políticas sociales vinculadas a la seguridad social comenzaron a orientarse desde el poder político (en base a una definición material, no solo formal, de la ciudadanía) hacia el reconocimiento y ampliación de derechos a través de una serie de medidas, en nuestro país se puede ilustrar con el ejemplo del Programa de Inclusión Previsional (PIP).
Resumiendo se puede enunciar que con el Programa se realizó una incorporación masiva de personas que no cumplían con la cantidad de años de aportes necesarios para integrarse al sistema previsional, lo cual significó la extensión de la cobertura social a poblaciones adultas en situación de vulnerabilidad y hasta entonces apartadas del sistema de seguridad social. Principalmente, mujeres excluidas por las lógicas contributivas, que lograron equipararse (en materia de derechos) con aquellas cuyas trayectorias laborales habían desempeñado en el mercado formal. Este es el caso de mujeres dedicadas a tareas del cuidado, como a las tareas del mantenimiento del hogar, (las nombradas Amas de casa) que han tenido trabajos registrados de manera intermitente o se han desempeñado en la economía informal.
Asimismo resaltamos que hubo dos grandes momentos de aplicación de esta política pública, a saber: Uno, abierto a partir del año 2005 en el gobierno de Néstor Kirchner, con las leyes 24.476 y 25.994. El otro, a partir de la ley 26.970, sancionada en el año 2014 en el marco del gobierno de la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner, Ley que aún sigue vigente, para las mujeres. De las casi 6,9 millones de prestaciones del SIPA (febrero 2021), 3,6 millones de jubilaciones y pensiones han sido otorgadas a través de moratorias, lo que da cuenta de su importancia como política de inclusión social. Sin esta política, la cobertura del sistema alcanzaría a sólo a un 53% de las personas mayores que cubre en la actualidad.
Es así como las moratorias tuvieron la capacidad de modificar la estructura del sistema previsional argentino, el cual pasó a tener predominancia femenina en el acceso a la jubilación por primera vez en la historia. Coincidiendo con Pautassi podemos decir que los resultados de la moratoria previsional aplicada son un claro ejemplo de los efectos de la actual división sexual del trabajo y su impacto en el mercado de trabajo (Pautassi, 2011).
Siendo pertinente inferir que a pesar de que las moratorias previsionales fueron ideadas sin perspectiva de género, fueron las mujeres las mayores beneficiarias de dicha política, permitiendo subsanar, de alguna manera, -a nuestro entender- las brechas de género en materia protección social.
Por otra parte, entendemos que la desigualdad social es un fenómeno que posee muchas facetas, siendo la desigualdad en los procesos de estratificación socio-ocupacional una de ellas, dicho de otra forma podemos remarcar que las desigualdades en el mercado de trabajo dan lugar a desigualdades en el acceso a las prestaciones de la seguridad social, así como a la calidad de las mismas, en el caso de acceder. Bajo este marco, como lo venimos diciendo, la brecha de género ocupa un lugar central y las políticas destinadas desde el Estado Nacional están siendo transversales en nuestro análisis.
Asimismo, consideramos que las representaciones sociales sobre feminidad y masculinidad, maternidad, deberes para con los miembros menores y mayores de la familia; como así también la desigual distribución sexual del tiempo de trabajo, etc. son dimensiones que se traducen, en desigualdades entre hombres y mujeres en los derechos, en el acceso a programas y beneficios, en fin, en la misma ciudadanía (Draibe & Riesco,2006).
ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE EL PROGRAMA DE RECONOCIMIENTO DE APORTES POR TAREAS DE CUIDADO (PRATC)
Luego de realizar un breve recorrido sobre el desarrollo del sistema previsional Argentino, observamos que en el año 2021 a partir de la asunción de un nuevo gobierno, formulado a través de una alianza que representaba a distintos sectores, incluyendo a diversos movimientos sociales, es cuando se promulga una novedosa política social cuya propuesta es el reconocimiento a las tareas de cuidados dentro del sistema previsional, a través del Decreto Nacional de Urgencia (DNU) 475/21, estableció (al fin de cumplimentar el mínimo de años de servicios requeridos para el acceso a un haber jubilatorio) la posibilidad de visibilizar, a todas las mujeres de nuestro país, el tiempo dedicado a las tareas reproductivas, entre otras.
En tal sentido, notamos que la implementación del programa busca valorar las experiencias de cuidados a hijas/os, reconociendo el tiempo destinado a las actividades que lo requieren, y contabilizando como años de aporte al sistema previsional; las tareas en cuestión se reconocen de la siguiente manera:
Cuadro N° 1 Reconocimiento de aportes según cantidad de hijos y características de la destinataria
Fuente: Elaboración propia en base al DNU 475/21.
Podemos observar que desde el diseño y aplicación de la política social en cuestión, se manifiesta una focalización, donde se considera a una población históricamente postergada, como es el caso de mujeres con hijos (naturales o adoptivos); ponderando aquellas madres que tuvieron una trayectoria laboral en términos informales (y fueron destinatarias de la AUHy/o con hijas/os con discapacidad.
También, cabe destacar que la medida a su vez es compatible con las “moratorias previsionales” vigentes, es decir, tanto la moratoria previsional (bajo Ley N°24.476), impulsada en el año 2004, como la relanzadas en el año 2014 (bajo Ley N° 26.970). Sin la vigencia y complementariedad de las moratorias previsionales para las mujeres, la medida de reconocimiento de las tareas de cuidados no alcanzaría por sí sola a reunir los años de aportes requeridos (30 años) para el acceso a un haber jubilatorio, especialmente en los casos de mujeres con escasa o nula trayectoria laboral en el mercado laboral formal o registrado.
A su vez, podemos afirmar que la política analizada se encuentra imbricada con lo sucedido en diferentes planos de la sociedad y de la institucionalidad pública, sobre todo con el grado de apertura cultural, de democratización e institucionalización y de integración social. (Guzmán, 2001).
Por último, consideramos firmemente que ha sido un pelea del movimiento feminista en su conjunto, entre otros actores sociales, quien tuvo el poder de instalar el debate de dicha cuestión en la agenda pública, y fue un desafío para las políticas sociales acerca de la consideración del cuidado como una dimensión central de los sistemas de protección social, buscando implementar políticas con enfoque interseccional y de manera transversal, que logren dar respuesta a tal problemática. Comprendiendo siempre que en las dimensiones utilizadas en la definición de un problema social se encuentran las líneas de acción que orientan su resolución y contribuyen a la forma en que se configura la cuestión social en cada momento histórico. Considerando estas intervenciones como intentos siempre parciales. (Aguilar, 2014).
Conclusiones:
Las brechas del mercado de trabajo tienen efectos en la situación actual de las mujeres, no obstante, al momento de la vejez, es posible observar el resultado de la acumulación de desventajas a lo largo del tiempo. La dimensión social de esta brecha hay que contextualizarla a su vez, en el proceso de feminización del envejecimiento poblacional que atraviesa nuestro país, ya que, en porcentajes demográficos, un 57% de las personas mayores, son mujeres.
Como señalan diversos indicadores del mercado de trabajo, las mujeres presentan, en relación a sus pares varones, menores tasas de participación laboral, mayores tasas de informalidad, subempleo y desempleo, así como menor participación en empleos de mayor jerarquía. Esta situación genera, por un lado, mayor intermitencia en sus historias contributivas durante su vida activa como así también salarios más bajos en relación a los varones, determinando que las mujeres tengan menos probabilidades de acceder a una jubilación contributiva, debido a las dificultades en acumular años de servicio y, en caso de que puedan hacerlo, la predominancia de jubilaciones de menor cuantía que las de los varones. De esta manera las desigualdades de la vida activa se trasladan y perpetúan durante la etapa pasiva.
Específicamente las desigualdades de género que se producen en el mercado de trabajo, se replican en los sistemas de seguridad social, y en parte pueden obedecer al diseño de estos sistemas. En otras palabras: la brecha de género en jubilaciones y pensiones, puede ser resultado de que las mujeres, respecto a sus pares varones, participan menos y de manera más intermitente en el mercado formal del trabajo y reciben remuneraciones menores. Fenómeno vinculado a la carga de trabajo no remunerado, dentro de los hogares, que recae sobre las mujeres. A su vez, estas remuneraciones menores pueden ser efecto de la discriminación laboral, de la segregación ocupacional o una penalización por las interrupciones laborales.
A nuestro entender es el Estado quien a través de la política social, determina prioridades para el mejoramiento de la calidad de vida de la población. Asimismo, el sistema de seguridad social es uno de los ejes principales a la hora de abordar y resolver la protección de las personas ante ciertas circunstancias o eventos que, en muchas oportunidades, no pueden afrontar por sus propios medios.
Por tal motivo, el diseño de sistemas de pensiones que contemplen parámetros como la cantidad de años de aportes para acceder a una jubilación, el período de ingresos contributivos para calcular el haber inicial, la edad mínima legal de retiro, la existencia de ingresos mínimos garantizados, topes en los beneficios o el novedoso reconocimiento de años de aportes por los años destinados al cuidado de niños, niñas y adolescentes, afectarán de manera diferenciada la adecuación de los beneficios y la distribución del ingreso entre varones y mujeres y entre personas del mismo sexo con diferentes trayectorias laborales.
Celebramos la implementación de una política social que contemple y reconozca el tiempo destinado a las tareas del cuidado, sin embargo encontramos diversas limitaciones tales como la fijación de topes de reconocimiento hasta 3 hijos o la ausencia del reconocimiento a otras actividades realizadas históricamente por las mujeres (entre ellas el cuidado de personas mayores y/o enfermas que continúan, aún hoy, invisibilizadas).
Por último, surge el interrogante acerca de si la responsabilidad y el cuidado de las personas debe seguir recayendo unilateralmente en la organización familiar o si debe recaer, a su vez, en el Estado.
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Palabras clave:
Reconocimiento de Tareas del cuidado,
Políticas sociales sobre el género,
Sistema Previsional
#04512 |
Experiencias de menstruar en mujeres habitantes de calle en Bogotá : La importancia del enfoque de género y la salud menstrual en la construcción de políticas públicas.
El objetivo de la investigación es el reconocimiento de dimensiones culturales, sociales, económicas como fundamentales para leer las experiencias de menstruar, visibilizando la falta de la implementación del enfoque de género en la creación de políticas que invisibilizan las experiencias y vivencias y necesidades diferenciadas de las mujeres habitantes de calle De acuerdo a lo anterioir es necesario hacer un reconocimiento a la Sentencia T-398 del 2019, hecha por Martha Cecilia Durán Cuy, mujer habitante de calle, que a traves de su experiencia de menstruar en calle, visibiliza la violación a la vida digna y a sus derechos humanos, sexuales y reproductivos, por la desatención en materia de salud, educación y gestión menstrual. Además de lo expuesto anteriormente la investigación va de la mano con las mujeres habitantes de calle, identificadas como participantes activas y creadoras de conocimiento en torno a su experiencia de menstruar en calle y la construcción de imaginarios alrededor de la menstruación. Desde este punto de partida, se realizarán recomendaciones frente a la política pública, planes programas y proyectos que tienen como eje ofrecer productos en materia de la gestión y educación menstrual. La metodología de la investigación será cualitativa, las herramientas metodológicas usadas para la investigación serán entrevistas estructuradas y semiestructuradas a la población para conocer su experiencia y testimonios de menstruar en condición de habitabilidad en calle; recolección de datos en el DANE como entidad que ha avanzado en indagar sobre la situación de mujeres menstruantes y la participación de entidades como la Secretaría de Integración Social, Secretaría de la Mujer y la Secretaría de Salud como entidades responsables de una gestión de la menstruación digna y tranquila.
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Los profesionales de la salud como agentes de cambio social y político en favor del derecho al aborto en Argentina
El objetivo general de este trabajo fue analizar el rol de lxs profesionales de la salud en la lucha por el aborto legal en Argentina, es decir, reconstruir cómo se constituyen en activistas y propulsores del cambio y cómo se construye su discurso a favor del derecho a decidir. Se adoptó una perspectiva microsociológica que intentó reconstruir un proceso macrosocial.El enfoque fue exploratorio-descriptivo y cualitativo. El trabajo se realizó a partir de un diseño flexible, y desde una lógica inductiva. La técnica de recolección de la información fue la entrevista en profundidad en el marco del uso del método biográfico. Fueron entrevistadas/os 18 profesionales de la salud. El trabajo de campo fue realizado entre agosto y diciembre de 2021.Los relatos de las/os profesionales abordan cuestiones relativas a la importancia del lugar de trabajo a nivel institucional y de acuerdo al sector en el que se desempeña: en este sentido, se pone de relieve el trabajo en el sector público, ya sea en el ámbito asistencial o de las políticas públicas. Cobra relevancia la inscripción territorial de sus trabajos, la militancia: en el campo de la salud sexual y reproductiva o en relación a otras organizaciones de la sociedad civil y su identificación con ser mujeres y feministas.El análisis de las entrevistas explora los relatos en torno a cómo estas/os profesionales pasan a ser referentes, defensoras/es, promotoras/es, activistas y garantes del derecho a decidir. Es posible distinguir dos perfiles diferenciados que dan cuenta de diferentes modos de agenciarse y muchas veces conviven en una misma persona:La/el profesional-militante hacia adentro de los servicios de salud: recorren un camino y construyen un semillero en las instituciones que trabajan, se constituyen en referentes comunitarios y en elementos fundamentales en el trazado del acceso de las mujeres a la interrupciíon voluntaria del embarazo. Son articuladores de la política pública (vínculo con funcionarios)La/el profesional-militante en la calle: desde sus lugares de trabajo recorren un camino que los proyecta socialmente y los constituye como voces públicas y referentes (proyección mediática, participación en el debate parlamentario, participación en movilizaciones masivas, en la calle)
13:00 - 15:00
GT_18- Salud, Seguridad Social y Personas con Discapacidad
A seguridade social foi a maior conquista social que o Brasil vivenciou no âmbito do capital, uma vez que por meio desta inaugurou-se formalmente uma série de medidas voltadas para a proteção social da população velha, em especial. Nesse cenário, com a Constituinte Cidadã a previdência social passa a ser parte integrante da seguridade social, compreendida em seu Art. 194º como um “conjunto integrado de ações de iniciativa dos Poderes Públicos e da sociedade, destinadas a assegurar os direitos relativos à Saúde, à Previdência e à Assistência Social” (FEDERAL,1988, p.105). Entretanto, o período pós-constituinte foi circunscrito por múltiplas e constantes medidas de contrarreforma, voltadas, sobretudo, para reconfiguração da intervenção estatal no âmbito social.O envelhecimento passa, nesse panorama, a ser colocado sobre o eixo central para as aprovações das medidas de contrarreforma no sistema de seguridade social, sob a justificativa, traiçoeira, de que o aumento do número de pessoas ativas em relação ao número de pessoas inativas (população velha) no mercado de trabalho acarreta um inchaço nas contas da política de previdência social, tornando inviável a manutenção do sistema a longo prazo. A partir desse discurso, efetuado pelo Estado, o envelhecimento toma a ênfase de problema social e econômico.Esses avanços e sistematizações de medidas restritivas, evidenciadas pós-constituinte, demarcam um período de desconstrução do sistema de seguridade social, em prol da implantação do projeto neoliberal, objetivando a criação de novos mecanismos de acumulação de capital. Nesse cenário, o envelhecimento populacional é vislumbrado pelos (as) governantes como mero instrumento de apropriação de capital, mas, não necessariamente como força de trabalho, e sim como papel de consumidor (a), através da mercantilização dos serviços essenciais à sua subsistênciaNesse contexto, inevitavelmente, a ampliação ou restrição das políticas de previdência social irá repercutir na emancipação política da população velha no Brasil, pois esta política possui papel central na proteção social desta população, principalmente no que se refere aos benefícios de aposentadoria e pensão por morte. A política de previdência social é um instrumento de luta vital para o aprofundamento da emancipação política da população velha no Brasil. Portanto, o envelhecimento não deve, em nenhum momento, ser visto como um problema social, de modo oposto, deve-se vislumbrar o envelhecimento enquanto uma conquista histórica e social da humanidade. Não cabe, no olhar desta pesquisa, nenhum argumento e/ou justificativa voltados para a negação ou restrição de qualquer direito para a população velha.
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A inserção das Ti’s na política previdenciária brasileira: a digitalização do trabalho e seus impactos para o trabalhos dos assistentes sociais do INSS
Gênesis de Oliveira Pereira1
;
Roberta Lima Costa
2
;
Luana Cardoso Lourença
1
;
Leandro Lucas da Costa Soares
1
;
Janaína de Souza Rabello
1
;
Gabriella Rocha Moura
1
;
Marcela Rodrigues Camilo da Conceição
1
O presente artigo tem por objetivo refletir sobre a inserção das Tecnologias da Informação (TI’s) na política previdenciária e seu impacto para o trabalho dos assistentes sociais inseridos no Instituto Nacional de Seguridade Social (INSS). A pesquisa aqui empreendida utiliza como metodologia a revisão bibliográfica no campo da sociologia do trabalho de inspiração marxista e a sistematização da experiência vivenciada no grupo de supervisão técnica, desenvolvido por meio de projeto de extensão, com 75 assistentes sociais inseridos em diversas Agências da Previdência Social (APS’s) de todo o Brasil. Em nossa compreensão, com o avanço das políticas neoliberais, as TI’s vêm adentrando o espaço da esfera pública com particularidades frente à esfera produtiva do capital. É preciso ter nítido que não se trata apenas de inserção de TI’s, mas sim de uma nova forma de gestão e organização do trabalho, cada vez mais próxima às práticas operadas na esfera privada. Se nessa esfera a inserção desses mecanismos está ligada a busca por ampliação da taxa de mais-valia, na esfera pública as TI’s têm servido para diminuir os gastos com os funcionários públicos e com as políticas sociais, repartindo maiores parcela do fundo público com as diversas frações capitalistas. No Brasil a política previdenciária vem sendo o projeto piloto de digitalização na esfera pública, cuja inserção vem reconfigurando os processos de trabalho através do binômio gerencialista de eficiência/eficácia em detrimento da qualidade dos serviços prestados à população. Observa-se o aumento da precarização e intensificação do trabalho, onde o tempo de reflexão sobre a realidade é suprimido pela gerência, ampliando a tecnificação das atividades profissionais. Seus impactos também são sentidos no conteúdo objetivo das profissões, através de novas requisições impostas pela instituição. Nesta direção, acreditamos ser necessário debater a relação simbiótica entre o aprofundamento do neoliberalismo, as TI’s e a digitalização do trabalho na esfera pública; a política previdenciária no Brasil e o Serviço Social no INSS; e, por fim, o impacto da digitalização para o trabalho dos assistentes. Com base nesses elementos, pretendemos contribuir para o aprofundamento do conhecimento sobre a inserção das TI’s, as novas formas de gestão e organização do trabalho na esfera pública, bem como seus impactos para as políticas sociais e para parcelas da população que depende desses serviços.
#02169 |
Análisis de las Obras Sociales Sindicales y su vínculos con el Sector Privado del Sistema de Salud en la Argentina del Siglo XXI
El sistema de salud en la Argentina está integrado por tres subsectores: público, Obras Sociales (seguridad social) y privado. Cada uno de ellos presenta significativas diferencias en su modelo de organización institucional y económica y en su modelo prestacional. Las obras sociales son entidades encargadas de organizar la prestación de la atención médica de los trabajadores en Argentina. Así el trabajador junto a su grupo familiar esta protegido al poder acceder a la atención médica, medicamentos y prácticas. Por ley, todas las personas trabajadoras deben tener una obra social, que se financia en parte por el trabajador que abona el 3% de sus aportes de la remuneración bruta, como el empleador que contribuye el 5%. El objetivo general del Proyecto es analizar el funcionamiento del sistema de Salud argentino ya que con la pandemia por COVID-19 se fueron desarrollando mecanismos que reconfigurarían los sectores privados y de obras sociales, con últimas y variadas declaraciones sobre propuestas de modificación/ integración desde el Instituto Patria en 2021, como de la CGT y del gobierno oficialista de la Provincia de Buenos Aires . Por otro lado, Se intenta visibilizar la importancia del estudio de las Obras Sociales Sindicales, como objeto de estudio, íntimamente vinculado al sindicalismo argentino constituyéndose a nivel mundial en el “modelo criollo” de la seguridad social argentina. Partimos de la tesis que las Obras Sociales pertenecen a los trabajadores y sus organizaciones sindicales, quienes como colectivo de clase decidieron crear y conducir sus propias organizaciones sociales, nacen por fuera de las estructuras del Estado, con criterios de equidad y solidaridad y adquirieron relevancia en el actual sistema de salud. Las hipótesis que guían el trabajo intentarán verificar si las obras sociales sindicales (y hasta qué punto) continúan manteniendo fuertes vínculos con empresas de medicina prepaga vía contratación de prestaciones médicas asistenciales a terceros proveedores; entre otras cosas generando un modelo prestador de servicios médicos que mostraría que, a través del financiamiento de la seguridad social médica se produce y contribuye a un mayor crecimiento y desarrollo del sector privado; hasta qué punto orientan sus inversiones en la generación de servicios de salud propios, o deciden conveniar con el sector privado. La metodología de tipo cualitativa está basada en el análisis de investigaciones referidas a la evolución del sistema de salud (prestando atención sobre las que focalizan su labor sobre el régimen de prestación de atención médica administrado por los sindicatos, (obras sociales) como investigaciones referidas a la evolución de la organización sindical en Argentina y sus relaciones con el Estado y sus bases. El estudio es exploratorio y se realizan a través de estudios de caso de Obras Sociales Sindicales.
#02368 |
A relação entre Estado e Política Social no capitalismo dependente
Dilceane Carraro1
1 - Universidade Federal de Santa Catarina - UFSC.
Este artigo tem como objetivo contribuir par as análises sobre a particularidade da relação entre o Estado e Política Social na América Latina, especialmente a partir da determinação sócio-histórica fundamental calcada na na superexploração da força de trabalho e da dependência que se mostram fundamentais para a compreensão teórica das elaborações sobre a política social no continente.Partimos da premissa de que a política social responde às demandas da acumulação de capital — não somente econômicas, como também políticas e ideológicas — para a reprodução das relações sociais, mas é permeada pela dinâmica da luta de classes em cada momento histórico. Na América Latina, essa dinâmica vai se processar a partir das particularidades do desenvolvimento dependente do modo de produção capitalista e, também, das características da particularidade do Estado na região.Nesta região o Estado é utilizado pelas classes dominantes como aparato para a defesa de seus interesses e atua nas distintas fases de desenvolvimento capitalista, na manutenção e ampliação da condição de dependência, à medida que sempre expressou os interesses das classes dominantes que residiam aqui, inseridas na lógica das relações com os interesses externos.Nesse sentido, a proposta metodológica desta comunicação se expressa em tecer algumas problematizações sobre os aspectos histórico-estruturais da realidade latino-americana, com ênfase na análise do Estado em sua particularidade na região, diante da formação sócio-histórica desenvolvida nesses séculos, cuja síntese colocou especial atuação diante da inserção dependente no cenário econômico internacional e das características sociais e políticas que isso ocasionou. Em seguida, a partir da apreensão do debate da política social nos marcos do projeto político e ideológico neoliberal ou social-liberal tecemos a crítica da política social ancorada no ideal da proteção ao trabalho, e enfatizamos a necessidade de uma análise sobre a política social atrelada à condição do capitalismo dependente nos marcos da superexploração do trabalho e da particularidade histórica que nos expressa. Ou seja, a centralidade que a política social possui nos marcos da atenção às necessidades das massas latino-americanas, e não como mero mecanismo de reprodução do capital em sua condição dependente. Essas análises são imprescindíveis para reforçar o necessário desvendamento da realidade social e elucidar a potência que a política social possui nessa latitude, considerando a formação sócio-histórica da América Latina como solo necessário às análises teórico-políticas necessárias à apreensão crítica da realidade concreta.
#02746 |
Financeirização e proteção social em países de capitalismo periférico
Os esquemas de seguridade social dos países da América Latina, embora incompletos, têm passado por diversas transformações importantes desde o final do século XX. A literatura crítica tem enfatizado o caráter neoliberal dessas mudanças, em que se individualiza crescentemente o risco e se mercantiliza serviços públicos como de previdência e saúde. Nesse artigo, argumentamos que, ao lado da cosmovisão e das políticas econômicas neoliberais, é necessário conceber a financeirização da economia como categoria analítica para compreender as transformações da proteção social. Assim, o artigo pretende contribuir para o campo de estudo oferecendo um marco teórico e interpretativo da relação entre financeirização e proteção social na periferia do capitalismo contemporâneo considerando, por um lado, a manifestação da financeirização em economias periféricas, apreendida pela noção de financeirização subordinada e, por outro, a relação entre financeirização e neoliberalismo em três instâncias interconectadas: Estado, empresas e indivíduo. Propomos que a financeirização representa, para o capital, a “realização de seu conceito”, em que os setores mais avançados na acumulação se encontram no estágio mais maduro do ponto de vista do controle da propriedade, da alocação da riqueza e da apropriação do valor. Esse processo de financeirização guarda uma relação simbiótica com a cosmovisão neoliberal, o que implica perceber o movimento das “finanças” em desmontar os esquemas de proteção social do Estado para reconstruí-los à sua imagem e semelhança. Assim, destacamos que a mercantilização da proteção social no capitalismo financeirizado se dá pelos parâmetros do capital financeiro (a lógica financeira-neoliberal), tendo o mercado e suas institucionalidades como espaço de veridição que se colocam na posição de validar a forma em que deve ser reconfigurado o Estado e a proteção social. A literatura que trata de financeirização subordinada, por sua vez, argumenta que a financeirização na periferia do capitalismo, como é o caso da América Latina, não se trata de um fenômeno incompleto ou um epifenômeno em relação ao que ocorre em países centrais. Ao contrário, ela deve ser entendida em seu caráter funcional em relação à financeirização dos países centrais, o que lhe confere uma posição subordinada no sistema monetário e financeiro internacional. Essa posição traz restrições para a capacidade de realização de políticas econômicas e da própria gestão dos Estados nacionais periféricos, com implicações, entre outras áreas, na seguridade social. Portanto, a articulação entre a dupla manifestação da financeirização na periferia – no sentido mais geral da acumulação do capital e em seu caráter subordinado – e a cosmovisão neoliberal pode oferecer, argumentamos, um marco teórico interpretativo relevante das reconfigurações da proteção social na América Latina e do avanço das formas mercantilizadas-financeirizadas de oferta de serviços de previdência, saúde e educação, por exemplo.
#03188 |
Factores asociados a discontinuidad en el Ahorro y tenencia de Afores de los adultos mayores
Antecedentes: en México existe una cobertura limitada de los sistemas formales de pensiones lo cual impone restricciones monetarias durante la vejez en los adultos mayores que no contaron con un esquema de retiro, los cuales favorecen a la población con trayectorias laborales formales y más estables. Objetivo: caracterizar la población de adultos mayores de 50 y más años (AM) por ocupación económica y determinar sus factores asociados con la tenencia de una Administradora de Fondo para el Retiro (Afore) y con la discontinuidad en las contribuciones al ahorro. Metodología: Estudio transversal referido a los adultos mayores de 50 y más años en México. La información proviene del cuestionario ampliado de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2018 (ENOE, Trimestre Enero-Marzo). Se clasificó a los AM según actividades relacionadas con la actividad económica (población económicamente activa, PEA, y no activa, PNEA). En la PEA, se consideró a los AM que declararon tener trabajo al momento de la encuesta y se utilizó un modelo logístico para determinar los factores asociados con la probabilidad de tener una Afore. Se realizó un análisis longitudinal para estimar la tasa de rotación laboral para medir la continuidad en el ahorro para el retiro durante un año y un modelo logístico analiza los factores asociados con la rotación laboral. Resultados: En 2018, 12.4% de los AM de 50 años y más estaban pensionados, 30.7% se dedicaban a quehaceres del hogar, y 48.0% tenían un empleo, y el restante 9.0% eran discapacitados, buscaban empleo o no tenían deseos de trabajar. Solo 23.4% de los AM que tenían un empleo contaban con una Afore, equivalente a 12.6% de la población total de AM de 50 y más años. La edad se asocia negativamente con la probabilidad de tener una afore y factores como el nivel de ingreso, la escolaridad y el tamaño de la localidad se asocian positivamente con la probabilidad de tener una Afore, y el principal factor asociado de manera positiva es el tamaño de la empresa donde trabaja el AM. Sin embargo, 43% de los AM que trabajan tienen rotación laboral al menos una vez en el año y dejan de ahorrar de manera continua, la edad se asocia negativamente con la continuidad laboral mientras que la escolaridad, el tamaño de la empresa y tipo de contrato se asocian positivamente. Conclusiones: ante una población cada vez más longeva, políticas sociales como pensiones universales no contributivas deben considerarse para atender a la población de adultos mayores.
#04127 |
Repensar al IMSS como una institución de seguridad social solidaria e integral descentrada del empleo salarial para el Siglo XXI.
MARIA LUISA MUSSOT LÓPEZ1
1 - UNIVERSIDAD AUTONOMA METROPOLITANA IZTAPALAPA.
La instrumentación del modelo del neoliberalismo en México por casi 40 años ha desdibujado al trabajo, en su versión de pleno empleo, estable y protegido, como el eje de organización social beneficiado por una arquitectura institucional y una legislación proclives a la redistribución del ingreso vía la garantía tendencial del interés general con justicia social a través de tutela al trabajo por el Estado en su relación asimétrica con el capital.En una economía como la mexicana, de heterogeneidad estructural, la consecuencia más apremiante ha sido la generalización de un empleo precario sin derechos laborales, o informalidad, con casi nulo acceso al bienestar, que asciende a casi el 55% de la población económicamente activa. Proceso que se imbrica a un largo trayecto de conculcación de derechos, sociales y laborales, particularmente a la salud y a la seguridad social, y como horizonte de sentido del conjunto de la población, junto al debilitamiento de sus instituciones garantes, específicamente la del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Institución que ha sido atravesada por largos y profundos procesos de privatización, del que destaca la capitación individual del ahorro de los trabajadores (pensiones) y su administración privada por el sector financiero, pero que además incluye un vasto abanico de cambios en su interior provocados por la introducción de la lógica privada (gestión de mercado) en su normatividad, organización, estructura, finanzas, cultura organizacional, y lenguaje. No obstante, en la coyuntura de la pandemia de la Covid el IMSS dio muestra de su grandeza como institución pública desarrollando al máximo las capacidades institucionales por todo el territorio nacional, pudiendo sortear los enormes desafíos junto con recuperar, al menos parcialmente, su sentido social y así mismo su capacidad política de negociación y acuerdo con y entre los diferentes sectores y grupos de intereses de la sociedad. En el contexto de las transformaciones de la administración política en curso, deben plantearse los retos para avanzar en una cambio del IMSS que siente los cimientos que le resitúen como la institución por excelencia garante de los derechos laboral y social a la salud y a la seguridad social pública y solidaria, signados en la Constitución desde 1917 y que se reconozca por su quehacer solidario universalizando la garantía del derecho a la salud con integralidad a los sectores más desvalidos desvinculados del mercado de trabajo con protección laboral; es decir, debe pensarse en revertir los procesos de privatización que la debilitaron a la par que reconstruirla como una seguridad social incluyente , con novedosas formas de financiamiento y organización que hagan de ella una institución capaz de constituirse como punto cardinal de una realidad futura de solidaridad y bienestar en un nuevo proyecto de nación del México del Siglo XXI.
#04721 |
Reinserção Funcional da UFPR: Um Olhar da Terapia Ocupacional
Com o sistema globalizado que hoje nos envolve, o estilo e o ritmo de vida nos conduzem a práticas pouco criativas; como consequência, trazendo grande impacto na dinâmica do trabalho nos tempos atuais. Podem ocorrer rupturas dos papéis esperados, causando interferências no processo do fazer e gerando desequilíbrio, com prejuízo na condição de saúde mental, física, social, psíquica, ocupacional e espiritual. No serviço público não é diferente, apesar de a relação não ser apenas de compra e venda, mas com grande relação social, possuindo algumas características, como diversidades de cargos e funções, conflitos entre exigências burocráticas e demandas sociais, mudanças políticas recorrentes no sistema estatal, que são situações que podem influenciar na saúde do servidor. Os servidores públicos federais estão respaldados pelo Decreto Federal nº 6.833, que institui o Subsistema Integrado de Atenção à Saúde do Servidor Público Federal (SIASS) e o Comitê Gestor de Atenção à Saúde do Servidor (CGASS). Esse Decreto tem por objetivo coordenar e integrar ações e programas nas áreas de assistência à saúde, perícia oficial, promoção, prevenção e acompanhamento da saúde dos servidores da administração federal direta, autárquica e fundacional. O Serviço de Reinserção da UFPR faz parte da Seção de Avaliação e Perícia de Saúde UFPR, foi criado em 2008 e surgiu na constatação da existência de acompanhamento fragmentado de servidores afastados por doença e no retorno ao trabalho, indicando a necessidade de elaboração de um programa de intervenção interdisciplinar. A equipe é composta por enfermeiro, assistente social, psicólogo, terapeuta ocupacional e médicos peritos. Esse serviço habilita o servidor para o retorno ao trabalho em condições adequadas do ponto de vista pessoal e profissional, integrando um conjunto de ações que visam ao resgate da capacidade laborativa residual do servidor, conciliando com as necessidades institucionais. As pessoas atendidas nesse serviço são servidores (técnicos e docentes), afastados ou não para o tratamento de sua saúde, que apresentam alguma restrição em sua capacidade laborativa. Todas as etapas da reinserção ocorrem através da reeducação funcional para o trabalho. O processo de Avaliação de Capacidade Laborativa (ACL) se inicia na Perícia Médica, podendo ser a pedido do perito, do servidor adoecido ou da chefia do servidor. A ACL busca compreender o indivíduo em sua totalidade, relacionando as informações sobre as condições laborais do periciado ao seu histórico clínico, familiar e social.