Resumen de la Ponencia:
Durante la última década se ha observado un tipo de fenómeno social marcado por el hecho de personas que deambulan por las ciudades sin aparente rumbo fijo y que pernoctan debajo de puentes con casuchas de materiales improvisadas de madera, cartón y tela, en parques, avenidas y lotes abandonados. Muchas de estas personas de ambos sexos y de diferentes edades se encuentran en condiciones que reflejan un marcado deterioro físico y psicológico. Esta investigación de carácter exploratorio descriptivo busca dar algunas respuestas a las interrogantes que surgen respecto al perfil de las personas sin hogar como nueva conceptualización el sinhogarismo en Latinoamérica pero en especial atención a la situación de Panamá, como uno de los países como una renta per cápita elevada según indicadores internacionales pero con una de las mayores desigualdades del mundo.
Introducción:
Introducción al fenómeno en estudio
Durante la última década del siglo XX se ha observado un tipo de fenómeno social marcado por el hecho de personas que deambulan por las ciudades sin aparente rumbo fijo y que pernoctan debajo de puentes con casuchas de materiales improvisadas de madera, cartón y tela, en parques, avenidas y lotes abandonados. Muchas de estas personas de ambos sexos y de diferentes edades, se encuentran en condiciones que reflejan un marcado deterioro físico y psicológico lo cual nos estaría indicando las diferentes penurias que estarían vivenciando al estar en situación de calle debido a situaciones generalmente ocasionadas por factores socioeconómicos y estructurales, así como la sumisión a dependencias como el alcoholismo, las drogas, entre otras en particular.
El problema ha sido estudiado por autores como (Matulic 2013, Hernández 2002, Rosa 2010, Boy 2010, Bachiller, 2010, et al), y se conoce desde hace décadas con diferentes términos haciendo alusión a determinadas características de los sin techo. Debido a que no existe una definición única para definirlos, en este trabajo usaremos de forma genérica el termino sin techo o sinhogarismo ya que a partir del uso del concepto sinhogarismo empezaremos a explicar cómo se desarrolla el mismo en sus muchas diferenciaciones siendo la principal característica el estar sin un hogar fijo que cumpla con las condiciones para la vida y de igual manera estar propensos a condiciones de vida que puedan empujar a una situación de calle.
La carencia de vivienda es una de las características principales del estudio del “Sinhogarismo” sin embargo, no es esencialmente la única de estudio ni su exclusiva, como mencionaría Boy (2013), ya que “reducir el concepto a una carencia habitacional termina dando poca cuenta de la complejidad real de las situaciones en las que vive la población” (pág. 59).
Este fenómeno no es único de países desarrollados sino también de regiones menos industrializadas y donde los retrocesos en las políticas públicas y sociales dejaron atrás a toda una población desprotegida y a la vez empobrecida que en su gran mayoría son los más afectados por las medidas neoliberales del último cuarto de siglo 20. Podemos mencionar que países que han afrontado los efectos de las crisis económicas financieras globales como Portugal, Grecia o España son algunos claros ejemplos, ya que uno puede ver una elevada cifra de personas que se encuentran en situación de calle, en situación de paro y/o en situación de desempleo por el paro y que, sin duda, viene a ser uno de los elementos principales del desahucio social frente a las diferentes redes de protección.
En Latinoamérica encontramos países como México, Argentina, Brasil, Chile o Colombia donde el fenómeno social se repite, personas que deambulan o tienen por habitáculo las calles hacen de cualquier espacio sus viviendas improvisadas.
La carencia de los elementos básicos de vida como higiene, alimentación, tratamiento psiquiátrico y servicios esenciales se ven condicionados por la notable ausencia de estos servicios sin mencionar la poca asistencia social que algunos reciben, debido a que los programas de ayuda social no se dan abasto o son no inexistentes.
De acuerdo con Matulic (2013) se definen otras acepciones para entender este problema como “la nueva pobreza” o la “pobreza del cuarto mundo” (2013: 6), y que apuntan a entender la emergencia de grupos de población afectados por una fuerte “movilidad social descendente” que difiere a la conceptualización de la pobreza conocida o entendida hasta el momento. Esta movilidad descendente estaría asociada a la “pérdida del empleo y la incapacidad de fortalecimiento de las redes familiares” (Boy, 2010: 54).
Los estudios e investigaciones hasta la fecha han buscado analizar el surgimiento de los sin techo como un problema “causal” en donde “la perdida de vivienda o la falta de esta, la segmentación de los mercados de trabajo y la fragilidad de los sistemas de protección social han debilitado las redes sociales primarias vinculadas a los procesos vitales” (Matulic, 2013: 13). Existen otras causas menos estudiadas que dan una explicación más profunda del sinhogarismo como, por ejemplo: “el deterioro físico, psíquico y el vínculo con el mundo laboral son variables que deben ser tenidas en cuenta a la hora de pensar en la situación de calle” (Boy, 2010: 59).
Otros factores hacen de esta situación social un problema con múltiples variables para entender, por ejemplo, si miramos el fenómeno de las personas sin techo en la Argentina de los años 20, encontraremos que la particularidad que tiene este fenómeno estaba inicialmente ligado al trabajo y la movilidad interprovincial de trabajadores desde diferentes espacios geográficos. A las personas que dormían en las calles se le denominaba “Crotto” (Boy, 2010: 55), este término fue acuñado por el senador argentino José Camilo Crotto debido a que se había instaurado un tipo de reglamentación para que los que viajaban del campo a otras ciudades para jornadas de trabajo pudieran hacerlo gratis en los ferrocarriles. Vemos aquí una particularidad en la que se construye una definición del concepto, pero esto va cambiando a medida que se van vinculando otras causalidades como por ejemplo la perdida de redes de protección, el abandono y la poca seguridad de un empleo digno.
Debido a la amplia diversidad y las multicausalidades que definen a los sin techo ha hecho que se originen una serie de términos y conceptos para entender a la persona que está en la calle, entonces tenemos denominaciones como: “homeless” en Estados Unidos, “sin techo” “cartonero” en Argentina, “en situación de calle” “habitante de calle” en Colombia, Panamá “em situação de rua” en Portugal, “Sem Teto” en Brasil, “personas de la calle” en España, “en riesgo de calle” en Chile, “Indigente” “Piedrero” en Panamá, “Pepenador”, “Población Callejera” en México, “Ocuppa” en España, Estados Unidos, etc., Son muchos los términos que encierran esta problemática y de igual forma muchas las formas de poder abordarlas para lograr entender las razones del sinhogarismo, pero también para ajustar las políticas y planes a las necesidades de cada individuo.
Cada una de las definiciones del sinhogarismo requiere una conceptualización y categorización para profundizar en su especificidad y realidad vivencial la cual como hemos mencionado es cambiante y dependerá del escenario social, político, económico y cultural en que se desenvuelvan.
Al no haber un concepto unificador tampoco hay claridad en la diversidad de causalidades, necesidades y condiciones de los sujetos sociales, esto hace que los planes, programas e intervenciones de políticas sociales sean mucho más compleja en la manera de abordar a cada sujeto social, teniendo en cuenta que por norma son tomados como el problema de un mismo fenómeno con soluciones iguales para todos, cuando la realidad nos demuestra que no es así.
Los conceptos más aglutinantes que buscan entender la desigualdad y la exclusión social se expresan en el “sinhogarismo”, el cual como concepto definitorio emerge en los Estados Unidos a finales de los años 80, en una década en donde los conflictos sociales de diferente índole estaban emergiendo vertiginosamente en ciudades como Chicago o Nueva York. Dando con esto un incremento de personas que deambulaban por las calles con sus pertenencias y que muchas habían sido desalojadas de sus viviendas por la imposibilidad de pagar el alquiler entre otros aspectos. Este fenómeno tiene un fuerte matiz relacionado con factores socioeconómicos y estructurales como la “pérdida del empleo” (Rosa, 2010) y como hemos mencionado, pero no siendo exclusivo, la pérdida del “espacio de vivienda” (Boy, 2010).
El aumento de estas “brechas de desigualdad y exclusión social estarían marcando las sociedades occidentales”, (Herrera, 2002), brechas de desigualdad que se estarían volviendo el reflejo de una dinámica recurrente de ciudades y sociedades en transición.
El concepto del “sinhogarismo” define la situación de personas en condición de exclusión social que se encuentran en situaciones de pobreza y extrema pobreza institucionalizada y estructural, que los empuja a precariedades inimaginables frente al acceso a servicios básicos como son; educación, salud, trabajo digno, vivienda digna, entre otros.
De acuerdo con Bachiller, (2010), el concepto además de explicar algunas causales nos ayudaría a entender un proceso que muchas veces pasa desapercibido y es la “desafiliación social” (Matulic, 2013, p. 4), en cuanto a lo que indica (Rosa, 2010, p.107), existe un espectro en donde el sin techo no busca apoyo en su red familiar ni amigos por “vergüenza en pedir ayuda”, por otro lado, (Hernández, 2022, p. 285), menciona que “son pocos los sin techo o sin hogar que terminan en una situación de calle de forma intencional”. Dado que siempre hay un factor desencadenante como puede ser “problemas económicos, problemas habitacionales, familiares, y por último emocionales” (Rosa, 2010, p.107).
Bachiller cita al sociólogo Robert Merton, el cual menciona que se tenía la idea de que el sujeto sin hogar adoptaba una situación de desapego con la sociedad por diferentes razones como el fracaso social (expectativas de vida no cumplidas) y “optaban” por la renuncia al contrato social de forma “voluntaria” (Bachiller, 2010: 10). Hoy en día, sabemos que más allá de una desafiliación social, los elementos estructurales y sistémicos siguen siendo un factor preponderante a la hora de entender las causales del sinhogarismo en nuestras sociedades, siendo de interés en profundidad para el estudio del fenómeno social.
Para este artículo se preparo algunos adelantos de una investigación que busca dar a conocer un problema, describirlo y presentar propuestas a los hallazgos pertinentes. Al ser una investigación no terminada, quedan muchas interrogantes con respecto al problema de los sin techos los cuales esperan ser abordados más adelantes con investigaciones que cubran el problema de la desigualdad en todas sus formas y en particular la de las personas en las calles.
La metodología que se es mixta y se utilizo el proceso exploratorio -descriptivo con el método bola de nieve y las técnicas de entrevistas y encuestas, se lograron acceder a tres centros de rehabilitación de la Ciudad de Panamá en donde se entrevistaron a 52 personas en total, todos varones de entre los 20 a los 55 años.
El tipo de selección de la muestra fue aleatorio simple por conveniencia intencional dado que la muestra es una población cautiva y aunque se podría acceder a ella con relativa facilidad se tuvo que intervenir en el proceso de forma que al momento de elegir a los encuestados estos tuvieran el perfil requerido mediante una selección intencional en tiempo controlado y bajo supervisión. No se pudo acceder a una población femenina dado que se nos limitó el proceso de acceso a las mismas y/o no había con el perfil de persona en situación de calle, que cumpliera con los requerimientos de la investigación.
En cuanto al encuadramiento teórico se usó diversas teorías como la del desarrollo, la teoría de la exclusión social como argumentos de construcción en la narrativa teórica.
Desarrollo:
Desigualdad y exclusión social
La desigualdad es una de las principales causas del sinhogarismo a nivel mundial,
factores del tipo estructural como dificultades educativas, precariedad laboral, ingresos insuficientes, debilidad de redes familiares y sociales, así como factores personales como sucesos vitales estresantes y pérdida o debilidad de capacidades personales y sociales que inciden en los procesos de desarraigo posterior. (Matulic, 2013, p.4-5)
No existe un consenso estandarizado para entender la pobreza, debido a que muchos de los trabajos sino la mayoría, se centran en resultados de carácter reduccionista (carencias, privación, necesidades básicas) y no en los procesos que los generan.
Por otro lado, la exclusión social nos habla: “de procesos o trayectorias de vida en que las personas se encuentran desvinculadas o se van desvinculando progresivamente de los elementos que garantizan la integración en nuestra sociedad: el mercado, las políticas de redistribución y reconocimiento, la reciprocidad social y comunitaria” (Matulic, 2013; 7)
La forma de entender el proceso de integración o desestructuración social lo podemos ver reflejado de la siguiente manera:
Integración – Vulnerabilidad – Exclusión SocialIntegración – Fragilidad – MarginalidadCohesión – Vulnerabilidad – Exclusión
Siendo así que “la zona de vulnerabilidad se convierte así en aquella zona intermedia, inestable y dinámica en dónde se conjugan la precariedad laboral y la fragilidad de los soportes de proximidad” (Matulic, 2013: 8).
Los diferentes factores de exclusión social los podemos indicar en una dimensión ampliada de 8 elementos como son: el económico, laboral, formativo, sociosanitario, residencial, relacional y de la ciudadanía y la participación.
Además de esto, podemos encontrar que a nivel general se presentan otras tipologías para caracterizar al sin techo o sin hogar, sin embargo, y como mencionamos ya, no hay una lista o recetario claro en cuanto a las características que cumplen en determinadas regiones, todo esto será moldeado a partir de cuanta información se puede lograr conocer sobre la situación local o regional de la problemática.
En el caso de Panamá, tenemos los datos del sistema de integración centroamericano, SICA, que nos dice que entre el 2013 y el 2014 en Panamá habían alrededor de 11.1% de personas que se encontraban en situación de indigencia[1] especialmente en las áreas indígenas de la república de Panamá. De estos, el 26,2% y el 25,8% se encontraba en pobreza en el 2013 y el 2014 paulatinamente.
Por otro lado, el índice de pobreza multidimensional, IPM, (2017), a nivel nacional nos dice que el 19.1%, alrededor de 777, 752 personas viven en situación de pobreza multidimensional en nuestro país, esto significa que carecen de algunos de los insumos necesarios para el correcto desenvolvimiento social.
Matulic nos dice que “la pobreza, así como la desigualdad socioeconómica, se ven incrementadas por los profundos cambios al empleo, los modelos familiares, y los sistemas de producción social” (2013). De igual manera el no acceso a un empleo digno, la migración sin condiciones estables y la exclusión social son elementos detonantes del sinhogarismo de diferentes maneras.
La mayoría de los estudios conocidos sobre esta índole abordan la problemática desde la perspectiva sanitaria (consumo de alcohol y drogodependencias, enfermedades mentales o psicosociales), siendo así que las investigaciones que buscan identificar las causales estructurales y sistémicas desde una perspectiva sociológica son pocas. Para buscar entender el fenómeno del sinhogarismo habría que verlo como una relación causal estructural y sistémica producto de la desigualdad y la exclusión social en las sociedades modernas.
Se han adelantado investigaciones especialmente en países industrializados en donde el impacto del crecimiento económico ha demostrado tener secuelas directas con poblaciones que han quedado rezagadas ante el avance del desarrollo económico, y es sin duda uno de los problemas que más aqueja a las grandes urbes.
Cifras del Municipio de Panamá indican que hay alrededor de 250 a 500 sin techo en la Ciudad de Panamá y sus periferias, algunos datos extraoficiales mencionan más de 500 personas viviendo en situación de abandono, sin hogar o en que se encuentran en riesgo de calle. Hasta el momento no se tiene certeza de la cantidad de personas, debido a que es una problemática que poco se ha estudiado y las investigaciones son nulas.
Con el Covid-19 se hizo visible este fenómeno, en donde los casos de sin techo deambulando por la Ciudad de Panamá se hacían notorios, donde antes podrían pasar desapercibidos debido al ritmo vertiginoso de la urbe, ahora la atención se centraba en ellos, de invisibles pasaron a estar en el foco debido a esa carencia de un espacio donde habitar con las condiciones esenciales. Algunos a pesar de que terminan siendo reinsertados en centros de rehabilitación y tratamiento terminan desertando de los procesos, siendo así, que se desconoce de referencias locales e investigaciones que nos ayuden a determinar con mayor certeza cuales son las causales profundas de porque muchas personas “deciden” vivir en las calles en situación de precariedad y abandono, que buscar otras condiciones de vida. Esta investigación al ser exploratoria-descriptiva busca solventar en cierta manera esa carencia de investigaciones e información, así como contribuir con datos relevante que describa los hechos tal cual son percibidos por los sujetos sociales y la población en general.
¿Qué es el sinhogarismo?
Según el portal SOS racismo Arrazakeria. Los sin hogar se definen como “personas hombres y mujeres que viven en extrema pobreza, a las que se les ha dado numerosos atributos negativos, como pueden ser, la peligrosidad, la ociosidad o la diferencia”
Hernández (2002), nos da otra definición de la problemática: “aquellas personas que carecen de hogar propio, que presentan un marcado desarraigo y desapego de la sociedad y que no disponen de recursos ni vínculos en la comunidad” (p. 283), por otro lado, Boy (2010) nos dice: “toda persona adulta que se encuentre pernoctando en espacios públicos o privados, sin contar con una infraestructura que permita ser caracterizada como vivienda precaria, esta última supone contar con paredes y techos que otorguen privacidad, albergar pertenencias”
En algunos casos la definición del sin techo acuñada en algunos países no corresponde esencialmente con la situación dada, por ejemplo, en Panamá existe el término utilizado por las instituciones públicas como el Municipio de Panamá que trata a las personas como “habitantes de las calles” el cual implica a un tipo de persona que habita un espacio.
Apegándonos al termino “habitar” utilizado anteriormente, este implica según Oxford Language “persona que vive habitualmente en un lugar determinado y forma parte de su población” Por su parte la Real Academia de la Lengua, RAE lo define como: “Cada una de las personas que constituyen la población de un barrio, ciudad, provincia o nación”
Ambas definiciones implican el termino persona o personas en relación con el espacio y la comunidad que lo conforman, sin embargo, no implica esencialmente que el habitante de la calle este en relación de comunidad ni que vive habitualmente en un espacio como tal.
Por su parte, el término “en riesgo de calle” usado también de forma institucional, nos dice que esa “persona” está en carencias con un fuerte potencial de pobreza que podría ser también una población habitante de calle. Ahora, el problema está en que ninguno de los dos términos utilizados es claro con respecto a la relación del habitante de calle y sus derechos. Por otro lado, existe una imprecisión para poder entender al sujeto de calle o en otras palabras a la “persona de calle” que sí implica el termino persona. En este caso la Oxford Language nos dice a este término; “individuo cuya identidad se desconoce o no se expresa”
La RAE define persona como: “organización de personas o personas y de bienes a las que el derecho reconoce capacidad unitaria para ser sujeto de derecho y obligaciones”
El uso de “personas de calle” implica la aceptabilidad de que los sin techo son sujetos de derecho y por ende sujetos que deben recibir garantías fundamentales de asistencia sanitaria, apoyo socioeconómico, así como implementos para lograr salir de las calles.
Perfil de una persona Sin Techo
En general no existe un solo patrón para definir como es o debería ser una persona sin techo, teniendo en cuenta que como ya mencionamos son multicausales los hechos que empujan a que una persona involuntariamente termine en la calle. En este sentido, lo que si podemos hacer es delimitar un tipo de características que definan al sin techo o sin hogar. “Personas que no pueden costear un alquiler, o cuartos de hotel, cartoneros, desempleados, pacientes psiquiátricos, que no tiene donde vivir, adictos a las drogas, exreclusos, jóvenes que vivieron en su infancia en albergues” (Boy, 2010: 55).
Más hombres en situación de calle que mujeres, nos dicen (Boy: 2010
la existencia de mandatos socioculturales que manifiestan los varones debe responder y algunos de ellos están vinculados con la gestión de soluciones antes los problemas sin recurrir a la ayuda de otros, existe una mayor apertura de las mujeres para tejer redes sociales que podría explicar esta marcada diferencia, además de la existencia de programas en las cuales las mujeres tendrían más soporte y ayuda social 62)
Por otro lado, (Hernández, 2002) nos habla de un nuevo perfil de personas sin techo que contrasta con el perfil clásico de la urbe:
Varones jóvenes en edad intermedia separados o divorciados, con problemas laborales, varones jóvenes y de edad intermedia drogadictos o ex drogadictos, mujeres jóvenes y de mediana edad con malos tratos, separaciones o divorcios, mujeres jóvenes y de mediana edad drogadictas o ex drogadictas, con mayor nivel educativo y cultural, así como enfermos mentales e inmigrantes (283-284).
Estos “nuevos” sin techo estarían sumándose al fenómeno inicial de los sin techo con el agregado que cuentan con necesidades que implica ahondar en la situación de cada uno en particular para modelar programas que puedan ser de aplicación y replicabilidad social en espacios donde el fenómeno es mucho más fuerte.
Hallazgos importantes hasta el momento
De los principales hallazgos realizados hasta el momento en esta investigación tenemos que se logra identificar la problemática de las personas sin techo en la Ciudad de Panamá como un fenómeno derivado de desatención en las políticas de seguridad social y desatención de las redes de protección familiar las cuales estaría empujando a que cada vez más jóvenes y adultos terminen en las calles de la Ciudad de Panamá.
Por otro lado, identificamos que se les presta poca atención a los grupos más vulnerables en la escalera social como, por ejemplo: jóvenes y mujeres que se encuentran en situación de calle o en riesgo de calle esto en consonancia con los argumentos que pudimos obtener en las entrevistas y encuestas con los investigados.
Muchos de los miembros tenían un empleo, una vivienda y una familia protectora sin embargo, al faltar una de estas tres o en su defecto las tres terminaban en efecto cascada en situación de vulnerabilidad o en riesgo social. Teniendo por última morada cualquier espacio no apto para la vida de una persona.
Otro de los hallazgos identificados en esta investigación que no esta del todo terminada, es el no poder acceder a información personal de las mujeres que se encuentran en situación de calle o en riesgo de calle. En las entrevistas a los técnicos de los centros de rehabilitación se nos comentaba que era más difícil controlar y rehabilitar a una mujer que a un hombre por las diferentes consideraciones biológicas y culturales que conlleva a la persona en los centros.
Por último y no menos importante en el desarrollo de esta investigación es el apoyo institucional de las oficinas que les compete el desarrollo y la gestión de la problemática de las personas sin techo o en situación de calle en el distrito capital. Ha sido infructuoso conseguir entrevistas y permisos para poder abordar la problemática desde el punto de vista técnico de los encargados de desarrollar los planes y programas que llevan adelante. En reiteradas ocasiones se presentaron solicitudes a las municipalidades del distrito capital siendo desatendidas u otorgando aplazamientos para potenciales reuniones las cuales no han sido exitosas hasta la fecha.
Esto nos deja con una situación de vacío pero por otro lado nos demuestra que el problema de las personas sin techo tienen muchos claros oscuros en la manera en que se están tratando a nivel gubernamental en donde la participación de las demás instituciones del Estado es nula o muy escaza. Debemos ver, además, que el papel que debería ser cumplido por las instituciones está siendo suplido por las organizaciones no gubernamentales, iglesias y centros de orientación y atención a la rehabilitación. Esto muchas veces con los problemas de presupuesto y administración de recursos económicos que conlleva a cada centro que de manera voluntaria acoge a grupos de personas en situación de calle.
[1]Indigencia entiéndase, la persona que carece de los recursos mínimos para poder sobrevivir como son: vivienda, trabajo y alimentación. Sin embargo, el termino ha ido cambiando conceptualmente con el tiempo para explicar otras categorías sociales que no necesariamente se incluyen dentro de este sector analítico.
Conclusiones:
Conclusiones
El sinhogarismo es un fenómeno del último cuarto de siglo, el cual representa para los países en vías de desarrollo una de las mayores problemáticas sociales urbanas y periurbanas además de los problemas asociados a esta problemática como la delincuencia, la drogadicción, la prostitución y la perdida de las redes de protección social.
No obstantes en otras latitudes este fenómeno está siendo trabajado de manera integrada con políticas, planes y programas de apoyo y seguimiento a las personas que habitan en la calle o se encuentran en proceso de riesgo de calle. Teniendo en cuenta que existe una multiplicidad de concepciones que dan a entender a un sujeto que en muchas ocasiones decide alejarse de la sociedad por voluntad y en otras ocasiones siendo la mayoritaria por cuestiones estructurales, se encuentra en la calle por la perdida del recinto domiciliario y/o la perdida de la seguridad salarial que le proporcionaría una estabilidad salarial por la cual desenvolverse paulatinamente.
El perfil de las personas sin hogar o en condición de calle tiende a ser muy variopinto dependiendo de elementos causales diferenciadores. Muchos nunca han probado sustancia ilícitas o hurtado, sin embargo si se han visto envuelto en perdida de la seguridad salarial y domiciliaria siendo en general la mayoría. O por el contrario muchos de los con los cuales pudimos conversar se han visto envueltos en robos y cometidos delitos, pero no están en la calle por la perdida del domicilio sino por cuestiones de la perdida de las redes de protección familiar y/o por cuestiones de drogadicción y rebeldía.
Entonces tenemos una multivariada situación de personas que matizan con diferenciaciones los perfiles de lo que consideramos una persona sin techo o en situación de calle. Por ende la manera en que podamos abordar los mismos se hace también multivariada y nunca puede ser una misma formular ni proceso para un mismo tipo de fenómeno como si todos tuvieran un mismo perfil y una misma causalidad que los haya empujado a las calles.
Bibliografía:
Bibliografía
Bachiller, S., (2010), “El aislamiento social como supuesto articulador de las teorías sobre la exclusión social y el sinhogarismo: críticas y aportes etnográficos”., En revista Cultura - Hombre - Sociedad CUHSO. 19. 10.7770/cuhso-V19N1-pág. 9-22
Boy, M., (2010), “Personas que viven en la calle: un problema político en construcción. Ciudad de Buenos Aires, 2007-2009., En revista Cultura- Hombre- Sociedad CUHSO. 19. 19.7770/cuhso-V19N1-pág. 53-65
Estrategia Nacional Integral para las personas Sin Hogar, (2016), Cruz Roja Española.
Herrera, H., Barranco M., (2002), “La violencia social e institucional sobre los sin techo” Alternativas. En revista Cuadernos de trabajo social, N. 10, pág. 283-301.
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Matulic, M., (2013), “Los procesos de exclusión social de las personas sin hogar en la ciudad de Barcelona”, En Revista de Investigaciones en Intervención Social, 3, (5), pág. 3-27.
Rosa, P. (2010). Vivencias y significados: percepciones de personas en situación de calle sobre sus diferentes momentos vitales. En revista Cultura - Hombre - Sociedad CUHSO. 19. 10.7770/cuhso-V19N1-art314.
Palabras clave:
Desigualdad, Exclusión Social, Personas en situación de calle