Colombia -
yeisonramos@usantotomas.edu.co
| 1838
Resumen de la Ponencia:
El origen epistemológico de esta ponencia se deriva del trabajo de grado para optar al título de sociología de la Universidad Santo Tomas, titulada Los liderazgos sociales en Colombia entre la resistencia para la Paz y una política de muerte, en el que se indaga por los liderazgos sociales más vulnerados desde la firma del acuerdo de Paz en Colombia entre el Estado y la guerrilla de las Farc-Ep el 16 de noviembre de 2016. En la cual se aborda el tema desde la teoría del liderazgo y de la democracia, entendiendo el liderazgo social como una acción social ejercida por un individuo quien representa los intereses colectivos o luchas sociales en pro de la defensa y protección de los DDHH de su comunidad. El rol que adquieren estos individuos en la construcción de una paz estable y duradera es de vital importancia, aún más en la construcción de un verdadero sistema democrático participativo, entendiendo como la capacidad de agendar en la agenda pública reivindicaciones concretas y representatividad en espacios de decisión. Son estas vidas las que quedan desnudas, por ejercer esa labor de construir tejido social a nivel territorial por medio de la representación de las luchas colectivas por diferentes actores, tanto estatales y al margen de la ley. La presente ponencia toma el enfoque territorial para analizar tres hechos de violencia, con concurrencia en el país, las masacres, líderes sociales asesinados y firmantes del acuerdo del acuerdo de paz entre el estado colombiano y la guerrilla de las FARC-EP asesinados, con ello determinar cuáles son los territorios o departamentos con las cifras más altas, para ello analizar su realidad bajo la teoría del necro poder, apoyándome en las ideas de Foucault, Mbembe, Agamben, Deleuze & Guattari, y así analizar si en estas zonas de Colombia se han convertido en regímenes sub-nacionales no democráticos, en los que desde hace siete años vienen implementando una política de muerte. Las mal llamadas zonas rojas son en verdad departamentos en constante “estado de excepción” y donde el Estado ha tomado una simbiosis entre la legalidad e ilegalidad en su actuar, generando las condiciones para que durante años las cifras de los hechos de violencia vayan en aumento. En los cuales se han establecido mecanismo de control de la población civil a través del miedo, en los que construyen una serie de imaginarios de exclusión sobre el espacio habitado, por ello se parte de la premisa que en la cotidianidad hay una coerción sobre la libertad y el ejercicio de la ciudadanía, haciendo inexistentes espacios para la democracia.
Introducción:
El presente artículo se centra en un análisis histórico hermenéutico sobre la situación que afrontan ciertos departamentos en Colombia, los cuales desde hace unos años atrás vienen manteniendo unas cifras alarmantes en cuanto a la vulneración de derechos humanos como el derecho a la vida y a la participación política entre otros. Son estas zonas “departamentos”, en los cuales se desarrollan dispositivos de necropoder haciendo de estos territorios, territorios del horror en los que el miedo y el terror han sido los instrumentos por los cuales se mantienen en un estado de excepción constante y las vidas de los que habitan estos territorios, parecieran estar desnudas ante el nuevo leviatán que se levanta en sus territorios.
¿Cuáles son estos territorios?, ¿Cómo se producen dispositivos de necropoder?, ¿Cómo afectan estos hechos de violencia simbólica y selectiva la construcción del tejido social?, ¿El desarrollo endógeno y capital social oportunidades en este nuevo gobierno? Es tarea del sociólogo desvelar las realidades que se ocultan en nuestras sociedades, por ello es importante analizar la situación a la que han sido expuestos durante siete años consecutivos las 14.329.207 personas que habitan estos seis departamentos en Colombia en los cuales se han desplegados estos dispositivos de necropoder de una manera continua durante siete años.
Partiendo de un momento coyuntural como lo fue la firma del Acuerdo de Paz entre el Estado Colombiano y la guerrilla de las FARC –EP, el 26 de noviembre, con el objetivo de Construir una Paz Estable y Duradera, el cual puso fin a la confrontación armada con este grupo subversivo que llevaba ya más de 60 años. EL ACUERDO FINAL para la TERMINACIÓN DEL CONFLICTO & LA CONSTRUCCIÓN DE UNA PAZ ESTABLE Y DURADERA. Se consolida bajo una agenda de seis puntos los cuales abarcan, 1 Una Reforma Rural integral,2 La Participación política y apertura democrática, 3 Fin del conflicto, 4 Solución al problema de drogas, 5 Acuerdo sobre las víctimas del conflicto: sistema integral de Verdad, Justicia, Reparación y no Repetición; 6 por último la Implementación, verificación y refrendación. Estos puntos marcan la ruta para la construcción de una sociedad justa y democrática que se propone construir una paz estable y duradera. Una oportunidad para construir un mejor país de la mano de este grupo subversivo con el cual el Estado colombiano había fracasado en tres ocasiones su rendición y reincorporación a la vida civil.
Con la firma de este Acuerdo de Paz, se silenciaron aproximadamente 13.000 fusiles y hubo una disminución de enfrentamientos armados y correlativamente disminuyeron las cifras de heridos y muertos por combates armados. Aunque no exista un acuerdo perfecto la firma de este Acuerdo de Paz, en Colombia, marca un momento coyuntural en el país en términos de apertura democrática y la construcción una paz estable y duradera por medio de un Estado garante de la soberanía de sus territorios.
La firma de este acuerdo estuvo marcada por la polarización y la desinformación, en una breve historiografía, existió un primer acuerdo que fue firmado el 26 de noviembre en Cartagena, pero que luego sería sometido a un plebiscito el 2 octubre del mismo año, con una campaña de desinformación y estigmatización basada en un discurso de ideología género sobre algunos puntos del Acuerdo de Paz, ganó el NO con un 62,60%, por lo cual tuvo que ser modificado, la firma oficial se realiza el 24 de noviembre de 2016 en el Teatro Colón de Bogotá. Esguerra C. (2017) por medio de un análisis de discurso analiza como la campaña del NO, estuvo marcada por un discurso de “ideología de género”, una ideología de contrapoder en contienda con la constitución y estructura de la familia y la relación binaria hetero-patriarcal hombre–mujer de una sociedad católica como la colombiana; este discurso creado por la campaña por el NO es un ejemplo de cómo indicara la autora “la “ficcionalización del enemigo” (Mbembe, 2011, 21-24), por ponerlo en términos necropolíticos, y del modo en que la existencia del Otro puede llegar a ser percibida como una amenaza a las vidas “legítimas”.”(p. 4).
La firma del Acuerdo de Paz, logró disminuir las cifras de víctimas que dejaba la confrontación armada con este grupo subversivo, en donde la población civil ha sido históricamente la más afectada y sobre la que recaen los dispositivos de necropoder que buscan regular la vida por medio de la muerte. Un dispositivo de necropoder se refiere “Al poder de dar muerte con tecnologías de explotación y destrucción de cuerpos tales como la masacre, el feminicidio, la ejecución, la esclavitud, el comercio sexual y la desaparición forzada, así como los dispositivos legal administrativos que ordenan y sistematizan los efectos o las causas de las políticas de muerte (Estévez, A.2018.p. 10).
Según Mbembe (2011), una técnica necropolitica es entendida como el poder soberano de dejar vivir o dejar morir a cierta población en determinados territorios; en el caso colombiano según datos de organizaciones no gubernamentales como INDEPAZ, Somos Defensores, los cuales en sus bases de datos e informes indican que desde la firma del Acuerdo de Paz han ocurrido aproximadamente 300 masacres dejando 1,173 víctimas a lo largo de estos siete años, en los que se refiere al asesinato selectivo desde la firma del Acuerdo de Paz han sido asesinados 950 líderes sociales y han sido asesinados 330 firmantes del acuerdo; estos dispositivos de necropoder han ocasionados en estos siete años la perdida 2,453 personas irónicamente desde la firma de un Acuerdo de Paz.
¿Cuáles son los departamentos en Colombia que desde el 2016 al 2022 han mantenido las cifras más altas en ocurrencia de dispositivos necropolíticos como las masacres y el asesinato selectivo? ¿En qué departamentos de Colombia se vulnero más la vida de los líderes sociales y firmantes del Acuerdo de Paz?, para responder estos cuestionamientos y dejar más interrogantes que certezas este artículo se encuentra dividido en tres secciones. En la primera se parte desde un análisis conceptual del territorio como espacio humanizado, sobre el cual se despliega y se reproducen los dispositivos de necropoder, dando origen a territorios en un estado de Excepción constante.
El segundo apartado se exponen los datos que se han recolectado desde el 2016 al 2022 realizando un análisis de las bases de datos e informes de organizaciones no gubernamentales como INDEPAZ, Somos Defensores, para determinar cuáles fueron los departamentos con una mayor tasa de ocurrencia de dispositivos de necropoder como las masacres y el asesinato selectivo de líderes sociales y firmantes del acuerdo de paz en los últimos siete años.
En la tercera sección se busca identificar las oportunidades que emergen en estos territorios que han sido afectados por estos dispositivos necropolíticos, elementos como nuevas visiones de desarrollo, el fortalecimiento del capital social de las diferentes territorialidades y campos de lucha como un elemento fundamental para construcción de tejido social, la implementación de los puntos del Acuerdo de Paz como ruta para la construcción de una Paz estable y duradera. Y el nuevo cambio de gobierno con una política encaminada en la protección de la vida genera grandes expectativas se espera que ahora sean departamentos de la vida llenos de oportunidades y con la esperanza de un mejor mañana para sus habitantes.
Desarrollo:
Territorio como espacio humanizado
El territorio es un concepto teórico y metodológico que ha sido abordado por diferentes ciencias, es por ello que autores como Luis Llanos (Llanos, L. 2010), Ángelo S. y Martinelli (2011) analizan la constitución epistemológica del concepto de territorio. Por su parte Orihuela, M. (2019), analiza siete posibles enfoques desde donde se puede abordar el concepto de territorio, en este artículo el autor analiza la transversalidad del concepto de Territorio en diferentes campos de conocimiento. Esta diversidad de enfoques y definiciones implica que a la hora de dar una definición precisa se complejiza; su transdisciplinariedad ha hecho que este se explique y describa en una apretada síntesis como el desenvolviendo espacial de las relaciones sociales que establecen los seres humanos en los ámbitos cultural, social, político, o económico, haciendo de este un espacio humanizado en un determinado lugar geográfico donde se produce la vida social.
El territorio se nos presenta como un contenedor en el que se desarrolla y se reproduce la vida social en un determinado espacio geográfico; retomando Orihuela M. (2019), plantea que para entender cómo se hace concreto el concepto de territorio se debe iniciar por entender que este está compuesto por cuatro elementos fundamentales interrelaciones entre sí; una matriz biofísica, una o más territorialidades, un sujetos o colectivo y un tiempo-espacio sobre el cual se produce la vida humana. La confluencia de estos elementos hace de este espacio un espacio humanizado, el cual es adaptado y manteniéndose en un estado autopoiético en el que se reproduce la vida social.
Autores como Béatiz Cruz. (2010), Edier Bustos (2015) y Luis Herrera & Lucia Montero (2020), analizan las diferentes territorialidades a las que puede cohabitar un determinado territorio. A su vez Giuseppe, D. & Governa, F. (2005) plantea que las territorialidades no son solamente el resultado del comportamiento humano sobre un territorio, “sino que es el proceso de construcción de tal comportamiento, el conjunto de las prácticas y de los conocimientos de los hombres en relación a la realidad material, la suma de las relaciones mantenidas de un agente con el territorio y con los demás agentes”. (p. 45).
Como indicaría Idrobo (2020) sobre el territorio:
“aunque diversas ciencias, ponen de manifiesto la centralidad ontológica, política y epistémica del territorio, no solo como marco del que emergen nuevas prácticas y consideraciones sobre los problemas socioterritoriales, sino como el espacio donde la vida con-crece (se hace concreta, real) en una constante interrelación de humanos, no humanos y naturaleza.”
Este espacio donde la vida co-crece se hace concreta, donde la superestructura pasa de ser superestructura a ser una estructura estructurante. El territorio cobrará significado en “las prácticas y los sentidos simbólicos que los seres humanos desarrollan en la sociedad en su íntima relación con la naturaleza, algunas de las cuales cambian de manera fugaz, pero otras se conservan adheridas en el tiempo y el espacio de una sociedad”. (Llanos, L. 2010. p. 208).
El territorio es entonces un espacio humanizado donde se producen las sociedades a través de sus prácticas y connotaciones simbólicas que crean un vínculo identitario con este lugar y sobre las cuales se construyen territorialidades; “por el territorio se van a desplazar las acciones de tipo político, social, económico, o cultural, pero estas relaciones reproducen también una condición de apropiación, de dominio, de explotación.” (Llanos, L. 2010. p. 213). Es también este mismo territorio por donde se despliegan dispositivos de necropoder, fundados en un Poder-Saber, que busca controlar la vida por medio de la muerte.
¿Qué es la Necropolítica?
En el caso colombiano, haciendo un símil con la biología la necrosis es la muerte de células o la descomposición de un tejido que compone un órgano, ya sea por una afectación interna o externa, que impide el flujo de sangre hacia la parte afectada provocando una descomposición del tejido; en un análisis contemporáneo podemos pensar que existen territorios en Colombia en los cuales se han desplegados técnicas necropolíticas que están afectando la construcción del tejido social que componen las diferentes territorialidades que cohabitan en un territorio. Las masacres como dispositivo de terror, el asesinato selectivo de líderes sociales y firmantes del Acuerdo de Paz; ha ocasionado una necrosis a nivel territorial es decir un daño a la construcción de tejido social de estos territorios en los últimos siete años.
Haciendo unas breves síntesis sobre el Nacimiento de la biopolítica, Foucault (2010) explica cómo a Finales del siglo XVIII e inicio del XIX, como en las sociedades occidentales emerge un nuevo arte de gobernar, un arte liberal de gobernar que pone su centralidad en la organización y regulación de la vida social, en concreto podemos decir que inicia una politización de diferentes aspectos de la vida humana, esta politización de la vida en términos de biopoder como el conjunto de mecanismos por medio de los cuales aquellos que, en la especie humana, constituyen rasgos biológicos fundamentales podrá ser parte de una política, una estrategia política, una estrategia general de poder, que permita homogeneizar las conductas y regular la vida de las sociedades.
Como indica Antonio Fuentes Diaz (2012) retomando a Foucault (2010) el biopoder emerge por la constitución de un nuevo campo de intervención sobre la población; sobre los que recaen estos dispositivos de biopoder que se constituyen como un Poder-Saber hegemónico, este nuevo arte de gobernar produce la libertad, pero al mismo tiempo crea una serie de mecanismos que tiene una dicotomía entre Producción-Destrucción de la vida (pg. 87). Bajo este análisis dicotómico la biopolítica o bien es positiva o bien resulta negativa, la biopolítica niega la vida o incrementa su desarrollo; la violenta la excluye o la protege y la reproduce; este nuevo biopoder que se concreta en nuevos dispositivos de control y regulación de la vida.
Mbembe (2011), parte de la hipótesis de que la expresión última de la soberanía reside ampliamente en el poder y la capacidad de decidir quién puede vivir y quien debe de morir en un Estado. Autores como Bento, (2018), Estévez A. (2018) indagan por la constitución y puntos de confluencias de los binomios epistemológicos que generan la biopolítica y la necropolítica; la primera en un poder de hacer morir o dejar vivir y la segunda en un poder de hacer vivir o dejar morir. Es importante analizar cómo está posicionada la vida en cada uno de estos binomios.
Para Achille Mbembe La Necropolítica se expresa en “La innovación en las tecnologías del asesinato no solo aspiran a civilizar las formas de matar; sino que tiene como objetivo identificar un gran número de víctimas en un periodo de tiempo relativamente breve” (Mbembe, 2011. pg. 27). Para Villalobos & Ramírez (2019) la necropolítica se refiere:
“…al poder de dar muerte con tecnologías de explotación y destrucción de cuerpos tales como la masacre, el feminicidio, la ejecución, la esclavitud, el comercio sexual y la desaparición forzada, así como los dispositivos legal administrativos que ordenan y sistematizan y naturalizan los efectos y las causas de las políticas de muerte. (Villalobos & Ramírez, 2019. p. 23).
Las necropolíticas son un modo específico de ejercicio del poder gubernamental centrado en la administración de la muerte en determinados territorios bajo dispositivos como las masacres y los asesinatos selectivos, las producciones de estos dispositivos se apoyan en la naturalización y tolerancia de estos hechos, dando como resultado territorios en un estado de excepción constante como forma de gobierno. Estévez (2018.) al analizar a Mbembe sobre la necropolitica, concluye que este concepto surge para analizar la situación de las relaciones de poder en el tercer mundo, donde la violencia criminal y del Estado revelan que el objetivo es la regulación de la vida, por medio de la muerte. Autores como Ávila (2018), Talavera (2015), Preussler y Bermúdez (2018) y Estévez, A. (2020), confluyen en sus análisis en dar un rol importante a esta nueva gubernamentalidad de los Estados modernos en el control y gestión de la vida en determinados territorios. Esta regulación de la vida deja a los habitantes de estos territorios indefensos llevando una vida desnuda, en términos de Agamben & Rodríguez (2017).
Cómo se reproducen estas medidas de necropoder en los territorios
En concordancia como los autores citados y Mbembe, existan zonas dentro del Estado Nación que se encuentran en un Estado de Excepción; en concordancia con las fuentes no es necesario que se declare un estado de exención para que se desplieguen sobre estos depósitos de necropoder de una manera constante. Son estas zonas donde la muerte es la que reina por medio de dispositivos de necropoder; a estas mal llamadas rojas, autores como Bento (2017) se refieren a Zonas de Desechabilidad, por su parte Estévez, (2018) Bolsones de Pobreza, en las que por medio del abandono e inseguridad se permite la reproducción de diferentes mecanismos de necropoder.
Por su parte Blanco Zúñiga, A., & Arrieta Palis, J. (2019), entienden que a partir de la presencia diferenciada del Estado se producen estas zonas del horror que el caso Colombia son los departamentos que durante los últimos siete años han tenido una mayor tasa de ocurrencia de dispositivos de necropoder como las masacres y el asesinato selectivo. De acuerdo a lo planteado por Duque J. (2014) las crisis profundas que atraviesan algunos Estados se basan en tres dimensiones:
La primera de ella es cuando el Estado como el conjunto de burocracias no es capaces de cumplir sus funciones de manera eficiente, la segunda que las leyes no son efectivas, lo que hace referencia a la incapacidad del Estado para hacer valer las leyes en cada lugar de su espacio territorial y por último en los debates de cuál es el deber ser de las pretensiones de los organismos estatales, orientadas normalmente en algún concepto de bien público. Esto trae consigo una diferenciación en el relacionamiento entre individuos, en la medida que hay una presencia diferenciada del Estado que no se garantiza un acceso a la justicia, además de la configuración de actores que hagan el papel de para Estados en las zonas periféricas donde no existe la institucionalidad, lo que trae consigo una incapacidad de participación ciudadana, por ende, un proceso de exclusión e inequidad en el acceso al sistema político, negando la pluralidad de un Estado democrático.
La presencia diferenciada del Estado da como resultado la existencia de regímenes subancioanales no democráticos, autores como Giraudy (2011) y Pino (2018; 2017), analizan como en el plano subnacional existen territorios menos democráticos o en términos de los autores regímenes subnacionales no democráticos (RSND), en los que, por dinámicas como la ausencia institucional, y la coalescencia de fenómenos como las masacres, el asesinato selectivo, el narcotráfico, la minería ilegal. En estos territorios emergen dispositivos de control territorial como los Gobiernos Privados Indirectos, tal como lo resalta Mbembe (2011)., estas estructuras de control se forjan en territorios donde confluyen fenómenos como el narcotráfico, la minería ilegal entre otras formas de violencia estructural, la emergencia de estas estructuras de control social deriva en lo que autores como Gamba (2013) y Gibson E. (2006) denominan autoritarismos subnacionales y democracias restringidas.
La coalescencia de fenómenos que derivan de la presencia diferenciada del Estado, como los son gobiernos privados indirectos, como una nueva forma de estructuración de control territorial convirtiendo territorios en regímenes subnacionales no democráticos, las masacres, el asesinato selectivo, son dispositivos de necropoder que se han venido desplegando en Colombia de una manera continua sobre los mismos territorios durante siete años consecutivos, ¿al caso fue una política de muerte?
ENCUADRE METODOLÓGICO
Este análisis parte de un momento coyuntural en Colombia como lo fue la firma del Acuerdo de Paz en el 2016, para el análisis territorial de los departamentos en Colombia con una mayor tasa de ocurrencia de dispositivos de necropoder como las masacres y el asesinato selectivo de líderes sociales y firmantes del acuerdo de paz desde el 2016 al 2022. Se realiza una recolección y cuantificación de la ocurrencia de estos dispositivos de necropoder en Colombia desde el 2016 al 2022. Para obtención de los datos se recurre a fuentes secundarias como las bases de datos e informes de organizaciones no gubernamentales como IDEPAZ y Somos Defensores, dado que en la actualidad a nivel institucional no se cuenta con una base de datos que reflejen la realidad de estos hechos, por el contrario, en informes institucionales se hace uso de los datos de estas organizaciones, que se nutren de las diferentes organizaciones sindicales y comunales que habitan estos territorios.
Las masacres como dispositivos de terror que busca enviar un mensaje de sumisión generalizada a nivel local, donde el terror y el miedo quedan insertados en la memoria del tejido social de las diferentes territorialidades que habitan estos territorios. El asesinato selectivo como dispositivo de necropoder, en el cual bajo un seguimiento y calculo racional de la cotidianidad de la vida de la futura víctima, esta es ejecutada en el transcurrir de su cotidianidad este dispositivo de necropoder recaen sobre los líderes sociales y firmantes del acuerdo de paz, las coalescencias de estos dispositivos generan una afectación directa del tejido social de estos territorios.
Para la cuantificación de la ocurrencia de estos dispositivos de necropoder que se han desplegado con una mayor frecuencia sobre seis departamentos durante siete años consecutivos en Colombia. Este se realiza en dos momentos, el primero con una revisión de los informes anuales de Somos Defensores desde el 2016 al 2019, de los cuales se sustraen los datos de los primeros cuatro años en relación a los dispositivos de necropoder ya nombrados, junto a los departamentos con una mayor tasa de ocurrencia; en un segundo momento se realiza un análisis de las bases de datos de INDEPAZ, desde el 2020 al 2022, y sustraen los mismo datos, para luego consolidar un registro histórico de estos tres dispositivos de necropoder.
A partir de la consolidación y sistematización de estos datos en una matriz general estructurada por los departamentos con el mayor número de ocurrencia de dispositivos de necropoder y la cual se pretende seguir alimentos con el análisis de más dispositivos de necropoder, se construye la siguiente tabla que consolida y expone la situación a la que han sido expuestos estos departamentos durante siete años consecutivos dejando una triste cifra de 1.610 víctimas y el deterioro del tejido social que se produce en estos territorios a consecuencia del despliegue de estos dispositivos de necropoder irónicamente después de la firma del Acuerdo de Paz.
De acuerdo a la siguiente tabla, los departamentos con una mayor tasa de ocurrencia de dispositivos de necropoder como las masacres y el asesinato selectivo de líderes sociales y firmantes del acuerdo de Paz, en Colombia desde el 2016 al 2022:

Fuente: Elaboración Propia con datos de organizaciones como IDEPAZ (2022), Somos Defensores.
Oportunidades y Desarrollo del capital social de los territorios
No hay que desligar lo micro de lo macro la política nacional con la geopolítica en nuestros análisis, en la actualidad varios sistemas políticos de América Latina están transitando por caminos trazados por gobiernos de izquierda progresista. Y Colombia no es la excepción, con una histórica votación por primera vez en este sistema político es elegido un gobierno progresista. Con este nuevo gobierno el cual está comprometido con el cuidado y la protección de la vida como el mayor baluarte que puede tener un Estado Moderno el cual es un sano y óptimo capital social que se compone de las múltiple territoriales que cohabitan su territorio del cual se supone es soberano, la implementación de los seis puntos del Acuerdo de Paz hacen pensar que el panorama va a ser diferentes durante los próximos cuatro años a nivel persona esperamos que estos territorios sean ahora territorios de la vida y no de la muerte.
La implementación de los seis puntos del Acuerdo de Paz como una hoja de ruta para la construcción de una sociedad justa y democrática, y el rol que adquieren los firmantes para lograr su implementación es de vital importancia para la consolidación de un Estado social de derecho en Colombia representado en forma de República unitaria, descentralizada, democrática participativa y pluralista fundada en el respeto de la dignidad humana. El capital social expresado en el poder de agencia de los diferentes campos de liderazgo social que existen en Colombia son también una oportunidad para el fortalecimiento de una manera rizomática del tejido social, ya que son los representantes de las comunidades y grupos que han sido históricamente vulnerados en Colombia.
A partir de la diversidad de fauna y flora y las múltiples territorialidades que componen el territorio de un Estado pluricultural, como el colombiano, son también ejes de transformación y resistencia local desde nuevas visiones de desarrollo que busquen la reivindicación de los territorios y las víctimas, dotar a la matriz biofísica de derechos, desde campo del liderazgo ambiental es un ejemplo de las oportunidades de transformación local desde el liderazgo, pues como hemos argumentado es el territorio sobre el cual se despliegan estos dispositivos necropoder y la disputa por el control de sus recursos y su extracción han transforma de manera negativa la matriz biofísica y a sus habitantes.
Conclusiones:
Conclusiones y asunto pendientes
A modo de conclusión se reafirma que en la actualidad la presencia diferencia del Estado ha derivado en la existencia de territorios que se encuentran en un estado de excepción, ya que sobre estos se despliegan dispositivos de necropoder que busca el control de la vida por medio de la muerte. En Colombia la confluencia de estos dispositivos de necropoder, volviendo al símil la necrosis estas afectaciones se dan a nivel territorial, es decir dispositivos de necropoder destinados a subyugar y eliminar las diferentes territorialidades que habitan los territorios, en los que el Estado ha forjado las condiciones perfectas para que emerjan estructuras criminales de control social a nivel territorial que junto al Estado y quizás de manera articulada han sometido a los habitantes de estos territorios a estos dispositivos de necropoder.
Como segunda conclusión se busca reconocer la importancia que adquiere el capital social de estos territorios y su compromiso con la construcción de Paz y el establecimiento de una sociedad justa y democrática, ya que aún con el horror de estos dispositivos en estos territorios emergen resistencias que buscan y continúa luchando de una manera resiliente, pero la reivindicación de los derechos de sus comunidades, como es el caso de los diferentes campos de liderazgo social como desde el liderazgo comunitario, ambiental, de víctimas entre otras campos de luchas que han forjado estas comunidades vulneradas históricamente.
Más que asuntos pendientes, podrían llegar a ser futuras investigación las cuales proponemos: operacionalizar los conceptos de Necropolítica, justicia socio ambiental y violencia de género, como un triada en la cual se podrían hallar cuestiones muy interesantes en términos de necropoder y otros tipos de violencia tales como racial, de género y ambiental. Una segunda línea de análisis puede llegar a ser, cómo el discurso de desarrollo da apertura para el ingreso de las industrias extractivas en los territorios con la promesa de generación de empleos e ingresos y mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades. Este tipo de proyectos han ocasionado presiones por actores paraestatales que han configurado el fenómeno de amenaza, desplazamiento y muerte de los líderes comunales, para la consolidación de los intereses económicos de esta industria, subsumiendo las vidas que habitan estos territorios al poder del capital.
Bibliografía:
Acuerdo de Paz (2016). ACUERDO FINAL PARA LA TERMINACIÓN DEL CONFLICTO Y LA CONSTRUCCIÓN DE UNA PAZ ESTABLE Y DURADERA.
Antonio Fuentes Díaz. (2012) NECROPOLÍTICA. Violencia y excepción en América Latina
Ackerman, John. (2006). Democratización: pasado, presente y futuro. Perfiles latinoamericanos, 117-157. Recuperado en 15 de abril de 2021, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S018876532006000200005&lng=es&tlng=es
Ángelo Analía Soledad, Martinelli, Viviane (2011) analizan la constitución epistemológica.
Agamben, G y Rodríguez, F (2007). Ensayos sobre biopolítica, Excesos de vida.
Baños, Jessica. (2006). Teorías de la democracia: debates actuales. Andamios, 35-58. Recuperado en 14 de abril de 2021, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S187000632006000100002&l ng=es&tlng=es.
Béatriz, Cruz. (2010). Soportes teóricos y etnográficos sobre concepto de territorio http://www.scielo.org.co/pdf/cohe/v8n14/v8n14a09.pdf
Bento, Berenice. (2018). Necrobiopower: Who can inhabit the Nation-State?. Cadernos Pagu, (53), e185305. Epub June 11, 2018.https://dx.doi.org/10.1590/18094449201800530005
Blanco Zuñiga , A., & Arrieta Palis , J. (2019). Presencia diferenciada del Estado: El necropoder y las FARC Colombia. Justicia, 24 (36), 1-12. https://doi.org/10.17081/just.24.36.3518
Bustos, E. H. (2015). Tendencias investigativas en territorio y su importancia en la formación de profesionales. Revista Lebret, 7. Bucaramanga, Colombia: Universidad Santo Tomás, pp. 261 – 279. ISSN: 2145-5996.
Comisión de investigación. (1987). Colombia: Violencia y Democracia. Informe presentado al Ministerio de Gobierno
Chomsky, Noam. (1993). Miedo a la democracia. Versión Pdf
Dagnino, A.& Olvera, A. Panchini, A. (2006).LA DISPURA POR LA CONSTRUCCIÓN DEMOCRÁTICA EN AMERICA LATINA.
Duque Daza, Javier (2012). La subpoliarquía colombiana. Deficiencias estatales, democracia deficitaria. Desafíos 24-1, p. 173-227.
Duque Daza, Javier. (2014). Guillermo O'Donnell y la democracia. Latinoamérica. Revista de estudios Latinoamericanos, (58), 113-144. Recuperado en 19 de enero de 2023, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-85742014000100006&lng=es&tlng=es
Estévez, A. (2017). La repolitización de los derechos humanos frente a la gubernamentalidad neoliberal del sufrimiento social: Una lucha contraconducta. In Estévez A. & Vázquez D. (Eds.), 9 razones para des(confiar) de las luchas por los derechos humanos (p. 181-208). FLACSO-México. Retrieved July 29, 2020, from www.jstor.org/stable/j.ctv1qv3v9.10
Estévez, A. (2018). El dispositivo necropolítico de producción y administración de la migración forzada en la frontera Estados Unidos-México [The necropolitical dispositif of production and administration of forced migration at the United States-Mexico border]. Estudios Fronterizos, 19, e010. doi:https://doi.org/10.21670/ref.1810010
Estévez, A. (2020). Mexican Necropolitical Governmentality and the Management of Suffering Through Human Rights Technologies. Critical Criminology, 28(1), 27–42. https://doi-org.crai-ustadigital.usantotomas.edu.co/10.1007/s10612-020-09502-8
Foucault, M. (2009). Vigilar y Castigar
Foucault, M. (2010). Nacimiento de la biopolítica
Instituto de estudios para el desarrollo y la paz. (2022). https://indepaz.org.co/
Gamba, A. (2013). Democracias restringidas y neoliberalismo en la región andina (1985- 2010)
Gimbson, E. (2006). Autoritarismo subnacional: estrategias territoriales de control político en regímenes democráticos Desafíos, vol. 14, enero-junio, 2006, p. 204-237 Universidad del Rosario Bogotá, Colombia
Giraudy A. (2011). La política territorial de la democracia subnacional. Journal of Democracy en español. 2011;3 (Julio): p. 42-57.
Giuseppe Dematteis y Francesca Governa. (2005). Territorio y territorialidad en el desarrollo local. La contribución del modelo slot.
Idrobo Velasco, Jhon Alexander; Orrego Echeverría, Israel Arturo Año: 2020 Tamaño: 17.6 x 12.5 cm Páginas: 220 ISBN: 978-958-782-374-5 E-ISBN: 978-958-782-375-2
Karl, T., & Urquidi, M. (1991). Dilemas de la democratización en América Latina. Foro Internacional, 31(3 (123)), 388-417. Retrieved from http://www.jstor.org/stable/27738372
Keymer, Ávila. (2018). Estado de excepción y necropolítica como marco de los operativos policiales en Venezuela. Recuperado de: https://revistes.ub.edu/index.php/CriticaPenalPoder/article/view/26857/28085
Lima, Fátima. (2018). Bio-necropolitics: dialogues between Michel Foucault and Achille Mbembe. Arquivos Brasileiros de Psicología. 70. 20-33.
Llanos-Hernández, Luis. (2010). El concepto del territorio y la investigación en las ciencias sociales. Agricultura, sociedad y desarrollo, 7(3), 207-220. Recuperado en 12 de febrero de 2022, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-54722010000300001&lng=es&tlng=es.
Herrera, Luis & Montero, Lucia (2020). Territorio y territorialidad: Teorías en confluencia y refutación. https://universitas.ups.edu.ec/index.php/universitas/article/view/32.2020.05
Mbembe, Achille. (2011). NECROPOLITICA
Mouffe, Chantal. (1993). El Retorno de lo Político. Comunidad, ciudadanía, pluralismo y democracia radical. versión Pdf
Muelle, Camila Esguerra. (2017). Cómo hacer necropolíticas en casa: Ideología de género y acuerdos de paz en Colombia Sexualidad, Salud y Sociedad (Rio de Janeiro), núm. 27, 2017, Septiembre-Diciembre, pp. 172-198 Centro Latino-Americano em Sexualidade e Direitos Humanos (CLAM/IMS/UERJ)
Orihuela, M. (2019). Territorio: un vocablo, múltiples significados. AREA, 25(1), pp. 1-16. https://www.area.fadu.uba.ar/wp-content/uploads/AREA2501/2501_orihuela.pdf
Parada, Juan. Democracia y participación en Colombia: un espacio en construcción Espacio Abierto, vol. 19, núm. 4, octubre-diciembre, 2010, pp. 641-651 Universidad del Zulia Maracaibo, Venezuela.
Pino, Juan. (2017). “Entre democracias y autoritarismos: una mirada crítica al estudio de la democracia subnacional en Colombia y Latinoamérica”. Colombia Internacional (91): 215- 242.DOI: https://dx.doi.org/10.7440/colombiaint91.2017.07
Pino, Juan. (2018). Trayectorias de la democracia subnacional en Colombia. Enlaces nacionales y contratistas: competencia y alternancia política en los municipios (1988-2015). Universidad de los Andes.
Preusser, G. Da Silva, Luzia. (2018). Necropolítica: biopoder, soberania, estado de exceção, política del norte.
Programa Somos Defensores. (2016). Contra las cuerdas. - Informe Anual 2016 sobre Agresiones contra Defensoras y Defensores de Derechos Humanos en Colombia-SIADDHH. Bogota: Factoria Grafica Editores.
Programa Somos Defensores. (2018). Piedra en el Zapato. -Informe anual 20017 sobre Agresiones contra Defensoras y Defensores de Derechos Humanos en Colombia-SIADDHH. Bogotá.
Programa Somos Defensores. (2019) La Naranja Mecánica-Informe Anual 2018 sobre sobre Agresiones contra Defensoras y Defensores de Derechos Humanos en Colombia-SIADDHH. Bogota: Factoria Grafica Editores.
Ramírez Tobón, W. (1988). Violencia y democracia en Colombia. Análisis Político, (3), 64- 78. Recuperado a partir de https://revistas.unal.edu.co/index.php/anpol/article/view/73990.
Rodríguez, J. (2014). El paradigma de la democracia ha muerto. CES Derecho, 5(2), 181- 196.
Talavera, Natalia. (2015). Soberanía, crueldad y biopolítica. Apuntes sobre el caso Ayotzinapa. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5292280.
Wills, Emma. (2015) Los tres nudos de la guerra colombiana: un campesinado sin representación política, una polarización social en el marco de una institucionalidad fracturada y unas articulaciones perversas entre regiones y centro. http://bibliotecadigital.udea.edu.co/handle/10495/5188.
Villalobos, O . & Ramirez, R. (2019). GUBERNAMENTALIDAD NECROPOLITICA Y RESISTENCIA AL DESTINO DE LA MUERTE EN EL SISTEMA MIGRATORIO MESOAMERICANO.
Palabras clave:
Territorio, Necropoder, Masacres, Asesinato selectivo.