México -
brizethvasquez@gmail.com
| 1957
Resumen de la Ponencia:
La presente investigación deriva de la gestión del Departamento de Turismo de San Pedro, Coahuila de Zaragoza durante el año 2022 en el inicio de la administración municipal, a fin de introducir el turismo cultural como actividad económica. El diseño del estudio recurre al uso de métodos mixtos a través de una ejecución secuencial, que en la fase cualitativa se ha propuesto identificar los antecedentes administrativos y operacionales de la actividad cultural y turística realizando entrevistas a profundidad a los funcionarios encargados y directamente relacionados con la gestión de la cultura y el turismo. En la fase cuantitativa se ha realizado un cuestionario dirigido a prestadores de servicios turísticos para obtener información económica de esta actividad. De modo que los registros que permitirán comenzar la construcción de un diagnóstico del destino en el que se incluyan: 1). la perspectiva del sector público, 2). la perspectiva del sector privado, 3). información sobre el sistema turístico actual. y 4). recursos y posibles atractivos turísticos
Introducción:
Turismo cultural y la construcción social del patrimonio. (Ojeda,2015)
En torno al patrimonio, Ibarra (2014) reflexiona acerca de la sociedad y el espacio que ésta habita y propone entender al patrimonio como parte de un fenómeno en el que convergen diferentes miradas y disciplinas, para el caso que nos ocupa, desde la cultura y el turismo. El término evoca la noción de herencia y bien (Ibarra, 2014); es decir implica reconocer que el patrimonio pertenece a todos y que existen derechos sobre él, así mismo su concepción como bien, refiere a su valor asociado. En este sentido es posible enunciar la complejidad al establecer una conceptualización del patrimonio, sobre todo porque en los últimos años se le ha concebido desde una perspectiva monumentalista, como una característica determinante para decidir qué bienes y qué aspectos merecen considerarse como patrimonio.A través de un proceso de patrimonialización se adjudican valores más allá de lo estético o monumental así, los bienes comienzan a abandonar su carácter conmemorativo e incluir elementos de la memoria, por tanto, comienzan a reconocerse a partir de la construcción social. (Ibarra, 2014). A grandes rasgos todo lo que pertenece a una cultura comprende el patrimonio cultural y a su vez, este es material (objetos, lugares) e inmaterial (creencias, fiestas, tradiciones y oficios) todos ellos relevantes y significativos para una comunidad que los disfruta y hacen sentido en su dinámica social. Valorar los patrimonios implica valorar la propia cultura (Ibarra2014). Más allá del legado arqueológico e histórico, los recursos naturales, la cultura y las artes han adquirido mayor importancia en los últimos años. Aunado a ello, los valores y usos también se han modificado puesto que, así como la sociedad evoluciona, también lo hacen los significados que le atribuyen a los distintos elementos patrimoniales, dejando atrás cada vez más el sentido nacionalista y un tanto el sentido de la monumentalidad para considerar que algo hace parte de sus patrimonios, incluyendo ahora a diversidad ecológica, las ciencias tradicionales, la cultura material, las tecnologías y las mentalidades populares.
Al tratarse de una construcción social, la gestión de los patrimonios enfrenta distintos desafíos:
La apertura a la interdisciplinariedad para la identificación, investigación, conservación y promoción a fin de lograr el trabajo conjunto de valorar los patrimonios y la propia cultura. Lo que exige la colaboración y vinculación entre instituciones, grupos sociales y sectores productivos de un territorio. La elaboración del inventario de los bienes culturales por parte de las instituciones a cargo. Si no se conoce la cantidad de bienes, sus características, y ubicación, resultará complicado establecer medidas para su clasificación, mantenimiento, restauración y difusión. La creación de medidas fiscales y financieras para que las instituciones (de cultura) sean capaces de obtener mayores ingresos propios, que en el largo plazo les permita percibir recursos directos a través de los múltiples servicios que ofrecen, adquiriendo un sentido de autofinanciamiento. (Florescano, 2003)
El problema surge cuando existe una disociación entre el turismo y la cultura. Por un lado, se encuentra que derivado de la estrategia nacionalista postrevolucionaria la cultura se ha percibido como herramienta para la educación y el adoctrinamiento, considerando las expresiones y manifestaciones artísticas como mero folklor, que, si bien sí hace parte de la identidad y la cultura, queda como algo ajeno a los individuos, generando incluso percepciones despectivas y de rechazo de la propia identidad. Por otra parte, se ha concebido al turismo como una actividad masiva y depredadora, que propicia la mercantilización de la cultura y la exotización del otro para el entretenimiento de algunos.
Paradójicamente, en la década de los noventa surge el turismo cultural, a partir del interés de los turistas por la cultura y que, estuvo reservado para las personas que buscaban incrementar su capital cultural. Con el tiempo, la tendencia ha cambiado y se ha vuelto accesible para un mayor número de personas gracias a la globalización. (Franco, 2017). Asimismo, los cambios en las necesidades de la demanda y las tecnologías de la información han orillado a los destinos a diversificar su oferta, obligándose a incorporar la cultura como componente imprescindible para incrementar el valor de los destinos.
Sin la cultura no se explica el turismo. Ésta breve pero poderosa aseveración permite reafirmar él porqué el Turismo Cultural desde el inicio de la historia de la industria ha sido la segunda razón de peso para motivar y ser la razón principal de realizar un viaje, – el comercio fue la primera causa de “trasladarse a otras regiones, incluso descubrir nuevos mundos”, es entonces de las clasificaciones una de la más antigua y la de mayor práctica entre los turistas (Moya, 2018)
Considerando las economías mundiales de la actualidad, el agotamiento de los recursos, así como los costos e impactos de las industrias, actividades como el turismo cultural aparecen como una alternativa de crecimiento y desarrollo económico y social. No obstante, como señalan diversos autores, se debe procurar un equilibrio entre la conservación del patrimonio y el uso de éstos como recursos y atractivos para el turismo. El reto es encontrar rutas que lleven a la superación mutua entre los especialistas y los defensores del patrimonio cultural y los empresarios del turismo, para encontrar soluciones en favor de la conservación de los recursos y bienes culturales. (Franco, 2017). La buena noticia para esta alternativa es que, aunque tuvo sus inicios en Europa, esta actividad puede surgir y desarrollarse en “cualquier parte” puesto que la cultura al ser inherente al ser humano prevalece en el tiempo y se transforma constantemente, permitiendo al turismo cultural reinventarse y renovarse buscando continuar vigente.
Las tendencias apuntan a que una forma innovadora de desarrollar el turismo cultural es a través de las experiencias; respondiendo a una ‘clientela’ curiosa por naturaleza que busca entender el trasfondo de los elementos que le son mostrados, que busca señales de identidad y exalta lo autóctono. México posibilita la satisfacción de estas demandas al ofrecer una gran diversidad de bienes y atractivos culturales tanto materiales como inmateriales favoreciendo el turismo cultural, aunque existen distintas limitaciones e intereses gubernamentales y económicos, además del impacto en los recursos y atractivos y pocos beneficios para las comunidades receptoras. La gestión del turismo cultural exige una muy buena planeación, articulación, colaboración y participación que debe quedar plasmada en los planes y programas pertinentes con objetivos económicos que beneficien también a las comunidades receptoras. Mediante una gestión adecuada y estratégica del patrimonio cultural, se ha de incidir tanto en el flujo monetario, como en la dimensión social de la riqueza que sustenta el consumo cultural (Cejudo, 2014) en (Dzul, Damián y Ramírez, 2020).
En esencia, el turismo cultural procura la sostenibilidad al guardar relación con los aspectos social, económico y natural cuando se desarrolla de manera planificada. De modo que, el turismo cultural y el desarrollo sostenible van de la mano. EL marco de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) propuestos por la ONU (2015) supone “una triple oportunidad para el sector cultural: ya que le permite repensar su relación con las audiencias e identificar nuevos públicos potenciales, desarrollando políticas inclusivas y transformadoras”; (REDS, 2021) así pues, se plantea la idea de la cultura como cuarto pilar para el desarrollo sostenible a partir del ‘binomio cultura y desarrollo’, integrando metodologías y prácticas encaminadas al desarrollo sostenible, la reducción de las desigualdades y de la pobreza, la creación de comunidades asequibles, la protección de los patrimonios y el trabajo digno. En este sentido, se expone la actividad turística como a) una estrategia integradora para el equilibrio entre los patrimonios y su uso como atractivos turísticos b) como una alternativa para el desarrollo económico y social de las zonas rurales, siempre que involucre la participación activa de las comunidades, y c) como una herramienta para la sinergia entre el capital cultural, social y económico.
(Ávila, 2021) propone lineamientos estratégicos para el aprovechamiento de los elementos patrimoniales a través del turismo:
Reconocer el valor de la relación entre cultura y turismo Sistematizar instrumentos de evaluación y control Optimizar la gestión turística del patrimonio cultural Enriquecer la oferta turístico-cultural Mejorar la promoción y comercialización de los recursos
Desarrollo:
Contribuciones de las construcciones sociales del turismo cultural a la gestión sostenible de los destinos
Dzul, Damián y Ramírez (2020) proponen que, aunque existen diversos estudios acerca de los actores que configuran la acción cultural y turística, poco se han abordado las interacciones entre ellos y su influencia en el sistema turístico. Si bien es cierto que resulta sencillo identificar a estos actores para articular el sistema turístico e integrar una cadena de valor, para el segmento de turismo cultural es necesario que se dialogue con las lógicas comunitarias y las políticas públicas. Para ello, vale recurrir a diversas teorías sociales a fin de fundamentar la gestión de la organización patrimonial, comprender los factores que determinan la competitividad de los destinos turísticos, e incluir la sostenibilidad como indicador de desempeño. (Mazaro & Varzin, 2008; Mesinas, 2016) en (Dzul, Damián y Ramírez, 2020).
Teoría de los sistemas complejos. Toma en cuenta al turismo como eje articulador de los subsistemas biofísico (naturaleza) y antrópico (componente sociocultural) a partir de los principios de la sustentabilidad y el desarrollo local.Teoría del desarrollo local. Agrupa las dimensiones ambiental, económica, social, política y cultural para la planeación a nivel local y regional. Teoría de la economía solidaria: Propone a cada ciudadano como asociado en las iniciativas y proyectos para mejorar en colectivo su calidad de vida. Posibilita la libertad económica, sirve a la sociedad, propicia la participación plena y consiente, afirma la cooperación para la superación colectiva y se desarrolla el principio de equidad sin discriminaciones. Modelo Teórico de Base Comunitaria: En él se implican procesos como la participación comunitaria, el empoderamiento, la expansión y diversificación del capital social comunitario y la colaboración entre actores sociales. La evolución de estos procesos está relacionada con la historia del grupo y su contexto social particular; por lo que es posible abordarla como un fenómeno que atraviesa por distintas fases, a razón de sus componentes propios.
El turismo cultural se justifica por ser enriquecedor tanto para los turistas como para la comunidad receptora, en la que se identifican tres grupos de actores sociales: a) el sector público, representado por los funcionarios en turno, sean locales o nacionales, b) el sector privado, en el que se incluyen empresarios locales y sus intereses económicos y c) la sociedad civil, quien de forma organizada interviene en los procesos de interés para la comunidad. Se considera también el papel y las perspectivas tanto de los turistas convencionales como de los nuevos turistas para tener una visión integral de la gestión del turismo cultural a partir de las construcciones sociales de cada uno respecto al turismo cultural.
-Desde el sector público. De acuerdo con la literatura, la visión de los funcionarios de gobierno suele ser la más institucionalizada, y la que generalmente responde a lineamientos de orden jerárquico que se establecen desde organizaciones mundiales y a las que se alinean los planes y programas nacionales, estatales y municipales; no obstante, la operatividad responde a intereses particulares o de grupos políticos de referencia, por lo que no siempre se materializa la gestión con visión institucional y planificación estratégica, lo que excluye la participación de algunos actores que también juegan un papel importante dentro de la configuración.
El sector público tiene capacidad de agencia, es el actor que ostenta el poder y la autoridad de manera formal, sin embargo, no escapa a las fuerzas ideológicas predominantes en la sociedad, es así que aun cuando de manera formal tiene a su cargo el resguardo, la conservación, la preservación y el fomento de la cultura, por sobre esta función se encuentra la orientación ideológica hacia el mercado, es decir hacia el sistema capitalista (Smith, 2014; Smith & Akagawa, 2009).
Esto tiene ventajas y porque no es constante al menos en México, que exista un área especializada en materia de gestión turística y/ o cultural; por lo que esta dinámica pasa a ser algo accesorio de las administraciones de gobierno, sobre todo en las de territorios pequeños o zonas marginadas, excluyendo las posibilidades de desarrollo y crecimiento del contexto. En otros escenarios, la intención de crear áreas especializadas, responde a intereses particulares de los gobernantes en turno, sea por novedad o por beneficiar a cierto grupo social o político, lo que nos lleva a cuestionar si cualquier territorio es factible para el turismo cultural.
-Desde el sector privado. Existe la tendencia de que los destinos más competitivos son aquellos que tienen una mayor capacidad de captar grandes cantidades de turistas; puesto que se basan en el supuesto de ‘más turistas, mayor negocio’. Para este sector, resulta atractivo el aprovechamiento de los recursos turísticos, puesto que obtienen múltiples beneficios además de las posibilidades de la diversificación de la oferta. (servicios y productos turísticos de valor). En resumen, el turismo cultural representa múltiples oportunidades de negocio.
-Desde el sector social. En la medida en la que la población local de un destino logre organizarse y trabajar en comunidad, obtendrá capacidad de agencia para gestionar y cogestionar los recursos y atractivos que le son significativos y hacen parte de su identidad y configuración social, siendo capaces de impulsar acciones sociales hacia los intereses colectivos. Podría decirse que uno de los primeros pasos para iniciar la gestión turística de un destino, es considerar a la población local al conocer su percepción y apertura a recibir y atender turistas, su perspectiva y expectativa sobre la comercialización de sus bienes culturales, el grado de valorización y los significados que le atribuyen a esos bienes; de otro modo, sería poco benéfico iniciar la gestión, si la comunidad receptora no está conforme con abrirse a las visitas, comprometida con su capacidad de atención y servicio, si no identifica y reconoce el valor de su patrimonio.
-Desde los turistas convencionales. Aquel viajero que prefiere mantenerse en una esfera de relativa seguridad y comodidad durante sus viajes, en la que el contacto que se espera con las costumbres propias del lugar visitado será mínima o reducida a su representación a modo de espectáculo, el turismo cultural es entendido como aquel conjunto de actividades complementarias que aportarán a su viaje cierto grado de exotismo, sin salir en realidad de la seguridad y comodidad a la que se encuentra acostumbrado. Aunque el turismo cultural no es el principal motivador de su viaje, pero llega a ser el elemento decisivo para elegir entre un destino u otro. (Dzul, Damián y Ramírez, 2020)
-Desde los nuevos turistas. A finales de los ochenta las necesidades y exigencias del mercado demandaban mayor flexibilidad y segmentación de productos y servicios turísticos, quedando un poco de lado los destinos de playa. Los nuevos turistas buscaban una experiencia distinta y satisfactoria al conocer e involucrarse con la cultura de determinado lugar, así como aprovechar el patrimonio cultural de las comunidades rurales a través de sus atractivos. Hecho que ha abierto paso a otros segmentos de turismo que involucren experiencias más participativas, inmersivas y sensoriales.
Etapa de exploración y estudio para la construcción del diagnóstico turístico: San Pedro, Coahuila de Zaragoza.
La UNESCO ha emitido distintas recomendaciones para la salvaguarda del patrimonio cultural en las naciones, que implican 1). La puesta en valor de las expresiones culturales desde la propia comunidad de manera participativa y colectiva. 2). Que su aprovechamiento primero fortalezca la identidad cultural y como consecuencia genere valor económico de modo que sea un consumo significativo para la localidad. 3). Que los beneficios generados de esta actividad, sean repartidos entre los miembros de la comunidad, particularmente entre quienes detentan y son depositarios de las propias expresiones culturales.
La presente investigación deriva de la gestión del Departamento de Turismo de San Pedro, Coahuila de Zaragoza (zona norte de México) durante el año 2022, en el inicio de la administración municipal, cuyo objetivo es introducir el turismo cultural como actividad económica. Así pues, teniendo en consideración las disposiciones emitidas por la UNESCO, el diseño del estudio recurre al uso de métodos mixtos a fin de recolectar información cualitativa en un primer momento y posteriormente información cuantitativa con la intención de explorar y expandir el entendimiento del problema en una muestra mayor (Creswell, 2013). A través de una ejecución secuencial, en la fase cualitativa se ha propuesto identificar los antecedentes administrativos y operacionales de la actividad cultural y turística realizando entrevistas a profundidad a los funcionarios encargados y directamente relacionados con la gestión de la cultura y el turismo. En la fase cuantitativa se ha diseñado un cuestionario dirigido a prestadores de servicios turísticos y relacionados al turismo, para obtener información económica de esta actividad. De modo que se completen los registros que permitirán comenzar la construcción de un diagnóstico del destino en el que se incluyan: 1). la perspectiva del sector público, 2). la perspectiva del sector privado, 3). información sobre el sistema turístico actual. y 4). recursos y posibles atractivos turísticos
Turismo cultural ¿oportunidad o incomodidad?
La reciente creación del Departamento de Turismo nació como una inquietud y visión de una oportunidad de desarrollo económico y de consolidación vocacional, de parte del alcalde para el período de gestión 2022-2024. Es la primera vez en la historia de su configuración se asigna un departamento con el especial encargo de “detonar el turismo en el municipio” (Ruíz, 2021) partiendo de los antecedentes históricos, hechos sociales y bienes patrimoniales que se hallan en el municipio.
Los resultados obtenidos dejan ver:
A). Desde lo público: que la incorporación del turismo cultural podría parecer una oportunidad para el aprovechamiento del patrimonio y los recursos disponibles para el turismo, sin embargo, las problemáticas que enfrenta el municipio derivadas de su ubicación geográfica y condiciones climáticas, y las constantes crisis económicas y políticas que ha sufrido en los últimos años, han sesgado el desarrollo del municipio en distintos sectores. Siendo principalmente la escasez de agua potable, la accesibilidad carretera, la ausencia de políticas culturales, las limitaciones presupuestales, el desconocimiento y por tanto desvalorización de los elementos patrimoniales, lo que ha provocado a lo largo del tiempo el desvanecimiento de la identidad del lugar. No obstante, se muestra interés en familiarizarse con el tema, aunque se reconocen también las limitaciones de recursos económicos, humanos y materiales para ejecutar las gestiones.
B). Desde lo privado: que existen distintas celebraciones que pueden desarrollarse como productos turísticos creando oportunidades para el comercio, presentaciones artísticas y eventos gastronómicos. El problema es que no se muestra disposición para trabajar desde la asociatividad, la cooperación y la vinculación, existen sesgos en los estratos sociales que han marcado diferencias significativas en el tamaño, ubicación, oportunidades y calidad en los servicios para el turismo. Además de la ausencia de estrategias e incentivos fiscales para conformar una oferta turística regulada, capacitada y certificada.
C). Sobre el sistema turístico actual
Superestructura
Para que la actividad turística funciones adecuadamente, resulta necesaria la cooperación y coordinación entre el sector privado, las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales. Así surgen organizaciones que tienen como objetivos la creación de redes y recursos para obtener beneficios comunes en el desarrollo del turismo. (Echeverría, 2022) Sin embargo, en el contexto del destino, existen cuestiones que dificultan la creación de estas redes y asociaciones:
a). El desconocimiento de las implicaciones y necesidades del turismo. b). La deficiencia en la estructura administrativa de la entidad municipal de turismo. c). La falta de coordinación entre organismos públicos, privados y prestadores de servicios. d). La ausencia de una estrategia integradora del sector.
Derivado primordialmente de ser una actividad desconocida y ajena a la realidad social del municipio.
Infraestructura y servicios
En lo que a infraestructura turística se refiere, se han registrado distintas los siguientes:
Alojamiento: Se identifican 6 hoteles, de los cuales 4 reúnen las características para promoverse como servicios confiables para los turistas y son los que actualmente operan de forma regular en el municipio. Alimentación: El sector de alimentos es de los más abundantes en el municipio, para efectos de este estudio solamente se consideraron aquellos que 1) se localizaran en el perímetro nuclear A del Centro Histórico, 2) negocios legalmente constituidos y 3) con licencia de funcionamiento en regla, de acuerdo con la Dirección de Ingresos del Municipio; bajo estos criterios se cuentan 14 establecimientos con las siguientes características:Giro: Del total de establecimientos, 13 son de alimentos y bebidas, mientras que solo 4 están dedicado al alojamiento. Lo cual representa cierta ventaja, puesto que hay lugares bien ubicados para satisfacer dos de las necesidades básicas de los turistas. Antigüedad: El 41.2% de los establecimientos cuenta con más de 10 años de antigüedad; del total restante una tercera parte oscila entre los 6 y 10 años de antigüedad, otra tercera parte entre 1y 5 años y una última parte cuenta con menos de un año de haber iniciado funciones. Temporalidad: El total de establecimientos opera durante todo el año, no obstante, las temporadas altas se consideran en los períodos vacacionales de invierno y verano. Sin embargo, un aspecto poco favorecedor de los establecimientos de alimentos y es la discrepancia en horarios de servicio. Ingresos derivados del turismo: Del total identificado, solamente un establecimiento declaró que el 100% de sus ingresos mensuales provenía de turistas o visitantes, dos más reportaron el 75%, tres indicaron que un 50% de sus ingresos provenía de visitantes, cuatro señalaron un 25% y el resto atribuyó solo un 10% de sus ingresos mensuales al turismo. Paradójicamente, estos últimos también indicaron un promedio mensual de ingresos de más de $50,000. Estadía promedio: De los cuatro establecimientos identificados con servicio de alojamiento, solamente uno reportó estadía promedio de 5 noches; mientras que el resto mencionó 2 noches en promedio. Condiciones laborales: La mayoría de los establecimientos operan con máximo 5 colaboradores permanentes, aunque durante la temporada alta hacen contrataciones temporales. Así mismo indicaron que sus colaboradores tienen acceso a prestaciones de ley y capacitación que gestionan a través del dueño del establecimiento. Participación en organismos: Del total de establecimientos encuestados, solamente dos mencionaron estar afiliados a organismos locales como la Cámara de Comercio de San Pedro y la Asociación de Hoteleros, mientras que el resto comentó no tener relación con algún organismo relacionado al turismo o comercio. Diferenciadores: La mayoría de los establecimientos considera que el motivo principal que atrae a los consumidores es en primer lugar, la relación precio/calidad, seguido de las instalaciones y la ambientación y por último la experiencia que ofrecen; sin embargo, también consideran que su mayo diferenciador es la atención al cliente. Limitaciones: La mayoría considera que las limitantes para el crecimiento y desarrollo del negocio son principalmente el equipamiento y los servicios tecnológicos; seguido de otros factores de tipo político, ambiental y de costos.

Imagen 1. Ubicación de prestadores de servicios turísticos de San Pedro. Elaboración propia (2022)3. Entretenimiento y oferta cultural: Se registran 3 establecimientos con venta de bebidas alcohólicas. Respecto a la oferta cultural, además de los edificios y monumentos se encuentra el Museo Madero Centenario de la Revolución como el principal atractivo en el centro histórico. Si bien en el municipio recientemente se han impulsado algunos eventos artísticos y culturales, aún no se cuenta con una cartelera cultural ni una estrategia que integre la promoción y difusión de las actividades y servicios entre la comunidad.
4. Transportación y carreteras: El municipio no cuenta con una central de autobuses en forma, sino con pequeñas empresas particulares con salidas a destinos muy específicos principalmente hacia ciudades del Norte del Estado como Piedras Negras, Cd. Acuña y Monclova y otras más de los Estados Unidos. Principales carreteras:
Carretera federal 30: Comunica con Torreón, Francisco I. Madero, Cuatro Ciénegas y Monclova, Coah. Carretera estatal: Comunica con Matamoros y Viesca, Coah. Además, esta vía de comunicación accede a la siguiente carretera: Carretera federal 40: Comunica Mazatlán, Sin., Durango y Gómez Palacio, Dgo., Torreón y Saltillo, Coah., Monterrey, N.L., Reynosa y Matamoros, Tamps.
En cuanto a transportación interna actualmente no existen rutas de transporte público definidas, aunque a 60 km se ubica el Aeropuerto Internacional de Torreón.
-Demanda (los turistas):
Hasta el momento no se ha implementado una metodología que permita monitorear la llegada de visitantes al destino. Aunque ya se cuenta con la encuesta para conocer el perfil del visitante, la ausencia de indicadores determinados y el trabajo coordinado de los hoteleros y la administración municipal ha dificultado obtener datos confiables.
-Comunidad receptora
San Pedro se localiza al suroeste de Coahuila en la región conocida como ‘la Comarca Lagunera’ esta región compone un área metropolitana entre los municipios de Torreón (Coahuila), Gómez Palacio y Lerdo (Durango). Las actividades económicas que sustentan al municipio son la industria maquiladora textil, el comercio, los servicios, y la actividad agropecuaria, predominando el cultivo del algodón, melón, sandía y nogal. En este contexto, el potencial turístico del municipio no era parte de la visión de desarrollo a pesar de los recursos y posibles atractivos que en él existen. De acuerdo con el Plan Municipal de Desarrollo 2022-2024, el 35% de las viviendas particulares carecen de red hídrica.

Imagen 2. Ubicación geográfica de San Pedro. Elaboración propia (2022)Solo el 60% de la población, cuenta con servicios de salud originados por empleos formales. El 66% de las viviendas particulares no tienen acceso a red hídrica. Sólo el 13.1 % de la población mayor de 15 años cuenta con algún grado de educación superior. San Pedro presenta graves desigualdades de ingresos y desigualdades entre sus ciudadanos. No se cuenta con vocaciones económicas consolidadas, por lo que existe una desarticulación para potenciar el desarrollo.
-Recursos y posibles atractivos turísticos
Se registraron en total 66 elementos a partir de los cuales es posible desarrollar experiencias turísticas:

Imagen 3. Tabla. Clasificación de atractivos y recursos turísticos de San Pedro. Elaboración propia (2022)
Conclusiones:
Conclusiones:
A simple vista el detonar el turismo en un territorio resulta prometedor, atractivo e incluso sencillo de realizar. Algunas de las bondades de esta actividad es la capacidad de conectar con la identidad de los sujetos, puesto que pone en valor los elementos que forman parte de su entorno, su memoria individual y colectiva y causa hasta cierto punto novedad. Pero se requiere un trabajo de investigación a profundidad que permita obtener un panorama amplio para determinar las acciones y con ello aminorar las problemáticas que el inicio de una nueva actividad económica puede acarrear.
Porque si bien es cierto que el turismo puede ser ese detonante de crecimiento económico, valdría considerar los contextos y las necesidades de cada lugar. En contextos donde existen tejidos sociales un tanto fracturados, relaciones débiles entre agentes económicos y políticos, poco autorreconocimiento y valorización del patrimonio y la identidad; pero al mismo tiempo una cantidad considerable de recursos para desarrollar, pareciera contradictorio pretender iniciar con el desarrollo de la actividad turística. Pero, ¿se podría decir entonces que el turismo no es para todos? ¿Qué criterios o características debe reunir un territorio para considerarse factible de desarrollarse en materia turística? ¿Cómo satisfacer las necesidades primarias para poder aspirar a desarrollar otras áreas de la población?
Más allá de una buena gestión y planificación, es importante sumar las investigaciones académicas que brinden información confiable sobre distintos elementos. En este ejercicio se evidencia que las intenciones no bastan, las prácticas no bastan, y la cultura no ha adquirido el valor e importancia al igual que otras áreas. Pero ¿cómo prestar atención a estos aspectos que ha recaído en elementos accesorios, cuando hay otras prioridades que resolver? Probablemente una alternativa sería la suma de voluntades, el trabajo coordinado y compartido entre la sociedad, el gobierno y la iniciativa privada; puesto que estos tres elementos podrían hallar intereses en común para lograr el desarrollo y crecimiento económico.
Antes de pretender desarrollar el turismo cultural, debe comenzarse por identificar y valorar la identidad, resignificar la memoria, investigar sobre aquello que nos ha configurado, para entonces poder compartirlo con orgullo a quien llegue de otros destinos. De otro modo, solo se quedarán en buenas intenciones para todos los actores involucrados.
Imagen 4. Museo Madero Centenario de la Revolución. Serrano I. (2022)
Bibliografía:
BibliografíaBenita Salazar Dzul, A. G. (2020). El turismo cultural y sus construcciones sociales como contribución a la gestión sostenible de los destinos turísticos. Rosa dos Ventos, vol. 12, núm. 2.
Echeverría, J. (2022). Gestión de Organizaciones Turísticas.
Florescano, E. (2003). El patrimonio nacional: valorres, usos, estudios y difusión|. En Varios, Patrimonio Cultural y Turismo. Cuadernos. VOL. 3.
Franco, N. T. (2017). Turismo cultural en México. Alcances y perspectivas. Hidalgo, México.
Ibarra Macarena, B. U. (2014). El patrimonio como objeto de estudio interdisciplinario. Reflexiones desde la educación formal chilena. Polis. Revista Latinoamericana, 39.
Moya, A. C. (2018). Turismo cultural: un turismo clave en el desarrollo de cada rincón del mundo.
Ojeda, A. L. (2015). Turismo cultural y construcción social del patrimonio. En G. i. culturales, Patrimonio Cultural (págs. 15-18). México.
REDS. (2021). Hacia una cultura sostenible. Guía práctica para integrar la Agenda 2030 en el sector cultural.
Palabras clave:
Palabras Clave: Patrimonio, Turismo Cultural, Gestión de Destinos Turísticos