Resumen de la Ponencia:
La población en edades avanzadas apareció como uno de los grupos demográficos más vulnerables frente a la pandemia por covid-19. Por lo tanto, resulta relevante garantizar la protección de los derechos de las personas mayores. Son distintos los mecanismos a través de los cuales es posible contribuir al goce efectivo de este derecho en las personas mayores. La seguridad económica, reconocida en los instrumentos internacionales y entendida como “la capacidad de disponer de forma independiente de una cantidad de recursos económicos regulares y suficientes para garantizar una buena calidad de vida (Guzmán, 2002 citado por Huenchuan y Guzmán, 2007:102), puede contribuir a un mejor entendimiento sobre la situación de las personas mayores, en un contexto de pandemia donde la garantía de percepción de ingresos puede mermar significativamente. La revisión de la seguridad económica de las personas mayores adquiere relevancia en contextos como el mexicano donde, según datos de la Encuesta Nacional de Empleo y Seguridad Social (2017), entre la P65+ sólo 38.6% de los hombres y 22.2% de las mujeres contaban con ingresos derivados de una pensión contributiva. Ante la baja cobertura de los sistemas de pensiones, una opción es que la personas se mantengan en el mercado laboral. A partir de estos antecedentes el objetivo de esta investigación es analizar los mecanismos de seguridad económica de las personas mayores en México en un contexto de pandemia provocada por la covid-19, dedicando particular atención a la participación económica. A partir de los microdatos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2019 y la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo Nueva Edición de 2020 se propone un modelo de regresión logística. Los resultados del modelo mostraron que el tercer trimestre de 2020, caracterizado por la presencia de la pandemia de la Covid-19, tuvo un efecto negativo sobre la participación económica de la P65+, en consecuencia, la seguridad económica que otorga la participación laboral se vio mermada. Además, los ingresos derivados de las pensiones no contributivas resultaron relevantes, al fungir como un mecanismo contra la pobreza en el último tramo de la vida.Resumen de la Ponencia:
En la presente ponencia se comparten los imaginarios, los retos, las estrategias y los significados que los hombres adultos mayores le atribuyen al comercio informal en tiempos de la Covid-19. Desde una mirada de los estudios de género de los varones y las masculinidades nos centramos en los varones en la etapa de la vejez, desde este marco analítico comprendemos, en retrospectiva, los aprendizajes de género en cruce con la trayectoria laboral y los impactos que la pandemia ha generado en sus vivencias y cotidianeidades en el comercio informal. Desde la metodología cualitativa, se recuperaron los relatos de cinco varones del oriente del estado de Morelos. Desde las notas de campo, se procedió a preguntarnos ¿Cómo se enteraron de la existencia del coronavirus?, ¿cómo se cuidan a sí mismos y a los otros (clientes y familia) ?, ¿qué retos tuvieron para la comercialización de sus productos, ¿qué estrategias implementaron para generar ingresos económicos?, y finalmente ¿qué significa ser comerciante informal en los hombres mayores? Entre los resultados identificamos que los hombres mayores se mantienen activos, productivos y proveedores de sus hogares y que, pese a la incertidumbre, representan miradas contrapuestas entre el temor o la indiferencia por los tiempos pandémicos, que se hacen evidentes en las formas de cuidarse y de cuidar a los otros y otras. Sin embargo, también fueron evidentes las dificultades económicas que las personas mayores enfrentaron ante situaciones de desconsuelo, desesperación, pobreza y hambre. Su cotidianeidad se vio trastocada, y pese a las recomendaciones de no transitar por las calles, buscaron estrategias para sobrevivir y obtener ingresos para proveer a sus hogares. Finalmente, los significados que tienen de los aprendizajes de género en la vida de los sujetos y sus formas de vivir la masculinidad sobresalen aquellos que los vinculan al espacio público, a la proveeduría económica, a la vida laboral, a su constante búsqueda por estar “activos” y al buscar cuidar de los suyos a través del recurso económico. A través de la narrativa de estos hombres se identificó que, en la vida adulta, el trabajo es uno de los ejes centrales para entenderse, definirse y mostrarse como hombre. Que, incluso ante la dificultad y el riesgo que la propia pandemia implicaba, su compromiso consigo mismos y con los suyos, los llevaron a explorar, imaginar y buscar alternativas que les permitieran seguir adelante, como sujetos activos y autónomos.Resumen de la Ponencia:
El devenir de la modernidad implicó, entre muchos otros cambios, la ruptura con el paradigma colectivo y fomento la híper individualización. La destradicionalización, como argumentan Ulrich Beck y Elisabeth Beck-Gernsheim supone un cúmulo de incertidumbres. En oposición a la herencia tradicional que significó la perpetuación de modos de ser, actuar, pensar y existir. La destradicionalización trajo consigo la posibilidad y de cierto modo la obligación de significar y resignificarse así mismo.A su vez, la destradicionalización implicó la creación del Estado de Bienestar, y afirman los Beck 's, que los derechos que el Estado de bienestar garantiza tienen en el centro la consagración del individuo.En este sentido, demanda la autonomía, el ejercicio de los Derechos Humanos, las aspiraciones y realizaciones propias y personales, la pluralización de los estilos de vida, en síntesis, la propia construcción de sí y su propia planificación. No obstante, hace falta llamar a la reflexión acerca de que si todos nos encontramos en las mismas condiciones de posibilidad de la construcción de la propia individualidad. Habría que reflexionar acerca de la diferenciación por edades debe de considerar la diferencia que supone experimentar las distintas fases de la vida bajo la condición de género. Por lo que el sector poblacional que aquí es de interés es el de las Personas Adultas Mayores (PAMs). Habría que reflexionar acerca de la diferenciación en dos niveles: cómo se construye socialmente a las Pams desde los discursos públicos, institucionales, las políticas, etc., si la idea de modos plurales de vida ¿se reserva para la juventud y la edad adulta y se asume que luego vuelve el momento de la homogeneización?; el otro nivel sería el de ¿cómo se están percibiendo a sí mismas las PAMs?, si están conformes con el lugar asignado, si lo cuestionan, qué tan diversos se experimentan y qué tanto demandan que se les reconozca, etc. Así mismo, se hablará de uno de los espacios que las PAMs pueden seguir habitando qué es el de los empacadores voluntarios en las tiendas de autoservicio, en donde se plantea los riesgos y las implicaciones subjetivas positivas y negativas. Se sigue considerando exclusivamente a seres humanos adultos, cuyo carácter, cuyas estructuras de instintos y de conciencia ya se han fijado en cierta medida, ya han adquirido una cierta rigidez. En realidad, tampoco los adultos están nunca completamente terminados, cerrados. También ellos pueden cambiar a lo largo del devenir de su destino relacional, aunque con relativamente bastante dificultad y, en general, sólo bajo autodirigirse, más consciente. (Norbert 1939: 41).Beck, U., y Beck-Gersheim, E. (2001). La individualización. El individualismo institucionalizado y sus consecuencias sociales y políticas. Barcelona, España: Paidós.Elias Norbert (1987). “La sociedad de los individuos”. Ensayos. Barcelona: Península.Resumen de la Ponencia:
Disponer de bienes económicos y no económicos es básico en la satisfacción de necesidades y la existencia misma de las personas. La seguridad económica da tranquilidad e independencia a la población adulta mayor, y es la contraposición a la pobreza. Para analizar la seguridad económica de las personas envejecidas, según José Miguel Guzmán, debe considerarse una serie de factores que se encuentran interrelacionados: la biografía personal que hace alusión a la trayectoria laboral y educativa de la persona, las biografías generacionales que son producto del contexto en el que se ha envejecido y las características económicas y políticas de la sociedad a la que se pertenece, las características del sistema de protección social así como el ciclo individual y familiar en el que se encuentran los agentes.A partir de la teoría de campos de Pierre Bourdieu se construyó la categoría “campo de la inseguridad económica”, entendida como, el microcosmo de distribución económica en el que está inserta la persona adulta mayor y que determina la disponibilidad y características de distribución de los recursos económicos que tiene. Se realizó una investigación cualitativa a través de entrevistas semiestructuradas y observación participante durante 18 meses en una colonia marginada de Tlaquepaque, Jalisco. Se tuvo la participación de 8 personas de 60 años y más, de las cuales 5 eran mujeres y 3 hombres. Las entrevistas fueron transcritas en su totalidad; se ejecutó un análisis temático. Dentro del campo de la inseguridad económica se identifican distintos agentes con quienes se relacionan e intercambias recursos de forma desigual los adultos mayores: la pareja, los hijos/as, nietos/as, el mercado a través de los empleadores, la política social, vecinos y comerciantes. Las fuentes de recursos económicos son: transferencias que reciben por parte de subsidios, pensiones no contributivas y transferencias monetarias; el mercado a través del salario, ahorro y la pensión contributiva y, finalmente, las transferencias familiares. No obstante, la diversificación de las fuentes de apoyo, se presenta dentro de esta población la característica constante de ingresos bajosResumen de la Ponencia:
Se realizó un estudio descriptivo exploratorio con intervención pre-experimental, evaluación pre-test, intermedia y post-test, con el objetivo de conocer los efectos del cine-debate en casa, en los significados culturales del concepto de jubilación y en las vivencias de retiro laboral, en una familia mexicana, confinada por la pandemia de Covid-19. Participaron cuatro mujeres, tres retiradas del trabajo y su nieta universitaria. El programa de intervención se integró con un ciclo de cine de ocho películas, cuyos protagonistas ejemplifican a personas jubiladas. En el pre-test y post-test se usaron las listas libres para la recolección de los datos. Los listados libres se analizaron a través del modelo de los dominios culturales. Para la evaluación intermedia se usó el grupo focal. Los datos obtenidos en el grupo focal se analizaron con fundamento en la fenomenología. Se halló que las participantes ampliaron y resignificaron su significado cultural sobre el concepto de jubilación. Antes de la intervención, definieron el concepto como descanso, retiro y tranquilidad. Después de la intervención, les significó felicidad y tranquilidad. Reflexionaron sobre su propio proceso de retiro laboral y tomaron conciencia de la problemática social de la jubilación. Se considera que la proyección secuencial de las películas contribuyó positivamente en los resultados obtenidos y que en tiempos de pandemia se puede continuar con la formación para la jubilación a través del cine-debate en casa. Palabras clave: cine-debate; jubilación; cultura; pandemia; familia.Resumen de la Ponencia:
La enfermedad conocida como COVID-19 fue declarada por la ONU como pandemia el 10 de marzo de 2020. En México se tomaron una serie de acciones enfrentarla, estas medidas afectaron toda la población, en particular a las personas mayores de 60 años que padecen enfermedades crónicas. El objetivo de este trabajo es describir y analizar los efectos de la pandemia de COVID-19 en la vida cotidiana de personas mayores con enfermedades crónicas.Se realizó una investigación cualitativa, con adecuaciones debido a las restricciones de movilidad, con observación indirecta y entrevistas por diversos medios electrónicos a un grupo de personas mayores que padecen enfermedades crónicas, residentes en la CDMX.Entre los resultados encontramos que el resguardo familiar en casa tuvo importantes consecuencias en la interacción social de las personas mayores, adquirieron relevancia los roles de género y generación, la condición socioeconómica y la integración familiar en la redistribución de las actividades domésticas. La reducción de actividades económicas afectó los ingresos económicos de las familias, ya que en su mayoría no tienen empleos formales. Los cambios en el Sistema de Salud realizados por la pandemia, dificultaron la atención de sus padecimientos crónicos, lo que provocó que algunos de ellos tuvieran dificultades para mantener controladas sus enfermedades. Concluímos que la pandemia de COVID-19, puso en evidencia la vulnerabilidad de los adultos mayores que pertenecen a sectores de población de bajos ingresos, que se vieron afectados en todas las esferas de su vida cotidiana por las medidas tomadas a nivel institucional.
Summary.
The disease known as COVID-19 was declared a pandemic by the UN on March 11, 2020. In Mexico, a series of actions were taken to confront it, these measures affected the entire population, particularly people over 60 years of age who suffer from chronic diseases. The objective of this paper is to describe and analyze the effects of the COVID-19 pandemic on the daily lives of older people with chronic diseases. A qualitative research was carried out, with adaptations due to mobility restrictions, with indirect observation and interviews by various electronic means to a group of elderly people suffering from chronic diseases, residents in the CDMX. Among the results we found that family shelter at home had important consequences on the social interaction of the elderly, gender and generation roles, socioeconomic status and family integration in the redistribution of family activities acquired relevance gender and generation roles, socioeconomic status and family integration in the redistribution of domestic activities. The reduction of economic activities affected the economic income of families, since most of them do not have formal jobs. The changes in the Health System made by the pandemic made it difficult to care for their chronic conditions, which caused some of them to have difficulties in keeping their diseases under control. We conclude that the COVID-19 pandemic highlighted the vulnerability of older adults who belong to low-income population sectors, who were affected in all spheres of their daily lives by the measures taken at the institutional level.
Introducción:
Envejecer y vivir con enfermedades crónicas durante en la pandemia.
En México, como en otros países de América, existe un proceso de cambio demográfico, extensión de la longevidad, reducción de la fertilidad y cambios en la estructura familiar y en los apoyos. El proceso de envejecimiento se realiza en un contexto de grandes disparidades económicas, pocas estrategias públicas viables para apoyar el envejecimiento de la población y la continua dependencia de las familias para la atención y la seguridad económica. Las personas mayores de 60 años, se encuentran en situaciones diferenciales por género, condición socioeconómica, seguridad social y estado de salud. (Ángel, Vega y López, 2017)
Las enfermedades crónicas no transmisibles se encuentran entre los principales problemas de salud, al ocupar los primeros lugares de la mortalidad general. Estas enfermedades se asocian al aumento en la esperanza de vida de los mexicanos, el cambio en el estilo de vida tanto en alimentación como en actividad física y resultan de la interacción de factores genéticos y ambientales (INEGI, 2018).
Dos enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión se presentan con mayor frecuencia en personas mayores de 60 años. Estas enfermedades crónicas tienen un fuerte impacto económico en la vida cotidiana de las personas por su larga duración y la presencia de complicaciones. (INEGI, 2018)
Ante este panorama, se sumó el impacto de una nueva enfermedad, la COVID-19 (siglas de coronavirus disease 2019), causada por el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2, severe acute respiratory syndrome coronavirus 2), que surgió en el centro de China en diciembre de 2019. Debido a su rápida difusión, el 30 de enero de 2020, la Organización Mundial de la Salud declaró que COVID-19 era una urgencia sanitaria mundial y el 11 de marzo de 2020 anunció oficialmente que COVID-19 es una pandemia (epidemia mundial). (Fielding, 2020)
Las personas infectadas por COVID-19 muestran un amplio espectro de síntomas, que van desde una enfermedad leve similar al resfriado o la gripe hasta una dificultad respiratoria grave e incluso la muerte. Las personas mayores y aquéllas con afecciones médicas preexistentes (como presión arterial alta, problemas cardiacos o diabetes) parecen ser más vulnerables. (Grishaw, 2020)
La interacción de COVID-19 con las enfermedades crónicas y su interacción con otras circunstancias de salud adversas, (por ejemplo, mal nutrición o estrés) es un ejemplo de Sindemia, un conjunto de epidemias entrelazadas y que involucran interacciones de enfermedades a nivel biológico que se desarrollan y se sostienen en una comunidad o población debido a condiciones sociales dañinas y conexiones sociales perjudiciales. (Singer and Clair, 2003: 428-429).
En México, se presentaron los primeros casos de COVID-19 en febrero de 2020. Al igual que en diversos países del mundo se tomaron acciones para tratar de frenar los contagios: reforzar las medidas sanitarias promoviendo el lavado de manos, el uso de mascarillas, la limpieza de objetos y superficies con productos desinfectantes como alcohol en gel y cloro. Además de estas medidas de higiene se recomendó el resguardo familiar en casa para personas que padezcan diabetes y otras enfermedades crónicas y para las personas adultas mayores a partir de los 60 años cumplidos, conservar una sana distancia, en caso de tener contacto con personas fuera de la familia nuclear, estar cuando menos a 1.5 metros de distancia (de dos a tres veces) el uno del otro; saludo a distancia, no saludar de beso, de mano o abrazo. (Gobierno de México, 2020 a)
En el caso de los adultos mayores de 60 años se aconsejó: no recibir visitas en estos días, en especial de sus nietas y nietos; comer sanamente: mucha verdura, fruta y agua, cero refrescos, cero comida chatarra, no consumir alcohol ni tabaco; si padece diabetes o hipertensión, checarse el azúcar, presión sanguínea y temperatura cada día; alejar el miedo realizando actividades que le gusten: leer, escuchar música, escribir, tejer, hacer rompecabezas; hacer ejercicio en casa: caminar, bailar, sentarse y levantarse de una silla, yoga, hacer estiramientos; designa a alguien de confianza si necesita ayuda, hacer compras o ir al médico; no automedicarse, checar si tiene medicina suficiente y si se va a acabar, pedir que se la compren. (Gobierno de México, 2020 a)
La Jornada Nacional de Sana distancia establecida del 23 de marzo a 30 de abril de 2020, implicó el reforzamiento de las medidas básicas de prevención, la suspensión de actividades económicas no esenciales, la reprogramación de eventos de concentración masiva y la protección y cuidado de las personas adultas mayores. (Gobierno de México, 2020 b). La Ciudad de México es una de las entidades federativas más pobladas del país, con un porcentaje muy importante de adultos mayores que además padecen enfermedades crónicas, por lo que las personas tuvieron que establecer estrategias para enfrentar una nueva enfermedad. Así, el objetivo de este trabajo es describir los cambios en la vida cotidiana de un grupo de adultos mayores de 60 años con enfermedades crónicas, residentes en la Ciudad de México durante la pandemia de COVID-19.
Desarrollo:
Vida cotidiana y experiencia del padecimiento.
La vida cotidiana se ha estudiado por las ciencias sociales desde diversas perspectivas. Como señala Uribe (2014: 101):
La vida cotidiana como categoría de análisis, se puede conceptualizar como un espacio de construcción donde hombres y mujeres van conformando la subjetividad y la identidad social. Una de sus características esenciales, es el dinamismo de su desarrollo y la influencia que ejercen los aspectos que provienen de condiciones externas al individuo, tales como los factores sociales, económicos y políticos dentro de un ámbito cultural determinado.
En las personas mayores que padecen enfermedades crónicas, la vida cotidiana se desarrolla en un espacio y tiempo determinado por la experiencia del padecimiento, se tienen que sujetar a las indicaciones de la biomedicina para buscar el control de su padecer. (Kleinman, 1988).
De acuerdo con Singer y Baer (1995) la experiencia de quienes sufren es un producto social, construida y reconstruida en el campo de acción entre las categorías constituidas socialmente de significado y las fuerzas político-económicas que moldean los contextos de la vida diaria, existe una interacción entre los factores que se refieren a la particularidad psicobiológica del individuo, al micro-nivel y al nivel intermedio. Las fuerzas económicas y políticas tienen un papel importante en la estructuración de la salud, la enfermedad, la experiencia del padecimiento y la atención a la salud.
En el caso de la pandemia de COVID-19, las medidas implementadas para su contención y prevención implicaron un cambio en la vida cotidiana que habían construido las personas a lo largo de su trayectoria de vida con el padecer, donde se construyeron una serie de significados simbólicos compartidos e interrelaciones sociales expresadas en acciones sociales prácticas y continuas.
Metodología. En esta investigación se utilizó metodología cualitativa, empleando el método etnográfico para la obtención y construcción de los datos (Amezcua, 2000). Este método permite aproximarse al contexto social de las personas a través de la comprensión de sus conductas, prácticas y condicionantes económicas, sociales, culturales e históricas. Los colaboradores de la investigación son personas adultas mayores que padecen enfermedades crónicas, viven en la zona norte de la Ciudad de México, un espacio urbano con gran densidad de población, alta marginación y problemas de inseguridad.
A principios de 2020, estas personas asistían a un grupo de ayuda mutua, en un centro de salud del primer nivel de atención de los Servicios de Salud Pública de la Ciudad de México. Se tenía una relación con ellos debido al desarrollo de una investigación sobre las prácticas de atención que ante sus padecimientos. Con el inicio de la pandemia hubo una suspensión de las actividades del grupo, por lo que se reorientó la investigación para conocer los efectos que tuvo la pandemia para enfrentar sus problemas de salud. Dados los contactos previos con los colaboradores, se hizo observación indirecta y entrevistas a través de whats app o por vía telefónica de marzo de 2020 a marzo de 2022.
Resultados. Los retos de la vida cotidiana en la pandemia. En las personas mayores entrevistadas, había diversidad de formas de organizar su vida cotidiana por cuestiones de género, condiciones socioeconómicas, interacción familiar, situación de salud y consecuencias del proceso de envejecimiento. El inicio de la pandemia de COVID-19 y las medidas llevadas a cabo por las autoridades sanitarias, implicaron que se reconocieran como personas en riesgo, lo que llevó a modificaciones en sus actividades diarias y a la búsqueda de estrategias para resolver los retos que esto implicaba.
En el segundo semestre de 2020, las prohibiciones de ingreso a los establecimientos comerciales como mercados o tiendas de autoservicio o la implementación de horarios específicos para las compras de las personas mayores, dificultaron la adquisición de los alimentos habituales, por lo que tuvieron que recurrir a los integrantes de sus redes sociales, para obtenerlos, en particular cuando se presentó el contagio entre los integrantes de la familia. Los roles de género fueron de suma importancia en el apoyo, siendo las hijas las que se movilizaron para resolver estos problemas: Mi hija se enfermó en su trabajo, vino y nos contagió a mi esposo y a mí, nos tuvimos que encerrar los tres, otra de mis hijas nos traía el mandado y nos hablaba por teléfono para saber cómo estábamos, así la fuimos llevando, lo bueno es que sólo fue como una gripa fuerte, pero tenía mucho miedo de que nos fuéramos a poner mal. (Carmen)
La actividad física se limitó a la que puede hacerse en el hogar, por lo que hubo sedentarismo y tuvieron afectaciones en la movilidad. Establecieron medidas de higiene y prevención ante el coronavirus: lavado de manos, limpieza de los alimentos y otros productos, limpieza del hogar. La adquisición y uso de productos de limpieza fue de acuerdo a sus posibilidades económicas: alcohol en gel, cloro, soluciones desinfectantes, en un caso se compró un tapete sanitizante.
Los mayores problemas que se enfrentaron fueron la interacción social, nuevamente tuvieron gran relevancia los roles de género y generación, las adultas mayores apoyaron a hijos y nietos, dos de las mujeres recibieron en sus casas a las familias de sus hijos que quedaron sin trabajo, lo que incrementó los gastos de servicios: agua, luz, gas, además que realizaron acciones de cuidado de los nietos en aspectos como la elaboración de los alimentos, la limpieza del hogar y el acompañamiento en las tareas. Uno de mis hijos se quedó sin trabajo y para ayudarlo le dije que se viniera a vivir conmigo, el problema fue que tenía que cocinar para todos. (Alma) Pero también señalaron el distanciamiento social con otros familiares: Mi hija vive en Tecamac, pero con la pandemia no me vino a ver durante año y medio, sólo me hablaba por teléfono. (María).
Durante las etapas de confinamiento señalaron la pérdida de la autonomía: Mis hijos se preocuparon mucho, no me dejaban salir ni a la esquina. (María) Así como sentimientos de discriminación: No me dejaron entrar a la tienda porque era de la tercera edad. (Teresa) Las restricciones en la movilidad tuvieron consecuencias en las condiciones socioeconómicas de las familias: Problemas económicos por la reducción de las actividades e ingresos de las parejas o de los familiares que trabajaban en actividades no esenciales: Mi marido trabajaba como vigilante en un edificio, pero como es de la tercera edad le dijeron que sólo fuera tres días a la semana y contrataron a alguien más joven para cubrir los otros días. Apenas nos alcanza para los gastos. (Teresa, mayo de 2020) Mi hija trabajaba como empleada en una fábrica de ropa, durante la pandemia la fábrica cerró durante tres meses, no la corrieron, pero tampoco le pagaron y cuando regresó a trabajar, estuvo tres meses a mitad de sueldo. (Carmen, octubre de 2020).
En el caso de los varones, José tiene un trabajo informal como taxista, por lo que, durante la pandemia, fue necesario que siguiera trabajando para cubrir sus necesidades económicas: Si me da miedo enfermarme, pero no hay de otra, le puse un plástico al carro, uso el cubrebocas y compré un frasquito de gel. En marzo y abril había días que me daba una vuelta y mejor me regresaba, casi no había nadie en la calle y había días que sólo sacaba veinte o treinta pesos, ¡ni pa’ la gasolina¡, en diciembre mejoró un poco la cosa, pero dicen que viene la segunda ola, ojalá que se calme pronto esta situación. (José, enero de 2021)
La presencia de COVID-19, implico un reto para la atención a su padecimiento crónico, los procesos de reconversión hospitalaria, y las restricciones para la atención en el segundo nivel, ocasionaron retrasos en su atención, las consultas de especialidades se pospusieron y en el primer nivel se les pidió que enviaran a familiares para recoger sus medicamentos cada tres meses. Fui en agosto por una cita para especialidades y me mandaron hasta el año que viene. (Teresa, agosto de 2020)
La cancelación de las actividades presenciales de autocuidado a su enfermedad crónica desarrolladas desde en el grupo de ayuda mutua, también disminuyó su interacción social, ya que se había convertido en un espacio de convivencia con sus pares. Extraño mucho a los del grupo, me gustaba ir a la actividad física de los martes y viernes. (Carmen, enero de 2021) El traslado de la promoción a la salud a línea, implicó la necesidad de recurrir a las redes sociales en busca de apoyos de diversos tipos. Se solicitó ayuda de los miembros más jóvenes de la familia para tener asesoría técnica, sin embargo, debido a las limitaciones en el acceso a los equipos de cómputo, hubo un abandono estas actividades.
Las condiciones socioeconómicas derivadas de la pandemia modificaron las posibilidades de apoyo en la atención a las personas enfermas. El apoyo familiar en las actividades de autoatención y autocuidado, fue relevante para mantener condiciones estables en su padecimiento crónico y la prevención del COVID-19. Hubo una respuesta diferencial por género, generación, escolaridad, condición socioeconómica, lugar de residencia e integración familiar. Los adultos mayores utilizaron los recursos tecnológicos a su alcance como el teléfono y los mensajes de whatsapp para mantenerse en contacto con los integrantes de las familias extensas, a través de las redes sociales informales se buscó información sobre prácticas de prevención ante el COVID-19. En el caso en que se presentaron algunas molestias, se recurrió a la utilización de los servicios de los médicos privados de las farmacias. Si me pongo mal tengo que ir con el Médico de Similares. (María, diciembre de 2020)
Durante la pandemia, se construyeron diversos saberes sobre COVID-19 conforme se presentaron enfermos y muertes en los ámbitos cercanos. Así, en marzo de 2020, Manuel decía: Esa enfermedad no existe, es un invento del gobierno, yo no conozco a nadie que haya tenido COVID. Mientras en mayo de 2020, Teresa se convenció de su existencia al presentarse una defunción en su familia: Yo no creía en eso hasta que uno de mis hermanos que vivía en Neza se enfermó, en el Hospital me lo mataron.
El incremento del número de casos de COVID-19 en las familias, así como el reconocimiento de las respuestas diferenciales ante esta enfermedad se hicieron presentes: no sólo se enfermaban las personas adultas mayores, también miembros más jóvenes de la familia, además de que algunos mejoraban, mientras que otros fallecían rápidamente en cuestión de días. Alma nos dijo en septiembre de 2020: Tengo mucho miedo de contagiarme, en mi familia ya tenemos cinco muertitos: dos hermanos, una tía, un primo, el esposo de una prima, además que tres primas, cuatro sobrinos y uno de mis cuñados también se enfermaron, pero afortunadamente la libraron. Yo no salgo porque no me quiero morir.
Algunas de los entrevistadas mencionaron el duelo ante la imposibilidad de participar en los rituales funerarios de familiares y amigos que fallecieron de COVID-19. Carmen comentó en junio de 2020: Mi hermano mayor se murió de COVID en el pueblo, tenía 88 años, mi cuñada le hizo un funeral, mis hijas no me dejaron ir, porque les dio miedo que me enfermara, siento feo que no fui, pero hice bien, porque mi cuñada y uno de mis sobrinos se enfermaron, mi cuñada se murió a la semana, creo que mi hermano se la llevó, a mi sobrino lo llevaron a la capital del estado, estuvo en el hospital tres semanas, creíamos que la iba a librar, pero falleció.
La Política Nacional de Vacunación inició en diciembre de 2020, en sus ejes señaló que después del personal de salud, las personas adultas mayores y las personas con comorbilidades como la diabetes, hipertensión y otras enfermedades crónicas fueron consideradas como grupos prioritarios para la vacunación, ya que se estimó que estaban en mayor riesgo de desarrollar enfermedad severa de COVID. Se calculó que había que vacunar a un total de 14, 460, 754 personas de edades de 60 años en adelante y la vacunación de este grupo de edad se programó de febrero a marzo de 2021 en todo el territorio mexicano. (Gobierno de México, 2020 c: 16) En febrero de 2021 se inició en Ciudad de México el proceso de vacunación para las personas mayores de 60 años. Se solicitó ayuda dentro del grupo doméstico para el registro en línea, la localización y acompañamiento al centro de vacunación. Las personas entrevistadas manifestaron su confianza en la vacuna, para protegerse del contagio del coronavirus y tener la posibilidad de seguir con su vida cotidiana:
Me han dicho que a pesar de la vacuna me puedo enfermar, pero que no me dará tan fuerte, por eso me vacuné, ya estoy aburrido de estar encerrado, mis hijos no me dejaban salir ni a la esquina, ahora me doy mis escapadas al mercado, lo bueno es que ahora si dejan entrar a los viejitos, tienen el tapete sanitizante, gel para que uno se ponga en las manos y marcaron los espacios para que uno espere su turno. Creo que con la vacuna y con seguirse cuidando pronto saldremos de ésta. (Manuel, marzo de 2021)
Conclusiones:
Durante la pandemia de COVID-19, la cotidianeidad de los adultos mayores enfermos cambió para ajustarse a las indicaciones y normas establecidas por las autoridades, el resguardo familiar en casa tuvo importantes consecuencias en la interacción social de las personas mayores, adquirieron relevancia los roles de género y generación, la condición socioeconómica y la integración familiar en la redistribución de las actividades domésticas. La reducción de actividades económicas afectó los ingresos económicos de las familias, ya que en su mayoría no tienen empleos formales. Los cambios en el Sistema de Salud realizados por la pandemia, dificultaron la atención de sus padecimientos crónicos, lo que provocó que algunos de ellos tuvieran dificultades para mantener controladas sus enfermedades.
Las restricciones para realizar actividades presenciales obligaron a consolidar redes sociales, se tuvo la necesidad de acercarse a los medios electrónicos para resolver situaciones de salud y modificaron sus prácticas de atención. Estas acciones afectaron todas las dimensiones de su vida personal, familiar, laboral, social, cultural y pusieron de manifiesto la profunda desigualdad estructural de la población y la vulnerabilidad de las personas mayors.
Los resultados destacan la importancia de analizar las condiciones socioculturales, económicas y políticas ante los problemas de salud en un segmento etario de la población que enfrentó condiciones de aislamiento durante la pandemia, ya que, en México, al igual que en otras partes del mundo, hubo importantes consecuencias sociales y económicas por quedarse en casa. (Avalos, 2020, Menéndez, 2020).
Finalmente, acercarse a la vida cotidiana desde una perspectiva sociocultural implica considerar a las personas situadas en una interseccionalidad, donde se involucran de manera relacional biología, cultura, sociedad e ideología, aspectos que representan direcciones futuras de investigación.
Bibliografía:
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Avalos, Miguel Ángel. (2020). #QuédateEnCasa: medidas de aislamiento social, preventivo y obligatorio en contextos de pobreza urbana en Argentina. En Stella Evangelidou y Angel Martínez-Hernáez, Reset. Reflexiones antropológicas ante la pandemia de COVID-19. Tarragona: Publicacions de la Universitat Rovira i Virgili, 17-24.
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Palabras clave:
Adultos mayores, vida cotidiana, COVID-19 enfermedades crónicas.
Older adults, daily life, COVID-19 chronic diseases.
Resumen de la Ponencia:
Diversos estudios–sobre Argentina y otras latitudes- abocados a analizar la inserción sociolaboral de jóvenes coinciden en que son uno de los grupos sociales más perjudicados (Salvia y Miranda, 1997, 2000; Cardenal de la Nuez, 2006; Jacinto, 2008; Benítez et al., 2011; ILO, 2015; Bertranou y Casanova, 2015). En consecuencia, se han diseñado programas con medidas específicas de inclusión laboral para los jóvenes, buscando proporcionar un mejor acceso a las oportunidades económicas y al empleo de calidad, facilitando en simultáneo la inclusión social. Ejemplo de ello han sido estrategias tendientes a fomentar la formación y calificación, o bien los servicios de intermediación laboral, el apoyo al trabajo independiente y la promoción de la generación de empleo en relación de dependencia (CEPAL/OIT, 2014; Cetrángolo, 2015).En los últimos años, varias evidencias en Latinoamérica parecieran indicar que, en la medida en que el diseño y ejecución de los programas de formación e inserción sociolaboral de jóvenes responden a los diferentes perfiles productivos locales, aun con todas las precariedades que puedan existir, cuentan con mayores probabilidades de “éxito” (Jacinto y Solla, 2005).Asimismo, se ha señalado la importancia que han cobrado las organizaciones de la sociedad civil en la promoción de la inserción sociolaboral de los jóvenes, ya que: tienen la capacidad de ofrecer modelos más flexibles que atraen a los jóvenes; tienen un profundo conocimiento sobre la realidad local y sobre los jóvenes del territorio (BID, 2014).Así, el objetivo del trabajo es analizar las vinculaciones existentes entre organizaciones de la sociedad civil y actores del desarrollo productivo local (fábricas, cooperativas, etc.), en el marco de las prácticas institucionales (programas e institucionalidades derivadas) orientadas a la inserción sociolaboral de jóvenes en el Municipio de La Matanza, Buenos Aires. ¿Qué articulaciones tienen estas prácticas institucionales con actores del desarrollo productivo local? ¿Qué grado de formalidad tienen estos vínculos? ¿Cuáles son las principales dificultades de estas vinculaciones, al gestionar dichas prácticas institucionales?Los datos se obtienen de un relevamiento realizado entre 2018 y 2019 a organizaciones de la sociedad civil que forman parte del Consejo de Niñez y Juventud del Municipio. Se realizó, por un lado, la confección y aplicación de un cuestionario sobre las prácticas institucionales de cada organización orientadas a la niñez y juventud, así como sobre los vínculos con otros actores (estatales y privados) a la hora de gestionar las mismas. Por otro lado, se hicieron entrevistas en profundidad semi-estructuradas a referentes y miembros de las organizaciones, acerca de sus prácticas y experiencias de trabajo con jóvenes, para la inserción sociolaboral. Se entrevistaron 25 organizaciones, distribuidas en los tres cordones socio-económicos con características diferenciales del Municipio, con el fin de dar cuenta de la diversidad territorial y sus problemáticas.Resumen de la Ponencia:
La ponencia se desprende de la investigación “Políticas sociales en educación y trabajo: un mapeo de las percepciones de las juventudes en la provincia de Córdoba”, cuyo objetivo se centra en analizar las percepciones que elaboran las juventudes urbanas destinatarias de políticas sociales implementadas por instituciones estatales, en ciudades intermedias de la provincia de Córdoba, Argentina, en el período 2020-2021. La propuesta del presente trabajo se centra en reconocer y analizar las vinculaciones entre género y jóvenes en relación a la implementación de las políticas sociales que son objeto de análisis, a través de la palabra de sus destinatarios. Se problematiza el reconocimiento de las juventudes en las intervenciones del Estado, dirigidas a este segmento poblacional, como categoría que da cuenta de la complejidad y heterogeneidad de las formas de “ser joven” en las sociedades actuales. En este sentido el género aparece como una dimensión de análisis que permite complejizar las definiciones sobre quiénes son los jóvenes en las políticas sociales, y cómo los mismos se reconocen destinatarios de las mismas, atravesados por una determinada vivencia en torno al género. Bajo este enfoque buscamos tensionar las diversas miradas y abordajes desde el Estado en relación a la categoría de género y la perspectiva de las personas destinatarias de las políticas de empleo y educativas analizadas.Resumen de la Ponencia:
Relaciones de poder entre jóvenes trabajadores en informalidad y patrones. El caso de la Zona Centro de la ciudad de Torreón, Coahuila, México. El objetivo de la presente investigación consiste en analizar cómo se relaciona la precariedad laboral de los jóvenes en trabajos informales de la zona centro de la ciudad de Torreón, Coahuila, México con su capacidad de organización y movilización política. La mayoría de este segmento de la población laboran en condiciones precarias, por ejemplo: falta de material de trabajo, así como material de limpieza adecuados, horarios alargados hasta las doce horas o más, días festivos no pagados, horas extras no pagadas, uniforme que los propios trabajadores pagan y reemplazan, falta de estructura en el ambiente laboral, estos no están dados de alta en el seguro entre otros. Estas condiciones impactan en su realidad social, pues está en riesgo su integridad, por ejemplo de camino al trabajo, de salida y durante la jornada, o el ambiente de trabajo es hostil, estresante, con jefes que no tienen conocimiento sobre un ambiente sano entre empleados o como ser líderes que impulsen al trabajador, también no existe un espacio en el que se puedan desarrollar y efectuar de manera efectiva sus tareas: espacios pequeños, lugares resbalosos, sin baño y sin medidas seguras para aquellos que deben cargar objetos de gran peso.Por lo tanto, el propósito central de la ponencia radica en encontrar los dispositivos de control que ejercen los patrones sobre este sector de la población ya que no vislumbran la posibilidad de exigir condiciones dignas de trabajo siguiendo la Ley Federal del Trabajador. En ese marco, es importante identificar cuál es la relación que existe entre instituciones gubernamentales y jóvenes en condición de precariedad, esto con la intención de comprobar el interés del gobierno municipal para erradicar este tipo de problema a nivel local.La metodología de trabajo será de tipo mixto, en especial cualitativo pues encontrar los motivos que mantienen a la juventud en trabajos mal pagados es el principal propósito, ya que ellos mismos expresan su inconformidad con sus sitios de trabajo, pero no reconocen la posibilidad de romper la relación empleado-patrón y de esta forma reclamar sus derechos laborales, por lo tanto, es una cuestión ideológica/cultural la que se quiere hallar.Algunas de las bases teóricas serán situadas en conceptos marxistas para comprender ciertas narrativas del trabajador, así como “La construcción social de la realidad” de Peter Berger y Thomas Luckman, quienes desmenuzan la forma en que se construyen las relaciones sociales en la cotidianidad, “Gramsci y el Bloque Histórico”, de Hugues Portelli, donde podemos encontrar información sobre la Hegemonía y las clases, y también se recurrirá a Foucault para explicar conceptos como la disciplina.Resumen de la Ponencia:
La República Dominicana ha estado sometida a considerables cambios sociales durante los primeros 20 años del siglo XXI. La juventud es una población que ha sido especialmente impactada por estos cambios en las relaciones sociales, la tecnología y la sociedad en general. En este marco nuestra investigación busca documentar estas transformaciones en diversas dimensiones referentes a su desarrollo e incorporación a la sociedad como entes productivos.La investigación ha sido desarrollada en el marco del desarrollo de políticas públicas dirgidas a la juventud por el Ministerio de la Juventud de la República Dominicana. En términos metodológicos la investigación es de tipo mixta, valiéndose para su parte cuantitativa de diversos estudios nacionales y registros administrativos, mientras el componente cualitativo incluye la aplicación de entrevistas y grupos focales. La presente ponencia se concentra en la evidencia cuantitativa.De manera particular se analizarán las tendencias seguidas en materia educativa, de conformación de nuevos hogares y parejas y de incorporación al mercado laboral durante el período de estudio. Los resultados evidencian un incremento de los niveles educativos durante el período, pero una creciente desigualdad en función de las condiciones de vida. Asimismo, se observan transformaciones en las estructuras de los hogares, tanto en número como en composición. En cuanto al mercado laboral, el crecimiento de la economía dominicana durante el período de estudio no siempre se ha traducido en un incremento del empleo formal para las y los jóvenes, quienes siguen mostrando una tendencia a incrementar su presencia en el empleo informal.Resumen de la Ponencia:
A proposta é discutir, através de distintas trajetórias juvenis, como os jovens percebem sua inserção e seus trânsitos no mundo do trabalho e quais suas perspectivas em relação ao futuro no trabalho. Nossos esforços de pesquisa têm buscado apreender o papel que o trabalho assume em suas vidas e quais valores norteiam as escolhas e caminhos percorridos nessas trajetórias, entendendo trabalho e vida de modo indissociável. Nosso foco tem sido os jovens que se encontram em momento de inserção e afirmação no mundo do trabalho, procurando entender como o discurso do empreendedorismo, bem como os valores a ele associados – o individualismo, a meritocracia e a autonomia – permeiam suas experiências e perspectivas e, ao mesmo tempo, são reconstruídos/desconstruídos, reforçados/questionados por eles. Partimos de situações e realidades muito diferentes, buscando avaliar se há referenciais e valores comuns que atravessam experiências diversas.Partimos da perspectiva de que uma série de transformações no mundo do trabalho nas últimas décadas, caracterizadas pela desconstrução da sociedade salarial, neoliberalismo, desregulamentação do mercado de trabalho, crescimento do desemprego e da informalidade e, como consequência, flexibilização e precarização do trabalho, têm levado à configuração de um novo perfil de trabalhador. O “tipo ideal” de trabalhador flexível é aquele que valoriza a mudança e o risco, que se mostra sempre disposto a atuar em atividades variadas, em diferentes espaços e horários e internalizar as formas de controle. Deve ainda ser inovador e criativo, saber comunicar-se bem, ser autônomo e responsável por sua própria empregabilidade, o que reforça, sobretudo, valores relacionados à autorresponsabilização e ao empreendedorismo. Nesse cenário, o jovem passa a representar o modelo ideal de trabalhador, na medida em que, de acordo com certa representação social (hegemônica) da juventude, ele seria, necessariamente, mais flexível, móvel, informal, aberto às constantes mudanças e às inovações tecnológicas. É preciso considerar, no entanto, que a noção de juventude é construída social e historicamente, e aqueles que são identificados, por sua faixa etária, como jovens vivenciam a inserção profissional de maneiras muito distintas. Assim, buscaremos discutir como jovens em diferentes inserções/condições laborais dão sentido ao trabalho e elaboram perspectivas de futuro no trabalho. Nossa comunicação se debruçará sobre três grupos distintos a partir de pesquisas realizadas na cidade de São Carlos, no estado de São Paulo. O primeiro deles é formado por jovens profissionais de Tecnologia da Informação (TI) em um ecossistema de empreendedorismo tecnológico apelidado de SancaHub. Discutiremos também as experiências de jovens desempregados/à procura de emprego que buscam serviços públicos de intermediação de mão de obra. Nosso terceiro grupo é formado por jovens motoboys que realizam serviços de entrega de refeições através de plataformas.Resumen de la Ponencia:
El acceso a medios para emprender en negocios o escalar a puestos estratégicos para la toma de decisiones en las empresas es un fenómeno estudiado en la literatura internacional, sin excepción en América Latina y El Caribe. Sin embargo, estudios de esta índole desde un enfoque de las juventudes abundan muy poco en la literatura. El caso de República Dominicana no es la excepción, en donde la literatura científica y académica con enfoque de juventudes es mucho menos abundante que aquella que analiza el tema en cuestión desde el enfoque de género, a pesar de ser enfoques complementarios para comprender la realidad socio-económica para llevar políticas públicas que generen impactos diferenciados en grupos específicos.Mediante el uso de microdatos de la Encuesta Nacional Continua de Fuerza de Trabajo en el año 2020 se emplearon técnicas de regresión logística binaria para estimar la probabilidad de que los jóvenes sean patronos o socios de empresa ajustando por variables relacionadas a la condición del empleo y del mercado laboral como la informalidad, la jornada, el tamaño de la empresa y elementos sociodemográficos , que van desde la el sexo, educación, experiencia, Estado civil, incluyendo el aspectos geográficos para capturar el efecto que el grado de disparidades territoriales tienen en la probabilidad de los jóvenes de ser patrón o socio activo de empresa. Los resultados ilustran que aún ajustando por esas variables los jóvenes poseen una menor probabilidad de ser patrono o socio de empresa. Estar casado, ser jefe del hogar, que la unidad de negocios sea pequeña (1 a 10 trabajadores), asistir a una jornada completa, poseer estudios universitarios son elementos se asocian a una mayor probabilidad de ser patrono o socio de empresa mientras que ser mujer, operar dentro del sector informal, así como si los individuos pertenecen a zonas rurales y viven en las zonas Este y Sur del país se asocia a una menor probabilidad de ser patrono o socio activo de empresa. Esto posee implicaciones de políticas públicas que consideren aspectos como las disparidades territoriales con enfoque de género, y que mitiguen la informalidad sin dejar de lado un enfoque orientado hacia las juventudes.Resumen de la Ponencia:
Trabajar con juventudes implica retomar la categoría joven, no solamente a partir de escalas de edad, sino en la relación que este atributo guarda con sus condiciones sociales, la clase social, el género, la región, su momento histórico y su transición de inserción a la sociedad, mediante la salida del seno familiar y/o escolar al campo de trabajo. Es justamente este periodo transitorio de la escuela al trabajo el que interesa en la presente investigación. Para ello, se retoma la construcción social de la ocupación, entendida como la representación de diversos significados surgidos mediante la interacción de los actores, situados en estructuras que pueden condicionarlos pero que no necesariamente los determinan. Por tal motivo, las ocupaciones son entendidas por las relaciones entre la estructura, la subjetividad y la interacción social (De la Garza, 2020). Se caracteriza por la construcción de sentidos del trabajo, del trabajador y del futuro; alimentado por valores, creencias cognitivas, emociones, formas de razonamiento cotidiano y científico, entre otras (Feregrino, 2018).Con base en lo anterior, se trabajó con jóvenes estudiantes del Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (CONALEP en adelante), plantel “Roberto Ruíz Obregón” del municipio de Querétaro, en Querétaro, México. Dentro de la investigación participaron estudiantes de sexto semestre de las áreas de: Informática, Alimentos y Bebidas, Electromecánica Industrial y Máquinas y Herramientas que tuvieran planeado ingresar a trabajar una vez finalizados sus estudios de nivel preparatoria o que bien no estuvieran seguros de continuar estudiando; con el objetivo de comprender la relación de los elementos estructurales, sociodemográficos y subjetivos que están presentes en la construcción social de la ocupación de las y los jóvenes participantes.La metodología utilizada fue de carácter configuracionista, la cual da cuenta de los aspectos relacionados a las estructuras funcionalistas, dígase las instituciones educativas y centros de prácticas profesionales, por un lado y, por otro, de los factores subjetivos de los actores, que pueden estar relacionados a experiencias a lo largo de la vida, la familia, la escuela, compañeros de trabajo, entre otros. En este sentido, es una guía ontológica de la construcción del conocimiento de la realidad, relacionada al carácter de las relaciones entre estructura, subjetividad y acción, es decir, en la relación sujeto y objeto.Dentro de los hallazgos se encontró que las y los jóvenes de comunidades lejanas al plantel llevan a cabo acciones que les permiten trasladarse de sus localidades al centro educativo, así mismo la familia y la propia formación académica juegan un papel importante la construcción de sentidos hacía el trabajo y sus aspiraciones ocupacionales.
Introducción:
Con frecuencia, la población joven es vista como aquella que pareciera no tener un rumbo fijo sobre lo que quieren para sí, suelen ser un grupo vulnerable en cuanto a las oportunidades de acceso a la educación y al trabajo; ya sea por su estrato social, sus posibilidades económicas, familiares u algunos otros elementos.
Por ejemplo, investigaciones como las realizadas por Cabrera y Escobedo (2016) y Torres (2017) problematizan algunas de las problemáticas que enfrentan las juventudes en sus distintos contextos, dentro de su transición hacía la adultez. Los primeros exponen la privación de espacios educativos, culturales, religiosos y políticos que imposibilitan o dificultan el ejercicio de su derecho social y político. Si bien hay acciones positivas, como políticas públicas encaminadas a la disminución de las carencias sociales, éstas se ven dificultadas ante las condiciones de los mercados de trabajo y la precariedad de la seguridad social de las zonas rurales, las cuales están más desfavorecidas en comparación con las urbanas.
Torres (2017) enfatiza las desigualdades del origen social de las juventudes en su transición hacía la inserción en los mercados de trabajo y su independencia familiar. Menciona que las trayectorias educativas no corresponden a la relación educación-ingresos, destacando las desigualdades salariales de acuerdo al sexo, así como un desempeño académico más pobre por parte de estudiantes de estratos sociales precarios en comparación con aquellos de condiciones más altas. Por último, localiza una idea colectiva de que aquellos jóvenes que pertenecen a grupos sociales vulnerables y criminalizados, generalmente plasmados bajo estereotipos de delincuentes, flojos, desobedientes, adictos, entre otros; lo que origina la idea de que la escuela y los maestros tengan el papel de disciplinarlos.
Bajo este panorama, la presente investigación parte del supuesto de que existe una capacidad de acción por parte de las juventudes, en relación con los capitales (familiares, económicos, educativos, entre otros) con los que cuenten, sus experiencias biográficas, sus significaciones objetivas y subjetivas (entre otras), que están presentes en su vida cotidiana y en su proceso de inserción al trabajo. Con base en lo anterior. El objetivo es comprender la relación de los elementos estructurales, sociodemográficos y subjetivos que están presentes en la construcción social de la ocupación de las y los jóvenes que estudian su último semestre de formación técnica, de un CONALEP ubicado en el municipio de Querétaro.
Para ello, se propone revisar de manera general las consideraciones que se toman en cuenta para entender el concepto de juventud y, posteriormente, exponer las características de la construcción social de la ocupación con la finalidad de establecer un dialogo que permita ligar ambas categorías. Por último, es importante destacar que este trabajo se desprende de la tesis para la obtención de grado de Maestro, por lo que se presentan de manera general los resultados y las conclusiones de la investigación.
Desarrollo:
DIMENSIONES PARA UN ANÁLISIS DE LAS JUVENTUDES
Al estudiar las juventudes, es común encontrarse con definiciones basadas en rangos de edad, por ejemplo, de acuerdo con Castañeda (2014) la organización de las Naciones Unidas define la juventud en las personas que tienen entre 15 y 24 años; la Unión Europea en aquellos que se encuentran entre los 15 y 29, por último, en México, la Ley del Instituto Mexicano de la Juventud, en su artículo 2do, lo delimita a las edades entre 12 y 29 años; contemplando las siguientes categorías: adolescentes (entre 12 y 14 años), jóvenes (16 a 24) y adultos jóvenes (de 25 a 34).
Sin embargo, exponer una definición de juventud conlleva una problemática aún mayor. Su significado deberá plantear un marco conceptual que permita acercarse a las realidades juveniles y poder integrar un análisis para su comprensión. En este sentido, Brito (1998) propone un análisis transversal en el que las jerarquías de edad sean entendidas como escalas demográficas para poder observar las peculiaridades de las mismas y abordar el concepto central como una condición social, de cualidades específicas que se manifiestan a través de las características poblacionales y territoriales de cada individuo; considerando aspectos como la clase social, el género, la región, su momento histórico y su carácter transitorio dentro del proceso de inserción a la sociedad denominada adulta, lo que a su vez está relacionado con los procesos de reproducción de la sociedad.
Por otro lado, Tancara (2012) agrega que en esta característica transitoria hacía la adultez se encuentra inmersa la cotidianidad, un aquí y ahora, donde la juventud cruza una serie de procesos para volverse un agente social competente mediante la adquisición de habilidades para incorporarse a diversos sectores productivos de la sociedad. Por lo que no puede perderse de vista el aspecto cotidiano de los procesos de socialización juveniles.
Con base en lo anterior, la investigación no se basa en el concepto de juventud propiamente dicho, sino que apela a hablar de juventudes, entendidas como un periodo histórico y transitorio en la vida de las y los actores, el cual se caracteriza, entre otras cosas, por el paso de la esfera doméstica y/o educativa hacía las responsabilidades del mercado de trabajo y a aquellas relacionadas con la vida adulta; considerando que no es homogénea sino transversal, que está rodeada de diferentes dimensiones, tales como la edad, el género, la educación, el nivel socioeconómico, la cultura, la región, normas y valores, entre otras y que es distinta de acuerdo a cada tipo de sociedad.
DEFINICIÓN DE CONSTRUCCIÓN SOCIAL DE LA OCUPACIÓN
La construcción social de la ocupación es entendida como la representación de diversos significados surgidos mediante la interacción de los actores, situados en estructuras que pueden condicionarlos pero que no necesariamente los determinan (De la Garza, 2020). Por tal motivo, las ocupaciones no están sujetas, ni entendidas, en contratos formales de trabajo, sino por las relaciones entre la estructura, la subjetividad y la interacción social. Así, considerar las instituciones, redes sociales, organizaciones y subjetividades contribuye a la ampliación del enfoque de mercado de trabajo para llevarlo al concepto de construcción social de la ocupación; caracterizado por la construcción de sentidos del trabajo, del trabajador y del futuro; alimentado por valores, creencias cognitivas, emociones, formas de razonamiento cotidiano y científico, entre otras (Feregrino, 2018).
Bajo esta línea se vuelve necesario estudiar cómo se generan estos significados involucrados en la dinámica de interacción, en el transcurso de las trayectorias laborales, de sus actividades y cómo éstas influyen en la construcción de la ocupación. En cuanto al mercado de trabajo, éste es entendido como una construcción social que es medida bajo el carácter cultural y político de las interacciones de los actores que se encuentran operando bajo una serie de estructuras, ya sean académicas, familiares, sociales, laborales, económicas, entre otras.
En cuanto a la subjetividad, De la Garza (2000) la define como el proceso de dar sentido, el cual se da mediante las interacciones sociales, la cultura, los simbolismos sociales, las formas de razonamiento o la creación de configuraciones subjetivas para cada situación concreta, por ejemplo: las normas, valores, el sentido estético o el sentimiento como fenómeno social, entre otros elementos. Este proceso de dar sentido no es por identificación con códigos, sino que los moviliza en un proceso que va de lo análogo a la inferencial, es decir, a la argumentación. Es un proceso de autojustificación y/o autoexplicación del por qué, del cómo, cuándo y de quién. Por último, en cuanto a las estructuras, De la Garza (2006) menciona que éstas acondicionan, presionan o limitan, pero no determinan, por lo que el sujeto tiene un cierto margen de libertad en cuanto a las posibilidades de acción o creación de significaciones; las cuales pueden ser simbólicas o materiales. Estas estructuras pueden ser, la condición social, la institución educativa, la familia, la economía, entre otras.
Con base estas dos posturas, la presente investigación entiende la construcción social de la ocupación juvenil partiendo de la noción de juventud como un periodo histórico y transitorio en la vida de los actores, caracterizado por el paso de la esfera doméstica y/o educativa hacía las responsabilidades del mercado de trabajo y aquellas relacionadas a la vida adulta; considerando que esta dinámica no es homogénea sino transversal y que está rodeada de diferentes dimensiones, tales como la edad, el género, la educación, el nivel socioeconómico, la cultura, la región, normas y valores, entre otras.
Este sentido, es importante no perder de vista que dentro de las interacciones que las juventudes experimentan, dentro de las estructuras que les rodean, existe una característica transitoria y transversal al mismo tiempo que se generan una serie de significados, relaciones con las estructuras, subjetividades e interacciones sociales, que dotan de sentido al trabajo, a la juventud misma y al futuro, mediante razonamientos cotidianos, científicos o de cualquier otra índole.
Así mismo, la presente investigación comenzó su desarrollo, en un periodo de contingencia sanitaria durante la Pandemia por COVID-19, donde las condiciones sanitarias exigían, institucionalmente, las clases virtuales en un marco social caracterizado por la incertidumbre hacía el futuro. Lo anterior implicó tomar una postura metodológica que permitiera el análisis de un fenómeno en marcha, de lo dado-dándose, de una realidad en constante cambio; razón por la cual se optó por el enfoque propuesto anteriormente.
BREVE ACERCAMIENTO AL ESCENARIO BAJO LA PANDEMIA POR COVID-19
Bajo esta línea, en el contexto de las condiciones laborales para las juventudes en México, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (2021), destaca que la crisis sanitaria por la COVID-19, ha impactado en mayor medida a la población de entre 15 y 29 años en materia de educación, oportunidades laborales y sociales en su etapa transitoria hacía la vida adulta. Así mismo, prevé que la pandemia tenga impactos significativos en los niveles de educación de la población joven debido a la interrupción o disminución de aprendizaje, lo que podría tener como consecuencia una transición más larga y difícil hacía el empleo y trabajo decente.
Por otro lado, a las problemáticas traídas por la pandemia se agregan las dificultades para seguir estudiando y prepararse para conseguir un trabajo digno, ya sea por el género, condiciones migratorias y socioeconómicas, etnia y si las y los jóvenes no estudiaban ni trabajaban antes de la contingencia. Aunado a esto, se ha visto un creciente abandono escolar, que a largo plazo podría reflejarse en la limitación de acceso a trabajos o acceso a aquellos con salarios insuficientes (Juárez, 2021).
De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (2020), otras de las repercusiones observadas ha sido la interrupción de sus programas educativos, pérdida de emprendimientos, caída de sus ingresos y la perspectiva de tener mayores dificultades en el futuro para encontrar una ocupación. Siendo la transición de la escuela (o la familia) al trabajo una de las etapas más importantes en el desarrollo juvenil, se ha vuelto indispensable el apoyo a los sectores jóvenes, ya sea en la creación de nuevas oportunidades de empleabilidad laboral, de emprendimiento y, sobre todo, de mayor acceso a las nuevas tecnologías de la información.
METODOLOGÍA
El desafío planteado en el objetivo de comprender la relación de los elementos estructurales, sociodemográficos e intersubjetivos que están presentes en la construcción social de la ocupación de los jóvenes que estudian sus últimos semestres de preparación técnica a nivel medio superior en el Municipio de Querétaro; no busca realizar una descripción de cómo las estructuras (educativas, laborales y familiares) están inmersas en este proceso, sino de dialogar y analizar cómo se entretejen éstas con otras variables, como las relacionadas a la parte demográfica (cercanía y/o lejanía de las instituciones educativas y laborales de los lugares de residencia, las características sociodemográficas de las colonias y/o comunidades, entre otras) y las subjetividades de los actores.
Para esto, la estrategia metodológica se basa en el configuracionismo, el cual da cuenta de los aspectos relacionados a las estructuras funcionalistas, dígase las instituciones educativas y centros de prácticas profesionales por un lado y, por otro, de los factores subjetivos de las y los actores. Es decir, busca dar cuenta de la interacción entre éstos, de lo dado-dándose. De acuerdo con Ortiz (2013; retomado por Luna, 2021, P. 131) “el configuracionismo es un modelo holístico, sistémico, dialéctico y complejo, por cuanto las ideas, teorías y conocimientos científicos obtenidos, se interconectan lógicamente entre sí, para formar una totalidad configurada de manera armónica y coherente”.
En cuanto al diseño de la investigación, el universo de trabajo constó de estudiantes de sexto semestre de uno de los planteles del Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (CONALEP) del municipio de Querétaro, Qro. El CONALEP es una institución mexicana de educación Media Superior que se apoya en el Modelo Mexicano de Formación Dual como una variable institucional que busca apoyar la inserción laboral de los jóvenes el cual “es una iniciativa que integra la teoría y la práctica, en la que se incorpora al estudiante en actividades laborales que corresponden con su carrera profesional, combinadas con la preparación en la escuela para lograr el perfil de egreso” (Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica, 2018).
El motivo de la elección para realizar la investigación con jóvenes de una escuela técnica se basó en el perfil de egreso y la preparación para el trabajo que reciben durante su formación académica, teorizando la posibilidad de que las y los jóvenes prefieran ingresar a los mercados de trabajo una vez finalizada su formación, en vez de ingresar a la universidad. En total se realizaron once entrevistas realizadas a diez estudiantes del turno matutino y a una estudiante del turno vespertino, con edades de entre 17 y 21 años y siendo un total de diez mujeres y un varón.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Como parte de los componentes estructurales; elementos como las normatividades enfocadas en jóvenes, dentro del Estado de Querétaro, los derechos fundamentales de la juventud queretana, los factores transversales del desarrollo integral juvenil, el contexto político y social durante la pandemia por COVID-19, los convenios industriales de la institución educativa con el mercado de trabajo, la adquisición de competencias y conocimientos, el apoyo y/o soporte de la institución educativa, el acceso a becas internas y externas de la institución educativa y el acceso a prácticas profesionales; fueron los principales hallazgos en los principales factores involucrados dentro de la construcción social de la ocupación juvenil.
Por ejemplo, el Estado de Querétaro cuenta con la Ley para el Desarrollo de Los Jóvenes en el Estado de Querétaro¸ la cual es de orden público, interés social y observancia general en la entidad. Dicha Ley, define a las autoridades en materia de juventud, las cuales son: el Gobernador del Estado, la Secretaría de la Juventud y los Municipios; detallando las responsabilidades de cada uno; los derechos y obligaciones de las y los jóvenes, los deberes y obligaciones de las y los jóvenes, los lineamientos del Programa Estatal para el Desarrollo Integral de la Juventud Queretana, lineamientos del Fondo Estatal de Atención a la Juventud, lineamientos del Parlamento de la Juventud Queretana, lineamientos del Concurso Estatal de Oratoria y Debate Político “Hugo Gutiérrez Vega”, y sobre las responsabilidades y sanciones.
Por otro lado, la SEJUVE (2020) realizó un diagnóstico en distintas áreas transversales que impactan a las juventudes queretanas, entre los cuales destacan: pobreza y desigualdad social, acceso a la seguridad social, reinserción social, acceso a la salud, salud mental, contexto económico, educación, ocupación y empleo, y acceso a redes informáticas. En este sentido, detectó una problemática donde las normatividades y las instituciones educativas implementan estrategias que generen una mayor motivación en las juventudes para continuar con sus estudios universitarios; se les brindan constantes capacitaciones y hay diferentes programas gubernamentales enfocados en becas para su apoyo económico, ferias de trabajo y bolsas de trabajo. Sin embargo, no hay condiciones suficientes en cuanto al acceso a la seguridad social, salarios, prestaciones y contrataciones en el mercado de trabajo que les permitan acceder a trabajos que les brinden mayor estabilidad y seguridad laboral. Por el contrario, en su mayoría son trabajos de baja calificación técnica y bajos salarios, lo que genera una sobre calificación para el trabajo. Aspecto que se agravo con la pandemia por COVID-19.
Respecto de los elementos relacionados con la institución educativa, ésta tiene convenios con sectores administrativos, industriales, instituciones educativas, aeroespaciales y gastronómicos; los cuales ofrecen oportunidades de becas, prácticas profesionales y estancias técnicas, entre otros. Sin embargo, como consecuencia del aislamiento social derivado de la pandemia por COVID-19 y el cambio de clases presenciales a clases virtuales, las y los jóvenes mencionan no haber tenido oportunidad de realizar prácticas profesionales; tomando cursos de capacitación en línea en su lugar. Por ejemplo:
-Informante estudiantil A del grupo C: En línea, teníamos que tomar cursos y aprobarlos. Creo que hicieron lo mismo con todos los sextos. Para que pudieran librar las prácticas, por lo mismo de la pandemia, que no podíamos ir a un lugar presencial.
Dentro de los componentes sociodemográficos; los planes de vida y carrera, las oportunidades de inserción laboral, el apoyo y/o soporte institucional, la afinidad de las y los jóvenes con la ocupación a la que aspiran, la adquisición de conocimientos y competencias, el acceso a prácticas profesionales, sus motivaciones ocupacionales, la tendencia familiar ocupacional y el contexto político, económico, social, institucional, familiar y personal durante la pandemia por COVID-19; son los principales factores involucrados dentro de la construcción social de la ocupación juvenil.
Por ejemplo, se encontró que consideran que la oferta educativa está encaminada a sus planes a futuro, es decir, a sus planes de vida y carrera. En cuanto a los motivos por los que eligieron sus respectivas especialidades el 50% de las y los participantes destacó que en su área de elección hay mayores oportunidades laborales. A continuación, se presenta un testimonio:
-Informante estudiantil E del grupo A: Desde muy pequeña, mi mamá siempre me preguntó ¿qué vas a hacer con tu vida? Y desde un principio siempre dije que quería esta carrera. Me gusta el hecho de cocinar.
Así mismo, hay quienes conocieron la carrera gracias a que sus hermanos y/o hermanas la estudiaron, o bien, se formaron en el mismo plantel:
-Informante estudiantil A del grupo B: Aquí estudiaba mi hermano y un día vine a ver el plantel y me gustó.
-Informante estudiantil B del grupo B: Por el grado de preparación. Salimos con cédula profesional, además de que mi hermano también estudió aquí.
Por último, dentro de las significaciones subjetivas que encontró que, la tendencia familiar ocupacional, el contexto político, social, institucional, familiar y personal durante la pandemia por COVID-19, los recursos económicos, las motivaciones ocupacionales, la afinidad con la ocupación a la que se aspira, los planes de vida y carrera, las oportunidades de inserción laboral, el apoyo y/o soporte familiar y el apoyo y/o soporte institucional; fueron los principales elementos involucrados dentro de la construcción social de la ocupación juvenil.
Por ejemplo, para esta investigación, la familia se constituye como la principal estructura por la cual, las y los jóvenes, construyen una serie de significados, valores y/o creencias hacía el trabajo. Los testimonios recabados destacan que el núcleo familiar (conformado por padre, madre y hermanos/as) es la principal fuente ocupacional. Es decir, a través de la familia es como las juventudes tienen sus primeros acercamientos hacía diversas ocupaciones; generalmente aquellas en donde se desempeñan los padres o hermanos/as mayores.
Otro factor a considerar es que las juventudes también ven en las ocupaciones de otros familiares una vía para sus trabajos futuros, generan una afinidad y construyen una serie de aspiraciones relacionadas al trabajo, principalmente al trabajo por cuenta propia. Por ejemplo:
-Informante estudiantil D del grupo A: Yo adquirí el gusto desde los 8 años, mi abuelita tiene un negocio propio de comida. Yo aprendí desde los 6 o 7 años y “por cuestiones familiares”[1] tuve que aprender.
Existe una internalización de valores, creencias y significaciones, desde la familia, que las juventudes configuran y reconfiguran con su paso institucional, dentro del proceso de incorporación al mercado de trabajo. Algunos ejemplos se encuentran cuando mencionan que sus padres les han inculcado tener un trabajo donde exista respeto entre sus compañeros, que se valoren sus actividades y competencias, que les guste lo que hagan, entre otros valores.
Dentro de sus trayectorias, hubo quienes mencionaron que no continuarían estudiando un grado profesional, principalmente porque no cuentan con los recursos económicos suficientes, quieren ingresar a trabajar en el negocio familiar, quieren tener un negocio propio y porque las universidades están lejos de sus lugares de residencia. Por ejemplo:
-Informante estudiantil A del grupo D: Quiero entrar a trabajar… lo que más me motiva es de que, obviamente voy a estar generando dinero, espero ahorrar dinero y empezar a comprar obviamente la materia prima para poner en unos años mi negocio. Eso es lo que me motiva, porque es, por así decirle, mi sueño. Pero, por otro lado, pues obviamente quisiera hacer una pedagogía para tener una maestría o algo así.
Con base en lo anterior, estas articulaciones permitieron identificar una configuración subjetiva. Tal como lo menciona De la Garza (2000), una formación específica de conglomerados de códigos que provienen de diferentes espacios subjetivos que les permiten a las y los jóvenes, dar sentido a una situación concreta, para este caso, el paso al trabajo. Esta configuración se compone por una serie de códigos cognitivos que son valorativos, sentimentales, que pueden ser expresados discursivamente o no ser expresados discursivamente, los cuales se forman a través de sus razonamientos cotidianos y a través del tiempo.
En este sentido, esta configuración da muestra de algunos elementos claro-oscuros, ambiguos e inciertos de la realidad, de lo dado-dándose, dentro de la transición de las y los jóvenes del periodo estudiantil de bachillerato técnico hacía la universidad o hacía el desempeño de una ocupación.
[1] Comillas propias
Conclusiones:
Para esta investigación, la familia es la estructura principal por la cual construyen una serie de significados, valores y creencias hacía el trabajo. Las ocupaciones de familiares representativos, son los primeros acercamientos hacía una ocupación, lo que les permite a las juventudes formar una afinidad y/o expectativa ocupacional a futuro. A lo anterior se suma la institución educativa, la cual juega un papel fundamentan en el proceso de consolidación o reconfiguración de las configuraciones formadas a partir de la familia.
Las juventudes enfrentan una escasez de condiciones favorables en cuanto al acceso a seguridad social, salarios dignos, prestaciones y contrataciones laborales, entre otras. Problemáticas que se agravaron con la Pandemia por COVID-19.
Hay una tendencia institucional en los objetivos de formación; el paso de la capacitación para el trabajo, hacía la continuación de estudios superiores. Es decir, institucionalmente se busca que las y los jóvenes continúen estudiando, a pesar de contar con una carrera técnica. Lo anterior, para esta investigación, cuenta con diversas problemáticas:
1-Adquisición de competencias laborales2-Énfasis en los cursos de capacitación y el acompañamiento docente3-La infraestructura institucional de las preparatorias y universidades4-Énfasis de las políticas públicas en el ingreso juvenil a estudios superiores y el descuido de otras áreas transversales dentro de su desarrollo integralLas experiencias vividas durante la Pandemia significaron una serie de cambios en áreas institucionales, familiares y personales, repercutiendo en las configuraciones y reconfiguraciones del aprendizaje, la salud mental, la estabilidad económica, estabilidad familiar y otros, que se relacionan directa o indirectamente con la construcción social de la ocupación.
Por último, el proceso de la construcción social de la ocupación no es estático, es dinámico dentro de un entramado de relaciones en constante cambio. Existe una coyuntura donde las juventudes construyen una serie de expectativas y aspiraciones ocupacionales en función de su entorno y reforzado a partir de las interacciones sociales e institucionales. Estos pequeños márgenes de acción permiten la construcción de valores y significaciones hacía el trabajo. Estos procesos no son lineales, así como tampoco lo es el ingreso al mercado de trabajo.
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Palabras clave:
Construcción social de la ocupación, Jóvenes, COVID-19.
Resumen de la Ponencia:
El trabajo propone caracterizar el lugar dado a las juventudes en la política de empleo implementada en espacios socio laborales privados y estatales, enfocado en derechos, deberes y garantías laborales, en contraste con significados subjetivos que los y las jóvenes atribuyen a su inserción en esos espacios, para reflexionar sobre algunos retos que ello plantea a la sociedad cubana, con especial atención a la profundización de brechas de desigualdad preexistentes o la aparición de otras nuevas.Se trabajó con información secundaria para caracterizar la política pública implementada (se privilegió el análisis en el período comprendido entre 2011 y 2021), a partir de informes oficiales, resultados de investigaciones, documentos normativos, resoluciones, fuentes estadísticas, etc. Esa información se relacionó con otras de carácter primario, recopiladas mediante entrevistas a expertos e informantes claves, cuestionarios a jóvenes, etc. El análisis de los documentos normativos evidencia que el trabajo ocupa un lugar primordial en el diseño de la sociedad a la que se aspira, fuente de prosperidad y de bienestar, tanto individual como colectivo. Los jóvenes, al igual que los demás trabajadores, gozan de un conjunto de derechos, deberes y garantías, que abarcan diferentes áreas de las relaciones laborales. La política de empleo mantiene sus principios fundamentales, en la cual las juventudes constituyen prioridad y cuentan con tratamiento diferenciado, que se materializa en un contexto que ha cambiado notablemente a partir de la diversificación de los actores económicos, la legalización y legitimación de la propiedad privada y las modificaciones en las formas de gestión de la propiedad, y son precisamente esos cambios contextuales uno de los factores que ponen en jaque la universalidad de la política. Si bien se mantiene el aseguramiento de empleo por parte del Estado a grupos en condiciones de vulnerabilidad o que son objeto de una atención diferenciada, la calidad de esos empleos, la falta de coincidencia entre intereses juveniles y los trabajos propuestos, así como el mayor interés por insertarse en el espacio privado, debilita estas vías de acceso al empleo como mecanismo efectivo de inclusión social y evidencia que está afectada la dimensión simbólica de lo que representa trabajar para el Estado.La política esté pensada más desde las lógicas funcionales del Estado como empleador casi absoluto, con regulaciones insuficientes para el espacio no estatal, unido a deficiencias en hacer cumplir aún aquellos derechos y garantías que están contemplados. La ausencia de mecanismos de control efectivos y de medidas afirmativas que promuevan estrategias de equidad, deja abierto el camino para la reproducción e incremento de viejas desigualdades por color de la piel, género, generacionales, inserción en redes sociales y por espacios económicos.Resumen de la Ponencia:
El objetivo de la presente ponencia es analizar la implementación del Modelo Municipal de Prevención del Trabajo Infantil en la provincia de Misiones, Argentina. Para comprender este marco institucional de reciente creación, partimos de una conceptualización del trabajo infantil como una problemática multidimensional, relacional y estructural, fuertemente condicionada por el habitus de sus agentes intervinientes (Gutiérrez, 2005; Bourdieu 2007). Si bien comprendemos que existen distintos agentes implicados en las intervenciones con las infancias, para la presente ponencia centramos nuestra atención en las representaciones y prácticas de las personas que conforman las distintas Comisiones Municipales y que intervienen a nivel local. Cabe señalar que los datos presentados en la ponencia forman parte de los avances de un proyecto de investigación en curso, financiado por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CONICET). Mediante un abordaje cualitativo, se analizaron 47 cuestionarios realizados a integrantes de distintas Comisiones municipales, en el marco de una actividad formativa. Cabe mencionar que las personas que integran estas comisiones son referentes locales de salud, personal administrativo, representantes de escuelas rurales, representantes de fuerzas de seguridad, entre otros. Para el desarrollo del trabajo, se consideraron los siguientes ejes de análisis: 1) Identificación local de situaciones de trabajo infantil, 2) Factores de riesgo observados, 3) Propuestas de actuación y 4) Agentes de intervención. Los principales datos muestran una delimitación del trabajo infantil como una problemática de zonas rurales de la provincia, relacionada con situaciones de desempleo, necesidades básicas insatisfechas. Las propuestas de actividades para los niños, niñas y adolescentes giraron en torno a la educación y la recreación lúdica, y como medida preventiva destacó el acercamiento a las familias, sin existir un consenso en relación a los agentes que deben intervenir. A modo de conclusión sugerimos que la ponencia muestra los desafíos en la articulación institucional como también la importancia de los estudios situados para una caracterización de los agentes implicados en nuestra problemática de estudio.
Introducción:
En la actualidad, existen en América del Sur distintas formas de explicar y comprender la problemática del trabajo infantil. Desde nuestra perspectiva de abordaje, esta situación se debe a dos cuestiones fundamentales: (1) las características y condicionamientos estructurales de la producción del conocimiento sobre infancias trabajadoras, (2) la configuración del espacio social de intervenciones y las luchas internas entre agentes sociales con intereses y responsabilidades políticas sobre el tema (Bourdieu, 2007; Wacquant, 2010).
En cuanto a las características de la producción del conocimiento, sugerimos que la misma, se enmarca en un campo específico de producción cultural, el cual concentra limitaciones estructurales e históricas en relación a la continuidad o cambio en los paradigmas y perspectivas más utilizados de estudio (Bourdieu, 1975; Sapiro, 2015). Cabe señalar, que el campo de la producción cultural no se reduce únicamente al ámbito académico, constituyéndose, además, por el ámbito del periodismo y el de las instituciones con fines sociales, las cuales sostienen una alta injerencia en la construcción y delimitación de problemas estatales de intervención (Wacquant, 2022).
Siguiendo este argumento, en Argentina se definen dos perspectivas sobre trabajo infantil de mayor anclaje y utilización tanto en la continuidad de la producción del conocimiento científico, como en la puesta en práctica de acciones preventivas (Miño y Gómez, 2022). Por un lado, referenciamos la perspectiva abolicionista, la cual incide en factores estructurales ligados a la precarización laboral y la desprotección infantil frente al Estado y, por el otro, una perspectiva más relativista, la cual hace hincapié en la importancia de considerar las situaciones concretas en las cuales se despliegan las prácticas de las infancias trabajadoras (Padawer, 2010; Noceti, 2011; Paz y Piselli, 2011; Miranda Juárez y Re, 2015; Aparicio y Crovetto, 2015; Frasco Zuker, 2016; García Mendivelso, 2016; Labrunée, Laguyás y Goñi, 2016; Jorge-Navarro y Sánchez, 2018; Crovetto et al., 2018; Zsögön, 2018; Silva, 2019; Remorini et al., 2019). Señalar que las discusiones actuales sobre las situaciones que deberían promover una intervención estatal respecto a las infancias trabajadoras en América del Sur, se enmarcan en estas las dos posturas diferenciadas, coincidiendo ambas en reivindicar la luchar contra las Peores Formas de Trabajo Infantil (OIT, 1999).
Sin embargo, consideramos que la postura normativa o abolicionista tiene mayor peso político y es actualmente utilizada como fundamento en las intervenciones estatales de prevención y erradicación del trabajo infantil en Argentina (Miño, Gómez y Jiménez García, 2022). Esta perspectiva de abordaje, cuyos principales referentes son organismos internacionales como la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Naciones Unidas (ONU) y las agencias estatales de protección infantil, delimitan la problemática como actividades dentro o fuera del hogar, con repercusiones negativas en el desarrollo y bienestar de la infancia. Cabe destacar, el Convenio nº 182 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT, 1999) en el que se establece una tipología de las actividades consideradas como Las Peores Formas de Trabajo Infantil, entre las cuales se mencionan: la mendicidad, la trata de personas, la condición de servidumbre, el trabajo forzoso u obligado, la inclusión de niños/niñas en conflictos armados o en actividades ilícitas y todo tipo de trabajos que, sin importar su naturaleza, signifiquen un daño a la salud, integridad y seguridad de los niños, niñas o adolescentes. Otra cuestión de interés para delimitar la caracterización normativa del trabajo infantil, es el artículo 148 bis del Código Penal Argentino (1984), el cual establece la pena de prisión de 1 a 4 años para aquellas personas mayores de edad que incluyan en trabajos forzosos a niños, niñas o adolescentes. En definitiva, la perspectiva abolicionista delimita al trabajo infantil como una categoría estatal de prohibición, en referencia a la utilización, por parte de una persona adulta (mayor de 18 años), de personas menores de 16 años, en actividades dentro o fuera del hogar, que impliquen una situación perjudicial para la salud e integridad de niños, niñas o adolescentes (Miño, 2023).
Cabe señalar, que la utilización mayoritaria de la perspectiva abolicionista frente a otras posturas sobre el tema, guarda relación con la configuración del espacio social de intervenciones y las luchas entre agentes sociales con injerencia sobre el tema. En este sentido, sugerimos que es imprescindible lograr una caracterización del trabajo infantil desde una perspectiva estructural constructivista (Bourdieu, 1999, 2007). Así, señalamos que las prácticas de prohibición ligadas a las situaciones del trabajo infantil por parte de agentes estatales, con responsabilidades políticas sobre el tema, no pueden ser comprendidas únicamente como la reproducción de un discurso o la aceptación de posiciones dominantes provenientes de agencias internacionales con un peso político o económico relativo mayor. Las perspectivas dominantes sobre el tema son el resultado de luchas históricas pertenecientes a un contexto social, político, económico y cultural situado al cual denominamos en nuestra investigación El espacio social de las intervenciones con las infancias trabajadoras. Es por ello que la configuración actual de la protección a las infancias frente al trabajo muestra la coexistencia y la conformación de distintas apuestas sociales, económicas, culturales y simbólicas para el uso del tiempo en la infancia (Bourdieu, 1988, 1999; Gutiérrez, 2005). De esta manera, comprendemos que cada uno de los agentes implicados en el espacio social de intervenciones - ya sean los hogares, las distintas agencias estatales, los organismos internacionales y las entidades como ONGS- tendrán su propia forma de comprender y explicar la problemática y, en consecuencia, una manera diferente de posicionarse y de construir estrategias frente al tema. Es en esas luchas internas, donde se delimita y establece el rumbo de las políticas públicas y las perspectivas de abordaje que tendrán una mayor aceptación y utilización por parte de los agentes implicados.
En concordancia con este argumento, en la presente ponencia se retoma la importancia de considerar, en los estudios actuales sobre trabajo infantil, la propia perspectiva de abordaje utilizada y sus posibles repercusiones. Mediante una caracterización de las perspectivas de los agentes que intervienen en el Modelo Municipal de Prevención del Trabajo Infantil, logramos establecer una discusión sobre la delimitación del problema en relación a las estrategias desarrolladas por las agencias estatales. En este sentido, consideramos que la delimitación del problema establece una forma de concebir al trabajo infantil que trae aparejado una serie de medidas bajo la selección y consideración de unos factores sobre otros. Es por ello que repensar los posicionamientos sugiere analizar cuáles son aquellas situaciones que podrían quedar fuera del abordaje institucional del problema y cuáles serían sus posibles repercusiones, generando aportes para la consolidación local del sistema de protección infantil en la provincia de Misiones.
Desarrollo:
El Modelo Municipal de Prevención y la delimitación del trabajo infantil como problema de intervención.
El Modelo Municipal de Prevención del Trabajo Infantil es una iniciativa coordinada por la Comisión Provincial para la Erradicación del Trabajo Infantil (COPRETI), como parte de las estrategias del Ministerio de Trabajo y Empleo de la provincia de Misiones (MTyE) para la descentralización de actuaciones en un mayor alcance territorial.
El Modelo Municipal comienza su implementación en el año 2020 y tiene como principal antecedente el cambio normativo de la Ley XV- Nº 5 de Municipalidades del año 2019, el cual promovió la creación de Direcciones de Infancia y Comisiones de Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil en distintos municipios de la provincia. Según datos de una entrevista realizada en el año 2022, de los 78 municipios provinciales, se constituyeron 33 Comisiones Municipales de Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil. Estas Comisiones tienen protagonismo en el nuevo Modelo Municipal cuya implementación comenzó a gestarse a través del Plan Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil que lleva adelante el Ministerio de Trabajo y Empleo (MTyE, 2020).
La primera experiencia del Modelo se desarrolló en el municipio de Jardín América, contando con la asistencia técnica de la ONG Desarrollo y Autogestión, la cual articuló su actividad junto a cooperativas locales, personal de entidades jurídicas, personal de salud, policías, escuelas y organizaciones civiles de la localidad (DYA, 2022). Durante los años 2020-2022, la iniciativa incluyó distintas actividades de tipo educativas y recreativas para niños, niñas, adolescentes y sus familias, como colonia de vacaciones, radio escolar, capacitación a mujeres del programa “Misiones trabaja”, campañas de sensibilización, actividades en el mes de las infancias (agosto) y taller de cocina para mujeres referentes de merenderos comunitarios. Según datos obtenidos de entrevistas, la puesta en marcha del modelo municipal propuesto se focalizó en el sector de la yerba mate y está orientado a las familias de pequeños productores, las cuales presentan condiciones de vida y trabajo valoradas por los agentes de intervención como situaciones más próximas al riesgo de trabajo infantil.
Durante el año 2020, año de inicio de la implementación del Modelo Municipal, tuvimos la oportunidad de participar desde la Universidad Nacional de Misiones, como formadores en una capacitación sobre prevención del trabajo infantil para funcionarios y funcionarias municipales. Este primer acercamiento, brindó la posibilidad de conocer a personas que trabajan en detección y acompañamiento a familias con niños y niñas trabajadores y referentes políticos de distintos municipios de la provincia[1].
Mediante esta formación se realizaron dos cuestionarios de forma anónima, a través de la aplicación Google Forms, los cuales estuvieron a disposición de las 100 personas que participaron en la actividad. El primer cuestionario, que contó con la participación de 23 funcionarios/as, se focalizó en preguntas abiertas sobre el municipio de pertenencia, años que lleva trabajando en el lugar, su experiencia en torno al trabajo infantil y las actuaciones que considera se deberían implementar. Tiempo después, el segundo cuestionario, en el cual participaron 24 personas, incluyó preguntas sobre identificación de situaciones de trabajo infantil, factores de riesgo y medidas preventivas. A continuación, se presentan los principales resultados del análisis de los cuestionarios realizados por los funcionarios y funcionarias municipales. Para el análisis se utilizaron los siguientes ejes de discusión: 1) la identificación local de situaciones de trabajo infantil, 2) los factores de riesgo que suelen considerar, 3) sus propuestas de actuación para prevenir y erradicar el trabajo infantil y 4) las instituciones que consideran deben formar parte de la intervención.
En relación a la identificación de situaciones de trabajo infantil, los resultados sugieren que las actividades que se consideran como parte de la delimitación del problema guardan relación con la producción de té, tabaco o yerba mate. Son actividades del sector primario de producción, desarrolladas en zonas rurales de la provincia, en las cuales los niños y niñas acompañan a sus familiares o trabajan con alguien ajeno al ámbito familiar, realizando tareas afines a la actividad de producción agrícola local “(...) Cuando los padres aprueban que el niño o niña trabaje bajo la tutela de un extraño o de un familiar, los niños salen a tarefear[2]” (funcionario/a municipal). Los agentes municipales que intervienen en la identificación y prevención de situaciones de trabajo infantil, sugieren que la problemática se relaciona con el tipo de actividad, entre las cuales se encuentran “(...) manipular sustancias tóxicas, usar herramientas cortantes, levantar cosas muy pesadas, realizar tareas muy repetitivas, excesivas en tiempo, tareas nocturnas; en definitiva, cualquier tarea que exceda su responsabilidad de niño, está prohibida” (funcionario/a municipal).
En relación a los factores de riesgo de trabajo infantil, los funcionarios/as consideran tres indicadores principales, los cuales integran una serie de variables: a) el estado de salud del niño, niña o adolescente b) el rendimiento escolar y c) las condiciones de vida y trabajo del entorno familiar.
El estado de salud y el rendimiento escolar son dos indicadores muy mencionados entre los funcionarios/as, presente en la siguiente referencia “faltan en las escuelas, (…) presentan debilidad por falta de nutrición, falta de concentración al generar un diálogo con el niño” (funcionario/a municipal). Estos indicadores no son ajenos a las discusiones actuales sobre las principales repercusiones del trabajo infantil en estudios académicos que inciden en su necesaria abolición (Martínez, 2001; Crosta, 2007; Silva, 2019; Cervini, 2015; Re y Nessi, 2017). Como sugieren Del Río y Cumsille (2008),
Respecto a las consecuencias que el trabajo infantil tiene sobre los niños, múltiples estudios han dado cuenta de cómo el trabajo precoz no permite a los niños beneficiarse de forma adecuada de la educación, tanto porque el trabajo les quita tiempo que no pueden dedicar a estudiar, como porque simplemente el trabajo induce a los niños a abandonar el sistema escolar formal (p. 43).
Los autores que defienden esta postura inciden en que el trabajo infantil genera problemas en áreas educativas como el aprendizaje de lectura y matemáticas (Cervini, 2005). La asistencia escolar, lejos de los aprendizajes informales de los contextos de participación familiar, es una situación identificada por funcionarios/as como condicionante de protección frente al trabajo infantil.
En relación a las características socioeconómicas de las familias, señalar que en las respuestas de los cuestionarios se pudo constatar que las necesidades básicas insatisfechas (NBI) son ampliamente referenciadas como principales indicadores de riesgo de trabajo infantil. Esto sugiere que el trabajo infantil es delimitado como una actividad en relación a la falta de ingresos económicos y como una salida de las familias ante la falta de medios de subsistencia “Los factores son generalmente la necesidad de contar con las cosas básicas para poder vivir ya sea alimentos, alquileres, salud, educación, higiene” (funcionario/a municipal). Esta hipótesis defiende la existencia de un salario crítico, donde los costes de producción y las relaciones del mercado de trabajo son los principales condicionantes de estudio (Miño y Gómez, 2022). En este sentido, la principal hipótesis que promueven las y los funcionarios/as municipales es que, al aumentar el capital económico de una familia, habría una disminución de las situaciones de vulnerabilidad frente al trabajo infantil (Basu y Van, 1998).
En cuanto al uso del tiempo, las actividades que se consideran apropiadas para los niños, niñas y adolescentes de 5 a 14 años, son principalmente la escolaridad obligatoria y la realización de actividades de ocio y tiempo libre como juegos didácticos, talleres de expresión y pintura. “Realizar actividades recreativas, jugar, aprender sobre música, danzas, practicar deportes, relacionarse con sus pares y disfrutar de su infancia bajo el resguardo de un adulto responsable, que asegure sus derechos” (funcionario/a municipal). También se incluyeron en las respuestas actividades para la autonomía como talleres de huertas, cuidado del medio ambiente, o tareas cotidianas como poner la mesa, doblar la ropa, barrer, entre otras.
En cuanto a las instituciones que consideran deben formar parte de la intervención estatal de prevención, las respuestas sugieren una falta de consenso respecto al tema. La mayoría de los funcionarios y funcionarias nombraron distintas instituciones, algunas del ámbito municipal y otras del ámbito provincial como son: Secretaría de Acción Social, Juzgado de Familia, policía, iglesias, escuelas, Área de Mujer e Infancia municipal y la biblioteca. De esta forma, se denota una falta de unificación de criterios para la intervención en una mayor articulación institucional y la incorporación de protocolos que configuren un único sistema de protección infantil. En este sentido, señalar que, en entrevistas realizadas en el año 2022, funcionarias provinciales manifestaron que vienen trabajando en una mayor articulación entre agencias que intervienen con las infancias y sus derechos.
[1] Para más información sobre las capacitaciones realizadas ver el siguiente enlace https://misionesonline.net/2020/07/29/mas-de-130-funcionarios-municipales-participaron-de-la-capacitacion-sobre-prevencion-del-trabajo-infantil-impulsada-por-la-ong-sueno-para-misiones/
[2] Tareas relacionadas a la cosecha de la yerba mate (Ilex paraguariensis), producción primaria muy extendida en la provincia de Misiones.
Conclusiones:
A modo de conclusión sugerimos que la persistencia del trabajo infantil en la provincia de Misiones, introduce la necesaria discusión sociológica sobre la conformación de la delimitación del problema de intervención. En nuestro trabajo de campo constatamos que los programas preventivos frente al trabajo infantil son actualmente dirigidos a una tipología específica de familia, de zonas rurales de la provincia, las cuales presentan bajos ingresos, necesidades básicas insatisfechas, y se dedican a la producción primaria de yerba mate, té o tabaco. En este sentido, cabe señalar que las principales variables que se consideran para la delimitación del problema son acordes a una perspectiva abolicionista, prevista en los tratados internacionales ratificados por el Estado Argentino, incluidos en la última Encuesta de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes (INE, 2018).
Debido a esta caracterización y delimitación del problema de intervención, las instituciones que trabajan en la prevención del trabajo infantil no presentan actualmente programas para las ciudades de la provincia como Posadas, Iguazú, Eldorado y Oberá. Esto se debe a que las familias de esas zonas no presentan los factores de identificación y riesgo, referenciados por las instituciones internacionales como Naciones Unidas (ONU) o la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Por lo tanto, quedan fuera de la agenda gubernamental la aplicación de medidas en zonas urbanas de Misiones, sin contemplar situaciones de vulneración de derechos infantiles ligado a trayectorias laborales en comercios y en otras actividades secundarias. Desde nuestra postura, esta situación se debe en parte a la utilización de las perspectivas e hipótesis que promueven las agencias internacionales, con gran injerencia en el espacio de intervenciones con las infancias trabajadoras, como también, a la falta de una mayor apertura institucional hacia la realización de investigaciones situadas en la región. En este sentido, es interesante destacar la necesidad de desarrollar estudios que incidan en otros condicionamientos ligados al trabajo infantil, como, por ejemplo, la continuidad de apuestas familiares en actividades secundarias de producción (Acevedo González et al., 2011) o en el aprendizaje de estrategias sociales con mayor proyección en espacios de participación con escasa demanda de mano de obra cualificada.
Para concluir sugerimos mediante este estudio que la construcción de una tipología de familia en riesgo ligada al trabajo infantil de las zonas rurales de la provincia, condiciona el accionar tanto de la administración pública como de otros agentes con responsabilidades en las trayectorias infantiles. En este sentido, sugerimos la necesidad de integrar otras miradas sobre el problema para contemplar en las intervenciones a todos los agentes involucrados y a todas las formas de trabajo infantil que persisten en distintas zonas de la provincia.
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Palabras clave:
TRABAJO INFANTIL, MODELO MUNICIPAL, MISIONES.
Resumen de la Ponencia:
Desde la cosmovisión maya tsotsil, las niñas y niños son considerados sujetos activos dentro de las dinámicas familiares y comunitarias. Prácticas como el trabajo en la niñez resultan altamente valoradas dentro de sus comunidades dados los aprendizajes valóricos que subyacen consigo. Empero, al migrar laboralmente a las ciudades, las niñas, niños y sus familias se confrontan cotidianamente con un paradigma abolicionista del trabajo infantil y un modelo de niñez hegemónico urbano legitimado en las instituciones y en las formas de relacionamiento cotidianas que limitan su participación dentro de la esfera económica. Esta ponencia aborda el caso de un grupo de niñas y niños tsotsiles quienes, junto con sus familias, han migrado a la ciudad de Oaxaca de Juárez, Oaxaca, México para insertarse dentro de la economía informal en las zonas de mayor concentración turística. Mediante el método etnográfico, se analizan las formas de participación que las niñas y niños tsotsiles continúan reproduciendo en la ciudad y que emergen de sus propias matrices culturales; las relaciones de poder que experimentan dentro de los contextos en donde interactúan cotidianamente, así como las prácticas de resistencia que despliegan, sobre todo, frente a los actores que prohíben, limitan y/o niegan sus actividades laborales.Resumen de la Ponencia:
Resumen:La Lactancia existe gracias a tres tipos de regulaciones: la biológica, la psíquica y la social. María José Garrido la define como mecanismo de retroalimentación, regulado por la secreción de hormonas como la prolactina, la oxitocina y la endorfina; a su vez, las condiciones psíquicas, socioeconómicas políticas y culturales en que está inmersa la mujer, establecen sus modos, tiempos y significados.La lactancia es un derecho-necesidad de la primera infancia, su derecho a la salud y desarrollo integral y una necesidad en tanto su carencia provoca una serie de desventajas y vulnerabilidades que ponen en riesgo su vida. En América Latina y el Caribe, 5 de cada 10 bebés no toman leche materna en la primera hora de nacidos (la hora dorada). En 2018 solo el 38% de los bebés fueron alimentados con leche materna de manera exclusiva hasta los seis meses en la región, y solo 32% continúa con la lactancia hasta los dos años.La Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) calculan que una quinta parte de las muertes infantiles podrían prevenirse cada año si se logra que la leche materna sea el único alimento que tomen los menores de seis meses. De ahí su recomendación: lactancia materna exclusiva durante el tiempo mencionado y con una duración mínima de 2 años.Ante estas cifras, en el estudio indagamos cómo se relacionan tres escenarios: a) la decisión de no ofrecer lactancia materna; b) la decisión de lactar, sin lograr su establecimiento; y c) quien decidió y logró lactar; con las regulaciones de tipo social mencionadas y su influencia en el ámbito psíquico y biológico de las madres implicadas. Planteamos que el feminismo es su dimensión epistemológica, puede identificar lo que obstaculiza la ejecución de la lactancia materna, y como movimiento social, es capaz de construir una agenda, a favor de la lactancia: el lactivismo. La investigación es cualitativa y bibliográfica, se alimenta por dos vías: a) trabajo de campo con entrevistas estructuradas a profundidad a tres grupos de cinco mujeres cada uno; cada grupo relacionado a los tres escenarios tratados sobre la decisión y ejecución de lactar; la muestra es de oportunidad, no probabilística, y no busca generalizar resultados, se realizó como un ejercicio de exploración al tema; b) revisión bibliográfica, hemerográfica y estadística de la lactancia materna: el panorama latinoamericano y caribeño; los planteamientos que la identifican como derecho humano para la primera infancia y las mujeres; los tres escenarios mencionados, su estudio desde el feminismo como subalternidad, como crítica al adultocentrismo y reflexión decolonial; y el reconocimiento de obstáculos.Palabras clave: derechos de la primera infancia, feminismo, lactivismo.Resumen de la Ponencia:
La crítica realizada a la visión adultocentrica con la que eran abordados los estudios sobre la niñez ha permitido replantear la forma en que las niñas y niños participan y se involucran en su comunidad, además de que ha evidenciado la necesidad de replantear las relaciones intergeneracionales que se desarrollan en comunidad. Esta visión, vinculada a la propuesta del co-protagonismo, ha alcanzado el contexto migratorio, donde es necesario repensar el papel de la niñez. Por tanto se plantea el revisar como se construyen las relaciones intergeneracionales y el papel de las niñas y niños de la comunidad migrante mexicana asentada en Nueva York, donde las niñas y niños comparten un origen que los ubica en un espacio multiterritorial, compuesto por elementos culturales del país de origen se sus padres y elementos culturales provenientes del espacio donde viven. Este contexto se ha identificado como una barrera y limitante para su participación y desarrollo, pero al mismo tiempo, se plantea como un espacio de oportunidad, donde a través de un proceso de acompañamiento donde participen personajes clave de la comunidad, como activistas migrantes, académicos y la niñez, puede establecerse un espacio donde las niñas y niños, junto con la comunidad, logren desarrollar una visión protagónica en beneficio de los migrantes. Para demostrar esto se ha realizado trabajo de etnografía, aplicando entrevistas a personajes clave de la comunidad y observación participativa en el desarrollo de las actividades y talleres de las organizaciones de migrantes. Además se aprovecharon los recursos virtuales y las redes sociales para el desarrollo de una etnografía virtual, a partir del seguimiento a estas organizaciones a través de sus redes sociales.Resumen de la Ponencia:
La ponencia da cuenta de una línea de investigación en la cual se ha explorado los discursos de niños y niñas chilenos acerca de las relaciones entre padres e hijos(as) y las prácticas de cuidado que ellos despliegan ante su padres (Fondecyts 1100811, 1120025, 1160650 y 1220133). Desde la óptica de los estudios sociales de la infancia y los estudios sociocriticos sobre parentalidades, se concibe el vínculo padres-hijos(as) como una condensación de relaciones sociales, basada en la interdependencia, y que se ve particularmente demandada en contextos de neoliberalización. Asimismo, se enfatiza el carácter relacional, posicional y multiactoral de los cuidados, discutiendo la concepción de los niños(as) como meros receptores de tales cuidados o como personas que los ejercen solo en condiciones excepcionales. En términos metodológicos, se ha trabajado con análisis crítico del discurso y, en la actualidad, con microetnografía, considerando distintos estratos socioeconomicos de la ciudad de Santiago e incluyendo, hoy, también a Valparaíso y Concepción. En cuanto a los resultados, se da cuenta de discursos de los niños(as) acerca de una parentalidad sacrificial en el Chile actual, así como de una intensa reflexividad ética de su parte orientada a evitar a sus padres mayores dificultades y sobrecarga de trabajo, además de su interrogarse por los modos a través de los cuales pueden apoyarlos y proporcionarles mayor bienestar. Esta reflexividad articula de modos complejos un acercamiento contextualizado y específico, más propio de una ética del cuidado, descrita por una parte del feminismo, con una ética de la justicia, que da cuenta de una aproximación más abstracta y universal. Asimismo, se están explorando, en la actualidad, las prácticas de cuidado que ellos desarrollan con respecto a sus padres y los modos como ellas se vinculan con los cuidados desplegados por tales padres y entidades externas a la familia. En cuanto a las conclusiones, se conciben los resultados como históricamente específicos, y en directa relación con las condiciones actuales de vida en Chile y la sobreresponsabilización de los padres por la provisión de bienestar. Se discute, además, el tono claustrófobico de la mirada de los niños y niñas respecto a la relación padres-hijos(as), además de recalcarse el carácter recíproco de los cuidados entre ellos y la capacidad de reflexividad y agencia moral de niños y niñas, convencionalmente devaluada por el sentido común y las ciencias sociales.Resumen de la Ponencia:
La migración en la actualidad resulta ser un proceso en constante evolución, pero sobre todo en un proceso histórico que marca los procesos sociales, políticos y económicos de una sociedad. Al considerar que la migración es un derecho, por hacer referencia a la movilidad geográfica de una persona, ya sea de manera individual o en grupo, esta misma está reconocida en la Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo 13 que dice: 1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y elegir su residencia en el territorio de un Estado 2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y regresar a su país. Bajo esta perspectiva, se plantea que es de gran importancia dejar de lado la idea de que los niños y las niñas solo son receptores y solo deben de aprender y repetir lo que los adultos dicen u opinan, bajo la perspectiva del co protagonismo infantil que permite desarrollar las capacidades de agencia de estos mismo, retomamos la importancia de los imaginarios de la migración en esta edad. Esta investigación se desarrolla en el contexto de Tlaxcala, que es un estado receptor de migración en tránsito, pero a su vez es expulsor de población, eso quiere decir que su sociedad experimenta los diversos tipos de migración y que a los niños y niñas les llega información que les permite desarrollar imaginarios del concepto de migración partiendo de lo que escucha, aprenden en la escuela, informaciones de los medios locales, pero sobre todo de la experiencia, a la que se enfrentan en su cotidianidad ellos y sus familias. Para ello analizamos la experiencia de las niñas y niños que viven en el municipio de Apizaco el cual es el receptor de la migración centroamericana, a partir de una metodología cualitativa ya que me permite identificar y observar de manera directa y participativa dentro del contexto utilizando como técnicas la entrevista y la observación.Resumen de la Ponencia:
A proibição do trabalho infantil encontra-se insculpida na Constituição da República Federativa do Brasil de 1988 (artigo 7º, inciso XXXIII). Em que pese a previsão constitucional e nos tratados internacionais de Direitos Humanos, é sabido a distância que separa o mundo dos códigos da realidade fática, onde ocorrem os embates e lutas sociais. Neste campo, a erradicação do trabalho infantil continua sendo um desafio a ser enfrentado pelo Estado brasileiro, razão pela qual se justifica o presente artigo. O trabalho infantil vai na contramão do princípio da proteção integral da criança e do adolescente, desrespeitando a condição peculiar de pessoa em desenvolvimento, dificultando o acesso e permanência na escola, bem como prejudicando a saúde física e mental das crianças e adolescentes explorados. Desta feita, o presente trabalho possui como objetivo analisar o trabalho infantil no Brasil, investigando suas possíveis associações com o gênero, a cor e a condição de pobreza. Para tanto, a metodologia a ser adotada é de cunho quantitativo, visto que se buscará trabalhar, por meio da estatística descritiva, com os microdados da Pesquisa Nacional por Amostra de Domicílios Contínua (PNAD), do ano de 2019, visita V - sendo selecionado o ano de 2019 por serem os dados mais recentes da PNAD quanto ao trabalho infantil. Importante destacar que os dados foram extraídos do site do Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística (IBGE) e, posteriormente, trabalhados e refinados por meio do software livre PSPP. Além disso, as principais variáveis utilizadas foram: cor, gênero e renda per capita em conjunto com a variável do trabalho infantil. Desta feita, denota-se que o presente artigo pretende denunciar a exploração do trabalho infantil, bem como trazer um diagnóstico da situação brasileira, com base nos dados da PNAD 2019, a fim de que se possam construir políticas públicas adequadas para a erradicação do trabalho infantil. Palavras-chave: Trabalho infantil. Microdados PNAD 2019. Cor. Gênero. Renda.Resumen de la Ponencia:
Antecedentes: En marzo del 2020 la OMS decretó la pandemia del COVID-19. México lanzó un plan de acción ante el virus y se implementaron medidas para el control. Los datos indicaban que algunas personas presentaban mayor vulnerabilidad y que las consecuencias de la pandemia eran diferentes según las determinantes estructurales y sociales. En México se han desarrollado escasos estudios sobre la experiencia de la población durante la pandemia y la mayoría han sido de tipo cuantitativo. Es necesario conocer y difundir esta experiencia en los diferentes grupos poblacionales.Diseño y método: Estudio cualitativo y exploratorio, desde una perspectiva fenomenológica, enfocado en explorar las vivencias y sentimientos de estudiantes de salud pública a seis meses del inicio de la pandemia. La información se recopiló mediante escritos que los participantes realizaron con base en preguntas abiertas sobre su experiencia. Se realizó un análisis de contenido y se agrupó la información en cuatro categorías: experiencia inicial, sentimientos, preocupaciones y cambios en sus vidas por el COVID.Resultados: Participaron 26 estudiantes con un promedio de edad de 27 años. Todos conocían personas que habían tenido COVID-19 y dos estuvieron contagiados. Doce mencionaron conocer personas que habían fallecido por esta causa, particularmente quienes continuaron trabajando como médicos y enfermeras. Entre las principales emociones se destacaron: ansiedad, angustia, tristeza, incertidumbre, miedo, enojo, estrés, frustración, desesperanza, paranoia. Como principales preocupaciones destacó el temor del contagio de sus familiares o seres queridos y de ellos mismos, también preocupación por la situación económica y laboral del país y familiar. Se identificó preocupación al ver que gran parte de la población no asumía las medidas de prevención al inicio y preocupación por el impacto de esta pandemia en el futuro de las relaciones humanas y por los sectores de la población más vulnerables. A lo largo de la pandemia se identificaron cambios en las emociones pasando del miedo y la frustración, al cansancio, la indignación y la tristeza, algunos señalaron que habían pasado de la ansiedad a la tranquilidad momentánea, pues ya estaban estudiando y no tenían que estar en servicio, otros señalaron que aprendieron a valorar lo que tenían a diario, especialmente el estar con su familia. Algunos mencionaron sentirse más fuertes y haber adquirido valor para enfrentar situaciones adversas. La mayoría consideró que muchas cosas cambiarían después del COVID, sobre todo en la forma de relacionarnos como humanidad y el cuidado de la salud, y destacaron que aprenderemos nuevas formas de convivencia.Conclusiones: En la mayoría de las y los jóvenes se percibió esperanza y buenas expectativas, hubo optimismo por el futuro y consideraron que son muchos los aprendizajes que tendremos como humanidad y como individuos. Su edad, actividad actual y determinantes sociales influyen en su experiencia positiva.Resumen de la Ponencia:
La ponencia discute la categoría de juventud en cuanto configuración situada que admite el peso de estructuras sociales y culturales, así como su dinamismo y diversidad en un atípico espacio-tiempo de pandemia y confinamiento, el cual tuvo impactos diferenciados por género, edad, origen social, lugar de residencia y adscripción escolar, así como en la manera concreta en que cada uno de estos aspectos se entrecruzan. Focaliza en procesos configurativos de juventud en condición de escolaridad a la luz de prescripciones y proscripciones que históricamente ha producido o reproducido la institución y que, particularmente hoy, se tensan ante la vulnerabilidad social, escolar y de salud de las juventudes en distintos países de América Latina, además de la irrupción del tradicional orden escolar entre intercambios generacionales y culturales contingentes y los tránsitos de la escuela en casa, así como reordenamientos pedagógicos que dieron atisbos para otra semántica escolar.La discusión tiene como antecedente una investigación dialógico-reflexiva que bajo una perspectiva sociocultural de juventud se acercó a estudiantes de telebachillerato comunitario para comprender cómo en situaciones de vulnerabilidad las y los jóvenes construyen experiencias educativas que desbordan a la escuela en dos sentidos: 1) son experiencias en diferentes espacios de vida juvenil en los que tienen lugar procesos de formación y transformación con distintos alcances, aunque en ocasiones ligada con esta (familia, trabajo, localidad, redes digitales) y 2) son experiencias que movilizan las delimitaciones simbólicas de un orden escolar desgastado que alientan con pujanza los derechos, el reconocimiento y la participación juvenil. A través de conversatorios virtuales y presenciales con jóvenes estudiantes en una modalidad de educación media superior con fuertes carencias de infraestructura, ubicada en una localidad urbano marginal al sur de México, las voces juveniles visibilizaron discontinuas corresponsabilidades intergeneracionales a través de su curso de vida y agencia, las cuales trastocan el vínculo juventud y escuela en una dinamización de recursos, saberes, conexiones y sentidos. En contextos de vulnerabilidad, la escuela aun constituye una de las principales vías para el acceso a derechos y umbral para un presente-futuro no anticipado, por lo que resulta inaplazable reconocer y visibilizar emergentes experiencias en las cuales jóvenes estudiantes construyen modos de subjetividad política dado que accionan y crean alternativas que vuelven inaplazable una perspectiva de juventud en la escuela.
Introducción:
El texto discute la categoría de juventud en cuanto configuración situada que admite el peso de estructuras sociales y culturales, así como su dinamismo y diversidad en un atípico espacio-tiempo de pandemia y confinamiento, el cual tuvo impactos diferenciados por género, edad, origen social, lugar de residencia y adscripción escolar, así como en la manera concreta en que cada uno de estos aspectos se entrecruzan. Focaliza en procesos configurativos de juventud en condición de escolaridad a la luz de prescripciones y proscripciones que históricamente ha producido o reproducido la institución escolar y que, particularmente hoy, se tensan ante la vulnerabilidad social, escolar y de salud de las juventudes en distintos países de América Latina, además de la irrupción del tradicional orden escolar entre intercambios generacionales y culturales contingentes y los tránsitos de la escuela en casa, así como reordenamientos pedagógicos que dieron atisbos para otra semántica escolar en la que resulta inaplazable una perspectiva de juventud.
La discusión tiene como antecedente una investigación dialógico-reflexiva que bajo una perspectiva sociocultural de juventud se acercó a estudiantes de telebachillerato comunitario para comprender cómo en situaciones de vulnerabilidad las y los jóvenes construyen experiencias educativas que desbordan a la escuela en dos sentidos: 1) son experiencias que acontecen en diferentes espacios de vida juvenil (familia, trabajo, localidad, redes digitales) en los que tienen lugar procesos de formación y transformación con distintos alcances, pero que se vinculan con ésta y 2) son experiencias que movilizan las delimitaciones simbólicas de un orden escolar desgastado que alientan los derechos, el reconocimiento y la participación juvenil.
A través de conversatorios virtuales con jóvenes estudiantes en una modalidad de educación media superior con fuertes carencias de infraestructura, ubicada en una localidad urbano marginal al sur del Estado de México, las voces juveniles visibilizaron experiencias discontinuas de corresponsabilidad intergeneracional desde su curso de vida y agencia, las cuales trastocaron el vínculo juventud y escuela en una dinamización de recursos, saberes, conexiones y sentidos. Destaca que, en contextos de vulnerabilidad, la escuela aun constituye una de las principales vías para el acceso a derechos y umbral para un presente-futuro no anticipado, por lo que resulta inaplazable reconocer y visibilizar emergentes experiencias en las cuales jóvenes estudiantes construyen modos de participación en cuanto accionan y crean alternativas para su acceso y permanencia escolar.
Inicialmente se presentan los referentes contextuales y teórico metodológicos que encuadran el análisis de la información empírica y resultados. Para concluir, algunas reflexiones que mantienen la discusión abierta y enfatizan algunos pendientes.
Desarrollo:
Pandemia, juventudes y experiencia educativa. Referentes contextuales y teóricos
La pandemia por COVID-19 ocasionó un inédito cierre de escuelas en muchos países, afectando desde la educación inicial hasta la superior. Según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) más de 160 millones eran estudiantes de la región (CEPAL 2020). El organismo señaló que el deterioro de la situación social en el hemisferio antes de enfrentar la pandemia impactó negativamente en los distintos sectores sociales, particularmente la salud y la educación, así como en el empleo y la evolución de la pobreza, sobre todo en las zonas con menores ingresos y rurales, colocando a la niñez y juventud entre los grupos prioritarios (CEPAL, 2020).
En el caso de México casi 37 millones de estudiantes suspendieron las clases presenciales durante el primer año y medio de la pandemia (Martínez y Garduño, 2021) y al ciclo escolar 2020-2021, se inscribió el 60.6% de la población de 3 a 29 años. Según resultados de la Encuesta para la Medición del Impacto COVID-19 en la Educación (ECOVID-ED, 2021) la cifra representó una reducción del casi 2% con respecto al ciclo anterior. La mayoría de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, 1.5 millones, que no continuó los estudios fue de escuelas públicas (ECOVID-ED, 2021, p. 2).
La encuesta destacó también que 43.7% de jóvenes no concluyó la educación media superior en el ciclo escolar 2019-2020, la cifra estuvo muy por encima del nivel secundaria (5.6%) y superior (25.1%). La mayoría de jóvenes no concluyeron por causa del COVID-19 (35.9%), falta de dinero/recursos (25.7%) o porque tenía que trabajar (18%) (ECOVID-ED, 2021).
Ante este contexto, fue fortuito el despliegue de modalidades para la educación a distancia en el nivel, lo que según la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación [Mejoredu] implicó replantear las actividades educativas de alrededor de cinco millones y medio de jóvenes de 15 a 17 años de edad, atendidos por más de cuatrocientos mil docentes en más de veintiún mil planteles y más de treinta subsistemas y servicios que ofrecen las opciones de bachillerato general, bachillerato tecnológico y profesional técnico (Mejoredu, 2020, p.5). No obstante los esfuerzos, las profundas brechas de la desigualdad social y de conectividad, se tradujeron en una distribución diferenciada de recursos y estrategias educativas que afectaron principalmente a jóvenes de menores ingresos o en condición de vulnerabilidad social.
La profundización y diversificación de la vulnerabilidad, sugiere una perspectiva multidimensional (CEPAL, 2020) de la desigualdad en el acceso a oportunidades educativas, particularmente por la vía digital, que aumentó las brechas preexistentes en materia de acceso a la información y al conocimiento, además de que dificultó la socialización y la inclusión en general entre estudiantes, docentes y familiares. En este sentido, se plantea que la vulnerabilidad tiene al menos tres características:
1) multidimensional y diferencial, es decir, que es distinta a través de un territorio, así como entre y dentro de los grupos sociales; 2) su escala, la cual refiere a que sus causas y manifestaciones son distintas respecto al tiempo, el espacio y las unidades de análisis: personas, hogares, comunidades y sistemas; y 3) su dinámica, pues sus causas y manifestaciones cambian en el tiempo. (Vogel y O'Brien, 2004, en Mejoredu, 2021, p. 20)
Históricamente, las poblaciones con menos recursos son quienes generalmente asisten a planteles con menos infraestructura; es el caso de los Telebachilleratos Comunitarios, que tras siete generaciones en el país, en más del 80% carece de aulas, laboratorios, biblioteca y equipos de cómputo e internet (INEE, 2019). Pese a su nominación, la modalidad es presencial y opera principalmente en localidades rurales y en zonas urbanas periféricas, en donde, como sucede en el sur del Estado de México, absorbe la demanda que no atienden otros tipos de servicio educativo; además es una opción que los estudiantes valoran por su gratuidad efectiva y horarios (Weiss, 2017; Salgado, 2021).
Por lo regular, los Telebachilleratos Comunitarios en el municipio sureño de Tejupilco ocupan a contra turno las instalaciones de escuelas telesecundarias u otros del que disponga la comunidad (delegaciones municipales, comedores comunitarios) en donde brindan asesoría grupal e individual al estudiantado con el apoyo de tres docentes que atienden las asignaturas del plan de estudios por área disciplinar (Matemáticas y Ciencias Experimentales; Ciencias Sociales y Humanidades y; Administración y Comunicación).
Aún con carencias en infraestructura, en la pandemia, jóvenes estudiantes del Telebachillerato Comunitario, en los conversatorios destacaron la diversidad de formatos y plataformas que con o sin conectividad y de manera contingente, con apoyo de profesores y familias, implementaron para continuar la escuela a distancia, principalmente a través del celular inteligente como sucedió a nivel nacional (58.8 %), en menor porcentaje el estudiantado usó la computadora portátil (26.5%), de escritorio (12.7%), la tableta (1.7%) o la televisión digital (0.2%) (ECOVID-ED, 2021, p. 9).
Cabe destacar que las nuevas necesidades de equipamiento, recursos y capacidades evidenciadas por la pandemia trascendieron el ámbito escolar; según datos de la Mejoeredu,
la denominada brecha digital está, sin duda, ligada a la añeja desigualdad del país y a las consecuentes diferencias en la distribución de la riqueza y las oportunidades sociales, situación que ha sido parte de los condicionamientos estructurales de la educación media superior y del conjunto de nuestro sistema educativo, el cual, a pesar de los esfuerzos realizados para revertir la desigualdad en su interior, no ha obtenido los resultados deseados. (Mejoredu, 2020, p. 7)
A esto se suman otras problemáticas que las instituciones del nivel, a pesar de las reformas de la última década, han venido arrastrando y están vinculadas con el rezago educativo, la desafiliación, el abandono escolar y los bajos niveles de aprendizaje que “afectan, sintomáticamente, a los grupos de población en situación de mayor desventaja social” (Mejoredu, 2020, p. 7).
La experiencia educativa de las y los jóvenes visibilizó impactos diferenciados de la pandemia dependiendo el género, la edad, el origen social, el lugar de residencia y la adscripción escolar. De ahí que las estrategias y esfuerzos de respuesta demandan considerar la diversidad en que se es joven estudiante, lo que difícilmente puede resultar en una condición homogénea, de ahí la importancia de una perspectiva sociocultural de juventud que reconoce que ser joven es una condición concreta, diversa y situada (Reguillo, 2010) en el espacio y tiempo histórico-social.
Según el Instituto Mexicano de la Juventud (IMJUVE, 2019) una perspectiva de juventud demanda reconocer el curso de vida de las y los jóvenes desde su condición de género, como sujetos de derecho y su capacidad de agencia, encomienda que no pasa en automático a las instituciones escolares, sino que insta a escuchar y valorar las experiencias y requerimientos de la población estudiantil desde su voz, recursos, propuesta y acción, que evidencian la tarea de una escuela no solo para jóvenes sino con jóvenes, donde la educación no es concesión, sino un derecho fundante de otros como la participación y la justicia.
Dado que hay diversas maneras de ser joven derivadas de la transformación social, cultural y comunicacional, así como de una desigual distribución de capitales económico, político y simbólico (Reguillo, 2010), incluso cognitivo; el trabajo coloca la mirada en la experiencia educativa juvenil atravesada por accesos diferenciados a la escolaridad que trastocan el modo en que las y los jóvenes se miran a sí mismos y se relacionan con otros dentro-fuera del espacio-tiempo escolar; admitiendo; apuntan Contreras y Pérez (2010) que la experiencia educativa posibilita acercarnos a reflexionar lo que la educación da a pensar, hacer, transformar y vivir a sus protagonistas.
Una metodología dialógica en formato virtual
El trabajo se inscribe en la perspectiva comprensiva, con una metodología dialógica horizontal (Corona y Kaltmeier, 2012) que recurre a los relatos de experiencia (Suárez, 2011) en formatos virtuales para captar aspectos subjetivos y objetivos de las juventudes de manera personalizada, pero siempre en un contexto relacional más amplio.
Se inscribe en las propuestas de procesos participativos de investigación educativa que poso al centro la experiencia educativa (Contreras y Pérez de Lara, 2010) para documentar y disponer de propuestas pedagógicas que permitan reconstruir y comprender la trama de sentidos y significaciones que los sujetos ponen en juego cuando piensan y narran su hacer cotidiano.
Bajo este supuesto implementó un diseño metodológico basado en “conversatorios virtuales” con jóvenes estudiantes del Telebachillerato Comunitario en el municipio de Tejupilco; estos se plantearon como espacios dialógico-reflexivos, bajo el supuesto de que las y los jóvenes, desde sus propios términos y condiciones, tienen mucho qué decir sobre la escuela vivida en la pandemia; así como de reinventar esa a la que hoy les gustaría asistir y advertir lo que les motiva o no a volver; entre lo que destaca una inaplazable comunicación y relaciones fundadas en el reconocimiento.
Inicialmente, vía la supervisión escolar se convocó al estudiantado a participar en alguno de los tres conversatorios programados en la plataforma de videoconferencias que la escuela estuvo utilizando. Cabe señalar que los conversatorios virtuales tuvieron lugar en el lapso en que los Telebachilleratos Comunitarios de la zona reabrieron temporalmente sus puertas para la recuperación y continuidad educativa con jóvenes que presentaron una comunicación y conexión intermitente, así como falta de motivación y apropiación de los aprendizajes curriculares o bien, estaban en riesgo de reprobación y abandono escolar.
Los conversatorios virtuales se desarrollaron del 28 al 30 junio en el horario vespertino en que atienden sus clases. El diálogo fue orientado por tres preguntas generadoras: ¿Qué nos pasó el día que la escuela abrió sus puertas? ¿dónde estuvo la escuela? y ¿reinventamos la escuela? Cuestionamientos que aún con presencias juveniles azarosas, permitieron dialogar en torno al sentido simbólico y subjetivo de la escuela para las juventudes en nuestro tiempo.
Para fines de este trabajo se retoman las voces de jóvenes que participaron en el primer conversatorio virtual, al que se conectaron 19 estudiantes, en su mayoría mujeres, solo cuatro varones, que estudiaban el sexto y cuarto semestre en planteles de la periferia urbana y localidades rurales. Su edad oscilaba entre los 16 y 18 años.
A modo de resultados, se hilvanan relatos juveniles que dan cuenta de sus impresiones durante el regreso a las aulas, de sus vivencias en la escuela a distancia y de sus opiniones en torno a esta como espacio de aprendizaje que demanda un continuo diálogo con otras experiencias educativas que las y los jóvenes construyen de manera fronteriza con la escuela en la que atisban otra semántica escolar con perspectiva de juventud.
Resultados
Inicialmente el conversatorio permitió dar cuenta de cómo el estudiantado recibió la noticia del regreso a clases presenciales. Paradójicamente, destacaron haberse sentido emocionados de volver y contrariados ante el riesgo de contagio que implicaba, así también por no haber vuelto a la escuela que tradicionalmente conocían o esperaban. En este sentido compartieron:
Cuando supe que regresaban las clases presenciales sí me emocioné, dije: las cosas ya están bien, pero me puse a pensar que regresando a la escuela también estábamos arriesgando a traer al virus a nuestra casa. La verdad yo si quería regresar a clases, pero también me puse a pensar en mi familia, en que me gustaría regresar pero también que todo mejore (Estudiante de Telebachillerato Comunitario, mujer, 18 años).
Cuando regresamos todo se veía muy extraño porque todos íbamos con cubrebocas, no se sentía muy bien el ambiente; por causa de la enfermedad (Estudiante de Telebachillerato Comunitario, varón, 16 años).
A mí sí me alegró venir a la escuela, pero a la vez no, porque no veníamos todos juntos y la mayoría no nos conocemos, no pudimos hablar mucho. Ni siquiera conocía mi escuela, sentía a la vez alegría y tristeza porque nada más estábamos 17, pero fue bueno porque en línea nada más nos conectábamos 9 de los 28 que estamos inscritos(Estudiante de Telebachillerato Comunitario, mujer, 16 años).
Las y los jóvenes reconocieron que la pandemia trajo consigo un cambio en los procesos de socialización e interacción con efectos importantes en su estado emocional; la posibilidad de volver a sus planteles evocaba alegría luego de haber vivido más de un año de confinamiento en el que enfrentaron situaciones familiares difíciles como la falta de recursos económicos, hacinamiento y violencia familiar, además de fallecimientos de familiares cercanos y temor al contagio. En este contexto valoraron ampliamente el lugar de la escuela como espacio de convivencia, comunicación, aprendizaje y solidaridad.
Enfatizaron el reto que implicó buscar el acceso a recursos, tecnologías y materiales en sus localidades y familias, al tiempo que reconocieron su capacidad para desarrollar nuevas habilidades para la educación a distancia.
Yo ya quería regresar porque en línea a veces las clases no se escuchan tan bien, porque el internet no está en buenas condiciones, es muy estresante estar en clase y que no se entienda bien o que el internet te esté sacando a cada rato y a veces tampoco se pueden subir los trabajos (Estudiante de Telebachillerato Comunitario, mujer, 18 años).
Los relatos juveniles muestran que la educación a distancia tuvo entre sus fortalezas el uso de recursos y herramientas tecnológicas disponibles para la enseñanza y el aprendizaje, pero también evidenciaron problemas de conexión y comunicación que les provocaron estrés, nerviosismo e inseguridad durante las clases en línea o ante las dificultades para realizar algunas actividades a distancia. Al respecto, datos de la Mejoredu (2020) registran que 61.9% de estudiantes de media superior refirieron sentirse tensos con frecuencia por las actividades derivadas de su papel educativo (p. 43). Ante esta situación, es importante reconocer el lugar que en la experiencia educativa tiene el acompañamiento, además del sostén y recreación del vínculo intergeneracional y por supuesto, la responsabilidad de saber no solo si hay alguien del otro lado de las pantallas, sino quién está ahí.
En los Telebachilleratos Comunitarios de la zona, como en gran parte del país, el medio fundamental para enviar actividades, resolver dudas y retroalimentar los trabajos fue la mensajería instantánea por celular y la plataforma de Classroom; no obstante, resultaron frecuentes expresiones de frustración entre las y los estudiantes que no pudieron adaptarse o que consideraron no haber aprendido lo suficiente. Uno de los jóvenes resaltó la necesidad de reconocer la diversidad en los modos de aprender:
Cada quien aprende diferente. Yo no me acostumbré en línea, no lo tomé, no me gustó. Siento muy diferente de estar en la escuela con los compañeros haciendo los trabajos, y ahora estoy solo trabajando, me revolvía y no me gustó (Estudiante de Telebachillerato Comunitario, varón, 18 años).
Las y los jóvenes también reconocieron su insatisfacción con la entrega de trabajos por falta de tiempo debido a los quehaceres en casa; en el caso de las jóvenes fue recurrente atribuirlo al trabajo o al cuidado de hermanos menores; otros señalaron la falta de comprensión de contenidos o su desinterés en la entrega.
Así también hubo quienes reconocieron que tomar las clases en línea les permitió realizar otras actividades simultáneamente. Señalaron que la escuela en la casa tiene ventajas y desventajas. La ventaja -apuntó una joven- es que con la videollamada puedes estar en donde quiera, y cuando estás en la escuela debes estar en un solo lugar. Cuando hay videollamada pongo mi celular, estoy haciendo mis cosas, mi quehacer y estoy escuchando la clase (Estudiante de Telebachillerato Comunitario, mujer, 16 años).
Al respecto, Simons y Masschelein (2014) enfatizan en que estar en la escuela es precisamente tener tiempo libre, en el que queda suspendido el peso del orden social, las tareas y roles que deben realizarse en otros espacios como el trabajo y la familia. Los múltiples espacios y las dinámicas que ha tenido la escuela para las y los jóvenes, evidencian su invención histórica que anticipa su dinamismo, por ende, la posibilidad de su reinvención. Simons y Masschelein apuntan que reinventar la escuela,
pasa por hallar modos concretos para proporcionar «tiempo libre» en el mundo actual y para reunir a los jóvenes en torno a «algo» común, es decir, en torno a algo que se manifiesta en el mundo y que se hace disponible para una nueva generación. (2014, p. 4)
Al referir tanto a la modalidad a distancia o presencial, las y los jóvenes destacaron sobre manera, la importancia de aprender entre pares. En este sentido señalaron:
Yo he ido unas tres veces a la escuela, es algo fundamental para mí. El estudio a distancia puede ser muy práctico, porque se puede decir que uno puede aprender solo, pero estando en la escuela uno se puede comunicar más (Estudiante de Telebachillerato Comunitario, varón, 16 años).
En mi escuela teníamos clases con los maestros dos veces por semana con los tres maestros. Explicaban los temas y compartíamos las dudas, pero yo no me sentía en la escuela porque no veía a mis compañeros, no platicábamos, no nos reíamos juntos, porque aquí tenemos como el tiempo limitado para tener la clase, es raro, pero tenemos que acostumbrarnos (Estudiante de Telebachillerato Comunitario, mujer, 18 años).
Si bien los aprendizajes escolares les resultan relevantes; las y los jóvenes en forma recurrente aludían a los encuentros que tuvieron con sus pares en la escuela el pasado mes junio; apreciaron verse con otros, darse una palmada en la espalda, bromear, reír, de acuerdo con Núñez, “Muchas y muchos (y, cada vez más, muches) necesitan de la escuela como lugar donde ser” (2020, p. 185).
Cabe decir que en las localidades rurales y de la periferia urbana donde se encuentran los Telebachilleratos Comunitarios, la escuela sigue representando el principal espacio para la vida y cultura juvenil (Guerra y Guerrero, 2004), así como el umbral (Dussel, 2020) para un presente y futuro no anticipado. De ahí que al reflexionar con las y los jóvenes ¿Dónde está la escuela? Consideraron
Creo que la escuela está en nosotros, en nuestro esfuerzo por aprender (Estudiante de Telebachillerato Comunitario, mujer, 18 años).
La escuela ahorita está en mi casa porque estamos estudiado en casa, aprender ya está en tu decisión, puedes aprender, puedes investigar, para eso tienes celular (Estudiante de Telebachillerato Comunitario, mujer, 18 años).
Los relatos juveniles sobre su experiencia educativa en la pandemia hacen evidente la imperante tarea de reinventar la escuela, pues como apuntaba uno de los estudiantes “Conforme pasa el tiempo el sistema se tiene que ir actualizando y transformando al igual que nosotros” (Estudiante de Telebachillerato Comunitario, varón, 16 años), planteamiento que da cabida a pensar la escuela como umbral, en tanto “subraya el pasaje o el movimiento entre espacios físicos y simbólicos que supone la escolarización” (Dussel, 2020, p. 338) y que en nuestro tiempo resulta fundante del vínculo pedagógico, de la reinvención de la escuela y por supuesto del reconocimiento de las y los jóvenes como sujetos de derecho, de saberes y de experiencia.
Conclusiones:
Sin duda, las contingentes actividades que, en diversas modalidades y regiones del país se implementaron para atender a jóvenes estudiantes en situación de vulnerabilidad como son los Telebachilleratos Comunitarios, según la Mejoredu, “atestiguan la sensibilidad social y el compromiso ante una situación emergente de la magnitud que vivimos (2020, p. 8). Ello resalta también los esfuerzos juveniles y comunidades educativas durante la educación a distancia de manera creativa y solidaria. Empero, hoy resulta un buen tiempo para valorar las estrategias seguidas y diseñar las que han de permitir la continuidad educativa.
En este proceso resulta fundante que podamos seguir el diálogo-reflexivo con las y los jóvenes, reconocer y partir de su experiencia educativa, pues solo así podremos avanzar en la inaplazable y desafiante tarea de reinventar la escuela con perspectiva de juventud; reconociendo impactos diferenciados de la pandemia y la histórica desigualdad por género, edad, origen social, lugar de residencia y adscripción escolar, así como en la manera concreta en que cada uno de estos aspectos se entrecruzan y configuran juventud en condición de escolaridad
La pandemia dejó a su paso retos al fortalecimiento de los planteles en materia de infraestructura sanitaria, educativa y tecnológica. Específicamente en los retos educativos, resulta imperante reconocer desde su participación la diversidad y la desigualdad de recursos y experiencias con que las y los jóvenes en contextos y modalidades vulnerados cursan y dan sentido al nivel medio superior, de modo que se pueden potenciar las estancias y permanencias estudiantiles, así como, los esfuerzos de las comunidades educativas.
Resulta fundante la necesidad de fortalecer la comunicación con la población estudiantil, la cual se enfatizó como una debilidad en las acciones implementadas en los Telebachilleratos Comunitarios y una continua demanda de las y los jóvenes para el acompañamiento pedagógico, la interacción con docentes y entre pares, esto en favor de la experiencia educativa que reclama significados nuevos a la escuela que conocimos y que otorga sentido a lo que hoy es novedad, admitiendo como ha sostenido Pineau, que la escuela continua vigente como máquina de educar; no obstante, es preciso considerar la voces y demandas juveniles que atisban, cada vez con mayor fuerza, una perspectiva de juventud fundante de una escuela más cercana, participativa, que acompañe y escuche para potenciar la construcción de lo común.
Bibliografía:
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Palabras clave:
juventud, media superior, vulnerabilidad
Resumen de la Ponencia:
Esta ponencia es un resultado de una investigación cualitativa cuyo propósito es analizar los significados y sentidos que los adolescentes de escuelas secundarias atribuyen a la escuela en el contexto de la pandemia; particularmente se abordarán los afectos, emociones y expectativas que experimentaron a partir del confinamiento. Para ello se analizan e interpretan las narrativas donde las adolescencias expresan los sentimientos y las expectativas que construyeron a partir de esta situación. Se parte del supuesto de que los adolescentes reconstruyeron y resignificaron los sentidos de la escuela desde las vivencias que como sujetos particulares vivieron durante el encierro por la pandemia.En un primer momento se realiza una contextualización a partir de los efectos que dejó tras de sí la pandemia por COVID 19, enfatizando la consecuencias e implicaciones que esta tuvo en la subjetividad de los adolescentes ante la pérdida de empleo de sus progenitores, los efectos en la salud física y mental del encierro y el incremento de la violencia tanto familiar como social. Para este abordaje se recurrió a datos tomados de instancias estatales, nacionales e internacionales, ya que no se pueden dejar de lado estas variables en la comprensión del fenómeno. La segunda parte se dedica al abordaje teórico centrado en las categorías: narrativas, sentidos, significados y adolescencias; abordadas desde las concepciones de subjetividad abierta que interpela y a la vez se resignifica a través de mediaciones y configuraciones; aquí destacan los aportes de Ricoeur (2000), Arendt (2000) Castoriadis (2005) y Giddens (1997). El tercer apartado es la travesía metodológica que define su paradigma desde un enfoque cualitativo, justifica las decisiones en el camino recorrido y describe la confección del entramado a seguir. El cuarto apartado es el análisis e interpretación de fragmentos tomados de las narrativas desde dos momentos: los sentimientos, en una primera mostración y lo que más extrañaron de su escuela en el escenario del encierro por COVID-19. De ahí se infieren expectativas, lo que esperan del encuentro presencial. Finalmente, las conclusiones que nos muestran lo que estas narrativas nos enseñan y nos develan, las significaciones que es posible inferir y lo que queda abierto para la reflexión.Resumen de la Ponencia:
La presente comunicación focaliza su mirada en la relación entre los jóvenes universitarios y la educación universitaria ,vínculo que se modificó intempestivamente a partir del giro inesperado de la educación presencial hacia la educación virtual y las (diversas) experiencias que ello trajo aparejado en distintos aspectos de la vida juvenil.Desde nuestro proyecto de investigación “Participación Juvenil. Prácticas y Representaciones” realizamos un primer análisis en 2020 (que continuamos en 2021) focalizado en comprender las experiencias educativas de jóvenes estudiantes de diversas carreras de la Facultad de Ciencias Económicas Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de San Luis, Argentina. En esa oportunidad pudimos analizar que la pandemia dejó a la luz desigualdades que ya existían pero que durante la pandemia se volvieron más visibles. Diferencias sociales y económicas que influyeron en la calidad de la educación recibida, no sólo vinculadas a la conexión sino en el acceso a los dispositivos tecnológicos: no todos/as los/las jóvenes poseen computadora y muchos/as tienen que compartirlas con otros familiares. Además pudimos reflexionar en que todos los aspectos de la vida cotidiana se vieron modificados a partir de la Pandemia y que surgieron diversas transformaciones sociales a partir de ella.En esta oportunidad enfocamos el estudio en este nuevo contexto de pospandemia en el cual ya se ha regresado a la presencialidad pero en una realidad transmutada que, sin lugar a dudas, no es la misma, porque nosotros no somos los mismos.En el presente trabajo intentamos acercarnos a la experiencia que atraviesan aquellos/as estudiantes que iniciaron su recorrido universitario durante el año 2021, contexto de virtualidad plena, mientras que en este 2022 iniciaron su cursada de modo presencial lo cual implica la interacción cara a cara con profesores y compañeros/as..Basamos el análisis en los resultados de un cuestionario semi estructurado que nos permite recrear los escenarios en los que los y las jóvenes se están desenvolviendo y así hacer un pequeño aporte a la reflexión sobre un contexto que aún hoy resulta incierto e imprevisible.Resumen de la Ponencia:
Este trabalho analisa as experiências de adolescentes relativas à pandemia de Covid-19. Os sujeitos da pesquisa são moradores de uma região periférica da cidade de São Paulo, Brasil, na faixa etária entre 13 e 16 anos. Foram conduzidos sete grupos focais mistos, de forma presencial, com 19 meninas e 15 meninos, estudantes de uma escola pública, em 2021. O distanciamento social e o ensino remoto foram eixos desestruturantes da rotina dos adolescentes. O período de confinamento em casa foi marcado pelos constantes conflitos entre irmãos e/ou mães e filhos. O convívio em tempo integral, o acréscimo de tarefas domésticas e a desobediência e a agitação de irmãos menores motivavam brigas e discussões. Tal cenário torna-se especialmente difícil quando se leva em conta o papel central da escola como espaço de sociabilidade e de construção de vínculos afetivos entre pares. Com especial destaque à rede de apoio psicológico e de afeto provida por amigos e colegas, face a ambientes familiares delineados por práticas educativas autoritárias (por vezes, violentas) e distanciamento emocional. O desestímulo do ensino remoto, e a consequente queda no desempenho escolar, foi considerado o maior desafio trazido pela pandemia. A centralização da educação online em aplicativos flexibilizou as obrigações estudantis, fundamentais para a aplicação e a efetivação da prática do estudo. Igualmente, mostraram-se problemáticos os conteúdos genéricos distanciados dos seus conhecimentos e objetivamente desprovidos de contextualização oferecidos nas aulas online promovidas pelo órgão governamental responsável. Em suma, as condições subjetivas e objetivas para o estudar na fase das aulas remotas resultaram em dificuldade em acompanhar os conteúdos das disciplinas, na falta de foco e estímulo em estudar. A contingência das práticas sociais, rotina e da própria vida humana agravou condições de ansiedade preexistentes. A incerteza quanto ao futuro desestrutura perspectivas e sentido de ação relativas ao projeto de vida. Soma-se a isso o temor pela perda de familiares: ficar sozinho/a abarca variadas dimensões como a afetiva/relacional, financeira, referencial educativo e de modo de ser/viver em uma fase da vida voltada para a preparação da vida adulta. Não obstante, as mudanças e restrições sociais também geraram aprendizados relacionados ao crescimento pessoal: um maior autocontrole e a valorização das pessoas com quem tem vínculo afetivo mostram-se benéficos nas situações de divergências com pares e familiares. Ainda que individualmente tenham apontado as vivências da pandemia como fator de reforço de reflexões pessoais que direcionaram novos modos de pensar e agir, no plano social, destacaram a permanecia de valores e práticas danosas a integridade de grupos mais vulneráveis e próximas, num cenário social que evocou coletividade, interdependência e empatia.Resumen de la Ponencia:
El problema de investigación que se procura abordar en este trabajo es la articulación entre un hecho social claramente relevante a nivel mundial como la pandemia por COVID-19 y su articulación con la trayectoria biográfica de las personas de diferentes generaciones en Montevideo, Uruguay. El análisis parte desde la perspectiva teórico-metodológica del curso de vida y analiza datos de la encuesta multicéntrica Cambios y Eventos en el Curso de la Vida (CEVI) relevada en 2022, 2016 y 2012 en Montevideo. El objetivo es conocer el impacto del COVID como hecho reciente en la vida de las personas, la percepción de la pandemia como punto de inflexión en las trayectorias biográficas individuales y la construcción del COVID como hecho sociohistórico de alcance colectivo en el país y en el mundo. Este análisis se realizará de manera cuantitativa descriptiva, ponderando el impacto de la pandemia por COVID-19 con otros eventos de la vida de las personas y comparando los resultados recientes con las dos oleadas de encuestas anteriores realizadas en 2012 y 2016. De esta manera se procurará comprender el alcance que ha tenido la pandemia en la vida de las personas de diferentes generaciones, sus efectos directos e indirectos y las valoraciones que hacen los uruguayos de la pandemia como hecho colectivo y su articulación con la trayectoria individual.Resumen de la Ponencia:
El sistema educativo argentino desde su origen se estableció como un elemento de identificación común de los ciudadanos, donde si bien se establecieron niveles graduales que estaban condicionados al origen social de los estudiantes, se estableció bajo un espíritu de igualdad de oportunidades e integración social, sobre todo en la segunda mitad del siglo XX con el incremento de las tasas de graduación del nivel medio y políticas públicas que facilitaron el acceso al nivel superior. No obstante, estos avances en materia de democratización no han alcanzado la consistencia para hablar de una completa democratización del nivel, puesto que persiste una estructura de inclusión-excluyente (Ezcurra, 2013), dado que si bien hay un efectivo incremento de la matrícula de educación superior, éste convive con el fenómeno del abandono, sobre todo en los primeros años de ingreso al sistema.En este marco, con la irrupción de la pandemia por Covid-19, y las medidas sanitarias que los diferentes gobiernos dispusieron para paliar sus impactos en la población, se agudizaron las tensiones vigentes en las estructuras educativas, inclusive la universitaria. La presente investigación centra su interés en estudiantes que asisten a la Universidad Nacional de Rio Cuarto (Argentina), la cual se constituye en el centro de estudios de nivel superior público y gratuito de referencia en el sur de la provincia de Córdoba. El objetivo que orienta el presente trabajo radica en identificar el impacto de los cambios acaecidos en el marco de la pandemia por Covid-19 en las trayectorias educativas de estudiantes que transitan sus primeros años el nivel superior de la Universidad Nacional de Río Cuarto (Argentina). A este fin, se indagó a estudiantes del prof. y la lic. en Educación Física que transitan el segundo año en su carrera en forma presencial, en contraste con su último año de nivel medio y el primero del superior lo hicieron en entornos virtuales. En materia metodológica, se trata de un estudio de diseño transversal y de tipo descriptivo, el cual recurre a técnicas cuantitativas de fuentes primarias para su análisis, cuestionarios. Los cuales pretenden dar cuenta de las propias valoraciones de los/as estudiantes sobre los contrastes tanto en la organización de sus tiempos como en las ventajas y dificultades que presentan las modalidades educativas experimentadas en sus últimos años de escolaridad.
Introducción:
Desde su constitución a fines del siglo XIX, el sistema educativo argentino se erigió como un elemento de identificación común de los ciudadanos, bajo un espíritu de igualdad de oportunidades e integración social en la educación básica, pero con una estructura segmentada entre los niveles educativos condicionada por el origen social de los/as estudiantes.
En el transcurso del siglo XX esta estructura fue diluyendo su incidencia gracias a diversos factores que posibilitaron el ingreso de sectores sociales de menores ingresos en la educación de nivel medio y superior. Hasta la década de 1960, cuando los estratos sociales más altos comienzan a abandonar la escuela de gestión estatal en pos de la de gestión privada (Tiramonti, 2005), y sobre todo a partir de la década de los ochenta, donde se agudiza la tendencia de fragmentación del campo educativo, evidenciando la existencia de circuitos diferenciados en el interior del sistema escolar para alumnos de origen social disímil (Tuñón y Halperin, 2010: 3).
En este contexto histórico, particularmente con el restablecimiento de la democracia en 1983, la matrícula universitaria expresó un crecimiento sostenido tanto en instituciones estatales como privadas. Lo cual encuentra sustento en la ampliación de las políticas públicas de inclusión educativa, el crecimiento de la escolarización y la prolongación del período escolar obligatorio (Otero y Corica, 2017:11).
En este marco, el año 2020, con la irrupción de la pandemia por Covid-19, y las medidas sanitarias que los diferentes gobiernos dispusieron para paliar sus impactos en la población, marcó un hito que puso en tensión las estructuras educativas que en mayor o menor medida presentaban dificultades, incidiendo particularmente en las trayectorias escolares de quienes se encontraban en procesos transicionales de la educación secundaria a la superior.
Este cuadro general da sustento a la presente investigación, la cual centra su interés en los estudiantes de la Universidad Nacional de Rio Cuarto (Córdoba, Argentina), particularmente en identificar el impacto de los cambios acaecidos en el marco de la pandemia por Covid-19 en las trayectorias educativas de estudiantes que transitan sus primeros años en el nivel superior. En materia metodológica, se trata de un estudio de diseño transversal y de tipo exploratorio, el cual recurre a técnicas cuantitativas de fuentes primarias -cuestionarios de preguntas cerradas y abiertas- realizadas a 88 estudiantes de 2do año del Profesorado y la Licenciatura en Educación Física. A partir de la obtención de la información, el procesamiento de los resultados se centró en distinguir los resultados generales de la muestra, para posteriormente intervenirlos por la variable del tipo de gestión educativa a la que asistieron los estudiantes en su educación secundaria, esto último con el propósito de avizorar los contrastes que se presentan en las trayectorias escolares de la juventud en base a su origen socioeducativo.
A fines de organizar la presentación, la ponencia se conforma por tres apartados troncales y las respectivas reflexiones finales. En primera instancia de desarrolla una breve reseña del anclaje histórico que sustenta el proceso de fragmentación socioeducativa en Argentina; para posteriormente desarrollar el devenir del sistema de educación superior en el país; y por último, adentrar en el impacto de la pandemia de covid-19 en el campo educativo y el retorno a la modalidad de cursado presencial de los/as estudiantes universitarios en sus primeros años en el nivel.
Desarrollo:
Desintegración social y fragmentación educativa
El advenimiento de la segunda mitad del siglo XX, producto en gran medida de la retracción progresiva del papel estatal en el diseño de políticas públicas que garantizaron destacables índices de bienestar social, junto a una sostenida desinversión en la estructura educativa (deterioro de los salarios y las condiciones laborales de los docentes, ausencia de políticas dirigidas a jerarquizar la formación de los/as profesionales de la educación, etc.), condujo a una profunda declinación del sistema educativo; que junto a un creciente incentivo del desarrollo de la educación de gestión privada para responder a la creciente demanda educativa, se dio inicio a un progresivo proceso de matriculación estudiantil en éstas instituciones y la correspondiente configuración de circuitos diferenciados de escolarización en base al poder adquisitivo de las familias de los/as estudiantes (del Cueto y Luzzi, 2008: 63).
Corresponde destacar que esta tendencia fragmentaria no solo se presentaría en base a los tipos de gestión de las instituciones educativas, sino también en el seno de cada una de ellas. A partir de los años ‘80, diversos estudios dieron cuenta de la creciente segmentación del sistema que producía diferencias entre las escuelas según la zona en la que estaban ubicadas y la población que recibían, independientemente si se trataban de establecimientos estatales o privados, contrarrestando los efectos democratizadores del aumento de la cobertura y generando una mayor diferenciación de circuitos que reproducen y refuerzan la desigualdad social de los estudiantes (Braslavsky, 1986; Braslavsky y Filmus, 1987).
A partir de estas aclaraciones, se observa que en las décadas recientes se asiste a un proceso por el cual fracciones importantes de los sectores medios abandonan la educación pública, dejando de ser una característica exclusiva de los sectores de altos ingresos (Kaztman, 2019: 20). Y encontrando su principal respuesta en la percepción de los padres sobre el “deterioro relativo en la calidad de la enseñanza pública” (p.21); pero con factores macro y micro-sociales que inciden directamente en dicha percepción y sus procedentes conductas. En relación a esto, dentro de los principales factores macro-sociales encontramos a la naturaleza de las matrices socioculturales, el nivel de pobreza y de desigualdad en la distribución de la riqueza, y el nivel de urbanización (Ibid.: 21); mientras que dentro de los micro-sociales, que son determinados principalmente por decisiones de los padres, se presentan: la optimización de la inversión en capital humano buscando asegurar la calidad de los conocimientos adquiridos, la evaluación (de las instituciones educativas) acerca de sus potenciales relativos como semilleros de capital social, la adquisición de capital simbólico y el clima de seguridad en los lugares de enseñanza (pp. 21-22).
Juventud y estudios superiores en la Argentina contemporánea
La educación superior a nivel nacional dio un quiebre notorio con la reforma universitaria de 1918, abandonando progresivamente su carácter elitista por uno de masificación e inclusión. Fundamentalmente desde la década de 1950, cuando el gobierno peronista eliminó los aranceles y el examen selectivo para el ingreso, triplicando la matricula entre 1947 y 1960 (Chiroleu, Suasnábar y Rovelli, 2012: 91-92), o posteriormente con el restablecimiento de la democracia en 1983, donde la matrícula universitaria pasó de 667.456 estudiantes en 1986 a 1.650.150 en 2009, es decir, un crecimiento del 147% en 23 años (Ibid.: 61).
Los principales factores que han incidido en esta expansión de la matrícula universitaria pueden reconocerse la ampliación de las políticas públicas de inclusión educativa, un crecimiento de la escolarización y una prolongación del período escolar obligatorio (Otero y Corica, 2017:11), lo que ha implicado una mayor democratización externa del nivel superior[i]. Sin embargo, esto no conduce a un proceso inclusivo, el cual parte del “reconocimiento de que la sociedad no es homogénea y la diversidad constituye un componente que merece ser revalorizado” (Chiroleu, Suasnábar y Rovelli, 2012: 88), es decir, que si alcanzar un genuino proceso de democratización, debe bregar por la inclusión de la diversidad socioeconómica, racial, cultural y sexual semejante a la que existe en el seno de la sociedad en procura de subsanar las discriminaciones históricas que gestaron la desigualdad en la que se encuentran esos grupos.
En orientación a ello, en el ámbito de la educación superior “predomina el ingreso irrestricto y no existe un examen nacional común a todos los estudiantes que desean incorporarse, el acceso está mediado por las regulaciones de las propias instituciones de educación superior” (Otero y Corica, 2017: 14). Mientras que desde la década de los noventa, y sobre todo con los doce años de continuidad de los gobiernos encabezados por Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández de Kirchner (2007-2011 y 2011-2015) se avanzó sustancialmente en la ejecución de programas y politicas públicas que atienden a sectores historicamente excluidos del sistema universitario. Si bien la matricula se ha incrementado sustantivamente en las últimas décadas, esto se ve atenuado debido a que las trayectorias educativas no siempre concluyen exitosamente (Otero y Corica, 2017: 21). Lo que nos indica estar en presencia de un proceso de inclusión-excluyente, dado que, si bien hay un efectivo incremento de la matrícula de educación superior, éste convive con el fenómeno del abandono, sobre todo en los primeros años de ingreso al sistema, el cual “afecta a las franjas sociales más desfavorecidas en la distribución del capital económico y cultural” (Ezcurra, 2013; en Otero y Corica, 2017: 22).
Lo observado por los diversos indicadores permiten reconocer que la juventud argentina tiene mayores posibilidades de incursionar en estudios superiores que en las décadas precedentes, sin embargo, se insiste en que esta democratización cuantitativa, no implica una verdadera reducción de las desigualdades sociales de origen, es decir, una genuina democratización cualitativa[ii]; trascendiendo a la posibilidad de ingreso para también favorecer el cursado y egreso de sus estudios superiores por parte de las/os jóvenes (Chiroleu, Suasnábar y Rovelli, 2012: 91).
Desigualdades, pandemia y transiciones escolares de la juventud
Si bien estos rasgos de la estructura educativa nacional han alcanzado una relativa consolidación, el año 2020 presentó un hecho sin precedentes en la historia mundial reciente en materia sanitaria, política, socio-económica y educativa a partir de la declaración de la pandemia por Covid-19. La cual generó grandes alteraciones en las diversas actividades y dinámicas sociales, ya sea por la afectación directa de la enfermedad o por las medidas preventivas que los gobiernos emprendieron para evitar la propagación y potencial colapso de los sistemas sanitarios.
Las forzadas adecuaciones educativas producto de la emergencia sanitaria propiciaron un sustancial incremento en las “ventas del mercado de educación virtual entre los sectores menos afectados por la crisis, en tanto millones de niños/as, adolescentes y adultos educándose quedaron con las manos vacías” (Puigrós, Dussel, Ferrante y Pulfer, 2020: 35). Las escuelas de los sectores de mayores ingresos en gran medida continuaron sus actividades online, programaron evaluaciones y dispositivos para la promoción y consiguieron una relativa contención de su estudiantado. Mientras que en el otro extremo, muchos estudiantes perdieron comunicación con sus docentes, excepto cuando muchos de estos esforzadamente los siguieron contactando por medios caseros (visitas a los domicilios, llamadas por teléfono o uso del WhatsApp) (Ibid.: 35).
Este fue el marco en el que se gestaron las transiciones escolares de los/as jóvenes en sus primeras experiencias en la educación superior. Donde en el caso de quienes fueron encuestados en la presente investigación, realizaron su primer año universitario en contexto de educación en modalidad virtual (2021) y el segundo -el presente- en modalidad presencial.
La muestra relevada en la investigación se constituye por 88 estudiantes que transitan el segundo año de formación académica del prof. y la lic. en Educación Física; de ellos/as, la mayoría tiene 21 años o menos, particularmente el 32% tiene 19 años, el 25% de 20 años y el 23% de 21 años. En cuanto a la identidad autopercibida, el 60% se reconoce varón y el 40% mujer; mientras que en cuanto al tipo de gestión educativa donde cursaron el nivel secundario, el 57% proviene de escuelas de gestión estatal y el 43% de gestión privada. Como referencia regional de altos estudios, la Universidad Nacional de Rio Cuarto recibe estudiantes de diversas geografías, en el caso particular de la muestra relevada, el 60% son de la localidad homónima, el 27% de otras localidades de la provincia de Córdoba y el 13% de otras provincias y países.
Como se ha destacado en la presente ponencia, la situación socioeconómica influye de forma relevante en el desempeño académico. En el caso particular de la muestra relevada se indagó sobre el origen de los ingresos personales y las responsabilidades personales (en virtud si debían compatibilizar estudios con trabajo). Indicadores que permiten observar que la principal fuente de ingresos de los/as estudiantes proviene de aportes paternos (60%), trabajo estable (21%) y temporal (14%); contemplado por tipo de gestión de proveniencia en el nivel secundario, quienes provienen del sector privado tienen mayor asistencia paterna que sus pares de estatales (65% y 56% respectivamente); mientras estos últimos tienen mayor dedicación laboral estable (22% en estatales y 20% en privados). En lo que concierne a las principales responsabilidades de los/as estudiantes, la mayoría certifica a sus estudios (66%), seguido por trabajar (23%) y ayudar a otros/as (7%); y visto por gestión del nivel medio hay una leve primacía en la dedicación a los estudios en quienes asistieron a instituciones privadas (68% a 64%), mientras que entre quienes manifiestan al trabajo como su principal responsabilidad existe una mayoría de quienes asistieron a establecimientos estatales (24% a 21%)
Ante este panorama introductorio se puede profundizar en las condiciones socioeducativas donde se desenvolvieron los estudiantes durante la pandemia y en la actualidad. Al momento de indagar sobre si los estudiantes contaban con espacio propio para estudiar, el 89% indicó que sí; situación que ascendió al 90% al momento del relevamiento. Analizado por el tipo de gestión del establecimiento educativo en el que cursaron el nivel secundario, los índices reportan una mejoría con el restablecimiento de la actividad presencial entre quienes asistían a instituciones estatales, alcanzando una relativa paridad con quienes provienen de establecimientos privados.
En lo que concierne a dispositivos digitales en el hogar, durante la pandemia los celulares constituyeron la principal herramienta de sostenibilidad académica (40%), levemente por sobre las notebooks (37%), las computadoras de escritorio (15%) y las netbooks (8%); lo que se modificó con el retorno a la educación presencial, donde se reportó un uso mayoritario de notebooks (44%), relegando al celular (37%), computadoras de escritorio (12%) y netbooks (8%). Afortunadamente, en ningún caso se careció de dispositivos digitales. A continuación se presenta la distribución de dispositivos digitales por tipo de gestión tanto durante la pandemia como el retorno a la presencialidad.
En materia de conectividad, durante la pandemia la mayoría contó acceso fijo con buena conexión a internet (60%), quienes contaban con acceso con problemas de conexión también era un número relevante (35%), mientras que el 5% contó con conexión mediante datos de celular, lo que indica que nadie careció de conectividad. Lo llamativo es que con el retorno a la modalidad presencial se mejoró la calidad de la conectividad, la cual alcanza el 67% de estudiantes que manifiestan un acceso fijo con buena conexión a internet, mientras que entre el restante 33% persiste el acceso fijo con problemas.
Los índices permiten observar una desigualdad durante la pandemia en cuanto a la calidad del internet, donde los provenientes de instituciones estatales presentaban una situación ventajosa, lo cual se modificó sustantivamente con el retorno a la presencialidad, con una leve mejor situación para los provenientes de establecimientos privados.
Otro aspecto de relevancia a la hora de evaluar las condiciones en las que los estudiantes afrontarían la educación en virtualidad concierne al manejo de competencias informáticas; en este sentido, solo el 6% reportó tener muchos conocimientos, el 58% dispone de conocimientos aceptables, el 34% de pocos conocimientos y solo el 2% no tiene -o tenía- conocimientos informáticos[iii]. En este sentido, un análisis por tipo de gestión educativa de proveniencia nos permite observar una mejor situación entre quienes asistieron a escuelas estatales, particularmente en el apartado sobre “conocimientos aceptables”; sin embargo, también es en este grupo poblacional en el que se dan casos de no tener conocimientos informáticos.
Esclareciendo los factores socioeducativos que constituyen a los estudiantes relevados, corresponde ahora profundizar en las características de la vinculación escolar que sostuvieron tanto en pandemia como a partir del retorno a la modalidad presencial. En primera instancia se indagó sobre la intensidad en el cursado de las materias que correspondían al año del plan de estudios: en pandemia, quienes desempeñaron un cursado completo alcanzan al 52%, quienes realizaron solo las materias que podían cursar (por correlatividades) fueron el 45% y quienes solo realizaron materias que resultaban de interés el 3%. Situación que presentó una mejoría con el retorno a la presencialidad, particularmente con el hecho de que un 6% pasaron de cursar solo las materias que podían a cursar de forma completa (de 52% a 58%). Visto por tipos de gestión en el nivel secundario, quienes asistían a escuelas privadas presentaban una mejor performance en cuanto a la intensidad del cursado de materias, algo que decayó notablemente con el retorno a la presencialidad, donde muchos/as de quienes habían cursado todas las materias del plan de estudios pasaron a cursar solo las que podían. Haciendo la situación más paritaria con respecto a quienes realizaron su secundario en instituciones estatales.
Las horas semanales dedicadas al estudio durante la pandemia se distribuyó porcentualmente de la siguiente manera: la mayoría solo dedicó entre 4 y 10 horas (31%), seguido por quienes dedicaron entre 11 y 15 horas (30%), luego 16 y 20 horas (23%), 3 horas o menos (9%) y por último quienes destinaron más de 20 horas (7%). Con el retorno a la presencialidad en gran medida se preservaron los ordenes de prevalencia, pero con otros porcentajes: se incrementó la cantidad que reporta entre 4 y 10 horas (38%), y una leve mejora de quienes dedican entre 11 y 15 horas (31%), estos en desmedro de quienes dedican entre 16 y 20 horas (19%), mientras que las únicas posiciones que se alteran son las de menor porcentaje, creció la cantidad de estudiantes que emplean más de 20 horas (10%) y disminuyó la de 3 horas o menos (2%). Es decir, que con el retorno a la educación presencial hay una mayor dedicación de horas semanales al estudio. Analizado por el tipo de gestión de nivel secundario tanto durante la pandemia como con el retorno a la presencialidad expone una mejor situación entre los de escuelas privadas, fundamentalmente entre quienes dedican 16 horas semanales o más; si bien la situación se ha equiparado con el retorno de la presencialidad entre los dos grupos, los/as de gestión privada preservan una leve ventaja.
La dedicación académica mantiene correlato con el efectivo cursado y aprobación de las materias en las que cada estudiante se inscribió en el ciclo lectivo. En relación a ello se indagó sobre el desempeño de estos dos aspectos durante el cursado en pandemia y se obtuvieron los siguientes resultados: en cuanto a la cantidad de materias que culminaron de cursar, la mayoría fue entre 4 y 6 (36%), seguido por quienes culminaron entre 7 y 8 materias (32%), quienes culminaron la totalidad (23%), entre 1 y 3 (7%) y ninguna materia solo el 2%. Es decir, presentaron un aceptable desempeño general en lo que concierne a la culminación del cursado de las materias, ya que 9 de cada 10 estudiantes cursaron 4 materias o más. La situación cambia notablemente cuando se indaga sobre las materias que efectivamente fueron aprobadas, es decir, aprobaron su examen final. Ya que el mayor porcentaje lo presentan quienes solo aprobaron entre 1 y 3 materias (44%), seguido por entre 4 y 6 (22%), y entre 7 u 8 (17%), ascendió la cantidad de quienes no aprobaron ninguna materia (14%) y desciende notablemente quienes aprobaron todas (3%). En resumen, la modalidad virtual facilitó la culminación del cursado de las materias, pero esto no se trasladó linealmente a la aprobación definitiva de las mismas. En lo que concierne a un abordaje por el tipo de gestión educativa en el nivel medio expone contrastes por tipo de gestión, con mejores índices tanto en materias cursadas como aprobadas entre quienes provienen de escuelas estatales por sobre los/as de privadas.
En relación a lo desarrollado sobre las performances de cursado y aprobación se indagó sobre las complejidades que vivenciaron los/as estudiantes para ello tanto durante la educación en modalidad virtual como con el retorno a la presencial. En pandemia, las mayores complejidades reportadas confieren a la cantidad de bibliografía para leer (25%) y la dinámica del cursado (24%), seguido por el hecho de rendir exámenes finales (18%) y parciales (16%), la relación con compañeros (8%), las normativas y pautas universitarias (7%), y por último quienes no indican haber tenido dificultades (2%). La situación cambia levemente con el restablecimiento de la presencialidad, particularmente en el orden de las causales: la dinámica del cursado es la de mayor afección (26%), seguida por la cantidad de bibliografía para leer (23%), luego las dificultades para rendir exámenes parciales (18%) y finales (17%), las normativas y pautas universitarias (7%), la relación con compañeros (6%) y quienes no indican haber tenido dificultades (3%). En resumen, tanto en educación virtual como presencial la mitad de los/as estudiantes reportan que las mayores complicaciones fueron ocasionadas por la cantidad de bibliografía para leer/estudiar y las dinámicas de cursado, en un análisis más particularizado se puede destacar que independientemente si el cursado es en formato virtual o presencial preserva un núcleo de antipatías por parte de los/as estudiantes, no obstante, hay una ligera predilección por el virtual. Las complejidades esgrimidas en base a los tipos de gestión de los/as estudiantes presentan una leve preminencia -en ambas modalidades de cursado- la dinámica del cursado y la cantidad de bibliografía entre los/as provenientes de escuelas privadas; mientras que existe una situación paritaria en la valoración de las instancias evaluativas (parciales y finales) entre ambos grupos y ambas modalidades de cursado.
Por último, se indagó sobre el formato que los estudiantes consideran más satisfactorio y los aspectos que inciden en dicha valoración. De la totalidad de los/as estudiantes relevados/as el 74% indica su preferencia por la educación presencial, un 24% por un formato de combinado y solo el 3% prefiere la educación virtual. Analizado por el tipo de gestión del cual provienen los/as estudiantes, los resultados exponen cierta correlación con el desempeño de cada grupo con respecto al cursado y aprobación de las materias, donde quienes provienen de escuelas de gestión privada tienen mayor afinidad por la educación presencial que sus pares provenientes de gestión estatal, los/as cuales manifiestan mayores simpatías por la incorporación del cursado virtual.
Los aspectos que influyen en dichas valoraciones son diversos, pero en orden de relevancia se destacan los aspectos interpersonales, la vinculación con docentes (24%) y con compañeros/as (23%), seguido de cerca por una mayor facilidad en el proceso de aprendizaje (21%), una mejor administración del tiempo (13%), la metodología de evaluación (10%) y la realización de trámites universitarios (9%).
En cuanto a los argumentos esgrimidos para justificar las preferencias por modalidades de gestión en base al tipo de gestión de proveniencia, los/as de gestión privada reivindican en mayor medida aspectos vinculares -fundamentalmente con sus pares- y la facilidad para el aprendizaje; mientras que los/as estudiantes de gestiones estatales reivindican mayores facilidades para adecuar tiempos personales y académicos y aspectos relativos a trámites administrativos.
[i] Chiroleu, Suasnábar y Rovelli (2012) reconocen dos planos respectivos a la democratización de la universidad, “la democratización interna, que da cuenta de la participación de los estamentos en el gobierno universitario (docentes, graduados, estudiantes, empleados), y la democratización externa, que designa la representación que las diversas clases sociales tienen en la población universitaria” (p. 88).
[ii] La democratización cualitativa es la que refiere al debilitamiento del lazo entre orígenes sociales y destino escolar; mientras que la cuantitativa es aquella que alcanza a todas las clases sociales. (Prost, 1986)
[iii] Las opciones presentadas contemplaban un vasto conocimiento de herramientas informáticas, conocimientos aceptables para los requerimientos académicos (capacidad de crear PPT, Prezi, videollamadas, etc.) y el manejo herramientas básicas (paquete office y redes sociales).
Conclusiones:
Las reformas educativas propiciadas en Argentina, fundamentalmente durante la década de los ’90, facilitaron la incorporación y apertura a sectores históricamente relegados pero en un marco de creciente disgregación social condujo a un proceso creciente de fragmentación educativa. Dicha estructura fragmentaria se constituyó en característica del sistema educativo argentino, aun durante las primeras décadas del siglo XXI, caracterizadas por una recomposición del tejido social producto de una estabilización macroeconómica y una progresiva mejoría en los ingresos familiares.
Las desigualdades distintivas del sistema educativo se vieron puestas en tensión a partir de un hecho inédito en las décadas recientes, la irrupción de la pandemia por Covid-19, la cual obligó a establecer una amplia y diversa batería de iniciativas gubernamentales a fin de atenuar su impacto en las poblaciones de todos los países del mundo donde se presentó. En Argentina, a partir de la suspensión de las clases presenciales los actores educativos vieron conmovidas sus dinámicas tradicionales y pusieron en práctica diversas respuestas para adecuarse a la situación. Sin embargo, las desigualdades y vulnerabilidades precedentes fueron agudizadas por un cuadro de situación signado por requerimientos extraordinarios para la continuidad pedagógica, la laxidad de los vínculos interpersonales y condiciones socioeconómicas adversas en las familias de los/as estudiantes.
El impacto en las transiciones escolares de quienes culminaron su educación secundaria y comenzaron el nivel superior durante la pandemia no fue menor, haciendo evidentes no solo las complejidades propias de dicho proceso sino también las que corresponden a la situación de contingencia socioeducativa ocasionada por la pandemia. A grandes rasgos, tanto en el marco de la pandemia como con el restablecimiento de las actividades presenciales, se pueden destacar algunos resultados más notables de la investigación -ya se ha profundizado en el desarrollo del tercer apartado de la ponencia-: En primer lugar, gran parte de los/as estudiantes obtienen sus ingresos por asistencia paterna y la principal actividad es estudiar. En cuanto a las condiciones socioeducativas, la mayoría de un espacio propio para el desempeño y todos dispusieron y disponen de algún dispositivo electrónico para el cursado (virtual y presencial); independientemente de la calidad, todos tienen acceso a internet y 2 de cada 3 tienen aceptables competencias informáticas. La intensidad del cursado se incrementó con el retorno a la presencialidad, mientras que la dedicación horaria también presenta una leve mejora. En lo que concierne al desempeño académico en el año 2021 -con educación virtual- (del que se puede tomar registro), hay una gran disociación entre los índices sobre materias cursadas culminadas y las efectivamente aprobadas. Los/as estudiantes prefieren el formato de educación presencial, mientras que en su defecto adhieren a un formato hibrido (presencialidad-virtualidad), argumentan esto en base a aspectos interpersonales y pedagógicos.
En un análisis por tipo de gestión del cual provienen los/as estudiantes, hay una situación paritaria en términos de disponibilidad de espacio propio, sobre todo en el retorno a la presencialidad. En lo que concierne a la conectividad a internet, durante la pandemia los estudiantes provenientes de escuelas estatales presentaban una mejor situación que sus pares de privadas, sin embargo esto se equiparó con el restablecimiento de la virtualidad; en similar sentido se presentan las competencias informáticas, quienes los/as de escuelas estatales presentan mejores índices, pero al mismo tiempo es el único grupo donde hay estudiantes que carecían de conocimientos. En cuanto a la intensidad del cursado, durante la pandemia quienes provenían de privadas exponen una mejor situación -particularmente por el cursado completo- mientras que el retorno de la presencialidad equiparó la situación entre grupos; similar evolución presentó la dedicación horaria semanal a los estudios.
Los/as estudiantes provenientes de instituciones de gestión privada han contado con mejores condiciones para el desempeño durante la virtualidad, pero los del sector estatal tuvieron mejores desempeños finales (cursado de materias y aprobación). Puede que esto influya en la elección sobre la modalidad predilecta por cada grupo, donde los/as estudiantes que provienen de escuelas privadas prefieren en mayor medida la presencialidad que sus pares de estatales, quienes ven con menor resistencia la incorporación de formatos combinados con la virtualidad.
Por último, se puede reconocer que también las crisis, como la propiciada por el Covid-19, sirven de oportunidades para cambiar, evaluar y rever contenidos, prácticas y estrategias de enseñanza-aprendizaje en perspectiva de atenuar las brechas socioeducativas y mejorar las condiciones pedagógicas del estudiantado.
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Palabras clave:
Transiciones escolares - Educación modalidad virtual/presencial - Desigualdad socioeducativa
Resumen de la Ponencia:
La Universidad Autónoma Chapingo como todas las instituciones del mundo y en particular de México suspendió sus actividades presenciales a partir de Marzo del 2020, cuando comenzó la crisis sanitaria. Razón por la que los estudiantes y el profesorado tuvieron que regresar a sus casas a seguir realizando sus actividades académicas. Un equipo de profesoras, de esta institución, preocupadas por conocer los principales problemas a los que se enfrentaban los estudiantes y de forma particular los de nuevo ingreso, pusieron en marcha un proyecto denominado: programa de integración al nuevo escenario académico en la preparatoria agrícola de la Universidad Autónoma Chapingo. Se buscaba fortalecer la autoconfianza del estudiante de nuevo ingreso y brindar acompañamiento para que lograra adaptarse a las nuevas circunstancias educativas y que conociera los problemas y efectos de los entornos digitales, dotarlos de herramientas para que aprendieran a manejar el estrés y recuperar la motivación para continuar con su formación académica.Cada grupo académico fue acompañado por una guía docente, psicóloga o especialistas en temas como violencia, entornos virtuales, estrés, perspectiva de género y sexualidad. Los estudiantes fueron atendidos a través del correo electrónico institucional, la plataforma TEAMS y WhatsApp.Este trabajo se centra en los resultados finales, con base en la aplicación de un último cuestionario en el mes de junio del año 2021. Para ese momento 521 estudiantes contestaron el instrumento que buscó evaluar la eficiencia del proyecto. Los cuestionarios se aplicaron través del programa Forms de la plataforma de TEAMS; el cual nos mostró que el 94% consideraron que les fue útil la información que se les proporcionó; de la misma forma el 77.4% calificó como MUY BIEN la puesta en marcha del proyecto de acompañamiento. De esta forma consideramos que la reducción de la participación se debió a que no existió ningún mecanismo que obligara al estudiantado a participar o a asistir a las sesiones que se tenían programadas. Sin embargo, el uso de redes sociales ayudó a que los y las participantes tuvieran conocimiento de los canales con los que cuenta la institución para ser escuchados o acompañados; de la misma forma las guías siempre mantuvieron un canal de comunicación abierto para problemas de ansiedad, sentirse escuchados o solo resolver problemas administrativos. Son estudiantes que no conocían la institución físicamente, pero que lograron mantenerse y continuar sus estudios a pesar de las limitaciones tecnológicas con las que contaban. La tarea pendiente es continuar con la aplicación de estas actividades con estudiantes de forma presencial y evaluar las diferencias o similitudes que pudieran encontrarse.