Resumen de la Ponencia:
La situación de pandemia generó múltiples consecuencias en el mundo del trabajo. En esta presentación, se propone el análisis de un recorte de la misma que pone foco en las relaciones observadas entre las dificultades vinculadas a la pérdida o limitaciones al trabajo y algunos indicadores ambientales referidos al hábitat y a la salud.Los datos sobre los que se construyen nuestras reflexiones son parte de un relevamiento mayor realizado en la ciudad de Bahía Blanca (Programa de Unidad Ejecutora “Inclusión Social Sostenible”) y se analizan desde el contexto de un Proyecto General de Investigación titulado “Pobreza, exclusión y medio ambiente”. Dicho relevamiento permitió recuperar información de 1400 hogares, que se corresponden aproximadamente a 5300 personas. La descripción de la situación laboral, habitacional y sanitaria al momento del relevamiento (diciembre 2021) se contrapone a la condición ocupacional correspondiente a fines de 2019. Esta última cuestión se analiza para una submuestra permitiendo ahondar e identificar algunas particularidades de la población que ha sido más perjudicada por el proceso.En este sentido, el trabajo apunta a caracterizar la situación de los sectores más precarizados en términos laborales (jóvenes, mujeres, no calificados, etc) y revisar su situación en términos de hábitat y salud comparativamente con otros grupos. Así, interesa observar como la precarización afecta a los trabajadores y sus familias en términos de acceso a la salud, a una vivienda digna y a una infraestructura urbana que provea de servicios necesarios vinculados al transporte, el agua y las fuentes de energía.Finalmente se revisa si estas condiciones tienen algún nivel de asociación con el cambio en la situación laboral y con las características que la misma reviste (pérdida del trabajo, aumento de horas trabajadas, pérdida de nivel de calificación, informalización de la relación laboral, incorporación a la población activa, etc). La importancia de este tipo de análisis radica en la posibilidad de distinguir fracciones marginadas entre los trabajadores que no encuentran alterativas de integración que garantice su bienestar, contrariamente a otras que pudieron (en mayor o menor medida) adaptar su situación laboral al escenario cambiante (y generalmente mediado por TICS)acelerado por la pandemia.
Introducción:
Más allá de las dinámicas y cambios acelerados que se verifican en el mundo del trabajo, la pandemia COVID 19 generó que los mismos se profundizarán haciéndose más complejos, no sólo su abordaje, sino también las implicancias que el trabajo tiene sobre distintos ámbitos de la vida cotidiana
En este sentido, interesa de manera especial focalizar en algunas de las relaciones que se establecen entre el trabajo, el hábitat y la salud, en el contexto de una ciudad mediana argentina, Bahía Blanca, considerándose que dichas relaciones, no son privativas de la misma, sino que responden a gran parte de las ciudades latinoamericanas.
De esta manera el propósito del presente trabajo intenta producir una descripción general de ciertos grupos etáreos y por género, en relación a sus condiciones habitacionales y sanitarias, distinguiendo fracciones marginadas entre los trabajadores que no encontraron alterativas de integración, contrariamente a otras que pudieron (en mayor o menor medida) adaptar su situación laboral al escenario cambiante (y generalmente mediado por TICS) acelerado por la pandemia.
Así, se plantearon como objetivos:
Caracterizar la situación de los sectores más precarizados en términos laborales (jóvenes, mujeres, no calificados, etc) en términos de hábitat y salud.Comparar dichas situaciones con la propia de otros grupos, utilizando indicadores de acceso a la salud, a una vivienda digna y a una infraestructura urbana que provea de servicios necesarios vinculados al transporte, el agua y las fuentes de energía.Revisar la existencia de algún nivel de asociación entre estas condiciones y el cambio en la situación laboral durante la pandemia, haciendo énfasis en las características que la misma reviste (pérdida del trabajo, aumento de horas trabajadas, pérdida de nivel de calificación, informalización de la relación laboral, incorporación a la población activa, etc).
Para el logro de estos objetivos se trabajó a partir de la Encuesta del Proyecto de Unidad Ejecutora (EPUE) titulado Inclusión Social: innovaciones y políticas públicas. Un análisis regional. Como se desarrollará en el capítulo correspondiente, la misma tuvo como objetivo evaluar el grado de inclusión social y la posibilidad de desarrollo sostenible en la ciudad de Bahía Blanca. De los datos provenientes de la misma se focaliza en el presente trabajo en aquellos relacionados con la salud, el hábitat y el trabajo.
La organización de este escrito se compone de una serie de elementos teóricos que posteriormente guían el análisis, una descripción pormenorizada del instrumento de recolección de datos y de las decisiones analíticas realizadas, para luego presentar los resultados y cerrar con una serie de reflexiones que orienten futuras investigaciones.
Desarrollo:
Trabajadores precarizados y condiciones de salud y hábitat
La caracterización de un trabajador como precarizado remite a poner en relieve las condiciones que dan lugar a que una persona, a pesar de realizar una actividad productiva, reglada y regular; no obtenga como resultado, no sólo satisfactores personales, sino que tampoco alcance un ingreso que le permita cubrir sus necesidades o las de su grupo familiar y/o lo haga en condiciones que aumenten el riesgo sobre su salud y bienestar.
Es verdad que esta situación de vulnerabilidad laboral no se inicia con la pandemia del COVID-19, sino que varios autores coinciden en señalar que la misma ha profundizado la situación que el país ya atravesaba, siendo los sectores de menos ingresos los más afectados (Diaz- Langou et al. 2020; Donza & Pou, 2021). Las mejoras que se hayan podido observar en los últimos años no alcanzan de la misma manera a toda la población, ni tampoco revierten otros indicadores como los de precariedad e informalidad laboral, caracterizándose entonces nuestra sociedad, por su heterogeneidad estructural y constituyéndose en un verdadero caldo de cultivo para el consecuente aumento de la desigualdad (Pérez, 2015 y 2019).
Es preciso entonces especificar algunas cuestiones referentes al nuevo contexto laboral y a su relación con la salud. Cuando hablamos de informalidad hacemos referencia a la falta de inscripción del trabajo en las condiciones jurídicas que regulan el empleo en un país y momento determinado. En general, el indicador más utilizado al respecto es la falta de aportes a la seguridad social (Sabatini y Pérez, 2017). En cuanto a la precariedad se reconocen cuatro dimensiones fundamentales: temporalidad, vulnerabilidad, nivel salarial y protección social (Amable y otros, 2001), que se superponen con la noción anterior de informalidad. A pesar de no tratarse en este trabajo con todas las dimensiones aquí señaladas, se hace hincapié en algunos de los grupos que revisten estas condiciones.
La evidencia revisada a nivel internacional, señala distintos problemas de salud asociados con el desempleo y la precariedad laboral. La situación de desempleo ha demostrado asociación con el incremento en las tasas de mortalidad, los ingresos en centros hospitalarios, las alteraciones en el sueño, peso, hipertensión, y distintas adicciones; así como también un aumento de los estados depresivos, los suicidios, la pérdida de la autoestima y, estrés y ansiedad (Amable y otros, 2001).
Pero la precariedad laboral también se asocia a este tipo de situaciones de salud, al punto que, en algunos casos, los trabajadores plantearon “que se sentían mejor en una situación de desempleo que con un empleo precario” (Amable y otros, 2001: 180). En consecuencia, la precariedad laboral puede afectar a la salud, en tanto continúa dificultando la posibilidad de construir un proyecto de futuro, pero agravado porque este tipo de trabajo tampoco ofrece apoyo suficiente para superar las situaciones de privación.
Más allá de las cuestiones teóricas que vinculan el trabajo con la salud, los primeros análisis de la situación en Bahía Blanca para diciembre 2021 sostienen también esta relación de mutua determinación entre pobreza (privación), salud y trabajo. Los datos muestran que las principales contribuciones a la pobreza multidimensional en dicha ciudad provienen de la privación en salud: 36% y de la privación en empleo y seguridad social: 31% (Santos, 2022: 17) Como se comentará posteriormente, las interrelaciones entre ambas dimensiones obligan a un análisis minucioso de los datos, considerándose a este, sólo un primer avance sobre el tema
Metodología
Como se dijo con anterioridad, los datos de este trabajo resultan de la Encuesta del Proyecto de Unidad Ejecutora (EPUE) titulado Inclusión Social: innovaciones y políticas públicas. Un análisis regional. Dicha encuesta estaba prevista para iniciarse en Marzo/ Abril de 2020, pero las condiciones impuestas por la pandemia COVID, postergaron su realización hasta diciembre 2021.
Las características del diseño muestral se mantuvieron, realizándose una muestra aleatoria simple y polietápica de 1421 hogares que agrupan a 4199 personal (el nivel de confianza se estimó en 95% y el error en 2.6%). Se planteó trabajar sobre dimensiones clave en las cuales el hogar es susceptible de sufrir riesgo y/o experimentar alguna privación: Salud, Empleo, Ingresos, Educación y acceso a TICs, Financiamiento del hogar, Hábitat, Afiliación/Participación política y Migración. Luego, con la suspensión por la pandemia, se incorporó un pequeño módulo que sólo se aplicó a un porcentaje de la muestra (1385 personas), en el que se solicitó información sobre los cambios observados en la escolaridad de los niños y en las condiciones ocupacionales, antes y después de la pandemia.
En lo que respecta a las dimensiones que interesan al presente trabajo se definieron como centrales a las “privaciones en salud” y al “hábitat inapropiado”. Con respecto a la primera se la trabajó a partir de dos indicadores: la insuficiencia alimentaria en el hogar y la ausencia de cobertura en salud. Por otro lado, se consideró “hábitat inapropiado” cuando se reunía alguna de las siguientes condiciones: Nivel de vulnerabilidad de zona de residencia, Peligro de derrumbe, Posibilidad de inundación, Sin agua dentro de la vivienda, Tenencia de baño compartido.
Ambas dimensiones se evaluaron para grupos precarizados, teniendo en cuenta su condición de actividad y la categoría ocupacional del mismo, haciendo énfasis en la condición de género y la etárea.
Resultados 1: Salud
Como se señalase previamente las privaciones de salud se analizaron a partir de la insuficiencia alimentaria y de la cobertura en salud.
La insuficiencia alimentaria se registró a partir de la siguiente pregunta: “En el último mes, por falta de dinero u otros recursos, ¿alguna vez se preocupó de que no hubiera suficientes alimentos para comer en su hogar?”. Esto no remite directamente a la ausencia de alimentos, pero sirve de indicador indirecto de privaciones en salud y del status sanitario de los grupos que nos interesan.[1] Por otro lado, la pregunta se realiza al representante del hogar y no necesariamente a la persona que es contabilizada en términos ocupacionales.
Los resultados señalan que la situación es más preocupante entre los desocupados que entre los ocupados y aún mayor entre los desalentados; sin que se verifiquen importantes diferencias entre ambos géneros.
Cuadro 1: Condición de ocupación, género y preocupación por insuficiencia alimentaria
Condición de ocupación Género % alimentos insuficientes
OCUPADOS (23,1%) Femenino 21,3%
Masculino 24,6%
DESOCUPADOS (56,1%) Femenino 52,3%
Masculino 60,3%
DESALENTADOS (64,1%) Femenino 65%
Masculino 63,4%
Fuente: elaboración propia sobre datos EPUE 2021
Al abrir la categoría de ocupados encontramos diversas situaciones. Mientras que entre los “profesionales independientes (universitarios)” y entre los “socios, patrones o empleadores”, sólo un 5.3% y un 10.7% residía en un hogar con preocupaciones por la insuficiencia alimentaria, otras categorías alcanzaban a un tercio de sus integrantes con este tipo de situación. Las mismas se sintetizan en el siguiente cuadro, sin que tampoco se verifiquen importantes diferencias entre ambos géneros, salvo en el caso del Plan Empleo, para el cual entre los hombres que lo poseen, un 20% más en relación a lo que sucede entre las mujeres, habitan en un hogar con preocupación por insuficiencia alimentaria
Cuadro 2: Categoría ocupacional, género y preocupación por insuficiencia alimentaria
Categoría ocupacional Género % alimentos insuficientes
Plan Empleo- (48.6%) Femenino 43,6%
Masculino 61,5%
Servicio doméstico (44,5%) Femenino 44,5%
Masculino 42,2%
Cuenta propia no profesional (33%) Femenino 24,8%
Masculino 37,8%
Fuente: elaboración propia sobre datos EPUE 2021
Al analizar a la población a partir de las distintas franjas etáreas y revisar si existía en sus hogares preocupación por la insuficiencia alimentaria, observamos los siguientes datos:
Cuadro3: Condición de ocupación, edad y preocupación por insuficiencia alimentaria
CONDICION LABORAL
INT DE EDAD (AÑOS) OCUPADO DESOCUPADO DESALENTADO AMA DE CASA
15 - 19 44,6 (1639) 49,8 (656) 100 (130) 100 (134)
20 - 24 26,2 (3630) 59,4 (1562) 68,5 (178) 55,8 (328)
25-29 26,3(4774) 40,1 (591) 50 (101) 71,4 (960)
30-44 25 (12362) 54,4 (1156) 49 (194) 36,6 (1488)
45-54 17,9 (4832) 78,4 (652) 75,4 (178) 30,4 (838)
55-64 16,8 (2904) 62,7 (336) 66(132) 19,1 (544)
Fuente: elaboración propia sobre datos EPUE 2021
Es importante hacer una serie de consideraciones sobre la información anterior. Por un lado, el número entre paréntesis hace referencia a la cantidad de persona con la respectiva edad y condición laboral que habita en un hogar con preocupaciones con respecto a la alimentación; y que corresponden al porcentaje indicado arriba de dicha cifra sobre el total de la población en cuestión.
Por otro lado, la población económicamente activa y la declarada como ama de casa en los grupos etáreos más bajos, tiende a ser más pobre que la que no se integra o busca integrarse al mercado de trabajo, registrándose como estudiante y quedando por fuera del presente análisis.
Hechas estas salvedades, entre los ocupados, al avanzar en la edad, observamos que el porcentaje que reside en hogares donde se manifestó preocupación por la insuficiencia alimentaria disminuye; siendo visiblemente menor a lo que ocurre con otras condiciones ocupacionales a partir de los 20 años. A partir de esa edad los porcentajes quedan por debajo del 30%. Esta situación es muy diferente a la observada entre los desocupados y desalentados, para los cuales independientemente de su edad, son todos de hogares donde más de un 40% presenta preocupaciones por insuficiencia alimentaria. Lo mismo ocurre si tomamos al grupo de 15 a 19 años activo o declarado como ama de casa, donde todo superan la proporción de 1 cada 3, con preocupaciones alimentarias
En el cuadro se observa también la situación específica de las amas de casa, por ser la otra situación de actividad que presenta porcentajes superiores al 30% de preocupación por insuficiencia alimentaria con excepción del grupo de mayores de 55 años.
Si repetimos ahora el ejercicio, pero en términos de la cobertura en salud, se observa que el 29% de la población de Bahía Blanca, no posee ningún tipo de la misma. Si cruzamos estos datos con la condición de ocupación y género, nos encontramos la siguiente distribución:
Cuadro 4: Condición de ocupación, género y cobertura en salud
Condición de ocupación Género % sin coberturaOCUPADOS (29,3%) Femenino 26,3% Masculino 31,8%DESOCUPADOS (67,8%) Femenino 68,2% Masculino 67,4%DESALENTADOS (63,1%) Femenino 78,9% Masculino 51,5%
Fuente: elaboración propia sobre datos EPUE 2021
Como era de esperarse los desocupados y los desalentados triplican los números de población sin cobertura y, entre los desalentados, es también llamativa la diferencia entre hombres y mujeres de cerca de un 20% a favor de mejores condiciones sanitarias entre los hombres.
Si tenemos en cuenta la distribución etárea, los porcentajes sin cobertura en salud son los siguientes:
Cuadro 5: Condición de ocupación, edad y cobertura en salud
INT DE EDAD (AÑOS)CONDICION LABORAL 15 - 19 20 - 24 25-29 30-44 45-54 55-64OCUPADO 64,28 (2360) 42,6 (5902) 37,7 (6834) 29 (14350) 20,7 (5588) 23,5 (4056)DESOCUPADO 69,9 (920) 68,2 (1794) 46,6 (687) 78,8 (1676) 63,9 (532) 74,6 (400)DESALENTADO 0 63,1 (164) 50 (101) 82,3 (326) 74,6 (176) 66 (132)AMA DE CASA 100 (77) 86,1 (588) 64,3 (864) 35,4 (1364) 23,9 (660) 23,7 (676)
Fuente: elaboración propia sobre datos EPUE 2021
Retomando las salvedades señaladas para el Cuadro 3, podemos observar que, entre los ocupados la falta de cobertura en salud disminuye al aumentar la edad. Esto se condice con lo observado por distintos autores (Salvia, 2013; Pérez, P. 2013, Fernández Massi 2013, Sabatini y Pérez, 2017 entre otros) que señalan como la informalidad y precariedad laboral de los trabajadores jóvenes es mayor que la de sus pares adultos. Por otro lado, también es llamativa la situación de las mujeres amas de casa menores de 29 años que presentan situaciones de falta de cobertura que duplican porcentualmente a sus pares de 30 o más años.
Resultados 2: Habitat
En la Introducción se señaló que las dimensiones que interesan al presente trabajo son las “privaciones en salud” y al “hábitat inapropiado”. Con respecto a la primera, se revisaron sus indicadores en el apartado anterior, deteniéndonos ahora en los correspondientes al “hábitat inapropiado”. Se entiende por este último a una situación donde se verifica alguna de las siguientes condiciones: Nivel de vulnerabilidad de zona de residencia, Peligro de derrumbe, Posibilidad de inundación, Sin agua dentro de la vivienda, Tenencia de baño compartido.
Al revisar la situación de las distintas categorías de actividad y ocupación con respecto al hábitat, encontramos importantes diferencias entre las mismas. A fin de sintetizarlas, recuperamos aquellas categorías que presentan los peores guarismos para los indicadores seleccionados. [3]
Cuadro 6: Condición de ocupación y actividad, género y habitat
Indicador Desocupadas Desocupados Ama de casaVive en zona pésima 8,8 6,0 12,0Peligro de derrumbe en más de la mitad de la vivienda afectada 6,3 2,2 3,1Se inunda cuando llueve más de la mitad de la vivienda afectada 8,4 7,4 3,7No tiene agua por cañería dentro de la vivienda 5,5 8.3 6,4Baño compartido 14,4 6,3 5,6
Fuente: elaboración propia sobre datos EPUE 2021
En términos generales es útil recuperar el dato brindado por Santos (2022) que señala que un 5% de la población no accede al agua dentro de su vivienda o lo hace son una conexión irregular. Para los grupos en los que aquí se focaliza, la privación de agua es superior al de la población general.
Por otro lado, salvo en este último indicador, la situación de las mujeres desocupadas es peor que la de los hombres en la misma condición. Entre los ocupados los mayores porcentajes de habitar en zona pésima, se observa entre las mujeres con Plan Empleo y aquellas que trabajan en el servicio doméstico, entre los hombres cuentapropistas y finalmente entre los empleados del sector privado (sin distinción por género)
Si realizamos el mismo análisis por grupos de edad, encontramos que la situación se distribuye de manera uniforme entre los mismos. Pero llama la atención la situación particular de las amas de casa de 20 a 24 años. En comparación a cualquier grupo de edad e independientemente de si son ocupadas o desocupadas, los hogares donde habitan las amas de casa de dicha edad presentan situaciones muy por debajo que las observadas para otros grupos.
Cuadro 7: Condición de ocupación y actividad, edad y habitat
Indicador (% en población ocupada) 15-24 20-24 25-29 30-34 Amas de casa 20-24Vive en zona pésima 7,2 6,3 8,7 5,1 41,8Peligro de derrumbe en más de la mitad de la vivienda afectada 0,0 0,7 0,6 1,5 13,9Se inunda cuando llueve más de la mitad de la vivienda afectada 1,8 2,7 2,2 1,8 13,9No tiene agua por cañería dentro de la vivienda 3,5 2,0 3,3 2,7 41,8Baño compartido 5,4 2,0 3,8 4,9 13,9 Fuente: elaboración propia sobre datos EPUE 2021
Resultados 3: Cambios en pandemia COVID 19
Los cambios en la situación laboral durante la pandemia de COViD 19 fueron variados y afectaron a gran parte de los trabajadores. Como se comentó al inicio, a un 10% de la población se le aplicó un cuestionario para conocer los cambios laborales y educativos que se habían dado al interior del hogar entre marzo 2020 y diciembre 2021. Esta información se sintetiza para los indicadores de salud en el cuadro que sigue. Los indicadores de hábitat, quizá por tratarse de aspectos más estructurales y de menor flexibilidad para cambiar en poco tiempo, no presentan diferencias significativas en su distribución, al comparar la existencia de cambios laborales de la población de 15 a 65 años al momento de la encuesta.
Cuadro 8: Cambios laborales durante la pandemia y salud
Cambios de ocupación/ actividad Sin cobertura en salud Alimentos insuficientesSi, trabajaba de manera permanente 46,4% 32,6%Si, trabajaba por contrato/temporario 54,3% 50,9%Si, trabajaba con changas o jornalero 87,8% 49%Tenía otra condición de actividad 39,6% 23,9%No cambió 22,5% 22,1%Fuente: elaboración propia sobre datos EPUE 2021
El cuadro anterior presenta la existencia o no de distintos cambios en el ámbito del del trabajo, y su relación con la falta de cobertura en salud al momento de la encuesta. En términos generales la primera observación es la diferencia en la privación de cobertura y de alimentos entre quienes no modificaron su situación y aquellos que sí, lo hicieron. Entre los que tenían otro tipo de empleo al inicio de la pandemia, (y sin saber específicamente si el cambio implica una trayectoria con mejoras o con pérdidas), cuanto peor era la situación laboral previa, mayor es la falta de cobertura en salud o alimentos.
[1] Para la lectura detallada de la situación alimentaria a partir de los datos de la EPUE, puede consultarse a Santos, M. (2022) Informe de Pobreza Multidimensional en Bahía Blanca - II Semestre 2021. IIESS CONICET. Bahía Blanca. Documento de trabajo EPUE N°1.
[2] Por las razones comentadas con anterioridad, debe leerse este número de la siguiente manera: “El 21.3% de las mujeres ocupadas viven en hogares donde se percibe preocupación por la insuficiencia alimentaria”.
[3] Cabe señalar que los mayores de 65 no se incluyeron en este análisis porque el hincapié está puesto en la población activa y los ocupados. De ahí que no se trate la situación de los jubilados. La incorporación de las amas de casa remite a las discusiones en tanto su condición de trabajadoras y porque gran parte de la categoría queda comprendida en el grupo etáreo de 15 a 65 años.
Conclusiones:
Las relaciones entre indicadores laborales y los propios de la situación sanitaria y hábitat, remite a múltiples perspectivas. En este trabajo nos hemos centrado en algunos indicadores específicos y su situación en grupos ocupacionales específicos.
De manera sintética, podemos realizar los siguientes señalamientos:
Las problemáticas vinculadas a la salud que se presentan de manera más acentuada se observan entre los trabajadores jóvenes, las mujeres y los desalentados: Dichos resultados son más acuciantes entre los indicadores de salud que entre los de hábitat.
Datos similares se observan al trabajar con otros indicadores provenientes de la misma base. Santos (2022) en su informe sobre pobreza multidimensional, señala que las tasas de privación más altas son la falta de cobertura en salud (29%) y la falta de aportes a la seguridad social (23%). Luego sigue el bajo logro educativo y el déficit habitacional con un 18 y 17% respectivamente. La privación en uno de tres indicadores para alcanzar este último, explica la diferencia entre los guarismos observados, pero permite también afirmar el apremio de lo sanitario sobre la habitacional.
Los jóvenes que trabajan o buscan trabajo presentan los peores resultados en términos de salud y de hábitat en relación con otros grupos etáreos.La población que cambió su situación de actividad o laboral durante la pandemia, presenta situaciones peores en términos de indicadores de salud (cobertura y alimentación), aunque no en términos de habitat.
Los cambios entre distintas ocupaciones o situaciones de actividad (entrada y salida al mercado laboral) suelen marcar las trayectorias ocupacionales de estos sectores pobres. Malas condiciones sanitarias y de hábitat son condiciones y resultados de inserciones precarias en el mercado de trabajo. En el trabajo de Santos (2022) ya mencionado, la brecha más significativa entre barrios vulnerables y no vulnerables, es la de adultos mayores que no tienen jubilación siendo 7 veces mayor entre quienes residen en estos últimos barrios en comparación a los primeros. Si a este dato sumamos el otro presentado por la misma autora, señalando que el 23% de la población no realiza aportes jubilatorios, y nos detenemos en los altos porcentajes de privaciones en salud observados en el presente, no sólo de los desocupados, sino también de ocupados jóvenes, mujeres o precarizados; comprenderemos las dificultades estructurales en romper con estos círculos viciosos de precariedad y sanidad.
En resumen, se considera de suma importancia, continuar en profundidad el estudio de las condiciones de vida de las fracciones marginadas entre los trabajadores que no encuentran alterativas de integración que garantice su bienestar, en términos sanitarios y de hábitat. Esta situación se ve agravada por el escenario cambiante acelerado por la pandemia pero que no es privativa del recorte temporal y espacial aquí presentado. Las condiciones laborales propias de los grupos aquí estudiados (jóvenes, mujeres, desalentados, ocupados con baja calificación, desocupados), se encuentran inmersas en condiciones sanitarias (salud y hábitat) muy precarias desde antes de la pandemia, y con una inserción aún muy importante.
La urgencia de políticas económicas y de empleo que protejan el trabajo, no sólo en tanto su obtención, sino también en inscribirlo en relaciones laborales justas y dignas, es fundamental para evitar el deterioro de la salud colectiva y el aumento de las desigualdades sanitarias. La situación de desempleo, desprotección y precariedad laboral no es sólo producto de las cuestiones personales o específicas de quienes no pueden trabajar, sino, sobre todo, de cuestiones sociales que no deben reducirse a aspectos individuales como la capacidad de innovación, la asunción de riesgo o las motivaciones personales. Cuando se desconocen estos aspectos sin que se identifiquen los mecanismos inscriptos en determinado marco de oportunidades que implican la dificultad (y a veces la imposibilidad) de desarrollar las capacidades básicas que toda persona posee; la situación sanitaria regular o mala de estos sectores se perpetua y así, también disminuyen las posibilidades de acceder a un mejor trabajo que rompa el círculo vicioso que perpetúa dicha situación de pobreza. Consideramos entonces fundamental, la continuidad de investigaciones con enfoques interdisciplinarios y situados, que permitan realmente superar la situación estructural agravada por la pandemia COVID 19.
Bibliografía:
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Santos, M. (2022) Informe de Pobreza Multidimensional en Bahía Blanca - II Semestre 2021. IIESS CONICET. Bahía Blanca. Documento de trabajo EPUE N°1.
Palabras clave:
Trabajo- salud- habitat- pandemia
Resumen de la Ponencia:
La presente ponencia expone los resultados de una investigación desarrolladas durante el periodo 2021 1 sobre las transformaciones promovidas por el ciclo COVID19, como punto de inflexión y de profundización de desigualdades sociales. Se consideraron las condiciones, trayectorias y representaciones socio-laborales de las/os trabajadoras/es del cuidado de adultos mayores y personas dependientes en la ciudad de Mar del Plata. El trabajo de cuidados remunerado, comprende a un amplio espectro de trabajadores de los servicios, dentro del cual enfocaremos en aquellos trabajadores dedicados al “cuidado personal”, cuya tarea -de baja calificación y fuertemente feminizada- se desarrolla por una transacción mercantil, de cuidados directos (atención a la persona) y cuidados indirectos (trabajo doméstico), (OIT, 2018). Se trata de una actividad vital para el bienestar de la población y esencial para la organización social y política (Faur 2014), y que sin embargo suele quedar relegada al mundo del hogar y a la invisibilidad del trabajo informal.Se indagó a partir de entrevistas en profundidad en el curso de vida laboral de cuidadora/es remuneradas/os de adultos mayores y personas dependiente. Se consideró tanto trabajadoras/es, que se desempeñaban en tareas domiciliarias como aquellas/os que lo hacen en el marco de instituciones geriátricas y centros de día. Se trata de trabajadoras/es caracterizadas/os por su inserción en un mercado de trabajo donde existen destacados niveles de segmentación laboral, la cual incluso atraviesa a cada una/o de las/os trabajadoras/es en el marco de sus propias trayectorias, en las que fluctúan entre trabajo no registrado, registración monotributista, contrataciones formales en blanco y formas mixtas combinadas de las tres posibilidades. En todos los casos, siendo las caracterizaciones precarias de las condiciones de trabajo un hilo conductor entre los distintos puestos encontrados.Partiendo de esta heterogeneidad que caracteriza al mercado de inserción de estas/os trabajadoras/es, describimos cuanto y en qué sentido las condiciones de precariedad del trabajo se vieron afectadas en la transición implicada por la pandemia y las medidas coyunturales de Aislamiento y Distanciamiento. Enmarcamos en este mismo proceso coyuntural de pandemia el análisis de las representaciones de las/os propias/os trabajadoras/es sobre las condiciones de su trabajo y sobre la importancia social de los mismos, considerando los procesos de debate público, resignificación y ponderación de las tareas de cuidado y de los llamados “trabajadores esenciales”. Analizamos en que medida se resignificaron sus trabajos y el lugar que ocupan en lel entramado social.En este sentido, el trabajo busca desentrañar de que formas la pandemia implicó transiciones o puntos de inflexión en el caso de estas/es trabajadoras/es de los cuidados, que nuevas desigualdades emergieron y cuáles se profundizaron coyunturalmente. 1Proyecto PISAC COVID 19 00014 "Heterogeneidad Estructural y Desigualdades Sociales - HEDeS-" financiado por la Agencia i + d + i, PISAC y CONICET. Argentina.Resumen de la Ponencia:
Las condiciones de trabajo de los obreros en la industria maquiladora en la Frontera Norte de México, han sido abordadas a través del tiempo con metodologías cuantitativas y cualitativas por reconocidos investigadores, desde que en el siglo pasado este tipo de industria se conformó en una base económica y estructura productiva de la población económicamente activa, configurando dinámicas socioeconómicas particulares en ciudades fronterizas de México. Si bien, el común denominador de las condiciones de trabajo de los obreros de esta industria ha sido y se mantiene como precaria, en un contexto repentino de pandemia iniciada en México en marzo del 2020, estas condiciones se agudizaron impactando en los obreros sus tiempos de trabajo, ingresos percibidos, seguridad social y, fundamentalmente, aumentando los riesgos de trabajo, en este caso por las altas probabilidades de contagio. En un marco de calificación o no de actividades esenciales de la actividad económica de la maquiladora, los impactos fueron intensos para la vida de los obreros. En esta ponencia nos acercamos para el caso de Mexicali, a la descripción documental de esos impactos considerando como dimensiones en el análisis los requerimientos de la lógica productiva trasnacional, las presiones de los directivos de la propia maquiladora para su operación y/o cierre temporal y, el contexto y políticas de este sector en el marco de la pandemia por Covid-19, a fin de contemplar acciones de respuesta por todos los actores involucrados en otros posibles contextos de emergencia.Resumen de la Ponencia:
La presente ponencia corresponde es un estudio aplicado producto de la sustentación de tesis de la Maestría de Investigación en Sociología por la FLACSO Ecuador titulada “La modernización laboral y la promesa de una “vida mejor”. Un análisis de jerarquías, trayectorias y (re)configuraciones laborales en la Región Central costarricense, 1980-2020” bajo la pregunta ¿cómo se manifiesta la reproducción de las desigualdades laborales en la Región Central costarricense frente a los cambios en los modelos productivos y las transformaciones en los mercados laborales?En esta ponencia se problematiza sobre la imposición del sistema económico y productivo del capitalismo moderno en una región que fue históricamente campesina y cafetalera y que pasó a ser el área metropolitana del país, generando una serie de contradicciones y desigualdades en las poblaciones pertenecientes a la Región Central, sobre todo en las zonas rurales que aún se mantienen en dicha región. Se utilizó una metodología mixta, con el objetivo de analizar las trayectorias laborales y la conformación de los sujetos laborales a partir de los modelos productivos que se han implementado para la RC costarricense. Con el análisis estadístico de jerarquías laborales se exponen las desigualdades laborales a partir de una estructura jerárquica que complementa los indicadores sobre precarización. También, con el trabajo etnográfico se mouestran las narrativas, experiencias y trayectorias de los sujetos laborales ante las transformaciones en el mundo del trabajo y las alternativas a las que han incurrido producto de la sustitución de las economías tradicionales.El resultado principal de la investigación es que las políticas de desarrollo enfocadas en la inclusión de Costa Rica a los mercados globales han generado una mejoría en las condiciones de vida generales de las poblaciones, comparando la subsistencia con la vida contemporánea. Sin embargo, las desigualdades sociales han persistido en tanto una estructura jerárquica que mantiene a las poblaciones trabajadoras por debajo de los niveles de vida promedio en el país. Es decir, a partir de un análisis generacional y temporal, las poblaciones siguen estando subvaloradas y subsumidas. Ante esto, se evidencia que los medidores de “vida digna” se establecen a partir de parámetros de la modernidad capitalista, además urbana, despojando así a las poblaciones de sus identidades particulares, tradiciones laborales y autonomía cultural para incorporarles a un sistema económico dominante y global. Esto deja como consecuencia que en la contemporaneidad las poblaciones están sometidas a un sistema de subordinación “necesario” para la supervivencia, el trabajo capitalista llegó impuesto y con pretensiones de controlar las formas de vida modernas.Resumen de la Ponencia:
En la ponencia exponemos la construcción del movimiento de resistencia electricista y, en particular, la recomposición del colectivo de trabajadores -expulsados del sector público- con la creación de la Cooperativa LF del Centro y la importancia de abordar los costos (sociales y subjetivos) de la reestructuración productiva: La conversión del sector energético al modelo de mercado ha suscitado amplias discusiones en el terreno político, financiero y jurídico: la apertura del mercado eléctrico y la segmentación de las actividades productivas en la prestación del servicio (bajo una lógica gerencial) crean polémicas sobre la coordinación de actividades en el mercado y los imperativos técnicos-operativos que justifican la regulación monopólica del sector eléctrico. Además de exponer la tensión entre la cultura de la tecnicidad y la cultura comercial, que enmarcó la conversión del servicio eléctrico, en la ponencia abordamos los significados que adquiere, en el colectivo, la ruptura con el trabajo asalariado y las dificultades por reenmarcar el trabajo en la Cooperativa LF del Centro. La ponencia se apoya de la sistematización de datos y entrevistas generadas en áreas técnicas, por lo que expondremos la creación de un mercado de trabajo en el área de distribución y la experiencia del colectivo de trabadores electricistas que cuestiona, con “razones técnicas” el proceso de apertura del mercado y que evidencia las tensiones alrededor de la calidad.Resumen de la Ponencia:
El objetivo del estudio fue conocer las percepciones que construyen las mujeres profesionales que compatibilizan los roles de maternidad, trabajo doméstico y teletrabajo durante la crisis socio sanitaria producida durante el Covid 19. La triple jornada laboral durante este periodo ha agudizado la multiplicidad de roles que deben cumplir las mujeres madres y trabajadoras con doble presencia en las esferas público y privada. Siendo el cuidado en contexto de teletrabajo durante el 2021 un factor estresor con un fuerte costo emocional, psicológico y con un alto deterioro a la salud mental de las mujeres con respecto a las relaciones sociales de género y división sexual del trabajo, acentuando la precarización, discriminación y explotación desde lo privado. El estudio es de un enfoque cualitativo de tipo exploratorio, debido a que no existen estudios previos respecto al rol de la mujer madre y trabajadora con modalidad de teletrabajo en pandemia. Se utilizó como técnica de análisis de datos la Teoría Fundamentada, la que permite presentar resultados en dos momentos: el primero desde el aumento en la carga histórica invisibilizada con respecto al rol de la mujer madre y trabajadora remunerada. Y el segundo, desde la nueva dinámica socio familiar la que ha provocado una reorganización de la misma, generando un factor estresor mayor en las madres con hijos en etapa escolar básica. Lo que lleva a concluir que las mujeres durante la Pandemia COVID 19, no sólo retrocedieron en la incorporación al mundo laboral, sino que también retrocedieron a la esfera privada enmascarando sus percepciones familiares y re significando de forma positiva el aumento en las responsabilidades familiares.Resumen de la Ponencia:
En esta ponencia analizamos las transformaciones del trabajo en Ecuador a partir de los efectos nefastos que ha tenido la pandemia de la Covid-19, lo que no solo se ha debido al efecto sorpresa del virus y a la falta de recursos fiscales en 2020, sino a las falencias de la organización y a la fragilidad de la institucionalidad del Estado desde hace por lo menos un cuarto de siglo.Analizamos los avatares de las políticas laborales y más ampliamente de las políticas sociales en Ecuador. Tomamos la crisis del Covid-19 como un evento diagnóstico (Olivier de Sardan, 2008), como un caso que ha revelado de manera dramática no solo las acciones de los gobiernos que tuvieron que enfrentar esta crisis sanitaria desde 2020, sino también aquellos aciertos y desaciertos de las políticas públicas del último cuarto de siglo. Constatamos que durante el último cuarto de siglo que incluyó el boom del petróleo entre 2007 y 2013 y dos constituciones garantistas de derechos, 1998 y 2008, las acciones del Estado han estado crecientemente marcadas por dispositivos de orientación neoliberal, lo que ha debilitado su capacidad para responder adecuadamente a las crisis. La pandemia ha develado los espejismos y ha revelado la cruda realidad del sector social con un profundo deterioro de su institucionalidad.A través de las estadísticas de la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo (ENEMDU) y otras fuentes estadísticas y material cualitativo, se analiza el desplome del empleo durante el período de “confinamiento estricto” y la reapertura económica que tuvo lugar desde el tercer trimestre de 2020. Se constata la destrucción masiva de trabajos (INEC/ENEMDU, 2020), los efectos del teletrabajo y el trabajo en plataformas, y la escasa respuesta de la seguridad social que ya se encontraba en situación de inminente quiebra actuarial antes de la pandemia. Se hace un seguimiento a los grupos más afectados por el deterioro del mercado laboral entre ellos las mujeres, los jóvenes, los adultos mayores y, de manera más general, los grupos más vulnerables que se insertan en categorías de ocupación más precarias e inestables, caracterizadas por la informalidad. En este período se han explicitado los vacíos de las normas, las desarticulaciones de los actores, la falta de recursos fiscales y más ampliamente el desatino en las acciones, decisiones e inversiones del Estado.Resumen de la Ponencia:
Este trabajo se propone analizar los procesos de gestión del riesgo en una empresa avícola del sector de producción rural uruguayo. La investigación, de tipo cualitativo, se centrará en la descripción del proceso de trabajo de la empresa, las culturas de riesgo elaboradas por los trabajadores y el análisis de sus estrategias para dar cuenta de las situaciones de riesgo. Estos procesos, a su vez, en enmarcan en relaciones laborales que establece las posibilidades y los límites para alcanzar niveles aceptables de riesgo en el marco de la producción de la empresa seleccionada. La elección de la empresa avícola se realizó en función de diferentes criterios. En primer lugar, la empresa realiza su producción en las zonas rurales de Montevideo y en los departamentos cercanos al mismo, zonas geográficas que aglutinan la mayor cantidad de trabajadores rurales del país. Por otra parte, el sector avícola es un sector que, en la perspectiva sindical, presenta muchas dificultades para la implementación de acciones colectivas debido a las resistencias del sector empresarial para reconocer la actividad sindical, en un contexto signado por condiciones de trabajo precarias y poco saludables. En este sentido, su análisis pone de relieve la importancia de las culturas de riesgo autónomas que los trabajadores elaboran para dar cuenta de sus tareas cotidianas.Resumen de la Ponencia:
O objetivo deste texto é aprofundar algumas reflexões sobre o trabalho nos canaviais de São Paulo. Com base em várias pesquisas, levadas a cabo nas últimas quatro décadas com trabalhadores e trabalhadoras rurais, provenientes dos estados do nordeste e do norte de Minas Gerais, para a colheita da cana, laranja, café, além de outros produtos, foram empregadas as ferramentas teóricas da dialética marxista, como exploração, dominação, superexploracão, acumulação por espoliação, acumulação primitiva, além de outras. Estas ferramentas possibilitaram a produção de um arcabouço interpretativo acerca das condições de trabalho e seus desdobramentos sobre a saúde e a vida dos/as trabalhadores/as, tanto em seus locais de partida, como de chegada. Realizando uma releitura destes estudos (de minha autoria e também de outros), conclui que as categorias analíticas acima empregadas per se não dão conta de explicar a profundidade da exploração/dominação existente nos territórios do agrohidronegócio sucroenergético paulista. A proposta teórica do presente texto não é abandonar tais categorias, mas tentar ir além delas. Com base em entrevistas com trabalhadores migrantes do Maranhão (realizadas em 2009), processos trabalhistas e os textos das Reformas Trabalhista (2017) e da Previdência (2019/20), o esforço será no sentido de captar outras dimensões do processo exploração/dominação. Ou seja, ir além da exploração da força de trabalho e da captação do excedente. O trabalho, tal como bem mostrou Polanyi, é fictício. Assim sendo, o trabalho e a força de trabalho (enquanto potência), só existem na pessoa, no corpo de quem o executa. Não um corpo em abstrato, mas, concreto, dotado de múltiplas dimensões: corpo físico, genereficado, racializado e representado enquanto território colonizado. Portanto, um corpo/colônia, produzido historicamente por relações sociais concretas. Os vasos comunicantes entre todas estas dimensões poderão dar suporte ao entendimento das mortes no eito dos canaviais, ou ainda nas encruzilhadas dos caminhos que os cercam, além de outros brutalismos.
Introducción:
No período de 2003 a 2005, foram registradas nos canaviais paulista 23 mortes de trabalhadores por excesso de esforço. A explicação para esta realidade, além de muitos outros relatos da superexploração, será ir mais além do conceito de exploração da força de trabalho em Max.O intento é encontrar a resposta à seguinte pergunta: Por que tais situações ocorreram e ainda continuam ocorrendo, sob diferentes formas de dominação/sujeição e negação? Por que, no decorrer deste ano de 2021, trabalhadores foram submetidos às condições análogas à de escravo, numa região, considerada a capital mundial do etanol e uma das mais ricas do país? As reflexões marxianas no capítulo VI, do livro I de O Capital, sobre a compra e a venda da força de trabalho, fornecem elementos importantes para a presente análise[1].Segundo Marx, o crescimento do valor pelo qual o dinheiro deve se transformar em capital não provém dele próprio, mas sim de uma mercadoria especial, denominada potência ou força de trabalho, cuja definição é o conjunto das faculdades físicas e intelectuais que existem no corpo de um homem, em sua personalidade viva, que deve colocar em movimento para produzir coisas úteis. Vale ressaltar que os termos, potência, força e movimento, advêm da física. De acordo com Jessop (2020, p. 243-279), as ciências naturais exerceram uma influência significativa nas reflexões de Marx, mormente, em sua obra tardia. O autor, de forma instigante, mostra o interesse de Marx pela natureza e pelas ciências naturais e também a repercussão significativa que este conhecimento exerceu na sua crítica da economia política e, de fato, antecipou a ecologia política crítica (p. 246). Uma das influências importantes, além da biologia, fisiologia, a metamorfose e o metabolismo das células, se reporta à física, à força mecânica e seu complemento, a energia potencial, o calor, a radiação, a eletricidade, o magnetismo e a energia química.
(...) são diversas manifestações do movimento universal, que se transformam umas em outras em proporções definidas, de tal modo que, quando desaparece certa quantidade de uma, aparece a mesma quantidade de outra em seu lugar, e assim o movimento total da natureza se reduz a este processo incessante de transformação de uma forma em outra. (Engels, 1990, p. 385. Apud Jessop, 248).
Outro descobrimento importante de Marx, ainda nas pegadas de Jessop, foi a transformação da energia, a partir da termodinâmica. A termodinâmica influiu nos comentários de Marx do conceito de “Arbeitskraft”, traduzido como força de trabalho - a capacidade ou potencial de realizar trabalho vivo, um conceito ausente da economia política clássica (...) Até a década de 1850, Marx falava de “Arbeit” (trabalho). Tomou consciência da relevância do segundo conceito mediante a análise da capacidade transformadora da máquina a vapor na produção industrial mediante a leitura de textos sobre a força de trabalho (...) fazia referência aos ‘cavalos de força’, como medida e potência dos cavalos, das máquinas e dos homens. (p. 249-251).O conceito de potência é definido pela equação potência é igual a energia sobre o tempo, ou seja, a relação entre a variação da energia e a variação do tempo define a potência. Tais contribuições aclaram a análise sobre a compra da potência do trabalho durante um determinado tempo. Uma das observações importantes de Marx, no capítulo citado, diz respeito às condições previas para que o possuidor do dinheiro encontre no mercado a potência de trabalho, condições historicamente definidas, que produzem esta mercadoria especial, capaz de valorizar o capital – potência de trabalho[1]. O núcleo teórico de Marx diz respeito à abstração, à mercadoria força de trabalho, levando-se em conta o trabalho abstrato. No entanto, a potência e a grandeza de energia só existem no corpo físico. O emprego da metáfora da lesma e caramujo (potência de trabalho e corpo) traduz a inseparabilidade destes dois termos. Levando-se em conta a equação acima, a potência é uma variável, resultante de duas outras - energia e tempo. Quanto maior a energia e menor o tempo, maior a potência, que é a mercadoria que está à venda. Assim sendo, o homem possuidor do dinheiro, nos termos de Marx, ao realizar a compra, ele não o faz abstratamente, mas, ao contrário, concretamente. A potência é um marcador, uma etiqueta inscrita no corpo físico de seu possuidor. Então, dois personagens se encontram no mercado de trabalho em condições iguais, ou seja, ambos são possuidores juridicamente de mercadorias, e a transação se faz de forma livre e não forçada. Ainda, de acordo com Marx, a esfera da circulação é o reino da liberdade. No entanto, logo após a venda, em suas palavras, há uma mudança na fisionomia dos personagens de nosso drama (p. 179). A aparência de liberdade e igualdade se desfaz. O possuidor do dinheiro se vê empoderado, caminha à frente, enquanto o possuidor da potência de trabalho lhe segue, de forma tímida, hesitante, como alguém que levou sua própria pele ao mercado, e espera somente uma coisa: ser tosquiado (p.179). Esta imagem reflete, ademais da desigualdade, a dominação de um sobre o outro. No entanto, há outro elemento a ser considerado e que não foi objeto de análise de Marx neste capítulo. Considerando a metáfora da lesma e do caramujo e o conceito físico de potência, tem-se que esta não é uma constante, mas uma variável, sediada num corpo físico e que não possui existência fora dele.
[1] Em outro trabalho, foram analisadas as formas de expropriação do campesinato e a violência que acompanhou esse processo. Silva (2012).
[2] Palavras proferidas pelo filósofo durante a live, Diasporas, d’une terre à l’autre, ocorrida em 14/04/2021, pela plataforma Zoom.
[3] O autor se refere ao título do livro de F. Fanon. Les damnés de la terre. Paris: La Découverte, 2002.
[1] Tais condições dizem respeito á acumulação originária do capital, relatada no último capítulo do Livro 1 de O capital.
[1] Marx (1978, p. 170-179).
Desarrollo:
Retomando o exemplo concreto dos trabalhadores rurais. O que vemos, enquanto corpos? São jovens, negros, camponeses desterritorializados do Maranhão, estado onde se verifica um gigantesco processo de espoliação de suas terras. Portanto, as condições prévias, responsáveis pelo fato deles estarem no mercado vendendo suas respectivas potências de trabalho, já ocorreram[1]. Em seus corpos, há três etiquetas que chamam a atenção dos compradores: i) juventude, correspondente à maior potência; ii) masculinidade, correspondente à virilidade e capacidade de resiliência e enfrentamento diante dos obstáculos, vis-à-vis os padrões patriarcais vigentes; iii) a principal etiqueta está na cor da pele: são negros. Segundo Achille Mbembe[2], os negros não se definem só pela cor da pele. Os negros são todos os rejeitados, os amaldiçoados da terra (les damnés de la terre)[3]. Considerando a medida de potência, power horse, os negros durante a escravidão, que durou quase quatro séculos no Brasil, eram destinados aos trabalhos mais duros, mais pesados e que lhes exigiam muita energia, tal como ainda ocorre nos canaviais. Logo, para aguentar o trabalho duro, a imposição da média em torno de 10 toneladas ou mais de cana cortadas durante a jornada (tempo de 8 horas), é necessário ser possuidor de uma grande potência, algo que um trabalhador, citado por um “turmeiro”, não possuía. Por isso não fora aceito e foi enviado a outros canaviais, onde morreu na encruzilhada dos canaviais. A relação simbiótica entre potência e corpo implica, portanto, em corpos determinados, escolhidos, analisados, quantificados, esquadrinhados, segundo as tecnologias de poder produzidas no laboratório secreto das empresas. São corpos dotados de uma especialidade, não natural, mas socialmente definida: são corpos racializados, generificados e colonizados. Corpos/colônia, cuja característica não é apenas a exploração da potência da força de trabalho, no seu uso por um tempo determinado, mas sua extração, no sentido da punção, da subtração. Seguindo as pegadas de A. Mbembe (2020):
(...) a função dos poderes contemporâneos é, mais do que nunca, tornar possível a extração. Isto requer a intensificação da repressão. A perfuração dos corpos e dos espíritos compõem este quadro.
As reflexões do filósofo camaronês, A. Mbembe, remetem às relações de poder e às tecnologias de dominação sobre a concretude do ato da extração da potência, da energia vital, do sangue, enfim das substâncias orgânicas do corpo. E ainda mais. É uma chave analítica importante para a reinterpretação do valor da potência do trabalho, segundo o conceito marxiano, que é condizente ao quantum de trabalho socialmente necessário para a sua produção. Nesta cesta, entram as mercadorias necessárias para a reprodução do seu possuidor: alimentos, moradia, algumas despesas com educação, calefação (caso inglês, analisado por Marx). Estes seriam os elementos básicos, mínimos, para garantir a produção e reprodução da potência de trabalho.
Conquanto, vale ressaltar que o trabalho executado nas atividades domésticas, como o preparo dos alimentos, a criação dos filhos, a limpeza da casa - geralmente, executado pelas mulheres - não entra na definição do valor da potência do trabalho, segundo Marx. Portanto, o trabalho doméstico, além de ser ocultado, é negado, enquanto trabalho propriamente dito, geralmente, descrito como atividade. O que implica em discordar da definição do valor de Marx, na medida em que, ademais da apropriação do mais valor, do excedente criado pelo trabalhador no ato do trabalho, por meio da mais valia absoluta ou relativa, ou as duas concomitantemente, há que se considerar a apropriação do trabalho não pago das mulheres, relegadas à esfera da reprodução, graças à permanência das relações patriarcais. Logo, a relação simbiótica entre capitalismo e patriarcado é uma alavanca importante para aumentar ainda mais os níveis de acumulação, mediante a captura do trabalho reprodutivo das mulheres. É uma vertente da colonização, entendida como sistema de extração dos recursos naturais, perfuração, e dominação/repressão sobre os corpos.
Em outro trabalho (Silva, 2020a), refleti sobre estes questionamentos, portanto, aqui não me deterei no seu aprofundamento, sem contar que eles já foram demasiadamente discutidos por várias teóricas do feminismo, tais como, Scholtz (2012), Mies (2019), Federici (2004), dentre outras.
A historiadora italiana, Sílvia Federici, elabora uma tese instigante a respeito da caça às bruxas na Europa[1], sobretudo, como fator importante não só para encerrar as mulheres nos espaços da casa, retirando-lhes a autonomia e o saber, como também para submetê-las ao domínio masculino. Esse doloroso processo, que culminou no assassinato e na tortura de centenas de milhares de mulheres, foi posto em prática pelo Estado e Igreja durante mais de três séculos. Para a historiadora, a transformação das mulheres em bruxas representou a aliança do patriarcado e capitalismo e se constituiu no processo de acumulação primitiva. Assim sendo, os corpos das mulheres pobres, em sua grande maioria, das metrópoles também foram colonizados, queimados, extraídos .
A filósofa alemã, Rositha Scholtz, tece a reflexão de que “o valor é o homem" (grifos da autora) não o homem como ser biológico, mas o homem como depositário histórico da objetivação valorativa. Todos os elementos sensíveis, tradicionalmente imputados às mulheres e tidos como inferiorizados, são externalizados, logo, não fazem parte do valor. Haveria, assim, a cisão causada pelo patriarcado do valor. Porém, a cisão é, em consequência, integrante do valor. Segundo ela, o mecanismo patriarcal da cisão deve ser visto não como acréscimo externo, mas, como uma alteração qualitativa da própria teoria do valor (p. 3).
Ainda há que mencionar uma produção bibliográfica atual bastante significativa sobre o trabalho do cuidado, o care[2]. Assim sendo, o trabalho generificado - produto do patriarcado - e o trabalho racializado - produto da colonialidade, ou seja, da permanência dos elementos coloniais, constituem os ingredientes definidores do corpo/colônia.
De acordo com a socióloga alemã, Maria Mies (2019), a domesticação do trabalho da mulher corresponde à externalização dos custos que não são assumidos pelos capitalistas. Isto decorre do fato do trabalho feminino ser visto como um recurso natural, como o ar e a água (p. 210). É importante assinalar que, ainda que a mulher venda sua força de trabalho, o trabalho doméstico recai sobre seus ombros, produzindo a dupla ou tripla jornada, segundo várias pesquisas já demonstraram. Em ambos os casos, há a apropriação do trabalho não pago.
O patriarcado - entendido como um sistema de poder e dominação que diz respeito às estruturas sociais e não somente às relações cotidianas entre homens e mulheres – legitima a existência da “colônia interior” no seio da família nos termos propostos pela autora (p. 211). O entrelaçamento entre a colonialidade e a domesticação da mulher é um produto histórico das relações laborais do Brasil, portanto, um elemento que não pode ser olvidado na análise do processo de valorização do capital, definido pela extração e não somente pela exploração. Sobre a permanência colonial, Quijano (2005) afirma:
O controle do trabalho no novo padrão de poder mundial constituiu-se, assim, articulando todas as formas históricas de controle do trabalho em torno da relação capital-trabalho assalariado, e desse modo sob o domínio desta. Mas tal articulação foi constitutivamente colonial, pois se baseou, primeiro, na adscrição de todas as formas de trabalho não remunerado às raças colonizadas, originalmente índios, negros e de modo mais complexo, os mestiços, na América e mais tarde os demais raças colonizadas no resto do mundo, oliváceos e amarelos. E, segundo, na adscrição do trabalho pago, assalariado, à raça colonizadora, os brancos. (p. 107).
No que concerne aos cortadores nos canaviais paulistas, são migrantes temporários, dado que são contratados para a safra, que dura em geral em torno de nove meses. Após o término do contrato, são obrigados a retornar aos seus lugares de origem. São migrantes permanentemente temporários. Desse modo, há uma nítida externalização dos custos de reprodução que recaem sobre o trabalho não pago das mulheres que permanecem nos locais de origem. Desde 2009, a assinatura do Compromisso Nacional para Aperfeiçoar as Condições de Trabalho na Cana[3], um pacto tripartite entre representantes dos trabalhadores, empresas e governo federal, visando ao chamado trabalho decente nos canaviais, os contratos passaram a ocorrer nos locais de origem e as famílias dos trabalhadores foram impedidas de acompanhá-los. Em caso contrário, os custos da reprodução aumentariam. São trabalhadores sós, desgarrados de suas famílias e de seu território. São vistos tão-somente enquanto potência. Retomando as reflexões de A. Mbembe, há neste modelo de produção a confluência dos três fatores que compõem a extração: fratura, fissuração e, por fim, o esgotamento.
A fratura ocorre no momento em que há o processo de extração das condições objetivas de sobrevivência nos locais de origem, ou seja, o processo de acumulação por espoliação nos termos definidos por D. Harvey (2004).
A fissuração é produzida desde o momento da partida, no momento da separação da família e a saída em busca da garantia de sobrevivência, ou seja, da continuidade da vida. É o momento em que se deixa para trás o território do eu, da sociabilidade, do reconhecimento, do lugar, da “terra da gente”, do “lugar da gente” ( Silva (2020b). O impedimento da vinda das famílias traduz a extração do afeto, a negação do nós, do eu e a emergência do outro, do estranho, do não igual, do diferente. Além do impedimento da vinda das famílias, do sistema de controle da produção exercido pelo feitor, por meio das dispensas, dos ganchos, da suspensão do trabalho por três dias, há o impedimento do encontro entre os trabalhadores em razão da jornada semanal 5x1, isto é, cinco dias de trabalho e um de descanso. A sociabilidade com as pessoas da cidade inexiste, sobretudo, devido ao racismo, às representações racializadas dos corpos que só são vistos enquanto cortadores de cana.
Há outra imposição para o ato de aguentar (suportar até os limites das forças) geralmente, ocultada. Trata-se do “acerto” no final da safra, que se constitui em complementos salariais correspondentes à assiduidade, aos não pedidos de atestados médicos, ao comportamento obediente, além dos níveis de produtividade elevados. Fica claro que os que reclamam, os grevistas, os que “causam problemas”[1], estão impedidos de receber o “acerto”, que só é pago no final da safra.
Além destes elementos, há outros que contribuem para o aumento da fissuração. Como foi dito, o contrato de trabalho é temporário, por safra. Segundo dados do MTE/CAGED, há uma expressiva irregularidade em relação aos números dos admitidos e dos demitidos. De acordo com estes dados, em junho de 2018, foram contratados 30.121 trabalhadores e demitidos 12.012, restando um saldo de 18.109. Em julho do mesmo ano, estes números foram, respectivamente: 21.065; 13.181; 7.884. Assim sendo, dos mais de 30 mil trabalhadores admitidos em junho de 2018, apenas, 7.884 permaneceram no emprego em julho, ou seja, uma redução em torno de 43%. Levando-se em conta à ocupação de trabalhadores na cana-de-açúcar, no mesmo período, foram contratados 964 e demitidos 2.132, portanto, um saldo negativo de 1.348. Estes números são o reflexo da aceleração da mecanização do corte da gramínea no estado, nos últimos anos.O esgotamento, o terceiro elemento da extração, é uma somatória da fratura e da fissuração.
Quem disser que o cortador morreu e não foi por causa do serviço, é porque ele nunca pegou no serviço. Eu digo que toda morte, que o cabra cai no meio do campo, é por causa do serviço. Agora depende da hora. Porque antes do meio dia, tudo bem. Depois que o sol esconde é muito bom. Mas àquela hora do meio dia, Ave Maria... Aqui tem um moreno, que no ano passado, ele estava no eito de cana; cana com pé de rolo (cana caída); ele estava quente; depois caiu desmaiado. Nós levamos ele até o ônibus, carregado nas costas. Ave Maria...! Ele estava morrendo, e eles não queriam atender ele. E se ele estivesse morrido? Rapaz, não faltou nada para ele morrer, faltou um centímetro para ele morrer. Aí nessas usinas por aí, de vez em quando, tem gente que toma soro direto, para aguentar. Só que nem tudo mundo é igual, pois têm uns que aguentam e outros que não aguentam. (Trabalhador do Maranhão. Entrevista realizada em Guariba, 2009).
O verbo aguentar é muito recorrente nas falas dos cortadores. É um exemplo da variação da potência. Uma das práticas das empresas é administração do “soro”, a fim de compensar a perda líquida, os suores, as câimbras, em função do esforço excessivo e do aumento da temperatura térmica. A equação acima, potência = energia sobre o tempo, define o ato de aguentar ou não aguentar. Buscando o nexo causal entre possíveis mortes e o excessivo esforço, por meio do aumento da potência, conseguida pelo maior dispêndio de energia num tempo menor, Verçoza (2018), acompanhou a frequência cardíaca de 22 cortadores de cana em Alagoas. Os dados amostrais foram levantados mediante o uso de monitor de frequência cardíaca, modelo Polar RC3 GPS, durante a jornada de trabalho. Suas conclusões demonstraram que somente quatro trabalhadores não extrapolaram a carga cardiovascular limite de 33%. Ao todo, 81,82% ultrapassaram o limite da carga física de trabalho. Os achados da pesquisa demonstraram a incidência de elevadíssimos índices de frequência máxima, apontando para sérios riscos à saúde. Tais índices foram calculados, considerando a frequência cardíaca média em repouso, máxima teórica, carga cardiovascular, diferença de batimentos por minuto e toneladas de cana cortada. (p. 238 e ss.).
Nos limites deste texto, optei por apresentar um excerto extraído de ações trabalhistas, a fim de analisar os meandros das leis e também as contradições e conflitos existentes no interior dos aparelhos do Estado. A leitura dos processos revela que, a partir dos promotores do Ministério Público do Trabalho (MPT), há um esforço no sentido de mitigar o desmonte dos direitos laborais. De todo modo, ainda que as sentenças sejam favoráveis aos trabalhadores, o montante em dinheiro pago não impede o processo de demolição que recai sobre eles. Retomando a metáfora da lesma e do caramujo, o que o MPT consegue é minimamente reparar o caramujo porque a lesma já não possui mais a substância. Nas entrelinhas das ações, emerge o brutalismo, nos termos propostos por A. Mbembe. “O brutalismo é o nome dado a este gigantesco processo de evicção e de evacuação, mas também de esvaziamento das veias e de esgotamento das substâncias orgânicas”.
Ainda vivo, o trabalhador rural (cortador de cana) Sr. Valdecir da Silva Reis, ajuizou ação trabalhista em face das reclamadas informando que havia sido admitido pela primeira para ativar-se no corte de cana em prol da segunda e terceira reclamada, tendo sido afastado em razão de doença ocupacional adquirida no trabalho em prol das reclamadas.
Informou que já havia laborado para a segunda e terceira reclamadas em outro período. Também narrou que trabalhava na jornada 7X1, das 6:30hs às 17:00hs, com 30 minutos de intervalo. Por conta dessa condição adquiriu doença que o incapacitou para o trabalho.
Foi realizada audiência (fl. 65) e apresentadas defesas (1ª reclamada fls. 68/72; 2ª e 3ª reclamadas fls. 97/114). Determinada realização de perícia médica no trabalhador.
Noticiado o falecimento do reclamante[1] (fls. 197/199).
O reclamante, cortador de cana, laborou para as reclamadas em várias oportunidades, desde 1997, conforme demonstra o documento de fls. 325/326.
O Laudo pericial reconhece que a atividade do corte de cana é penosa e de alto risco para a coluna. Também diz que o sistema de pagamento por produção induz o trabalhador a aumentar ao máximo seu ritmo de trabalho para auferir maiores ganhos, fazendo com que o trabalhador não respeite seus limites físicos (fl. 354). Também reconheceu que os exames do trabalhador mostram nítidas alterações degenerativas em vários discos lombares, fortemente sugestivas de haver comprometimento radicular.
O laudo também é claro ao dizer que esse quadro é degenerativo e não regride. Reconhece expressamente que o autor tinha incapacidade total e permanente para sua atividade habitual de trabalhador rural; que o trabalho que o reclamante realizou durante sua vida profissional de cortador de cana é de risco para a coluna agindo como concausa agravante (fl. 353). E conclui: a doença foi agravada em razões das condições de trabalho e “é inegável que não deveria ter sido colocado em atividades que pudessem agravar a sua doença” (fl. 370).
Portanto, temos que restou devidamente comprovado nos autos o nexo causal entre o agravamento da doença e o trabalho do Sr. Valdecir. A concausa e a responsabilidade das reclamadas está devidamente provada. (grifos do processo). (Processo nº 0080100-53.2008.5.15.0022). Recurso ordinário. Campinas, maio de 2014.
[1] O trabalhador faleceu aos 37 anos de idade. Era pai de três crianças. Valdecir foi entrevistado por mim e é um dos narradores do Vídeo, sob minha coordenação, Fragmentos (2005). www.trama.ufscar.br. (Aba: vídeos do Grupo).
[1] Durante minhas pesquisas, ouvia muitos relatos sobre as “listas negras” que circulavam entre os feitores e fiscais. Tais listas (eu possuo uma delas com 85 nomes!) eram uma maneira de sujeitar os trabalhadores, impedindo-os de conseguir emprego nas safras seguintes, caso as regras fossem desrespeitadas. Os afastamentos por doenças dizem respeito à maior empresa do setor do hidroagronegócio canavieiro do país[1]. Os números referentes aos afastamentos do sistema nervoso, urinário, devido a tumores, doenças do aparelho circulatório, digestivo, lesões, envenenamentos, corrosões e do sistema osteomuscular (LER/DORT) são demonstrativos do processo de esgotamento dos corpos, do ato de não aguentar. Ademais dos acometimentos da LER/DORT, há que se considerar os níveis elevados das outras doenças sugerindo o uso desmesurado de agrotóxicos, principalmente, aqueles que são indicativos de cânceres, e que são proibidos em outros países.
[1] “A receita líquida da Raízen Energia totalizou 9 bilhões de reais no primeiro trimestre do ano (2020), aumento de 26% ante igual período de 2019. Na safra de 2019/20, encerrada em março, a receita aumentou 37%, para 30,7 bilhões de reais, “devido principalmente ao maior volume vendido e melhores preços médios de açúcar e etanol, tanto no trimestre quanto no ano safra”. https://www.novacana.com/n/industria/financeiro/raizen-energia-receita-liquida-r-9-bilhoes-entressafra-alta-26-010620. Acesso em 13/04/2021.
[1] Durante a colonização da América espanhola e portuguesa, também houve a caça às bruxas. Muitas mulheres por praticarem outros cultos, que não os da religião católica, foram perseguidas e queimadas, segundo S. Federici.
[2] O care se refere ao cuidado com as crianças, idosos e outras pessoas. Trata-se de um trabalho executado sobretudo por mulheres. Atualmente, várias pesquisas revelam que este trabalho tem sido desempenhado por milhares de mulheres migrantes dos países de América Latina e também da Ásia, como as Filipinas, que se destinam à Europa e EUA. Sobre o cuidado e cuidadoras, consultar, dentre outros, Hirata, Guimarães (2012).
[3] “Por meio de uma mesa de diálogo, sob a coordenação da Secretaria Geral da Presidência da República, foi construído um acordo histórico para valorizar e disseminar as melhores práticas trabalhistas na lavoura da cana, evidenciando a importância do diálogo social na elaboração das políticas públicas. Por meio da adesão voluntária das empresas ao compromisso, da divulgação das boas práticas empresariais e do cadastro positivo formado pelo selo “Empresa Compromissada”, conferido após verificação in loco de auditoria independente, a iniciativa induz os demais atores do setor a aderir ao compromisso e adotar as boas práticas trabalhistas”.https://repositorio.enap.gov.br/bitstream/1/343/1/Compromisso%20Nacional%20para.pdf
Acesso em 15/04/2021. Os efeitos desta normativa, na verdade, favoreceram aos empregadores e não aos empregados, seguindo a arguição desenvolvida neste texto.
Conclusiones:
Em novembro de 2017, foi aprovada pelo Congresso Nacional, a chamada Reforma Trabalhista, Lei 13.467/17, cujos efeitos foram o aumento da precarização, a retirada dos direitos, a flexibilização, a informalidade, a terceirização, as contratações de trabalhos intermitentes e parciais, o desligamento por acordo mútuo, com o intuito de diminuir as multas do saldo do FGTS e aviso prévio, o não pagamento dos deslocamentos, retirada da obrigatoriedade da contribuição sindical, representando um duro golpe para as associações sindicais, e também para a Justiça do Trabalho, por meio do pagamento das ações ajuizadas pelos empregados, caso as ações fossem ganhas pelos empregadores[1].
No que tange aos trabalhadores rurais, uma das principais alterações foi em relação à supressão das horas in itineri. Essa normativa representou a diminuição de 20% a 30% nos ganhos dos trabalhadores, dado que antes da reforma, esses valores eram acrescidos aos salários, levando-se em conta que os trabalhadores vivem nas cidades e se deslocam para os locais de trabalho, às vezes, perfazendo um tempo de até quatro horas diárias (ida e volta).
Em 2019, a Reforma da Previdência trouxe outros desalentos aos trabalhadores. Ambas reformas são indicativos do desmonte dos direitos e da seguridade social, visando aumentar os ganhos dos empregadores. As principais alterações foram referentes à idade, ao tempo de contribuição, bem como aos valores da aposentadoria e auxílios. No decorrer destas páginas, o intuito foi de compreender/transcender as reflexões sobre a extração do corpo/colônia dos trabalhadores nos canaviais. Recorrendo aos referencias marxianos de exploração da força de trabalho, foi possível a incorporação de interpretações de vários pesquisadores/pensadores, os quais, no diálogo com os ensinamentos de Marx, aportaram a necessidade de ir além de minhas análises anteriores, me conduzindo a outro ponto de chegada. As falas dos sujeitos, os conteúdos das ações judiciais, além dos achados de outros pesquisadores, que se debruçaram sobre essa temática, são demonstrativos do processo de brutalismo nos termos propostos por A. Mbembe. No entanto, tal processo não é determinístico. A história não é teleológica. Ainda que exista a lógica da extração, há também a lógica contrária. As ações judiciais, apesar de todas as intimidações, são reveladoras nesse sentido. Nos poros do corpo/colônia, além dos suores, brota o desejo de “não estar aqui, mas lá, mesmo que tardiamente. É, a partir dessa centelha, que os movimentos sociais deverão conduzir os rumos da luta pelos direitos humanos do trabalho na contramão da edificação da extração do corpo/colônia.
[1] Uma análise acurada sobre os efeitos deletérios da reforma trabalhista, considerando os trabalhadores urbanos, encontra-se na coletânea de artigos produzida pela Remir (Rede de estudos de monitoramento interdisciplinar da reforma trabalhista), organizada por Krein, Oliveira, Filgueras (2019).
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Palabras clave:
Trabalho; hidroagronegócio canavieiro;corpo/colônia; brutalismo; Brasil
Resumen de la Ponencia:
O objetivo desta comunicação é analisar o impacto da pandemia de Covid-19 entre profissionais de enfermagem e medicina e o modo como reagem suas entidades sindicais. A metáfora da guerra tem sido recorrentemente empregada para expressar a dramática situação sanitária vivida pelos países e por suas populações no enfrentamento ao vírus SARS COV-2. Nesta narrativa, o vírus seria o inimigo a ser abatido, os hospitais seriam a linha de frente e os profissionais de saúde seus heróis. A mitificação dos profissionais de saúde como guerreiros da pandemia é política e ideologicamente funcional na medida em que dissimula, por meio da fórmula “nossos heróis”, as reais condições de trabalho, desgastantes, fatigantes e precárias, bem como o impacto que as políticas de ajuste e austeridade produzem nos sistemas de saúde pública. Muito distante do ideal romântico, a pandemia trouxe à tona a histórica fragilidade dos serviços públicos de saúde, afetados pelos sucessivos cortes de gastos no Sistema Único de Saúde (SUS), cortes que levaram à redução de concursos públicos e do contingente de profissionais com vínculos estáveis. Diante da situação de urgência sanitária, os trabalhadores da saúde ficaram ainda mais vulneráveis ao adoecimento e à morte em função dos efeitos das políticas de ajuste fiscal, do aumento dos contratos precários e da jornada, bem como do negacionismo governamental. Os sindicatos da área da saúde, especialmente de enfermeiros/as e médicos/as de São Paulo e do Rio de Janeiro, reagiram e foram muito ativos ao longo dos anos 2020-21. Além de ativas e solidárias, as entidades realizaram ações unitárias, ultrapassaram os limites da luta propriamente reivindicativa e corporativa e politizaram a luta sindical. Realizaram atos em defesa da vida, da democracia e do movimento Fora Bolsonaro.
Introducción:
A metáfora da guerra tem sido recorrentemente empregada para expressar a dramática situação sanitária vivida pelos países e por suas populações no enfrentamento ao vírus SARS COV-2. Nesta narrativa, o vírus seria o inimigo a ser abatido, os hospitais seriam a linha de frente e os profissionais de saúde seus heróis (PEREIRA et al., 2020). Esta narrativa alude a um momento de urgência que, objetivamente, mobiliza e leva equipes de saúde responsáveis pelos cuidados a pacientes adoecidos ao completo esgotamento. Mas, por sua vez, ao clamar por heroísmo ou ainda pela imprevisibilidade do coronavírus, ela ilude, na medida em que oculta o alerta de pesquisadores e ativistas em torno do risco de surgimento de novas pandemias (LEITE, 2020); a negligência dos Estados nacionais em relação às necessidades dos sistemas públicos de saúde (SAAD FILHO, 2020); as determinações da conjuntura que estamos vivendo particularmente no Brasil com a sobreposição de crises econômica, social e sanitária; e, finalmente, a realidade enfrentada pelos profissionais de saúde e agravada pelas políticas neoliberais. A adoção destas políticas reduz o contingente de profissionais concursados e institui formas de gestão público-privada, por meio das Organizações Sociais (OS), que ampliam as formas de subcontratação com a terceirização e a “pejotização”. Como alertam Pereira et al. (2020, p. 16), “a retórica do conflito e do inimigo pode traduzir-se numa linguagem que tende a substituir o ‘inimigo invisível’ por ‘inimigos visíveis’” e a romantizar as condições concretas em que trabalham, há anos, as equipes de saúde que hoje se encontram na atenção aos pacientes infectados pelo novo coronavírus.
Editada em 06 de fevereiro de 2020, a Lei nº 13.979 dispôs sobre as medidas para enfrentamento à situação de emergência de saúde pública de importância internacional (ESPII) decorrente do surto do coronavírus, entre as quais a definição de isolamento, quarentena e demais medidas preventivas – uso de máscaras, estudos epidemiológicos, exumação, necropsia, cremação e manejo de cadáver etc. – bem como medidas restritivas temporárias à circulação de pessoas em rodovias, portos ou aeroportos, saída e entrada no país (BRASIL, 2020a). Por meio do Decreto nº 10.282, de 20 de março de 2020, o governo Bolsonaro definiu os serviços públicos e as atividades essenciais que não podem ser paralisados com as medidas de quarentena e que são “indispensáveis ao atendimento das necessidades inadiáveis da comunidade” posto que, “se não atendidos, colocam em perigo a sobrevivência, a saúde ou a segurança da população” (BRASIL, 2020b). O momento de urgência tornou, então, essenciais uma série de serviços entre os quais os de assistência à saúde.Entrementes, o fato de serem definidos como essenciais não garante aos trabalhadores responsáveis por estes serviços a valorização de seu trabalho, nem a “proteção necessária para sua realização” (CAMPOS et al., 2021a, p. 362).
A rigor, diante de uma situação de urgência sanitária, caracterizada pela OMS como emergência de saúde pública de importância internacional, os trabalhadores da saúde ficaram ainda mais vulneráveis ao adoecimento e morte. Eles já viviam jornadas exaustivas e enfrentavam os efeitos de um sistema público de saúde fragmentado (SOUZA et al., 2019), da redução do papel do Estado na prestação de serviços aos cidadãos, do fortalecimento do mercado de capitais das empresas de saúde (LAVINAS; ARAÚJO; BRUNO, 2017), por meio de planos privados de previdência e de saúde, e da expansão de uma lógica financeira e “[...] empresarial em tempos de recursos escassos, [que] condiciona o repasse de recursos ao cumprimento de determinadas metas a serem alcançadas pelos municípios e suas respectivas equipes de saúde” (DIEESE, 2020b, p. 7).
A vulnerabilidade dos profissionais da saúde ao vírus no exercício de suas funções deve ser compreendida em função dos determinantes sociais (SOUZA et al., 2019), em particular, do processo progressivo de mudanças nas condições de trabalho, iniciado nas últimas décadas, e amplificado pela reforma trabalhista de 2017, “[...] bem como pelas opções políticas, sanitárias e econômicas adotadas pelo governo [Bolsonaro] e pelos setores empresariais para enfrentar a pandemia” (CAMPOS et al., 2021a, p. 362).
Analisada por esse prisma, a mitificação dos profissionais de saúde como heróis da pandemia é política e ideologicamente funcional. Ao realizar manifestações públicas favoráveis aos profissionais da saúde, setores sociais expressam seu reconhecimento e agradecimento; mas, via de regra, o fazem de forma acrítica e descontextualizada, dissimulando, por meio da fórmula “nossos heróis”, as reais condições de trabalho, desgastantes, fatigantes e precárias, bem como o impacto que as políticas de ajuste e austeridade produzem nos sistemas de saúde pública.
A presente crise sanitária expõe, de modo particular, as obrigações e os riscos assumidos pelos trabalhadores da área da saúde durante a pandemia e não apenas no Brasil. A aparente valorização no atual contexto oculta o quão profundamente estes trabalhadores têm sido afetados. E, mesmo agora, “com tantos elogios a esses trabalhadores, a resposta é lamentavelmente insuficiente para protegê-los” (GINDIN, 2020). A falta de EPIs, amplamente denunciada desde os primeiros dias da pandemia, é o que poder-se-ia, metaforicamente, denominar a ponta de um iceberg, na medida em que, além dos insuficientes e por vezes inadequados equipamentos protetivos, são as condições de trabalho, reconfiguradas nos marcos do capitalismo contemporâneo e no bojo de políticas austeras, os principais condicionantes do adoecimento em geral (SOUZA et al., 2019) e da vulnerabilidade ao coronavírus, em particular.
Os protestos de profissionais da saúde na pandemia têm chamado a atenção para as precárias e inadequadas condições de trabalho, longas e exaustivas jornadas e urgentes necessidades materiais. Por vezes, esses protestos também apelam ao heroísmo; afinal, ao buscar valorização, reconhecimento e apoio social às suas demandas, enfermeiros e médicos reivindicam a imagem de salvadores – e nem sempre se identificam como trabalhadores do cuidado. Alguns protestos expressam essa ambiguidade, como o realizado pelo SindSaúde-RS, na cidade de Porto Alegre, em dezembro de 2020. Na ocasião, trajando equipamento de proteção, os manifestantes levantaram faixas com os seguintes dizeres: “palmas não bastam” e “recomposição salarial para quem salva vidas” (BOOF, 2020, [s. p.]). Noutras, todavia, rechaçam a pecha de heróis. Como sintetizou Clara Grémont, enfermeira de Montpellier, “[...] não queremos medalha ou pequenos bônus às escondidas, queremos um salário igual ao que nossas profissões fazem para a sociedade” (BOUVIER; STROMBONI; PINEAU, 2020, [s. p.]). Em Paris, durante manifestação de médicos, enfermeiros e cuidadores, uma enfermeira afirmou: “[...] não ligamos para aplausos, medalhas e homenagens. O reconhecimento deve passar por uma reavaliação de nosso salário, mais funcionários, equipamentos decentes e instalações renovadas” (LOUVET, 2020, [s. p.]).
Os protestos dos profissionais de saúde reafirmam a centralidade do trabalho (CAMPOS et al., 2021a) e a urgência por mudanças nas condições e relações de trabalho. Nas crises, as urgências vêm à superfície, as contradições e os conflitos sociais se acirram e as reais demandas dos trabalhadores emergem. Aumenta a concentração do capital em contraposição à “pauperização absoluta e relativa de enormes parcelas da população” (FONTES, 2017, p. 417). Aumenta a intensificação e a precarização do trabalho dos profissionais de saúde. Institui-se, inclusive, certa crise profissional à medida que o esgotamento físico e mental leva ao adoecimento e afastamento, a voluntariamente se licenciarem ou, ainda, a recusarem postos abertos em funções hospitalares diretamente relacionadas à Covid-19.
No limite, alguns profissionais da saúde têm desistido da profissão, pois a “crise do coronavírus acentuou as condições insuportáveis que muitos enfrentavam” (COREN-BA, 2018, [s. p.]). Nesse contexto, aumentou na pandemia o desejo de abandono da profissão (COFEN, 2021).
Neste artigo, parte-se de premissas para se discutir sobre dos trabalhadores essenciais da área da saúde no contexto da pandemia. Entende-se que a Covid-19 é epidêmica, determinada socialmente e deve ser compreendida a partir de condicionantes estruturais e conjunturais que tornam certas categorias de trabalhadores ainda mais vulneráveis. Embora o vírus busque um hospedeiro (uma célula basicamente), a probabilidade de encontrá-lo varia com as condições estruturais (modelo econômico, existência de direitos sociais universais, mercado de trabalho, nível de renda, formalidade ou informalidade, distribuição ou concentração da riqueza, nível de escolaridade e cultural global, condições materiais de vida, de trabalho e de acesso à saúde) e conjunturais (contexto político, políticas econômicas, regime político).
Busca-se analisar o impacto da pandemia entre profissionais de enfermagem e medicina e o modo como suas entidades sindicais reagem a partir da deflagração da pandemia da Covid-19 no Brasil. Seguindo pesquisas anteriores (CAMPOS et al., 2021a, 2021b), nossa hipótese é que, no Brasil, a sobreposição de crises abriu oportunidades políticas (SAVAGE; BLACK, 2020; TARROW, 2009) às organizações sindicais, as quais se mantiveram ativas no sentido de garantir, sobretudo por meio do acesso à justiça, agitação nas redes sociais e de alguns protestos, os direitos trabalhistas básicos – pagamento de salários em dia, cumprimento de jornada contratada, denúncia de desvio de função, garantia de licença remunerada aos profissionais incluídos nos grupos de risco por idade ou doenças preexistentes – e proteção à vida dos seus representados – garantia de EPIs, exames e vacinação prioritária. Ou seja, a ação sindical toma a forma de um ativismo que busca defender os direitos e preservar a vida de enfermeiros e médicos responsáveis pelo cuidado e tratamento aos pacientes com Covid-19.
Foram pesquisados o Sindicato dos Médicos do Estado de São Paulo (Simesp), o Sindicato dos Enfermeiros do Estado de São Paulo (Seesp) e o Sindicato dos Trabalhadores Públicos da Saúde do Estado de São Paulo (SindSaúde-SP).
O Sindicato dos Médicos do Estado de São Paulo (Simesp) foi criado em 1929 e tem como principais bandeiras de luta a defesa da atividade médica, por boas condições “no exercício da profissão” e o acesso à saúde como direito do cidadão. O Simesp negocia com sindicatos patronais, com as administrações públicas municipais e estadual e atua na denúncia de irregularidades e abusos em empresas de saúde. O Sindicato dos Enfermeiros do Estado de São Paulo (Seesp) foi criado em 1985. Organiza-se em sedes na capital e oito subsedes distribuídas no interior. Negocia Convenções Coletivas de Trabalho (CCT) com diversos sindicatos patronais e participa de mesas de negociação nos municípios do estado de São Paulo. O Sindicato dos trabalhadores públicos da saúde do estado de São Paulo (SindSaúde-SP) abrange várias categorias da área da saúde, no fundamental na área da saúde pública. Fundado em 1989, o SindSaúde define-se como um sindicato classista, que luta por salário digno, trabalho decente, concursos públicos e defende um SUS universal, financiado e administrado integralmente pelo Estado. A entidade está estruturada em 27 regionais distribuídas por todo o estado de São Paulo. O Seep e o SindSaúde são filiados à Central Única dos Trabalhadores (CUT). O Simesp não é filiado a nenhuma central.
Neste artigo, nosso objetivo é analisar o posicionamento dos sindicatos, seu funcionamento e suas formas de atuação.
Desarrollo:
A pandemia ocasionou o fechamento das sedes das entidades e levou à suspensão do atendimento presencial ao público. Não obstante, os sindicatos não paralisaram suas atividades. Ao contrário, foram impelidos a dar respostas às investidas patronais, às situações de descontrole ocasionadas pela omissão do poder público e pelo negacionismo do governo Federal e ao drama sanitário, revelando uma grande preocupação com questões relacionadas aos direitos trabalhistas e à saúde dos trabalhadores de sua base. Ademais, é notório que os sindicatos reergueram a bandeira em defesa do SUS.
Os sindicatos de médicos e enfermeiros pesquisados, por representarem trabalhadores essenciais à saúde, não cerraram suas portas. Na medida em que representam categorias mais vulneráveis, pois expostas a uma carga viral maior do que a população em geral, mantiveram-se ativos e mobilizados. Realizaram denúncias à Justiça do Trabalho e ao Ministério Público, reuniões com os poderes públicos e administração de hospitais privados, atos e protestos, assembleias com associados, bem como produziram notas e informes para a imprensa.
Os sindicatos analisados incrementaram a utilização de ferramentas virtuais nas redes sociais para se comunicar e informar os trabalhadores. Não fizeram desta a única forma de luta, já que, em várias ocasiões, estiveram envolvidos em atividades presenciais, como fiscalizações em hospitais de campanha e referência de Covid-19, além de atos e protestos, muitos dos quais organizados de forma unitária[1]. Nota-se, também, a atuação das lideranças sindicais de médicos e enfermeiros junto à grande imprensa[2].
Qual o conteúdo das reivindicações e os posicionamentos dos sindicatos estudados? Como organizam o funcionamento das entidades e o trabalho de base? Quais as principais formas de luta durante a pandemia?
Reivindicações de natureza trabalhista – respeito à jornada, o pagamento de salários e benefícios e o respeito aos contratos – estão imbricadas às questões relativas à saúde, em particular à Covid-19. O nexo entre condições de trabalho e Covid-19 tem como pressuposto que a doença é “presumivelmente relacionada ao trabalho” (MAENO; CARMO, 2020), e, em particular, “os profissionais da saúde devem ter a proteção necessária para a prevenção da doença” (VEDOVATO et al., 2021, p. 10).
Defender a vida de seus representados não é uma exclusividade das entidades do setor da saúde posto que a ação coletiva dos setores essenciais durante a pandemia passa necessariamente pela proteção da saúde (CAMPOS et al., 2021ª). Todavia, proteger a saúde e a segurança daqueles que trabalham com a saúde constitui a principal reivindicação dos sindicatos analisados. São recorrentes as demandas feitas aos empregadores relativas ao fornecimento de EPIs, à assepsia de postos de serviço (VEDOVATO et al., 2021), ao direito a testes e exames, vacinas, descanso, afastamento e férias.
A preocupação com a saúde se expressa por meio de Notas, depoimentos na imprensa e na ampla divulgação de orientações, “materiais informativos e protocolos visando ao controle da propagação do coronavírus dentro e fora dos locais de trabalho” (CAMPOS et al., 2021a, p. 374). Os sindicatos dos médicos e de enfermeiros de São Paulo também se posicionaram contra a subnotificação de casos e a manipulação dos dados.
O Simesp compõe a frente de resistência ao negacionismo e ao bolsonarismo na medida em que publicamente critica o tratamento precoce (SIMESP, 2020b)[3], condenando tanto o posicionamento Conselho Federal de Medicina quanto as próprias orientações do Ministério da Saúde que havia liberado o uso de cloroquina e hidroxicloroquina para o tratamento de pacientes do Covid-19 (SIMESP, 2020a). No dia 21 de junho, o Simesp apoiou o ato nacional pelas vítimas de Covid-19, uma iniciativa, anteriormente citada, da Rede Nacional de Médicas e Médicos Populares e da Associação Brasileira de Médicas e Médicos pela Democracia (ABMMD). Entre outras pautas, o ato fora convocado em protesto contra a “cumplicidade de algumas entidades médicas, como o Conselho Federal de Medicina (CFM), a Associação Médica Brasileira (AMB) e a Federação Nacional dos Médicos (Fenam), frente às posições do governo federal”, em apoio à campanha de fila única de leitos, ao SUS, em solidariedade à campanha “Vidas Negras importam”, contra a Portaria nº 544 do MEC (BRASIL, 2021) referente ao ensino remoto nos estágios da área da saúde e a perseguição aos quadros técnicos do Ministério da Saúde.
A luta em defesa do SUS, da vida, do distanciamento social, pelo uso de máscaras, testagem e vacinação para todos é articulada às ações em defesa da proteção dos profissionais da saúde. Os sindicatos ressaltam a importância do serviço prestado à população, sua condição de essencialidade para o enfrentamento da pandemia e para a preservação da vida. O isolamento social é defendido – e o negacionismo combatido –, pois contribui para a segurança dos que precisam estar nas ruas. Os atos realizados no Dia da Enfermagem, tanto em 2020 (quando houve agressão aos manifestantes) quanto em 2021, buscaram difundir a mensagem de apelo e solidariedade social aos que se encontram na “linha de frente”. Além da pauta em defesa da categoria e da saúde pública, o Seesp lançou a campanha “Demonstre apoio aos enfermeiros! #LuteComoUmaEnfermeira!”, pedindo que fossem enviados vídeos de até 1 minuto que seriam veiculados nas redes sociais.
Ao defenderem o isolamento social, os sindicatos recusam o discurso que contrapõe economia e saúde, luta pela vida versus luta pelo emprego. As críticas se estendem à política negacionista de Bolsonaro. Simesp, SindSaúde e Seesp reagiram em vários momentos à política negacionista. Em junho, Bolsonaro chegou a pedir a seus seguidores que invadissem hospitais de referência de Covid-19 e de Campanha para filmar supostas irregularidade: “[Se] tem hospital de campanha perto de você, hospital público, arranja uma maneira de entrar e filmar. Muita gente está fazendo isso e mais gente tem que fazer para mostrar se os leitos estão ocupados ou não. Se os gastos são compatíveis ou não. Isso nos ajuda” (URIBE, 2020, [s. p.]). O discurso presidencial suscitou a reação do SindSaúde-SP (2020b, [s. p.]), que emitiu uma Nota de Repúdio, pois a fala do presidente incitava a população e levantava suspeitas sobre os profissionais da saúde, em um momento delicado: em que nós, trabalhadores, estamos “literalmente dando nossas vidas para tratar a população brasileira”.
Como as entidades pesquisadas organizaram seus representados e o trabalho de base?
No primeiro ano da pandemia, as entidades sindicais pesquisadas buscaram se adaptar às novas formas de organização da categoria, por meio de assembleias, debates, lives e eleições sindicais realizadas de forma remota, como ocorreu em junho de 2020, com os médicos de São Paulo que escolheram a nova diretoria do Simesp por meio de eleições virtuais.
Com o prolongamento da crise sanitária, inclusive congressos sindicais foram realizados virtualmente e novas iniciativas foram tomadas visando a aproximar o sindicato dos locais de trabalho de sua base.
Nos primeiros meses de 2020, o SindSaúde-SP realizou plenárias regionais, na modalidade remota, a fim de manter a comunicação com representantes junto à base e eleger delegados para a plenária estadual da entidade. As plenárias regionais abordaram temas variados, tais como: o avanço das organizações sociais e das terceirizações na saúde pública estadual em cada região, as negociações e ações do Sindicato diante da ameaça de corte do adicional de insalubridade e da Reforma da Previdência do governo paulista. Além disso, nas plenárias virtuais, buscava-se definir que estratégias seriam priorizadas pela entidade durante a pandemia.
Em março de 2021, a campanha salarial escolheu como tema a “Valorização dos trabalhadores e a defesa do SUS”. Para tanto, o SindSaúde-SP realizou uma assembleia geral virtual para aprovação da pauta política e econômica, que reivindicava tanto o cumprimento da data-base e a abertura de negociações entre governo e sindicato, quanto reposição salarial de 17,82%, aumento real dos salários de 2%, reajuste do vale-refeição para R$ 35,13, além de prêmio de incentivo, gratificações e jornada máxima de 30 horas. Na referida Assembleia, foi aprovada a pauta do 13º Congresso SindSaúde-SP, realizado também na forma remota.
O Simesp promoveu assembleias virtuais para aprovar a proposta de um aditivo à Convenção Coletiva de Trabalho (CCT) 2019/2020, com normas específicas para a segurança do trabalho de médicos sem vínculo formal, bem como para discutir a pauta de reivindicações para a campanha salarial de 2020. Buscou, também, a via jurídica para garantir o pagamento das bolsas dos residentes que estavam atrasadas.
O prolongamento da pandemia e a necessidade de distanciamento físico fez com que SindSaúde-SP inovasse na forma de atender os trabalhadores da saúde ao criar o projeto Sindicato Móvel. Trata-se da transformação de um veículo numa espécie de sede móvel do sindicato. O projeto foi pioneiramente implementado na Baixada Santista e o veículo é estacionado próximo a hospitais em determinados horários para atendimento às dúvidas e demandas jurídicas dos profissionais da saúde.
Os sindicatos de trabalhadores da saúde incrementaram suas ações de fiscalização nos locais de trabalho após denúncia de práticas irregulares em hospitais públicos, privados e de campanha. Foram recorrentes as visitas de membros das diretorias sindicais às unidades denunciadas por diferentes razões: falta de EPIs, condições hospitalares inadequadas e insalubres e a prática de assédio e violência no trabalho. Além de intensificar as fiscalizações, os sindicatos buscaram maior articulação com o Ministério Público do Trabalho, com outras entidades e movimentos. Extrapolaram sua atuação para as ruas, realizando manifestações em frente e dentro de hospitais, em praças e locais públicos, de modo que seu ativismo não foi limitado pelas restrições impostas pela pandemia.
O Seesp mobilizou as gerências regionais do trabalho, objetivando a realização de testes de Covid-19, o uso e fornecimento de EPI adequados e em quantidade suficiente, supervisionando as escalas de horário, de descanso e folga, pois recebia denúncias de desrespeito à jornada. Outra demanda que mobilizou os sindicatos foi a garantia de licença para aqueles inseridos nos grupos de risco, garantia de afastamento aos adoecidos e, sobretudo, recomposição de profissionais em função do afastamento daqueles que contraíram a doença.
Os sindicatos passaram a publicar ou replicam informações sobre o número de enfermeiros contaminados e mortos pelo coronavírus. O Simesp criou um Memorial em homenagem aos médicos que morreram por complicações causadas pela Covid-19. O SindSaúde-SP criou um Canal de Denúncias para atender aos trabalhadores da saúde que estivessem trabalhando sem o adequado fornecimento de equipamentos de proteção individual (EPIs) e de proteção coletiva (EPCs), como luvas, máscaras, sabonetes, papel toalha, aventais, álcool em gel, óculos de proteção, ou, ainda, que quisessem denunciar casos de assédio moral e ações abusivas. Diante das denúncias de irregularidades cometidas por prefeituras, empresas e pelo governo do estado, principalmente no que diz respeito à falta de EPIs, foram realizadas ações de fiscalização em hospitais, algumas das quais “[...] com grande repercussão na imprensa escrita e televisiva, e a instauração de inquérito civil pelo Ministério Público do estado de São Paulo” (CAMPOS et al., 2021a, p. 381). O Seesp também criou um Disk Denúncia durante a quarentena e publicado regularmente informações sobre o número de enfermeiros contaminados e mortos pelo Corona-vírus (COFEN; COREN, 2021).
O SindSaúde-SP entrou na Justiça para garantir EPIs, cumprimento da jornada e o direito a afastamento aos profissionais com idade acima de 60 anos (REDE BRASIL ATUAL, 2021). Abriu também uma frente de luta na Assembleia Legislativa de São Paulo contra o Projeto de Lei nº 529/2020 (Lei nº 17.293), que acabou com a Superintendência de Controle de Endemias e aumentou as alíquotas do Instituto de Assistência Médica ao Servidor Público Estadual (SINDSAÚDE-SP, 2020c).
O Seesp acionou judicialmente o Instituto de Atenção Básica e Avançada à Saúde, gestora do Hospital de Campanha do Anhembi, e a Sociedade Beneficente Israelita Hospital Albert Einstein, requerendo a testagem de todos os profissionais da saúde. Juntamente com Simesp, o Sindsep-SP e SindSaúde-SP, uma comissão composta por lideranças sindicais inspecionaram o hospital de campanha do Anhembi após denúncia de falta de equipamentos de proteção, condições de trabalho inadequadas e sobrecarga de trabalho. A comissão identificou problemas “no treinamento para que os funcionários usem adequadamente e façam a troca constante desse EPI” bem como nas acomodações reservadas aos plantonistas. Nessa ação, as entidades denunciaram a contratação de médicos como PJ. Três OS foram denunciadas ao MPT: o Instituto de Atenção Básica e Avançada à Saúde, a Associação Paulista para o Desenvolvimento da Medicina e a OGS Saúde. Também houve denúncia ao MPT contra o Hospital de Campanha da Brasilândia, que estaria contratando enfermeiros sem registro na Carteira de Trabalho e Previdência Social.
Conclusiones:
A despeito do contexto desfavorável à ação coletiva, as entidades representativas de médicos e enfermeiros pesquisadas têm sido ativas no plano sindical. Seesp, Simesp e SindSaúde-SP desenvolveram iniciativas – tais como ações de agitação, protestos públicos, atos de solidariedade com outras categorias em luta, negociações, iniciativas solidárias, ações judiciais, além do esforço de fiscalização nos locais de trabalho e comunicação com suas bases. Num cenário de insulamento do movimento sindical, todas essas ações buscavam mobilizar e defender suas bases e manter a assistência aos trabalhadores. Em uma conjuntura de sobreposição de crises, de avanço do negacionismo do governo Bolsonaro, e pós-Reforma Trabalhista, a ação sindical é, ao mesmo tempo, constrangida e desafiada.
Há uma unanimidade entre as lideranças representativas de todo o espectro sindical: um dos objetivos do governo Bolsonaro é acabar com o movimento sindical (CAMPOS et al., 2021b). Todavia, mesmo fragilizados pela Reforma Trabalhista, e sob constante ameaça, os sindicatos “[...] se esforçam na luta pela preservação da vida dos trabalhadores de serviços essenciais, dando-lhes visibilidade e buscando fazer com que sejam socialmente reconhecidos” (CAMPOS et al., 2021a).
Mesmo em um cenário tão adverso, o sindicalismo brasileiro busca se reinventar e, no que se refere aos sindicatos analisados, mostrar-se atuante e mobilizado, a despeito das limitações impostas pela pandemia, pela Reforma Trabalhista e pelas formas de precarização que atingem os setores essenciais à saúde.
Como vimos, Seesp, Simesp e SindSaúde-SP realizaram ações comuns, mas também hipotecam solidariedade a outras entidades. Negociaram coletivamente e se uniram para fazer denúncia conjunta ao MPT, participaram de atos e protestos. Em solidariedade, apoiaram a greve dos entregadores por aplicativo, o “breque dos apps”, realizada em 1º de julho de 2020 (GALVÃO, 2020). Vale destacar o apoio do Simesp ao ato realizado no vão livre do Museu de Arte de São Paulo (Masp) quando representantes da entidade distribuíram álcool em gel aos manifestantes. O SindSaúde-SP também apoiou o ato dos entregadores, ao publicar nota repercutindo o chamado para que a população não utilizasse aplicativo de entrega no dia da greve (SOPRANA; BRIGATTI, 2020).
Os sindicatos da área da saúde, além de ativos, solidários em ações comuns, ultrapassam os limites da luta propriamente reivindicativa e politizam a luta sindical durante a pandemia. Realizaram atos em defesa da vida, como no caso do Seesp, da democracia e contra o avanço do fascismo, a exemplo do Simesp, e do Fora Bolsonaro, como fez o SindSaúde-SP.
Cabe um último destaque à atuação do Simesp diante da política adotada pelo governo Bolsonaro e o Ministério da Saúde na pandemia, considerando, especialmente, que a própria categoria se encontra dividida entre o bolsonarismo e o antifascismo. Esta divisão se expressa na luta contra e pró-negacionismo, contra e pró-tratamento precoce, contra e pró-prescrição de cloroquina e hidroxicloroquina. Ela se expressa na disputa ocorrida em agosto de 2020 pela direção da Associação Médica Brasileira, na medida em que, ao contrário da diretoria derrotada, a direção que tomou posse em janeiro de 2021 tem se manifestado contrariamente ao negacionismo e ao alinhamento ao governo Bolsonaro.
Essa luta do Sindicato dos Médicos de São Paulo, ao lado de outros coletivos e movimentos no interior da medicina, é expressão das contradições postas pela conjuntura. A despeito do apoio das classes médias ao bolsonarismo (VALLE; DEL PASSO, 2021; BOITO JR., 2021), há disputas dentro da categoria médica (LISBOA, 2020), mais precisamente entre os setores médicos atuantes no sindicalismo reivindicativo e na luta em defesa do SUS, disputas que constituem uma importante novidade da conjuntura e que devem ser analiticamente consideradas.
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Palabras clave:
Trabalhadores da saúde. Covid-19. Ação Sindical. Ativismo sindical.
Resumen de la Ponencia:
Transformaciones en el mundo del trabajo en República Dominicana y el Caribe a raíz de la Revolución Digital y de la PandemiaLeopoldo Artiles Gil y Jesús Díaz Segura ResumenCuando las transformaciones en el mundo del trabajo son enfocadas como fenómenos derivados o de difusión de innovaciones o de crisis de “destrucción creativa”, como Schumpeter definía los ciclos “naturales” de crecimiento y desarrollo del capitalismo, evocan con mayor frecuencias imágenes sórdidas de mayúsculos niveles de desempleo y de disolución de los vínculos sociales. Como la evidencia lo ha demostrado, uno de los pilares de la cohesión social es el empleo. En esta exposición se pretende abordar desde los más variados ángulos la problemática aludida en el Caribe, y específicamente en República Dominicana.Como se sabe, en un gran número de las experiencias en el pasado, cuando ha habido destrucción de empleos, y una sucesiva creación de nuevos empleos y trabajos, los empleados solamente vieron beneficios en el largo plazo de estas revoluciones. Por ejemplo, la primera revolución industrial no generó beneficios para las clases trabajadores en el corto y mediano plazos, por el contrario, desestructuró el tejido social y económico existente, hizo que grandes porciones de la población cayeran en desempleo, en la medida en que empujó pequeños negocios y talleres a la quiebra, aunque en el largo plazo acabó generando beneficios para una mayor parte de la población trabajadora y por supuesto, para los dueños del capital.¿Cuál ha sido la experiencia en el Caribe, y en la Rep. Dominicana respecto a esta situación en los años recientes, incluyendo el período de la pandemia del Covid-19?¿Cómo las sociedades caribeñas han respondido a la crisis del trabajo que eventos como éste han provocado?¿Cuáles han sido las formas de adaptación de estas sociedades a las nuevas tecnologías en el campo de la información y la comunicación?Esas son algunas de las preguntas que intentaremos responder, basándonos tanto en literatura reciente respecto al problema, como en recopilación de información de carácter empírico que nos revela los perfiles y contornos de estos cambios.Dicha recopilación empírica provendrá de entrevistas a grupos de población diferenciados por edad, sexo, ingreso y locación territorial, con las cuales se tratará de identificar tanto las nuevas formas de trabajo que han surgido a raíz de la revolución digital, como también a raíz de los desafíos que generó la pandemia del Covid-19. A la vez se puede trazar el rastro del proceso de pérdida o casi desaparición de algunos oficios, y si no desaparición por lo menos su paso a ser oficios identificados con grupos étnica y racialmente definidos-constituidos.Esperamos pues arribar a la confección del nuevo “mapa” del trabajo y las ocupaciones en la región.Resumen de la Ponencia:
Este estudo teve como objetivo investigar o trabalho de professores da rede pública de ensino do estado de São Paulo, a fim de verificar se há relações entre a atividade docente e os problemas de saúde relatados por esses profissionais. De cunho qualitativo, a pesquisa foi fundamentada no referencial teórico-metodológico do materialismo histórico-dialético e foram realizadas entrevistas gravadas como principal técnica de coleta de dados. Participaram do estudo treze professores do ensino fundamental do quinto ao nono ano da rede pública no interior do estado de São Paulo. Os resultados indicaram a precarização do trabalho dos professores, com consequências para o adoecimento. Observou-se que faltam recursos suficientes para a realização do trabalho, sendo necessário, em alguns casos, a aquisição de materiais pelo próprio professor, que experimentam frustação e sofrimento impactando na saúde mental. Os professores estão sobrecarregados pelo excesso de trabalho, comprometendo as horas de descanso e lazer para a realização de atividades extraclasse. Os problemas de saúde experimentados por esses profissionais em decorrência do trabalho causam afastamentos, traumas, dores, além do cansaço físico e mental. As mudanças ocorridas com a reforma trabalhista atingiram diretamente essa categoria com perdas de direitos, e consequentemente o cenário de precarização do trabalho se intensificou ainda mais. Os resultados demonstraram que a escola se tornou burocrática e meramente produtiva, perdendo suas características e foco no processo de ensino e aprendizagem, uma vez que a autonomia dos professores foi extraída do campo real da sua atuação de ensinar. Foi observado o uso de termos organizacionais nas escolas e pelos professores perdendo o valor da construção de saberes, relações sociais e seus princípios, colocando a educação no rol de mercadoria. Aceitar essa condição é inconcebível, pois transforma os professores em antigos trabalhadores do processo manufatureiro, explorados exaustivamente com cobrança produtiva. É importante ressaltar que toda essa precarização da classe dos professores que já era ruim foi agravada com a chegada da pandemia da COVID-19, a situação deixou a categoria exaurida agravando os problemas de saúde. Com a pandemia, vidas foram perdidas, uma vez que os professores foram expostos ao contágio devido ao retorno precoce das aulas presenciais. Infelizmente é a triste realidade vivenciada nos últimos anos pelos professores, que se sentem cada vez mais acuados diante de tantos retrocessos e desvalorização por figuras políticas atuais. Concluiu-se afirmando que os resultados deste estudo revelaram que o trabalho afeta negativamente a saúde dos professores da rede pública do estado de São Paulo, devido à precarização vivenciada por uma das maiores categorias profissionais no Brasil. Nesse sentido, é preciso mobilização política e social para reconhecimento e valorização desses trabalhadores, com ações concretas, participativas, democráticas e transformadoras da realidade para melhores condições de trabalho para esses profissionais.Resumen de la Ponencia:
Em um contexto de generalização e permeabilização do espírito empreendedor em diferentes esferas da vida dos sujeitos, buscamos discutir e articular as mudanças estruturais e culturais com o sofrimento contemporâneo. Junto a isso, analisamos as dinâmicas mobilizadas por um grupo de empreendedoras de Porto Alegre/RS como um contraponto a essa lógica individualizante. Para tanto, nos voltamos para análises marxistas e weberianas, em uma combinação pragmática que nos permite observar as dimensões materiais e ideais da emergência do empreendedorismo, bem como compreender os sujeitos como portadores, vítimas e transformadores do espírito/ideologia do empreendedorismo. Em ambas as perspectivas, há uma centralidade do trabalho como elemento constitutivo das formas de subjetividade moderna, marcada pela precarização econômica e existencial, com a exigência de uma vida singular e autêntica. Por um lado, as análises marxistas nos permitiram observar como as mudanças econômicas nas últimas décadas massificaram a prática empreendedora para além do empresário capitalista clássico. Como resultado, observa-se a pauperização como uma forma de sofrimento material que permeia a vida dos sujeitos em diferentes esferas. Por outro lado, as análises weberianas oferecem subsídios para compreender a mesma generalização de um espírito capitalista aos demais sujeitos, mas por meio de mudanças culturais que resultam na internalização dos valores neoliberais em diferentes âmbitos da conduta de vida. Esse movimento resulta, por sua vez, na precarização enquanto sofrimento psíquico sob a noção de angústia. Combinando as duas perspectivas, é possível observar como as mudanças estruturais influenciam e transformam as concepções de mundo e as subjetividades, assim como as transformações ideacionais geram e reproduzem mudanças econômicas. Temos, assim, um contexto de mudanças na forma com que os sujeitos significam o trabalho em suas vidas, caracterizado pela depressão como condição generalizada pela contradição entre a exigência de autodeterminação por meio do empreendedorismo e o fracasso resultante das condições econômicas desiguais. Frente a essa situação, há diferentes respostas possíveis e alternativas à constelação depressiva. Em investigação com um grupo de empreendedoras de Porto Alegre/RS, observou-se combinações que mobilizam a dimensão coletiva, que envolvem dimensões de solidariedade, para além de um individualismo extremo, bem como a importância de figuras carismáticas para solidificação do sentimento de grupo e formação de novos valores.Resumen de la Ponencia:
El encadenamiento de acontecimientos generados por la pandemia y, en concreto, por el confinamiento, tuvieron como correlato la modificación de las condiciones y medio ambiente de trabajo para distintos destacamentos de trabajadores, condiciones de trabajo aplicadas en general de manera unilateral -el confinamiento y nuevas modalidades de trabajo desde casa-, en los casos en que esto procedía por la naturaleza de la actividad. En la experiencia de los trabajadores universitarios, específicamente los que realizan actividades docentes, los efectos de estos cambios, en los que hubo débil o nula mediación por parte de las organizaciones sindicales, no fueron el producto de negociaciones colectivas, sí de las condiciones sanitarias que impulsaron las autoridades centrales y fueron decantadas y operacionalizadas por las directivas de las instituciones de educación superior (IES). El interés de este trabajo es poner atención en los efectos en la salud, en una mirada amplia, en los docentes de las IES, bajo la premisa de que el trabajo no enferma en sí mismo, sino las condiciones en que se realiza, para el caso, dada su incursión en modalidades inéditas de enseñanza, en donde el propio educador necesitó ser educado en el acceso a las nuevas tecnologías. Esta es una parte de la problemática. Indagamos sobre los efectos de estos cambios colectivos, vividos de manera individual, a partir de la aplicación de un cuestionario y de la recolección de testimonios, como evidencia empírica propia, a la par de una revisión hemerográfica.Resumen de la Ponencia:
En este trabajo se analiza la situación del mercado de trabajo de Panamá frente a cambios recientes. En primer lugar se examina el estado de la exclusión laboral a partir de rasgos específicos de la formación económica y social panameña durante inicios del siglo XXI. Seguido se analizan los cambios en el mercado de trabajo durante la pandemia de COVID-19, mediante la construcción de una matriz de transiciones laborales.Los rasgos constantes del modo histórico de organización de la economía panameña, denominado transitismo, incluyen el desarrollo de un monopolio de tránsito por una ruta particular cuyo control es ejercido por el Estado. Desde inicios del siglo XXI, la totalidad del excedente económico transitista es apropiada por el Estado panameño, el cual también configura sus condiciones de generación y uso. Desde entonces se han observado al menos dos dinámicas relevantes: el desarrollo de nuevas instituciones sociales para la formulación e implementación de políticas públicas, y la valorización de la ruta de tránsito frente a sus alternativas, es decir la generación de condiciones que al menos preserven la renta diferencial del Canal de Panamá frente a cambios externos.En este contexto, se analiza la exclusión laboral en torno a dos pares categóricos: el par sociocultural hombre-mujer, basado en las relaciones sociales de género, y el par territorial zona de tránsito-resto del país, que se basa en las diferencias territoriales asociadas con la formación económica y social panameña.Se encuentran diferencias en la incidencia y la heterogeneidad de la exclusión laboral según los pares categóricos analizados. En términos generales, la exclusión laboral en Panamá se caracteriza por tener mayor incidencia sobre las mujeres y las personas que residen fuera de la zona de tránsito. Además, incide de forma heterogénea a nivel de rama de actividad económica.La pandemia ha tenido efectos de corto plazo significativos sobre los resultados laborales. La exclusión laboral aumentó durante el primer año de la pandemia de COVID-19 cuando el 41% de las personas ocupadas y el 80% de las personas desocupadas en el año 2019 cambiaron de situación en el mercado de trabajo. En ese sentido, las transiciones laborales en su conjunto resultaron en el aumento de la desocupación y la disminución de la participación laboral durante la pandemia de COVID-19 en Panamá.Resumen de la Ponencia:
O artigo resulta de pesquisa sobre o trabalho docente na Educação no Brasil, particularmente a região Sudeste, onde estão localizados os estados de São Paulo e Minas Gerais no contexto da difusão das tecnologias digitais-informacionais no bojo da Indústria 4.0 na Educação Básica Pública sob a Pandemia Covid-19, quando se tem a generalização do teletrabalho ou home office e do ensino remoto. O referencial teórico-metodológico está fundado na perspectiva do materialismo-histórico-dialético que baliza a revisão da literatura, a análise dos documentos e relatórios de pesquisas, bem como a análise de dados do Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística (IBGE) e Instituto Nacional de Estudos e Pesquisas Educacionais Anísio Teixeira (INEP), em períodos selecionados. Em razão da pandemia, o Ministério da Educação autorizou, em 18 de março de 2020, a adoção do ensino remoto e home office de ensino em substituição às salas de aula presenciais (LIMA, 2020). A mudança foi amplamente defendida e incentivada por empresas educacionais, como o Grupo Lemann, vinculado a grandes corporações de tecnologia digital, como Amazon e Alphabet/Google, que se beneficiaram com a venda de plataformas e conteúdos para todos os níveis de ensino, na esfera pública e privada, acentuando o já crescente processo de mercantilização da educação. Na educação básica pública, a precarização do trabalho docente vinha se manifestando nas relações de trabalho flexíveis estabelecidas sob os auspícios das políticas neoliberais. Em 2020, de um total de 1.711.932 professores de administração pública, 1.195.232 eram concursados, 543. 874 estavam sob contratos temporários, 55% nos municípios e 46% nos estados e ainda: 5.626 estavam sob contrato de terceirizados, sendo 85,5% nos municípios e 11,7% nos estados e 36.582 sob contrato CLT, dois quais 65,9% nos municípios e 33,9% nos estados (INEP, 2020). Nessa conjuntura o processo de trabalho foi alterado para as salas de aula virtuais. Em vez de flexibilidade, o home office aumentou o controle do trabalho. A redefinição do espaço doméstico como espaço de trabalho implicou em uma jornada de trabalho ainda maior em função das atividades domésticas, impactando principalmente as mulheres, que compõem a grande maioria da força de trabalho na Educação Básica. A partir de seus próprios esforços e recursos, os/as docentes assumiram as obrigações financeiras relacionadas à aquisição de equipamentos e/ou melhorias em sua rede de internet. Porém, a organização e resistência dos professores à precarização e degradação do trabalho é um processo histórico, inerente à própria relação trabalho-capital. A resistência dos professores e professoras é indissociável da luta pela defesa da educação escolar como esfera singular do processo de formação humana, para além do mercado, caracterizada pela inter-relação professor-aluno em um determinado tempo-espaço, que informa os tomadores de decisão, inclusive , em relação à tecnologia e não pode ser privado de humanidade.Resumen de la Ponencia:
El presente artículo se propone, a partir de los avances del proyecto de investigación PICT – 2018 – 02463 “Lógicas organizativas del trabajo en el sector asociativo y emprendedor de la región Noroeste del GBA”, una reflexión sobre la conceptualización del emprededorismo como parte de las transformaciones del mundo del trabajo en las últimas décadas de desarrollo del modo de producción capitalista. Para esto, se presentan las principales características que asumen las formas del emprendedorismo y el campo de los debates teóricos sobre el significado del sujeto que emprende; luego se plantean las formas institucionales y las acciones desde la política pública que se vienen desplegando en torno al sector; para finalmente presentar una reflexión sobre el papel del emprendedorismo en la generación de trabajo y empleo.La relación salarial fordista como pauta paradigmática de articulación entre los sectores del capital y el trabajo dio paso a formas que, al cambiar aquel modelo de acumulación, buscaron transformar las “rigideces” del mercado laboral. A un cambio en la organización de los procesos de producción, trabajo y consumo, lo acompaño uno en la gestión de la fuerza de trabajo y de las condiciones de su regulación.Ser flexible pasó a ser la norma que paradójicamente tendió a la individualización de los/as trabajadores/as en la búsqueda de que acompañen las “reconfiguraciones” del mundo de la producción. El ámbito del trabajo debía entonces acomodarse al productivo y los/as trabajadores/as a un nuevo ordenamiento que les proponía la aceptación de la flexibilización de las regulaciones.Emprender en sentido amplio se convirtió en un mandato en el contexto de la ampliación de los sentidos del trabajo, sus formas y contenidos. Emprender como salida a la crisis del empleo, pero también como apuesta a la autonomía de los sujetos, como deseo. Asimismo, se planteó la necesidad de emprender hacia adentro de las organizaciones bajo el ritmo que impone la búsqueda de la mejora continua y la calidad total. La tecnología y su desarrollo acelerado introducía, a partir de las innovaciones nuevas prácticas, determinaciones y posibilidades tanto en el proceso de trabajo como en su gestión, localización y duración. Si la norma taylorista imponía un tiempo de trabajo, mientras que la fordista lo forzaba y la del modelo japonés proponía compartirlo; la del modelo del emprendedor plantea que el tiempo debe ser autogestionado, autoadministrado, autoimpuesto.De allí a la justificación del “éxito” por el mérito, premia y castiga adoptando una dinámica sin fin que introyectada en las conciencias individuales, a través de modelos prefijados justifica la indeterminación, la flexibilización, la precarización y la incertidumbre. Es de esperar, luego, que la búsqueda de sentido del sujeto emprendedor se distancie de otras lógicas de trabajo con las que coexiste.Resumen de la Ponencia:
As investigações a respeito do capitalismo global têm enfatizado o papel de corporações transnacionais (CTNs), em geral originárias do Norte Global, nas transformações dos fluxos produtivos, comerciais e financeiros trazidas pela globalização. Acionistas e executivos são apontados como agentes ativos deste processo, pressionando Estados nacionais, fóruns e instituições supranacionais em defesa de políticas de ajuste estrutural, flexibilização laboral, abertura comercial e financeira que estimulem seus negócios globais. É preciso ampliar essa investigação, incorporando o papel de CTNs do Sul Global e a ação de seus proprietários e dirigentes em fóruns nacionais e internacionais. Que agenda propõem os capitalistas globais do Sul? Quais são as consequências de sua ação? Inspirada nas elaborações da “escola do capitalismo global”, esta comunicação analisa o papel do contingente brasileiro da classe capitalista transnacional (CCT) na aprovação da reforma trabalhista de 2017 no país sul-americano, aprovada num contexto político particular: no início do governo de Michel Temer, após o impeachment de Dilma Rousseff, em meio a uma dura crise econômica. Depois de anos de pressão de entidades patronais pela redução dos custos do trabalho, do poder dos sindicatos nas negociações coletivas e dos encargos salariais, o Congresso Nacional brasileiro aprovou uma ampla reforma na legislação trabalhista, estabelecida originalmente nos anos 1940, que permitiu, entre outras mudanças, o estabelecimento de contratos de trabalho intermitentes e por tempo parcial, além de enfraquecer as entidades sindicais, extinguindo a contribuição financeira aos sindicatos e introduzindo possibilidades de “negociação” individual entre trabalhadores e patrões. Ao mesmo tempo, o enfraquecimento da legislação trabalhista legitimou o aumento da informalidade e da precarização do trabalho em anos recentes no país. A comunicação traz os resultados de uma pesquisa em duas CTNs baseadas no Brasil: a Vale S.A., terceira maior mineradora do mundo, líder na produção de minério de ferro e níquel, e a Natura & Co., quarta maior empresa de cosméticos global. Foram entrevistados acionistas e gestores de ambas as empresas, além de líderes sindicais e trabalhadores. A pesquisa também analisou documentos e realizou entrevistas com dirigentes e conselheiros do Instituto de Estudos para o Desenvolvimento Industrial (Iedi), o mais importante think tank empresarial brasileiro, sediado em São Paulo, que reúne representantes das 50 maiores empresas brasileiras, boa parte das quais CTNs. A discussão apresenta o modo como Vale e Natura introduziram as mudanças na nova legislação em sua estratégia de relações de trabalho e sindicais. Adicionalmente, a comunicação analisará a intensa atividade dos dirigentes do Iedi pela aprovação da reforma trabalhista, uma verdadeira ação de classe que incluiu negociações pela reforma trabalhista com o próprio Michel Temer, então vice-presidente da República que buscava apoio da fração transnacional da burguesia para assumir o governo durante o processo de impeachment de Dilma Rousseff.Resumen de la Ponencia:
De acordo com a Organização Internacional do Trabalho (OIT, 2021), a crise social, sanitária e econômica causada pelo advento da pandemia do novo coronavírus, assim como as medidas de contenção adotadas em diversos países, afetou de forma particular a vida das trabalhadoras domésticas. Ainda segundo a Organização, cerca de 11 a 18 milhões de pessoas se dedicam a esse serviço na América Latina e, desse contingente, 93% são mulheres. Além disso, 77,5% dessas trabalhadoras operam na informalidade, e em países da América Central, esse percentual é superior a 90%. No Brasil, cumpre destacar que a crise sanitária não apenas descortinou as desigualdades sociais alicerçadas no colonialismo, patriarcado e racismo, como também foram intensificadas, afetando de forma diferencial as pessoas atravessadas por esses marcadores sociais (ACCRIARI & BRITO,2021). Desse modo, o adoecimento e a letalidade ao coronavírus não são deslocados dessa realidade social, como elucida o caso da empregada doméstica Cleonice Santos, de 63 anos, uma das primeiras vítimas fatais brasileiras, contaminada pela patroa que viajara para Itália e que, mesmo aguardando o resultado do teste, não a dispensou.Diante do aumento da demanda pelos serviços domésticos, ocasionado pelo fechamento de serviços responsáveis pela reprodução social, ficou evidente o quanto o trabalho doméstico é um dos pilares que sustentam a sociedade: são as trabalhadoras domésticas as grandes responsáveis por exercer um trabalho oriundo da negligência do Estado para com a reprodução social, por amenizar as tensões no ambiente doméstico decorrentes da omissão dos homens em relação a essas obrigações e, ademais, por garantir a adesão das famílias de classe média alta às medidas de confinamento social (ARAÚJO & OLIVEIRA, 2021). Desse modo, esta pesquisa apresenta elementos introdutórios a respeito dos impactos da atual crise no trabalho doméstico no Brasil, de forma a suscitar novas contribuições a respeito do tema. Para isso, constituiu-se a partir dos métodos qualitativo, explicativo e exploratório, por meio de uma revisão bibliográfica para analisar os conceitos-chaves da divisão sexual do trabalho e das desigualdades de gênero, raça e classe marcantes no trabalho doméstico. Estes conceitos foram associados com a análise de dados preliminares obtidos por meio da Pesquisa Nacional por Análise de Domicílios- PNAD COVID-19, realizada pelo Instituto Brasileiro de Estatística (IBGE). A partir da análise das condições socioeconômicas das trabalhadoras domésticas, das condições inerentes ao exercício da profissão, da desproteção social e do aumento da demanda dos serviços domésticos, os resultados indicam que o trabalho doméstico foi um dos setores mais afetados durante a pandemia. Por fim, a presente pesquisa visa dar eco às vozes dessas mulheres que diariamente colocam em risco suas próprias vidas para garantir a reprodução da vida alheia. Quem cuida das trabalhadoras domésticas?Resumen de la Ponencia:
La industria de la gran minería del cobre en Chile está llevando a cabo importantes procesos de transformación cultural, los cuales incluyen la incorporación de Sistemas de Gestión Lean Management en las prácticas de Trabajo, así como cambios de Conductas y Mentalidades asociados a un tipo de Liderazgo deseado. Esta comunicación, presenta un proceso de investigación acción organizacional en desarrollo, asociada a identificar las principales resistencias y oportunidades de cambio al interior de una de las principales industrias de la gran minería en Chile. El tipo de estudio es interpretativo, con uso de metodologías mixtas. El tipo de análisis es de contenido, así como de relaciones estadísticas bivariadas. Principales conclusiones a la fecha: (i) resignificar sus modelos de gestión y de relaciones laborales con énfasis en la movilización de prácticas deseadas, así como en su relación con los sindicatos; y (ii) relevar la importancia del liderazgo en la línea de mando asociado a los comportamientos requeridos para el cambio.Resumen de la Ponencia:
Este artigo apresenta a condição atual da empregabilidade da pessoa com deficiência no Brasil. Considerando a crise econômica e social causada pelas medidas de isolamento social para combate à proliferação das infecções por COVID-19, os dados analisados da Relação Anual de Informações Sociais (Rais) e do Novo Cadastro Geral de Empregados e Desempregados (Novo Caged), base de dados do governo brasileiro sobre trabalho formal, de janeiro de 2020 a janeiro de 2022, mostram que as pessoas com deficiência foram as primeiras a sofrerem com as consequências da pandemia no mercado de trabalho, particularmente, com as demissões.. Constatou-se também que, no último ano, a recuperação nas contratações do mercado de trabalho formal não teve impacto na situação das pessoas com deficiência, permanecendo o saldo de empregos negativo quando se refere a esse público, na maior parte dos meses desse período. . Em um segundo momento, traçou-se um perfil do profissional com deficiência por tipo de deficiência, gênero, grau de instrução, raça/cor, idade, tipo de vínculo empregatício, motivo do desligamento, tempo no emprego, faixa de horas contratuais, faixa de remuneração, tipo de ocupação, tamanho do estabelecimento e Unidade da Federação. O Brasil possui uma legislação avançada para inclusão das pessoas com deficiência no mercado de trabalho. A Lei nº 8.213/91 garante a reserva de vagas para contratação de pessoas com deficiência. Empresas de 100 a 200 empregados devem reservar 2%, das vagas para pessoas com deficiência, empresas que possuem de 201 a 500 funcionários 3%, de 501 a 1.000, 4% e de 1.001 em diante 5%. Mesmo assim, a quantidade de pessoas com deficiência no mercado de trabalho não preenche nem a metade das vagas reservadas Se analisarmos o recorte das pessoas com deficiência intelectual, o número é ainda mais reduzido, o que mostra que existe uma preferência pela contratação de pessoas com deficiência consideradas mais leves, que na concepção do empregador não seriam um dificultador na execução das funções laborais. O objetivo é provocar um debate com base nos indicadores do mercado de trabalho formal, sobre as barreiras que impedem as pessoas com deficiência, particularmente aquelas com deficiência intelectual, de acessarem os empregos formais em nível de igualdade com as demais pessoas, considerando o agravante da pandemia do COVID-19.Resumen de la Ponencia:
El estresante ambiente laboral en tiempos de pandemia ha estado acompañado por una sensación de continua vigilancia entre los trabajadores. En el ámbito de las Instituciones de Educación Superior (IES) la educación virtual, debida a la pandemia, ha repercutido no solo en mayores exigencias para los profesores, sino sobre todo, en una suerte de vigilancia tecnológica a través del uso de la Web y de los sistemas digitales en las actividades académicas. Este clima organizacional afecta la salud física y emocional de los académicos, así como la razón de ser, el sentido y las prácticas del quehacer universitario. El presente trabajo tiene como objetivo reflexionar sobre la vigilancia virtual que vive el académico de las IES y las repercusiones en su salud física y mental. En primer término se conceptualiza la vigilancia remota, en segundo lugar, se describe la situación de estrés que viven los académicos de tres IES, a través de varias entrevistas a profundidad. Para concluir con un análisis crítico y sugerencias