México -
cordero99elsa@gmail.com
| 5819
Resumen de la Ponencia:
“La palabra de la lluvia contra el olvido”: el orden de género y la participación político-social de mujeres ñuu saavi, Oaxaca. En esta mesa de trabajo abordaré el tema de la participación político-social comunitario de las mujeres ñuu saavi, de San Antonio, Zahuatlán y Esperanza el Espinal, del Estado de Oaxaca. Pues culturalmente se nos enseña que nuestro lugar en el mundo es dar vida y cuidar de ella cotidianamente, reduciendo el campo del ejercicio de nuestros derechos dentro de unos límites estrictamente definidos tanto por la comunidad como por el Estado, bajo la ideología del orden de género: basada en relaciones sociales y estructuras de poder asimétricas, que define espacios, conductas, valores, prejuicios, interpretaciones, normas, deberes y prohibiciones sobre la vida de mujeres y hombres (Muñiz, 2002).De modo que, el problema de la participación político-social de las mujeres ñuu saavi no es un asunto únicamente de mujeres. También, involucra a los hombres de la comunidad, actores sociales e institucionales, ya que hablamos de un problema histórico, complejo y multifactorial. Resultado de un largo proceso de construcción social, cultural, económica, política y jurídica en el que se constituyó el Estado-Nación sin considerar a las mujeres y los hombres indígenas; desde los orígenes de la democracia liberal en las sociedades hegemónicas, se tomó como referente al hombre y a través del proceso de colonización de América Latina se impuso el modelo de organización político-patriarcal “occidental”, el cual se tejió con la organización de las propias comunidades indígenas que también desplazaron a las mujeres de la participación política.En ese sentido, el análisis lo realizaré a partir de una mirada feminista situada y desde un enfoque interseccional feminista, que significa que no basta analizar las relaciones de dominación entre hombres y mujeres, sino comprender cómo este sistema de poder patriarcal se articula con otros (la etnia y la clase), lo que permite entender la complejidad de las situaciones de exclusión en la participación política-social que viven las ñuu saavi y desmarcarme de un feminismo hegemónico que limita la capacidad de agencia y autonomía de las mujeres indígenas.Finalmente, con esta ponencia busco aportar a la discusión que se está dando entre mujeres indígenas, organizaciones, espacios académicos entre otros; porque permite generar información específica sobre la diversidad de contextos ñuu saavis y los procesos de cambios en los que se hace visible los obstáculos y las posibilidades de participación de las mujeres indígenas, así como, las diferencias y similitudes de estrategias para enfrentar este problema. Bibliografía Muñiz, Elsa (2002). “Cuerpo, representación y poder. México en los albores de la reconstrucción nacional, México”, UAM-A/Miguel Ángel Porrúa.
Introducción:
En este texto se analiza cómo participan en el espacio público político-social comunitario las mujeres ñuu saavi[1], de San Antonio, Zahuatlán y Esperanza el Espinal, del Estado de Oaxaca, México. Porque culturalmente se nos enseña que nuestro lugar en el mundo es dar vida y cuidar de ella cotidianamente, reduciendo el campo del ejercicio de nuestros derechos dentro de unos límites estrictamente definidos tanto por la comunidad como por el Estado, bajo la ideología del orden de género: basada en relaciones sociales y estructuras de poder asimétricas, que define espacios, conductas, valores, prejuicios, interpretaciones, normas, deberes y prohibiciones sobre la vida de mujeres y hombres (Lagarde, 1996; Muñiz, 2002).
También, aclaro que este texto pertenece a una investigación más amplia, que se propone aportar a la discusión de esta problemática que se está dando entre mujeres de las comunidades, organizaciones, colectivos y espacios académicos; porque permite generar información específica sobre la diversidad de contextos ñuu saavis y los procesos de cambios en los que se hace visible los obstáculos y las posibilidades de participación político-social de las mujeres indígenas, con el fin de reconocer y registrar a través de contrastar los procesos de participación político-social de las ñuu saavi, donde las condiciones, intereses, oportunidades, escolaridad, tenencia de la tierra, red familiar, migración entre otros elementos contextuales marcaran la pauta de las diferencias y similitudes de estrategias para enfrentar este problema.
Además, la investigación parte de una mirada feminista situada y desde una perspectiva parcial del lugar, lo que implica reconocer la imposibilidad de poder mirarlo todo, porque el lugar está marcado por experiencias, ideologías y conceptos que dan una cierta visión parcial y un sesgo que tiene que ver con mi historia, género, edad, educación, entre otros factores. Lo que genera, la posibilidad de tejer con las actoras/os sociales a través de la epistemología de la articulación: sentires, experiencias, miradas y diálogos que construyen el conocimiento colectivo (Haraway, 1991; Fernández, 2017).
En cuanto a los espacios de participación, en mi estudio las esferas pública y privada merecen la pena retomarse, discutirse y resignificarse por la riqueza y complejidad que ofrecen para observar y entender los procesos continuos y emergentes de recomposición social de ambas comunidades; donde lo público está asociado a las actividades de reconocimiento, poder y prestigio y está asignado, preferentemente, a los hombres y lo privado-doméstico a las mujeres, aún cuando ambos espacios están relacionados. Estos conceptos son retomados como un lente crítico para conocer y analizar el orden de género, dónde se encuentran las mujeres ñuu saavi, cómo participan, sus estrategias y en que lugares están ausentes y por qué. También, haré uso del concepto público político-social, que refiere a ese complejo de relaciones de género y de poder en los espacios de participación como una continuidad relacional entre lo social y lo político, con el fin de no caer en dicotomías polarizadas y convencionales.
La participación político-social de las mujeres ñuu saavi no es un asunto únicamente de mujeres. También, involucra a los hombres de la comunidad, actores sociales e institucionales, ya que hablamos de un problema histórico, complejo y multifactorial. Resultado de un largo proceso de construcción social, cultural, económica, política y jurídica en el que se constituyó el Estado-Nación sin considerar a las mujeres y los hombres indígenas; desde los orígenes de la democracia liberal en las sociedades hegemónicas, se tomó como referente al hombre (blanco y heterosexual) y a través del proceso de colonización de América Latina se impuso el modelo de organización político-patriarcal “occidental”, el cual se tejió con la organización de las propias comunidades indígenas que también desplazaron a las mujeres de la participación política.
Las ñuu saavi, protagonistas de esta investigación, son trabajadoras que hacen que todos los días se teja la vida comunal. La mayoría de ellas saben leer y escribir, no tienen la posesión de la tierra a nombre propio, han ocupado diversos cargos en comités, están casadas, tienen hijas/os, se ocupan de muchos trabajos: arreglan y cuidan la casa, el patio y la parcela, recogen plantas (comestibles y medicinales) del monte, trabajan en la siembra de la milpa, el frijol y la calabaza, cuidan de sus animales como de sus hijas/os, en ese sentido, adquieren la carga más pesada de los trabajos que se ven reducidas cuando entre ellas se organizan para cumplir con todas las demandas del hogar; sus trabajos son indispensables para la producción y reproducción de la vida cotidiana y la economía comunitaria, sin embargo, pocas veces se les reconoce.
En ese contexto, se convierte en un trabajo invisible, que repercute en el tiempo e interés de participar en otros espacios comunales. Es una constante que la mayoría de las mujeres indígenas de Oaxaca enfrentan, como en otras partes del país y América Latina, lo cual se liga con la división sexual del trabajo que diferencia las tareas que las mujeres y los hombres deben realizar (Federici, 2004). Sin embargo, otros estudios (Bernal, 2006; Bonfil, Barrera, Aguirre 2008; Vázquez; 2011) destacan cada vez más, la participación de las mujeres indígenas en cargos de representación, lo que significa, por un lado; que se está cuestionando el orden de género de sus comunidades y del estado mexicano, y por otro; a pesar de los avances que hay en el tema, las autoras coinciden, que en la práctica las mujeres se enfrentan a elementos culturales que las excluye de ciertos espacios públicos, limitándolas al espacio privado-doméstico y reservando los espacios públicos, de manera preferente, a los hombres.
En ese sentido, la pregunta general que conduce la investigación es: ¿En qué sentido el orden de género del espacio político-social en las comunidades de San Antonio, Zahuatlán y Esperanza el Espinal, facilita o dificulta la participación de mujeres ñuu saavi en el espacio público? y el objetivo general implica en conocer y comprender como el orden de género del espacio político-social en las comunidades de San Antonio, Zahuatlán y Esperanza el Espinal, facilita o dificulta la participación de mujeres ñuu saavi en el espacio público, para encontrar las complicaciones y generar posibles soluciones.
[1] La palabra ñuu saavi proviene del mixteco, aunque puede variar el significado dependiendo de la comunidad donde nos encontremos, su acepción más común es para nombrarnos “pueblo de la lluvia”. Además, utilizo esta palabra como una forma de reivindicar la lengua de las mujeres y hombres que no la han dejado morir.
Desarrollo:
El problema de la participación política-social de las mujeres indígenas
Los estudios feministas y con perspectiva de género (Massolo, 1994; Phillips, 1996; Tuñon, 1997; Bonfil, 2002; Bonfil, Barrera, Aguirre 2008; Vázquez, 2011) han desarrollado una visión crítica, analítica, explicativa y política del problema de la participación de las mujeres; han hecho visible y explicado las diversas concepciones que se tiene sobre las relaciones de género y poder, además de la práctica de la democracia entre hombres y mujeres. Se ha dado cuenta de la exclusión, así como de los procesos de inclusión y estrategias de las mujeres para participar en el espacio público y político e integrarse en otros ámbitos de la vida comunitaria.
Anne Phillips (1996) en su estudio, va a los orígenes de la democracia liberal, que tiene sus antecedentes en la Grecia clásica, basada en la concepción masculina aristotélica y platónica que dieron “origen al republicanismo”, donde se estableció la distinción entre la esfera del hogar y la polis vida pública, la cuál permitió que las mujeres fueran relegadas al hogar, ya que se les consideraba sin capacidad de razonar, esta idea justificaba su exclusión de la esfera pública que se reflejó en que no podían votar, hasta que surgió el movimiento feminista sufragista en diversas partes del mundo, incluyendo a México, se exigió ese derecho pero sin considerar a las mujeres racializadas negras e indígenas. La participación política-social de las mujeres ñuu saavi, tiene otras implicaciones que no se limita únicamente al derecho a votar, pues están en un cuerpo en el que convergen opresiones estructurales por su condición de mujer, indígena y además pobre.
En ese sentido, investigaciones de mujeres indígenas y rúales (Hernández, 1998; Bonfil, 2002; Casado, 2003; Dalton, 2003; Ochoa, 2005; Espinosa, 2011) desmenuzaron la relación de género, etnia y clase como elementos que aparecen y obstaculizan de manera más compleja la participación político-social de las mujeres indígenas, como es el caso de las ñuu saavi de San Antonio, Zahuatlán, no pueden asistir a todas las asambleas, no se les permite elegir y ser autoridad. En Esperanza el Espinal, pueden asistir a las asambleas y ocupar cargos de autoridad. Sin embargo, es poco frecuente que suceda. Y, cuando logran tomar esos espacios de representación, su administración comunal se vuelve complicada y desgastante corporal y emocionalmente por el hecho de ser mujer, por el color de la piel, la forma de hablar y de vestir, entre otros aspectos asociados a lo “indígena”, sumando a que se vive en comunidades marcadas por la marginación y un sistema educativo y de salud precario, además de la falta de oportunidades.
Orden de género y la participación político-social de mujeres ñuu saavi
El ser mujer y hombre en la comunidad, la feminidad y masculinidad se produce y reproduce de manera distinta que en el medio urbano. La historia, ubicación geográfica, el entorno cultural, la estructura social, económica, política, educativa, así como la falta de oportunidades y precarización de derechos más básicos influyen en las vivencias cotidianas del “hacer género” en el pueblo. Por lo que, es importante conocer y reconocer que cada comunidad elabora cosmovisiones sobre los géneros, entonces cada grupo social tiene una particular concepción de género, basada en la de su propia cultura ñuu savi, que radica en la visión del mundo, en las tradiciones, la historia personal y colectiva, generacional y familiar.
Para explicar el concepto orden de género, me baso en el análisis de Elsa Muñiz (2002), que habla de una cultura que produce género en todos los espacios y sentidos, regula las maneras de relacionarse entre hombres y mujeres, claramente con sus diferencias, “lo cual no siempre ocurre de manera consiente, pues desde la infancia se inculca, poco a poco, esa regulación que se asume automáticamente, […]la cultura de género organiza a la sociedad, de manera asimétrica, androcéntrica, patriarcal […] y esta división genérica contribuye sustancialmente a mantener la legitimidad de los sistemas políticos” (ibídem, p. 8). Y Marcela Lagarde (1996), que analiza la normatividad del contenido de género y de su capacidad de reproducir el orden de género contenidos en “los cuerpos normativos laicos y religiosos, científicos, jurídicos, académicos, entre otros, que se ocupan de reglar el orden de género, de establecer deberes, obligaciones y prohibiciones asignadas a los géneros y marcan las formas de relación entre éstos, sus límites y su sentido” (ibídem, p. 31).
En ese sentido, el concepto orden de género se aplica a la comprensión y análisis de las relaciones sociales y estructuras de poder asimétricas, que define espacios, conductas, valores, prejuicios, interpretaciones, normas, deberes y prohibiciones sobre la vida de mujeres y hombres ñuu savi, así como los mecanismos de organizar y realizar los actos más simples y cotidianos de la vida social, festiva, jurídica, económica y política del pueblo que marcan las pautas culturales para la participación política-social de las ñuu savi, las subversiones y resistencias de las propias mujeres, también permite observar a las mujeres y a los hombres no como seres dados e inmutables, sino como sujetos construidos socialmente, productos del tipo de organización social de género vigente en su sociedad comunal contenidos en las costumbres y tradiciones, ligado con los cuerpos normativos exteriores a la comunidad.
La participación de las mujeres ñuu saavi de ambas comunidades se ha dado históricamente en los márgenes de espacios políticos comunales, para centrarse preferentemente en los cargos cívico-religiosos, pero poco a poco se ha ganado otros espacios de participación, como es el caso de Ruth, ñuu saavi de Esperanza el Espinal, quien fue la primera agenta municipal hace 10 años y nuevamente en este año 2022, vuelve a ocupar el cargo. Lo que indica, que hay una ruptura y continuidad de la ocupación de los cargos políticos donde se toman las decisiones de mando comunal, al mismo tiempo que se busca en colectivo resignificar y reforzar los espacios en dónde ya están participando y generar posibilidades para que su participación se de en mejores condiciones y en espacios de donde son excluidas.
Si bien la ruptura más representativa que tuvo la comunidad de Esperanza el Espinal fue tener a dos mujeres agentas municipales, después de que se les señalaba por hablar en las asambleas y negarles la ocupación del cargo, así lo confirma Salvador, quien fue agente municipal:
las mujeres en las asambleas casi no hablaban, había una señora Maura López, ella iba acompañando a su esposo, hasta opinaba más que su esposo y la gente la señalaba y decía; -esa señora no tiene que estar aquí si ya viene su esposo-, no lo decían en público, pero si entre nosotros. También, los hombres decían: - no, a las mujeres no hay que dejarlas entrar porque no más empantanan todo y no avanzamos, empantanan todo-.
Estos discursos que aún persisten con otras palabras en las dos comunidades y se materializa en muchos espacios de participación en una violencia simbólica en contra de las mujeres ñuu saavi. Sin embargo, también en el contexto nacional e internacional la mujer indígena fue clasificada, representada, señalada, definida, hablada por otras/os, sin dejar lugar para sus propias voces y miradas, omitiendo la forma en que las mujeres vivían, participaban, sentían o rechazaban sus propias costumbres. La voz de la compañera Ruth, va abriendo grietas de un terreno que se dijo que no era nuestro, al compartir su experiencia cuando fue por primera vez agenta municipal de Esperanza el Espinal:
no sé quién me propuso, yo no había podido ir a esa reunión, no recuerdo porque, creo que me eligieron porque ya había tenido otros cargos en la comunidad de varios comités, después estuve trabajando en el Ayuntamiento de Huajolotitlán [Municipio] pensaron que ya tenía algo de experiencia, creo que gane la votación de la asamblea como por 20 votos arriba y quede como agente municipal […] a decir verdad sentí miedo, recuerdo que en la toma de protesta, toda la gente de la comunidad se juntó para ver como yo tomaba el cargo, estaba bien nerviosa, veía como la gente no más me veía, les daba mucha curiosidad que una mujer estuviera ahí.
Con la ocupación del cargo por Ruth, simbólicamente rompe un círculo de tradición donde eran únicamente los hombres quienes gobernaban desde esos espacios, tomando en consideración que es difícil cambiar de una buena vez por todas, la imagen de la mujer indígena pasiva, que se limita al cuidado de la familia, de la casa, dulce y amorosa que no cuestiona, pues son ideas y representaciones muy antiguas, Massolo, afirma que son, “concepciones estereotipadas, como que la mujer es consumidora pasiva y mantiene un “idilio” perenne con la comunidad local que es la guardiana del bienestar de la familia y de la armonía social a nivel cotidiano” (Massolo, 1992: 373). Frente a esas concepciones recalcitrantes del orden del género, los espacios de participación político-social de las ñuu saavi recobran su sentido más político. Xóchitl, de San Antonio, Zahuatlán, lo reafirma:
estar en la Vela Perpetua es tener un compromiso, porque sales mucho de tu casa, es bonito porque te sientes importante […] la gente te trata con más respeto, pero eso sí, hay que estar de un lado y otro, luego hay descontento entre nosotras y pues hay que resolverlo.
La pasividad, la sumisión, la falta de capacidad de toma de decisiones, de resolución de conflictos y que todo “lo empantanamos” deben ser deconstruidas, ya que han sido y son utilizadas para justificar la exclusión de las mujeres indígenas de sus derechos. En ese mismo tejido, nacer mujer bajo este orden de género se da por hecho que nos toca los trabajos de la casa, esta idea la encarnamos tanto mujeres como hombres en la comunidad, y eso dificulta la participación de las mujeres, así lo vive Ruht:
Lo más difícil de tener este cargo es el tiempo, aquí te demanda mucho tiempo y luego tengo a mi hijo, aunque me ayuda mi hermana a cuidarlo, pero yo lo descuido, aquí te critican demasiado, dicen que hablo mucho, tengo problemas con el Presidente Municipal porque no da el dinero que le corresponde a la comunidad, y luego eso me causa problemas allá y aquí [en la comunidad].
Por su parte, Xóchilt:
lo más difícil es que ocupas mucho tiempo en esto, luego la gente no quiere cooperar y hay que estar atrás de ellas, después todo lo que dejas en tu casa [refiriéndose al trabajo de la casa] sí, son problemas y no se diga la crítica de porque andas tanto tiempo en la calle y de noche, y luego da miedo que no te salgan las cuentas cuando se organiza la fiesta de la Vela, porque sales poniendo tú y dónde lo agarras para reponerlo, son problemas.
En este compartir de Ruth y Xóchitl, de comunidades, edad, redes, cargos y espacios de participación distintos, da la pauta para visibilizar que las mujeres comparten la preocupación del cuidado de sus hijes y del trabajo de la casa. Entonces, por un lado; tener un cargo se suma a la doble o triple jornada de trabajo que realizan por el solo hecho de ser mujeres, y por el otro; pese a la crítica que puedan recibir por parte de la comunidad, ellas sienten que las ven diferentes, las tratan con más respeto, su palabra es escuchada y se materializa en acciones que les otorga un sentimiento de que son importantes fuera de la casa. También, se destaca el tiempo y el miedo como elementos que inciden directamente en la participación político-social de las mujeres, pues tienen que organizar su tiempo para cumplir con el trabajo de la casa que parece interminable.
Estos son los problemas que enfrentan las mujeres a la hora de participar política-socialmente, trastocan su vida doméstica, las “mal miran” pero también las coloca en nuevos restos, aprendizajes, a salir de casa, hablar con otra gente, hacer otro trabajo que no es el de la casa y se abren comino para nuevas experiencias de aprendizaje que antes les causaba miedo y angustia.
Ahora bien, de todos los espacios donde participan las mujeres se priorizaron para este trabajo en colectivo, conforme a su interés y concurrencia, en San Antonio, Zahuatlán, en la iglesia con el grupo de la Vela Perpetua, el comité de salud, la cofradía de la fiesta de junio y en el programa Sembrando Vida. En Esperanza el Espinal, en el espacio de la agencia municipal, la iglesia, el comité de la festividad de enero, de salud y el de obras. Al considerar estos espacios de participación político-social desde su perspectiva cultural, privilegió a las mujeres, consideradas como actoras que construyen significados en la interacción y en el diálogo a partir de sus experiencias en estos espacios de participación, tomando en cuenta que la significación es construida y socialmente situada.
Metodología
Respecto a la metodología, retomo la propuesta de Ana María Fernández (2017), que invita a desdisciplinarse, deconstruir las lógicas de la academia unidisciplinaria para echar mano de diversas disciplinas, lo que permite pensar en un campo de problemas y no en un objeto de conocimiento, de ese modo se abre un campo que rescata lo diverso, la multiplicidad de miradas, saberes y prácticas del modo de vivir de las ñuu saavi en los ámbitos cotidianos y públicos. Pensar problemáticamente implica armar estrategias metodológicas, hacerse de una caja de herramientas que hagan un puente entre la teoría y la metodología; en ese caso para responder las preguntas, los objetivos y enfoques que busca este trabajo colectivo, haré uso de la historia oral como una herramienta para rearmar el contexto de las comunidades desde las voces de los y las ñuu saavi, desentrañar el orden de género y colonial (Rivera-Cusicanqui, 1990).
De esta caja de herramientas haré la entrevista dialógica: para lograr una relación de dialogo horizontal en el proceso de investigación para que las actoras se involucren en la producción de conocimiento compartido, de ese modo tejer las narrativas de la experiencia de las/os ñuu saavi, que constituyen un conocimiento desde su realidad. También, observación participante /diario de campo: para centrar mi interés y participar activamente en visibilizar la experiencia de la vida cotidiana de las ñuu saavi para problematizar, identificar e interpretar la información. Talleres de conciencia feminista comunitaria: me permitirá el encuentro de voces, miradas e interpretaciones respecto al problema y demás temas de interés de las mujeres ñuu saavi, también, para que juntas hagamos conciencia de nuestra situación de la participación política-social y a su vez encontremos posibles soluciones o estrategias para participar en otros espacios de la comunidad.
De igual manera, recurriré a la autoetnografía: al ser originaria de una de San Antonio Zahuatlán, esta herramienta me permitirá hacer pie en las emociones y en cómo me siento en el proceso de investigación y el intercambio de conocimiento con las mujeres ñuu saavi, en el marco de la relación horizontal investigadora-actoras, en un estar adentro y afuera de la comunidad (Guber, 2001).
Haré entrevistas semiestructuradas, observación participante y diario de campo, al centrar mi interés en visibilizar la experiencia de la vida cotidiana de las ñuu saavi para problematizar, identificar e interpretar la información obtenida en relación al tema de investigación. De igual modo, haré uso de la autoetnografía, como una herramienta que “hace pie en las emociones y en cómo siente [la investigadora] todo el tiempo el intercambio con las y los otros; el reconocimiento de sus [nuestras] propias experiencias le invitan a ocupar una posición no estática sino dinámica y jugar con su centramiento y descentramiento en la acción” (Scribano y De Sena, 2009: 6), a modo de no hacer una historia lineal, sino tejer los contextos de manera articulada y compleja.
Conclusiones:
A medida de conclusión, como parte de las implicaciones que tiene el ser mujer ñuu saavi, en el momento de participar en contextos comunales que son diferentes a un espacio urbanizado donde está el corazón de la política democrática mexicana, es que, se vuelve novedoso, la palabra silenciada, irrumpen los espacios donde se le ha negado a las mujeres, no se les imagina exigiendo derechos colectivos, entonces viene la descalificación, la crítica severa, la violencia simbólica, a ser señaladas por empantanar los acuerdos de los hombres. El orden de género permanece y se mantiene en los espacios de participación y son las mujeres quienes quedan relegadas a los espacios privados por excelencia, por el solo hecho de ser mujer, en complicidad con el Estado no solo por ser mujeres, sino además indígenas y pobres. Y, ahí es donde estamos las mujeres ñuu saavi, poniendo rostro a las palabras y haciéndolas sentir dentro y fuera de nuestras comunidades a partir de la experiencia como mujeres de pueblo, con similitudes y diferencias contextuales, pero que, en el proceso de investigación las mujeres están trabajando más en vencer el miedo, cuestionando el orden de género en sus tiempos y formas, compartiendo la experiencia y animando a otras compañeras a participar política-socialmente como parte de sus estrategias frente a este sistema patriarcal, capitalista y colonial.
Bibliografía:
Francisco Salvador Cruz González
Ruth González González
Xóchitl Pastor Martínez
Bernal Olarte, Angelica (2006). “Mujeres y participación política. El desencanto por la política o la nostalgia por lo comunitario”, Santo Domingo, República Dominicana, INSTRAW, disponible en www.un-intraw.org, consulado 8 de diciembre del 2021.
Bonfil Sánchez, Paloma (2002). “Las mujeres indígenas y su participación política: un movimiento contra la desmemoria y la injusticia” en Dalia Barrera (coord.), Participación política de las mujeres y gobiernos locales en México, México, GIMTRAP, pp. 67-98.
Bonfil Sánchez, Paloma, Barrera Bassols Dalia, Aguirre Pérez Irma (2008). “Los espacios conquistados: Participación Política y liderazgo de las mujeres indígenas de México”, México, D.F., Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, México, D.F.
Casado, González, Estela (2003). “Crecer como mujeres, Ciudadanía rural en Veracruz”, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad-Xochimilco, México, D.F.
Dalton, Margarita (2003a). “Zapotecas, chinantecas y mestizas: mujeres presidentas municipales en Oaxaca”, en Anthropológica, año. 7, vol. 14, núm. 1-2, pp. 73-94.
Espinosa, Damián, Gisela (2011). Feminismo popular. Tensiones e intersecciones entre el género y la clase, en Espinosa, Gisela y Lau Jaiven Ana, Un fantasma recorre el siglo, luchas feministas en México, 1910-2010, Universidad Autónoma Metropolitana, México, D.F.
Federici, Silvia (2004). Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación primitiva. Madrid: Traficantes de sueños.
Fernández, A.M. (2017). “Haciendo met-odhos”, en: Las lógicas colectivas. Imaginarios, cuerpos y multiplicadades. Buenos Aires: Colecciones son Fronteras.
Guber, Rosana (2001). “La Etnografía, Método, Campo y Reflexividad” https://antroporecursos.files.wordpress.com/2009/03/guber-r-2001-la-etnografia.pdf, editorial norma, Colombia, consultado el 20 de marzo de 2022.
Haraway, Donna (1991). “Manifiesto para cyborgs: ciencia, tecnología y feminismo socialista a finales del siglo XX”, en Haraway Donna, Ciencia, ciborgs y mujeres. La reivindicación de la naturaleza, Madrid, España, Ediciones Cátedra, pp. 251-312.
Hernández, R. Aida (1998). “Construyendo la utopía. Esperanzas y desafíos de las mujeres chiapanecas de frente al siglo XXI”, en La otra palabra. Mujeres y violencia en Chiapas, antes y después de Acteal”, R. Aída Hernández (ed.), CIESAS/COLEM/CIAM, México, D.F.
Lagarde, Marcela (1996). “Género y feminismo, Desarrollo humano y democracia”, Madrid España, J.C. Produccion, Grafistaff.
Massolo, Alejandra (1994). “Los medios y los modos, Participación política y acción colectiva de las mujeres” México, D.F., El Colegio de México, Pedregal de Santa Teresa, México, D.F.
Muñiz, Elsa (2002). Cuerpo, representación y poder. México en los albores de la reconstrucción nacional, México UAM-A/Miguel Ángel Porrúa.
Ochoa Muñoz, Karina (2005). BUSCANDO LA TIERRA LLEGAMOS: Territorio, espacio, múltiples públicos y participación política de las mujeres en el municipio de Calakmul, Campeche, tesis para optar por el grado de Maestra en Desarrollo Rural, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad-Xochimilco.
Phillips, Anne (1996). “Género y teoría democrática”, Programa Universitario de Estudios de Género, IIS-UNAM, México, D.F.
Rivera-Cusicanqui, S. (1990). “El potencial epistemológico y teórico de la historia oral: de la lógica instrumental a la descolonización de la historia”. Temas sociales, 11, pp. 49-75.
Scribano, Adrián, y Angélica de Sena (2009). “Construcción de conocimiento latinoamericano: algunas reflexiones desde la autoetnografía como estrategias de investigación”, en Revista Moebio, núm. 34, marzo, pp. 1-15, recuperado el 18 de septiembre de 2021, de https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=S0717554X2009000100001&lng=en&nr-m=iso&tlng=en.
Tuñon Pablos, Enriqueta (1997). El otorgamiento del sufragio femenino en México, tesis para obtener el grado de Doctora en Historia. Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de filosofía y letra.
Vázquez García, Verónica (2011). Usos y costumbres y ciudadanía femenina, México, D.F., Miguel Ángel Porrúa.
Palabras clave:
mujeres ñuu saavi, orden de género, participación política-social