Resumen de la Ponencia:
Esta ponencia analiza características específicas de las condiciones de vida de los trabajadores informales en Bogotá (Colombia), que les suponen una situación de vulnerabilidad permanente expresada en baja garantía de derechos esenciales como educación, salud y vivienda. Esto da cuenta de una problemática del sistema capitalista actual: existe mayor o menor goce de derechos de acuerdo a la forma en que las personas se encuentran vinculadas al sistema laboral. La emergencia sanitaria ha potenciado tal vulnerabilidad, generando una disyuntiva entre el cuidado de la salud y el diario subsistir.A nivel teórico sobre el trabajo informal, partimos de la perspectiva de la lógica de supervivencia de Víctor Tokman, Alejandro Portes y William Haller. Se entiende el sector informal como resultado de una población que crece rápidamente respecto a la cantidad de empleos disponibles. En este caso, tomamos como referencia aquellos trabajadores informales que viven de la venta ambulante.Metodológicamente se acudió a la revisión bibliográfica; al análisis cuantitativo de información obtenida de la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) de 2019 y 2020 para comprender las condiciones de vida de los trabajadores informales; y al análisis cualitativo mediante la revisión de relatos de trabajadores informales durante la pandemia. Como resultados, observamos la dificultad de los trabajadores informales para llevar su trabajo al hogar puesto que dependen del espacio público para esto. Concluimos que existe un latente dilema del “desarrollo” reflejado en la reproducción del trabajo informal, necesario para el sistema económico actual, que genera situaciones de precariedad para muchas personas.Resumen de la Ponencia:
O texto tem como objetivo analisar as principais disputas em relação ao controle e gestão do tempo de trabalho no complexo têxtil-vestuário que têm se desenvolvido com mais força após a reforma trabalhista de 2017 e a pandemia. O tempo de trabalho é, historicamente, um dos aspectos centrais do conflito entre capital e trabalho no capitalismo. Se o capital tende a buscar constantemente a eliminação das porosidades da jornada e colocar o máximo de tempo possível a serviço do processo de trabalho, sempre há algum grau de indeterminação no fato de que o/a trabalhador/a tem necessidades, limitações e algum arbítrio sobre o controle de seu corpo e movimento, podendo inclusive mobilizá-lo para resistir ao despotismo e à exploração. A forma histórica como se desenvolvem esses conflitos transforma-se continuamente e está intimamente relacionada às mudanças nas relações de trabalho e nos modos de vida. Diante do crescente embaralhamento das fronteiras entre tempo de trabalho e não trabalho em uma sociedade como a brasileira, marcada por um processo de informalidade que atinge, ainda que de modo diferenciado, o conjunto da classe trabalhadora, é fundamental uma análise que considere também os processos que estão em menor evidência, como a realidade dos/as trabalhadores/as formais. Há um conjunto vasto de trabalhos refletindo sobre o fenômeno de explosão dos trabalhadores por conta-própria, especialmente em atividades mediadas por plataformas, como síntese das estratégias mais atuais de conformação de um/a trabalhador just-in-time. Nossos esforços nesse artigo partem de um lugar diferente, mas têm como horizonte um ponto de chegada comum. Analisamos o complexo têxtil-vestuário com foco na realidade das trabalhadoras formais, buscando compreender os nexos entre as transformações no controle da jornada de trabalho e os processos de informalização num setor majoritariamente feminizado. Através da análise de convenções coletivas e de entrevistas semiestruturadas com dirigentes sindicais, a pesquisa chama a atenção para como a terceirização, o banco de horas e a redução de intervalos têm contribuído para ampliar a flexibilidade, generalizando relações e condições de trabalho típicas da informalidade, isto é, que vão adentrando o universo do trabalho formal de modo a aprofundar a dissociação entre trabalho e proteção social e a difundir esse modelo de trabalhador sempre disponível e com menos controle sobre seu tempo de trabalho e vida. Para isso, o texto se organiza em 3 partes: 1) discussão sobre as disputas em torno do tempo de trabalho e sua conexão com o processo de informalização; 2) sistematização das mudanças na extensão, distribuição e intensidade da jornada de trabalho no complexo têxtil-vestuário; e 3) análise de como o processo de informalização adentra o setor formal por meio de transformações relacionadas ao tempo de trabalho, aprofundando a flexibilidade e difundindo o modelo de trabalhador just-in-time.Resumen de la Ponencia:
El debate sobre cuáles son y cómo se definen las fronteras que delimitan al trabajo –y por ende a los sujetos susceptibles de ser englobados como trabajadores/as- tiene ya largas décadas. En el ámbito latinoamericano, estas discusiones se asentaron en la construcción de diversas categorías que aún hoy se encuentran en tensión -al mismo tiempo que se solapan entre sí- tales como las nociones de “marginalidad”, “informalidad”, “exclusión” y más recientemente “economía popular”. La emergencia de la pandemia del covid-19 y los supuestos que atravesaron a las políticas implementadas para paliar las crisis generadas (sanitaria, social, laboral, etc.) son una clara expresión de estas tensiones y pueden observarse en medidas tales como: la restricción diferencial de la movilidad a partir de la delimitación de actividades económicas esenciales y no esenciales, la distribución de recursos para sostener el empleo y la transferencia de ingresos para “asistir” a vastos sectores de la población (entre ellos, quienes se encontraban por fuera de la relación salarial formal). Estas medidas tuvieron impactos diferenciales y conllevaron una profundización de las desigualdades existentes en los distintos sectores que componen “la clase que vive del trabajo”. Entre ellos, el caso de los/as vendedores/as callejeros, resulta significativo para problematizar los supuestos bajo los cuales se delimitan las fronteras del trabajo así como para analizar las posibilidades y limitaciones que signan a sus estrategias de reproducción.La venta ambulante no solo estuvo prohibida durante el período de restricción a la movilidad, sino que es también una actividad situada en los márgenes de la legalidad. Particularmente en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, quienes se dedican a vender en la vía pública sufrían diversas vejaciones en el período pre-pandémico asentadas en la persecución policial, la confiscación de su mercadería, la discriminación y altos niveles de precariedad en sus condiciones de trabajo. Estas condiciones se profundizaron durante el período de aislamiento, pero sufrieron también algunos cambios a partir de la paulatina organización colectiva de un conjunto de vendedores/as que colocó el debate por el reconocimiento y el derecho al trabajo en el centro de la escena. En este marco, esta ponencia tiene por objetivo analizar los impactos de la pandemia –y las subsecuentes intervenciones estatales- en los/as vendedores callejeros/as que trabajan en la ciudad, a fin de identificar los puntos de continuidad y ruptura establecidos en las estrategias laborales, reproductivas y comunitarias de estos/as trabajadores/as, en el período 2019-2021. El análisis presentado se sustenta en una investigación de carácter cualitativo que tuvo como principales técnicas de recolección de información a la aplicación de un cuestionario, la realización de grupos focales, la realización de entrevistas en profundidad, la observación en espacios de trabajo y el análisis de material documental.Resumen de la Ponencia:
A finales de 2019, la informalidad afectaba a 31,3 millones de personas en México, más de la mitad de la población ocupada, la cual ha visto incrementada su vulnerabilidad ante la pandemia COVID-19. Dicho fenómeno no disminuyó con la pandemia, pues de acuerdo con datos del IMSS (en Guanajuato), en el periodo 2020-2021 se mantuvo una relación de 45% de empleos formales contra el 55% de empleos informales. Esa relación entre formalidad-informalidad es similar si se analizan las Unidades Económicas en la entidad. Esta investigación busca conocer las causas que mantienen esta relación entre formalidad-informalidad en la economía nacional, estatal y local mediante el acercamiento a los actores económicos involucrados. La metodología es de estudio de caso que analiza los tianguistas en la ciudad de León, utilizando herramientas y técnicas cualitativas (encuesta y entrevistas y grupos). Los primeros hallazgos señalan que la formalidad-informalidad no solo obedece a problemas estructurales en la conformación social en México; sino también a estrategias de sobrevivencia de algunos grupos sociales que sortean las inequidades estructurales e incluso logran movilidad social aprovechando las lagunas normativas y fiscales . Se observó el incremento del sector informal debido a la falta de oportunidades laborales derivadas de la pandemia, además de un registro histórico de ingresos que no solventan las necesidades familiares. Las vulnerabilidades representativas son aquellas derivadas de la seguridad social en términos de salud y vivienda.
Abstract
At the end of 2019, informality affected 31.3 million people in Mexico, more than half of the employed population, which has seen its vulnerability increase in the face of the pandemic COVID-19. This relationship between informality and formality has not changed: according to IMSS (in Guanajuato), the 2020-2021 period maintained 45% of formal jobs against 55% of informal. The result is similar if the Economic Units in the entity are analyzed. Therefore, this research aims to know the causes that maintain this relationship between formality-informality in the national, state, and local economies by approaching the economic actors involved. A case study methodological is used that analyzes the case of the street market in the city of León, using qualitative tools and techniques (survey and interviews). The first findings show the structural problems of the formality-informality relationship is not only due to structural problems in the social conformation in Mexico; but also to survival strategies of some social groups that overcome structural inequities and even achieve social mobility by taking advantage of regulatory and fiscal gaps. The increase in the informal sector is a consequence of the lack of job opportunities derived from the pandemic and the historical record of low income that does not cover family needs. The representative vulnerabilities are those derived from social security, such as health and housing.
Introducción:
América Latina como todo el mundo se vio sumamente afectada por la pandemia por COVID-19 iniciada en marzo del 2020. Los gobiernos en esta región actuaron de manera diferida volviendo mucho más compleja la nueva configuración de sus economías. Las estrategias de los actores económicos fueron en varios sentidos desde el cierre de algunos negocios, el comercio virtual, la informalidad, entre otras, reflejando una gran heterogeneidad. Esta condición en la región trae consigo un reto de gestión pública y espacios de discusión académica, considerando la informalidad un complejo en constante cambio.
En razón a esta complejidad, menciona la Organización Internacional del Trabajo (OIT, 2022) que algunos gobiernos de la región han experimentado un episodio de formalización en la primera década del siglo XXI y sus estudios revelaron que algunos países tienen “(…) vías comunes como son: la mejora de la productividad; mejora y simplificación de regulaciones; generación de incentivos; y mejora de la fiscalización”. La OIT para América Latina menciona que en el 2015 en la organización fue aprobada la Recomendación Núm. 204 derivada de un consenso internacional, que refiere a la transición de la economía informal a la economía formal, en este se identifican tres impulsores: 1. Políticas para la creación de puestos de trabajo y negocios formales, 2. Para facilitar la transición de la economía informal a la formal, y 3. De prevención a la transición de la economía formal a la informal.
En México estas inclinaciones a la formalidad se ven reflejadas en el sentir cotidiano de las personas en la informalidad. En el presente estudio, los tianguistas de la ciudad de León, Guanajuato se mostraron incómodos por las acciones gubernamentales dentro de su espacio público. Por ello es importante mencionar el contexto mexicano en la informalidad. Ese se puede observar desde las unidades económicas y el mercado laboral. En el primero, en el 2021 se publicó que existían 5 millones 530 mil 925 unidades económicas y el estado de Guanajuato concentra el 11% de unidades. Por otro lado, en el segundo informe de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE)[1] se menciona que, en el segundo trimestre del 2022 la Población Económicamente Activa (PEA) de 15 años y más representó un total de 57.4 millones de personas, de las que se encontraban ocupadas 2.2 millones de personas más con relación al mismo trimestre de 2021. La población subocupada fue de 5.1 millones de personas (8.9 % de la población ocupada), porcentaje inferior al 13.3 % del segundo trimestre de 2021. La población desocupada fue de 1.9 millones de personas. La Tasa de Desocupación correspondiente fue de 3.2 % de la PEA, menor que el 4.2 % del mismo periodo de un año antes.
En el mismo reporte, la encuesta menciona que la suma de las personas en todas las modalidades de empleo informal fue de 32 millones. Esto representó 55.7 % de la población ocupada, con un incremento de 985 mil en consideración al 2021, de estas 16.5 millones conformaron la ocupación en el sector informal, el cual “refiere a todas aquellas actividades económicas de mercado que operan a partir de los recursos de los hogares, pero sin constituirse como empresas con una situación independiente de esos hogares”. Trabajo doméstico 2.15 millones, empresas, gobierno e instituciones 7.6 millones y en ámbito agropecuario 5.8 millones. Donde las tasas más altas de informalidad laboral fueron en los estados de Oaxaca con el 80.5 % y con un 79.7% Guerrero. Por el contrario, la tasa más baja en el segundo trimestre de 2022 fueron los estados del norte encabezado por Coahuila de Zaragoza con un 35.4%.
Por su parte el estado de Guanajuato cuenta con una población ocupada de 2’745,692 y desocupada de 82,947 es decir, 59.7 y 2.9% respectivamente. El trabajo asalariado de 68.6%, subocupado de 10.7%, condiciones críticas de 32.4, informalidad laboral de 56.1 y ocupación en el sector informal del 27.2%. En cuanto a la ciudad de León Guanajuato en el 2o trimestre del mismo año, muestra una población ocupada de 836,792 personas y desocupadas de 39,777, una participación de 64.7% y desocupación del 4.5%. En cuanto al trabajo asalariado representa 69.6%, subocupación 11.1%, condiciones críticas de ocupación 27.0%, informalidad laboral 47.7% y ocupación en el sector informal 26.2%.
[1] Se basa en la distribución de una población de 15 años y más de 99.1 millones, con una Población Económicamente Activa (PEA) de 59.3 millones 59.9%, Población No económicamente activa (PNEA) 39.7 millones 40.1% y de la PEA la Población Ocupada (PO) 57.4 millones 96.8% y desocupada 1.9 millones 3.2%. De la PNEA Disponible 7.5 millones 18.8% y la No disponible 32.3 millones 81.2%
Desarrollo:
La informalidad
La informalidad puede verse desde varias posturas teóricas y en consideración a estas, está sujeta a su definición, lo cual la vuelve sumamente compleja y cambiante. Ibarra, Acuña y Espejo (2021) mencionan que existen por lo menos tres modelos de observación de las causas de la informalidad como lo es el de barreras de entrada, la cual menciona que los mercados laborales de los países en desarrollo están segmentados debido a la dificultad y los altos costos en el sector formal. Por otro lado, se encuentra la autoselección, la cual menciona que la informalidad es voluntaria y no por las barreras, son las personas las que deciden por su evaluación de los costos de oportunidad y las ventajas comparativas. Por último, mencionan que se da por los mercados laborales heterogéneos, y que a diferencia de los dos anteriores, es donde las personas están obligadas a seleccionar la informalidad por las faltas de oportunidades laborales y que otras encuentran en ésta, oportunidades que no ven en la formalidad. Por otro lado, están los teóricos que se inclinan al estructuralismo, los que buscan respuestas desde el centro y periferia en la subordinación económica de los países desarrollados (Galeano-Rojas y Beltrán-Camacho, 2008; Rojas y Luque, 2018; Ibarra 2021). De la cual, Rentería y Andrea (2015) comentan que hay tres posturas de la informalidad: la dualista, estructuralista y legalista; sin embargo, ninguna de estas explica a profundidad el fenómeno. La primera identifica la formalidad e informalidad, el regulado detonante del progreso y modernidad; la segunda hace referencia a la segmentación del mercado laboral y la marginación. La tercera está ligada a un punto de vista de exclusión de la segmentación del mercado laboral y la normativa.
Por otro lado, la OIT menciona que “el sector formal fue definido como un conjunto de empresas constituidas como entidades legales separadas de sus dueños, cuya propiedad no es familiar, que ocupan a un número de personas más alto que el mínimo establecido para cada país y que cuentan con un registro legal ante las instituciones sociales, tanto propio como de cada uno de sus empleados. Asimismo, las relaciones con los empleados se rigen por dichas condiciones y están pactadas a través de un acuerdo legal que les proporciona seguridad social y un salario fijo (OIT, 2013)". Por otro lado, Kucera y Roncholato (2008) señalan que la economía informal se integra con segmentos inferiores, intermedio y superiores; el primero vinculado a hogares dedicados a actividades de subsistencia y el tercero el de los microempresarios que evitan principalmente los impuestos y normas. Por último, las microempresas que se subordinan a otras empresas evitando la normativa.
En cuanto al mercado de trabajo la misma organización considera “el empleo informal, también calificado en algunos países con alto nivel de desarrollo económico como empleo atípico, incluye una gran diversidad de ocupaciones en una amplia gama de lugares de trabajo (que a su vez pueden ser formales o informales). La informalidad laboral incluye, por un lado, a los autoempleados, comerciantes ambulantes, todo tipo de cuentapropistas y familiares no remunerados y, por el otro, a empleados asalariados informales, esto es, que no cuentan con beneficios o protección social y de salud, que trabajan en empresas tanto informales como formales” (OIT, 2002).
Los tianguis en México
Hablar de los tianguis en México y Latinoamérica según Espinosa (2014) es muy antiguo, tanto como la propia conquista, mostrados en los textos de Francisco López Gómara sobre la “Historia de la conquista de México”, donde uno de los episodios habla del tianquiztli, nombrado así por los aztecas a los mercadillos en Tenochtitlan y el escrito del “Códice florentino” de Fray Bernardino de Sahagún, escritos en el siglo XVI. La tradición y comercio en estos espacios de interacción es una de las representaciones de la informalidad el día de hoy.
El tianguis es entendido según Espinosa (2014) como “una formación social que emerge transforma su contexto inmediato y desaparece sin apenas dejar rastro. Con el acontecimiento del tianguis se crean una arquitectura efímera, un diseño urbano efímero, prácticas comerciales, culturales y lúdico hedonistas efímeras, que luego desaparecen para que regrese la ciudad a la normalidad“. Por otro lado, Castillo y Ayala (2018) sugieren que los tianguis son una solución para comercializar productos artesanales producidos por ellos mismo o pequeños productores, además de otros productos de mayoristas que no salen por canales normalizados.
Podemos entender que en este lugar de intercambio en los espacios públicos transforman la ciudad, resuelven problemáticas ciudadanas de necesidades de adquisición de productos básicos, pero crean situaciones difíciles de tratar para los actores políticos, pues incorporan aspecto de la tradicional. “Un tianguis, a diferencia de un centro comercial, no anula la experiencia urbana, sino que es una continuidad de ella. El acceso al tianguis sigue siendo público, abierto, pero con un plus de sentido: el tianguis es un urbanismo sobre codificado. Sobre la traza urbana el tianguis introduce un nuevo y fugaz trazado conectado a la infraestructura pública”. Por lo tanto, los tianguis no se oponen a la ciudad, sino que son su continuum" (Espinosa, 2014). Por otro lado, Castillo y Ayala (2018) mencionan que "el desarrollo del comercio tradicional (…) se ha favorecido por las ventajas que ofrecen para clientes y comerciantes, aunado a la capacidad de estos últimos para aprovechar los huecos institucionales", concluyen "que, a pesar de su importancia para el autoempleo, el abasto de productos básicos para un sector de la población y para la convivencia social, su permanencia debería referir aspectos asociados con la calidad de los servicios y, con el origen y seguridad de los alimentos que allí se venden y se consumen".
Metodología
Con intención de profundizar se utilizó la metodología cualitativa, con el objetivo de estudiar el caso de los tianguis de la ciudad de León Guanajuato. Espinosa (2014) habla de ciertas técnicas de abordaje en los tianguis, como lo es el acto cotidiano de caminar en la ciudad y el aporte de las técnicas etnográficas. La ciudad es muy compleja y su estudio requiere técnicas diversas de análisis, sin embargo, el tianguis tiene un diseño solicitado y normado por diversos actores lo cual, lo vuelven un espacio analítico concéntrico.
León Guanajuato es la 5ª ciudad más grande de México, según data México al 2020, contaba con una población de 1’721,215. Los sectores económicos en consideración a datos de 2019 del censo económico fueron comercio al por menor con 29,046 unidades, industria manufacturera con 10,899 unidades y otros servicios sin incluir a las actividades de gobierno 9,892 unidades. En esta ciudad según datos del municipio existen aproximadamente 224 tianguis que funcionan toda la semana. Los días de mayor afluencia de tianguistas y clientes son los sábados y domingos.
Al conocer la complejidad del fenómeno se decidieron establecer diversas herramientas con la intención de profundizar en la recogida de datos y el análisis. En esta primera etapa se consideran etnografía y entrevista semiestructurada.
La primera fue el recorrido de los tianguis de la ciudad, las caminatas de estos puntos. Observar y registrar la dinámica tianguista. En un segundo sentido acudir a sus oficinas y eventos sus fiestas y reuniones con el objetivo de conocer sus tradiciones.
En la segunda se entrevistaron a tres actores primordiales; los informantes claves, los líderes de tianguis y directores de las organizaciones civiles donde se agrupan los tianguistas, para tener un mayor conocimiento de los tianguis y sus tianguistas, que pudiera darnos información del aspecto normativo y cotidiano del funcionamiento de los tianguis en el municipio. La segunda fue con la intención de conocer, estrategias, actividades laborales, actores participantes, estructura, liderazgos, así como los motivos por los que las personas se integran al mundo del tianguis, la brecha del COVID-19 y sus estrategias de sostenibilidad.
Resultados
Los resultados aquí presentados son preliminares y se observan en dos sentidos: el primero es sobre la estructura de estos tianguis en la ciudad y el segundo sobre la vinculación de los liderazgos y las organizaciones civiles con los agentes políticos. En las primeras aproximaciones al fenómeno por medio de los informantes clave pudimos conocer parte de la organización de los tianguis, en entrevista con los líderes y presidentes de las asociaciones civiles nos dimos cuenta de la adaptación de los requerimientos normativos en la vida cotidiana desde la estructura de la organización.
La regulación de los tianguis se desprende del Reglamento de mercados públicos y uso de la vía pública para el ejercicio de la actividad comercial en el municipio de León, Guanajuato modificado en el 2010. En su artículo 2 menciona la obligación como sujetos a los tianguistas y en la facción XXI define a los tianguis como “Lugar o espacio designado en la vía pública en el que se realiza el comercio de una a dos veces por semana y por un mínimo de 50 comerciantes legalmente constituidos en una asociación de comerciantes” de su artículo 3. El capítulo VI habla de los cambios de giro, el capítulo VII de las asociaciones de los comerciantes. En su artículo 38 habla sobre su función que es la representación de sus agremiados y el 39 menciona que coadyuva acciones en conjunto con la dirección de comercio. El título tercero habla sobre el comercio en vía pública y menciona que el comercio se realiza con instalaciones no fijas, con horario autorizado para la actividad comercial, sin afectar la zona peatonal, sin obstruir la calle y el acceso a las fincas inmediatas. Los tianguistas deberán utilizar un puesto adquirido por ellos y quedará a su propiedad. Estos espacios tienen un cobro determinado por la dirección señalado en las disposiciones administrativas de recaudación para el municipio de León, Guanajuato, para el ejercicio fiscal del año 2022 en el capítulo noveno artículo 17 fracción IV menciona que les corresponde a los comerciantes en tianguis hasta 3X 1m2 $5.00 pesos. Los tianguis son los responsables de su limpieza. En el artículo 100 del mismo reglamento menciona que le “corresponde al Ayuntamiento expedir el permiso global para la instalación y el funcionamiento de un tianguis, por lo que habilitará los espacios en las vías públicas de este municipio para su establecimiento, a los cuales identificará con un nombre, su ubicación exacta, el día o días de la semana en que se instalen y su horario”. En la segunda sección se menciona sobre el retiro del tianguis. El capitulo V habla sobre las zonas para ejercer el comercio en vía pública.
Por otro lado, la estructura de las organizaciones civiles de los tianguistas se observaron similitudes en estructura y operación entre ellas. La primera es que la agrupación está formalmente constituida y tienen roles o puestos. La estructura la vamos a ir desglosando desde su operatividad en la vida cotidiana del tianguista. Para ello, es necesario comentar que además de la estructura que solicita el municipio en su reglamento el espacio entre cada tianguista es proporcionado desde la operatividad por el o la delegada, este tiene la función de realizar el cobro, verificar los espacios disponibles, controlar los requerimientos normativos y gestionar las relaciones interpersonales entre tianguistas. Otro nivel de jerarquía que se observa es el tesorero, que es quien maneja la carga monetaria y gestiona los recursos de adquisición directa e indirecta. Otros puestos son los vocales, algunos le llaman ejecutivos, estos realizan gestiones diversas de los cuales algunos están en el comité de honor y justicia. La normativa interna de las organizaciones civiles tiene su reglamento con ejecución de controversias en este comité. Por último, en jerarquía superior está el presidente de la organización, su función es la de gestión general y actor público representante de todos y todas las agremiadas tianguistas ante las autoridades municipales y en ocasiones estatales.
El segundo hallazgo que podemos mencionar en este momento es que la vinculación de la organización civil de tianguistas agremiados cuenta con cercanía con los agentes políticos del municipio y estado, además participan activamente entre las tres partes. Esto se observó en los eventos de aniversario de las organizaciones civiles y con las entrevistas y la observación de campo. Uno de los líderes en charlas comentó que: la candidata a alcaldesa de la ciudad estuvo un día completo en el tianguis saludando a los consumidores y las y los tianguistas, ellos (los políticos) saben que es muy importante el gremio. Este discurso de conciencia de saberse importantes en el aspecto económico y social fue repetido por la mayoría de los líderes y las asociaciones. Las asociaciones más grandes tienen mayor cercanía y los más pequeños tienen menos contacto con estos actores políticos.
Conclusiones:
El tianguismo enfrenta complejidades no sólo por su naturaleza parcialmente regulada, sino que existen aspectos, como la pandemia y cambios culturales en las compras, que pueden impactar su sostenibilidad. Las estructuras de los tianguis son sin duda funcionales, sin embargo, la pandemia demostró que requieren acciones más dinámicas con aspectos de tecnologías de la información con las aplicaciones de venta por medio de un celular para recibir pagos con tarjeta; además de conservar sus vínculos con los agentes políticos, aun a pesar de que los políticos insisten en su discurso hacia la formalización de los comerciantes de los tianguis, reciben como respuesta constante el reproche y resistencia de las y los tianguistas para mantenerse en la informalidad. En consideración a las TIC´s, la OIT menciona que “(…) las inversiones en infraestructura de las Tecnologías de Información (TIC) se han vuelto más atractivas y los trabajadores informales –generalmente invisibles en los registros del sector público–han podido ser identificados y registrados digitalmente. Estos dos ángulos de política pública ofrecen una oportunidad para relanzar las estrategias de transición hacia la formalidad: aprovechando la adopción de TIC mientras que, al mismo tiempo, se toman en cuenta los obstáculos remanentes. Incluso cuando las brechas de TIC se puedan cerrar, la e-formalidad seguirá como una herramienta adicional para el conjunto de políticas que abordan la formalización. Las iniciativas de e-formalidad no se pueden desarrollar de forma aislada, deberían facilitar la modernización de los impulsores tradicionales o rutas hacia la formalización: productividad, incentivos, normas y supervisión.
En cuanto a sus vínculos cercanos con los agentes políticos es evidente, y lleva ya cierta tradición en la ciudad, algunos liderazgos comentan que comenzó con uno de los líderes del tianguis más grande en León y que otros tianguis siguieron sus pasos. Hoy el poder de estos gremios es tan fuerte que cada político solicita audiencia con ellos, el objetivo, según nos comentan los informantes, es acercarse a las personas y las comunidades por medio del comercio informal, desde el espacio público.
Bibliografía:
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• Data México https://datamexico.org/es/profile/geo/leon , consultado el 20 de octubre 2020
• Espinosa, Horacio. 2014. URBS. Revista de Estudios Urbanos y Ciencias Sociales. Volumen 4, número 2, páginas 25-47 – Papers –ISSN: 2014-2714 25. Piel de Calle. Una deriva en el tianguis Baratillo Street’s skin. An derive through ‘Baratillo’ street market Horacio Espinosa Zepeda. Instituto Mexicano de Prevención Integral, A.C. horacio.espinosa.zepeda@gmail.com
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• Galeano-Rojas Sonia, Beltrán-Camacho Arley. 2008. Ciudad, informalidad y políticas públicas: Una reflexión desde la sociología de lo cotidiano. Cuadernos de vivienda y urbanismo. Vol. 1, No. 2, 2008: 280 – 297.
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--Reglamento de Mercados Públicos y uso de la Vía Pública para el ejercicio de la actividad comercial en el Municipio de León, Guanajuato. 2010.
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• Rojas, Moisés y Luque, José. 2019. 4.0 Internacional “Estamos de paso”. Informalidad y ciudadanía precaria como proceso de despolitización: El caso del emporio comercial Gamarra en Lima (2012-2018). Revista del Centro de Investigación de la Universidad La Salle Vol. 13, No. 51, enero-junio, 2019: 41-66 DOI: http://dx.doi.org/10.26457/recein.v13i51.1867 Revista del Centro de Investigación. Universidad La Salle por Dirección de Posgrado e Investigación. Universidad La Salle Ciudad de México.
Palabras clave:
Informalidad, unidad económica y tianguis.
infomality, street markets, economic unit
Resumen de la Ponencia:
La mayor parte de los vendedores ambulantes urbanos en Perú, junto con el resto de la mano de obra informal, está compuesta por mujeres en situación de precariedad laboral. Hoy, la pandemia global ha creado un contexto de vulnerabilidades adicionales para muchas de ellas. Nuestrarevisión de literatura nos dice que pocas investigaciones se enfocan específicamente en lostestimonios de las vendedoras ambulantes desde una perspectiva cualitativa. Esta investigación busca comprender las características de la precariedad laboral en las mujeres ambulantes en elcontexto de la ESN por la pandemia de COVID-19 en el Cercado de Lima, Perú. Realizaremos ochoentrevistas a profundidad en el distrito de Cercado de Lima durante los meses de noviembre y diciembre de 2020. Además, utilizamos la observación no participante y la recolección documental para observar los contextos de los cuales son parte en la cotidianeidad.Resumen de la Ponencia:
El desarrollo de actividades vinculadas con la economía informal por estudiantes de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) como una necesidad para satisfacer necesidades de índole económica se vuelven imprescindibles para muchos de los estudiantes, debido a las condiciones económicas individuales y familiares. El poder ofrecer bienes de consumo y servicios, principalmente dentro de las instalaciones universitarias, pero también fuera de éstas, es una situación que les permite resolver eventualmente un problema de ingreso económico necesario para continuar sus estudios, incluso, para apoyar la economía familiar. Esta investigación es parte de un proyecto más amplio que incluye observación etnográfica, entrevistas y una consulta en redes sociales con grupos sociales de los diferentes campus de la universidad.En esta investigación no se busca evidenciar la comercialización de drogas o servicios vinculados con modalidades del crimen organizado más allá de las que tienen que ver con artículos de piratería. Ciudad Juárez por ser frontera, se presta para que algunos productos traídos de contrabando hormiga de El Paso Texas puedan ser comercializados aquí entre las personas que no pueden ir de compras al vecino país, entre estos productos están los que tienen que ver con la industria del vestido, cosméticos y artículos para dama. Así como algunos productos alimenticios. La UACJ no cuenta con cafeterías operadas por la Institución, éstas son concesionadas y los productos no son económicos. No tienen menús adecuados a las necesidades de la comunidad universitaria, la variedad de guisados, frituras y platillos es muy limitada. Ante una pregunta que se realizó en redes sociales de la universidad la mayoría de los estudiantes opinó que las cafeterías son de pésima calidad, con precios muy altos y mala calidad de los alimentos.El hecho de que más de un 60% de la comunidad estudiantil trabaje, los convierte en consumidores de productos de fácil acceso y las máquinas expendedoras les facilitaban eso. Muchos estudiantes llegan directo del trabajo y algunos vienen sin haber comido, lo que quieren es cualquier cosa que sacie su hambre. Ante el panorama anterior, la comercialización de productos por parte de otros estudiantes, atenúa de alguna manera la demandaResumen de la Ponencia:
O modo de produção capitalista se caracteriza por crises sistêmicas, provocadas, especialmente, ainda que não exclusivamente, pela retração da renda do capital. Os anos 80 do século XX são marcados por uma nova crise, respondida por uma reestruturação das esferas econômica, política e ideológica, e por um processo voltado para o desmantelamento de toda e qualquer organização política da classe trabalhadora. No que tange à esfera produtiva, alterações na relação tempo de trabalho necessário versus tempo de trabalho excedente, materializado nas “novas” modalidades de contratação em tempo parcial, terceirização e informalidade, constituem o cenário costumeiramente chamado de “precarização do trabalho” e das formas de vida da classe trabalhadora. A literatura da sociologia e da economia do trabalho revelam que a diminuição da renda e a instabilidade das atividades laborais e de trabalho digno têm atingido diferentes esferas das condições de vida do trabalhador, sejam elas materiais ou sociais. Isso inclui a possibilidade de garantia de moradia e de alimentação, tempo de lazer e acesso à educação. No entanto, quando nos debruçamos sobre os estudos da história dos trabalhadores desde o século XIX, especialmente nas obras de Marx e Engels, E.P. Thompson, Eric Hobsbawn e, mesmo, Michelle Perrot, entre outros(as) autores(as), observamos que as condições de vida de trabalhadores foram marcadas por instabilidades e precariedades. Para citar um exemplo, em A situação da classe operária na Inglaterra, Friedrich Engels analisa o vestuário inadequado, as condições de moradia insalubres e a renda insuficiente para a compra de alimentos pelos trabalhadores do seu tempo. Assim, podemos inferir a precarização não é um fenômeno novo e que, historicamente, a classe trabalhadora, ou frações da classe, vive uma vida precária e processos de precarização específicos de cada época histórica. Conforme argumenta Giovanni Alves, no livro Dimensões da Reestruturação Produtiva: ensaios sobre sociologia do trabalho, o tema da precarização do trabalho tem sido discutido, atualmente, com certa displicência teórica, cujas análises aparecem demasiadamente atreladas ao suporte empírico dos dados estatísticos. Segundo o autor, a precarização faz parte de um processo histórico marcado pela determinação da luta de classes e da correlação de forças políticas entre capital e trabalho. Esta pesquisa, que está em curso, estrutura-se em três etapas: 1) análise da situação dos trabalhadores na história; 2) levantamento dos autores da sociologia e da economia do trabalho que analisam processos de precarização; e 3) elaboração de um arcabouço conceitual para o termo “precarização do trabalho”, levando-se em considerações aspectos históricos e conjunturais da exploração do trabalho. Como resultado parcial, consideramos que o fenômeno da precarização pode ser analisado numa chave estrutural, quando observamos variáveis que são orgânicas ao sistema de produção capitalista; e aspectos conjunturais, específicos de cada época e, particularmente, do capitalismo neoliberal.
Introducción:
1 – Introdução
A reestruturação produtiva, iniciada nos anos 80, criou o que se convencionou chamar de “flexibilização das relações de trabalho”, que significa, entre outras coisas, 1) validação legal de determinadas modalidades de contrato de trabalho e de desligamento simplificado de trabalhadores; 2) alteração do tempo de trabalho, com mudanças na jornada laboral de acordo com as necessidades do capital; e 3) distribuição da produção e dos serviços por uma rede de empresas terceiras e de trabalhadores informais. Em síntese, o capital passou a operar um novo arranjo entre atividades produtivas e improdutivas, entre trabalho formal e informal e compra direta e indireta da força de trabalho com objetivo de retomar a curva ascendente da acumulação.
As novas circunstâncias da relação capital-trabalho estimularam uma série de estudos no campo das Ciências Sociais e das Ciências Sociais Aplicadas, que colocaram no centro do debate o tema da “precarização do trabalho”. Para Druck (2011b), a partir dos anos 1990, os estudos sobre trabalho passaram a utilizar mais fortemente os termos precarização e flexibilização em substituição ao termo informalidade, que é mais operacional no diagnóstico da precarização. Um levantamento preliminar dos estudos sociológicos e econômicos de autores(as) brasileiros(as) sobre o tema revelou a associação entre precarização e o período posterior à reestruturação produtiva da década de 80, estabelecendo uma ideia de encadeamento complexo de fatores relacionados a mudanças contínuas nas formas de produção e diminuição dos direitos dos trabalhadores. Outra parte identifica a precarização com flexibilização dos vínculos empregatícios, com a falta de segurança e de previsibilidade quanto às possibilidades de reprodução da unidade familiar.
Em face do levantamento bibliográfico sobre o tema da precarização do trabalho, elencamos algumas questões de pesquisa. 1) Levando-se em conta que, desde o início do capitalismo, o trabalhador vem sendo explorado, brutalizado e alienado dos meios de produção, o que especifica mais diretamente a precarização posterior à reestruturação produtiva? 2) Existem variáveis específicas da precarização que distingam este processo atual de outros momentos históricos? 3) A expressão “precarização do trabalho” diz respeito às condições próprias do trabalho, que tornam o trabalhador mais propenso a adoecimentos e acidentes laborais, ou inclui, também, as condições de vida e de sociabilidade? 4) A precarização pode ser associada ao aumento da exploração do trabalho no sentido próprio de Marx, isto é, relacionada à diminuição do trabalho necessário e aumento do trabalho excedente? 5) É possível estabelecer uma definição mais objetiva para o termo precarização dentro do campo de estudos do trabalho?
O objetivo mais geral deste texto é colocar em relevo a importância da elaboração de um conteúdo conceitual para o termo “precarização do trabalho”. Sendo assim, o objetivo específico destina-se à tentativa de defini-lo por meio de três eixos particulares: apresentação do conceito de exploração do trabalho em Marx; apontamentos sobre as condições da classe trabalhadora na História; apresentação de algumas definições para o termo “precarização do trabalho” dadas por autores atuais da sociologia do trabalho. Em síntese, trata-se da combinação entre eixos teórico e histórico e sua comparação com os usos do termo empregados por autores brasileiros contemporâneos. O fim último é a elaboração de uma matriz conceitual para a compreensão do termo “precarização do trabalho”.
Desarrollo:
2 – Princípios teórico-metodológicos
a) Condições laborais da classe trabalhadora na história
A literatura clássica dos estudos do trabalho na sociedade moderna revelaram problemas enfrentados por trabalhadores desde a acumulação primitiva até a consolidação do sistema capitalista de produção. Marx, Engels, Thompson e Hobsbawn, para citar alguns pensadores, desenvolveram estudos elucidativos sobre as condições de trabalho durante o período de avanço do capitalismo. Uma breve mirada sobre os seus estudos não deixa dúvidas quanto à degradação material e moral que tem governado a experiência dos trabalhadores livres no século XIX e início do século XX. Assim como no tempo corrente, a história da classe trabalhadora foi marcada por imprevisibilidade, penúria material, desemprego e opressões contra as suas formas de organização e de luta.
Uma das mais importantes obras que tratam do tema é A situação da classe trabalhadora na Inglaterra, do pensador revolucionário Friedrich Engels ([1845] 2008)[1]. Nessa obra seminal, o pensador descreve a condição de pobreza dos operários numa Inglaterra que se industrializava em meados do século XIX. Segundo ele, no período anterior ao advento das máquinas, o trabalho era feito em casa, envolvia toda a família e era suficiente para manter a sobrevivência. A Revolução Industrial acabou por transformar por completo a vida dos trabalhadores, “arrancando-lhes das mãos os últimos restos de atividade autônoma (...)” (ENGELS, 2008, p. 47). O aperfeiçoamento das máquinas passou a impactar a classe trabalhadora por meio da simplificação do ofício e da concorrência entre trabalhadores, o que diminuía sobremaneira o valor da força de trabalho.
O pensador alemão (ENGELS, 2008) afirma que muitas famílias laboriosas passavam necessidades materiais e o pobre tinha um salário que lhe permitia tão somente se manter vivo. Além disso, a garantia de trabalho era incerta, e o operário vivia todo tempo na iminência se ser lançado ao desemprego, à fome e ao frio. Naqueles anos, segundo o pensador, era possível ler nos semanários casos frequentes de pessoas que morriam de fome.
Um dos aspectos que mais chamou a atenção de Engels foram as moradias precárias onde viviam os trabalhadores. Entre os muitos exemplos empíricos apresentados pelo revolucionário, consta a condição dos albergues para trabalhadores, em Birmingham, que, segundo ele, eram sujos, malcheirosos e serviam como refúgios para mendigos. Numa passagem do livro, o revolucionário relata:
(...) os jornais descreveram a casa da falecida nos seguintes termos: morava no nº 3 de White Lion Court, Bermondsey Street, Londres, com o marido e o filho de dezenove anos, em um pequeno quarto onde não havia cama ou qualquer outro móvel. Jazia morta ao lado do filho, sobre um monte de penas, espalhadas sobre o corpo quase nu, porque não havia lençóis ou cobertores. As penas estavam de tal modo aderidas à sua pele que o médico só pôde observar o cadáver depois que o lavaram – e encontrou-o descarnado e todo marcado por picadas de insetos. Parte do piso do quarto estava escavado e esse buraco servia de latrina à família (ENGELS, 2008, p. 73).
A obra traz diversos excertos que expressam a situação de miséria da classe trabalhadora inglesa, causada por desemprego, renda baixa e trabalhos informais. Segundo ele (ENGELS, 2008), a situação de vulnerabilidade e miséria das famílias aumentava exponencialmente com o desemprego. Isto se devia ao fato de que as relações de trabalho da época obstavam as garantias sociais para a subsistência das famílias operárias.
Engels (2008) também se deparou com uma espécie de população “supérflua”, desempregada, que, além da mendicância e de pequenos roubos, varria ruas, transportava objetos em carrinhos de mão ou puxado por tração animal.
A maior parte dos “supérfluos” dedica-se ao comércio ambulante. Especialmente nos sábados à noite, quando toda a população operária sai à rua, podem-se ver aqueles que vivem dessa atividade. Fitas, rendas, galões, laranjas guloseimas, em resumo, todos os artigos inimagináveis, são oferecidos por homens, mulheres e crianças. Mas também nos outros dias da semana vêem-se [sic] circular ou parar nas ruas esses vendedores de laranjas, doces, ginger beer ou nettle beer [bebidas gasosas]. Fósforos e coisas do gênero, cera, aparelhos para acender fogo etc. são igualmente artigos à venda. E ainda outros desempregados, os chamados jobbers, circulam pelas ruas em busca de qualquer trabalho ocasional; alguns deles conseguem trabalho por uma jornada, mas esses afortunados são poucos (ENGELS, 2008, p. 127).
Sendo assim, é possível encontrar alguns problemas que atravessam a história da classe trabalhadora desde a sua origem, entre os quais adoecimento, penúria material e trabalhos provisórios e incertos. Portanto, não é possível utilizar esses aspectos como exclusivos do capitalismo contemporâneo ou como variáveis exclusivas de um processo de precarização das condições de trabalho que figuram na época posterior à chamada reestruturação produtiva.
b) Exploração do Trabalho em Marx
Em O Capital (2013), Marx afirmará que uma parcela da jornada de trabalho do trabalhador é dedicada à produção de valor para a sua reprodução. Uma vez que o trabalhador realiza o seu próprio valor, o restante da jornada é dedicada à produção de mais valia. Em algumas situações, esse tempo da jornada pode ser constante. No entanto, a relação entre trabalho necessário e mais-trabalho pode ser alterada sem que se altere a jornada de trabalho. Como afirma o pensador, “[ao] prolongamento do mais-trabalho corresponderia o encurtamento do trabalho necessário, ou, em outras palavras, a parte do tempo de trabalho que o trabalhador até agora utilizava para si mesmo é convertida em tempo de trabalho para o capitalista” (MARX, 2013, p. 387). Colocando a questão de outra forma, o aumento da produtividade do trabalho está relacionado com a usurpação do domínio do tempo de trabalho necessário, que é aquele relativo à reprodução da força de trabalho, relativo também ao salário do trabalhador. Isso não significa, ainda segundo o revolucionário alemão, que há uma redução do salário abaixo do valor de sua força de trabalho, mas sim que há uma diminuição do próprio valor de sua força de trabalho (isto é, ao mesmo tempo em que há uma elevação da força produtiva de trabalho, há uma diminuição do valor das mercadorias e da própria força de trabalho como mercadoria).
Estas reflexões são a chave para a compreensão da exploração no processo de extração de mais-valia relativa, e também aponta para um fenômeno mais estruturante da sociedade capitalista, ou seja, para manter o sistema de acumulação é preciso elevar sempre a força produtiva do trabalho por meio de alterações no processo de trabalho. Isto ocorre pela diminuição do tempo socialmente necessário para a produção de mercadorias, por meio do revolucionamento das condições técnicas e sociais do processo de trabalho.
Também em O Capital (2013), Marx adianta a noção de que a grandeza do valor produzida pelo trabalho muda conforme a mudança na força produtiva do trabalho. O pensador afirmará que a maquinaria serve para encurtar a parte da jornada de trabalho que é dedicada à reprodução do próprio trabalhador. Ele compreende que seu aperfeiçoamento se torna inevitável cada vez que um material mais difícil de ser trabalhado se choca com as limitações pessoais do trabalho. E nesse movimento dialético no interior das forças produtivas, a classe trabalhadora é abatida em suas habilidades, tendo que consumir corpo e mente em novas configurações da produção.
Para reduzir o valor da força de trabalho, a intensificação da produção tem que atingir os outros ramos da indústria, que são necessários no sistema de produção. Sendo assim,
(...) o valor de uma mercadoria não é determinado apenas pela quantidade de trabalho que lhe confere sua forma última, mas também pela massa de trabalho contida em seus meios de produção [trabalho morto]. O valor de uma bota, por exemplo, não é determinado apenas pelo trabalho do sapateiro, mas também pelo valor do couro, do piche, do cordão etc. Portanto, a queda no valor da força de trabalho também é causada por um aumento na força produtiva do trabalho e por um correspondente barateamento das mercadorias naquelas indústrias que fornecem os elementos materiais do capital constante, isto é, os meios e os materiais de trabalho para a produção dos meios de subsistência” (MARX, 2013, p. 390).
Em síntese, quando se calcula a diminuição do trabalho necessário, essa diminuição tem que estar relacionada com a soma da redução de cada um dos ramos dos processos produtivos como um todo. O pensador afirma que, se o capitalista consegue produzir durante as 12 horas, ao invés de 12 peças, 24 peças, sem alteração do valor dos meios de produção, a mercadoria cai de valor. Dessa forma, “[o] valor individual dessa mercadoria se encontra, agora, abaixo de seu valor social, isto é, ela custa menos tempo de trabalho do que a grande quantidade do mesmo artigo produzida em condições sociais médias” (MARX, 2013, p. 391). Assim, com o aumento da produtividade, o dono do empreendimento poderá vender o produto acima de seu valor individual, ou seja, dos custos e do valor da força de trabalho que foram necessários para a sua confecção. O valor final não se mede pelo tempo concreto dispendido na confecção, mas pelo tempo de trabalho socialmente requerido na sua confecção. Mesmo diante desse aumento do lucro, pela produção de mais-valor pelo trabalhador, o capitalista continuará pagando a ele o salário médio pelas horas trabalhadas.
Esse mais valor, por sua vez, desaparece “assim que o novo modo de produção se universaliza e apaga-se a diferença entre valor individual das mercadorias barateadas e seu valor social” (MARX, 2013, p. 393). Isto porque o barateamento da mercadoria abaixo do seu valor social força os concorrentes, pela lei coercitiva da concorrência, a incorporar os novos métodos de produção, instalando a generalização de um processo de produção. Este é o método da dinâmica do capital: desenvolver técnicas, tecnologias, inovações na administração e na produção, que incrementem o processo de acumulação, estando o trabalho no núcleo dessas alterações.
Em síntese, o processo de destruição das forças produtivas é acompanhado pela evolução das técnicas e da ciência, capazes de diminuir o tempo da produção e baratear os objetos de toda a cadeia produtiva, tanto dos trabalhadores como do resultado do trabalho, a mercadoria. A lógica consiste no prolongamento do mais-trabalho que é resultado da redução do tempo necessário da reprodução da força de trabalho e não o contrário (MARX, 2013). Quanto mais avança o aprimoramento das máquinas, quanto mais se exige um trabalho simplificado e mecânico do trabalhador, menos ele precisa dedicar horas de trabalho para a sua própria reprodução, sendo este o cerne da exploração.
c) Para uma definição de “precarização do trabalho”
Países de capitalismo central e de capitalismo periférico vêm sendo impactados nas últimas décadas por alterações nas formas de produção, num processo de complexificação da divisão social do trabalho. Essas transformações têm associado inovações tecnológicas, mudanças nas formas internas de produção e alterações na legislação protetiva do trabalho. Diferentes governos - especialmente os de orientação neoliberal - passaram realizar alterações na legislação trabalhista ocasionando uma revolução na produtividade do trabalho. Além disso, novas modalidades de contratação e de utilização da força de trabalho, como terceirização, pejotização, contratos temporários e uberização, permitem ao capital economizar com o trabalho vivo e ampliar o cardápio de contratações, de forma a liberar o empregador para alugar força de trabalho da maneira que interessa aos seus rendimentos (TAVARES, 2021; KREIN, 2020).
Seguindo Franco et. al (2010), precarização é um processo multidimensional que altera as condições de vida do sujeito trabalhador dentro e fora do trabalho e que causa um sentimento de despertencimento social. Isso inclui as mudanças organizacionais governadas por métodos de maximização dos lucros, aumento da exploração do trabalho, imposição de mecanismos de autoexploração, entre outros fenômenos que visam sequestrar o tempo e a subjetividade dos sujeitos. Ainda segundo Franco et. al (2022), ao mesmo tempo em que ocorre a evolução de técnicas de produção, práticas organizacionais e conhecimento científico, a classe trabalhadora é lançada à própria sorte num processo que combina precarização, adoecimento e destruição ambiental.
Para Alves (2007), precarização do trabalho consiste em um processo de natureza histórica e estrutural que degrada a força de trabalho humana. Mais especificamente no caso brasileiro, diria respeito à articulação entre heranças históricos-estruturais e especificidades inerentes ao atual contexto do capitalismo financeirizado. Para o autor (ALVES, 2007), a precarização diz respeito a um processo histórico complexo, determinado pela luta de classes e pela correlação de forças entre capital e trabalho, que desequilibra acentuadamente a balança para o lado do capital, de forma a suprimir resistências firmadas pela luta de classes contra o seu avanço.
Alves (2009) discute a precarização como constituinte do novo metabolismo social, que, objetivamente, associa-se à intensificação da exploração da força de trabalho, ao desmantelamento dos coletivos de trabalho e das lutas sindicais, além de a fragmentação social pelo aumento acentuado do desemprego. Especificamente no que tange às greves, adverte o autor que “as dificuldades de ‘greves gerais’ por categoria e a disseminação de greves por empresas no decorrer da ‘década neoliberal’ expressam condições objetivas adversas de precarização do mercado de trabalho e de ofensiva do capital na produção” (ALVES, 2009, p. 190).
Ao analisar o contexto do início dos anos 2000, o mesmo autor (ALVES, 2012) delineia os contornos e dimensões da precarização do trabalho, resultado das novas configurações produtiva nas empresas. Nesse sentido, ele considera que há uma nova precariedade salarial em decorrência do ajuste neoliberal e a processo de reestruturação produtiva, ocasionando uma regulação salarial que engloba mecanismos de contratação flexível, organização do trabalho com base no toyotismo e uma base técnica informacional da produção que atinge diretamente a qualificação dos trabalhadores. Ademais, a precarização também assume novos contornos relativos à deterioração da vida pessoal e da saúde do trabalhador. Cabe destacar que, na década de 2000, a diminuição salarial é um dos aspectos chave para compreender a precarização, sendo que a redução da renda do trabalho é resultante do aumento do número de trabalhadores periféricos, incluídos em ocupações cujas relações de trabalho são precárias: flexibilização da jornada de trabalho por meio do banco de horas, remunerações flexíveis do tipo Participação nos Lucros e Resultados PLR, etc (ALVES, 2012).
Por fim, o autor (ALVES, 2021) observa a precarização do trabalho segundo uma multidimensionalidade de fatores, não se restringindo apenas à precarização salarial. E se a diminuição do salário é uma das dimensões concretas de expressão da precarização do trabalho, ela também é parte integrante do que ele chamou de precarização existencial, que diz respeito à totalidade da vida social (ALVES, 2013). O autor define precarização existencial da seguinte forma:
A precarização existencial não se reduz ao estresse ideológico provocado pela precarização do homem como ser humano-genérico, mas diz respeito também à degradação das condições de existência do trabalho vivo no território das metrópoles e nos espaços públicos de desenvolvimento humano, isto é, as condições da reprodução social como circulação, territorialidade, consumo e lazer (ALVES, 2013, p. 243).
Graça Druck (2011), por sua vez, compreende o processo de precarização social do trabalho como constituinte de um novo e velho fenômeno, que é contemporâneo, mas paradoxalmente igual àquele do passado. Sendo assim, a autora compreende que “ao lado de novas condições e situações sociais de trabalho, velhas formas e modalidades se reproduzem e se reconfiguram, num claro processo de metamorfose social” (DRUCK, 2011, p. 35). Druck (2011) propõe a construção de um conjunto de indicadores para capturar a complexidade do fenômeno da precarização social do trabalho, de forma a combinar recursos qualitativos e quantitativos.
Apreendendo a realidade concreta, a autora (DRUCK, 2011) considera que o primeiro indicador deve ser a vulnerabilidade das formas de inserção e as desigualdades sociais. No caso do Brasil, o país possuiria um mercado de trabalho heterogêneo com formas de inserção que combinam contratos precários, sem proteção social, com as ocupações e desemprego. Um segundo conjunto de indicadores expressa-se na intensificação do trabalho e na terceirização. A precarização, nesse caso, é resultado dos padrões de gestão e organização do trabalho, pela intensificação do trabalho por meio de metas inalcançáveis, prolongamento da jornada de trabalho apoiada na forma de gestão pelo medo, discriminação imposta pala terceirização e manifestações de abuso de poder, como o assédio moral. A insegurança e saúde no trabalho aparecem como o terceiro grupo de indicadores, apresentando como fatores a precarização e a evolução do número de acidentes de trabalho no país. Uma quarta medida para a precarização consiste na perda das identidades individual e coletiva, que ganha significado na condição de desempregado e na ameaça constante de perda do emprego. A fragilização da organização dos trabalhadores emerge como o quinto indicador de precarização do trabalho, identificado nas dificuldades da organização sindical com sua crescente pulverização. Por fim, o sexto grupo de indicadores que caracteriza a precarização associa-se à perda de direitos trabalhistas (DRUCK, 2011).
Em outro momento, Druck (2013) compreende a precarização do trabalho como um fenômeno novo em que suas características, modalidades e dimensões revelam um processo de precarização social inédito, cujas expressões estão nas formas de organização e gestão do trabalho, na legislação trabalhista e social, no papel assumido pelo Estado, no papel desempenhado pelos sindicatos, bem como nas inéditas formas de atuação de instituições públicas e de associações civis. Dessa forma, Druck compreende esse fenômeno como novo porque foi reconfigurado e ampliado, resultando em um processo intenso de retrocesso social que afeta regiões mais desenvolvidas e as que já são historicamente marcadas pela precarização, estando presente nos setores mais dinâmicos e modernos da economia e não somente nos mais tradicionais em que a precarização já está presente (DRUCK, 2013).
Finalmente, Druck (2013) compreende como marca da precarização a condição de instabilidade, insegurança, fragmentação dos coletivos de trabalhadores e a crescente concorrência que se estabelece entre eles. Todos são atingidos pela precarização de forma indiscriminada; todavia, as formas de expressão variam em grau e intensidade, tendo como unidade a condição não mais provisória da situação de ser ou estar precário. Nesse sentido, o recurso aos indicadores visa apresentar as diversas expressões da precarização, com vistas a desenhar um quadro do trabalho precário no país. A autora seleciona como indicadores quantitativos da precarização do trabalho o desemprego, a informalidade, a terceirização, a organização do trabalho e as formas de resistência. Além disso, também caracteriza a precarização da saúde dos trabalhadores por meio de indicadores qualitativos, como as doenças relacionadas ao trabalho: Bournout e LER-Dort (DRUCK, 2013).
Antunes (2007; 2015) discute o que chama de precarização estrutural do trabalho, tratando-o como um fenômeno global. Em suas obras, o autor observa o crescente o número de homens e mulheres que, cada vez mais, encontram menos trabalho, sujeitando-se a qualquer atividade. Esse fator caracteriza uma elevação da tendência de precarização do trabalho em âmbito mundial, cuja expressão maior está na elevação do desemprego estrutural. Tal fenômeno associa-se aos trabalhos terceirizados, subcontratados, part-time como modalidades do trabalho precário. Embora a informalidade não seja sinônimo de precariedade, Antunes (2015) considera a relação íntima entre ambas, devido especialmente à ausência de direitos do trabalhador informal. Ele acrescenta “que a flexibilização e a informalização da força de trabalho são caminhos seguros, utilizados pela engenharia do capital, para arquitetar e ampliar a intensificação, a exploração e, [...] a precarização estrutural do trabalho em escala global” (ANTUNES, 2015, p. 260).
O mesmo autor (2020) discorre sobre o avanço tecnológico que levou muitos agentes a apregoar o fim da sociedade do trabalho. Para ele, o desenvolvimento dos meios de produção evidencia as condições degradantes de trabalho que incidem sobre o trabalhador coletivo. Numa espécie de fenomenologia da precarização, ele aponta para os contratos temporários, sem estabilidade, sem registros em carteira, dentro ou fora do espaço produtivo das empresas, quer em atividades mais instáveis, quer nas temporárias, e o desemprego como a locomotiva da precarização (ANTUNES, 2020).
Compreendendo, também, a terceirização como pilar da precarização, o mesmo autor (ANTUNES, 2013) argumenta que a recente crise em finais da primeira década dos anos 2000 fez ampliar a precarização em escala global, pois com a ânsia de aumentar a produtividade e o acirramento da concorrência, as empresas globais degradam ainda mais as condições de trabalho. Nesse sentido, alterna-se entre um cenário de crescente desemprego aberto e direto, além da degeneração dos empregados regulamentados, com elevação da terceirização, quarteirização, contratos part-time, todos desprovidos de direitos. Assim, o atual contexto do capital corrói os empregos e as formas de trabalho, constituindo a porta de entrada desse processo degradante (ANTUNES, 2013).
Para o autor, o processo de informalidade é verificado a partir da não existência de vínculos formais de contratação e consequentemente os regulamentos legais, nesse sentido, a informalidade constitui mecanismo de entrada para uma maior precariedade, pois o trabalho informal se caracteriza por vínculos desprovidos de direitos. De modo que, a informalidade e a terceirização tem sido utilizadas como recursos essenciais pelo capital para elevação da exploração do trabalho e valorização do capital. Nesse movimento, quanto maior a intensificação desses mecanismos maior é a propulsão da precarização estrutural do trabalho (ANTUNES, 2013).
[1] Neste trabalho, destacaremos apenas a pesquisa de Engels para respeitarmos os limites de palavras estabelecidos para o texto.
Conclusiones:
Conclusão
Como buscamos demonstrar nesse texto, a história da classe trabalhadora é marcada por processos de precarização de suas condições de existência. Esse fenômeno está diretamente ligado, em cada época histórica, às condições de trabalho impostas pelo capital com vistas elevar a produtividade do trabalho. Sendo assim, não é possível abordar o tema da precarização do trabalho sem ter clareza de que se trata de um fenômeno histórico e, ao mesmo tempo, sistêmico do capitalismo. Isso significa que o capital, de tempos em tempos, altera mecanismos de extração de mais-valia para manter a taxa de acumulação.
No entanto, a exploração do trabalho, da forma como Marx a concebeu, não coincide com alteração direta das condições de vida da classe trabalhadora. Isso porque o cerne da exploração é a diminuição do tempo de trabalho necessário para reprodução da força de trabalho. A diminuição do tempo necessário dependerá de alterações técnicas e sociais, que levam à desvalorização do valor da força de trabalho. Isto não significa que há diminuição salarial, ou que uma diminuição salarial se espalhará de forma generalizada para todas as unidades produtivas, em todos os países capitalistas existentes. No entanto, cada vez que as alterações técnicas acontecem, os trabalhadores esgotam as suas próprias habilidades, consumindo o seu corpo e a sua mente. Cada vez que a jornada se estende, o trabalhador vê seu corpo sucumbir e sua vida social desfazer-se.
Os autores da sociologia do trabalho identificam a precarização com a diminuição salarial, relativa a aspectos próprios do mundo do trabalho no capitalismo neoliberal, como uberização e terceirização. Mas também apontam para aspectos que extrapolam o problema da renda do trabalho. À penúria material se associam adoecimentos, enfraquecimento de organizações políticas, dificuldade relativa à produção existencial, como lazer e identidades territoriais. Desta forma, para elaborar uma matriz teórica para o tema da precarização do trabalho, é preciso 1) partir de uma análise sistêmica do fenômeno; 2) levar em consideração o tempo histórico analisado; 3) refletir sobre as consequências da exploração do trabalho, para além de uma exclusiva diminuição salarial e penúria material, sem deixar de considerá-la como uma das variáveis principais ; 3) considerar aspectos da precarização semelhantes e diferentes aos que se assentavam no passado; 4) incluir na análise, além da penúria material, as dimensões política, social e existencial experimentadas pelos trabalhadores; e 5) sobretudo, conectar a aspectos mais amplos da conjuntura de um tempo histórico às condições específicas dos trabalhadores, sejam materiais, políticas, físicas e sociais.
Bibliografía:
REFERÊNCIAS
ALVES, Giovanni. Precarização do trabalho. In: GRIEBELER, M (Org.) Dicionário de desenvolvimento regional e temas correlatos. Uruguaiana, RS: Editora Conceito, 2021.
ALVES, Giovanni. Crise estrutural do capital, maquinofatura e precarização do trabalho: a questão social no século XXI. Textos & Contextos, Porto Alegre, v. 12, n.2, 2013.
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Palabras clave:
Precarização do trabalho; Exploração; Conceito