Resumen de la Ponencia:
En el presente escrito titulado: Notas sociohistóricas para el estudio de las sociedades de frontera de los Estados Unidos y México, desarrollamos dos apuntes sociohistóricos para identificar y describir a tales sociedades, así mismo, concluimos con una hipótesis de trabajo: 1) Las sociedades de frontera Estados Unidos México comparten una línea de demarcación de 3 mil 200 kilómetros de longitud y con ello singulares condiciones y manifestaciones geográficas; 2) Las sociedades de frontera Estados Unidos México son producto de un singular desenvolvimiento histórico (1607-1848), el cual es posible describir e interpretar mediante los términos de frontier y borderlands; y 3) Consideramos que en América Latina se podrían presentar situaciones y manifestaciones de sociedades de frontera.Palabras clave: Frontera; frontier; borderlands y sociedades de frontera
Introducción:
Introducción
Si aceptamos que la realidad sociohistórica cambia y se mantiene constantemente, al igual que la diversificación y especialización de la sociología, resulta que la investigación acerca de las sociedades de frontera debería considerar que son producto de una construcción sociohistórica, qué a su vez, conlleva situaciones de teoricidad, historicidad y regionalidad.
En relación a la teoricidad de las sociedades de frontera, resulta que las definiciones al respecto, parecen escasas.
En relación a la regionalidad emerge una realidad geográfica qué se manifiesta a través de una extensa línea de demarcación de 3 mil 200 kilómetros de longitud, lo cual permite y dificulta registrar horizontalmente la enorme masa y gama de fenómenos sociales, económicos y culturales que confluyen e irrumpen constantemente.
A la vez, tal condición geográfica se manifiesta verticalmente como una gran cantidad de hechos sociales, económicos y culturales que se ramifican hacia la interioridad de la línea de demarcación, estructurándose sobre todo en las ciudades gemelas, que quizás nos permitan identificar más que urbes fronterizas, sociedades.
En relación a la historicidad de las sociedades de frontera resulta necesario registrar y describir los hechos históricos de sociedades que comparten espacios e incluso tiempos. Igualmente, podríamos visualizar y aceptarnos como habitantes de una sociedad que colinda hacia el norte con los Estados Unidos y hacia al sur con América Latina
Al caso, la palabra frontera es de uso cotidiano, en tal sentido el análisis sociohistórico de la palabra y realidad frontera, quizá permita entrever el origen y desenvolvimiento de las sociedades de frontera y avanzar en el estudio de la regionalidad, historicidad y teoricidad de éstas.
Respecto a la teoricidad de las sociedades de frontera, tiene que ver con la reflexión y conceptualización de las expresiones sociedad y sociedades, conforme a la búsqueda y actualización de las definiciones dadas en enfoques sociológicos clásicos y modernos, por cierto, es una investigación realizada en paralelo y cuyos avances se reportan en parte con el uso de los términos frontier y borderlands.
Por último, con este tipo de escritos se pretende no sólo conocer la constitución y desenvolvimiento histórico de las sociedades de frontera Estados Unidos México, sino hacer extensiva la investigación hacia las sociedades de frontera en la regionalidad de América Latina.
Desarrollo:
1. Acercamiento al estudio de las sociedades de frontera.
Actualmente resulta normal y obvio declarar que las fronteras de la sociedad mexicana, son regiones limítrofes y de colindancia no sólo con la sociedad estadounidense, sino con las sociedades de América Latina y con las diferentes sociedades de las islas del Caribe y del Pacífico en donde intervienen fronteras marítimas.
Se trata de sociedades con distinto desarrollo y crecimiento económico, de tal forma que se da la paradójica situación de que México es una sociedad de frontera.
Hacia el norte es una sociedad subdesarrollada porque la estadounidense resulta ser una potencia en desarrollo y crecimiento económico. En cambio, hacia el sur es una sociedad de mayor desarrollo que las sociedades de Belice y Guatemala las cuales son caracterizadas como subdesarrolladas.
El desenvolvimiento de lo que serían las sociedades de frontera se mira claramente al describir los hechos históricos de los movimientos territoriales entre Estados Unidos y México.
Al caso, hoy vemos con naturalidad la presencia de límites entre ambas sociedades, una línea de demarcación que alcanza aproximadamente, 3 mil 200 kilómetros de longitud, en donde se identifican numerosas ciudades mexicanas y estadounidenses.
Pero esto no fue siempre así, porque al investigar la historia de la frontera Estados Unidos México, se revelan distintos momentos en los cuales los movimientos territoriales ocurren, casi siempre, a favor de los Estados Unidos.
Con la Imagen 1. Fundaciones, Independencias y Confrontaciones Estados Unidos México 1521-1846, es posible ubicar una línea de tiempo, resaltando fechas y eventos dados entre 1607 y 1846 que indican las tendencias de desplazamiento territoriales, que posiblemente son producto de los constantes flujos migratorios europeos al continente americano, así como dado el crecimiento demográfico interno, primero de las colonias, luego de la sociedad estadounidense.
Sería importante añadir a lo anterior, que la diferenciación del desarrollo y crecimiento económico dada entre ambas sociedades, explica la causa del movimiento de las fronteras más de una vez, lo cual muestra qué ante linderos naturales fijos, o sea, sierras, valles, ríos, desiertos, incluso las playas y los mares no interrumpieron la expansión territorial de las colonias y luego de la sociedad estadounidense, por cierto, producto de la migración y de los modos de desarrollo y crecimiento económico tempranamente capitalistas.
Por supuesto que también cuentan las situaciones demográficas propias, o sea, la presencia y movilidad de grupos poblacionales originarios que habitaron en tales territorios, lo cual sumado a la migración internacional y regional dieron pauta una sui géneris colonización.
Imagen 1. Fundaciones, Independencias y Confrontaciones
Estados Unidos-México
1521-1846
Imagen 1. Elaboración propia
Por cierto, pienso qué a la larga, la migración internacional, es decir, la salida de población de un país y llegada a otro, sería la causa y efecto del poblamiento de las sociedades de frontera, incluso se puede diferenciar históricamente oleadas migratorias europeas hacía el continente americano, de igual forma, la identificación de corrientes migratorias en el interior de tal territorio, es decir movimientos de personas que se trasladan internamente de ciudades a ciudades.
La observación inmediata permite comprender que la frontera es una línea jurídica e imaginaria, a la vez, geográfica y poblacional que delimita cuando menos, a dos sociedades, de desarrollo y crecimiento económico diferenciado.
Destaca el hecho de que a partir de 1607 con la fundación de las Trece Colonias y su Independencia en 1776 se mantiene un continuo expansionismo estadounidense, e incluso se extiende hasta 1848, obvio, con el retraimiento de territorio americano por la Francia colonial, por supuesto de la Nueva España y luego del México Independiente
2. Entre Fundaciones e Independencias
Para describir el doble proceso de fundaciones e independencias con algunos de los movimientos poblacionales y territoriales, se indica la detección y selección en una inicial pesquisa de datos, mapas y escritos, que a continuación estudiamos.
Cuadro 1. Población de las colonias americanas
AñoPoblación16251980164150 0001688200 0001702270 0001715435 00017491 000 00017541 500 00017652 200 00017752 400 000
Nota: Datos tomados de https://es.wikipedia.org/wiki/Trece_Colonias
Al observar el Cuadro No. 1: Población de las colonias americanas, es importante señalar que los datos son estimaciones realizadas por historiadores, que no incluyen a todos los pueblos americanos originarios, porque existen muchos fuera de las colonias, pero si se incluyen a nativos bajo control colonial, también esclavos y sirvientes de raza negra.
Con tales datos podemos ver un constante incremento de la población, que bien podemos suponer como producto de una constante migración europea, claro que en combinación con un crecimiento demográfico interno.
En 1776, o sea en pleno contexto de la Independencia estadounidense la mayoría de la población de las llamadas Colonias Inglesas eran de raza blanca, específicamente de origen británico (inglés, irlandés, escocés o galés), de igual manera el territorio controlado por el Imperio Británico era reducido, en cambio el Régimen Francés tuvo mayor presencia en territorios más amplios, y la Corona Española aparecía en espacios más extensos.
En el Mapa No. 1 Norteamérica antes de Estados Unidos. Colonias en 1756 el color rojo indica presencia británica, el azul la aparición francesa y el amarillo la presentación española. Si identificamos las líneas punteadas, estamos frente a las actuales fronteras de los Estados Unidos con Canadá y México.
Mapa No. 1: Norteamérica antes de Estados Unidos. Colonias en 1756
Fuente:https://elordenmundial.com/mapas-y-graficos/expansion-estados-unidos/ (elordenmundial.com, 2022)
Junto a los históricos movimientos migratorios internacionales y dadas las condiciones demográficas regionales se dio un singular proceso de poblamiento, a la larga la migración internacional, es decir, la salida de población de un país a otro, es causa y efecto del poblamiento de territorios americanos.
A continuación, comentamos el término frontier para aproximarnos a la comprensión e interpretación de los movimientos territoriales y poblacionales dados entre Estados Unidos y México.
Desde una perspectiva histórica, (Vilar, 1980), señala que la frontera se asocia a la formación de los Estados Nacionales, por extensión a la configuración de las sociedades modernas, lo que a su vez deriva en definiciones convencionales que se asumen jurídicamente, delimitando de manera formal e ideal las fronteras circundantes entre dos o más sociedades.
El historiador francés define la frontera formal y jurídicamente, luego apunta que significa condiciones naturales en donde habitan grupos poblacionales. En otras palabras, Vilar, nos permite extender la idea de que las fronteras se refieren no sólo a aspectos formales y jurídicos, sino a condiciones naturales y demográficas.
En consecuencia, la frontera es región geográfica de delimitación y diferenciación de dos o más sociedades. Es territorio limítrofe y de confluencia. Añadiríamos que es producto de la historicidad de los modos de productividad que el capitalismo desarrolla desde hace ya algún tiempo, que para el caso estadounidense es significativo, por supuesto que también lo es para el caso mexicano, pero con determinadas singularidades.
Junto a las imágenes más o menos estáticas de las fronteras geográficas y de las relativamente dinámicas de los grupos sociales, Vilar asume el enfoque histórico, apuntando hacía el estudio de las fronteras móviles. Conviene precisar que con el modelo histórico se puede observar que la frontera es: 1) Combinación de factores jurídicos, naturales y demográficos; y 2) Demarcación móvil.
Ahora bien, la idea de fronteras móviles implica cuando menos dos puntos de vista.
El primero se asocia a territorios “vacíos” por ende de movimientos poblacionales que posibilitan la apertura y control de regiones, tal supuesto de territorios vacíos es relativo, porque históricamente es muy difícil identificar zonas desocupadas. El segundo refiere a zonas ocupadas mediante incursiones poblacionales que conllevan la violencia y con lo cual las fronteras se mueven.
El concepto de frontier conlleva el doble sentido de lo geográfico y fijo, así como lo poblacional y móvil, por supuesto con el factor de la violencia no sólo al ocupar, sino con la resistencia a las invasiones.
3. El caso estadounidense
Mientras que Vilar define la Frontier en lo general, el caso de Frederick K. Turner es más específico, porque analiza y justifica las condiciones poblacionales de la migración y colonización de lo que originalmente fueron las Trece Colonias Británicas que se independizaron del Reino Unido en 1776.
Frederick K. Turner señala los originales movimientos de fronteras a través de una singular colonización, que denomina americana, incluso denota el hecho que corresponde a “nuestra historia”.
A la vez, explica que es una separación y alejamiento casi natural del Imperio Británico dado las vastas fronteras marítimas. Influyendo el singular proceso de colonización interno, debido al agrandamiento del territorio, la constante migración externa e interna, y la permanente apertura y conquista de espacios.
“Al principio, la frontera era la costa atlántica. Era la frontera con Europa en un sentido muy real. Al moverse hacia el Oeste, la frontera se vuelve cada vez más norteamericana... cada frontera deja su huella, y cuando la región se convierte en zona colonizada, sigue participando de las características de la frontera. Así pues, el avance de la frontera significa un continuo alejamiento de la influencia de Europa, una firme progresión hacia la independencia según planteamientos norteamericanos. El estudio de ese avance y de los hombres que vivieron en tales condiciones, así como de los resultados económicos y políticos que produjo, equivale a estudiar la porción realmente norteamericana de nuestra historia.” (Frederick K. Turner, 1987)
Al aproximarnos al estudio histórico de las sociedades de frontera, resulta revelador observar que la migración es factor de ocupación y expansión territorial, porque no sólo significa movimiento de población que deja un lugar para trasladarse a otro sitio, sino que se trata de migración de proyectos mercantiles, agrícolas e industriales.
En el caso que nos ocupa, se trata del proyecto británico con miras a fundar colonias en regiones americanas, de allí el respaldo migratorio y económico para descubrir, controlar y extender territorios. Es decir el gobierno del Reino Unido patrocinó el traslado de personas de una sociedad consolidada económicamente para fundar colonias, dando la pauta a una sui géneris colonización que en relativamente corto tiempo, se orientó a la creación de una nueva sociedad.
Las Trece Colonias fundadas en la costa del este de América del Norte entre 1607-1776, fueron acompañadas no sólo por población originaria del Reino Unido hacia continente americano, sino con compañías de patrocinio real promoviendo el mercantilismo, que significó el impulso y regulación del comercio de mercancías del Reino Unido al continente americano y viceversa, el objetivo fue no sólo aumentar las ganancias económicas y el poder político inglés, sino superar a los demás imperios de la época. (Cfr. el mapa en donde se constatan los territorios americanos ocupados, de rojo Gran Bretaña; de azul Francia; y de amarillo España.)
La primera experiencia registrada de actividades productivas del mercantilismo inglés, así como impulsora de las primeras oleadas de migración europea, fue con la Compañía de Virginia que rápidamente se oriento hacía la siembra y explotación del tabaco, producto que paulatinamente adquirió suma importancia.
Dicha compañía recibió el apoyo real e inició la colonización dotando de tierras a los migrantes de origen europeo, para realizar actividades productivas y por supuesto convertir religiosamente ya fuese al cristianismo o al protestantismo a los nativos, sin embargo, más que sentido religioso, fue la apropiación de tierras justificándose a través de la conversión y civilización de los originales habitantes de las regiones.
A la vez surgieron ideologías y prácticas sociales con las cuales se justificaba la colonización.
“Al llegar la segunda década del siglo XVII, estaba viéndose ya con claridad que evangelizar a los nativos había quedado en un segundo plano de interés frente al despojo de las tierras, además de desposeerles de cultura misma. Adelantando un enfoque del trato con los pueblos indígenas de Norteamérica que se mantendría hasta bien entrado el siglo XX, la Compañía de Virginia había dado instrucciones… para que niños nativos se criarán en su “lenguaje y costumbres”. (Grant, 2014)
Los llamados Padres Peregrinos son referidos como los originales inmigrantes europeos, sin embargo, ello no es del todo preciso, porque son parte de la segunda oleada de migrantes llegados a las colonias británicas, debido, entre otras cosas, a la intolerancia religiosa europea. Ellos ocuparon tierras para la labranza, levantaron poblados relativamente autosuficientes y se relacionaron con los nativos pobladores, según se dice, de manera pacífica.
Junto a la migración y el contacto con los originales habitantes de territorio americano, se dio el caso de la llegada forzada de los “trabajadores africanos, que acabarán siendo la mano de obra esclava que pondría los cimientos económicos de las colonias de hombres libres inglesas, garantizaba que la sociedad construida en el Nuevo Mundo iba a ser muy diferentes del mundo que los ingleses y africanos habían dejado atrás.” (Grant, 2014)
La tercera oleada de inmigrantes fueron individuos de diversos lugares europeos, atraídos por la aventura de colonizar tierras abiertas y obtener propiedades y riquezas fáciles, son gente acostumbrada al riesgo y la aventura, quienes imprimiendo cierto grado de violencia recorrieron las fronteras hacía el oeste.
Una cuarta oleada de inmigrantes, son los inversionistas que se encargaron de las finanzas y las industrias de las comunicaciones, tanto marítimas y pluviales, como las de los ferrocarriles contribuyendo a la configuración de un norte industrial y un sur agrícola.
Sin lugar a dudas, el historiador americano Frederick K. Turner es un caso paradigmático, porque inició el estudio de la colonización primero británica y luego “americana”, percibiendo y explicando las diversas oleadas de inmigrantes europeos llegadas a regiones americanas, así mismo, observó que el desarrollo y crecimiento económico y demográfico aceleraron el control y apertura de territorios, por supuesto, que gran parte de su obra resulta ideológica y justifica la expansión estadounidense.
Por otra parte, el historiador estadounidense Paul Adams autor del texto titulado La Historia de los Estados Unidos nos dice que: “Para los americanos, frontier no significa únicamente línea de desplazamiento extremo de los asentamientos blancos, sino también la zona de transición, a menudo ancha, existente entre la región despoblada, o la tierra de los indios (incluyendo) los primeros poblados con sus puestos comerciales, roturaciones, construcciones de caminos, especulación febril del suelo, fundación de ciudades y otras agitadas actividades de desarrollo, y las zonas de colonización estructuradas.” (Adams, 1979)
Otro historiador estadounidense llamado Manny Lund, especialista en el estudio de la frontera sur de Estados Unidos y norte de México, señala que la frontera entre ambas sociedades, es una región en la cual confluyen factores geográficos, migratorios, económicos y de conflictos sociales. Comparativamente al anterior enfoque, vemos que en la frontera confluyen más aspectos que los formales, naturales y demográficos, resaltando en consecuencia formas variadas de violencia, así resulta que la frontera es un objeto de estudio susceptible de redefinición. (Lund, 1982)
Ahora bien, Manny Lund recupera el enfoque histórico para analizar la frontera, llamando la atención que durante parte del siglo XIX las relaciones entre Estados Unidos y México, ocurrieron una serie de sucesos que “favorecieron” la expansión territorial estadunidense en detrimento de los espacios geográficos primero novohispano, luego mexicano.
Manny Lund asume un interesante enfoque metodológico respecto al estudio de la frontera entre ambas sociedades, destaca la necesidad de desarrollar los estudios históricos comparativos, porque la frontera entre Estados Unidos y México es síntesis de las diversidades propias de ambos países. Él, selecciona una línea de investigación que denomina: “Borderlands” o “Tierras Fronterizas”.
Conforme a tal enfoque de estudio, el autor explica los acontecimientos de frontera ocurridos durante el siglo XIX, es decir, los movimientos territoriales que beneficiaron la expansión de los Estados Unidos y que desfavorecieron regionalmente a México.
Sin embargo, si con la idea de la Frontier se analiza el desenvolvimiento de los Estados Unidos a partir de la fundación, luego de la Independencia de las Trece Colonias, se observa una gama de movimientos muy interesantes, porque la imagen de tierras abiertas es relativa, ya que en gran parte del territorio que hoy configura a los Estados Unidos había potencias mundiales propietarias de porciones geográficas importantes.
Al caso, junto a la España Colonial, el Imperio Británico y la Francia igualmente colonial se repartieron un vasto territorio que finalmente cedieron porque fueron incapaces de controlar.
Posteriormente, Lund revisa autores de origen estadounidenses que desarrollaron el enfoque de estudio de las tierras fronterizas, observando qué luego de la fundación e independencia de las Trece Colonias, las Borderlands, fueron regiones susceptibles de conquista y expansión, igualmente zonas abiertas y de conflictos. Lo cual si bien es cierto deja entrever el proceso histórico de configuración de fronteras, también denota un juego ideológico expansionista.
Las ideas que prevalecen con el término de “tierras fronterizas”, son sin lugar a dudas de apertura, movilidad y control, al grado que los historiadores estadounidenses clasifican de esta manera la dinámica migratoria poblacional interna.
Ahora bien, resulta que el expansionismo estadounidense mantiene un singular desarrollo y crecimiento capitalista, ya que confluyeron un complejo conjunto de situaciones, por ejemplo; oleadas migratorias de origen europeo; procesos de colonización interna impulsados por el mercantilismo, luego por el desarrollo industrial, comercial y financiero europeo llegando a fusionarse con inversionistas estadounidenses; la existencia de un vasto territorio, relativamente vacío en donde se facilitaron las prácticas políticas y económicas capitalistas con cierta libertad y autonomía; y una peculiar y temprana independencia colonial.
En efecto, en 1776 la Independencia Estadounidense estableció las bases de un desarrollo y crecimiento capitalista, o sea, industrial, comercial y financiero que se estimuló liberando el comercio; generalizando el acceso a la propiedad privada de las tierras fronterizas; fortaleciendo la industria, la explotación agrícola, y el exitoso aprovechamiento de las vías de comunicación pluviales, así como la construcción de vías comunicacionales terrestres, todo ello reforzado por el constante proceso de emigración europea y adquisición de territorios a costa de lo que fue la Nueva España y luego el México Independiente. (Gonzalez, 1992)
A partir de la Independencia de las Trece Colonias del Imperio británico (1776) y dadas las oleadas de inmigrantes al continente americano vía el Atlántico, el crecimiento territorial de las originales colonias sucede de manera constante, prácticamente durante parte del siglo XVII y del XVIII, por supuesto a costa del territorio “francés”, igual del Virreinato de la Nueva España y luego del México Independiente.
Ahora bien, conforme el análisis sociológico e histórico que venimos desarrollando, el desenvolvimiento de las sociedades de frontera del lado estadounidense, se dio a través de situaciones históricas singulares, por un lado, la emergencia de las Trece Colonias y su singular Independencia, por el otro, la presencia de proyectos comerciales e industriales de corte capitalista que abrieron paso a la compra y apropiación violenta de territorios.
Así el Reino Unido perdió territorios ante la belicosidad de las colonias, quizá influyó que las fronteras marítimas marcaban una evidente lejanía del centro del poder británico, de tal manera que los ingleses, a partir de la autonomía estadounidense, no insistieron en controlar ya más territorio americano.
Aunado a lo anterior, el sistema colonial francés enredado en constantes enfrentamientos con países y potencias europeas, así como la evidente decadencia de los gobiernos monárquicos, vendió “la propiedad de sus territorios americanos”, tal transacción sucedió en 1803, cuando Francia traspasó a los Estados Unidos 2,2 millones de kilómetros cuadrados de praderas, montañas y el delta del Misisipi, por la cantidad de 15 millones de dólares.
Conclusiones:
A manera de conclusiones
En la investigación sociohistórica realizada, difícilmente se logra un cierre total, en todo caso es más bien un intento de sutura que sirve para concluir parcialmente el tema tratado. En este caso, el desenvolvimiento de las sociedades de frontera entre Estados Unidos y México no está finiquitado, por el contrario, quedan varias áreas de investigación para continuar trabajando.
Estudiar y definir las sociedades de frontera requiere de un trabajo teórico y reflexivo más intenso, porque si bien los términos Frontier y Borderlands son significativos, notamos que tienen sentido desde el lado estadounidense, más no en el mexicano, en consecuencia, es necesario identificar y desarrollar no sólo el análisis sociohistórico y los conceptos propios del desenvolvimiento de las sociedades de frontera mexicanas.
Detectamos dentro del proceso de desarrollo histórico de lo que denominamos sociedades de frontera, la importancia de profundizar el estudio de las situaciones geográficas, porque es necesario conocer con más detalle las condiciones materiales sobre las cuales se erigen las sociedades de frontera.
De igual manera encontramos que una dinámica de poblamiento propia de las sociedades de frontera se da a través de la migración no sólo externa, sino interna, es decir en un primer momento se mira que junto a las poblaciones originarias las migraciones de origen europeo se mezclan de manera natural entre sí mismas, a la vez, las migraciones internas contribuyen al poblamiento de las sociedades de frontera.
En el caso de las sociedades de frontera mexicanas el patrón de migraciones europeas vía el desarrollo colonial y el mestizaje en las sociedades del centro y sur, al parecer no se cumple del todo en las sociedades del norte.
Por supuesto que hallamos el elemento de la violencia en la conformación de las sociedades de frontera, puesto que implica a dos países colindantes que en su configuración histórica revelan momentos de uso de la fuerza para obtener y controlar territorio, incluso llegar a la guerra para remover las fronteras, obvio, asimétricamente.
Es claro que las sociedades estadounidense y mexicana mantienen desarrollo y crecimiento económico diferenciados, a tal grado que existe un movimiento de fronteras que favorece territorialmente a la sociedad estadounidense, por supuesto desfavorece a la sociedad mexicana.
Finalmente concluimos con una hipótesis de trabajo: Consideramos que algunas de las sociedades de América Latina podrían presentar situaciones y manifestaciones de sociedades de frontera.
Bibliografía:
Referencias
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Palabras clave:
Palabras clave: Frontera; frontier; borderlands y sociedades de frontera