Resumen de la Ponencia:
EL suicidio fue y será un tema de carácter multifacético. En el se pueden percibir algunos elementos de desintegración social, como la anomia. Por otro lado, la tasa de suicidio a nivel global es de 10.5 por cada 100.000 habitantes, la mayoría de los suicidios (79%) ocurren en países de ingresos medios y bajos. Algunos países Latinoamericanos reportan tasas superiores a la media global. Uruguay, históricamente reporta aproximadamente una tasa de 20.0 por 100.000 habitantes. (Hein et al., 2018). Mientras que la depresión y la desesperanza son los factores más consistentemente señalados como factores de riesgo (Ribeiro et al., 2018), la explicación de la conducta suicida no se puede reducir a factores únicos, pues se entrecruzan factores individuales, relacionales, sociales y culturales, se trata de un fenómeno de naturaleza multifacética y multideterminada (Leenaars, 2017).Los objetivos de la investigación es encontrar que variables tienen la capacidad de generar y desarrollar una tipología de conducta, para abordar las notas suicidas (NS) desde lo cualitativo. Las NS son un producto cultural y simbólico. Estos mensajes constituyen una fuente de archivo importante y permiten describir de manera sistemática los contenidos de los productos simbólicos, así como realizar inferencias cualitativas (Lester & Leenaars, 2016).Entre los años 2004 a 2015, se registraron 2698 suicidios, 693 dejaron una NS. Se conformó una base combinando información forense, sociodemográfica y variables “comportamentales”. Para esto último se realizó un análisis de contenido utilizando las categorías adaptadas de Darbonne (1969). El análisis fue realizado por jueces (codificadores) independientes, entrenados por un experto en la Técnica de Análisis de Contenido.El examen de la distribución de las NS por grupos etarios busca identificar pesos diferenciales que posibiliten contrastar ciertas hipótesis sobre la presencia de relaciones entre el desenlace del suicidio y la etapa de la vida en que se encontraba la persona.Los resultados del análisis permitió la construcción de una tipología de conductas suicidas, mediante aquellas variables que más discriminan como lo es el sentimiento y los afectos indicados en la misma. En el mismo se aplicaron las técnicas de análisis de correspondencias múltiples (MCA) y clúster jerárquico (CJ).Con base en los factores se construyó grupos lo suficiente homogéneos hacia el interior y heterogéneos entre ellos de manera de obtener una representación global de todo el conjunto de relaciones entre variables y casos. Un primer suicidio auto dirigido o racional (Grupo1), que resultan en la baja participación de componentes sentimentales, en segundo lugar, otro tipo de suicidio dirigido internamente (Grupo 2), resumidos en un conjunto de sentimientos de agresión dirigidos hacia el interior, y en tercer lugar, otro tipo de suicidio dirigido por los otros (Grupo 3), que expresa un conjunto de sentimientos dirigidos hacia el exterior del sujeto.Resumen de la Ponencia:
La violencia produce efectos que pueden reproducir conductas en sentido negativo y extenderse a todos los contextos donde interactúa el adolescente. La violencia en el noviazgo merece especial atención, sobre todo, cuando se inician las relaciones entre los jóvenes y se definen roles y límites. Las conductas violentas en las relaciones de pareja no son percibidas como tales por las víctimas, o por los agresores, los signos de maltrato se confunden con muestras de afecto, que en realidad ocultan conductas controladoras.El objetivo de esta investigación fue identificar las conductas de violencia psicológica que son justificadas por parte de los adolescentes de la licenciatura en Salud Pública durante el noviazgo para establecer una estrategia de intervención que permita disminuir los índices de violencia en la población estudiantil. Tomando una nueva línea de investigación a partir de los resultados obtenidos en la investigación titulada “percepción de los adolescentes de la Licenciatura en Salud Pública en relación a la Violencia Psicológica durante el Noviazgo”. (Calderón, 2019) Se trató de una investigación no experimental, cuantitativa de corte transversal. Se utilizó una muestra representativa probabilística por selección aleatoria integrada por 52 estudiantes de la Licenciatura en Salud Pública. Se aplicó un cuestionario integrado por 12 ítems bidireccionales (perpetración/victimización), con una escala Likert evaluando la presencia de tácticas dominantes y tácticas celosas; tomado de la Escala de tácticas de dominancia y tácticas celosas seleccionados por Kasian y Painter (1992) del Inventario de Maltrato Psicológico de Mujeres de Tolman (1989, 1999). El estudio permitió identificar las conductas de violencia psicológica que son justificadas por los adolescentes durante el noviazgo que al ser consentidas de cierta manera las van normalizando en su vida diaria.
Introducción:
La violencia es un acto intencional el cual es dirigido con la intención de dominar, controlar, agredir o lastimar a alguien. Este acto implica un poder mediante el empleo de la fuerza, ya sea física, psicológica o emocional.
La Violencia Psicológica es toda agresión realizada sin la intervención del contacto físico entre las personas. Es un fenómeno que se origina cuando una o más personas agreden de manera verbal a otra u otras personas ocasionando algún tipo de daño a nivel psicológico o emocional en las personas agredidas.
Desde la perspectiva de Yugueros ( 2014), el estudio de la violencia contra la mujer se debe de ver con una visión multidisciplinar, en virtud de que interactúan aspectos de carácter socio cultural, económicos, políticos, religiosos, mitos y nivel educativo; por lo que su estudio se debe de abordar con un enfoque de varias ciencias, proponiendo una aproximación al concepto de violencia de género, en donde también se revisan los diferentes tipos de violencia, en el contexto de la violencia estructural que se manifiesta en la relaciones de pareja o expareja.
En el escenario adverso para la mujer a lo largo de muchos siglos donde los preceptos legislativos nacionales e internacionales eran de no observancia, se da la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Aprobada en asamblea General 48/104, del 20 de diciembre de 1993, este primer documento con jurisdicción para todos los países del mundo, donde se tipifica a la violencia en su artículo primero, que a la letra dice es todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino, que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como la amenaza de tales acto, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se produce en la vida pública, como en la vida privada.
Rey Anacona, Cesar Armando, Jorge Arturo y Nora Helena (2017) realizaron una investigación en Colombia titulada “Diferencias entre adolescentes del área rural-urbana en malos tratos durante el noviazgo”, se trató de un diseño transversal descriptivo comparativo. Los resultados señalaron que aproximadamente la mitad ejecutó al menos una conducta de este tipo, tanto en la zona urbana como rural, aunque la frecuencia de comportamientos de maltrato fue significativamente mayor entre los(as) del área urbana, a nivel general y en los tipos de maltrato psicológico, emocional y físico.
Páramo. M. 2018 realizó una investigación en Argentina titulada violencia psicológica en la relación de noviazgo en estudiantes universitarios cuyo objetivo fue describir las característica de la violencia psicológica en las relaciones de noviazgo, respecto a su percepción, modalidades y respuesta hacia la misma dirigida a estudiantes de la Facultad de Psicología de la Universidad de Aconcagua, se trató de una investigación cuantitativa, descriptiva, transversal, aplicando el cuestionario de Violencia Psicológica en las relaciones de noviazgo de Marchiori a 452 alumnos que hubieran mantenido o que mantuvieran en ese momento relaciones de noviazgo . Dicha investigación concluyó que las conductas o actitudes de violencia psicológica en las relaciones de noviazgo han afectado a los participantes y este tipo de violencia es considerado como un problema de tipo social en mayor proporción y como un problema de pareja en menor medida.
Mariola Marcos y Ana Isabel Isidro (2019) señalan que la violencia de género continúa siendo una lacra social a pesar del avance acelerado de las nuevas tecnologías, hecho que también ha posibilitado nuevas manifestaciones de violencia de género, especialmente en parejas de adolescentes y jóvenes tal y como lo muestran en la investigación realizada en la Universidad de Salamanca España, cuyo objetivo fue analizar el fenómeno de la violencia de género durante el noviazgo a través de las experiencias de una muestra heterogénea de mujeres para presentar pautas y recomendaciones que permitieran erradicar la violencia de género. En relación a los resultados más relevantes se encontró que el grado de información y de conocimiento efectivo del fenómeno es más bajo del deseado. Por otra parte, casi un tercio de las mujeres reconoce que su novio es celoso y posesivo. Un porcentaje similar afirma que su novio tiene sus contraseñas de móvil, aunque en menor medida asumen que él controla sus redes sociales y su dispositivo móvil. También son relevantes los comentarios y bromas sarcásticos de carácter celotípico hacia ellas por parte de sus parejas y las acusaciones de infidelidad o de coquetear con otros. Por último, se proponen unas breves líneas de actuación socioeducativa.
Verónica Vázquez y Roberto Castro (2008) analizan la violencia en las relaciones de noviazgo en la Universidad Autónoma Chapingo (Uach), una institución mexicana dedicada a formar recursos humanos en ciencias agronómicas. El material de análisis estuvo conformado por ocho testimonios anónimos escritos por estudiantes o ex-estudiantes de la universidad, a raíz de una convocatoria abierta. Se examinó la violencia psicológica, física y sexual, así como la explicación que dan de ella después de haberla vivido. Dicha investigación constituye uno de los primeros trabajos en el país que permite analizar la violencia en el noviazgo y en el ámbito universitario. El material testimonial fue estudiado a profundidad a partir de un análisis anclado en la teoría social y de género. En relación a las conclusiones se consideró que resulta de suma importancia hacer estudios similares en otras universidades del país a fin de conocer el fenómeno de la violencia de género desde la vivencia masculina.
Rojas (2013) realiza una investigación en donde enfatiza los vínculos interpersonales en la sociedad postmoderna, desde su perspectiva menciona que estos están presentando cambios de suma importancia, al encontrar niveles importantes de empoderamiento de la mujer generando de esta forma una pluralidad de vivencias que se han ido plasmando en el escenario de las relaciones de noviazgo en la sociedad mexicana, en donde el autor y otros investigadores empiezan a revisar como los cambios socio culturales y el empoderamiento de la mujer en vida social, cultural educativa, laboral así como el uso de las nuevas tecnologías, está llevando a analizar dos polémicas cuestiones : la figura del agresor y víctima lo que está motivando la necesidad de plantear investigación diádicos, asi como replantear la dicotomía rígida Hombre- agresor y mujer- victima en las relaciones de noviazgo de jóvenes Mexicanos.
Por su parte Guevara, Rojas, Flores y Romero (2017) realizaron una investigación titulada “La transmisión intergeneracional de violencia en el noviazgo de adolescentes mexicanos” en 354 adolescentes originarios del estado de Puebla (México) desde las teorías del aprendizaje social partiendo de la posible repetición de conductas violentas observadas en la relación de los progenitores y la perpetración o recepción de conductas violentas en la relación de pareja de jóvenes mexicanos. Participaron 197 mujeres y 157 hombres adolescentes, con edades comprendidas entre los 15 y 18 años quienes contestaron un cuestionario que incluyó la Escala de Táctica de Conflictos (CTS; Straus, 1979), para evaluar la observación de conductas violentas entre padre y madre, también, el cuestionario modificado de Tácticas de Solución de Conflictos (M-CTS; Muñoz, Andreu, Graña, O´Leary & González, 2007) para identificar el ejercicio o recepción de violencia en el noviazgo. Entre los resultados destaca la baja frecuencia de violencia cometida tanto entre los progenitores como en el noviazgo, sobresaliendo el posible carácter bidireccional de la violencia. Se confirmó la relación entre la violencia observada entre los padres y madres, y la violencia ejercida o sufrida por los y las participantes en sus respectivas relaciones de pareja.
La violencia en México es un factor determinante de la deserción escolar e incluso, una causa importante de muertes infantiles. Miles de niños, niñas y adolescentes en México, crecen en un contexto de violencia cotidiana que deja secuelas profundas e incluso termina cada año con la vida de centenares de ellos. Gran parte de esta violencia, que incluye violencia física, sexual, psicológica, discriminación y abandono, permanece oculta y en ocasiones, es aprobada socialmente. En el caso de la violencia psicológica en las relaciones de pareja en los adolescentes no es la excepción, 7 de cada 10 jóvenes de entre 15 y 24 años de edad sufren este tipo de violencia 3 de cada 10 se suicidan porque se sienten excluidos de la sociedad.
En el Estado de Michoacán se sigue presentado este tipo de violencia, incluso en los adolescentes que están estudiando en el área de la salud, se ha llegado a un punto en donde la sociedad lo ha integrado como algo cotidiano de tal forma que en la Licenciatura en Salud Pública de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo resulta de suma importancia el identificar las conductas de violencia psicológica que son justificadas por los adolescentes de primer año de la licenciatura en Salud pública con la finalidad de implementar una estrategia de prevención que permita abatir este problema de salud pública. (Calderón,2019)
El objetivo general de la presente investigación fue identificar las conductas de violencia psicológicas que son justificadas por los adolescentes de primer año de la Licenciatura en Salud Pública de la Universidad Michoacana durante el noviazgo para establecer una estrategia de intervención que permita disminuir los índices de violencia en la población estudiantil.
Desarrollo:
De acuerdo a la OMS adolescencia corresponde al periodo de crecimiento y desarrollo humano que se produce después de la niñez y antes de la edad adulta, entre los 10 y 19 años; dicha etapa cronológicamente se inicia por cambios puberales y se caracteriza por profundas transformaciones biológicas, psicológicas y sociales que en diversas situaciones estas transformaciones son generadoras de crisis, conflictos y contradicciones por lo que no solo representa un periodo de adaptación a los cambios corporales, sino una fase de grandes determinaciones hacia una mayor independencia psicológica y social.
En relación a las características generales de la adolescencia se resaltan las siguientes: crecimiento corporal, aumento de la masa corporal y de la fuerza muscular, más marcado en el varón, incremento de la velocidad de crecimiento, los cambios en la forma y dimensiones corporales, los procesos endocrino metabólicos y la correspondiente maduración en ocasiones genera torpeza motora, incoordinación, fatiga, trastornos del sueño que pueden generar trastornos emocionales y conductuales de manera transitoria; en relación a los aspectos psicosociales: búsqueda de sí mismos y de su identidad, necesidad de independencia , tendencia grupal, evolución del pensamiento concreto al abstracto, las necesidades intelectuales y la capacidad de utilizar el conocimiento alcanzan su máxima eficiencia, manifestaciones y conductas sexuales con desarrollo de la identidad sexual, contradicciones en las manifestaciones de su conducta y constantes fluctuaciones de su estado anímico, relaciones conflictivas con los padres, actitud social reivindicativa en donde se hacen más analíticos, así como la necesidad de formulación y respuesta para un proyecto de vida.
Entre los factores de riesgo en los adolescentes se destacan las conductas de riesgo, familias disfuncionales, deserción escolar, accidentes, consumo de alcohol y drogas, enfermedades de transmisión sexual asociadas a prácticas riesgosas, embarazo, desigualdad de oportunidades en términos de acceso a los sistemas de salud, educación, trabajo y bienestar social. Y condiciones ambientales insalubres, marginales y poco seguras.
Muchos adolescentes se ven sometidos a presiones para consumir alcohol, tabaco u otras drogas, así como para empezar a tener relaciones sexuales, y ello a edades cada vez más tempranas, lo que conduce a un elevado riesgo de traumatismos, tanto intencionados como accidentales, embarazos no deseados e infecciones de transmisión sexual (ITS), entre ellas el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Así mismo también experimentan diversos problemas de adaptación y de salud mental. Los patrones de conducta que se establecen durante este proceso, pueden tener efectos positivos o negativos duraderos en la salud y el bienestar futuro del individuo en donde la familia juega un papel de suma importancia. (Pineda, 2012)
El término violencia proviene del latín violentilla, y es un comportamiento deliberado que provoca, o puede provocar, daños físicos o psicológicos a otros seres humanos, como lo mencionamos anteriormente no necesariamente con la agresión, sino que está también puede ser psicológica o emocional, mediante amenazas u ofensas.
Calabrese refiere que “la violencia y la agresión son dos caras de la misma moneda que tradicionalmente ha sido aceptada como mecanismo de control por los individuos que han ostentado el papel hegemónico dentro del grupo social que de uno u otro modo se han visto justificados y, por lo tanto, legitimados en el ejercicio de esa violencia y de ese poder arbitrario”. (1997, p.112)
Dado que existen múltiples definiciones de violencia, sobre todo las que se relacionan con la imposición de fuerza física. La violencia es un concepto mucho más global y complejo, en donde podemos homogenizar estos conceptos con el que nos da la OMS en donde está la define como: “el uso intencional de la fuerza física o el poder contra uno mismo, hacia otra persona, grupos o comunidades y que tiene como consecuencias probables lesiones físicas, daños psicológicos, alteraciones del desarrollo, abandono e incluso la muerte”. De acuerdo a Pérez la violencia psicológica o emocional constituye una de las modalidades más constantes, efectivas y generalizadas del ejercicio del poder (2009). En donde estos son actos que conllevan a la desvalorización los cuales buscan eliminar o disminuir los recursos internos que poseen las personas para hacer frente a las diferentes situaciones que se le presentan en su vida cotidiana.
Debido a que la violencia psicológica es unos de los tipos más comunes de violencia que existe se ha visto la necesidad de crear leyes que la definan como tal. En donde en 1998 se crea la ley sobre la violencia contra la mujer y la familia tal como lo podemos observar en su artículo 6° que señala que se considera violencia psicológica toda conducta que ocasione daño emocional, disminuya al autoestima, perjudique o perturbe el sano desarrollo de la mujer u otro integrante de la familia referido en el artículo 4° de esta Ley, tales como conductas ejercidas en deshonra, descrédito o menosprecio al valor personal o dignidad, tratos humillantes y vejatorios, vigilancia constante, aislamiento, amenaza de alejamiento de los hijos o la privación de medios económicos indispensables. (Ley sobre la Violencia contra la Mujer y la Familia, 1998)
Es importante remarcar que, si bien la violencia no respeta ni edad ni sexo, la mujer por considerarse el sexo más débil ha sido más vulnerable en este sentido, dado que el último reporte que se tiene de la ONU no dice que, en México, al menos 6 de cada 10 mujeres mexicanas ha enfrentado un incidente de violencia; 41.3% de las mujeres ha sido víctima de violencia y, en su forma más extrema, 9 mujeres son asesinadas al día. Por lo que es importante abordar desde una perspectiva más amplia la violencia contra la mujer
La ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, define la violencia psicológica como: cualquier acto u omisión que dañe la estabilidad psicológica, que puede consistir en: negligencia, abandono, descuido reiterado, celotipia, insultos, humillaciones, devaluación, marginación, indiferencia, infidelidad, comparaciones destructivas, rechazo, restricción a la autodeterminación y amenazas, las cuales conllevan a la víctima a la depresión, al aislamiento, a la devaluación de su autoestima e incluso al suicidio.
En México, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares establece que 63 de cada 100 mujeres ha sufrido algún tipo de violencia (2011). El tipo de violencia que más se presenta es la violencia emocional o psicológica, la cual presenta la prevalencia más alta (44.3%), y en casi la mitad de los casos esta violencia es ejercida por la pareja o el esposo.
Lo que sucede en la mayoría de los casos es que algunas víctimas de maltrato psicológico o emocional no saben que lo están viviendo. Ya que muchas de las personas que son víctimas simplemente consideran que ellas tienen la culpa o bien ellas provocan las reacciones violentas y por lo tanto buscan la manera de justificar esa violencia.
Una de las maneras más comunes en las que se presenta este tipo de violencia es el acoso afectivo. Esta se refiere a una conducta de dependencia en la que la persona acosadora depende emocionalmente de su víctima, hasta el punto de impedirle independencia alguna, invadiendo constantemente la intimidad, la tranquilidad y el tiempo para la realización de sus tareas o actividades.
Otro factor que influye es la manipulación mental en donde tenemos que tener en claro que esta generalmente va acompañada de amenazas y críticas, que generan miedo, culpa o vergüenza y buscan llevar a la persona víctima hacia donde desea la persona que la manipula. (Unidad de Igualdad y Genero, 2017)
Otra de las modalidades es la agresión insospechada. Esta consiste en que la persona agresora disfraza de atención, de buenas intenciones y de buenos deseos, el control de la autonomía y libertad de la persona. Lo que genera que la persona “protegida” no pueda crecer e independizarse.
De acuerdo a Hernández et ál (2014) Las principales consecuencias que ocasionan la violencia psicológica son: sentimientos negativos (culpa, vergüenza, humillación…), ansiedad, depresión, pérdida de la autoestima, pérdida del interés y concentración en actividades anteriormente gratificantes, cambios del sistema de valores, especialmente sobre la confianza en los demás y sobre el valor de la justicia, conductas de abuso y consumo de sustancias, fármacos, alcohol, modificación de las relaciones (dependencia emocional, aislamiento), aumento de la vulnerabilidad, indefensión y desesperanza, cambio drástico del estilo de vida con necesidad permanente de trasladarse y cambiar de localización así como las alteraciones psicosomáticas múltiples a intencionalidad de producir daño en la comisión de estos actos. (2002, p.3)
Metodología
Se trató de una investigación no experimental, cuantitativa de corte transversal. El universo estuvo integrado por 235 alumnos de primer año de la Licenciatura en Salud Pública.
Muestra: se utilizó una muestra representativa probabilística por selección aleatoria.
Para determinar la muestra se utilizó el método de Juan Castañeda Jiménez quedando de la siguiente manera:
Método de investigación de Juan Castañeda Jiménez
VALOR
DATOS
Z = nivel de confianza
90%
N = tamaño de población
235
e = precisión o error
10%
p = variabilidad positiva
0.5
q = variabilidad negativa
0.5
n= 902 (0.5) (0.5) 235 = 52.5 235(10)2+902(0.5)(0.5)
Los alumnos que se incluyeron fueron aquellos que estaban escritos en la licenciatura en Salud Pública del 1er Semestre.
Fueron excluidos todos aquellos estudiantes de 1er semestre de la Licenciatura en Salud Pública que no desearon participar, aquellos que no se encontraron en el momento de la aplicación.
Se aplicó un cuestionario a 52 alumnos de primer año de la Licenciatura en Salud Pública de la UMSNH.
Instrumento: Se utilizó un cuestionario integrado por 12 ítems bidireccionales (perpetración/victimización), con una escala likert de respuesta de 1 (nunca esta justificado) a 5 ( justificado en muchas ocasiones), evaluando la presencia de tácticas dominantes los primeros 8 items y tácticas celosas los últimos 4 items; tomado de la Escala de tácticas de dominancia y tácticas celosas seleccionados por Kasian y Painter (1992) del Inventario de Maltrato Psicológico de Mujeres de Tolman (1989, 1999).
Se utilizó una muestra probabilística a través de una selección aleatoria (al azar)
Los cuestionarios fueron precedidos de un texto explicativo que caracterizo el consentimiento informado. A todos se les dio la opción de no participar o no contestar a las preguntas en caso de que así lo decidiera.
El cuestionario fue auto administrado por un tiempo de 10 a 15 minutos.
La aplicación estuvo a cargo de los responsables de la investigación, y se llevó a cabo en las diferentes aulas de la Facultad.
Resultados y discusión
En relación a la población estudiantil encuestada se observa que predomina ligeramente la población femenina en un 53.8%, lo que indica que las mujeres cada vez se van posicionando en el ámbito educativo.
Al preguntar con qué frecuencia está justificado para las mujeres insultar o amenazar al novio (a) se coincide en un 40 % desde la perspectiva de ambos sexos que nunca está justificado, sin embargo, existe un 13.5% que justifica en pocas ocasiones que la novia insulte o amenace al novio y en un 9.6% que el novio la insulte o amenace; datos que llaman la atención ya que corresponde a un tipo de violencia psicológica que se está generando en la población estudiantil de ambos sexos con un ligero predominio hacia el sexo masculino.
En relación a la frecuencia con que se justifica el mostrarse malhumorado (a) al hablar sobre un tema, existe una coincidencia en relación a ambos sexos del 23% que indican que nunca está justificado; sin embargo cabe señalar que en un porcentaje acumulado del 71.1% entre justificar en situaciones extremas, en pocas ocasiones y en algunas ocasiones en caso del sexo femenino, así como en un 69.3 % en caso del sexo masculino justifican de alguna manera este comportamiento lo cual va orientado dicha relación de pareja hacia la agresividad.
En relación a la frecuencia con que se puede justificar que un novio (a) haga o diga algo para molestar a su pareja, aunque el 69.2% dice que nunca está justificado, existe un porcentaje acumulado del 30.7% que de alguna manera justifican en algunas situaciones este comportamiento, conscientes de que dichos comentarios son para generar molestia en la pareja.
En relación a la frecuencia de marcharse de manera repentina de la habitación, casa o lugar de la discusión, solo el 28.8% en el caso del sexo femenino y el 30.8% en el caso del sexo masculino refieren que nunca está justificado; el resto considera que deben quedarse en el momento de la discusión, lo cual podría constituir un riesgo en caso de que no se tenga la posibilidad de controlar la situación.
En relación a la frecuencia de justificar el que la novia (o) no vea o hable con su familia, en el caso de las mujeres el 69.2% refieren que nunca está justificado lo que indica que el 30.9% de alguna manera está justificando el mantener aislado a su novio del núcleo familiar; en el caso de los hombres solo el 17.3% justifican este comportamiento, dato relevante ya que corresponde a 17 estudiantes que podrían asumir esta conducta.
En relación a la frecuencia con que justifican poner a la familia o amigos de la novia (o) en su contra, solo el 9.6% del sexo femenino y el 19.2% del sexo masculino estarían en riesgo de realizar esta conducta; observándose que los estudiantes masculinos muestran una mayor tendencia.
En relación a la frecuencia con que se justifica el no dejar que la novia (o) haga cosas por estar con la pareja, un 57.7% de estudiantes femeninas nunca justifican esta conducta, mientras que el 73.1% de estudiantes masculinos tampoco lo hacen, sin embargo llama la atención que en un % acumulado del 42.3% en mujeres y en un 26.9% en hombres justifican esta conducta en diversas situaciones, lo cual podría sugerir que se genera una codependencia durante el noviazgo en los adolescentes, acentuándose la violencia psicológica.
En relación a la frecuencia con que se justifica el que la novia (o) interfiera en la relación con miembros de su familia, se observa que en un % acumulado del 26.9 en mujeres y en un 32.7 en hombres justifican esta conducta, lo cual podría ser generador de conflictos entre la familia y los adolescentes.
En relación a la frecuencia con que se justifica que la novia (o) esta celosa (o) de sus amigas (os) solo el 19.2% en el caso de las mujeres y el 15.4% en el caso de los hombres; refieren que nunca está justificada esta conducta sin embargo el resto si la justifica, lo cual podría indicar que no existe la confianza entre la pareja. Así mismo se coincide con la frecuencia con que justifican ponerse celosas (os) de otras (os) chicas (os).
En relación a la frecuencia con que justifican que la novia (o) debe comprobar lo que hace y debe decir donde ha estado, el 23% de las estudiantes femeninas justifican en algunas ocasiones mientras que el 15.4 solo en situaciones extremas; en el caso de los estudiantes masculinos el 26.9% justifica en algunas ocasiones y el 17.3% en situaciones extremas; estos datos resultan significativos ya que estos estudiantes posiblemente pretendan tener el control absoluto de su pareja; así mismo en un % acumulado del 61.5% de las estudiantes femeninas y el 73.1% de estudiantes masculinos justifican la frecuencia de acusar al novio (a) de salir con otros (as) chicos (as), lo cual podría estar relacionada con la inseguridad que experimentan durante la relación de noviazgo.
Conclusiones:
La violencia psicológica constituye un problema de salud pública en nuestra actualidad, los adolescentes de primer año de la licenciatura en salud pública justifican diversas conductas durante el noviazgo; tales como amenazas, insultos, escenas de celos, entre otras; en donde existe una ligera tendencia de los estudiantes masculinos para asumir el control absoluto de su pareja al grado de generar aislamiento en su núcleo familiar hecho que hace más vulnerable al adolescente en relación a la etapa en que se encuentra existiendo inmadurez emocional, rechazo a todo lo que representa autoridad, así como en esa búsqueda de identidad que lo caracteriza; sin embargo las estudiantes femeninas aunque consideran que diversas conductas de violencia psicológica no están justificadas, son consentidas e incluso ellas mismas en cierto momento sin darse cuenta se convierten en agresoras.
Dicha violencia psicológica se va instalando poco a poco durante el noviazgo en los adolescentes, la cual en algún momento se puede convertir en violencia física desencadenando desenlaces fatales. Por lo que es necesario hacer un abordaje de manera integral con los adolescentes a fin de que se pueda detectar este tipo de violencia y generar las estrategias necesarias para fortalecer a los estudiantes en relación a este tema involucrando directamente a sus familiares.
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Palabras clave:
violencia psicológica, conducta, adolescentes.
Resumen de la Ponencia:
La depresión ha sido declarada, por la Organización Mundial de la salud, como “epidemia” y la principal fuente de discapacidad, sus costos económicos se calculan en millones, pese a lo cual no causa el revuelo o la atención que enfermedades infecciosas o las crónico-degenerativas, es, principalmente, vista como un problema emocional e individual, desvinculado de la vida pública y de las condiciones estructurales que la posibilitan.La depresión es, no obstante, un fenómeno psicosocial en el que convergen el conocimiento científico con las luchas disciplinares inherentes a él, la violencia estructural y los imperativos culturales que subyacen a las representaciones y las prácticas sociales, es pues también moral.El presente trabajo explora el andamiaje entre la moral occidental y el campo psi en la construcción y experiencia de la depresión, a partir de entrevistas con agentes sociales y la revisión sistemática de textos acerca de la depresión.Resumen de la Ponencia:
De acuerdo con el artículo 12 de la Convención de Derechos de Personas con Discapacidad (CDPD), la capacidad jurídica es definida como la aptitud de una persona para reconocer que es sujeto de derechos, ejerciéndolos y adquiriendo obligaciones sin necesidad de que exista un tercero que reemplace su voluntad y la toma de sus decisiones. Teniendo en cuenta dicha definición y habiendo comprobado escasa cantidad de indagaciones en esta materia, la presente investigación se realizó con el fin conocer el ejercicio de la capacidad jurídica de las Personas con Discapacidad Mental (PcDM) de causa psíquica e intelectual vinculadas a organizaciones de la sociedad civil en Chile.La presente investigación es de tipo cuantitativa, de carácter descriptiva y transversal. Se generaron datos primarios con la técnica de encuesta, que consideró como variables: la toma de conciencia sobre derechos, la autonomía y el acceso a la justicia. La población fueron las personas mayores de 18 años con discapacidad mental de origen psíquico, cognitivo o psicosocial. El muestreo fue por cuotas regionales y de género. La unidad final de selección es la persona que responde el cuestionario. Se logró una muestra de 505 cuestionarios completados.Los resultados preliminares, indican que las personas encuestadas tienen altos niveles de autonomía y vida independiente en el ámbito de la vida cotidiana. En cuanto a la toma de consciencia, se evidencia que un 54% ha escuchado información sobre derechos de las PcD. Además un mismo porcentaje no ha participado nunca de actividades en las que se enseñen sobre derechos de PcD. Un 76 % declara desconocimiento de la CDPD. En cuanto a vida independiente, el mayor apoyo que reciben las PcD para ser independiente viene por parte de las familias. En cuanto al acceso a la justicia, un 41% declara nunca haber realizado trámites y/o denuncias en instituciones. En tanto que un 57% no sabe dónde realizar denuncias en caso de ser discriminado o no poder ejercer sus derechos.Estos resultados, ponen en evidencia las falencias sobre las acciones ejecutadas por el Estado chileno para dar cumplimiento al artículo 12 de la CDPD y consecuentemente los bajos niveles de ejercicio de la capacidad jurídica en el país. Se plantea como desafío imperativo identificar cuáles son los problemas no sólo de los procesos jurídicos en los cuales pueden participar, sino también en el ejercicio libre de sus derechos, reconociendo así la confianza que perciben en su contexto familiar y en el contexto jurídico.Resumen de la Ponencia:
En Latinoamérica predomina un régimen de bienestar de carácter familiarista, en que las responsabilidades del cuidado recaen principalmente en la familia, promoviendo una organización social sustentada en cuidadores informales, fundamentalmente mujeres. Esto se reproduce también en Chile, existiendo más de 650.000 dependientes con un/a cuidador/a informal, en su mayoría mujeres. A lo anterior se suma una amplia evidencia respecto a la sobrecarga en cuidadores, con implicancias principalmente en el deterioro de su salud mental. Aunque la relación entre ambas está bien documentada, el estudio de las trayectorias de cuidado y su relación con la salud mental a través del tiempo ha recibido mucha menor atención. Se ha visto que la exposición a un evento estresante puede conducir a la exposición a otros factores estresantes secundarios, y que las responsabilidades propias del cuidado suman dificultades con el paso del tiempo, por lo que se asume que los cuidadores experimentan cambios en su salud a lo largo del tiempo. Con el objetivo de indagar en la relación entre las trayectorias de cuidado y sintomatología depresiva desde una perspectiva longitudinal, se analizó una muestra de la Encuesta de Protección Social, encuesta longitudinal representativa de la población nacional en Chile afiliada al sistema nacional de pensiones. Se tomaron las olas VI y VII, aplicadas en 2016 y 2019-2020 respectivamente. Para analizar las trayectorias de cuidado, se utilizó una variable dicotómica presente en ambas olas, indicando si el entrevistado realizaba tareas de cuidado o no, a partir de la cual se identificó cuatro posibles trayectorias. Para los síntomas depresivos, se utilizó un factor a partir de la escala PHQ-9 y se calculó la diferencia de los factores entre olas.Los resultados muestran un aumento de síntomas depresivos en la muestra general entre ambos periodos, siendo este aumento más acentuado en mujeres que en hombres y en personas que empiezan a cuidar dentro de este periodo o que cuidaban en ambas olas, en comparación a quienes dejan de cuidar entre olas o quienes no cuidaron en ninguna. Modelos de regresión indican que el efecto de las trayectorias de cuidado sobre la salud mental variaría según género. Para los hombres, dejar de cuidar y no haber cuidado está asociado a un menor aumento de síntomas depresivos, no así para las mujeres. Para las mujeres, empezar a cuidar está asociado a un mayor aumento de síntomas depresivos, no así para los hombres.Estos resultados indicarían que involucrarse en tareas de cuidado tendría un efecto negativo para mujeres en términos de salud mental, mientras que, para los hombres, dejar o no estarlo sería un factor protector ante el aumento en síntomas depresivos.Resumen de la Ponencia:
Este trabalho se apresenta metodologicamente como um relato de experiência das ações desenvolvidas com base no projeto de intervenção intitulado “Serviço Social e ações estratégicas em saúde mental infantojuvenil”, realizado no Centro de Atenção Psicossocial Infantojuvenil – CAPSi Cirandar, no período de inserção no Programa de Pós-Graduação de Residência Multiprofissional em Saúde Mental. Programa Residência vinculado ao Núcleo de Estudos em Saúde Coletiva do Centro de Ciências da Saúde da Universidade Federal da Paraíba. As ações aqui apresentadas consistiram em uma estratégia de abordagem com familiares de crianças e adolescentes acompanhadas CAPSi Cirandar. O projeto teve por objetivo ampliar a compreensão saúde mental de crianças e adolescentes, através da realização de oficinas e rodas de conversa com temáticas referentes à saúde mental, direitos de crianças e adolescentes e a participação da família nos cuidados em saúde mental. Essas atividades se destacaram pelo seu caráter socioeducativo, com base no papel pedagógico do Serviço Social junto às famílias de crianças e adolescentes, respeitando as configurações e singularidades de cada configuração familiar. Dentre os principais resultados desta monografia está a aposta metodológica pelo relato de experiência como principal objeto de análise a experiência. A experiência é a manancial abundante de sentidos e simbolismo analítico para a construção do conhecimento. Outro resultado que também decorre da aposta metodológica foi a observação e o diálogo com familiares e cuidadores. Essa integração de conhecimentos fortalece o processo de educação em saúde e a promoção da saúde, por intermédio dos processos educativos contribuem no fortalecimento das reivindicações e o acesso às melhores condições de saúde, motivando a autonomia dos sujeitos. A possibilidade de unir as vivências objetivas as experiências mais subjetivas do processo nos colocam cada vez mais próximos da vida cotidiana das pessoas que interagimos.Resumen de la Ponencia:
Considera-se importante sublinhar as experiências de sofrimento de crianças, adolescentes e jovens, ressaltando aqueles que vivem em contextos de vulnerabilidade institucional, socioeconômica e cultural, agora agravadas pela pandemia da COVID-19. O objetivo deste estudo é investigar como se constroem e se organizam as redes de cuidado, voltadas a crianças, adolescentes e jovens no âmbito da saúde mental, assim como as experiências infantojuvenis em contextos de vulnerabilidades, considerando os desafios e complexidades apresentados pelo contexto atual de crise decorrentes da pandemia COVID-19. Trata-se de uma pesquisa quanti-qualitativa em curso, e aqui será apresentado os primeiros resultados da etapa quantitativa. Para a produção de dados, está sendo aplicado um questionário cuja finalidade é identificar os determinantes sociais da saúde e a situação de saúde mental (incluindo morbidade referida) antes e durante o isolamento para prevenção da COVID-19. Os participantes do estudo são pessoas de 10 a 19 anos assistidos em um Centro de Atenção Psicossocial Infantojuvenil – CAPSi do município de Santos - SP. Contatou-se os usuários através de ligações telefônicas e mensagens de texto por WhatsApp. Realizou-se o convite direto para os usuários maiores de 18 anos e o pedido de autorização dos responsáveis no caso de pessoas menores de 18 anos. Após as assinaturas dos documentos enviados que atestaram as autorizações (Termos de Consentimento Livres e Esclarecidos e os Termos de Assentimento Livres e Esclarecidos) foram enviados os questionários online para responderem. Até o presente momento da pesquisa, 33 usuários responderam ao questionário. Por meio do levantamento inicial com os participantes respondentes, obteve-se importantes informações que fornecem pistas sobre a relação entre o perfil sociodemográfico/questões socioeconômicas e as situações de vulnerabilidades que podem interferir nas experiências no contexto de saúde mental da população infantojuvenil no período de pandemia. Observou-se um impacto significativo no modo como a pandemia afetou a renda familiar dos participantes. A maior parte dos participantes sofreu importantes mudanças relativas à vida social, alterações negativas no sono, alimentação e disposição para executar tarefas diárias, além das alterações prejudiciais no processo de aprendizagem. Os participantes apresentaram as expressões “ansiedade”, “depressão”, “estresse”, “angústia”, “tristeza” e “tédio” ao se referirem às experiências de sofrimentos. Identificou-se alguns atores que estiveram envolvidos no cuidado diante do sofrimento neste período, como familiares, amigos, profissionais de saúde. Esses dados contribuem para as reflexões diante as mudanças socioculturais decorrentes da pandemia, incluindo as formas de sociabilidades. Essas pistas iniciais serão aprofundadas na etapa qualitativa da pesquisa (observação participante e entrevistas abertas), além da identificação das redes institucionais e comunitárias construídas no cuidado infantojuvenil. Ressalta-se que é prevista a finalização da etapa quantitativa neste serviço e a aplicação do questionário em um segundo serviço de saúde mental infantojuvenil do município.Resumen de la Ponencia:
Este trabalho integra o projeto de dissertação intitulado: “Os (des)sentidos da loucura: experiência de sofrimento de pessoas com problemas de saúde mental em João Pessoa, Paraíba, Brasil”. O objetivo geral é compreender a experiência de sofrimento de pessoas com problemas de saúde mental que utilizam os Centros de Atenção Psicossocial (CAPS). Na perspectiva de atender a este objetivo, foram utilizadas diferentes metodologias de pesquisa, tais como: pesquisa bibliográfica, pesquisa documental e entrevistas com a metodologia da história oral. Contudo, o presente trabalho é um recorte do estudo documental que foi desenvolvido num CAPS III, particularmente nos prontuários dos usuários em tratamento. Sabe-se que esse tipo de atendimento faz parte da Rede de Atenção Psicossocial (RAPS), criada em 2011 para integrar os diferentes pontos de saúde que prestam cuidados de saúde mental. Essa rede, por sua vez, é uma conquista histórica do Movimento Brasileiro pela Reforma Psiquiátrica (MBRP), que tem seus princípios consubstanciados na Lei 10.216/01 que garante os direitos das pessoas com problemas de saúde mental e redireciona o modelo assistencial, colocando como central o cuidado no território e respeito aos direitos humanos. A pesquisa documental permitiu traçar um perfil geral dos usuários e revelou os determinantes sociais do processo de sofrimento/adoecimento. Foram analisados 270 prontuários e o perfil apresentado considerou variáveis socioeconômicas e psicossociais. Quanto ao perfil socioeconômico, destacamos: mulheres (64%); solteiro (44%); faixa etária de 36 a 45 anos (30,4%); cor da pele, pardos, (47%). Escolaridade: sem escolaridade (11%); ensino fundamental incompleto (18%). Trabalho: 80% não têm emprego. Renda: 45,2% sobrevivem com um salário mínimo. Aspecto familiar: 55,6% vivem em unidades familiares com 3 a 5 pessoas. Quanto às variáveis psicossociais, destaca-se a presença de diagnóstico psiquiátrico em outros familiares (74,8%); tentativas de suicídio (41,5%). Em relação à vivência de sofrimento que levou ao diagnóstico, há uma variedade de relatos, destacando-se o luto (12%), seguido de “depressão pós-parto” (6,7%); Violência doméstica (5%); problemas de saúde (4,8%); uso abusivo de drogas (3%); desemprego (2,7%); abuso sexual infantil (2, 7%) e violência sexual (2%). São uma população altamente vulnerável, constituída por mulheres, com baixo nível de escolaridade, rendimentos econômicos precários e pouca capacidade de mobilidade social. As vivências levam a uma forte presença de familiares com diagnósticos, tentativas de suicídio e histórias relacionadas à falta de condições objetivas e subjetivas para lidar com experiências traumáticas como luto, violência, abuso e pobreza. Esses dados e outros que forem analisados nos permitirão perceber um forte vínculo dessas experiências de sofrimento com as desigualdades sociais, iniquidades em saúde e violência.
Introducción:
O presente trabalho é um recorte do estudo documental, que integra minha tese de doutorado, recentemente defendida, intitulada: “Os (des)sentidos da loucura: experiência do sofrimento das pessoas com problemas de saúde mental em João Pessoa, Paraíba, Brasil”. O objetivo geral da tese foi compreender a experiência do sofrimento das pessoas com problemas de saúde mental que utilizam os Centros de Atenção Psicossocial (CAPS). Os CAPS são os principais serviços da Reforma Psiquiátrica brasileira, que busca uma articulação para um trabalho em rede, de articulação intersetorial com as diversas políticas públicas, de modo a criar no âmbito destas um espaço sem preconceitos com a loucura, da produção de novos saberes e práticas, na perspectiva de garantia de atendimento integral aos usuários (Amarante, 2008).
Os CAPS foram regulamentados em 2002, pela portaria Nº 336/GM, estabelecendo as suas diferentes modalidades, caracterizadas tendo como referência o porte populacional e a diversidade de problemáticas relacionada com o sofrimento mental, constituindo serviços distintos, como o CAPS I, II e III; CAPS infantil e CAPS álcool e outras drogas.
Os Centros de Atenção Psicossocial (CAPS) nas suas diferentes modalidades são pontos de atenção estratégicos da RAPS: serviços de saúde de caráter aberto e comunitário constituídos por equipe multiprofissional que atua sob a ótica interdisciplinar e realiza prioritariamente atendimento às pessoas com sofrimento ou transtorno mental, incluindo aquelas com necessidades decorrentes do uso de crack, álcool e outras drogas, em sua área territorial, seja em situações de crise ou nos processos de reabilitação psicossocial (BRASIL, 2011) e são substitutivos ao modelo asilar (Brasil, 2015, p. 9).
Nesse sentido, analisar o desenvolvimento da reforma psiquiátrica no Brasil implica compreender e desvelar as perspectivas do cuidado a partir do confronto entre os dois modelos existentes, o asilar ou manicomial e o modelo de atenção psicossocial (Amarante, 1995).
Não há dúvidas que a reforma psiquiátrica, ainda em desenvolvimento no Brasil, apresenta avanços, bem como retrocessos, pois se tem uma avaliação pessimista diante do processo de contrarreforma conduzido pelo governo de Bolsonaro. Por outro lado, concordamos com Yasui (2010), que a luta e as conquistas para e com a reforma revelam uma nova perspectiva social e política para a pessoa com problemas de saúde mental. Para este autor, o fato da reforma ter origem a partir do movimento social assume um lugar importante na interlocução entre os atores sociais do campo da saúde mental.
Os CAPS foram o lócus da nossa pesquisa, particularmente um dos CAPS III de João Pessoa/Paraíba/Brasil, denominado CAPS Caminhar. Este serviço foi o campo priorizado para o presente estudo, o qual nos permitiu identificar nos prontuários dos usuários, que estão ativos no serviço, os determinantes sociais que impactam na sua saúde mental.
Compreendemos que existe uma interrelação dos determinantes sociais e o sofrimento psíquico, tenho em vista que este se apresenta enquanto produto do processo social, sendo uma construção e fato social que está em toda parte, ocupando todos os espaços. Desse modo, podemos afirmar que, apesar de o sofrimento psíquico ser vivenciado de forma individualizada, ele mantém uma relação intrínseca com o meio social, haja vista a linha tênue e contínua entre o indivíduo e a sociedade. Questões societárias, como trabalho, doença, desemprego, luto, violência, enfim, os diversos modos de existência e de sobrevivência, irão sempre incidir, de um modo ou de outro, na forma individualizada de sentir e de sofrer.
Portanto, entendemos que existe uma estreita relação dos determinantes sociais com o sofrimento psíquico, uma vez que sua vinculação apesar de subjetiva são interligadas às várias dimensões da vida coletiva que, consequentemente, resulta do processo social, ou seja, o sofrimento psíquico também é produto do campo social (Werlang & Mendes, 2013).
Essas reflexões nos possibilitam apontar que o sofrimento psíquico, em suas múltiplas expressões, se constitui a partir da relação intrínseca de intersecção e interdependência do indivíduo e sociedade, indicando um processo de indissociabilidade, que podemos denominar de Sofrimento Psicossocial. Sob este viés, entendemos que o sofrimento no campo da saúde mental é compreendido como psicossocial com suas múltiplas expressões, quando se estabelecem as relações entre a experiência do sofrimento psíquico do indivíduo e a inevitável relação com os processos históricos, sociais e culturais, que reciprocamente originam, impactam e provocam uma diversidade de demandas, de respostas e de enfrentamentos individuais e coletivos.
Assim, a pesquisa documental permitiu apresentar um panorama dos usuários, bem como foi possível identificar os impactos dos determinantes sociais na saúde mental dos mesmos.
Nos tópicos a seguir, apresentamos os procedimentos metodológicos, os resultados com as devidas análises, seguidos das conclusões e bibliografias usadas para fundamentar este estudo.
Desarrollo:
O presente estudo caracterizou-se como uma proposta metodológica de abordagem quantiqualitativa, visando apresentar um panorama e ampliado do perfil e, resumidamente, resgatar parte das trajetórias formais prevalecentes dos usuários do CAPS III Caminhar. Além disso, foi possível identificar os determinantes sociais na saúde mental, tendo em vista que os prontuários dispõem de um espaço para relato da história de vida e dos motivos que levaram os usuários à busca pelo serviço.
Segundo Selz (2015), “Ao longo de uma mesma pesquisa, a análise quantitativa preenche corretamente várias funções: ela permite confirmar ou informar determinadas hipóteses, apurar outras, definir os contornos do objeto de estudo, abordar novas perspectivas . . .” (p. 203). Além disso, podemos dizer que as pesquisas documentais “. . . se definem em função das informações, indicações, esclarecimentos, escritos ou registrado, que levam a elucidações de determinadas questões e funcionam também como provas” (Mello & Souza, 1980 apud Queiroz, 2008, p. 125).
Assim, o delineamento deste estudo com a abordagem quantiqualitativa, revelada pela pesquisa documental, permitiu o aprofundamento de aspectos relevantes, contemplando um panorama do perfil de seus usuários, bem como favoreceu, sobremaneira, refletir sobre aspectos importantes da experiência de vida dos usuários em busca de cuidado em saúde mental no município de João Pessoa/Pb.
Consoante os dados, constatamos que o CAPS Caminhar, no momento da pesquisa, contava com uma demanda de seiscentos e vinte e cinco (625) usuários cadastrados e ativos, que estavam sendo acompanhados pelo serviço. Desse total, realizamos a pesquisa documental em 270 prontuários, cujo perfil apresentado contemplou variáveis socioeconômicas e psicossociais (as quais são aquelas relacionadas a presença de diagnóstico psiquiátricos na família, tentativas de suicídio e as experiências desencadeadoras do sofrimento). Denominamos de variáveis psicossociais as experiências de vida descritas nos prontuários. No CAPS Caminhar, a narrativa das experiências está dividida em dois momentos, os quais são denominados “História da doença e História pessoal”. Trata-se de um espaço nos prontuários reservado para descrever a experiência de vida do usuário (relatada por este, pelo familiar ou responsável, ou mesmo por ambos), no momento de seu primeiro acolhimento que, geralmente, se dá no processo de triagem e de admissão. Portanto, é um espaço que, apesar de limitado e objetivo, revela aspectos significativos da vida do usuário.
Sobre o perfil socioeconômico, constata-se uma população muito vulnerável, composta na sua maioria por mulheres; (64%); solteiros (44%); faixa etária 36 a 45 (30,4%); cor da pele, identificada como pardos, (47%). Essa identidade coletiva como pardos revela questões importantes e complexas quando analisamos o contexto sócio-histórico brasileiro e a luta por igualdade social e racial.
Em um dos raros escritos nacionais (não indexado) sobre o tema, Silva (2005) afirma “sem medo de errar” (p. 129) que a grande maioria da população negra vive em incessante sofrimento mental devido, por um lado, às condições de vida precárias atuais e, por outro, à impossibilidade de antecipar melhor futuro. Ela aponta diversos sintomas físicos e psíquicos advindos da permanente condição “de tensão emocional, de angústia e de ansiedade, com rasgos momentâneos dos distúrbios de conduta e do pensamento” (p.130), vivida cotidianamente pela pessoa alvo do racismo (Gouveia & Zanello, 2018, p. 452).
Não há dúvidas que o racismo, o preconceito, a discriminação e a estigmatização são, muitas vezes, fatores desencadeantes e contínuos de sofrimento desse segmento populacional. Segundo Alleluia (2021), o Brasil é um país onde a maioria de sua população é negra. No entanto, “. . . Quando confrontamos os indicadores sociais – saúde, renda, educação, moradia, emprego, justiça ou qualquer outro que queiramos, a população negra está sempre em desvantagem quando comparada à população branca . . .” (p. 4). Portanto, concordamos com análises que apontam o racismo como um grande desencadeador de sofrimento psicossocial, haja vista as relações de sociabilidade discriminatórias e desiguais, o que pode ser corroborado pelos dados da pesquisa quando fica evidente a maioria de negros e pardos nos serviços pesquisados.
Outra questão relevante é a presença feminina no cotidiano dos serviços. Estudos realizados em CAPS em outras regiões do Brasil também têm apresentado esse perfil, como o de Silveira et al. (2009); Palmeiro et al. (2009) Pelisoli e Moreira (2007); Andrade et al. (2006); Bellettini e Gomes (2013).
No entanto, essa presença se inverte quando se trata do perfil dos usuários dos CAPS ad. Como constatado pelo Relatório do Monitoramento dos serviços da RAPS da Paraíba em 2018.2 (2020) “. . . nos CAPS AD/AD III, do total de 4102 pessoas atendidas, 83,47% (3424) são do sexo masculino . . .” (p. 16). De acordo com Andrade et al., (2006) as mulheres apresentam maior frequência de sofrimentos e buscam os serviços de saúde mental, enquanto os homens apresentam maiores índices de transtorno associado ao uso de substâncias psicoativas.
No que se refere à religiosidade, a maioria é da religião evangélica/protestante (40%). Não há dúvidas que a religião é, quase sempre, requerida por quem sofre e/ou adoece e essa busca, muitas vezes, está atrelada a uma perspectiva de alívio ao sofrimento vivenciado. Acrescentam-se a isso as contribuições de MurakamiI e Campos (2012), quando afirmam que: “Como a religião é elemento constitutivo da subjetividade e doadora de significado ao sofrimento, ela deve ser considerada um objeto privilegiado na interlocução com a saúde e os transtornos mentais” (p. 362).
No que se refere ao nível de escolaridade, a maioria dos usuários concluiu o ensino médio, correspondendo a 24%. Por outro lado, nos chamou atenção os 19,5% dos analfabetos e de apenas alfabetizados, bem como no ponto extremo os 10,4% que correspondem ao ensino superior. De modo geral, podemos inferir baixos níveis educacionais, apesar da diversidade de níveis de escolaridade identificada nos prontuários. Sabemos que a educação é a grande potencializadora das mudanças da realidade individual e coletiva. Contudo, o que se constata, no panorama brasileiro, é um conjunto ineficiente de políticas que atinge toda a população. E, de modo mais específico, podemos também inferir que o sofrimento psicossocial prejudica o pleno desenvolvimento das atividades privadas, educacionais, laborais etc.
Por sua vez, pode-se sugerir que a condição educacional está atrelada ao mundo do trabalho e da renda, fatores que influenciam a saúde mental de um indivíduo, ou seja, a ausência ou o baixo nível educacional apresentam fatores de risco para o sofrimento, quando tem como desdobramentos: baixo poder aquisitivo, desemprego, privações, vulnerabilidades etc. E, por outro lado, a escolaridade pode significar a possibilidade de melhor mobilidade social e boas condições materiais, que são, muitas vezes, as maiores aspirações humanas forjadas nas subjetividades no contexto do modo de reprodução capitalista.
Constatamos que a renda econômica é precária, uma vez que identificamos que a maioria, correspondendo a 52% (somamos as varáveis sem renda; menos de um salário-mínimo e um salário mínimo) dos usuários sobrevivem com uma renda de até um salário[1] mínimo, sendo esta incapaz de atender às necessidades urgentes de sobrevivência familiar em um país cujos níveis de desigualdades são alarmantes. Assim, constata-se que os usuários estão à margem das garantias formais do mercado de trabalho e dos direitos, o que torna-se ainda mais preocupante pelo fato de que a maioria encontra-se na faixa etária economicamente ativa.
Essa constatação é solidificada quando identificamos os benefícios, e entre eles, os benefícios eventuais aparecendo com maior intensidade, sendo o Bolsa Família o mais destacado, seguido do Benefício de Prestação Continuada (BPC). Esses benefícios estão inscritos no âmbito da política de assistência social, compostos por um conjunto abrangente de regras de condicionalidade e de valores diferenciados.
Portanto, não há dúvida que esse panorama socioeconômico funciona como importantes termômetros indicadores de sofrimentos, compreendidos como psicossociais, haja vista a inter-relação dos diversos elementos do social e o processo singular, vivenciado por cada indivíduo.
Com relação às Variáveis Psicossociais, destacamos a presença de diagnóstico psiquiátrico em outros membros da família (74,8%); tentativas de suicídio (41,5%), revelando, de fato, um número bastante elevado. Além disso, se considerarmos as indicações de ideação suicida, observadas nos prontuários (mas não quantificamos) esses números chegam quase à totalidade da demanda do CAPS pesquisado. Cenário preocupante, sobretudo por envolver alto índice de fatalidade, necessitando de respostas urgentes.
Com relação à experiência do sofrimento, identificada como primeira crise, há uma variedade de relatos, mas destacam-se com maior frequências, o luto (12%), seguido pela “depressão pós-parto” (6,3%); fim de relacionamento (5%); violência doméstica (5%); problemas de saúde (4,8%); uso abusivo de drogas (3%); desemprego (2,7%); abuso sexual na infância (2,7%) e Violência sexual (2%).
Esses resultados relacionam-se aos motivos elencados como desencadeadores do sofrimento enquanto primeira crise. Tal assertiva decorreu em virtude das narrativas apresentarem, quase sempre, um conjunto de motivos que atravessam o sofrimento, mas que, para o usuário e o seu familiar, o problema de saúde mental iniciou-se a partir de um elemento desencadeador. Vejamos, como exemplo, a descrição do prontuário de n.º 20 para melhor entendimento de como os resultados foram tabulados:
A primeira crise foi em 2015 depois da cirurgia na mão; piorou depois do nascimento da filha mais nova e o corte do salário. Isso a levou à agressividade, tristeza e tentativas de suicídios. É técnica de enfermagem e diz saber várias formas para se matar, como tomar e injetar remédio direto na veia. Usuária com histórico de várias tentativas de suicídios. Infância sofrida; dificuldade na UFPB para se formar; com 17 anos foi abusada sexualmente e a primeira tentativa de suicídio; tem 2 filhos.
Esse relato está quantificado na variável “Problemas de saúde”, por indicar claramente que iniciou depois da cirurgia na mão, no entanto, poderia ser somado à “Depressão pós-parto”, como também à "Demissão e desemprego”, bem como ao “Abuso sexual”.
No entanto, entendemos que o sofrimento não é algo que acontece como um fato, um rótulo, ou ainda um diagnóstico externo ao indivíduo, pois se trata de uma experiência vivenciada. Nesse sentido, quem vivencia um abuso, uma violência, um abandono, irá inevitavelmente sofrer, mas esse sofrimento pode ser momentâneo e/ou a pessoa pode ter a possibilidade de ressignificá-lo, por exemplo; e, quando isso não ocorre, a tendência é uma intensificação, um agravamento que exige cuidados, acolhimentos e a busca de novos sentidos. O nó da questão é que, majoritariamente, esse sofrimento encontra a lógica psiquiátrica, que estabelece um circuito, impondo uma ordem: diagnóstico, tratamento, ajustamento e possível cura para remissão da suposta doença ou dos sintomas. E, como essa cura nunca acontece, a pessoa fica refém desse circuito, o qual alimenta mais sofrimentos, agora agravados pelo estigma, pela exclusão, entre outras questões vinculadas ao contexto sociocultural da loucura.
A partir dos resultados, constatamos que os motivos desencadeadores do problema de saúde mental, são determinantes sociais que incidem diretamente na saúde mental dos usuários. Os dados revelam que a maioria (correspondendo a mais de 60%) dos usuários apresentou um elemento desencadeador de agravamento do sofrimento, que se desdobra como uma crise, com necessidade limite para se procurar um serviço de saúde. E é nesse momento, que o sofrimento psicossocial é capturado pela psiquiatria enquanto transtorno mental, com valorização dos sintomas, busca de um diagnóstico e medicalização.
É importante ressaltar que o sofrimento humano, na sua dimensão psicossocial, evidencia os processos de construção de subjetividades atravessados pela produção e reprodução da vida.
[1]O salário-mínimo no Brasil é de R$ 1.212,00 (moeda brasileira). Comparado ao Dólar Americano o salário-mínimo brasileiro corresponde a US$ 224,00. Esse salário é considerado insuficiente para manter as condições mínimas de sobrevivência. De acordo com Departamento Intersindical de Estatística e Estudos Socioeconômicos (Dieese), o salário-mínimo ideal para atender as necessidades essenciais de uma família de 04 pessoas seria de R$ 6.298,91.
Conclusiones:
Nesse sentido, acreditamos que os resultados reforçam a presença do sofrimento psicossocial, indicando que os diversos modos de existência e de sobrevivência irão sempre incidir, de um modo ou de outro, na forma individualizada de sentir, de sofrer e de viver e que, apesar de suas significações serem singulares, elas são mediatizadas por um determinado contexto histórico e social. Isto pressupõe que todo indivíduo está sujeito a sofrer, mas nem todo indivíduo sofre pelos mesmos fatos ou motivos. Além disso, vale lembrar que nem todo sofrimento produz sintoma ou pode ser interpretado como sintoma, assim como nem todo sintoma implica em sofrimento para o indivíduo. As distintas formas de sofrer e de interpretação desse fenômeno perpassam um conjunto de categorizações e arranjos que refletem a organização social, o momento histórico e todo o embate dessas forças no campo da saúde mental, implicando na subjetivação e identidades dos indivíduos que sofrem.
Não podemos negar que os resultados da pesquisa e outros que foram analisados permitiram perceber uma forte vinculação dessas experiências de sofrimento com as desigualdades sociais, iniquidades na saúde e violências.
Bibliografía:
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Palabras clave:
Saúde Mental; Reforma Psiquiátrica; Determinantes Sociais; Sofrimento Psicossocial.
Resumen de la Ponencia:
Introducción: Este trabajo presenta resultados de investigación sobre la experiencia situada del personal de nutrición del Programa “Salud en tu casa” de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México, al implementar intervenciones nutricionales en adultos mayores que viven con diabetes tipo 2.La Diabetes Mellitus tipo 2 (DM2) es un grave problema en México: es una de las primeras causas de muerte y discapacidad y su prevalencia se ha duplicado en los últimos 15 años (ENSANUT, 2018). Para atenderla el sistema de salud implementa acciones generalmente bajo el “paradigma preventivo” que responsabiliza al individuo sobre las conductas como elección de alimentación saludable y realización de actividad física. En la Ciudad de México se creó en 2016 el programa de atención domiciliaria “El Médico en tu Casa”, “Salud en tu casa” desde 2019, para atender a población vulnerable con dificultad para acceder a unidades de salud. Entre las atenciones que provee el programa se incluye la intervención nutricional. Las nutricionistas se enfrentan a diario con la realidad de las condiciones de vida de esta población vulnerable, donde identifican obstáculos para implementar el “paradigma preventivo” en el tratamiento de la DM2. Perspectiva teórica: La Medicina Social y la Salud Colectiva reconocen el carácter social del proceso salud-enfermedad-atención (Laurell, 1982); ello permite superar la noción de causalidad y factores de riesgo (Breilh, 2003). Desde una perspectiva médico social, la DM2 debe ser entendida en un contexto amplio de transformación de los procesos de producción, de modificación de los patrones de consumo y de los modos de vida, por lo que las políticas de atención deben contemplar no sólo los aspectos biomédicos y la responsabilidad del individuo; sino tomar en cuenta los modos en que la salud-enfermedad se presenta en diferentes contextos sociales y culturales (Mendoza y Rojas-Rajs, 2021). Metodología: La investigación concibe la intervención profesional como objeto de conocimiento (Ordoñez, 2011) e indaga en las experiencias situadas de las nutricionistas. Sobre ello se realizaron entrevistas cualitativas entre mayo y julio de 2019 con las nutricionistas de 15 alcaldías de la Ciudad de México que implementan “Salud en tu Casa”. Resultados: Las nutricionistas identifican brechas entre el diseño del programa y su implementación. Destacan la necesidad de mayor formación en ciencias sociales. En la intervención nutricional modifican estrategias y prefieren dar recomendaciones alimentarias a otorgar un plan de alimentación, adaptándose a los recursos económicos y condiciones de vida y salud de las personas adultas mayores con diabetes y sus cuidadores.Conclusiones: La experiencia situada de las nutricionistas es un insumo valioso que requiere ser considerada para el diseño y desarrollo de ajustes para el programa Salud en tu casa, puesto que conforman un conjunto de prácticas que pueden mejorar futuras intervenciones.