México -
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Resumen de la Ponencia:
Estudio teórico y empírico multidisciplinario sobre la organización de, y condiciones laborales, en plataformas digitales de Argentina y México. El trabajo se llevó a cabo en dos equipos de trabajo, uno en Argentina y otro en México, revisando la amplia literatura global sobre el tema y mediante estudios de campo en ambos países. Se presentan los resultados, tanto del análisis teórico como de los resultados empíricos.
Introducción:
En la investigación que realizamos en México y Argentina nos por pusimos analizar los factores de satisfacción y restricción que se derivan del trabajo que la juventud realiza con el uso de tecnologías.
En la primera parte de esta ponencia reflexionamos acerca de la tecnología en el mundo capitalista y sobre sus contradicciones y en la segunda arte presentamos resultados de la investigación que llevamos a cabo desde 2019 en los dos países. No arece que esta temática es de la mayor relevancia y que alcanzó una visibilidad aún mayor en tiempos de COVID 19
Desarrollo:
Las contradicciones del desarrollo tecnológico bajo el sistema de mercado
capitalista.
La digitalización tiene el potencial de abrir espacios y liberar territorios, pero la competencia en el mercado capitalista puede también erigir barricadas difíciles de franquear. La expectativa social ante la digitalización de las acciones humanas tiende a oscilar entre la esperanza de mayor participación social de los individuos y el temor ante el potencial de represión y mercantilización de las relaciones que la digitalización facilita. La digitalización del esfuerzo humano hace más clara la coexistencia, dentro del capitalismo mundial, de extraordinarias tecnologías y los talentos que las mueven, con la inmensa masa de seres humanos cuya miseria y condiciones laborales recuerdan un pasado brutal que se querría ya superado.
En detrimento del trabajo, de un lado, se crean patrones/jefes digitales que anónimamente gestionan el trabajo; de otro lado, la automatización y robotización desplazan al trabajo vivo de los procesos sociales de producción.
Desarrollo tecnológico
Se desarrolla la transición tecnológica de los medios analíticos a los medios digitales y la dualidad de hardware y software, desde el siglo XIX con Charles Babbage hasta el internet de las cosas y la IA. La revolución digital se dio fundamentalmente durante el siglo XX, aunque sus antecedentes son mucho más antiguos. Un momento importante se dio en el siglo XIX cuando Charles Babbage, considerado el padre de la computación, se plantea realizar cómputos mediante instrumentos enteramente mecánicos, su “máquina analítica” con el pleno establecimiento de la electricidad como medio de transmisión energética, en 1939 se desarrollaron las primeras computadoras electromecánicas y en 1941 se creó la primera computadora electromecánica programable, completamente digital.
En 1950 se completó la primera computadora comercial, mientras que los circuitos electrónicos digitales fueron sustituyendo los mecánicos y electromecánicos. para el desarrollo de la computadora moderna fue la idea de programas almacenables. Primero se desarrollaron muchos prototipos de máquinas con esta tecnología de hardware, pero más adelante surgieron métodos que permitieron la programación de las computadoras y se desarrollaron los programas de programación, es decir los lenguajes de programación. Se complementó así el desarrollo del hardware con el del software.
Las redes digitales desde los 1970s. Asincrónicas y sincrónicas. Internet.
En estas redes, primero asincrónicas en que los usuarios no recibían los mensajes de forma inmediata, se desfasaban en el tiempo, los primeros mensajes sólo podían ser textos. El sistema sincrónico de mensajería electrónica de los años 80s se convirtió en el nuevo espacio comunicativo porque permitió la interacción instantánea, sin retrasos de la mensajería. Esto y el desarrollo de las computadoras personales y la telefonía celular facilitaron la entrada masiva de la población mundial a las redes comunicacionales. Adicionalmente, con la Web 2.0 todos los aparatos en los que se puede insertar un chip que contiene programas de aplicaciones (apps) se vuelven conectables y manipulables entre sí, dando lugar a lo que se ha llamado el “internet de las cosas”.
En los 90s nacen los blogs (un acortamiento del término en inglés weblog que significa “entrada o ingreso a una sesión en internet”)
Con el tiempo, algunos de esos blogs cobraron forma comercial, es decir se
constituyeron en grandes empresas con el surgimiento de las llamadas plataformas sociales del tipo MySpace, Facebook, LinkedIn, YouTube, Twitter,
un instrumento que jugó un papel decisivo en la formación de las plataformas digitales fue el llamado capital de riesgo (venture capital), grupos de capitalistas
que se arriesgan a financiar proyectos tecnológicos que nacen entre jóvenes investigadores de las universidades o centros de investigación, inicialmente en
Estados Unidos. Un caso muy estudiado es el de Uber que surge en conexión con los centros de investigación del Silicon Valley cerca de San Francisco y tuvo como campo de implantación inicial la ciudad de San Francisco
Las plataformas son infraestructuras digitales que permiten que dos o más
agentes (sean grupos y organizaciones o individuos) interactúen en línea entre sí (Srnicek. 2018;45).
Son estructuras materiales que reúnen a diferentes tipos de usuarios humanos y máquinas o componentes inteligentes (internet de las cosas) que se conectan entre sí. La plataforma, entonces, proporciona las herramientas de comunicación y manejo de información para mediar entre individuos, grupos de personas y objetos ´inteligentes´. Definida así la plataforma, internet puede ser considerada la plataforma general origina: Internet como la plataforma general, las plataformas sociales y las plataformas de trabajo, entre estas últimas unas son de intercambio y otras de producción.
La familia de plataformas digitales que constituye un negocio en sí mismo (la plataforma de negocios) se define como una de las “infraestructuras digitales que
permiten que dos o más grupos interactúen “la plataforma digital se coloca como intermediaria que reúne a diferentes usuarios: clientes, anunciantes, proveedores de servicios, productores, distribuidores e incluso objetos físicos.
Este modelo exige tres agentes que entran en relaciones recíprocas, dos tipos de usuarios, uno el que brinda el servicio profesional -ocasional o no- y que generalmente comparte recursos, información y tiempo en competencia con otros; y el otro tipo de usuario constituido por el cliente o el que adquiere los servicios profesionales del anterior, que también lucha por obtener la mejor calidad de servicio al menor costo. El tercer agente es el dueño-operador de la plataforma digital misma, que sirve de intermediación entre prestadores y cliente, al brindar los recursos para la realización de las transacciones entre usuarios (Ídem), y que funciona como una empresa generadora de ganancias
Ser propietario de una plataforma, es ser propietario de toda la infraestructura
central que abarca tanto el software (programas, aplicaciones, etcétera) como el
hardware (servidores, centros de datos, medios de transmisión, etcétera). Los
demás agentes, si es que son independientes, se conectan vía internet con esa
infraestructura central, mediante el uso de sus propios equipos, básicamente
computadoras y telefonía celular 1 .
En particular, el giro hacia las cadenas de suministro “justo a tiempo” de las
grandes empresas multinacionales es un proceso que acompaña, desde los
1970s, la incorporación de plataformas digitales, tanto de la familia de plataformas que constituye un medio de producción propio, como de la familia de plataformas que constituye empresas autónomas.
Precarización -o no- del trabajo en plataformas digitales.
Las relaciones laborales siguen siendo las mismas: trabajo asalariado subordinado al emprendedor capitalista.
Para hablar de plataformas digitales de trabajo queda entendido que la actividad
que se desempeña en la plataforma está determinada por una relación salarial o
de remuneración Esta relación salarial presupone, además, que la actividad se
lleva a cabo en un proceso de producción orientado al intercambio, y constituye
una relación del proceso de reproducción del capital en cuanto a que en algún
punto de la red se lleva a cabo un proceso de acumulación de capital (Srnicek,
2018). La relación capitalista-trabajador está dada por el hecho de que el dueño
de la plataforma, o la plataforma en su conjunto se apropia del trabajo que llevan a cabo los diferentes componentes trabajadores de la red. La digitalización de la
plataforma sólo introduce situaciones relativamente novedosas por la flexibilidad
operacional facilitada por los dispositivos digitales.
1 durante la pandemia se dio el caso que muchas empresas que utilizan las plataformas para sus negocios se beneficiaron de que sus empleados utilizaban sus propios recursos (computadoras, celulares, suscripciones alos servicios de internet) para realizar sus tareas, logrando un gran ahorro.
La realización de algunas de tareas en las plataformas puede proporcionar al
trabajador ciertos beneficios, de menor esfuerzo físico y mental y de mayor flexibilidad en las jornadas laborales. Sin embargo, también puede significar mayor precariedad de las condiciones salariales y de la seguridad social. La Organización Internacional del Trabajo reconoce que buena parte del trabajo en
las plataformas digitales se caracterizan por el hecho de que “los trabajadores suelen llevar a cabo tareas generalmente de poca envergadura, que pueden ser
realizadas a distancia, mediante la computadora e internet ...donde las remuneraciones son inferiores al salario mínimo, los flujos de ingresos son impredecibles y hay una ausencia de protección laboral”
Los jóvenes
Antes de la gran difusión de los procesos de trabajo digitalizados lo que predominaba entre los jóvenes eran los trabajos mcdonadizados (temporales, informales, tercerizados, rutinarios, de bajos salarios) (Ritzer, sf). Hoy son cada
vez más comunes su versión en plataforma, los gig 2 -empleos, ahora digitalizados.
La legislación laboral
Ante crecientes protestas, en varios países de la Unión Europea están aumentando los juicios legales de casos en los que los trabajadores de plataformas exigen su reclasificación como trabajo dependiente con acceso a lasprestaciones sociales correspondientes.
No obstante que los sindicatos -sobre todo los más grandes y los que forman parte de federaciones nacionales- tienden a organizarse en federaciones mundiales, al no funcionar todavía ellos mismos en redes, por ejemplo, en un solo sindicato mundial de Uber, no tienen la fuerza ni la cohesión para poder realmente defender a los trabajadores. A legislación laboral, al ser nacional, se encuentra fragmentada por país.
Las propuestas emitidas por la Comisión Europea (European Commission, 2021) laman a proteger a los trabajadores, tanto de plataformas de trabajo dependiente En este sentido, el trabajo con recursos digitales asumió protagonismo durante los confinamientos dictados en diversos países para limitar la transmisión del COVID-19, y parece haber vigorizado modificaciones en la división del trabajo al interior de las familias. Por ese motivo, también presentaremos en este artículo un análisis de los datos según una perspectiva de género que permita comprender las representaciones de los jóvenes al respecto.
Resultados en Argentina
En el equipo de Buenos Aires se decidió aplicar una técnica de investigación que se denomina “Asociaciones libres de palabras” y destacaron asociaciones referidas a la comodidad de poder realizar el trabajo desde la casa, también se articulan con aquello que, un 40% de los jóvenes encuestados, conciben que el trabajo virtual les permite: conducirse con “autonomía”. De este modo, conciben que el trabajo con recursos digitales les posibilita organizar por sí mismos su día, adaptar los horarios a sus necesidades y autoorganizarse.
Por otra parte, un 20% de los jóvenes de la muestra asocian al trabajo virtual (a partir de esta frase dicotómica sobre aquello que “permite”) con la posibilidad de articular el trabajo con la vida personal. Se observa que ambas categorías: autonomía y compatibilidad entre el trabajo y la vida personal, se encuentran muy relacionadas.
Así como la mayoría de los jóvenes asocian el trabajo virtual con cualidades positivas, un grupo menor (17,8%) lo asocian con aspectos de insatisfacción, representado sobre todo por los términos “cansador” (f=22) y “difícil” (f=14), triplicando y hasta cuadruplicando la aparición de otras expresiones (tales como incómodo y aburrido; f=8 y f=7 respectivamente). Mientras que otros jóvenes (9,8%) definen al trabajo virtual incluyendo simultáneamente aspectos satisfactorios e insatisfactorios, señalando que es: “práctico” y “cansador”, “cómodo pero aburrido”, “cansador” y además “interesante”. Como señala una de las entrevistadas que trabaja de manera asalariada.
Al indagar sobre las asociaciones referidas al Beneficio personal, se refuerzan contenidos antes dichos sobre la “readecuación del trabajo y el aprendizaje de las herramientas tecnológicas
En lo que respecta a las asociaciones sobre el Beneficio a la comunidad, un tercio de los jóvenes (35,4%) hace referencia al trabajo colaborativo y a la ampliación de las redes de contacto mediante el uso de las “herramientas tecnológicas”; también para la generación de procedimientos más transparentes que favorecen a la vinculación comunitaria, al bien común (29,9%). Un 25,6% de los jóvenes hacen mención a una reducción de la contaminación ambiental.
Era de la Información. Con el desarrollo de las nanotecnologías digitales se incrementó la capacidad de almacenaje y la velocidad de procesamiento -mediante la conexión a una red inalámbrica-, e introdujo cambios no sólo en las dinámicas de producción (Martínez, Palma y Velásquez, 2020). Modificó la percepción de la relación tiempo-espacio: se generaron vínculos laborales globalizados que fortalecieron la necesidad de flexibilizar los horarios de trabajo, y los trabajadores comenzaron a trasladarse de una localidad a otra, o bien a trabajar a distancia -de manera remota. Por otra parte, se modificaron los contratos de trabajo asalariado: a tiempo parcial, entre otros con menor carga horaria, de tipo marginal, caracterizados por horarios escalonados, semanas de trabajo comprimidas, el trabajo compartido, entre otras modalidades.
La irrupción abrupta del COVID-19 en marzo del 2020 aceleró de manera inusitada esos cambios que se estaban produciendo en el mundo del trabajo, generando una “disrupción” en tanto fractura e interrupción en el modo tradicional como se ejecutaba algo (Melamed y Jalife, 2020). El trabajo con recursos digitales, imprescindible para amortiguar los efectos de las medidas del ASPO, dejó en evidencia un desacople del trabajo de la presencia física en el ámbito laboral, dejando nuevamente en escena la histórica tensión entre tiempo laboral y tiempo no laboral, con alteraciones en la compatibilidad entre trabajo y familia. Se produjo lo que Neffa (2020) refiere como una división social y técnica del trabajo, donde la “esfera laboral pugna por invadir el espacio doméstico y la vida privada”.
De este modo, el trabajo virtual es representado según cualidades de satisfacción y de restricción, distintas según se trate de jóvenes que trabajan con recursos digitales en una modalidad de empleo tradicional (asalariado), de aquellos que trabajan de manera independiente, informales o cuentapropistas (trabajadores libres). De igual modo que difieren según una perspectiva de género.
Según lo analizado, es posible afirmar que el trabajo virtual desde sus cualidades de satisfacción es concebido como una actividad valorada de manera favorable por la flexibilidad horaria, y el mayor aprovechamiento del tiempo al no tener que trasladarse a los lugares de trabajo, permitiéndole ello compatibilizar distintos ámbitos de su vida. Además, se significa al trabajo virtual como cómodo y práctico, que permite desempeñarse con autonomía e independencia, además de presentar desafíos y oportunidad para aprendizajes.
Desde la vertiente de cualidades de restricción, el trabajo virtual desagrada respecto del distanciamiento social que implica. Son significativas las referencias a la pérdida de sociabilidad, relaciones, posibilidad de compartir con otros. Los afectos tomaron protagonismo al relevarse las asociaciones de aquello que impide el trabajo virtual.
Además de lo dicho, entre las cualidades de restricción se encuentran la confusión del espacio laboral y familiar, si bien por un lado es significado como satisfactorio por la comodidad que implica, al mismo tiempo es adjetivado con apreciaciones de desagrado por la confusión y superposición de los espacios familiares y laborales. Son significativas las reiteradas experiencias acerca del trabajo virtual y las excesivas horas de trabajo, hiperconectividad, presión y vivencias de abuso por elevadas exigencias.
Como queda en evidencia mediante varias de las asociaciones libres, representar al trabajo virtual es un modo de mirar hacia el futuro, previendo un escenario laboral cada vez más atravesado y caracterizado por el avance constante de las tecnologías de la información y las comunicaciones. Dinámica que también está renovando los roles tradicionales en la división del trabajo doméstico, o bien reactivando representaciones de la mujer como cuidadora del hogar y el varón en su rol de proveedor material del mismo.
Según la perspectiva de género, quedó en evidencia una sobrecarga en la mujer por las dificultades para compatibilizar el trabajo y la vida familiar, conllevando cansancio y estrés. Asimismo, denotan apertura para aprender e incorporar nuevos recursos tecnológicos. Se muestran más necesitadas de diálogo y comprensión, mientras que los varones parecen estar más preocupados por el rédito económico, la productividad y resolución de problemas, enfocando en aquello de lo cual no disponen, como materiales o insumos que estaban en la oficina, y que afectan el desempeño al no tenerlos accesibles.
Considerando la modalidad de trabajo, el trabajo con recursos digitales es asociado por los emprendedores, con la inestabilidad de su fuente de trabajo y por ende, de su seguridad económica. Se encontraron ante la necesidad de capacitarse para el uso de recursos tecnológicos que le permitiesen superar los obstáculos del ASPO y los derivados de factores impositivos.
La sociabilidad, que era la base de muchos emprendimientos, así como el trato personalizado, se dificultó con el aislamiento. Para quienes pudieron superar ese primer impacto, encontraron que la tecnología podía serles útil para llegar a ámbitos en los cuales no habían accedido, fortaleciéndose el emprendimiento una vez superado el impacto por la pandemia.
Los teletrabajadores, por un lado, tenían más resueltos algunos temas, ya que solían manejar más la tecnología, y el tener un trabajo en relación de dependencia les daba cierta seguridad laboral. De todos modos, se encontraron con una fuerte dificultad: la pérdida de lazos facilitadores para la comunicación con compañeros y jefes, además de desconfianzas y fallas en la comunicación que fueron el cimiento de algunas experiencias de maltrato y abuso en los ámbitos de trabajo. En otros casos, saturación de horas de trabajo, cansancio y estrés.
La dinámica social, en un contexto de emergencia sanitaria que requirió rápidos ajustes en la cotidianeidad, puede inclinarse a favorecer una precarización de las condiciones de trabajo, alejándose de las luchas que venían instalándose para propiciar la igualdad de oportunidades para la inclusión social. A través de la investigación queda en evidencia el necesario acceso a recursos tecnológicos para continuar con las actividades laborales (y educativas) a la vez que, de ser insuficiente, resultaría una limitante generadora de desigualdades sociales. Por otra parte, las relaciones y comunicaciones sociales afectadas por el establecimiento del distanciamiento social preventivo y obligatorio por la pandemia covid-19, puso en escena la necesidad de promover lazos de respeto, confianza y colaboración -necesarios para prevenir experiencias de maltrato subjetivo-, además de concientizar sobre el derecho a la igualdad de oportunidades superando las diversidades y exclusiones sociales.
En el equipo de investigación de México destacamos:
Nos interesó saber si tienen contrato laboral y que tipo es, de tiempo completo, fijo o por honorarios o por tareas; con que prestaciones cuentan; sus ingresos y como los evalúan, así como el tipo de movilidad que les permite este trabajo. Nos interesamos por saber si el sujeto decide su lugar de trabajo o se le impone.
En relación con el trabajo en tiempos de COVID quisimos saber cómo se modificó el trabajo en esta etapa, como visualizan su trabajo después de esta pandemia y cómo imaginan que será su trabajo en el futuro.
También se quiso saber desde cuando trabajan como lo hacen en la actualidad, en teletrabajo y si el sujeto tiene experiencias laborales previas.
En relación con la representación de su trabajo actual quisimos comparar este con sus trabajos anteriores, poniendo énfasis en la diferencia entre cómo es el trabajo con o sin teletrabajo.
También se buscó que valoraran los aspectos más importantes que el sujeto destaca respecto a su trabajo. Asimismo, quisimos saber si la vida laboral se enriquece al usar tecnología y si la nueva tecnología facilita el trabajo que realizan, así como buscar que el sujeto describiera como es ésta.
En cuanto a ejes de satisfacción quisimos conocer qué satisfacciones les proporciona esta modalidad de trabajo. De qué forma se facilita o mejora su vida personal.
En cuanto al eje de restricción quisimos saber que le desagrada y que obstáculos encuentra en este tipo de trabajo en relación con la esfera laboral y la familiar y/ o personal.
En cuanto a la distinción de bien propio/ bien común se trató de saber a que nivel individual, conectivo, en equipo o social se promueve el bien común.
Conclusiones:
Una conclusión y resultados
Una conclusión que nos parece fundamental al analizar estas formas de trabajo
digital es que las relaciones de trabajo no son alteradas en lo esencial, sino que se reproducen de otra manera. Sin embargo, sin la participación decidida de los
estados y sus legislaciones la ya de por si grave precarización laboral, producto de las relaciones laborales en el capitalismo, se seguirá agudizando con el uso de la nueva tecnología.
La tecnología per se no genera precarización laboral ni perdida de prestaciones ni da lugar a carencia de empleo digno. La tecnología solamente está contenida por los instrumentos que pueden ser favorables o desfavorables al desarrollo humano, dependiendo de la relación capital trabajo imperante.
Si bien es cierto que el teletrabajo existía y crecía de manera importante antes de que estuviéramos viviendo confinados como producto de la pandemia COVID 19, es indudable que esta situación aceleró el proceso que ya veníamos viviendo y puso en cuestión muchas “certezas” anteriores y muchas formas de trabajo se vieron trastocadas y transformadas. Como dicen Fernández y Boso (2022) el confinamiento derivado del COVID que obligó a utilizar el teletrabajo, dejó nuevamente en escena la histórica tensión entre tiempo laboral y tiempo no laboral con alteraciones en la compatibilidad entre trabajo y familia
En la época COVI 19 las condiciones laborales se modificaron estructuralmente, la dinámica laboral se diversificó, desde el espacio físico en el que se desarrollaban antes esas actividades, el hogar se convirtió en el centro de operación de los trabajadores, con diversas consecuencias. Se asumía anteriormente a la casa como el lugar privado, doméstico, y ahora se convirtió en el espacio donde se incrementaron las horas de trabajo. Los que ya lo hacían así no percibieron cambios, pero para la mayoría fue un proceso muy complicado.
Los y las trabajadoras de diversos tipos vivieron un proceso acelerado de cambio y la necesidad de adoptarse a las nuevas situaciones. Esto sucedió en muy diversos tipos de trabajo, considerados más elementales, que requieren menor capacitación, hasta el trabajo que realizan personas de alta calificación profesional.
La nueva realidad se fue imponiendo, sin saber cuánto duraría esta situación y como viviríamos después, si algún día superábamos la pandemia. Estas realdades generaron representaciones sociales novedosas, algunas de ellas relacionadas con el teletrabajo.
En estos tiempos la mayoría de las personas que trabajan utilizan tecnología de diverso tipo. Existe una jerarquía de tecnologías y de trabajadores que utilizan esas tecnologías. Y existen desarrolladores de tecnología. En este contexto viven nuestros entrevistados.
En términos generales podemos resumir que los cambios más importantes en la era del COVID se dieron en los siguientes aspectos:
Ritmo de trabajo, forma de comunicarse en el trabajo, intensidad del trabajo, movilidad del trabajo, relación tiempo de trabajo-tiempo libre; en la relación espacio laboral ye espacio doméstico y en la relación que los entrevistados perciben en cuanto a autonomía y dependencia en el trabajo.
Si bien es cierto que nuestra muestra se integró con sujetos que hacen trabajo en línea, es cierto que reafirmaron la idea de que el trabajo que realizan requiere de forma ineludible de la tecnología.
En relación con los cambios en el trabajo en tiempos de pandemia para la mayoría de los entrevistados se generó un cambio sustantivo en el desempeño de sus tareas. Muchas empresas quebraron y eso obligó a los trabajadores a buscar otras opciones y las que encontraron ya eran en línea. En algunos casos las empresas ya habían adoptado la forma de teletrabajo, algunas estaban preparadas para el cambio y otras no. En esos casos todo fue más difícil pues implico una transformación radical. En algunos casos no se modificó la tecnología ni su uso, pero si las medidas de seguridad.
Uno de los espacios en los que se dio una gran transformación fue en el ambiente educativo, que vivió muchos problemas por ejemplo por la falta de equipo adecuado. Ahí la brecha tecnológica fue notable. Desde la representación de nuestros entrevistado “se requiere un momento de aprendizaje en la erad digital”
En cuanto a su situación salarial encontramos diversidad. En algunos casos no se afectó el salario, en otros sí. Hubo casos en los que hubo muchos despidos, otras empresas lograron sobrevivir con la misma planta laboral.
Cambiaron los ritmos de trabajo, en unos casos se aceleraron y en otros disminuyeron
Una conclusión interesante es que el uso de las tecnologías potenció las capacidades de personas con baja escolaridad. Sin necesidad de obtener un grado académico, al capacitarse en el uso de nuevas tecnologías mejoro su situación laboral.
En términos de diferencias de género nos parece interesante destacar que, en el rubro de ventajas, desventadas del trabajo remoto son claras las diferencias en las representaciones sociales que hombres y mujeres tienen respecto al trabajo en la familia y el cuidado de los demás- Las mujeres resaltan este aspecto en sus narrativas, los hombres lo ven más como convivencia, pero no como reparto de tareas en el hogar. Por su discurso podemos inferir que ellas asumen como “natural” ser ellas quienes se encargan del hogar y dan un lugar muy relevante a estar en casa para atender a la familia. El tema del cuidado asignado a las mujeres y reproducido por su propia actitud aparece nítidamente en esta investigación
En general el uso de tecnologías ha sido positivo en el desempeño de su trabajo, aunque depende tamicen mucho del tipo de trabajo que realizan.
En resumen, el trabajo en plataformas en tiempo de pandemia ha sido, desde la perspectiva de los entrevistados, algo positivo, que ha generado mayor eficiencia y aun las empresas reconocen que el rendimiento ha sido mayor. En la investigación realizada aparece una paradoja pues para el 96% de los entrevistados el trabajo remoto beneficia y facilita la vida personal , destacando movilidad laboral, descanso, movilidad cotidiana, hacer cosas a la vez, comer mejor, mayor comunicaron con las familias, no tener un horario fijo, no tener que convivir con personas que no desean,), posibilidad de autocuidado, de hacer más ejercicio, mejorar la calidad de vida), , y solo el 4% consideró que no le proporcionaba beneficio (mezclar trabajo con la vida personal sentirse invadido en el hogar por trabajo) y sin embargo al preguntarles acerca del desagrado con el teletrabajo aparece un 85% que así lo representa porque apuntan que :
No les gusta depender de la tecnología; depender de si funciona o no la máquina; estar permanentemente conectados, se exige dejar rastro, evidencia, de todas las actividades, es mayor la monotonía, por tanto mentalmente es más cansado; las relaciones son impersonales; hay lagunas en las comunicaciones; problemas de salud como vista cansada y problemas en la columna vertebral ; carecer de seguro; le desagrada la vigilancia que posibilita este tipo de trabajo; dejar de esforzarse y el cerebro se alienta porque la máquina resuelve todo; falta de privacidad en los espacios. “MI habitación es mi oficina y mi sala de juntas y todo”., afirmó un entrevistado. “Como saben que están ahí quieren tener parte de tu tiempo”. Se borran los horarios laborales. Todo es “urgente”; tienes que estar disponible todo el tiempo. Un sentimiento que les preocupa es ser prescindibles. Algunos destacan sentir aburrimiento, falta de concentración, el sentimiento de no ser productivo. Este tipo de comunicación no sustituye para nada lo presencial, en términos de convivencia. En el sector educativo: “La enseñanza no es solo contenido sino es aprendizajes sociales, emocionales, que implican contacto, una relación”. Ese tipo de trabajo en línea no permite construir grupo, comunidad, no es una opción. “Los niños no tiene conflictos y no pueden resolverlos”. “Al no tener a la persona frente a frente muchas veces la gente no entiende lo que les estás explicando” Al carecer de la tecnología adecuada hay que improvisar.
Los mayores obstáculos que encuentra en el desempleo de su trabajo con el uso de tecnología se resumen en:
Problemas de conexión en Internet, distracciones, falta de equipo adecuado, tener que estar disponible todo el tiempo, problemas de comunicación, sentimiento de aislamiento, problemas de salud, infraestructura eléctrica, dificultad en los procesos y cuestiones de administración del tiempo.
En cuanto a la percepción de bienestar individual y del equipo de trabajo en la modalidad de teletrabajo, alrededor de la mitad de los entrevistados considera que, si lo favorece, mientras que en cuanto a bienestar social a mayoría (93%) considera que si lo favorece
Trabajar en casa tiene muchos beneficios cuando se cuenta con un espacio adecuado y con la tecnología necesaria. En esos casos aumenta la autonomía y la calidad de vida, en casos de hacinamiento, violencia y cuando hay niños que crear genera graves dificultades.
Podemos concluir también que la tecnología no es solamente una herramienta dosificadora de trabajo, no solamente asigna tarareas a los trabajadores, sino que en la actualidad incorpora cada vez más la creatividad humana y en particular se vuelve una extensión de la creatividad humana.
Finalmente, es importante anotar que a pesar de que la percepción de nuestros entrevistados en general es positiva en relación con su teletrabajo, en este aspecto también existe una gran brecha. Los trabajadores muy capacitados en el uso y desarrollo de las tecnologías con o sin pandemia, cuenta con una situación laboral muy positiva y con un futuro prometedor. Muchos trabajadores entrevistados muestran una actitud positiva hacia su trabajo en el presente, pero una pesimista hacia el futuro, Pero muchos trabajadores siguen recibiendo salarios muy bajos, carecen de prestaciones, requieren tener varios trabajos, y también viven en un mundo laboral precario e incierto.
Bibliografía:
European Commission (2021) op.europa.eu/webpub/com/general-report-2021/es
Organización Internacional del Trabajo OIT (2019). Las plataformas digitales y el futuro del trabajo. https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---dgreports/---dcomm/---publ-documents-publication-wcms_645887.pdf
Ritzer, George (sf) La Mcdonaldización de la Sociedad, Editorial Popular, México
Srnicek, Nick (2018) Capitalismo de plataformas, Caja Negra Editora, Buenos Aires
Palabras clave:
Trabajo, uso tecnología, precarización laboral, juventud