El Salvador -
tobarquintero90@gmail.com
| 620
Resumen de la Ponencia:
El estudio sobre la universidad ha tomado importancia durante los últimos 50 o 60 años en El Salvador y la región. Desde el Cordobazo en 1918, las discusiones sobre la educación pública surgieron en distintos momentos del siglo XX, particularmente los cambios en la democratización, acceso de más estudiantes, entre otros, le puso un rumbo distinto al desarrollo del hombre y la mujer, es decir, la formación académica sufrió un cambio sustancial.Asimismo, la universidad ha pasado por distintas reformas en su historia, las primeras en fundarse se ocuparon de la docencia. En el siglo XIX y XX da un salto de calidad hacia la investigación y los últimos modelos aparecidos en el XX muestran un viraje a la formación de profesionales. En tal sentido, López (2015), expresa que la educación superior sufrió muchas críticas al volverse un modelo estático, transitando por distintas etapas que la volvieron una institución mercantilista, con muy poca investigación.El objetivo del presente artículo es examinar los principales aportes de la reforma universitaria a la educación superior en El Salvador en 1963, desde la historia social e institucional de la educación.
Introducción:
El estudio sobre la universidad ha tomado importancia durante los últimos 50 o 60 años en el país y la región. Desde el Cordobazo en 1918, las discusiones sobre la educación pública surgieron en distintos momentos del siglo XX. El rol jugado desde el siglo XII le puso un rumbo distinto al desarrollo del hombre y la mujer, es decir, la formación académica ocupaba un nuevo espacio en el animal racional.
El papel de las instituciones y de los intelectuales que surgieron en la edad media, fue generando la necesidad de expandir la educación, vinculada a la mejora de las condiciones de las sociedades en que se fundaban. Le Goff (1996) sostenía que el maestro era el que transmitía su pensamiento a los estudiantes en las escuelas y posteriormente en las universidades.
Asimismo, la universidad ha pasado por distintas reformas en su historia, las primeras en fundarse se ocuparon de la docencia. En el siglo XIX y XX da un salto de calidad hacia la investigación y los últimos modelos aparecidos en el XX muestran un viraje a la formación de profesionales. En tal sentido, López (2015) expresa que la educación superior sufrió muchas críticas al volverse un modelo estático, transitando por distintas etapas que la volvieron una institución mercantilista, sin ningún tipo de investigación en su interior.
Por ello, el objetivo del presente artículo es exponer los principales aportes de la reforma universitaria a la Educación Superior en El Salvador durante el periodo 1963-1980, enfocada desde la historia social e institucional de la educación propuesta por el profesor colombiano Reinaldo Rojas, tomando como elementos complementarios, los factores sociales y políticos que influyeron en la misma.
Así pues, el gran pensador francés Edgar Morín (2002) ha planteado que la reforma dentro de la universidad debe proporcionar profesores actualizados a las nuevas demandas y del mismo modo debe ir más allá de esto, la formación de una actitud investigativa creadora de un pensamiento complejo dentro de la misma.
Desarrollo:
La guerra fría en El Salvador
La guerra fría ocurrió en un contexto político ajeno a la realidad latinoamericana y centroamericana, tuvo efectos en la región a través de diversos conflictos políticos. Pettina (2009) plantea:
(…) El término Cold War, acuñado por el escritor británico George Orwell y retomado por el ensayista estadounidense Walter Lippmann, a quien se debe su popularidad para un público más amplio, fue efectivamente pensado para describir el conflicto que surgió entre Moscú y Washington, después de la Segunda Guerra Mundial, en torno al control de Europa (…). (p. 15)
En 1950 después de cinco años de finalizada, la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos y la Unión Soviética, se enfrentan en el primer gran conflicto, la guerra de Corea. Del mismo modo, en América Latina dicho fenómeno se mostró con la lucha por derrocar a muchos caudillos que se habían instalado con las dictaduras militares. El primer gran conflicto que reflejó esa lucha política fue la Revolución Cubana de 1959, encabezada por Fidel Castro y otros guerrilleros los cuales derrocaron a Fulgencio Baptista.
Tobar (2017) sostiene que la importancia de América Latina en la URSS, recobraron interés después de la Segunda Guerra Mundial y sobre todo, con el triunfo de la Revolución Cubana. La alianza tomo mucha importancia cuando los cubanos aliados de los soviéticos, permitieron la instalación de misiles en su país en 1961, año también en el cual se divide el mundo, bajo el telón de acero.
En Centroamérica, las dictaduras militares eran muy inestables y el gobierno de los Estados Unidos encontró una forma de enviar ayuda con la intención de borrar la idea del comunismo de la población. Además, dicho contexto estuvo marcado por la política del buen vecino impuesta por los estadounidenses desde principios de la década de 1940, para intervenir en los países bajo la lógica de la doctrina Monroe. Suarez y García (2008) exponen:
La política del Buen Vecino” fue sustituida por “la política de socios en la guerra”. La imprecisión de esa denominación puede argumentarse, entre otras cosas, con la manera oportunista en que el gobierno estadounidense utilizó ese conflicto bélico con vistas a lograr la aceptación tácita o expresa de la mayor parte de los gobiernos latinoamericanos y caribeños de los principales presupuestos de la doctrina Monroe (…). (pp. 73-74)
En la década del 60, en la Universidad de El Salvador se vivía una convulsión social en la que diversos frentes de izquierda buscaban un cambio en el manejo de la institución, lo cual iba a marcar el rumbo de la Educación Superior hasta la década del 70. Del mismo modo, las ideas de la Revolución Cubana estaban filtrándose en la sociedad, por lo que, Estados Unidos promovió un golpe en la Junta Revolucionaria de Gobierno, debido a que se les consideraba de un orden progresista, influenciado por las ideas comunistas. A la luz del análisis realizado por Ching y Lindo (2017) en este tiempo sucedió un conflicto entre los jóvenes militares y las élites cafetaleras.
Por otro lado, Turcios (2018) establece que la crisis del modelo modernizante ha llegado a una etapa no experimentado desde las elecciones de 1950, cuando Osorio llegó al poder a través del voto. Las contradicciones del modelo, planteo la inviabilidad de gobernar poniendo la carga sobre el pueblo salvadoreño. Además, el fenómeno de la guerra fría trajo una serie de consecuencias para los países latinoamericanos utilizando un discurso anticomunista y poniendo soluciones coyunturalistas.
Al realizar un análisis minucioso sobre la guerra fría, Ribera (2006) lo sitúa posterior a la segunda guerra mundial y dentro del conflicto este-oeste, al expresar:
(…) A pesar de haber sido aliados frente a la Alemania nazi y del acuerdo para un nuevo orden mundial, alcanzado en consecutivas conferencias presidenciales en Teherán, Moscú, Potsdam y Yalta, las potencias vencedoras guardaban una profunda desconfianza mutua. George Kennan, embajador de Estados Unidos en Moscú, envió en 1946 un larguísimo telegrama a su gobierno donde proponía adoptar una política de “contención” a fin de frenar la “expansión” que, según su apreciación, constituía la estrategia de Stalin (…). (p. 640)
De esta manera, la alianza para el progreso fue una respuesta para contrarrestar las ideas comunistas en el país se evitaría la llegada de ideas subversivas y apaciguar el descontento de las minorías. Sin embargo, como se dijo al interior de la Universidad el ambiente era muy convulso y la necesidad de un sistema educativo crítico era necesario. Toda esta serie de eventos, culminaría con la llegada de la guerra civil al país, donde la toma de la Universidad en 1972 y 1980 mostraría el nivel de polarización de la sociedad salvadoreña.
Contexto socio-político 1970-1980
El año de 1970 en la sociedad salvadoreña fue clave para definir el rumbo para replantear algunas ideas, es decir, determinó el cambio sociopolítico que ocurriría una década más tarde. Se podría afirmar que fue el germen de la sociedad agroexportadora construida un siglo atrás por los liberales, fue el final de una “belle epoque” causante de grandes desigualdades. En otras palabras, fue el final de los que Guidos (1982) llamó “los frutos de mayor esperanza”.
Asimismo, fue una década convulsa, donde las organizaciones de izquierda fueron creando grupos de choque contra el gobierno. En 1970 se fundan las FPL, por parte de ex miembros del Partido Comunista aliado de la doctrina sobre la coexistencia pacífica impuesta por los soviéticos, en 1974 se funda el Frente de Acción Popular Unificada (FAPU) el Bloque Popular Revolucionario (BPR) en 1975 y las Ligas Populares “28 de febrero” (LP-28) en 1977, entre otras. Esta década y la del ochenta fue catalogada por Menjívar (2007) como “tiempos de locura”, debido a que toda la desestabilización social consecuencia de una historia llena de desigualdades y represión, acabarían con el surgimiento de la guerra civil.
Misma idea es compartida por Torres-Rivas (2008) cuando expone, “nuestra clase dominante ha demostrado desde hace mucho tiempo una incapacidad estructural para resolver adecuadamente los efectos sociales y políticos que produce el tipo de crecimiento económico (…)”. (p. 126) Es decir, los problemas que genera el estilo de desarrollo impuesto por los intereses de la burguesía local y del gran capital internacional.
Con base a los anterior, 1980 fue la culminación de décadas de desigualdad social, represión y persecución política por parte de los regímenes militares en El Salvador y Centroamérica, en materia educativa significó el cierre de la Universidad de El Salvador por cuatros años, el asesinato de su rector, ingeniero Félix Antonio Ulloa y el asesinato de Monseñor Óscar Arnulfo Romero por los escuadrones de la muerte. Esta serie de sucesos desataría la violencia política en el país, hasta la firma de los acuerdos de paz en 1992.
De igual manera, sería catalogada como la más violenta por sus implicaciones políticas-ideológicas, el FMLN lanza la primera gran ofensiva, con la intención de que el pueblo se incorporará a la lucha social por cambiar el sistema político existente. Al interior del alma mater se vive un fervor de organización social por parte de los estudiantes, trabajadores y profesores, muchos de los cuales serán parte importante en la guerra. El papel de la Universidad pues, será importante para denunciar las injusticias cometidas durante las décadas anteriores.
La revista La Universidad (2013) plasmaría esto al referirse a la época al exponer, “Durante el largo periodo de la Guerra Popular Revolucionaria (1980-1992) la UES asumió su papel como conciencia crítica de la sociedad y como uno de los pilares más sólidos del movimiento y la lucha popular (…)”. (p. 62)
La Educación Superior en El Salvador 1963-1980
Comprender la Educación Superior desde la década de los sesenta hasta los años ochenta, es hablar del periodo de la época de oro de la única universidad pública en El Salvador y consecuentemente de su mayor desarrollo científico-académico. Tampoco se puede ignorar que la década del setenta fue la entrada en crisis del modelo de la reforma universitaria de 1963, impulsada por Fabio Castillo Figueroa. Desde la década de 1930, se empezaba a discutir la necesidad de una reforma profunda en la universidad. Navarrete (1972) quien llegaría al puesto de rector, hacia énfasis en dicha necesidad, al mencionar:
(…) Toda reforma en la enseñanza debe hacerse de verdad, es decir, sobre la realidad, a conciencia y en serio. No importa que esa reforma sea exigua: ella será grande si responde a las posibilidades del momento. De lo contrario, innovar solo por innovar seria caer en el charlatanismo; todo se volverá farándula, pedantería, exhibicionismo, que en definitiva no conducen a nada solido y perdurable (…). (p. 29)
Lo anterior, hace referencia a un cambio que se hacía necesario en la institución, ideas que se van a complementar con dos hechos sucedidos en 1948 y que cambiaron el rumbo del país y de la UES, estos son: el primero fue el inicio de la etapa modernizadora y un cambio en el rumbo del autoritarismo militar iniciado con Martínez en 1931 y el segundo la Fundación de la Facultad de Humanidades por el rector Dr. Carlos Llerena, quien había regresado del exilio en 1944. Turcios (2018) al exponer el cambio político de la época, expone:
El 14 de diciembre de 1948 un grupo de jóvenes militares encabezó el Consejo Revolucionario de Gobierno y formó una nueva alianza de poder con intelectuales y empresarios. El golpe de estado del 14 de diciembre proclamo la revolución y las movilizaciones a favor del grupo dirigente fueron casi como las de 1944. (p. 31)
Asa también, al explicar la fundación de la Facultad de Humanidades, Prada y Silva (2010) manifiestan que dicha fundación estuvo inspirada en las ideas de Córdoba de 1918. Es decir, producto de la ola democratizadora y de las necesidades de formar humanistas en la máxima casa de estudios del país. Las ideas del gobierno para ese momento se habían filtrado en algunos grupos al interior de la universidad, por tal razón, cuando en 1950 Llerena buscó la relección la AGEUS se volcó en contra.
Herrera (2008) plantea una serie de propuestas que conllevó la construcción de la universidad a principios de los años cincuenta, enumerando las principales exigencias de los estudiantes y académicos, entre ellas:
la reacción contra un positivismo reduccionista de lo humano que, en ese momento, peligraba con fortalecerse bajo concepciones desarrollistas; la concepción de un alma máter integral, donde el estudiantado se convertía en parte constitutiva de su esencia al igual que los catedráticos; la apuesta por la cultura y la crítica a la idea de universidad como «fábrica» de profesiones. (p. 666)
Esta nueva visión de entender la universidad, creció rápido y logro cambios importantes para mejorar la Educación Superior en El Salvador, hasta llegada la década del sesenta, donde los ideales de 1950 se cumplieron mediante la llamada “reforma universitaria”. Hasta esta época los gobiernos de turno habían tenido influencias en la elección de las autoridades, la relativa autonomía ganada en 1950 no fue del todo permitida.
La revolución del 48 trajo consigo muchas reformas a la constitución y mejoras sociales; sin embargo, la represión hacia la población estuvo presente de manera sistemática. La universidad se convirtió en el referente de la izquierda salvadoreña, muchos de sus catedráticos y autoridades fueron reprendidas, las ideas de la guerra fría y el triunfo de la revolución cubana hizo que cualquier manifestación se considerara como una expresión subversiva. Aparecieron en este momento, la creación de movimientos estudiantiles vinculados a la izquierda como Acción Estudiantil Universitaria (AEU) y de derecha, Acción Católica Universitaria (ACUS). A este conjunto de ideas provenientes de la reforma de Córdoba de 1918, se le unió el más grande proyecto de reforma universitaria en El Salvador.
La etapa progresista de la universidad se caracterizó en 1963, por una toma de conciencia sobre el papel de los estudiantes y profesores en la educación y su accionar en la sociedad. Valle (1993) al ser uno de los protagonistas de la reforma, en su tiempo de estudiante organizado, al referirse al proyecto expresa, “en estas condiciones, hay otro proceso que considero importante mencionar en la evolución del decenio de 1960; es lo que podemos llamar, simplistamente, el Movimiento de Reforma Universitaria (…)”. (p. 68)
La importancia del este decenio significó muchos avances en materia de educación superior, es decir, en la única universidad pública y del país hasta entonces. La reforma mencionada implemento un modelo de universidad innovador hasta la época en Centroamérica, donde las funciones de la docencia, la investigación y la participación estudiantil en el gobierno universitario genero un éxito. Entre esos cambios importantes se pueden mencionar: la construcción de la Ciudad Universitaria, creación de programas de bienestar estudiantil, intercambios académicos, becas de pregrado y posgrado, creación de facultades, entre otros.
Tomando en cuenta el aporte en la creación de las facultades, la de humanidades sufre una trasformación en 1969, tomado en el Consejo Superior Universitario y esta pasa a llamarse Facultad de Ciencias y Humanidades, donde se integraron los Institutos de Ciencias Naturales y Matemáticas y el Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales. Se crea el Departamento de Sociología y la carrera de Filosofía y Letras que era una sola se divide en Licenciatura en Filosofía y su Departamento, igualmente pasa con la de Letras.
Otro de los aportes y no menos importante, fue la democratización de la Universidad, con la inauguración de nuevos campus en Santa Ana en 1965 y San Miguel en 1966. Esto permitió la aceptación de 1000 estudiantes en 1960 a 3000 en 1965-70. Muchas figuras académicas tomaron la dirección de distintos departamentos y facultades. Así, por ejemplo: Manuel Luis Escamilla, Alejandro Dagoberto Marroquín, Jorge Arias Gómez, Rafael Menjívar Larín, profesores brillantes de la época que acompañaron a Fabio Castillo. En el caso de Escamilla, citado por Tunnerman (1980), al escribir sobre los principales aportes de la reforma en la institución planteaba:
La reforma no podría ser definida más que a condición de hacerlo en dos estratos diferentes uno referido a los sistemas pedagógicos docentes y otro a los estudiantes. El profesor y el estudiante son las dos raíces básicas de la Universidad y a ellas va dirigida la reforma. Pero como la naturaleza de esos dos elementos es completamente diferente, no hay concepto que pueda encerrarlos unívocamente. (p. 339)
Las ideas anteriores muestran lo holístico de la reforma y por ello, no se puede ofrecer una definición de la misma. El diseño con que se construyó le dio la categoría de una de las mejores de la época y un modelo digno de seguir en la región. Lo enriquecedor de la formación académica, la producción de conocimiento y el bienestar estudiantil. Flores (1976) enumera los principales programas ejecutados en el periodo de 1963-1967:
Reformas académicasReforma docente Planificación Extensión universitaria y bienestar estudiantil Participación de ayuda internacional y privada
Hasta 1970, el modelo de universidad implementado, había funcionado perfectamente, en esta misma fecha hubo una huelga de las áreas comunes, aunque según Martínez (2010) fue una revuelta de estudiantes. Las principales quejas de los alumnos eran las severas reprobaciones de estudiantes y la mala práctica pedagógica de los profesores. Casualmente dicha revuelta inició en el Departamento de Física de la Facultad de Ciencias y Humanidades, cuyo decano era Fabio Castillo.
Asimismo, entre 1971 y 1972 se vivieron otras tensiones dentro del Alma Mater, la crisis de cupos en medicina, cuya medida para solucionarlo fue lo que se llamó las puertas abiertas, es decir, no estableció ningún criterio para aceptar estudiantes. Además, se impugnaron las elecciones de 1971 por carecer de bases legales, por lo que, la Corte Suprema de Justicia las declaró ilegales y esto dio paso para la intervención de la universidad en 1972.
A partir de esta fecha, muchos profesores fueron expulsados, algunos por las revueltas de 1970 y otros porque fueron acusados de subversivos por el gobierno del coronel Molina, quien fraudulentamente ganó las elecciones en 1972. Hasta 1974 la universidad fue entregada a las autoridades, pero las condiciones de funcionamiento ya no sería la misma. La llegada de los análisis marxistas a diferentes líderes estudiantiles y académicos, permitió la fundación de algunos frentes guerrilleros, los cuales en 1980 formarían parte del FMLN histórico.
A esta etapa que vivió la UES, Herrera (2008) le llamó la “crisis del modelo desarrollista”, donde se realizó un análisis amplio del verdadero papel de la universidad, el cual ya no respondía a la situación de una década antes. El sistema educativo era visto por algunos marxistas como una estructura injusta que reproducía su dominación y no liberaba al ser humano. La situación se volvió crítica cuando en 1979 Félix Ulloa toma la rectoría de la institución y es asesinado por los escuadrones de la muerte en 1980.
De aquí en adelante, la calidad del modelo educativo de la UES no volvió a ser el mismo, el conflicto militar que vivió el país, representó el saqueo de los bienes de la institución y de la cual no ha podido levantarse. La llegada de cuadros intelectuales de otros países se acabó con la crisis de 1970-71 y el éxito de la reforma no volvió a suceder en la máxima casa de estudios. En los años 80 apareció otro concepto formulado por las autoridades de la UCA, la cultura liberadora. Para concluir, se muestra la tabla que simboliza el éxito del modelo universitario en el periodo 1963-68, el cual debió modernizarse a partir de los setenta y terminó en una revuelta de estudiantes universitarios y el despido de muchos profesores.
Tabla 1
Principales avances de la reforma universitaria
Sector 19631968Estudiantes 3,2006,500Docentes tiempo completo60350Metros cuadrados construidos 20,00060,000Becarios internos 0400Centros regionales 02Docentes, investigadores, administradores becados en el exterior 080Graduados 90290 Fuente: Elaboración propia tomado de Valle (1991). p. 263.
Conclusiones:
El conflicto de la guerra fría fue un fenómeno político externo a la región, pero que, tuvo muchas implicaciones sociopolíticas en El Salvador al establecerse la lucha entre dos bandos: capitalistas y socialistas. Esto obligó al gobierno a mantener bajo control a toda la población, incluyendo a la universitaria.
La reforma universitaria marcó un antes y después de la educación en el país, debido a que modificó todo lo que se venía haciendo dentro del Alma Mater, durante más de una década la formación de los estudiantes y profesores contó con programas estratégicos para fortalecer la Educación Superior.
El movimiento de reforma universitaria expresó el descontento de la comunidad por una educación autoritaria y desfasada, inspiradas en las ideas de Córdoba, la cual ponía al centro el bienestar estudiantil, la investigación y la formación docente como pilares principales. Por ello, se rechazó a la universidad solo como formadora de profesionales, sin un pensamiento crítico.
La crisis de la reforma se originó a causa de las quejas de estudiantes sobre los métodos de evaluar e impartir clases de los catedráticos. Ello contribuyó a que las autoridades buscaran soluciones inmediatas, pero, las cuales no ayudaron a detener la caída del modelo más exitoso de la UES. Las autoridades no comprendieron que los que debió hacer era una actualización de la reforma al contexto del momento.
A partir de la década de los setenta y ochenta, la Universidad vivió su peor crisis de la historia. El exilio de muchos profesores brillantes, asesinato de estudiantes, deterioro de infraestructura, laboratorios, el cierre de la misma por los militares, la condenaron a la baja de la calidad académica. El asesinato de Félix Ulloa y el cierre de la universidad en 1980, desencadenó el descontento universitario.
Bibliografía:
Álvarez, M. y Silva, M. (2010). Creación de la Facultad de Ciencias y Humanidades. Revista La Universidad, (10-11), pp. 55-61.
Ching, E. y Lindo, H. (2017). Modernización, autoritarismo y guerra fría. La reforma educativa en El Salvador. San Salvador, El Salvador: UCA Editores.
Flores, M. (1976). Historia de la Universidad de El Salvador. En Anuario De Estudios Centroamericanos, 2(1), pp. 107-140.
Herrera, S. (2008). Pensamiento universitario latinoamericano. En García, C. (2008). Pensamiento universitario latinoamericano. Pensadores y forjadores de la universidad latinoamericana. (pp. 637-675). Caracas, Venezuela: CENDES, IESALC-UNESCO.
Guidos, R. (1982). El ascenso del militarismo en El Salvador. San Salvador, El Salvador: UCA Editores.
Le Goff, J. (1996). Los intelectuales en la edad media. Barcelona, España: Gedisa. 1996.
López, D. (2015). La construcción histórica de la Educación Superior. Modelos universitarios y docentes. San salvador, El Salvador: Centro de Investigaciones en Ciencias y Humanidades.
Martínez, C. (2010). La huelga de áreas comunes. Revista La Universidad, (10-11), pp. 13-53.
Menjívar, R. (2007). Tiempos de locura. San Salvador, El Salvador: Índole Editores.
Navarrete, S. (1977). En los jardines de academo. San Salvador, El Salvador: Editorial Universitaria.
Pettiná, V. (2019). América Central y la Guerra Fría, apuntes para una historia. https://www.academia.edu/40651703/Am%C3%A9rica_Central_y_la_Guerra_Fr%C3%ADa_apuntes_para_una_historia
Ribera, R. (2006). La guerra fría. Breves apuntes para un debate. Realidad: Revista de Ciencias Sociales y Humanidades, (110), pp. 637-663.
Suárez, L. y García, T. (2008). Las relaciones interamericanas: continuidades y cambios. Buenos Aires, Argentina: CLACSO.
Tobar, L. (2017). Los estudios sobre América Latina en la Unión Soviética y Rusia. Revista AKADEMOS, 1(28), pp. 105-114.
Torres-Rivas, E. (2008). Centroamérica: entre revoluciones y democracia. Bogotá, Colombia: CLACSO.
Tünnermann, C. (1980). Pensamiento universitario centroamericano. San José, Costa Rica: EDUCA.
Turcios, R. (2018). Autoritarismo y Modernización. San Salvador, El Salvador: Universidad Evangélica de El Salvador.
Valle, V. (1993). Siembra de vientos El Salvador 1960-1969. San José, Costa Rica: CINAS.
Valle, V. (1991). La educación universitaria en El Salvador. Un espejo roto en los 80’s. Realidad: Revista De Ciencias Sociales Y Humanidades, (19-20), pp. 255-279.
Universidad de El Salvador. (2013). Bosquejo histórico de la UES. Revista La Universidad, (20), pp. 11-75.
Palabras clave:
Reforma universitaria, Educación superior, Guerra fría, Contexto sociopolítico, Movimiento estudiantil