Argentina -
stellakande@gmail.com
| 4140
Resumen de la Ponencia:
El desarrollo los/as niños/as se relaciona con las formas y vivencias incorporadas en los procesos de socialización primarios y secundarios; los hábitos y las practicas alimentarias se desprenden de ellos y del entorno a nivel mundial y a nivel país en el cual se desarrollan. Luego de la pandemia por COVID-19, donde la desigualdades sociales se incrementaron de manera exponencial, toma relevancia la trascendencia de preguntarse cómo estos crecen, ya que son la base de la sociedad del mañana.
En este contexto, el pauperismo que abunda hace mella en los hábitos y costumbres de cómo nos alimentamos. Los sectores populares en la Argentina elaboraron diversas estrategias para poder acceder a una alimentación que a su criterio es balanceada y nutritiva. Entre ellas, podemos ilustrar uno de los diferentes canales por los que acceden a la comida, como es la participación con mayor o menor fuerza de Instituciones Gubernamentales, como son los comedores escolares, en Instituciones No Gubernamentales, que intervienen y colaboran con Organismos Internacionales y/o Movimientos Sociales.
En este estudio abordamos las representaciones sociales sobre los hábitos y las prácticas alimentarias de los/as niños/as que concurren a los jardines comunitarios de la Fundación de Organización Comunitaria -FOC-, ubicada en Lomas de Zamora, Provincia de Buenos Aires, Argentina en el año 2021. Utilizamos una metodología cualitativa, con un diseño descriptivo y transversal. La técnica de recolección de información fueron las entrevistas en profundidad y entrevistas virtuales. La investigación fue llevada a cabo por los/as alumnos/as y docentes pertenecientes a la carrera de Sociología, de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires en el marco del Seminario "Metodología de la Investigación: El Ámbito de la Opinión Pública", cátedra Jorge Alberto Vujosevich quien dirigió este seminario por casi 30 años. Este trabajo es en su memoria.
Introducción:
Es importante destacar que el presente trabajo es fruto de la colaboración entre alumnos y docentes en el marco del Seminario de Investigación: El Ámbito de la Opinión Pública cátedra Jorge Alberto Vujosevich y Stella Maris Moreira, de la Facultad de Ciencias Sociales Universidad de Buenos Aires.
Equipo de Alumnos y Docentes:
Angeloni Deborah, Bastide Geronimo, Pons Estel , Ramirez Aufgang Federico, Alderete Félix, Bouzas Carla, Calogero Federico, Calvete Sofia , Danza Smith Camila, Eymann Milena, Fernandez Molina Manuel, Frattini Lena, Gelber Tamara, Gendler Gustavo, Gurruchaga Maite, Larrán María, Linari Federico, Manfra Matias, Mansilla Matias, Martínez Laura, Medina Natalia , Medran Agustina, Pizarro Lara , Simeran Florencia. Docentes: Stella Maris Moreira, Victoria Campo, Mercedes Giadas y Ernesto Lespada.
Introducción
La preocupación por los hábitos alimentarios y nutricionales de las niñeces se ha vuelto un tema de relevancia a nivel mundial, tal es así que estudios realizados en el año 2019 por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) detectó que cada vez más los/as niños/as sufren las consecuencias de la mala alimentación y de un sistema alimentario que no tiene en cuenta sus necesidades nutricionales.
En la misma línea, un estudio realizado por el Instituto de Investigación Social Económica y Política Ciudadana (ISEPCI) en el año 2021 en la República Argentina, muestra gran presencia de sobrepeso y obesidad en más de un cuarto de los/as niños/as a nivel nacional, donde se afirma que los trastornos nutricionales son reproductores de desigualdad social. Estos hallazgos concuerdan con la definición de malnutrición y las formas que adopta según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre las que aparecen con claridad el sobrepeso y la obesidad (OMS, 2021). Esto se encuentra en estrecha relación al mayor consumo de alimentos de alta densidad energética y bajo contenido de nutrientes, tanto más bajo cuanto más procesado esté el alimento (Peña y Bacallao, 2001).
Teniendo en cuenta dicho contexto, surge la necesidad presentada por la Fundación de Organización Comunitaria (FOC) por entender los hábitos y las prácticas alimentarias de los/as niños/as, que asisten a alguno de los 7 Jardines Comunitarios que ellos administran en el partido de Lomas de Zamora, Provincia Buenos Aires, Argentina, durante el año 2021.
La Fundación forma parte del Consejo de Lomas de Zamora y “Argentina Contra el Hambre”, por lo tanto, tiene un profundo interés en la calidad nutricional de los alimentos que reciben los/as niños/as que asisten a dichos Jardines. Manifestando la necesidad de trabajar en lograr mejorar la calidad alimentaria, renovando su inquietud por llevar adelante una investigación que ayude a comprender los hábitos y prácticas alimentarias de la comunidad y de los/as niños/as.
Enmarcados dentro de esta problemática, es que la FOC convocó al Seminario “Metodología de la investigación social: el ámbito de la opinión pública” Cátedra Vujosevich-Moreira de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, en la búsqueda por comprender cuáles son las Representaciones Sociales sobre los hábitos y las prácticas alimentarias de los/as niños/as que concurren a los jardines comunitarios de FOC, durante el año 2021.
La estrategia metodológica utilizada es cualitativa, con un diseño descriptivo y transversal. En el marco de la pandemia del COVID-19, se buscó articular interactivamente los elementos del estudio e incorporar la posibilidad de cambio para captar los aspectos relevantes de la realidad analizada durante el transcurso de la investigación.
El universo de estudio son los/as niños/as de 2 a 5 años que asisten a los siete Jardines Comunitarios de la FOC en el año 2021, en el Municipio de Lomas de Zamora. Siendo la unidad de análisis, dichos niños/as.
Se realizaron entrevistas en profundidad (Marradi, et al., 2007) y entrevistas virtuales a través de plataformas de videollamadas que resultan fundamentales a la hora de encarar esta técnica (Moreira, et al., 2021: p6). La unidad de recolección de los datos fueron los responsables de gestionar la alimentación tanto dentro como fuera del hogar de los/as niños/as que asisten a los Jardines Comunitarios de la FOC.
La muestra fue confeccionada por conveniencia aspirando a la saturación teórica (Flick, 2007). Para acceder a los casos procedimos a contactar a informantes clave que nos facilitaron el acceso al campo: las coordinadoras de los Jardines, quienes nos acercaron a las personas responsables de preparar los alimentos para los/as niños/as. Se realizaron 97 entrevistas las cuales 58 presenciales 39 virtuales, entre los distintos jardines. La mayoría de los/as entrevistados/as tenían menos de 40 años y eran mujeres.
Desarrollo:
HABITOS Y PRACTICAS ALIMENTARIAS DE LOS/AS NIÑOS/AS
En general, los/as entrevistados/as declararon ser parte de familias nucleares de padre, madre y hasta dos hijos. Existen algunos casos de madres solteras o familias más o menos numerosas. Asimismo, las personas entrevistadas valorizaron como central el momento de las comidas en familia, situando en importancia la cena y, ubicando la merienda en segundo lugar:
“Por eso la cena es lo que más se comparte en familia y trato de respetar eso" (Mujer, 24 años)
“Y cuando nos sentamos a comer a la noche, cuando estamos todos juntos, porque durante el día no estamos juntos...” (Mujer, 32 años)
Respecto a las comidas habituales, los/as niños/as suelen comer 3 o 4 veces por día (desayuno, almuerzo, merienda, cena), siendo los platos caseros más habituales durante la semana. Durante los fines de semana se busca cortar la rutina consumiendo alimentos más procesados.
También existen otros consumos rutinarios como son los vegetales que usualmente son mezclados en sopas, hervidos o combinados en otras preparaciones. Respecto a alimentos cárnicos, el pollo es el de mayor predominancia, seguido por la carne y por último, el pescado que se consume de manera muy escasa.
Respecto a bebidas consumidas, en su mayoría predomina el agua con alternancia de jugos en polvo; las gaseosas son mayormente asociadas a comidas de fin de semana.
Los postres, por su parte, son de consumo esporádico. Mientras los snacks aparecen como consumo muy moderado y las frutas son el consumo de colación más común, abundando las bananas, manzanas y naranjas.
En cuanto al consumo lácteo, se ingiere principalmente leche y yogurt. También aparece como complemento para otros platos como pastas o polenta en forma de quesos.
Respecto al consumo dado en meriendas o desayunos, se suele acompañar una taza de leche o infusión con alimentos de alto contenido en azúcares como galletitas, pan con dulce o facturas. Casi no ha habido menciones de ingesta de cereales.
Sobre la preparación de todos estos platos, las familias optan en su mayoría por dos opciones: realizando varias comidas para almacenar para los días venideros, o bien, generando un plato específico para cada momento de comida, aludiendo al disgusto por la comida descongelada o recalentada. Asimismo, el método de cocción predilecto es el horneado en contraposición con la fritura, llevada a cabo en menor medida. Como rasgo a destacar, cada plato preparado es asociado a las diferentes estaciones del año, siendo los guisos platos invernales, y las ensaladas platos primaverales.
Finalmente, existe una costumbre ampliamente extendida: repetir el plato. Algo que según los diferentes relatos ocurre tanto al interior de los jardines como de los hogares:
“(…) yo siempre que cocino, la olla siempre está llena y todos repiten (…) ósea como que cocinas siempre olla popular (...) No, porque ponele el más grande te puede comer tres platos sin ningún tipo de problema, así que…y el segundo, el de en medio, va a comer dos (...) todos son de buen comer” (Mujer, 42 años)
LUGARES Y CANALES DE ACCESO A LOS ALIMENTOS
Las familias comentan sobre una variedad de lugares de acceso a alimentos que van desde kioscos y almacenes, hasta verdulerías y grandes mercados. En este sentido, dependiendo la familia, se efectúan grandes o pequeñas compras programadas, a veces combinando ambas y siempre en relación a la idea de “vivir al día” en un sentido económico. También, es de fuerte consideración el espacio para almacenar o conservar los alimentos, al momento de hacer compras más o menos numerosas. Otro de los factores considerados es la cercanía, la calidad y los precios, relacionados con la comodidad para efectuar la compra. Notamos que, quienes acceden a las compras de los alimentos, suelen movilizarse hasta sus lugares de compra en colectivo o auto:
“Hace años que no sé lo que es un supermercado, para ir y comprar en cantidad. No, porque tengo una heladera muy chiquita y no va a aguantar todas esas cosas. Yo vivo al día al día. Algo así.” (Mujer, 53 años).
. En cuanto a canales de acceso, algunas familias comentaron tener facilidades al trabajar en mercados o tener su propio negocio, pudiendo extraer alimentos de allí, con la posibilidad de un descuento de su salario en varios casos. Asimismo, las pensiones no contributivas como ser la Asignación Universal por Hijo, la Asignación Familiar por Hijo y la Tarjeta Alimentar, son fuentes de ingresos que las familias indagadas dedican exclusivamente a alimentos.
REPRESENTACIONES SOBRE LOS GUSTOS Y LAS PREFERENCIAS DE ALIMENTACIÓN DE LOS/LAS NIÑOS/AS
A partir de las representaciones sobre los gustos y las preferencias de alimentación de los/as niños/as, se encontró que los principales alimentos que les gustan son: fideos, arroz, milanesas, puré de papas, guiso, pizza, papas fritas, carne, papa, tomate, empanadas y las salchichas. De las comidas dulces, la banana y la manzana como frutas preferidas. También detectamos fuerte aceptación de los lácteos, especialmente leche y yogurt. Por otro lado, las personas responsables de gestionar la alimentación dieron cuenta sobre los principales alimentos que no les gustan a los/as niños/as son verduras de hojas verdes, carne vacuna, tomate, zanahoria, zapallo y ensaladas en general. A pesar de tener las frutas mayor aceptación en términos generales, se encuentran ciertos disgustos hacia frutas como la frutilla o el kiwi.
Sin embargo, respecto al consumo de verduras, observamos a partir de los dichos de los/as responsables, que la forma de preparación más atractiva para los/as niños/as es aquella que incluye agua (sopas, caldos, soyo, etc) y lleva las verduras cortadas pequeñas o incluso procesadas. Respecto a las frutas, encontramos que éstas suelen consumirse como snack a lo largo del día, dado que es común que sean de libre acceso para los/as niños/as en sus casas.
En términos generales, las preferencias respecto al consumo de determinados alimentos tienen que ver con el modo en que son preparados. Asimismo, existe entre los/as niños/as un repudio generalizado hacia ciertos aspectos específicos de los alimentos, siendo el color ejemplo de ello. En este sentido, podemos afirmar que gran parte del rechazo no se debe a una cuestión de sabor, sino visual.
PERCEPCIÓN Y OPINIÓN DE LOS RESPONSABLES DE GESTIONAR EL ALIMENTO DE LOS/AS NIÑOS/AS
En cuanto a la percepción y opinión sobre las prácticas y hábitos alimentarios de los/as niños/as, emergen deseos y aspiraciones vinculados a la adopción de una alimentación saludable, también relacionado con la variedad.
“Me gustaría que coma más verdura o que varíen un poco más porque siempre es lo mismo, como que entramos en una rutina también con lo que es la comida” (Mujer, 30 años).
“Y que quiera comer más carne porque tiene más vitaminas que el fideo blanco” (Mujer, 24 años)
La dificultad para cumplir con estas aspiraciones en algunos casos genera un sentimiento de culpa en las personas responsables:
“Capaz que también fue culpa mía (que no le dio verdura) antes, viste que a veces les cuesta de grandes agarrar la verdura si no se las das de chiquitos. Yo digo que también es culpa de nosotras las mamás que no los acostumbramos a comer verdura u otras cosas” (Mujer, 42 años)
“Creo que el problema soy yo, porque él dice no y ya lo deja ahí, no insisto” (Mujer, 35 años).
También, se menciona la necesidad de contar con información sobre composición y proceso de producción de los alimentos (sobre todo en mamás jóvenes):
“A veces estamos dándole a los chicos cosas que no son necesarias, pienso en como es el procedimiento de las galletitas que tiene mucho colorante. La verdad que las verduras también a veces las cortas y están podridas o tienen un montón de químicos, nos queremos informar de eso también” (Mujer, 25 años)
PERCEPCIONES SOBRE LAS COSTUMBRES EN TORNO A LA PREPARACIÓN DE ALIMENTOS DE LOS/AS NIÑAS/OS
En las familias se suelen preparar los alimentos que se han aprendido a consumir en la niñez, cocinando principalmente comida en ollas y hornos.
La disposición del tiempo surge como una variable clave a la hora de decidir qué alimentos preparar y consumir. También, está muy presente la idea de no desperdiciar la comida, ya sea puede ser reutilizada en otras comidas, como una vianda para el trabajo, para alimentar a las mascotas o simplemente se prepara lo justo.
Por otro lado, surgió en múltiples ocasiones la idea de esforzarse por comer bien asociada al consumo de frutas y verduras, a lo preparado en casa y a la variedad. Sin embargo, en este énfasis por la variedad hay una idea asociada con preparaciones distintas, sin contemplar los distintos nutrientes que los/as niños/as necesitan:
“Yo hago de todo yo hago papa, hago medialuna, hago ñoquis, pizza, hago todo, ósea que siempre tenemos un menú para todos los días” (Mujer, 33 años).
Este esfuerzo por comer mejor se encuentra muchas veces obstaculizado por las dificultades para que los/as niños/as ingieran algunos alimentos, lo que lleva a que sus responsables usen distintas estrategias para lograr su consumo. Cuando éstas no logran ser efectivas, se suele tomar la decisión de preparar comida a su gusto, incluso cuando eso significa hacer preparaciones percibidas como menos saludables.
Para la mayoría de las familias la idea de una planificación de las comidas no les es propia, sino que la decisión es hecha de manera espontánea. Si bien algunas afirman contemplar en su decisión cuestiones presupuestarias, priorizar lo que está a mano o, en algunos casos minoritarios, evitar cosas que engordan; la estrategia más común a la hora de tomar decisiones sobre las comidas es preguntar a los/as niños/as que quieren comer o darles opciones para que decidan y priorizar comidas que rindan.
REPRESENTACIONES QUE TIENEN LOS/AS NIÑOS/AS SOBRE LA COMIDA DE LOS COMEDORES DE LOS JARDINES DE FOC
En términos generales, la gran mayoría de los/as niños/as que asisten a los jardines de FOC disfrutan la comida que allí sirven. En los casos donde no comen, muchas de las personas entrevistadas coinciden en cuestiones vinculadas a lo colorido de las comidas, en referencia a las verduras. Y, en los casos excepcionales que manifestaron no gustarles la comida, no ofrecieron mayores detalles sobre la razón.
También se identificaron diferentes prácticas en relación con la alimentación de los/as chicos/as en los jardines, que no se vinculan directamente con sus gustos. Por un lado, el espacio grupal de comida conlleva a que muchos/as coman incluso más que en sus hogares, e incluso muchas comidas que en su casa no comen, en el jardín sí las comen. En algunos casos sucede que a partir de ir al jardín prueban nuevas comidas y empiezan a comer más variado en su casa.
Al consultar sobre la opinión en posibles cambios en el menú, la mayoría de las personas entrevistadas manifiestan estar satisfechas con el menú vigente y no sugieren modificaciones.
Finalmente, se observó una falta de información sobre la alimentación que reciben los/as chicos/as en el jardín, ya que algunos/as mencionaron que no saben qué comen sus hijas/os.
MANIFESTACIONES, CULTURALES ,ETICAS Y REGIONALES
Existe una gran diversidad cultural y de nacionalidades en la población entrevistada. De las 97 entrevistas realizadas, 52 provienen o tienen relación con otras provincias o países (Misiones, Tucumán, Paraguay y Bolivia, fueron algunas de las más nombradas). Teniendo en cuenta las características de la población, se pudieron identificar comidas y recetas de estos lugares de procedencia que forman parte de los hábitos alimentarios de estas familias. Y con ello surgieron algunas dificultades de los/as niños/as para incorporar algunos condimentos, lo que puede resultar en algunos casos en preparaciones especiales para ellos.
Los testimonios de personas pertenecientes a Paraguay mostraron la preferencia de acompañar tanto las comidas con jugos o licuados de frutas, evitando por momentos las gaseosas. Además, se destacó el consumo de animales salvajes y la tradición de comer lo que cultiva la comunidad, algo visto como saludable e importante de transmitir a los/as niños/as. En definitiva, el consumo de estas comidas aparece como un hábito incorporado, relacionado con una tradición familiar:
“No sé porque, capaz porque, es algo que traemos de allá y no… es… es algo que nos gusta, es algo que ya, ya sabemos cómo es, de lo rico que es, y eso.” (Mujer, 51 años)
Gran parte de los/as entrevistados/as provenientes de otras regiones parece ser importante mantener este tipo de comidas típicas dentro de la alimentación de la familia. No sólo por una cuestión identitaria o de tradición, sino también por la valoración positiva que los/as entrevistados/as otorgan a los hábitos alimentarios propios de sus lugares de origen.
Otro aspecto positivo recogido de los testimonios de los entrevistados respecto a estos hábitos alimentarios está relacionado al alto valor energético que las comidas aportan, relacionadas al trabajo manual. Es interesante problematizar las diferentes necesidades energéticas que pueden existir al interior de un hogar para pensar el problema de investigación.
VINCULACIÓN ENTRE EL GÉNERO Y LAS PRÁCTICAS Y HABITOS ALIMENTARIO DE LOS HOGARES
Podemos subrayar que se observó una gran presencia de casos femeninos en las entrevistas. De las 97 personas entrevistadas, 90 resultaron ser mujeres, 36 declarando ser amas de casa y 10 desempleadas. Por lo que la mitad de las mujeres entrevistadas se encuentran gran parte del día en la casa y, por ende, se encargan de varias de las tareas cotidianas del hogar. Para indagar esta cuestión, preguntamos a los/as entrevistados/as acerca de la distribución de tareas en torno a la toma de decisiones acerca de la alimentación familiar, preparación de las comidas, limpieza y compras relacionadas con la alimentación.
La gran mayoría de los/as entrevistados/as mostraron que esas tareas recaen en las mujeres. Esta división notoria de tareas por género, es lo que construye roles de género, es decir, normas y prescripciones sociales sobre lo que debería ser el comportamiento femenino o masculino. Y si bien los roles varían de acuerdo a distintos factores, existe una división básica que corresponde a la división sexual del trabajo: las madres paren, por ende, son las encargadas del cuidado de sus hijos, de su alimentación, en definitiva, de lo doméstico (Lamas, 2002). Algunas de las mujeres entrevistadas, comentaron a su vez que tenían hijas adolescentes, y que eran ellas las encargadas de cocinar en caso de que no pudieran hacerlo. Situación similar a la que ocurre en los hogares extendidos, donde la persona entrevistada vive con familiares adultos suyos o de su pareja. Siendo las mujeres de la casa las que se van turnando a la hora de cocinar.
“Al mediodía la que cocina es mi mamá, ella se encarga. A la noche cocino yo sola.” (Mujer, 22 años)
Aun así, en algunos casos se daba cuenta de tareas repartidas al interior del hogar. Si bien algunas mujeres comentaron que las tareas y responsabilidades son compartidas, algunas de ellas hicieron alusión a esta división como una “ayuda” de sus parejas/maridos.
Varias de las personas entrevistadas hicieron alusión a la compra de las comidas, ya sea semanal o mensual, como un momento compartido por ambos. En ocasiones donde, por horarios u otras razones no podían hacer las compras de forma conjunta, igualmente se mencionó que las personas adultas del hogar participaban de ir al mercado a comprar.
“Sí, a veces sí, salimos los tres a pasear. Salimos así. (...)Y vamos a ver, a distraerse un poco, y ver. Y de paso compramos la comida para tener para la semana.” (Mujer, 34 años)
Nos encontramos con una marcada división de las tareas por género, donde aquellas que corresponden a la alimentación de los hogares, recae en las mujeres. Las tareas de limpieza y sobremesa, si bien no fueron profundizadas en las entrevistas, mostraron que, en algunos casos, las parejas colaboraban, y en otros, también se intentaba inculcar que los/as niños/as participen. Aún así, la forma en que se percibe estas tareas, es de “ayuda”, algo que sigue depositando a la mujer como responsable de las actividades domésticas.
REPRESENTACIONES SOCIALES SOBRE LA ALIMENTACIÓNSALUDABLE
Se han recuperado distintas representaciones, entre las cuales aparece fuertemente que una alimentación saludable se relaciona con comer variado:
"Tratamos de comer de todo (...) Y me parece importante porque (...) implementan un montón de vitaminas y un montón de proteínas que al cuerpo quizás le hacen bien." (Varón, 34 años)
En menor medida, la alimentación saludable refiere a no comer en exceso:
"Yo creo que todo en su medida justa es bueno. Cuando llega el exceso ya… porque me ha pasado, viste que llega un momento que decís… comes comes comes, no es necesario ya tanto.” (Mujer, 40 años)
Por otro lado, también se observa gran énfasis en representar lo saludable en relación a las frutas y verduras, ya que las mismas están asociadas al aporte de vitaminas y “alimento”:
“La comida sana es la verdura porque eso es bueno para los chicos, totalmente…También para nosotros.” (Mujer, 31 años)
En esta misma línea, el guiso y la sopa aparecen mayoritariamente como comidas saludables:
“(...) trato de hacer un guiso que tenga verdura, que tenga condimento bien, bueno la sopa es saludable.” (Mujer, 27 años)
No obstante, en su minoría, el guiso se presenta como lo opuesto:
"Saludable como te digo, quiero creer que el guiso es saludable, pero bueno, es lo que tenemos para… para darle." (Mujer, 25 años)
En último lugar, también se mencionan las legumbres y los cereales. Continuando, muchos/as de los/as entrevistados/as asocian la alimentación saludable con lo “casero”, es decir, con aquello que se produce en las casas:
“Licuado de frutas porque es lo más sano (...) porque es hecho natural de frutas, lo haces en el momento. Estás viendo que le estás poniendo agua, bastante carne, pero una vez compramos en Coto y... Y a veces si falta compramos pollo.” (Mujer, 24 años)
A su vez, se observa que la alimentación que se percibe saludable puede no llevarse a la práctica por limitaciones económicas:
“a uno le gustaría comer más sano, pero a veces no se puede. Por qué no te alcanza la plata" (Mujer, 36 años)
Finalmente, implementar una alimentación saludable es difícil por no ser percibida como rendidora.
“le doy prioridad a lo que rinde mas, así comemos cómodos” (mujer, 30 años).
CORRESPONDENCIA CON LA PRACTICA COTIDIANA
En muchos casos se observa correspondencia entre las representaciones sobre alimentación saludable y las prácticas cotidianas. Las personas usan diversas estrategias para que los alimentos percibidos como saludables sean incorporados a la dieta de los/as niños/as. Una de las más usadas es insistir en que los coman o “camuflar” las verduras:
"yo siempre le doy verduras. Capaz que le escondía la verdura, pero lo comía. Y después cuando ya le dejaba la verdura ahí la comía (...) Por ahí hago un guiso pero a ellos no les gusta la cebolla y lo pico bien chiquito y como que no se ve y que te lo comen igual" (Mujer, 24 años)
Por otro lado, limitan, regulan y restringen alimentos percibidos como no saludables:
“restringirlos no, no porque después puede ser peor creo yo, pero sí, si quieren comer alguna golosina o quieren comer algo frito, o quieren comer pan, no, no se los prohíbo, se puede comer todo pero todo variado y medido.” (Mujer)
También, se observa muchas situaciones donde, a pesar de que los/as entrevistados/as perciben cómo saludables ciertos alimentos, les resulta difícil incorporarlos en la rutina debido a los gustos o preferencias de los/as niños/as.
“La fruta natural y algo de azúcar, nada más. Creo que es lo más sano, así que siempre trato de hacerles.” (Mujer, 29 años)
En ese sentido, muchos/as entrevistados/as sostienen que los alimentos son saludables en la medida en que no les “caigan mal” o “pesado a la panza”, y a su vez, que no generen enfermedades y/o malestares en sus hijos/as:
“Para que sea más saludable para ellos, que no les caiga…, que no les haga mal a la panza” (Mujer, 29 años)
Algunas personas hicieron énfasis en la tradición y en las costumbres heredadas, concibiéndolos como factores fundamentales para determinar si un alimento es saludable:
“No sé, yo desde chica entendí que la verdura y la carne siempre son saludables. Me viene eso a la cabeza” (Mujer)
Además, existe un amplio consenso respecto de que las frituras y la comida chatarra (alimentos procesados y ultraprocesados) no son saludables:
“(...)Tratamos de comer lo más saludable posible. Así que lo chatarra, hamburguesa, salchicha, esas cosas no. Consumimos muy poco. Poco y nada te diría.” (Mujer, 36 años)
“se me complica mucho porque mi marido es de buen comer y mi hijo también entonces ponele si yo tengo ganas de comerme un pollo a la plancha con ensalada me lo hago para mí y a ellos les hago aparte otra cosa (...) Porque si no no se llenan, necesitan algo contundente” (Mujer, 24 años)
SOBRE LOS FACTORES ECONÓMICOS
Con respecto a las representaciones sobre la influencia de estos factores a la hora de acceder y preparar los alimentos, en muchos relatos se pudo observar que el ingreso condiciona la elección a la hora de comprar lo necesario. Esto significa que los gustos y/o preferencias de los/las niños/as, tanto como de los otros miembros del hogar, constituyen un factor secundario ante las limitaciones que implican determinados niveles de ingresos:
“Uno hace lo que puede con los chicos, (...) uno como padre quiere darle lo mejor siempre a sus hijos, esforzarse por ellos, que a veces no se puede, y hay que darle lo que uno tiene en el momento, lo que se puede. (...) Hoy por hoy comemos lo que nos da el bolsillo y a veces ponemos cosas que no tenemos que poner porque no tenemos de otra, porque tampoco podemos darles a los chicos agua con dos o tres verduras porque tampoco son animales” (Mujer, 26 años)
Por otro lado, como se observó sobre los canales y lugares de acceso, se menciona tener en cuenta los precios a la hora de decidir dónde comprar. Señalan que en muchas ocasiones deben comprar fuera del barrio, aunque les consuma un poco más de tiempo. También, buscan comercios que tengan ofertas y/o promociones, o también escogen las ferias porque allí se consiguen alimentos más baratos.
Asimismo, en muchas ocasiones se reemplazan alimentos por otros que son más baratos:
“Porque la carne está muy cara. Tenemos que comprar y compramos”
Gran parte de los entrevistados le dieron mucha trascendencia a la temática económica ya que en su mayoría pertenece a sectores mas desfavorecidos.
Conclusiones:
Entendiendo la alimentación como un hecho social más allá desde un sentido biológico o nutritivo, pudimos observar diversos factores que inciden en cómo se deciden, cómo se preparan y cómo se consumen los alimentos.
Es por ellos que pudimos identificar múltiples variables que influyen a la hora de tomar decisiones de que y como se preparan los alimentos, sin embargo podemos destacar que gran parte de los entrevistados manifestaron la falta de tiempo como una cuestión clave a la hora de decidir, ya que se suele optar por llevar a cabo preparaciones rápidas y que alcancen o sean suficientes para saciarse durante todo el día.
A su vez, otro factor es la familiaridad o costumbre, ya que en muchos hogares se preparan alimentos que se han consumido durante la niñez. En ese sentido, también los gustos y preferencias de los/as chicos/as juegan un papel tan importante que suele obstaculizar incorporar verduras a su alimentación. Por último, la economía familiar es otro factor ya que muchas veces el precio de los productos resulta un condicionante a la hora de elegir qué y dónde comprar.
En definitiva, la preparación de las comidas suele ser una cuestión “del momento”, teniendo en cuenta principalmente el factor tiempo (de preparación, de consumo y de “rendimiento”), economía (precios) y gustos (de los/as niños/as y de los/as adultos/as).
Creemos que es fundamental continuar con el debate sobre ¿como? y ¿con que? se alimentan los niños/as, y es prioridad el diseño de políticas publicas en post del mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes.
Bibliografía:
Aguirre (1995) "Patrón alimentario, estrategias de consumo e identidad en la Argentina, 1995". En Álvarez, M. y Pinotti, L.V Procesos socioculturales y alimentación. (pp 161-185). Buenos Aires: Ediciones del sol S.R.L Aguirre (2000) “Aspectos socioantropológicos de la obesidad en la pobreza” en La obesidad en la pobreza: un nuevo reto para la salud pública. Washington: Organización Panamericana de la Salud.
Andreatta, María Marta (2012). La alimentación y sus vínculos con la salud desde la Teoría de las Representaciones Sociales; Asociación Argentina de Dietistas y Nutricionistas Dietistas; DIAETA; 31; 142; 4-2013; 42-49
Angeleri, M. A., González, I., Ghioldi, M. M., & Petrelli, L. (2007). Hábito de consumo del desayuno y calidad nutricional del mismo en niños y adolescentes de la zona norte del Gran Buenos Aires. Diaeta (B. Aires), 7-13.Recuperado de: http://repositorio.ub.edu.ar/handle/123456789/2752 Chacón Jimenéz, F. (2008): “Familia y hogar en la sociedad española. Mitos y realidades históricas”, en Lorenzo Pinar, F. J. (ed.), La Familia en la Historia, Salamanca, Universidad de Salamanca, pp. 121-134
Chacón Jiménez F., y Chacón Martínez A. (2015) “Hogar y Familia: corrientes interpretativas y realidades sociales. Los ejemplos de movilidad de la población (1771) y movilidad social (1797) en Lorca” en Revista de Demografía Histórica-Journal of Iberoamerican Population Studies, Vol. 33, Nº 2, 2015, págs. 29-63
Figueroa, T. G. (2011). Importancia de la intervención escuela-familia para eliminar la obesidad infantil y tender hacia patrones de alimentación saludables. Lecturas: Educación física y deportes, (159), 8. Flick, U. (2007) (2004). “Las narraciones como datos.” En Flick, U., Introducción a la investigación cualitativa. Madrid, Morata, pp. 110-125.Glaser y Strauss. (1967). A. L, The Discovery of Grounded Theory. Strategies for Qualitative Research. Aldine Transaction a Division of Transaction Publisher. pp. 45-77.
http://www.sxf.uevora.pt/wp-content/uploads/2013/03/Glaser_1967.pdf.
Gracia Arnaiz, M. (2010). Alimentación y Cultura en España: Una aproximación desde la antropología social. Revista de Saúde Coletiva, Rio de Janeiro, 20 [2]: 357-386, 2010.
Flick, U. (2007) (2004). “Las narraciones como datos.” En Flick, U., Introducción a la investigación cualitativa. Madrid, Morata, pp. 110-125.
Hernandez Sampieri et al. (2014). Diseños del proceso de investigación cualitativa. en Hernandez Sampieri et al. Metodología de la Investigación. Mc Graw Hill / Interamericana Editores, 6ta Edición, Ciudad de México. https://administracionpublicauba.files.wordpress.com/2016/03/hernc3a1ndez-s amipieri-cap-15-disec3b1os-del-proceso-de-investigacic3b3n-cualitativa.pdf ISEPCi,
Jodelet, D. (1991). Representación social: un área en expansión. En D. Páez, Sida: imagen y prevención. España: Fundamentos
Jodelet, D. (2018). Ciencias sociales y representaciones: Estudio de los fenómenos representativos y de los procesos sociales. De lo local a lo global. Revista Latinoamericana de Metodología de las Ciencias Sociales, 8(2), e041. https://doi.org/10.24215/18537863e041
Lamas, Marta (2002), “La antropología feminista y la categoría género”, en Cuerpo, Diferencia Sexual y Género, Taurus, México.Louro Bernal, I. (2003) La familia en la determinación de la salud. Revista Cubana de Salud Pública, vol. 29, núm. 1, enero-febrero, 2003, pp. 48-51. Sociedad Cubana de Administración de Salud. La Habana, CubaLund, Lois A.;
Ministerio de Salud (2009) "Guías alimentarias para la población infantil. Orientaciones para padres y educadores". Recuperado de https://www.msal.gov.ar/images/stories/ryc/graficos/0000000562cnt-guias-alim entarias-familia.pdf Ministerio de Salud. Manual para la aplicación de las guías alimentarias para la población argentina. Argentina, 2018
Mora, M. (2002) La teoría de las representaciones sociales de Serge Moscovici. Athenea Digital. Revista de pensamiento e investigación social, [S.l.], nov. https://atheneadigital.net/article/view/55
Moreira, Stella Maris, Giadas María de las Mercedes y Campo María Victoria (2021). ” La entrevista virtual, ¿la nueva forma de administración de las técnicas cualitativas?. Jornada de Sociología. Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, CABA
Moscovici, S. (1979). El Psicoanálisis, su imagen y su público. Ed. Huemul, Buenos Aires, 2da. edición, cap. I, pp. 27-44.OMS, “Malnutrición” (2021). Disponible en: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/malnutrition
UNICEF (2019). Estado Mundial de la Infancia 2019. Niños, alimentos y nutrición: crecer bien en un mundo en transformación. Recuperado de :https://www.unicef.org/sites/default/files/2019-11/Estado-mundial-de-la-infan cia-2019.pdf
Vasilachis de Gialdino, I. (2006). La investigación cualitativa. En Vasilachis de Gialdino, I (coord.), Estrategias de investigación cualitativa, Barcelona, Gedisa, pp. 23-64.
Vujosevich, J, Giménez, L. y Moreira Stella Maris (2005) El trabajo de campo y la entrevista en profundidad. Vivencias de los investigadores, en EN TORNO A LAS METODOLOGÍAS: ABORDAJES CUALITATIVOS Y CUANTITATIVOS, Silvia Lago Martínez, Gabriela Gómez Rojas y Mirta Susana Mauro (comp.) Editorial Proa XXI, Buenos Aires, 2005
Palabras clave:
Alimentación de niños y niñas
Jardines Comunitarios
Alimentación saludable